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INTRODUCCIÓN

INSTITUTO DEL VERBO ENCARNADO

Sígueme...
Libro guía para los Ejercicios Espirituales
de San Ignacio de Loyola

Edición preparada por el


P. DR. MARCELO LATTANZIO

Ediciones del Verbo Encarnado


SAN RAFAEL (MENDOZA ) ARGENTINA) – AÑO 2001
P RESENTACIÓN
Sígueme, es la palabra con la cual Cristo invitó a
Mateo (cf. Mt 9,9), al joven rico (cf. Mt 19,21) y a Pedro
(cf. Jn 21,22), con diversos resultados. Aún cuando
Cristo siempre da la gracia, la fuerza y la luz para realizar
en plenitud esa invitación, no siempre se le responde
con generosidad y fidelidad. Muchas veces la persona
llamada no lo sigue, porque está ‘atado’ a sus afectos
desordenados, a sus miedos...
El presente libro es una guía, que intenta mostrarte el
camino, orientar tu vida, no tanto para enseñarte cómo
hacer determinadas cosas, sino cómo acercarte a Cristo:
“No nos satisface ciertamente la ingenua convicción
de que haya una fórmula mágica para los grandes desafíos
de nuestro tiempo. No, no será una fórmula la que nos
salve, pero sí una Persona y la certeza que ella nos
infunde: ¡Yo estoy con vosotros!
No se trata de inventar un nuevo programa. El
programa ya existe. Es el de siempre, recogido por el
Evangelio y la Tradición viva. Se centra en definitiva, en
Cristo mismo, al que hay que conocer, amar e imitar, para
vivir en Él la vida trinitaria y transformar con él la historia
hasta su perfeccionamiento en la Jerusalén celeste. Es un
programa que no cambia al variar los tiempos y las
culturas, aunque tiene cuenta del tiempo y de la cultura
para un verdadero diálogo y una comunicación eficaz”
(Novo Millenio Ineunte, 29).
Este libro pretende ser una ayuda para tu encuentro
personal con Aquel de quien nos habla el Evangelio, y
quien de un modo único, personalísimo te repite su
invitación: sígueme.
INTRODUCCIÓN

ÍNDICE GENERAL

PRESENTACIÓN ..................................................... 7
INDICE GENERAL .................................................. 9
INTRODUCCIÓN .................................................... 13
ORACIONES DIARIAS ........................................... 23
A. Oración de la mañana .................................... 23
B. Otras oraciones para rezar durante el día .... 29
C. Santa Misa ........................................................ 37
D. Visita al Santísimo Sacramento .................... 44
E. Oraciones para la Comunión ........................ 49
F. Oraciones de la noche .................................... 51
EJERCICIOS ESPIRITUALES ................................. 57
A. Indicaciones generales ..................................... 57
B. Consejos útiles .................................................. 59
C. Principio y fundamento ................................... 61
D. Oración mental ................................................. 62
E. Dificultades en la oración mental ................... 68
F. Adiciones para mejor hacer los Ejercicios ..... 69
G. Examen particular ............................................. 71
H. Otros modos de orar ........................................ 73
I. Algunas citas de la Biblia ................................... 78
J. Meditaciones variadas ........................................ 79
PRIMER SEMANA .................................................... 87
A. Indicaciones para esta semana ......................... 87
B. Adiciones para esta semana .............................. 87
C. Penitencia: muerte al pecado, vida en Dios ... 88
D. Meditaciones de la primer semana .................. 92
SÍGUEME

E. Oraciones para distintas circunstancias ......... 100


F. Preparación para el sacramento
de la Penitencia ................................................. 102
G. Reglas de discernimiento (primer semana) ... 113
H. Otras meditaciones que se pueden agregar .. 119
I. Corona de la Divina Misericordia .................... 131
SEGUNDA SEMANA ............................................... 133
A. Instrucciones respecto a esta semana ............ 133
B. Consejos para tener en cuenta ........................ 133
C. Contemplación del Reino ................................ 135
D. Contemplación de la Encarnación y el
Nacimiento ........................................................ 138
E. Otros misterios de la vida oculta ................... 146
F. Preámbulo para considerar estados ................ 160
G. Reglas de elección ............................................. 168
H. Santo Rosario. Misterios gozosos ................... 179
I. Misterios de la vida pública ............................... 181
J. Reglas de discernimieneto (segunda semana) . 200
TERCER SEMANA .................................................. 203
A. Instrucciones ...................................................... 203
B. Petición y recomendaciones para esta semana.204
C. Misterios de la Pasión ....................................... 207
D. Misterios dolorosos ........................................... 230
E. Via Crucis tradicional ....................................... 232
F. Via Crucis nuevo ................................................ 243
G. Otros “Caminos de la Cruz” ........................... 247
H. Reglas para ordenarse en el comer ................. 250
CUARTA SEMANA .................................................. 253
A. Instrucciones ..................................................... 253
ÍNDICE

B. Peticiones y recomendaciones
para esta cuarta semana ................................... 254
C. Misterios gloriosos ............................................ 256
D. Otras oraciones ................................................. 258
E. Misterios gloriosos ............................................ 260
F. Contemplación para alcanzar amor ................ 278
G. Reglas para sentir con la Iglesia ...................... 282
H. Renovación de las promesas del Bautismo ... 287
I. Oración por los Ejercicios ................................. 289
J. Indulgencia por haber realizado Ejercicios ..... 290
QUINTA SEMANA ................................................... 291
A. Vive en gracia de Dios ....................................... 291
B. Confiésate con frecuencia .................................. 292
C. Participa en la Santa Misa ................................... 293
D. Reza ....................................................................... 298
E. Sé devoto de María ............................................. 301
F. Busca un director espiritual ................................ 305
G. Haz todos los años tus Ejercicios ..................... 306
H. Sé apóstol ............................................................. 307
APENDICE 1: Exámenes - oración ....................... 309
A. Siguiendo los mandamientos ............................ 309
B. Siguiendo las virtudes cristianas ....................... 328
C. Siguiendo los vicios capitales ............................ 331
D. Siguiendo el Amor de Dios y del prójimo ...... 332
E. Siguiendo el Padre nuestro ............................... 337
APÉNDICE 2: Indicaciones útiles ........................ 343
A. Reglas para distribuir limosnas ....................... 343
B. Observaciones respecto a los escrúpulos ...... 344
C. Indicaciones para el examen particular .......... 346
SÍGUEME

D. Tres miradas del humilde


y docilidad al Espíritu ...................................... 350

APÉNDICE 3: Breve bibliografía ......................... 355

INDICE TEMÁTICO .............................................. 367


INTRODUCCIÓN

1. Notas biográficas sobre la vida de Ignacio de


Loyola. Cuando la corrupción del renacimiento invadía
el Vaticano, y el fermento de la Reforma protestante
hervía en las Universidades alemanas, nacía Iñigo, hijo
décimo tercero y último de Beltrán Yañez de Oñaz y
Loyola, en una casa solariega - con muros macizos,
estrechas saeteras, bellas torrecillas, al estilo de una
fortaleza medieval - en una pequeña localidad vasca
(Guipúzcoa) incorporada al reino de Castilla. Corría el
año 1491. Recibió una educación profundamente
católica, pero en su juventud llevó una vida bastante
licenciosa, que deploró durante toda su vida. Los libros
le dejaban indiferente, le importaba más jugar a los
naipes, andar en revueltas de armas, cuidar su ondulada
cabellera rubia, esgrimir la lanza y galantear. Era de
temperamento vehemente, audaz y ambicioso, aspiraba
al brillo de los honores y a la gloria de las armas. No
obstante se hacía querer de todos. Era recio y valiente,
muy animoso para emprender cosas grandes. A los
catorce años entró como paje al servicio del contador
mayor del reino, Juan Velázquez de Cuéllar. A la muerte
de éste, en 1517 comienza a servir como gentilhombre a
Antonio Manrique de Lara, virrey de Navarra. En 1520
tomó parte en la toma de Nájera, aunque no quiso tocar
el botín de guerra. En mayo de 1521 corrió a defender la
fortaleza de Pamplona contra el asalto de los franceses.
El 20 de mayo fue herido: una bala de cañón le destrozó
una pierna y le hirió la otra. Los cirujanos comenzaron
una dolorosa intervención para acomodarle los huesos.
SÍGUEME

Ignacio soportó todo sereno, inmóvil. Advirtió que


debajo de la rodilla le quedaba un hueso saliente, por eso
pidió que le reacomodaron de nuevo los huesos... de
nuevo otra carnicería, y todo para poder usar una bota
muy justa y pulida, tal como entonces era la moda. No
estaba dispuesto a hacer el ridículo en los torneos y en la
fiestas cortesanas.
Para su convalecencia es llevado a su casa de Loyola,
donde - a falta de libros de caballería - leyó una Vida de
Cristo y el Flos sanctorum (vidas de santos). Estos libros
causaron en su espíritu una verdadera revolución: “lo
que hizo Francisco o Domingo ¿por qué no podría
hacerlo yo?” Pero volvía luego a los pensamientos
mundanos, y pasaba largas vigilias sonando hazañas,
fantasías y vanidades. Solicitado por ideas tan diversas,
empezó a examinarlas y compararlas entre sí, notando
que las del mundo aunque le deleitaban, dejaban su
corazón triste y vacío, mientras que las de Dios le
llenaban de consuelo y alegría. Poco a poco se hicieron
más vehementes los impulsos de la gracia, hasta que se
rindió del todo a sus exigencias. Una noche,
levantándose del lecho, se postró de rodillas ante una
imagen de la Virgen, y prometió renunciar a sus antiguas
vanidades. El soldado mundano se convertía en un
caballero de Cristo, y lucharía con denuedo en su reino,
imitando a aquellos héroes cuyas vidas había leído.
Apenas se sintió fuerte para emprender la marcha, se
dirigió a Aránzazu, luego a Navarrete para despedirse
del duque de Nájera, su antiguo protector. Allí se separa
de sus criados, y solo, montado en una mula, se dirige en
peregrinación a Monserrat. Durante el camino había
hecho voto de castidad. Era mediados de marzo de 1522
INTRODUCCIÓN

cuando hace confesión general, vela armas ante la


Imagen de la Virgen de Monserrat (Cataluña) y cuelga la
espada y la daga ante el altar de Nuestra Señora. El 24
cambia con un pobre sus vestidos de caballero. Y el 25
de marzo desciende a Manresa, y se entrega a una vida
de intensa oración y penitencia viviendo en una cueva
durante diez meses. El demonio le sugerirá ‘¿quién
puede resistir una vida semejante durante treinta años?’
Pero esta prueba se desvanece con una sencilla
respuesta: ‘¿y quién me asegura que voy a vivir una sola
hora?’ Allí recibió grandes gracias, ilustraciones místicas,
y otras luces sobre su futura misión en el mundo.
Comienza a escribir los Ejercicios Espirituales - que
retocó y completó a todo lo largo de su vida.
Aún no ve con claridad lo que debe hacer. Durante
algún tiempo se siente llamado a predicar la fe entre los
infieles. Visita Tierra Santa y decide permanecer en
Oriente enseñando a los mahometanos, pero el
provincial franciscano en Jerusalén le obliga a volver a
Europa, temiendo que su celo provocase algún
conflicto. A principios de 1524 reaparece en Barcelona
estudiando latín con los niños de la escuela. Había
comprendido la necesidad de instrucción religiosa y
humanística para realizar mejor su misión. Con idéntico
entusiasmo empieza en Alcalá el estudio de la filosofía y
de la teología. A la vez que estudiante era un fogoso
evangelizador. En torno suyo se agrupaba un puñado de
gente que escuchaban sus consejos e imitaban su vida.
En círculos eclesiásticos y universitarios se discutía al
extraño penitente que producía súbitas mudanzas en la
vida de los que le trataban. Le prohibieron usar el sayo,
y fue obligado a vestir como los demás. Obedeció
SÍGUEME

puntualmente, pero las sospechas continuaron y fue


encerrado por dos meses en la cárcel. Una vez
reconocida su inocencia Ignacio pasa de Alcalá a
Salamanca. Nuevas acusaciones, nuevo proceso, nuevo
encierro por dar explicaciones de catecismo sin haber
estudiado teología. Al salir decide ir a París para estudiar
teología.
En febrero de 1528 llega a París y estudia latín en el
colegio de Monteagudo. Al año siguiente comienza a
estudiar artes (filosofía) en el colegio de Santa Bárbara,
consiguiendo el grado de bachiller en 1532. También
aquí, a este colegial viejo, cojo y desarrapado, se le
juntaron algunos compañeros, un piadoso saboyano:
Pedro Fabro, el generoso y ardiente joven: Francisco
Javier, Diego Laínez y Alonso Salmerón, el portugués
Simón Rodrigues y Nicolás Bobadilla. El 15 de agosto
de 1534 con estos seis compañeros, sube a la colina de
Montmartre, donde antes de recibir la comunión
pronuncian uno por uno los votos de castidad y
pobreza. Terminada la Misa, bajaron al pie del monte, se
sentaron alrededor de una fuente y celebraron un frugal
y fraternal banquete. Este día nació en germen la futura
Compañía de Jesús.
En 1536 estudió teología y dio ejercicios en Venecia.
En enero de 1537 llegan a Venecia sus compañeros de
París. Aún no saben con precisión qué es lo que Dios
quiere de ellos. Deciden ir a Tierra Santa, pero una serie
de obstáculos insuperables se lo impide. Alentado por
una visión famosa (‘Yo te seré propicio en Roma’), se
dirige a la Ciudad eterna. Allí encontraron frialdad,
indiferencia y persecución; desde los púlpitos se los
improperaba, pero vinieron en su ayuda algunos
INTRODUCCIÓN

hombres poderosos que habían transformado su vidas


gracias a los Ejercicios Espirituales. La noche de
Navidad de 1538, celebra su primera Misa junto a las
reliquias del pesebre que se encuentran en la Basílica
Santa María la Mayor de Roma. Pablo III, sumo
Pontífice se sintió impresionado por la grandeza moral
del reformador y en conversación con él, Ignacio
comienza a esbozar el plan de una Orden nueva, que se
dedicase a la actividad apostólica en todas sus formas: la
enseñanza literaria y teológica, las obras de caridad, las
misiones entre fieles e infieles, considerando el mundo
entero como su campo de acción. El 27 de setiembre de
1540 Pablo III aprueba la nueva fundación que se
llamará la Compañía de Jesús (jesuitas). Una serie de
acontecimientos, independientes de la voluntad de
Ignacio, le llevaron a crear una vasta y poderosa
organización de enseñanza, de predicación y de
dirección espiritual, que será la barrera más fuerte de la
verdad frente al protestantismo, y colaborará de manera
decisiva en la obra del Concilio de Trento.

Los quince últimos años de su vida los pasa Ignacio


en el Gesú de Roma, empleado en perfilar, acrecentar y
completar la gran obra de su vida. Escribe las
constituciones, forma los nuevos reclutas en el Colegio
Romano (actual Universidad Gregoriana), envía sus
teólogos al Concilio de Trento, esparce sus discípulos
por todas partes del mundo, escribe cartas, legisla,
ordena, vigila. Quiere que el alma de su milicia espiritual
sea la obediencia, una obediencia consciente, voluntaria
y alegre; obediencia ciega no para lo que se manda, sino
para las ilusiones y falacias de la pusilanimidad y de la
SÍGUEME

sensualidad1. El 31 de julio de 1556 muere en Roma,


cuando la Compañía contaba con 1.200 miembros,
distribuidos en 101 casas, diseminadas por Europa,
África, Asia y América.

2. Descripción de su fisonomía. Rivadeneira nos


dice que Ignacio fue de estatura mediana, o por lo mejor
decir algo pequeño y bajo de cuerpo; el rostro
autorizado, la frente ancha y desarrugada, los ojos
hundidos, encogidos los párpados y arrugados por las
muchas lágrimas que continuamente derramaba; las
orejas medianas, la nariz alta y combada, el color vivo y
templado, y con la calva de muy venerable aspecto, el
semblante del rostro alegremente grave y gravemente
alegre, de manera que con su serenidad alegraba a los
que le miraban y con su gravedad los componía.
En forma poética lo describe J. M. Pemán2 al tiempo
de su estudio en Santa Bárbara de París, cuando hace
hablar a algunos de sus personajes sobre Francisco
Javier:

1 Un botón de muestra: durante el proceso en Salamanca, preguntado por los


jueces cómo se atrevía a enseñar catecismo si no tenía estudios teológicos,
contestó: “O es verdad, o no es verdad lo que enseño. Si no es verdad,
condénenme; si es verdad, déjenlo estar”. Y cuando lo declaran inocente y
ortodoxo, pero le mandan al mismo tiempo que no se metiese en honduras y
distinciones sutiles, Ignacio declara que obedecería en aquello que estaba
dentro de la jurisdicción de los jueces; pero que no era justo privarle el
derecho de hablar de las cosas de Dios con libertad, impidiéndole servir a los
demás, pues no se encontraba delito en su conducta ni error en su doctrina.

2 PEMÁN J.M., El divino impaciente, Madrid 1980, pp.25-28.


INTRODUCCIÓN
“- Ahora el seso le ha sorbido Este es el hombre: madera
ese español que ha venido labrada de tan buen modo
a estudiar teología. que sabe llegar en todo
- ¿Cuál? ¿Uno pobre, raído, más lejos que otro cualquiera.
muy dado a la beatería? Estando herido, en Loyola
- El mismo; siempre lo ves el Flos Sanctorum leía,
con él hablando despacio, y en leyéndolo, le hervía
discutiendo alguna vez... su buena sangre española
- ¿Y cómo se llama? de tal modo, que ya ansía,
- Ignacio calzando siempre más puntos
de Loyola. que el que más, llegar a ser
- Y ¿cómo es? más santo que fueron juntos
- Desmedrado; más bien mala todos los santos de ayer.
la presencia y la estatura; Según ha dado a entender,
la color trigueña oscura, ahora anda en trance de ir
la barba corrida y rala, a Roma, con intención
y unos ojos de carbón, secreta de conseguir
que tanto, al mirar, afinan licencia de fundación,
que más que ver, adivinan pues, según parece, sueña
de penetrantes que son. no sé qué empeño futuro.
Por su porte y condición, Y triunfará de seguro:
a pesar de andar raído, que cuando en algo se empeña,
se ve en toda su persona paso a paso, bien o mal,
la huella de quien ha sido repartiendo por igual
galán apuesto y florido. la suavidad con el mando,
En el cerco de Pamplona, cojeando, cojeando,
siendo mozo, le alcanzó llega siempre hasta el final.
una bala en la canilla - ¿Sabes Fabro, que he pensado
y aunque le desjarretó al ver cómo lo has descrito
los huesos todos, libró que a ti también te ha embrujado
del trance, por maravilla. como al de Navarra?
Sólo un vicio le quedó - He dado
del que no pudo librar: su imagen exacta, Brito.”
una indecisa cojera
que le da cierta manera
casi graciosa de andar.
SÍGUEME

Toda la vida de Ignacio de Loyola se puede


concentrar en el lema que señaló para su compañía: ad
maiorem Dei gloriam (todo para la mayor gloria de Dios).
Éste fue el pensamiento que dio unidad a sus acciones.
Es lo que ordena y armoniza toda su vida, desde que
deja el servicio del emperador, lo que encauza la
corriente de sus energías, su ingenio y fantasía, su
memoria y prudencia, aquella tenacidad y su temple de
hierro, aquel ojo infalible para dar la medida exacta de
las personas y las cosas en su relación con la gloria de
Dios. Es, en definitiva, un enamorado de Cristo.

3. El libro de los Ejercicios Espirituales. En su


redacción primitiva eran simples notas para ayudar al
director o al ejercitante en una serie de oraciones,
exámenes de conciencia, etc. para lograr una acertada
elección de estado en quienes todavía no lo habían
elegido, y en reformar la vida de quienes ya habían
elegido. Ignacio los empezó a escribir en Manresa,
donde su preocupación era conocer la voluntad de Dios
sobre él y cumplirla perfectamente, pero pensó que
también podían aprovechar a otros. Más tarde la
experiencia en otros, lo llevaron a perfeccionar esas
notas, tanto en Alcalá, París, Venecia y Roma (desde
1522 a 1541) hasta darle la forma en que actualmente los
conocemos. A pesar de su brevedad, de su lenguaje seco
y de su composición en forma esquemática y árida, los
Ejercicios Espirituales tienen una importancia única.
Las causas de la maravillosa eficacia para renovar,
transformar y educar almas, además del poder de la
gracia, hay que buscarlas en la combinación y
ordenación lógica de los diversos ejercicios, en el

14
INTRODUCCIÓN

método, en la sabia disposición de las materias, fruto de


un profundo estudio del alma humana. Los Ejercicios
Espirituales son una escuela incomparable de hombres,
de cristianos y de apóstoles, pero no son para ser leídos,
sino practicados. Solo entonces es cuando tienen toda su
eficacia, cuando producen corazones como los de San
Francisco Javier, San Francisco de Sales, San Carlos
Borromeo y San Pedro Canisio. Todo en los Ejercicios
se puede resumir a aquella invitación del Salvador: toma
tu cruz y sígueme.
Muchos le reprochan la excesiva importancia dada al
razonamiento, meticulosidad de los exámenes, etc. como
si fuesen contrarias al soplo del Espíritu. Sin embargo la
larga experiencia de Ignacio en el trato con las almas, lo
llevó a concluir que de 100 personas de oración, noventa
vivían engañadas. Por eso, quien los practique fielmente,
experimentará en sí mismo, que se trata exactamente de
lo contrario, ya que mediante una serie de ejercicios,
notas, consejos... el ejercitante es guiado para discernir y
seguir sólo lo que viene del Espíritu de Dios, sin dejarse
engañar por el espíritu propio o mundano, ni por el
espíritu diabólico.
Finalmente transcribimos la opinión que sin ninguna
presunción daba san Ignacio sobre su libro de
Ejercicios:
“Los Ejercicios son todo lo mejor que yo en esta
vida puedo pensar, sentir y entender, así para el
hombre poderse aprovechar a sí mismo, como para
poder fructificar y aprovechar a otros muchos”
(Monumenta Ignatiana, v.1, p.113).
SÍGUEME

Por eso, cuando veía a alguna persona que podía hacer


mucho bien en la Iglesia, trataba con todo su afán para
que hiciese los Ejercicios Espirituales.
ORACIONES DIARIAS

A. ORACIONES DE LA MAÑANA.
Al despertar.
Cristo Rey me llama. Me levantaré para ofrecerle oro,
incienso y mirra: mi cuerpo, obras y afectos. Amén.

Ofrecimiento breve.
Señor, ocúpate Tú de mí y de mis cosas, y yo me
ocuparé de Ti y de las tuyas.

Ofrecimiento del día a Dios.


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos,
líbranos Señor Dios Nuestro. En el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Señor y Dios mío, en quien creo, en quien espero y a
quien adoro y amo con todo el corazón: te doy gracias
porque me has creado, redimido, hecho cristiano y por
haberme conservado la vida en esta noche.
Te ofrezco todos mis pensamientos, palabras, obras
y trabajos del presente día, para mayor honra y gloria
tuya, en penitencia de mis pecados, y en sufragio por las
almas del purgatorio.
Dame, Señor, tu gracia para que pueda servirte
fielmente en este día, y me vea libre, en todo momento,
de todo pecado y de todo mal. Amén.

17
SÍGUEME

Padre Nuestro.
Padre nuestro que estás en el Cielo, santificado sea tu
nombre, venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad
así en la tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona
nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a
los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación; y
líbranos del mal. Amén.

Ave María.
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es
contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres; y
bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros
pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo; como
era en el principio, ahora, y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.

Credo.
Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del
cielo y de la tierra.
Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu
Santo; nació de Santa María Virgen.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue
crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de
entre los muertos.
ORACIONES DIARIAS

Subió a los cielos; está sentado a la diestra de Dios


Padre Todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los
muertos.
Creo en el Espíritu Santo.
La Santa Iglesia Católica. La comunión de los santos.
El perdón de los pecados. La resurrección de la
carne.
La vida perdurable. Amén.

Salve.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida,
dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti
suspiramos gimiendo y llorando en este valle de
lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros
esos tus ojos misericordiosos, y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima!, ¡oh piadosa!, ¡oh dulce Virgen María!
V. Ruega por nosotros santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de nuestro Señor Jesucristo.

Acto de contrición.

Pésame, Dios mío, y me arrepiento de todo corazón


de haberte ofendido. Pésame por el infierno que merecí,
y por el Cielo que perdí; pero mucho más me pesa,
porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan
grande como Tú. Antes querría haber muerto que
haberte ofendido, y propongo firmemente, con tu santa
SÍGUEME

gracia, no pecar más, y evitar todas las ocasiones


próximas de pecado.
Acto de fe.
Creo en Ti, Dios mío, porque eres la Verdad misma
que no puede ni engañarse ni engañarme. Creo
firmemente todo cuanto Tú has revelado y tu Santa
Iglesia nos enseña. Señor, aumenta mi fe.
Acto de esperanza.
Confío en Ti, Señor, porque eres todopoderoso,
lleno de misericordia, y siempre fiel a tus promesas.
Espero, Dios mío, que me darás la Vida eterna, por los
méritos de nuestro Señor Jesucristo y por las buenas
obras que practicaré, ayudado de tu divina gracia. Señor,
que no sea confundido eternamente, porque en Ti me
confío. Acrecienta mi esperanza.
Acto de caridad.
Te amo, Dios mío, con todo mi corazón y sobre
todas las cosas, porque eres infinitamente bueno y
fuente de todo bien. Por amor tuyo, amo también a mi
prójimo como a mí mismo. Señor, haz que te ame cada
día más.
Oración al Espíritu Santo.
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía, Señor, tu Espíritu para darnos nueva vida, y
renovarás la faz de la tierra.
Oh Dios, que iluminas los corazones de tus fieles
con las luces del Espíritu Santo, concédenos saber lo
que está bien según el mismo Espíritu, y gozar siempre
de sus consuelos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
ORACIONES DIARIAS

Oración al ángel custodio.


Ángel de Dios, que eres mi custodio, ya que la
soberana piedad me ha encomendado a ti, ilumíname,
guárdame, rígeme y gobiérname en este día. Amén.

Ofrecimiento de obras
(de Mons. A. Tortolo).
1. Señor, este día lo tienes preparado para mí desde
toda la eternidad con todos sus pormenores, sus
problemas, sus cruces y sus goces. Sé que todo es gracia
para mí y todo es providencia sobre mí. Tú estás en
todo.
2. Señor, el deber de estado, el deber de cada
instante, es lo único que puedes aceptar con gozo,
además de exigirlo por justicia. Mi santidad, mi
personalidad de santo depende sólo de mi fidelidad y de
mi generosidad contigo a través de mi deber de estado3.
3. Señor, Tú quieres redimir, salvar y santificar por
mi intermedio. Soy tu instrumento. Pero como
instrumento tuyo debo estar vitalmente unido a Ti, por
medio de la gracia, y hacer contigo todas las cosas.
4. Señor, mi día entonces no será mío, sino tuyo.
Convivimos en la misma casa, compartimos la misma

3 Es muy conveniente, si no necesario, al acabar este


párrafo (2), concretar el propósito particular. Es decir, la firme
voluntad de desarraigar un defecto o practicar una virtud.
Propósito cuya materia no debe variarse hasta haber logrado
un importante progreso en la materia señalada.
SÍGUEME

vida, las mismas cruces, el mismo deber diario. Sólo así


es real mi vida, y sólo así el día pertenece a la eternidad.
5. Señor, tu infinita misericordia me entregó a María
Santísima como Madre. Su alma es mi alma. Y porque
Tú, como Hijo, sigues viviendo en Ella, quieres que
ambos vivamos en el alma de la Madre. Quiero ser cada
instante más hijo de María para estar más unido a Ti.
6. Señor, quiero y acepto este día, con todos sus
pormenores, como regalo personal tuyo. Quiero
responder a tus designios eternos. Otórgame la gracia de
no defraudar tu plan, y serte en todos los instantes
generoso y fiel. Unido a Ti como instrumento tuyo
dame la gracia de ser redención para mis hermanos los
hombres.

B. OTRAS ORACIONES PARA REZAR DURANTE EL DÍA.


Totus tuus
(Juan Pablo II).
Virgen Madre de Dios, haz que yo sea todo tuyo.
Tuyo en la vida, tuyo en la muerte,
tuyo en el sufrimiento, en el miedo y en la miseria;
tuyo en la cruz y el doloroso consuelo
tuyo en el tiempo y en la eternidad.
Virgen Madre de mi Dios, haz que yo sea todo tuyo.
Amén.

Consagración.
Señora y Madre mía. Yo me ofrezco todo a ti; y en
prueba de mi filial afecto te consagro en este día: mis
ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra,
todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre de bondad,
ORACIONES DIARIAS

guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya.


Amén.

Bendita
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues
todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti
celestial princesa Virgen sagrada María, yo te ofrezco en
este día: alma, vida y corazón. Mírame con compasión,
no me dejes Madre mía.

Oración (de la Legión de María)


Señor, concédenos a cuantos servimos bajo el
estandarte de María, la plenitud de fe en Ti y confianza
en ella, a la que se ha concedido la conquista del mundo.
Concédenos una fe viva que, animado por la caridad,
nos habilite para hacer todas nuestras acciones por puro
amor a Ti, y a verte y servirte en nuestro prójimo;
una fe firme e inconmovible como una roca, por la
cual estemos tranquilos y seguros en las cruces, afanes y
desengaños de la vida;
una fe valerosa que nos inspire comenzar y llevar a
cabo sin vacilación grandes empresas por Dios y por la
salvación de las almas;
una fe que sea la Columna de fuego de nuestra
Legión, que hasta el fin nos lleve unidos, que encienda
en todas partes el fuego del Amor de Dios, que ilumine
a aquellos que están en oscuridad y sombra de muerte,
que resucite a los muertos por el pecado; y que guíe
nuestro pasos por el camino de la paz;
para que, terminada la lucha de la vida, nuestra
Legión se reúna sin pérdida alguna en el reino de tu
amor y gloria. Así sea.
SÍGUEME

Para las comidas.


Antes de comer: 1°. Bendícenos, Señor, a nosotros
y bendice estos alimentos que vamos a recibir de tus
manos generosas y providentes. Por Jesucristo nuestro
Señor.
El Rey de la eterna gloria nos haga partícipes de su
mesa celestial. Amén.

2°. Bendícenos, Señor, a nosotros y a estos alimentos


que vamos a tomar; bendice a quienes los han
preparado, y da su pan a quienes no lo tienen. Por Cristo
nuestro Señor.

3°. Bendice, Señor, los alimentos que vamos a tomar,


haz que nos aprovechen para ocuparnos en tu santo
servicio, y no permitas que falte el pan en la mesa de tus
hijos. Amén.

Después de comer: Te damos gracias, Señor, por


estos alimentos que hemos recibido de tus manos
generosas y providentes. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
El Señor nos dé su paz y la vida eterna. Amén.

Para el estudio (de Santo Tomás de Aquino).


Inefable Creador, que dispusiste tan primorosamente
el universo, y recurriendo a tu sabiduría, sobre el
empíreo cielo diseñaste, con orden admirable, la triple
jerarquía de los ángeles;
Tú principio eminentísimo que eres llamado fuente
de luz y sabiduría, difunde tu claridad sobre las dos
ORACIONES DIARIAS

tinieblas de mi mente con las cuales he nacido,


removiendo ambas: la del pecado y la ignorancia.
Tú que haces elocuente la lengua de los niños,
habilita la mía, y pon tu bendición sobre mis labios.
Dame agudeza para entender, capacidad para retener,
facilidad y método para aprender, sagacidad para
interpretar, y tu abundante ayuda para hablar.
Muéstrame el ingreso, dirige mi progreso, concédeme el
éxito. Tú, verdadero Dios y verdadero hombre, que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Oración breve para el estudio.


Oh María, Madre mía, trono de la Sabiduría eterna:
obtiene del Señor la gracia de estudiar con aplicación,
aprender con facilidad, y retener con firmeza y
seguridad, para gloria de Dios y salvación de mi alma.
Amén.
Consejos para el estudio.
(carta de Santo Tomás al hermano Juan)
Me has preguntado cómo te conviene estudiar de
modo que llegues a adquirir el tesoro de la ciencia. Estos
son los consejos que te doy:
1. No te lances de golpe al Océano, sino entra en él
por los arroyitos, porque es conveniente que de lo más
fácil desemboques en lo más difícil.
2. Quiero que seas tardo en hablar, y tardo para
acudir allí donde se habla.
3. Conserva la pureza de conciencia.
4. No dejes de entregarte a la oración.
5. Gusta de frecuentar tu celda, si quieres ser
“introducido en la celda del vino”.
SÍGUEME

6. Muéstrate amable con todos.


7. No quieras andar averiguando los hechos ajenos.
8. No seas demasiado familiar con nadie, pues el
exceso de familiaridad engendra el menosprecio y da
ocasión a sustraer tiempo al estudio.
9. No te entrometas de manera alguna en palabras y
obras de los hombres de mundo.
10. Huye sobre todo del vano activismo.
11. No dejes de seguir la huella de los santos y de los
hombres de bien.
12. No mires quién lo dice, mas lo que diga de bueno
encomiéndalo a tu memoria.
13. Trata de comprender aquello que lees y que oyes.
14. Aclara tus dudas.
15. Esfuérzate por ubicar todo lo que puedas en el
cofre de tu mente, como quien desea llenar un vaso.
16. No investigues las cosas que te superan.
Si sigues estos consejos llevarás y producirás, durante
el tiempo de tu vida, hojas y frutos útiles en la viña del
Señor de los ejércitos. Si te atienes a todo esto podrás
alcanzar lo que desees.

Para los trabajos.


Tu gracia, Señor, inspire nuestras acciones, las
sostenga y acompañe, para que todo nuestro trabajo
brote de ti, como una fuente, y a ti tienda, como a su fin.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que siendo Dios
vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por
todos los siglos de los siglos. Amen.
ORACIONES DIARIAS

Oración para ofrecer el trabajo.


Dios, Señor del cielo y de la tierra, Padre Creador,
Hijo Redentor, Espíritu Santo santificador: te ofrecemos
las obras de este día, nuestro trabajo, nuestras alegrías y
nuestro cansancio.
Te ofrecemos, Señor, todas las cosas. Danos firmeza
en nuestra vocación cristiana, paciencia para resistir las
cosas que nos hacen sufrir, audacia para confesar tu
santo Nombre, y sabiduría para encontrar la verdad.
Nos consagramos a tu santa ley de caridad, nosotros que
hoy queremos estar cerca de Ti. Amén.
Para ofrecer las obras.
¡Oh Corazón divino de Jesús! Por medio del
Corazón Inmaculado de María Santísima os ofrezco las
oraciones, obras y padecimientos de este día en
reparación de nuestros pecados, y por todas las
intenciones por las cuales Vos os inmoláis
continuamente en el Santísimo Sacramento del Altar. Os
las ofrezco en especial por las intenciones del
Apostolado de la Oración y por las señaladas por el
Papa para este mes.
Otra oración para el trabajo.
¡Oh Señor!, que quisiste que la materia estuviese
sometida al trabajo del hombre, concédenos que
realizando nuestros trabajos con espíritu cristiano
podamos practicar la verdadera caridad con los
hermanos y cooperar al perfeccionamiento de la
creación divina. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
SÍGUEME

Oraciones para diversas circunstancias.


(Para cuando se está desolado y triste):
Señor Jesús, mi alma está triste y apenada; me siento
solitario y desolado y todo me resulta fastidioso y
molesto; por eso acudo a Ti para que me consueles en
mi tristeza y me animes en mi pena; concédeme la
alegría de los hijos de Dios, que son recreados por Ti
con la luz de tu divina consolación. Amén.

(Para pedir la salud):


Señor mío, Jesucristo, heme aquí con esta
enfermedad, que hace padecer y me resta energías para
cumplir mis tareas y obligaciones; invoco tu infinita
bondad para que me alivies en mi dolor y me devuelvas
la salud perdida.
Postrado ante Ti, te suplico como los enfermos del
Evangelio: Señor, si Tú quieres, puedes curarme, y me
pongo en tus divinas manos, dispuesto a acatar siempre
tu santa voluntad. Amén.

(Para dominar el enojo o la ira):


Señor Jesús, Tú dijiste: Aprended de mí, que soy manso
y humilde de corazón, heme aquí con el ánimo perturbado
por el enojo, la ira y el disgusto; ayúdame vencer estos
sentimientos tan contrarios a tu espíritu de amor; serena
mi alma y apacigua mi corazón; concédeme el gozo de
tu paz y la luz de tu celestial consuelo. Amén.
ORACIONES DIARIAS

Novena al Sagrado Corazón de Jesús.


(Esta novena la recitaba diariamente el Padre Pío de
Pietralcina por todos aquellos que solicitaban sus oraciones):
1. ¡Oh Jesús mío!, que dijiste “en verdad os
digo, pedid y recibiréis, buscad y hallaréis, llamad
y se os abrirá.” He aquí que, confiado en tu
Palabra divina, llamo, busco y te pido la gracia...
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío.
2. ¡Oh Jesús mío!, que dijiste “en verdad os
digo, todo lo que pidiereis a mi Padre en mi
Nombre, Él os lo concederá.” He aquí que,
confiado en tu Palabra divina, llamo, busco y te
pido la gracia...
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío.
3. ¡Oh Jesús mío!, que dijiste “en verdad os
digo, los cielos y la tierra pasarán, mas mis
palabras no pasarán.” He aquí que, confiado en tu
Palabra divina, llamo, busco y te pido la gracia...
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío.
¡Oh, Sagrado Corazón de Jesús, infinitamente
compasivo con los desgraciados, ten piedad de
nosotros, pobres pecadores, y concédenos la
gracia que te pedimos por medio del Inmaculado
Corazón de María, nuestra tierna Madre, y por la
intercesión del Beato Padre Pío!
SÍGUEME

C. SANTA MISA.
RITO DE ENTRADA.
Saludo inicial
Sacerdote: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
Pueblo: Amén.
S. La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del
Padre, y la comunión del Espíritu Santo, esté con todos
vosotros.
P. Y con tu Espíritu.
Rito penitencial
S. Hermanos antes de celebrar los sagrados
misterios, reconozcamos nuestro pecados (pausa).
T. Yo confieso ante Dios todopoderoso, y ante
vosotros, hermanos, que he pecado mucho de
pensamiento, palabra, obra y omisión; por mi
culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a
los Ángeles, a los Santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
S. Dios todopoderoso tenga misericordia de
nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna.
P. Amén.
o también:
S. Señor ten misericordia de nosotros.
P. Porque hemos pecado contra ti.
S. Muéstranos tu misericordia.
P. Y danos tu salvación.
ORACIONES DIARIAS

S. Dios todopoderoso tenga misericordia de


nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna.
P. Amén.

o bien:

S. Tú que has sido enviado a sanar los corazones


afligidos: Señor ten piedad.
P. Señor, ten piedad.
S. Tú que has venido a llamar a los pecadores: Cristo,
ten piedad.
P. Cristo, ten piedad.
S. Tú que estás sentado a la derecha del Padre para
interceder por nosotros: Señor, ten piedad.
P. Señor ten piedad.

S. Dios todopoderoso tenga misericordia de


nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna.
P. Amén.

Invocación al Señor
S. Señor, ten piedad. o bien : Kyrie, eleison.
P. Señor, ten piedad. o bien: Kyrie, eleison.
S. Cristo, ten piedad. o bien: Christe, eleison.
P. Cristo, ten piedad. o bien: Christe, eleison.
S. Señor, ten piedad. o bien: Kyrie, eleison.
P. Señor, ten piedad. o bien: Kyrie, eleison.
Himno de alabanza:
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los
hombres que ama el Señor.
SÍGUEME

Por tu inmensa gloria Te alabamos,


Te bendecimos, Te adoramos, Te glorificamos,
Te damos gracias.
Señor Dios, Rey Celestial, Dios Padre
Todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre:
Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad
de nosotros.
Tú que quitas el pecado del mundo, atiende
nuestra súplica.
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten
piedad de nosotros.
Porque sólo tú eres Santo, Sólo Tú Señor,
Sólo Tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre.
Amén.

Oración:
S. Oremos... por los siglos de los siglos.
P. Amén.

LITURGIA DE LA PALABRA

Final de la primera y segunda lectura:


Lector: Palabra de Dios.
P. Te alabamos, Señor.

Evangelio:
S. El Señor esté con vosotros.
P. Y con tu Espíritu.
ORACIONES DIARIAS

S. Lectura del santo Evangelio según san...


P. Gloria a Ti, Señor.

(Al terminar la lectura del Evangelio):


S. Palabra del Señor.
P. Gloria a Ti, Señor Jesús.

(Terminada la homilía, si la liturgia lo prescribe,


se hace la profesión de fe):

Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso,


creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo
invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de
Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios
verdadero,
engendrado, no creado, consustancial al Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres, y por nuestra
salvación bajó del cielo, (Inclinación profunda)
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de
María, la Virgen, y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado en tiempos
de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras;
y subió al Cielo, y está sentado a la derecha del
Padre;
y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos
y muertos, y su reino no tendrá fin.
SÍGUEME

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,


que procede del Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y
apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo para el
perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida
del mundo futuro. Amén.
Después se puede hacer la oración de los fieles.

LITURGIA EUCARÍSTICA
Tiene lugar la procesión de ofertorio.
(Al ofrecer el pan) S. Bendito seas Señor, Dios del
universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del
hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te
presentamos: él será para nosotros pan de vida.
P. Bendito seas por siempre, Señor.
(Al ofrecer el vino) S. Bendito seas Señor, Dios del
universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del
hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te
presentamos: él será para nosotros bebida de salvación.
P. Bendito seas por siempre, Señor.
(Invitación a la oración) S. Orad, hermanos, para que
este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dios,
Padre Todopoderoso. (U otra fórmula semejante).
P. El Señor reciba de tus manos este Sacrificio,
para alabanza y gloria de tu Nombre, para nuestro
bien y el de toda su Santa Iglesia.
Prefacio:
S. El Señor esté con vosotros.
ORACIONES DIARIAS

P. Y con tu Espíritu.
S. Levantemos el corazón.
P. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
P. Es justo y necesario.
Trisagio:
¡Santo, Santo, Santo, es el Señor Dios del
universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu
gloria! ¡Hosana en el cielo!
Bendito el que viene en nombre del Señor.
¡Hosana en el cielo!
(Después de la Consagración: “esto es mi cuerpo”... “este es
el cáliz de mi sangre”):
S. Este es el misterio de la fe (u otra fórmula).
P. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu
resurrección, ¡Ven, Señor Jesús!

(O también): Cada vez que comemos de este pan


y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte
Señor, hasta que vuelvas.

(O bien): Por tu cruz y resurrección nos has


salvado, Señor.

Alabanza final:
P. Por Cristo, con Él y en Él, a Ti Dios Padre
Todopoderoso, en la unidad del Espíritu Santo, todo
honor y toda gloria, por los siglos de los siglos.
P. Amén. (O bien): ¡Amén! ¡Amén! ¡Amén!
SÍGUEME

Preparación a la Comunión:
S. Fieles a la recomendación del Salvador... nos
atrevemos a decir:
P. Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo,
danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden,
y no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
S. Líbranos Señor, de todos los males... mientras
esperamos la venida de nuestro Señor Jesucristo.
P. Tuyo es el Reino, tuyo el poder y la gloria por
siempre, Señor.
Rito de la paz:
S. Señor Jesucristo.... concédele la paz y la unidad.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
P. Amén.
S. La paz del Señor sea siempre con vosotros.
P. Y con tu espíritu.
(De acuerdo a la oportunidad se dan el saludo de la paz):
S. La paz sea contigo.
P. Y con tu espíritu.
Cordero de Dios:
Cordero de Dios, que quitas el pecado del
mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del
mundo, ten piedad de nosotros.
ORACIONES DIARIAS

Cordero de Dios, que quitas el pecado del


mundo, danos la paz.

Comunión (el sacerdote presenta la Hostia consagrada):


S. Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado
del mundo. Dichosos los llamados a esta cena.
P. Señor, no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya bastará para sanarme.

Al comulgar:
Ministro: El Cuerpo de Cristo.
P. Amén. (O bien: Así es).
RITO DE CLAUSURA

Despedida (después de la oración final):


S. El Señor esté con vosotros.
P. Y con tu Espíritu.
S. La bendición de Dios Todopoderoso: Padre, Hijo
y Espíritu Santo...
P. Amén.
S. Podéis ir en paz. (O bien otra forma de saludo).
P. Demos gracias a Dios.

D. VISITA AL SANTÍSIMO SACRAMENTO.


“Tengan devoción a Jesús sacramentado y a María
Santísima y verán lo que son los milagros” San Juan
Bosco.
Unos minutos en compañía de Jesús.
(Estás delante de Jesús, aquel Jesús de corazón tan
misericordioso que iba en busca de los pecadores y sólo
tenía para ellos palabras de generoso perdón; tan
compasivo y bueno, que curaba a los afligidos y
SÍGUEME
desgraciados, y con ellos lloraba; tan sencillo, que los
niños, las muchedumbres, podían acercársele hasta
tocarlo.
Aviva tu fe. Contémplalo ahí, hecho Hostia, para poder
acercarse más a ti, y como si su propia voz, saliendo del
Sagrario, te hablase, óyelo con amor:)
No es preciso, hijo mío, saber mucho para
agradarme mucho; basta que me ames con fervor.
Háblame, pues, aquí, sencillamente, como hablarías al
más íntimo de tus amigos, como hablarías a tu madre, a
tu hermano.
¿Necesitas hacer a favor de alguien una súplica?
Dime su nombre, bien sea el de tus padres, bien el de
tus hermanos y amigos; dime en seguida qué quisieras
que hiciese actualmente por ellos. Pide mucho, mucho.
No vaciles en pedir. Me gustan los corazones generosos
que llegan a olvidarse en cierto modo de sí mismos para
atender a las necesidades ajenas. Háblame así, con
sencillez, con llaneza, de los pobres a quienes quisieras
consolar, de los enfermos a quienes ves padecer, de los
extraviados que anhelas volver al buen camino, de los
amigos ausentes que quisieras ver otra vez a tu lado.
Dime por todos una palabra de amigo, palabra
entrañable y fervorosa. Recuérdame que he prometido
escuchar toda súplica que salga del corazón; ¿y no ha de
salir del corazón el ruego que me dirijas por aquellos que
tu corazón especialmente ama?
Y para ti, ¿no necesitas alguna gracia?Hazme, si
quieres, como una lista de tus necesidades, y ven, léela
en mi presencia.
Dime francamente que sientes soberbia, amor a la
sensualidad y al regalo; que eres, tal vez, egoísta,
ORACIONES DIARIAS

inconstante, negligente..., y pídeme que pronto venga en


ayuda de los esfuerzos, pocos o muchos, que haces para
sacudir de ti tales miserias.
No te avergüences, ¡pobre alma! ¡En el cielo hay
tantos justos, tantos Santos de primer orden, que
tuvieron esos mismos defectos! Pero rogaron con
humildad..., y poco a poco se vieron libres de ellos.
Ni vaciles en pedirme bienes espirituales y
corporales: salud, memoria, éxito feliz en tus trabajos,
negocios o estudios. Te puedo dar todo eso, y lo doy, y
deseo que me lo pidas con tal que no se oponga, sino
que más bien favorezca y ayude a tu santificación. Hoy
por hoy, ¿qué necesitas? ¿Qué puedo hacer por tu bien?
¡Si supieras los deseos que tengo de favorecerte!
¿Traes ahora mismo entre manos algún
proyecto? Cuéntamelo todo minuciosamente. ¿Qué te
preocupa? ¿Qué deseas? ¿Qué quieres que haga por tu
hermano, o tu hermana, por tu amigo, por tu superior?
¿Qué desearías hacer por ellos?
Y por mí, ¿no sientes deseos de mi gloria? ¿No
quisieras poder hacer algún bien a tus prójimos, a tus
amigos, a quienes amas mucho y que viven, quizá,
olvidados de mí?
Dime qué cosa llama hoy particularmente tu
atención, qué anhelas más vivamente y con qué medios
cuentas para conseguirlo. Dime si te sale mal tu
empresa, y yo te diré las causas del mal éxito. ¿No
quisieras que me interesase algo en tu favor? Hijo mío,
soy dueño de los corazones y dulcemente los llevo, sin
perjuicio de su libertad, a donde me place.
SÍGUEME

¿Sientes acaso tristeza o mal humor? Cuéntame,


cuéntame, alma desconsolada, tus tristezas con todos
sus pormenores.
¿Quién te hirió? ¿Quién lastimó tu amor propio?
¿Quién te ha despreciado? Acércate a mi Corazón, que
tiene bálsamo eficaz para curar todas esas heridas del
tuyo. Dame cuenta de todo, y acabarás en breve por
decirme que, a semejanza de Mí, todo lo perdonas, todo
lo olvidas, y, en pago, recibirás mi consoladora
bendición.
¿Acaso temes? ¿Sientes en tu alma aquellas vagas
melancolías, que no por ser infundadas dejan de ser
desgarradoras? Échate en brazos de mi Providencia.
Estoy contigo; me tienes aquí a tu lado; todo lo veo,
todo lo oigo, ni un momento te desamparo.
¿Sientes indiferencia de parte de personas que antes
te quisieron bien, y ahora, olvidadas, se alejan de ti, sin
que les hayas dado el menor motivo? Ruega por ellas y
Yo las volveré a tu lado si no han de ser obstáculo a tu
santificación.
¿Y no tienes, tal vez, alguna alegría que
comunicarme? ¿Por qué no me haces partícipe de ella?
¿acaso no soy un buen amigo? Cuéntame lo que te
sucede desde ayer, lo que ha consolado y hecho sonreír
tu corazón desde la última visita que me hiciste. Quizá
has tenido sorpresas agradables; quizá has recibido
buenas noticias, alguna carta o muestra de afecto, has
vencido alguna dificultad o salido de algún lance
apurado. Todo esto es obra mía, y Yo te lo he
proporcionado; ¿por qué no has de manifestarme tu
gratitud por ello?, y decirme sencillamente, como un hijo
a su padre: ¡Gracias, Padre mío, gracias! El
ORACIONES DIARIAS

agradecimiento trae consigo nuevos beneficios, porque


al bienhechor le agrada verse correspondido.
¿Tampoco tienes alguna promesa que hacerme?
Ya sabes que leo en el fondo de tu corazón. A los
hombres se los engaña fácilmente, pero a Dios, no.
Háblame con toda sinceridad. ¿Tienes firme resolución
de no exponerte más a aquella ocasión de pecado, de
privarte de aquello que te dañó, de aquel libro, o
programa de televisión que exaltó tu imaginación, de no
tratar más con aquella persona que turbó la paz de tu
alma?
¿Volverás a ser amable y condescendiente con
aquella otra persona, que quizás por haberte hecho algo,
has mirado hasta hoy como enemiga?
Ahora bien, hijo mío; vuelve a tus ocupaciones
habituales: al trabajo, a tu familia, al estudio..., pero no
olvides los minutos de grata conversación que hemos
tenido aquí los dos, en la soledad del santuario. En
cuanto puedas, guarda silencio, modestia, recogimiento,
resignación, caridad con el prójimo. Ama a mi Madre,
que lo es también tuya, la Virgen Santísima, y vuelve
otra vez mañana con el corazón más generoso, más
entregado a mi servicio. En mi Corazón encontrarás
cada día nuevo amor, nuevos beneficios, nuevos
consuelos.
Oración para la comunión espiritual:
Señor, creo que Tú estás realmente presente en el
Santísimo Sacramento. Te amo sobre todas las cosas y
deseo recibirte... Pero ya que no puedo recibirte
sacramentalmente, ven a mi corazón, al menos
espiritualmente... Como si ya te hubiese recibido, te
SÍGUEME

abrazo y me uno a Ti. No permitas que nunca me separe


de Ti.
(Encontrarás abundante material para tus visitas al
Santísimo, en KEMPIS, Imitación de Cristo, l.4, cc.1-18)4.

E. ORACIONES PARA LA COMUNIÓN.


Oración para prepararse a recibir la Comunión
(de Santo Tomás de Aquino).
¡Oh Dios todopoderoso y eterno! Me llego al
Sacramento de tu Hijo, Jesucristo nuestro Señor; me
acerco como enfermo al médico de la vida, como
leproso a la fuente de la misericordia, como ciego a la
luz de la claridad eterna, como pobre y necesitado al
Señor de cielos y tierra.
Ruego, pues, a tu inmensa bondad que te dignes
sanar mi enfermedad, lavar mi inmundicia, iluminar mi
ceguera, enriquecer mi pobreza y vestir mi desnudez,
para que me acerque a recibir el Pan de los Ángeles, al
Rey de reyes y Señor de los que dominan, con gran
reverencia y temor, con mucho dolor y amor verdadero,

4 Para recomendar la lectura del “KEMPIS” nada mejor que


las palabras de Pablo VI: “No puede negarse la extraordinaria
contribución de Tomás de Kempis al fomento de la vida
espiritual, que une íntimamente al alma con Dios; pero debe
afirmarse igualmente que jamás olvida la referencia esencial
del hombre a su entorno social dentro del cual está instalado...
Por ser vehículo expositor y defensa preclara de esa íntima
unión del hombre con Dios, la palabra de Tomás de Kempis
tiente también para el hombre de hoy acentos de llamada
urgente y salvadora” en AAS 63 (1971) 535.537.
ORACIONES DIARIAS

con tanta pureza y fe, con tales intenciones y propósitos


como convienen a la salud de mi alma.
Concédeme te pido, que reciba no sólo el
Sacramento de tu Santísimo Cuerpo, sino también la
virtud y gracia del Sacramento. ¡Oh benignísimo Dios!
dame que reciba el Cuerpo de tu Unigénito Hijo y Señor
nuestro, Jesucristo, formado de la Virgen María, de tal
modo que merezca ser incorporado a su Cuerpo místico,
la Iglesia, y ser contado entre sus miembros. ¡Oh Padre
amantísimo!, concédeme poder contemplar eternamente
y cara a cara en el cielo a vuestro amado Hijo, al cual me
dispongo ahora a recibir bajo el velo de la fe en esta vida
mortal, y que contigo vive y reina, en la unidad del
Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos. Amén.
Oración para después de recibir la Eucaristía
(Santo Tomás de Aquino).
Gracias te doy, Señor Dios, Padre Todopoderoso,
por todos los beneficios y especialmente porque has
querido admitirme a la participación del sacratísimo
Cuerpo de tu Unigénito Hijo. Te suplico, Padre lleno de
clemencia, que esta sagrada comunión no sea para mi
alma lazo ni ocasión de castigo, sino intercesión
saludable para el perdón; sea armadura de mi fe, escudo
de mi buena voluntad, muerte de todos mis vicios,
exterminio de todos mis apetitos carnales, y aumento de
la caridad, paciencia y verdadera humildad y de todas las
virtudes; sea perfecto sosiego de mi cuerpo y de mi
espíritu, firme defensa contra todos mis enemigos,
visibles e invisibles; perpetua unión contigo solo, mi
verdadero Dios y Señor, y sello feliz de mi dichosa
muerte. Y te ruego que tengas por bien llevarme a mí,
pecador, a aquel convite inefable donde Tú, con tu Hijo
SÍGUEME

y el Espíritu Santo, eres para tus santos luz verdadera,


satisfacción cumplida y gozo perdurable, dicha completa
y felicidad perfecta. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

F. ORACIONES DE LA NOCHE.
Antes de acostarte, arrodillado, y hecha la señal de la
cruz, haz esta oración:
Dios y Señor mío, en quien creo y espero, a quien
adoro y amo con todo mi corazón, te doy gracias por
haberme creado, redimido, hecho cristiano y conservado
en este día. Dame la gracia de conocer mis pecados y
arrepentirme de ellos.
Hacer un examen breve de conciencia, siguiendo, por
ejemplo, estas indicaciones:
1°. Da gracias a Dios por los beneficios recibidos
(especialmente durante el día);
2°. Pide la gracia, la luz, para conocer tus faltas y
pecados y rechazarlos;
3°. Examina las faltas o pecados cometidos durante
el día, particularmente tu defecto dominante;
4°. Pide perdón a Dios por todos esos pecados y
faltas;
5°. Propone, con la gracia de Dios, no volverlos a
cometer mañana.
Examen de conciencia sobre los Ejercicios.
Durante estos días el examen de conciencia se debe hacer
sobre la fidelidad a los Ejercicios: las indicaciones que se dan,
“adiciones”, consejos y sobre todo las inspiraciones del
Espíritu Santo. Fuera de ejercicios se hará sobre el defecto
dominante o, mejor aún, sobre la virtud que más necesitamos.
Las siguientes preguntas te pueden ayudar para hacer el
examen de conciencia sobre los Ejercicios:
ORACIONES DIARIAS

¿He mantenido viva la sed de Dios, el deseo de


aprovechar en todo?
¿Estoy excesivamente apegado a algo?
Ese apego ¿me impide hacer bien los Ejercicios y
buscar la voluntad de Dios?
¿Voy siendo generoso a lo que Dios me muestra y
me pide?
¿Soy dócil a la gracia de Dios?
¿Voy haciendo propósitos concretos?
¿Tomo nota de ellos, como también de las
inspiraciones?
¿Estoy satisfecho con lo que he hecho hoy?
¿He tomado las notas necesarias en la exposición de
los temas?
¿Puse empeño en las meditaciones? ¿En la presencia
de Dios, en la composición de lugar, la petición, los
puntos, el coloquio...?
¿He hecho todo con espíritu de humildad, confianza
y reverencia?
¿Busqué el lugar más adecuado? ¿Vencí las
dificultades?
¿Conseguí el fruto de cada meditación?
¿Mantuve el silencio interior y exterior?
¿Uso bien de los tiempos libres?
¿Consulto con el director con sinceridad, sin
vergüenza?
¿Cuidé no distraer a los demás?
¿Reaccioné pronto ante las tentaciones?
¿Vencí el desánimo, la aridez o la desolación?
SÍGUEME

Oración.
Señor mío Jesucristo, he llegado al final de la
jornada, y en tu nombre voy a descansar; pero antes de
caer en la inconciencia del sueño quiero reafirmar mi fe
y mi amor a Ti.
Cuando vivías en la tierra Tú también te fatigabas y
dormías; quiero unir mi descanso a tu descanso y mi
sueño a tu sueño; y que estas horas que viviré
inconciente sean también para gloria de Dios y bien de
mi alma; quiero dormir bajo el amparo de tu Divina
Presencia; que mi fe en Ti se mantenga viva en mi alma;
y que el fuego de tu amor encienda mi corazón durante
toda la noche y sea la luz de mi nuevo despertar. Amén.
Padre nuestro...
Gloria...
Tres Ave María...
Acordaos (oración de San Bernardo).
Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se
oyó decir que ninguno de los que han acudido a tu
protección, implorado tu asistencia y reclamado tu
socorro, haya sido abandonado de Ti.
Animado con esta confianza, a Ti también acudimos,
oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el
peso de nuestros pecados, nos atrevemos a comparecer
ante vuestra presencia soberana.
Oh Madre de Dios, no despreciéis nuestras súplicas,
antes bien escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amén.
ORACIONES DIARIAS

El bendito. (Como acción de gracias por la jornada vivida,


puedes rezar):
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero
hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su santa e inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea san José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios, en sus Ángeles y en sus Santos.

Himno de Completas
(la oración de la noche):
Disipa la densa noche,
oh Cristo, día y fulgor,
Tú que eres Luz de Luz,
de los justos resplandor.
Custódiame esta noche
con tu amor y con tu paz,
en Ti hallemos el descanso,
dulces horas de solaz.
Si el sueño cierra los ojos,
te contemple el corazón;
proteja tu suave mano
a cuantos te aman, Señor.
SÍGUEME

Rechaza a nuestros rivales,


guárdanos, oh Defensor,
gobierna a todos los hombres
que tu Sangre redimió.
A Ti, Cristo, Rey clemente,
y a Ti, Padre Creador,
con el Espíritu Santo
se tribute siempre honor. Amén.
Oración final
Visita Señor, esta habitación, y aleja de ella las
insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en
ella y nos guarden en paz y que tu bendición esté
siempre con nosotros. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
El Señor todopoderoso nos conceda una noche
serena y una muerte santa. Amén.
EJERCICIOS ESPIRITUALES
A. INDICACIONES GENERALES.
Definición de “ejercicios” y su finalidad (EE 1): “por
este nombre de ‘Ejercicios Espirituales’, se entiende
todo modo de examinar la conciencia, de meditar, de
contemplar, de orar vocal y mental, y de otras
operaciones espirituales. Porque así como el pasear,
caminar y correr son ejercicios corporales, de la misma
manera todo modo de preparar y disponer el alma para
quitar de sí todas los afectos desordenados, y después de
quitados para buscar y hallar la voluntad divina en la
disposición de su vida para la salvación del alma, se
llaman Ejercicios Espirituales” (en adelante = EE).
(EE 21): “Ejercicios Espirituales para vencerse a sí
mismo y ordenar su vida, sin determinarse por afecto
alguno que sea desordenado”.
Disposición de la persona que entra a los Ejercicios
(EE 5): “al que recibe los ejercicios, mucho le
aprovecha entrar en ellos con grande ánimo y liberalidad
con su Creador y Señor, ofreciéndole todo su querer y
libertad, para que su divina Majestad, así de su persona
como de todo lo que tiene, se sirva conforme a su
santísima voluntad”.

49
SÍGUEME

Preocuparse por el ahora (EE 11): “al que toma


ejercicios, en la primera aprovecha que no sepa cosa
alguna de lo que ha de hacer en la segunda, sino que
trabaje en la primera para alcanzar lo que busca, como si
en la segunda ninguna buena esperase hallar”.
Conveniencia del “retiro” (EE 20): “Tanto más se
aprovechará, cuanto más se apartare de todos amigos y
conocidos, y de toda solicitud terrena. Del cual
apartamiento se siguen tres provechos principales, entre
otros muchos: 1°. es, que en apartarse el hombre de
muchos amigos y conocidos, de negocios no bien
ordenados, por servir y alabar a Dios nuestro Señor, no
poco merece delante de su divina Majestad; 2°. estando
así apartado, no teniendo el entendimiento partido en
muchas cosas, mas poniendo todo el cuidado en solo
una, a saber, en servir a su Creador, y aprovechar a su
propia alma, usa de sus potencias naturales más
libremente, para buscar con diligencia lo que tanto
desea; 3°. cuanto más nuestra alma se halla sola y
apartada, se hace más apta para acercarse y llegar a su
Creador y Señor; y cuanto más así se allega, más se
dispone para recibir gracias y dones de su divina y suma
bondad”.
Alma de Cristo.
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh Buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
EJERCICIOS ESPIRITUALES

No permitas que me aparte de Ti.


Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame,
y mándeme ir a Ti,
para que con tus santos te alabe,
por los siglos de los siglos. Amén.

B. CONSEJOS ÚTILES.
(Se añaden algunos consejos, en gran parte tomados de R.
SAENZ, Sólo Dios basta, Gladius, Buenos Aires 1996):
Hambre y sed de Dios. Los Ejercicios no son una
serie de conferencias o charlas, sino una búsqueda de
Dios, un tiempo de oración y contemplación. Todo en
estos días se ordena a que puedas tener un trato libre
con Dios... En un diálogo personal e íntimo, donde
debes despertar la sed de Dios con todas tus fuerzas y
dejar que Él te ilumine y te atraiga con su gracia. Vienes
a salir definitivamente del pecado, a dejar la tibieza, a
encaminarte eficazmente a la unión íntima con Él. Te
llevarás en el alma lo que hayas asimilado meditando; lo
demás pasará.
Silencio. Silencio de los hombres y silencio de las
cosas. Ante todo silencio interior: acallar otros
pensamientos, preocupaciones, o inquietudes que
distraen tu alma de lo único necesario (cf. Lc 10,38-40).
Silencio exterior, para escuchar la voz de Dios, para
cooperar a que los otros ejercitantes escuchen su voz.
Desapego. Si eres consciente de tener un apego a
algo que te hace mal, que te lleva al pecado, o que te
impide crecer espiritualmente, es necesario desprenderte
interiormente de ello, “pidiendo a Dios lo contrario”
SÍGUEME

(EE 16). Un ave no puede volar, sea que esté atada por
una cadena, sea que la retenga un hilo delgado.
Todo a su tiempo. Los Ejercicios tienen un orden
determinado que el director te irá indicando. No te
adelantes en leer o pensar lo que no corresponde en este
momento. Hay tiempos para la meditación, tiempos
libres, tiempos para la confesión, para la elección de
estado o la reforma de vida. No te ocupes en lecturas
por simple curiosidad o que te saquen del clima.
Tomar notas. Toma apuntes, sea durante la
exposición del sacerdote para después poder guiarte
mejor en la meditación personal; sea para anotar los
propósitos, luces o gracias que vas recibiendo. Todo ello
te servirá incluso para releer y aprovecharte después de
los Ejercicios.
Hablar con el director. No dejes de frecuentar al
director de los Ejercicios. Conviene hacerlo desde el
principio para que te conozca, y conozca tus
disposiciones o expectativas. Además es indispensable
para aclarar tus dificultades, tentaciones, gracias,
propósitos, consolaciones y desolaciones, todo lo que se
va produciendo en tu alma durante los Ejercicios. No
comunicarse con frecuencia y confianza es
prácticamente hacer estéril los Ejercicios por las muchas
dificultades y tentaciones que suelen surgir.

