Envase Metálico
Envase Metálico
Envase Metálico
ENVASE METÁLICO
Introducción
Al hablar de envases metálicos hay que distinguir entre envases ligeros y envases pesados.
Los envases metálicos ligeros son aquellos cuyo espesor es inferior a 0.49 mm y tienen una
capacidad inferior a 40 litros. Los envases pesados hacen referencia a los envases metálicos
con un espesor superior o igual a 0.50 mm y una capacidad que oscila entre 30 y 220 l. Esta
distinción no es arbitraria, sino que corresponde a las diferentes materias primas y técnicas
utilizadas en la obtención de los diferentes tipos de envases.
- Envases alimentarios
- Envases de bebidas
- Envases industriales (bidones)
- Aerosoles
Los dos últimos grupos se recogen en apartados independientes de esta guía (ver apartados:
bidones metálicos y aerosoles), por lo que serán excluidos de la presente descripción.
según su forma:
- cilíndrico
- rectangular: prisma con base rectangular
- tipo sardina: prisma recto, pero de base elipsoidal
- tipo estuche
según su sección transversal:
- Acuellado: una o las dos extremidades tienen una reducción o varias, que
permiten el uso de fondos más pequeños.
- Ensanchado: el extremo superior es más ancho que el inferior.
- Acordonado: se caracteriza por tener cordones en su pared lateral, lo que le
da mayor resistencia al colapso.
- Soldado: recipiente de tres piezas, al cual se le han soldado los extremos con
las tapas correspondientes. Presentan una pequeña perforación en la
superficie de la tapa para ser llenados con sistema de aguja.
El proceso de fabricación de los envases de tres piezas parte de bobinas de hojalata y consta
de las siguientes etapas:
La fabricación de envases de dos piezas, obtenidos por simple embutición (1 solo golpe), es
antigua y se viene empleando para muchos productos en envases de poca altura (relación
altura/diámetro < 0.6). Para envases de mayor relación altura/diámetro se han desarrollado
dos técnicas básicas de fabricación: embutición-reembutición (DRD) y embutición estirado
(DWI).
Son aquellos cuya altura es igual o mayor que la mitad del diámetro. La embutición se hace
en varias operaciones y la conformación del envase se realiza mediante reembuticiones
sucesivas. Esta técnica supone un elevado costo del equipo, lo que hace que este tipo de
envases no se haya extendido tanto como otro tipo de envases.
Son envases de pared muy delgada, utilizados para productos envasados bajo presión
(bebidas carbonatadas). Se obtienen a partir de un disco metálico sin barniz de espesor
relativamente elevado (0.30-0.33 mm), mediante las siguientes etapas:
Prensa de copas: embutición simple a mayor diámetro que el diámetro nominal del
futuro envase.
Reembutición: reducción del diámetro a su dimensión nominal.
Tras diversos estiramientos se produce el alargamiento progresivo de las paredes,
con reducción de su espesor, a diámetro constante.
Formación del domo por estampación, sin reducción de espesor.
Recorte del extremo superior no uniforme por alargamiento irregular.
Entallado: reducción del diámetro de la boca
Pestañeado o formación de la pestaña.
Los envases DWI por su concepción y características son particularmente adecuados para
cervezas y bebidas carbónicas. Se ha intentado su utilización para productos alimenticios
esterilizados y bebidas no carbónicas, pero existen grandes diferencias en las exigencias
técnicas de estos productos, por las diferentes tensiones mecánicas que deben soportar. En
las bebidas carbonatadas, las presiones existentes refuerzan las paredes del envase, incluso
las más finas.
Para realizar el cierre se realizan dos operaciones que emplean piezas giratorias circulares, la
primera de las cuales, denominada rulina de 1ª operación, riza y enrolla el borde del fondo
con el borde del cuerpo, mientras se presiona al conjunto cuerpo-fondo contra un yunque
giratorio denominado mandril de cierre. En la segunda operación, otra pieza circular
giratoria, denominada rulina de 2ª operación, aprieta el cierre incompleto que se acaba de
formar, comprimiéndolo lateralmente contra el mandril. Un compuesto sellante semejante al
caucho, previamente colocado sobre la periferia de la tapa, actúa como junta comprimida de
seguridad contra las fugas.
