Hojalata
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Hojalata
ENVASES DE HOJALATA
El material que se emplea en la fabricación de la mayoría de latas, botes o tarro, como comúnmente se les conoce a
los envases metálicos tradicionales, se denomina hojalata. Es un producto con características físico-químicas
especiales requeridas para están en contacto con los alimentos y para la fabricación de los encases. La hojalata más
comúnmente utilizada conocida también como laminas estañadas, posee una estructura estratificada y está
constituida por cinco capas: el acero base, la aleación estaño-hierro, el estaño libre, la zona de pasivación y por
ultimo una película de aceite orgánico. Cada una de estas capas juega un papel muy importante en las propiedades
que se presenta la hojalata como material de empaque para alimentos.
La lamina de acero base, conocida como lamina o chapa negra, se obtiene a partir de lingotes de acero. Estos lingotes
son laminados en caliente, posteriormente la hoja obtenida es laminada en frio (simple o doblemente reducida en
frio), recocida y finalmente sometida a los diferentes acabados superficiales. La chapa de acero se encuentra en
espesores que van de 0.15 a 0.38 mm y en anchos desde 600 a 980 mm. Las características del acero varían de
acuerdo a su composición química, temple y acabado superficial.
Tipo L, es usado como base para la lamina estañada, la cual va a contener productos altamente corrosivos. Los
elementos residuales como el fosforo, silicio, cobre, níquel, cromo y molibdeno están presentes en cantidades
mínimas.
Tipo MR, similar en contenido a metaloides al tipo L, pero menos restrictivo en elementos residuales, comúnmente
utilizados en muchos productos de acero laminado. Es recomendado para enlatar alimentos moderadamente
corrosivos.
Tipo MC, acero refosforizado con elementos similares al tipo MR, empleado cuando se requiere gran resistencia
mecánica y donde la resistencia interna a la corrosión es de menor importancia.
Tipo D, acero apagado en aluminio, generalmente empleado en la fabricación de tapas, cierres y elementos que
requieren un estirado profundo y a los cuales se desea reducir al mínimo la formación de estrías y marcas
superficiales pequeñas.
Designación de temple para hojalata fabricada mediante recocido continuo.
Temple
Otra característica es el temple, el cual no solo es función de la composición química del acero base, sino de
tratamientos a que es sometido durante su elaboración (reducción, recocido, etc.). En las siguientes tablas muestran
los tipos de acero clasificados de acuerdo con su temple, se consideran los correspondientes limites de dureza
(Rockwell 30T), así como también las características respectivas.
NO
Estañado electrolítico.
El estaño debido a sus características químicas y físicas, desde hace muchos años, se ha empleado en la protección de
las láminas de acero utilizadas en la fabricación de envases para la conservación de alimentos. Los primeros
recubrimientos de estaños sobre láminas de acero se efectuaron por inmersión de la lámina de estaño fundido
(estañado en caliente). Actualmente la hojalata se produce por varios procesos electrolíticos, dentro de los cuales los
más importantes son el proceso halógeno, el ferrostan y el alcalino.
Se muestran las diferentes etapas del proceso de elaboración del estañado electrolítico en la formación de la
hojalata.
Estañado electrolítico diferencial.
En las modernas líneas de estañado electrolítico es posible efectuar un revestimiento diferencial, es decir que una
cara de la lámina de acero pueda ser recubierta con un estañado diferente a la otra. En el sistema métrico la unidad
de recubrimiento de estaño en la hojalata se expresa en g/m2 de superficie.
Los últimos adelantos tecnológicos se enfocan a los bajos estañados (1.1/1.1 g/m2) y menores donde el estaño se
encuentra altamente o totalmente aleado al hierro.
Lámina cromada.
T.F.S. (Tin-Free steel) acero libre de estaño, este tipo de lámina se obtiene por reducción simple o doble a la que se le
aplica un recubrimiento electrolíticamente de cromo, y es usada especialmente para la fabricación de tapas y fondos
de las latas así como envases con la impresión completa alrededor del cuerpo.
La resistencia a la compresión del envase es adecuada y aunque es menor que la de hojalata, se puede estibar sin
riesgo.
Acabados superficiales.
