Leyendas y Mitos

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1.

"LA LLORONA"

La historia cuenta que una mujer indígena tuvo un romance con un hombre
español; relación de la que nacieron tres hijos, a quien ella atendía
devotamente. Pero, el padre de ellos, no parecía estar muy contento con la
relación, pues cada que ella buscaba formalizar, él se negaba. Pasó el
tiempo y él se terminó casando con una damisela española. Ella no pudo
con lo sucedido y perdió la razón. Aquella mujer indígena se dirigió al Lago
de Texcoco y ahí ahogó a cada uno de sus hijos, para luego suicidarse
ella.

Desde entonces, se dice que se escucha el lamento de una mujer joven


que viene del lago; dicen que grita por sus hijos y que se puede ver que es
una mujer vestida de blanco y delgada que deambula sin rumbo hasta
esfumarse de nuevo en el lago.
2. ANTIGUO CONVENTO DE LA CONCEPCIÓN

Ubicado en Belisario Domínguez y República de Brasil, Centro Histórico, el


conjunto original estuvo formado por varios edificios, el noviciado, el edificio
principal del convento y el templo.

De acuerdo a la leyenda, por tiempos de la colonia, existió una mujer


llamada Doña María Gil, la cual se encontraba perdidamente enamorada
de Don Urrutia. A su relación se oponían los dos hermanos de la joven y un
día decidieron ofrecerle una fuerte cantidad de dinero al pretendiente de su
hermana para que dejara la ciudad y se olvidara de ella. Cuando él se fue a
Veracruz, se asegura que ella ingresó al convento; pero no soportando el
sufrimiento se ahorcó de un árbol de duraznos.

La leyenda señala que su cuerpo se aparecía a las monjas enclaustradas


que vivieron en el convento.
3. LA CASA DE LA TÍA TOÑA

Ubicado en la tercera sección del Bosque de Chapultepec, este inmueble


ha popularizado debido a una leyenda urbana en donde se asegura que
ahí aún habita una mujer que se enfurece cuando es visitada por curiosos.

Cuando se enfada ocurren cosas inexplicables en la propiedad. Se


escuchan ruidos de cosas que caen, una silueta aparece en las ventanas y
se siente la presencia de alguien.

La casa se localiza cerca del panteón "Dolores", en Avenida


Constituyentes, y la leyenda señala que la "Tía Toña" era una mujer
solitaria y con dinero. En medio de esta soledad decidió darle cobijo en su
casa a niños de la calle, proporcionándoles techo, ropa y comida.

A pesar de su aplaudible acción, los jóvenes le hicieron la vida imposible,


motivo por el que un día comenzó a matarlos a base de golpes y luego
arrojó sus cuerpos a un río cercano. Cuando la culpa la alcanzó, se encerró
en su habitación y nunca volvió a salir.
4. CASA DE DON JUAN MANUEL

En la calle de Uruguay 94, en el Centro Histórico, se encuentra el inmueble


que habitó Don Juan Manuel de Solórzano, edificio que encierra la historia
de un hombre que, de acuerdo la leyenda, vendió su alma al diablo con tal
de saber con quién lo engañaba su mujer.

Supuestamente en las noches aparece un hombre en el portón de la


construcción y pregunta la hora. Si alguien contesta "Son las 11 de la
noche" él dirá "¡Dichoso aquel que sabe la hora de su muerte!

Este sitio en la actualidad sirve de salón para eventos y fiestas privadas, ya


que su arquitectura del siglo XVI lo convierte en un lugar bello y confortable
para pasar el tiempo con amigos, además de que está catalogado como
Monumento Histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia y
por el Instituto Nacional de Bellas Artes.
5. VIEJO HOSPITAL JUÁREZ

Esta clínica localizada en Jesús María y Fray Servando, en el Centro


Histórico, es conocida por recibir con cierta frecuencia la visita de "La
Planchada", una enfermera de apariencia inofensiva cuya risa es calificada
de "siniestra" por las personas que se han topado con esta manifestación.

