Notas Foucault

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NOTAS

BIOGRAFÍA
Michel Foucault nacido como Paul-Michel Foucault (Poitiers, Francia, 15 de octubre de 1926-
París, 25 de junio de 1984), fue un filósofo, sociólogo, historiador y psicólogo francés. Fue profesor
en varias universidades francesas y estadounidenses y catedrático de Historia de los sistemas de
pensamiento en el Collège de France (1970-1984), en reemplazo de la cátedra de Historia del
pensamiento filosófico, que ocupó hasta su muerte Jean Hyppolite.
Foucault es conocido principalmente por sus estudios críticos de las instituciones sociales, en
especial la psiquiatría, la medicina, las ciencias humanas, el sistema de prisiones, así como por su
trabajo sobre la historia de la sexualidad humana. Sus análisis sobre el poder y las relaciones entre
poder, conocimiento y discurso han sido ampliamente debatidos. En los años sesenta, Foucault
estuvo asociado al estructuralismo
Influido por Nietzsche, Heidegger y Freud, en su ensayo titulado Las palabras y las cosas (1966)
desarrolló una importante crítica al concepto de progreso de la cultura, al considerar que el discurso
de cada época se articula alrededor de un «paradigma» determinado, y que por tanto resulta
incomparable con el discurso de las demás.

Sujeto, poder y verdad. Introducción a Foucault


Dreyfus y Ravinov. 2001. “La genealogía del individuo moderno como sujeto” y “poder y
verdad” En: Más allá del estructuralismo y la hermenéutica. Buenos Aires: Ediciones
Nueva Visión.

