Novena, Historiade Don Calabria
Novena, Historiade Don Calabria
Novena, Historiade Don Calabria
2017
Oración Final: “¡Oh Dios, Padre providente!, que sea siempre fuente de alegría para tu Iglesia el hecho de que
nosotros honremos la memoria de San Juan Calabria, tu santo sacerdote. Que su ayuda espiritual nos haga
fuertes, y su asistencia nos ayude a ganar el premio eterno. Pedimos esto a través de Jesucristo, nuestro
Señor. Amén”.
1er Día: Nacimiento, familia, infancia y adolescencia.
Juan Calabria nació el 8 de octubre de 1873 en Verona, Italia, siendo el séptimo y último hijo de Luis
Calabria y Ángela Foschio.
Sus hermanos y hermanas: Teresa, Benito, Juana, Teresa, Cecilia, Cayetano.
Fue bautizado el 01 de Noviembre de 1873, con el nombre de Juan Orestes María Calabria.
Cuando tenía 8 años, recibió la confirmación y un año más tarde, la santa comunión.
Siendo adolescente supo vivir con un corazón grande las tareas cotidianas, manteniendo siempre sus
ideales, sus sueños y sus anhelos en el Reino de Dios. En una sociedad que solo piensa en sus bolsillos. La
familia de Juan vivió toda esta realidad de conflicto entre ricos y pobres, aun siendo pobre, vivieron con
dignidad, esfuerzo y valentía todo el peso de la pobreza.
Como adolescente tuvo que cargarse con la responsabilidad de ayudar a su madre para solventar los
gastos de la familia, porque su padre falleció cuando él tenía 12 años, pero la voz de Dios que lo llamaba no
disminuyó en su corazón. Dios con su mano Paternal lo fue protegiendo y guiando. En medio de privaciones,
fatigas, diversiones, estudios, trabajo, catequesis y con todo esto, como todo adolescente nunca renuncio su
sueño, su ideal, su vocación: quería ser sacerdote para anunciar a Cristo.
En su niñez y adolescencia, Juan alternaba el juego del altarcito con los pequeños servicios que
prestaba a su mamá. Llevaba a domicilio la ropa que ella lavaba y planchaba para familias de mejor posición
social, o iba hacer las pequeñas compras para la casa.
Un anécdota: iba a hacer las compras al almacén de un cierto señor, el cual tenía una hija jovencita
llamada Rosa, la que le hacía recitar a menudo un pequeño poema en honor a santa Rosa y recibía un pan que
él muy contento llevaba a su mamá. Rosa le dijo: “Cuando seas cura, iré a confesarme contigo”. Llegado al
sacerdocio, y nombrado rector de san Benito al Monte, Rosa, ya esposa y madre, lo eligió como confesor,
cumpliendo la vieja promesa. Su hijo, por consejo de don Calabria, ya diplomado y con un buen empleo, siguió
el llamado del Señor y fue sacerdote.
7mo Día: Nacimiento de la Congregación de las Hermanas Pobres Siervas y Misioneras de los pobres.
El corazón sensible de don Calabria sabía cuánto amor materno necesita un niño. Después de una ayuda
que le dieron las Hermanas de la Misericordia, pidió consejo al cardenal: “Y si algunas mujeres se juntaran
para esos servicios tan necesarios para los pequeños, ¿usted estaría de acuerdo?” “Apruebo y bendigo” le
respondió. Así es que comenzando por Angelina De Battisti y continuando con muchas otras buenas y
generosas mujeres, el 17 de Abril de 1910 iniciaba la congregación de las Pobres Siervas de la Divina
Providencia. Además de Angelina de Batistti, se ha destacado también la Hna. María Galbusera, que fue la
primera Superiora de las Hermanas y la que escribió las primeras reglas de vida. También, Lavinia Pérez,
hermana del Conde Francisco Pérez, que abandonando todas sus posesiones, se ha consagrado a la Obra.
Las primeras hermanas han dejado un ejemplo de entrega generosa y abandonadas en la Providencia se
han donado completamente, e incluso, varias de ellas han muerto sin ver ninguna luz de futuro, solamente
confiando en el Señor que las había llamado a formar parte de la Obra y en la palabra de San Juan Calabria.
Al nacer y ser fundadas por el mismo Fundador de los Pobres Siervos, ellas poseen y viven el mismo
carisma calabriano, el de reavivar en el mundo la fe y la confianza en Dios Padre Providente, a través de su
vida entregada en la consagración religiosa y en el servicio que la misma Divina Providencia les va confiando.
Más tarde, en Uruguay, el 11 de Octubre de 1962, nacerán las Hermanas Misioneras de los Pobres, que
con el mismo espíritu, buscan primero el Reino de Dios, sirviendo a los hermanos más pobres.