La hojalata de acuerdo con el tratamiento final que se le dé al estaño (fundida o no) se le obtiene con los siguientes
acabados superficiales:
-brillante: hojalata producida con lámina base brillante o Stone finish y con el recubrimiento de estaño sometido al
proceso de calentamiento.
-mate: hojalata obtenida con una lámina base mate y sin someter el recubrimiento de estaño al proceso de
calentamiento.
-acabado plata (silver finish): hojalata obtenida de lámina base mate y con el recubrimiento de estaño sometido al
proceso de calentamiento.
También se les clasifica en la norma correspondiente, según su aspecto físico final en: hojalata de primera, y hojalata
de segunda, es decir de acuerdo, con su calidad.
Envases de hojalata de tres piezas. NO
En este tipo de envases la principal característica exigida es una completa hermeticidad, para evitar el deterioro de
los alimentos, generado por la acción de los microorganismos o por las reacciones de oxidación. El éxito de las
conservas y de todos los procesos previos de preparación depende por lo tanto de cierres que no permitan
filtraciones.
El proceso de fabricación de los envases de tres piezas, parte de la hoja de hojalata, la cual después de que se
imprime, se troquela el cuerpo del envase. Se une el cuerpo por la costura lateral, se hacen las pestañas tanto en el
fondo como en la parte superior y finalmente se engargola la tapa, este proceso se aprecia en la siguiente figura:
Las principales zonas y elementos de los envases de hojalata son los siguientes:
Costura Lateral
Los envases de tres piezas se fabrican a partir de un trozo de lamina que es enrollado y unido por
sus extremos, formándose así la costura lateral que todos llevan; existen actualmente diferentes
sistemas para llevar a cabo la unión de la hojalata, como son; soldadura estaño-plomo, soldadura
eléctrica, unión cementada.
a) Soldadura estaño-plomo:
Cuando se utiliza la soldadura estaño-plomo, una aleación fundida de estos dos elementos es
colocada entre los ganchos que se forman previamente en los extremos de la lámina, para a
continuación hacer un engargolado de ellas; la proporción en que intervienen el plomo y el estaño
en la mezcla utilizada como sellante depende básicamente del tipo de producto que se vaya
finalmente a envasar.
b) Soldadura eléctrica:
Este sistema está desplazando a la unión por estaño-plomo, primeramente por la presencia del
plomo como elemento tóxico y en segundo término por ahorro en material, ya que no son
necesarios los ganchos para formar la costura lateral, en este sistema se realiza la unión por
traslape de las láminas que en la mayoría de los casos es de sólo 0.1 mm. Para este tipo de
soldadura se aplica calor concentrado a lo largo de la línea de unión del borde, generalmente
calentado hasta temperaturas próximas a las de fusión del metal, conformándose el sellado por
compresión de las láminas superpuestas. Con los equipos empleados en este proceso es posible
efectuar la costura lateral en lámina negra, hojalata electrolítica y lámina cromada (TFS) después
de remover el óxido de plomo.
En otros tipos de taros metálicos, destinados a conservar productos secos no corrosivos, como
galletas, dulces duros, hojuelas de cereales, etc., la costura lateral no presenta soldadura y solo
se aplica un agente sellante o liner entre los ganchos laterales, para efectuar a continuación el
enlazado y presión de cierre, se obtiene de esta manera un envase que garantiza la integridad de
los productos así conservados.
Cuando se trata de lata sanitaria, la costura lateral se protege con una película de barniz en su
cara externa, y con una película de laca en su parte interna, en esta forma se .previenen los
problemas de corrosión que e presentan debido al medio ambiente que rodea el envase, y a la
alteración lata-alimento.
Doble cierre.
La tapa y el fondo de los envases metálicos, se unen al cuerpo en una forma particular, que recibe
el nombre de doble cierre, lo cual se debe a que hay cinco o siete láminas de hojalata dobladas y
apretadas firmemente y dentro del cierre un compuesto conocido como compuesto sellador.
Compuestos sellantes.
Se denomina así a las soluciones so suspensiones de caucho sintético, que se caracterizan por su
resistencia a los aceites, a las soluciones ácidas y a los procesos de autoclave. Se aplican en su
canal formado por la pestaña o rio de la tapa, antes de ser engarzadas a los cuerpos de las latas.
