Actividades. La Lírica y La Prosa Barrocas

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20 ACTIVIDADES DE REPASO.

La lírica y la prosa barrocas

Nombre: _______________________________________________ Curso: _____ Fecha: _______

De un caminante enfermo Morir


que se enamoró Luego comenzó a entrar una gran cantidad de
Descaminado, enfermo, peregrino gente. Los primeros eran habladores. Parecían
en tenebrosa noche, con pie incierto azudas en conversación, cuya música era peor
la confusión pisando del desierto, que la de órganos destemplados. Unos
voces en vano dio, pasos sin tino. hablaban de hilván, otros a borbotones, otros a
chorretadas. Otros, habladorísimos, hablan a
Repetido latir, si no vecino, 5
cántaros, gente que parece que lleva pujo de
distincto oyó de can siempre despierto,
decir necedades, como si hubiera tomado
y en pastoral albergue mal cubierto
alguna purga confeccionada de hojas de
piedad halló, si no halló camino.
Calepino de ocho lenguas. Estos me dijeron que
Salió el sol, y entre armiños escondida, eran habladores diluvios, sin escampar de día ni
soñolienta beldad con dulce saña 10 de noche, gente que habla en sueños y que
salteó al no bien sano pasajero. madruga a hablar. Había habladores secos y
Pagará el hospedaje con la vida; habladores que llaman del río o del rocío y de la
espuma: gente que graniza de perdigones.
más le valiera errar en la montaña,
que morir de la suerte que yo muero. Otros, que llaman tarabilla: gente que se va de
palabras, como de cámaras, que hablan a toda
Luis DE GÓNGORA furia. Había otros habladores, nadadores, que
Poesía de la Edad de Oro II: Barroco, Castalia hablan nadando con los brazos hacia todas
partes y tirando manotadas y coces. Otros,
jimios, haciendo gestos y visajes. Venían los
1. Lee con atención los versos de Góngora y, unos consumiendo a los otros. […]
teniendo en cuenta, su título, escribe una
interpretación de su contenido. ¿En qué momento —Vivo has de venir conmigo a hacer una visita
el emisor poético expresa sus propios a los difuntos; que, pues han venido tantos
sentimientos? muertos a los vivos, razón será que vaya un
vivo a los muertos y los muertos sean oídos. […]
2. Realiza su análisis métrico.
—Yo no veo señas de la muerte, porque a ella
3. Identifica los recursos estilísticos que aparecen.
nos la pintan unos huesos descarnados con su
4. Sitúa el texto dentro de la obra de Góngora. guadaña.
5. Lee el fragmento de Quevedo y explica qué rasgos Paróse y respondió:
propios de la lírica barroca se reflejan en él.
—Eso no es la muerte, sino los muertos, o lo
6. Indica en qué dos partes podemos dividir el texto y que queda de los vivos. Esos huesos son el
cuál es el contenido de cada una de ellas. dibujo sobre que se labra y forma el cuerpo del
7. Sitúa el pasaje en el contexto de la obra a la que hombre. La muerte no la conocéis, y sois
pertenece. vosotros mismos vuestra muerte. Tiene la cara
de cada uno de vosotros, y todos sois muertes
8. ¿Qué rasgo formal característico del estilo barroco de vosotros mismos. La calavera es el muerto, y
aparece en la primera parte? la cara es la muerte; y lo que llamáis morir es
9. ¿Y qué rasgos de la cultura y mentalidad barrocas acabar de morir, y lo que llamáis nacer es
se reflejan en la segunda? empezar a morir, y lo que llamáis vivir es morir
viviendo.
10. ¿Qué otras manifestaciones de prosa barroca
Francisco DE QUEVEDO
conoces?
Los sueños, Planeta

MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. Lengua castellana y Literatura 1.º Bachillerato
20 SOLUCIONES. ACTIVIDADES DE REPASO