C. PRINCIPIO Y FUNDAMENTO.
Entrada en oración (EE 75): “Un paso o dos antes
del lugar donde voy a contemplar o meditar, por espacio
de un Padre nuestro, alzaré el mente, considerando
EJERCICIOS ESPIRITUALES

cómo Dios nuestro Señor me mira, etc. y haré una


reverencia o humillación”.
Oración preparatoria (EE 46): “La oración
preparatoria es pedir gracia a Dios nuestro Señor, para
que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean
puramente ordenadas en servicio y alabanza de su divina
Majestad”.
Composición de lugar. En la capilla, o en mi
habitación, apartado del mundo. Tú, en cambio, cuando
vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la
puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu
Padre, que ve en lo secreto, te recompensará (Mt 6,6).
Petición. Pedir al Señor la luz para entender las
verdades expresadas en el Principio y Fundamento, y la
gracia y la fuerza para ordenar mi vida de acuerdo a
ellas.
Fin del hombre: (EE 23) “El hombre es creado
para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro
Señor, y mediante esto salvar su alma”.
Fin de las criaturas: “Y las otras cosas sobre la
faz de la tierra son creadas para el hombre, y para que le
ayuden en la prosecución del fin para el que ha sido
creado. De donde se sigue que el hombre tanto ha de
usar de ellas cuanto le ayuden para su fin, y tanto debe
apartarse de ellas cuanto para ello le impiden.”
Indiferencia: “Por lo cual es menester hacernos
indiferentes a todas las cosas creadas, en todo lo que es
concedido a la libertad de nuestro libre albedrío y no le
está prohibido; en tal manera que no queramos de
nuestra parte más salud que enfermedad, riqueza que
SÍGUEME

pobreza, honor que deshonor, vida larga que corta, y lo


mismo en todo lo demás; solamente deseando y
eligiendo lo que más nos conduce para el fin que somos
creados”.
Coloquio (EE 54): Con Dios Padre, con su Hijo...
“así como un amigo habla con otro, como un siervo con
su Señor, ya sea pidiendo alguna gracia, ya sea
acusándose por alguna falta cometida, ya sea contando
sus cosas y pidiendo consejo en ellas”.

D. ORACIÓN MENTAL.
iPequeño esquema. Pasos a dar en la oración mental:
◦ considerar a Dios presente, que me está
mirando.
b Preparación
para entrar ◦ Lo adoro, me humillo: Dios y yo.
en oración
◦ Oración preparatoria: ofrezco todo mi
ser y obrar para su gloria

◦ Imaginarme en el mismo lugar


b Primeros de la escena que medito.
pasos: ◦ Pedir la gracia que deseo alcanzar en
esta meditación.
EJERCICIOS ESPIRITUALES

◦ Recordar el tema que he leído,


los puntos concretos (memoria).

◦ Reflexionar. Advertir su verdad, su utilidad,


Meditación: su necesidad... ¿Qué significó esto para mí,

◦ Excitar en mí afectos, sentimientos,


resoluciones, según lo que voy

Coloquio final: ◦ Hablar con Dios, o la Virgen,


como un amigo con suamigo, como

iConsejos para la oración mental:


(tomadas de SAN FRANCISCO DE SALES, Introducción a la vida
devota, l.2, cc.2-9, Dictio, Bs. As. 1980).

1. Preparación.
Ponerse en presencia de Dios. Es decir tomar
conciencia, poner atención en ver que Dios está
presente en el cielo, en la tierra y en todo lugar, de modo
que no existe lugar ni cosa en el mundo donde no esté
presente. Ahora bien, como no lo vemos con nuestros
ojos, fácilmente nos olvidamos de esta presencia. De allí
que es necesario un acto de fe para advertir esta
presencia, Sl 138,8: si escalo el cielo, allí estás Tú, si bajo
al abismo, allí te encuentro. Conviene entonces, antes de
SÍGUEME

la oración, esforzarse por considerar atentamente esta


presencia. Dios está verdaderamente aquí.
Pero existe también otro modo de presencia: su
presencia por la gracia en el corazón del hombre. Allí no
está sólo como Creador de todas las cosas, dando el ser,
sino también como Padre y Amigo, haciendo participar
al hombre de su naturaleza divina (haciéndolo su hijo
adoptivo). Lo dijo claramente Jesús, Jn 14,23: si alguno
me ama, guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y
vendremos a él, y en él haremos morada. Dios Padre habita
en lo más íntimo de tu ser.
Puede ayudarte a tomar conciencia de esta presencia
de Dios, pensar cómo Cristo te está viendo desde el
cielo. Esto no es una imaginación, sino una realidad. El
cielo es ver a Dios tal cual es, y Cristo veía el rostro de
su Padre, desde el primer instante de su concepción. En
su Padre también nos ve a nosotros, como en el más fiel
y limpio espejo se ve reflejada la imagen. Así lo vio
Esteban en el momento de su martirio, He 7,55-56:
(Esteban) miró fijamente el cielo y vio la gloria de Dios y a
Jesús que estaba en pie a la diestra de Dios; y dijo: ‘Estoy
viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre que está de
pie a la diestra de Dios.’
Finalmente puedes usar tu imaginación, de modo
que te hagas presente junto a tu Redentor, así como
solemos recordar los rostros de nuestros seres queridos.
Pero si estás orando frente al Santísimo Sacramento, no
es una mera imaginación sino que Cristo está allí,
verdadera, real y sustancialmente presente, tal como Él
mismo lo enseñó, Mt 26,26: este es mi cuerpo.
La invocación. Percibida esta presencia de Dios,
reconoce ahora su infinita Majestad y perfección, de lo
EJERCICIOS ESPIRITUALES

cual surgirá en ti una gran reverencia; pero sin olvidar su


infinita Bondad y misericordia por lo cual le pedirás con
confianza la gracia que necesitas para servirlo y adorarlo
en esta meditación.
Composición de lugar. Consiste en proponer a la
imaginación el misterio que quieres meditar, como si real
y verdaderamente sucediera en nuestra presencia. Así, si
quieres meditar en la pasión de Cristo imaginar que estás
en el monte Calvario... Pero cuando medites otros
misterios: la grandeza de Dios, la hermosura de las
virtudes, etc. al no tratarse de cosas sensibles, no es
necesario que uses esas imaginaciones. Sí te puede ser
útil una semejanza o comparación (lo usaba Jesús con
sus parábolas, para dar a entender las realidades
puramente espirituales del Reino de Dios). De todos
modos no cargues tu espíritu de imaginaciones, pues lo
importante es que trates de concentrarte en el misterio y
no dejes divagar la mente.

2. Meditación.
El siguiente paso es activar tu inteligencia, de
modo que con una o muchas consideraciones vayas
levantado tu corazón a Dios y las realidades de su Reino.
Y aquí está la diferencia entre estudio y meditación, pues
ésta se usa para adquirir la virtud o el amor de Dios, y
no para adquirir la ciencia. Si encuentras gusto, luz, o
fruto en alguna de las consideraciones, te debes detener
en eso, sin pasar a otra, al modo como la abeja intenta
sacar todo el néctar de la flor antes de pasar a otra. Pero
si no hallas luz, gusto o fruto en una de las
consideraciones, después de detenerte un poco más en
ellas, pasa a otra, sin preocuparte ni turbarte.
SÍGUEME

La meditación causa buenos sentimientos en la


voluntad: el amor de Dios y del prójimo, el deseo de la
vida eterna, el celo por la salvación de los demás, la
imitación de Cristo, la compasión, la admiración, la
alegría, confianza en la bondad y misericordia de Dios,
el arrepentimiento de tus pecados... En esto hay que
extenderse lo más que sea posible... Pero hay que tratar
que esos sentimientos y afectos, se vayan concretando
en propósitos y resoluciones. Así por ejemplo la primera
palabra de Cristo en la cruz te animará a perdonar a tus
enemigos, a amarlos, etc. De este modo te puedes ir
corrigiendo rápidamente. Pero si sólo te contentas con
los sentimientos y afectos, sin resolverte a practicarlos,
no podrás corregirte, sino con gran dificultad y después
de muchísimo tiempo.

3. Coloquio.
La meditación hay que concluirla en primer lugar
dando gracias a Dios por las luces, fruto o buenos
afectos y resoluciones que en ella hayas experimentado.
Todo proviene de su bondad y misericordia.
Después hay que ofrecer a Dios la muerte, las
virtudes de su Hijo, y unidos a esta ofrenda, nuestros
afectos y resoluciones...
Finalmente le suplicamos a Dios la gracia que
necesitamos, de acuerdo a la meditación que hicimos
(dolor y arrepentimiento del pecado, amor de Dios, etc.)
para llevar a la práctica nuestros afectos y decisiones...
Rogamos también por la Iglesia, nuestros parientes y
amigos, etc... Y después el Padre nuestro, Ave María...
EJERCICIOS ESPIRITUALES

4. Examen de la meditación.
Para aprender a orar y para ir reconociendo la “voz”
de Dios, distinguiéndola de otras “voces”, conviene
emplear unos minutos en examinar cómo te fue en la
oración. Fíjate, por ejemplo, en algunos de los puntos
siguientes:
-¿Preparaste con cuidado la materia, concretándola,
previniendo el fruto que habías de sacar?
-¿Hiciste bien los preámbulos de la meditación?
-¿Recordaste los puntos, y entraste pronto en
materia?
-¿Fuiste activo en ejercitar el entendimiento, sin
prisa, con sinceridad y empeño?
-¿Has despertado afectos? ¿Hubo distracciones? En
el fervor, ¿te humillaste? En la aridez, ¿fuiste animoso?
-¿Te dejaste llevar por la pereza? ¿Luchaste contra la
desgana?
-¿Qué luces te ha dado Dios? ¿Qué emociones has
sentido? ¿Qué efectos obraron en ti?
-¿Lograste el fruto propuesto? Da gracias a Dios. Si
no, ¿Por qué?
-¿Has hecho propósitos, generales y particulares,
concretos y realizables? ¿Hiciste aplicaciones prácticas a
tus circunstancias?
-¿No te ganó el apuro, el deseo de ver toda la
materia, de terminar pronto?
-¿Hablaste con Dios, lo dejaste hablar? ¿Le suplicaste
las gracias que necesitabas, con humildad y
perseverancia?
-¿Anotaste lo más importante? Hazlo ahora.
Y delante de Dios, si te ha ido mal en esta
meditación, pídele perdón, busca la causa y el remedio
SÍGUEME

eficaz; si te ha ido bien, dale gracias y pídele


humildemente su favor para seguir mejorando.

E. DIFICULTADES EN LA ORACIÓN MENTAL.


Las distracciones son muy frecuentes e inevitables.
Forman parte de nuestras miserias, que sólo podremos
superar cuando veamos a Dios cara a cara. La
distracciones no quitan el fruto de la oración, a menos
que sean voluntarias. Cuando suceden las distracciones,
después de darnos cuenta de ello, debemos volver
suavemente al tema que estábamos meditando. Y esto
cuantas veces ocurran las distracciones. Para vencer las
distracciones ayuda mucho seguir los consejos dados
para preparar la meditación, un poco de penitencia, etc.
Recuerda también que hay períodos de arideces o
sequedades en los cuales parece que Dios no nos oye,
no sentimos devoción, parece que hemos retrocedido...
No hay que afligirse. Revisa si no hay pecados graves, o
leves reiterados que llevan a esto. También el afecto
desordenado que tengas a alguna cosa, actividad o
persona puede ser la causa que experimentes esta
“ausencia” de Dios. Pero si no hay nada de eso, estás en
un momento muy propicio para crecer en tu unión y
amistad con Dios, para buscarlo directa y solamente a
Él, y no sus consuelos...

F. ADICIONES PARA HACER MEJOR LOS EJERCICIOS.


“Adiciones” quiere decir algo agregado, que se suma a lo
principal. Son indicaciones prácticas de orden más secundario
pero que ayudan para que la persona se vaya ordenando y
buscando la voluntad de Dios. Sobre estas y otras “adiciones”
hay que examinarse durante los Ejercicios.
EJERCICIOS ESPIRITUALES

Para ordenar el último acto consciente del día:


(EE 73): “después de acostado, ya queriendo
dormir, por espacio de un Ave María pensar a la hora
que me tengo que levantar y a qué, resumiendo el
ejercicio que tengo que hacer”.
Para ordenar el primer acto consciente del día:
(EE 74): “cuando me despierte, no dando lugar a
unos pensamientos ni a otros, debo advertir lo que voy a
contemplar, trayéndome en confusión de mis muchos
pecados, poniendo ejemplos, así como un caballero
avergonzado y confundido en haber ofendido mucho a
su rey, de quien recibió muchos dones y muchas
mercedes... y con estos pensamientos vestirme, o con
otros apropiados a la materia”.

Última preparación para la oración:


(EE 75): “Un paso o dos antes del lugar donde
tengo que contemplar o meditar, me pondré de pie por
un espacio de un Padre nuestro, alzando el
entendimiento arriba, considerando cómo Dios nuestro
Señor me mira, etc., y hacer una reverencia o
humillación”.
Posturas corporales en orden a orar mejor:
(EE 76): “Entrar en la contemplación a veces de
rodillas, a veces postrado en tierra, a veces acostado con
el rostro hacia arriba, a veces sentado, a veces en pie,
buscando siempre lo que quiero. Si hallo lo que quiero
de rodillas, no pasaré adelante, y si postrado, lo mismo,
etc. En el punto en el cual halle lo que quiero, ahí me
reposaré, sin tener prisa de pasar adelante hasta que me
satisfaga.” EE 88: “esta adición nunca se hará en la
SÍGUEME

Iglesia delante de otros, sino cuando se está escondido,


como en casa, etc.”
Examinar cómo me fue en la oración:
(EE 77): “Después de acabado el ejercicio, por
espacio de un cuarto de hora, ya sea paseándome, ya sea
sentado, miraré cómo me ha ido en la contemplación o
meditación. Si me fue mal, miraré la causa de donde
procede, y descubierta está arrepentirme para
enmendarme en adelante. Si me fue bien, daré gracias a
Dios, y trataré la próxima vez de hacer de la misma
manera.”

G. EXÁMENES PARTICULARES.
A medida que vayas haciendo los Ejercicios, descubrirás
que muchos de los minutos se emplean en “exámenes”:
después de cada meditación (un cuarto de hora), por la
mañana y por la noche, pero también al mediodía... La
finalidad de los Ejercicios es mantener despiertas y activas
todas las energías para vencerse a sí mismo, y ordenar la vida
de acuerdo a la voluntad de Dios... Pero también existen otras
fuerzas y energías: el demonio, la “cultura de muerte” que nos
envuelve, nuestra tendencia a la pereza, etc., de modo que van
sucediéndose en nuestro corazón distintos afectos,
pensamientos, etc. Se hace necesario distinguir, percibir estas
cosas para seguir sólo la voz de Dios. El examen es un especie
de “sensor” que nos permite percibir mejor estas experiencias.
El examen es un estado del espíritu, una actividad de
nuestra alma, que nos hace estar atentos, interesados en
conocer, discernir lo que va sucediendo en nuestro interior. El
examen nos permite ir viendo la acción de Dios y la acción de
lo que no es Dios. Esto exige un método determinado,
horarios, pasos que dar, repetición del mismo procedimiento,
etc. El examen es una parte importante de los Ejercicios. El
EJERCICIOS ESPIRITUALES
examen particular te ayudará a conservar tu alma despierta y
activa durante todo el día, para que puedas alcanzar lo que te
has propuesto de la manera más eficaz y segura.
Durante los Ejercicios Espirituales el examen particular se
hace sobre la marcha de los mismos Ejercicios: por ejemplo si
preparas bien la oración, si haces penitencia, sin consultas, etc.
Terminados los ejercicios, el examen particular es muy útil
para corregir el defecto dominante, la pasión desordenada que
nos domina... pero lo más conveniente es hacerlo respecto a la
virtud contraria al defecto, así si eres orgulloso, conviene que
trabajes en adquirir la virtud de la humildad, etc. En el
Apendice 2, encontrarás abundante material sobre este tema.
Momentos para hacer el examen particular:
(EE 24-26): “a la mañana, después de levantarme,
proponer cuidarme con diligencia del pecado particular
o defecto que quiero corregir y enmendar”.
“Después de comer, pedir a Dios nuestro Señor la
gracia de acordarme cuántas veces he caído en aquel
pecado particular o defecto, y para corregirme en
adelante. Examinarme sobre ese propósito particular,
comenzando desde que me levanté hasta la hora
presente, y anotar tantos puntos o marcas cuantas veces
haya incurrido en aquel pecado particular o defecto.
Después debo proponer corregirme”.
“Después de cenar, se hace de nuevo examen
comenzando desde el mediodía hasta la hora presente, y
anoto en la segunda línea tantos puntos cuantas veces
haya incurrido en aquel pecado o defecto”
Modo de aprovechar el examen particular:
(EE 27-31): “cada vez que se cae en aquel pecado o
defecto particular, ponerse la mano en el pecho,
doliéndose de haber caído”.
SÍGUEME

“Comparar de línea en línea (de examen a examen)


mirando a la noche si hay enmienda” o mejoría.
“Comparar también un día con otro, y mirar si hay
mejoría”. “Comparar una semana con otra, y mirar si se
ha enmendado”.

Domingo _________________
_________________
Lunes _________________
_________________
Martes _________________
_________________
Mierc _________________
_________________
Jueves _________________
_________________
Viernes _________________
_________________
Sábado _________________
_________________

H. OTROS MODOS DE ORAR.


San Ignacio en su libro de Ejercicios enseña también
otros modos de orar. Así nos enseña a buscar a Dios,
haciendo oración a través de un sereno recorrido por los
mandamientos (pensando en qué guardé cada uno, y en
qué he faltado) durante unos instantes, y después hacer
EJERCICIOS ESPIRITUALES

lo mismo con los pecados capitales, obras de


misericordia, etc.

I. P RIMER MODO DE ORAR : POR MANDAMIENTOS ,


PECADOS CAPITALES , ETC .

Oración sobre los mandamientos:


Preparación (EE 239): “antes de entrar en oración,
repose un poco el espíritu (paseando o sentándose)
considerando a dónde va y a qué”.
Oración preparatoria (EE 240): “pedir gracia a Dios
nuestro Señor para que pueda conocer en lo que he
faltado respecto a los diez mandamientos, y también la
gracia de corregirme en adelante, pidiéndole conocerlos
perfectamente para poder cumplirlos mejor, para que
sea mayor alabanza y servicio de su Divina Majestad”.
Sobre los mandamientos (EE 241): “conviene
considerar y pensar en el primer mandamiento, cómo lo
he guardado y en qué he faltado, haciéndolo por espacio
de tres Padre nuestro y tres Ave María. Si en este tiempo
encuentro algunas faltas mías, debo pedir remisión y
perdón de ellas, y decir un Padre nuestro. De esta misma
manera se haga en cada uno de los diez mandamientos”.
(EE 242): “cuando alguien, piensa en un
mandamiento en el cual no tiene ningún hábito de pecar,
no es necesario que se detenga tanto tiempo. Así debe
más o menos detenerse en la consideración y examen de
un mandamiento, según uno halla que más o menos
tropieza en aquel mandamiento”. Te puede ayudar el
Apéndice 1, A.
SÍGUEME

Oración sobre los pecados capitales:


Preparación (EE 239): “antes de entrar en oración,
repose un poco el espíritu (paseando o sentándose)
considerando a dónde va y a qué”.
Oración preparatoria (EE 240.244): “pedir gracia a
Dios nuestro Señor para que pueda conocer en lo que
he faltado respecto a los siete vicios capitales, y también
la gracia de corregirme en adelante para mayor alabanza
y servicio de su Divina Majestad”.
Sobre los pecados capitales y sus virtudes contrarias
(EE 244-245): “para mejor conocer las faltas hechas en
los pecados capitales (soberbia, pereza espiritual o
acidia, lujuria, gula, envidia, ira, avaricia), y para mejor
evitarlos en adelante, procure la persona con santos
ejercicios adquirir y practicar las siete virtudes a ellos
contrarias” (humildad, caridad ardiente, pureza,
templanza, alegría por el bien del prójimo,
mansedumbre, generosidad en la limosna). Una guía más
detallada encontrarás en el Apéndice 1, B y C.

II. S EGUNDO MODO DE ORAR : CONTEMPLAR EL


SIGNIFICADO DE CADA PALABRA DE LA ORACIÓN .
Otro modo que aconseja es recorrer las oraciones vocales
saboreando palabra por palabra.

Preparación (EE 239): “antes de entrar en oración,


repose un poco el espíritu (paseando o sentándose)
considerando a dónde va y a qué”.
Oración preparatoria (cf. EE 239.250). Pedir gracia a
Dios nuestro Señor, o a Jesucristo Redentor, o al
Espíritu Consolador, o pedirle a la Virgen interceda ante
EJERCICIOS ESPIRITUALES

su Hijo... de acuerdo a la oración vocal que voy a utilizar


(Padre nuestro, Alma de Cristo, Ave María, etc.), para
que pueda conocer en profundidad el sentido de las
palabras de dichas oraciones y pueda sacar provecho de
ellas. Y que todo sea para mayor alabanza y servicio de
su Divina Majestad.
Significado de cada palabra de la oración:
(EE 252): “La persona, de rodillas o sentada, según
se halle más dispuesta y encuentre más devoción,
teniendo los ojos cerrados o fijos en un lugar sin mover
la mirada, diga Padre, y quédese considerando esta
palabra tanto tiempo cuanto halle significaciones,
comparaciones, gusto y consolación en consideraciones
a propósito de tal palabra del Padre nuestro o de otra
oración”.
(EE 253): “Estará de la manera dicha, una hora en
todo el Padre nuestro, acabado el cual dirá un Ave
María, Credo, Alma de Cristo, Salve, vocal o
mentalmente, según la manera acostumbrada”.
(EE 254-255): “Si la persona halla en una palabra o
en dos, buena materia para meditar y gusto y
consolación, no se preocupe de pasar adelante, aunque
en esas dos palabras se acabe la hora”. “Al otro día diga
esta palabra o las dos, y comience a contemplar en la
palabra que sigue inmediatamente”.
Coloquio. (EE 257): “Acabada la oración, debo
dirigirme a la persona a quien he orado, y pedirle en
pocas palabras las virtudes o gracias de las cuales pienso
tener más necesidad”.
Te puede ser útil el Apéndice 1, E.
SÍGUEME

Siguiendo el ritmo de la respiración:


También aconseja que por algún tiempo la persona
se ejercite en orar por “compás”, es decir siguiendo el
ritmo constante de la respiración (por cada momento de
respiración, considerar una palabra).
Preparación (EE 239): “antes de entrar en oración,
repose un poco el espíritu (paseando o sentándose)
considerando a dónde va y a qué”.
Oración preparatoria (Cf. EE 239.250). Pedir gracia a
Dios nuestro Señor, o a Jesucristo Redentor... de
acuerdo a la oración vocal que voy a utilizar, para mayor
alabanza y servicio de su Divina Majestad.
Sobre la oración por compás (EE 258): “se ha de
orar mentalmente, diciendo una palabra del Padre
nuestro o de otra oración, de manera que una sola
palabra se diga entre una respiración y otra.
Mientras dure el tiempo de una respiración a otra,
se puede mirar la significación de la palabra, o la
persona a quien se reza, o la propia bajeza, o a la
diferencia entre la grandeza de la persona a quien
rezo y mi propia bajeza”. Y así en las otras palabras
y oraciones.

I. ALGUNAS CITAS DE LA BIBLIA.


La Dei Verbum 21, del Concilio Vaticano II, dice: “Toda
predicación debe nutrirse y regirse por la Escritura”. Como
veremos, San Ignacio en sus EE expone en resumen la
revelación contenida en la Sagrada Escritura. Indicamos
algunas citas que pueden ser útiles al inicio de los Ejercicios:
EJERCICIOS ESPIRITUALES
- Conveniencia del retiro: Ex 34,28; Dt 9,9.18; Jr 2,2; Os
2,16; Mt 6,5; 14,23; Mc 1,35; 6,46; Lc 1,16; 6,12.
- Se recomienda la reflexión: Jos 1,8; Sl 1,2; 63,7; 77,13;
104,34; 119; Sir 6,37; Job 15,4; 1Tim 4,7; Heb 5,14.
- Hay que buscar la voluntad divina: Mt 6,10; 12,50; 21,31;
Ro 12,2; Ef 5,17; Col 1,9.
- Dejar obrar a Dios: Is 54,13; Jr 31,33; Ez 36,26; Flp
2,13; 1Jn 2,20.27.
- El hombre es creado para alabar (publicar las grandezas
divinas), hacer reverencia (acatar su señorío) o dar gracias,
etc.: Ap 4,11.15; Sl 116; 117; Ef 5,19-20; 1Ts 5,17-18. El
servir a Dios es cumplir su voluntad, darle culto: 2Sam 15,8;
servicio que no se puede dar a dos señores a la vez: Mt 19,21.
- Si se cumple la voluntad de Dios, se salva el alma: Mt
7,21; 21,31ss. De la importancia de salvar el alma: 1Cor 7,16;
9,27; 1Tim 4,16; Stg 5,20; Mt 10,39; 16,25.
- Las cosas son creadas para el hombre: Gen 1,26; Sir
17,4; 1Cor 3,22.
- Usar las cosas tanto cuanto: Mt 5,29-30; 18,8.
- Sobre la indiferencia: 1Cor 7,29; Sir 5,2. Ver también los
distintos ejemplos bíblicos: Gen 22,5-8; Lc 1,45; Jn 2,5; Lc
9,23-24; Mt 19,29; Mc 10,29; 2Cor 6,10.

J. MEDITACIONES VARIADAS.
bMeditación introductoria.
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad (EE 46).
SÍGUEME

Historia: un leproso se acerca a Cristo y le pide su


curación. Jesús lo toca y lo cura, cf. Mc 1,40-45; Mt 8,2-
4; Lc 5,12-16.
Composición de lugar: ver con la vista imaginativa el lugar
donde sucede este encuentro entre el leproso y Cristo,
como si yo también me hallase presente.
Gracia propia: pedir a Dios nuestro Señor lo quiero y
deseo... aquí será repetir la petición del leproso: Señor, si
quieres puedes curarme.
1°. El leproso se acerca a Cristo. Tiene gran fe en Él:
lo llama ‘Señor’, se postra, de rodillas, sobre su rostro.
2°. Gran confianza: si quieres puedes. No sólo confía
en el poder, sino en la sabiduría de Cristo que sabe el
momento y el modo mejor para él.
3°. Cristo extiende la mano y lo cura.
Coloquio con Cristo. Los leprosos continúan... y
también continúa el poder y sabiduría de Cristo.
bDios.
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad (EE 46).
Composición de lugar: imaginar que estoy en la presencia
de Dios, de sus ángeles, santos...
Gracia propia: pedir a Dios nuestro Señor lo quiero y
deseo... aquí será la gracia de conocerlo verdaderamente
a Él, para quien he sido creado.
1°. El ateísmo “es uno de los fenómenos más graves
de nuestro tiempo” (GS 19a). Debemos volver a
rectificar nuestras ideas sobre Dios... El Dios real es el
EJERCICIOS ESPIRITUALES

que se nos revela en Cristo, y no los ‘ídolos’ que nos


construimos nosotros... Muchas veces los cristianos con
su vida “han velado más bien que revelado el genuino
rostro de Dios y de la religión” (GS 19c).
2°. Todas las perfecciones que vemos en las
criaturas, Dios las posee en grado infinito, Sl 145,3:
grande es Yahveh y muy digno de alabanza, insondable su
grandeza... Para conocer las perfecciones de Dios:
afirmación: tiene todas las perfecciones de las creaturas:
bondad, misericordia, belleza... Remoción: hay que quitar
los defectos y límites que tienen en las creaturas...
Eminencia: elevando a su máximo grado: Dios es la
Bondad, la Verdad...
3°. Recordamos algunas de sus perfecciones. Su
Bondad: sólo Dios es bueno (Mt 10,18). Su sabiduría: en él
están escondidos todos los tesoros y sabiduría de las ciencias (Col
2,3). Su poder: nada hay imposible para Dios (Lc 1,37). Su
Providencia: abarca fuertemente de un cabo a otro todas las
cosas y las ordena todas con suavidad (Sb 8,1; 14,3). Todo lo
dispuso con número, peso y medida (Sb 11,20).
Su omnipresencia: no está lejos de nosotros, pues en Él
vivimos, nos movemos y existimos (He 17,27-28); de modo
especial está en aquellos que lo aman como Padre y
Amigo: si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre lo
amará y vendremos a él y en él haremos morada (Jn 14,23).
Coloquio. Dialogar como un amigo con su amigo...
Pedirle insistentemente la gracia no sólo de conocer,
sino saber = saborear sus perfecciones... que nos
vayamos vaciando de ateísmo y adorando al Dios
verdadero...
SÍGUEME

bEl hombre.
Oración preparatoria (EE 46): “es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones
y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad”.
Composición de lugar: imaginar que estoy en la presencia
de Dios, de sus ángeles, santos...
Gracia propia: gracia de conocer mi fin, conocerlo a Él,
para quien he sido creado.
1°. Al inicio el hombre fue creado, a imagen y
semejanza de Dios (cf. Gen 1,27-28; 2,7.20-23). Pero
Dios es también “creador en cada hombre del alma
espiritual e inmortal” (PABLO VI, Profesión de fe n.8). El
hombre es creado. Así como la luminosidad del aire
depende del sol que lo ilumina. El sol brilla por su
naturaleza, el aire es luminoso por participar de la luz del
sol. Así Dios es el ser por esencia, su esencia es su ser.
Por eso es el que Es (cf. Ex 3,14). El hombre es ser por
participación, necesita ser conservado en su ser para
existir actualmente... Estoy actualmente participando del
ser por la acción creadora y conservadora de Dios.
2°. El hombre es creado para Dios. Dios no tiene
necesidad de nada, crea sólo por su bondad, para
comunicar el bien. Creó al hombre para que pudiese
entrar en perfecta comunión de conocimiento y amor
con Él, 1Jn 3,2: ahora somos hijos de Dios, y aun no se ha
manifestado lo que seremos, sabemos que cuando se manifieste
seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es.
Ro 6,22: al presente libres del pecado y esclavos de Dios,
fructificáis para la santidad y el fin es la vida eterna. Cuando
algo no alcanza su fruto, se dice que se pierde; cuando el
EJERCICIOS ESPIRITUALES

hombre no alcanza su fin se pierde, se condena; cuando


alcanza su fin, se salva.
3°. El hombre es creado para Dios. ‘Para’: tiene una
finalidad, un por qué... Para ‘alabar’ (publicar las grandezas
divinas, Ap 15,4: ¿Quién no temerá Señor y glorificará tu
Nombre? Porque sólo tú eres santo... Para ‘servir’ a Dios, Mt
6,24: nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y
amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No
podéis servir a Dios y al Dinero. Y si alaba hace reverencia y
sirve a Dios, salva su alma, como dice Jesús, Mt 16,25:
quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por
mí, la encontrará. Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo
entero si pierde su alma? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su
alma?
4°. Imagen del Evangelio: el tesoro escondido. Mt
13,44: el Reino de los cielos es semejante a un tesoro escondico en
un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por
la alegría que le da, ve, vende todo lo que tiene y compra el campo
aquel. ‘Reino de los cielos’: Dios, su gracia, Jesucristo, es
el tesoro. ‘Tesoro’: cúmulo de riquezas reunidas.
‘Escondido’: no es visible palpable. ¿Cuál es mi ‘tesoro’?
Jesús buscaba sólo agradar a su Padre, Jn 8,29: el que me
ha enviado está conmigo; no hme ha dejado solo, porque yo hago
siempre lo que le agrada a Él. Muchas veces buscamos otro
‘tesoro’: el propio yo, el gusto propio, voluntad propia,
juicio propio, propio honor... allí está nuestro corazón...
Su omnipresencia: no está lejos de nosotros, pues en Él
vivimos, nos movemos y existimos (He 17,27-28); de modo
especial está en aquellos que lo aman como Padre y
Amigo: si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre lo
amará y vendremos a él y en él haremos morada (Jn 14,23).
SÍGUEME

Coloquio. Dialogar como un amigo con su amigo...


Pedirle insistentemente la gracia de reconocer el sentido
de mi vida... soy creado para Él... gracia para que Él sea
nuestro único ‘tesoro’...

bLas cosas.
Oración preparatoria (EE 46): “es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones
y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad”.
Composición de lugar: imaginar que estoy en la presencia
de Dios, de sus ángeles, santos...
Gracia propia: gracia de conocer la finalidad de las
demás cosas, y para ordenarlas al servicio y alabanza de
Dios.
1°. Las cosas son creadas para que ayuden al hombre.
Instrumentos para que el hombre pueda servir a Dios y
salvarse, Sl 104,14-15: la hierba la haces brotar para el ganado
y las plantas para el uso del hombre, para que saque de la tierra el
pan, y el vino que recrea el corazón del hombre. Las creó Dios
con abundancia y profusión, para que a través de ellas el
hombre conociese la perfección de Dios (cf. Sb 13,5; Ro
1,20). Heb 1,3: Él sostiene todo con su palabra poderosa. Por
eso el hombre debe buscar primero el fin, y luego que lo
lleva al fin, Mt 6,33: buscad primero el Reino de Dios y su
justicia, y todas las demás cosas se os darán por añadidura.
2°. Las demás creaturas pueden impedir al hombre
alcanzar su fin, o ayudarlo. Si busco en todo alabar,
servir a Dios, todo cooperará para mi bien. Todo: los
dolores y enfermedades, la salud, la riqueza y la pobreza,
el éxito o el fracaso, la consolación y el gozo, la
EJERCICIOS ESPIRITUALES

tentación y la sequedad, las cruces y el desprecio, el


honor, todo.. Ro 8,28: todo coopera para el bien de los que
aman a Dios.
3°. ‘Talento’ no se refiere a una cualidad especial, sino a
todo beneficio de Dios. Todo es don, todo es talento que
Dios me ofrece para unirme a Él. Cf. Mt 25,14-30. “Todo
lo que tienes, sea ciencia, o hermosura, todo debes referirlo
a Dios, y usarlo para su gloria” (SANTO TOMÁS, In Symb
n.885). “Dios hizo todo para el hombre, para que el
hombre dominase sobre todo que están sobre la tierra y se
sometiera a Dios. Por eso debemos dominar y ser señores
de las cosas; y a Dios obedecerlo y servirlo, para que
haciendo esto lleguemos un día a gozar de Dios” (Idem
n.886).
Coloquio. Dialogar con Dios como un amigo con su
mejor Amigo... como un hijo con su Padre... Pedir la
gracia de reconocer el sentido de las cosas... todas son
creadas para mi servicio... son los ‘talentos’ que me da
para que los administre...

bIndiferencia.
Oración preparatoria (EE 46): “es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones
y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad”.
Composición de lugar: imaginar que estoy en la presencia
de Dios, de sus ángeles, santos...
Gracia propia: gracia de ser verdaderamente libres
frente a las cosas creadas, y siervos de Dios.
1°. Indiferencia indica carencia de afección. No se
refiere al sentimiento, sino a los afectos de la voluntad.
El amor o aficción por las cosas nace a veces
SÍGUEME

espontáneamente sin que nos demos cuenta. La


indiferencia consiste en no tener aficción a las cosas
(vida larga o corta, salud o enfermedad, pobreza o
riqueza, honor o deshonor, etc.), sino en cuanto nos
lleven a Dios. Esto es de vital importancia: quien no es
indiferente, será arrastrado por el amor a las creaturas,
no será siervo de Dios, sino esclavo de su pasión por las
cosas.
2°. La indiferencia parace áspera, pero es sólo en
apariencia. Si nos atamos a las cosas desordenadamente
igual tendremos cruces, pero sin el sostén de Dios para
soportarlas; serán cruces estériles. Por eso hay que elegir
el medio más eficaz, no el que más nos guste, sino el que
realmente nos una más a Cristo, y este medio es la cruz.
La indiferencia en frase de santa Teresa es “cierto
señorío sobre las cosas y sobre sí mismo”. Estamos
llamados a ser príncipes, señores, no esclavos. Llamados
a la, Ro 8,21: libertad de los hijos de Dios.
3°. Mi fin es Dios, a ese fin debo ir por medio de las
creaturas, y la disposición interior para ir se llama
indiferencia. Es la actitud propia de quien encontró la
‘perla preciosa’. Mt 13,45: el Reino de los cielos es semejante a un
mercader que anda buscando perlas finas, y que al encontrar una
perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra. El
mercader ‘vende todo’, es un gran negocio. El ejemplo es
válido: a una persona que le interesa el lucro, la codicia, ese
querer domina su vida, su modo de obrar, su hablar...
Nosotros somos mercaderes del Reino de los cielos...
Coloquio. Dialogar con Dios como un amigo con su
mejor Amigo... como un hijo con su Padre... Pedir la
gracia de reconocer a qué cosas no soy indiferente...
EJERCICIOS ESPIRITUALES

pedir el señorío sobre las cosas... Pedir la gracia de


‘vender todo’, para adquirir la perla preciosa...
PRIMER SEMANA
A. INDICACIONES PARA ESTA SEMANA.
Esta semana corresponde a la “vida purgativa” (EE
10), y está encaminada a “la consideración y
contemplación de los pecados” (EE 4). “El primer
deber de los principiantes es evitar el pecado, y hacer
frente a los torcidos deseos que nos arrastran a un
objeto opuesto al de la caridad.” (STh 2-2, 24, 9).
Lecturas acordes con esta primer semana:
(T. KEMPIS, La Imitación de Cristo, Paulinas 1998):
- 1,14: Evitar el juicio temerario;
- 1,21: Remordimiento del corazón;
- 1,23: Pensamiento de la muerte;
- 1,24: Sobre el juicio y la pena de los pecados.

B. ADICIONES PARA LA PRIMER SEMANA.


Las “adiciones” nos sirven de aviso y estímulo para que
no nos domine la pereza o la rutina durante los Ejercicios;
para que nuestro corazón no se disperse, ni nuestra mente se
distraiga en otras cosas. Nos recuerdan el fin al cual somos
llamados y nos estimulan a crecer en alabanza y servicio de
Dios nuestro Señor.
Aviso para el primer acto del día. (EE 74): “cuando
me despierte, no dando lugar a unos pensamientos ni a
otros, debo advertir lo que voy a contemplar,
trayéndome en confusión de mis muchos pecados,
poniendo ejemplos, así como un caballero avergonzado

79
SÍGUEME

y confundido en haber ofendido mucho a su rey, de


quien recibió muchos dones y muchas mercedes; así
también haciéndome pecador grande y encadenado,
atado con cadenas a comparecer ante el sumo Juez
eterno, trayendo ejemplos cómo si fuese un condenado
a muerte que comparece ante el juez temporal; y con
estos pensamientos vestirme, o con otros apropiados a
la materia”.
Para pensar como “telón de fondo” durante el día. (EE
78): “no querer pensar en cosas de placer ni alegría,
como ser gloria, resurrección, etc.; porque para sentir
pena, dolor y lágrimas por nuestros pecados, impide
cualquier consideración de gozo y alegría; más bien debo
tener delante de mí el querer dolerme y sentir pena, y
para eso traer a mi memoria la muerte, el juicio”.
“Crear” un ambiente apropiado. (EE 79): “privarme
de toda claridad para el mismo efecto (buscar el dolor de
los pecados) cerrando ventanas y puertas, el tiempo que
estuviere en la cámara, si no es para rezar, leer y comer”.
EE 80: “No reír ni decir cosa motiva a risa”. EE 81:
“refrenar la vista, excepto cuando recibo o despido a la
persona con quien hablo”.

C. PENITENCIA: MUERTE AL PECADO, VIDA EN DIOS.


Cristo para entrar en su Reino, nos recuerda la
necesidad de morir totalmente al pecado para vivir
plenamente la vida nueva. Lc 9,23: Si alguno quiere venir en
pos de mi, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y
sígame. Mt 5,20: Os digo que si vuestra justicia no es mayor
que la de los escribas y fariseos no entraréis en el Reino de los
PRIMERA SEMANA
Cielos; 5,48: sed perfectos como es perfecto vuestro Padre
celestial.
Así enseñó la necesidad de excluir el resentimiento y
animosidad del corazón, Mt 5,23-24: si al presentar tu
ofrenda ante el altar te acuerdas entonces de que un hermano
tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar,
y vete primero a reconciliarte con tu hermano. A mortificar la
concupiscencia, las malas miradas Mt 5,29: si tu ojo derecho
es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo; el deseo de
venganza, Mt 5,39: al que te abofetee en la mejilla, ofrécele la
otra; no alejarnos de quien nos quiere pedir un favor Mt
5,42: a quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no
le vuelvas la espalda; a mortificar los juicios temerarios Mt
7,1: No juzguéis; la soberbia y la hipocresía. Además indicó
que la penitencia se debe hacer con corazón alegre y
sencillo: Mt 6,16: cuando ayunéis no pongáis cara triste...
perfuma tu cabeza y lava tu rostro... y tu Padre que ve en lo
secreto te recompensará. Cf. CIC 1434-1439.
San Ignacio nos indica claramente que durante
Ejercicios debemos hacer penitencia. Con ese fin escribió
algunas “adiciones” que nos pueden ser útiles.
Tipos de penitencia:
(EE 82): “La penitencia se divide en interna y
externa. Interna es dolerse de sus pecados con firme
propósito de no cometer aquellos ni otros algunos; la
externa o fruto de la primera es castigo de los pecados
cometidos, y principalmente se toma de tres maneras”.

Modos de la penitencia externa:


(EE 83): “la primera es acerca del comer, es a saber
cuando quitamos lo superfluo no es penitencia, sino
templanza; penitencia es cuando quitamos de lo
SÍGUEME

conveniente, y cuanto más y más, mayor y mejor, sólo


que no se corrompa el sujeto, ni se siga enfermedad
notable”.
(EE 84): “la segunda acerca del dormir; y así no es
penitencia quitar lo superfluo de cosas delicadas o
moles, mas es penitencia cuando en el modo se quita de
lo conveniente, y cuanto más y más, mejor, sólo que no
se corrompa el sujeto, ni se siga enfermedad notable, ni
tampoco se quite del sueño conveniente, a menos que
tenga el hábito vicioso de dormir demasiado, para venir
al medio”.
(EE 85): “la tercera es castigar la carne, es a saber,
dándole dolor sensible, el cual se da trayendo cilicios o
sogas o barras de hierro sobre las carnes, flagelándose y
otras maneras de asperezas”.
(EE 86): “Nota: lo que parece más cómodo y más
seguro de la penitencia, es el dolor sensible en las carnes
y que no entre dentro de los huesos, de manera que dé
dolor y no enfermedad; por lo cual parece que es más
conveniente lastimarse con cuerdas delgadas, que dan
dolor de fuera, que no otra manera que cause dentro
enfermedad que sea notable”.

Finalidad de las penitencias externas:


(EE 87): “las penitencias externas se hacen
principalmente por tres efectos: 1°. por satisfacción de
los pecados pasados; 2°. por vencerse a sí mismo, es a
saber, para que la sensualidad obedezca a la razón, y
todas las partes inferiores estén más sujetas a las
superiores; 3°. para buscar y hallar alguna gracia o don
que la persona quiere y desea, así como si desea tener
PRIMERA SEMANA

contrición interna de sus pecados o llorar mucho sobre


ellos o sobre las penas y dolores que Cristo nuestro
Señor pasaba en su pasión, o para resolver alguna duda
en que la persona se halla”.
(EE 89): “cuando la persona que se ejercita aún no
halla lo que desea: sea lágrimas, consolaciones, etc.,
muchas veces aprovecha hacer cambios en el comer, en
el dormir y en otros modos de hacer penitencia; de
manera que dos o tres días hagamos penitencia, y otros
dos o tres no; porque a algunos conviene hacer más
penitencia a otros menos; y también porque muchas
veces dejamos de hacer penitencia por amor sensual y
por juicio erróneo: que no podré tolerar la penitencia sin
notable enfermedad... Por el contrario, algunas veces
por juicio erróneo: haciendo demasiado, pensando que
nuestro cuerpo puede tolerarlo; y como Dios nuestro
Señor conoce infinitamente mejor nuestra naturaleza,
muchas veces en estos cambios nos da a sentir lo que
conviene a cada uno”.

D. MEDITACIONES DE LA PRIMER SEMANA.


bMeditación sobre los tres pecados (EE 45-54).
Oración preparatoria (EE 46): Es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones
y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Composición de lugar (EE 47): “ver con la vista
imaginativa y considerar mi alma como encarcelada en
este cuerpo corruptible, y todo el compuesto (alma -
SÍGUEME

cuerpo) en este valle, como desterrado entre brutos


animales”.
Gracia propia (EE 48): “pedir a Dios nuestro Señor lo
que quiero y deseo... aquí será demandar vergüenza y
confusión de mí mismo, viendo cuántos han sido
dañados por un solo pecado mortal, y cuántas veces yo
merecía ser condenado para siempre por mis muchos
pecados”
1°. Pecado de los ángeles (cf. Ap 12,7-9; Mt 25,41).
“Hacer memoria sobre el primer pecado, que fue de los
ángeles, y luego sobre el mismo discurrir con el
entendimiento; luego con la voluntad, queriendo en
todo recordar y entender para más avergonzarme y
confundir, trayendo en comparación de un pecado de
los ángeles tantos pecados míos; y mientras ellos por un
pecado fueron al infierno, cuántas veces yo lo he
merecido por tantos. Digo traer a la memoria el pecado
de los ángeles, cómo siendo ellos creados en gracia, no
queriendo ayudarse con su libertad para hacer reverencia
y obediencia a su Creador y Señor, haciéndose
soberbios, se convirtieron de gracia en malicia, y del
cielo fueron lanzados al infierno; así seguir discurriendo
más en particular con el entendimiento, y en
consecuencia con la voluntad mover más los afectos”
(EE 50) 5.

5 De acuerdo al Catecismo de la Iglesia Católica (= CIC) el


demonio es un ángel caído: n.391.414, que se rebeló contra
Dios: n.392. No es defecto de la infinita misericordia de Dios,
sino su carácter de elección irrevocable, lo que hace que el
pecado del ángel sea imperdonable: n.393. El infierno es para
PRIMERA SEMANA

2°. Pecado de nuestros primeros padres: Adán y Eva


(cf. Gen 3,1-19). “Sobre el pecado de Adán y Eva, traer
a la memoria, cómo por tal pecado hicieron tanto
tiempo penitencia, y cuánta corrupción vino en el
género humano, yendo tantas personas al infierno. Digo
traer a la memoria el pecado de nuestros padres; cómo
después que Adán fue creado y puesto en el paraíso
terrenal, y Eva fue creada de su costilla, siendo vedado
que no comiesen del árbol de la ciencia y ellos comiendo
y así pecando, después vestidos de túnicas de piel y
lanzados del paraíso, vivieron sin la justicia original, que
habían perdido, toda su vida en muchos trabajos y
mucha penitencia, y consiguientemente, discurrir con el
entendimiento más particularmente, usando la voluntad”
para mover más los afectos (EE 51) 6.
3°. Persona condenada al infierno por un pecado mortal
(cf. Mt 25,41-46). “Uno que por un pecado mortal se
fue al infierno, y otros muchos sin número por menos
pecados que yo he cometido. Digo traer a la memoria la
gravedad y malicia del pecado contra su Creador y
Señor, discurrir con el entendimiento, cómo en el pecar
y obrar contra la bondad infinita, justamente ha sido

ellos el estado de auto - exclusión de la comunión con Dios y


sus santos: n.1033.
6 Respecto a las enseñanzas del CIC sobre el pecado

original se pude ver: n.390.397.416-417; respecto al desorden


de la concupiscencia como consecuencia del pecado original:
n.405; sobre otras consecuencias: n.55-58, 399-400. 402-409,
414-415; sobre la realidad e historicidad del pecado original:
n.386-387.
SÍGUEME

condenado para siempre, y acabar” usando la voluntad


para mover más los afectos (EE 52) 7.
Coloquio: “Imaginando a Cristo nuestro Señor
delante de mí y puesto en Cruz hacer un coloquio, cómo
de Creador vino a hacerse hombre, y de vida eterna a
muerte temporal, y así a morir por mis pecados. Otro
tanto mirando a mí mismo lo que he hecho por Cristo,
lo que hago por Cristo, lo que debo hacer por Cristo, y
así viéndole tal, y así colgado en la Cruz, discurrir por lo
que se me ofreciere” (EE 53). Hay que tener en cuenta
que “el coloquio se hace propiamente hablando, así
como un amigo habla con otro, o un siervo a su señor, a
veces pidiendo alguna gracia, otras veces culpándose por
algún mal hecho, otras comunicando sus cosas y
queriendo ser aconsejado en ellas” (EE 54). Y decir un
Padre nuestro.
bPecados propios (cf. EE 55-61).
Oración preparatoria (EE 46): es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones
y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Composición de lugar (EE 47): “ver con la vista
imaginativa y considerar mi alma como encarcelada en
este cuerpo corruptible, y todo el compuesto (alma -

7 De acuerdo al CIC, el pecado grave nos excluye de la


comunión con Dios y nos hace por ello incapaces de la vida
eterna. La privación de la vida eterna se llama “condenación
eterna”: n.1472.1861.
PRIMERA SEMANA

cuerpo) en este valle, como desterrado entre brutos


animales”.
Gracia que debo pedir (EE 55): “pedir a Dios nuestro
Señor lo que quiero y deseo... pedir crecido e intenso
dolor y lágrimas por mis pecados”.
1°. Proceso de mis pecados: “traer a la memoria todos
los pecados de la vida, mirando de año en año, o de
tiempo en tiempo (infancia, juventud, edad madura);
para lo cual aprovechan tres cosas: 1°. mirar el lugar y la
casa donde he habitado; 2°. la conversación que he
tenido con otros; 3°. el oficio en que he vivido” (EE
56).
2°. Tomar conciencia de su maldad y malicia:
“ponderar los pecados mirando la fealdad y malicia que
cada pecado mortal tiene en sí, aun cuando no fuese
vedado” (EE 57).
3°. Compararme, quién soy, contra Quién pequé:
“Mirar quién soy yo disminuyéndome por ejemplos: 1°.
cuánto soy yo en comparación de todos los hombres;
2°. qué cosa son los hombres en comparación de todos
los ángeles y santos del paraíso; 3°. mirar qué cosa es
todo lo creado en comparación de Dios; pues yo solo
¿qué puedo ser?; 5°. mirar toda mi corrupción y fealdad
corpórea; 6°. mirarme como una llaga y postema de
donde han salido tantos pecados y tantas maldades y
ponzoña tan torpe” (EE 58).
4°. Compararme con las perfecciones divinas:
“Considerar quién es Dios, contra quien he pecado,
según sus atributos, comparándolos a sus contrarios en
mí: su sabiduría con mi ignorancia, su omnipotencia con
SÍGUEME

mi flaqueza, su justicia con mi iniquidad, su bondad con


mi malicia” (EE 59).
5°. Admirarme: “Exclamación admirativa con
crecido afecto, discurriendo por todas las criaturas,
cómo me han dejado en vida y conservado en ella; los
ángeles siendo instrumentos de la justicia divina, me han
soportado, protegido y rogado por mí; los santos cómo
han actuado intercediendo y rogando por mí; y los
cielos, sol, luna, estrellas y elementos, frutos, aves, peces
y animales; y la tierra cómo no se ha abierto para
absorberme, creando nuevos infiernos para siempre
penar en ellos” (EE 60).
Coloquio. “Acabar con un coloquio de misericordia,
razonando y dando gracias a Dios nuestro Señor,
porque me ha dado vida hasta ahora, proponiendo
enmendarme con su gracia en adelante” (EE 61).
Terminar con un Padre nuestro.
bRepetición sobre los pecados (cf. EE 62-63).
“Repetición”: es cuando se medita (o contempla) por
segunda vez y con mayor atención en una materia ya
ejercitada, volviendo a considerar lo mismo para sacar
provecho o ampliando algún aspecto de la materia dada,
prestando mayor atención en los puntos que se han sentido
mayores mociones (consolación o desolación) (cf. EE
118.119).
Oración preparatoria (EE 46): gracia para que todas
mis intenciones, acciones... sean puramente ordenadas
en su servicio y alabanza...
Composición de lugar (EE 47): “considerar mi alma
como encarcelada, como desterrada entre brutos
animales”.
PRIMERA SEMANA

Gracia para pedir (EE 55): “crecido e intenso dolor,


lágrimas por mis pecados”.
(EE 62): Repetición de las meditaciones anteriores: tres
pecados y pecados propios: Repetición, es decir “notando y
haciendo pausa en los puntos que he sentido mayor
consolación o desolación o mayor sentimiento
espiritual”.
Tres coloquios (EE 63): “el primer coloquio a nuestra
Señora, para que me alcance la gracia de su Hijo y Señor
para tres cosas:
-1°. para que sienta interno conocimiento de mis
pecados y los aborrezca;
- 2°. para que sienta el desorden de mis operaciones,
para que aborreciéndolo, me enmiende;
- 3°. pedir conocimiento del mundo8, para que
aborreciendo, aparte de mí las cosas mundanas y vanas,
y con esto un Ave María.
Segundo coloquio: otro tanto al Hijo para que me lo
alcance de su Padre y con esto decir el Alma de Cristo.

8 “Mundo” se toma aquí no como el cosmos creado por

Dios que es algo bueno, sino el mundo como opuesto a Dios


y Cristo. Este “mundo” no reconoce ni a Jesús ni a su Padre
(cf. Jn 1,10; 17,25). El “mundo” odia a Jesús (cf. Jn 7,7;
15,18). Este “mundo” está bajo un juicio (cf. Jn 12,31); quien
guía este “mundo” (cf. Jn 16,11) no tienen ningún poder
sobre Jesús (cf. Jn 14,30). Jesús no rezó por este “mundo” (cf.
Jn 17,9) porque es irredimible. Al decir que los discípulos no
tienen que amar este “mundo” (cf. 1Jn 2,15) no se hace
referencia a la humanidad en general, sino a todos los que con
su modo de vivir, pensar y obrar crucifican de nuevo a Cristo
y se oponen a quienes lo quieren seguir fielmente.
SÍGUEME

Tercer coloquio: otro tanto con el Padre, para que el


mismo Señor eterno me lo conceda, y con esto un Padre
nuestro”.
Para este día durante los ejercicios de mes, se medita: en el
primer ejercicio ‘tres pecados’ (cf. EE 45-54); en el segundo
‘pecados propios’ (cf. EE 55-61); en el tercero se hace
repetición de ambos (tres pecados y pecados propios); y el
cuarto ejercicio es resumir, es decir que (EE 64) “el
entendimiento sin vagar, discurra asiduamente por el recuerdo
de las cosas contempladas en los ejercicios pasados, y
haciendo los mismos tres coloquios”.

bInfierno o muerte eterna (cf. EE 65-71).


Oración preparatoria (EE 46): es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones
y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Composición de lugar: “ver con la vista de la
imaginación la longitud, la anchura y profundidad del
infierno”; Lc 16,28: lugar de tormentos. Cf. CIC 1033-
1037.
Gracia para pedir (EE 65): “pedir interno sentimiento
de la pena que padecen los condenados, para que si por
mis faltas me olvidare del amor del Señor eterno, al
menos el temor de las penas me ayude para no caer en
pecado”.
1°. Ver: “con la vista de la imaginación los grandes
fuegos, y las almas como cuerpos en llamas”. Cf. 2Pe
2,17: oscuridad de las tienieblas; Mt 8,12: serán echados a
las tinieblas de afuera; Mt 25,41: Apartaos de mí,
malditos, al fuego eterno.
PRIMERA SEMANA

2°. Oír: “con los oídos: llantos, alaridos, voces,


blasfemias contra Cristo nuestro Señor y contra todos
sus santos”. Cf. Mt 13,42: los arrojarán al horno de fuego;
allí será el llanto y el rechinar de dientes.
3°. Oler: “con el olfato: humo, piedra, azufre, sentina
y cosas pútridas”. Cf. Ap 14,11: y la humareda de su
tormento se eleva por los siglos de los siglos.
4°. Gustar: “con el gusto cosas amargas, tales como
lágrimas, tristeza y el gusano de la conciencia”. Cf. Lc
6,25: ¡Ay de los que ahora reís! porque tendréis aflicción y
llanto.
5°. Tocar: “con el tacto, cómo los fuegos envuelven y
abrasan las almas”. Cf. Lc 16,24: estoy atormentado en
esta llama.
Coloquio: “A Cristo nuestro Señor, trayendo a la
memoria las almas que están en el infierno, unas porque
no creyeron en su venida; otras, creyendo no obraron
según sus mandamientos, haciendo tres partes: la 1a.
antes de su advenimiento; la 2a. durante su vida; la 3a.
después de su vida en este mundo. Y con esto darle
gracias porque no me ha dejado caer en ninguna de estas
acabando mi vida. Así también dar gracias, cómo hasta
ahora siempre ha tenido tanta piedad y misericordia de
mí, y terminar con un Padre nuestro”.

E. ORACIONES PARA DISTINTAS CIRCUNSTANCIAS.


Al sentirme tentado.
Señor Jesús, ayúdame a vencer esta tentación; quiero
vivir libre de pecado y ser digno de tu gracia y de tu
amor. Amén.
SÍGUEME

Al caer en alguna falta o pecado.


Dios mío, ten misericordia de mí; me arrepiento de
haberte ofendido; devuélveme tu santa gracia y amistad;
pues a pesar de mis infidelidades, quiero amarte con
todo mi corazón.
Prometo confesarme cuanto antes, para que por
medio del Sacramento de la Penitencia, me apliques los
méritos de Jesús crucificado, y me cuentes siempre entre
tus fieles y amados hijos. Amén.
Quiero ahora empezar (P. M. Pizzariello).
Cayó mi cruz al suelo, y en pedazos deshízose tu
cuerpo. Te vi quebrado y muerto.
¿Qué hice, Señor, por no matarte? ¿Qué hice, Señor,
por no herirte? Y al verte así por mí tan maltratado
¿Qué puedo ahora decirte?
Quisiera rehacer todo lo hecho, todos los trozos
reunirlos nuevamente, para asirlos otra vez en ese leño.
Quisiera, Señor, pero... no quiero; que éste es mi
tormento: este querer y no querer, este llorar y no llorar,
este amar y no amar, este empezar y no empezar.
Que se adentran las tristezas en mis huesos; que no
hay paz en mi alma cuando duermo; que es terrible este
ritmo de quebrantos; que no sé, Señor, si yo te amo...
Pero... al verte así por mí tan maltratado, quiero
ahora querer, porque no quiero; quiero ahora amar,
porque no amo; quiero ahora llorar, porque no lloro;
quiero ahora empezar porque no empiezo.
PRIMERA SEMANA

F. PREPARACIÓN PARA EL SACRAMENTO DE LA


PENITENCIA.
El clima espiritual de los Ejercicios es muy conveniente
para recibir fructuosamente el sacramento de la Penitencia o
Confesión. No hay que apurarse, pero lo mejor es hacerlo al
terminar la primer semana. Es muy recomendable (consultado
con el director) hacer Confesión general: para tener un mayor
dolor actual de los pecados de nuestra vida; porque durante
ejercicios se logra un mejor conocimiento de su malicia y
verdadero dolor de haberlos cometido; porque nos
preparamos mejor para recibir al mismo Señor en la Eucaristía
(cf. EE 44). En la confesión general (salvo caso de
escrúpulos) se reitera la confesión de los pecados de la vida
pasada, especialmente los graves, aun cuando ya hayan sido
confesado y perdonados. Esto ayuda a la humildad, a la
gratitud con Dios, al conocimiento verdadero de sí, a ser
vigilantes... Cf. CIC 1422-1433.1440-1447.
La Confesión en el Evangelio. Jesús, cuyo
nombre significa Yahvehh salva (Mt 1,21) vino para
perdonar los pecados, salvar a quienes estaban perdidos
(cf. Lc 19,1-10). Él curó al paralítico como signo de un
poder mayor: para que sepáis que el Hijo del hombre tiene
en la tierra poder de perdonar los pecados, -dijo al
paralítico-: A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a
tu casa (Lc 5,17-26). Jesús promete que va a dar ese
poder de perdonar a Pedro y sus apóstoles (usando la
imagen de: atar y desatar, cf. Mt 16,16; 18,18). Y el día
en que culminó su obra redentora, el día de Pascua
entrega ese poder a los suyos, sopló sobre ellos y les dijo:
Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados
SÍGUEME

les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan


retenidos (Jn 20,22-23).
Diferentes clases de pecado. En la Escritura se
habla de pecados que llevan a la muerte eterna (infierno)
y otros que no (cf. 1Jn 5,16-17; Gal 5,19-21; Ro 1,28-32;
Ef 5,3-5; 1Co 6,9-10: ¡No os engañéis! Ni los impuros, ni
los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los
homosexuales, ni los avaros, ni los borrachos, ni los
ultrajadores, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios).
Omisión es toda palabra, acción, deseo o pensamiento
contrario a la ley de Dios. Es una ofensa contra Dios. Es
también un acto contra la razón, y lastima también al
resto de los hombres. Cf. CIC 1849-1853.
La raíz del pecado está en el corazón del hombre (cf.
Mt 15,10-20). Hay dos clases de pecado: pecado mortal
(los que llevan a la muerte eterna), y pecado venial (no
causan la muerte eterna, no hacen perder la gracia ni
amistad con Dios, pero debilitan nuestra unión con Él y
nos preparan para el mortal).
Así elegir deliberada y voluntariamente algo
gravemente contrario a la ley de Dios y contra el fin para
el cual el hombre es creado: es pecado mortal. Este
tipo de pecado destruye el amor de Dios, hace imposible
alcanzar la vida eterna, y si la persona no se arrepiente
lleva a la muerte eterna o condenación. Para que haya
pecado mortal se requiere:
-materia grave (que se trate de un grave desorden, la
materia está precisada en los 10 mandamientos, cf. Mc
10,19),
- pleno conocimiento (advertir claramente que se
trata de algo grave)
PRIMERA SEMANA

- entero consentimiento (es decir querer cometerlo).


