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Textos seleccionados del Directorio General para la Catequesis

San Juan Pablo II (25 de agosto de 1997)

Textos seleccionados
Algunos retos para la catequesis............................2 Presentación
Conexión entre las diversas formas de catequesis..2
La labor que se realiza en la Catequesis
La catequesis al servicio de la educación Familiar es, como el nombre indica, cate-
permanente de la fe...............................................2 quética. El término “catequista familiar” lo
La pedagogía de la Iglesia......................................2 aplicamos a las personas que colaboran
para llevarla a cabo, en un sentido amplio,
Evangelizar educando y educar evangelizando .....2 según lo explica el propio Directorio:
Función del catequista ..........................................3
“Para que el ministerio catequético en
La actividad y creatividad de los catequizados.......4 una Diócesis sea fructífero, necesita
contar con otros agentes, no nece-
Comunidad, persona y catequesis .........................4
sariamente catequistas directos, que
La importancia del grupo ......................................4 apoyen y respalden la actividad ca-
tequética realizando tareas que son
La comunicación social ..........................................5
imprescindibles, como: la formación
Elementos y criterios propios de la de catequistas, la elaboración de ma-
catequesis de adultos ............................................5 teriales, la reflexión, la organización y
El ministerio de la catequesis planificación.” (n. 219)
en la Iglesia particular...........................................6
“A veces, el catequista sólo puede
Los padres de familia, primeros educadores ejercer este servicio de la catequesis
de la fe de sus hijos................................................7 durante un período limitado de su
Los catequistas laicos.............................................8 vida, o incluso de modo meramente
ocasional, aunque siempre como un
Diversos tipos de catequista, hoy e servicio y una colaboración preciosa.”
specialmente necesarios........................................8 (n. 231)
Criterios inspiradores de la formación de
los catequistas.......................................................9 Tanto si ejerces la función de catequista
de forma habitual como si estás, simple-
Madurez humana, cristiana y apostólica de mente, colaborando en estas tareas, pue-
los catequistas.....................................................10 de ser bueno que conozcas los siguientes
En la escuela........................................................10 textos, extractos del Directorio General
para la Catequesis.

-1-
TEXTOS SELECCIONADOS sarias, de alguna manera se ordenan
». Esto implica que la catequesis de las
otras edades debe tenerla como punto
Algunos retos para la catequesis de referencia, y articularse con ella en
un proyecto catequético coherente de
pastoral diocesana.
33. Para poder expresar su vitalidad y
eficacia, la catequesis debe asumir, hoy,
los siguientes desafíos y opciones: La catequesis al servicio de la educación
permanente de la fe
• ante todo debe ser propuesta como
un servicio fundamental, interior a
69. (…) La catequesis de iniciación
la evangelización de la Iglesia, y con
pone las bases de la vida cristiana en
un acentuado carácter misionero;
los seguidores de Jesús. El proceso
• debe dirigirse a sus destinatarios permanente de conversión va más allá
de siempre, que han sido y siguen de lo que proporciona la catequesis
siendo los niños, los adolescentes, de base o fundante. Para favorecer tal
los jóvenes y los adultos, y debe proceso, se necesita una comunidad
hacerlo a partir, sobre todo, de cristiana que acoja a los iniciados para
estos últimos; sostenerlos y formarlos en la fe. « La
catequesis corre el riesgo de esteri-
• a ejemplo de la catequesis patrís- lizarse si una comunidad de fe y de
tica, debe moldear la personalidad vida cristiana no acoge al catecúme-
creyente y, en consecuencia, ser una no en cierta fase de su catequesis
verdadera y propia escuela de peda- ». El acompañamiento que ejerce la
gogía cristiana; comunidad en favor del que se inicia,
se transforma en plena integración del
• debe anunciar los misterios esencia-
mismo en la comunidad.
les del cristianismo, promoviendo la
experiencia trinitaria de la vida en
Cristo como centro de la vida de fe; La pedagogía de la Iglesia
• debe considerar, como tarea priori- 141. La Iglesia ha generado a lo largo
taria, la preparación y formación de los siglos un incomparable patrimo-
de catequistas dotados de una nio de pedagogía de la fe: sobre todo
profunda fe. el testimonio de las catequistas y de los
catequistas santos.
Conexión entre las diversas formas de cate-
quesis Evangelizar educando y educar evangelizan-
do (511)
59. « La catequesis de adultos, al ir
dirigida a personas capaces de una 147. Inspirándose continuamente en
adhesión plenamente responsable, la pedagogía de la fe, el catequista
debe ser considerada como la forma configura un servicio a modo de un
principal de catequesis, a la que todas itinerario educativo cualificado; es
las demás, siempre ciertamente nece- decir, por una parte, ayuda a la persona