El nombre lo obtuvo por su atuendo colonial, el cual luce perfectamente


planchado y amildonado.

De acuerdo a relatos urbanos, la mujer se enamoró perdidamente de un


médico, sin embargo, el cariño no era recíproco, tal y como ella misma lo
pudo constatar al enterarse que el galeno salía con otra mujer. Jamás se
recuperó de la desilusión amorosa.
6. LA CALLE DE LA QUEMADA

A mediados del siglo XVI, Gonzalo Espinosa de Guevara llegó a la ciudad


de México y lo hizo acompañado de su bella hija Beatriz, de 20 años,
quien es la protagonista de esta sangrienta y memorable historia.

La leyenda relata que Martín de Scópoli, un Marques italiano de Piamonte


y Franteschelo, se enamoró perdidamente de ella, por lo que decidió matar
a todos sus posibles pretendientes, para así asegurar que Beatriz se fijara
en él, sin embargo, la joven decidió acabar con su belleza y así dejar de
atraer a Martín, por lo que llenó un recipiente de metal con carbón y lo
arrojó en dirección a su rostro.

A pesar de las quemaduras y de haber perdido uno de sus principales


atractivos, Martín le confesó que la amaba por su interior, confesiones que
le robaron el corazón a Beatriz, quien meses más tarde se casaría con el
Marques.

Betty utilizó un velo blanco en el día de su boda, pero después siempre


portó un velo de color negro, por lo que nunca nadie pudo volver a ver su
rostro, aquel que robó los suspiros de los hombres de la época.

A partir de entonces, la calle donde vivió Beatriz se llamó la calle de la


Quemada, aunque en la actualidad es conocida como la 5a. calle de Jesús
María.
7. FANTASMA DE LA BASÍLICA DE GUADALUPE

Muchos narran que han visto salir a una mujer de la Basílica que carga una
vela que no se apaga ni con la lluvia ni con el viento.

Se le ha visto atravesar paredes, luego de dejar ofrendas y rezar.


Visitantes afirman que es un alma en pena que dejó asuntos pendientes en
la tierra.

También existen relatos en torno a la antigua Basílica de Guadalupe, al


asegurarse que por las noches se escuchaban las campanadas, a pesar de
que nadie las tocaba, ya que el capellán había fallecido a causa de una
enfermedad mal cuidada.
8. LA MULATA DE CÓRDOBA
Cuentan que hace muchos años, en Córdova, existió una mujer misteriosa,
porque vivía aislada del trato social y no se conoció su procedencia. Se
dice que era huraña porque su belleza era tanta que cuando salía a la
calle, era víctima de habladurías. Se le conocía también porque usaba
hierbas para hacer curaciones maravillosas y por predecir sucesos
naturales, como temblores y hasta por conjurar tormentas.

Esa fama empezó a inquietar a los habitantes de Córdova, quienes la


empezaron a acusar de bruja. Todos parecían obsesionados con ella, pero
el alcalde era el principal. Su nombre era Martín de Ocaña, un hombre ya
de edad que le confesó su amor y le ofreció hasta "las perlas de la virgen",
con tal de que ella estuviera con él, pero la mulata no accedió.

Don Martín, despechado y desairado, la acusó de haberlo hecho tomar un


brebaje para que perdiera la razón. La mulata, a la fuerza, fue llevada a la
Fortaleza de San Juan de Ulúa, donde fue juzgada y castigada a morir
quemada en leña verde frente a todo el pueblo.

Mientras esperaba su castigo, logró convencer al guardia para que le


regalara un gis. Él no se pudo resistir y se lo consiguió. La mulata empezó
a dibujar en las paredes de su celda un barco con las velas desplegadas
que se mecía sobre las olas del mar.

