1.1piramide de Maslow y Sus Aplicaciones
1.1piramide de Maslow y Sus Aplicaciones
1.1piramide de Maslow y Sus Aplicaciones
“Felicidad que bonito nombre tienes, Felicidad vete tú a saber dónde te metes.” Dice la canción…
Una de las frases más manidas cuando vemos a alguien que no es feliz, es ¿qué le pasa si lo tiene
todo? ¿Qué más necesita?
Si es así, hace ya 75 años que Abraham Maslow, en su libro Una Teoría sobre la Motivación Humana,
desarrollo una más que interesante y práctica jerarquía de necesidades que el ser humano debe ir
conquistando.
En ella (representada por una pirámide) encontraríamos 4 niveles básicos que se satisfacen como veremos
por medio de nuestra interacción con el medio y con los demás, y un nivel superior, diferente porque es
intrínseco, depende en exclusiva de nosotros mismos.
Una regla importante es que para que surja el deseo o la necesidad de un nivel determinado, los inferiores
deben estar satisfechos, replicando el mismo modelo evolutivo del que formamos parte.
Primero hay que sobrevivir para poder llegar a la cúspide que nuestra condición humana nos permite gozar.
Evidentemente la primera aspiración del ser humano y de todo ser vivo, es la de vivir. Por ello es condición
absoluta tener estas necesidades cubiertas.
Quizá el abandono del nomadismo, vino potenciado por este segundo nivel de necesidades, no basta con
estar vivo, queremos mantener lo conseguido, queremos cierta seguridad, establecernos, tener un techo
donde nuestras pertenencias y nosotros mismos nos sintamos seguros, un trabajo que nos proporcione la
seguridad d afrontar nuestros gastos…
Y una vez conquistado todo esto, cuando el YO más básico está cubierto, surge una nueva necesidad, la
necesidad social.
Abandonamos las necesidades (pero solo porque están cubiertas) de nuestro cerebro reptil y empezamos a
escuchar a las de nuestro cerebro emocional.
Somos seres sociales y como tales, sentimos la necesidad de integrarnos en la sociedad, de participar en
ella, de pertenecer a un grupo y por supuesto de establecer relaciones de intimidad con otros.
• Necesidad de Asociación
• Necesidad de Participación
• Necesidad de Aceptación
• Necesidad de Intimidad
Una vez tenemos estas necesidades cubiertas, descubrimos que no nos basta con ello de forma neutra,
queremos ponernos en valor dentro del grupo, dentro de la pareja e incluso más importante aún, en valor
ante nosotros mismos.
Ya adelantábamos que en este cuarto nivel se trata de valorar y para valorar necesitamos ya de nuestro
cerebro racional, que es el que dictamina, por medio del pensamiento, lo que tiene valor y lo que no.
Necesitamos valorarnos bien a nosotros mismos (autoestima) pero también necesitamos el reconocimiento
social, así las necesidades a cubrir en este tramo son:
• Necesidad de autorreconocimiento
• Necesidad de confianza
• Necesidad de respeto
• Necesidad de éxito
Hasta aquí las necesidades “básicas”, las visibles, aquellas que cuando son satisfechas pero obtienen la
insatisfacción de la persona nos hacen formular la pregunta que da título al post
Y resulta curioso, que la pirámide de Necesidades de Maslow se ajuste tan bien a esto, ya que mientras los
4 niveles anteriores harían referencia a estos 4 elementos, este quinto nivel estaría mucho más relacionado
con el éter.
En esta nueva necesidad, la de autorrealizarnos, está implícito el deseo de llegar a SER, más allá de
nuestros tres cerebros, en estrecha conexión con los dictados de nuestra esencia única.
Así algunas de las necesidades a cubrir en este nivel, según la Teoría de Maslow, serían:
• Moralidad
• Creatividad
• Espontaneidad
• Falta de prejuicios
• Aceptación de hechos
• Resolución de problemas
Ahora que conocemos la Teoría podemos entender mejor qué marca la diferencia entre una persona feliz y
otra que no lo es, independientemente de sus logros materiales y sociales.