Se puede cometer pecado mortal con sólo nuestros
pensamientos o deseos, aún cuando no pongamos por
obra lo pensado o deseado.
El pecado venial es un desorden moral pero que se
puede reparar por la caridad, la cual no queda destruida
sino debilitada. En el pecado venial se trata de una
materia leve (pequeño desorden moral), o puede ser
sobre materia grave pero realizado sin plena advertencia
o sin deliberado consentimiento. Cf. CIC 1854-1864.
La repetición de los pecados -mortales y/o veniales-
engendra los vicios, entre los cuales se enumeran los
“pecados capitales” (soberbia, vanagloria, pereza
espiritual o acidia, lujuria, gula, envidia, ira, avaricia). Cf.
IC 1865-1869.
Tentación y pecado. Conviene distinguir
claramente entre sentir la tentación y consentir a ella.
Sentir significa experimentar o darse cuenta de que
estamos tentados. Si al percibirla ‘reaccionamos’
dirigiendo nuestra mente y voluntad a otra cosa buena
(una oración, atención a lo que estamos haciendo, o
haremos...) no sólo no pecamos, sino que estamos
realizando un acto bueno meritorio. Aún cuando vuelva
a presentarse la tentación repetidas veces.
El pecado se comete cuando ‘consentimos’ a la
tentación. Se comete pecado venial “cuando el mismo
pensamiento de pecar mortalmente viene, y el hombre le
da oído demorando en él brevemente, o recibiendo
algún deleite sensual, o cuando es negligente en
rechazarlo” (EE 35). “Hay dos maneras de pecar
mortalmente: la primera es cuando el hombre da
SÍGUEME

consentimiento al mal pensamiento, para obrar después


tal como ha consentido, o para ponerlo por obra si
pudiere. La segunda manera es cuando se pone en acto
aquel pecado, y es mayor por tres razones: por mayor
tiempo, por mayor intensidad, y por mayor daño de las
dos personas” (EE 36-37).
También se peca de palabra y de omisión.
Las palabras pueden causar heridas más profundas que
una espada filosa. Stg 3,9-11: con la lengua bendecimos al
Señor, nuestro Padre, y con ella maldecimos a los hombres
hechos a imagen de Dios. De la misma boca salen la
bendición y la maldición. Pero no debe ser así, hermanos.
¿Acaso brota el agua dulce y la amarga de una misma
fuente? De allí que San Ignacio advierte: “no infamar o
murmurar porque si descubro pecado mortal, que no es
público, peco mortalmente; si descubro pecado venial,
peco venialmente; y si descubro un defecto de otro,
muestro el defecto propio”. Sólo puede ser bueno
manifestar un pecado de otro, cuando además de tener
sana intención se trata de un “pecado que es público... o
se trata de un público error que corrompe a las personas
con las cuales trato”; o cuando “se descubre a alguna
persona para que ayude a quien esté en pecado a
levantarse, pero teniendo conjeturas o razones
probables de que se le podrá ayudar” (EE 41).
Omisión implica dejar de hacer algo que debería
hacerse. Así peca de omisión el estudiante que no
estudia, el esposo que no cuida de su esposa, los padres
que no se preocupan de la educación de sus hijos
(especialmente su formación religiosa), etc.
PRIMERA SEMANA

La Confesión de los pecados (Penitencia -


Reconciliación). Los efectos que produce este
Sacramento son muy hermosos:
iperdona los pecados mortales, reconcilia con
Dios, el penitente recupera la gracia; reconcilia con la
Iglesia a la cual se hiere con el pecado; se perdona la
pena eterna merecida por el pecado mortal; se perdona,
al menos en parte, el castigo temporal consecuencia
también del pecado;
iperdona los pecados veniales y demás
infidelidades para con Dios;
ida gracia especial para desarraigar las pasiones que
nos mueven a pecar; para corregir los defectos e
imperfecciones de la vida diaria; para practicar las
virtudes contra las cuales se ha faltado.
Por eso la Confesión es necesaria cuando se ha
pecado gravemente; y es muy conveniente para corregir
defectos, practicar las virtudes y progresar en la vida
espiritual.

Pasos para que la Confesión sea fructuosa.


Se requieren algunas condiciones para sacar todo el
fruto de la Confesión:
1°. un cuidadoso examen de conciencia;
2°. dolor o arrepentimiento por haber pecado;
3°. propósito sincero de corregirse;
4°. confesión íntegra de todos los pecados mortales
(los veniales son materia suficiente de confesión).
5°. cumplir la penitencia impuesta por el confesor.
SÍGUEME

Oración para antes del examen de conciencia:


Señor Jesús, quiero purificar mi alma en el santo
sacramento de la Penitencia, sagrado tribunal que tu
amor ha instituido para que yo pueda, con toda facilidad
y plena seguridad, purificarme de todo pecado y gozar
siempre de tu santa amistad.
Ayúdame a recordar todos mis pecados para que pueda
arrepentirme de ellos y confesarlos debidamente de modo
que no quede en mi alma la mancha de la culpa. Amén.
E XAMEN DE CONCIENCIA SIGUIENDO :
LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE D IOS 9:
¿Cuánto hace que no me confieso?
¿Callé algún pecado grave por vergüenza?
1° mandamiento: amarás a Dios sobre todas las cosas.
¿He dudado de Dios? ¿He negado a Dios?
¿He dudado de las verdades reveladas?
¿He leído libros antirreligiosos?
¿Me avergüenzo de mi religión ante los que se burlan
de ella?
¿Me dejo llevar de las ideas y consejos de las
personas inmorales o que no tienen religión? ¿Rezo?
2° mandamiento: no tomarás el nombre de Dios en
vano.
¿He dicho palabras ofensivas contra Dios, la Virgen
o los Santos?
¿He jurado en falso en nombre de Dios?
¿Me he quejado de Dios en las adversidades?

9 Encontrarás otros exámenes de conciencia siguiendo el

amor de Dios y del prójimo, etc. en el Apéndice 1.


PRIMERA SEMANA

3° mandamiento: santificarás las fiestas.


¿Falto a Misa los domingos por pereza?
¿Participo de la Misa con frialdad o indiferencia?
¿Santifico el "día del Señor" con el descanso,
la oración y las buenas obras?
4° mandamiento: honrarás a tu padre y a tu madre.
¿He faltado a la obediencia a mis padres, superiores
o maestros?
¿Les he faltado gravemente el respeto, o les he
causado disgustos graves?
¿He sido injusto con mis hijos o empleados?
5° mandamiento: No matar
¿He causado mal a otros?
¿He cooperado a realizar un aborto: dando consejos,
animando, acompañando, no impidiendo...?
¿He conservado odio, rencor o antipatía hacia otro?
6° y 9° mandamiento: No cometer actos impuros.
No desear la mujer del prójimo
¿He pensado en cosas impuras?
¿Me he dejado llevar de los malos deseos?
¿He mirado a otras personas con malos deseos?
¿He hablado de cosas impuras?
¿Me he complacido en ver cosas impuras?
¿He cometido acciones impuras yo solo?
¿He cometido acciones impuras con otras personas?
7° y 10° mandamiento: No robar. No codiciar los
bienes ajenos
¿He deseado con envidia los bienes ajenos?
¿Me he apropiado de cosas ajenas?
¿He perjudicado los intereses de otros?
SÍGUEME

¿He dejado de pagar mis deudas?


8° mandamiento: No levantar falsos testimonios ni
mentir
¿He mentido?
¿He acusado falsamente a otro?
¿He hablado mal de otro?

SOBRE LOS PECADOS CAPITALES:


¿Soy orgulloso?
¿Me domina el amor propio?
¿Me domina el amor al dinero?
¿Me domina la sensualidad?
¿Me dejo llevar de los enojos?
¿Me excedo en el comer y en el beber?
¿Me dejo dominar por la pereza?
¿Me dejo llevar de la envidia?

Contrición del corazón. Es la parte más


importante de la Confesión. Sin contrición no hay
perdón de los pecados. El dolor de los pecados debe
apoyarse en motivos sobrenaturales, si el dolor se
origina en el temor del castigo (infierno, pérdida del
cielo, penas que se merecen por los pecados...) se trata
de atrición (dolor verdadero pero imperfecto). Si el
dolor de los pecados proviene del amor de Dios (por
haber ofendido a un Padre tan bueno...) se trata de
contrición (dolor verdadero y perfecto).
Algunos pensamientos te pueden ayudar a tener
contrición de los pecados:
PRIMERA SEMANA

- por nuestros pecados hemos ofendido a Dios,


quien es infinitamente bueno y benigno con nosotros;
- por nuestros pecados y nuestra salvación Cristo fue
crucificado;
- cuando pecamos gravemente crucificamos de
nuevo al Hijo de Dios (cf. Heb 6,6).
Acto de contrición:
Jesús mi Señor y mi Redentor:
yo me arrepiento de todos los pecados que he
cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque
con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo
firmemente no volver a pecar y confío en que por tu
infinita misericordia, me has de conceder el perdón de
mis culpas, y me has de llevar a la Vida Eterna.
Amén.
Otra oración:
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Tú quien eres,
Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido; también me
pesa porque puedes castigarme con las penas del
infierno. Ayudado de tu divina gracia, propongo
firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la
penitencia que me sea impuesta. Amén.
Propósito de enmienda. El propósito sincero de
corregirse junto con la contrición constituyen el
“corazón” de la Confesión. Exige tomar resoluciones
necesarias para vivir en gracia de Dios y evitar las
ocasiones que nos llevan al pecado (personas,
actividades, lugares...). Advierte que una cosa es temer o
SÍGUEME

pensar que quizás puedas recaer en el pecado (en el


futuro), y otra muy distinta (y es lo que se necesita para
confesarse bien) el deseo sincero que ahora tienes de no
pecar más. Debemos tomar en serio la decisión de
corregirnos de nuestros defectos y pecados. Es muy
conveniente decidirse por un propósito bien concreto,
bien determinado...
Confesión. Debo manifestar al sacerdote todos y
cada uno de los pecados tal como los conozco y me
acuerdo. Esto requiere humildad y sinceridad, ya que
callar voluntariamente un pecado grave me llevaría a
cometer otro peor: un sacrilegio. Debo decir también
cuántas veces pequé gravemente.
En casos de confesiones mal hechas (por haber
callado voluntariamente un pecado grave, o por faltar el
dolor de los pecados, o el propósito de corregirse...) hay
que repetirlas enteramente, es decir confesar de nuevo
los pecados ya confesados y agregar el sacrilegio
cometido. Lo mejor es empezar diciendo y acusando los
pecados callados.
Propiamente no se reitera la confesión general.
Quien ya hizo bien y ordenadamente confesión general,
puede hacer una confesión general desde la última
confesión bien hecha.
La materia para confesar obligatoria son: los pecados
mortales no confesados, los pecados mortales ocultados,
los pecados mortales olvidados.
La materia libre son los pecados mortales ya
confesados y los pecados veniales.
Satisfacción, reparación. La penitencia exterior
es fruto del dolor interior de nuestros pecados. Cuando
PRIMERA SEMANA

ofendimos una persona querida, buscamos el modo de


reparar esa ofensa. El amor auténtico lleva a la
reparación del mal y de la ofensa hecha. Por eso quien
ama a Dios no se contenta con la oración, o pequeño
sacrificio que el sacerdote le pueda dar, sino que busca
reparar más generosamente (ofreciendo las dificultades
de la vida, la fidelidad al deber propio, ayunos, visita a
los enfermos u otras obras de misericordia, etc.).

G. REGLAS DE DISCERNIMIENTO (PRIMERA SEMANA).


No todo lo que experimentamos: sentimientos, ideas
que se nos ocurren, afectos, etc. son algo que viene de
Dios, aún cuando lo experimentemos en la misma oración
con Dios. Ejemplo claro es Pedro quien en un momento
confiesa que Cristo es el Mesías, el Hijo del Dios vivo, y
que es felicitado por el mismo Jesús: Feliz de ti Simón
Pedro, porque no fue la carne ni la sangre quien te reveló esto,
sino mi Padre que está en los Cielos (Mt 16,17). Pero
instantes después, Pedro quiere apartar a Cristo de su
pasión y recibe de labios del Salvador estas duras palabras:
¡Apártate de mí Satanás! ¡Eres para mí una piedra de
tropiezo, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los
de los hombres! (Mt 16,23).
Se hace necesario, más aún, imprescindible distinguir
(discernir) de dónde provienen las distintas ‘luces’,
‘mociones’, ‘afectos’... que se producen en nuestro interior.
Para colaborar con todas las luces y gracias que Dios nos
envía, y para hacer frente a todo lo que no proviene de
Dios. Para eso San Ignacio da una serie de criterios para
distinguir (reglas de discernimiento): “para en alguna
manera sentir y conocer las varias mociones que en el alma
se causan: las buenas para recibir, las malas para
rechazarlas” (EE 314).
SÍGUEME
En total da 14 reglas para la primer semana que se
pueden agrupar: 1a. y 2a. (EE 314-315), trata del distinto
modo de obrar de ambos espíritus, según la disposición de
la persona y estado de su alma; 3a. a 11a. (EE 316-324):
trata de los estados de consolación y desolación; en qué
consisten (316-317) y qué actitud tomar en uno u otro
(318-324). La 12a. a 14a. (EE 325-327): indica las técnicas
‘comunes’ del demonio para tentar. Cf. CIC 2846-2849.
Diversos modos de obrar:
(EE 314): “La 1a. regla: a las personas que van de
pecado mortal en pecado mortal, el enemigo acostumbra
comúnmente a proponerles placeres aparentes, haciendo
imaginar deleites y placeres sensuales, para más
conservarlos y acrecentarlos en sus vicios y pecados; en
tales personas el buen espíritu obra de modo contrario,
punzándoles y remordiéndoles las conciencias por la
sindéresis de la razón.
(EE 315): “La 2a. a las personas que van
intensamente purgando sus pecados y creciendo de bien
a mejor en el servicio de Dios nuestro Señor, obra de
modo contrario que en la primera regla. Porque
entonces es propio del mal espíritu morder, entristecer y
poner impedimentos, inquietando con falsas razones
para que no pase adelante; y propio del bueno dar ánimo
y fuerzas, consolaciones, lágrimas, inspiraciones y
quietud, facilitando y quitando todos los impedimentos,
para que en el bien obrar proceda adelante”.
Consolación - desolación:
(EE 316): “La 3a., de consolación espiritual. Llamo
consolación cuando en el alma se produce alguna
moción interior, con la cual viene el alma a inflamarse
PRIMERA SEMANA

en amor de su Creador y Señor; y así mismo cuando


(con tal moción) ninguna cosa creada sobre la faz de la
tierra puede amar en sí, sino en el Creador de todas ellas.
Asimismo cuando le brotan lágrimas que le mueven al
amor de su Señor, ya sea por el dolor de sus pecados, o
por la pasión de Cristo nuestro Señor, o por otras cosas
directamente ordenadas en su servicio y alabanza.
Finalmente, llamo consolación todo aumento de
esperanza, fe y caridad, y toda alegría interna que llama y
atrae a las cosas celestiales y a la propia salvación de su
alma, dejándola en quietud y paz en su Creador y
Señor”.
(EE 317): “La 4a., de desolación espiritual. Llamo
desolación a todo lo contrario de la tercera regla, así
como oscuridad del alma, turbación, atractivo por las
cosas bajas y terrenas, inquietud por varias agitaciones y
tentaciones, moviendo a falta de fe, sin esperanza, sin
amor, hallándose toda perezosa, tibia, triste y como
separada de su Creador y Señor. Porque, así como la
consolación es contraria a la desolación, de la misma
manera los pensamientos que nacen de la consolación
son contrarios a los pensamientos que nacen de la
desolación”.
Cómo actuar en la consolación o desolación:
(EE 318): “La 5a., en tiempo de desolación nunca
hacer cambios, sino mantenerse firme y constante en los
propósitos y determinación en que estaba el día anterior
a la tal desolación, o en la determinación en que estaba
en la antecedente consolación. Porque, así como en la
consolación nos guía y aconseja más el buen espíritu, así
SÍGUEME

en la desolación el malo, con cuyos consejos no


podemos encaminarnos para acertar”.
(EE 319): “La 6a., dado que en la desolación no
debemos cambiar los primeros propósitos, mucho
aprovecha reaccionar intensamente contra la misma
desolación, así como el instar más en la oración y
meditación, examinarse más y aumentar algún modo
conveniente de hacer penitencia”.
(EE 320): “La 7a., el que está en desolación
considere cómo el Señor le ha dejado en prueba en sus
potencias naturales, para que resista a las varias
agitaciones y tentaciones del enemigo, pues puede con el
auxilio divino que siempre le queda, aunque claramente
no lo sienta. Porque el Señor le ha substraído su mucho
fervor, crecido amor y gracia intensa, quedándole sin
embargo gracia suficiente para la salvación eterna”.
(EE 321): “La 8a., el que está en desolación
ejercítese en la paciencia, que es contraria a las
vejaciones que le vienen, y piense que pronto será
consolado si pone las diligencias contra tal desolación,
como está dicho en la sexta regla (319)”.
(EE 322): “La 9a., por tres causas principales nos
hallamos desolados. La primera es por ser tibios,
perezosos o negligentes en nuestros Ejercicios
Espirituales, y así por nuestras faltas se aleja de nosotros
las consolación espiritual. La segunda, para probarnos
qué somos de nosotros mismos y hasta dónde nos
extendemos en su servicio y alabanza, sin tanta paga de
consolaciones y crecidas gracias. La tercera para darnos
verdadero aviso y conocimiento, para que internamente
sintamos que no está en nuestro poder traer o tener
PRIMERA SEMANA

mucha devoción, amor intenso, lágrimas, ni alguna otra


consolación espiritual, sino que todo es don y gracia de
Dios nuestro Señor; y porque en cosa ajena no
pongamos nido, levantando nuestro entendimiento en
soberbia o vanagloria, atribuyéndonos la devoción o los
otros elementos de la consolación espiritual”.
(EE 323): “La 10a., el que está en consolación
piense cómo obrará en la desolación que después
vendrá, tomando nuevas fuerzas para entonces”.
(EE 324): “La 11a., el que está consolado procure
humillarse y bajarse cuanto puede, pensando qué poco
es en el tiempo de la desolación sin tal gracia o
consolación. Por el contrario, piense el que está en
desolación que puede mucho con la gracia suficiente
para resistir a todos sus enemigos, tomando fuerzas en
su Creador y Señor”.
Técnicas con la cuales el demonio tienta:
(EE 325): “el enemigo obra como la mujer en ser
débil ante la fuerza y fuerte ante la debilidad. Porque así
como es propio de la mujer, cuando disputa con un
varón, perder ánimo y huir cuando el hombre le muestra
mucho rostro; y por el contrario, si el varón empieza a
huir perdiendo ánimo, la ira, venganza y ferocidad de la
mujer se agranda de modo desmesurado; de la misma
manera es propio del enemigo debilitarse y perder
ánimo, cesando sus tentaciones, cuando la persona que
se ejercita en las cosas espirituales pone mucho rostro
contra las tentaciones del enemigo, haciendo lo
diametralmente opuesto.
Por el contrario, si la persona que se ejercita
comienza a tener temor y perder ánimo en sufrir las
SÍGUEME

tentaciones, no hay bestia tan fiera sobre la faz de la


tierra como el enemigo de la naturaleza humana en la
prosecución de su mala intención con tan crecida
malicia”.
(EE 326): “se hace como necio enamorado, en
querer permanecer secreto y no ser descubierto. Porque,
así como un hombre necio propone una mala acción a
una hija de buen padre o a una mujer de buen marido,
quiere que sus palabras y persuasiones sean secretas, y al
contrario, le desagrada mucho cuando la hija al padre o
la mujer al marido descubre sus falsas palabras e
intención depravada, porque fácilmente infiere que no
podrá salir con la empresa comenzada; de la misma
manera, cuando el enemigo de la naturaleza humana
ataca con sus astucias y persuasiones al alma justa,
quiere y desea que sean recibidas y tenidas en secreto;
pero cuando las descubre a su buen confesor o a otra
persona espiritual que conozca sus engaños y malicias,
mucho le pesa, porque deduce que no podrá salir con su
malicia comenzada, al ser descubiertos sus engaños
manifiestos”.
(EE 327): “asimismo es como un caudillo para
conquistar y robar lo que desea. Porque, así como un
capitán y caudillo de un ejército en campaña, asentado
su campamento y mirando las fuerzas y disposición de
un ciudad fortificada, la combate por la parte más débil;
de la misma manera el enemigo de la naturaleza humana,
rondando mira en torno todas nuestras virtudes
teologales, cardinales y morales, y por donde nos halla
más débiles y más necesitados para nuestra salvación,
por allí nos combate y procura tomarnos”.
PRIMERA SEMANA

H. OTRAS MEDITACIONES QUE SE PUEDEN AGREGAR.


El mismo San Ignacio aconsejaba: “Si al que da los
ejercicios le pareciere que conviene para el provecho de
quienes los hacen, añadir estas otras meditaciones: como ser
de la muerte y otras penas del pecado, del juicio, etc. no crea
que le está prohibido, aunque aquí no se pongan.”

bInfierno o muerte eterna.


Oración preparatoria: gracia para que todas mis
intenciones, acciones... sean puramente ordenadas en
servicio y alabanza de su divina Majestad.
Historia. Enseñanzas de Jesús (cf. Mt 25,41: apartaos de
Mí, malditos: id al fuego eterno, que ha sido preparado para el
diablo y sus ángeles).
Composición de lugar: “ver con la vista de la imaginación la
longitud, la anchura y profundidad del infierno”.
Gracia para pedir: (EE 65): “pedir interno sentimiento de
la pena que padecen los condenados, para que si por mis
faltas me olvidare del amor del Señor eterno, al menos el
temor de las penas me ayude para no caer en pecado”.
1°. Apartaos de Mí. La muerte eterna, condenación o
infierno se define por oposición al Cielo. El cielo es gozar
de la presencia de Dios. El infierno consiste en la
separación de Dios. Apartaos de Mí: es el mayor suplicio, la
pena de daño. Conocerán las perfecciones de Dios,
querrán gozar de ellas pero no podrán. Están privados de
la fuente de todos los bienes. No habrá ni alegría, ni
contento... La pérdida de un amigo, de un pariente, de un
bien que se ama es una pálida imagen de la pérdida de
Dios. Conocer lo que Dios vale y ser separado para
siempre de Él. Apartaos de Mí.
SÍGUEME
2°. Id al fuego. También en el infierno se sufre la pena
de sentido. Jesús también lo expresa: malditos: id al fuego.
Tinieblas, rechinar de dientes, son otras imágenes usadas
por Cristo. El condenado padecerá todos los tormentos,
atormentado por todas partes del cuerpo y en todas las
potencias del alma. Ningún dolor físico o espiritual que
tengamos es comparable al dolor del infierno.
3°. Fuego eterno. Muerte eterna. El infierno es eterno, sin
consuelo, sin interrupción por toda la eternidad. Por un
placer de un momento, por seguir tu voluntad de un
instante, una eternidad sin Dios, en medio de los suplicios.
La esperanza de un alivio futuro aminora el dolor. La
certeza de que no habrá nunca ningún alivio, aumenta el
dolor.
4°. Los habitantes del infierno. No sabemos cuántos
serán, pero habrá condenados: que ha sido preparado para el
diablo y sus ángeles. Jesús no dijo que son muchos los que
se pierden, pero sí, los que van camino de condenación.
San Pablo y San Juan hacen una lista de tipos de pecadores
que quedarán excluidos del Reino de Dios (cf. Gal 5,19.21;
Ef 5,3-5; 1Jn 5,16-17). Muchas representaciones
irreverentes hacen del infierno un lugar donde va la gente
divertida, piola, etc. la Escritura nos muestra que los peores
irán allí. Que además se odiarán unos a otros, y cada uno
rodeado de esa multitud espantosa el diablo y sus ángeles,
etc. permanecerá absolutamente sólo en lo profundo de su
ser.
Coloquio: (EE 71): “A Cristo nuestro Señor: traer a la
memoria las almas que están en el infierno, unas porque no
creyeron en su venida; otras, porque creyendo no obraron
según sus mandamientos, haciendo tres partes: la 1a. antes
de su advenimiento; la 2a. durante su vida; la 3a. después
PRIMERA SEMANA
de su vida en este mundo. Y con esto darle gracias porque
no me ha dejado caer en ninguna de estas acabando mi
vida. Así también dar gracias porque hasta ahora siempre
ha tenido tanta piedad y misericordia de mí, y terminar con
un Padre nuestro”.
bLa muerte en la Sagrada Escritura.
Oración preparatoria: gracia para que todas mis
intenciones, acciones y operaciones sean puramente
ordenadas en servicio y alabanza de su divina Majestad.
Composición de lugar: mi propio funeral.
Gracia para pedir: conocer la gravedad del pecado origen
de la muerte, gracia para vivir de tal modo de “morir en el
Señor” en su amistad.
1°. La muerte, fruto del pecado. La muerte no es algo
establecido por Dios10, sino fruto del pecado: de cualquier
árbol del jardín podéis comer, pero del árbol de la ciencia del
bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él,
ciertamente morirás (Gen 2,17). La muerte entra por la

10 La palabra muerte puede emplearse en múltiples

sentidos, según las clases de vida a que se refiera como


término de la misma. Referida al cuerpo es el sentido más
propio. En sentido bíblico la muerte se entiende la privación
de la vida. Siendo la vida triple, triple será el tipo de muerte. Si
se refiere a su vida natural, el alma no puede morir ya que es
inmortal; en su vida sobrenatural el alma vive por la gracia y
muere por el pecado mortal, también llamado muerte primera
(cf. Ef 2,5) cuya reparación es posible; en la vida sobrenatural
definitiva es la vida eterna, y el alma muere definitivamente
por el infierno, llamado también muerte segunda y definitiva
(cf. Ap 20,14).
SÍGUEME
envidia del diablo (Sir 25,24), no por Dios que ama la vida
(Sb 11,26).
2°. Inmortalidad del alma 11. La Escritura usa varias
expresiones para significar una realidad que sobrevive
después de la muerte, en desnudez del elemento corpóreo:
desmontar la tienda de campaña, despojarse del vestido,
ausentarse del cuerpo. Así 2Pd 1,13-14: Creo justo, empero,
mientras permanezco en esta tienda terrena, despertaros con mi
recuerdo, sabiendo que muy en breve voy a despojarme de mi
tienda, según que el mismo Señor nuestro, Jesucristo, me lo
manifestó. San Pablo utiliza imágenes simultaneas: la de la
“tienda” y la del “vestido” (2Cor 5,4), luego describe la
muerte como ausentarse del cuerpo e ir a residir junto al
Señor (v.8).
3°. Se acaba el peregrinar terreno. Con la muerte acaba
en el hombre el tiempo de merecer, y tras ella viene el juicio
(Heb 9,27). El último enemigo que Cristo vencerá en su
Parusía, será la muerte (1Cor 15,26) y entonces ya no habrá
más llanto ni muerte (Ap 20,4.13-14). Lo que realmente se
debe temer es la muerte segunda (Ap 20,14; 21,8), la cual
es incomparablemente peor que la misma muerte física
(Ap 9,6; Jn 5,28-29): el infierno. Esta muerte segunda no
existirá para quien vence al pecado (Ap 2,11; 20,6).
4°. Los justos mueren en el Señor. El Nuevo Testamento
habla de un determinado modo de morir, al cual se llama
“morir en el Señor”. Bienaventurados los muertos que mueren

11 El alma humana es espiritual, posee operaciones

totalmente inmateriales como el conocer y el querer, de modo


que no depende de la materia. El alma humana, una vez
creada por Dios, no puede corromperse ni morir, por es
inmortal. El hombre completo supone la unión de cuerpo y
alma.
PRIMERA SEMANA
en el Señor (Ap 14,13); quien muere de esa manera queda
excento de la “muerte segunda” (Ap 2,11). Este morir en
Cristo se pone en conexión con las obras que acompañan a
los que mueren. Son opciones que realizamos a lo largo de
nuestra vida las que hacen que el “morir” sea “morir en
Cristo”.
Coloquio: Y por la hermana muerte, ¡loado seas mi
Señor!
Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!
(SAN FRANCISCO DE ASÍS, Cántico de las criaturas).
bLa muerte.
Oración preparatoria: gracia para que todas mis
intenciones, acciones y operaciones sean puramente
ordenadas en servicio y alabanza de su divina Majestad.
Historia : En el Evangelio se narra la advertencia de
Jesús a dos hermanos que se peleaban por la herencia: la
vida no está asegurada por los bienes terrenos. La parábola
del rico insensato ilustra esta situación: uno que acumula
riquezas, pero esta noche le piden la vida, muere, cf. Lc
12,13-21.
Composición de lugar: imaginarme la escena del
Evangelio, o mi propio funeral.
Gracia para pedir: la sabiduría para vivir como quien
sabe que va a morir.
1°. Mira que te has de morir. La muerte, tu muerte es
algo cierto, inevitable, Ro 5,12: por un solo hombre entró el
pecado en el mundo, y por el pecado la muerte y así la muerte
alcanzó a todos los hombres. Además se muere una solo vez.
Solo se nace una vez, se vive una vez y se muere solo una
SÍGUEME
vez, Heb 9,27: está establecido que los hombres mueran una
sola vez, y luego el juicio.
2°. Mira que no sabes cuando. La muerte ocurre
inesperadamente, rápidamente, no sabemos dónde ni
cuándo nos alcanza, Mt 25,13: no sabéis el día ni la hora;
Mt 24,44: a la hora que menos penséis vendrá como un ladrón.
3°. Como se vive, se muere. Según uno viva, así muere.
¿Morirás en gracia de Dios? ¿O tal como dice Jesús de
quienes no creyeron ni lo siguieron, Jn 8,24: moriréis en
vuestros pecados?
La muerte es maestra de vida. Pensar en ella nos ayuda
a corregir nuestros errores. La muerte me muestra la
vanidad de los bienes terrenos y la malicia del pecado.
Para quien vive en Cristo, la muerte es el comienzo de
la vida eterna, Flp 1,21: para mí la vida es Cristo y la muerte
una ganancia.
Coloquio: con Cristo para que me enseñe a vivir y a
morir... Con el Padre: Señor, aunque la certeza de morir
nos entristece, nos consuela la promesa de la futura
inmortalidad. Porque la vida de los que en ti creemos no
termina, se transforma; y al deshacerse nuestra morada
terrenal adquirimos una mansión eterna en el cielo.

bBrevedad del tiempo presente.


Oración preparatoria: gracia para que todas mis
intenciones, acciones y operaciones sean puramente
ordenadas en servicio y alabanza de su divina Majestad.
Historia : La Sagrada Escritura compara los bienes de la
tierra como hierba del campo, que alegra un momento,
pero que por la noche se seca (Is 40,6: toda carne es hierba,
y toda su gloria como flor del campo); así también todas las
riquezas y honores (Stg 1,10-11: el rico... como flor de heno
PRIMERA SEMANA
pasará... así también el rico en sus empresas se marchitará).
Esta situación la describe Jesús en la parábola del rico
Epulón, quien vivió espléndidamente, pero fue sepultado
en el infierno, cf. Lc 16,22.
Composición de lugar: imaginarme los bienes terrenos
como la hierba marchita... Imaginarme la parábola
descripta por Jesús...
Gracia para pedir: gracia para aprovechar la brevedad
del tiempo presente para servir a Dios y a los hermanos.
1°. Todo se acaba. Todos los bienes terrenos se
terminan. Para quien muere todo acaba: los bienes, las
diversiones, los amigos, las propiedades, las fiestas... Sl
49[48],17-18: no temas cuando el hombre se enriquece, cuando
crece el fasto de su casa; cuando muera, nada ha de llevarse, su
fasto no bajará con él.
Sea cual fuere el apego que se tenga a las cosas de este
mundo, a la hora de la muerte hay que abandonarlo todo.
Entramos en la vida desnudos y desnudos saldremos en la
muerte, Job 1,21: desnudo salí del vientre de mi madre y
desnudo volveré allá.
2°. Todo acaba pronto. La vida del hombre sobre la
tierra es breve y pronto acabará. Job 14.1-2: el hombre,
nacido de mujer, corto de días y harto de sufrimientos, como la
flor, brota y se marchita, y huye como la sombra sin pararse.
La salvación es el asunto más importtante y único, todo
lo demás pasa. Por eso Jesús exhorta a aprovechar el
tiempo presente, Lc 19,13: habiendo llamado a sus diez
siervos suyos, les dio dies talentos y les dijo: ‘Negociad hasta
que vuelva’. Y san Pablo dice, 1Cor 7,31: los que disfrutan
del mundo, como si no disfrutasen. Porque la presentación de
este mundo pasa. Por eso hay que valorar los verdaderos
bienes, Flp 3,8: todas las cosas las tengo por basura con tal de
SÍGUEME
ganar a Cristo; los bienes que no pasan, 1Jn 2,17: el mundo
con sus concupiscencias pasa, pero el que hace la voluntad de
Dios permanece para siempre.
Coloquio: con Cristo... con el Padre: te pido que tu
gracia fructifique en nosotros para que mientras
peregrinamos entre lo transitorio, nos enseñes a amar y
adherirnos a los bienes eternos.
bEl juicio final.
Oración preparatoria: gracia para que todas mis
intenciones, acciones y operaciones sean puramente
ordenadas en servicio y alabanza de su divina Majestad.
Historia : Jesús repetidas veces enseñó que al final se
dará un juicio, es decir un dictámen en orden a la
retribución eterna de cada persona, cf. Mc 12,38-40, Mt
25,31-46.
Composición de lugar: imaginarme cuando todo el mudo
sea puesto delante del trono del Hijo del hombre para ser
juzgado a cada uno según sus obras.
Gracia para pedir: gracia para aprovechar el tiempo que
me queda de vida para prepararme a comparecer ante el
divino juez.
1°. Cristo vendrá de nuevo a juzgar a vivos y muertos.
He 10,42: él ha sido constituido por Dios, juez de vivos y
muertos. Jn 5,26-27: el Padre.. le ha dado al Hijo... el poder
de juzgar porque es el Hijo del hombre. Y todos deberán
presentarse ante el tribunal de Cristo, 2Cor 5,10: es
necesario que todos nosotros seamos puestos al descubierto ante
el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo
que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal.
2°. Cristo posee todas las cualidades para ser juez. Por
un lado conoce todo, Heb 4,13: todo está desnudo y
PRIMERA SEMANA
descubierto a sus ojos. Incluso conoce la conciencia de cada
uno, Ro 2,15-16: quienes muestran tener la realidad de esa ley
escrita en su corazón, atestiguándolo su conciencia, y los juicios
contrapuestos de condenación o alabanza... en el día en que
Dios juzgará las acciones secretas de los hombres, según mi
Evangelio, por Cristo Jesús.
Además es todopoderoso, como lo dice en Mt 28,18:
me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Y es
justo en su sentencia, Mt 16,27: el Hijo del hombre vendrá
en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a
cada uno según su conducta.
3°. Todo quedará a la luz. El juicio consiste en una luz,
participación del conocimiento de Dios, por la cual cada
uno conocerá todo de todos y aparecerá el secreto de los
corazones, Lc 12,2: no hay nada encubierto que no haya de
ser descubierto ni oculto que no haya de saberse. 1Cor 4,5: no
juzguéis nada antes de tiempo hasta que venga el Señor. Él
iluminará los secretos de las tinieblas y pondrá de manifiesto
los designios de los corazones.
4°. ¿De qué cosas seremos juzgados? Seremos juzgados
de las obras buenas o malas, Qo 12,14: toda obra la
emplazará Dios a juicio, también todo lo oculto, a ver si es
bueno o malo; de nuestras palabras, Mt 12,36-37: os digo que
de toda palabro ociosa que hablen los hombres darán cuenta en
el día del Juicio. Porque por tus palabras serás declarado justo
y por tus palabras serás condenado; y también de los
pensamientos, Jer 17,9-10: el corzaón ¿quién lo conoce? Yo
Yahvehh, exploro el corazón y sondeo las entrañas, para dar a
cada cual según su camino, según el fruto de sus obras.
5°. Bivalencia del juicio: habrá salvados y condenados.
El Hijo ha venido a salvar a los hombres, pero quien lo
rechaza se auto-condena, Jn 3,18: quien cree en Él, no es
juzgado, pero el que no cree, ya está condenado, porque no ha
SÍGUEME
creído en el Nombre del Hijo único de Dios; Jn 12,48: el que
me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien lo juzgue;
la Palabra que yo he hablado ésa le juzgará el último día. En
el juicio final habrá salvados, Mt 25,34: entonces el Rey dirá
a los de su derecha: ‘Venid benditos de mi Padre, recibid la
herencia del Reino preparado para vosotros...’ Habrá también
condenados, Mt 25,41: entonces dirá también a los de su
izquierda: ‘Apartaos de mí malditos al fuego eterno...’
Coloquio: con Cristo que ha de venir como juez... con el
Padre: Señor, despierta en tus fieles el deseo de prepararse
a la venida de Cristo por la práctica de las buenas obras,
para que, colocados un día a su derecha, merezcan alcanzar
el Reino celestial.
bLa misericordia de Dios.
Oración preparatoria: gracia para que todas mis
intenciones, acciones y operaciones sean puramente
ordenadas en servicio y alabanza de su divina Majestad.
Composición de lugar: imaginarme el lugar donde Cristo
enseña... o frente a su cruz. Cf. CIC 1846-1848.
Gracia para pedir: para reconocer la misericordia de
Dios sobre mí, agradecer, alegrarme, confiar menos en mí
y más en Dios...
1°. Dios manifiesta su misericordia en palabras y en
obras. La misericordia de Dios es una verdad de fe (cf. Ro
8,22). Jesús lo enseñó repetidas veces con sus palabras:
parábola de la oveja perdida, de la moneda, del hijo
pródigo (cf. Lc 15,1.32).
2°. También con sus obras, teniendo compasión de
quienes se reconocían culpables y pedían perdón: Pedro
(cf. Mc 14,66-72); la mujer adúltera (cf. Jn 8,1-11 -de ahora
en adelante no peques más); el buen Ladrón (cf. Lc 23,39-
PRIMERA SEMANA
43), su perdón es inmediato, total. La misión de Jesús es
salvar a los que estaban perdidos, como Zaqueo (cf. Lc
19,1-10).
3°. La gran obra de misericordia. Dios envía a su Hijo
para salvarnos y nos dará con Él todas las gracias y medios
necesarios para salvarnos (cf. Jn 3,16; Ro 8,31-39). Pero
aún más... Dios quiere transformar a los ex - pecadores en
instrumentos de su misericordia: Saulo que odiaba a los
discípulos del Señor (cf. He 9,1-6) se convierte en San
Pablo, el Apóstol de los gentiles (cf. Ef 3,7-13); Simón
Pedro de oveja perdida que traiciona y niega a su Maestro
(cf. Mt 26,69-75) se convierte en Pastor de ovejas (cf. Jn
21,15-17, Pedro ¿me amas?... Apacienta mis ovejas).
Coloquio de misericordia: “Imaginando a Cristo nuestro
Señor delante de mí y puesto en Cruz hacer un coloquio,
cómo de Creador vino a hacerse hombre, y de vida eterna a
muerte temporal, y así a morir por mis pecados. Otro tanto
mirando a mí mismo lo que he hecho por Cristo, lo que
hago por Cristo, lo que debo hacer por Cristo, y así
viéndole tal, y así colgado en la Cruz, discurrir por lo que
se me ofreciere” (EE 53). Y decir un Padre nuestro.

I. CORONA DE LA DIVINA MISERICORDIA.


La devoción. Según las revelaciones hechas por Jesús
a Sor Faustina, la característica de esta devoción será la
total confianza en Jesús Misericordioso: Jesús ¡yo confío en
Tí!. Devoción que urge a actuar con espíritu misericordioso
hacia el prójimo en la vida diaria.
El viernes 13 de setiembre de 1935 el Señor reveló a
Sor Faustina un poderoso medio para obtener la
misericordia de Dios para el mundo: la corona de la
misericordia. Forman parte de esta devoción: la imagen de
SÍGUEME
Jesús misericordioso; la gran hora de la misericordia: las
tres de la tarde en punto; la Fiesta de la Misericordia (con
su novena preparatoria): el primer domingo después de
Pascua de Resurrección; la confesión frecuente: tribunal de
la Divina Misericordia.
Como rezar la corona:
1°) Se reza un Padre nuestro;
2°) un Ave María;
3°) un Credo.
4°) Se usan las cuentas del Rosario. En las
correspondientes al Padre nuestro se dice: “Padre eterno,
te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad
de tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo,
como propiciación por nuestros pecados y de los del
mundo entero”.
5°) En las cuentas del Ave María se dice: “Por su
dolorosa Pasión, ten Misericordia de nosotros y del
mundo entero”.
6°) Para terminar, se repite tres veces la oración:
“Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten
Misericordia de nosotros y del mundo entero”.
SEGUNDA SEMANA
A. INSTRUCCIONES RESPECTO A ESTA SEMANA.
En esta semana empezamos a responder a la
pregunta: ¿qué debo hacer por Cristo? (EE 53).
Pregunta que realizó Pablo en el camino de Damasco
cuando fue alcanzado por la gracia de Dios: Señor ¿qué
quieres que haga? (He 22,10). En esta semana
corresponde la consideración y contemplación de “la
vida de Cristo nuestro Señor hasta el día de Ramos
inclusive” (EE 4).
Lecturas apropiadas para esta semana tomadas del
KEMPIS:
- 2,1: De la conversación interior;
- 2,8: De la familiar amistad con Jesús;
- 3,18: Todo nuestro cuidado debe estar sólo en Dios;
- 3,56: Que debemos entender en cosas bajas cuando
cesan las altas.

B. CONSEJOS PARA TENER EN CUENTA.


hLas gracias que debo pedir durante esta semana serán:
- (EE 91): “gracia, para no ser sordo a su llamado,
sino presto y diligente para cumplir su santa voluntad”;
- (EE 104): “conocimiento interno del Señor.... para
que más le ame y siga”.
- (EE 109): “pidiendo según que en sí sintiere, para
más seguir e imitar al Señor nuestro encarnado”.

121
SÍGUEME

- (EE 139): “pedir conocimiento de los engaños del


mal caudillo y ayuda para guardarme de ellos, y
conocimiento de la vida verdadera que muestra el sumo
y verdadero capitán, y gracia para imitarle”; (EE 147):
“gracia de ser recibido debajo de la bandera -de Cristo-
en suma pobreza, en pasar oprobios e injurias para más
imitarlo”.
hPrevio a la oración:
- (EE 103): “al despertarme, poner en frente de mí la
contemplación que tengo que hacer, deseando más
conocer al Verbo encarnado, para más servirle y
amarle”.
- (EE 131.75): “acordándome que es hora del
ejercicio que tengo que hacer: antes de que me vaya,
poniendo delante de mí adónde voy y delante de quién,
resumiendo un poco el ejercicio que tengo que hacer, y
después.. un paso o dos antes del lugar donde tengo que
contemplar o meditar, me pondré en pie por espacio de
un Padre nuestro, alzando el entendimiento arriba,
considerando cómo Dios nuestro Señor me mira, etc., y
hacer una reverencia o humillación” .
- (EE 127): “es de advertir para toda esta semana y
las otras siguientes, que solamente tengo que leer el
misterio de la contemplación que inmediatamente tengo
que hacer, de manera que por entonces no lea ningún
misterio que aquel día o en aquella hora no haya de
hacer, porque la consideración de un misterio no
estorbe a la consideración del otro”.
hOtros consejos para practicar durante el día:
- (EE 127): “para toda esta semana y las otras
SEGUNDA SEMANA

siguientes, conviene advertir que solo tengo que leer el


misterio de la contemplación que inmediatamente tengo
que hacer, de manera que por entonces no lea ningún
misterio de aquel día o en aquella hora que no haya de
hacer, para que la consideración de un misterio no
estorbe a la consideración del otro”.
- (EE 130): “traer frecuentemente a la memoria la
vida y los misterios de Cristo nuestro Señor,
comenzando desde su encarnación hasta el lugar o
misterio que voy a contemplar”.
- (EE 130): “tener oscuridad o claridad, usar de
bienes temporales o diversos, cuando se sienta que le
puede aprovechar y ayudar para hallar lo que desea la
persona que se ejercita”.
- (EE 130): respecto a la penitencia, acerca del
dormir, comer, dar dolor sensible “el que se ejercita,
según los misterios que contempla, algunos piden
penitencia, y otros no, de manera que se hagan las
‘adiciones’ con mucho cuidado”.

C. CONTEMPLACIÓN DEL REINO.


Preparación.(EE 91): Esta meditación es como el
principio y fundamento de las tres semanas de Ejercicios
que restan. El fruto de la presente contemplación es
aprender la manera de contemplar la vida de Cristo. Se
trata del “llamamiento del rey temporal, ayuda a
contemplar la vida del Rey eternal”. Cf. CIC 541-546.
Oración preparatoria. (EE 46): es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones
SÍGUEME

y operaciones sean puramente ordenadas al servicio y


alabanza de su divina Majestad.
Composición de lugar. (EE 91): “será aquí ver con la
vista imaginativa sinagogas, villas y ciudades por donde
Cristo nuestro Señor predicaba”.
Gracia para pedir. (EE 91): “demandar lo que
quiero, será aquí pedir gracia a nuestro Señor, para que
no sea sordo a su llamado, sino presto y diligente para
cumplir su santísima voluntad”. Cf. Jn 11,28: el Maestro
está aquí y te llama; Sl 94,7-8: si escuchaseis hoy su voz, no
endurezcas el corazón...
Primera parte: imagen del rey temporal.
1°. (EE 92) “El primer punto es poner delante de mí
un rey humano, elegido de mano de Dios nuestro Señor,
a quien hacen reverencia y obedecen todos los príncipes
y todos los hombres cristianos”.
2°. (EE 93) “El segundo: mirar cómo este rey habla
a todos los suyos diciendo: ‘Mi voluntad es de
conquistar toda la tierra de infieles; por tanto, quien
quisiere venir conmigo ha de estar contento de comer
como yo, y así de beber y vestir, etc.; asimismo ha de
trabajar conmigo en el día y vigilar en la noche, etc.;
porque así después tenga parte conmigo en la victoria
como la ha tenido en los trabajos’”.
3°. (EE 94) “El tercero: considerar qué deben
responder los buenos súbditos a rey tan liberal y tan
humano; y, por consiguiente, si alguno no aceptase la
petición del rey, cuánto sería digno de ser vituperado
por todo el mundo y tenido por perverso caballero”.
SEGUNDA SEMANA

Segunda parte: Cristo Rey eterno.


(EE 95): “consiste en aplicar el sobredicho ejemplo
del rey temporal a Cristo nuestro Señor, conforme a los
tres puntos dichos”.
1°. (EE 95) “En cuanto al primer punto, si
consideramos tal vocación (= llamado) del rey temporal
a sus súbditos, cuánto más digno de consideración es
ver a Cristo, nuestro Señor, rey eterno, y delante de Él
todo el universo mundo, al cual y a cada uno en
particular llama y dice: ‘Mi voluntad es de conquistar
todo el mundo y todos los enemigos, y así entrar en la
gloria de mi Padre; por tanto, quien quisiere venir
conmigo ha de trabajar conmigo, porque siguiéndome
en la pena también me siga en la gloria’”
2°. (EE 96) “El segundo: considerar que todos los
que tuvieren juicio y razón, ofrecerán todas sus personas
al trabajo”.
3°. “El tercero: los que más se querrán afectar y
señalar en todo servicio de su Rey eterno y Señor
universal, no solamente ofrecerán sus personas al
trabajo, mas aún actuando contra su propia sensualidad
y contra su amor carnal y mundano, harán oblaciones de
mayor estima y mayor momento, diciendo”:
(EE 98): “Eterno Señor de todas las cosas, yo
hago mi oblación con vuestro favor y ayuda,
delante vuestra infinita bondad, y delante de
vuestra Madre gloriosa y de todos los santos y
santas de la corte celestial, que yo quiero y deseo
y es mi determinación deliberada, sólo que sea
vuestro mayor servicio y alabanza, de imitaros en
SÍGUEME

pasar todas injurias y todo vituperio y toda


pobreza, así actual como espiritual, queriéndome
vuestra Santísima Majestad elegir y recibir en tal
vida y estado.”
D. CONTEMPLACIÓN DE LA ENCARNACIÓN Y
NACIMIENTO.
bEncarnación.
Oración preparatoria (EE 46): “es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones
y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad”.
Historia (EE 102): “de la cosa que tengo de
contemplar; que aquí es cómo las tres Personas divinas
miraban toda la planicie o redondez de todo el mundo
llena de hombres, y cómo viendo que todos descendían
al infierno, se determina en su eternidad, que la segunda
Persona (el Verbo) se haga hombre, para salvar al
género humano, y así, venida la plenitud de los tiempos,
enviando al ángel san Gabriel a Nuestra Señora”. Cf. Lc
1,26-38; Jn 1,1-5.12-14; CIC 456-46312.

12 Indicamos los números del Catecismo de la Iglesia

Católica (= CIC), que en palabras de Juan Pablo II: “es una


exposición de la fe de la Iglesia y de la doctrina católica,
atestiguadas o iluminadas por la Sagrada Escritura, la
Tradición apostólica y el Magisterio eclesiástico. Lo reconozco
como un instrumento válido y autorizado al servicio de la
comunión eclesial y como norma segura para la enseñanza de
la fe” (Const. Fidei depositum, n.4, Vaticano 11.11.1992).
SEGUNDA SEMANA

Composición de lugar (EE 103): “aquí será ver la


grande capacidad y redondez del mundo, en la cual están
tantas y tan diversas gentes; asimismo después
particularmente la casa y aposentos de Nuestra Señora,
en la ciudad de Nazaret, en la provincia de Galilea”.
Gracia para pedir (EE 104): “demandar lo que
quiero, será aquí demandar conocimiento interno del
Señor, que por mí se ha hecho hombre, para que más le
ame y le siga”
1°. “El primer punto es ver las personas, las unas y
las otras; y primero las de la faz de la tierra, en tanta
diversidad, así en trajes como en gestos, unos blancos y
otros negros, unos en paz y otros en guerra, unos
llorando y otros riendo, unos sanos, otros enfermos,
unos naciendo y otros muriendo, etc.”
“Segundo: ver y considerar las Personas divinas,
como en el solio real o trono de su divina Majestad,
cómo miran toda la faz y redondez de al tierra y todas
las gentes en tanta ceguedad, y cómo mueren y
descienden al infierno”.
(EE 105) “Tercero: ver a nuestra Señora y al ángel
que la saluda, y reflectir para sacar provecho de tal
vista”.
2°. (EE 107) “El segundo punto: oír lo que hablan
las personas sobre la faz de la tierra, es a saber, cómo
hablan unos con otros, cómo juran y blasfeman, etc.;
asimismo lo que dicen las Personas divinas, es a saber:
‘Hagamos redención del género humano’, etc.; y después lo
que hablan el ángel y nuestra Señora y reflexionar para
sacar provecho de sus palabras”.
SÍGUEME

3°. (EE 108) “El tercero: después mirar lo que


hacen las personas sobre la faz de al tierra, así como
herir, matar, ir al infierno, etc.; asimismo lo que hacen
las Personas divinas, es a saber, obrando la santísima
encarnación, etc.; y asimismo lo que hacen el ángel y
nuestra Señora humillándose y dando gracias a la divina
Majestad, y después reflexionar para sacar algún
provecho de cada cosa de estas”.
Coloquio. (EE 109): “Hacer un coloquio, pensando
lo que debo hablar a las tres Personas divinas o al Verbo
eterno encarnado o a la Madre y Señora nuestra
pidiendo según que en sí sintiere, para más seguir e
imitar al Señor nuestro, así nuevamente encarnado,
diciendo un Padre Nuestro”.
Angelus.
(Se reza tres veces al día: al amanecer, al mediodía y al
atardecer, recordando el misterio de la Encarnación).
- El ángel del Señor anunció a María.
- Y concibió por obra del Espíritu Santo.
- Dios te salve María...
- He aquí la esclava del Señor.
- Hágase en mí según tu Palabra. - Dios te salve María...
- Y el Verbo se hizo carne.
- Y habitó entre nosotros. - Dios te salve...
- Ruega por nosotros santa Madre de Dios.
- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de
nuestro Señor Jesucristo.
Oremos. Infunde, Señor, tu gracia en nuestras almas, a
fin de que, habiendo conocido por la voz del ángel la
Encarnación de Cristo, tu Hijo, por su Pasión y su Cruz
SEGUNDA SEMANA
lleguemos a la gloria de la Resurrección. Por el mismo
Cristo nuestro Señor. Amén.
De las cartas de San León Magno.
“La majestad asume la humildad, el poder la debilidad, la
eternidad la mortalidad; y, para saldar la deuda contraída por
nuestra condición pecadora, la naturaleza invulnerable se une
a la naturaleza pasible; de este modo, tal como convenía para
nuestro remedio, el único y mismo mediador entre Dios y los
hombres, Cristo Jesús, hombre también él, pudo ser a la vez
mortal e inmortal, por la conjunción en él de esta doble
condición...
Tomó la condición de esclavo, pero libre de la sordidez
del pecado, ennobleciendo nuestra humanidad sin mermar su
divinidad, porque aquel anonadamiento suyo -por el cual, Él,
que era invisible, se hizo visible, y Él, que es Creador y Señor
de todas las cosas, quiso ser uno más entre los mortales- fue
una dignación de su misericordia, no una falta de poder. Por
tanto, el mismo que, permaneciendo en su condición divina,
hizo al hombre es el mismo que se hace Él mismo hombre,
tomando la condición de esclavo...
La misma y única Persona, no nos cansaremos de
repetirlo, es verdaderamente Hijo de Dios y verdaderamente
hijo del hombre. Es Dios, porque ya al comienzo de las cosas
existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios y el Verbo era
Dios; es hombre, porque el Verbo se hizo carne y puso su
morada entre nosotros...
En cuando es el Verbo, brilla por sus milagros; en cuanto
que es carne, sucumbe a las injurias. Y así como el Verbo
retiene su gloria igual al Padre, así también su carne conserva
la naturaleza propia de nuestra raza” (Carta a Flaviano, PL
54,763-767).
SÍGUEME

bDel Nacimiento.
Oración preparatoria (EE 46): “es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones
y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad”.
Historia (EE 111): “será aquí, cómo desde Nazaret
salieron nuestra Señora grávida (embarazada) casi de
nueve meses, como se puede meditar píamente, asentada
en una asna, y José, llevando un buey para ir a Belén, a
pagar el tributo que Cesar exigió en todas aquellas
tierras, etc.”. Cf. EE 264; Lc 2,1-14; CIC 525-526.
Composición de lugar (EE 112): “será aquí con la vista
imaginativa ver el camino desde Nazaret a Belén,
considerando la distancia, la anchura, si tal camino es
llano o por valles y cuestas; asimismo mirando el lugar o
cueva del nacimiento, cuán grande, cuán pequeño, cuán
bajo, cuán alto, y cómo estaba aparejado”.
Gracia para pedir (EE 104.113): “demandar lo que
quiero, será aquí demandar conocimiento interno del
Señor, que por mí se ha hecho hombre y nace en Belén,
para que más le ame y le siga”.
1°. (EE 114) “El primer punto es ver las personas, a
saber, ver a nuestra Señora y a José y al niño Jesús,
después de haber nacido, haciéndome un pobre y
indigno esclavito como si me hallase presente con todo
acatamiento y reverencia posible, mirándolos y
contemplándolos y sirviéndolos en sus necesidades; y
después reflexionar en mí mismo para sacar algún
provecho”.
SEGUNDA SEMANA

2°. (EE 115) “El segundo: mirar, advertir y


contemplar lo que hablan; y reflexionando en mí mismo,
sacar algún provecho”.
3°. (EE 116) “El tercero: mirar y considerar lo que
hacen, como ser: el caminar y trabajar, para qué nació el
Señor en suma pobreza, y al cabo de tantos trabajos, de
hambre, de sed, de calor y de frío, de injurias y afrentas,
para morir en cruz; y todo esto por mí; después
reflexionando, sacar algún provecho espiritual”.
Coloquio. (EE 109.117): “Acabar con un coloquio
pensando lo que debo hablar a las tres Personas divinas
o al Verbo eterno encarnado y nacido en Belén o a la
Madre y Señora nuestra pidiendo según que en sí
sintiere, para más seguir e imitar al Señor nuestro, así
nuevamente encarnado y nacido, diciendo un Padre
nuestro”.
bAplicación de sentidos:
Encarnación - Nacimiento (cf. EE 262).
Cuando se hacen Ejercicios completos de mes, para el
último ejercicio (al atardecer) del primer día de la segunda
semana, San Ignacio dice (EE 121): “aprovecha el pasar de
los cinco sentidos de la imaginación por la contemplación de
la encarnación y del nacimiento”. Es algo muy fácil y útil,
imaginando que vemos las personas, que oímos las palabras,
ruidos... que tocamos o besamos los lugares o las personas
con reverencia, modestia y temor. Oler la fragancia de los
dones de Dios, con el gusto saborear su dulzura, acompañado
de tierno amor hacia las personas que meditamos. Cf. EE
122-126.
Oración preparatoria (EE 46): “es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
SÍGUEME
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad”.
Historia. De la encarnación: (EE 102) “las tres
Personas divinas viendo que todos los hombres descendían
al infierno, determina que la segunda Persona (el Verbo) se
haga hombre, para salvar al género humano, enviando al
ángel Gabriel a Nuestra Señora”. Cf. Lc 1,26-38.
Del nacimiento: (EE 111) “desde Nazaret salieron
nuestra Señora grávida (embarazada) casi de nueve meses,
y José, para ir a Belén”. Cf. EE 264; Lc 2,1-14.
Composición de lugar. (EE 103): “ver el mundo, en el
cual están tantas y tan diversas gentes; ver la casa y
aposentos de Nuestra Señora, en la ciudad de Nazaret, en
la provincia de Galilea”. (EE 112): “ver el camino desde
Nazaret a Belén”.
Gracia para pedir. (EE 104.113): “demandar
conocimiento interno del Señor, que por mí se ha hecho
hombre, para que más le ame y le siga”.
1°. Ver las personas. “Con la vista imaginativa ver las
personas, meditando y contemplando en particular sus
circunstancias, y sacando algún provecho de esta vista”, Así
ver: el Padre, el Verbo... la Virgen, el ángel Gabriel, san
José...
2°. Oir lo que dicen. “Oír con el oído lo que hablan o
pueden hablar, y reflexionar en sí mismo para sacar algún
provecho”. Así oír lo que puede hablar el Padre: hagamos
redención del género humano... el Verbo: he aquí Padre que
vengo a hacer tu voluntad... la Virgen: he aquí la esclava del
Señor...
3°. Oler y gustar. “Oler y gustar con el olfato y con el
gusto la infinita suavidad y dulzura de la divinidad, del alma
de Cristo, de las virtudes y de todo, según la persona que se
SEGUNDA SEMANA
contempla y reflexionando en sí para sacar provecho”. Así
oler: el perfume de las virtudes de Cristo, de su divinidad...
de las virtudes de la Virgen...
4°. Tocar con el tacto. “Tocar con el tacto, así como
abrazar y besar los lugares donde las tales personas pisan y
se asientan, siempre procurando sacar provecho de ello”.
Así tocar: la habitación de Nazaret... el pesebre...
Coloquio. (EE 109.117): “Acabar con un coloquio con
las tres Personas divinas... o con Verbo eterno encarnado y
nacido en Belén... o a la Madre y Señora nuestra, para más
seguir e imitar al Señor nuestro, y diciendo un Padre
nuestro”.
E. OTROS MISTERIOS DE LA VIDA OCULTA.
bAnunciación (cf. EE 262).
Oración preparatoria.(EE 46): “Es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad”.
Historia. El ángel Gabriel enviado por Dios le anuncia
a María que ha sido elegida para ser la Madre del Hijo de
Dios. María después de haber sido instruida sobre el modo
de la concepción, acepta como servidora la voluntad del
Señor. Cf. Lc 1,26-38.
Composición de lugar. Ver la pequeña villa de Nazaret, la
casa de la Virgen, la habitación donde ella estaba...
Gracia para pedir. (cf. EE 104): Pedir conocimiento
interno del Señor, que por mí se hace hombre en el seno
de la Virgen, para que más lo ame y lo siga.
1°. El ángel Gabriel, saluda a nuestra Señora, y le
anuncia la concepción de Cristo: entrando el ángel donde
SÍGUEME
ella estaba, la saludó y le dijo: ‘¡alégrate, llena de gracia!’...
concebirás en tu vientre y darás a luz un Hijo.
2°. El ángel confirma lo que dijo a nuestra Señora,
dándole a conocer la concepción de Juan el Bautista: mira
que Isabel, tu parienta, ha concebido un hijo en su vejez...
3°. Nuestra Señora responde al ángel: He aquí la sierva
del Señor, que se haga en mí según tu palabra...
Coloquio. Acabar con un coloquio pensando lo que
debo hablar con el Verbo eterno que se encarna en María o
con su Madre pidiendo según que en mí sintiere, para más
seguir e imitar al Verbo encarnado... y decir un Padre
nuestro.
Al Padre: Señor, tú que has querido que el Verbo se
encarnase en el seno de la Virgen María; concédenos, en tu
bondad, que cuantos confesamos a nuestro Redentor,
como Dios y hombre verdadero, lleguemos a hacernos
semejantes a Él en su naturaleza divina.
bLa visitación (cf. EE 263).
Oración preparatoria.(EE 46): “Es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad”.
Historia. María, advertida por el ángel, llevando al
Verbo encarnado en su seno, va presurosa a visitar y servir
a su anciana prima que está en su sexto me de embarazo.
Cf. Lc 1,39-56.
Composición de lugar. Ver el camino, entre montañas y
valles desde la pequeña villa de Nazaret hasta Aín Karín,
cerca de Jerusalén...
SEGUNDA SEMANA
Gracia para pedir. Pedir conocimiento interno del
Señor, que por mí se hizo hombre en el seno de la Virgen,
para que más lo ame y lo siga.
1°. Al momento del saludo de nuestra Señora a su
prima Isabel, Juan estando en el vientre de su madre, sintió
la visitación que hizo la Virgen: En cuando oyó Isabel el
saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel
quedó llena del Espíritu Santo; y aclamando con gran voz
dijo: ‘Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu
seno’...
2°. Nuestra Señora canta el Magnificat diciendo: Mi
alma canta la grandeza del Señor...
3°. la Virgen permanece sirviendo y acompañando a
Isabel: María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió
a su casa.
Coloquio. Acabar con un coloquio pensando lo que
debo hablar con el Verbo encarnado en María o con su
Madre pidiendo según que en mí sintiere, para más seguir e
imitar a Cristo... y decir un Padre nuestro.
Con el Padre: Dios todopoderoso y eterno, tú que,
cuando María llevaba en su seno a tu Hijo, le inspiraste que
visitara a su prima santa Isabel, haz que nosotros seamos
siempre dóciles a las inspiraciones de tu Espíritu, para que,
con María, podamos proclamar eternamente tu grandeza.
bNacimiento (cf. EE 264).
Oración preparatoria. (EE 46): “es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad”
Historia. En Belén, y no habiendo lugar en el
albergue, María permaneciendo Virgen da a luz a su
SÍGUEME
Hijo en un pesebre. Cf. Lc 2,1-14; CIC 525-526
Composición de lugar: ver el camino, entre montañas y
valles desde la pequeña villa de Nazaret hasta Belén, cerca
de Jerusalén... Belén la ciudad de David... el pesebre donde
pone al Niño Dios...
Gracia para pedir: pedir conocimiento interno del
Señor, que por mí nace en Belén, para que más lo ame y lo
siga.
1°. Nuestra Señora y su esposo José, van de Nazaret a
Belén: salió un edicto de César Augusto ordenando que se
empadronase todo el mundo... subió también José desde
Galilea, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén,
por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse
con María, su esposa, que estaba encinta...
2°. Mientras estaban allí, se le cumplieron los días del
alumbramiento, y dio a luz a su Hijo primogénito, le en
envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían
sitio en el alojamiento...
3°. Se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial,
que alababa a Dios diciendo: ‘Gloria a Dios en las alturas y
en la tierra paz a los hombres en quienes Él se complace’.
Coloquio. Acabar con un coloquio hablando con el
Niño Dios que acaba de nacer o con su Madre pidiendo
según que en sí sintiere, para más seguir e imitar a Cristo...
y decir un Padre nuestro.
Con el Padre: Dios todopoderoso, concédenos que, al
vernos envueltos en la luz nueva de tu Palabra hecha carne,
hagamos resplandecer en nuestras obras la fe que hacer
brillar en nuestra mente.
SEGUNDA SEMANA

Oración ante el misterio del nacimiento de Jesús


(J. TRIVIÑO):
Así te necesitaba, oh Dios, mi corazón, “hecho hombre”
para poder mirarte con mis propios ojos y poder amarte con
un amor más humano.
Y tu bondad todopoderosa hace el milagro: Tú el infinito,
te reduces a la pequeñez de un niño, y me miras y me sonríes
y me amas. - Tú el Verbo eterno de Dios, eres ahora “el recién
nacido”; - Tú, mi Creador omnipotente, estás ahora “débil”
en mis manos; - Tú la belleza invisible e infinita, brillas ahora
ante mis ojos.
Tú el omnipresente invisible, ahora “estás ahí” frente a mí,
visible, palpable, asequible; “estás ahí” y puede mirarte, y
hablarte con palabras humanas y oír el sonido de tu voz.
Contigo traes el cielo a la tierra; traes el fuego vivificante
del amor divino. Vienes pequeño como un niño, pero traes en
tu corazón los tesoros más valiosos: la santidad, la sabiduría,
el gozo, la paz. - ¡Oh Niño-Dios! hazme partícipe de tus
riquezas: llena con tus dones mi alma pobre y vacía; mi
miseria necesita de tu divina limosna.
Enciende con tu ardiente fuego mi frío corazón de carne;
comunícale tu calor y tu aliento vital. - ¡Tú eres todo amor, oh
niño de Belén! eres amor divino que abrasa al hombre, eres
amor humano que adora a Dios.
Tú y tu vida me pertenecen, ¡Oh Jesús! porque naces para
ser con tu ejemplo mi seguro Maestro; naces para ser con tu
muerte mi amado Redentor.
Quiero vivir siempre, oh Jesús, la alegría de tu natividad; la
alegría de saber que naces para mí, y que vienes a buscarme
para llevarme contigo.
¡Oh Jesús, Niño-Dios! Tú, el Pequeño-infinito, cubre mi
pequeñez con tu grandeza, y llena con tu amor el inmenso
vacío de mi alma. Amén.
SÍGUEME

bEl anuncio a los pastores (cf. EE 265).


