DESERTIFICACIÓN
DESERTIFICACIÓN
DESERTIFICACIÓN
Las regiones áridas y semiáridas del país cubren el 75 % del territorio con
ecosistemas frágiles proclives a la desertificación. Estas regiones, que abarcan el
NO, centro –O y S de nuestro territorio, poseen un 10 % de su superficie afectada
con un grado de desertificación muy grave y un 60 % con un grado de moderado a
grave.
La desertificación es la degradación de las tierras en zonas áridas,
semiáridas y subhúmedas secas derivada de un conjunto de factores, como las
variaciones climáticas y las actividades humanas que inducen a la pérdida del
potencial biológico, productivo y económico de los suelos (Collado, 2012). El
Gobierno Nacional suscribió en 1994 la Convención de las Naciones Unidas de
Lucha contra la Desertificación, ratificada en 1996 por el Congreso de la Nación,
mediante el dictado de la Ley 24.701. Como elemento fundamental en el diseño de
una Estrategia de Desarrollo Sustentable, se concibió el Programa de Acción
Nacional de Lucha contra la Desertificación (PAN). Según los datos del
mencionado programa en el año 2002, de los 270 millones de hectáreas que
componen el territorio nacional, 60 millones estaban afectadas por distintos
procesos y grados de desertificación.
Debe considerarse que la desertificación es un problema ambiental y
socio-económico que se desarrolla en condiciones climáticas severas por escasez
de agua, afectando negativamente regiones con recursos naturales muy limitados
en suelo, agua y cobertura vegetal. La población urbana y rural establecida en
esta región árida/semiárida es aproximadamente el 30% del total nacional.
La gran variedad de condiciones climáticas, procesos geomorfológicos y
recursos suelos y forestales, determinan una gran diversidad ecológica en las
regiones y subregiones sujetas a déficit hídrico. Según el Programa de Acción
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Nacional de Lucha contra la Desertificación se presenta el siguiente escenario
(Tomasini, 2014):
- En la región Pampeana semiárida (20.000.000 ha), con suelos arenosos
de pendientes suaves, se generalizó la agricultura con prácticas incorrectas y el
sobrepastoreo en las áreas más secas. Las sequías periódicas desataron
procesos de erosión eólica dando origen a médanos y exponiendo los suelos a la
erosión hídrica
- En la Patagonia (80.000.000 ha), estepa con relieve de mesetas, la
causante principal de la desertificación está dada por el sobrepastoreo ovino. Los
sistemas ganaderos extensivos establecidos hace más de un siglo no
contemplaron el uso sustentable del pastizal natural, acentuando sus condiciones
de aridez por disminución o eliminación de la cubierta vegetal. Coexisten en el
ambiente patagónico los valles irrigados con severos procesos de salinización y
revenimiento de acuíferos. Otras actividades antrópicas tales como la petrolera y
la minería han contribuido negativamente a incrementar los procesos de erosión y
contaminación en la región
El Chaco semiárido (32.000.000 ha), gran planicie ubicada en el centro-
norte del país, presenta un ecosistema con vocación forestal sujeto a desmonte
masivo asociado a la expansión de la agricultura, que expone los suelos a las
precipitaciones y temperaturas extremas, generando pérdidas en la fertilidad y
eficiencia hídrica, y consecuentes procesos erosivos. Esta situación se agrava
hacia el SO, donde la región del Chaco árido presenta las condiciones más
extremas de aridez y fuertemente sujeto al sobrepastoreo
La Puna (8.000.000 ha), altiplanicie despoblada, ubicada en el NO a más
de 3.000 metros de altura, junto a la desierta región altoandina (8.000.000 ha),
está sujeta a procesos de erosión hídrica y eólica, fundamentalmente por
sobrepastoreo. Los valles áridos del NO y las sierras secas centrales (15.000.000
ha), áreas montañosas con sistemas agrícolas bajo riego y ganadería extensiva en
los faldeos montañosos, presentan problemas de erosión en las cuencas
hidrográficas por sobrepastoreo, deforestación e incendios.
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En el área de Cuyo (20.000.000 ha) coexisten importantes áreas bajo
riego, con problemas de salinización y revenimiento freático (oasis de cultivo), con
extensas llanuras fluvioeólicas, sujetas a sobrepastoreo y deforestación. Es muy
importante la degradación de los recursos naturales de la región centro – oeste del
país que afecta a las provincias de La Rioja, San Juan, Mendoza, San Luis y el O
de La Pampa. El desmonte de los bosques secos, el sobrepastoreo extensivo de
bovinos, ovinos y caprinos y el uso del fuego sobre las formaciones del monte y el
espinal, han provocado la destrucción de la cubierta vegetal con incremento de los
procesos de erosión y desertificación. Actualmente se observa con preocupación
un recrudecimiento de los procesos de erosión eólica en el sudoeste de la
provincia de Córdoba debido principalmente a la monocultura del maní, agravados
por la sequía prolongada que afectó a muchas zonas del país.
La problemática de la desertificación es muy compleja y requiere de
políticas adecuadas. Las escasas alternativas productivas, el ausentismo, los
problemas de comercialización y el aislamiento entre otros, generan pobreza y
migración, factores que a su vez incrementan la desertificación.