Las personas felices han encontrado el propósito de su vida, lo que les da sentido, y al realizarlo, se
realizan…
Pirámide de Maslow: Qué es y sus aplicaciones prácticas
Nuestras necesidades nos mueven para superar todos los retos que se nos presentan en el día a día. ¿Qué es la
pirámide de Maslow? ¿Para qué sirve? ¿Cuáles son sus niveles? ¿Cuáles son las necesidades básicas? ¿En qué consiste
la autorrealización?. Descubre los fundamentos de la motivación humana según esta teoría motivacional.
La Real Academia Española define «necesidad» como «carencia de las cosas que son menester para la
conservación de la vida» o «aquello a lo cual es imposible sustraerse, faltar o resistir», entre otras acepciones.
En este contexto, una de las aportaciones más importantes para la psicología es la llamada pirámide de
Maslow. En ella, el autor ordenó las necesidades humanas en una jerarquía.
Para poder ir subiendo escalones, es necesario que se vayan satisfaciendo las necesidades de los
peldaños anteriores. Nuestro progreso dependerá de nuestras propias acciones, de la actitud activa que
adoptemos para seguir avanzando. ¿Cómo? A través de la motivación.
Los tres primeros escalones de la pirámide corresponden a las necesidades del déficit (D-needs), y las
necesidades del ser (B-needs) se emplazan en los dos escalones de la cúspide.
La conducta humana se puede alterar si las diferentes necesidades no están satisfechas. Cuanto más bajo sea el
escalón a satisfacer, más incide en el comportamiento.
Estas necesidades, además, pueden ser satisfechas por medios distintos del pensado inicialmente, o puede
ocurrir que no se satisfagan del todo porque al mitigarse surgen otras nuevas.
Son las primeras que se deben cubrir, las primigenias. Hacen referencia al mantenimiento de la salud, la
respiración, la temperatura corporal, la alimentación, el sueño, las relaciones sexuales, etc. El resto de las
necesidades surge con el tiempo, pero las básicas nacen desde el principio. Permiten la homeostasis, definida
como el conjunto de procesos que autorregula nuestro cuerpo para alcanzar el equilibrio.
Si estas necesidades no están cubiertas, poco nos importa alcanzar otras. Por ejemplo, ¿cómo podemos dedicarle
tiempo a querer sentirnos respetados si no tenemos nada con lo que llenar nuestro estómago?.
En este segundo escalón yacen las necesidades relativas a sentirse seguro y protegido. Esto incluye la
propiedad privada (como la vivienda), el empleo, la seguridad física, etc.
Por ejemplo, ¿qué ocurre si se pierde un empleo que era la única fuente de ingresos de una familia? La
inestabilidad de sus miembros aumenta.
El tercer nivel está compuesto por las relaciones sociales, como la asociación, la amistad, el afecto, el amor, la
aceptación de terceros, la intimidad, etc. Y es que necesitamos mantener contactos saludables y positivos con las
personas que nos rodean.
Dicen que, para que el resto nos acepte, primero debemos aceptarnos a nosotros mismos. Sin embargo, el apoyo
de los demás también supone un impulso muy importante en la búsqueda de nuestra mejor versión.
Se refieren a aquellas relacionadas con aspectos más profundos del yo, como la confianza, el
autorreconocimiento, el éxito, el respeto, etc. La autoestima es clave para nuestro desarrollo personal. Una
pobre autoestima o la falta de esta suele generar complejos de inferioridad, así como diferentes psicopatologías.
Las necesidades de reconocimiento se dividen en dos tipos:
Inferiores. Se basan en el respeto de los demás, en el aprecio y la atención que muestran hacia uno.
Esto se relaciona con la reputación, el estatus y la posición que se logra en la sociedad.