Oración preparatoria. (EE 46): “es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad”.
Historia: Unos pastores cuidaban su rebaño, se les
aparece un ángel y les anuncia el nacimiento del Mesías,
van a Belén y encuentran todo como el ángel les había
indicado, vuelven dando gloria y alabando a Dios. Cf. Lc
2,8-20.
Composición de lugar: ver el lugar donde los pastores
dormían al raso... el pesebre donde está el Niño Dios con
su Madre...
Gracia para pedir: pedir conocimiento interno del
Señor, que por mí es anunciado a los humildes pastores,
para que más lo ame y lo siga.
1°. Se anuncia a los pastores el nacimiento de Cristo
nuestro Señor por medio de un ángel: Os anuncio una gran
alegría... Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un
salvador, que es el Cristo Señor...
2°. Los pastores van a Belén: fueron a toda prisa, y
encontraron a María y a José, y al niño acostado en el
pesebre...
3°. Los pastores se volvieron glorificando y alabando a
Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se
les había dicho.
Coloquio: Acabar con un coloquio hablando con el
Niño Dios recién nacido y que manifiesta su presencia a
los pastores o con su Madre pidiendo según que en sí
sintiere, para más seguir e imitar a Cristo... y decir un Padre
nuestro.
SEGUNDA SEMANA
Con el Padre: Dios nuestro, que quisiste que tu Hijo
tomara nuestra misma carne mortal para manifestarse a los
hombres, haz que al contemplarlo exteriormente igual a
nosotros, nos vayamos transformando a imagen de Él.
bCircuncisión (cf. EE 266).
Oración preparatoria. (cf. EE 46): pedir gracia para que
todas mis intenciones, acciones... sean puramente
ordenadas en servicio y alabanza de Dios.
Historia:La circuncisión es señal de la alianza de Dios
con su pueblo, el primero que la practica es Abraham (cf.
Gen 17,10-14). Jesucristo es circuncidado para cumplir la
ley. Es el inicio de una vida en fiel cumplimiento de la Ley.
Son también las primeras gotas de sangre que el Salvador
derrama. En este momento también se le impone el
Nombre, cf. Lc 2,21; CIC 527.
Composición de lugar: ver el lugar... el pesebre...
Gracia para pedir: pedir conocimiento interno del
Señor, que por mí derrama sus primeras gotas de sangre,
para que más lo ame y lo siga.
1°. A los ocho días de nacido, circuncidaron al Niño
Dios.
2°. Se le impone el nombre: se le dio el nombre de Jesús,
el que le dio el ángel antes de ser concebido en el seno.
3°. Devuelven el Niño a su Madre, la cual tenía
compasión de la sangre que de su Hijo salía.
Coloquio: Acabar con un coloquio hablando con el
Niño Dios circuncidado y que acaba de recibir su nombre
o con su Madre pidiendo según que en mí sintiere, para
más seguir e imitar a Cristo... y decir un Padre nuestro.
Con el Padre: Dios nuestro, que de modo admirable
creaste al hombre a tu imagen y semejanza y de modo
SÍGUEME
todavía más admirable elevaste su condición por medio de
Jesucristo, concédenos compartir la divinidad de aquel que
se dignó compartir nuestra naturaleza humana.

bAdoración de los reyes magos (cf. EE 267).


Oración preparatoria. (cf. EE 46): pedir gracia para que
todas mis intenciones, acciones... sean puramente
ordenadas en servicio y alabanza de Dios.
Historia: Avisados por una estrella, los magos se
dirigen a Jerusalén, y luego a Belén. Al llegar encuentra al
Niño Dios y le ofrecen sus dones. Después, avisados en
sueños, retornan a su patria por otro camino, cf. Mt 2,1-12;
CIC 528.
Composición de lugar: ver la estrella que los guía... el
camino que hacen los magos de oriente... el palacio de
Herodes... el pesebre...
Gracia para pedir: pedir conocimiento interno del
Señor, que por mí se revela a los reyes magos, primicia de
los gentiles, para que más lo ame y lo siga.
1°. Guiados por la estrella, los tres reyes magos, vienen
a adorar a Jesús, diciendo: vimos su estrella en Oriente y
hemos venido a adorarle.
2°. Le adoran y ofrecen sus dones: vieron al Niño con
María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego
sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra.
3°. Avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se
retiraron a su país por otro camino.
Coloquio:Coloquio hablando con el Niño Dios que se
revela a los magos o con su Madre pidiendo según que
sintiere, para más seguir e imitar a Cristo...
SEGUNDA SEMANA
Coloquio con el Padre: Señor, tú que manifestaste a tu
Hijo en este día a todas las naciones por medio de una
estrella, concédenos, a los que ya te conocemos por la fe,
llegar a contemplar cara a cara, la hermosura infinita de tu
gloria.
Nota: Agregamos otra serie de misterios a contemplar.
Cuando se hacen Ejercicios de mes, san Ignacio indica:
(EE 132) “para el segundo día tomar la contemplación de
la presentación en el templo (n.268), la huida y destierro a
Egipto (n.269), y sobre estas dos contemplaciones se harán
dos repeticiones y luego traer los cinco sentidos sobre
ella”.
bPurificación de nuestra Señora
y presentación del niño (cf. EE 268).
Oración preparatoria: pedir gracia para que todas mis
intenciones, acciones... sean puramente ordenadas en
servicio y alabanza de Dios.
Historia:La madre se presenta para ser purificada y el
niño para ser rescatado. Es el primer acto cultual de Jesús,
en el Templo, en la Ciudad Santa. Allí aparecen Simeón y
Ana, ancianos que esperaban al Mesías, cf. Lc 2,22-39; CIC
529.
Composición de lugar: ver la Ciudad Santa... el Templo...
Gracia para pedir: pedir conocimiento interno del
Señor, que por mí es presentado al Templo y rescatado,
para que más lo ame y lo siga.
1°. Traen al Niño Jesús al templo, para que sea
presentado al Señor como primogénito, y ofrecen por Él:
un par de tórtolas o dos pichones.
2°. Simeón vino al templo lo tomó en brazos, diciendo:
ahora Señor, deja que tu siervo vaya en paz, porque mis ojos
SÍGUEME
han visto a tu Salvador, Luz para iluminar los gentiles y
gloria de tu pueblo Israel.
3°. Ana se presentó en aquella misma hora, alababa a
Dios y hablaba del Niño a todos los que esperaban la
salvación de Israel.
Coloquio:Acabar con un coloquio hablando con el Niño
Dios que es presentado y rescatado o con su Madre
pidiendo según que en sí sintiere, para más seguir e imitar a
Cristo... Con el Padre: Dios todopoderoso y eterno, en este
día en que tu Hijo único fue presentado en el templo con
un cuerpo como el nuestro, te pedimos nos concedas a
nosotros poder ser presentados ante ti, plenamente
renovados en nuestro espíritu.
bHuida a Egipto (cf. EE 269).
Oración preparatoria: (cf. EE 46): pedir gracia para que
todas mis intenciones, acciones... sean puramente
ordenadas en servicio y alabanza de Dios.
Historia:Herodes al ver que los reyes de oriente no
retornaban teme por su trono y manda matar al niño,
recién nacido. Un ángel avisa en sueños a José. José toma
al Niño y a su Madre y huyen a Egipto, cf. Mt 2,13-18;
CIC 530.
Composición de lugar: ver el palacio de Herodes... el
pesebre... el camino hacia Egipto...
Gracia para pedir: pedir conocimiento interno del
Señor, que por mí, recién nacido debe huir de la furia del
rey Herodes, para que más lo ame y lo siga.
1°. Herodes quería matar al Niño Jesús, y en su lugar
mató los inocentes. Antes de la muerte, el ángel amonesta a
José para que huyese a Egipto: Levántete, toma contigo al
niño y a su madre y huye a Egipto.
SEGUNDA SEMANA
2°. Parten para Egipto: (José) se levantó, tomó de noche
al niño y a su madre, y se retiró a Egipto.
3°. Estuvo allí hasta la muerte de Herodes.
Coloquio: Acabar con un coloquio hablando con el
Niño Dios que debe huir de la furia del cruel tirano o con
su Madre pidiendo según que en mí sintiere, para más
seguir e imitar a Cristo... y decir un Padre nuestro.
bVuelta de Egipto
y residencia en Nazaret (cf. EE 270).
Oración preparatoria (cf. EE 46): pedir gracia para que
todas mis intenciones, acciones... sean puramente
ordenadas en servicio y alabanza de Dios.
Historia: Después de estar en Egipto, un ángel avisa de
nuevo a José para que regrese a su patria. José,
prudentemente teme y avisado de nuevo por un ángel, se
traslada a Nazaret, porque en Judea, muerto Herodes,
reinaba su hijo: Arquelao, cf. Mt 2,19-23.
Composición de lugar: ver el lugar donde vivían en
Egipto... el camino de regreso a su patria... el pequeño
pueblo de Nazaret...
Gracia para pedir: pedir conocimiento interno del
Señor, que por mí retorna a su patria y se establece en
Nazaret, para que más lo ame y lo siga.
1°. El ángel amonesta en sueños a José para que vuelva
a Israel: Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y ponte
en camino de la tierra de Israel.
2°. José se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y
entró en tierra de Israel.
3°. En Judea reinaba Arquelao, hijo de Herodes, por
eso los lleva a Nazaret.
SÍGUEME
Coloquio: Acabar con un coloquio hablando con Cristo
que del destierro vuelve a su patria o con su Madre, para
más seguir e imitar a Cristo... y decir un Padre nuestro.
Nota: Cuando se hacen Ejercicios de mes, san Ignacio
indica: (EE 132) “para el tercer día tomar la
contemplación de cómo el niño Jesús era obediente a sus
padres en Nazaret (n.271), y cómo después se hallaron en
el templo (n.272), y sobre estas dos contemplaciones se
harán dos repeticiones y luego traer los cinco”.
bLa vida oculta en Nazaret (cf. EE 271).
Oración preparatoria: (cf. EE 46): pedir gracia para que
todas mis intenciones, acciones... sean puramente
ordenadas en servicio y alabanza de Dios
Historia: Jesús, como cualquier niño o joven, crece...
Hasta los treinta años de edad vivirá una vida escondida de
silencio, trabajo y oración, cf. Lc 2,40.51-52; CIC 531-533.
Composición de lugar: ver la casa de Nazaret... la
carpintería...
Gracia para pedir: pedir conocimiento interno del
Señor, que por mí vive en obediencia a sus padres, para
que más lo ame y lo siga.
1°. Todos los años de vida oculta obedece a sus padres.
2°. Progresaba en sabiduría, en estatura y gracia ante de
Dios y ante los hombres.
3°. Al parecer ejercitaba el oficio de carpintero, como
lo da a entender el pasaje de Mc 6,3: ¿No es este el
carpintero, el hijo de María?
Coloquio: hablando con Cristo, niño, adolescente, joven
que obedece y trabaja o con su Madre pidiendo según que
en sí sintiere, para más seguir e imitar a Cristo...
Con el Padre: Dios nuestro, que has querido darnos en
la Sagrada familia ejemplos pleclaros de virtudes
SEGUNDA SEMANA
domésticas, concédenos saber imitar su vida y su amor
recípoco, para que un día podamos ir a disfrutar con ella de
la alegría eterna de tu morada.
bA los 12 años Cristo va al Templo (cf. EE 272).
Oración preparatoria: (cf. EE 46): pedir gracia para que
todas mis intenciones, acciones... sean puramente
ordenadas en servicio y alabanza de Dios.
Historia: Cuando Jesús cumplió los doce años, según
prescribe la ley (cf. Dt 16, 16), fue con sus padres al Templo
para la Pascua. Al regresar, José y María pierden al niño, y lo
encuentran luego de tres días entre los doctores de la ley. Cf.
Lc 2, 40-50; CIC 534.
Composición de lugar: ver el camino de Nazaret a
Jerusalén... el Templo...
Gracia para pedir: pedir conocimiento interno del
Señor, que por mí se queda junto al Templo ocupado en
las cosas de su Padre, para que más lo ame y lo siga.
1°. Cristo a los doce años de edad sube de Nazaret a
Jerusalén.
2°. Cristo nuestro Señor se queda en Jerusalén, sin que
lo sepan sus padres.
3°. Pasados tres días, lo hallaron disputando en el
Templo, sentado en medio de los doctores; y habiéndole
preguntado sus padres dónde había estado, respondió: ¿no
sabéis que debo ocuparme de las cosas de mi Padre?
Coloquio: Acabar con un coloquio hablando con Cristo
que se ocupa de las cosas de su Padre o con su Madre que
angustiada lo encuentra... para más seguir e imitar a
Cristo... y decir un Padre nuestro.
SÍGUEME

F. PREÁMBULO PARA CONSIDERAR ESTADOS.


bPreámbulo.
(EE 135): “Ya considerado el ejemplo que Cristo
nuestro Señor nos ha dado para el primer estado, que es
la custodia de los mandamientos, estando Él en
obediencia a sus padres; asimismo para el segundo
estado que es de perfección evangélica: cuando quedó
en el templo dejando a su padre adoptivo y a su madre
natural, para dedicarse en puro servicio de su Padre
eterno; comenzaremos ahora juntamente contemplando
su vida, a investigar y a demandar en qué vida o estado
se quiere servir de nosotros su divina Majestad; y así
para dar alguna introducción a esto, en el primer
ejercicio veremos la intención de Cristo nuestro Señor, y
por el contrario, la del enemigo de la naturaleza humana,
y cómo nos debemos disponer para venir en perfección
en cualquier estado o vida que Dios nuestro Señor nos
diere para elegir”.
bMeditación de Dos Banderas.
(EE 136): “Meditación de dos banderas, la una de
Cristo, sumo capitán y Señor nuestro; la otra de Lucifer,
mortal enemigo de nuestra naturaleza humana”
Oración preparatoria. (EE 46): “es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones
y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad”.
Historia. (EE 137): “será aquí, cómo Cristo llama y
quiere a todos debajo de su bandera, y Lucifer, al
contrario, debajo de la suya”.
SEGUNDA SEMANA

Composición de lugar. (EE 138): “será aquí ver un


gran campo de toda aquella región de Jerusalén, donde
el sumo capitán general de los buenos es Cristo nuestro
Señor; otro campo en la región de Babilonia, donde el
caudillo de los enemigos es Lucifer”.
Gracia para pedir. (EE 139): “demandar lo que
quiero, será aquí pedir conocimiento de los engaños del
mal caudillo y ayuda para guardarme de ellos, y
conocimiento de la vida verdadera que muestra el sumo
y verdadero capitán y gracia para imitarle”.
Bandera de Lucifer.
1°. (EE 140) “El primer punto es imaginar así como
si se asentase el caudillo de todos los enemigos en aquel
gran campo de Babilonia (= confusión) como en una
gran cátedra de fuego y humo, en figura horrible y
espantosa”.
2°. (EE 141) “El segundo, considerar cómo llama a
innumerables demonios y cómo los esparce a los unos
en tal ciudad, y a los otros en otra, y así por todo el
mundo, no dejando ni provincia, ni lugar, ni estado, ni
persona alguna en particular”.
3°. (EE 142) “El tercero, considerar el sermón que
les hace, y cómo los amonesta para echar redes y
cadenas; que primero hayan de tentar de codicia de
riquezas, como suele hacerlo en la mayoría, para que
más fácilmente vengan al vano honor del mundo, y
después en crecida soberbia; de manera que el primer
escalón sea de riquezas, el 2°, de honor; el 3°, de
soberbia, y de estos tres escalones induce a todos los
otros vicios”.
SÍGUEME
Bandera de Jesucristo.
1°. (EE 144) “El primer punto es considerar cómo
Cristo nuestro Señor se pone en un gran campo de
aquella región de Jerusalén en lugar humilde hermoso y
gracioso”.
2°. (EE 145) “El segundo, considerar cómo el Señor
de todo el mundo escoge tantas personas, apóstoles,
discípulos, etc., y los envía por todo el mundo,
esparciendo su sagrada doctrina por todos estados y
condiciones de personas”.
3°. (EE 146) “El tercero, considerar el sermón que
Cristo nuestro Señor hace a todos sus siervos y amigos,
que a tal jornada envía, encomendándoles que a todos
quieran ayudar en traerlos, primero a suma pobreza
espiritual, y, si su divina Majestad fuere servida y los
quisiere elegir, no menos a la pobreza actual; segundo, a
deseo de oprobios y menosprecios, porque de estas dos
cosas se sigue la humildad; de manera que sean tres
escalones: el primero pobreza contra riqueza; el
segundo, oprobio o menosprecio contra el honor
mundano; el tercero, humildad contra la soberbia; y de
estos tres escalones induzcan a todas las otras virtudes”.
Coloquio. (EE 147): “Un coloquio con nuestra
Señora, para que me alcance gracia de su Hijo y Señor,
para que yo sea recibido bajo su bandera, y primero en
suma pobreza espiritual, y si su divina Majestad fuere
servido y me quisiere elegir y recibir, no menos en la
pobreza actual; segundo, en pasar oprobios e injurias
por más en ellas imitarle, sólo que las pueda pasar sin
pecado de ninguna persona ni desagrado de su divina
Majestad, y con esto un Ave María.
SEGUNDA SEMANA

Pedir otro tanto al Hijo, para que me alcance del


Padre, y con esto decir el Alma de Cristo.
Pedir otro tanto al Padre, para que él me lo conceda
y decir un Padre nuestro”.
bMeditación de tres binarios.
(EE 149) :“Meditación de tres binarios de hombres,
para abrazar el mejor”. Esta meditación está encaminada
a que la persona disponga su voluntad para servir a
Dios. En Ejercicios de mes se hace el mismo cuarto día,
junto a la anterior de dos banderas.
Oración preparatoria (EE 46): “es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones
y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad”.
Historia (EE 150): “la cual es de tres binarios de
hombres, y cada uno de ellos ha adquirido diez mil
ducados, no pura o debidamente por amor de Dios; y
quieren todos salvarse y hallar en paz a Dios nuestro
Señor, quitando de sí la gravedad e impedimento que
tienen para ello, en la afección de la cosa adquirida”.
Composición de lugar (EE 151): “será aquí verme a mí
mismo, cómo estoy delante de Dios nuestro Señor y de
todos sus santos, para desear y conocer lo que sea más
grato a su divina bondad”.
Gracia para pedir (EE 152): “demandar lo que
quiero, aquí será pedir gracia para elegir lo que más sea
para gloria de su divina Majestad y salud de mi alma”.
1°. (EE 153) “El primer binario querría quitar el
afecto que tiene a la cosa adquirida, para hallar en paz a
Dios nuestro Señor y saberse salvar, y no pone los
medios hasta la hora de la muerte”.
SÍGUEME

2°. (EE 154) “El segundo, quiere quitar el afecto,


pero le quiere quitar de modo que quede con la cosa
adquirida, de manera que Dios venga a donde él quiere,
y no se determina a dejarla para ir a Dios, aunque fuese
el mejor estado para él”.
3°. (EE 155) “El tercero, quiere quitar el afecto,
pero le quiere quitar de tal modo que no le tiene afecto a
tener la cosa adquirida o a no tenerla, sino que quiere
solamente quererla o no quererla, según que Dios
nuestro Señor le muestra en voluntad; y eso a la tal
persona le parecerá mejor para servicio y alabanza de su
divina Majestad; y mientras tanto quiere hacer cuenta
que todo lo deja en afecto, poniendo fuerza de no
querer aquello ni otra cosa ninguna, si no le moviere
sólo el servicio de Dios nuestro Señor, de manera que el
deseo de mejor poder servir a Dios nuestro Señor le
mueva a tomar la cosa o dejarla”.
Coloquio. (EE 147.156): “Los mismos tres que se
hicieron en la contemplación de dos banderas. Un
coloquio con nuestra Señora, para que me alcance gracia
de su Hijo y Señor, para que yo sea recibido bajo su
bandera, y primero en suma pobreza espiritual, y si su
divina Majestad fuere servido y me quisiere elegir y
recibir, no menos en la pobreza actual; segundo, en
pasar oprobios e injurias por más en ellas imitarle, sólo
que las pueda pasar sin pecado de ninguna persona ni
desagrado de su divina Majestad, y con esto un Ave
María.
Pedir otro tanto al Hijo, para que me alcance del
Padre, y con esto decir el Alma de Cristo.
Pedir otro tanto al Padre, para que él me lo conceda
y decir un Padre nuestro”.
SEGUNDA SEMANA

Nota. (EE 157): “Es de notar que cuando nosotros


sentimos afecto o repugnancia contra la pobreza actual,
cuando no somos indiferentes a pobreza o riqueza,
mucho aprovecha para extinguir tal afecto desordenado,
pedir en los coloquios (aunque sea contra la carne) que
el Señor nos elija en pobreza actual; y que uno quiere,
pida y suplique, sólo lo que sea servicio y alabanza de su
divina bondad”.
bTres maneras de humildad.
(EE 164): “Antes de entrar en elecciones, para que el
hombre se afecte a la verdadera doctrina de Cristo
nuestro Señor, mucho aprovecha considerar y advertir
en las siguientes tres maneras de humildad, y en ellas
considerando a ratos durante todo el día, haciendo los
coloquios que adelante se dirá”. Son tres maneras y
grados de obediencia, de amor a Dios y de abnegación.
1°. (EE 165) Primera humildad. “La primera manera
de humildad es necesaria para la salvación eterna, es a
saber, que así me abaje y me humille cuanto en mí sea
posible, para que en todo obedezca a la ley de Dios
nuestro Señor, de tal modo que aunque me hicieren
señor de todas las cosas creadas en este mundo, ni por la
propia vida temporal, no sea en deliberar de quebrantar
un mandamiento, sea divino, sea humano, que me
obligue a pecado mortal”.
2°. (EE 166) Segunda humildad. “La segunda más
perfecta humildad que la primera, es a saber, si yo me
hallo en tal punto que no quiero ni me afecto más a
tener riqueza que pobreza, a querer honor que
deshonor, a desear vida larga que corta, siendo igual
servicio de Dios nuestro Señor y salvación de mi alma; y
SÍGUEME

con esto, que por todo lo creado, ni porque me quitasen


la vida, no sea en deliberar de cometer un pecado
venial”.
3°. (EE 167) Tercera humildad. “La tercera es
perfectísima, es a saber, cuando incluyendo la primera y
la segunda, siendo igual alabanza y gloria de la divina
Majestad, por imitar y parecer más actualmente a Cristo
nuestro Señor, quiero y elijo más pobreza con Cristo
pobre que riqueza, oprobios con Cristo lleno de ellos
que honores, y desear más el ser estimado por vano y
loco por Cristo que primero fue tenido por tal, que por
sabio ni prudente en este mundo”.
Coloquio (EE 147.156.168): “Para quien desea
alcanzar esta tercera humildad, mucho aprovecha hacer
los tres coloquios: un coloquio con nuestra Señora, para
que me alcance gracia de su Hijo y Señor, para que yo
sea recibido en esta tercera mejor y mayor humildad,
para más imitarlo y servirlo, si igual o mayor servicio y
alabanza fuere a su divina Majestad. Pedir otro tanto al
Hijo, para que me alcance del Padre, y con esto decir el
Alma de Cristo. Pedir otro tanto al Padre, para que él
me lo conceda y decir un Padre nuestro”.
¡Aquí estoy Señor envíame! (Mons. J. Canovai):
Al dolor, envíame, Señor.
A la humillación, envíame, Señor.
A la ingratitud, envíame, Señor.
Al olvido, envíame, Señor.
Al fracaso exterior, envíame, Señor.
A la calumnia, envíame, Señor.
A la traición, envíame, Señor.
A la soledad, envíame, Señor.
A la abyección interna y externa, envíame, Señor.
SEGUNDA SEMANA
A la oscuridad, envíame, Señor.
Al sufrimiento, envíame, Señor.
Al trabajo escondido y penoso, envíame, Señor.
A la incomprensión de los otros, envíame, Señor.
A la donación silenciosa y continua, envíame, Señor.
Al sacrificio, envíame, Señor.
A la muerte, envíame, Señor.
Al martirio, envíame, Señor.
A la cruz, envíame, Señor.

G. REGLAS DE ELECCIÓN.
Éste es uno de los momentos más importantes de los
Ejercicios. Mirando a Cristo, nuestro modelo supremo, se
deben concretar las grandes decisiones sobre nuestra vida.
Es Dios quien elige: no me habéis elegido vosotros a mí, sino
que Yo os elegí (Jn 15,16). A esa elección, a ese plan de
Dios sobre cada uno se lo llama vocación: del latín vocare =
llamar. Tendrás todas las gracias y luces necesarias si vas
por el camino que Dios te llama, y no por el que te
empeñes en intentar contra Su voluntad. Dios ha soñado
un lugar para ti desde toda la eternidad, y para el cual eres
insustituible. Hay dos cosas importantes en la vida:
descubrir tu propia vocación y seguirla con generosidad
hasta el fin.
La primera gran decisión de la vida es la ‘elección de
estado’, consiste en inclinarse por una de dos opciones:
vida laical (familia...) o vida consagrada (sacerdocio - vida
religiosa). Si ya has hecho elección de estado, estas ‘reglas’
te servirán para cuando tengas que tomar otras decisiones
en tu vida.
La gran dificultad para hacer elecciones se encuentra en
los aspectos desordenados. Estos hacen que la persona no
tenga rectitud de intención, que el “ojo” de su intención no
SÍGUEME
sea simple, sino que esta “mezclado” la gloria de Dios y la
salvación del alma con otras cosas e intereses.

Oración al Espíritu Santo (Card. Mercier).


Espíritu Santo, alma de mi alma, te adoro.
Ilumíname, guíame, fortaléceme, consuélame; dime qué
debo hacer, dame tus órdenes; te prometo someterme a
todo lo que desees de mí y aceptar todo lo que permitas
que me suceda: hazme tan sólo conocer tu voluntad.
Las Reglas siguientes se pueden esquematizar así:
I. Espíritu: (preámbulos que miran a la rectitud): gloria de Dios
y salvación del alma.

Inmutable: no hay más elección,


si se hizo mal arrepentirse
II. Materia: si nunca se hizo: hacerla...
Mutable si se hizo mal: hacerla de nuevo...
si se hizo bien: perfeccionarla...

Primer tiempo: sin dudar ni poder dudar...

III. Tiempos Segundo tiempo: consolación - desolación...

Tercer tiempo 1° modo: pro - contra...


“tranquilo”: 2° modo: muerte, juicio...

• Preámbulos para hacer elección.


(EE 169): “En toda buena elección, en cuanto es de
nuestra parte, el ojo de nuestra intención debe ser
simple, solamente mirando para lo que soy creado, es a
saber, para alabanza de Dios nuestro Señor y salvación
de mi alma. Por tanto, cualquier cosa que yo eligiere
debe ayudarme para el fin para el que soy creado, no
ordenando ni subordinando el fin al medio, sino el
SEGUNDA SEMANA

medio al fin. Así como ocurre que muchos eligen


primero casarse, lo cual es medio, y en segundo lugar
servir a Dios nuestro Señor en el casamiento, lo cual es
fin. Asimismo hay otros que primero quieren tener
cargos o dignidades, y después servir a Dios en ellos. De
manera no van derecho a Dios, mas quieren que Dios
venga derecho a sus apegos desordenados y, por
consiguiente, hacen del fin medio y del medio fin, de
manera que lo que habían de poner en primer lugar,
ponen en el último; porque primero hemos de tener por
objeto querer servir a Dios, que es el fin, y
secundariamente aceptar un cargo o casarme, si más me
conviene, que es el medio para el fin. Así, ninguna cosa
me debe mover a tomar tales medios o privarme de
ellos, sino sólo el servicio y alabanza de Dios nuestro
Señor y salvación eterna de mi alma”.
• Sobre qué cosas hacer elección o
materia de las elecciones.
1°. (EE 170) “El primer punto: es necesario que
todas las cosas, de las cuales queremos hacer elección,
sean indiferentes o buenas en sí, y que estén conformes
a la Santa madre Iglesia jerárquica, y no que sean cosas
malas o que repugnen a Ella”.
2°. (EE 171) “Segundo: hay cosas que caen debajo
de elección inmutable, así son: sacerdocio, matrimonio,
etc.; hay otras que caen bajo elección mudable, así:
tomar beneficios o dejarlos, tomar bienes temporales o
rechazarlos”.
3°. (EE 172) “Tercero: en la elección inmutable,
cuando una vez se ha hecho elección, no hay más que
SÍGUEME

elegir, porque no se puede desatar, así como es


matrimonio, sacerdocio, etc. Sólo es de mirar que si no
ha hecho elección debida y ordenadamente, sin
afecciones desordenadas, arrepintiéndose procure hacer
buena vida en su elección; la cual elección no parece que
sea vocación divina, por ser elección desordenada y
oblicua; porque toda vocación divina es siempre pura,
limpia, sin mezcla de carne ni otro afecto alguno
desordenado”.
4°. (EE 173) “Cuarto: si alguno ha hecho elección
debida y ordenadamente de cosas que están bajo
elección mudable, y no llegando a carne ni a mundo, no
hay para qué de nuevo haga elección, mas se perfeccione
en aquella cuanto pudiere”.
Nota. (EE 174) “Es de advertir que si la tal elección
mudable no se ha hecho sincera y bien ordenada,
entonces aprovecha hacer elección debidamente, quien
tuviere deseo que de él salgan frutos notables y muy
apacibles a Dios nuestro Señor” .
• Tres tiempos para hacer sana y buena
elección.
‘Tiempo’: no se refiere a los meses, o días, sino a las
diversas situaciones espirituales de una persona, que son
propicios para llevar a cabo una sana y buena elección
(cf. EE 175).
Primer tiempo. (EE 175): “El primer tiempo es
cuando Dios nuestro Señor así mueve y atrae la
voluntad, que sin dudar ni poder dudar, la tal persona
devota sigue lo que le es mostrado; así como san Pablo
(He 9,1-19) y san Mateo (Mt 9,9) lo hicieron en seguir a
Cristo nuestro Señor”.
SEGUNDA SEMANA

Segundo tiempo. (EE 176): “El segundo, cuando se


toma suficiente claridad y conocimiento por experiencia
de consolaciones y desolaciones, y por experiencia de
discreción de varios espíritus”.
Tercer tiempo. (EE 177): “El tercero, es tranquilo,
considerando primero para qué ha nacido el hombre, es
a saber, para alabar a Dios nuestro Señor y salvar su
alma, y esto deseando, elige como medio una vida o
estado dentro de las instituciones y prácticas aprobadas
por la Iglesia, para emplearse mejor en servicio de su
Señor y salvación de su alma. Dije momento tranquilo,
cuando el alma no es agitada por varios espíritus, y usa
de sus potencias naturales libre y tranquilamente”.
• Dos modos para el tiempo tranquilo.
(EE 178): “Si en el primer o segundo tiempo no se
hace elección, siguen dos modos para hacerla acerca del
tercer tiempo”.

bPrimer modo para hacer elección en tiempo


tranquilo.
1°. (EE 178) “El primer paso es ponerme delante la
cosa sobre la que quiero hacer elección, así como un
oficio, cargo o actividad para tomar o dejar, u otra
cualquier cosa que cae en elección mudable”.
2°. (EE 179) “El segundo: es menester tener por
objeto el fin para el que he sido creado, que es para
alabar a Dios nuestro Señor y salvar mi alma, y además
hallarme indiferente, sin apego alguno desordenado, de
manera que no esté más inclinado ni apegado a tomar la
cosa propuesta que a dejarla, ni más a dejarla que a
tomarla; mas que me halle como en medio de un peso,
SÍGUEME

para seguir aquello que viere redundar más en gloria y


alabanza de Dios nuestro Señor y salvación de mi alma”.
3°. (EE 180) “El tercero, pedir a Dios nuestro Señor
quiera mover mi voluntad y poner en mi alma lo que yo
debo hacer acerca de la cosa propuesta para que más
redunde en gloria y alabanza suya, pensando bien y
fielmente con mi entendimiento, y eligiendo conforme a
su santísima y beneplácita voluntad”.
4°. (EE 181) “El cuarto: considerar razonando
cuantas ventajas o provechos (= ‘pro’) se siguen con el
tener el oficio, cargo o actividad propuesta, sólo para
alabanza de Dios nuestro Señor y salvación de mi alma;
y por el contrario considerar asimismo las desventajas y
peligros que hay en tenerlos (= ‘contra’). Hacer otro
tanto con la segunda parte, es a saber, mirar las ventajas
y provechos en no tenerlos, y mirar por el contrario, las
desventajas y peligros en el mismo no tenerlos”.
5°. (EE 182) “El quinto: después que así he pensado
y razonado sobre ambas partes de la cosa propuesta,
mirar dónde se inclina más la razón, y así, según la
mayor moción racional y no moción alguna sensible, se
debe hacer elección sobre la cosa propuesta”.
6°. (EE 183) “El sexto: hecha la elección o
deliberación, debe ir la persona que la ha hecho con
mucha diligencia a la oración, delante de Dios nuestro
Señor, y ofrecerle la elección para que su divina
Majestad la quiera recibir y confirmar, si es para su
mayor servicio y alabanza”.
SEGUNDA SEMANA

bSegundo modo para hacer elección en tiempo


tranquilo.
Aquí se sigue el primer modo, sólo que los ‘pro’ y
‘contra’ se sustituyen por cuatro reglas que pueden traer
luz, de modo más rápido que aquellos. Cada una de
estas reglas es suficiente de por sí para darnos la
solución del problema propuesto, pero aplicando las
cuatro, el alma quedará más satisfecha del resultado, que
de todos modos será siempre el mismo. Es decir: se
deben realizar todos los pasos arriba indicados, sólo se
cambia el 4° y 5°.
1a. regla. (EE 184) “La primera: es que el amor que
me mueve y me hace elegir tal cosa, descienda de arriba
del amor de Dios, de forma que el que elige sienta
primero en sí que aquel amor más o menos que tiene a
la cosa que elige, es sólo por su Creador y Señor”.
2a regla. (EE 185) “La segunda: mirar a un hombre
que nunca he visto ni conocido, y deseando yo toda su
perfección, considerar lo que yo le diría que hiciese y
eligiese para mayor gloria de Dios nuestro Señor y
mayor perfección de su alma, y haciendo yo así, guardar
la regla que para el otro pongo”.
3a regla. (EE 186) “La tercera: considerar, como si
estuviese en el momento de la muerte, la forma y
medida que entonces querría haber tenido en el modo
de la presente elección, y rigiéndome por aquella, haga
en todo mi determinación”.
4a regla. (EE 187) “La cuarta: mirando y
considerando cómo me hallaré el día del juicio, pensar
cómo entonces querría haber deliberado acerca de la
SÍGUEME

cosa presente; y la regla que entonces querría haber


tenido, tomarla ahora, para que entonces me halle con
entero placer y gozo”.
Nota. (EE 188) “Tomadas las reglas antedichas para
mi salvación y quietud eterna, haré mi elección y
oblación a Dios nuestro Señor”; (EE 183) “hecha la
elección o deliberación, debe ir la persona que la ha
hecho con mucha diligencia a la oración, delante de
Dios nuestro Señor, y ofrecerle la elección para que su
divina Majestad la quiera recibir y confirmar, si es para
su mayor servicio y alabanza”.
• Reforma de vida.
Para que los Ejercicios den frutos verdaderos, es
importante (supuesta la elección de estado hecha
rectamente) hacer una reforma de vida, es decir mejorar
el modo de vida que ya tengo, en orden a servir a Dios y
salvar mi alma. Para ello sirven dos cosas: revisión de la
vida que llevamos (exámen), y un plan de vida.
(EE 189): “Es de advertir que acerca de los que
están constituidos en la dignidad de prelados o en
matrimonio (ya abunden mucho en bienes materiales, ya
no), donde no tienen lugar o muy pronta voluntad para
hacer elección de las cosas que caen debajo de elección
mudable, aprovecha mucho, en lugar de hacer elección,
dar forma y modo de enmendar y reformar la propia
vida y estado de cada uno de ellos, es a saber, poniendo
su creación, vida y estado para gloria y alabanza de Dios
nuestro Señor y salvación de su propia alma. Para venir
y llegar a este fin, debo mucho considerar y rumiar
(meditar) por los ejercicios y modos de elegir, según que
está declarado: cuánta casa y familia tener, cómo la debo
SEGUNDA SEMANA

regir y gobernar, cómo le debo enseñar con la palabra y


el ejemplo; así también de sus bienes materiales, cuanto
debe tomar para su familia y casa, cuánta distribuir en
pobres y en otras cosas pías, no queriendo ni buscando
otra cosa alguna sino en todo y por todo mayor alabanza
y gloria de Dios nuestro Señor. Porque piense cada uno
que tanto se aprovechará en todas las cosas espirituales,
cuanto saliere de su amor propio, querer e interés”.
bDimensiones sobre las cuales hacer reforma:
En cada una de las dimensiones que se indican hay que
prestar atención a dos cosas: 1°, las cosas de las que debo
apartarme, porque o están mal hechas, o porque no dan
gloria a Dios, o son apegos desordenados, ocasión de
pecado... 2°, las cosas que debo hacer para mejorar nuestra
actitud o porque vemos que Dios lo quiere, o damos más
gloria a Dios, o es más acorde con nuestros deberes de
estado, o más aprovecha al prójimo...
a) Dimensión humana: el defecto dominante, las
virtudes que más necesito, los defectos por combatir,
examinar los afectos: capacidad para la amistad, posibles
apegos a cosas, lugares, personas, actividades...
b) Dimensión espiritual: es el plano más importante,
así debo revisar: la oración, el modo de aprovechar y vivir
la Santa Misa, modo de aprovechar la Confesión,
frecuencia... las penitencias, cómo enfrentar las
contrariedades de la vida, la dirección espiritual, el examen
diario de conciencia, la lectura espiritual -especialmente la
Sagrada Escritura-, ejercicios espirituales cada año...
c) Dimensión comunitaria: relación con los
miembros de la familia, caridad fraterna, generosidad,
SÍGUEME
aportar los propios talentos para provecho del prójimo,
poner buen ánimo...
d) Dimensión intelectual: formación permanente en
la doctrina cristiana, y profesional -profundizar, capacitarse
más-... Evitar las modas intelecutales, la curiosidad, la
superficialidad...
e) Dimensión apostólica: apóstoles en mi propio
ambiente: familia, trabajo, estudio... Oración y penitencia
para fructificar en el apostolado... Preparar el apostolado...
Desarrollar el celo por la salvación eterna de los demás...
bPlan de vida:
Se debe cuidar que los propósitos no sean
desproporcionados, por eso debes estar atento a las
insinuaciones del Espíritu de Dios, y no a tus caprichos
o decisiones preconcebidas. Por lo que se refiere al
propósito conviene precisar la finalidad que persigo y
los medios en concreto que voy a utilizar.
Para que sea un plan de vida realista debe ser:
acomodado a tu deber de estado, flexible para no atarte
cuando la caridad lo pide, rígido para no modificarlo
según los caprichos, consultarlo con el director
espiritual.
Los elementos principales:
- el horario fundamental del día para ubicar los
tiempos de oración, etc.
- concentrar el propósito: tal virtud, etc.
- los medios para realizar el propósito: el examen de
conciencia diario, etc. Te puede ser útil el Apéndice 2, al
final de este libro.
SEGUNDA SEMANA

H. SANTO ROSARIO. MISTERIOS GOZOSOS.


El Rosario es una oración mariana. No es difícil de
rezar. Se inicia con un Padre nuestro y en cada una de las
diez cuentas se reza el Ave María, y se termina con un
Gloria. Mientras vamos pasando las cuentas, nuestra mente
contempla los misterios de la vida de Cristo a través de los
ojos y el corazón de María. Si tu mente se distrae, al darte
cuenta, suavemente vuelve a contemplar el misterio. Reza
el Rosario diariamente. Rézalo, si es posible en familia. Las
familias que rezan el santo Rosario son bendecidas
especialmente por Dios. Los misterios gozosos, fuera de
Ejercicios, se rezan los lunes y jueves.
1°. El anuncio del Ángel a María Santísima. Lc
1,31-32: He aquí que concebirás en tu seno, y darás a luz
un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús. Él será grande
y será llamado Hijo del Altísimo.
El ángel le anuncia a María que Dios la quiere para
que sea Madre de su Hijo. María responde sí. Ella
siempre dijo sí a la voluntad de Dios.
2°. La visita de nuestra Señora a su prima santa
Isabel. Lc 1,41-42.45: En cuanto oyó Isabel el saludo de
María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena
del Espíritu Santo, y exclamando con gran voz, dijo:
‘Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu
vientre... ¡Feliz de tí porque has creído que se cumplirán las
cosas que te fueron dichas de parte del Señor!
María emprende un largo y penoso camino para
ayudar a su prima Isabel. Pidamos imitar la caridad
generosa y servicial de la Virgen.
3°. El nacimiento de Jesús en Belén. Lc 2,6-7: Y
sucedió que, mientras estaban allí, se le cumplieron los días
SÍGUEME

del alumbramiento, y dio a luz a su Hijo primogénito, le


envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no
había lugar para ellos en el albergue.
Jesús nace en un pobre comedero de animales. Quiso
hacerse como uno de nosotros, viviendo en pobreza y
necesidad.
4°. Jesús es presentado al templo. Lc 2,22: Cuando
se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la
ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle
al Señor.
En el templo, María ofrece a Jesús al Padre eterno.
Más adelante ella ofrecerá a su Hijo en la cruz por
nuestra salvación.
5°. Jesús perdido y hallado en el templo, entre
los doctores de la ley. Lc 2,46-47: al cabo de tres días, le
encontraron en el templo sentado en medio de los maestros,
escuchándoles y haciéndoles preguntas; todos los que le oían,
estaban maravillados por su inteligencia y sus respuestas.
María y José encuentran a Jesús después de tres días
de angustiosa búsqueda. Jesús había comenzado la obra
para la cual su Padre lo había enviado.

I. MISTERIOS DE LA VIDA PÚBLICA DE CRISTO.


Para el quinto día de se debe meditar en (EE 158-
159): “la partida de Cristo nuestro Señor desde Nazaret
al río Jordán, y cómo fue bautizado (cf. EE 273). Esta
contemplación se hará una vez a media noche, y otra vez a la
mañana, y dos repeticiones sobre ella a la hora de Misa y
vísperas, y antes de cenar, traer los cinco sentidos”.
SEGUNDA SEMANA

bDe Nazaret al Jordán (cf. EE 158).


Oración preparatoria (cf. EE 46): pedir gracia para
que todas mis intenciones, acciones... sean puramente
ordenadas en servicio y alabanza de Dios.
Historia: Cristo va al Jordán para ser bautizado,
después de despedirse de su Madre, cf. Mt 3, 13-17; Mc
1, 9-11; Lc 3, 21-22.
Composición de lugar: el Jordán donde bautizaba Juan
a la multitud... se rasgan los cielos... desciende el Espíritu
Santo en forma de paloma...
Petición: Conocimiento interno del Señor, que por mí
se despide de su patria chica y va al Jordán, para que
más le ame y le siga.
1°. Cristo nuestro Señor, después de haberse
despedido de su bendita Madre, vino desde Nazaret al
río Jordán, donde estaba san Juan Bautista.
2°. San Juan se excusa ante Cristo nuestro Señor,
reputándose indigno de bautizarlo, al cual le dice Cristo:
Déjame ahora, pues conviene que así cumplamos toda
justicia.
3°. Vino el Espíritu Santo y la voz del Padre, desde el
cielo afirmando: Este es mi Hijo amado, en quien me
complazco.
Coloquio: Un coloquio con nuestra Señora, para que
me alcance gracia de su Hijo y Señor, para que yo sea
recibido bajo su bandera, y primero en suma pobreza
espiritual, en pasar oprobios e injurias por más en ellas
imitarle y con esto un Ave María.
Pedir al Hijo que deja su ciudad y recibe el bautismo,
para más seguirlo e imitarlo... Alma de Cristo.
SÍGUEME

Pedir otro tanto al Padre: Dios poderoso y eterno,


que proclamaste solemnemente a tu Hijo amado,
cuando era bautizado en el Jordán y descencía el
Espíritu sobre Él, concede a tus hijos de adopción,
renacidos del agua y del Espíritu Santo, que se
conserven siempre dignos de tu complacencia.... Padre
nuestro.
SEGUNDA SEMANA

bBautismo de Cristo (cf. EE 273).


Oración preparatoria (cf. EE 46): pedir gracia para
que todas mis intenciones, acciones, sean puramente
ordenadas en servicio y alabanza de Dios.
Historia: Cristo se pone en la fila de los pecadores
para ser bautizado por Juan en el Jordán,
inmediatamente que sube del agua se oye la voz del
Padre y se ve el Espíritu que desciende en forma de
paloma, cf. Mt 3, 13-17; Mc 1, 9-11; Lc 3, 21-22; CIC
535-537.
Composición de lugar: el Jordán donde bautizaba Juan
a la multitud... se rasgan los cielos... desciende el Espíritu
Santo en forma de paloma...
Petición (cf. EE 104): Conocimiento interno del
Señor, que por mí quiso ser bautizado, para que más le
ame y le siga. Conocer los sentimientos de Jesús que
inicia su vida apostólica.
1°. Cristo se sumerge en las aguas del Jordán, no para
ser purificado, sino para comunicar a las aguas el poder
de purificar. El Hijo se humilla tomando carne
semejante a nuestra carne de pecado, pasa como un
pecador más...
2°. El Padre con su voz nos muestra que su Verbo
habitaba entre nosotros.
3°. El Espíritu que desciende en forma de paloma,
da a conocer que Cristo, es el Siervo, el Ungido con óleo
de alegría para evangelizar a los pobres.
Coloquio: Un coloquio con nuestra Señora, para que
me alcance gracia de su Hijo y Señor, para que yo sea
recibido bajo su bandera, y primero en suma pobreza
espiritual, y no menos en la pobreza actual; segundo, en
SÍGUEME

pasar oprobios e injurias por más en ellas imitarle, sólo


que las pueda pasar sin pecado de ninguna persona ni
desagrado de su divina Majestad, y con esto un Ave
María.
Pedir otro tanto al Hijo, que se humilla en su
bautismo para que me alcance del Padre... Alma de
Cristo. Pedir otro tanto al Padre, para que él me lo
conceda... Padre nuestro.
Para el sexto día de la segunda semana, san Ignacio indica
(EE 161): “contemplación cómo Cristo nuestro Señor fue
desde el río Jordán al desierto inclusive (cf. EE 274)”. Esta
contemplación se hará una vez a media noche, y otra vez a la
mañana, y dos repeticiones sobre ella a la hora de Misa y
vísperas, y antes de cenar, traer los cinco sentidos.
bDel Jordán al desierto (cf. EE 161.274).
Oración preparatoria (cf. EE 46): pedir gracia para
que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean
puramente ordenadas en servicio y alabanza de Dios.
Historia: Cristo movido por el Espíritu Santo va al
desierto donde ayuna y ora durante 40 días. Allí es
tentado por el diablo, y Cristo sale siempre vencedor,
hasta la próxima oportunidad, cf. Mt 4,1-11; CIC 538-
540.
Composición de lugar: el camino al desierto... el
desierto donde Cristo ayuda, ora y es tentado...
Petición: Conocimiento interno del Señor, que por mí
ayuna, ora y sufre la tentación, para que más le ame y le
siga.
1°. Cristo después de haber sido bautizado va al
desierto, donde ayuna cuarenta días y cuarenta noches.
SEGUNDA SEMANA

2°. Cristo fue tentado por el enemigo tres veces: Si


tú eres el Hijo de Dios, dí que esas piedras se conviertan en
pan; tírate de aquí abajo; todo esto te daré, si postrado en
tierra me adoras.
3°. Vinieron los ángeles y lo servían.
Coloquio: Acabar con un coloquio hablando con
Cristo que ayuna, absteniéndose de alimentos terrenos
dándonos ejemplo... con Cristo quien rechazando las
insidias del demonio, nos ensena a superar la fuerza del
pecado con pureza de alma... Con el Padre: para que
nuestras penitencias corporales y privaciones mitiguen
nuestro orgullo, nos libren de las inclinaciones
desordenadas, y eleven nuestro espíritu...
Para el séptimo día de esta segunda semana, san Ignacio
dice (EE 161): “cómo san Andrés y otros siguieron a Cristo
nuestro Señor (cf. EE 275)”. Esta contemplación se hará una
vez a media noche, y otra vez a la mañana, y dos repeticiones
sobre ella a la hora de Misa y vísperas, y antes de cenar, traer
los cinco sentidos.
bCristo llama a los Apóstoles (cf. EE 161.275).
Oración preparatoria (cf. EE 46): pedir gracia para
que todas mis intenciones, acciones... sean puramente
ordenadas en servicio y alabanza de Dios.
Historia: Cristo llama gradualmente a sus discípulos,
hasta la vocación definitiva. Los discípulos responden al
llamado, cf. los primeros discípulos: Jn 1,25-51;
vocación de Mateo: Mt 9,9-13; Mc 2,13-14; Lc 5,37-42;
elección del Colegio Apostólico, los Doce: Mt 5,1; 10,1-
4; Mc 3,13-19; Lc 6,12-16; CIC 551-553.
SÍGUEME

Composición de lugar: imaginarse el lugar donde


Cristo llama: la orilla del lago... al bajar del monte... en la
ciudad...
Petición: Conocimiento interno del Señor, que por mí
quiso elegir a sus Apóstoles, para que más le ame y le
siga.
1°. Parece que san Pedro y san Andrés son llamados
tres veces: 1° a cierto conocimiento (aparece en Juan);
2° a seguir a Cristo, pero con propósito de retornar a
poseer lo que habían dejado; 3° para seguir para siempre
a Cristo nuestro Señor.
2°. Llamó a Felipe, como aparece en Jn 1,43; y a
Mateo: Mt 9,9.
3°. Llamó a otros apóstoles de cuya especial
vocación no hace mención el Evangelio. Y también se
han de considerar tres cosas: 1° cómo los apóstoles eran
de ruda y baja condición; 2° la dignidad a la cual fueron
tan suavemente llamados; 3° los dones y gracias por las
cuales fueron elevados sobre todos los padres del nuevo
y antiguo testamento.
Coloquio.Acabar con un coloquio hablando con
Cristo que elige a sus apóstoles... para más seguirlo e
imitarlo... y decir un Padre nuestro.
bBodas de Cana: primer milagro (cf. EE 276).
Oración preparatoria (cf. EE 46): pedir gracia para
que todas mis intenciones, acciones... sean puramente
ordenadas en servicio y alabanza de Dios.
Historia.Cristo, invitado a unas bodas de un pequeño
pueblito, a petición de su Madre realiza el primer
SEGUNDA SEMANA

milagro (= signo) por el cual los discípulos creen en Él:


Jn 2,1-11.
Composición de lugar: imaginarse el pequeño pueblito;
la casa donde se realiza el banquete... el lugar donde
están las tinajas...
Petición: Conocimiento interno del Señor, que por mí
hace su primer milagro en Caná, para que más le ame y
le siga.
1°. Cristo nuestro Señor fue convidado con sus
discípulos a las bodas.
2°. La Madre declaró al Hijo la falta de vino
diciendo: no tienen vino; y mandó a los servidores: Haced
todo lo que Él os diga.
3°. Convirtió en agua en vino: y manifestó su gloria y
sus discípulos creyeron en Él.
Coloquio: Acabar con un coloquio hablando con
Cristo que realiza su primer milagro o con su Madre...
para más seguirlo e imitarlo... y decir un Padre nuestro.
bExpulsión de los vendedores
del Templo (cf. EE 277).
Oración preparatoria: (cf. EE 46): pedir gracia para
que todas mis intenciones, acciones... sean puramente
ordenadas en servicio y alabanza de Dios.
Historia: Cristo, indignado por los excesos que se
cometían en el patio de los gentiles: venta de animales,
cambios de monedas, etc., hace una cuerda y expulsa
majestuosamente a todos de la Casa de su Padre: Jn
2,13-22.
SÍGUEME

Composición de lugar: imaginarse el atrio de los


gentiles... los animales... las mesas... el tumulto...
Petición: Conocimiento interno del Señor, quien lleno
de santa indignación expulsa a los vendedores, para que
más le ame y le siga.
1°. Cristo echó a todos los que vendían fuera del
templo con un azote hecho de cuerdas.
2°. Derribó las mesas y dinero de los cambistas ricos
que estaban en el templo.
3°. A los pobres que vendían palomas mansamente
dijo: quitad estas cosas de aquí y no queráis hacer de la
Casa de mi Padre un mercado.
Coloquio: Acabar con un coloquio hablando con
Cristo que expulsa airado a los vendedores y cambistas
del templo... para más seguirlo e imitarlo... y decir un
Padre nuestro.
Para el octavo día de esta segunda semana, san Ignacio
prevee que se medite en (EE 161): “del sermón del monte, qu
es de las ocho bienaventuranzas (cf. EE 278). Esta
contemplación se hará una vez a media noche, y otra vez a la
mañana, y dos repeticiones sobre ella a la hora de Misa y
vísperas, y antes de cenar, traer los cinco sentidos”.
bEl sermón montano (cf. EE 278).
Oración preparatoria (cf. EE 46) pedir gracia para
que todas mis intenciones, acciones... sean puramente
ordenadas en servicio y alabanza de Dios.
Historia: Cristo enseña su nuevo estilo de vida, el
que quiere de sus discípulos, como nuevo Moisés sobre
SEGUNDA SEMANA

el monte pronuncia los fundamentos de la nueva ley, cf.


Mt cc.5-7; CIC 1716-1724.
Composición de lugar: imaginar la montaña...
Petición: Conocimiento interno del Señor, que por mí
enseña el sermón montano, para más amarle y seguirle.
1°. Cristo nuestro Señor habla a sus discípulos de las
bienaventuranzas: bienaventurados los pobres de espíritu,
los mansos, los misericordiosos, los que lloran, los que
tienen hambre y sed de justicia, los limpios de corazón, los
obradores de paz, los que padecen persecuciones.
2°. Los exhorta a que usen bien sus talentos: brille
vuestra luz delante de los hombres, que viendo vuestras
buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre que está en los
cielos.
3°. No transgrede la ley, sino que la lleva a su
plenitud (5,17-20), declarando el precepto de no matar
(5,21-26), no fornicar (5,27-32), no perjurar (5,33-37), y
de amar a los enemigos (5,43-48): Yo os digo, amad a
vuestros enemigos y haced el bien a los que os aborrecen.
Coloquio: Acabar con un coloquio hablando con
Cristo que enseña en el monte el nuevo estilo de vida...
para más seguirlo e imitarlo... y decir un Padre nuestro.
Para el noveno día de la segunda semana, san Ignacio
indica (EE 161): “cómo Cristo nuestro Señor apareció a sus
discípulos sobre las olas del mar (cf. EE 279)”. Esta
contemplación se hará una vez a media noche, y otra vez a la
mañana, y dos repeticiones sobre ella a la hora de Misa y
vísperas, y antes de cenar, traer los cinco sentidos.
bLa tempestad calmada (cf. EE 279).
Oración preparatoria (EE 46): “es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones
SÍGUEME

y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y


alabanza de su divina Majestad”.
Historia:Cristo, después de un día de gran labor se
duerme en popa. La tempestad se levanta. Los
discípulos temerosos lo despiertan. Él les reprocha su
falta fe (su cobardía) y con una palabra calma la
tormenta: cf. Mt 8,23-27.
Composición de lugar: imaginarse la pequeña barca en
el lago... la tempestad, el viento, las olas... la calma...
Petición: Conocimiento interno del Señor, que
sosiega la tempestad, para que más le ame y le siga.
1°. Cristo nuestro Señor duerme en el mar. Se
levanta una gran tempestad.
2°. Sus discípulos, atemorizados, lo despiertan. Les
reprocha su poca fe: ¿por qué teméis, hombres de poca fe?
3°. Mandó a los vientos y al mar que se calmasen, e
inmediatamente cesó la tempestad, y el mar se volvió
tranquilo. Los discípulos se maravillan diciendo: ¿Quién
es este que hasta el viento y el mar le obedecen?
Coloquio: Acabar con un coloquio hablando con
Cristo que calma la tormenta... para más seguirlo e
imitarlo... y decir un Padre nuestro.
bCamina sobre el mar (cf. EE 280).
Oración preparatoria (EE 46): “es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones
y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad”.
Historia:Cristo desciende del monte donde subió a
orar. Ve la nave de sus discípulos combatida por las olas.
SEGUNDA SEMANA

Cristo camina sobre el agua; los discípulos creen ver un


fantasma. Cristo los calma con sus palabras: Mt 14,22-
13.
Composición de lugar: imaginar el monte del cual
desciende Cristo... la nave zarandeada por las olas... las
aguas bajo los pies de Cristo...
Petición: Conocimiento interno del Señor, que
camina sobre las aguas del lago, para que más le ame
y le siga.
1°. Cristo estando en el monte, hizo que sus
discípulos se fuesen a la nave y, despedida la turba,
comenzó a orar solo.
2°. La pequeña nave es combatida por las olas. Hacia
ellos Cristo viene caminando sobre el agua. Los
discípulos piensan ver un fantasma
3°. Cristo les dice: Soy Yo, no temáis. San Pedro por
su mandato vino a Él andando sobre el agua. Pedro
duda y comienza a hundirse. Cristo lo libró, y le
reprendió su poca fe. Entrados en la nave, cesó el
viento.
Coloquio: Acabar con un coloquio hablando con
Cristo que camina sobre las olas embravecidas... para
más seguirlo e imitarlo... y decir un Padre nuestro.

bLa misión temporal de los Apóstoles (cf. EE 281).


Oración preparatoria (EE 46): “es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad”.
Historia: Cristo envía a sus Apóstoles después de
instruirlos y darles poderes, para que prediquen la Buena
SÍGUEME
Nueva: Mt 10,1-16.
Composición de lugar: ver con la vista de la imaginación
el lugar donde Cristo instruye a los suyos... los poblados
donde entran los Apóstoles...
Petición: Conocimiento interno del Señor, que envía a
sus Apóstoles a la primera misión, para que más le ame y le
siga.
1°. Cristo llama a sus amados discípulos, les da poder
de echar los demonios de los cuerpos de los hombres y
curar todas las enfermedades.
2°. Les enseña la prudencia y la paciencia: Mirad que os
envío como ovejas en medio de lobos; sed prudentes como
serpientes y sencillos como palomas.
3°. Les enseña el modo de ir: no llevéis ni oro ni plata; lo
que habéis recibido gratuitamente, dadlo gratuitamente. Les
indica también la materia que deben predicar: predicad
diciendo: está cerca el Reino de Dios.
Coloquio: Con Cristo que envía a sus discípulos... para
más seguirlo e imitarlo... y decir un Padre nuestro.

bConversión de la Magdalena (cf. EE 282).


Oración preparatoria (EE 46): “es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad”.
Historia: Cristo invitado a la casa del fariseo, no recibe
de éste la atención de un huésped. Mientras que la
Magdalena realiza el servicio de lavarle los pies con
lágrimas de arrepentimiento y amor. Simón piensa mal de
Jesús y de la Magdalena. Cristo la defiende: Lc 7,36-50.
SEGUNDA SEMANA
Composición de lugar: imaginar la casa del fariseo.. el
frasco de alabrastro... el perfume derramado...
Petición: Conocimiento interno del Señor, que perdona
a la Magdalena, para que más le ame y le siga.
1°. Ver a María Magdalena que entra adonde está Cristo
sentado a la mesa en casa del fariseo, la cual traía un vaso
de alabastro lleno de ungüento.
2°. Ver a María Magdalena estando detrás del Señor, se
acerca a sus pies, los riega con sus lágrimas, y los enjuga
con sus cabellos, besa sus pies, y con ungüento los unta.
3°. Ver cómo el fariseo acusa a María Magdalena,
Cristo habla en defensa de ella: se le han perdonado muchos
pecados, porque amó mucho; y dijo a la mujer: vete en paz, tu
fe te ha salvado.
Coloquio: Hablando con Cristo que defiende y perdona
a la Magdalena... para más seguirlo e imitarlo... y decir un
Padre nuestro.
bTransfiguración de Cristo (cf. EE 284).
Oración preparatoria (EE 46): “es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad”.
Historia:Cristo en un monte alto, ante la vista de sus
íntimos, se transfigura, y les habla de su pasión y
resurrección: Mt 17,1-9; CIC 554-556.
Composición de lugar: ver el alto monte... el lugar donde
Cristo se transfigura... el resplandor... la nube...
Petición: Conocimiento interno del Señor, que por mí se
transfigura delante de sus discípulos, para que más le ame y
le siga.
1°. Cristo nuestro Señor lleva en compañía a sus
amados discípulos: Pedro, Santiago y Juan, se transfigura
SÍGUEME
ante ellos, su rostro se vuelve resplandeciente como el sol,
sus vestiduras como la nieve.
2°. Cristo habla con Moisés y Elías, para testimoniar
que de acuerdo con la Ley y los Profetas, que por la Pasión
debía llegar a la gloria de la Resurrección.
3°. Pedro quiere hacer tres tiendas, suena la voz del
cielo: Éste es mi Hijo amado, escuchadle. Los discípulos
caen sobre sus rostros de temor por la voz. Cristo los toca
y les dice: levantaos y no tengáis miedo; a nadie digáis nada
de esta visión, hasta que el Hijo del hombre resucite.
Coloquio: con Cristo transfigurado... Con el Padre:
Señor, que nos mandaste escuchar a tu Hijo amado,
alimenta nuestro espíritu con tu palabra, para que
purificada nuestra mirada interior, podamos gozar de la
visión de tu gloria.
Para el noveno día de la segunda semana, san Ignacio
indica (EE 161): “cómo el Señor predicaba en el Templo (cf.
EE 288)”. Esta contemplación se hará una vez a media
noche, y otra vez a la mañana, y dos repeticiones sobre ella a
la hora de Misa y vísperas, y antes de cenar, traer los cinco
sentidos.
bLa predicación en el templo (cf. EE 288).
Oración preparatoria (EE 46): “es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones
y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad”.
Historia: Cristo predica diariamente en el templo, cf.
Lc 19,47-48. Discute con los sumos sacerdotes, escribas
y ancianos: Lc 20,1-26; con los saduceos: Lc 20,27-38;
con los escribas: Lc 20,39-47.
SEGUNDA SEMANA

Composición de lugar: ver con la imaginación el


templo donde Cristo predica...
Petición: Conocimiento interno del Señor, que
predica sus últimos sermones en el templo, para que
más le ame y le siga.
1°. Cristo estaba cada día enseñando en el templo.
2°. Acabada la predicación, porque no había quien lo
recibiese en Jerusalén, se volvía a Betania.
Coloquio: Con Cristo que tiene sus últimas
discusiones en el templo... para más seguirlo e imitarlo...
y decir un Padre nuestro.
Para el undécimo día de la segunda semana, san Ignacio
anota (EE 161): “de la resurrección de Lázaro (cf. EE 285)”.
Esta contemplación se hará una vez a media noche, y otra vez
a la mañana, y dos repeticiones sobre ella a la hora de Misa y
vísperas, y antes de cenar, traer los cinco sentidos.
bLa resurrección de Lázaro (cf. EE 285).
Oración preparatoria (EE 46): “es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones
y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad”.
Historia: Cristo se ausenta de Betania. Las hermanas
de Lázaro avisan al Maestro de la enfermedad de su
amigo. Cristo se detiene varios días. Regresa. Lázaro ha
muerto. Las hermanas Marta y María salen a su
encuentro. Cristo llora, manda abrir el sepulcro, y a
Lázaro salir afuera. Después de cuatro días de muerto,
resucita: cf. Jn 11,1-45.
SÍGUEME

Composición de lugar: ver con la vista de la


imaginación el lugar del encuentro de las hermanas con
Cristo... el sepulcro de Lázaro...
Petición: Conocimiento interno del Señor, que
devuelve la vida a su amigo Lázaro después de varios
días de muerto, para que más le ame y le siga.
1°. Marta y María envían a un mensajero para que
notifique a Cristo de la enfermedad de su amigo Lázaro.
Para que el milagro fuese más evidente, Cristo se detiene
en el lugar dos días más.
2°. Antes de resucitarlo, Cristo pide a Marta y María
la fe: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí
aunque muera vivirá.
3°. Cristo como verdadero hombre llora a su amigo,
ora a su Padre y como eterno Dios lo resucita
mandándole: Lázaro, sal fuera.
Coloquio: Con Cristo que devuelve la vida a su amigo
Lázaro... para más seguirlo e imitarlo... y decir un Padre
nuestro.
bLa cena en Betania (cf. EE 286).
Oración preparatoria (EE 46): “es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones
y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad”.
Historia: Cristo cena en casa de Simón el leproso,
con sus amigos de Betania. María derrama nardo
precioso sobre la cabeza de Cristo. Judas murmura.
Cristo nuevamente defiende a al Magdalena: Mt 26,6-10.
SEGUNDA SEMANA

Composición de lugar: ver con la vista imaginativa el


banquete... el nardo precioso derramado...
Petición: Conocimiento interno del Señor, que recibe
el homenaje para su sepultura, para que más le ame y le
siga.
1°. El Señor cena en casa de Simón el leproso, junto
con Lázaro.
2°. María derrama el ungüento sobre la cabeza de
Cristo.
3°. Judas murmura, diciendo: ¿Para qué ese derroche?
Pero Él excusa otra vez a Magdalena diciendo: ¿Por qué
molestáis a esta mujer? Ha hecho una buena obra conmigo.
Coloquio: Coloquio con Cristo que cena con sus
discípulos y amigos... para más amarlo, seguirlo e
imitarlo... y decir un Padre nuestro.
Para el duodécimo día de la segunda semana, san Ignacio
indica (EE 161): “de día de Ramos (cf. EE 287)”. Esta
contemplación se hará una vez a media noche, y otra vez a la
mañana, y dos repeticiones sobre ella a la hora de Misa y
vísperas, y antes de cenar, traer los cinco sentidos.
bDomingo de Ramos (cf. EE 287).
Oración preparatoria (EE 46): “es pedir gracia a Dios
nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones
y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad”.
Historia: Cristo entra triunfalmente en Jerusalén
montado sobre un pollino, animal de paz. La multitud lo
aclama como el Mesías, hijo de David. Tienden mantos
y ramos de los árboles: Mt 21,1-17; CIC 559-560.
SÍGUEME

Composición de lugar: ver con la vista de la


imaginación el camino desde Betfagé a Jerusalén... la
entrada triunfal, los mantos, los ramos...
Petición: Conocimiento interno del Señor, que entra
aclamado a la Ciudad Santa, para que más le ame y le
siga.
1°. El Señor envía por el asna y el pollino diciendo:
desatadlos y traédmelos, y si alguno os dijere alguna cosa,
decir que el Señor los necesita, y luego los devolverá.
2°. Subió sobre el asna cubierta con las vestiduras de
los apóstoles.
3°. Le salen a recibirlo tendiendo sobre el camino sus
vestiduras y los ramos de los árboles diciendo: ¡Hosanna,
Hijo de David!; ¡bendito el que viene en nombre del Señor!
¡Hosanna en las alturas!
Coloquio: Con Cristo que entra triunfal en Jerusalén...
para más amarlo y seguirlo... Con el Padre: Dios
todopoderoso y eterno, haz que quienes seguimos
alegremente a Cristo Rey, podamos con su ayuda llegar a
la eterna Jerusalén.