-2-
a abrirse a la dimensión religiosa de la Función del catequista (528)
vida, y por otra le propone el Evangelio
de tal manera que penetre y transfor- 156. Ningún método, por experimen-
me los procesos de comprensión, de tado que sea, exime al catequista del
conciencia, de libertad y de acción, de trabajo personal en ninguna de las
modo que haga de la existencia una fases del proceso de la catequesis.
entrega de sí a ejemplo de Jesucristo.
El carisma recibido del Espíritu, una
A este fin, el catequista conoce y se sólida espiritualidad, y un testimonio
sirve, desde una perspectiva cristia- transparente de vida cristiana en el
na, de los resultados de las ciencias catequista constituyen el alma de todo
de la educación. método; y sus cualidades humanas y
148. En la transmisión de la fe, la Iglesia cristianas son indispensables para ga-
no tiene de por sí un método propio ni rantizar el uso correcto de los textos y
único, sino que, a la luz de la pedagogía de otros instrumentos de trabajo.
de Dios, discierne los métodos de cada El catequista es intrínsecamente un
época, asume con libertad de espíritu mediador que facilita la comunicación
« todo cuanto hay de verdadero, de entre las personas y el misterio de Dios,
noble, de justo, de puro, de amable, así como la de los hombres entre sí y
de honorable, todo cuanto sea virtud con la comunidad. Por ello ha de esfor-
y cosa digna de elogio » (Flp 4,8), en sín- zarse para que su formación cultural, su
tesis, todos los elementos que no son condición social y su estilo de vida no
contrarios al Evangelio, y los pone a sean obstáculo al camino de la fe, aún
su servicio. Esto lo confirma de modo más, ha de ser capaz de crear condi-
admirable la historia de la Iglesia, en la ciones favorables para que el mensaje
que numerosos carismas de servicio a cristiano sea buscado, acogido y pro-
la Palabra de Dios han dado origen a fundizado.
muy diversos métodos. De este modo, «
la variedad en los métodos es un signo El catequista no debe olvidar que la
de vida y una riqueza », y a la vez una adhesión de fe de los catequizandos es
muestra de respeto a los destinatarios. fruto de la gracia y de la libertad, y por
Tal variedad viene pedida por « la edad eso procura que su actividad catequéti-
y el desarrollo intelectual de los cris- ca esté siempre sostenida por la fe en el
tianos, su grado de madurez eclesial y Espíritu Santo y por la oración.
espiritual y muchas otras circunstancias
personales ». (513) Finalmente, tiene una importancia
esencial la relación personal del cate-
La metodología de la catequesis tie- quista con el catecúmeno y el catequi-
ne por objeto unitario la educación zando. Esa relación se nutre de ardor
de la fe; se sirve de las ciencias peda- educativo, de aguda creatividad, de
gógicas y de la comunicación aplica- adaptación, así como de respeto máxi-
das a la catequesis; tiene en cuenta mo a la libertad y a la maduración de
las muchas y notables adquisiciones las personas.
de la catequética contemporánea.
Gracias a una labor de sabio acompa-
ñamiento, el catequista realiza un servi-