LA GENEALOGÍA DEL INDIVIDUO MODERNO COMO


SUJETO
Foucault plantea la cuestión de la sexualidad en términos estrictamente históricos; la sexualidad es
una construcción histórica, no un referente biológico subyacente.
En términos de Foucault, la sexualidad emergió como un componente esencial de una estrategia de
poder que ligaba exitosamente a la población con la expansión del bio-poder.
Este discurso consideraba el sexo como un deseo tan poderoso e irracional que las dramáticas
formas de autoexamen individual y control colectivo se volvieron imperativos para mantener sujetas
estas fuerzas. A través del desarrollo de la sexualidad, el bio-poder extendió sus redes hacia abajo,
hasta las más pequeñas contorsiones y las más minúsculas vibraciones del alma. Esto fue posible
gracias a la construcción de una tecnología específica: la confesión del sujeto individual ya sea a
través de la autorreflexión o de la palabra.
A partir de la preocupación general por el crecimiento de la población, los administradores
franceses del siglo xviii comenzaron a instituir gradualmente procedimientos de intervención en la
vida sexual de la población. Partiendo de estas preocupaciones político-económicas, el sexo se
convirtió en una cuestión que involucraba tanto al Estado como al individuo.
Aquí, Foucault contrasta sexo y sexualidad. El sexo es una cuestión familiar. "Sin duda puede
admitirse que las relaciones de sexo dieron lugar, en toda sociedad, a un dispositivo de alianza"
Un discurso particular sobre el sexo por medio de la articulación de obligaciones religiosas o
legales del matrimonio con los códigos para la transmisión de la propiedad y los lazos de afinidad.
La forma histórica con la cual Foucault identifica "la sexualidad" se convierte en algo inseparable
del sexo de las alianzas. La sexualidad es una cuestión individual, implica los placeres privados
ocultos, los excesos peligrosos para el cuerpo, las fantasías secretas; parece haber llegado a verse
como la verdadera esencia de los seres humanos individuales, el corazón de la identidad personal.
En primer lugar, una histerización del cuerpo de las mujeres. El cuerpo de la mujer comienza a ser
examinado como algo completamente saturado de sexualidad. A través de los "avances" médicos, el
cuerpo femenino puede ser aislado "bajo el efecto de una patología que le sería intrínseca" y
ubicado "en comunicación orgánica con el cuerpo social (cuya fecundidad regulada debe asegurar)"
En segundo lugar, una pedagogización del sexo del niño. Las tácticas empleadas en la lucha contra
la masturbación ofrecen un claro ejemplo de la expansión del bio-poder como producción, no como
restricción, de un discurso.
Vigilancias elaboradas, técnicas de control, engaños innumerables, moralización incesante,
demandas de perpetua observación, continua incitación a la culpa, reconstrucción arquitectónica,
honor familiar, avances médicos, todo este conjunto se movilizaba en una campaña condenada
obviamente al fracaso desde el comienzo -si en verdad era su meta, en efecto, la erradicación de la
masturbación-.
En tercer lugar, socialización de la conducta procreadora. En esta estrategia, se otorgaba a la pareja
conyugal responsabilidades tanto médicas como sociales. La pareja, a los ojos del Estado, tenía
ahora deberes con el cuerpo político; tenía que protegerlo de las influencias patógenas que una
sexualidad descuidada podría incrementar y limitar (o revigorizar) la población por medio de una
cuidadosa atención a la regulación de la procreación.
Los movimientos eugenésicos, ciertamente, pueden comprenderse bajo esta luz. Sin embargo, no
todas las ciencias que emergieron para tratar la sexualidad humana tomaron este papel de monitores
biológicos.
En cuarto lugar, una psiquiatrización de los placeres perversos. Hacia finales del siglo xix, el sexo
había sido aislado o, como lo interpreta Foucault, construido como un instinto. El deseo instintivo,
se sostenía, operaba tanto en el nivel físico como biológico. Podía ser pervertido, distorsionado,
invertido y deformado; y también podía funcionar de manera natural y sana. En cada caso, el
instinto sexual y la naturaleza de los individuos estaban íntimamente conectados.
Todas estas estrategias conducen a la curiosa vinculación de poder y placer. Como el cuerpo era el
locus de la sexualidad, y la sexualidad ya no podía ser ignorada, la ciencia se veía compelida a
conocer en detalle todos los secretos biológicos y físicos del cuerpo. El resultado fue, por cierto, un
avance científico, pero también "una sensualización del poder y una ganancia del placer".
El examen, la técnica nuclear de estos nuevos procedimientos, era la ocasión para poner de relieve
un discurso social subyacente en términos de una aceptable terminología médica.
Tecnología confesional
Para Foucault, el examen médico del siglo xix, como otras formas de confesiones circunscriptas,
exponen a la figura de la autoridad las fantasías sexuales más profundas y las prácticas más ocultas.
Además, se persuadía al individuo de que a través de estas confesiones era posible conocerse a sí
mismo.
Foucault ve la confesión, y en especial la confesión sobre la propia sexualidad, como un
componente central en la expansión de las tecnologías para la disciplina y el control de los cuerpos,
las poblaciones y la propia sociedad. Como genealogista, desea explorar la historia de las
confesiones, sus relaciones con la religión, el poder político y las ciencias médicas.
Foucault está buscando demostrar ahora la relación entre estos dos tipos de tecnología, demostrar de
qué manera se integran en complejas estructuras de dominación. Una vez más, para Foucault, el
poder no es estrictamente violencia o pura coerción, sino un juego entrecruzado de técnicas de
disciplina y tecnologías del yo menos obvias.
La tarea del genealogista del sujeto moderno es aislar los componentes constitutivos y analizar la
interacción de estos componentes.
Esta convicción de que la confesión revela la verdad encuentra su expresión más poderosa en
nuestra atención a la sexualidad: la creencia en que el cuerpo y sus deseos, vistos a través del
prisma de la interpretación, constituyen la más profunda forma de verdad sobre el individuo
particular y sobre los seres humanos en general.
El principal movimiento hacia la confesión, y en particular hacia la confesión sexual, en un nexo
con el poder, tuvo lugar en el siglo xix, cuando los individuos se persuadieron de confesarse a otras
autoridades, particularmente a los médicos, los psiquiatras y los científicos sociales.
Ha habido dos métodos de amplia expansión para tratar con el sexo: las artes eróticas, ars erotica, y
una ciencia del sexo, scientia sexualis. En las grandes civilizaciones diferentes de la nuestra, el sexo
es tratado como ars erotica, en el cual "la verdad es extraída del placer mismo, tomado como