J. REGLAS DE DISCERNIMIENTO (SEGUNDA SEMANA).


El fin de estas reglas es, (EE 313) “de algún modo sentir y
conocer las varias mociones que se causan en el alma”, pero
se trata de un discernimiento más fino, más delicado, pues la
tentación se disfraza bajo apariencia de bien. Son reglas (EE
328) “con mayor discreción de espíritus, y conducen más para
la segunda semana”. Por eso (EE 10) “cuando el que da los
ejercicios siente que el que los recibe es batido y tentado bajo
especie de bien, entonces es propio platicarle sobre las reglas
SEGUNDA SEMANA
de la segunda semana... Porque comúnmente el enemigo de la
naturaleza humana tienta más bajo especie de bien cuando la
persona se ejercita en la vida iluminativa, que corresponde a
los ejercicios de la segunda semana y no tanto a la vida
purgativa, que corresponde a los ejercicios de la primer
semana”. Mirando los efectos se descubren las causas: por sus
frutos los conoceréis.
1°. (EE 329) “La primera: es propio de Dios y sus
ángeles en sus mociones dar verdadera alegría y gozo
espiritual, y quitar toda tristeza y turbación que el
enemigo causa; de quien es propio combatir tal alegría y
consolación espiritual, trayendo razones aparentes,
sutilezas y asiduas falacias”.
2°. (EE 330) “La segunda: sólo es de Dios nuestro
Señor dar al alma consolación sin causa precedente;
porque es propio del Creador entrar, salir, moverla,
encendiéndola toda en amor a su divina Majestad. Digo
sin causa, sin ningún previo sentimiento o conocimiento
de algún objeto por el cual venga tal consolación
mediante sus actos de entendimiento y voluntad”.
3°. (EE 331) “La tercera.: con causa puede consolar
el alma así el buen ángel como el malo, por contrarios
fines: el buen ángel para provecho del alma, para que
crezca y suba de bien en mejor; el mal ángel para lo
contrario, y después para traerla a su mala intención y
malicia”.
4°. (EE 332) “La cuarta.: propio es del ángel malo,
que se disfraza de ángel de luz (cf. 2Cor 11,14) entrar
con el alma devota y salir consigo; es a saber, traer
pensamientos buenos y santos conforme a tal alma justa,
y después, poco a poco, procura salir con la suya,
trayendo el alma a sus engaños cubiertos y perversas
intenciones”.
SÍGUEME

5°. (EE 333) “La quinta.: debemos mucho advertir


el curso de los pensamientos; y si el principio, medio y
fin es todo bueno, inclinado a todo bien, es señal del
buen ángel; mas si el curso de los pensamientos que trae
acaba en alguna cosa mala o distractiva, o menos buena
que la que el alma antes se había propuesto hacer, o la
desalienta, inquieta o perturba, quitándole su paz,
tranquilidad y quietud que antes tenía, es clara señal que
procede de mal espíritu, enemigo de nuestro
aprovechamiento y salvación eterna”.
6°. (EE 334) “La sexta.: cuando el enemigo de la
naturaleza humana fuere advertido y conocido por su
cola serpentina y mal fin a que induce, aprovecha a la
persona que por él fue tentada mirar enseguida el curso
de los buenos pensamientos que le trajo, y el principio
de ellos, y cómo, poco a poco, procuró hacerla
descender de la suavidad y gozo espiritual en que estaba,
hasta traerla a su intención depravada; para que, sacando
experiencia de este conocimiento, se guarde en delante
de sus acostumbrados engaños”.
7°. (EE 335) “La séptima.: en los que proceden de
bien en mejor, el buen ángel toca a tal alma, dulce, leve y
suavemente, como gota de agua que entra en una
esponja; y el malo toca agudamente con sonido e
inquietud, como cuando la gota de agua cae sobre la
piedra. A los que proceden de mal en peor, tocan los
antedichos espíritus de modo contrario; cuya causa es
que la disposición del alma es contraria o semejante a
dichos ángeles. Porque cuando es contraria, entran con
estrépito y con advertencia, perceptiblemente; y cuando
es semejante, entran con silencio como en casa propia a
puerta abierta”.
SEGUNDA SEMANA

8°. (EE 336) “La octava.: cuando la consolación es


sin causa, dado que en ella no haya engaño por ser de
sólo Dios nuestro Señor, como está dicho, la persona
espiritual a quien Dios da tal consolación debe sin
embargo mirar y discernir con mucha vigilancia y
atención el propio tiempo de la actual consolación del
siguiente, en que el alma queda fervorosa y favorecida
con los efectos de la consolación pasada. Porque
muchas veces en este segundo tiempo, por su propio
discurso que relaciona y deduce conceptos y juicios, o
por el buen espíritu o por el malo, forma diversos
propósitos y opiniones que no son dados
inmediatamente por Dios nuestro Señor. Por lo tanto en
necesario que sean muy bien examinados antes que se
les de crédito o que se pongan en práctica”.
TERCERA SEMANA
A. INSTRUCCIONES.
“La pasión de Jesús debe ser para mí un motivo de
gozo y de tristeza: de gozo, pues a través de su inmenso
dolor descubro su inmenso amor; de tristeza: por la pena y
amargura de ser la causa de los sufrimientos de Jesús.
Jesús padece en su cuerpo y en su alma: en su cuerpo
los azotes, las espinas, el vía crucis, la crucifixión, la
muerte... en su alma: las humillaciones, los desprecios, su
amor no correspondido...
Para meditar con eficacia la Pasión de Jesús, se
requiere: 1°) humildad, reconociéndose culpable de los
sufrimientos de Cristo; 2°) gran confianza en la
misericordia de Dios, que por la pasión y muerte de Jesús
me ofrece participar de su Reino; 3°) poner todo el
empeño posible para compenetrarme de los tremendos
dolores que Jesús padece por mí; 4°) gran pureza de
corazón, porque un corazón impuro, apegado a la
sensualidad y vanidades terrenas no se conmoverá jamás
frente a la Pasión de Jesús” (tomado de J. TRIVIÑO, Hacia
la vida eterna, Guadalupe, Bs.As. 1975).
La finalidad de esta semana es la contemplación del
rostro doliente de Cristo. Pueden ayudarte los siguientes
capítulos del libro Imitación de Cristo:
- 2,11: Pocos aman la cruz de Cristo;
- 2,12: El camino real de la santa Cruz;
- 3,18: Imitando a Cristo soportar las miserias de esta vida;
- 3,19: Tolerancia de injurias. La verdadera paciencia;
- 3,56: Renunciar a sí mismo. Imitar a Cristo en Cruz.

187
SÍGUEME

B. PETICIÓN Y RECOMENDACIONES DE ESTA SEMANA.


hLa gracia para pedir durante esta semana será:
- (EE 193): “dolor, sentimiento y confusión,
porque por mis pecados va el Señor a la pasión”;
- (EE 203): “es propio para pedir en la pasión,
dolor con Cristo doloroso, quebranto con Cristo
quebrantado, lágrimas, pena interna, de tanta pena que
Cristo pasó por mí”.
hRecomendaciones para tener en cuenta:
- (EE 195): “considerar lo que Cristo nuestro Señor
padece en la humanidad o quiere padecer, según el paso
que se contempla; y aquí comenzar con mucha energía y
esforzarme en el dolor, la tristeza y el llanto, y así
trabajar en todos los puntos que se siguen”;
- (EE 196): “considerar que la Divinidad se esconde,
es decir, cómo podría destruir a sus enemigos y no lo
hace, cómo deja padecer su santa humanidad de modo
tan cruel”;
- (EE 197): “considerar cómo todo esto lo padece
por mis pecados, etc. y qué debo yo hacer y padecer por
Él”.
- “Acabar con un Coloquio con Cristo nuestro
Señor, y al fin un Padre nuestro” (EE 198); “hay que
advertir que en los coloquios debemos razonar y pedir
de acuerdo a la materia de la oración, según me halle
tentado o consolado, según que deseo poseer tal virtud
o tal otra, según quiero disponerme para tal cosa o tal
otra, o según quiero dolerme o gozarme de aquello que
contemplo, y finalmente pidiendo lo que más
TERCERA SEMANA

eficazmente deseo respecto a algunas cosas particulares,


de esa manera hacer un coloquio con Cristo... o tres
coloquios: uno con la Madre, otro con el Hijo, y otro
con el Padre” (EE 199).
- (EE 127): “para toda esta semana y las otras
siguientes, conviene advertir que solo tengo que leer el
misterio de la contemplación que inmediatamente tengo
que hacer, de manera que por entonces no lea ningún
misterio de aquel día o en aquella hora que no haya de
hacer, para que la consideración de un misterio no
estorbe a la consideración del otro”.
hOtros consejos para practicar durante el día:
- (EE 206): “al despertarme, recuerdo a dónde voy y
a qué, resumiendo un poco la contemplación que quiero
hacer... esforzándome mientras me levanto y me visto,
en entristecerme y dolerme de tanto dolor y tanto
padecer de Cristo nuestro Señor”;
- (EE 206): “procurar no traer a la mente
pensamientos alegres, aunque fuesen buenos y santos
(como resurrección, gloria), sino induciéndome al dolor,
pena y quebranto, trayendo frecuentemente a la
memoria los trabajos, las fatigas y dolores de Cristo
nuestro Señor, qué pasó desde el momento en que nació
hasta el misterio de la pasión en que ahora me
encuentro”.
hHorario aproximado de la Pasión de Cristo:
Jueves Santo:
18.00 hs. - La última Cena.
- Lavatorio de los pies.
19.00 hs. - Institución de la Eucaristía.
SÍGUEME
20.00 hs. - Oración sacerdotal de Jesús.
- Salida hacia Getsemaní (huerto).
23.00 hs. - Jesús entra en agonía y padece sudor de
sangre.
- Ora aceptando la voluntad del Padre
Viernes Santo:
1.00 hs. - Jesús se entrega a sus enemigos.
2.00 hs. - Proceso religioso.
- Jesús condenado por el Sanedrín.
3.00 hs. - Jesús padece burlas y desprecios.
- Negación de Pedro.
4.00 hs. - Judas se ahorca.
5.00 hs. - Proceso civil.
- Jesús ante Pilato se declara Rey.
6.00 hs. - Los judíos piden la muerte de Jesús.
7.00 hs. - Jesús es despreciado por Herodes.
8.00 hs. - Jesús es pospuesto a Barrabás.
9.00 hs. - Jesús es flagelado.
- Jesús es coronado de espinas.
10.00 hs. - Ecce homo: He ahí al hombre.
11.00 hs. - Via crucis.
- Jesús es crucificado.
12.00 hs. - Jesús perdona a sus enemigos.
- Jesús promete el paraíso al buen ladrón.
13.00 hs. - Jesús dice a Juan: He ahí a tu madre,
y a la Virgen: He ahí a tu hijo.
15.00 hs. - Jesús muere en la Cruz.
16.00 hs. - Uno de los soldados atraviesa a Jesús
con su lanza.
17.00 hs. - Jesús es sepultado.
- Soledad de María.
TERCERA SEMANA

C. MISTERIOS DE LA PASIÓN.
Durante los ejercicios de mes, el primer día de esta tercer
semana, por la noche, indica san Ignacio que se debe
contemplar cómo Cristo va desde Betania a Jerusalén para la
última Cena (cf. EE 190), y a la mañana los misterios
ocurridos desde la Cena al Huerto inclusive (cf. EE 200) y
después repeticiones y aplicación de sentidos.
Y también sugiere san Ignacio (cf. EE 209): “para quien
más se quiere alargar en la pasión, debe tomar en cada
contemplación menos misterios: así ej la primera
contemplación sólo la Cena, en la seguda el lavar los pies, en
la tercera el darles el sacramento (de la Ecaristía), en la cuarta
el sermón que Cristo les hizo, y así en las otras
contemplaciones y misterios”.
“Por el contrario, quien quisiere abreviar más la Pasión,
tome a la media noche la Cena; a la mañana el huerto; a la
hora de la Misa la casa de Anás; a la hora de vísperas, la casa
de Caifás; en lugar de la hora antes de la cena, la casa de
Pilato; de manera que no haga repeticiones ni aplicación de
sentidos, sino haga cada día cinco ejercicios distintos y en
cada ejercicio, un misterio distinto de Cristo; y así acabada
toda la Pasión, puede hacer otro día toda la Pasión junta en un
ejercicio o en diversos, como más le parezca que podrá
aprovechar”.
bCristo va de Betania a Jerusalén a la última Cena.
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: Cristo desde Betania envió dos discípulos a
Jerusalén para preparar la cena, después Él va con otros
discípulos; después de comer el cordero pascual y haber
SÍGUEME

cenado, les lavó los pies, les dio su santísimo Cuerpo y


preciosa Sangre, les hizo un sermón después que Judas
fue a vender a su Señor (cf. Mt 26,17-35). Cf. EE 190-
194.289.
Composición de lugar: imaginar el camino desde Betania
a Jerusalén... el lugar de la Cena...
Gracia propia: dolor, sentimiento y confusión, porque
por mis pecados va el Señor a la pasión.
1°. Ver las personas de la Cena, y reflexionar...
procurar de sacar algún provecho de ellas.
2°. Oír lo que hablan, y también sacar algún
provecho de ello.
3°. Mirar lo que hacen y sacar algún provecho...
Considerar lo que Cristo padece o quiere padecer, según
el paso que se contempla y esforzarme en dolerme,
entristecer y llorar... ver cómo la divinidad se esconde...
cómo todo esto padece por mis pecados y qué debo
hacer y padecer por Él...
Coloquio: con Cristo...
bLa última Cena (cf. EE 289).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: en la cena pascual, Jesús lava los pies a los
apóstoles e instituye la Eucaristía (cf. Mt 26,20-30; Jn
13,1-30). CIC 610-611.
Composición de lugar: imaginar el Cenáculo...
Gracia propia: dolor, porque por mis pecados va el
Señor a la pasión.
TERCERA SEMANA

1°: Jesús comió el cordero pascual con sus doce


apóstoles, a los cuales les predijo Su muerte: en verdad os
dijo, uno de vosotros me va a entregar.
2°: lavó los pies a los discípulos, incluido a Judas,
comenzando por Pedro quien considerando la majestad
del Señor y su bajeza no quería consentir: Señor ¿Tú
lavarme los pies a mí? El Señor les daba ejemplo de
humildad: Yo os he dado ejemplo, para que como Yo hice
hagáis también vosotros.
3°: instituyó el sacramento de la Eucaristía como la
gran señal de su amor: Tomad y comed. Acabada la cena,
Judas sale para vender a Cristo.
4°. Considerar lo que Cristo quiere padecer... y
esforzarme en dolerme, entristecer y llorar... ver cómo la
divinidad se esconde... cómo todo esto padece por mis
pecados y qué debo hacer y padecer por Él...
Coloquio: con Cristo que humildemente lava los pies a
sus discípulos... e instituye la Eucaristía...
bEl huerto de los Olivos (cf. EE 290).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia (cf. EE 201): Cristo nuestro Señor
descendió con sus once discípulos desde el monte Sión,
donde hizo la cena, al valle de Josafat, dejando ocho en
una parte y los otros tres en una parte del huerto. Se
puso en oración, suda sudor de sangre. Por tres veces
hace oración a su Padre. Despertó a sus discípulos (cf.
Mt 26,30-46; Mc 14,26-42). Cf. CIC 612.
SÍGUEME

Composición de lugar: imaginar el camino y el huerto


de los Olivos...
Gracia propia: dolor, porque por mis pecados el
Señor ora y suda sangre.
1°: el Señor, acabada la cena y cantado el himno, va
al monte de los Olivos con sus discípulos llenos de
miedo; deja ocho en Getsemaní: quedaos aquí, mientras
yo voy a orar.
2°: acompañado de Pedro, Santiago y Juan ora tres
veces al Padre: Padre, si es posible, que pase de mí este
cáliz, pero no se haga mi voluntad sino la tuya, y entrando
en agonía oraba más intensamente.
3°:experimentó tanto temor que decía: triste está mi
alma hasta la muerte. Y sudó sangre: su sudor era como
gotas de sangre que corrían hasta la tierra, lo cual supone
que sus vestiduras estaban llenas de sangre.
Considerar lo que Cristo sufre en su interior y
esforzarme en dolerme, entristecer y llorar... ver cómo la
divinidad se esconde... y cómo deja padecer a su
humanidad tan cruelmente... cómo todo esto padece por
mis pecados y qué debo hacer y padecer por Él...
Terminar con un coloquio: con Cristo que
confiadamente ora a su Padre... dolor con Cristo
doloroso, lágrimas, pena interna de tanta pena que pasó
por mí...

En el segundo día de la semana dedicada a la Pasión, san


Ignacio indica (cf. EE 208) que se debe contemplar cómo
Cristo es llevado del Huerto a la casa de Anás (cf. EE 291), y
TERCERA SEMANA
a la mañana los misterios ocurridos en la casa de Caifás (cf.
EE 292); y después dos repeticiones y aplicación de sentido.
bPrendimiento y casa de Anás (cf. EE 291).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: en el huerto Jesús es tomado prisionero y
llevado a la casa del sumo pontífice para ser juzgado (cf.
Mt 26,47-58; Lc 22,47-57; Mc 14,43-68).
Composición de lugar: imaginar el Huerto de los
Olivos... en casa de Anás...
Gracia propia: dolor, porque por mis pecados el Señor
es entregado.
1°: el Señor se deja besar por Judas, y agarrar como
un ladrón: como a ladrón me habéis venido a prender con
palos y armas, cuando cada día estaba con vosotros en el
templo, enseñando, y no me prendisteis. Y diciendo: ¿A
quién buscáis? cayeron en tierra sus enemigos.
2°: Pedro hirió a un siervo del pontífice, Jesús le
dice: vuelve tu espada a su lugar, y sanó la herida del
siervo.
3°: desamparado de sus discípulos es llevado a casa
de Anás. San Pedro le siguió de lejos, lo negó una vez,
mientras a Cristo le daban una bofetada: ¿Así respondes
al Pontífice?
Considerar lo que Cristo padece, se deja besar de
Judas y apresar; y esforzarme en dolerme, entristecer y
SÍGUEME

llorar... ver cómo la divinidad se esconde pudiendo


destruir a sus enemigos y no lo hace... y cómo deja
padecer a su humanidad tan cruelmente... cómo todo
esto padece por mis pecados y qué debo hacer y padecer
por Él...
Coloquio: con Cristo que es entregado con beso
traidor, negado por Pedro... Dolor con Cristo doloroso,
quebranto con Cristo quebrantado, lágrimas, pena
interna de tanta pena que pasó por mí...
bEn casa de Caifás (cf. EE 292).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: Jesús sufre todo tipo de ultrajes (cf. Mt
26,57-75; Mc 14,53-72; Lc 22,54-71; Jn 18,17-18. 24-27).
Composición de lugar: imaginar a Cristo atado en casa
de Caifás...
Gracia propia: dolor ya que por mis pecados Cristo
sufre toda la noche.
1°: desde la casa de Anás lo llevan atado a la casa de
Caifás. San Pedro lo negó dos veces, y al mirarlo el
Señor, Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente.
2°: Jesús estuvo atado toda aquella noche.
3°: quienes lo tenían preso se burlaban de Él, le
herían y le cubrían la cara, le daban bofetadas y le
preguntaban: profetízanos ¿quién es el que te hirió?, y
blasfemaban contra Él.
Considerar lo que Cristo padece o quiere padecer,
negado por Pedro, burlado por los sirvientes y
TERCERA SEMANA

esforzarme en dolerme, entristecer y llorar... ver cómo la


divinidad se esconde pudiendo destruir a sus enemigos y
no lo hace... y cómo deja padecer a su humanidad tan
cruelmente... cómo todo esto padece por mis pecados y
qué debo hacer y padecer por Él...
Coloquio: Con Cristo que es ultrajado... Dolor con
Cristo doloroso, quebranto con Cristo quebrantado,
lágrimas, pena interna de tanta pena que pasó por mí...
Para el tercer día, a la media noche (cf. EE 208): de
Caifás a Pilato (cf. EE 293), y a la mañana los misterios
ocurridos desde Pilato a Herodes (cf. EE 294); después las
repeticiones y aplicación de sentidos.
bAnte Pilato (cf. EE 293).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: Jesús es llevado y acusado por los Judíos
ante Pilato (cf. Mt 27,11-26; Mc 15,2-15; Lc 23,2-5; Jn
18,28).
Composición de lugar: imaginar a Cristo en el pretorio...
Gracia propia: dolor, pues por mis pecados el Señor es
acusado y condenado.
1°: la multitud de los judíos lo lleva ante Pilato, lo
acusan diciendo: hemos hallado a éste que levanta el pueblo
y veda pagar el tributo al César.
2°: después de haberlo examinado varias veces,
Pilato dice: yo no hallo en Él ninguna culpa.
3°: prefirieron liberar a Barrabás que era un ladrón:
gritaban diciendo: no dejes a éste, sino a Barrabás.
SÍGUEME

Considerar lo que Cristo padece o quiere padecer,


acusado ante Pilato y esforzarme en dolerme, entristecer
y llorar... ver cómo la divinidad se esconde pudiendo
destruir a sus enemigos y no lo hace... y cómo deja
padecer a su humanidad tan cruelmente... cómo todo
esto padece por mis pecados y qué debo hacer y padecer
por Él...
Coloquio: con Cristo acusado... Dolor con Cristo
doloroso, quebranto con Cristo quebrantado, lágrimas,
pena interna de tanta pena que pasó por mí...
bAnte Herodes (cf. EE 294).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: Pilato lo envía a Herodes (cf. Lc 23,6-11).
Composición de lugar: imaginar el palacio de Herodes...
Gracia propia: dolor, pues por mis pecados el Señor es
llevado de un tribunal a otro.
1°: Pilato envió a Jesús galileo ante Herodes, tretrarca
de Galilea.
2°: Herodes curioso le preguntó largamente. Jesús no
respondía, aunque los escribas y fariseos lo acusaban
constantemente.
3°: Herodes lo despreció con su ejército, lo vistió con
una veste blanca.
Considerar lo que Cristo padece en silencio ante
Herodes y dolerme, entristecer y llorar... ver cómo la
divinidad se esconde pudiendo destruir a sus enemigos y
no lo hace... y cómo deja padecer a su humanidad tan
TERCERA SEMANA
cruelmente... cómo todo esto padece por mis pecados y
qué debo hacer y padecer por Él...
Coloquio: con Cristo que en silencio recibe las burlas de
Herodes... lágrimas, pena interna de tanta pena que pasó
por mí...
Para el cuarto día, a la media noche (cf. EE 208): de
Herodes a Pilato y parte de lo sucedido allí (cf. EE 295), y a la
mañana el resto de los misterios ocurridos ante Pilato;
después las repeticiones y aplicación de sentidos.
bDe nuevo ante Pilato (cf. EE 295).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: Jesús es llevado de nuevo ante Pilato (cf. Mt
27,27-31; Mc 15,16-20; Lc 23,13-25; Jn 19,4-16).
Composición de lugar: imaginar a Cristo de nuevo en el
pretorio...
Gracia propia: dolor, pues por mis pecados el Señor es
condenado.
1°: Herodes lo vuelve a enviar a Pilato, ese día ambos,
que eran enemigos, se hacen amigos.
2°: Pilato tomó a Jesús y lo azotó, los soldados tejieron
una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, lo
vistieron de púrpura y decían: Salve, rey de los judíos, y le
daban bofetadas.
3°: Pilato lo sacó afuera en presencia de todos: salió,
pues Jesús coronado de espinas y vestido de púrpura, y Pilato
les dijo: “¡He aquí al hombre!”. Al verlo los sumos
sacerdotes gritaban: ¡Crucifícalo, crucifícalo!
Cristo padece, cuando se presenta de nuevo ante Pilato
y esforzarme en dolerme, entristecer y llorar... la divinidad
SÍGUEME
se esconde pudiendo destruir a sus enemigos y no lo hace...
deja padecer a su humanidad tan cruelmente... padece por
mis pecados y qué debo hacer y padecer por Él...
Terminar con un coloquio: con Cristo... Dolor con Cristo
doloroso, quebranto con Cristo quebrantado, lágrimas,
pena interna de tanta pena que pasó por mí...
Para el quinto día, a la media noche (cf. EE 208): de asa
de Pilato hasta ser clavado en Cruz (cf. EE 296), y a la
mañana cómo alzado en Cruz hasta que expiró (cf. EE 297);
después las dos repeticiones y la aplicación de sentidos.
bCondena de Pilato y crucifixión (cf. EE 296).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: Jesús es entregado por Pilato, lleva la cruz y
es crucificado (cf. Jn 19,13-22).
Composición de lugar: imaginar el camino de la cruz, el
Calvario...
Gracia propia: dolor, pues por mis pecados el Señor es
crucificado.
1°: Pilato, sentado como juez, les entrega a Jesús para
que lo crucifiquen, los judíos lo habían negado como
rey: no tenemos más rey que el Cesar.
2°: Jesús con la cruz a cuestas, no pudiéndola llevar,
fue constreñido Simón de Cirene para llevarla detrás de
Jesús.
TERCERA SEMANA

3°: lo crucificaron en medio de dos ladrones,


poniendo el título de condena: Jesús Nazareno Rey de los
Judíos (INRI).
Considerar lo que Cristo padece al ser condenado y
crucificado y esforzarme en dolerme, entristecer y
llorar... ver cómo la divinidad se esconde pudiendo
destruir a sus enemigos y no lo hace... y cómo deja
padecer a su humanidad tan cruelmente... cómo todo
esto padece por mis pecados y qué debo hacer y padecer
por Él...
Coloquio: con Cristo doloroso, quebrantado, pedirle
lágrimas, pena interna de tanta pena que pasó por mí...
Con el Padre: Señor Dios todopoderoso y eterno, tu
Hijo Jesucristo siendo inocente quiso padecer por los
culpables, y ser condenado injustamente para salvar a los
pecadores, haz que su Muerte lave nuestros pecados...
bEn la cruz (cf. EE 297).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: Jesús dice sus últimas palabras y muere en la
cruz (cf. Jn 19,23-37).
Composición de lugar: imaginar el Calvario, las tres
cruces... Cf. CIC 613-617.
Gracia propia: dolor, pues por mis pecados el Señor
muere en la cruz.
1°: Jesús habló siete palabras en la cruz: rogó por
quienes lo crucificaban: Padre, perdona a estos, que no
SÍGUEME

saben lo que hacen (Lc 23,34); perdonó al buen ladrón


Hoy estarás conmigo en el Paraíso (Lc 23,43); encomendó
a su Madre el cuidado de Juan, y a Juan a su Madre:
Mujer, he ahí a tu hijo (Jn 19,26); dijo: Tengo sed (Jn
19,28), le dieron vinagre y hiel; dijo que estaba
abandonado: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me
desamparaste? (Mt 28,46); también: Todo está consumado
(Jn 19,30); finalmente: Padre, en tus manos encomiendo mi
espíritu (Lc 23,46).
2°: el sol se oscureció; las piedras se partieron; las
sepulturas se abrieron; el velo del templo se rasgó en dos
partes de arriba abajo.
3°: le blasfemaban diciendo: tú eres el que destruyes el
templo de Dios; baja ahora de la cruz; se dividieron sus
vestidos; fue herido con la lanza, su costado manó agua
y sangre.
Considerar lo que Cristo padece o quiere padecer,
según el paso que se contempla y esforzarme en
dolerme, entristecer y llorar... ver cómo la divinidad se
esconde pudiendo destruir a sus enemigos y no lo hace...
y cómo deja padecer a su humanidad tan cruelmente...
cómo todo esto padece por mis pecados y qué debo
hacer y padecer por Él...
Coloquio: con Cristo que muere en cruz... Dolor con
Cristo doloroso, quebranto con Cristo quebrantado,
lágrimas, pena interna de tanta pena que pasó por mí...

Para el sexto día, a la media noche (cf. EE 208): desde la


Cruz, el descendimiento hasta la sepultura (cf. EE 298), y a la
mañana desde la sepultura hasta la casa de Nuestra Señora que
queda en soledad.
TERCERA SEMANA

bEl cuerpo de Jesús es sepultado (cf. EE 298).


Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: Jesús quitado de la cruz y puesto en un
sepulcro nuevo (cf. Jn 19,38-42). Cf. CIC 624-628.
Composición de lugar: el Calvario, el sepulcro...
Gracia propia: dolor, por mis pecados yace el cuerpo
muerto del Señor.
1°: el cuerpo de Jesús es quitado de la cruz por José y
Nicodemo, en presencia de su Madre dolorosa.
2°: el cuerpo fue llevado al sepulcro, ungido y
sepultado.
3°: pusieron guardias al sepulcro.
4°: sepultado el cuerpo de su Hijo, la Madre vuelve al
Cenáculo.
Considerar lo que Cristo padeció y esforzarme en
dolerme, entristecer y llorar... ver cómo la divinidad se
esconde pudiendo destruir a sus enemigos y no lo hace...
y cómo dejó padecer a su humanidad tan cruelmente...
cómo todo esto padeció por mis pecados y qué debo
hacer y padecer por Él...
Coloquio: con Cristo cuyo cuerpo es sepultado.
bLa soledad (cf. EE 208,7).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: toda la pasión junta.
SÍGUEME

Composición de lugar: imaginar el Calvario, el sepulcro...


Gracia propia: dolor, pues por mis pecados el Señor
murió en la cruz.
1°: el cuerpo santísimo de Cristo quedó separado de
su alma, fue sepultado.
2°: la soledad y el dolor de Nuestra Señora.
3°: soledad y dolor de los discípulos.
Coloquio: con la Madre dolorosa, Cristo sepultado, con
el Padre...
Para el septimo día, san Ignacio recomienda contemplar
toda la Pasión junta (cf. EE 208) sea en el ejercicio de media
noche y de la mañana, y agrega: “en lugar de las repeticiones y
de los sentidos, considerar todo aquel día, cuanto más
frecuente se pueda, cómo el cuerpo sacratísimo de Cristo
nuestro Señor quedó desatado y apartado del alma, y dónd ey
cómo fue sepultado. Asimismo considerar la soledad de
nuestra Señora con tanto dolor y fatiga; depués por otra parte
(el dolor y soledad) de los discípulos”. También para quien
quiera alargar dice (EE 209): “acabada la Pasión, tome un día
entero la mitad de toda la Pasión, y al otro día la otra mitad, y
al tercer día toda la Pasión”; mientras para quien quiere acotar
(EE 209): “acabada toda la Pasión, puede hacer otro día la
Pasión junta en un ejercicio o en diversos, como más le
parezca que podrá aprovecharse”.
bLa Pasión en conjunto: la entrega.
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: toda la pasión junta sobre todo deteniéndose en
la entrega de Cristo. “Entrega” tiene dos sentidos: por un
lado es donación (el amigo entrega un regalo al amigo, o le
TERCERA SEMANA
entrega su amistad), pero también tiene sentido de traición
(entregó su ejército a manos enemigas). En la Pasión de
Cristo se cruzan las entregas criminales (el mayor delito de
la historia) y la mayor entrega santa (del amor más fuerte
que la muerte).
Composición de lugar: imaginar el Calvario...
Gracia propia: dolor, pues por mis pecados el Señor es
entregado y se entrega a la Pasión.
1°. Los judíos entregan a Cristo. Ya los judíos habían
intentado varias veces asesinar a Cristo: al inicio en Nazaret
(cf. Lc 4,29-30); lo acusan de blasfemo ante el perdón dado
al paralítico (cf. Mc 2,6); lo envidian porque enseña como
quien tiene autoridad (cf. Mc 1,22); quieren matarlo por
hacer milagros en Sábado (cf. Mt 12,8); y cuando se
manifiesta como el: Yo soy, el Hijo de Dios... quieren
apedrearlo (cf. Jn 8,58-59). La situación se precipita con la
resurrección de Lázaro (cf. Jn 12,48-53).
Cuando Judas entrega a Cristo, lo condenan en el
tribunal por blasfemo y lo entregan a Pilato, Mt 27,1-2:
llegada la mañana, todos los sumos sacerdotes y los ancianos
del pueblo celebraron consejo contra Jesús para darle muerte y
después de atarle, le llevaron a Pilato y lo entregaron al
procurador Pilato. La razón de esta entrega, se indica en Mc
10,9-10: Pilato les contestó: ‘¿Queréis que os suelte al Rey de
los judíos?’ Pues se daba cuenta de que los sumos sacerdotes le
habían entregado por envidia.
2°: Judas entrega a Cristo. Judas uno de los Doce
llamado por Jesús (cf. Mt 10,1-2.4), vió muchos milagros
de Cristo, escuchó sus enseñanzas, compartió varios años
de vida con Él. Cuando el grupo de discípulos abandona a
Jesús, después del discurso del ‘pan de vida’, Judas
permanece (cf. Jn 6,64-66.70-71). Es quien reprocha el
gasto de perfume da nardo derramado sobre los pies de
SÍGUEME
Jesús (cf. Jn 12,4-5: no le preocupaban los pobres, sino porque
era ladrón, y como tenía la bosa, se llevaba lo que echaban en
ella). El demonio pone en el corazón de Judas el propósito
de entregar a Cristo (cf. Jn 13,2). Y trata con los sumos
sacerdotes, Mt 26,15-16: ‘¿Qué queréis dame y yo os lo
entregaré?’ Ellos le asignaron 30 monedas de plata. Y desde
ese momento andaba buscando una oportunidad para
entregarle: Jesús anuncia su traición durante la Cena (cf. Mt
26,21-23). Judas sale y pacta con los sumos sacerdotes, y
les dará la señal: un beso, para que puedan reconocer a
Jesús en la oscuridad de la noche (cf. Lc 22,47-48: se acercó
a Jesús para darle un beso. Jesús le dijo: ‘Judas, ¿con un beso
entregas al Hijo del hombre?’). Por eso cuando condenan a
Jesús, Judas se arrepiente, devuelve las monedas y dice, Mt
27,4: pequé entregando sangre inocente.
3°: Pilato entrega a Cristo. Pilato, gobernador romano
que se daba cuenta de la inocencia de Cristo, de la envidia
de los judíos, intenta varias veces ponerlo en libertad, pero
no con la verdad, sino con estratagemas. La última salida
que procura es dar a elegir: o Barrabás o Jesús. Piden a
Barrabás, Mt 27,26: entonces, les soltó a Barrabás; y a Jesús,
después de azotarle, se lo entregó para que fuera crucificado.
Cristo descubre la gravedad de esta entrega traidora. A
Judas le dice, Mt 26,24: el Hijo del hombre se va, como está
escrito de Él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre
es entregado! ¡Más le valdría no haber nacido! Y a Pilato le
descubre su malicia y la responsabilidad mayor de los
judíos, Jn 19,11: no tendrías ningún poder sobre mí, si no te
hubiera sido dado de lo alto, por eso el que me entregó a ti
tiene mayor pecado.
4°. El Padre entrega al Hijo, Jn 3,16: tanto amó Dios al
mundo que le entregó por nosotros. El Padre entrega a su Hijo
decretando que fuera la Pasión de su Hijo el modo de
TERCERA SEMANA
redimir a los hombres, Is 53,6: puso el Señor en Él, las
iniquidades de todos nosotros; v.10: quiso el Señor
quebrantarle con padecimientos. También lo entregó en el
sentido que pudiéndolo proteger de sus perseguidores no
lo hizo (Mt 26,53: ¿O piensas que no puedo rogar a mi
Padre, que pondría inmediatamente a mi disposición más de
doce legiones de ángeles?).
5°. El Hijo se entrega voluntariamente, Is 53,7: se
ofreció porque quiso; Jn 10,17-18: por eso me ama el Padre,
porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la
quita; Yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y
poder para recobrarla de nuevo. Por eso Ga 2,20: vivo en la fe
del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí;
Ef 5,2: Cristo os amó y se entregó por vosotros como oblación y
víctima de suave fragancia; v.25: Cristo amó a la Iglesia y se
entregó a sí mismo por ella.
6°. El Espíritu impulsa a Cristo a la entrega. Jn 15,13:
nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos.
Pero Cristo la entregó cuando nosotros éramos sus
enemigos por el pecado, Ro 5,10: si cuando éramos enemigos
fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, con
cuánta más razón, estando ya reconciliados seremos salvos por
su vida. Cristo amó y se entregó, y fue el Espíritu Santo
quien puso con plenitud ese amor en el corazón de Cristo,
Ro 5,5: el amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado.
Coloquio: con Cristo que se entrega... con el Padre que
lo entrega por salvarme...
bLa Pasión en conjunto: los dolores de Cristo.
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
SÍGUEME
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: toda la pasión junta.
Composición de lugar: imaginar el Calvario...
Gracia propia: dolor, pues por mis pecados sufre el Señor.
1°. Grandes son los dolores de Cristo. Son grandes sus
dolores, por la pureza y percepción de quien sufre, por la
clarísima conciencia del motivo de su dolor: nuestros
pecados, Is 53,6-7: puso el Señor en Él las iniquidades de
todos nosotros... se ofreció porque quiso. Grande por la
perfectísima percepción del dolor, pues su sensibilidad era
la de un cuerpo formado milagrosamente por obra del
Espíritu Santo (cf. Mt 1,20), que percibe más y por tanto
más sufre... Dolor asumido voluntariamente, no quiere
lenitivos ni alivios (cf. Mt 27,34), quiere asumir todo el
dolor posible, proporcionado al desorden de nuestros
pecados.
2°. Grandes son sus dolores físicos y morales: lo atan
(cf. Jn 18,12), lo abofetean (cf. Jn 18,22), se burlan de Él y
le golpean (cf. Lc 22,63-65). Es flagelado (cf. Jn 19,1),
coronado de espinas (cf. Mt 27,29), clavado en cruz (cf. Mt
27,35). Es traicionado por uno de los suyos (cf. Lc 22,47-
48), negado por Pedro (cf. Jn 18,25-27), abandonado por
sus discípulos (cf. Mc 14,50). Es acusado de blasfemo (cf.
Mt 26,65), burlado por Herodes (cf. Lc 23,11), por los
soldados de Pilato (cf. Mt 27,27-31), por los sumos
sacerdotes (cf. Mt 27,41-43), por la gente que pasaba (cf.
Mt 27,39-40) y por los soldados (cf. Lc 23,36-37).
3°. Cristo sufre dolores abismales. En su alma, en su
corazón hay un abismo insondable. Dos frases que abren y
cierran la Pasión nos dan una idea de ese abismo de dolor
interior. Tristeza de muerte, Mt 26,38: triste está mi alma
TERCERA SEMANA
hasta la muerte. Soledad del infierno, Mt 27,46: Dios mío,
Dios mío ¿por qué me has abandonado? Los dos hijos del
pecado: la muerte y el infierno, soportados, cargados por
Cristo para reparar nuestros pecados... mis pecados...
4°. Considerar lo que Cristo padece durante toda su
pasión y esforzarme en dolerme, entristecer y llorar... ver
cómo la divinidad se esconde pudiendo destruir a sus
enemigos y no lo hace... y cómo deja padecer a su
humanidad tan cruelmente... cómo todo esto padece por
mis pecados y qué debo hacer y padecer por Él...
Coloquio: con Cristo... Dolor con Cristo doloroso,
quebranto con Cristo quebrantado, lágrimas, pena interna
de tanta pena que pasó por mí...
bModos con los que Cristo nos salva en su Pasión.
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: La pasión de Cristo, considerada en relación
con su divinidad, causa la salvación por vía de eficiencia; en
cuanto a la voluntad de Cristo, fue causa de salvación por
vía de merecimiento; en cuanto a la carne de Cristo que
sufre, por vía de satisfacción, que nos libra del reato de la
pena; por vía de redención, en cuanto nos libra de la
servidumbre de la culpa, y por vía de sacrificio, en cuanto
nos reconcilia con Dios.
Composición de lugar: imaginar el Calvario...
Gracia propia: dolor, pues por mis pecados el Señor nos
salva de múltiples modos en su Pasión.
1°. Cristo merece nuestra salvación, con su Pasión y
muerte, verdadera causa de nuestra redención por el valor
moral que tienen ante Dios. Por eso se dice que: Cristo nos
SÍGUEME
ha comprado con su sangre (cf. 1Pe 1,18-21; 2Cor 6,20; 7,23; Ga
4,5). Jesús se hace acreedor ante su Padre, en atención al
obsequio prestado con su amor y obediencia. Cristo
merece, repara con su obediencia, nuestra desobediencia,
exigiendo del Padre nuestro reconciliación. Sus méritos son
infinitos en atención a la Persona que realiza este obrar
moral. Cristo merece para sí mismo su glorificación: se
humilló a sí mismo obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por
lo cual Dios lo exaltó y le otorgó el Nombre sobre todo nombre (Flp
2,8-9). Y para todos los hombres merece la salvación.
2°. Cristo satisfizo por nosotros. Satisfacer significa la
reparación de la ofensa que supone el pecado mediante el
ofrecimiento a Dios de un amor y de una obediencia hasta
la muerte con los que Cristo borra la ofensa, la injusticia, el
deshonor inferido por el pecado (cf. Ro 5,12-21). 1Pe 2,22-
24: el que no cometió pecado, y en cuya boca no se halló engaño, no
amenazaba, sino que se ponía en manos de aquel que juzga con
justicia; el mismo que, sobre el madero, llevó nuestros pecados en su
cuerpo, a fin de que, muertos a nuestros pecados, viviéramos para la
justicia; con cuyas heridas habéis sido curados. Y también: el Hijo
del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en
rescate por muchos (Mt 20,28); Dios nos amó y nos envió a su Hijo
como propiciación por nuestros pecados (1Jn 4,10).
3°. Cristo nos salvó por su sacrificio. Sacrificio es toda
obra realizada en honor de Dios y para aplacarle. Cristo se
ofrece por nosotros, lo cual fue acepto al Padre por la
caridad con que estaba animada esa entrega, siendo uno
mismo quien ofrecía, a quien lo ofrecía, por quienes y qué
ofrecía. Cristo se ofreció como sacrificio de propiciación
para destrucción del pecado: todos pecaron y todos están
privados de la gloria de Dios y ahora son justificados gratuitamente
por su gracia, por la redención de Cristo Jesús, a quien ha puesto
Dios como sacrificio de propiciación mediante la fe en su sangre, para
TERCERA SEMANA
manifestación de su justicia por la tolerancia de los pecados pasados
(Ro 3,23-25).
4°. Cristo en su Pasión nos redimió. Redimir (de re y
emo) significa volver a comprar una cosa que habíamos
perdido, pagando el precio correspondiente a la nueva
compra. Aplicada a la pasión de Cristo significa la
recuperación del hombre sacándolo del estado de injusticia
y condenación en que estaba por el pecado, mediante el
pago del precio del rescate. Cristo nos redime. La
redención supone la servidumbre del rescatado. Es la
servidumbre propia del pecado (cf. Tt 2,13), servidumbre
del diablo. Cristo es el que ha venido a sernos de parte de Dios,
sabiduría, justicia, santificación y redención, para que, según está
escrito, el que se gloría que se gloríe en el Señor (1Cor 1,30-31); y
también: habéis sido comprados a gran precio; no os hagáis siervos
de los hombres (7,23). El “precio” pagado es la sangre: la vida
de Cristo: en Él tenemos la redención, en virtud de su sangre (Ef
1,7; cf. Heb 9,12.15). Cristo también nos redime del peso
de la ley: Cristo nos redimió de la maldición de la ley, haciéndose por
nosotros maldición, pues está escrito: maldito todo el que se colgado del
madero (Ga 3,13.44-45). Cristo es el Cordero degollado: que
compró con su sangre para Dios hombres de toda tribu, lengua,
pueblo y nación, y nos hizo para nuestro Dios reino y sacerdotes (Ap
5,9-10).
5°. Cristo eficazmente nos salvó con su Pasión. Dios es
causa principal de la redención humana (y por ende Cristo
en cuanto Hijo, unido al Padre y al Espíritu). Pero también
Cristo en cuanto hombre, es instrumento de la divinidad,
de modo que la pasión de Cristo obra nuestra redención
como causa eficiente instrumental (al modo como el pintor
pinta con un pincel...).
Coloquio: con la Madre dolorosa, Cristo quien de tantos
modos nos redime y nos salva... con el Padre...
SÍGUEME

D. MISTERIOS DOLOROSOS.
Mientras rezamos las oraciones vocales: Padre nuestro,
Ave María... nuestra mente debe atender al misterio que
contemplamos... como si mirásemos a Jesús con los ojos y
amésemos con el corazón de María santísima... Si nos
damos cuenta que estmos distraídos, sin turbarnos
debemos volver a poner nuestra mente en el misterio que
contemplamos, o a la persona a la cual hablamos, o las
palabras que vamos diciendo... Fuera de Ejercicios, los
misterios dolorosos se rezan martes y viernes.
1°. La oración de Jesús en el Huerto de los
Olivos. Mt 26,36:39: Entonces Jesús va con ellos a una
propiedad llamada Getsemaní, y dice a los discípulos:
‘Sentaos aquí, mientras voy allá a orar’... Y adelantándose
un poco, cayó en tierra, y suplicaba así: ‘Padre mío, si es
posible, que pase de mí este cáliz, pero no sea como yo
quiero, sino como quieras tú’.
Nuestro Señor ora para tener la fuerza de beber el
cáliz del dolor, para sufrir y morir por nosotros.

2°. La flagelación de Jesús atado a la columna.


Mt 27,25-26: Todo el pueblo respondió: ‘¡Su sangre caiga
sobre nosotros y sobre nuestros hijos!’ Entonces, les soltó a
Barrabás; y a Jesús, después de azotarle, se lo entregó para
que fuera crucificado.
Jesús es flagelado de modo cruel. Él acepta todos
estos sufrimientos, voluntariamente, para redimirnos.

3°. Jesús es coronado de espinas. Mt 27,27-29:


Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a
Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la
TERCERA SEMANA

cohorte. Le desnudaron y le echaron encima un mando de


púrpura; y, trenzando una corona de espinas, se la pusieron
sobre su cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando
la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: ‘¡Salve,
Rey de los judíos!’
Jesús acepta ser coronado de espinas y burlado, para
arrancar de nuestros corazones el miedo a la
humillación.

4°. Jesús con la cruz a cuestas, camino al


Calvario. Jn 19,17-18: Tomaron pues a Jesús, y Él
cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario,
que en hebreo se llama Gólgota, y allí le crucificaron y con
él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio.
Jesús carga con su cruz, que lleva en sí el peso de
nuestros pecados. Nosotros ¿rechazaremos nuestra
cruz?

5°. Crucifixión y muerte de Jesús. Lc 23,44-46:


Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol,
hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. El
velo del Santuario se rasgó por medio y Jesús, dando un
fuerte grito, dijo: ‘Padre, en tus manos pongo mi espíritu’, y
dicho esto, expiró.
Jesús muere en la cruz por nosotros. Sin palabras,
pero con obras nos manifiesta su amor.

E. VÍA CRUCIS TRADICIONAL.


Introducción. La pasión de Jesús es el más grande
drama de amor de la historia. Cristo no podía hacer más
SÍGUEME

para mostrarnos cuánto nos ama. Por eso el camino de


la cruz es siempre escuela de misericordia, de humildad,
de caridad, de silencio.

Oración inicial. Padre Santo y misericordioso,


danos la gracia de acompañarte con fe y amor por el
camino de la cruz, a fin de que, partícipes de la pasión
de Cristo, podamos alcanzar con Él la gloria de tu
Reino. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
1. Primera estación: Jesús es condenado a muerte.
- Te adoramos Cristo y te bendecimos.
- Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
iJn 19,14-16: Dice Pilato a los judíos: ‘Aquí tenéis a
vuestro Rey’. Ellos gritaron: “¡Fuera, fuera! ¡Crucifícale!”
Les dice Pilato: ‘¿A vuestro Rey voy a crucificar?’
Replicaron los sumos sacerdotes: “No tenemos más rey que
el César”. Entonces se lo entregó para que fuera crucificado.
Jesús el Hijo de Dios hecho hombre, vino para salvar
y donar su gracia a cada hombre. ¿Qué mal hizo? Pilato
mismo, el hombre que debe juzgarlo, no lo sabe, ni logra
saberlo.
Señor Jesús, Tú eres el inocente injustamente
condenado. Danos la gracia de reconocer nuestro mal, el
pecado que anida en nosotros, para que purificados los
ojos del corazón, podamos conocerte a Ti, el sólo puro
y santo, y recibir el don de tu salvación.
Padre Nuestro... Ave María... Gloria...
2. Segunda estación: Jesús carga con la Cruz.
- Te adoramos Cristo y te bendecimos.
TERCERA SEMANA

- Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.


i Jn 19,17: Tomaron pues a Jesús, y Él cargando con su
cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en hebreo
se llama Gólgota.
Jesús abraza la Cruz. La Cruz, que hasta ese
momento era un instrumento de muerte, se convierte en
algo hermoso y dador de salvación, digna de todo honor
y capaz de suavizar todos los dolores... La cruz está
delante de nosotros todos los días, desde el inicio de
cada día. La cruz viene a nuestro encuentro sea como un
dolor físico o espiritual, alguna desilusión... ¡Es la cruz
de Jesús!
Concédenos, Jesús, una vida recta y fuerte, de modo
que no nos avergoncemos de reconocerte ante los
demás como Señor y Salvador; ni nos avergoncemos de
llevar nuestra cruz, la cruz que Tú nos regalas cada día.
Padre Nuestro... Ave María... Gloria...
3. Tercera estación: Jesús cae por primera vez.
- Te adoramos Cristo y te bendecimos.
- Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
iIs 53,4-5: ¡... Eran nuestras dolencias las que Él
llevaba y nuestros dolores los que soportaba! Nosotros le
tuvimos por azotado, herido de Dios, humillado. Él ha sido
herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas.
Él soportó el castigo que nos trae la paz y con sus heridas
hemos sido curados.
Con ánimo generoso Jesús camina hacia el Calvario,
pero sus miembros no pueden sostener demasiado
tiempo el peso de la cruz, y cae a tierra. La agonía en el
SÍGUEME

Huerto de los Olivos, los sufrimientos de la noche, la


flagelación y coronación de espinas lo han agotado,
debilitado. Contemplamos al Divino Maestro bajo el
peso de la cruz, con el rostro sobre la dura tierra,
rodeado de crueles soldados.
Lamentablemente, son nuestras caídas en el pecado,
nuestras infidelidades, las que hacen caer al Salvador...
Pero Jesús se levanta y con renovado esfuerzo, sube con
fatiga hacia el monte Calvario...
Padre Nuestro... Ave María... Gloria...
4. Cuarta estación: Jesús encuentra a su Madre.
- Te adoramos Cristo y te bendecimos.
- Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
iLc 2,34-35: Simeón dijo a María, su madre: “Éste está
puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para
ser signo de contradicción ¡y a ti misma una espada te
atravesará el alma! a fin de que queden al descubierto las
intenciones de muchos corazones”.
María ve a Jesús inclinado profundamente bajo el
peso de la Cruz: su cabeza coronada de espinas y su
rostro cubierto de sangre. Al verlo así, María deseaba
ardientemente cargar sobre ella todos los dolores de su
Hijo, y en su corazón padece todos aquellos dolores que
padecía su Hijo.
María, que has vivido en absoluta fidelidad al Verbo
de Dios, que en ti se ha hecho hombre, ruega para que
también nosotros obtengamos la gracia de serle
plenamente fieles.
Padre Nuestro... Ave María... Gloria...
TERCERA SEMANA

5. Quinta estación: Simón de Cirene ayuda a cargar


la cruz.
- Te adoramos Cristo y te bendecimos.
- Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
iLc 23,26: cuando le llevaban, echaron mano de un
cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron
la cruz para que la llevara detrás de Jesús.
¿Quién de nosotros, si se hubiera encontrado aquel
día en el camino al Calvario, no hubiese ayudado al
Divino Maestro? ¿Quién no se hubiese ofrecido para
llevar su cruz?
Señor, danos la fuerza para seguirte cuando nos llega
el momento de recorrer el camino de la cruz. Ayúdanos
a ser un buen Cirineo para quien sufre a nuestro lado.
Padre Nuestro... Ave María... Gloria...
6. Sexta estación: la Verónica limpia el rostro de
Jesús.
- Te adoramos Cristo y te bendecimos.
- Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
iIs 53,2-5: creció como un retoño... como raíz de tierra
árida. No tenía apariencia ni presencia; le vimos y no tenía
aspecto que pudiésemos estimar. Despreciable y desecho de
hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno
ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no le tuvimos
en cuenta.
Una mujer tiene compasión de Jesús. No obstante la
presencia de los hostiles soldados, se atreve a acercarse a
Él, se separa de la muchedumbre de los curiosos y entra
SÍGUEME

en el drama del Hombre-Dios. La mujer limpia el rostro


del Hijo de Dios hecho hombre, rostro cubierto de
sangre, de sudor, rostro desfigurado...
Señor, Tú que nos creaste a tu imagen y semejanza;
imprime en nuestros corazones los rasgos del rostro de
tu Hijo.
Padre Nuestro... Ave María... Gloria....
7. Séptima estación: Jesús cae por segunda vez.
- Te adoramos Cristo y te bendecimos.
- Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
iFlp 2,6-8: tened entre vosotros los mismos sentimientos
que Cristo: el cual, siendo de condición divina, no retuvo
ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí
mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a
los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se
humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de
cruz.
A lo largo del camino, Jesús cae de nuevo en tierra,
por todos los desesperanzados y débiles, que caen de
nuevo en la tentación... Jesús se levanta, es el Sacerdote
fiel a su misión. Se levanta, para que cada uno de
nosotros, levantándose de sus caídas, camine en
fidelidad a su propia vocación y prosiga junto a Cristo el
camino de su vida.
Señor, que en tu omnipotencia has querido vencer el
mal, abajándote hasta asumir nuestra humanidad y
levantarnos de nuestros pecados, danos la gracia de ser
libres en Ti para siempre.
TERCERA SEMANA

Jesús, sé para nosotros la fuerza que nos sostiene en


la tentación, la mano que nos levanta de nuestras caídas,
el bálsamo que suaviza nuestras heridas.
Padre Nuestro... Ave María... Gloria....
8. Octava estación: Jesús consuela a las mujeres de
Jerusalén.
- Te adoramos Cristo y te bendecimos.
- Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
iLc 23,27-28: Le seguía una gran multitud del pueblo y
mujeres que se dolían y se lamentaban por él. Jesús
volviéndose hacia ellas, dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloréis
por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos”.
Las hijas de Jerusalén se compadecen de la Madre y
del Hijo, pero no comprenden el sentido más profundo
de este acontecimiento: el motivo por el cual sufría.
¿Quién es verdaderamente digno de compasión?
Aquellos que junto al mismo camino de Jesús no
reconocen en él al Salvador. Dignos de compasión son
los verdugos impasibles, la multitud curiosa espectadora,
los jefes del pueblo que se burlan de él, después de
haberlo condenado. ¿Quiénes son aquellos por los que
hay que verdaderamente compadecerse? Los que hoy no
creen, no llegan a encontrar a Dios, tienen orejas y no
oyen, tienen ojos y no ven. Y dejan que la gracia pase de
largo.
Señor Jesús, despierta en nosotros el deseo sincero y
constante de reconocerte como nuestro único Salvador
y la gracia de convertirnos a Ti.
Padre Nuestro... Ave María... Gloria....
SÍGUEME

9. Novena estación: Jesús cae por tercera vez.


- Te adoramos Cristo y te bendecimos.
- Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
i Sl 22,7-9: Yo, gusano, que no hombre, vergüenza del
vulgo, asco del pueblo, todos los que me ven se mofan de mí,
tuercen los labios, menean la cabeza: “Se confió a Dios,
¡que Él lo libre, que le salve, si tanto lo quiere!”
De nuevo Jesús cae, de nuevo se alza, empujado no
por los crueles verdugos o por los gritos de la multitud,
sino por el infinito amor que nos tiene.
Señor, caído en tierra, agotado y humillado, sé
siempre nuestro Maestro de fortaleza, de tenacidad, de
amor. Enséñanos a sufrir sin quejarnos, a levantarnos
sin dilaciones, a buscar sinceramente la gloria de tu
Padre y la salvación de los hombres.
Padre Nuestro... Ave María... Gloria....
10. Décima estación: Jesús es despojado de sus
vestiduras.
- Te adoramos Cristo y te bendecimos.
- Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
iJn 19,23-24: Los soldados, después que crucificaron a
Jesús, tomaron sus vestidos, con los que hicieron cuatro
lotes, un lote para cada soldado, y la túnica. La túnica era
sin costura, tejida de una pieza de arriba abajo. Por eso se
dijeron: “No la rompamos; sino echemos a suertes a ver a
quién le toca”. Para que se cumpliera la Escritura: ‘Se han
repartido mis vestidos, han echado a suertes mi túnica’. Y
esto es lo que hicieron los soldados.
TERCERA SEMANA

Las vestiduras de Jesús se habían convertido en una


sola cosa con su cuerpo ensangrentado. Los verdugos se
la arrancan sin piedad...
Jesús nos muestra lo que significa profanar con el
pecado nuestro cuerpo -un miembro de su Cuerpo, la
Iglesia. Jesús nos da la fuerza y la valentía de combatir
rápidamente y con generosidad, de modo que podamos
perseverar como buenos cristianos en un mundo que
está lleno de engaños y tentaciones.
Señor que te has dejado despojar de tus vestiduras,
enséñanos también a liberarnos de todo lo que no es
conforme a tu voluntad.
Padre Nuestro... Ave María... Gloria....
11. Undécima estación: Jesús es clavado en la Cruz.
- Te adoramos Cristo y te bendecimos.
- Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
iLc 23,33: Llegados al lugar llamado Calvario, le
crucificaron allí a Él y a los malhechores, uno a la derecha
y otro a la izquierda. Jesús decía: “Padre perdónales,
porque no saben lo que hacen”.
Durante su vida la multitud lo había proclamado un
profeta, el Hijo de David. Días antes, muchos lo habían
saludado como el rey esperado, aquel que venía en el
nombre del Señor. Y ahora es condenado a morir de
muerte infame, como un blasfemo, un ladrón, entre dos
malhechores, como si fuese su jefe. Su poder es burlado,
sus milagros lo atribuyen a Satanás...
Señor, que has aceptado morir por la crueldad
humana, en la humillación y el abandono, ilumina
SÍGUEME

nuestra mente para que podamos ver en tu Cruz, la


grandiosa obra de nuestra redención.
Padre Nuestro... Ave María... Gloria....
12. Duodécima estación: Jesús muere en la Cruz.
- Te adoramos Cristo y te bendecimos.
- Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
iMt 27,45-46.50: Desde la hora sexta hubo oscuridad
sobre toda la tierra hasta la hora nona. Y alrededor de la
hora nona clamó Jesús con fuerte voz: “¡Elí, Elí! ¿lemá
sabactaní?”, esto es: “¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me
has abandonado?”... Jesús dando de nuevo un fuerte grito,
exhaló el espíritu.
La cruz es la cátedra de nuestro Divino Maestro, el
trono de nuestro Rey, el altar de nuestro Sumo
Sacerdote.
Jesús crucificado, verdadero Dios y verdadero
hombre, ten piedad de nosotros y recibe nuestra súplica.
Jesús crucificado único Señor y Salvador, ten piedad de
nosotros. Jesús crucificado Sacerdote eterno y Rey
universal, ten piedad de nosotros. Jesús crucificado,
Buen Pastor y justo Juez, ten piedad de nosotros.
Padre Nuestro... Ave María... Gloria....
13. Décimo tercera estación: Jesús es bajado de la
Cruz y puesto en brazos de su Madre.
- Te adoramos Cristo y te bendecimos.
- Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
iMt 27,57-58: al atardecer, vino un hombre rico de
Arimatea, llamado José, que se había hecho también
TERCERA SEMANA

discípulo de Jesús. Se presentó a Pilato y pidió el cuerpo de


Jesús. Entonces Pilato dio orden de que se le entregase. José
tomó el cuerpo, lo envolvió en un sábana limpia...
José de Arimatea y Nicodemo descuelgan a Jesús de
la cruz. María lo sostiene en sus brazos como un día lo
hizo en la gruta de Belén y en la casa de Nazaret, cuando
Jesús era niño. María contempla una a una las llagas de
su sagrado cuerpo, mientras una espada de dolor
traspasa su alma.
En el día de la Anunciación, el Ángel le había
anunciado un misterio: de su vientre virginal nacería un
hijo, al cual lo llamarán Hijo de Dios... Con el Hijo de
Dios, su Hijo, muerto en sus brazos, sostenida por la
fuerza del Espíritu, María renueva su “fiat”: hágase en mí
según tu palabra. Ella conoce el sentido más hondo de
este acontecimiento: se está cumpliendo la voluntad del
Padre que quiere que todos los hombre se salven.
Padre Nuestro... Ave María... Gloria....
14. Décimo cuarta estación: Jesús es puesto en el
sepulcro.
- Te adoramos Cristo y te bendecimos.
- Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
iMc 15,45-46: José, comprando una sábana, lo descolgó
de la cruz, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro
que estaba excavado en roca; luego, hizo rodar una piedra
sobre la entrada del sepulcro.
Los apóstoles, los discípulos y los amigos de Jesús,
están totalmente desesperanzados. Todo ha terminado -
repiten en sus corazones... Todos... excepto María,
SÍGUEME

aquella que ha creído y cree todavía. Y no se equivoca,


de este sepulcro saldrá la nueva vida, será vencida
totalmente la muerte con la resurrección.
Señor Jesús, puesto en un sepulcro nuevo, Vencedor
del demonio y del pecado, desciende a los infiernos y
despierta a la vida inmortal a todos los que yacían en las
sombras de muerte. A Ti, Jesús, Redentor del hombre:
todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos.
Padre Nuestro... Ave María... Gloria....
Oración final. Descienda, Señor, tu bendición sobre
nosotros, que hemos recordado la muerte de tu Hijo
con la esperanza de resucitar un día con Él. Descienda a
nosotros el perdón y el consuelo; acrecienta nuestra fe, y
se refuerce nuestra certeza en la redención eterna que tu
Hijo nos obtuvo en la Cruz. Por el mismo Cristo
nuestro Señor.

