Lectura El Ensayo (PC4)

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EL ENSAYO

1. Definición

El ensayo es un texto académico breve o extenso donde se explica una idea y se


defiende o refuta una tesis. Además, el ensayo es un escrito en prosa de naturaleza expositiva
o argumentativa que no tiene rigor sistemático, pero presenta con hondura, madurez y
sensibilidad, una interpretación personal sobre cualquier tema (Carneiro; 2011, 291). En tal
sentido, es un escrito “de redacción personal y sin prejuicios, que buscando una dimensión
nueva de la realidad, la innovación y originalidad en ideas, razonamientos, así como puntos de
vista son sus características, principales”. Y presenta expectativas que no necesariamente son
aceptadas por el lector, pero los argumentos presentados son su esencia; con su lenguaje culto
y riguroso, el ensayo debe presentar coherencia en el aspecto expositivo.

2. Características

El ensayo, además de desarrollar un tema desde un punto de vista particular y tener


como rasgo principal la formalidad (uso del lenguaje estándar-culto) en su escritura, presenta
las siguientes características:

2.1. Variedad temática: Se pueden exponer ideas filosóficas, científicas, morales,


estéticas, literarias, etc.

2.2. Estilo claro y preciso: Utiliza un registro estándar con precisión léxica y elegancia.

2.3. Tono variado: Dependiendo del autor puede ser profundo, poético, retórico,
satírico (irónico), humorístico, etc.

2.4. Transtextualidad: Alude al uso de citas textuales u opiniones de otros autores. Es


la confluencia del significado de un texto anterior con el presente.

2.5. Polifónico: La autoría de un texto nunca es exclusiva, por el contrario, es


compartida con lo que otros han dicho sobre nuestro tema.

2.6. Forma de reflexión: Motiva al lector a meditar sobre el tema tratado, sugiriéndole
que adopte una postura frente a la situación presentada.

3. Clases

Según Miguel Carneiro, se puede distinguir dos tipos generales de ensayos: uno de
carácter personal (el autor escribe de sí mismo y de sus opiniones sobre algún hecho, con
estilo natural, casi conversacional) y otro de carácter formal que es más extenso y riguroso,
propio del quehacer científico-académico. Pero, si se tiene en cuenta que el ensayo suele
empelarse en la universidad, en el ámbito académico, donde se tiene un público especializado
y dada su variedad temática (se pueden exponer ideas filosóficas, científicas, morales,
estéticas, literarias, etc.) como han observado Castillo y Villanueva (2012:130-131), las clases
de ensayo puede ser cuatro: ensayo expositivo, ensayo argumentativo, ensayo poético o
literario y ensayo crítico.

• Es objetivo: analiza un tema.


• Su objetivo es dar a conocer (exponer) un tema con la
Ensayo Expositivo mayor claridad y objetividad posibles.
• Apela a estrategias discursivas como enumeración,
definición, ejemplificación, etc.
• Es subjetivo: direcciona las creencias del lector.
Ensayo Argumentativo • Su objetivo es convencer, persuadir a un auditorio.
• Recurre a estrategias argumentativas como concesión,
analogía, autoridad, etc.
• Es objetivo: describe y analiza un hecho.
• Objetivo: emitir juicios de valor.
Ensayo Crítico
• Relaciona el objeto descrito o analizado con el
entorno socio-cultural, político, económico, etc. de la
época en la cual se producen
• Es subjetivo: desarrolla temas de imaginación.
• Su objetivo es presentar su visión poética y personal
Ensayo Poético
sobre un tema.
• Utiliza recursos retóricos y estrategias discursivas de
análisis y reflexión.

4. Estructura

El ensayo suele tener tres superestructuras definidas como: Introducción, cuerpo


argumentativo y conclusión.

