XVII. Paraiso Occidental
XVII. Paraiso Occidental
XVII. Paraiso Occidental
EL PARAÍSO OCCIDENTAL
395
396 PEREGRINOS EN SU PROPIA PATRIA
gu e describía "la pré dic a de Sa nto cubierto con el ~om e su prinritiva rue-
tia nd ad" . No es seg uro qu e Sig i
To má s en esta tiev~ aunque )a~k
C()S
has indican qu e en rea lid ad nu ncüen za escribiera este ~Íemas cro00
1
a log ró resolver los pro
5
Sig üen za, Obras históricas, pp. 247
6 , 255, 257-259.
Gem elli Car eri, Vlllje, pp. 50, 55,
129-13 0.
El. PARA ÍSO OCOD ENTA L 399
uemada, las
!anteados por e~t~ hifX?te~i~, pues co!11o ya había insistido Torq al dios-
t~ asoci aban
fuentes legendanads e ~1s tonca s relati vas a 9t1etzalcóa or de la historia de
IX, y no con una epoc a anten
'roe con la Tu1a e1t s1gt 1o tal
he
México.7 En este _con_ o, :x v~z. sea s1gm_
. o que Sigüenza suscribiera
. 'f'1cati~
al que
similar exph caoo n euhe menc a del d10s tribal Huitzilopochtli,
guiad o a esta
~:ó "caudillo y cond uctor de los mexi cano s", que había
se basó en
nación por las estep as del norte hasta el Anáh uac. Una vez más, antiguos
muy
I(ireher y en Kaspar Schott para decla rar que entre los pueb los
s guerreros. Si
había sido práctica gene ral deific ar a sus sabio s y sus héroe
como la encar-
recordamos que Torq uema da había prese ntado este personaje
aste entre los
nación de Satanás, entonces qued a clara ment e revelado el contr
a minim izar
dos enfoques al pasad o mexicano. No que Sigüe nza se inclinara
la subsiguiente caída en la idola tría, ya que en su Paraíso occid
ental (1684)
la Mexi cana la que
reconoció que "como entre todas las naciones fue siem pre , en Gemelli
más se dio al supersticioso culto de los Demonios". De hecho
afirma que la
Careri hay un pasaje que no se atrib uye a nadie , en que se a descrita
de la Besti
forma de los lagos de México, en conjunto, era la forma
Sigüenza cele-
en el capítulo XIII del Apocalipsis. Sea como fuere, en otra parte
tría inspira-
braba la victoria de Nues tra Señora de Guad alupe sobre la idola
da por la gran Bestia.8 l medi r la
En vista de la natur aleza efímera de sus publicaciones, es difíci
ria mexicana.
originalidad y el valor de la contribución de Sigüenza a la histo
iscan o Agus tín
ToJ vez sea significativo el que su buen amigo, el cronista franc
ir a Torque-
de Betancur, en su Teatro mexicano (1697-1698) se limitara a repet
s prehi spáni -
mada y apoyar la teoría de García, de las múltiples migracione
de pose er los
cas. Sin embargo, Sigü enza gozó de la inest imab le venta ja gada por el
manuscritos y códices de Ixtlilxóchitl, colección que le fue entre
so occiden-
hijo del mestizo Juan de Alva, cacique de Teotihuacan. En su Paraí cana, Don
tal, se refirió a Ixtlilxóchitl como "el Cicerón de la lengu a Mexi
de Neza hual-
F~d o de Alva", y repro dujo las traducciones de himn os
Seño r Dios
~ºY?~l en que el mona rca mexicano se dirig ía a "el Señor y gran ante la ple-
m~1ble", deida d cuya omni poten cia había que propiciarse medi a busc ar
a
~an~ o la penitencia. En otra parte , alent ó a las monjas de su époc a, y pidió
lo aztec
inspiración en las virtu des ascéticas de las vírge nes del temp
~I~ ~ver sida d notar que hasta en una époc a de apare nte barba rie "goz ó
e_XIco de políticas escuelas e su vene rable antig üeda d" .9 No se sabe hasta
as indíg enas.
iue pu~to logró Sigüenza apren der a inter preta r las pictografí
de México
dn reah_dad, se quejó amar game nte de que much os estud iosos eciable
alida d despr
despreciaran el estud io de los "jeroglíficos", como "trivi es impr e-
e nuestra nación criolla", de modo que para enco ntrar ilustracion
p. 227; Carlos de Sigüen za Y
G;n ~ Tanco, Felicidad de Mtxico, p. 27; Medin a, Chrónial, p . 16; Sigüen za, Paraíso
filosófica, ed. José Gaos
OCciden:i Libra astron6mica y ción. (Méxic o, 1954),
s Si .. 'prólo go sin pagina
9e!::~
p. 37; Par, fso 51~enz a y Góngo ra, Triunfo parttnico, ed. Jose RoJas
Garod uenas
, Vlllje: J;>P· 43-45.