-3-
cio de los más valiosos a la catequesis: 158. La pedagogía catequética es
ayudar a los catequizandos a discernir eficaz en la medida en que la comu-
la vocación a la que Dios los llama. nidad cristiana se convierte en refe-
rencia concreta y ejemplar para el
itinerario de fe de cada uno. Esto su-
La actividad y creatividad de los catequiza-
cede si la comunidad se concibe como
dos (529) fuente, lugar y meta de la catequesis.
En concreto, la comunidad viene a ser
157. La participación activa en el proce- lugar visible del testimonio de la fe,
so formativo de los catequizandos está cuida la formación de sus miembros,
en plena conformidad, no sólo con una les acoge como familia de Dios, consti-
comunicación humana verdadera, sino tuyéndose en ambiente vital y perma-
especialmente con la economía de la nente del crecimiento de la fe. (531)
revelación y la salvación. De hecho, en
la vida cristiana ordinaria, los creyentes Junto al anuncio del Evangelio de
están llamados a dar respuesta activa, forma pública y colectiva, será siem-
personalmente y en grupo, al don de pre indispensable la relación de per-
Dios por medio de la oración, la par- sona a persona, a ejemplo de Jesús y
ticipación en los sacramentos y en las de los Apóstoles. De ese modo la con-
demás acciones litúrgicas, el compro- ciencia personal se implica más fácil-
miso eclesial y social, el ejercicio de la mente; el don de la fe, como es propio
caridad, la promoción de los grandes de la acción del Espíritu Santo, llega de
valores humanos, como la libertad, la viviente a viviente, y la fuerza de per-
justicia, la paz, y la salvaguardia de la suasión se hace más incisiva. (532)
creación.

En la catequesis, por tanto, los catequi- La importancia del grupo (533)


zandos asumen el compromiso de
ejercitarse en la actividad de la fe, de 159. El grupo tiene una función im-
la esperanza y de la caridad, de adqui- portante en los procesos de desa-
rir la capacidad y la rectitud de juicio, rrollo de la persona. Esto vale tam-
de fortalecer su decisión personal de bién para la catequesis, en la de los
conversión y de práctica de la vida pequeños porque favorece una buena
cristiana. socialización; en la de los jóvenes para
quienes el grupo es casi una necesidad
Los catequizandos, sobre todo cuan- vital en la formación de su persona-
do son adultos, pueden contribuir lidad; y en la de los adultos porque
con eficacia al desarrollo de la cate- promueve un estilo de diálogo, de
quesis, indicando los diversos modos cooperación y de corresponsabilidad
para comprender y expresar eficazmen- cristiana.
te el mensaje, tales como: « aprender
haciendo », hacer uso del estudio y del El catequista, que participa en la vida
diálogo, intercambiar y confrontar los del grupo y advierte y valora su diná-
diversos puntos de vista. mica, reconoce y ejerce como come-
tido primario y específico el de ser,
en nombre de la Iglesia, testigo del
Comunidad, persona y catequesis (530) Evangelio, capaz de comunicar a los

-4-