Partes de un ensayo Contiene

• Contexto
• Presentación del tema
• Frases motivadoras para despertar el interés
• Descripción del problema
INTRODUCCIÓN
• Dilema o controversia a manera de pregunta
• La idea central del ensayo (hipótesis)
• Objetivos
• Oración interparrafal

• Exposición y explicación de los argumentos que


DESARROLLO O CUERPO sustentan la tesis (de definición, de autoridad, de
ARGUMENTATIVO ejemplificación, de estadística, de hecho, de sentir
general de la sociedad, de causalidad, de analogía).
• Síntesis final de las ideas que derivan de la introducción
y el desarrollo
• Reafirmación de la tesis
CONCLUSIÓN • Alternativas de solución
• Nuevas preguntas e inquietudes
• Comentario que cierra la discusión o abre nuevas
perspectivas
ESQUEMA DE ANÁLISIS ESTRUCTURAL DEL ENSAYO

Tema delimitado: La convivencia antes del matrimonio


I. Introducción:
1.1. El convivir antes de casarse, hoy en día, resulta una práctica muy generalizada que la
sociedad se niega a aceptar.
1.2. Los que se oponen a esta práctica se sustentan en la moralidad y la tradición sin tener en
cuenta los cambios que las sociedades modernas han experimentado.
1.3. La convivencia previa al matrimonio contribuye a una unión de largo plazo y aumenta la
probabilidad de mantener una relación estable.
1.4. Demostrar que la convivencia antes del matrimonio es una forma razonable de saber si
realmente existe compatibilidad y tolerancia para hacer una vida juntos.
II. Cuerpo argumentativo
2.1. Argumento 1: La convivencia previa contribuye a una unión de largo plazo.
Los estudios realizados en la Universidad de Ohio.
2.1. Argumento 2: La convivencia previa al matrimonio permite conocer a la persona y
comprobar la compatibilidad de caracteres. La cohabitación antes del matrimonio se ha
convertido en una opción aceptada entre los jóvenes.
2.3. Argumento 3: El convivir día a día junto a alguien es lo que hace que una relación crezca
y se afiance. Ejemplificación.
2.4. Contraargumento: La convivencia antes del matrimonio es un acto inmoral y va contra
las costumbres.
2.5. debato el contraargumento ¿Con qué idea o ideas contraargumento la tesis contraria?
La convivencia es la oportunidad de mostrar el verdadero comportamiento y elegir el tipo de
vida conyugal. ¿Con qué idea o ideas de apoyo contraargumento? Reflexión personal.
III. Conclusión:
3.1. El convivir antes de casarse genera un aprendizaje importante acerca del otro y permite
ver la compatibilidad de las parejas.
3.2. Si la convivencia no funciona, no se necesitaría del divorcio.
3.3. Se necesita llegar a conocer a una persona antes de asumir el compromiso de estar
juntos para siempre.
3.4. El convivir antes del matrimonio no es sinónimo de vivir en libertinaje, es un
compromiso que permite el conocimiento mutuo de la pareja.
NOTA: Este esquema solo es un modelo que puede ser mejorado apelando a todos los
elementos que conforman la estructura del ensayo.
ENSAYO

LA CONVIVENCIA ANTES DE CASARSE

ENRIQUEZ POZO, Daysi Jazmín

El convivir antes de casarse, hoy en día, resulta una práctica muy generalizada en la
mayoría de los países, pues cada vez son más las personas que deciden vivir juntas antes de
dar “el gran paso”. Varias son las razones y otras tantas las causas; sin embargo, no siempre los
resultados son los esperados. Por eso el vivir juntos permite saber si realmente se pueden
llevar bien dentro de un hogar; puede que la pareja se separe, pero en ese caso, no sería un
error el haberlo intentado. Los que se oponen a esta práctica se sustentan en la moralidad y la
tradición sin tener en cuenta los cambios que las sociedades modernas han experimentado. De
modo que, ¿se debe de convivir con la pareja antes de casarse?, ¿qué garantía existe de que
una vida en común previa al matrimonio es la fórmula perfecta para obtener los resultados
deseados en la relación?, ¿vivir en pareja antes del matrimonio es beneficioso o no? En mi
opinión, el convivir antes del matrimonio, si se asume con responsabilidad, asegura una
relación formal posterior exitosa y feliz porque la convivencia previa contribuye a una unión de
largo plazo y aumenta la probabilidad de mantener una relación estable. El presente ensayo
tiene como objetivo demostrar que el convivir con una pareja, antes del matrimonio, es una
forma razonable de saber si realmente existe compatibilidad y tolerancia para hacer una vida
juntos.