D_br~ históricas, pp. 284-286; Paraíso occidental, p- 3; _Gemelli_ Care_rl (MeXIco, 1945),
ª occ1tkntal, pp. 3-5.
400 PEREGRINOS EN SU PROPIA PATRIA
~
•¡
i
e explayarse sobre las diversa s realizaciones del Estado mexica, ello fue en
parte porque era un sacerdo te patriot a criollo, interes ado en celebra r las
~~': glorias de su ciudad . No encont ró dificultad para elogiar la "piedad
de~rca de Hemán Cortés, cuyas grande s hazaña s merecían la fama eterna,
1
~ Es;;:,? de ~ ~'Conquista ~e un tan podero so imperio como el de Nueva !ª
s
. Protecto;aApemrpeusmtuo,dceleMb~o. a N~estr a Señb.~ora de Guadal~petdno solo _con_tmuaºt
~j
~ de Sataná ~, e ex1co smo tam 1en como conqm s a 0~3: esp1
~ gio q s Y su leg10n de demon ios. El mismo contras te establec10 en el elo-
I
~ ue e encargaron del convento de Jesús María donde, despué s de obser-
11 1· ión l
· Sigüenza Lib
. r¡¡ 1JStron6miC11, pp. 3, 7, 141, 151; véase Elías Trabulse, Ciencili y re 1g
J¡ en t
,~, siglo XVII (M:eJUco, 1974) pp 20-46
~
125t·o., ' · ·
o ..enza Libr.
' ¡¡ llStron6miC11, pp. 13-14, 33, 43, 147-149, 162.
402 PEREGRINOS EN SU PROPIA PATRIA
! El paraíso occidental no sólo era amenaz ado en sus límites por bucaner os
y apaches, sino también por una rebelión de abajo, pues en julio de 1692, el
~
populacho de la ciudad de México formó un motín, saqueó el marco del
~
Zócalo e invadió y prendió fuego al palacio virreinal. En su relato de estos
dramátic os acontec imiento s, Sigüenz a y Góngor a los atribuy e a las
inundaciones del verano anterior que habían hecho que el maíz y el trigo se
pudrieran, por lo que las cosecha s fueron malas y, por consigui ente, altos los
~ precios. Pese a haber llevado a la ciudad, en mayo, a Nuestra Señora de
' Los Remedios, los abastos siguiero n escasea ndo y, cuando no llegaron
,, de Celaya las consignaciones de maíz esperada s, la alhóndig a (el mercado de
~ granos) de la capital tuvo que cerrar sus puertas. El resultado fue un motín en
t! toda forma, encabezado por los indios, pero al que no tardaron en unirse ele-
~ ~entos del populac ho. Los esfuerzo s de jesuitas y merceda rios por aquietar a
1 ~usma con una procesión, llevando la cruz y el sacramento, fueron re-
~~ ~e ~;esra peddrdadas. El mercado del Zócalo, formado po~ unos _200 prtuesdtos
1
~. fue
qe ~alacio. La guardia virreinal carecía de munició n para sus fusiles, por lo
ª ~husma pudo invadir el edificio y saquear lo. Los peores excesos
~
la e~n impedidos por el conde de Santiago el miembr o más importa nte de
,I sé ª~stocracia criolla, que llegó al centro de la ciudad acompa ñado de su
' quito Y de unos ciudada nos importa ntes, todos ellos armado s y a caballo,
~ 15 Ca
Pp. 46, rlos
56 de Si ..
,
' f 16 Si .. '
65-68.guenza YGóngora, Documentos inlditos, ed. Irving A. Leonar
d (Mé x1co,
· 1963),
1 Obras 1it:~a, Parafso occidental, prólogo sin paginación; su obra Alonso Rllm{rn aparece en
t' icas, pp. 1-76.