Era una obra de arte que dejaba perplejo a cualquiera. Fue entonces
cuando la mulata preguntó: ¿Qué es lo que crees que le hace falta al
barco? A lo que el carcelero le contestó: Andar... En eso ella le dijo: Pues
mira cómo anda... La mulata dio un salto y se subió al barco,
despidiéndose del hombre que la resguardaba, quien sólo veía lo que
sucedía asombrado, el barco se perdió en el horizonte que ella dibujo
9. EL FANTASMA DE LA MONJA.

María de Ávila, quien vivió en el siglo XVI, se enamoró de un mestizo de


apellido Arrutia, quien quería casarse con ella por su dinero y status social.

Los hermanos de María, Daniel y Alfonso se enteraron de lo que estaba


pasando y se opusieron rotundamente a que ese matrimonio se llevara a
cabo, así que le prohibieron a Arrutia ver a María. Al principio él se negó,
pero los hermanos le ofrecieron mucho dinero que él aceptó para
marcharse.

Se fue. Sin ninguna explicación a María, quien cayó en una profunda


depresión. Dos años estuvo así, hasta que sus hermanos decidieron
enclaustrarla en el Antiguo Convento de la Concepción, donde se la
pasaba rezando y pidiendo por él.

Un día, no pudo más con el dolor y se ahorcó en un árbol de duraznos en


el patio del convento. La enterraron allí mismo y un mes después de su
muerte, su fantasma empezó a aparecer por las noches, reflejándose en
las aguas del convento cuando alguna de las novicias o monjas se veía el
rostro. Desde entonces se prohibió la salida de cualquiera de ellas al jardín
cuando anocheciera.

La leyenda cuenta que como no podía soportar estar sin su amado, ya


muerta salió a buscarlo y lo mató para estar con él aunque sea en el más
allá.

Visita el convento en la calle Belisario Domínguez número 5 en el Centro


Histórico. Llega con el metro Bellas Artes y Garibaldi. Búscalo entre las
calles Lázaro Cárdenas, Calle 57 y Allende.
10. LA MANO DE LA REJA.

Se cuenta que en la ciudad de Morelia, en la calzada de San Diego, existe una casa donde
llegó a vivir Don Juan Núñez de Castro con su esposa Doña Margarita Estrada y su única
hija, Leonor, pero sólo de Don Juan, pues Margarita era su segunda esposa. Mujer que
constantemente humillaba a Leonor, quien tenía una belleza inigualable.

Un día, a Morelia, entonces Valladolid, llegó un noble de la corte del Virrey, quien en un
paseo conoció a Leonor y se enamoró, pidiéndole permiso para cortejarla. Ella aceptó y se
vieron en una ventanilla del sótano de la casa, donde Leonor dormía porque su madrastra
no quería que mostrara su belleza en ningún lugar.

Así pasaron los días de romance, hasta que Doña Margarita los encontró y cerró toda
ventana, dejándolos sin comunicación. Pero él no sabía qué había pasado porque tuvo que
salir corriendo a asuntos del reino. Nadie sabía que Leonor estaba prisionera. Los días
pasaron y ella seguía encerrada.

Buscando comida para mantenerse para su amado, sacaba una mano por la ventanilla para
implorar limosna. La gente ya rumoraba de la mano que salía por la reja, pero Doña
Margarita se había encargado de disipar los rumores.

El enamorado, después de un largo viaje, regresó buscando a Leonor. Cuando llegó a su


casa, se encontró con el padre, quien la mandó a buscar. Fue allí cuando la encontraron
muerta. Su gran amor, le dio sepultura vestida de novia y tanto Doña Margarita, como su
padre y los criados, fueron enviados a prisión.

Se dice que ahora, en la reja del sótano se ve una mano pálida y descarnada que implora
por caridad diciendo: "Un pedazo de pan por el amor de Dios...".
11. LA PIEDRA NEGRA.

Dos ambiciosos amigos Misael Galán y Gildardo Higinio, decidieron que


querían hacerse ricos y fueron en busca de una mina, que se encontraba
por la cordillera que separa al municipio de Vetagrande de la capital
Zacatecana.