Existe una clasificación de los compuestos sellantes de acuerdo con la forma del fondo en que se
aplican. Uno de ellos apropiado para fondos circulares utilizado en máquinas dosificadoras
automáticas y el otro para fondos no circulares (rectangulares u ovalados).
Los compuestos sellantes deben presentar unos requisitos mínimos que se refieren a:
Los recubrimientos orgánicos aplicados en el interior de las latas, tiene como función evitar la
interacción química entre el alimento y el envase, ya que estas reacciones en general afectan
desfavorablemente la calidad del alimento envasado.
Aunque las investigaciones en el campo de las lacas sanitarias se han orientado hacia la
búsqueda de una laca que presente todas las características de protección, los esfuerzos han sido
inútiles. En la actualidad se elaboran alrededor de 30 tipos de lacas diferentes con las cuales se
aíslan los diversos alimentos de las estructuras metálicas que los contienen.
Con algunos productos se utilizan latas sin recubrimiento interior, es decir, donde el alimento se
encuentra en contacto directo con la hojalata. Esto se permite cuando la interaccion lata alimento
es despreciable, o cuando se logra mejores calidades del contenido en estas condiciones.
Las lacas que van a ser empleadas en contacto directo con alimento deben presentar las
siguientes características:
- Atoxicidad
- No deben afectar ni el olor ni el sabor de los alimento enlatados
- Deben comportarse como una barrera efectiva entre el alimento y el envase.
- Su aplicación sobre la hojalata debe ser fácil.
- Deben ser resistentes y no desprenderse durante los procesos de esterilización ni durante
el almacenamiento.
- Deben presentar adecuada resistencia mecánica para que no se rompan durante los
procesos de formación del envase.
Oleorresinosas.
Los tipos más utilizados son el “C”, el “F” y el “R”. Este ultimo empleado como recubrimiento
exterior, mientras que para uso interno, en contacto con el alimento, se emplean solo los dos
primeros.
La laca sanitaria tipo “R”, se emplea especialmente para conservar los colores naturales de las
frutas o vegetales que presentan colores obscuros como: fresas, moras, remolacha y similares.
También se le utilizan en los envases que van a contener frutas de acidez baja o media; tomate y
sus productos y aceites y mantecas vegetales.
La laca sanitaria tipo “C” se utiliza para prevenir la decoloración de los alimentos y también para
evitar la formación de puntos negros en el envase, se generan por la reacción del azufre de
algunos alimentos con los elementos de la hojalata. Esta laca se elabora mezclando oleorresisna
con oxido de zinc, en proporción del 15% aproximadamente. En general esta laca se emplea para
conservar vegetales que liberan azufre a la salmuera, carnes, pescados, mariscos y productos
lacteos.
Fenólicas.
Estas resinas son empleadas como recubrimiento interno de envases para mariscos, pescados,
ciertos productos cárnicos y alimentos ácidos. Presentan menor flexibilidad y mayor
impermeabilidad y resistencia química que las oleorresinosas, es decir gran inercia, pero no
ofrecen buenas características de troquelabilidad y además tienden a impartir sabor y olor a
algunos alimentos. Estas resinas no requieren la adición del oxido de zinc para evitar el efecto del
azufre, y no se ablandan con las grasas y aceites de origen animal.
Epóxicas.
Se caracterizan por la retención de color durante los procesos de fabricación y por una excelente
estabilidad térmica. Presentan muy buena flexibilidad y no comunican olores y sabores
apreciables, aunque en este aspecto se obtienen mejores resultados si se cubren con una capa
vinílica. Las resinas epóxicas pueden ser modificadas mediante mezclas con resinas fenólicas
para obtener las tipo epoxifenólicas o lacas “A”.
Las lacas epoxifenólicas son recomendadas especialmente para carnes, pescados, quesos
salados, verduras y frutas de alta acidez.
Vinílicas.
Este recubrimiento es utilizado usualmente como una segunda capa en combinación con una laca
oleorresinosa o una fenólica. En esta forma se emplea en contacto con gaseosas, cerveza y
alimentos altamente ácidos y corrosivos.
- Tipo H, en la cual se aplica primero una capa oleorresinosa, “F”, y después del curado una
capa vinílica.