PATRIA
PEREGRINOS EN SU PROPIA
404
r=
e hu yó sin of '-'-c
·enes dis pa rar on co ntr a la mu ltidtud , qu , r res·istencia s·
Ui
q pu lac ho no se hu ies e m ereb' · t sa o ma s en saq ue ar el 1
po ion ad as. 1~ me rca do, lllá~ el
les
sonas d~ palacio ha brí an sal ido ~m ma do relato del Per.
no sól o ofr ~ce un sab ros o y
Sigüenza fue ~I JJeor
tín suf rid o en la cap ita l d~ r~~ te el pe no do c?lonial, sino i~e b1én ll<>s
mo tarn
1on de su s pro pia s reaccionei
brinda un a rev ela do ra descnpc
ase so r de confianza del cond ª
;quen0s dra.
máticos acontecimientos. Co mo me did as pa ra resolver la: e Cal . ve, fue
o a pa lac io en bu sca de
convo cad
de trig o se pu dri ó en los campos inun~aciones
de la ciudad . Cu an do la co sec ha · qu e el grano estab; iS1gu··enza
· _1 ·0, pa ra d_e~u.bnr
fue enviado con su ~croscop ect os, mv 1s1bles a simple vista. E r~ do
de mm usc ulo s ms
de un a pla ga vis~ ed lllíSJno
ips e de Sol, acontecimiento pre
verano de 1691 oc urr ió un ecl po r la co mu nid ad internac~ionea)antede-
y áv ida me nte es pe rad o · ·
ma no , · rti'd,º'. qu e e1 <:'scurec1m1ento del cielo causaba
o~ ., N ota nd o, d IVe la
astrón om
c10 n po pu lar en Me x1 co, ha cie nd o qu e los indios vended
consterna ó que "y ores
a la cat ed ral , Sig üe nz a observ
de frutas acu die ran , llo ran do , rep etidasº~~
ínt eri n, en ~x tre mo ale gre y dá nd ole a Di os gracias
est e
nc ed ido ve r lo qu e su ce de ... qu e est uv e con mi cuadrante
ha be rm e co académico fu~
lan do el Sol". Su condición de
anteojo de larga vista co nte mp tin es de l sig uie nte verano, cuando arriesgó
mo
sometida a pru eb a du ran te los peligro por
ito s de l cab ild o de la ciudad, en
la vida pa ra rescatar los18 ma nu scr
el incendio del palacio. rel ato de Gó ng ora es su total desprecio
al
Lo qu e tam bié n car act eri za el
componerse
be tan en ex tre mo plebe... Por
populacho mexicano, "si en do ple zal es de dif ere nte s naciones, de chinos, de
bo
de indios, de negros, criollos y zo s, de za mb aig os , de Jobos y también
sti
mu lat os, de mo ris co s, de me se zaramu11os (qu e es lo mismo pícaros,
do
de españoles qu e, en de cla rán do de su s obligaciones son los ~re
s
eba tac apa s) y de ge ne ran
chatos y arr '1os mdws,
üe nz a mu est ra ma yo r ira para
entre tan rui n canalla". Pero Sig ". En
má s ing rat a, de sco no cid a, qu eju mb ros a y inquieta que Dio~ crió ·
gente la anoles atra
se en co ntr aro n imágenes de esp ~
realidad, al lim pia r las atar1·easI ext rem o no, s abo rr~ en ._
alf iler es: "p rue ba rea l de lo qu e en
~e~da,~ con el palacio, gn
ind ios y de me dia s castas ataco
md10s. Cu an do la ch usm a de es ~:
uer an los esp año les y ga ch up ine s!" , pre gu nta nd o, "¿No es nu ºste
tab~: "¡M ñoles?" No med' nos revedlae e
ta tierra? Pues, ¿q ué qu ier en en ella los Espa , . nal a el
icio .01 ·Viv
. qu e mo str ab an el ca_ rac ter tra
era~ ?t,~~s. gri tos po.p1:1lares, cra me nto ! ·Vi va la Vrrge n del Ro san · 1 1...
11
~1
motín. ,Viva el Sa ntí sim o Sa - 1 mu era e voeo"',
' era n los espano es,
, ' mu
Rey:' ·v·
, iva e1 pulque! ;Muera el Virrtybri
o la em ag ue z, dice Sig üen za,_la 9ue f~~r
0
abar-
se todos los abigarrados grupo s etrucos y clases que habitaban la Nuev
cara -a. Sigu··enza escribió como porta voz de la nación criolla y de su patriaa
Espan h' , · .