práctica y recogido como experiencia
La sexualidad no es una clave para el yo individual, sino más bien un conjunto de prácticas y una
doctrina esotérica en que un maestro introduce a un iniciado. Estos rituales prometen "un dominio
absoluto del cuerpo, goce único, olvido del tiempo y de los límites, elixir de larga vida, exilio de la
muerte y de sus amenazas"
La medicina del sexo siguió siendo mirada en relación con preocupaciones prácticas y políticas.
Estos discursos médicos sobre la sexualidad empleaban los avances de la biología como una
cubierta, como un medio de legitimación. Pero había muy poca interpenetración conceptual: "Todo
ocurría como si una fundamental resistencia se hubiera opuesto a que se pronunciara un discurso de
forma racional sobre el sexo humano, sus correlaciones y sus efectos. Semejante desnivelación sería
el signo de que en ese género de discursos”
Foucault ha elegido otro objeto de estudio, esos discursos que, afirmando ser un avance sobre los
rótulos de las ciencias legítimas, de hecho, han permanecido íntimamente involucrados con las
microprácticas del poder.
Foucault está analizando las maneras en que los practicantes vinculaban un discurso de verdad con
las prácticas de poder a través de su objeto de estudio: el sexo. "Lo importante es que [...] la verdad
del sexo haya llegado a ser algo esencial, útil o peligroso, preciso o temible, en suma, que el sexo
haya sido constituido como una apuesta en el juego de la verdad"
El sexo es la ficción histórica que provee el vínculo entre las ciencias biológicas y las prácticas
normativas del bio-poder. Cuando el sexo recibe la categoría de una función esencialmente natural
que puede ser no operativa, se sigue de allí que este deseo tiene que ser contenido, controlado y
canalizado. Como algo natural, el sexo se postulaba como elemento externo al poder.
"El sexo [...] es el elemento más especulativo, más ideal y también más interior en un dispositivo de
sexualidad que el poder organiza en su apoderamiento de los cuerpos, su materialidad, sus fuerzas,
sus energías, sus sensaciones y sus placeres"
Las ciencias sociales subíetivantes La construcción del sexo como el sentido subyacente más
profundo y de la sexualidad como una maraña de conceptos y prácticas está asociada con -y, de
hecho, necesita- una serie de métodos y procedimientos de subjetivación para interpretar
confesiones, más que un conjunto objetivador de procedimientos para el control de los cuerpos.
Dado que el sexo era un secreto, el propio sujeto no estaba simplemente oculto a causa de su
reserva, moralismo o temor: el sujeto no conocía y no podía conocer los secretos de su propia
sexualidad. El Otro se convirtió en un especialista del sentido. Se volvió un adepto del arte de la
interpretación. El que escuchaba llegó a ser un "amo de la verdad". Lo que había sido originalmente
un papel judicial y moralizante se convirtió en uno nuevo, analítico y hermenéutico. "Respecto a la
confesión, su poder no consiste sólo en exigirla, antes de que haya sido hecha, o en decidir, después
de que ha sido proferida; consiste en constituir, a través de la confesión y descifrándola, un discurso
verdadero.
Para Foucault, el desarrollo de estas ciencias hemenéuticas pasó, grosso modo, por dos etapas. En la
primera, a través de la confesión, el sujeto era capaz de situar sus deseos en un discurso apropiado.
El escucha provocaba, juzgaba o consolaba al sujeto, pero la inteligibilidad esencial del discurso
todavía era accesible, al menos en principio, al sujeto mismo
En la segunda etapa, estrictamente contemporánea a Freud, el sujeto ya no es considerado capaz de
hacer sus propios deseos completamente inteligibles ante sí mismo, aunque todavía los confiesa a
través del habla. Su significado esencial permanecía oculto para él, ya sea a causa de su naturaleza
inconsciente o de la profunda opacidad de su naturaleza que sólo el especialista podía interpretar
La individualidad, el discurso, la verdad y la coerción se daban, por ello, en una localización
común.
La interpretación y el sujeto moderno implican otro para cada uno. Las ciencias interpretativas
proceden de la asunción de que existe una profunda verdad que es a la vez conocida y oculta. La
tarea de la interpretación es traer esta verdad al discurso.
Hay aquí un sorprendente paralelo entre los problemas metodológicos planteados por los estudios
hermenéuticos del sujeto y lo que serían las ciencias objetivas y sociales. En ambos casos
encontramos una especie "superficial" de ciencias sociales que toma a los seres humanos de una
manera acritica, como simples sujetos u objetos, y sus auto-interpretaciones o sus propiedades
objetivas como si éstas diesen acceso al investigador a lo que está realmente ocurriendo en el
mundo social.
La hermenéutica de la sospecha está en lo correcto al tener la inquietante sospecha de que no ha
sido lo suficientemente suspicaz. En la medida en que esperan lograr una teoría de la totalidad, las
ciencias sociales objetivas caen en el problema de que el significado de las prácticas que estudian
parece ser parte del relato total, pero cae fuera de su dominio.
Hay también límites definidos para las ciencias sociales interpretativas, aun aceptando sus propios
términos de mantenerse fuera de la matriz del poder. Las ciencias sociales objetivas no pueden dar
cuenta de su propia posibilidad y legitimidad, y acceder a sus objetivos, a causa de las prácticas que
hacen posible que la objetivación caiga fuera de su rango de investigación.
Tanto la significación social como la significación profunda se producen dentro de un conjunto
particular de prácticas históricas y, por eso, sólo pueden ser comprendidas en los términos de dichas
prácticas.
Lo que ofrece en su Historia de la sexualidad es un incisivo ejemplo de lo que parece ser la mejor
interpretación. Pero tomando el relato de la construcción histórica de las ciencias interpretativas
como un componente del bio-poder - u n a de cuyas funciones es la construcción de un objeto
inexistente, el sexo, que entonces proceden a descubrir- Foucault nos está ofreciendo una
interpretación de esos acontecimientos que no son una teoría, ni una interpretación basada en un
sentido profundo, en un sujeto unificado, en la significación enraizada en la naturaleza, en el acceso
privilegiado del intérprete.
La analítica interpretativa evita los pasos en falso del estrueturalismo y de la hermenéutica,
procediendo a analizar la seriedad y el sentido humanos sin recurrir a la teoría o al profundo
significado oculto. De la misma manera en que Foucault intentó, en La arqueología del saber,
reflexionar sobre el método de sus primeros trabajos y darnos una descripción teórica de la forma
correcta de hacer teoría, nos debe una descripción interpretativa de su propia forma correcta de
abordar la interpretación.

