Trabajo Final RMN

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Universidad Autónoma de Entre Ríos

Facultad de ciencias de la vida y la salud.

Título: Utilidad clínica de la resonancia magnética en la


evaluación y seguimiento de las lesiones del ligamento
cruzado posterior y lesiones asociadas.

Asignatura: Resonancia Magnética Nuclear

Carrera: Licenciatura en Producción de Bioimágenes

Autores: Matías Balestra y Nancy Quattrochi

Año: 2021
UTILIDAD CLÍNICA DE LA RESONANCIA MAGNÉTICA EN LA EVALUACIÓN Y
SEGUIMIENTO DE LAS LESIONES DEL LIGAMENTO CRUZADO POSTERIOR Y
LESIONES ASOCIADAS

Objetivos

El objetivo de este trabajo es demostrar la variedad de lesiones del LCP y los tipos y frecuencia de
las lesiones asociadas destacando la importancia de la RM en la evaluación inicial y en el
seguimiento de las lesiones del LCP.

O1: Mostrar la variedad de lesiones del LCP y los tipos y frecuencia de las lesiones asociadas.
O2: Destacar la importancia de la resonancia magnética en la evaluación inicial y el seguimiento
de las lesiones del LCP.

Introducción

Las afecciones de la rodilla, de origen traumático o inflamatorio, constituyen una de las


principales causas de consulta, así como una importante limitación funcional del paciente al
trastornar la marcha.
La rotura de ligamentos es una lesión bastante frecuente en personas que hacen deporte, aunque
también hay otras causas que la provocan como un accidente o un golpe. Un crujido y dolor
intenso nos avisa de que ha podido producirse este daño en la rodilla. Además de manera
inmediata se produce la inflamación y no podemos seguir realizando la actividad que estuviéramos
haciendo, debido a la imposibilidad de caminar con normalidad.
Las lesiones del ligamento cruzado posterior (LCP) son significativamente menos frecuentes que
las del ligamento cruzado anterior (LCA) y representan alrededor del 3 al 20 % de las lesiones
cápsuloligamentarias de la rodilla según las diferentes series.
Durante los últimos años se les ha prestado especial atención debido a que las lesiones no
diagnosticadas y no tratadas oportunamente se consideran un importante factor en el desarrollo de
inestabilidad posterior, osteoartrosis acelerada y posible causa de falla en cirugías del LCA.
El LCP tiene su origen en la cara externa del cóndilo femoral interno y se dirige hacia atrás y
afuera, primero en forma casi horizontal y luego bruscamente hacia abajo próximo a la vertical
para insertarse distalmente en la fosa intercondilea posterior de la tibia.
Mide aproximadamente 38 mm. de largo y 13 mm de ancho en su porción media.
Funcionalmente es el principal factor de estabilidad en el desplazamiento posterior de la tibia y en
los movimientos de hiperextensión y es factor de resistencia secundario junto al LCA en los
movimientos de varo y valgo y junto a la cápsula en los movimientos
de rotación externa con el fémur fijo.
El LCP, al igual que el LCA, es intraarticular pero extrasinovial y está envuelto por un repliegue
sinovial de la cápsula posterior. Está compuesto por dos bandas, una ánteroexterna y otra
pósterointerna.
Es más ancho y algo más grueso que el LCA lo que lo hace el doble de resistente, esto explica la
menor incidencia de lesiones del LCP, con respecto al LCA.
En resonancia magnética (RM) se lo puede observar como una banda homogénea, hipointensa en
todas las secuencias de pulso. En el plano sagital y con la rodilla en posición neutra o
mínimamente flexionada, tiene una morfología arqueada.
Un aumento en la intensidad de señal a nivel del LCP en cualquier secuencia es anormal, excepto
en personas mayores en quienes los fenómenos degenerativos pueden llevar a áreas de mayor
intensidad de señal, pero con la morfología general del ligamento conservada que no deben ser
interpretadas como lesiones.

Diagnóstico

El ligamento cruzado posterior y el ligamento cruzado anterior conectan el hueso del muslo
(fémur) con el hueso de la espinilla (tibia). Si alguno de los ligamentos se rompe, esto podría
causar dolor, hinchazón y sensación de inestabilidad.
La prueba más eficaz es la Resonancia Magnética porque las imágenes de este procedimiento
pueden mostrar las estructuras articulares, algo que otras pruebas no pueden enseñar.
Además, es una técnica no invasiva e indolora, sin riesgo para el paciente y es determinante para
guiar al especialista en la toma de decisiones sobre el tratamiento más adecuado en cada caso.
Una exploración por resonancia magnética puede mostrar con claridad un desgarro del ligamento
cruzado posterior y determinar si otros ligamentos o cartílagos de la rodilla también están
lesionados.
Materiales y Método.