im¡,or tr 1
5u sinotancia 1stonca no se encue n a en o que ogro,
1 , que fu e bastante
O
en lo que esperó hacer, y en su propagación de la fe patriótica. En
~a'mo ment o trató de eva~ir 1~ autoridad_ de Torq u~~d a, remp l~do
ntítesis franciscana de Babilonia y Jerusalen por la vis10n de un Mexico _ la
~ado en una migra ción egipc ia y una prédi ca apost ólica, redim ido fin-
de
su caída en la idolatría por la aparición y protección de la Virgen María
. En
un momento en que había desaparecido todo recuerdo o tradición oral
fide-
digna del pasado indígena, Sigüenza conservó los papeles de lxtlilxóchitl
transmitió esa colección a la posteridad. En la generación siguiente, Botur y
ini
y Veytia aprovecharían aquellos manuscritos. En último análisis, el
papel de
Sigüenza fue el de un nexo vital e indispensable entre Ixtlilxóchitl y los
histo-
riadores del siglo xvm. Y, de mayo r impo rtanc ia, sus preoc upaci
ones
patrióticas ~rían aprovechadas en la esfera política duran te la insurgencia
1810, cuando ideólogos corno fray Servando Teresa de Mier y Carlo
de
s María
de Bustamante apelarían a la grand eza del pasad o indígena de México
para
justificar la rebelión contra España.
n
"Desde que me rayó la prime ra luz de razón, fue tan vehemente y poder
osa
la inclinación a las letras , que ni ajena s repre nsion es -que he tenid
o
m~chas- ni propios reflejos -que he hecho no poco s- han bastado
a que
de1e de seguir este natur al impu lso que Dios puso en mí."2º Una voz
tan
JJ?d~rosa y personal no volvería a oírse en la América española hasta
que
Simon Bolívar dictó sus cartas. Perteneció a Sor Juana Inés de la Cruz
(1648-
~6~5), monja jerónima y poeta mexicana generalmente considerada como
la
ultima gr~ figura del ciclo de la literatura española domi nado por Góng
ora
~ Caldero~ de la Barca. Talento precoz, festejada en el palacio por la esposa
ful marq~es de La Laguna, que logró que la publicaran en España, Sor Juana
~b~l_og¡ada tanto por su cultu ra corno por su poesía. Corno Sigüe
reci ~o la influencia de Kircher y de la escuela de hermetismo neoplatónic nza,
o
~~l _enc~bezó. En realidad, en su poem a má~ difícil y p_ro,fundo, P;imero
m 1,' ~spirado en parte por las Soledades de Gongora, utilizo las teo~a
s
o ogicas de Kircher para empr ender un vuelo metafísico del espíntu. cos-
Tan
205o
r Jua I
1951-1957 ),
1
t~
~del a Cruz, Obras completas, ed. Alfons o Ménde z Planca rte, Is
4 vo · (M'exico,
·
406 PEREGRINOS EN SU PROPIA PATRIA
uni,
satisface el innato deseo hum ano de experimentar una com on
0 atura.l, quJe
ofrecer un sa~fi~_io ritua l! la I:>eida~ S~prema.
sagrada re conoció bien a Si~ e~ : 1 pron unaa na su elogio después de
Aunq Sor Juana no se smh o atrai da por los tema s patrióticos a los q
su rnu~rte-"".b5'us energías intelectuales.· De hecho, en 1680, cuan do el cabil~oe
· fal para dar la bien-
e'I dedic1a. •ª de la capi·dtal 1Le enca
- r un arco triun
rgo' d isena
. ' N
. icto
ca tedra marq ,
ues e a Lagun a, e11 a esco gio a eptu no com o tema
1 conocimientos de
?~
ven1 ª a rovechando la opor tunid ad para mos trar suselogi ó "la sublimi-
aleg~ºfºgíiclásica. En su relato de esta ocasión, Sigüenz.a
Ja :~~ ~ erudición que la adom,a" y "la ency~l~pecli? y utab universalidad de sus
a de las Gracias
da ,, observando que, a traves de ella, Mexico disfr
siglos. Pero Juego
Ie~;:ridas siempre a las mujeres doct as a lo largo de los
~ ntó que Sor Juan a hubi ese pres enta do a Nep tuno
como el dios de Ja
:1
f:f~a, y no como ante pasa do de los ~n~ios am~ricano
~.24 En efecto, Sor
mas que para apare-
na no contribuyo al desarrollo del patn ohsm o cnollo
~ por derecho propio, como figura cultural, puestradi su ambición y su talento
en~ontraron expresión y realización dent ro de la ción universal de la
literatura española.
III
mo:,cano, BP 45, facsún il de la edició n de 1697- 1698 (México, 1971), PP· 3 -4, 40-4l.
408 PEREGRI NOS EN SU PROPIA PATRIA
.
Sor Juana Inés de la Cruz, por M igue l Cabrera
--- EL PARAÍSO OCCIDENTAL 409
A
~ t"·• pp. 569-571 ~ed., Washington, 1964), pp. 677-680, 746-747, 776.
. brera, EscUd , -609.
