MIctlantecutli

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Mictlantecuhtli: la deidad

mexica asociada al Día de


Muertos
Muchos años antes de la Conquista de México, el pueblo mexica veneraba al
“Señor del Inframundo”, el lugar a donde iban a reposar eternamente los
muertos

2 de Noviembre de 2019
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En el Templo Mayor de la Ciudad de México se resguarda esta figura del Señor del Inframundo.
Video; Juan Vicente Manrique

Era “el señor del inframundo”, Mictlantecuhtli, la deidad mexica que


reinaba en el Mictlán o “lugar de los muertos”, el sitio en donde los difuntos
podrían reposar eternamente y aunque con la Conquista española se trataron de
eliminar las creencias y cultos de los pueblos prehispánicos, gracias al
sincretismo con la religión católica algunas reminiscencias a ese Mictlán
impregnaron la actual tradición del Día de Muertos en México.

En el México prehispánico existía una tradición mediante la cual se conservaban


los cráneos de los enemigos como trofeos que luego se usaban en rituales
relacionados con la muerte y el renacimiento. En las ruinas del Templo
Mayor aún pueden verse restos de los famosos “tzompantli”, muros con
cráneos o representaciones de cráneos.
Y esa costumbre de representar los cráneos ha llegado hasta nuestros días en el
Día de Muertos, donde son tradicionales las calaveras de azúcar y chocolate en
las ofrendas o las famosas catrinas que se ven por doquier en estos días.

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Según las creencias mexicas, para acceder al Mictlán los espíritus tenían que
llegar a un río que sólo podían cruzar con un perro (el xoloitzcuintle), lo que les
permitía pasar a otra dimensión. A este lugar únicamente iban quienes tenían
una muerte natural, sin importar su rango o posesiones, y además del río tenían
que atravesar las nueve regiones del inframundo con sus particulares desafíos.

Un tzompantli en el Templo Mayor (Foto_ Juan Vicente Manrique / Infobae)

Las nueve regiones del inframundo conformaban un universo vertical en donde


había fuerzas superiores e inferiores. Si el muerto lograba superar los
padecimientos de ese lugar podría entonces liberar su alma (tonalli) y lograr el
anhelado descanso ante Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl (señor y señora de la
muerte), los regentes del inframundo..
Al dios se le representaba con el hígado colgando, pues ese órgano estaba
relacionado con el Mictlán. Y justo así se puede apreciar en una escultura que
forma parte del acervo del Museo del Templo Mayor, en la Ciudad de México, al
que Infobae México tuvo acceso.

El hígado colgante de Mictlantecuhtli (Foto: Juan Vicente Manrique / Infobae)

La pieza en cerámica fue encontrada en los años 90 junto a otra similar en una
edificación al norte del Templo Mayor, conocida como la Casa de las Águilas.
Según información del Instituto Nacional de Antropología (INAH), las piezas
habrían sido colocadas sobre las banquetas que flanqueaban el acceso norte del
Templo Mayor en la época de Moctezuma I (1440-1469 D.C).

A estas esculturas se les ofrendaba sangre.

Además del hígado colgante, a Mictlantecuhtli se le representó como un ser


semidescarnado (con la piel cayéndosele) y en posición de ataques y con garras.
Los orificios en la zona del cráneo sugieren que se le colocaba cabello
encrespado.
En los códices el dios fue representado con el cuerpo cubierto de huesos
humanos y una máscara en forma de cráneo, con la mandíbula abierta recibiendo
a los astros que caían ahí una vez que terminaba el día. En el Códice Borgia se le
mostró con un sol negro a la espalda, el sol de los muertos.

Tras la Conquista de México, el culto a los dioses mexicas fue borrado del mapa,
pero el sincretismo logró que surgiera el Día de Muertos, una de las fechas
tradicionales más importantes del país.

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