Se estudiaron retrospectivamente 79 RM de pacientes con lesión del LCP realizadas durante el


período comprendido entre febrero de 2004 y mayo de 2005.
Población: constituida por 63 hombres y 16 mujeres con edades entre 17 y 103 años, la edad
promedio fue de 42 años.
Equipo: las exploraciones se realizaron utilizando un Magneton Signa 1,5 T (General Electric-
Milwaukee, USA).
Protocolo estándar para rodilla: incluyó cortes sagitales y coronales eco de gradiente con un
tiempo de repetición (TR) de 500 mseg y un tiempo de continuidad y áreas de alta intensidad de
señal tanto en T1 como en T2 y, por último, la fractura avulsión a nivel de la inserción tibial que
se identifica como una falta focal de eco (TE) de 15 mseg., con una matriz de 256 x 192
(500/15/256x192), axial y coronal FSE T2 con supresión grasa (3000/40/256x224), coronal T1
(450/15/256x224) y sagital FSE T2 (2500/42/256x224).
Todas las secuencias fueron adquiridas con un FOV de 18 cm, y un espesor de corte de 4 mm sin
separación. En los casos de imágenes no concluyentes se practicaron cortes sagitales oblicuos de
alta resolución, paralelos al LCP con un espesor de corte de 3 mm (5500/40/512x256).
Seguimiento de control: Del grupo evaluado inicialmente, a 12 pacientes (15%) se les realizó un
examen de control; a 6 a los 3 meses y a los otros 6, al año.
El grado de lesión del LCP se dividió en tres tipos según su imagen en RM:
a) lesión parcial o intrasustancia, que consiste en una señal de resonancia anormal dentro del LCP,
b) secundaria a hemorragia o edema, pero que mantiene la continuidad y morfología normal de sus
fibras.
c) lesión completa, que la definimos como la imposibilidad de identificar las fibras del LCP en
toda su extensión, con discontinuidad de la superficie tibial con un fragmento óseo, generalmente
desplazado en sentido ántero-superior, unido a la porción distal del LCP que, por lo demás, no
presenta lesiones.

Posicionamiento y protocolo

Paciente en decúbito supino con los brazos a lo largo del cuerpo, con la rodilla extendida, y una
ligera rotación interna de 5º para colocar los cóndilos femorales paralelos a la mesa.
Es importante colocar la rodilla a estudiar lo más hacia el centro posible de la camilla para que
esté colocado en el isocentro del imán. Se utiliza la antena propia de rodilla. Al igual que en una
radiografía, centramos en el vértice inferior de la rótula.
La adquisición de imágenes en los tres planos ortogonales es muy útil en la definición y
caracterización de la patología. Una adquisición axial a través de la articulación fémoro patelar se
usa como localizador inicial para las imágenes en los planos sagital y coronal.

Comenzamos el estudio con una secuencia localizadora. Es necesario ver en la imagen Axial los
cóndilos femorales y la rótula; en el Sagital medio el Fémur, Tibia y rótula; y en el Coronal,
Fémur y Tibia es su parte más medial.

Tras la secuencia localizadora continuamos el estudio con la secuencia Axial, para ello
necesitamos una imagen Sagital en la que veamos las estructuras antes nombradas ya que ésta
secuencia sirve para estudiar la rótula, así que angulamos el stack de cortes de tal manera que
cortemos perpendicularmente el eje largo de la rótula. Sobre la imagen Coronal uno de los cortes
ha de pasar por ambos meniscos.