"1er1CQ,u¡ sep~ntr: ~ armas, pp. 212-213; José Mariano Beristáin de Souza, Biblioteca hispano-
na , 5 vols. en 2 (3a. ed., México, s.f. ), 11, 240.
412 PEREGRINOS EN SU PROPIA PATRIA
• I I I 61.
/
llfF
de Lorenzo
En 1743, el virrey de la Nuev a España orden ó el encarcelamiento años en
había pasad o seis
Boturini Benaducci (1702-1755), noble milanés que carta s
unas
el país, identificándose tan sólo con un pasa porte austr iaco,
ntar -a sus
imperiales, patente de nobleza, y una genealogía que hacía remo México,
nte su tiemp o en
antepasados hasta la Aquitania del siglo IX. Dura alupe que,
Boturini se había vuelto tan devo to de Nues tra Señora de Guad relacio-
lo de
con considerables gastos personales, había aprovechado su círcu
izara la coron ación de la
nes en Roma para adqu irir un breve papa l que autor
Imperio".
Virgen mexicana como "jurada, postu lada patro na deste vastísimo se negó
rreta
Pese a su entusiasmo por el culto, el arzobispo Vizarrón y Eguia
ado por el Consejo
a aceptar este documento papal, pues no había sido aprob
Fuenclara, se
de Indias. En este punto , el virrey recién llegado, cond e de
brió que Bo-
en~r? del asunto y, habiéndose informado debid amen te, descu
entra r en México,
tunm no_ había obtenido la necesaria licencia española para
de mayo r de
que hab1a actuado como teniente general de justicia del alcal
ación de la Virgen, tan
~axcala y que había solicitado fondos para la coron
; 10 por su propia iniciativa. Además, había recorrido remo
tos pueblos in-
tigaciones
ios en busca de docu ment os antiguos. En realidad, mayo res inves
de mapa s, ma-
revel~ron que Boturini había reuni do una extensa colección
del antiguo
~-5<:Mtos, códices y fuentes impr esas que tratab an de la historia
De hecho, los
jes~co Y de l~s apariciones de la Virgen María en el Tepeyac.
Góngora ha-
bía~itas le hab1an dado acceso a los docu ment os que Sigüenza y
obtenido co-
pías egado al Colegio de San Pedr o y San Pablo, por lo que había
de Ixtlilxó-
chiu ~ en muchos casos los originales de obras romo las crónicas valiosos.44
, os mapas Y las cartas de Sigüenza y much os otros materiales
42 Be . dr'd 1753-
nito
175S), III, ·· Monte negro, Teatro crítico universal, 8 vols. (8a. ed., Ma 1 ,
Jerónim° FeiJOo
110-
43 A' fr'
125.
. 4 A~I ir., ,V~je, pp. 82, 85. , b''
Alv ' Mexico 1337 o de 1~43; ve~se ~am 1en,
The aro Matute, Lore , cond~ ~e Fuenclara a la Corona, 28 de febrer pass1m; Ben1amm Keen,
Aztec huige in W.nzo Botur1ni y el pensamiento de Vico (México, 1976),
5t
e ern Thought (New Brunsw ick, Nueva Jersey , 1971), pp. 225-240.
111111........__
-
PEREGRINOS EN SU PROPIA PATRIA
416
. .d d con que había. obtenid o estos docum entos de'l'n"'
••l\Jstraba la gen
La fac1 1I a .. d d bo , d
·nterés en las antigue a es a Jt ngenes e la que S1· ..
falta d e i ., El d d I fu .gtien'>~ tira]
ue· do una gener?c10n antes. resu ~ ? e ca~ e que el :«.et se había
q nf~ r la coleccion y deport ar a Botunm a Espana: Vlrrey 0rdPt.i
co 1sca • · tr , pod ""'
. vez en Madrid. , Botunm encon o erosa protección d 1PI'>~
Una t b. , d . e
de Valencia, Grego no Mayan s: y am. ien . e un Joven noble O'QJ•.sa~
M .ano Femán dez de Echeve ma y Veyba, qmen poseía excelenteslllex1cano
enªfa corte. El resulta do fue que en 1747 Boturi~i fue nombrado cr~~ta~ 1
Indias en reconocimiento a sus talento s y su sapiencia. Ya en 1746 .; ~ta de
blicado su Idea de una nueva historia general de la América Septentrional bia pu.