F. VIA CRUCIS NUEVO.


1° Agonía de Jesús en el Huerto. Mc 14,32-36:
Adelantándose un poco, caía en tierra y suplicaba que a ser
posible pasase de Él aquella hora. Y decía ¡Abbá, Padre!
Todo es posible para Ti; aparta de Mí este cáliz, pero no
sea lo que Yo quiero, sino lo que quieras tú.
2° Prendimiento de Jesús. Mc 14,43.45-46: Todavía
estaba hablando, cuando de pronto se presenta Judas, uno
de los Doce, acompañado de un grupo con espadas y palos,
de parte de los sumos sacerdotes, de los escribas y de los
ancianos.
Nada más llegar, se acerca a Él y le dice: Rabbí, y le
dio un beso. Ellos le echaron mano y le prendieron.
TERCERA SEMANA

3° Jesús ante el Sanedrín. Mc 14,55. 60-61. 62.64:


Los Sumos sacerdotes y el Sanedrín entero andaban
buscando contra Jesús un testimonio para darle muerte; pero
no lo encontraban.
Entonces se levantó el Sumo Sacerdote y poniéndose en
medio, preguntó a Jesús... ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del
Bendito? Y dijo Jesús: “Sí, Yo soy, y veréis al Hijo del
hombre sentado a la diestra del Poder y venir entre las
nubes del Cielo.” Habéis oído la blasfemia ¿qué os parece?
Todos juzgaron que era reo de muerte.

4° Negaciones de Pedro. Lc 22,59-62: Pasada la


hora, otro aseguraba: “Cierto que éste también estaba con
Él, pues además es galileo.” Le dijo Pedro: ¡Hombre no sé
de qué hablas! Y en aquel momento, estando aún hablando
cantó el gallo. Y el Señor se volvió y miró a Pedro, y recordó
Pedro las palabras del Señor, cuando le dijo “antes que
cante hoy el gallo, me habrás negado tres veces.” Y saliendo
fuera rompió a llorar amargamente.

5° Jesús ante Pilato. Lc 23,13.20-25: Pilato convocó


a los sumos sacerdotes, a los magistrados y al pueblo. Pilato
les habló de nuevo, intentando librar a Jesús, pero ellos
seguían gritando ¡Crucifícale, crucifícale! Por tercera vez les
dijo: “Pero ¿qué mal ha hecho este? No encuentro en él
ningún delito que merezca la muerte; así que le castigaré y
le soltaré.” Pero ellos insistían pidiendo a grandes voces que
fuera crucificado y sus gritos eran cada vez más fuertes.
Pilato sentenció que se cumpliera su demanda. Soltó
pues, al que habían pedido, el que estaba en la cárcel por
motín y asesinato, y a Jesús se lo entregó a su voluntad.
SÍGUEME

6° Coronación de espinas. Mc 15,16-19: Los


soldados le llevaron dentro del palacio, es decir, al pretorio y
llaman a toda la cohorte. Le visten de púrpura y trenzando
una corona de espinas, se la ciñen. Y se pusieron a
saludarle: ¡Salve Rey de los judíos! Y le golpeaban en la
cabeza con una caña, le escupían y doblando las rodillas, se
postraban ante Él.

7° Jesús camino al Calvario. Mc 15,20: Cuando se


hubieron burlado de él, le quitaron la púrpura, le pusieron
sus ropas y le sacaron fuera para crucificarle.

8° Simón ayuda a cargar la cruz. Lc 23,26: Cuando


le llevaban, echaron mano de un cierto Simón de Cirene,
que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la
llevara detrás de Jesús.

9° Jesús consuela a las mujeres. Lc 23,27-28: Le


seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían
y se lamentaban por Él. Jesús, volviéndose hacia ellas dijo:
“Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por
vosotras y por vuestros hijos.”

10° La crucifixión. Mc 15,24: Le crucificaron y se


reparten sus vestidos, echando suertes a ver qué se llevaba
cada uno.

11° Jesús y el buen ladrón. Lc 23,39.42: Uno de los


malhechores colgados le insultaba: “¿No eres tú el Cristo?
Pues sálvate a ti y a nosotros.” Pero el otro le respondió
diciendo: “¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma
condena? Y nosotros con razón porque nos lo hemos
merecido con nuestros hechos; en cambio éste nada malo ha
TERCERA SEMANA

hecho.” Y decía “Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu


Reino.” Jesús le dijo: “Yo te aseguro, hoy estarás conmigo
en el Paraíso.”

12° Jesús y su Madre. Jn 19,26-27: Jesús viendo a su


Madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su
madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo.” Luego dice al
discípulo: “Ahí tienes a tu madre.” Y desde aquella hora el
discípulo la recibió entre sus cosas.

13° Muerte de Jesús. Mc 15,34.36-37: A la hora


nona gritó Jesús con voz fuerte: Eloí, Eloí, ¿Lema
Sabactani? –que quiere decir, Dios mío, Dios mío, ¿por
qué me has abandonado?
Entonces fue uno corriendo a empapar una esponja en
vinagre y sujetándola a una caña, le ofrecía de beber
diciendo: dejad, vamos a ver si vienes Elías a descolgarle.
Pero Jesús dando un fuerte grito, expiró.
14° Sepultura de Jesús. Mc 15,46: (José de
Arimatea) comprada una sábana, lo descolgó de la cruz, y
lo puso en un sepulcro que estaba excavado en la roca; luego
hizo rodar la piedra sobre la entrada del sepulcro.

G. OTROS “CAMINOS DE LA CRUZ”.


Agregamos otras dos series de Via Crucis (de A. PARDO)
ya que, como dice San Bernardo: “No hay cosa tan eficaz para
curar las llagas de nuestra conciencia y purgar y perfeccionar
nuestra alma como la frecuente y continua meditación de las
llagas de Cristo y de su Pasión y Muerte”.
1°. Jesús condenado a muerte. Te condenan todos,
desde los príncipes de los sacerdotes hasta la gente del pueblo;
SÍGUEME
todos los hombres, con sus perversos juicios y sus lenguas
maldicientes. Y Tú callas.
2°. Jesús carga con la cruz. Entre todos la echaron
sobre tus hombros. Tú no cediste a su peso, no la dejaste caer.
3°. Jesús cae por primera vez. Te empujaron, fueron
muchas las manos que te empujan, muchas. Querían verte
caer. Y lo lograron.
4°. Jesús encuentra a su Madre. Tú, el Hijo de Dios que
te hiciste hombre en sus entrañas eres ahora el ‘Varón de
dolores’. Ella, tu Madre, la bendita entre las mujeres, ahora es
‘la Dolorosa’.
5°. El Cireneo obligado a llevar la Cruz. Lo hizo a la
fuerza y de mala gana, porque nadie quería libremente
ayudarte, nadie. Hubo que alquilar un hombre.
6°. La Verónica enjuga el rostro de Jesús. Nadie se
atrevía hasta que salió una mujer. Se reían de ella, la empujan,
la pisan. Pero en su lienzo quedó el milagro.
7°. Jesús cae por segunda vez. Otra vez te empujaron,
tanto el culto fariseo como el rudo soldado, el príncipe
satisfecho y la plebe grosera. Y Tú quedaste bajo la cruz.
8°. Jesús y las mujeres de Jerusalén. Lloraban ellas y Tú
reprendiste sus lágrimas. Querías algo más que llantos.
Querías obras. Hablaste del infierno y seguiste tu camino.
9°. Jesús cae por tercera vez. Otra vez por tierra, pero
de nuevo te levantas. No podías más, pero pudiste. Había que
llegar hasta el fin. Cumplir todo lo que tu Padre había
planeado. Y lo hiciste.
10°. Jesús es despojado de sus vestiduras. Te dejaron
sin nada, bienaventurado en tu pobreza de sangre y desnudez.
Y Tú los bendecías y los perdonabas.
TERCERA SEMANA
11°. Jesús es crucificado. Tu carne quedó abierta,
floreciendo el árbol seco de la cruz. Tú pedías perdón y
pensabas en nosotros.
12°. Muere Jesús. Inclinaste la cabeza ofreciéndote al
Padre y llamando a la muerte. Cuando quisiste, cuando estuvo
todo consumado.
13°. El descendimiento. Tu cadáver está sobre el seno
de tu Madre. Todo está silencioso y en sombras.
14°. Jesús es sepultado. Unos pocos te llevan al
sepulcro. No creían, lloraban y nada más. Sólo ella esperaba.

Via crucis breve.


1°. Jesús, siendo inocente, es condenado a muerte por un
tribunal que simboliza cualquier tipo de injusticia, cobardía o
ambición. Le condenan nuestros pecados.
2°. Jesús con la cruz a cuestas nos recuerda su invitación:
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su
cruz y sígame.
3°. Jesús cae bajo el peso de la cruz, porque su cruz es
verdadera y pesada. Él es también hombre verdadero y se
agota.
4°. Jesús encuentra a su Madre, o mejor, María sale al
encuentro de su Hijo. El amor se hace presente donde el
dolor de la persona amada lo reclama.
5°. El Cireneo ayuda a Jesús a llevar la Cruz, y Él acepta
su ayuda, porque mutuamente debemos sobrellevar nuestras
cargas (Gal 6,2).
6°. La Verónica limpia el rostro de Jesús, en un gesto de
compasión y valentía. Gesto digno de ser imitado cuando el
prójimo necesite de nosotros cualquier servicio.
SÍGUEME
7°. Jesús cae por segunda vez, porque el camino de la vida
está lleno de tropiezos. No es fácil andar sin caer. Lo malo no
es tanto el caer, sino el darse por vencido.
8°. Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén, que sufren
por lo que Él está sufriendo. Sufrir por los hermanos o con
ellos tiene siempre su consuelo, el consuelo de Jesús, quien
nos mira compasivo, porque aquel sufrimiento del prójimo es
suyo, tuve hambre y me disteis de comer.
9°. Jesús cae por tercera vez; así nos enseña a no
asustarnos de las recaídas. Nos enseña a levantarnos siempre,
pero también a luchar y prevenir las recaídas, por eso también
nos enseñó a pedir: no nos dejes caer en la tentación.
10°. Desnudan a Jesús y le dan a beber vinagre. Le tratan
como había profetizado Isaías del “siervo de Yahveh”.
11°. Jesús es crucificado. Puede decir: todo está cumplido,
en tus manos, Padre, encomiendo mi espíritu.
12°. Jesús muere en la cruz. Muere por nosotros, porque
somos los causantes de su muerte. Muere para nosotros, para
que por su muerte, nosotros tengamos vida, la vida de gracia,
la vida divina y la tengamos en abundancia.
13°. Jesús es bajado de la cruz y María lo recibe en sus
brazos. Su muerte es la máxima obediencia al Padre y la mejor
muestra de amor. En los brazos de María descansa la gran
lección de amor y de obediencia.
14°. Jesús es sepultado, desciende a los infiernos para
liberar a los justos del Antiguo Testamento. Jesús triunfa de la
muerte. Por su cruz nos abre el camino hacia el Cielo. “En la
cruz está la vida y el consuelo, y el camino más seguro para el
Cielo”.
TERCERA SEMANA

H. REGLAS PARA ORDENARSE EN EL COMER.


Los Ejercicios se ordenan a quitar, eliminar, los afectos
desordenados para buscar y hallar la voluntad de Dios (cf. EE
1.21). Una de las realidades cotidianas en la cual también
tenemos que ordenarnos es en el comer y el beber. Son reglas
de templanza que también se pueden extender a otros
ámbitos. Se pueden dividir en tres: el alimento que se toma
(EE 210-213), la manera de tomarlo (EE 214-216) y un aviso
prudencial, que ayuda a determinar el justo medio que
conviene a cada uno (EE 217).
1°. (EE 210) “La 1a. regla es: que del pan conviene menos
abstenerse, porque no es manjar sobre el cual el apetito se
suele tanto desordenar, o a que la tentación insista como a los
otros manjares”.
2°. (EE 211) “La 2a. regla: acerca del beber parece más
cómoda la abstinencia, que no acerca el comer del pan; por
tanto, se debe mucho mirar lo que hace provecho, para
admitir y lo que hace daño para rechazarlo”.
3°. (EE 212) “La 3a. regla: acerca de los manjares se debe
tener la mayor y más entera abstinencia; porque así el apetito
en ordenarse como la tentación de investigar son más prontos
a esta parte, y así la abstinencia en los manjares para evitar
desorden, se puede tener de dos maneras: la una en habituarse
a comer manjares gruesos, la otra, si son delicados, en poca
cantidad”.
4°. (EE 213) “La 4a.: guardándose que no caiga en
enfermedad, cuanto más el hombre quite de lo conveniente,
más rápido alcanzará el medio que debe tener en su modo de
comer y beber; por dos razones: la primera, porque
ayudándose y disponiéndose así, muchas veces sentirá las
internas noticias, consolaciones y divinas inspiraciones que le
muestre el medio que le conviene; la segunda, si la persona se
SÍGUEME
ve en la tal abstinencia y no con tanta fuerza corporal ni
disposición para los ejercicios espirituales, podrá juzgar
fácilmente lo que conviene más a su sustento corporal”.
5°. (EE 214) “La 5a. regla: mientras la persona come,
considere como que ve a Cristo nuestro Señor comer con sus
apóstoles, y cómo (Cristo) bebe, y cómo mira, y cómo habla; y
procure imitarle. De manera que la parte principal del
entendimiento se ocupe en la consideración de nuestro Señor,
y la menor en el sustento corporal, porque así tome mayor
concierto y orden de cómo se debe hacer y gobernar”.
6°. (EE 215) “La 6a. regla: otra vez mientras come, puede
tomar otra consideración o vida de santos o de alguna pía
contemplación o de algún negocio espiritual que haya de
hacer; porque estando atento a eso, tomará menos delectación
y sentimientos en el manjar corporal”.
7°. (EE 216) “La 7a. regla: sobre todo se guarde que no
esté todo su ánimo preocupado en lo que come, ni en el
comer vaya apresurado por el apetito; sino que sea señor de sí,
así en la manera de comer, como en la cantidad que come”.
8°. (EE 217) “La 8a. regla: para quitar el desorden mucho
aprovecha que después de comer o después de cenar o en otra
hora que no sienta apetito de comer, determine consigo para
la comida o cena por venir, y así consecuentemente cada día,
la cantidad que conviene que coma; de la cual por ningún
apetito ni tentación pase adelante, sino antes por más vencer
todo apetito desordenado y tentación del enemigo, si es
tentado a comer más, coma menos”.
CUARTA SEMANA

A. INSTRUCCIONES.
La propuesta - desafío que Cristo nos hizo era:
“conquistar todo el mundo y todos los enemigos, y así
entrar en la gloria de mi Padre, por eso, quien quiere
venir conmigo ha de trabajar conmigo, para que
siguiéndome en la pena, también me siga en la gloria”
(EE 95); después de haber acompañado a Cristo en su
pasión, nos toca ahora participar del gozo de su
Resurrección.
La finalidad de esta semana es la contemplación del
rostro glorioso de Cristo. Pueden ayudarte los siguientes
capítulos del libro Imitación de Cristo:
- 2,7: Del amor que debemos tener a Cristo sobre todas las
cosas;
- 2,8: Sobre la familiar amistad con Cristo;
- 2,10: Del agradecimiento por la gracia de Dios;
- 3,1: Del habla interior de Cristo al alma fiel;
- 3,6: Del maravilloso efecto del amor divino;
- 3,7: De la prueba del verdadero amador;
- 3,24: Recordar los innumerables beneficios de Dios;
- 3,39: Para el que ama, Dios es muy sabroso en todo y
sobre todo;
- 3,53: Del día de la eternidad, y de las angustias de esta
vida;
- 3,54: Del deseo de la vida eterna y cuántos bienes son
prometidos a lo que bien pelean.

233
SÍGUEME

B. PETICIONES Y RECOMENDACIONES PARA ESTA


CUARTA SEMANA.
hLa gracia para pedir durante esta semana será:
- (EE 221): “demandar lo que quiero, y será aquí
pedir gracia para alegrarme y gozar internamente de
tanta gloria y gozo de Cristo nuestro Señor”.
hRecomendaciones para tener en cuenta en la oración:
- (EE 73): “después de acostado, cuando me quiera
dormir, por espacio de una Ave María pensar a la hora
que me tengo que levantar, y a qué me levantaré,
resumiendo el ejercicio que tengo que hacer”.
- (EE 229) :“al despertarme, recuerdo a dónde voy y
a qué, resumiendo un poco la contemplación que quiero
hacer... esforzádome mientras me levanto y me visto,
queriéndome afectar y alegrar de tanto gozo y alegría de
Cristo nuestro Señor”.
- (EE 223): “considerar cómo la divinidad que
parecía esconderse en la pasión, ahora aparece y se
muestra de modo milagroso en la santa resurrección,
por medio de sus efectos verdaderos y santos”.
- (EE 224): “mirar el oficio de consolar que tiene
Cristo, al modo como unos amigos suelen consolar a
otros”.
- (EE 199): “hay que advertir que en los coloquios
debemos razonar y pedir de acuerdo a la materia de la
oración, según me halle tentado o consolado, según que
deseo poseer tal virtud o tal otra, según quiero
disponerme para tal cosa o tal otra, o según quiero
dolerme o gozarme de aquello que contemplo, y
CUARTA SEMANA

finalmente pidiendo lo que más eficazmente deseo


respecto a algunas cosas particulares... de esa manera
hacer un coloquio con Cristo... o tres coloquios: uno
con la Madre, otro con el Hijo, y otro con el Padre”.
- (EE 127): “para toda esta semana, conviene
advertir que solo tengo que leer el misterio de la
contemplación que inmediatamente tengo que hacer, de
manera que por entonces no lea ningún misterio de
aquel día o en aquella hora que no haya de hacer, para
que la consideración de un misterio no estorbe a la
consideración del otro”.
hOtros consejos para practicar durante el día:
- (EE 229): “traer a la memoria y pensar en cosas
que me muevan al placer, alegría y gozo espiritual, así
como de gloria”;
- (EE 229) “usar de claridad o lugares cómodos, por
ejemplo en verano de frescura, y en invierno de sol y
calor, en cuanto se piensa que puede ayudar para
gozarse en su Creador y Redentor”;
- (EE 229): “en lugar de penitencia, templanza y
justo medio, a no ser los ayunos y abstinencias que la
Iglesia mande, pues siempre se han de cumplir , a menos
que haya justo impedimento”.
hHorario aproximado del día de Pascua:

Sábado Santo:
- Durante todo el día el cuerpo de Cristo, unido a la
Persona divina, descansa en el Sepulcro.
- Su alma, unida a la Persona divina, desciende a rescatar a
los justos (descenso a los infiernos).
SÍGUEME

Domingo de Resurrección:
6.00 hs. - Resurrección. Sus huellas quedan
impresas en el santo Sudario.
7.00 hs. - Aparición a María Magdalena.
- Aparición a las otras mujeres del sepulcro.
- Aparición a Pedro.
19.00 hs. - Aparición a los discípulos de Emaús.
21.00 hs. - Aparición a los Apóstoles, sin Tomás.

C. MISTERIOS GLORIOSOS.
1°. La Resurrección de Cristo. Mt 28,5-6: El ángel
se dirigió a las mujeres y les dijo: ‘No temáis, pues sé que
buscáis a Jesús, el crucificado; no está aquí, ha resucitado,
como lo había dicho. Venid, ved el lugar donde estaba.
Jesús resucita de la muerte, para que también
nosotros podamos resucitar espiritualmente a la vida de
gracia, y corporalmente en el último día.
2°. La Ascensión de Jesús al Cielo. Lc 24,50-51:
(Jesús) los sacó hasta cerca de Betania y, alzando las
manos, los bendijo. Y sucedió que, mientras los bendecía, se
separó de ellos y fue llevado al cielo.
Jesús asciende al cielo para prepararnos un lugar. Por
eso ¡levantemos nuestros corazones! ¡Lo tenemos
levantado hacia el Señor!
3°. La venida del Espíritu Santo sobre la Virgen
y los Apóstoles. He 2,3-4: Se les aparecieron unas
lenguas de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada
uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se
pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les
concedía expresarse.
CUARTA SEMANA

Jesús envía su Espíritu sobre la Iglesia. El Espíritu es


quien infunde la caridad en nuestros corazones.
4°. Asunción de la Virgen en cuerpo y alma al
Cielo. Jn 14,2-3: En la casa de mi Padre hay muchas
habitaciones; si no, os lo habría dicho; porque voy a
prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya
preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que
donde esté Yo, estéis también vosotros.
Jesús lleva al Cielo, junto a sí a María en cuerpo y
alma. También nosotros estamos invitados a estar para
siempre con ellos.
5°. La coronación de María Santísima como
Reina y Señora de todo lo creado. Ap 12,1: Apareció
una gran señal en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la
luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su
cabeza.
Nuestro Señor corona a María como Reina, para que
ella dirija nuestra vida y nos atraiga hacia el Padre.

D. OTRAS ORACIONES.
Regina coeli
(en lugar del Angelus durante el tiempo pascual).

- Reina del cielo, alégrate, aleluya.


- Porque el Señor, a quien has merecido llevar en tu seno,
aleluya.

- Ha resucitado, como dijo, aleluya.


- Ruega al Señor por nosotros, aleluya.

- Gózate y alégrate, Virgen María, aleluya.


SÍGUEME
- Porque verdaderamente ha resucitado el Señor, aleluya.
Oremos. Dios, que has alegrado al mundo por la
resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, concédenos,
por la intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a las
alegrías de la vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración atribuida a San Francisco de Asís:


Señor haz de mí un instrumento de tu paz:
donde hay odio, ponga yo el amor,
donde hay ofensa, ponga el perdón,
donde hay discordia, ponga la unión,
donde hay error, ponga tu verdad,
donde hay duda, ponga la fe,
donde hay desesperación, ponga esperanza
donde hay tinieblas, ponga la luz,
donde hay tristeza, ponga alegría;
Maestro, haz que no busque tanto:
ser consolado, como consolar,
ser comprendido, como comprender,
ser amado, como amar.
Porque: dando se recibe,
olvidándose, se encuentra,
perdonándose, se es perdonado,
muriendo, se resucita a la vida eterna.

Oración de Charles de Foucauld:


Padre me pongo en tus manos,
haz de mí lo que quieras,
sea lo que sea, te doy las gracias.
Estoy dispuesto a todo,
lo acepto todo,
con tal de que tu voluntad se cumpla en mí
y en todas las creaturas;
no deseo nada más, Padre.
CUARTA SEMANA
Te confío mi alma,
te la doy con todo el amor de que soy capaz,
porque te amo y necesito darme,
ponerme en tus manos sin medida,
con una infinita confianza,
porque Tú eres mi Padre.

Oración del buen humor


(Santo Tomás Moro).
Concédeme, Señor, una buena digestión, y también algo
que digerir.
Concédeme la salud del cuerpo, con el buen humor
necesario para mantenerla.
Dame, Señor, un alma santa que sepa aprovechar lo que es
bueno y puro para que no se asuste ante el pecado, sino que
encuentre el modo de poner las cosas de nuevo en orden.
Concédeme, Señor, un alma que no conozca el
aburrimiento, las murmuraciones, los suspiros y los lamentos,
y no permitas que sufra excesivamente por ese ser tan
dominante que se llama “yo”.
Dame, Señor, sentido del humor. Concédeme la gracia de
comprender las bromas, para que conozca en la vida un poco
de alegría y pueda comunicársela a los demás. Amén.
Suma de la perfección
(San Juan de la cruz):
Olvido de lo criado
memoria del Criador,
atención a lo interior
y estarse amando al Amado.

E. OTROS MISTERIOS DE GLORIA.


bCristo resucitado aparece a su Madre
(cf. EE 218-225. 299).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
SÍGUEME

Señor, para que todas mis intenciones, acciones y


operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: después de que Cristo expiró en la cruz, su
cuerpo quedó separado de su alma pero unido siempre a
su divinidad. Su alma descendió al infierno, también
unida a su divinidad, sacando las almas justas; luego en
el sepulcro se vuelve a unir con su cuerpo, resucita y se
aparece con su cuerpo glorioso a su Madre bendita.
(Sobre el descenso a los infiernos: CIC 631-637; sobre la
resurrección: 638-667).
Composición de lugar: ver el santo sepulcro, el lugar o
casa de nuestra Señora...
Gracia propia: alegrarme y gozarme intensamente por
la gloria y gozo de Cristo nuestro Señor.
Primer punto: ver las personas: Cristo resucitado, la
Virgen, y refleccionar... procurar de sacar algún
provecho de ellos. Aunque no se hable de esta aparición
en la Escritura, se admite por tradición que si se
apareció a tantos otros, también a su Madre, ya que la
Escritura supone que tenemos entendimiento...
Segundo punto: oír lo que hablan, y también sacar
algún provecho de ello.
Tercer punto(cf. EE 190-194): mirar lo que hacen y
sacar algún provecho.
Cuarto punto: mirar cómo la divinidad se muestra en
la resurrección, en sus efectos santos y verdaderos...
Quinto punto: mirar el oficio de consolar que Cristo
tiene para con su Madre... como un amigo suele
consolar a otro...
CUARTA SEMANA

Coloquio: con Cristo glorioso... con María Santísima:


alegrarse con la Madre por la Resurrección de su Hijo,
acontecimiento que realizó plenamente sus esperanzas y
a los hombres dio la salvación, nos unimos a su alegría el
día de Pascua...
Coloquio con el Padre: Dios que por medio de tu
Hijo has vencido a la muerte en este día, concédenos
que un día también nosotros resucitemos a la luz de una
nueva vida.
bAparición a María Magdalena
(cf. EE 300).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: las mujeres van al sepulcro, un ángel se les
aparece y explican el misterio: Cristo ha resucitado.
Cristo se aparece a una de ellas (cf. Mc 16,1-11).
Composición de lugar: imaginar el camino al sepulcro...
el sepulcro vacío...
Gracia propia: alegrarme de la gloria y gozo de Cristo
vencedor de la muerte...
1°: Las mujeres (María Magdalena, María de Santiago
y Salomé) van muy de mañana al sepulcro diciendo:
¿quién nos quitará la piedra del sepulcro?
2°: Ven la piedra corrida y al ángel que les dice:
buscáis a Jesús nazareno; no está aquí, ha resucitado.
3°: Jesús se aparece a María Magdalena, quien quedó
cerca del sepulcro, mientras las otras se habían ido.
SÍGUEME

Coloquio: con Cristo glorioso... Coloquio con el Padre:


Dios, que mediante la humillación de tu Hijo elevaste al
mundo postrado por el pecado, concedenos una santa
alegría, de manera que, liberados de la antigua
servidumbre, alcancen los gozos eternos.

bAparición a las otras mujeres


(cf. EE 301).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: las mujeres se alejan del sepulcro, y el Señor
se les aparece (cf. Mt 28,8-10).
Composición de lugar: imaginar sepulcro vacío... el
camino de regreso...
Gracia propia: alegrarme y gozarme intensamente por
la gloria y gozo de Cristo nuestro Señor resucitado.
1°: las mujeres salen del sepulcro con temor y gran
gozo, quieren anunciar a los discípulos la resurrección
del Señor.
2°: Cristo nuestro Señor se les apareció en el camino,
les dice: Dios os salve, ellas se pusieron a sus pies y lo
adoraron.
3°: Jesús les dice: no temáis, id y decir a mis hermanos
que vayan a Galilea, porque allí me verán.
Terminar con un coloquio: con Cristo resucitado...
Con el Padre: Dios todopoderoso, concédenos que
CUARTA SEMANA

quienes celebramos la Resurrección de tu Hijo,


merezcamos alcanzar la alegría de nuestra redención.

bAparición a Pedro
(cf. EE 302).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: Pedro, advertido por las mujeres va con Juan
al sepulcro, allí ven las vendas... Jesús se aparece a Pedro
(cf. Lc 24,9-12.33-34).
Composición de lugar: imaginar el Cenáculo... el camino
al sepulcro...
Gracia propia: gracia de alegrarme y gozarme de la
gloria y gozo de Cristo...
1°: Pedro, al oir de las mujeres que Cristo había
resucitado, va rápidamente al sepulcro...
2°: al entrar sólo ve las vendas y el sudario con que
Cristo había sido cubierto...
3°: mientras Pedro pensaba estas cosas se le aparece
Cristo. Por eso los apóstoles dirán: verdaderamente el
Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón.
Coloquio: con Cristo glorioso... Con el Padre: Señor,
que rejuvenecidos por tu gracia tengamos una alegría
permanente, gozándonos de poseer la gloria de la
adopción final y aguardemos con alegre y segura
esperanza el día de nuestra resurrección.
SÍGUEME

bLos discípulos de Emaús


(cf. EE 303).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: Jesús se aparece a dos discípulos que
entristecidos se alejaban de Jerusalén, les explica la
necesidad de la cruz por medio de las Escrituras, se
detiene con ellos... (cf. Lc 24,13-35).
Composición de lugar: imaginar el camino a Emaús... la
posada....
Gracia propia: alegrarme con Cristo glorioso...
1°: se aparece a los discípulos que iban a Emaús
hablando de Cristo.
2°: Jesús los reprende, mostrando por las Escrituras
que el Cristo debía morir y resucitar: ¡Oh necios y tardos
de corazón para creer todo lo que han hablado los profetas!
¿No era necesario que Cristo padeciese y así entrase en al
gloria?
3°: por ruego de los discípulos, Jesús se detiene y
estuvo con ellos, hasta que habiendo partido el pan,
desapareció; ellos volvieron y dijeron a los discípulos
cómo lo habían conocido al partir el pan.
Coloquio: con Cristo resucitado... Señor, vida de los
fieles y felicidad de los humildes, sacia tu abundancia a
quienes tienen sed de los dones que has prometido.
CUARTA SEMANA

bAparición a los discípulos (sin Tomás)


(cf. EE 304).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: al atardecer de aquel día Jesús se aparece a sus
discípulos, les comunica su Espíritu y los envía dándoles
poder de perdonar (cf. Jn 20,19-23).
Composición de lugar: imaginar el Cenáculo, todo
cerrado...
Gracia: alegrarme y gozarme con la gloria y gozo de
Cristo.
1°: los discípulos estaban congregados por miedo de
los judíos, excepto Tomás.
2°: Jesús se les aparece, cerradas las puertas, y
poniéndose en medio de ellos dice: paz a vosotros.
3°: les da el Espíritu Santo y les dice: recibid el
Espiritu Santo, a aquellos que les perdonéis los pecados, les
serán perdonados.
Coloquio: con Cristo...

bAparición a los discípulos con Tomás


(cf. EE 305).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
SÍGUEME

Historia: ocho días más tarde, Jesús se aparece de


nuevo (cf. Jn 20,24-29).
Composición de lugar: imaginar el Cenáculo...
Gracia propia: alegría y gozo por la gloria y el triunfo
de Cristo.
1°: Tomás incrédulo, estaba ausente en la aparición
precedente, y dijo: si no lo viere, no lo creeré.
2°: de allí a ocho días Jesús se les aparece y dice a
Tomás: mete aquí tu dedo, y en adelante no seas incrédulo,
sino fiel.
3°: Tomás creyó y dice: Señor mío, y Dios mío; a lo
cual Cristo dice: bienaventurados los que creen sin ver.
Coloquio: con Cristo glorioso... Con el Padre: Señor,
que nos hiciste participar de la redención de tu Hijo,
concénos la gracia de alegrarnos siempre por la
Resurrección de Cristo.

bAparición en Galilea
(cf. EE 306).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: Pedro y otros discípulos van a pescar, Cristo
se les aparece en la orilla, se produce la pesca milagrosa,
Jesús come con ellos y da a Pedro el encargo de
pastorear (cf. Jn 21,1-17).
Composición de lugar: imaginar el lago, la orilla, la mensa
Christi...
Gracia propia: alegría y gozo por tanta gloria de Cristo.
CUARTA SEMANA

1°: Jesús se aparece a siete de sus discípulos que


estaban pescando, pero que durante la noche no habían
pescado nada, por su mandato tiran de nuevo la red, y
no podían sacarla por la muchedumbre de peces.
2°: por este milagro san Juan lo reconoció y dijo a
san Pedro: es el Señor. Pedro se echó al mar y vino hacia
Cristo.
3°: Jesús les da de comer un pez asado y un panal de
miel; y encomienda a Pedro sus ovejas, después de
examinarlo tres veces sobre la caridad, diciéndole:
Apacienta mis ovejas.
Coloquio: con Cristo... Con el Padre: Señor haz que
guiados por el magisterio de Pedro nos mantengamos
unidos a tu Iglesia en la integridad de la fe.
bAparición sobre el monte
(cf. EE 307).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: Jesús da sus últimas recomendaciones y envía
a sus discípulos a predicar por todo el mundo (cf. Mt
28,16-20).
Composición de lugar: imaginar el monte...
Gracia propia: gozarme de la gloria y poder de Cristo
sobre todas las cosas.
1°: los discípulos por mandato del Señor, van al
monte.
SÍGUEME

2°: Cristo se les aparece y les dice: me ha sido dado


todo poder en el cielo y en la tierra.
3°: los envió por todo el mundo a predicar, diciendo:
id y enseñad a todas las gentes, bautizándols en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Coloquio: con Cristo glorioso... Con el Padre: Señor,
concédenos la gracia qu,e según la promesa de tu Hijo,
experimentemos su presencia entre nosotros hasta el fin
del mundo.

bAparición a más de 500 hermanos


(cf. EE 308).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: en la carta a los Corintios, Pablo narra lo que
recibió por tradición: Jesús se apareció a más de 500
hermanos (cf. 1Cor 15,6).
Composición de lugar: imaginar la aparición a los
hermanos...
Gracia propia: alegría por el gozo y gloria de Cristo.
Jesús se aparece a más de 500 hermanos, algunos
vivían todavía (en la época que Pablo escribe a los
corintios), otros habían muerto: después fue visto por más
de 500 hermanos juntos.
Coloquio: con Cristo glorioso.
CUARTA SEMANA

bAparición a Santiago (cf. EE 309).


Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: Pablo narra esta aparición a Santiago, testigo
de la resurrección de Cristo (cf. 1Cor 15,7).
Composición de lugar: imaginar el lugar de este
encuentro...
Gracia propia: alegría y gozo por la gloria de Cristo.
Jesús resucitado y glorioso también se aparece a
Santiago, uno de los Apóstoles: luego se apareció a
Santiago.
Coloquio: con Cristo resucitado, con el Padre...

bAparición a Pablo
(cf. EE 311).
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: después de la Ascención Cristo se apareció a
San Pablo (cf. 1Cor 15,8; He 9,1-8; 22,5-16; 26,10-18).
Composición de lugar: imaginar el lugar de la aparición a
Pablo...
Gracia propia: alegría por el gozo y gloria de Cristo.
1°: Jesús se aparece a san Pablo después de su
Ascensión: y en último término se me apareció también a
mí, como a un abortivo.
SÍGUEME

2°: Jesús con su alma, se aparece también a los justos


del Antiguo testamento que esperaban al Redentor; y
una vez resucitado se aparece también a los discpípulos
y conversa con ellos.
Coloquio: con Cristo glorioso.

bAscensión de Cristo al Cielo (cf. EE 312).


Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: cuarenta días después de su resurrección,
Jesús, ante la vista de sus discípulos, sube al cielo, a la
intimidad con su Padre (cf. He 1,1-12; Mc 16,19; Lc
24,50-51; Ef 4,7-10).
Composición de lugar: imaginar el monte de la
Ascensión...
Gracia propia: alegría por la gloria de Cristo, que
incluso con su cuerpo entra definitivamente en la
intimidad con su Padre.
1°: por espacio de cuarenta días, Jesús se apareció a
los apóstoles, dándoles pruebas y señales de su
resurrección, hablándoles del Reino de Dios, y
mandándoles que esperasen en Jerusalén al Espíritu
Santo prometido.
2°: los sacó al monte de los Olivos: en presencia de
ellos fue elevado y una nube lo ocultó a sus ojos.
3°: mirando ellos al cielo, los ángeles le dicen: varones
de Galilea, ¿qué hacéis ahí, mirando el cielo? Este Jesús,
CUARTA SEMANA

que ha sido llevado ante vuestros ojos, vendrá como lo


habéis visto partir.
Coloquio: con Cristo glorioso que asciende al Cielo, con
su Padre...

bVenida del Espíritu Santo.


Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: cincuenta días (Pentecostés) después de su
resurrección, y diez después de su ascensión envió el
Señor al Esíritu Santo sobre sus Apóstoles. Nace la
Iglesia. El Espíritu unifica a los pueblos en el
conocimiento del Dios verdadero y en la confesión de
una sola fe, cf. He 2,1-41. Cf. CIC 731-747.
Composición de lugar: imaginar el Cenáculo... las llamas
de fuego que se posan sobre los Apóstoles...
Gracia propia: alegría por la gloria de Cristo, que envía
su Espíritu como lo había prometido.
1°: el Espíritu Santo desciende en forma visible,
como un viento impetuoso, y como lenguas de fuego,
para renovar a los Apóstoles.
2°: los Apóstoles llenos del Espíritu Santo, fuente
ingotable de la gracia, lo comunicarán a los demás.
3°: el Espíritu desciende con sus frutos: amor,
misericordia, paz (cf. Ga 5,16-25)... y con sus dones:
sabiduría, entendimiento, ciencia, consejo, fortaleza,
piedad y temor de Dios (cf. Is 11,1-3; 1Cor 2,6-16).
Coloquio: con Cristo glorioso que desde el cielo envía
su Espíritu prometido... con el Padre: Dios, instruye con
la luz de tu Espíritu nuestros corazones, para que
SÍGUEME

podamos discernir lo que es recto y gocemos siempre de


tu consuelo.

bParusía de Cristo.
Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: Jesús prometió su regreso, en el cual pondrá
punto final a la historia. No dijo ni el día ni la hora de su
segunda venida, pero nos exhortó a esperarlo alegres y
vigilantes (cf. Mt 24,42-44; 25,13; Mc 13,33).
Composición de lugar: imaginar esta última venida sobre
las nubes del cielo (cf. He 1,11).
Gracia propia: alegría por la gloria de Cristo; gracia de
estar vigilantes para que su última venida nos encuentre
preparados; gracia de desear y pedir su venida gloriosa
(Ap 22,20: ‘Sí, vengo pronto’. ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!).
1°: Jesús resucitado y glorioso se manifestará a todos
los hombres. Dará a todos los hombres la luz para ver
las cosas tal como Dios las ve. Cada uno verá toda su
vida y la de los demás con total transparencia. No habrá
más preguntas, todo se hará manifiesto. A esta última
manifestación, iluminación de todo y de todos se la
llama Juicio Final, Mt 25,31-33: Cuando el Hijo del
hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles,
entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas
delante de Él todas las naciones, y Él separará a los unos
de los otros, como el pastor separa las ovejas de los
cabritos....
CUARTA SEMANA

2°. En su Parusía, Jesús dará de nuevo la vida a los


muertos, se producirá la resurrección universal. Los
cuerpos se reuniran con sus almas y participarán de la
gloria o condena que han merecido durante su
peregrinar terreno. Jn 5,28-29: llega la hora en que todos
los que estén en los sepulcros oirán su voz y saldrán los que
hayan hecho el bien para una resurrección de vida, y los que
hayan hecho el mal, para una resurrección de condenación.
3°: Jesús también renovará el cosmos para hacerlo
más acorde con la condición gloriosa de los resucitados:
esperando y acelerando la venida del Día de Dios, en el que
los cielos, en llamas, se disolverán, y los elementos,
abrasados, se fundirán. Pero esperamos, según nos lo tiene
prometido, nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la
justicia (2Pe 3,12-13).
4°: Todo quedará sometido a Cristo, quien entregará
el Reino a su Padre: del mismo modo que todos mueren en
Adán, así también todos revivirán en Cristo... Cristo como
primicia, depués los de Cristo en su Parusía. Luego será el
fin, cuando entregue a Dios Padre el Reino, después de
haber destruido todo Principado, Dominación y Poder.
Porque Él debe reinar hasta poner todos sus enemigos a sus
pies. El último enemigo en ser destruído será la muerte
(1Cor 15,22-26).
Coloquio con Cristo glorioso: Señor, cuando vengas de
nuevo en la Majestad de tu gloria, revelando así la
plenitud de tu obra, haz que podamos recibir los bienes
prometidos que ahora en vigilante espera confiamos
alcanzar.
SÍGUEME

bLa vida eterna o Cielo.


Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro
Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
Historia: Jeús repetidas veces en su Evangelio habló
de la vida eterna. El Reino de los cielos que ya comienza
en este mundo en quienes viven en gracia y amistad con
Dios se consumará en plenitud. Los salvados con sus
cuerpos resucitados gozarán eternamente de la visión de
Dios y la compañía de todos los ángeles y santos. La
Escritura habla de: luz, vida, paz, banquete de bodas,
casa del Padre, Jerusalén celeste, pero la realidad supera
toda imaginación, 1Cor 2,9: ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni
llegó al corazón del hombre, lo que Dios tiene preparado
para los que le aman. Cf. CIC 1023-1029.
Composición de lugar: imaginar la luz, la paz, la alegría
del Cielo que supera toda imaginación...
Gracia propia: alegría por la gloria de Cristo, que em
quiere hacer partícipe de su triunfo en la Vida eterna.
1°. Unión íntima del hombre con Dios. Esta unión
se realiza en la perfecta visión de Dios, “cara a cara”,
1Cor 13,12: ahora vemos como en un espejo, entonces
veremos cara a cara. Ahora conozco de un modo parcial,
entonces conoceré como soy conocido. 1Jn 3,2: ahora somos
hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que seremos.
Sabemos que cuando se manifieste seremos semejantes a Él
porque lo veremos tal cual es.
2°. Alegría infinita. La vida eterna consiste en la
saciedad de todos los deseos legítimos del hombre. Al
siervo fiel se lo invita, Mt 25,21: entra en el gozo de tu
CUARTA SEMANA

Señor. Y comenta san Agustín: “Todo el gozo no entrará


en quienes gozan, sino todos los que gozan entrarán en
el gozo” de Dios.
3°. Seguridad perfecta. En este mundo no hay
perfecta seguridad, y muchas veces quien más posee está
más inseguro, y más cosas necesita... En el cielo no se
pasa necesidad, ni hay tristezas, ni dificultades, ni
temores, Ap 21,4: Dios enjugará toda lágrima de sus ojos,
y ya no habrá muerte, ni llandto, ni gritos, ni fatigas... Por
eso Jesús decía, Mt 6,19-20: no amontonéis tesoros en
la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y
ladrones que socavan y roban. Atesorad tesoros en el cielo
nonde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones
que socaven y roben.
4°. Los habitantes del cielo. Será la gran familia de
los hijos de Dios, la Patria eterna, donde estarán los
mejores hombres y mujeres que hayan pisado esta tierra:
los más generosos, magnánimos, amables, agradecidos,
humildes, valientes... Ap 5,11: oí la voz de una multitud
de ángeles alrededor del trono... su número era miríadas de
miríadas y millares de millares... Ap 7,9-10: después miré
y había una muchedumbre inmensa, que nadie podía contar,
de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del
trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con
palmas en sus manos. Y gritaban con fuerte voz: ‘La
salvación es de nuestro Dios que está sentado en el trono y
del Cordero...’
5°. Vida eterna. Durará por siempre, en posesión
perfecta de todos los bienes, Mt 25,41.46: venid benditos
de mi Padre a recibir en herencia el Reino preparado por
vosotros desde la creación del mundo... e irán los justos a la
vida eterna...
SÍGUEME

Coloquio: con Cristo glorioso que reina en el cielo... tú


compadecido de nuestros errores, quisiste nacer de la
Virgen, moriste en la Cruz para liberarnos de la muerte,
y con tu Resurrección nos has devuelto la Vida eterna...
Con el Padre: Dios y Padre mío, por tu infinita
bondad, por tus promesas, y por los méritos de tu Hijo
Jesucristo, espero alcanzar la vida eterna y las gracias
necesarias para merecerla con las buenas obras que debo
y quiero hacer. Señor, no quede yo confundido
eternamente.

F. CONTEMPLACIÓN PARA ALCANZAR AMOR.


Es la contemplación final de los Ejercicios, apta para
alcanzar la ordenación total, profunda y definitiva de
nuestro amor, para que podamos amar a Dios en todas
las cosas, y amar todas las cosas en Dios (cf. EE 230-
237).
Nota. Primero conviene advertir dos cosas. La
primera es que el amor se debe poner más en las obras
que en las palabras (cf. 1Jn 3,18).
La segunda, el amor consiste en comunicación de las
dos partes, es a saber, en dar y comunicar el amante al
amado lo que tiene o de lo que tiene y puede, y así, por
el contrario el amado al amante; de manera que si uno
tiene ciencia, le da al que no la tiene, si honores, si
riquezas y así el otro al otro.

Oración preparatoria: es pedir gracia a Dios nuestro


Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su divina Majestad.
CUARTA SEMANA

Composición de lugar: ver cómo estoy delante de Dios


nuestro Señor, de sus ángeles, de los santos que
interceden por mí.
Pedir la gracia que quiero: conocimiento interno de
tanto bien que he recibido, para que enteramente
reconociendo, pueda en todo amar y servir a su Divina
Majestad.
Primer punto.
Memoria de los dones divinos: traer a la memoria los
beneficios recibidos de creación, redención, y dones
particulares.
Reconocimiento del amor de Dios: ponderar con
mucho afecto cuánto ha hecho Dios nuestro Señor por
mí, y cuánto me ha dado de lo que tiene, y
consiguientemente el mismo Señor desea dárseme en
cuanto puede según su ordenación divina.
Donación de sí a Dios en correspondencia a su
amor: reflexionar en mí mismo, considerando con
mucha razón y justicia lo que yo debo de mi parte
ofrecer y dar a su divina Majestad, es a saber: todas mis
cosas y a mí mismo con ellas.
Decir como quien se ofrece, afectándose mucho:
“Tomad Señor y recibid toda mi libertad, mi
memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo
mi haber y mi poseer; Vos me lo disteis, a Vos, Señor
lo torno; todo es vuestro, disponed a toda vuestra
voluntad; dadme vuestro amor y gracia, que ésta me
basta”.
Segundo punto.
Presencia de Dios en las creaturas que están fuera de
mí: mirar cómo Dios habita en las criaturas, en los
SÍGUEME

elementos dando el ser, en las plantas vejetando, en los


animales sensando, en los hombres dando entender.
Habitación de Dios en mí: mirar como Dios habita
en mí, dándome el ser, animando, sensando, y
haciéndome entender; del mismo modo haciendo de mí
templo suyo, siendo creado a su imagen y semejanza.
Reflexión para devolver a Dios esta fineza de amor:
considerando con mucha razón y justicia lo que yo debo
de mi parte ofrecer y dar a su divina Majestad: todas mis
cosas y a mí mismo con ellas, y decir: “Tomad Señor y
recibid toda mi libertad... ”.
Tercer punto.
Dios trabaja para manifestarme su amor: considerar
cómo Dios trabaja y labora por mí en todas las cosas
criadas sobre la tierra, se comporta a modo de un
trabajador. Así en los cielos, elementos, plantas, frutos,
ganados, etc. dando el ser, conservándolos...
Reflexionar sobre qué he de hacer para devolver a
Dios esta fineza de amor: considerando con mucha
razón y justicia lo que yo debo de mi parte ofrecer y dar
a su divina Majestad: todas mis cosas y a mí mismo con
ellas, y decir:
“Tomad Señor y recibid toda mi libertad, mi
memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo
mi haber y mi poseer; Vos me lo disteis, a Vos, Señor
lo torno; todo es vuestro, disponed a toda vuestra
voluntad; dadme vuestro amor y gracia, que ésta me
basta”.
Cuarto punto.
Todas las criaturas descienden de Dios para
manifestarme las perfecciones divinas: mirar como
CUARTA SEMANA

todos los bienes y dones descienden de arriba...


Todas las perfecciones que hay en mí son
participaciones de las perfecciones de Dios: así mi poder
limitado del sumo e infinito poder de Dios, la justicia,
bondad, misericordia... de la infinita y suma bondad de
Dios... así como del sol descienden los rayos, de la
fuente las aguas, etc.
Así de la perfecciones creadas debemos subir a Dios
y reflexionar: considerando con mucha razón y justicia
lo que yo debo de mi parte ofrecer y dar a su divina
Majestad: todas mis cosas y a mí mismo con ellas, y
decir: “Tomad Señor y recibid toda mi libertad... ”.

G. REGLAS PARA SENTIR CON LA IGLESIA.


San Ignacio daba al ejercitante, como último consejo,
unas reglas para huir de todos los errores de su tiempo
(inicio del protestantismo), de modo que no se apartara de
la Santa madre Iglesia...
Amar a la Iglesia obedeciéndola en todo.
1a. regla (EE 353): “Depuesto todo juicio, debemos
tener ánimo preparado y pronto para obedecer en todo
a la verdadera Esposa de Cristo nuestro Señor, que es la
Santa madre Iglesia jerárquica”.
Sentir con la Iglesia en su liturgia y ejercicios de piedad.
2a. regla (EE 354): “Alabar el confesar con
sacerdote y el recibir el Santísimo Sacramento una vez al
año, y mucho más cada mes, y mucho mejor de ocho en
ocho días, con las condiciones requeridas y debidas”.
3a. regla (EE 355): “Alabar oír Misa a menudo, así
mismo cantos, salmos y largas oraciones en la Iglesia y
SÍGUEME

fuera de ella; asimismo horas ordenadas a tiempo


destinado para todo oficio divino y para toda oración y
todas las horas canónicas (= Liturgia de las horas)”.
4a. regla (EE 356): “Alabar mucho religiones (=
órdenes religiosas, institutos de vida consagrada...),
virginidad y continencia, y no tanto el matrimonio como
ninguna de estas”.
5a. regla (EE 357): “Alabar votos de religión, de
obediencia, de pobreza, de castidad y de otras
perfecciones de supererogación (= más de lo debido e
imprescindible); y es de advertir que como el voto sea
acerca de las cosas que se allegan a la perfección
evangélica, en las cosas que se alejan de ella no se debe
hacer voto, así como de ser mercader o ser casado, etc.”.
6a. regla (EE 358): “Alabar reliquias de santos,
haciendo veneración de ellas, y oración a ellos; alabar
estaciones, peregrinaciones, indulgencias, perdonanzas,
cruzadas y candelas encendidas en las iglesias”.
7a. regla (EE 359): “Alabar constituciones acerca de
ayunos y abstinencias, así como cuaresmas... vigilias,
viernes y sábados; asimismo penitencias no solamente
internas, sino aún externas”.
8a. regla (EE 360): “Alabar ornamentos y edificios
de iglesias; asimismo imágenes, y venerarlas según que
representan”.
9a. regla (EE 361): “Alabar finalmente todos los
preceptos de la Iglesia, teniendo ánimo pronto para
buscar razones en su defensa y en ninguna manera su
ofensa”.
CUARTA SEMANA

Sentir con la Iglesia en sus autoridades oficiales o


privadas.
10a. regla (EE 362): “Debemos ser más prontos
para abonar y alabar así constituciones, comendaciones
como costumbres de nuestros mayores; porque dado
que algunas no sean o no fuesen tales, hablar contra
ellas, sea predicando en público, sea platicando delante
del pueblo menudo (= gente sencilla), engendrarían más
murmuración y escándalo que provecho; y así se
indignarían el pueblo contra sus mayores, sea
temporales, sea espirituales. De manera que así como
hace daño el hablar en ausencia de los mayores a la
gente menuda, así puede hacer provecho hablar de las
malas costumbres a las mismas personas que pueden
remediarlas”.
11a. regla (EE 363): “Alabar la doctrina positiva y
escolástica; porque así como es más propio de los
doctores positivos, así como de san Jerónimo, san
Agustín, y de san Gregorio, etc. el mover los afectos
para en todo amar y servir a Dios nuestro Señor; así es
más propio de los escolásticos, así como de santo
Tomás, san Buenaventura y del Maestro de las
Sentencias, etc., el definir o declarar para nuestros
tiempos de las cosas necesarias a la salud eterna, y para
más impugnar y declarar todos errores y todas falacias.
Porque los doctores escolásticos, como sean más
modernos, no solamente se aprovechan de la verdadera
inteligencia de la Sagrada Escritura y de los positivos y
santos doctores; mas aún siendo ellos iluminados y
esclarecidos de la virtud divina, se ayudan de los
SÍGUEME

concilios, cánones y constituciones de nuestra santa


madre Iglesia”.
12a. regla (EE 364): “Debemos guardar en hacer
comparaciones de los que estamos vivos a los
bienaventurados pasados, que no poco se yerra en esto,
es a saber, en decir: éste sabe más que san Agustín, es
otro o más que san Francisco, es otro san Pablo en
bondad, santidad, etc.”.
13a. regla (EE 365): “Debemos siempre tener para
en todo acertar, que lo blanco que yo veo, creer que es
negro, si la Iglesia jerárquica así lo determina, creyendo
que entre Cristo nuestro Señor, Esposo, y la Iglesia su
Esposa, es el mismo Espíritu que nos gobierna y rige
para la salud de nuestras almas, porque por el mismo
Espíritu y Señor nuestro, que dio los diez
mandamientos, es regida y gobernada nuestra santa
madre Iglesia”.
Sentir con la Iglesia en su enseñanza y predicación.
14a. regla (EE 366): “Dado que sea mucha verdad
que ninguno se puede salvar sin ser predestinado y sin
tener fe y gracia, es mucho de advertir en el modo de
hablar y comunicar de todas ellas”.
15a. regla (EE 367): “No debemos hablar mucho de
la predestinación por vía de costumbre; mas si en alguna
manera y algunas veces se hablare, así se hable que el
pueblo menudo no venga en error alguno, como algunas
veces suele, diciendo: si tengo que ser salvo o
condenado, ya está determinado, y por mi bien obrar o
mal, no puede ser ya otra cosa; y con esto entorpeciendo
se descuidan en las obras que conducen a la salud y
provecho espiritual de sus almas”.
CUARTA SEMANA

16a. regla (EE 368): “De la misma forma es de


advertir que por mucho hablar de la fe y con mucha
intensidad, sin alguna distinción y declaración, no se dé
ocasión al pueblo para que en el obrar sea torpe y
perezoso; ya sea antes de la fe formada en caridad, ya sea
después”.
17a. regla (EE 369): “Asimismo no debemos hablar
tan largo instando tanto en la gracia, que se engendre
veneno para quitar la libertad. De manera que la fe y
gracia se puede hablar cuanto sea posible mediante el
auxilio divino, para mayor alabanza de su divina
Majestad, pero no de tal suerte ni por tales modos,
mayormente en nuestros tiempos tan peligrosos, que las
obras y el libre arbitrio reciban detrimento alguno o sean
tenidos por nada”.
18a. regla (EE 370): “Dado que sobre todo se debe
estimar el mucho servir a Dios nuestro Señor por puro
amor, debemos mucho alabar el temor de su divina
Majestad; porque no solamente el temor filial es cosa pía
y santísima, mas aún el temor servil, donde otra cosa
mejor o más útil el hombre no alcance, ayuda mucho
para salir del pecado mortal; y salido fácilmente viene al
temor filial, que es todo acepto y grato a Dios nuestro
Señor, por estar unido con el amor divino”.

H. RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS DEL BAUTISMO.


Según enseña san Pablo, por el Bautismo que nos
sumerge en la muerte, fuimos sepultados con Cristo; y,
al igual que Cristo resucitó de los muertos, conviene que
nosotros también vivamos una vida nueva. Sabemos que
nuestro hombre viejo fue crucificado con Cristo, para
SÍGUEME

que en adelante no sirvamos al pecado. Pensemos que


estamos muertos al pecado y que vivimos para Dios en
Cristo Jesús, nuestro Señor (cf. Ro 6,4-11).
Por tanto, queridos hermanos, terminada esta tanda
de Ejercicios, renovemos las promesas del santo
Bautismo, con las que en otro tiempo renunciamos a
Satanás y a sus engaños, lo mismo que al mundo en
cuanto enemigo de Dios, y prometimos servir fielmente
a Dios en su Santa Iglesia católica.
Celebrante: ¿Renunciáis al pecado para vivir en la libertad
de los hijos de Dios?
Todos: Sí, renunciamos.
Celebrante: ¿Renunciáis a los engaños del mal para no ser
esclavos del pecado?
Todos: Sí, renunciamos.
Celebrante: ¿Renunciáis al Demonio que es autor del
pecado?
Todos: Sí, renunciamos.
Celebrante: ¿Creéis en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra?
Todos: Sí, creemos.
Celebrante: ¿Creéis en Jesucristo,
su Hijo único y Señor nuestro,
que nació de la Virgen María,
padeció y fue sepultado,
resucitó de entre los muertos
y está sentado a la derecha del Padre?
Todos: Sí, creemos.
CUARTA SEMANA

Celebrante: ¿Creéis en el Espíritu Santo,


la Santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la Vida eterna?
Todos: Sí, creemos.
Celebrante: Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia,
la que nos gloriamos de profesar en Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
(El celebrante rocía con agua bendita a los
ejercitantes).
Celebrante: Oh Dios, que nos haces participar del
misterio de la muerte y resurrección de tu Hijo,
concédenos que, fortalecidos por el Espíritu de la
adopción filial, caminemos siempre en novedad de vida.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que siendo
Dios vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

I. ORACIÓN POR LOS EJERCICIOS.


Oración al terminar los Ejercicios Espirituales.
Te doy gracias, Dios mío, por el gran beneficio que
me has hecho trayéndome a estos Ejercicios, por las
luces que en ellos me has enviado, y por los santos
propósitos que me has inspirado.
Confirmo con energía y decisión todas las buenas
resoluciones que he tomado. Prometo ser buen cristiano
en adelante, frecuentar los sacramentos, orar con
frecuencia, dar buen ejemplo, profesar sinceramente la
fe católica.
SÍGUEME

Prometo, con la ayuda de tu divina gracia, no pecar


jamás mortalmente; y si algún día, por mi culpa, tengo la
gran desgracia de pecar, procuraré con tu ayuda, salir
cuanto antes del pecado.
Deseo practicar las virtudes cristianas, y vivir
conforme a mi fe, en tu amor y gracia, y en humilde
militancia por el Reinado de Cristo.
Quisiera Señor, cooperar con tu auxilio a que otros
hagan estos Ejercicios; será apóstol entre mis familiares
y amigos, y en mi ambiente de trabajo.
Y pues todo depende de tu gracia, te suplico me la
concedas abundante para que mis propósitos y deseos se
cumplan plenamente, y yo obtenga la virtud de la
constancia, que tanto necesito, y la gracia de perseverar.
Y tú, Virgen Madre de Dios y Madre mía, alcánzame
la gracia de tu Hijo para que, sirviendo a Dios
constantemente, alcance el fin para el cual he sido
creado: su mayor gloria en mi santificación. Así sea.

J. INDULGENCIAS POR HABER REALIZADO EJERCICIOS


Puedes ganar la indulgencia plenaria por haber
hecho tres o más días de Ejercicios Espirituales. La
indulgencia plenaria es la remisión de la pena temporal
que hemos merecido por nuestros pecados, aún los que
ya están perdonados, y que de otro modo habría que
purgar aquí (mediante la penitencia, contrariedades de la
vida, enfermedades...) o en el purgatorio (si se muere sin
pecado mortal, es decir en gracia de Dios). Cf. CIC 1471-
1479.
CUARTA SEMANA

Modo de ganar la indulgencia:


▫ realizar la obra prescripta (Ejercicios Espirituales, o
rezo del Vía Crucis, lectura de la Biblia durante media
hora, rezo comunitario del Rosario, visita al Santísimo
durante media hora, etc.);

▫ confesar y comulgar (sea el mismo día, o hasta


ocho días antes o después);

▫ rezar por el Santo Padre, el Papa y sus intenciones;

▫ y, muy importante, rechazar todo pecado mortal y


venial.
QUINTA SEMANA
Durante estos días de ejercicios espirituales algo ha
cambiado en ti, pero el ‘mundo’ continúa siendo el
mismo... por eso se agregan algunos consejos para
ayudarte no sólo a no ser vencido sino más aún: a
vencer, a conquistar el mundo para tu Dios y Señor, el
único que merece ser servido hasta el fin...
A. VIVE EN GRACIA DE DIOS.
La gracia es vida, la vida divina participada en tu
alma: (Dios) nos ha donado los bienes más grandes y
preciosos... para que llegásemos a ser por medio de ellos
partícipes de la naturaleza divina (2Pe 1,4). Por la gracia,
Cristo vive en ti, como lo afirma san Pablo: ya no soy yo
quien vivo, sino Cristo quien vive en Mí (Gal 2,20), y
también lo dice Jesús mismo: permaneced en mi, como Yo
permanezco en vosotros (Jn 15,4). De Cristo recibimos
toda gracia: de su plenitud todos recibimos gracia sobre
gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés, pero la
gracia y la verdad nos vienen por Jesucristo (Jn 1,16-17).
Somos como las ramas y el tronco: la misma savia que
vivifica el tronco, vivifica también las ramas, por eso
separados de Cristo no podemos hacer nada (que nos
sirva para la vida eterna): Yo soy la vid, vosotros los
sarmientos. Quien permanece en mí y Yo en él, da mucho
fruto, porque sin mi no podéis hacer nada (Jn 15,5). Cf.
CIC 1996-2011.
La gracia te convierte en:
* ‘hijo de Dios’: queridos ahora somos hijos de Dios
(1Jn 3,2);

269
SÍGUEME

* ‘templo vivo de la Santísima Trinidad: ¿acaso no


sabéis que sois templos de Dios y que el Espíritu de Dios
habita en vosotros? (1Cor 3,16); Si alguno me ama
observará mis palabras y mi Padre lo amará, y vendremos a
él y en él haremos morada (Jn 14,23);
* ‘heredero de la gloria del Cielo: Si somos hijos,
también herederos, herederos de Dios, y coherederos de
Cristo (Ro 8,17). Donde lo veremos cara a cara como Él
es: aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que,
cuando se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le
veremos tal cual es (1Jn 3,2).

B. CONFIÉSATE CON FRECUENCIA.


Dios había prometido el perdón de los pecados a quienes
se arrepintieran (Ez 36,25-27). Jesús, verdadero Dios hecho
hombre, puede perdonar los pecados (cf. Mt 9,2; Mc 2,5; Lc
5,20; 7,47; 23,42-43; Jn 8,1-11). Jesús promete entregar ese
poder de perdonar a Pedro (cf. Mt 16,16) y a sus apóstoles (cf.
Mt 18,18). Jesús el día de su resurrección dona a sus
discípulos el poder prometido (cf. Jn 20,19-23).
El efecto principal del sacramento de la Penitencia es la
reconciliación del pecador con Dios. Esta reconciliación con
Dios no sólo comprender la remisión de los pecados, sino
también la infusión de la gracia santificante. Est gracia es
restituida, y si no se había perdido por el pecado mortal, es
aumentada.
Con la confesión frecuente de los pecados:
* aumenta el verdadero conocimiento de uno mismo. La
confesión frecuente favorece la mejor visibilidad de tu
interior: las muchas distracciones, el obrar no puramente por
amor de Dios, la falta de adecuar nuestra vida al Evangelio... y
QUINTA SEMANA
se nos anima para mejorar, crecer en la delicadeza de
conciencia para con Cristo.
* se desarrolla la pobreza de espíritu, es decir la conciencia
de ser pecadores, limitados: son las disposiciones del
publicano de la parábola, que se van haciendo habituales, se
convierten en virtud (cf. Lc 18,9-14).
* se arranca de raíz el egoísmo. La acción del sacramento
de la Penitencia es más profunda y nos deja frente al
Evangelio predicado y vivido por Jesús y sus santos.
* se resiste a la negligencia y a la tibieza. La acidia o pereza
espiritual, se manifiesta claramente en la negligencia en
confesarse: es un signo característico.
* se purifica la conciencia; la voluntad se fortifica.
* se facilita la dirección espiritual.
* se aumenta la gracia, y esto es uno de los efectos que nos
debe llevar a desear el recibir frecuentemente el sacramento de
la Penitencia.

