Novena, Historiade Don Calabria

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NOVENA A SAN JUAN CALABRIA

2017

 Rezaremos al Coronita a la Divina Providencia.


 Haremos canciones calabrianas.
 Letanías en honor a San Juan Calabria.
 Leeremos un pedacito de la historia de San Juan Calabria.

Explicación del rezo de la coronita a la Divina Providencia:


La Coronita a la Divina Providencia es una oración de la Iglesia y que Don Calabria rezaba también con
los hermanos y los niños en la casas de la Obra. Es una oración en la que nos confiamos a Dios Padre,
Providente. En ella pedimos por nuestras necesidades que el Padre ya conoce y agradecemos por todos los
beneficios que Él nos concede por pura bondad. No es una oración mágica en la que rezamos y Dios nos da lo
que pedimos, sino que con ella alimentamos nuestra fe y nuestra confianza en que nada de lo que nos haga
falta en la vida nos faltará cuando buscamos el Reino de Dios y su Justicia.

CORONITA DE LA DIVINA PROVIDENCIA:


Dirige: “Nuestro auxilio está en el nombre del Señor…
Respuesta: … que hizo el Cielo y la tierra”.
Dirige: Sacratísimo Corazón de Jesús,
Respuesta: Ayúdanos.
Dirige: Purísimo Corazón de María.
Respuesta: Ayúdanos.
(Se repite lo siguiente 10 veces, durante 3 o 5 decenas)
Dirige: Santísima Providencia de Dios,
Respuesta: “Socórrenos” (o “te damos gracias”).
Dirige: Míranos, ¡Oh, Madre!, con tus ojos de piedad,
Respuesta: Socórrenos, ¡Oh, Reina!, con tu caridad. [Ave María].
Dirige: ¡Oh, Padre, Hijo, Espíritu Santo, Santísima Trinidad, María, Ángeles y Santos todos del cielo, estas
gracias las pedimos por la sangre de nuestro Señor Jesucristo! [Gloria].
Dirige: San José,
Respuesta: Ruega por Nosotros
Dirige: San Juan Calabria,
Respuesta: Ruega por Nosotros 
Dirige: Por las almas del purgatorio,
Respuesta: Dales, Señor, el descanso eterno y la Luz perpetua las ilumine. Que descansen en paz. Amén.
Dirige: Por nuestros familiares, amigos y bienhechores,
Respuesta: Dígnate, Señor, por la gloria de tu Santo Nombre, dar a todos los que nos hacen el bien, la Vida
Eterna. Amén.

ORACIÓN PARA PEDIR LA INTERCESIÓN DE SAN JUAN CALABRIA


“¡Oh Dios y Padre nuestro!,
te alabamos porque con tu Providencia conduces el universo y toda nuestra vida.
Te damos gracias por el don de la santidad evangélica
que has concedido a tu siervo don Calabria.
Siguiendo su ejemplo, depositamos en ti todas nuestras preocupaciones,
con el sólo deseo de que venga tu Reino.
Danos tu Espíritu, para que nuestro corazón sea sencillo y disponible a tu voluntad.
Haz que amemos a nuestros hermanos, sobre todo a los más pobres y abandonados,
para llegar un día junto con ellos, a la alegría que no tiene fin,
donde tú nos esperas con tu Hijo Jesús, nuestro Señor.
Por intercesión de San Juan Calabria,
concédenos la gracia que ahora con confianza te presentamos . Amén”.
LETANÍAS EN HONOR A SAN JUAN CALABRIA
Señor, ten piedad, (Señor, ten piedad)
Cristo, ten piedad, (Cristo, ten piedad)
Señor, ten piedad, (Señor, ten piedad)
Cristo, óyenos, (Cristo, óyenos)
Cristo, escúchanos, (Cristo, escúchanos)
Dios, Padre providente, Ten piedad de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundo, Ten piedad de nosotros
Dios Espíritu Santo, Ten piedad de nosotros
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, Ten piedad de nosotros
 Santa María, Ruega por nosotros
 Santa Madre de Dios, Ruega por nosotros
 San José esposo de María, Ruega por nosotros
 San Juan Calabria, Ruega por nosotros
 San Juan Calabria, discípulo de Jesús y de María, Ruega por nosotros
 San Juan Calabria, hombre Apostólico, Ruega por nosotros
 San Juan Calabria, Sacerdote Santo, Ruega por nosotros
 San Juan Calabria, padre de la familia calabriana, Ruega por nosotros
 San Juan Calabria, ejemplo de abandono a la Voluntad del Dios, Ruega por nosotros
 San Juan Calabria, siempre fiel a la Santa Iglesia, Ruega por nosotros
 San Juan Calabria, humilde testigo de la Providencia Divina, Ruega por nosotros
 San Juan Calabria, devoto de la Santa Eucaristía, Ruega por nosotros
 San Juan Calabria, padre y protector de los pobres, Ruega por nosotros
 San Juan Calabria, amigo de los pecadores, Ruega por nosotros
 San Juan Calabria, constructor de la Unidad entre los Cristianos, Ruega por nosotros
 San Juan Calabria, espejo de Obediencia, Ruega por nosotros
 San Juan Calabria, amante de la Pobreza, Ruega por nosotros
 San Juan Calabria, ejemplo de Castidad, Ruega por nosotros
 San Juan Calabria, regla viva de Santidad, Ruega por nosotros
 San Juan Calabria, discípulo en la escuela del sufrimiento, Ruega por nosotros
 San Juan Calabria, sediento por la salvación de las almas, Ruega por nosotros
 San Juan Calabria, modelo de paciencia en la enfermedad, Ruega por nosotros
 San Juan Calabria, devoto niño de María, Ruega por nosotros