Una vez que tenemos los axiales, sustituimos la imagen axial del localizador por aquella en la que
visualicemos los cóndilos femorales y la rótula para programar las secuencias Coronales.
El corte más posterior del stack ha de ser paralelo a la línea que une ambos cóndilos femorales, y
estudiamos hasta el final del fémur, no es necesario estudiar la rótula en coronal. Sobre la imagen
sagital, el corte central del stack ha de unir en su eje largo al Fémur y la Tibia.
Por último, se realizan las secuencias Sagitales.
Para programar las secuencias Sagitales, sobre la imagen Coronal, tenemos que hacer que uno de
los cortes siga la misma dirección de las diáfisis del Fémur y Tibia, de tal manera que otro de los
cortes pase por el ligamento. Sobre la imagen Axial hay dos maneras de programar los cortes, una
de ellas es hacer cortes perpendiculares a la línea que une ambos cóndilos femorales. Y la otra
manera de orientar los cortes sobre la imagen Axial es hacer que el corte siga la orientación del
Ligamento Cruzado Anterior manteniendo lo más estricto posible el stack de cortes en la imagen
Coronal.
Secuencias

1º IR (Inversión de la recuperación) plano axial.


Los cortes se realizan en dirección céfalo podálica.
Se programa sobre un corte sagital un paquete de 16 cortes aproximadamente axiales de 5
mm cada uno. Debe centrarse el paquete de cortes, intentando ubicar aproximadamente 3
cortes por encima de la rótula y tres o cuatro cortes por debajo de ella abarcando la epífisis
superior del peroné.
Esta secuencia se realiza para valorar la presencia de líquido en partes blandas como
la visualización de edema óseo y traumatismos musculares.

2º Densidad Protónica y T2 (sagital) (fat sat: saturación de la grasa).


Sobre el corte axial se programa el paquete de cortes sagitales. Se tomará como referencia el
borde interno del cóndilo externo del fémur, que dará la referencia para angular dicho paquete de
cortes. Los cortes se efectúan de derecha a izquierda.
Esta es una secuencia que tiene dos tipos de imágenes juntas, con cortes de 5 mm en un total de
36 de a pares.
Son imágenes que se logran por eco dual o doble eco para conseguir en una sola
adquisición ambas ponderaciones.
El Fat Sat es un agregado a la secuencia de base que utiliza la diferencia de frecuencia de
precesión entre el hidrógeno del tejido graso y el hidrógeno del agua para obtener imágenes
con supresión de la grasa.
Imagen potenciada en T2
Puede tenerse información de una estructura bioquímica proveniente del vóxel lo
obtenemos estudiando el sincronismo de la relajación de los núcleos.
Durante la relajación, cada núcleo libera su exceso energético a una frecuencia que depende del
campo magnético que percibe. Si los núcleos de hidrógeno estuviesen totalmente aislados,
emitirían su energía a la misma frecuencia: sería una relajación sincrónica o coherente. Por lo
general, toda patología presenta un aumento de agua libre por lo tanto se detecta en imágenes T2
por un aumento de intensidad. En una imagen potenciada en T2, el agua libre en reposo aparece
en alta intensidad.

3ºDensidad Protónica en Coronal (Fat Sat).


Los cortes coronales se efectúan en dirección postero anterior son de 5 mm, en un paquete de 18
cortes aproximadamente.
Los cortes coronales deben ser paralelos a la línea que une los dos cóndilos femorales
posteriores. La patología de los meniscos es evaluada principalmente en el plano sagital, sin
embargo, la morfología y la intensidad de la señal del cartílago meniscal deberían comprobarse
en las imágenes coronales.
Los ligamentos cruzados se observan mejor en los planos sagitales en la región medial de la
rodilla reservando los planos coronales y axiales para la observación y confirmación patológica.
Protocolos de imagen en
ligamentos cruzados

Las imágenes
potenciadas en T1 y T2
eco del espín o las de
densidad protónica y
eco del espín
potenciadas en T2 se usan frecuentemente para evaluar los cambios de intensidad de señal en
lesiones agudas y subagudas de los ligamentos cruzados.
Se pueden utilizar secuencias de eco de gradiente ponderadas en T2* como las FSE con supresión
de la grasa para ver la morfología y los cambios de señal dentro de los ligamentos.
Las imágenes FSE, T2 con supresión de la grasa son excelentes para mostrar los contornos de los
ligamentos, especialmente en las roturas ligamentarias.
Sin embargo, estas imágenes no pueden mostrar el grado de alta intensidad de señal que
muestra dentro de los ligamentos la secuencia de Eco de Gradiente (EG).
En el exámen post-operatorio de las reconstrucciones en ligamentos las secuencias FSE
potenciadas en T2 con supresión de la grasa tienen menos artefactos de susceptibilidad
magnética que en las potenciadas en T2*.
Todos los protocolos de rutina para la rodilla incluyen alguna forma de potenciación en
T2(convencional o FSE) en los tres planos con el fin de maximizar la sensibilidad y
especificidad en la detección de patología de los ligamentos cruzados. Las imágenes potenciadas
en T1 por sí solas, son inadecuadas para apreciar las áreas de edema y hemorragia en un
ligamento roto.
Las roturas del ligamento cruzado posterior en la mayoría de los casos son incompletas,
presentando irregularidades de intensidad de señal aumentada especialmente en ponderación T2,
acompañadas de un ensanchamiento de sus contornos.
Resultados