C. PARTICIPA DE LA SANTA MISA...


Jesús realizó algunos milagros para preparar la Eucaristía:
así la multiplicación de los panes (cf. Mt 14,19; Mc 6,33; Mt
15,32; Mc 8,1). Jesús también anuncia que dará a comer su
carne, como verdadero pan de vida (cf. Jn c.6, especialmente:
6,51.54.56). Y en la última Cena instituyó el sacrificio de la
Nueva Alianza: esto es mi Cuerpo que será entregado... este es
el cáliz de mi sangre, derramada por vosotros (cf. Lc 22,15-20;
Mt 26,26-28; Mc 14,22-24; 1Cor 11,23-25. Finalmente se
ofreció a sí mismo como sacrificio el viernes santo, sobre el
altar de la Cruz. Cf. CIC 1322-1419.
La Eucaristía es sacramento en el cual Jesús (bajo los
signos del pan y del vino): está presente verdadera, real y
sustancialmente con su cuerpo, sangre, alma y divinidad
SÍGUEME

(1°); se ofrece en sacrificio a su Padre (2°); nos nutre


espiritualmente (3°).
1°. Presencia real. La Eucaristía no es un pan
bendito, sino el mismo cuerpo de Cristo. Se hace
presente mediante la transubstanciación, cambio o
conversión de toda la sustancia del pan en su cuerpo, y
de toda la sustancia del vino en su sangre. La
transubstanciación se produce en el momento de la
consagración, cuando el sacerdote pronuncia las
palabras: esto es mi Cuerpo; este es el cáliz de mi Sangre.
Después de la consagración sólo permanecen las
especies del pan y del vino que mantienen su realidad
física (accidentes: el color, el sabor, el peso).
Después de la consagración Cristo está todo
presente, bajo la apariencia del pan y todo presente bajo
los accidentes del vino. Está presente en todas y cada
una de las partes en que se divida la hostia. Está
presente durante la Santa Misa, y después de ella, hasta
que permanezcan las especies. Una vez que las especies
de pan y de vino desaparecen (por digestión, o por
corrupción) entonces ya no está más la presencia real.
2º. Sacrificio del Nuevo Testamento. El sacrificio
es el ofrecimiento de una materia, y la destrucción real
de la misma, para reconocer el dominio de Dios, y que
se ofrece también por los pecados de los hombres. Jesús
se ofreció a sí mismo en sacrificio sobre la cruz del
Calvario: nadie me quita la vida, Yo la doy
voluntariamente... (Jn 10,18) Padre en tus manos
encomiendo mi espíritu...(Lc 23,46). Pero la noche
anterior Jesús instituyó la Santa Misa, que es su sacrificio
QUINTA SEMANA

bajo las especies separadas del pan y del vino, en


memoria y renovación del sacrificio del Calvario.
* En la Santa Misa el sacerdote es Jesucristo
(representado por el sacerdote - ministro que actúa en su
nombre y por el poder de Cristo, in persona Christi).
* La víctima es Jesucristo, bajo las especies del pan y
del vino. (Es el Cordero de Dios...)
* El signo del sacrificio es la doble consagración
separada del Cuerpo y Sangre de Jesús (ahora separación
sacramental, pero que es signo, y por lo mismo causa la
presencia de la separación real del cuerpo y sangre en el
momento de la muerte de Cristo, cf. Jn 19,33-34).
* El fin del sacrificio es el reconocimiento que Dios
es Creador y Señor de todo, la expiación de nuestro
pecados (cf. éste es mi cuerpo entregado’ Lc 22,19; esta es
mi sangre, sangre de la alianza que es derramada por
muchos Mc 14,24).
• El sacrificio de la Misa es el mismo que el de la
Cruz. En ambos Jesucristo es el sacerdote y la víctima.
Muriendo en el calvario, como verdadera víctima, Jesús
se ofrecía y sacrificaba a sí mismo. En la Misa es
también Jesucristo la víctima que todavía se ofrece, y el
sacerdote principal del sacrificio. El ministro representa
a Cristo, como instrumento del verdadero y propio
sacerdote de la Misa.
• El sacrificio de la Misa se diferencia del de la cruz
por el modo en el cual se realiza. En el Calvario, Cristo
padeció, derramó su sangre y murió. En la Misa no
padece, no derrama su sangre, no muere realmente, pero
sí sacramentalmente, en virtud de las palabras de la
SÍGUEME

consagración se hacen presente separadamente el cuerpo


y la sangre. Por eso la acción constitutiva del Sacrificio
de la Misa consiste solamente en la doble consagración.
Jesús en la cruz nos adquirió la salvación, en la Misa se
aplican los méritos de Cristo.
• En el sacrificio de la Misa realizamos:
- un acto de adoración (aspecto latréutico): “por Él,
con Él... todo honor y toda gloria”;
- un acto de agradecimiento (aspecto eucarístico):
“realmente es justo y necesario darte gracias... siempre y
en todo lugar...”;
- un acto reparación y perdón de nuestro pecados
(aspecto propiciatorio o expiatorio): “derramada por
todos para el perdón de los pecados”;
- un acto para obtener las gracias y bendiciones para
los vivos y difuntos (aspecto impetratorio): “acuérdate
Señor de tu Iglesia... de quienes han partido de este
mundo”.
• El sacrificio de la Misa posee en sí mismo un valor
infinito, porque es Jesucristo, el Hijo de Dios, la víctima
y el sacerdote, y el acto de caridad con el cual fue
ofrecido es insuperable.
Los frutos que produce son limitados, según la
necesidad y disposición de cada uno. Se pueden
distinguir tres tipos de frutos: - uno general que ayuda a
todos los fieles vivos y difuntos (cada Misa es el
sacrificio de toda la Iglesia); - uno especial que ayuda a
los vivos y difuntos por quienes se aplica la santa Misa; -
un fruto personal para el sacerdote que celebra, los fieles
que participan. Además el Sacrificio de la Misa produce
QUINTA SEMANA

el perdón de los pecados (no directamente como el


sacramento del Bautismo y la Penitencia), sino
indirectamente dando la gracia del arrepentimiento.
Además el sacrificio de la Misa produce la remisión de
las penas temporales debidas a los pecados ya
perdonados, en cuanto satisfacción de Cristo ofrecida a
Dios en lugar de nuestras obras de satisfacción y de las
penas de las almas del purgatorio.
3°. La Comunión (= unión común) es la
participación al banquete eucarístico en el cual el fiel se
nutre realmente del cuerpo y de la sangre de Cristo.
• El efecto principal de la comunión es la íntima
unión con Cristo, Jn 6,57: como el Padre que me ha
enviado vive, y Yo vivo por el Padre, así también el que me
coma vivirá por mí.
• La Comunión nos convierte en templos vivos de
Cristo, Jn 6,56: el que come mi carne y bebe mi sangre mora
en mí y Yo en él.
• La Comunión nos une a toda la Iglesia. Nunca
estamos tan unidos con todos nuestros hermanos como
en el momento de la comunión, 1Cor 10,17: el cáliz de
bendición que bendecimos ¿no es comunión con la sangre de
Cristo? Y el pan que partimos ¿no es comunión con el
Cuerpo de Cristo? Porque no hay más que un solo pan,
nosotros, aún siendo muchos, somos un solo cuerpo, ya que
en efecto, todos participamos de un único pan.
• La eucaristía es el alimento de nuestra vida
cristiana, Jn 6,51: Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si
uno como de este pan vivirá para siempre y el pan que yo
daré es mi carne para la vida del mundo.
SÍGUEME

• La Comunión es un anticipo de la vida eterna, y


para el cuerpo una garantía de la futura resurrección, Jn
6,54: el que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida
eterna y Yo lo resucitaré en el último día.

D. REZA.
“El que ora se salva, el que no ora se condena” (San
Alfonso).
Orar es un mandato de Jesús (cf. Lc 21,36; Mt
22,40). Dios concede las gracias espirituales y materiales
de las cuales tenemos necesidad, a través de la oración;
la oración es la llave con la cual se abren los tesoros de
las gracias divinas (cf. Mt 7,7-8; Jn 1,5-7). La oración es
la respiración del alma, necesaria para conservarse y
morir en gracia de Dios (cf. Lc 21,36). Recuerda siempre
que Dios es Padre y se ocupa de nosotros más que de
las aves del cielo y lo lirios del campo (cf. Mt 6,25ss);
más que una madre de su hijo pequeño (cf. Is 49,14); y
cuida hasta del último cabello de nuestra cabeza (cf. Mt
10,30).
Ora con gran confianza, ya que Dios es providente
(cf. Mc 11,24-25; Mt 6,25-34); con gran humildad, ya
que Él es el Santo y nosotros pecadores (cf. Mt 6,5-6; Lc
18,9-14); con perseverancia, sin cansarnos jamás (cf.
Mt 7,7; Lc 18,1-8); con atención, pensando lo que
dices; en el Nombre de Jesucristo porque Él es el
único Mediador entre Dios y los hombres (cf. Jn 14,13-
14; 15,7; 16,24). Ora siempre (cf. Lc 21,36; 1Ts 5,17-
18); reza con pocas palabras (cf. Mt 6,7-14); reza por
los que te persiguen (cf. Mt 5,44). Cf. CIC 2598-2622.
QUINTA SEMANA

Reza para adorar a Dios: reconociendo su infinita


perfección y nuestra total dependencia de Él. Reza para
alabarlo y agradecerle por todos los beneficios que te
ha concedido. Ora para pedirle perdón de los pecados
que has cometido. Cf. CIC 2626-2649.
Reza mentalmente, es decir con tu mente y tu
corazón; es una verdadera conversación con Dios, sin
ruido de palabras. La meditación: - te despega de las
criaturas que pueden obstaculizar tu unión con Dios; -
te va transformando lentamente a imagen de Jesús.
Medita todos los días el Evangelio para “encontrar en el
texto bíblico la palabra viva que interpela, orienta y
modela la existencia” (Novo Millennio Ineunte, 32). En el
Evangelio encontrarás la ‘buena noticia’ anunciada a los
hombres: ya que se anuncia la unión de los hombres con
Dios: 1°. la unión personal del hombre con Dios en su
Hijo hecho hombre (cf. Jn 1,14); 2°. la unión del
hombre con Dios por medio de la gracia de adopción
por la cual nos convertimos en hijos de Dios (cf. Jn
1,11-13); 3°. la unión perfecta, definitiva, eterna del
hombre con Dios en el Cielo (cf. Jn 17,3). Cf. CIC
2705-2708.
Siguiendo los consejos e indicaciones de San Ignacio
(“no el mucho saber harta y satisface el alma, sino el
sentir y gustar de las cosas internamente” EE 2), el
domingo u otro día prepara tu meditación y adoración.
Anota tres, cuatro o seis puntos sobre una determinada
verdad de la fe o misterio para toda la semana... Para el
lunes, martes y miércoles, medita en los puntos
anotados (meditación: considerar con las potencias del
alma las grandes verdades de la fe; la memoria para
recordar, la inteligencia discurrir, la voluntad para amar;
SÍGUEME

meditar es un discurso razonado de la inteligencia sobre


una verdad revelada para más convencernos de ella, más
amarla y ponerla en práctica); el jueves repite los puntos
en los que hayas encontrado más consolación o luz
durante los días anteriores (repetición: cuanso se medita
o contempla por segunda vez y con mayor atención en
una materia ya ejercitada, volviendo a considerar lo
mismo para sacar provecho, prestando atención a los
puntos donde has sentido mayores consolaciones,
luces); el viernes repite los puntos donde no has sacado
provecho (repetición en los cuales has encontrado más
dificultad o desolación); el sábado haz un resumen de
todo lo anterior (resumen: cuando el entendimiento sin
divagar discurre asiduamente por el recuerdo de las
cosas contempladas en los ejercicios pasados); y el
domingo aplicación de sentidos o contemplación sobre
el tema o misterio meditado durante la semana
(aplicación de sentidos: es pasar los cinco sentidos de
nuestra imaginación sobre las contemplaciones ya
hechas; es algo muy fácil y util, imaginando que vemos
las personas, y que oímos las palabras o el ruido... y
tocamos o besamos los lugares o las personas, con gran
reverencia, modestia y temor; el olfato aplicado a la
fragancia de los dones de Dios; el gusto saborea su
dulzura).

E. SÉ DEVOTO DE MARÍA.
La Virgen es Madre de Dios, porque ella es la madre
de Jesús que es el Hijo de Dios (cf. Gal 4,4; Lc 1,35.43.;
Ro 9,5; Is 7,14). Jesús nos ha dado por madre nuestra a su
propia madre: Jesús, viendo a su madre y junto a ella al
QUINTA SEMANA

discípulo que amaba, le dice a la madre: ‘Mujer, he ahí a


tu hijo’. Luego dice al discípulo: ‘He ahí a tu madre’. Y
desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa (Jn
19,26-27).
Para que tu devoción a María sea verdadera, sincera
tiene que ser:
- interior, es decir que nazca de lo más profundo de
tu espíritu, del corazón (en sentido bíblico); que nazca
de la estima y cariño sincero; que nazca de la idea clara
de sus grandezas y virtudes;
- tierna: es decir llena de confianza, como la de un
niño por su madre. Por eso no tengas miedo en recurrir
a ella en todas tus necesidades materiales y espirituales,
en todo tiempo y lugar. Ella está atenta a lo que
necesitamos como en las bodas de Caná (cf. Jn 2,1-11);
- santa: es decir que se fundamente en nuestro
rechazo del pecado y la imitación de sus virtudes: su
profunda humildad, su fe viva, su obediencia pronta, su
oración continua, su pureza divina, su caridad ardiente,
su paciencia heroica, su sabiduría celestial, su prudencia
evangélica;
- constante: que afirma cada vez más el alma en el
bien, le infunde valor para oponerse a las tentaciones del
demonio, del mundo y de la carne. Constante, que evita
las melancolías, los escrúpulos o las timideces; que da
fuerzas contra el desánimo. Si tienes la desgracia de caer
en pecado te levantarás rápidamente, tendiendo tu mano
a la suya de madre buena;
- desinteresada: no servir a María por ventajas
propias, sino únicamente porque ella merecer ser
servida. No se la ama por los favores recibidos o que
SÍGUEME

esperamos recibir, sino porque ella merece todo nuestro


amor.
Le demostramos nuestro amor de hijos: rezando el
santo Rosario (ya que se contemplan los gozos, los
dolores y la gloria de Jesús y de su madre); los 5
primeros sábados de mes (así se lo dijo la Virgen a
Lucia -Fátima, 1925-): ‘Tú procura consolar mi corazón
atravesado por las espinas que los hombre, a cada
instante, me causan con sus blasfemias e ingratitudes.
Haz conocer que prometo mi asistencia a al hora de la
muerte, con las gracias de Dios necesarias para la
salvación eterna, a todos aquellos que en los primeros
sábados de 5 meses seguidos, se confiesen, comulguen,
hayan recitado el rosario y me hayan hecho compañía
por un cuarto de hora, meditando los 15 misterios del
rosario con intención de reparar’).
El Ave María y el angelus, nos recuerda el
momento de la Anunciación y su título de Madre de
Dios. Las Letanías lauretanas (son los títulos y
grandezas de María, en las cuales se implora su
protección. La Salve Regina; el Acordaos y el
Magnificat son cánticos que nos recuerdan las
maravillas que el Espíritu Santo realizó en ella. El
escapulario, y las medallas son como un escudo
protector, signo de especial protección para quienes la
lleven con espíritu de filial devoción y con el deseo de
imitarla en sus virtudes.
Finalmente la santa esclavitud de amor (fomentada
por San Luis M. Grignon de Montfort), consiste en
darse enteramente a María como esclavo, y por medio
de ella donarse a Jesús. Consiste en hacer todo con
QUINTA SEMANA

María (en su compañía), por medio de María


(recurriendo a Jesús por medio de ella), en María
(entrando y habitando en su corazón, en sus intenciones
y en sus sentimientos), y por María (no buscándonos a
nosotros mismos, sino haciendo todo para agradar a
María).
Bajo tu amparo
(sub tuum praesidium).
Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.

Nuestra Señora de Luján


(patrona de la República Argentina).
Padre todopoderoso es justo que entonemos siempre
en tu honor himnos y cantos de alabanza, especialmente
por el amor sin límites que quisiste manifestarnos en
María, Virgen y Madre. Una humilde imagen de su
limpia y pura concepción se quedó milagrosamente a las
orillas del río Luján, como signo de maternal protección
sobre el pueblo de Dios peregrino en la Argentina, para
que llevados de su mano podamos llegar al trono del
Cordero inocente que quita el pecado del mundo, Cristo
Jesús, tu Hijo y nuestro único Salvador.
Señor mira con bondad la fidelidad de tu pueblo y
concédenos que, por los méritos e intercesión de la
santísima Virgen María, obtengamos los dones de tu
SÍGUEME

gracia en la vida presente y la salvación eterna en el


cielo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

F. BUSCA UN DIRECTOR ESPIRITUAL


La Sagrada Escritura nos invita a buscar un consejero:
Tob 4,18: sigue consejo de los prudentes y no desprecies ningún
buen consejo; Qol 4,10: si uno cae, el otro le levanta; pero ¡ay
del solo, que, si cae, no tiene quien lo levante!; Sir 32,23: No
hagas nada sin consejo, y después de hecho no tendrás que
arrepentirte. Cf. Sir 4,10; 32,24; Lc 10,16; 2Cor 5,20.
Tenemos el ejemplo de Cornelio que recurre a Pedro (cf.
He 10,5) y el de Pablo que debe recurrir a Ananías (cf. He
9,6).
“Jesucristo no concederá nunca su gracia (sin la cual no
podemos hacer nada) a quien, teniendo a disposición un
hombre capaz de instruirlo y dirigirlo, desprecia esta ayuda,
pensando que se bastará a sí mismo y que por sí solo
encontrará todo lo que le sea útil para la salvación” (San
Vicente Ferrer).
El director espiritual guía tus acciones con sus
advertencias y consejos, te defiende de los engaños del
maligno, será un tesoro de sabiduría en las aflicciones,
tristezas y caídas; te protegerá del mal y te ayudará a ser
mejor en el bien. Reza con humildad y fervor, para que
Dios te provea de uno que sea según su Corazón.
Los temas que se deben tratar con el director espiritual
son (según san Alfonso): la mortificación, el modo de
recibir los sacramentos, la oración, la práctica de las
virtudes, la santificación de lo ordinario. El punto central
de la entrevista con el director espiritual debe ser el
propósito actual sobre el que la persona está trabajando o
debería trabajar.
QUINTA SEMANA
Habla con tu director con toda sinceridad y fidelidad;
muéstrale claramente tu bien y tu mal, sin hipocresía, sin
fingir, de modo que tu bien sea examinado y tu mal
corregido y remediado. Serás consolado en tus aflicciones y
moderado en tus consuelos. Ten con él una total
confianza, unida a un gran respeto, pero de modo que ni el
respecto disminuya la confianza, ni la confianza impida el
respeto.

G. HAZ TODOS LOS AÑOS TUS EJERCICIOS


Si no te elevas a lo alto con todas tus fuerzas,
fácilmente te irás alejando de tus buenos propósitos, y a
causa de tu fragilidad y malas inclinaciones te arrastrarás
hacia abajo... Por eso tienes necesidad de renovar y repetir
frecuentemente tu voluntad sincera de servir a Dios. De lo
contrario uno cae en un estado peor que el anterior. Por
eso repite todos los años tus ejercicios para “preparar tu
alma a liberarse de todos los afectos desordenados, y
después de haberlos eliminado, a buscar y hallar la
voluntad de Dios” (EE 1).
Oración por los próximos Ejercicios Espirituales.
Oh Dios Creador y Redentor nuestro, que quieres que
todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de
la Verdad;
Tú que nos rescataste del pecado para consagrarnos a
tu servicio en la instauración de tu Reinado en el mundo;
derrama tu gracia sobre muchos corazones, para que
respondan al llamado a los próximos Ejercicios, que es
llamado a la conversión, a la militancia y a la santificación.
Te lo pedimos, Rey y Señor, por nuestra Madre, la
Virgen, por tu siervo San Ignacio, y tantos santos que por
SÍGUEME
los Ejercicios se unieron a Ti, que vives y reinas por los
siglos de los siglos. Amén.

H. SÉ APÓSTOL.
¿Quién es un Apóstol? Apóstol es aquel que ama
intensamente a Jesús y busca con todas sus fuerzas que otros
lo conozcan y lo amen.
Jesús llamó a los que Él quiso, para que estuviesen con Él
y para enviarlos a predicar (cf. Mc 3,13.19). Como el Padre
envió a Jesús, así Jesús manda a sus discípulos (cf. Jn 20,21;
13,20; 17,18; Mt 10,40; Lc 10,16).
Para ser Apóstol se requiere: estar unido a Él (cf. Mc 3,13;
Jn 15,5), te convertirás en su embajador (1Cor 4,1) y Jesús
estará contigo hasta el final (cf. Mt 28,20).
Tres son las armas que el Apóstol tiene para conquistar el
mundo con y para Cristo: el ejemplo (cf. Mt 5,13-16), la
oración (cf. Jn 5,16-18) y la palabra (cf. Mt 28,19-20).
APÉNDICE 1
Exámenes - Oración
Se agregan aquí otros exámenes de conciencia
(siguiendo los mandamientos, el amor a Dios y al prójimo,
vicios y virtudes...) que pueden servirte tanto para orar,
deteníendote en aquel mandamiento en el cual has pecado,
para pedirle perdón, y proponer enmienda, y en aquellos
que no has pecado, darle gracias por la gracia de no haber
caido. También te puede servir para prepararte a la
confesión general.

A. Siguiendo los mandamientos:


Primer mandamiento
Amar a Dios sobre todas las cosas.
1. Textos Bíblicos. Dt 6,4-7: escucha Israel, el Señor
nuestro Dios es solamente Uno. Y amarás al Señor tu Dios
con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas.
Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria; se las
repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y
yendo de camino, acostado y levantado.
Mt 22,37: amarás al Señor tu Dios, con toda su alma, con
todo tu corazón y con toda tu mente.
Mt 6,24: nadie puede servir a dos señores, porque
aborrecerá a uno y amará a otro, o bien, se interesará por el
primero y descuidará al segundo. No se puede servir a Dios y
al dinero.
2. Aclaraciones. Este es el más grande y primer
mandamiento (cf. Mc 12,29) porque el fin de toda la vida

285
SÍGUEME
cristiana es la unión con Dios. Y esa unión con Dios se
realiza por la caridad.
Amar a Dios con todo el corazón, quiere decir que
todas nuestras acciones, sin exceptuar una sólo, deben
referirse a Él: ya comáis, ya bebáis, o ya hagáis alguna cosa,
hacedlo todo para gloria de Dios (1Cor 10,31). Amar a Dios
con toda el alma, quiere decir que nuestra voluntad se
sujete totalmente a su voluntad. Amar a Dios con toda la
mente quiere decir que nuestro entendimiento debe
someterse del todo a Dios. Con todas las fuerzas, que en
todo lo que hacemos le debemos obedecer siempre.
3. Preguntas. ¿Tengo un amor de hijo para con Dios?
¿Le amo sobre todas las cosas? ¿Creo en su palabra?
¿Confío en su bondad infinita? ¿Le hablo como al amigo
más íntimo, cada día? ¿Me preocupo de aumentar mi
conocimiento de Dios, del Evangelio, y de fortalecer mi fe?
4. Pecados. Pecas cuando libre y deliberadamente:
-dudas o niegas voluntariamente una verdad de la fe,
-pasas mucho tiempo sin rezar, sin elevar tu mente a Dios,
-dudas de la bondad o misericordia de Dios,
-crees en supersticiones o adivinaciones,
-lees libros, ves espectáculos o escuchas a quienes hablan
contra la fe, o poniendo dudas sobre ella,
-asistes a otras iglesias (evangélica, testigos...),
-desesperas o hablas contra la divina providencia,
-te burlas de Dios y de las cosas de Dios,
-confiesas mal, callando algún pecado, o sin sincero
arrepentimiento, o sin querer de veras enmendarte,
-comulgas sabiendo que estás en pecado,
-dejas tus prácticas religiosas por respeto humano, por
miedo a las burlas...
APÉNDICE 1
5. Motivos para amarlo.
a) Amarlo por lo que Él es. Porque es la Bondad
infinita, por todo lo que es Él, sin medida.
b) Por el amor eterno con que nos ama: Él nos amó
primero (1Jn 4,19) a pesar de nuestros pecados: Dios probó
su amor hacia nosotros en que, siendo aún pecadores, murió
Cristo por nosotros (Ro 5,8), amándonos Jesús hasta el fin
(Jn 13,1), hasta el extremo, sin límites.
c) Por los bienes naturales que nos ha dado: nos creó,
nos conserva en el ser: todo subsiste en Él (Col 1,17),
ordena nuestra vida por su Providencia.
d) Por los bienes de la gracia (sobrenaturales): llamados
a gozar de Él en el cielo; nos envió a su Hijo para
salvarnos, fundó la Iglesia para que distribuyese la gracia a
través de los sacramentos, nos hizo nacer en una familia
cristiana, etc.
Segundo mandamiento
No tomar su santo nombre en vano.
1. Textos de la Sagrada Escritura. Ex 20,7: no
tomarás en falso el nombre de Yahvhe.
Mt 6,9: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado
sea tu nombre.
2. Aclaraciones. En este mandamiento se prescribe la
alabanza de Dios, es decir la expresión externa de nuestro
amor interior a Dios: su alabanza está siempre en mi boca
(Mt 12,34). Y el voto: promesa hecha a Dios de un bien
mejor, futuro y posible, como ayunar, hacer oraciones, una
peregrinación, un limosna, de guardar virginidad, etc.: haced
votos al Señor y cumplidlos (Sl 76,12).
Se prohibe el uso del nombre de Dios en vano, ya sea
pronunciar sin motivo o sin el debido respeto el nombre
de Dios, de la Virgen o de los santos. La blasfemia que
SÍGUEME
consiste en injuriar a Dios, la Virgen o los santos. Es un
pecado gravísimo. El perjurio, es jurar en falso poniendo a
Dios por testigo, con lo que se da a entender que Dios no
conoce la verdad o se presta a testificar la mentira.
3. Preguntas. ¿Pronuncio siempre el nombre de Dios,
de Cristo, de la Virgen con respeto, amor y cariño?
4. Pecados. Pecas cuando libre y deliberadamente:
-blasfemas, insultas, con palabras o actos contra Dios,
-juras sin verdad, sin necesidad,
-no cumples con la promesa que hiciste, pudiendo,
-haces promesas con ligereza, por motivos pequeños o
indignos de Dios,
-hablas mal de la Iglesia, de los Obispos o sacerdotes sin
motivo real, o escandalizando a otros.
5. Motivos para honrar el nombre de Dios.
a) El general San Martín, cuando era Jefe del Ejército
de los Andes, mandó castigar severamente a todo el que
blasfeme del Santo Nombre de Dios o de su adorable
Madre, o insultare la religión.
b) De la abundancia del corazón habla la boca (cf. Mt
12,34). A Dios se lo honra no sólo con el corazón sino
también con los labios.
c) Pensar en las grandezas, perfecciones, bondad de
Dios...

Tercer mandamiento
Santificar las fiestas.
1. Textos de la Sagrada Escritura. Ex 20,8: acuérdate
del día de Sabbath para santificarlo. Seis días trabajarás y
harás tus obras, pero el séptimo día es día de descanso,
consagrado a Yavé, tu Dios, y no harás en él trabajo alguno...
APÉNDICE 1
2. Aclaraciones. Santificar una cosa, en el lenguaje de
la Escritura significa destinarla al culto divino. En este
mandamiento se nos recuerda la obligación grave de rendir
culto a Dios. Se nos manda entonces dedicar al Señor el día
Domingo y las fiestas de guardar, alimentando nuestro
espíritu en la oración, y fortificándolo en la Santa Misa.
Para poder dedicarnos más a Dios se nos manda descansar
de los demás trabajos corporales.
Preceptos o mandamientos de la Iglesia, que completan
y precisan cómo cumplir mejor los deberes para con Dios:
1° oír Misa entera los domingos y fiestas de precepto y no
realizar trabajos serviles (en Argentina desde 1991: todos
los Domingos del Año, el 1° enero: solemnidad de Santa
María Madre de Dios, 15 agosto: asunción de la Santísima
Virgen María, 8 diciembre: Inmaculada Concepción de
María, 25 diciembre: Navidad de Nuestro Señor
Jesucristo). 2° confesar al menos una vez al año,
preparando la recepción de la Eucaristía, y continuando la
obra de conversión -nos vamos haciendo cristianos. 3°
recibir al menos una vez al año la Santa Eucaristía durante
el tiempo de Pascua que recuerda la Pasión, muerte y
resurrección de Cristo. 4° abstenerse de comer carne y
ayunar los días establecidos por la Iglesia, garantizando así
los tiempos de ascesis y penitencia para prepararnos a las
grandes fiestas litúrgicas, nos ayudan también a adquirir el
dominio sobre nuestros instintos y nos dan la libertad del
corazón. 5° ayudar a las necesidades de la Iglesia, cada uno
según su capacidad y medios cooperar con las necesidades
materiales de la Iglesia: gastos de luz, mantenimiento, las
obras de caridad, las misiones, etc.
3. Preguntas. ¿El Domingo es realmente para mí el
Día del Señor? ¿Santifico como es debido ese día y ayudo a
SÍGUEME
los demás a santificarlo? ¿La Misa del domingo es para mí
el acto esencial de la Semana?
4. Pecados. Pecas cuando libre y deliberadamente:
-faltas sin motivo grave, a Misa los domingos y días de
fiesta,
-llegas tarde voluntariamente y por costumbre al Santo
Sacrificio,
-asistes a Misa sin respeto exterior, sin participar
interiormente,
-trabajas sin necesidad más de dos o tres horas,
-participas en diversiones indignas de un hijo de Dios.
Cuarto mandamiento
Honrar padre y madre.
1. Textos de la Biblia. Ex 20,12: Honra a tu padre y a
tu madre, para que vivas largos años en la tierra que Yavé, tu
Dios, te da.
Ef 6,1: Hijos, obedezcan a sus padres en el Señor, porque
esto es lo justo... Padres, no irriten a sus hijos; al contrario,
edúquenlos, corrigiéndolos y aconsejándolos, según el espíritu
del Señor.
Ef 5,22: Las mujeres deben obedecer a sus maridos como al
Señor... Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a la
Iglesia y se entregó por ella.
Ef 6,5: Servidores obedezcan a sus patronos con temor y
respeto, sin ninguna clase de doblez como si sirvieran a
Cristo... sirvan a sus dueños de buena gana, como si se tratara
del Señor y no de los hombres.
Y ustedes patronos, compórtense de la misma manera con
sus servidores y dejen a un lado las amenazas, sabiendo que el
Señor de ellos y el de ustedes está en el Cielo y El no hace
acepción de personas.
APÉNDICE 1
2. Aclaraciones. Los hijos deben amar a sus padres
porque ¿cómo podrás pagarles lo que han hecho por ti? Sir
7,30. Deben también respetarlos: de obra y de palabra honra
a tu padre (Sir 3,9). Deben obedecerles Ef 6,1: Hijos,
obedezcan a sus padres en el Señor, porque esto es lo justo... a
no ser que manden algo que es pecado, ya que en ese caso: es
preciso obedecer a Dios antes que a los hombres (Hch 5,29).
Deben socorrerlos en sus necesidades: como un blasfemo es
quien abandona al padre (Sir 3,16).
Por este mandamiento también los padres están
obligados a amar a sus hijos, atendiéndolos corporal y
espiritualmente, procurándoles un sólido porvenir y
colaborando en el crecimiento de su vida interior. Ef 6,1:
Padres, no irriten a sus hijos; al contrario, edúquenlos,
corrigiéndolos y aconsejándolos, según el espíritu del Señor.
Esos mismos padres, en cuanto esposos, deben amarse,
ayudarse mutuamente, convivir en paz, y asimismo ser
rectos en la administración de los bienes y en lo que atañe
al débito conyugal y la mutua fidelidad. Ef 5,22: Las
mujeres deben obedecer a sus maridos como al Señor...
Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a la Iglesia y se
entregó por ella.
Los hermanos entre sí se deben cariño, unión,
edificación y ayuda. Se debe, además, un amor especial a
los abuelos, tíos, primos, sobrinos, etc.
Este mandamiento obliga también a los patronos con
respecto a sus empleados, a los que deben tratar
benignamente, instruirlos, corregirlos, y pagarles el debido
salario. También obliga a los empleados a que traten con
respeto a sus patrones.
Obliga también este mandamiento a los maestros y a
los alumnos, ya que la sociedad escolar es como una
prolongación de la familia, exigiendo de ellos el
cumplimiento de sus deberes profesionales.
SÍGUEME
Finalmente este mandamiento nos impone el amor y la
piedad hacia la Patria (la palabra patria significa la tierra de
los padres), la tierra de nuestros mayores. El patriotismo
nos exige tener por nuestra Patria un amor de predilección,
respetando su historia, su tradición y destino, sirviéndola
en el cumplimiento de sus leyes, defendiéndola contra los
enemigos interiores y exteriores. Si uno no ama la Patria
que ve, ¿cómo amará la Patria celestial que aún no ve?
Jesús lloró por la suya.

3. Preguntas. ¿Estoy convencido de las palabras de


san Pablo: toda autoridad viene de Dios? ¿Veo a Dios en mis
padres, en mis superiores, en la autoridad civil o
eclesiástica? ¿Mi obediencia es fruto de mi espírit ru de fe?
¿Amo a mi esposa, a mis hijos, a mis subordinados como
Cristolos ama?

4. Pecados. (Jóvenes), pecas cuando libre y


deliberadamente:
-no manifiestas amor, gratitud y respeto a los padres,
-los odias, los criticas, los insultas, los ridiculizas, los
abandonas, desobedeces a sus legítimos mandatos,
-calumnias a tus profesores, educadores, sacerdotes,
-tienes odio y aversión para con tus hermanos.

(Padres), pecas cuando libre y deliberadamente:


-no manifiestas amor, cariño a tus hijos,
-escandalizas a tus hijos con tus palabras y actitudes,
-no te preocupas de su educación y formación humana y
cristiana,
-les dejas absoluta libertad sin controlar ni dirigir sus
lecturas, sus salidas y diversiones, sus compañeros,
-los corriges o castigas sin amor o injustamente,
APÉNDICE 1
-eres débil para señalarles el verdadero camino,
-te opones sin razón a su elección de vida: profesión,
matrimonio, vocación...
-no les aconsejas a tiempo acerca de lo que deben saber o
hacer.
(Esposos), pecas cuando libre y voluntariamente:
-maltratas a tu consorte de palabra o de obra,
-eres infiel a tu promesa ante el altar,
-das al otro un disgusto grave, sin motivo,
-criticas, calumnias, desautorizas al otro delante de los hijos
o personas extrañas,
-niegas la palabra al otro, aun durante varios días,
-no respetas los derechos del otro, o a tu esposa no le das
lo necesario para la marcha de la casa,
-usas del matrimonio evitando artificialmente los hijos, o lo
haces contra la voluntad divina,
-impides que tu consorte cumpla con libertad sus deberes
religiosos.
(Superiores), pecas cuando libre y voluntariamente:
-no cumples con tus obligaciones y responsabilidades,
-mandas o exiges a tus subordinados algo pecaminoso,
-desprecias en público a tus inferiores y no les profesas el
respeto debido,
-eres injusto con ellos.
(Subordinados), pecas cuando libre y voluntariamente:
-no te sometes a las órdenes legítimas y justas,
-criticas y denigras injustamente y sin causa a la autoridad,
-no cumples con las obligaciones del contrato de trabajo,
-faltas al respeto y te burlas de tus superiores.
SÍGUEME

Quinto mandamiento
No matar.
1. Textos de la Sagrada Escritura. Ex 20,13: No
matarás.
Mt 5,21: Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados:
no matarás, y el que mata debe ser llevado ante el tribunal.
Pero yo les aseguro que todo aquel que se enoja con su
hermano, merece ser condenado por un tribunal.
Jn 15,12: este es mi mandamiento: ámense unos a otros
como yo os he amado.
1Jn 3,15: el que odia a su hermano es un homicida.
Mc 9,42: si alguien llegara a escandalizar a uno de estos
pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al
cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar.
Mt 5,44: Yo les digo: amen a sus enemigos, rueguen por
sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el
Cielo.
2. Aclaraciones. En este mandamiento se nos obliga a
conservar la propia vida, evitar el suicidio, la propia
mutilación, el descuido de los bienes humanos, el
escándalo por el cual se induce a otro a hacer el mal; nos
prohibe drogarse, cometer excesos en la comida, la bebida,
el tabaco... nos obliga a no conducir cuando se está
alcoholizado, etc.
Se prohibe además dar muerte a otra persona
injustamente, sea por homicidio, o aborto (matar el feto en
vientre de su madre), o el genocidio, o la eutanasia (matar a
los ancianos o enfermos incurables).
Este mandamiento no va contra el derecho a impedir
que un agresor injusto cause daño. La legítima defensa es
un deber grave para quien es responsable de la vida de otro
o del bien común.
APÉNDICE 1
También hay que trabajar por la paz y evitar la guerra.
Sin embargo mientras exista el riego de guerra y falte una
autoridad internacional competente y provista de la fuerza
correspondiente, una vez agotados todos los medios de
acuerdo pacífico, no se puede negar a los gobiernos el
derecho a la legítima defensa.
3. Preguntas. ¿Amo a mis hermanos como a mí
mismo, por amor de Dios? ¿Trato a los demás como
alguien o como algo...? ¿Respeto su cuerpo, su dignidad, su
libertad? ¿Me preocupo de la salud y de la vida de los
demás? ¿Doy más valor a la salud, a la vida natural que a la
gracia, y la vida de amistad con Dios?
4. Pecados. Pecas contra este mandamiento, cuando
libre y deliberadamente:
-matas, hieres, golpeas a otro por odio, rencor y venganza,
o deseas hacerlo sin poder realizarlo,
-abortas (crimen abominable por tratarse de una persona
humana inocente, indefensa, y a la que privas -al menos de
tu parte- de la vida de gracia y de la vida eterna),
-mantienes voluntariamente sentimientos de odio, cuando
no quieres perdonar,
-cuando escandalizas (matas la vida de la gracia en otro,
provocándolo directa o indirectamente al pecado, por tu
ejemplo, por tus palabras o escritos),
-abusas de otro más débil que tú (la opresión puede ser
física o moral),
-deseas o intentas suicidarte,
-pones en peligro tu vida y la de los demás, por tu
imprudencia en manejar, sea por la velocidad, por no
respetar las leyes de tránsito...
-bebes hasta perder la razón,
-te mutilas para no tener más hijos (ligadura de trompas,
vasectomía...).
SÍGUEME
5. Motivos para respetar la vida del prójimo.
a) No somos dueños, sino administradores de nuestra
vida. Dios es el Dueño y Señor de la vida y de la muerte.
b) La vida no sólo es un don para nosotros, sino
también para los demás (bien común). Atentar contra
nuestra vida o la ajena es odio contra sí mismo, rebelión
contra Dios y daño a la sociedad.
Sexto y noveno mandamientos
No cometer actos impuros.
No desear la mujer del prójimo.
1. Textos bíblicos. Ex 20,14: No adulterarás.
Mt 5,28: el que mira a una mujer deseándola, ya cometió
adulterio en su corazón.
Ro 6,12: no permitan entonces que el pecado reine en sus
cuerpos mortales, obedeciendo a sus bajos deseos. Ni hagan de
sus miembros instrumentos de injusticia al servicio del pecado.
1Cor 6,13: El cuerpo no es para la fornicación, sino para
el Señor, y el Señor es para el cuerpo.
1Cor 6,15-16: ¿No saben acaso que sus cuerpos son
miembros de Cristo? ¿Cómo voy a tomar los miembros de
Cristo para convertirlos en miembros de una prostituta? De
ninguna manera. ¿No saben que el que se une a una
prostituta se hace un solo cuerpo con ella?
Mt 5,8: Felices los que tienen un corazón recto, porque
verán a Dios.
2. En qué consiste este mandamiento. Por este
mandamiento se nos manda: ser puros de pensamiento,
palabra, deseo y acción.
Dios creó al hombre y la mujer, les dio a cada uno un
sexo complementario y para que transmitieran la vida, hizo
que la unión sexual se hiciese con placer. Buscar ese placer
APÉNDICE 1
sexual, ya sea solo, ya acompañado pero fuera del
matrimonio, ya en el matrimonio pero impidiendo
artificialmente la transmisión de la vida, es pecado y
pecado grave.
3. Hermosura de la pureza. La virtud de la pureza
prescripta por estos dos mandamientos es una de las más
hermosas y delicadas.
San Agustín daba tres consejos para practicarla
convenientemente:
1° rezar, frecuentar los sacramentos (sobre toda la
Confesión y Comunión), tener una gran devoción a la
Santísima Virgen;
2° huir de las ocasiones de pecado de impureza y rechazar
una y mil veces las tentaciones.
3° mortificar el cuerpo haciendo que se acostumbre a
obedecer al alma.
4. Preguntas. ¿Soy puro? ¿Creo de verdad que mi
cuerpo y el de los demás son templos del Espíritu Santo?
¿Tengo siempre una mirada limpia y un amor puro?
¿Domino mi cuerpo, mis pasiones, o me dejo dominar?
¿He orado cuando comenzó la tentación?
5. Pecados. Contra este mandamiento se peca cuando
libre y deliberadamente:
-te deleitas voluntariamente en pensamientos y deseos
impuros, aunque no realices estos actos.
-cometes una acción impura, solo, con otra persona
(soltera?, casada?, del mismo sexo?, pariente?, consagrada?
con un animal?) (indicar cuántas veces).
-lees libros, revistas, videos deshonestos o pornográficos.
-asistes a espectáculos inmorales (cine, televisión)
-tienes conversaciones impuras: cuentos, chistes y
canciones
SÍGUEME
-bailas buscando el deleite sexual
-utilizas contraceptivos u otros medios evitando los hijos
en el uso del matrimonio
-te pones en ocasión próxima de pecar
-comes y bebes por pura sensualidad.
6. Motivos para vivir la pureza. Bastaría saber que la
impureza es mala, que Dios la odia y la prohibe por el bien
del hombre...
a) es una profanación, ya que el cristiano es templo vivo
del Espíritu Santo (cf. 1Cor 6,17) quien peca de impureza
profana ese templo, el Espíritu ya no puede habitar en él...
b) va produciendo la esclavitud del vicio, con
enfermedades terribles (el SIDA por ejemplo), cegando la
mente, produciendo atolondramiento, ceguera para las
cosas de Dios, muerte prematura, pérdida de la fe,
alejamiento de la vida de gracia, horror a la vida del más
allá...
c) Dios ha enviado muchos castigos: diluvio, fuego
sobre Sodoma, Gomorra, guerras, pestes, muertes
repentinas... Y el castigo eterno del infierno, Ef 5,5: sabed y
entended bien esto: todo el que fornica o es impuro, o avaro, o
es idólatra, no heredará el Reino de Cristo y de Dios.
d) El ejemplo de Cristo Virgen, de su Madre santísima,
de Juan a quien le confió su madre (cf. Jn 18,25-27), de
Domingo Savio, Laura Vicuña, María Goretti...
Séptimo y décimo mandamientos:
No robar, no codiciar los bienes ajenos.
1. Textos Bíblicos. Ex 20,15-17: no robarás... No
desearás la casa de tu prójimo, ni la mujer de tu prójimo, ni
su buey, ni su asno, ni nada de cuanto le pertenece.
APÉNDICE 1
Mt 5,3: felices los que tienen alma de pobres porque a ellos
pertenece el Reino de los cielos.
Mt 6,19: no acumules tesoros en la tierra donde la polilla y
la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes
y los roban. Acumulen, en cambio, los tesoros en el cielo... allí
donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón.
1Tim 6,10: la avaricia es la raíz de todos los pecados y al
dejarse llevar por ella algunos perdieron la fe.
Stg 5,1-4: ustedes los ricos, llores y giman por las
desgracias que les van a sobrevenir... Sepan que el salario que
han retenido a los que trabajaron en sus campos está
clamando, y el clamor de los cosechadores ha llegado a los
oídos del Señor del universo.
2. Aclaraciones. Este es uno de los mandamientos
más conocidos. Hasta los salvajes se dan cuenta de la
maldad del robo. De hecho dicen muchos creyéndose por
eso buenos: yo no mato ni robo...
El hombre necesita de las cosas exteriores de la tierra
para sustento y conservación de su vida. Tiene el deber de
conservar su vida, y por tanto el derecho a usar de los
medios necesarios. Además por el trabajo honesto el
hombre puede adquirir y aumentar sus bienes.
Por este mandamiento estamos obligados a dar a cada
cual lo que de derecho le corresponde. Si uno viola la
justicia: sacando lo ajeno, está obligado a restituir, para que
el prójimo no quede despojado de una cosa que es suya.
3. Preguntas. ¿Tengo pasión por el dinero y las cosas
de la tierra? ¿Soy pobre de espíritu? ¿Me preocupo por la
justa repartición de los bienes de la tierra? ¿Sufro y me
preocupo al saber que hay hombres con hambre? ¿Soy
egoísta?
SÍGUEME
4. Pecados. Contra ese mandamiento pecas cuando
libre y voluntariamente:
-robas algo que no es tuyo (debes decir la cantidad o su
valor aproximado);
-voluntariamente causas un grave daño material;
-cuando por imprudencia culpable causas un grave daño
material,
-no restituyes lo robado, cuando puedes hacerlo;
-vendes, engañando en el peso, o en la calidad o precio de
los productos;
-no pagas lo justo a tus obreros o empleados, para que
puedan vivir decentemente ellos y su familia;
-cuando derrochas el dinero en lujos y caprichos;
-cuando realizas ganancias por medios ilícitos (fraude o
engaño en el comercio);
-cuando no ayudas al que está en necesidad extrema y
descuidas las obras de misericordia;
-no cumples con el contrato justo y legítimo (el obrero que
no hace bien su trabajo);
-no pagas las deudas;
-la usura;
-el acaparamiento, Pr 11,26: al que acapara lo maldice el
pueblo.
5. Ideas claras sobre la pobreza y la riqueza.
a) El rico insensato: Lc 12,11-20.
c) Ni los avaros, ni los rapaces heredarán el Reino de
Dios: cf. 1Cor 6,10.
b) El ejemplo de Cristo: pesebre, vida de trabajador,
pobreza de su vida pública, muere desnudo en la Cruz. Más
aún se identifica con los pobres, cf. Mt 25,31-45.
APÉNDICE 1

Octavo mandamiento
No levantar falso testimonio ni mentir
1. Textos Bíblicos. Ex 20,16: no testificarás contra tu
prójimo falso testimonio.
Stg 3,9-11: con la lengua bendecimos al Señor, nuestro
Padre, y con ella maldecimos a los hombres hechos a imagen de
Dios. De la misma boca salen la bendición y la maldición.
Pero no debe ser así, hermanos. ¿Acaso brota el agua dulce y
la amarga de una misma fuente?
Stg 5,12: pero ante todo, hermanos no juren ni por el cielo
ni por la tierra, ni de ninguna manera: que cuando digan sí,
sea sí; y cuando digan no, sea no, para no ser condenados.
Mt 12,36: Les aseguro que en el día del Juicio, los
hombres rendirán cuenta de toda palabra vana que hayan
pronunciado. Porque por tus palabras serás justificado y por
tus palabras serás condenado.
2. Aclaraciones. Hay dos tipos de bienes que el
hombre necesita para vivir: los bienes materiales necesarios
para vivir (vida física) y la fama que corresponde a la vida
social del hombre. La mentira, el falso testimonio, es un
robo.
La verdad o veracidad es la virtud por la cual nos
mostramos sinceros en las palabras y en los actos, evitando
la duplicidad, la simulación, la hipocresía. Esta virtud es
necesaria ya que sin ella se destruye todo tipo de sociedad,
engendrando confusión, desconfianza.
La falta cometida contra la verdad exige reparación.
La sociedad tiene derecho a una información fundada
en la verdad, la libertad, la justicia.
3. Preguntas. ¿Digo siempre la verdad? ¿Expreso las
cosas como son, o las deformo? ¿Hablo siempre bien de
SÍGUEME
los demás? ¿Tengo mala lengua? ¿Soy hipócrita, fingiendo
lo que no soy, aparentando...?
4. Pecados. Pecas cuando libre y voluntariamente:
- callas la verdad, teniendo obligación grave de decirla,
- mientes con perjuicio del prójimo. El pecado será
proporcionado a la gravedad del daño que se causa,
- aceptas voluntariamente juicios temerarios, sin
fundamento serio, creyendo sin motivo suficiente que el
prójimo está en pecado o tiene mala intención,
- dañas al prójimo en su fama y honor, mintiendo o
revelando pecados ocultos, o agrandando las cosas,
- propagas chismes y cuentos.
- dejas que critiquen o murmuren, o calumnien de un
ausente cuando tienes obligación de impedirlo,
- murmuras, sembrando cizaña entre los amigos,
- difamas, quitando la fama del prójimo ausente,
- te burlas, poniendo al prójimo en ridículo ante los demás,
- no cumples tus promesas y votos,
- lees cartas contra la voluntad de los destinatarios.
5. Motivos para vivir en la verdad y sinceridad.
a) El cristiano está unido a Cristo, la Verdad. Por eso
debe vivir abrazado a la verdad (Ef 4,15) para que
despojados de toda mentira hable cada uno verdad con su
prójimo, pues que todos somos miembros unos de otros (Ef
4,25).
b) La mentira hace al hombre hijo del diablo, padre de
la mentira (cf. Mt 5,37).
APÉNDICE 1

B. Siguiendo las virtudes cristianas.


Sobre la oración:
¿He rezado cotidianamente mis oraciones?
¿Me he esforzado en participar con fervor en los actos
de culto?
¿Persevero en alguna buena lectura espiritual o
formativa?
¿Ofrezco a Dios todas las actividades del día?
Sobre las virtudes teologales:
Fe: ¿He dudado de Dios, de Cristo, o de lo que enseña
la Iglesia católica?
¿Me he preocupado en resolver las dudas y acrecentar mi
formación?
¿He puesto en peligro la fe leyendo malos libros o revistas,
viendo programas de TV o manteniendo conversaciones
peligrosas?
¿He velado por la formación y vida de fe de los que me
están encomendados?
¿Intento resolver todos mis problemas a la luz de la fe?
¿Me he rebelado contra Dios en las adversidades?
Esperanza: ¿Oriento todas las acciones de mi vida
hacia la vida eterna?
¿Tengo excesivo apego a esta vida?
¿Tengo poca confianza en la providencia?
¿Me he desesperado de la salvación o dudado del auxilio
divino?
¿He abusado de la confianza en Dios no poniendo los
medios de las buenas obras, la oración y los sacramentos?
Caridad: ¿He tenido odio o rebeldía contra Dios?
SÍGUEME
¿He tenido odio y rencor a alguien?
¿He dejado de ayudar material o espiritualmente a quien lo
necesitaba?
¿He sembrado discordia entre las personas?
¿He discutido o altercado con espíritu de contradicción?
¿He promovido peleas o disensiones en la sociedad o la
Iglesia?
¿He dado escándalo?
¿He intentado ordenar mi vida según la voluntad de Dios
con todo corazón y todas las fuerzas?
Sobre las virtudes cardinales:
Prudencia: ¿He obrado con precipitación y poco
juicio?
¿He demorado decisiones importantes de la vida?
¿He pedido consejo a quien corresponde en decisiones
importantes?
¿Obro con doblez, astucia o engaño?
¿Soy consciente de los obstáculos que hay en mi vida para
la santidad?
¿He confundido prudencia con mediocridad o cobardía?
Justicia: ¿He hecho acepción de personas en mi
familia, entre mis amigos, en otros ambientes?
¿He quitado la vida, la salud o los bienes de otro?
¿Le he hecho perder la fama o el honor?
¿He faltado a la obediencia debida a los superiores?
¿He sido agradecido?
¿He castigado con exceso o defecto?
¿He sido simulador, hipócrita o mentiroso?
¿He sido adulador?
¿He sido poco generoso con mis bienes o cualidades?
APÉNDICE 1
¿He gastado con imprudencia?
Fortaleza: ¿He sido cobarde o pusilánime?
¿He sido inconstante en las buenas obras?
¿He sido impaciente con los demás o en las adversidades?
Templanza: ¿He comido o bebido en exceso?
¿He consentido en deseos, palabras u obras impuras?
¿Me he dejado llevar por la ira o la crueldad?
¿Me dejo llevar por la soberbia?
¿He investigado vidas o secretos ajenos por curiosidad?
¿Me he preocupado inmoderadamente por la moda?
¿Soy superficial en mis diversiones?
Virtudes propias de mi estado de vida:
¿Creo en el valor natural y sobrenatural de mi trabajo, de
mi estudio o de mi deber de estado?
¿Soy buen estudiante, profesional, obrero, comerciante o
trabajador?
¿Cultivo en mí las virtudes humanas que exigen mi
profesión y mi estado?
¿Considero mi trabajo como un servicio al bien común de
la sociedad?
¿Doy el tiempo necesario a mi formación profesional?

C. Siguiendo los vicios capitales.


Soberbia: ¿Soy orgulloso? ¿Desprecio a los demás?
¿Reconozco que todo lo que tengo es don de Dios? ¿Me
creo más que los otros? ¿Estoy dispuesto a ser humillado
antes que pecar?
¿Centro todo en mí mismo? ¿Tengo demasiado apego a
mi propia voluntad y mi propia opinión? ¿Reconozco mis
SÍGUEME
errores y defectos? ¿Busco o me complazco en que los
demás reconozcan lo que tengo o soy? ¿Soy vanidoso
ostentando lo que poseo? ¿Busco el aplauso, las alabanzas,
los honores, los “puestos”?
Acidia (pereza espiritual): ¿He sido negligente con
Dios, en mi oración, en las obras buenas, o en los
sacramentos? ¿He abandonado la vida cristiana porque me
resultaba ardua o difícil? ¿Cumplo con mis obligaciones en
mi trabajo, en mi casa? ¿Pierdo el tiempo?
Avaricia: ¿Tengo codicia de dinero o de poseer cada
vez más? ¿Tengo ambición de fama o de poder? ¿He
perjudicado a mi familia o a otros por mi codicia o
ambición? ¿Tengo poca confianza en la providencia y
excesiva solicitud por el futuro?
Lujuria: ¿Me dejo llevar por la lujuria en pensamientos,
palabras y obras? ¿Me aparto de las ocasiones de pecado y
pongo los remedios adecuados?
Ira: ¿Soy irascible, rencoroso o vengativo? ¿He
cometido ofensas o injusticias por ira? ¿Me enojo con
facilidad? ¿Domino mi mal genio? ¿Soporto con paciencia
las adversidades de la vida y los defectos de quienes me
rodean?
Envidia: ¿Me entristecí por el bien de otro? ¿Me alegré
del mal de otro? ¿Me molesta cuando otros tienen un
cargo, autoridad o son más felices que yo? ¿Me alegro con
el bien de los demás, aun cuando me resulten antipáticos?
Gula: ¿Me excedí en el comer o en el beber? ¿Exijo o
gasto demasiado en bebidas y manjares exquisitos? ¿He
ayunado y me he abstenido de comer carne?
APÉNDICE 1

D. Siguiendo el amor a Dios


y al prójimo.
¿Me acerco al sacramento de la Penitencia con sincero
deseo de purificarme, de convertirme, de renovar mi vida y
tener una amistad más profunda con Dios?
¿Me olvidé o callé voluntariamente algunos pecados
graves en las confesiones pasadas?
¿Cumplí la penitencia que me fue impuesta? ¿Reparé si
es que había cometido injusticias? ¿He procurado poner en
práctica los propósitos de reformar mi vida según el
Evangelio?
Amarás al Señor con todo el corazón.
1. ¿Mi corazón se dirige a Dios de modo que lo ame
sobre todas las cosas? ¿Cumplo fielmente sus
mandamientos? ¿O estoy ansioso de las cosas temporales?
¿Tengo recta intención en el obrar?
2. ¿Es firme mi fe en Dios que nos habló por su Hijo?
¿He seguido fielmente la doctrina de la Iglesia? ¿Me he
preocupado de oír la palabra de Dios, de continuar mi
formación cristiana? ¿Evité las cosas nocivas a la fe?
¿Confesé con prontitud y sin temor mi fe en Dios y en su
Iglesia? ¿Tuve miedo de manifestarme cristiano tanto en mi
vida privada como pública?
3. ¿Recé por la mañana y por la noche? Mi oración ¿es
una verdadera conversación de mente y corazón con Dios,
o es sólo un rito exterior? ¿Ofrezco a Dios los trabajos,
alegrías y dolores? ¿Recurro a Dios en las tentaciones?
4. ¿Tengo reverencia y amor al nombre de Dios?
¿Blasfemé o juré en falso, o he usado mal su nombre? ¿He
cometido alguna irreverencia hacia la Virgen o los santos?
SÍGUEME
5. ¿Participo activamente de la Santa Misa los domingos
y fiestas? ¿He cumplido el precepto de la confesión anual y
la Comunión por Pascua?
6. ¿Tengo otros “dioses”, cosas que me atraen más, o
en las cuales confío más que en Dios: riquezas,
supersticiones, espiritismo, magia...?
Amaos unos a otros como Yo os he amado.
1. ¿Tengo verdadero amor a mi prójimo, o “uso” a mis
hermanos para mis propios fines? ¿Les hago lo que no
quiero que otros me hagan a mí? ¿Les di mal ejemplo con
mis palabras o acciones?
2. ¿Contribuí al bien de mi familia teniendo paciencia,
dando cariño y alegría a los demás? ¿Obedecí a mis padres,
honrándolos y ayudándoles en sus necesidades espirituales
y materiales? ¿Me preocupo por la educación cristiana de
mis hijos? ¿Les ayudo con mi buen ejemplo y la autoridad
paterna/materna? ¿He sido fiel en mi matrimonio, en mi
corazón y en el trato con los demás?
3. ¿Comparto mis bienes con quienes son más pobres
que yo? En cuanto de mí depende: ¿defiendo a los
oprimidos, socorro a los pobres, a los débiles, ancianos,
forasteros...?
4. ¿Recuerdo la misión que recibí en mi confirmación?
¿Hago apostolado? ¿Participo en las obras y en la vida de
mi parroquia? ¿Contribuyo a las necesidades de la Iglesia
en todo el mundo? ¿Oro por las necesidades de la Iglesia,
la evangelización de los pueblos, la unidad de los
cristianos..?
5. ¿Colaboro al bien común de la comunidad humana:
el barrio, ciudad, mi patria? ¿o sólo me ocupo de mí
mismo? ¿Colaboro en fomentar un clima de justicia,
honestidad en las costumbres, la concordia en la sociedad?
APÉNDICE 1
¿Cumplí mis obligaciones de ciudadano? ¿He pagado los
impuestos justos?
6. ¿Soy justo en mi trabajo o profesión? ¿Sirvo con mi
trabajo al bien común? ¿He dado a los obreros, o a quienes
me sirven el salario justo? ¿He cumplido los contratos y las
promesas?
7. ¿He obedecido y respetado a las autoridades
legítimas?
8. Si tengo un cargo o autoridad ¿los uso para el bien de
los demás con espíritu de servicio, o los uso para mi
provecho?
9. ¿He guardado la verdad y la fidelidad? ¿He causado
daños a otros con comentarios falsos, calumnias,
desprecios, juicios temerarios, violando el secreto?
10. ¿He perjudicado la vida, la integridad física, la fama,
el honor o los bienes de otro? ¿He causado algún daño a
otro? ¿He causado o aconsejado un aborto? ¿He odiado a
alguno? ¿Estoy enojado con alguien con enemistad,
insultos, ira? ¿Descuidé culpablemente dar testimonio de la
inocencia del prójimo?
11. ¿Robé cosas ajenas, o las he deseado injustamente?
¿Procuré restituir lo ajeno? ¿Procuré reparar el daño que
causé?
12. Si sufrí injurias ¿he estado dispuesto a la paz, y por
amor a Cristo conceder el perdón? ¿o conservo odio y
deseo de venganza?
Sed perfectos como vuestro Padre.
1. ¿Cuál es la orientación fundamental de mi vida? ¿Me
anima la esperanza de la vida eterna? ¿Procuré progresar en
mi unión con Dios a través de: la lectura y meditación del
Evangelio, la participación en los Sacramentos, la
SÍGUEME
mortificación? ¿Propuse vencer mis vicios, mis malas
inclinaciones, mis pasiones desordenadas? ¿Me glorié
delante de Dios, despreciando a otros... creyéndome mejor
que ellos? ¿Impuse mi voluntad, sin respetar la libertad y el
derecho de los demás?
2. ¿Cómo uso el tiempo, las fuerzas, los dones... que he
recibido de Dios? ¿He sido perezoso en poner mis dones al
servicio de Dios y del prójimo? ¿He perdido el tiempo?
3. ¿Soporté pacientemente los dolores y contrariedades
de la vida? ¿Mortifico mi cuerpo para unirme a la pasión
redentora de Cristo? ¿Ayuné e hice abstinencia como lo
pide la Iglesia?
4. ¿He guardado mis sentidos y mi cuerpo con pudor y
castidad? ¿Respeto mi cuerpo como templo del Espíritu,
invitado a la resurrección gloriosa? Si soy casado ¿respeté
mi cuerpo como signo del amor del Dios fiel para los
hombres? ¿He sido impuro: cometiendo fornicación,
deshonestidad, con palabras, pensamientos, malos deseos o
acciones? ¿Me dejé llevar por mis pasiones desordenadas?
¿He leído algo indecente o asistido a espectáculos
contrarios a la honestidad cristiana y humana? ¿He
provocado a otros con mi conducta indecente, o con mi
modo de vestir? ¿He regulado la natalidad por egoísmo?
¿He impedido la fecundidad por medios anticonceptivos...?
5. ¿He actuado contra mi conciencia por temor o
hipocresía? ¿He procurado obrar rectamente con la libertad
de los hijos de Dios?

E. Según la oración del Padre nuestro.


Te puede servir, como los demás exámenes propuestos,
para hacer oración según la significación de las palabras, te
debes detener en lo que halles más gusto o provecho, sin
APÉNDICE 1
pasar adelante, ya que “no el mucho saber harta y satisface
al alma, sino el sentir y gustar las cosas internamente” (EE
2). Respecto a cómo hacer este tipo de oración, puedes ver
en esta guía: Ejercicios Espirituales, H, II.
Padre. Mi relación fundamental con Dios Padre.
¿Realmente para mí Dios es Padre, a quien tengo
respeto, gratitud y obeciencia; a quien doy mi fe y mi
confianza; a quien me someto en el dolor con toda
paciencia? ¿Me comporto como un hijo? Dios ¿se ha
convertido en un ‘extraño’, a causa de mi indiferencia y el
fastidio que le tengo?
¿Vivo con la clara conciencia que Dios Padre inhabita
en lo más profundo de mi ser; que me guía, me protege
con su fuerza y con su vida?
La gloria de Dios, adorarlo, honrarlo ¿me interesa más
que las otras cosas? ¿Me esfuerzo por agradarle en todo?
Mi primer y más constante empeño ¿está en conocer más a
Dios y amarlo, y para eso me santifico y busco la
perfección de mi vida cristiana? ¿Qué sentido tiene para mí
la virtud, la vida interior?
Cristo ¿es para mí, mi Salvador, mi hermano y Amigo?
¿Qué significan para mí, sus palabras y sus obras? ¿Qué es
para mí el Santísimo Sacramento? ¿Qué es para mí, su
Iglesia, su Cuerpo místico?
En la oración ¿dedico tiempo para estar diariamente en
intimidad con mi Padre? Mi oración ¿es humilde, confiada,
perseverante, respetuosa? ¿Me distraigo voluntariamente?
¿Qué valor le doy a la meditación, al examen particular, a la
lectura espiritual?
En los trabajos ¿mis trabajos son un modo de servir al
Padre? ¿Realizo las tareas que me corresponden con
puntualidad, responsabilidad y alegría?
SÍGUEME

Nuestro. Mi relación fundamental con el prójimo.