Superiores. Se basan en el respeto hacia nosotros mismos. Nos permiten valorarnos, aceptarnos,
comprendernos y cuidarnos. ¿Cómo pretendemos alcanzar la cima si no somos capaces de querernos a
nosotros mismos?.
Se encuentran en la cúspide de la pirámide, tan ansiada en la existencia humana. Necesita cubrir los cuatro
estratos anteriores. ¿Qué es lo que encontramos aquí? El desarrollo potencial: moralidad, creatividad,
espontaneidad y aceptación. Desaparecen los prejuicios. La visión positiva que se mantiene de la vida da ganas de
vivirla al máximo.
Este nivel se reserva para las personas más exitosas, pero el éxito es subjetivo. Las metas pueden ser tan variadas
como lo somos cada uno de nosotros. Tal vez alguien encuentra la realización en un voluntariado, otro siendo el
capitán de su equipo de fútbol y un tercero formando una familia.
Las personas que han logrado alcanzar el último nivel de la pirámide de Maslow se caracterizan por los siguientes
rasgos:
Orientan los problemas hacia sus soluciones, más allá del propio interés
Su sentido del humor no conlleva crueldad.
Se respetan tal y como son, así como a los demás y a la naturaleza.
Muestran espontaneidad, creatividad y originalidad.
Pueden llegar a disfrutar de la soledad.
Sus relaciones personales no son muy numerosas, pero sí cercanas (rechazan la superficialidad).
Evitan las convenciones sociales y los estereotipos, confiando más en sus experiencias y juicios
individuales.
No creen que el fin justifique los medios.
Suelen gozar las experiencias con más intensidad.
Son inconformistas e independientes.
Nacido en Estados Unidos, Abraham Maslow (1908-1970) es considerado uno de los psicólogos más influyentes
en la corriente humanista. Como hemos visto, las aspiraciones y motivaciones de las personas, así como el
significado de sus vidas son varios de los aspectos que aborda. El humanismo es una muy buena vertiente para
estudiar a las personas de forma holística: vernos como un todo en lugar de la simple suma de las partes.
Existen estudios que han hallado relación entre la depresión y los primeros niveles de la pirámide de Maslow. La
insatisfacción de estas necesidades básicas y de seguridad, sobre todo, conduciría a estados depresivos. Sin
embargo, esta no es una relación causa-efecto, sino que otras variables biopsicosociales intervienen en el
desarrollo de este trastorno.
Con relación a esto, destacamos las llamadas necesidades irreales (virtuales o falsas). No tenemos que cubrirlas
para alcanzar la felicidad, puesto que no son relevantes para la vida. De hecho, satisfacerlas puede implicar
precisamente caer en esta depresión. Por ejemplo, los que consiguen más éxitos que otros y se avergüenzan de
ello, los que confeccionan sus necesidades al compararse con los logros de los demás, los que se anticipan para
acontecimientos que nunca ocurren, etc.
La pirámide de Maslow sigue siendo estudiada como referente cada vez que se habla sobre la motivación y
su importancia. No obstante, también suscita críticas y su validez es cuestionada.
Bastante ambigua. Algunas necesidades son fáciles de medir (como la respiración, la alimentación,
etc.), pero otras son más abstractas (como el afecto o la autorrealización). Por eso, la teoría resulta
discutible en el entorno científico. POR QUE, SI TAMBIEN SE PUEDE “MEDIR” O “SENTIR” LA
SUBJETIVIDAD???
Secuencialidad cuestionada. Existen muchas personas que por distintos motivos (éticos, ideológicos,
etc.) no satisfacen sus necesidades básicas y, sin embargo, aspiran a otros escalones más elevados. Por
ejemplo, el artista arruinado que lucha por terminar su obra como sea.
Teorías más sofisticadas. Autores como McGregor (1969) o Alderfer (1972) propusieron,
posteriormente, otras explicaciones sobre la motivación. Ambas se basaban en la propia pirámide de
Maslow.