demás los frutos de su fe madura y de uno exige un uso específico; en cada
alentar con inteligencia la búsqueda uno se han de respetar sus exigencias
común. y valorar su importancia. (540) Por ello,
tales subsidios no pueden faltar en
Además de ser un elemento de apren- una catequesis bien programada.
dizaje, el grupo cristiano está llama- Fomentar la ayuda recíproca entre las
do a ser una experiencia de comuni- Iglesias particulares, a fin de subvenir
dad y una forma de participación en a los altos costos de compra y uso de
la vida eclesial, encontrando en la estos medios, es un buen servicio a la
más amplia comunidad eucarística causa del Evangelio.
su plena manifestación y su meta.
Dice Jesús: « Donde están dos o tres 161. La utilización correcta de estos
reunidos en mi nombre, allí estoy en medios exige en los catequistas un
medio de ellos ». (534) serio esfuerzo de conocimiento, de
competencia y de actualización cua-
lificada. Pero sobre todo, dada la gran
La comunicación social (535)
influencia que esos medios ejercen en
la cultura, no se debe olvidar que « no
160. « El primer areópago del tiempo basta usarlos para difundir el mensaje
moderno es el mundo de la comuni- cristiano y el magisterio de la Iglesia,
cación, que está unificando a la huma- sino que conviene integrar el mensaje
nidad... Los medios de comunicación mismo en esta nueva cultura creada
social han alcanzado tal importancia por la comunicación moderna.... con
que para muchos son el principal ins- nuevos lenguajes, nuevas técnicas y
trumento informativo y formativo, nuevos comportamientos psicológicos
de orientación e inspiración para los ». (541) Sólo así, con la gracia de Dios, el
comportamientos individuales, fami- mensaje evangélico tiene la capacidad
liares y sociales ». (536) Por eso, junto de penetrar en la conciencia de cada
a los numerosos medios tradicionales uno y de obtener « en favor suyo una
en vigor, « la utilización de los mass adhesión y un compromiso verdadera-
media ha llegado a ser esencial para mente personales ». (542)
la evangelización y la catequesis ».
(537) En efecto, « la Iglesia se sentiría
culpable ante su Señor si no emplea- Elementos y criterios propios de la catequesis
se esos poderosos medios, que la de adultos (567)
inteligencia humana perfecciona cada
vez más....en ellos la Iglesia encuen- 173. La catequesis de adultos se dirige
tra una versión moderna y eficaz del a personas que tienen el derecho y el
púlpito. Gracias a ellos puede hablar a deber de hacer madurar el germen de
las masas ». (538) la fe que Dios les ha dado, (568) tanto
más cuando estas personas están lla-
Entre otros pueden considerarse, si madas a desempeñar responsabilida-
bien a título diferente: televisión, radio, des sociales de diverso género y están
prensa, discos, grabaciones, vídeos y sometidas a cambios y crisis a veces
audios, es decir, toda la gama de los muy profundos. Por esta razón, la fe del
medios audiovisuales. (539) Cada me- adulto tiene que ser constantemente
dio realiza su propio servicio y cada