PODER Y VERDAD

PODER
Primero, las relaciones de poder son "desiguales y móviles". El poder no es un bien, una
posición, un premio o un lote: es una operación de las tecnologías políticas a través del
cuerpo social. Y funcionamiento de estos rituales políticos de poder fes exactamente lo que
produce relaciones desigualitarias y asimétricas.

La intención, para Foucault, "es avanzar menos hacia una 'teoría' que hacia una 'analítica'
del poder, [...] hacia la definición del dominio específico que forman las relaciones de
poder y la determinación de los instrumentos que permiten analizarlo"

El objetivo de Foucault es aislar, identificar y analizar la maraña de relaciones desiguales


establecida por las tecnologías políticas que subyacen y que degradan la igualdad teórica
planteada por la ley y los filósofos políticos.

El poder desempeña "un papel directamente productivo"; "viene de abajo"; es


multidireccional; opera de arriba hacia abajo y de atrás hacia adelante.

Foucault dice que el poder es productivo: no es una posición de exterioridad a cierto tipo de
relaciones. Aunque las relaciones de poder son inmanentes a las instituciones, poder e
instituciones no son idénticos
Foucault reconoce que el poder ha sido y sigue siendo la fuerza principal que estructura el
orden social y describe también las profundas transformaciones que ha experimentado la
naturaleza de las relaciones de poder desde la Edad Media hasta hoy.

Meticulosos rituales de poder

Podría parecer que el Panóptico de Bentham es apenas un simple esquema individual de


una propuesta idealista para reformar y perfeccionar la sociedad.

El Panóptico no es meramente una ingeniosa y eficiente técnica de control de los


individuos; también es un laboratorio para su transformación individual

En los términos de Foucault, el Panóptico proporciona al mismo tiempo saber y poder, el


control del cuerpo y el control del espacio que se integran en una tecnología de disciplina.

Es un mecanismo para la localización de los cuerpos en el espacio, para la distribución de


unos individuos en relación con otros, para la organización jerárquica, para la disposición
eficiente de centros y canales de poder.

El Panóptico es una tecnología adaptable y neutral para ordenar a los grupos de individuos.

El Panóptico efectúa su control sobre los cuerpos en parte gracias a su


eficiente organización del espacio.

Un medio para operar el poder en el espacio. Es un conjunto de técnicas para el uso de una
estructura, más que la arquitectura en sí misma, lo que permite una eficiente expansión del
poder.

El Panóptico diseñado por Bentham es el ojo supremo del poder para Foucault. El espacio circular
permite una visibilidad permanente que mueve a los presos a someterse a su propia disciplina y
controlar su comportamiento. Según afirma Foucault, todas las estructuras jerárquicas (las
prisiones, pero también hospitales, fábricas y escuelas) han evolucionado de acuerdo con este
modelo.

EJEMPLO:
Una digresión acerca de otros ejemplos de Foucault puede ayudar a
clarificar este punto acerca del espacio y de la arquitectura. La colonia de
leprosos y las ciudades en cuarentena son dos antiguos métodos europeos
para el control de los individuos en el espacio. En el siglo xvii la
cuarentena como control de la peste procedía por medio de un estricto
control del espacio.

El ordenamiento del espacio en las ciudades en cuarentena era una


tecnología que aspiraba a contener esos desórdenes.

Todas estas tecnologías ejercían el poder a través del espacio.