Durante cinco días buscaron, hasta que encontraron una cueva de aspecto
extraño, a la que se acercaron y donde hallaron una roca brillante
semienterrada. Lo que les llamó la atención y se pusieron a escarbar cerca
de ella, pues pensaban que era oro.

Lograron sacar la roca y se acostaron a descansar. Al día siguiente, los


jóvenes fueron encontrados muertos. El acta de defunción dice que
perdieron la vida en una riña entre ellos mismo. Se cuenta que fue la
ambición la que acabó con ellos, porque al final la piedra no tenía ningún
valor.

La gente cuenta que quien se encuentra con ella, se vuelve agresivo y


ataca sin razón aparente. Y es que la piedra servía para afilar cuchillos, lo
que muchos hicieron, antes de transformarse en seres violentos.

Ante la caótica situación, se decidió que la roca fuera llevada lejos del
alcance humano, justo en lo alto de un muro posterior de la catedral
Zacatecas, debajo de la campana chica.
12. LA LEYENDA DEL CANDIL.

Cuenta la leyenda que todo esto ocurrió en la Costa Grande de Guerrero.


Una mujer había juntado sus monedas de oro para visitar al papa en el
Vaticano. En ese entonces, no había muchos transportes y la mujer tenía
que caminar por la orilla de la playa hasta llegar a Acapulco; tardaría un día
y medio.

El día de su partida llegó y a las 4 de la mañana, sin luna en el cielo, salió


guiándose por la espuma del mar y un candil de petróleo. Pero nada de lo
que había planeado resultó, porque cuando iba caminando, unos hombres
la atracaron, la robaron y la mataron.

La mujer no logró su cometido y se dice que ahora se pasea por la costa


con un candil. Esto ocurrió entre Carrizal y Mitla.
13. EL CIELO, LA TIERRA, Y EL INFRAMUNDO

Para los antiguos pueblos purépecha el cosmos estaba conformado por tres
importantes partes. En Cielo recibía el nombre de Avándaro; la Tierra era
conocida como Echerendo; y al Inframundo se le denominaba Cumiechúcuaro.
Las tres partes del mundo formaban planos superpuestos. En todos ellos los
dioses moraban. Así pues, había dioses del firmamento: los astros y las aves;
dioses terrestres, y dioses de la muerte. Todos ellos podían tener la apariencia
de los hombres y de los animales. En cada una de las partes que componían al
universo, se encontraban cinco rumbos sagrados, cuatro laterales y uno central.
El estos puntos reinaba un dios y estaba regido por un color determinado. Los
Dioses de la Mano Derecha se encontraban en el Norte, y en el Sur moraban los
Dioses de la Mano Izquierda. Los dioses del Cielo, de la Tierra y del Inframundo
se encontraban simbolizados por el número Tres. A su vez, el número Cinco
representaba a los dioses de los cinco rumbos sagrados mencionados. Por otra
parte, al número Cuatro se le asignaba la connotación de los dioses llamados
Las Cuatro Partes del Mundo. A los dioses que habitaban las cinco regiones
míticas, los purépecha los adoraban en templos de piedra revestidos de arena y
cal, a los que se les anexaba canchas de juegos de pelota y casas para el baño.
De las deidades más antiguas de este pueblo, podemos mencionar a Xaratanga,
cuyo templo principal se encontraba en la población de Tzintzuntzan. Se trataba
de la diosa de la Luna, a la que ofrendaban frutas y maíz, pues ella los había
creado. El más importante de los dioses tarascos llevó por nombre Curicaveri, El
Gran Fuego, al cual representaban en una lanza de pedernal o como un
guajolote, y que había creado a todos los demás dioses del panteón. Este dios
tuvo como hermanos a los Tiripemencha, quienes rigen las cinco casas del la
Tierra: el centro y los rumbos sagrados. En Zacapu se le conoció como
Querenda Angápeti, La peña que está en el Templo. Cuando el dios iba por el
Cielo tomaba la forma de un águila, cuando se encontraba en la Tierra era un
coyote, y cuando deambulaba por el Inframundo, se arrastraba cual una
serpiente. Este dios era acompañado en importancia por Cuerahuáperi, la Madre
Naturaleza, La que hace Nacer. La Diosa Madre esposa de Curicaveri.
Representación de la Luna, diosa dual de la vida y de la muerte. Moraba en
Zinapécuaro, acompañada de sus cuatro hijas: la Nube Roja, la Blanca, la
Amarilla y la Negra. La plata provenía de sus heces sagradas. Diosa múltiple de
varias advocaciones: Pehuame, Parturienta, esposa del Sol Poniente, en
Zacapu, dueña de los hurínguequa, los temazcales, y patrona de las
parturientas; Xaratanga, Luna Nueva, habitante de la casa central de Xarácuaro,
desde donde se dirigía a los otros cuatro rumbos cardinales , madre de Mano-
Uapa, llamada Mauina en su advocación de diosa de la fertilidad. Sonia Iglesias
y Cabrera