expuso un nuevo modo de interpr etar e] pasado mexicano. Privact'enque
colección de manuscritos, tuvo que depend er de Jas crónicas publi~ ! su
Torquemada, Acosta, Herrer a y los datos de códices impresos por Cerne!~
Careri y Purchas. La nov~a d y origina lid~d de~ enf?,que de Boturini al pasa~
do mexicano no. depend10~ i:ues, de s~ m_~eshgac10n o d~ ~uevas fuentes
sino que, ante~ b1e1:1, se denvo de ~a aphcac10n de nue_v~s hipotesis acerca de
la temprana h1stona de la human idad. Como lo exphco en un discurso ala
Academia Valenciana, trató de interpr etar la religión e historia de los natu-
rales aplicando las doctrinas de Giamb attista Vico (1668-1744) cuya Ciencia
nueva (1725) recomendaba como antídot o cató1ico a las ideas irreligiosas de
Grocio, Selden y Hobbes. Rindió homen aje a Juan Bautista Vico, "águila y
honor inmortal de la deliciosa Perténo pe ... es el úruco que abre camino pm
penetrar el espeso bosque de la gentili dad" . Así pues, Boturini, tanto como
45
Sigüenza, esperó arrojar nueva luz sobre los nebulo sos ámbitos de los mitos
toltecas y los calendarios aztecas invoca ndo las más recientes especulaciones
europeas acerca de la historia primig enia de la humaru dad. .
Para compre nder el carácter asombr oso de la transici ón de Kircher a Vi~
deberá recordarse que_cuando el sabio españo l Andrés González de Barcia
º?tuvo autorización para volver a pub1icar varios clásicos americanos, no
solo patrocinó segund as edicion es de la Monarquía indiana de Torq~~~da
0723) Y de los Comentarios reales de Garcilaso (1723) sino que tambien un·
primió el Origen de los indios (1729) de García. Además, insertó mucho~- ¡
· I ' de, e
ulo
t ena_ . nuevo en esta obra, con objeto de incorp orar las teonas.
5
doct~simo ~th_~nasius K~rcher, asomb ro del Orbe erudito ", y de ~ di:~.EI
mexicano, S1guenza y Gongora, tal como lo había expuesto Gemelh Ca_ la
res_ultado ~o~sistió en multipl icar más aún las ocasiones en que,
s up<>~:i:~
qmetud virgin?l ,del Nuevo Mundo había sido interrumpida ¡:,or m~rlanda,
i e E1;1r~pa: recibian el debido crédito los vikingos, San Bra~d~o d:tanieera
1pnncipe Madoc de Gales y los lapone s Pero la adición mas unPo -•1111ra
una exposicm · ., · toda 1a dientes
cw
h n de una tesis de Kircher en el sentido de que
umana se derivaba de Egipto, quedan do definid os como sus deseen_ ~
45 Lorenzo Boturi . Be . A,nérÍCII 5eptenl~ '~
Miguel León-Porlill ni(M _n~dua, ldtil de una nuew historia genmi~ de lll d Valencia y ;storía
valiosa introdu . ~ exico, 1974). Esta edición reproduc e el discurso . e_ aenaduci, •,,tJito5
6
general de la ~~• vSepéanse PP· lxvi-lxvü, lxxi; también Lorenzo Bo~ I)ocU,nento5 1
para la historia de E e~ tentrional", en Manuel Ballesteros Gaibros ( · Í 25-26.
spana: Papeles de lndú,s, vals. V y VI (Madrid, 1947-1949), '
EL PARAfsc> OCCIDENTAL 417
ba
nos los fenicios, cartagineses y atlantes. En parte Barcia profund'128ue
o ~ ºcomplicada y discutida cuestión de la cronologí~ patriarcal, tema
en Jtaba tanto más sos~ hoso CC?~ sus dudas sob~ la veracidad de ficaba~ Anru!
1'.~lso BerOSO· Pero tamb1é~ repitió los rasgos pnncipales que identi
el~~ ico como retoño .de Egipto: la ron~trucción de pirámides, el sistema de
ª putación calend~nca y la prefe~naa por los jeroglifos. Tanto como Kir-
: ; y ea~u e~ atn~ 1 una sabiduría oculta a estos jeroglifos, que cifra-
ban el 1engua,e S1mbóbco.