-5-
iluminada, desarrollada y protegida, la catequesis se integra con la for-
para que adquiera esa sabiduría cristia- mación litúrgica y con el servicio de
na que da sentido, unidad y esperanza la caridad.
a las múltiples experiencias de su vida
personal, social y espiritual. La cateque- 179. Todo esto requiere que la cate-
sis de adultos debe identificar clara- quesis y los catequistas lleven a cabo
mente los rasgos propios del cristiano una colaboración constante con los
adulto en la fe, traducir estos rasgos padres y también con los maestros,
en objetivos y contenidos, determinar de acuerdo con las posibilidades de
algunas constantes en la exposición, cada lugar. (582) Recuerden los pas-
establecer las indicaciones metodoló- tores que, cuando ayudan a padres y
gicas más eficaces, y escoger formas educadores a cumplir bien su misión,
y modelos. Merece atención especial se está edificando la Iglesia. Este tra-
la figura y la identidad del catequista bajo, por otra parte, ofrece una gran
de adultos y su formación; como tam- oportunidad para la catequesis de
bién la atención a quienes ejercen las adultos. (583)
responsabilidades de la catequesis de
adultos en la comunidad. (569) El ministerio de la catequesis en la Iglesia
174. Entre los criterios que aseguran de
particular
modo eficaz una catequesis de adultos,
auténtica y eficaz, hay que recordar: 219. En el conjunto de ministerios y
(570) servicios, con los que la Iglesia parti-
cular realiza su misión evangelizadora,
• la atención a los destinatarios en ocupa un lugar destacado el ministerio
cuanto adultos, como hombres y de la catequesis.(54) En él cabe señalar
como mujeres, teniendo en cuenta los rasgos siguientes:
por tanto sus problemas y experien-
cias, sus capacidades espirituales y 1. En la Diócesis la catequesis es un
culturales, con pleno respeto a las servicio único,(55) realizado de
diferencias; modo conjunto por presbíteros,
diáconos, religiosos y laicos, en
• la atención a la condición laical comunión con el obispo. Toda la
de los adultos, que por el Bautismo comunidad cristiana debe sentir-
tienen la misión de « buscar el Reino se responsable de este servicio.
de Dios ocupándose de las reali- Aunque los sacerdotes, religiosos
dades temporales y ordenándolas y laicos realizan en común la cate-
según Dios », (571) y asimismo que quesis, lo hacen de manera diferen-
están llamados a la santidad; (572) ciada, cada uno según su particular
condición en la Iglesia (ministros
• la atención por despertar el inte- sagrados, personas consagradas, fie-
rés de la comunidad, para que sea les cristianos).(56) A través de ellos,
lugar de acogida y ayuda de los en la diversidad de sus funciones,
adultos; el ministerio catequético ofrece de
• la atención a un proyecto orgánico modo pleno la palabra y el testimo-
de pastoral de los adultos en el que nio completos de la realidad ecle-
sial. Si faltase alguna de estas formas
-6-
de presencia la catequesis perdería familia, llega a los niños envuelto en el
parte de su riqueza y significación. cariño y el respeto materno y paterno.
Los hijos perciben y viven gozosamen-
2. Se trata, por otra parte, un servicio te la cercanía de Dios y de Jesús que
eclesial, indispensable para el cre- los padres manifiestan, hasta tal punto,
cimiento de la Iglesia. No es una que esta primera experiencia cristia-
acción que pueda realizarse en la na deja frecuentemente en ellos una
comunidad a título privado o por huella decisiva que dura toda la vida.
iniciativa puramente personal. Se Este despertar religioso infantil en el
actúa en nombre de la Iglesia, en ambiente familiar tiene, por ello, un
virtud de la misión confiada por ella. carácter « insustituible ».(81)
3. El ministerio catequético tiene, en el Esta primera iniciación se consolida
conjunto de los ministerios y servi- cuando, con ocasión de ciertos acon-
cios eclesiales, un carácter propio, tecimientos familiares o en fiestas
que deriva de la especificidad de la señaladas, « se procura explicitar en
acción catequética dentro del pro- familia el contenido cristiano o reli-
ceso de la evangelización. La tarea gioso de esos acontecimientos ».(82)
del catequista, como educador de Esta iniciación se ahonda aún más si
la fe, difiere de la de otros agentes los padres comentan y ayudan a inte-
de la pastoral (litúrgica, caritativa, riorizar la catequesis más sistemática
social...) aunque, obviamente, ha de que sus hijos, ya más crecidos, reciben
actuar en coordinación con ellos. en la comunidad cristiana. En efec-
4. Para que el ministerio catequético to, « la catequesis familiar precede,
en una Diócesis sea fructífero, ne- acompaña y enriquece toda otra forma
cesita contar con otros agentes, no de catequesis ».(83)
necesariamente catequistas direc- 227. Los padres reciben en el sacra-
tos, que apoyen y respalden la mento del matrimonio la gracia y la
actividad catequética realizando responsabilidad de la educación cristia-
tareas que son imprescindibles, na de sus hijos,(84) a los que testifican y
como: la formación de catequis- transmiten a la vez los valores humanos
tas, la elaboración de materiales, y religiosos. Esta acción educativa, a un
la reflexión, la organización y tiempo humana y religiosa, es un « ver-
planificación. Estos agentes, junto dadero ministerio »(85) por medio del
con los catequistas, están al servicio cual se transmite e irradia el Evangelio
de un único ministerio catequético hasta el punto de que la misma vida de
diocesano, aunque no todos reali- familia se hace itinerario de fe y escuela
cen las mismas funciones, ni por el de vida cristiana. Incluso, a medida que
mismo título. los hijos van creciendo, el intercambio
es mutuo y, « en un diálogo catequé-
Los padres de familia, primeros educadores tico de este tipo, cada uno recibe y da
de la fe de sus hijos(80) ».(86)