14. EL VIAJE AL MÁS ALLÁ


Cuenta un mito huichol que cuando un hombre  muere su alma emprende un
largo y difícil camino hacia el Más Allá, trayectoria que es observada por el
mara’akáme. El muerto hace un repaso de todas las acciones que ha hecho en
vida. A continuación, llega a una bifurcación. El camino de la derecha
corresponde a aquellos que tuvieron buen comportamiento durante su vida; el de
la izquierda es para las personas que hicieron acciones malas, las cuales deben
sumergirse en aguas hirvientes o ser quemados por el fuego, para luego pasar
entre montañas y rocas que están chocando continuamente. Si cometieron
adulterios, cargan a cuestas con los genitales de la persona con quien pecaron.
Una vez terminado el castigo, regresan al camino bifurcado y toman el canino de
la derecha.

El alma sigue su rumbo y llega a un estanque que debe atravesar, y donde hay
un perro que ataca al alma pecadora. Para defenderse, el alma lleva consigo un
palo o tortillas para darle y apaciguarlo. Siempre llevando consigo los genitales.
En seguida, se encuentra con todos los animales que en vida hizo dañó; es
entonces cuando ellos toman venganza de todos los golpes y ofensas recibidos.
Si el difunto en vida fue dueño de un perro negro al que no cuido como es
debido; es decir, no lo alimentó ni le dio agua, el perro le esperará a la puerta de
su casa para atacarlo y morderlo cuando el alma deje su hogar. En su recorrido
mortal, el espíritu pasa por un túnel en donde se encuentra un perro blanco que
le está esperando con un vaso con agua lleno de gusanos el cual le hará beber,
en caso de haber maltratado a los perros cuando vivía. Pero si el alma fue
bondadosa con los canes, entonces el perro blanco le ofrecerá comida, bebida, y
le brindará muchos parabienes. Si por algún motivo el muerto comió carne de
tlacuache, una enorme roca lo aplastará, pues tal animalito se considera sagrado
por haber robado el fuego en beneficio de los huicholes.

Una vez pasadas las pruebas establecidas por los dioses, el alma del difunto
arribará al lugar en donde se encuentran los antepasados y demás muertos,
quienes organizan una celebración alrededor de un árbol sagrado. En la fiesta
todos bailan, comen y beben tesgüino. Al momento en que todos están
borrachos, el curandero-mara’akáme atrapa el alma del muerto y, auxiliado por
un espíritu, la lleva hasta donde se encuentran sus familiares que lo reciben
llorando y le dan la bienvenida. Los parientes le preparan una sabrosa comida y
le ofrecen todas las cosas que al muertito le gustaban cuando vivía. Después de
que el alma ha saboreado la sabrosa comida, se despide y emprende su última
partida. Pasados cinco años, el alma toma la apariencia de un cristal de roca y
regresa a la Tierra a visitar a los suyos, quienes no lo han olvidado y siempre le
rezan en al altar doméstico con mucho cariño.