De los 79 pacientes estudiados, 53 (67%) presentaron lesiones intrasustancia, 16 (20%) lesiones


completas, y 10 (13%) fracturas avulsión a nivel de la inserción tibial, no tuvimos en nuestra serie
lesiones a nivel de la inserción femoral.
En los controles realizados a los 3 meses, las lesiones no tuvieron modificaciones con respecto al
estudio inicial, mientras que en 5 de los controles realizados al año se observó una restitución
prácticamente completa y sin secuelas del LCP, cabe destacar que estos casos eran todos de
lesiones intrasustancia. En el único caso de fractura avulsión no se observaron cambios en el
control anual.
En 63 pacientes (79%) la lesión se produjo por un trauma de alta energía (accidentes de tránsito y
deportes de contacto). De los 79 pacientes, 53 (67%) fueron menores de 50 años, dato que
destacamos por la implicancia en la etiología de las lesiones.
En 60 pacientes (76%) la lesión se asoció con otras alteraciones que tabulamos en la tabla 2,
siendo las más frecuentes las contusiones óseas, lesiones del ligamento cruzado anterior,
ligamento colateral interno y menisco interno. Sólo en 19 casos (24%) la lesión del LCP fue
aislada.
Las imágenes sagitales FSE T2 fueron las más importantes y representativas para la visualización
de las lesiones del LCP. Esto es así porque la mayoría de las lesiones se producen en la porción
media del ligamento (genu) que no se visualiza satisfactoriamente en los planos axial y coronal,
que sí muestran bien las porciones vertical y horizontal del ligamento, y que son de utilidad para la
comprobación y refuerzo del diagnóstico de lesión del LCP y en la evaluación de las lesiones
asociadas.
Conclusiones

La Resonancia magnética es el método de elección para el diagnóstico inicial y el seguimiento de


las lesiones del LCP, ofrece un excelente contraste entre los tejidos blandos que componen la
rodilla evaluando tanto los ligamentos, meniscos, cápsula y músculos que forman parte de esta
articulación como las estructuras óseas en múltiples planos. Esto implica una importante ventaja
sobre otras técnicas convencionales de diagnóstico por imágenes no invasivas.
Tiene una elevada sensibilidad y especificidad (cercanas al 100 %) y es especialmente útil por su
alto valor predictivo negativo.
Brinda excelente información sobre el estado del LCP y sobre la presencia de lesiones asociadas,
por lo que una descripción detallada de éstas últimas es de gran importancia ya que de ellas
depende el pronóstico y el tratamiento.
Las lesiones intrasustancia e incluso a veces los desgarros completos aislados no deben tratarse
quirúrgicamente, recomendándose una nueva RM al año para comprobar el estado del LCP (en
muchos casos las lesiones resuelven sin secuelas).
La mayoría de los pacientes referidos a la práctica de una RM de Rodilla lo son para confirmar
o excluir rupturas meniscales o ligamentosas.
Es necesario que el técnico maneje adecuadamente el tiempo de adquisición de las imágenes,
para encontrar el balance, entre la calidad y la agilidad de los estudios.
Dada su alta calidad diagnóstica los estudios de RM de rodilla representan un documento
legal, para el médico traumatólogo, cirujano y en términos laborales para el propio paciente.

Bibliografía

- Ojeda M, (2003): Resonancia Magnética en rodilla: Estudio en meniscos y ligamentos cruzados.


Centro IMAT Di Rienzo.
- Quaranta, A (2006): Utilidad clínica de la resonancia magnética en la evaluación y seguimiento de
las lesiones del ligamento cruzado posterior y lesiones asociadas. Revista Argentina de Radiología,
vol. 70, núm. 2, pp. 143-148 Sociedad Argentina de Radiología. Buenos Aires, Argentina.
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=382538441008
- Vergara Hernández, J (2004): Patología de la rodilla: Protocolo de valoración de la patología de la
rodilla. SEMERGEN

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