1. El poema desarrolla el tópico del peregrino y el enfermo de amor. Un caminante perdido y enfermo
por la noche encuentra un albergue de pastores. Y por la mañana se enamora de la serrana que ve
soñolienta y escondida entre pieles. Ese hospedaje, se anuncia, lo va a pagar con la vida, porque el
amor lo va a matar.
El emisor poético expresa sus propios sentimientos en los dos últimos versos. El yo poético se
proyecta en el futuro del peregrino: cree que sería mejor que vagara por la montaña que sufrir lo
mismo que él sufre; constituye una advertencia sobre los peligros del amor.
2. Es un soneto compuesto por dos cuartetos y dos tercetos, de versos endecasílabos, con rima
consonante, cuyo esquema métrico es ABBA ABBA CDE CDE.
3. Recursos de repetición Aliteración (repetición de la letra s, verso 11).
Recursos de contraste Antítesis (dulce saña, verso 10).
Tropos Personificación (soñolienta beldad, verso 10); sinestesia (dulce saña, verso 10).
Asíndeton Supresión de conjunciones en el primer cuarteto.
Hipérbaton alteración del orden lógico de las palabras en tres oraciones (versos 3-4, 5-6 y 7-8).
4. El poema es un soneto de los más de doscientos que escribió Góngora. Entre ellos destacan
aquellos en los que reelabora motivos de la tradición petrarquista (el tópico del carpe diem, por
ejemplo) o la advertencia sobre los peligros del amor, entre los que estaría esta composición.
5. Los rasgos propios de la lírica barroca que se reflejan en el poema son los siguientes:
El tema es amoroso; pero no se trata desde un punto de vista petrarquista (no transmite
sensación de equilibrada autenticidad en la expresión de sentimientos) sino que se tiende a
ocultar la emoción o a transmitirla a través de otros personajes.
En lo formal, se vincula con el conceptismo: considera la poesía como un artificio basado en el
ingenio o la agudeza, que pretende sorprender o deslumbrar al receptor.
La lengua poética se aparta del lenguaje común mediante la acumulación de recursos retóricos.
Hay una complicación formal que hace que el poema sea más un reto intelectual que un goce
emocional.
Además, se trata de un soneto, metro clásico italiano que empieza a cultivarse en España en el
siglo XVI, pero sigue usándose durante todo el Barroco.
6. El primer párrafo corresponde a la primera parte y el resto del texto (el diálogo) a la segunda.
En la primera parte el narrador ofrece una clasificación y descripción satírica de la gente que habla
en exceso. Y la segunda parte es un diálogo entre el narrador y la Muerte, que le guía y le explica
que aquello que conocemos como morir no es sino el fin de algo que empieza al nacer.
7. El texto es un fragmento de Los sueños, de Francisco de Quevedo. Esta obra está formada por
cinco relatos de carácter fantástico que se presentan como sueños del autor; este fragmento en
particular pertenece al relato titulado El sueño de la muerte. En esta obra, Quevedo critica sin
piedad al género humano, especialmente a las clases profesionales y comerciantes, y satiriza sus
vicios y necedades.
8. La hipérbole.

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9. Los rasgos de la cultura barroca presentes en la segunda parte del texto son estos:
Tópicos literarios: se desarrolla el tópico quotidie morimur (cada día morimos, la vida es morir
lentamente). Aparece el símbolo de la calavera (vanitas), que es característico de la cultura
barroca. Todo viene a expresar la transitoriedad y vanidad del mundo, que es una mera
apariencia que, al derrumbarse da lugar al desengaño.
Pretende conmover o sobrecoger al receptor: gusto por la exageración, la dificultad o el
contraste. La exageración a través del uso constante de la hipérbole en la primera parte, y la
metáfora en la segunda; el contraste entre la búsqueda de la comicidad y la reflexión filosófica
sobre la vida y la muerte (mezcla de lo trágico y lo cómico).
Pesimismo existencial («… sois vosotros mismos vuestra muerte. Tiene la cara de cada uno de
vosotros. […] Lo que llamáis nacer es empezar a morir, y lo que llamáis vivir es morir viviendo»).
10. En el siglo XVII culmina el proceso de superación de la narrativa idealista medieval y renacentista.
Las manifestaciones de la prosa de este periodo son la novela picaresca, la novela corta (Novelas
amorosas y ejemplares y Desengaños amorosos, de María de Zayas) y la prosa de ideas.6
Guzmán de Alfarache. Escrita por Mateo Alemán, es una confesión narrada en primera persona
de un condenado a galeras. Se diferencia del Lazarillo por sus digresiones morales, en las que
se refleja un pesimismo radical que convive con la creencia en una posible salvación del hombre,
víctima de la sociedad.
El Buscón. Con esta obra, Quevedo rompe con el modelo de novela picaresca, ya que no hay
caso o situación final que dé coherencia al relato. El pícaro se presenta como un personaje
negativo que intenta alcanzar un rango social que no le corresponde. Su principal originalidad
radica en el virtuosismo verbal y en la búsqueda de la comicidad mediante la hipérbole y la
caricatura.
Baltasar Gracián. Es el principal cultivador de la prosa de las ideas en la España de la época.
Las obras de este jesuita —Agudeza y arte de ingenio, Oráculo manual y arte de prudencia— se
caracterizan por un profundo pesimismo que solo se puede sortear gracias a la prudencia. En El
criticón cuenta la salvación del náufrago Critilo por el joven Andrenio, personajes simbólicos en
busca de la felicidad y la inmortalidad.

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