15. EL GRAN DILUVIO


Cuentan los narradores mazatecos que antes de que existiera este mundo hubo
otro mucho más viejo, que se destruyó por la ira de Dios. En esos lejanos
tiempos, la gente del pueblo empezó a escuchar unos rumores horribles.
Mensajes terribles caían del Cielo en los que se anunciaba que muy pronto el
mundo sería destruido por un enorme diluvio, porque el dueño del universo
estaba enojadísimo ya que las personas cometían malas acciones
constantemente.
Ante estos amenazadores mensajes, todos los habitantes del pueblo estaban
muy asustados, lloraban, temblaban de miedo, algunos morían de temor ante la
catástrofe que se aproximaba, otros imploraban, y nadie sabía qué hacer. Uno
de los habitantes del poblado, más espabilado que los demás, pensó que la
solución sería crear un arca para subirse en ella y así salvarse.

Poco tiempo después, el cielo se puso completamente oscuro, un horripilante


aire sopló por el este, y se escucharon fuertes tronidos por los cuatro rumbos
sagrados. Empezó a llover muy fuerte, todo se empezó a inundar, el agua llegó
hasta la punta del cerro y, en medio de esta espantosa lluvia e inundación, se
veía al arca que flotaba.
Llovió durante cuarenta días sin parar; aquello fue horrible. De repente se
apareció el Señor de Siete Colores, para dar aviso de que el mundo comenzaría.
El Buen Dios envió a la Paloma Blanca y al Zopilote, sus mensajeros, para que
vieran cómo había amanecido la Tierra. Cuando regresaron cumplida su misión,
Dios les cuestionó acerca de lo que habían visto. El Zopilote le respondió: Pues
verá usted, mi Señor, lo que yo encontré fue mucha carne, y como la oportunidad
se presentaba buena, me puse a comer un poco. El Buen Dios, un poco
escamado, le replicó: ¡Por lo que has hecho, de hoy en adelante te sentencio a
comer carroña para siempre y a recoger todos los muertos que encuentres! Así
fue cómo el Zopilote cumplió con su destino de depredador.

Dios se dirigió a la Paloma y le preguntó qué era lo que ella había observado en
la Tierra. A lo cual la Paloma Blanca replicó: -¡Querido y santo Señor, yo lloré
mucho cuando vi a los hombres, las mujeres y los niños muertos por el diluvio,
fue muy triste, y el dolor casi me mata! Entonces el Buen Dios le dijo: -Buena y
hermosa Paloma Blanca, comprendo tu dolor! Ahora quiero que los dos regresen
a la Tierra y vean qué está provocando ese humo que se ve por el horizonte.
Los mensajeros volvieron a bajar a la Tierra, donde vieron a un hombre que
encendía fuego y se movía de un lado para otro muy angustiado. Al regresar al
Cielo le dijeron a Tata Dios que un hombre encendía fuegos, y que creían que
era el único sobreviviente, que les dijera lo que debían hacer. Ceñudo, Dios
afirmó que se encargaría de él, que le dejaran pensar. Después de mucho
meditar, decidió convertir al hombre en mono y que perdiera todas sus
capacidades de hombre, tal como son ahora. Esta es la historia del Diluvio.

16. LOS HOMBRES DE MAÍZ

Algunos testimonios nahuas que retoman la mitología teotihuacana cuentan que


una vez creada la Tierra, y después de haber pasado por varias etapas
creativas, se le encomendó a Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada, la creación
de los seres humanos que poblarían al mundo en el Quinto Sol; es decir en la
quinta era.
Para ello, el dios descendió al Inframundo, al Mictlan, en busca de los huesos
que habían dejado las antiguas y desaparecidas generaciones de hombres que
habían vivido en las cuatro eras anteriores. Después de mucho disputarse los
huesos ya que Mictlantecuhtli, el Dios del Mictlan, se oponía que a Quetzalcóatl
se los llevase, éste acabó por obtenerlos  y emprendió su salida del Inframundo.
Pero Mictlantecuhtli, no conforme con ello, hizo un hoyo en el que el dios cayó,
con la consecuencia de que los huesos se rompieron al caer. Desesperado, el
dios juntó los huesos y se dirigió a Tamoanchan, lugar donde se encontraban los
dioses creadores.