Respondemos: Ruega por nosotros, san Juan Calabria.


 Para que como tú, nos abandonemos a la voluntad de Dios. Ruega por nosotros, san Juan Calabria.
 Para que aprendamos a amar como tú amaste. Ruega por nosotros, san Juan Calabria.
 Para que verdaderamente seamos hijos de la Providencia. Ruega por nosotros, san Juan Calabria.
 Para que nos dediquemos al cuidado de los demás. Ruega por nosotros, san Juan Calabria.
 Para que siempre amemos, perdonemos, a los demás. Ruega por nosotros, san Juan Calabria.
 Para que carguemos los fardos unos a los otros. Ruega por nosotros, san Juan Calabria.
 Para que caminemos siempre en la presencia de Dios. Ruega por nosotros, san Juan Calabria.
 Para que compartamos tu profundo amor a la Eucaristía. Ruega por nosotros, san Juan Calabria.
 Para que tengamos confianza en la Providencia. Ruega por nosotros, san Juan Calabria.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Perdónanos, Señor.


Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Ten misericordia de nosotros.

Oración Final: “¡Oh Dios, Padre providente!, que sea siempre fuente de alegría para tu Iglesia el hecho de que
nosotros honremos la memoria de San Juan Calabria, tu santo sacerdote. Que su ayuda espiritual nos haga
fuertes, y su asistencia nos ayude a ganar el premio eterno. Pedimos esto a través de Jesucristo, nuestro
Señor. Amén”.
1er Día: Nacimiento, familia, infancia y adolescencia.
Juan Calabria nació el 8 de octubre de 1873 en Verona, Italia, siendo el séptimo y último hijo de Luis
Calabria y Ángela Foschio.
Sus hermanos y hermanas: Teresa, Benito, Juana, Teresa, Cecilia, Cayetano.
Fue bautizado el 01 de Noviembre de 1873, con el nombre de Juan Orestes María Calabria.
Cuando tenía 8 años, recibió la confirmación y un año más tarde, la santa comunión.
Siendo adolescente supo vivir con un corazón grande las tareas cotidianas, manteniendo siempre sus
ideales, sus sueños y sus anhelos en el Reino de Dios. En una sociedad que solo piensa en sus bolsillos. La
familia de Juan vivió toda esta realidad de conflicto entre ricos y pobres, aun siendo pobre, vivieron con
dignidad, esfuerzo y valentía todo el peso de la pobreza.
Como adolescente tuvo que cargarse con la responsabilidad de ayudar a su madre para solventar los
gastos de la familia, porque su padre falleció cuando él tenía 12 años, pero la voz de Dios que lo llamaba no
disminuyó en su corazón. Dios con su mano Paternal lo fue protegiendo y guiando. En medio de privaciones,
fatigas, diversiones, estudios, trabajo, catequesis y con todo esto, como todo adolescente nunca renuncio su
sueño, su ideal, su vocación: quería ser sacerdote para anunciar a Cristo.
En su niñez y adolescencia, Juan alternaba el juego del altarcito con los pequeños servicios que
prestaba a su mamá. Llevaba a domicilio la ropa que ella lavaba y planchaba para familias de mejor posición
social, o iba hacer las pequeñas compras para la casa.
Un anécdota: iba a hacer las compras al almacén de un cierto señor, el cual tenía una hija jovencita
llamada Rosa, la que le hacía recitar a menudo un pequeño poema en honor a santa Rosa y recibía un pan que
él muy contento llevaba a su mamá. Rosa le dijo: “Cuando seas cura, iré a confesarme contigo”. Llegado al
sacerdocio, y nombrado rector de san Benito al Monte, Rosa, ya esposa y madre, lo eligió como confesor,
cumpliendo la vieja promesa. Su hijo, por consejo de don Calabria, ya diplomado y con un buen empleo, siguió
el llamado del Señor y fue sacerdote.