Optimismo exagerado. Maslow creía fervientemente en la voluntad y la capacidad humanas. Es
más, sus palabras fueron «cuando la gente parece ser otra cosa que buena y decente, es solo
porque están reaccionando al estrés o a la deprivación de necesidades como la seguridad, amor y
autoestima». De este modo, dejaba muchas otras variables psicosociales fuera de la ecuación.
Su uso se ha extendido tanto que se puede emplear en diferentes ámbitos de la vida humana, tanto personal como
profesional.
La priorización de las necesidades permite que el psicoterapeuta pueda comprender la situación de un paciente,
entender su conducta y planificar una terapia concreta. Si se conocen las necesidades exactas de una persona, se
le puede orientar mejor para ir logrando la satisfacción de estas.
Si la terapia sigue una corriente humanista, estará enfocada al crecimiento personal mediante el amor, la
esperanza y el altruismo, entre otros. Siguiendo la pirámide, busca conseguir la autorrealización. Considera
activos a los pacientes, capaces de encaminarse en su propio desarrollo, responsables de alcanzar los cambios
que anhelan. En este recorrido, el psicoterapeuta tan solo es un guía.
Entonces, ¿cómo podemos embarcarnos en el desarrollo personal? Tratando de examinar en qué escalón de la
pirámide estamos y cuáles son las necesidades que debemos ir cubriendo para poder progresar. Y será en este
camino al progreso, más que en la meta, donde hallaremos el bienestar y se reducirán tanto la tensión como los
conflictos internos.
La familia suele jugar un papel muy importante en nuestras vidas, por lo que ocupa un lugar esencial dentro de
la pirámide. Suele estar presente en varios de los niveles y ocupará diferentes necesidades según la relación
concreta de cada individuo con su familia.
Bajo este prisma, ¿cómo podemos mejorar estas relaciones? Conociendo las necesidades de cada uno y
mostrando interés en ellas. De este modo, será más fácil brindarles comprensión y ayuda.
Es conveniente que los profesionales de la educación conozcan las necesidades de las personas a las que quieren
educar. Dependiendo de cada etapa, estas van cambiando. Descubrir los estímulos que captan el interés
permitirá utilizarlos en la enseñanza. ¿Por qué? Aprendemos mejor si nos sentimos bien, si nuestra curiosidad se
despierta y si —según Maslow— tendemos a la autorrealización.
Para un buen aprendizaje, es evidente que primero necesitamos cubrir nuestras necesidades básicas. ¿Cómo
pretendemos aprender en una situación, por ejemplo, bélica? Prima la supervivencia, lo demás es secundario.
Para que los estudiantes sean conscientes de esto, es útil explicarles en qué consiste la pirámide de Maslow.
Después se les pide que rellenen cada nivel según su percepción. Veremos variaciones individuales, pero las
necesidades suelen coincidir.
Las necesidades también se pueden provocar en grandes masas poblacionales. Buena parte de la población
mundial no puede satisfacer sus necesidades básicas. Sin embargo, las empresas de producción se centran en las
necesidades sociales de poblaciones menores pero con mayor poder adquisitivo. ¿Por qué? Estas últimas generan
más dinero.
En los países desarrollados, los dos primeros escalones están satisfechos para la mayoría de los habitantes. Por
eso, surgen productos orientados a peldaños más altos. Por ejemplo, un coche de alta gama no busca satisfacer la
necesidad de movilidad, sino las asociadas al éxito y prestigio social (nivel 4). Y es que la mayoría de las
sociedades se mueven por los beneficios económicos, por las necesidades impuestas, no por las necesidades
reales de los individuos.
Las necesidades de los consumidores son fundamentales para saber qué productos serán líderes de ventas. Las
empresas adaptan su producto, su mensaje y la comunicación de este al nivel de necesidades que pueden
satisfacer. Para ello, utilizan distintas estrategias y herramientas de diseño y publicidad. A través de estudios de
mercado descubren qué artículos cubren mejor las necesidades de una población determinada.