Por ello es preciso que la comunidad


226. El testimonio de vida cristiana, cristiana preste una atención es-
ofrecido por los padres en el seno de la pecialísima a los padres. Mediante
-7-
contactos personales, encuentros, cramento de la Confirmación, gracias
cursos e, incluso, mediante una cate- a los cuales participa de la « misión
quesis de adultos dirigida a los pa- sacerdotal, profética y real de Cristo
dres, ha de ayudarles a asumir la ta- ».(98) Además de la vocación común al
rea, hoy especialmente delicada, de apostolado, algunos laicos se sienten
educar en la fe a sus hijos. Esto es aún llamados interiormente por Dios para
más urgente en los lugares en los que asumir la tarea de ser catequistas. La
la legislación civil no permite o hace Iglesia suscita y discierne esta llamada
difícil una libre educación en la fe.(87) divina y les confiere la misión de cate-
En estos casos, la « iglesia doméstica quizar. El Señor Jesús invita así, de una
»(88) es, prácticamente, el único ámbito forma especial, a hombres y mujeres,
donde los niños y los jóvenes pueden a seguirle precisamente en cuanto
recibir una auténtica catequesis. maestro y formador de discípulos. Esta
llamada personal de Jesucristo, y la
relación con El, son el verdadero motor
Los catequistas laicos
de la acción del catequista. « De este
conocimiento amoroso de Cristo es de
230. La acción catequética de los fieles donde brota el deseo de anunciarlo, de
laicos tiene, también, un carácter pecu- evangelizar, y de llevar a otros al “sí” de
liar debido a su particular condición en la fe en Jesucristo ».(99)
la Iglesia: « el carácter secular es propio
de los laicos ».(96) Los laicos ejercen Sentirse llamado a ser catequista y reci-
la catequesis desde su inserción en el bir de la Iglesia la misión para ello, pue-
mundo, compartiendo todo tipo de ta- de adquirir, de hecho, grados diversos
reas con los demás hombres y mujeres, de dedicación, según las características
aportando a la transmisión del Evange- de cada uno. A veces, el catequista sólo
lio una sensibilidad y unas connotacio- puede ejercer este servicio de la cate-
nes específicas: « esta evangelización... quesis durante un período limitado de
adquiere una nota específica por el su vida, o incluso de modo meramente
hecho de que se realiza dentro de las ocasional, aunque siempre como un
comunes condiciones de la vida en el servicio y una colaboración preciosa.
mundo ».(97) No obstante, la importancia del minis-
terio de la catequesis aconseja que en
En efecto, al vivir la misma forma de la diócesis exista, ordinariamente, un
vida que aquellos a quienes catequi- cierto número de religiosos y laicos,
zan, los catequistas laicos tienen una estable y generosamente dedicados a
especial sensibilidad para encarnar el la catequesis, reconocidos públicamen-
Evangelio en la vida concreta de los se- te por la Iglesia, y que —en comunión
res humanos. Los propios catecúmenos con los sacerdotes y el Obispo— contri-
y catequizandos pueden encontrar en buyan a dar a este servicio diocesano la
ellos un modelo cristiano cercano en el configuración eclesial que le es propia.
que proyectar su futuro como creyen-
tes.
Diversos tipos de catequista, hoy especial-
231. La vocación del laico para la mente necesarios
catequesis brota del sacramento del
Bautismo, es robustecida por el sa-

-8-
232. En aquellas situaciones de países • La formación tendrá presente, tam-
de tradición cristiana que reclaman bién, el concepto de catequesis que
una « nueva evangelización », (106) hoy propugna la Iglesia. Se trata de
la figura del catequista de jóvenes y formar a los catequistas para que
la del catequista de adultos se hacen puedan impartir no sólo una ense-
imprescindibles para animar proce- ñanza sino una formación cristiana
sos de catequesis de iniciación. Estos integral, desarrollando tareas de «
catequistas deben atender también iniciación, de educación y de en-
a la catequesis permanente. En estos señanza ». (125) Se necesitan ca-
menesteres el papel del sacerdote será, tequistas que sean, a un tiempo,
igualmente, fundamental. maestros, educadores y testigos.

Un tipo de catequista que conviene • El momento catequético que vive


promover es el del catequista para la Iglesia invita, también, a preparar
encuentros presacramentales, (109) catequistas integradores, que sepan
destinado al mundo de los adultos, superar « tendencias unilaterales
con ocasión del Bautismo o de la pri- divergentes » (126) y ofrecer una
mera Comunión de los hijos, o con catequesis plena y completa. Han de
motivo del sacramento del Matrimonio. saber conjugar la dimensión verita-
Es una tarea con una originalidad pro- tiva y significativa de la fe, la ortodo-
pia en la que con frecuencia pueden xia y la ortopraxis, el sentido social y
confluir la acogida, el primer anuncio eclesial. La formación ha de ayudar
y la posibilidad de un primer acom- a que los polos de estas tensiones se
pañamiento en la búsqueda de la fe. fecunden mutuamente.