2do Día: Ayudas para estudiar. Servicio Militar


El P. Pedro Scapini lo ayudó a prepararse para comenzar el Seminario. Necesitó hacer clases particulares
que él mismo dio para que Juan pudiera rendir los exámenes de ingreso. Su inteligencia fue empobrecida por
la carencia, muchas veces del alimento necesario. Pero era muy aplicado en los estudios. Aunque entre los
profesores había disparidad en lo que pensar de Juan, el P. Pedro lo defendía y ayudaba en todo lo que podía.
Conocía su corazón bondadoso y su deseo de ser sacerdote.
A los 20 años tuvo que suspender los estudios por el Servicio Militar, que no hacía ninguna distinción
entre los estudiantes del Seminario, salvo que pagaran para no hacerlo. Juan no podía contar con este
beneficio.
Para los profesores, este hecho podría ayudar a que Juan se diera cuenta que tendría que tomar otro
camino, pero los designios de Dios mostraron una vez más, que cuando se confía en Él, lo que parece
obstáculo, se transforma en medio para seguir los proyectos de Dios. Allí, fue enviado al hospital militar,
donde desarrolló un precioso servicio con los enfermos.
Cuando se desató una epidemia de tifus, él se ofreció para ir a cuidar de los enfermos, y viendo este
gesto, varios soldados también lo hicieron. Allí encontró a un soldado que había sido enviado a la cárcel por
algo injusto, donde contrajo la enfermedad. Calabria se encontró con él y conversando pidió que perdonase a
su compañero, aunque había sufrido esta injusticia. Se negaba rotundamente, hasta que quiso perdonarlo,
pero pidió a Juan que cuando muriera vaya a visitar, en su nombre, la tumba de su mamá. Calabria lo hizo y
así ganó un alma para el cielo.
Cuando vuelve a estudiar, los profesores lo hacen repetir el tercer año del liceo, y él humildemente
toma sus libros y va. Los estudios siguen siendo muy difíciles, pero la ayuda de la providencia y de su querido
Don Scapini, no lo abandonan.
Mientras estudia, saca su tiempo para visitar a los enfermos y seguir haciendo su obra de caridad.
3er Día: Encuentro con el niño. Milagro de su madre.
Una noche, cuando regresaba de visitar a un niño enfermo, se encuentra que en la puerta de su casa,
hay un montón de trapos. Entonces se da cuenta que entre ellos hay un niño durmiendo. Lo despierta y
reconoce a un niño que en la plaza pide limosna mientras muestra un ratoncito que saca números para la
lotería. Cuando le pregunta qué hace a esa hora de la noche, éste le contesta que se había escapado de la
casa, porque le habían pegado, ya que no había traído nada de dinero. Calabria lo hace entrar, comparte su
cena y le da su cama. Al otro día busca como ayudarlo. Su confesor Padre Natal de Jesús (a quien siempre
escuchó y obedeció por 40 años) le dijo que ayudara al niño y pida al Señor una señal. Y ésta no tardó. Varios
se enteraron de que Calabria tenía a este niño y trajeron lo necesario para él. Después de averiguar algo del
niño, lo llevaron a una institución religiosa que se encargó de educarlo.
Este hecho, fue una señal para Juan Calabria, del inicio de esta gran obra que existe hasta hoy a favor de
los niños más necesitados. Su mamá Ángela fue la primera que le ayudó con los niños que él iba encontrando.
Después de un tiempo, ésta enfermó y P. Calabria pidió una señal a Dios: si su mamá mejoraba era signo de
que tenía que dedicarse a esta obra. Y así fue. Su mamá milagrosamente mejoró rápidamente y él comprendió
enseguida lo que tenía que hacer.

4to Día: Ordenación Sacerdotal. Inicio de la Obra. Primeros miembros.