La convivencia previa contribuye a una unión de largo plazo. Según los estudios
realizados en la universidad de Ohio, “juntarse antes del matrimonio” puede aumentar hasta
un 36% la probabilidad de mantener una relación estable a largo plazo después de casarse.
Para el estudio los investigadores analizaron los datos estadísticos de 2 mil 761 mujeres
nacidas en los 60, y los resultados indicaron que la convivencia previa contribuía
significativamente a una unión de largo plazo, lo que aumentaba proporcionalmente a la edad.
En consecuencia, según los investigadores, la convivencia previa al matrimonio encontró que
las relaciones duraron más de 12 años en un 52% entre las mujeres que formaron una primera
unión con sus futuros esposos a edades de entre 24 y 28 años; una proporción que aumentaba
hasta a un 78% si la unión se había realizado a partir de los 30 y antes de los 34 años. Es decir,
la convivencia previa al matrimonio puede garantizar, a futuro, matrimonios estables y
duraderos.

Del mismo modo, la convivencia previa al matrimonio permite conocer a la persona y


comprobar la compatibilidad de caracteres. Además, la cohabitación antes del matrimonio se
ha convertido en una opción aceptada entre los jóvenes, puesto que parten de la idea de que
este tiempo les servirá para probar si la relación funciona o no. No es extraño ver que en
algunas parejas tienen motivos propios para cohabitar y otros sin pensarlo más a fondo
simplemente lo hacen porque esto se ha convertido en un estilo de vida común. En estos
casos, hay muy poca probabilidad que la convivencia lleve a un matrimonio, pues cuando el
varón definitivamente no quiere establecer un compromiso matrimonial, permanecerá en su
posición y la mujer se quedará esperando algo que nunca llegará.
El convivir día a día junto a alguien es lo que hace que una relación crezca y se afiance.
Aunque, la convivencia en pareja es una decisión que conlleva muchos cambios en la vida que
solían tener hasta ese momento. Sea flexible, paciente y tolerante. Por ejemplo, en la
actualidad, un número cada vez mayor de parejas elige vivir juntos antes de casarse. De
acuerdo con un artículo de la revista “Link Magazine”, en los Estados Unidos existen 3.3
millones de parejas que viven juntas antes de llegar al matrimonio.

Muchos dicen que la convivencia antes del matrimonio es un acto inmoral y va contra
las costumbres. Pero ¿cuántos matrimonios duran en la actualidad?, ¿cuántas parejas viven
con temor al qué dirán soportando la incomprensión dentro del matrimonio? Vivir en pareja
antes del matrimonio brinda la oportunidad de conocer al “animal” que está a tu lado. Es la
oportunidad de mostrar el verdadero comportamiento y elegir el tipo de vida conyugal. Ya
que, en muchas ocasiones las personas no son las mismas en el noviazgo que en el
matrimonio. Solo basta con ver las noticias sobre el maltrato entre parejas cuando no se
soportan, cuando se dan cuenta que no eran las personas que pensaron.

En definitiva, el convivir antes de casarse puede generar un aprendizaje importante


acerca del otro y permite ver la compatibilidad de las parejas. Por ello, si en ambos casos
ninguna de las partes se siente preparada para el matrimonio cada uno elige el mejor camino
para ser feliz y, si las cosas no funcionan, no necesitaría del divorcio y todo el drama que
conlleva, de ahí la importancia de la convivencia antes del matrimonio. Además, se necesita
llegar a conocer a una persona antes de asumir el compromiso de estar juntos para siempre.

Por último, el convivir antes del matrimonio no es sinónimo de vivir en libertinaje, es


un compromiso igual que el que implica convertirse en esposos, es fundamental que la pareja
no olvide esto.

Referencias:

Carneiro, M. (2011). Manual de redacción superior. Segunda edición. Lima: Editorial


San Marcos.

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