Quetzalcóatl le entregó los huesos a la diosa Quilaztli (o Cihuacóatl), quien los


molió y les dio vida al mezclarlos con masa de maíz que llevaba la vitalidad
necesaria para dar vida. En seguida, el dios roció la masa divina con sangre de
su pene, y aparecieron los pobladores del Quinto Sol en una cueva que
comunicaba con el interior de la Tierra, localizada debajo de la Pirámide del Sol.
Así dio inicio Nahui Ollin, Cuatro Movimiento destinada a desaparecer a causa
de un terrible temblor de la Tierra.
17. LA MUJER DORMIDA Y EL POPOCATÉPETL
Tonatiuh, el Dios Sol, vivía con su familia en el Cielo número trece, en el que no
se conoce la oscuridad ni la angustia…El hijo de Tonatiuh era el príncipe
Izcozauhqui, a quien le encantaban los jardines. Un día, el príncipe oyó hablar de
los vergeles del señor Tonacatecuhtli. Curioso fue a conocerlos. Las plantas
parecían más verdes y los prados frescos y cubiertos de rocío. Al descubrir una
laguna resplandeciente se acercó con presteza, y al hacerlo se encontró con una
mujer que salía de las aguas ataviada con vestido de plata. Ambos se
enamoraron de inmediato ante el beneplácito de los dioses. Pasaban el tiempo
juntos, recorriendo los cielos. Pero los dioses les prohibieron ir más allá de los
trece cielos.

Los enamorados conocían el firmamento. La curiosidad por saber qué había bajo
de él hizo que descendieran a conocer la Tierra. Allí la vida era diferente. El sol
no brillaba todo el tiempo, descansa por las noches. Había más colores, texturas,
sonidos y animales que en todos los cielos recorridos por ellos.

Los enamorados, al descubrir que la tierra es más hermosa que los paraísos
celestiales, decidieron quedarse a vivir en ella para siempre. El lugar escogido
para su morada estaba cerca de un lago, al lado de valles y montañas.

Los dioses, furiosos por la desobediencia de la pareja, decidieron infringirles un


castigo. La princesa enfermó repentinamente, fueron vanos los esfuerzos de
Izcozauhqui por aliviarla. La mujer supo que esa era la sanción de los dioses,
Tonatiuh se lo hizo saber con sus abrasadores rayos. A ella no le permitirían
vivir.
Separándolos con su muerte para siempre. Así see lo hizo saber a su amado, le
pidió que la llevara a una montaña con el fin de estar junto a las nubes, para que,
cuando él regresara con su padre, pudiera verla más cerca desde el Cielo.
Fueron sus últimas palabras, después se quedó quieta y blanca como la nieve.

El príncipe con su preciosa carga a cuestas caminó días y noches hasta llegar a
la cima de la montaña. Encendió una antorcha cerca de su amada y la veló,
parecía como si la mujer durmiera.

Izcozauhqui se quedó junto a ella, sin moverse, hasta morir. Ella se convirtió en
la Mujer Dormida, Iztaccíhuatl,  y él en el cerro que humea, Popocatépetl.

18.  EL CONEJO DE LA LUNA


Quetzalcóatl, el poderoso y supremo dios, en cierta ocasión se fue a viajar por el
mundo convertido en hombre. Como había caminado todo un día, a la caída de
la tarde se sintió fatigado y hambriento. Pero siguió caminando, hasta que las
estrellas comenzaron a brillar y la Luna se asomó a la ventana de los cielos.
Entonces, se sentó a la orilla del camino.

Estaba descansando cuando vio a un conejito que había salido a cenar.

-¿Qué estás comiendo?, – le preguntó.

-Estoy comiendo zacate. ¿Quieres un poco?