• La formación de los catequistas


Criterios inspiradores de la formación de los laicos no puede ignorar el carácter
catequistas propio del laico en la Iglesia y no
debe ser concebida como mera
237. Para concebir de manera adecua- síntesis de la formación propia de
da la formación de los catequistas hay los sacerdotes o de los religiosos. Al
que tener en cuenta, previamente, una contrario, se tendrá muy en cuenta
serie de criterios inspiradores que con- que « su formación recibe una ca-
figuran con diferentes acentos dicha racterística especial por su misma
formación: índole secular, propia del laicado, y
por el carácter propio de su espiri-
• Se trata, ante todo, de formar cate- tualidad ».
quistas para las necesidades evan-
gelizadoras de este momento his- • Finalmente, la pedagogía utilizada
tórico con sus valores, sus desafíos en esta formación tiene una impor-
y sus sombras. Para responder a él tancia fundamental. Como criterio
se necesitan catequistas dotados de general hay que decir que debe
una fe profunda, (122) de una clara existir una coherencia entre la
identidad cristiana y eclesial (123) pedagogía global de la formación
y de una honda sensibilidad social. del catequista y la pedagogía pro-
(124) Todo plan formativo ha de pia de un proceso catequético. Al
tener en cuenta estos aspectos. catequista le sería muy difícil impro-
-9-
visar, en su acción catequética, un sia diocesana y el de su parroquia,
estilo y una sensibilidad en los que a fin de sintonizar con la conciencia
no hubiera sido iniciado durante su que la Iglesia particular tiene de su
formación. propia misión. La mejor forma de
alimentar esta conciencia apostólica
es identificarse con la figura de Jesu-
Madurez humana, cristiana y apostólica de
cristo, maestro y formador de discí-
los catequistas pulos, tratando de hacer suyo el celo
por el Reino que Jesús manifestó. A
239. Apoyado en una madurez hu- partir del ejercicio de la catequesis,
mana inicial, (128) el ejercicio de la la vocación apostólica del catequis-
catequesis, constantemente discernido ta, alimentada con una formación
y evaluado, permitirá al catequista permanente, irá constantemente
crecer en equilibrio afectivo, en sen- madurando.
tido crítico, en unidad interior, en ca-
pacidad de relación y de diálogo, en
espíritu constructivo y en trabajo de En la escuela
equipo. (129) Se procurará, sobre todo,
hacerle crecer en el respeto y amor 260. Cuando los alumnos de la es-
hacia los catecúmenos y catequizan- cuela católica pertenecen mayorita-
dos: « ¿De qué amor se trata? Mucho riamente a familias que se vinculan
más que el de un pedagogo; es el amor a esta escuela en razón del carácter
de un padre: más aún, el de una madre. católico de la misma, el ministerio de
Tal es el amor que el Señor espera de la Palabra puede ejercerse allí de múlti-
cada anunciador del Evangelio, de cada ples formas: primer anuncio, enseñanza
constructor de la Iglesia ». (130) religiosa escolar, catequesis, homilía.
Dos de estas formas tienen, sin embar-
La formación cuidará, al mismo tiempo, go, en la escuela católica, un particular
que el ejercicio de la catequesis alimen- relieve: la enseñanza religiosa escolar y
te y nutra la fe del catequista, hacién- la catequesis, cuyo respectivo carácter
dole crecer como creyente. Por eso, propio ya ha quedado indicado. (185)
la verdadera formación alimenta,
ante todo, la espiritualidad del propio Cuando los alumnos y sus familias
catequista, (131) de modo que su ac- acuden a la escuela católica por la
ción brote, en verdad, del testimonio calidad educativa de la misma, o por
de su vida. Cada tema catequético que otras eventuales circunstancias, la
se imparte debe nutrir, en primer lugar, actividad catequética queda necesaria-
la fe del propio catequista. En verdad, mente limitada y la propia enseñanza
uno catequiza a los demás catequizán- religiosa —cuando es posible realizar-
dose antes a sí mismo. la— se ve obligada a acentuar su carác-
ter cultural. La aportación de este tipo
• La formación, también, alimen- de escuela subsiste siempre: como un «
tará constantemente la concien- servicio de gran valor a los hombres »,
cia apostólica del catequista, su (186) y como un elemento interno a la
sentido evangelizador. Para ello ha propia evangelización de la Iglesia.
de conocer y vivir el proyecto de
evangelización concreto de su Igle-
-10-

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