El 11 de Agosto de 1901 Juan Calabria es ordenado Sacerdote. Su primera misa la celebró el 15 de
Agosto de 1901.
Mientras tanto, el número de niños sigue aumentando y con la ayuda de la Providencia se abre la
primera casa: Casa de los Niños Buenos el 26 de Noviembre de 1907. Ésta, pronto queda pequeña. El Conde
Francisco Pérez, que abandonando todas sus riquezas, entra a formar parte de la Obra como el Hermano más
pobre. Su ayuda también fue grande para conseguir una casa que acoja a un número mayor de niños. Así, el
06 de Noviembre de 1908, se trasladan a la casa San Zeno in Monte, hoy la Casa Madre de la Congregación
de los Pobres Siervos de la Divina Providencia.
Las obras de Dios siempre son admirables. Al enviar a los muchachos, no solamente enviaba la
providencia material, sino también a los hombres que le hacían falta. Así se unieron a él muchos que se
convirtieron en los miembros de la Obra. Varios de ellos se convirtieron en Sacerdotes de espíritu apostólico,
como los quería P. Calabria.

5to Día: La noche del Evangelio. Desarrollo de su espiritualidad.


P. Calabria se había propuesto vivir según el Evangelio. Este fue su programa de vida que inspiraba todas
sus decisiones y actitudes.
Una noche, en la que no conseguía dormir, fue la noche en que descubrió el Evangelio. Así lo cuenta
Monseñor Chiot: “P. Calabria me envió una nota diciéndome que quería verme en la mañana. Al llegar la hora
combinada, le dije si había sucedido alguna desgracia. Él me respondió: ‘todo lo contrario, una cosa grande:
he leído todo el Evangelio’. Yo le respondí que no era una gran cosa. ¿Qué Sacerdote no leyó el Evangelio?
Pero él continuó. ‘Sí, yo también ya lo leí y lo prediqué muchas veces, pero anoche, mientras no conseguía
dormir, leí todo el Evangelio en una noche. Y tuve una sensación extraordinaria: ¡Qué cosa grande el
Evangelio! Me quedé asombrado, aturdido, escucha, escucha’ y pasaba todas las páginas marcadas al
margen”.
Había marcado las paradojas del Evangelio, así llamadas porque están en contraposición con las reglas
del mundo a punto de parecer irrealizables; sin embargo, los santos, gracias a ellas, han vencido al mundo.
Lo que más le había impactado del Evangelio fue la revelación de que Dios es Padre Providente que
cuida y protege a cada uno porque son sus hijos amados. De esta verdad ha desarrollado toda la espiritualidad
que invitaba a vivir a todos aquellos que se le acercaban o querían colaborar con la Obra.
La Providencia se hace sentir. Lo necesario no falta en la casa de sus niños. Es la leche que llega, es
verdura de la Plaza Erbe, son las abuelitas y enfermas del Hogar y del Hospital que se privan del azúcar para
llevárselo para su Obra de caridad. Son las pequeñas, pobres, ‘grandes’ ofrendas de la gente sencilla. Es todo
esto que le da a P. Calabria la ‘señal’ de que la Obra es de Dios y que es Él el que la cuida y mantiene.
6to Día: La guerra. Mirada de fe de P. Calabria.
Al estallar la guerra, don Calabria vivió sus ansias, sus vicisitudes y sus ruinas. Además del desastre que
es una guerra, su corazón lleno de fe veía también una hora particular y una llamada de Dios. Ofreció todo
tipo de ayuda a los soldados, abrió sus puertas a los perseguidos políticos, fueran italianos o extranjeros, de
manera especial a los judíos.
En la noche del 10 al 11 de octubre de 1944, se efectuó sobre la ciudad de Verona uno de los más
destructivos bombardeos aéreos.
Una bomba dio de lleno sobre la tipografía, pulverizándola casi en su totalidad. Una segunda bomba
hizo blanco en una habitación cerca del teatro, y atravesando el piso inferior, fue a hundirse en el almacén de
la tipografía sin explotar: una insignificante astilla de madera impidió que detonara, quedando a sólo un
milímetro de distancia. Ninguno fue herido. La gracia fue atribuida a la maternal protección de María, cuya
fiesta se celebraba aquel día y a San José. Don Calabria estaba convencido que la casa estaba protegida por la
Providencia. Una vez dijo a don Pedrollo: “creo que si los enemigos viniesen aquí arriba, el ángel del Señor
los haría retroceder”.