-Gracias, pero yo no como zacate.

-¿Qué vas a hacer entonces?

-Morirme tal vez de hambre y de sed.

El conejito se acercó a Quetzalcóatl y le dijo;

-Mira, yo no soy más que un conejito, pero si tienes hambre, ¡Cómeme!

Entonces el dios acarició al conejito y le dijo:


-Tú no serás más que un conejito, pero todo el mundo, para siempre, se ha de
acordar de ti.

Y tomándole de las patas,  lo arrojó muy levantó alto, hasta la Luna, donde
quedó estampada la figura del conejo. Después, el dios le dijo:

– ¡Ahí tienes tu retrato en la Luna, para que todos los hombres de todos los
tiempos te vean para siempre!

19. EL MURCIÉLAGO DE COLORES


Una vez existió un hermoso murciélago. Era la criatura más bella de la Creación,
ya que en su afán por parecerse al resto de las aves, un día subió al cielo y le
solicitó al Creador poseer bellas plumas. El Creador le contestó que tenía su
permiso para solicitar a otras aves que le dieran sus mejores plumas. Y así lo
hizo. Se dedicó a pedir las plumas de aquellos especímenes más vistosos y
coloridos.

Tras un tiempo de recolección, el murciélago lucía, ufano, su nuevo y


espectacular aspecto. Revoloteaba por toda la Tierra recreándose con su
imagen. Incluso en una ocasión, con el eco de su vuelo provocó un maravilloso
arco iris. Todos los animales lo observaban fascinados por su deslumbrante
belleza. No obstante, los halagos comenzaron a hacer mella en él. La soberbia
se apoderó de su raciocinio. Miraba con desprecio al resto de las aves, a las que
consideraba inferiores a él.

Percibía que ningún otro animal estaba a su altura. Hasta reprochó al colibrí que
no era tan agraciado como él. Consideraba que no existía otra cualidad más
importante que no fuera el aspecto físico. El resto de las aves se sentía
humillado ante el vuelo del murciélago. Su continuo pavoneo se hizo insoportable
para todo el reino animal, y sus ofensas llegaron a oídos del Creador. Éste
decidió intervenir.
Tras observar la actitud del bello murciélago, le llamó al Cielo. El animal se sintió
halagado al verse requerido por el Ser Supremo y su ego se elevó aún más. Ante
la presencia del Creador, comenzó a aletear con una alegría desbordada. Aleteó
una y otra vez, desprendiéndose todas sus bellas plumas.

De pronto, se descubrió desnudo, como al principio de los tiempos.


Avergonzado, descendió a la Tierra, refugiándose en las cuevas y negándose la
capacidad de ver. Durante días, llovieron plumas de colores que el murciélago no
quiso observar, procurando olvidar lo hermoso que había sido un día. Desde
entonces, el murciélago vivió recluido en la oscuridad lamentando su ególatra
actitud.

20. EL MINERO

Esta historia trata de un minero y un perro que todas las mañanas salía en busca
de algunas piezas valiosas en la comunidad del narango en el llamado puente de
la mano donde por ahí pasaba el tren que conectaba a iguala con otras
comunidades.

Una mañana como cualquiera el minero estaba escarbando con su pico debajo
de una montaña de tierra cuando de repente se empieza desmoronar y a este
ya no pudo salir así que, quedo enterrado con el escombro su perro como estaba
un poco retirado de ahí puedo vivir pero al notar que su dueño estaba enterrado
se quedó ahí al pie de, el pasaron unos días y como el señor no pudo salir de ahí
murió por la falta de aire así que el perro también murió este nunca se le
despego a su dueño de donde estaba y así murieron juntos.

Ahora la gente vecina de esa comunidad cuenta que por las noches se escucha
como si una persona estuviera escarbando y un perro ladrando
desesperadamente.
Algunas personas han querido ir a ver de qué se trata y las personas que se han
atrevido a ir cuentan las demás personas que ya no vuelven que quedan
enterrados así como el señor y con señas de mordidas.

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