En el rontexto de esta especulación, Boturini declaró que el desarrollo
cul-
tural de los indios americanos era esencialmente autóctono y obedecía a '1a
ley natural de tod~ los pueblos", ~scendiendo por las tres grandes épocases
goremadas respechva~ente por_ dmses, hé~s y hombres. Si Boturini
apresuró tanto a apropiarse el sistema de Vico, ello fue porque el jurista
napolitano trató de resolver los problemas que ya habían obsesionado todo
serio debate sobre el origen y el carácter de la cultura indígena. En el mo-
mento en que Vico llegaba a la madurez, había dos teorías opuestas acerca
del desa.rTO}Jo humano. Existía Ja clásica idea, que se encuentra en Oceró
n y en
Lucano, pero desarrollada ahora por Grocio, Selden, Puffendorf y Hobbes,
que pintaba a los primeros hombres como salvajes, moradores de los bosques
en estado de naturaleza, dominados por el temor, la ignorancia y la agresi
ón,
que sólo lentamente habían aprendido los beneficios de la asociación y la
sumisión a las leyes y a la autoridad política. Era esta escuela la que, por
razón de su resurgimiento en la nueva filosofía y ciencia del siglo XVII, había
llegado a dominar el escenario histórico, contra la cual Vico formuló su "cien-
cia nueva". Pero debe recordarse que, al menos hasta el decenio
de 1680,
Kircher y su escuela hermética dominaron la cultura católica, por lo cual Vico
escribió, asimismo, para combatir las nociones sobrevivientes de la sabidu
ria
patriarcal y hennética. Además, Vico combatió implícitamente en un tercer
frente, rontra San Agustín y sus discípulos, ya que omitió al Demo nio en su
47
rela~ naturalista del origen de Ja re1igión y Ja sociedad paganas.
~ o aparte la resonante premisa filosófica de la empresa de Vico, de
fue SI solo Dios puede conocer la Naturaleza porque Él la hizo, ento ~~p1os !os
d mbres romo autores de la sociedad civil pueden discernir sus pni:1ci
h~ desarro~o~ nos quedamos con ]a percepción esencial de ~e los pnme
ros
fuembres VIVIeron en un universo numinoso en que rend1an culto a las
llena~s de la Naturaleza_como deidades. Por m~y salvaje 1m1en 9u~ fuese Y Il_lUY
P<léti e ~ . la humamdad por doquier expreso su conoc to en mitos
lae:; Yen ~lif os y _f~e gobernada por la religión y su~ hierofantes. Pero
~ e los ~IOses deJO el escenario a la edad de ]os heroes, l~s grandes
mas • . Ysab10s, que redactaron códigos de derecho y comp usieron poe-
los hoepieos. A_su vez, esta época aristocrática fue remplazada por la edad_
de
rnbres, tiempo de prosa y de aprendiz.aje académico, en que los gobier-
"Car , .
o Giain~~tn th los intaos, pp. 199, 248-254.
1 ttista Vico, T1tt New Sciffla, 3a. ed. de 1744, ed. por T. G. Bergin X M.
H.. fi~
(~
(Catnb rict~u eva York. 1968), pp. 31-36; Leon Pompa, Vico: a shuly o/ tire
NtTD Scitna
.,, .1}, pP. 8-11.
418 PEREGRINOS EN SU PRQp
IA PATRIA
F1.r~r/1rn,rJlJ~·.:1.la.,dd ctJu.ilp.
s pulares sólo surgi~ ron p~ra ser s~~ra dos por la monar quía, la más
las d1spos1aones pohtic
no dPorable de todasf 'b as human as. Al hacer este relato,
per u 1 . I . J'f
Vtco negó que I~~ . a u as ~~~s o os ,er~~ I os egipcios ocultaran alguna
sabiduría eleva •~•ma.
o ~ e~!fa; e; Jª~
JO, expres aban en forma poéti-
vulga~ de los legisladores". Y, de
ca o bien simple h1st?nªv~ ien ha ~t idunal
no menor im~rta nc1a, •~o -~ec azo .º ?s as teona~ ?ifusi~nistas y ridiculi-
zó las pretens10nes de_anti~e dad eg1P<:1a. Cada naaon tema su Júpiter y su
Hércules; y Herme s Tnsme gtsto no era smo un person aje poético O un símbo-
lo de los prime~os ho~br es,que buscar on 1~ sabiduría. En suma, Vico presentó
su nueva cieno~ cons1de~and_ol~ establ eada sobre ~ndam entos demos tra-
bles y seguros, y u~,ª histon a 1de?I, _eterna, recom da en el tiempo por la
historia de cada nacmn en su surgim iento, progr.eso, madur ez, decadencia
caída".48
y En su Idea de una nueva historia general, Boturini plante ó la teoría viquiana
de las tres edades de la human idad, pero no ofreció ningun a atribución, ni
siquiera mencionó el nombr e de Vico. Dado que su libro era más un prospecto
que una obra terminada, consistía en un conjun to de desconcertantes afirma-
ciones, seguidas por alguna s poco convin centes demos tracion es de inten-
ción. Ante la cuestión import antísim a del origen de los indios, rechazó cate-
góricamente la tesis de García , de una migrac ión europ ea a través del
Atlántico, y consideró improb able toda ascendencia de los judíos. El argu-
mento en contra del difusio nismo se apoyab a en la premis a filosófica de que
todos los pueblos pasan por las misma s etapas cultura les y, por tanto, toda
similitud de creencias, instituciones, leyes y artefactos habrá de atribui rse a la
experiencia histórica común y a la natura leza de la human idad, y no a unos
antepasados compa rtidos o a una interve nción patriar cal. Por deferencia a
Sigüenza aceptó la hipóte sis de que los mexica nos descen dían del bíblico
Naphtuhim, pero debilitó esta teoría quitán dole toda fuerza explicativa, al
insistir en que los indios sólo lentam ente habían recorri do Asia despué s de la
ca~d~ de la Torre de Babel. Se esforzó por demos trar que todos los dioses
ongmales del panteón mexicano se deriva ban de las fuerzas de la naturaleza.