7mo Día: Nacimiento de la Congregación de las Hermanas Pobres Siervas y Misioneras de los pobres.
El corazón sensible de don Calabria sabía cuánto amor materno necesita un niño. Después de una ayuda
que le dieron las Hermanas de la Misericordia, pidió consejo al cardenal: “Y si algunas mujeres se juntaran
para esos servicios tan necesarios para los pequeños, ¿usted estaría de acuerdo?” “Apruebo y bendigo” le
respondió. Así es que comenzando por Angelina De Battisti y continuando con muchas otras buenas y
generosas mujeres, el 17 de Abril de 1910 iniciaba la congregación de las Pobres Siervas de la Divina
Providencia. Además de Angelina de Batistti, se ha destacado también la Hna. María Galbusera, que fue la
primera Superiora de las Hermanas y la que escribió las primeras reglas de vida. También, Lavinia Pérez,
hermana del Conde Francisco Pérez, que abandonando todas sus posesiones, se ha consagrado a la Obra.
Las primeras hermanas han dejado un ejemplo de entrega generosa y abandonadas en la Providencia se
han donado completamente, e incluso, varias de ellas han muerto sin ver ninguna luz de futuro, solamente
confiando en el Señor que las había llamado a formar parte de la Obra y en la palabra de San Juan Calabria.
Al nacer y ser fundadas por el mismo Fundador de los Pobres Siervos, ellas poseen y viven el mismo
carisma calabriano, el de reavivar en el mundo la fe y la confianza en Dios Padre Providente, a través de su
vida entregada en la consagración religiosa y en el servicio que la misma Divina Providencia les va confiando.
Más tarde, en Uruguay, el 11 de Octubre de 1962, nacerán las Hermanas Misioneras de los Pobres, que
con el mismo espíritu, buscan primero el Reino de Dios, sirviendo a los hermanos más pobres.

8vo Día: Misión y extensión de la Obra en todo el mundo.


Don Calabria sabía que la Obra no era obra suya sino Obra de Dios. Él se veía muy pequeño y pobre y
por eso afirmaba que de esa manera se hacía más clara la acción de Dios que se sirve de los instrumentos más
pobres e inútiles a los ojos del mundo.
Se había abandonado completamente a la Divina Providencia y a Ella obedecía. Por eso, se ha dedicado
a toda obra de caridad que la misma Providencia le iba indicando.
Desde el inicio de la Obra, los servicios siempre fueron en los lugares más pobres y entre los más pobres,
sobre todo por los niños abandonados, los enfermos, los encarcelados. El campo de acción está abierto a los
designios y caminos que la Providencia indique.
Desde el tiempo de don Calabria, se ha abierto el Hospital Sagrado Corazón, que hoy es un lugar de
referencia muy grande y donde se atiende a todos, con especialidades muy importantes.
También ha estado en el corazón de P. Calabria las misiones. Sólo después de su muerte se ha
concretado este deseo ardiente de su corazón. Así en 1959 los primeros misioneros llegaron a Uruguay, entre
los que estuvo nuestro querido P. Fermín Gamberini, que yace entre nosotros en tierras paraguayas. Después
la obra se extendió a varios países y continentes donde la Obra hoy está presente, con su mensaje
extraordinario que devuelve al corazón la certeza de que no somos huérfanos, sino hijos de un Padre Bueno.
9no Día: Muerte de P. Calabria y el llamado a la Santidad.
Después de largos sufrimientos físicos y morales, P. Calabria parte para el cielo el 04 de diciembre de
1954. Los que asistieron a su muerte reconocen: “Él no ha muerto, ¡Don Calabria está vivo! Lo dice su rostro
que se aclara cada vez más, se suaviza, casi que se ilumina”. Don Pedrollo dice: “Hemos perdido al Padre sobre
la tierra, pero hemos ganado un nuevo santo y un poderosísimo intercesor en el cielo. Si vivimos su espíritu y
practicamos sus enseñanzas, él no habrá muerto, sino que estará vivo entre nosotros”.
Don Calabria vivió el llamado a la santidad. Recordaba siempre la frase de su confesor, el Padre Natale:
“Santifíquese Usted mismo, santifique a los miembros y la Obra quedará asegurada”. Tarea que el Fundador
tomó al pie de la letra y aún hoy vivimos de ese impulso suyo.
El santo es la persona realizada, armonizada, o sea, la persona humana en su máxima realización. El
santo puede no ser un gran hombre según el mundo, pero es un hombre verdadero.
Cuando una persona, en cualquier situación en que se encuentre, opta por la santidad, es decir, opta
por vivir el plan de Dios y caminar según su voluntad, adopta la posición correcta, adopta la verdad de su
existencia. Entonces el Señor, que ha suscitado en ella este deseo, viene a su encuentro para “saciar su
hambre de justicia”. Viene sin ruido, por lo general sin hechos extraordinarios, dejándola incluso penar en sus
límites, defectos y debilidades, pero uniéndola cada vez más a Sí y a su voluntad.
Don Calabria fue beatificado el 17 de abril de 1988 por Juan Pablo II y Canonizado por el mismo Papa el
18 de Abril de 1999.

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