Desde la aparición de la tapa de fácil apertura en aluminio, ha tenido lugar una continua
evolución tecnológica, apareciendo numerosos tipos y modelos. Se ha prestado gran
atención al desarrollo de tapas de apertura completa de hojalata para envases de conservas.
Se ha conseguido un cierre hermético, suficientemente seguro sobre el acero, que permite la
fácil apertura manual, todo ello compatible con bajos costos del producto. Están
completamente introducidas en la industria conservera las tapas rectangulares y ovales para
conservas de pescado, así como las tapas redondas de hasta 1000 mm de diámetro para
otros productos.
Corrosión
Cuando existen dos piezas metálicas de distinta naturaleza unidas (como es el caso del
hierro y el estaño) y existe una conductividad iónica (en este caso debido a la humedad del
alimento envasado), se forman micropilas en los lugares donde el estaño presenta poros que
permiten el contacto directo con el hierro. Este problema no suele afectar directamente al
alimento, sino únicamente al envase.
Las distintas capas que constituyen la hojalata presentan siempre una estructura discontinua
en mayor o menor grado, como consecuencia de la porosidad propia del material (porosidad
primaria) y de los daños o efectos mecánicos (porosidad secundaria), derivados de las
manipulaciones a que se ve sometido el material.
Dados los valores de los potenciales electroquímicos del hierro y el estaño, cabría esperar
que el hierro actuara como ánodo, mientras que el Sn debería constituir el cátodo de la pila
electrolítica. Sin embargo, al considerar la corrosión de la hojalata por elementos ácidos
(alimento) se observa que, en la mayoría de los casos, es el Sn el que actúa como cátodo, y
por tanto disolviéndose, mientras que sobre el hierro tienen lugar las reacciones de
deposición catódica, de la que la más común es la formación de hidrógeno.
Sulfuración
Los barnices son un medio para proporcionar resistencia a la abrasión así como para actuar
como barrera frente a la corrosión externa. Limita la superficie metálica en contacto con la
atmósfera reduciendo el riesgo de aparición de oxidaciones. Los factores de mayor
importancia que deben considerarse durante la aplicación de un barniz son: composición y
adecuación al soporte metálico, adherencia, espesor y porosidad.
Aplicaciones
Los envases de tres piezas se suele utilizar para todo tipo de conservas: pescado (atún,
anchoas, mejillones, chipirones, etc.), encurtidos (espárragos), vegetales (espárragos,
pimientos, champiñones, etc.), etc. En cuanto a los envases de dos piezas, su aplicación
principal son las bebidas carbonatadas.
Aluminio
El aluminio posee unas propiedades óptimas como material de envase: es muy resistente,
ofrece la máxima protección como efecto barrera contra gases, incluso a pequeños
espesores, es inerte, se decora con facilidad, no se oxida y no deja manchas.
El aluminio se puede separar para su posterior reutilización bien mediante una separación
manual o bien mediante una separación basada en separadores magnéticos basados en el
efecto de las corrientes inducidas (separadores de Focault). El principio de funcionamiento es
la fuerza de repulsión generada sobre los envases de aluminio por un imán multipolar que
gira a gran velocidad en el extremo de una cinta transportadora, lo que provoca la salida de
este material del flujo normal de residuos.
Hojalata
Las tarifas de Ecoembalajes España, S.A, que entraron en vigor el 1 de enero de 2004 para
cubrir el extra coste que supone para los fabricantes la recogida selectiva de residuos de
envases, para los materiales metálicos son las siguientes:
Normativa relacionada
Capítulos relacionados
- Aluminio
- Hojalata / chapa cromada
- Aerosoles
- Bidones metálicos