Pero Boturini se apartó consid erable mente del sistem a de su mento r cuan-
do, después de definir el period o tolteca como la edad mexicana de los héroes,
0~rvo que conservaban gran parte de la sabidu ría, las virtude s y artes de la
pnmera época, cuand o la Provid encia había guiado sus pasos. Adem ás,
acep~ó plenamente la tesis de Sigüen za, de que el Apósto l Santo Tomás había
h~ica? o el Evangelio en el Anáhu ac y despué s había sido adorad o co~o el
d!~o s quetzalcóatl.49 Asimismo, interpretó la tercera época C?mo pe1:1odo
on moral, cuand o se establecieron las ciudad es y se mtrodu ,eron
1 ~hnaa
dos luJOs. "Pero el tiempo histórico, o sea la tercera edad, fue el funesto teatro
Nºnde corrompió casi todo lo que era una inocen te demos tración de la
saª~a~ez.a. · · Hacían pedazo s los fueros y leyes de la Natura leza, c~n tant?s
en CJos de hombres, mujere s y inocen tes pequeñ uelos... " En particular, til-
•a ½
49 Bo~~~ Science, pp. 36, 65-68, 85-86, 93, 1Dt>-111.
lnl, Idea, pp. 33, n -91.
420
PEREGRINOS EN SU PROPIA PATRIA
~~ BoBorur~~• "Historia", 11, 144, 163, 172, 187; Idea, pp. 87, 103.
tunm, Idea, pp. 131, 147-150.
att4
EL PARAÍSO OCODENTAL 421
fr:~,
c:narquza zndza_na, que había incluido gran parte de la Apologética de Las
con secciones de Sahagún. En realidad, a menudo sugirió seguir al
CISCano en lugar de explayarse sobre las implicaciones de sus manuscri-
s2 M .
voJs. et~ (Fern~dez de Echeverría y) Veytia, Historill antiguo de Máico, ed. C. F. Ortega, 2
F.cheverna ·, Mé~ico, 1944), I, 34; Veytia, Baluartes de Máico, p. 66; Mariano Femández de
Castro M ~Veytta, Historia de la fundación de la ciudad de la Puebla de los Angeles, ed. Efraín
53 ¼yti:r He:5, 2 ~ols. <Puebla, 1962), I, xxiii; 11, 55-69, 292-293.
, rstor,a antigua, I, 35, 68-71 .
422 PER EGR INO S EN SU PRO PIA PATRIA
FL PARAÍSO OCODENTAL
423
la ley natural". Aprendién dose de memoria la lección de Solís
0puE:5t~ : ,al Estado texcocano con consejos de justicia, guerra tesorería'
0
~ytt~ :tes, y un consejo de ~stado pa~a aconsejar al monarca, todos ello;
oencia Y ios escribas y archivos.ss Al inventar esta nomenclatura Veytia
con s;~t[:~tis fizo su af~~ J?atriótico de incofl'?r~ r los pueblos del Ánáhuac
clara de las naciones c1vtlizadas. Tal como S1guenza y como Boturini no
alse~i una alternativa con~ncen te a Torquema da y por ello volvió al i~s-
0 ~ mito y a una narracmn confusa. La oportunid ad de reescribir la histo-
t~~!~gua de México en una manera aceptabl~ para ~l si~lo xvm quedaría así
n . rt hasta que fue aprovecha da por el exiliado JeSUita Francisco Javier
ab1e a
Oavijero.
V
58 Jb 'd
59 ~ ., pp. 101-120; 167, 178, 191.
Ibid., pp. 142-146, 199, 219-2 20.