- Tipo K, en este la primera capa corresponde a una película de la epoxifenólica y la segunda
una laca vinílica.
Las placas vinílicas son muy resistentes a la corrosión, presentan excelente adherencia a los
plásticos y su estabilidad térmica es de las mejores, no comunican olores ni sabores particulares.
Se producen también lacas vinílicas modificadas, como es el caso de la vinilfenólica y la
epoxivinílica.
Otros recubrimientos.
Otras resinas como las alquidicas y acrílicas son empleadas preferencialmente en la parte externa
del envase, como recubrimiento exterior para tapas de aluminio, como base litográfica o como
barniz final para sobreimpresión. Algunos tipos de acrílico se emplean también como
recubrimiento interior de tapas corona.
La clasificación más general de los envases metálicos se han efectuado en función de la forma
que presentan, aunque en muchos casos los recipientes se identifican o por el producto envasado,
como las lacas tipo sardina, o por la capacidad que presentan, como sucede con los envases
rectangulares tipo galón.
Los envases metálicos empleados en la conservación de alimentos de acuerdo con su forma son
los siguientes:
Envases cilíndricos.
Recipientes en forma cilíndrica que presentan fondo y tapa planos, o en el caso de los productos
al vacio con fonda y tapa ligeramente cóncavos. Se les elabora con el cuerpo recto o con
esfuerzos estructurales que consisten básicamente en modificaciones del cuerpo, elaborados en
forma circular a manera de anillos, realizados para aumentar la resistencia del envase.
Otros envases cilíndricos son los conformados por dos piezas únicamente. Se obtiene en aluminio
(o en aceros especiales), en estos el fondo y el cuerpo forman una sola pieza.
Envases rectangulares.
Son recipientes metalicos que se alaboran en algunas de las formas ya mencionadas o en forma
caprichosa. Se caracterizan por que presentan una tapa en la que el cierre se efectua por friccion.
Se les emplea para ocasiones especiales, promociones, aniversarios, etc., o como envases de lujo
para chocolates, galletas, dulces y otros productos similares.
Los perfiles de las latas de dos y tres piezas pueden variar, teniendo las siguientes alternativas:
A) Pared lisa.
B) Pared con cuello.
C) Pared acordonada.
D) Con doble gollete.
E) Con triple gollete.
Dimensiones de los envases más comerciales.
En el mercado de las latas metálicas se manejan algunos tamaños estándar, lo cual permite entre
otras cosas eficientar las líneas de producción de los envases, así como lograr una calidad
constante y controlada.
CLAVE DESCRIPCIÓN
202 x 114 Octavo bajo
202 x 204 Octavo alto
204 x 413 211c
211 x 212 4z
211 x 400 No. 1 Picnic
211 x 413 Picnic
303 x 406 1 Libra
305 x 110 ½ F1 Atún
307 x 409 No. 2
401 x 411 2½
404 x 700 46 onzas
603 x 700 No. 10
La clave de cada envases indica las dimensiones del mismo, base y altura respectivamente, en el
primer caso202 x 114, para el primer número se tiene que 2 significa pulgadas, mientras que 02
significa 2/16 de pulgada, por lo que podría leerse 22/16 de diámetro en base por 114/16 de altura.
Los envases de hojalata deben reunir ciertas características en su formación, siendo las más
importantes:
• Resistencia. Esta característica permiten envasar alimentos a presión o vacio y así como
también el abuso en la manipulación de los envases durante el llenado, sellado, transporte
y distribución.
• Estabilidad térmica. Retienen su resistencia característica a pesar de la amplia variedad de
condiciones climáticas existentes; también permiten el empleo de retortas, en
calentamientos rápidos y en los enfriamientos posteriores.
• Barrera perfecta. Si los cierres están bien elaborados, los envases protegerán al alimento
de la contaminación del ambiente exterior, asegurando la estabilidad de los productos.
• Calidad magnética. Como su principal componente es el hierro, son susceptibles a los
campos magnéticos, efecto importante si se tiene en cuenta la posibilidad de separar los
envases desechados de las demás basuras.
• Integridad química. Esta integridad se refiere a la mínima interacción química, entre los
envases y la gran mayoría de los alimentos, conservándose, por lo tanto, el color, aroma y
demás características de los productos envasados.