Por ejemplo, si queremos cubrir la necesidad de protección en la propiedad privada (nivel 2), se nos podría
ocurrir un sistema de alarmas. Si queremos abastecer un barrio con más variedad de alimentos (nivel 1),
podríamos abrir un supermercado. También podemos ofrecer un perfume como un producto asociado en su
publicidad a la afiliación, el éxito y la autorrealización (niveles 3, 4 y 5).
Cuanto más bajos sean los niveles que ocupa un servicio o un producto, más imprescindible se vuelve en la
vida de los consumidores.
Esta línea de pensamiento se puede extrapolar a la atención al cliente, puesto que el comercial deberá conocer
las necesidades del potencial comprador a la hora de ofrecer y vender su producto.
La economía es uno de los campos donde más se aplica la pirámide de Maslow. Esta estudia el modo de satisfacer
las necesidades humanas en un entorno donde los recursos son limitados, por lo que deben ser priorizados.
Así, la priorización de las necesidades seguiría el mismo orden mantenido en los estratos de la pirámide. ¿Qué
significa esto? Que es más probable, por ejemplo, que alguien gaste su dinero en comprar comida que en una
escultura.
Siguiendo esta lógica, cabe señalar que cuanto más alto es el precio de un producto, los compradores se situarán
en escalones más elevados de la pirámide. Los precios bajos, por otro lado, aseguran un consumismo inmediato.
Las empresas y organizaciones, tanto públicas como privadas, precisan que sus trabajadores se encuentren
motivados y que sepan motivar a las personas a su cargo. Por eso, unas condiciones favorables para los
empleados están relacionadas positivamente con su rendimiento. ¿Por qué? Se ha comprobado que la felicidad y
la motivación incrementan la productividad.
Huelga decir que buenas condiciones salariales, políticas de empresa de conciliación de la vida familiar con la
laboral, flexibilidad horaria, buen ambiente en el trabajo e instalaciones salubres, entre otros, son fuentes
potentes de motivación para los trabajadores.
Imaginemos a María, una chica adolescente de clase socioeconómica baja. Vive con sus padres desempleados en
un barrio pobre y apenas pueden llevar una vida digna.
La familia de María hace que en casa no puedan pagar la calefacción y apenas llegan a fin de mes. Pasa hambre,
sed y frío (necesidades básicas). Entonces, sus padres consiguen sendos trabajos. A las pocas semanas, pueden
acceder a los recursos esenciales.
El barrio en el que viven sufre un elevado índice de delincuencia. Salir a la calle puede implicar ser víctima de un
delito (necesidades de protección). Con el tiempo, consiguen ahorrar y acceder a un alquiler en un barrio más
seguro.
Pero el barrio nuevo hace que María no tenga amigos y se sienta sola (necesidades de afiliación). Poco a poco,
se vaya relacionando más en su nuevo instituto. Entra en un grupo donde pronto empieza a entablar amistades.
La nueva situación económica hace que pueda apuntarse a las clases de pintura que siempre quiso. Se adapta
rápido y se le da bien. Su profesora la halaga delante del resto de la clase (necesidades de reconocimiento).
Asiste a varios concursos de pintura y queda en buenas posiciones, llegando a ganar varias veces.
Con el tiempo, María se gradúa en Bellas Artes. Consigue un buen trabajo, lo que le permite encontrarse sana y
segura, así como ayudar a su familia. Se siente bien consigo misma. Comienza a hacerse un nombre en el mundo
de la pintura. Incluso se dedica a la venta benéfica de varios cuadros para destinar el dinero recaudado a
asociaciones contra el cáncer (necesidades de autorrealización).
María puede ser cualquiera de nosotros. Esfuerzo, esperanza y motivación son los componentes que, junto a una
actitud positiva, nos ayudarán a conquistar la pirámide.
Indagar en lo que nos mueve es esencial para cumplir nuestros deseos de una forma más eficaz.
Nuevas hipótesis seguirán intentando descifrar las bases de las necesidades humanas en los
próximos años.