¿Respeto a mi prójimo? ¿Respeto su vida, su libertad,
su manera de ser, su inocencia, su honor, su buen nombre?
¿Soy justo y amable con el necesitado? ¿Lo atiendo con
prontitud, benevolencia, cordialidad? ¿Les doy escándalo
con mis malos ejemplos?
¿Cómo es mi relación con mi familia, las personas más
allegadas? ¿Los amo, soy fiel?
¿Amo a la Iglesia? ¿Amo a mi Patria? ¿Me esfuerzo por
ser más generoso y desinteresado procurando el bien de los
demás (bien común)?
¿Tengo paciencia con mis hermanos, tales como son?
¿Aún en los momentos en que no les va bien, o cuando
son menos amables? ¿Soy capaz de amar sinceramente al
prójimo, de perdonar, de procurar su bien? ¿Soy digno de
recibir amor?
Santificado sea tu Nombre.
¿Es Dios, para mí, el Santo ante quien con
profundísimo respeto me arrodillo? ¿Es realmente para mí,
el Señor a quien todo está sometido?
¿Me esfuerzo para que su Nombre sea santificado? ¿Me
preocupo por ahondar mis conocimientos religiosos y mis
deberes morales? ¿Procuro formar mi concienca
rectamente? En mi familia, o en el ambiente que frecuento
¿busco que se conozca y se honre a Dios?
Venga a nosotros ru reino.
¿Espero el Reino futuro, la segunda venida de Cristo, la
manifestación de su Reino? Por ocuparme de este mundo
¿me olvido del venidero? ¿Sé que soy ‘peregrino’, y me
porto como un peregrino?
APÉNDICE 1
¿Me preocupo para que venga el Reino de Dios en este
mundo? ¿Oro y hago sacrificios por esto? ¿Me preocupo
para que reine la justicia en la tierra, triunfe el bien y la
santidad? Con mi ejemplo ¿soy un obstáculo para que
Reine Dios, en mi familia, trabajo, etc.?
¿Me preocupo por el Reino de Dios en mí? ¿Coopero
para que ese Reino vaya creciendo? ¿Soy ‘pobre’ delante de
Dios y espero todo de su gracia? ¿Tengo hambre de los
dones, de la vida y del amor de Dios? ¿Soy manso? ¿Me
dejo arrastrar por la ira, la indignación, la cólera, mis
pasiones desordenadas? ¿Sé perdonar interiormente las
ofensas? ¿Soy de corazón compasivo en mis juicios sobre
los demás? ¿Tengo paciencia con las debilidades y defectos
de los demás? ¿Sé descubrir las necesidades de los demás?
¿Me preocupo por ayudarlos?
Mi conducta con los demás ¿es clara, franca? ¿Amo la
paz, o las peleas? Con mis conversaciones ¿siembro paz en
los demás, o la enemistad, el odio y el desprecio? ¿Perdono
las injusticias sufridas?
¿Qué es para mí la Iglesia, sus enseñanzas, su modo de
pensar?
Hágase tu voluntad.
Para mí ¿está por encima de todo la voluntad del
Padre? ¿Me esfuerzo por descubrir la voluntad y la mano
de mi Padre en todos los sucesos de mi vida? ¿Me dejo
llevar por el orgullo, mi propia voluntad? ¿Me dejo llevar
por el temor en la aceptación completa de la voluntad de
Dios?
¿Soy dócil a todo llamado e inspiración de mi Padre?
¿Estoy alerta y pronto para adaptarme en todo a su
voluntad?
SÍGUEME
¿Cómo cumplo el principal mandamiento del amor a
Dios y al prójimo? ¿Falto a la caridad en mi pensar, en mi
obrar, o en el hablar? ¿Soy amable con los demás?
¿Manifiesto en mi obrar el amor de Dios?
En mis tareas y deberes diarios ¿reconozco la voluntad
y el encargo de Dios, de mi Padre? En las situaciones
difíciles ¿doy mi ‘sí’ alegre y dispuesto a realizar lo que es
grato al Padre? ¿Estoy dispuesto a sacrificar todo lo demás
a la voluntad y llamado de Dios?
Danos hoy nuestro pan de cada día.
¿Pido a mi Padre por las cosas diarias? ¿Vivo con
confianza en su providencia de Padre, de manera que no
me angustio por el porvenir? ¿Esoy contento con el
sencillo don del pan de cada día? ¿Murmuro, o me quejo a
Dios por mi situación? ¿Doy gracias a Dios por los dones
cotidianos?
¿Me preocupo por el pan de cada día del alma: la
Palabra de Dios, lectura de la Sagrada Escritura? ¿Me
preocupo por recibir bien el Pan eucarístico?
¿Me esfuerzo para que los demás que están a mi
alrededor conserven el deseo de crecer en su formación
religiosa?
Perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a quienes nos han ofendido.
¿Pongo cuidado en reconocer mis culpas? ¿Admito mis
culpas, errores o pecados? ¿Los confieso delante de mi
Padre y ruego por el perdón de mis culpas?
¿Reconozco mis culpas de modo sincero y noble ante
los demás? ¿Reconozco humildemente mis culpas y
pecados delante del sacerdote en el sacramento de la
Confesión? ¿Perono a quienes me han ofendido de alguna
APÉNDICE 1
manera? ¿A todos sin excepción? Cuando es necesario ¿sé
pedir perdón? ¿Hay alguien a quien yo ‘no pueda ver’?
No nos dejes caer en la tentación.
¿Conozco mis propias flaquezas? ¿Reconozco mis
límites y debilidad? ¿Soy pronto para rechazar la tentación
o juego con ella?
¿Fomento la tentación con malas deseos? ¿Cómo me
porto frente a los atractivos del mundo? ¿Qué actitud tomo
ante el ateísmo práctico, la ‘noche ética’, la secularización
de las ideas, y corrientes de pensamiento actuales?
¿Cómo lucho ante el poder del mal y sus tentaciones?
¿La fe y esperanza de la futura justica, me da la paciencia y
confianza en la Providencia divina? ¿Temo y huyo del
peligro de despreciar las gracias de Dios y abusar de ellas?
¿Temo y huyo del peligro de endurecerme en el pecado, en
mis desórdenes, en contra de las inspiraciones del Espíritu
Santo?
Líbranos del mal.
¿Deseo que Dios me libre de cometer cualquier
pecado? ¿Me preocupo por comprender cada vez mejor el
misterio salvífico y redentor del dolor, de la cruz? ¿Busco
participar en los dolores de Cristo? ¿Veo en el dolor, la
Providencia, la disposición, la mano de Dios Padre? ¿Estoy
dispuesto a cualquier sacrificio, antes que ofender a Dios?
¿Tengo mi alma abierta al consuelo de Dios? ¿Tengo mi
alma abierta, y agradecida con las pequeñas alegrías diarias
con que Dios me obsequia? ¿Espero con ansias la
redención definitiva, la liberación de todo mal -incluída la
muerte-, el triunfo del Reino que traerá Cristo el día de su
segunda venida?
APÉNDICE 2
Sobre la limosna, los escrúpulos, el crecimiento
diario en las virtudes y la fidelidad al Espíritu Santo.
A. Reglas para distribuir limosnas.
San Pablo estimula a los corintios a practicar la limosna y
caridad en favor de los pobres de Jerusalén, indicándoles la
Encarnación como el mejor ejemplo: Vosotros conocéis la
gracia de nuestro Señor Jesucristo que, siendo rico se hizo pobre
por vosotros, a fin de enriqueceros por su pobreza (2Cor 8,9).
Jesús enseñó las ventajas de la limosna (cf. Lc 16,9-13; 18,22;
Mt 23,13-15) y el modo de practicarla (cf. Mt 6,1-4).
Estas reglas “en el ministerio de distribuir limosnas” (EE
337) son una especie de aplicación de las reglas de elección
(EE 184-188), con algunas adaptaciones y precisiones más.
Por el modo de hablar de san Ignacio, no parece dirigirse a
quienes dan limosnas ocasionalmente, sino a quienes tienen
que hacerlo por oficio o función.
1°. (EE 338) “La 1a. regla: si yo hago la distribución a
parientes o amigos o a personas a quienes estoy aficionado,
tendré cuatro cosas que mirar, de las cuales se ha hablado en
parte en la materia de elección. La primera es que aquel amor
que me mueve y me hace dar la limosna, descienda de arriba,
del amor de Dios nuestro Señor; de forma que sienta primero
en mí que el amor mayor o menor que tengo a las tales
personas, es por Dios, y para que en la causa por que más las
amo reluzca Dios”.
2°. (EE 339) “La 2a.: quiero mirar a un hombre que
nunca he visto ni conocido; y deseando yo toda su perfección
en el ministerio y estado que tiene como yo querría que él
tuviese medio en su manera de distribuir, para mayor gloria de
SÍGUEME
Dios nuestro Señor y mayor perfección de su alma; yo
haciendo así, ni más ni menos, guardaré la regla y medida que
para el otro querría y juzgo ser tal”.
3°. (EE 340) “La 3a.: quiero considerar como si estuviese
en el momento de la muerte, la forma y medida que entonces
querría haber tenido en el oficio de mi administración; y
reglándome por aquella, guardarla en los actos de mi
distribución”.
4°. (EE 341) “La 4a.: mirando cómo me hallaré en el día
del juicio, pensar bien cómo entonces querría haber usado de
este oficio y cargo del ministerio; y la regla que entonces
querría haber tenido, tenerla ahora”.
5°. (EE 342) “La 5a.: cuando alguna persona se sienta
inclinada y aficionada a algunas personas, a las cuales quiere
distribuir, se detenga y rumie bien las cuatro reglas arriba
dichas, examinando y probando su afección con ellas; y no dé
limosna, hasta que conforme a ellas tenga en todo quitada y
rechazada su desordenada afección”.
6°. (EE 343) “La 6a.: dado que no hay culpa en tomar los
bienes de Dios nuestro Señor para distribuirlos, cuando la
persona es llamada de nuestro Dios y Señor para el tal
ministerio; pero en el cuánto y cantidad de lo que ha de tomar
y aplicar para sí mismo de lo que tiene para dar a otros, hay
duda de culpa y exceso; por tanto, se puede reformar en su
vida y estado por las reglas antedichas”.
7°. (EE 344) “La 7a.: por las razones ya dichas y por otras
muchas, siempre es mejor y más seguro, en lo que a su
persona y estado de casa toca, cuanto más se cercenare y
disminuyere, y cuanto más se acerque a nuestro Sumo
Pontífice dechado y regla nuestra, que es Cristo nuestro
Señor. Conforme a lo cual el tercer concilio cartaginés (en el
cual estuvo san Agustín) determina y manda que el ajuar del
obispo sea vil y pobre. Lo mismo se debe considerar en todos
modos de vivir, mirando y proporcionando la condición y
estado de las personas, como en matrimonio tenemos ejemplo
de san Joaquín y santa Ana, los cuales partiendo su hacienda
en tres partes, la primera la daban a los pobres, la segunda al
ministerio y servicio del templo, la tercera tomaban para el
sustento de ellos mismos y de su familia”.
B. Observaciones respecto a los escrúpulos.
Estas notas u observaciones provienen de la experiencia
propia (de san Ignacio) y ajena (en la dirección de las almas).
Para ayudar a las personas escrupulosas se necesita además de
una visión de fe, el sentido común, una gran paciencia, gran
caridad y firmeza.
San Ignacio precisa respecto a los escrúpulos: lo que no
son (EE 346.348.349), lo que son (EE 347), los remedios
para esta ‘enfermedad’ espiritual (EE 349-350) y el modo de
enfrentar la táctica que usa el demonio para tentar a estas
personas (EE 349-351).
1°. (EE 346) “La 1a. nota: llaman vulgarmente escrúpulo,
el que procede de nuestro propio juicio y libertad, es a saber,
cuando yo libremente formo ser pecado lo que no es pecado;
así como acaece que alguno después que casualmente ha
pisado una cruz de paja, forma con su propio juicio que ha
pecado; y este es propiamente juicio erróneo y no
propiamente escrúpulo”.
2°. (EE 347) “La 2a. nota: después que yo he pisado
aquella cruz, o después que he pensado o dicho o hecho
alguna cosa, me viene un pensamiento de fuera que he
pecado; y por otra parte, me parece que no he pecado, sin
embargo siento en esto turbación; es a saber, en cuanto dudo
y en cuanto no dudo; este tal es propiamente escrúpulo y
tentación que el enemigo pone”.
3°. (EE 348) “La 3a. nota: el primer escrúpulo de la
primera nota (cf. EE 346) es para aborrecerlo mucho, porque
es todo error; pero el segundo de la segunda nota (cf. EE
SÍGUEME
347) por algún espacio de tiempo no poco aprovecha al alma
que se dedica a ejercicios espirituales: antes en gran manera
purga y limpia el alma, separándola mucho de toda apariencia
de pecado, según lo que dice san Gregorio ‘es propio de almas
buenas sentirse culpables, aún de lo que no es culpa’ ”.
4°. (EE 349) “La 4a. nota: el enemigo mucho mira si un
alma es gruesa o delicada; y si es delicada, procura adelgazarla
más en extremos, para turbarla más y desbaratarla, así por
ejemplo, si ve que un alma no consiente en sí pecado mortal
ni venial, ni apariencia alguna de pecado deliberado, entonces
el enemigo, cuando no puede hacer caer en cosa que parezca
pecado, procura de hacerla formar pecado donde no hay
pecado, así como en una palabra o pensamiento mínimo; si el
alma es gruesa, el enemigo procurar engrosarla más, así por
ejemplo, si antes no hacía caso de los pecados veniales, el
enemigo procura que haga poco caso de los mortales, y si
antes hacía algún caso, que ahora haga mucho menos o
ninguno”.
5°. (EE 350) “La 5a. nota: al alma que desea aprovecharse
en la vida espiritual, siempre debe proceder de modo
contrario al que el enemigo procede, es a saber, si el enemigo
quiere engrosar al alma, procure ésta ser más delicada; así
mismo si el enemigo procura de desviarla para llevarla al
extremo, el alma procure afirmarse en el medio para
aquietarse en todo”.
6°. (EE 351) “La 6a. nota: cuando tal alma buena quiere
hablar u obrar alguna cosa dentro de la Iglesia, dentro de la
inteligencia de nuestros mayores, que sea en gloria de Dios
nuestro Señor, y le viene un pensamiento o tentación de fuera,
para que ni hable ni obre aquella cosa, trayéndole razones
aparentes de vanagloria o de otra cosa, etc.; entonces debe
alzar el entendimiento a su Creador y Señor; y si ve que es su
debido servicio o a lo menos no contra su servicio, debe hacer
lo diametralmente opuesto contra la tal tentación, según
respondía san Bernardo (al demonio): ‘ni por ti lo comencé, ni
por ti lo dejaré de hacer’ ”.
C. Indicaciones para el examen particular.
Tanto para ir creciendo en la unión con Dios y amistad
con Jesucristo, como también para no ser vencido por el
diablo que nos tienta donde nos ve más débiles, flojos y
necesitados (cf. EE 327), es necesario que trabajemos
diariamente en un punto particular de nuestra vida espiritual:
ya sea el defecto dominante, o mejor aún la virtud que
necesitamos. Recuerda que no hay que cambiar de propósito,
al menos hasta que se logre una notable mejoría. “Si cada año
desarraigáramos un vicio, pronto seríamos santos” (Imitación
de Cristo). Para elegir el propósito es mejor dejarse llevar por
las mociones del Espíritu Santo que por los “gustos propios.
Te puede ser útil releer en esta guía el capítulo: Ejercicios
Espirituales, G y también lo referente a la reforma de vida:
Segunda Semana, G.
Para ayudarte a concretar el propósito particular sobre el
cual trabajar diariamente (pedir gracia al levantarte, examinarte
al mediodía y por la noche doliéndote de las faltas y
proponiendo mejorar en adelante, cf. EE 27-31) te pueden
ser útiles las siguientes indicaciones sobre algunas virtudes
más comunes. Pero, ¡atención!, hay que trabajar sólo en un
punto de ellas, y concretarlo aún más de acuerdo a tu
situación particular. Se trata de repetir pequeños actos
exteriores o interiores, uno y otro día, hasta que se haga
‘costumbre’. Se trata de repetir actos buenos cada vez más
intensos, que van engendrando la virtud. Y la virtud crece con
actos cada vez más intensos.
Sobre la humildad:
1°. No decir palabras que puedan redundar en mi alabanza
o estima.
SÍGUEME
2°. No gozarme cuando otro me alaba y dice bien de mí;
antes bien tomar ocasión para humillarme y confundirme,
viendo que no soy tal como los otros piensan, ni cual debería
ser. Apuntar como falta el ponerme vanamente contento
cuando hablan bien de mí.
Gozarme cuando hablen bien o alaban a otro, y cuando
tengo un movimiento de envidia o tristeza por esto, tenerlo
como falta.
3°. No hacer cosa alguna por respetos humanos, ni por ser
visto y estimado de los hombres, sino puramente por Dios.
4°. Aprovechar todas las ocasiones para practicar la
humildad. Y esto gradualmente. Primero aprovechar las
ocasiones humillantes para soportarlas con paciencia;
segundo: con prontitud y facilidad; tercero: con alegría y gozo.
Crecer hasta gozarme en ser despreciado y tenido en poco,
por parecerme más a Cristo que quiso ser despreciado y
tenido en poco por mí (cf. EE 167).
Sobre la caridad:
1°. No murmurar ni decir falta alguna de otro, aunque sea
ligera y pública, ni deshacer sus cosas, ni dar muestra alguna
de desestima de él, ni en presencia ni en ausencia.
2°. Nunca decir a otro: ‘Fulano dijo este de vos’, siendo
cosa de que puede recibir algún disgusto, por pequeño que
sea.
3°. No decir palabras hirientes, o por las cuales otro pueda
sufrir, exasperar o impacientar. No porfiar, ni contradecir, ni
reprender a otro, sin tener el oficio de hacerlo (maestros,
padres...).
4°. Tratar a todos con amor y caridad, y mostrarlo en las
obras procurando asistirlos y ayudarles, y alegrarlos en cuanto
pudiere. Especialmente cuando uno tiene oficio de servir a
otros, ha de procurar, con el buen modo y las buenas
respuestas y palabras suplir lo que no pudiere con la obra.
5°. Evitar cualquier aversión, y mucho más mostrarla
como sería dejar de hablar con alguno por un disgusto, o dejar
de ayudarle en algo pudiendo, o dar muestras de quejas contra
él.
Sobre la paciencia:
1°. No dar ninguna señal exterior de impaciencia. Dar
señales de paz en las palabras y en obras, en el semblante del
rostro reprimiendo todos los movimientos y afectos
contrarios.
2°. No dar lugar que entre en el corazón alguna
perturbación o sentimiento, indignación o tristeza, y mucho
menos deseo de venganza, aunque sea muy leve.
3°. Recibir todo lo que se me ofrece como enviado de la
mano de Dios para mi bien y provecho, sea cualquiera el
modo y la manera que vengan.
Sobre la castidad:
1°. Ser recatado en la vista, no mirando personas ni cosas
que puedan ser incentivo de tentación.
2°. No decir ni oír palabras que toquen esta materia, o que
puedan despertar movimientos o pensamientos malos, ni leer
cosas que los puedan causar.
3°. No dar lugar a ningún pensamiento que toque esto,
aunque sea de lejos, poniendo la atención en otra cosa con
mucha diligencia y rapidez, desde el principio.
4°. No tocar a otra persona ni en las manos, ni menos en
el rostro o cabeza, ni dejarse tocar.
5°. Guardar con uno mismo, mucho recato y honestidad.
SÍGUEME
Hacer bien lo ordinario:
1°. No dejar ningún día de hacer mis ejercicios espirituales
(oración, examen...), procurando tener en ellos fervor y
devoción (es decir con voluntad pronta de servir a Dios).
2°. Hacer lo que me corresponde y mis demás
obligaciones bien hechas, haciendo todo lo que pudiere y
estuviese de mi parte, para que salgan bien, como quien las
hace por Dios, delante de Dios, para agradarle a Él.
3°. No faltar de propósito a nuestras obligaciones y tareas.
4°. De poner mucha atención de las cosas pequeñas en el
cumplimiento de mis deberes.
Conformidad con la voluntad de Dios:
1°. Tomar todas las cosas y ocasiones que nos suceden,
sean grandes, sean pequeñas, vengan de donde vinieren, como
venidas de las manos de Dios, quien me las envía con amor de
Padre para mi mayor bien y provecho. Buscar conformarme
en todas las cosas, pequeñas y grandes, con su voluntad, como
si estuviese viendo a Cristo que me dice: ‘Hijo, yo quiero que
ahora hagas o padezcas esto’.
2°. Procura crecer en esta conformidad con la voluntad de
Dios en todas las cosas, y esto por grados: 1. soportándolas
con paciencia; 2. con prontitud y facilidad; 3. con gozo y
alegría de saber que ésa es la voluntad de Dios y con eso se
agrada a Dios.
3°. No detenerme en este ejercicio y examen, hasta que
encuentre gozo en que se cumpla en mí la voluntad de Dios,
aún cuando sea con trabajos, menosprecios y dolores, hasta
que todo mi gozo y alegría sea hacer la voluntad de Dios, y
agradarle a Él.
4°. No dejar de hacer algo si entiendo que es la voluntad
de Dios, o para su mayor gloria y servicio.
D. Tres miradas del humilde
y docilidad al Espíritu.
bLa persona humilde tiene tres miradas:
1°. Mirada hacia Dios:
- el humilde se dirige a Dios, lo adora, sometiéndose a Él
en todo (Gloria a Dios en el Cielo... Por Cristo, con Él y en Él
todo honor y toda gloria...);
- el humilde agradece a Dios todos los beneficios (demos
gracias al Señor nuestro Dios... Es justo y necesario... En
verdad es justo y necesario darte gracias siempre y en todo
lugar...)
- el humilde depende de Dios en todo, nuestra alma ha
sido creada de la nada, nuestra vida depende de Dios... Y en la
vida de la gracia nada podemos hacer sin la unión con Cristo
(Jn 15,5: sin mí nada podéis hacer)...
2°. Mirada hacia el prójimo:
- el humilde admira sin envidia y sin celos, los dones
naturales y sobrenaturales que Dios le dio.
- no se detiene voluntariamente a mirar los defectos
ajenos... los excusa caritativamente... trata de salvar al menos
la buena intención...
- se considera inferior al prójimo, al menos en la
infidelidad a la gracia, otro en nuestro lugar hubiera sido más
fiel con las gracias que hemos recibido nosotros.
3°. Mirada hacia sí mismo:
- el humilde ama su propia pequeñez y abyección... si
hemos cometido un pecado mortal: somos ex - condenados al
infierno, ex - esclavos de Satanás...
- acepta la ingratitud, el olvido, el menosprecio por parte
de los demás...
SÍGUEME
- no habla de sí mismo, ni bien (porque se puede mezclar
la hipocresía)... ni mal de sí mismo (que es una forma de
orgullo disfrazada, para que otros se compadezcan de
nosotros, o para que nos estimen)
Letanías de la humildad (Card. Merry del Val).
Jesús, manso y humilde de corazón, óyeme.
Del deseo de ser estimado, líbrame, Jesús.
Del deseo de ser amado, líbrame, Jesús.
Del deseo de ser respetado, líbrame, Jesús.
Del deseo de ser alabado, líbrame, Jesús.
Del deseo de ser preferido a los otros, líbrame, Jesús.
Del deseo de ser consultado, líbrame, Jesús.
Del deseo de ser aprobado, líbrame, Jesús.
Del temor de ser humillado, líbrame, Jesús.
Del temor de ser despreciado, líbrame, Jesús.
Del temor de ser rechazado, líbrame, Jesús.
Del temor de ser calumniado, líbrame, Jesús.
Del temor de ser olvidado, líbrame, Jesús.
Del temor de caer en ridículo, líbrame, Jesús.
Del temor de ser injuriado, líbrame, Jesús.
Del temor de ser sospechado, líbrame, Jesús.
Jesús dame la gracia de desear:
que los otros sean más amados que yo,
que los otros sean más estimados que yo,
que los otros se engrandezcan en la opinión del mundo y
yo disminuya,
que los otros sean escogidos y yo no,
que los otros sean ensalzados y yo desdeñado,
que los otros puedan serme preferidos en todo,
que los otros sean más santos que yo con tal que yo sea lo
más santo que pueda ser.
Concédeme, Jesús:
el conocimiento y el amor de mi nada,
el perpetuo recuerdo de mis pecados,
la persuasión de mi mezquindad,
el aborrecimiento de toda vanidad,
la pura intención de servir a Dios,
la perfecta sumisión a la voluntad del Padre,
el verdadero espíritu de compunción,
la decidida obediencia de mis superiores,
el odio santo a toda envidia y celo,
la prontitud en el perdón de las ofensas,
la prudencia en el callar los asuntos ajenos,
la paz y la caridad con todos,
el ardiente anhelo de desprecios y humillaciones,
el ansia de ser tratado como Tú
y la gracia de saber aceptarlo santamente.
María, Reina, Madre y Maestra de los humildes, ruega por mí.
San José, protector y modelo de los humildes, ruega por mí.
San Miguel Arcángel, que fuiste el primero en abatir a los
soberbios, ruega por mí.
Santos todos, santificados por el espíritu de humildad, rogad
por mí.

Oración. Señor Jesús, que siendo Dios te humillaste hasta


la muerte y muerte de cruz para ser ejemplo perenne que
confunda nuestro orgullo y amor propio, concédenos la gracia
de imitar tu ejemplo para que humillándonos como
corresponde a nuestra miseria en la tierra, podamos ser
ensalzados hasta gozar eternamente de ti en el cielo. Amén

bUn consejo muy importante:


Consejo dado por el Card. Mercier: “Te voy a revelar
un secreto para ser santo y dichoso. Si todos los días,
durante cinco minutos, sabes hacer callar tu
imaginación, cierras los ojos a las cosas sensibles y los
oídos a todos los rumores de la tierra, para penetrar en ti
mismo, y allí, en el santuario de tu alma bautizada, que
SÍGUEME

es templo del Espíritu Santo, hablas a este Espíritu


Divino diciendo:
‘Espíritu Santo, alma de mi alma, te adoro.
Ilumíname, guíame, fortaléceme, consuélame;
dime qué debo hacer, dame tus órdenes; te
prometo someterme a todo lo que desees de mí y
aceptar todo lo que permitas que me suceda:
hazme tan sólo conocer tu voluntad’;
si esto haces, tu vida se deslizará feliz, serena y llena de
consuelo, aun en medio de las penas, porque la gracia
será en proporción a las pruebas, dándote la fuerza de
sobrellevarla, y llegarás así a la puerta del Cielo cargado
de méritos. Esta sumisión al Espíritu Santo es el secreto
de la santidad”.

bConsejos de San Ignacio a San Francisco Javier:


Finalmente, se transcriben palabras de J. M. Pemán13 quien en su
poema dramático en verso: el divino impaciente indica los consejos que
Ignacio de Loyola da a Francisco Javier el gran misionero de oriente,
antes de partir a lejanas tierras:

JAVIER: - Sólo quiero lo que debes guardar dentro.


que me deis, por despedida, La vida interior importa
la bendición y el consejo. más que los actos externos;
no hay obra que valga nada
IGNACIO: - Yo te bendigo, Javier: si no es del amor reflejo.
que Dios bendiga tus hechos. La rosa quiere cogollo
A grandes empresas vas donde se agarren sus pétalos.
y no hay peligro más cierto Pídele a Dios cada día
que éste de que, arrebatado oprobios y menosprecios,
por el afán del suceso, que a la gloria, aún siendo
se te derrame por fuera gloria

13 PEMÁN J.M., El divino impaciente, Madrid 1980, pp.85-88.


APÉNDICE 2
por Cristo, le tengo miedo. y un rosario para el cielo.
No te acuestes una noche Escríbeme por menudo,
sin tener algún momento tus andanzas y sucesos:
meditación de la muerte ni los agrandes por vano,
y el juicio, que a lo que ni los calles por modesto;
entiendo, que de Dios serán las glorias
dormir sobre la aspereza y tuyos solos los yerros.
de estos hondos Piensa que ya en esta vida
pensamientos, no volveremos a vernos.
importa más que tener Te emplazo para la Gloria,
por almohada, piedra o leño. que para los dos la espero,
Cada mañana tendrás por la bondad del Señor,
con la Señora, algún tierno que no por méritos nuestros.
coloquio, donde la digas Mientras tanto, Javier mío,
esos dolores secretos porque no nos separemos,
que a la Madre se le dicen llévame en tu corazón,
de modo más desenvuelto que en mi corazón te llevo.
que no al Padre, que por ser
el Padre, da más respecto. JAVIER: -Perdonadme, Padre
Mézclame, de vez en cuando, Ignacio,
en el trabajo requiebros que no diga lo que siento.
y jaculatorias breves, Vos que entendéis a las almas,
que lo perfumen de incienso. traducidme este silencio;
Ni el rezo estorba al trabajo que vos me habéis enseñado,
ni el trabajo estorba al rezo. con la lección y el ejemplo,
Trenzando juncos y mimbres a ser de expresión más corto
se puede labrar, a un tiempo, cuando es más largo el
para la tierra un cestillo afecto.
SÍGUEME

APÉNDICE 3

Breve bibliografía.
Se agrega una pequeña bibliografía que te puede ayudar en tu
formación permanente. Nutre tu mente de Cristo que es la Verdad
(Jn 14,5), de lo contrario te alimentarás de otras cosas: la “cultura de
muerte”, etc.

A. Formación catequética.

Catecismo de la Iglesia Católica, Conferencia Episcopal Argentina,


Madrid 1998.
Catecismo de la Doctrina Cristiana, EVE, San Rafael 1998.
Catecismo de Confirmación, EVE, San Rafael 1999.
BUELA C., Catecismo de los jóvenes, Ediciones Del Verbo Encarnado
(= EVE), San Rafael 1999.
- Jóvenes hacia el tercer milenio, EVE, San Rafael - Dushambé
1999.
CASTELLANI L., Catecismo para adultos, Patria Grande, Bs. As. 1979.
OLGIATI F., El silabario del cristianismo, Iction, Bs. As. 1981.
POZO C., El Credo del Pueblo de Dios, BAC, Madrid 1980.
Sacramento del Bautismo, EVE, San Rafael 1999.
SAN PIO X, Catecismo Mayor, Cruz y Fierro, Bs. As. 1974.

B. Sagrada Escritura.

Sagrada Biblia, trad. STRAUBINGER, Club de Lectores, Bs. As. 1979.


Biblia de Jerusalén, Desclée, Bilbao 1980.
AA.AV., Palabra y vida. Homilías dominicales y festivas, 3 vols.,
Gladius, Bs. As. 1995.
AA. VV., I Jornadas Bíblicas: Biblia y Hermenéutica, EVE, San Rafael
1998.
AA. VV., II Jornadas Bíblicas: De la Escritura al sacerdocio, EVE,
San Rafael 1999.
AA. VV., III Jornadas Bíblicas: , EVE, San Rafael 2001.
BOVER J.M., Teología de san Pablo, BAC, Madrid 1967.
APÉNDICE 3
CASTELLANI L., El Evangelio de Jesucristo, Dictio, Bs. As. 1977.
- Domingueras prédicas, Jauja, Mendoza 1997.
- Las parábolas de Cristo, Itinerarium, Bs. As. 1960.
- El Apokalypsis de san Juan, Vórtice, Bs. As. 1990.
GRELOT P., Biblia y teología, Herder, Barcelona 1979.
PETRINO J.D., Dios nos habla. Introducción a la Biblia, Claretiana,
Buenos Aires 1989.
ROPS D., Jesús en su tiempo, Palabra, Madrid 1991.
- El pueblo de la Biblia, Palabra, Madrid 1990.
SALESMAN E., El Evangelio explicado, 7 vols., Apostolado Bíblico
Católico, Bogotá 1995.
SPICQ C., Vida cristiana y peregrinación, BAC, Madrid 1977.
- Dios y el hombre en el Nuevo Testamento, Sec. Trinitario,
Salamanca 1979.
TABET M.A., Una introducción a la Sagrada Escritura, Rialp, Madrid
1980.

C. Padres de la Iglesia.

SAN AGUSTÍN, Las confesiones, San Pablo, Bogotá 1995.


- La ciudad de Dios, 2 vols., BAC, Madrid 1980.
SAN ATANASIO, La encarnación del Verbo, Ed. Ciudad Nueva,
Madrid 1990.
CASTELLANI L., San Agustín y nosotros, Jauja, Mendoza 2000.
SAN CIPRIANO, La unidad de la Iglesia, Ed. Ciudad Nueva, Madrid
1990.
SAN CIRILO DE JERUSALÉN, El Espíritu Santo, Ed. Ciudad Nueva,
Madrid 1990.
SAN JUAN CRISÓSTOMO, Homilías exegéticas del Evangelio de San
Juan, Apostolado Mariano, Sevilla 1991.
- Homilías sobre la carta a los Romanos, Apostolado Mariano, Sevilla
1990.
- Las catequesis bautismales, Ed. Ciudad Nueva, Madrid 1990.
SAN GREGORIO NACIANCENO, La pasión de Cristo, Ed. Ciudad
Nueva, Madrid 1990.
SAN GREGORIO DE NISA, La gran catequesis, Ed. Ciudad Nueva,
Madrid 1990.
SAN HILARIO DE POITIERS, Tratado de los misterios, Ed. Ciudad
Nueva, Madrid 1992.
SÍGUEME
SAN JERÓNIMO, Comentario al Evangelio de San Marcos, Ed. Ciudad
Nueva, Madrid 1991.
SAN MÁXIMO EL CONFESOR, Meditaciones sobre la agonía, Ed.
Ciudad Nueva, Madrid 1991.
SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, Apostolado Mariano, Sevilla
1990.
(Y las demás publicaciones de los Padres de Ed. Ciudad Nueva y
Apostolado Mariano).

D. Magisterio de la Iglesia.

DENZINGER E., El Magisterio de la Iglesia, Herder, Barcelona 1970.


SAN PIO X, Escritos Doctrinales, Palabra, Madrid 1975.
CONCILIO VATICANO II, Documentos, BAC, Madrid 1966.
Siguiendo el Magisterio de JUAN PABLO II:
Encíclicas:
- Redemptor hominis, Paulinas, Bs. As. 1979 (sobre el misterio de
Cristo).
- Dives in misericordia, Paulinas, Bs. As. 1980 (sobre Dios Padre).
- Dominum et Vivificantem, Paulinas, Bs. As. 1986 (sobre la actividad
del Espíritu Santo).
- Redemptoris Mater, Paulinas, Bs. As. 1987 (un profundo y rico
comentario a la Lumen Gentium c.8, nn. 58-69).
- Slavorum apostoli, Paulinas, Bs. As. 1985 (lo obra de San Cirilo y
Metodio).
- Redemptoris Missio, Paulinas, Bs. As. 1990 (la naturaleza misionera
de la Iglesia).
- Veritatis splendor, Paulinas, Bs. As. 1993 (los fundamentos de la
teología moral).
- Evangelium Vitae, Paulinas, Bs. As. 1995 (la enseñanza moral
sobre la vida humana).
- Ut Unum Sint, Paulinas, Bs. As. 1995 (sobre el ecumenismo).
- Fides et ratio, EVE, San Rafael 1998 (sobre la filosofía y su relación
con la fe).
Sobre la doctrina social de la Iglesia: Laborem exercens,
Paulinas, Bs. As. 1981; Sollicitudo Rei socialis, Paulinas, Bs. As. 1987;
Centesimus annus, Paulinas, Bs. As. 1991.
APÉNDICE 3
Exhortaciones Apostólicas, siguiendo el Sínodo de Obispos:
- Catechesis Tradendae, Paulinas, Bs. As. 1979 (sobre la catequesis);
- Familiaris Consortio, Paulinas, Bs. As. 1981 (sobre la familia y el
matrimonio);
- Reconciliatio et Poenitentia, Paulinas, Bs. As. 1984 (sobre el
sacramento de la Reconciliación);
- Christifidelis Laici, Paulinas, Bs. As. 1988 (sobre la vida y
apostolado de los fieles cristianos);
- Pastores dabo vobis, Paulinas, Bs. As. 1992, (sobre la formación del
futuro sacerdote y la vida sacerdotal);
- Vita Consacrata Paulinas, Bs. As. 1996, (sobre la vida religiosa).
Cartas Apostólicas:
- Salvifici Doloris, Paulinas, Bs. As. 1984 (sobre el modo de entender
el sufrimiento);
- Mulieris Dignitatem, Paulinas, Bs. As. 1988 (sobre la dignidad y
vocación de la mujer);
- Ordinatio sacerdotalis Paulinas, Bs. As. 1994, (se reserva la
ordenación sacerdotal sólo a los varones);
- Tertio Millenio adveniente, Paulinas, Bs. As. 1995 (sobre el modo de
prepararse al tercer milenio);
- Novo Millenio ineunte, EVE, San Rafael - Loja 2001 (carta
programática sobre la nueva evangelización del tercer milenio).

Catequesis (durante las Audiencia Generales de los miércoles):


-Varón y mujer. Teología del cuerpo, Palabra, Madrid 1998.
- El celibato apostólico. La resurrección de la carne y la virginidad
cristiana, Palabra, Madrid 1998.
- La redención del corazón. La pureza cristiana, Palabra, Madrid 1998.
- Creo en Dios Padre. Catequesis sobre el credo I, Palabra, Madrid
1998.
- Creo en Jesucristo. Catequesis sobre el credo II, Palabra, Madrid
1998.
- Creo en el Espíritu Santo. Catequesis sobre el credo III, Palabra,
Madrid 1998.
- Creo en la Iglesia. Catequesis sobre el credo IV, Palabra, Madrid
1998.
- La Virgen María, Palabra, Madrid 1998.
- Creo en la Palabra de Dios, EVE, San Rafael 1999.
SÍGUEME
Otros documentos:
- El Jubileo del perdón, EVE, San Rafael 2000.
- Incarnationis mysterium, EVE, San Rafael 1999.
- Dies Domini, EVE, San Rafael 1998.
- Viaje histórico del Juan Pablo II a Tierra Santa, San Rafael 2000.
- Ecclesia in America, EVE, San Rafael 2000.

Algunos documentos de la Congregación para la Doctrina de la


Fe:
- Declaración sobre la Eutanasia, Paulinas, Bs. As. 1980.
- Instrucción sobre el bautismo de los niños, Paulinas, Bs. As. 1980.
- Sobre el ministerio de la Eucaristía, Paulinas, Bs. As. 1983.
- Libertatis Nuntius, Paulinas, Bs. As. 1984 sobre ciertos aspectos
de la teología de la liberación; Libertatis Conscientia, Paulinas, Bs. As.
1986 sobre la libertad cristiana y la liberación.
- Carta a todos los Obispos de la Iglesia Católica sobre la atención
pastoral de las personas homosexuales, Paulinas, Bs. As. 1986.
- Donum Vitae, Paulinas, Bs. As. 1987 instrucción sobre bioética y
problemas morales relacionados con la bioética.
- Recepción de la Comunión de personas divorciadas y vueltas a casar,
Paulinas, Bs. As. 1994.
- Ordinatio Sacerdotalis, Paulinas, Bs. As. 1995 estableciendo que la
ordenación sacerdotal sólo para los varones fue infalible.

E. Espiritualidad.

SAN ALFONSO MARIA DE LIGORIO, Meditaciones sobre la pasión de


Jesucristo, Palabra, Madrid 1990.
BUELA C., María de Luján, EVE, San Rafael- Dusahmbé 2000.
- Fátima. Y el sol bailó..., San Rafael- Dusahmbé 2000.
- Sacerdotes para siempre, EVE, Washington - Loja 2000.
CHAUTARD D., El alma de todo apostolado, Palabra, Madrid 1976.
CASTELLANI L., La catarsis de los ejercicios espirituales de San Ignacio
de Loyola, Epheta, Bs. As. 1991.
- El rosal de nuestra Señora, Epheta, Bs. As., 1979.
SAN FRANCISCO DE ASÍS, Florecillas, San Pablo, Bogotá 1994.
SAN FRANCISCO DE SALES, Introducción a la vida devota, Dictio, Bs.
As. 1980.
- Tratado del amor a Dios, BAC, Madrid 1997.
APÉNDICE 3
JUAN XXIII, Con amor de padre. Pensamientos y meditaciones, San
Pablo, Bogotá 1994.
FUENTES M., El dolor salvífico, EVE, San Rafael - Arequipa - Roma
2000.
GARRIGOU LAGRANGE R., Las tres edades de la vida interior, 2 vols.,
Palabra, Madrid 1978.
SAN LUIS MARÍA GRIGNON DE MONFORT, Tratado de la Verdadera
Devoción, San Pablo, Bogotá 1995.
SAN IGNACIO DE LOYOLA, Ejercicios Espirituales, EVE, San Rafael
1999.
KEMPIS T., La imitación de Cristo, San Pablo, Bogotá 1994.
PINCKAERS S., La vida espiritual, Edicep, México - Valencia 1994.
ROYO MARIN A., Teología de la perfección cristiana, BAC, Madrid
1989.
- Nada te turbe. Nada te espante, Palabra, Madrid 1990.
SAENZ A., Siete virtudes olvidadas, Buenos Aires 1998.
SAENZ R., Sólo Dios basta, Gladius, Buenos Aires 1996.
SAURAS E., El sacrificio de la Misa, Palabra, Madrid 1990.
SCARAMELLI J.B., Discreción de los espíritus, Cruzamante, Bs. As.
1981.
SCHEEBEN M.S., Las maravillas de la gracia divina, Palabra, Madrid
1978.
SCUPOLI L., Combate espiritual, Cruzamante, Bs. As. 1981.
SCHÖNBORN CH., Amar a la Iglesia, BAC, Madrid 1997.
STEIN E., La mujer, Palabra, Madrid 1990.
TANQUEREY, Compendio de Teología Ascética y Mística, Palabra,
Madrid 1990.
SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS, Historia de un alma, San Pablo,
Bogotá 1994.
SANTA TERESA DE JESÚS, Las moradas, San Pablo, Bogotá 1995.
THOTH T., El joven y Cristo, Gladius, Bs. As. 1985.
TRESSE L., Vasija de barro, Palabra, Madrid 1990.
TORTOLO A., La sed de Dios, Claretiana, Bs. As. 1977.

F. Filosofía.

ALVIRA T.- CLAVELL L.- MELENDO T., Metafísica, Eunsa, Pamplona


1989.
SÍGUEME
ARTIGAS M.- SANGUINETI J., Filosofía de la naturaleza, Eunsa,
Pamplona, 1990.
CASAUBON J., Nociones generales de lógica y filosofía, Estrada, Bs. As.
1981.
CAPONNETO A., Los Arquetipos y la historia, Scholastica, Bs. As.
1991.
CASTELLANI L., Freud, Jauja, Mendoza 1996.
CLAVELL L., El nombre propio de Dios, Eunsa, Pamplona 1980.
CRUZ PRADOS A., Historia de la filosofía contemporánea, Eunsa,
Pamplona, 1990.
FABRO C., Percepción y pensamiento, Eunsa, Pamplona 1978.
- El viraje antropológico de Karl Rahner, Ciafic, Bs. As. 1981.
- Drama del hombre y misterio de Dios, Rialp, Madrid 1977.
- Curso de metafísica, UCA, Bs. As. 1948.
FONTANA E., Fabro, EVE, San Rafael 1995.
GAMBRA R., El silencio de Dios, Huemul, Bs. As. 1980.
- Historia sencilla de la filosofía, Rialp, Madrid 1985.
GARRIGOU LAGRANGE R., Dios. Su existencia. Su naturaleza,
Palabra, Madrid 1976-1977.
GILSON E., La filosofía en la Edad Media, Gredos, Madrid 1976.
- Elementos de filosofía cristiana, Rialp, Madrid 1977.
- El ser y los filósofos, Eunsa, Pamplona 1979.
GONZALEZ A., Teología natural, Eunsa, Pamplona, 1986.
LLANO A., Gnoseología, Eunsa, Pamplona 1987.
MARITAIN J., Los grados del saber, Club de Lectores, Bs. As. 1983.
PIEPER J., El ocio y la vida intelectual, Rialp, Madrid 1970.
RODRIGUEZ LUÑO A., Etica, Eunsa, Pamplona 1986.
- Etica general, Eunsa, Pamplona 1993.
SANZ SANTACRUZ V., Historia de la filosofía moderna, Eunsa,
Pamplona, 1990.
SANGUINETI J.J., Lógica, Eunsa, Pamplona, 1986.
SARANYANA I., Historia de la filosofía medieval, Eunsa, Pamplona
1986.
VERNEAUX R., Filosofía del hombre, Herder, Barcelona 1978.
YARZA I., Historia de la filosofía antigua, Eunsa, Pamplona, 1986.
APÉNDICE 3
G. Doctrina social y política.

AA.VV., Valor de la vida. Cultura de la muerte, CENTOLIAR,


Paraná 1998.
BUELA C., Modernos ataques contra la familia, EVE, San Rafael 1998.
CALDERÓN BOUCHET R., Formación de la ciudad cristiana, Dictio,
Bs.As. 1978.
- Apogeo de la ciudad cristiana, Dictio, Bs.As. 1978.
- Decadencia de la ciudad cristiana, Dictio, Bs.As. 1979.
- La ruptura del sistema religioso en el siglo XX, Dictio, Bs.As.
1980.
CAPONNETTO A., Lenguaje y educación, Cruzamante, Bs. As. 1990.
- Pedagogía y educación, Cruz y Fierro, Bs. As. 1981.
CASTELLANI L., La reforma de la enseñanza, Vórtice, Bs. As. 1993.
COLOM E., Curso de doctrina social de la Iglesia, Palabra, Madrid
1990.
CRUZET M., La enseñanza, Cruzamante, Bs. As. 1981.
HERNANDEZ H., Familia, sociedad y divorcio, Gladius, Bs. As. 1986.
HÖFFNER J., Manual de doctrina social cristiana, Editora de Revistas,
México 1990.
MEINVIELLE J., La concepción católica de la política, Dictio, Bs. As.
1973.
- El judío en el misterio de la historia, Cruz y Fierro, Bs. As.
1982.
- El comunismo y la revolución anticristiana, Cruz y Fierro, Bs.
As. 1974.
- Conceptos fundamentales de la economía, Cruz y Fierro, Bs. As.
1982.
- El poder destructivo de la dialéctica comunista, Cruz y Fierro, Bs.
As. 1973.
OUSSET J., Para que Él Reine, Cruzamante, Bs. As. 1980.
PALACIOS L.E., El mito de la nueva cristiandad, Rialp, Madrid 1973.
PALUMBO C., Cuestiones de Doctrina Social de la Iglesia, Cruz y
Fierro, Bs. As. 1982.
SACHERI C., El orden natural, Cruzamante, Bs. As. 1980.
- La Iglesia clandestina, Cruzamante, Bs. As. 1970.
SCALA J., IPPF la internacional de la muerte, J.C., Rosario 1995.
STRUBBIA M., Doctrina Social de la Iglesia, Paulinas, Bs. As. 1983.
SÍGUEME
H. Teología.

AA.VV., Cristo, Hijo de Dios y Redentor del hombre, Eunsa,


Pamplona 1982.
AA.VV., La quimera del progresismo, Cruz y Fierro, Bs. As. 1991.
BASSO D., Los fundamentos de la moral, Cieb, Bs. As. 1993.
CORBELLE J.M., El misterio íntimo de Dios, EVE, San Rafael 1996.
DANIÉLOU J., POZO C., Iglesia y secularización, BAC, Madrid 1973.
FABRO C., La aventura de la teología progresista, Eunsa, Pamplona
1976.
FERRARO CH, El naufragio del progresismo, EVE, Arequipa (Perú)
1999.
FUENTES M., Revestíos de entrañas de misericordia, EVE, San Rafael-
Dushambé 1999.
- I.N.R.I. Jesús Nazareno, Rey de los Judíos, EVE, Dushambé -
San Rafael 1999.
- Los hizo varón y mujer, EVE, San Rafael 1998.
- Métodos naturales y métodos artificiales de regulación de la
natalidad, EVE, San Rafael 1998.
- La magnanimidad, esencia y educación, EVE, San Rafael 1998.
GARCIA DE HARO R.- DE CELAYA I., La moral cristiana, Rialp,
Madrid 1975.
MAUSBACH J.- ERMECKE G., Teología moral católica, 3 vols., Eunsa,
Pamplona 1974.
MIRALLES A., Los sacramentos cristianos, Palabra, Madrid 1990.
OCARIZ F., Hijos de Dios en Cristo, Eunsa, Pamplona 1972.
OCARIZ F., MATEO SECO L., RIESTRA J.A., El misterio de Jesucristo,
Eunsa, Pamplona 1991.
OLGIATI F., El silabario de la moral cristiana, Iction, Bs. As. 1981.
OTT L., Manual de teología dogmática, Herder, Barcelona 1969.
PHILIPON M.M., Los sacramentos en la vida cristiana, Palabra, Madrid
1980.
- Los dones del Espíritu Santo, Palabra, Madrid 1981.
PIEPER J., Las virtudes fundamentales, Rialp, Madrid 1980.
PONCE CUELLAR M., La naturaleza de la Iglesia, Eunsa, Pamplona
1979.
POZO C., María en la obra de la salvación, BAC, Madrid 1974.
- Teología del más allá, BAC, Madrid 1980.
APÉNDICE 3
- La venida del Señor en la gloria, Edicep, México - Valencia
1993.
RIESTRA J.A., Cristo y la plenitud del cuerpo místico, Eunsa,
Pamplona 1985.
ROYO MARÍN A., Teología moral para seglares, BAC, 2 vols., Madrid
1979.
- Teología de la caridad, BAC, Madrid 1979.
- Jesucristo y la vida cristiana, BAC, Madrid 1978.
- Dios y su obra, BAC, Madrid 1979.
- El gran desconocido, BAC, Madrid 1977.
- La oración del cristiano, BAC, Madrid 1975.
- Somos hijos de Dios, BAC, Madrid 1977.
- Teología de la esperanza, BAC, Madrid 1976.
VON RUDOLF L., Breve teología para laicos, Club de Lectores, Bs. As.
1978.
WOJTYLA K., La renovación en sus fuentes. Sobre la aplicación del
Concilio Vaticano II, BAC, Madrid 1982.

I. Santo Tomás de Aquino.

DERISI O., La doctrina de la inteligencia de Aristóteles a Santo


Tomás, Univ. Nac., La Plata 1980.
FABRO C., Introducción al tomismo, Rialp, Madrid 1982.
- Las razones del tomismo, Eunsa, Pamplona 1980.
GILSON E., El tomismo, Eunsa, Pamplona 1979.
RAMIREZ S., Introducción a Tomás de Aquino, BAC, Madrid 1975.
SANTO TOMÁS DE AQUINO, Suma Teológica, 20 vols., Club de
Lectores, Bs. As. 1980.
- Compendio de Teología, Rialp, Madrid 1980.
- Explicación del “De Trinitate”de Boecio, Eunsa, Pamplona
1986.
- Comentario a la Epístola de San Pablo a los Colosenses, EVE,
San Rafael - Arequipa, 2000.
- Comentario a la Epístola de San Pablo a los Filipenses, EVE,
San Rafael - Arequipa, 2000.
- Comentario a la Epístola de San Pablo a los Filemón, EVE, San
Rafael - Arequipa, 2000.
- El Credo comentado, Athanasius, Bs. As. 1990.
- El Padre nuestro comentado, Athanasius, Bs. As. 1990.
SÍGUEME

J. Lecturas amenas y formativas.

AA. VV., I. Ezcurra, Diálogo, San Rafael 1994.


BUELA C., R.P. Julio Meinvielle, Diálogo, San Rafael 1995.
CASTELLANI L., Cristo y los fariseos, Jauja, Mendoza 1999.
- Las ideas de mi tío el cura, Excalibur, Bs. As. 1984.
- Camperas, Dictio, Bs. As. 1980.
- El nuevo gobierno de Sancho, Dictio, Bs. As. 1981.
CHESTERTON G.K., La esfera y la cruz, Ortodoxia, Enormes
minucias, y demás obras (varias ediciones).
DOBRACZYNSKI J., La sombra del Padre, Palabra, Madrid 1990.
FUENTES M., Sembrador, EVE, San Rafael - Arequipa 2000.
- Soy capitán triunfante de mi estrella, EVE, San Rafael 1998.
HAHN S. Y K., El regreso a casa, Ignatius, San Francisco (USA) 1998.
HÜNERMANN W., El apóstol de los leprosos, Palabra, Madrid 1990.
PALACIOS J.P., Cristo, ayer, hoy y siempre, EVE, Dushambé - Roma -
San Rafael 1999.
PEMÁN J.M., El Divino Impaciente, Edibesa, Madrid 1996.
- La Navidad de Pemán, Edibesa, Madrid 1995.
- La Pasión según Pemán, Edibesa, Madrid 1995.
- Lo que María guardaba en su corazón, Palabra, Madrid 1990.
SAENZ A., El hombre moderno, Gladius, Bs. As. 1999.
SIERRA V., Sentido misional de la conquista de América, Dictio, Bs.
As. 1980.
URTEAGA J., ¡Ahora comienzo!, Palabra, Madrid 1990.
WAST H., Las aventuras de don Bosco, Año X, (y demás obras...).
WERFEL F., La canción de Bernadette, Palabra, Madrid 1991.
WOHL L, La luz apacible, Palabra, Madrid 1990.
- La lanza, Palabra, Madrid 1990.
- El mendigo alegre, Palabra, Madrid 1991.
- Fundada sobre roca, Palabra, Madrid 1992.
INDICE TEMÁTICO
Los números indicados entre paréntisis corresponden a las
páginas de la presente 2da. edición.
Consejos:
- para el estudio (32-33);
- para hacer los Ejercicios (59-68);
- para meditar la Pasión de Cristo (203-208);
- para discernir los ‘espíritus’ (113-119. 200-202);
- para elegir estado (160.169-176);
- para reformar la vida (176-178);
- para distribuir limosnas (343-344);
- para ordenarse en el comer (250-252);
- para entender escrúpulos (344-346);
- de San Ignacio a San Francisco Javier (353-354);
- para alcanzar la perfección (260);
- muy importante (352-353);
- vive en gracia de Dios (291-292);
- confiésate con frecuencia (292-293);
- participa activamente de la Misa (293-298);
- reza (298-301);
- busca un director espiritual (305-306);
- haz los Ejercicios una vez al año (306);
- nutre y forma tu mente (355);
- sé apóstol (307).
Devociones:
- corona de la Divina Misericordia (131-132);
- a la Pasión de Cristo: vía crucis tradicional (232-
243), via crucis nuevo (243-246), otros breves (247-
248.248-249);
- a los misterios de la Vida de Cristo y la Virgen
Santísima, el santo Rosario: devoción a la Virgen (301-
303), misterios gozosos (179-180), dolorosos (230-232),
gloriosos (256-257).
SÍGUEME

Ejercicios Espirituales:
- génesis del libro de Ejercicios (20-22);
- definición y finalidad de los Ejercicios (57);
- disposiciones para hacerlos (57);
- conveniencia del “retiro” (58);
- consejos para hacerlos bien (59-60);
- repetirlos anualmente (306).
* adiciones:
- para hacer mejor los Ejercicios (69-70);
- para la primer semana (87-88);
- para la segunda semana (133-135);
- para la tercer semana (204-206);
- para la cuarta semana (254-255).
* reglas:
- de discernimiento -primer semana- (113-119);
- de discernimiento -segunda semana- (200-202);
- de elección de estado: preámbulo (160), rectitud de
intención (169-170), materia de elección (170-171),
tiempos (172), dos modos para tiempo tranquilo: pro-vs.
(173-174) y otros (174-176);
- de reforma de vida (176): dimensiones sobre las
cuales hacer reforma (177-178), plan de vida (178);
- para ordenarse en el comer (250-252);
- para sentir con la Iglesia (282-286);
- para distribuir limosnas (343-344);
- observaciones sobre los escrúpulos (344-346).
Exámenes:
- de conciencia: indicacions para hacerlo (51);
- sobre la marcha de los Ejercicios (51-53);
- de la meditación (67-68);
- particular: en qué consiste (71-72. 346-347),
momentos para hacerlo (72), modo de aprovecharlo (72-
73), sobre diversas virtudes: humildad (347. 350-351),
caridad (347-348), paciencia (348), castidad (348), hacer
bien lo ‘ordinario’ (349), conformarse con la voluntad
de Dios (349);
- para antes de la confesión: siguiendo los
mandamientos (107-109), mandamientos más explicados
(310-328), según las virtudes cristianas (328-331), según
los pecados capitales (110.331-332), según el amor a
Dios y al prójimo (332-336).:
Ignacio de Loyola:
- notas biográficas (13-18);
- fisonomía (18-20);
- sus Ejercicios (20-22);
- consejos dados a San Francisco Javier (353-354).
Meditaciones y Contemplaciones:
* sobre el modo de meditar:
- esquema y consejos para la oración mental (62-68),
dificultades en la oración (68-69), otros modos de orar:
por mandamientos (73-75. 107-109. 310-328), por
virtudes cristianas (328-331), por pecados capitales
(331-332), por amor de Dios y del prójimo (332-336),
por la significación de las palabras de la oración (75-76),
del Padre nuestro (337-342), por el ritmo de la
respiración (77), modo de orar durante la semana (298-
301);
* puntos de meditación y contemplación:
- meditación introductoria (79);
- Principio y Fundamento (61-62);
- Dios (79-81);
- el hombre (81-83);
- las cosas (83-85);
- indiferencia (85-86);
* primer semana:
- tres pecados (92-95);
- pecados propios (95-97);
- repetición sobre los pecados (97-99);
SÍGUEME
- infierno (99-100);
- muerte eterna (119-121);
- muerte -bíblico- (122-124);
- la muerte (124-125);
- brevedad del peregrinar terreno (126-127);
- juicio final (127-130);
- la misericordia de Dios (130-131);
* segunda semana:
- contemplación del Reino (135-138);
- encarnación y nacimiento (138-146);
- anunciación (146-147);
- visitación (147-148);
- nacimiento (149-150);
- anuncio a los pastores (151-152);
- circuncisión (152-153);
- adoración de los Reyes magos (153-154);
- purificación - presentación (155-156);
- huida a Egipto (156);
- vuelta de Egipto, residencia en Nazaret (157);
- vida oculta en Nazaret (158);
- a los 12 años va al Templo (159);
- meditación de dos banderas (160-163);
- meditación de tres binarios (163-165);
- tres maneras de humildad (165-167);
- desde Nazaret al Jordán (181-182);
- Bautismo de Cristo (182-183);
- del Jordán al desierto (184-185);
- Cristo llama a los apóstoles (185-186);
- bodas de Caná: primer milagro (186-187);
- expulsión de los mercaderes del Templo (188);
- sermón de la montaña (189-190);
- tempestad calmada (190-191);
- camina sobre el mar (191-192);
- misión temporal de los apóstoles (192-193);
- conversión de María Magdalena (193-194);
- transfiguración de Cristo (194-195);
- la predicación en el Templo (195-196);
- resurrección de Lázaro (196-197);
- cena en Betania (197-198);
- Domingo de Ramos (198-199);
* tercer semana:
- de Betania a Jerusalén (208);
- Última Cena (209);
- huerto de los Olivos (210-211);
- prendimiento y casa de Anás (211-212);
- en casa de Caifás (213);
- ante Pilato (214-215);
- ante Herodes (215);
- de nuevo ante Pilato (216-217);
- condena de Pilato y crucifixión (217-218);
- en la Cruz (218-219);
- el cuerpo de Jesús en el sepulcro (220);
- la soledad (221);
- la Pasión en conjunto: la entrega (222-225);
- la Pasión: los dolores de Cristo (225-227);
- la Pasión: modos en que Cristo nos salva (227-229);
* cuarta semana:
- Cristo resucitado aparece a su Madre (260-261);
- aparición a María Magdalena (262);
- aparición a las otras mujeres (263);
- aparición a Pedro (264);
- los discípulos de Emaús (265);
- aparición a los discípulos sin Tomás (266);
- aparición a los discípulos con Tomás (267);
- aparición en Galilea (268);
- aparición sobre el monte (269);
- aparición a más de 500 hermanos (270);
- aparición a Santiago (270-271);
- aparición a Pablo (271);
- Ascensión de Cristo (272);
SÍGUEME
- venida del Espíritu Santo (273);
- Parusía de Cristo (274-276);
- la vida eterna o Cielo (276-278);
- Contemplación para alcanzar amor (278-282).
Oraciones:
- dirigidas al Padre: ofrecimiento (23), ofrecimiento
del día (23), Padre nuestro (24. 42-43. 337-342),
ofrecimiento de obras (27-28), Padre me pongo en tus
manos (259);
- dirigidas al Hijo: al desperter (23); al Sagrado
Corazón (36), Cordero de Dios (43), oración de la noche
(53), Alma de Cristo (58-59), ante el misterio del
Nacimiento (150).
- dirigidas al Espíritu Santo: oración al Espíritu
Santo (27), pidiendo la docilidad (252-253);
- a la Santísima Trinidad: Gloria (24), gloria de la
Misa (38-39);
- a la Santísima Virgen: Ave María (24), Salve (25),
Totus tuus (29), consagración (29), Bendita (29), oración
de la Legión (30), Acordaos (53), Angelus (141), Regina
Coeli (258), bajo tu amparo (304), oración a la Virgen de
Luján (304);
- otras oraciones: Credo (24-25), profesión de fe (40-
41), acto de fe (26), acto de esperanza (26), acto de
caridad (26), acto de contrición (26.111); oración al
ángel custodio (27), oración a la Divina Misericordia
(132);
- oraciones para diversas circunstancias: para las
comidas (30-31), para el estudio (31-32), para los
trabajos (34), para ofrecer las obras (27-28.34), para
pedir buen humor (259-260), letanías de la humildad
(351-352), cuando se está desolado y triste (35), para
pedir la salud (35), para dominar el enojo o la ira (35), al
sentirse tentado (100), al caer en alguna falta o pecado
(101), oración antes del examen de conciencia (107),
instrumento de tu paz (258-259), aquí estoy Señor
envíame (167);
- de la noche (53): el Bendito (54), Himno de
completas (54-55), oración final (55).
- de Ejercicios: Alma de Cristo (58-59), coloquio de
los pecados (98), coloquio de misericordia (94-95),
oración del Reino (137), oración de dos banderas (162),
oración de tres binarios (165), de la contemplación para
alzanzar amor (280); por los próximos ejercicios (306-
307).
Pecados:
- diferentes clases: mortal y venial (103-104);
- capitales (75.104.110.331-332);
- tentación y pecado (104-105);
- de palabra y omisión (105-106);
- observaciones sobre los escrúpulos (344-346).
Penitencia:
- necesidad de hacerla (88-89);
- tipos de penitencia (89);
- modos de penitencia externa (90);
- finalidad de las penitencias externas (91);
- oración para antes de la penitencia (26), al sentirse
tentado (100), al caer en una falta (101); empiezo ahora
(101); acto de contrición (111).
- ver: Sacramento de la Penitencia.
Sacramentos:
* de la Penitencia - Confesión o Reconciliación:
- Penitencia o Confesión en el Evangelio (102-103);
- los efectos que produce (106);
- pasos para recibir este sacramento (107): exámenes
(107-110), contrición del corazón (110), propósito de
mejorar (111-112), confesión (112), satisfacción (112-
113); indulgencias (290).
- conveniencias de la Confesión frecuente (292-293);
SÍGUEME
* del Bautismo:
- de Cristo, causa y ejemplo del nuestro (181-183);
- renovación de las promesas bautismales (287-288);
* de la Eucaristía:
- verdades esenciales sobre la Eucaristía (293-298);
- oraciones de la Santa Misa (37-44);
- visita al Santísimo Sacramento (44-48);
- oración para la Comunión espiritual (48-49);
- oración para recibir la Eucaristía (49-50);
- oración después de recibir la Eucaristía (50-51).

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