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Descubriendo la «joya perdida» de la iglesia

by: Insight For Living

En realidad, muchos creyentes no tienen la más mínima idea de lo que es la adoración. Nos
preguntamos,

• «¿Significa la adoración que tengo que levantar mis manos cuando canto y oro, como hacen
algunos cristianos?»
• «¿Significa la adoración que necesito cerrar mis ojos y visualizar algo celestial, para no
distraerme por algo terrenal?»
• «¿Significa la adoración que tengo sentimientos que son un poco extáticos, quizás al borde
de lo sobrenatural?»

¿Qué es la adoración exactamente? ¿Y es tan rara? En 1961, mientras yo les estaba hablando
a los pastores de las Iglesias Asociadas del Evangelio de Canadá, el ya fallecido A. W. Tozer
dijo que la adoración «era la joya perdida del movimiento evangélico moderno» Creo que él era
un profeta antes de tiempo.

Permítame preguntarle: ¿Adora usted donde usted asiste a la iglesia? «Sí» dice usted, «Me
encanta la enseñanza de la Biblia en nuestra iglesia.» Esa no es mi pregunta. «Ah, sí, el canto
es maravilloso.» Esa tampoco es mi pregunta. Yo sé que usted ama la Biblia. Usted no
apoyaría este ministerio si no la amara. Y a usted probablemente le encanta cantar. No estoy
preguntando acerca de esas cosas. Estoy preguntando, ¿adora usted? En las palabras de John
Wesley, el amado pastor y evangelista, ¿está usted «perdido en maravilla, amor, y alabanza»
en medio de sus reuniones?

Mi gran preocupación es que tenemos la tendencia a jugar el juego de «la iglesia».


Aprendemos cómo vestirnos, cómo sentarnos, cómo lucir. Aun aprendemos las palabras de los
cantos. Pero, ¿cuál es nuestro enfoque cuando los cantamos? Mientras cantamos, «Castillo
fuerte es nuestro Dios», estamos pensando ¿Por qué ella se puso un vestido como ese?
«Defensa y buen escudo» ¿Apagué las luces de mi coche? Podemos hacer eso y ni siquiera
cambiar nuestra expresión. Eso no es adoración; eso es jugar el juego de la iglesia. Cuando yo
estoy verdaderamente «perdido en maravilla, amor, y alabanza», tengo que decirle, hay
momentos en los que ni siquiera sé mi nombre.

He estado en reuniones donde la adoración ha sido, por no encontrar mejor palabra, llena, tan
llena de Su presencia, que no puedo preocuparme de nada o de nadie más, incluyéndome a mí
mismo. Estoy completamente perdido en la alabanza de mi Dios.

Esto no se relaciona a si usted va a una iglesia carismática o a una que no es carismática. No


tiene que ver si es o no es de alguna denominación en particular. No tiene que ver si es urbana
o rural, grande o pequeña. Usted puede tener música contemporánea o cantar los himnos más
tradicionales y aún perder la maravilla de la adoración. La adoración no está asociada a una
denominación ni depende de algún estilo en particular. ¡Es mucho más que cualquiera de esas
cosas!

Entonces, ¿qué es la adoración? El Dr. Ron Allen, un compañero mío de clase cuando
estábamos en el seminario, y ahora profesor del Seminario Teológico de Dallas, escribe
profundamente,

«La adoración es una respuesta activa a Dios en la cual declaramos que Él es digno. La
adoración no es pasiva; sino participativa. La adoración no es sencillamente un sentir; es una
declaración….

«La palabra en inglés es maravillosamente expresiva de la acción que describe. Este término
proviene del anglo-sajón weorthscipe, que después fue modificado a worthship, y finalmente a
worship [adoración]. Adoración significa "atribuir valor" a alguien o a algo.»
Él continua explicando que utilizamos la palabra demasiado libremente cuando decimos «él
adora su coche» o «ella adora a sus hijos». A no ser que su coche tenga un valor supremo en
su vida, o que sus hijos son del valor más alto para ella, entonces no estamos utilizando la
palabra correctamente.

Esa es la joya perdida: adorar a Dios atribuyendo a Él su valor supremo, porque solamente Él
es digno. Note que no dije, «adórele cantando…adórele enseñando…» Atribuimos valor a Él en
nuestra enseñanza, en nuestro canto, en nuestras oraciones. Solamente Él es impresionante.
Esa es otra palabra que hemos abaratado utilizándola para objetos hechos por manos
humanas. Un coche no es impresionante. Ninguna película es impresionante. Solamente Dios
es impresionante. Él hace que me maraville, lo cual me alienta a buscar maneras de expresar
Su valor.

Desdichadamente la mayoría de nosotros alabamos más al predicador que lo que alabamos a


nuestro Dios. Solamente Él es objeto de nuestra alabanza y objeto de nuestra adoración.
Hemos perdido eso. Lo perdemos cuando nuestro enfoque horizontal está fijado en personas y
en cosas, en lugar de ser vertical, enfocado en Dios. No es extraño que nos estamos
convirtiendo en personas llenas de preocupaciones en lugar de estar llenas de adoración.

El autor Gordon Dahl escribió palabras que traen convicción cuando dijo, «La mayoría de los
estadounidenses de clase media tienen la tendencia a adorar su trabajo, a trabajar en su juego,
y a jugar en su adoración». Deténgase a pensar: ¿Lo describe eso a usted?

¡Qué generación tan extraña! Personas que juegan a la adoración. Eso debe afligir el corazón
de Dios. Usted lo está escuchando de un hombre que le encanta jugar y le encanta reír. Pero
creo que hay momentos en los que el juego y la risa se tienen que echar a un lado y nosotros,
en adoración, nos enfoquemos totalmente en Él. Esos momentos nos permiten descubrir de
nuevo la «joya perdida».

Adaptado del mensaje, «Discovering the Missing Jewel of Worship» [Descubriendo la joya
perdida de la adoración] en la serie en cintas de audio disponible solamente en inglés, Making
New Discoveries [Haciendo nuevos descubrimientos] (Anaheim, Calif.: Insight for Living, 1993),
MND2B.

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