Una vez que se haya transferido exitosamente el temor por la peste al temor por lo
anormal y se hayan desarrollado las técnicas para el aislamiento
de los anormales, habrá triunfado entonces el paradigma disciplinario.

El Panóptico nos presenta una conexión precisa entre el control de los cuerpos y de los
espacios, mientras hace evidente que este control se ejercía en provecho de un poder cada
vez más creciente

El Panóptico es entonces una tecnología ejemplar para el poder disciplinario.

En suma, el Panóptico es un ejemplo perfecto de un meticuloso ritual de poder que, por su


modo de operar, establece un sitio donde puede obrar la tecnología política del cuerpo; aquí
se establecen e imponen los derechos y las obligaciones

El componente final del Panóptico es la conexión entre los cuerpos, el espacio, el poder y el
saber. El interés en la propagación del Panóptico proporciona el mecanismo para la
inserción y activación de una nueva forma de administración continua y de control de la
vida cotidiana.

Representa para los autores la esquematización de la moderna tecnología disciplinaria

La tecnología de la disciplina ligaba la producción de individuos útiles y dóciles con la


producción de poblaciones controladas y eficientes.

El hombre cognoscible (alma, individualidad, conciencia, conducta, poco importa aquí) es


el efecto-objeto de esta invasión analítica, de esta dominación-observación"

Un componente esencial de las tecnologías de normalización es que son en sí mismas una


parte integral de la sistemática creación, clasificación y control de las anomalías del cuerpo
social.
Para identificar las anomalías científicamente, las tecnologías del bio-poder se encuentran
en perfecta posición para supervisarlas y administrarlas.

Paradigmas y prácticas

Las ciencias llegan a ser normales cuando los practicantes de cierta área están todos de
acuerdo en que un determinado elemento identifica los problemas importantes en un campo
y demuestra de qué modo algunos de estos problemas pueden resolverse exitosamente.

Los paradigmas establecen una ciencia normal como la actividad de búsqueda de ciertos
fenómenos fragmentarios que al comienzo parecen resistir la incorporación a la teoría, pero
que la ciencia normal, por su propia definición, debe finalmente describir en sus propios
términos.

Existe, sin embargo, una importante diferencia entre la operación de la ciencia y las
tecnologías normalizadoras; mientras que la ciencia normal, en principio, se propone la
asimilación final de todas las anomalías, la disciplina tecnológica opera estableciendo y
preservando un conjunto creciente de anomalías, que es la
verdadera forma en que se extiende su conocimiento y su poder en dominios cada vez más
amplios.

Llama pensamiento hermenéutico al intento de penetrar una escuela determinada de


pensamiento. Hasta dónde llega nuestro conocimiento, no da un nombre al análisis de la
estructura del pensamiento científico normal y revolucionario, aun cuando se trata de su
contribución más importante y original.

ANALÍTICA INTERPRETATIVA= MÉTODO

Foucault, en sus últimos escritos, observa al discurso como parte de un campo más amplio
de poder y de prácticas cuyas relaciones se articulan de manera diferente a través de
diferentes paradigmas. El riguroso establecimiento de estas relaciones es la dimensión
analítica que la obra de Foucault comparte con la de Kuhn.

En primer lugar, el intérprete debe tomar una instancia pragmática sobre la base de algún
sentido socialmente compartido de cuál es el estado de las cosas. Esto quiere decir que no
se puede hablar de meros sentimientos personales arbitrarios, ya sea de angustia o de
euforia.

En segundo lugar, el investigador debe producir un diagnóstico disciplinario de lo que ha


sucedido y está sucediendo en el cuerpo social para compartir el sentimiento de angustia y
bienestar.

Es allí donde está "el trabajo meticuloso, gris", detallado en los archivos y laboratorios que
tiene su lugar con el fin de establecer lo que debe y debió decirse, por quién, a quién y con
qué efecto

Poder y verdad
Foucault ha proporcionado algunas indicaciones de cómo observa el problema. Ha criticado
sistemáticamente la autoproclamada superioridad de la verdad y la justicia, el intelectual
que afirma decir la verdad sobre el poder y que resistirse a él suponía efectos represivos. El
"beneficio del hablante" se reveló como un componente de avance del bio-poder.

Foucault no trata de reducir el saber a la hipotética base del poder, ni conceptualiza el poder
como una estrategia siempre coherente. Trata de mostrar la especificidad y la materialidad
de sus interconexiones. Tienen una relación correlativa, no causal, que debe determinarse
en su especificidad histórica. Esta mutua producción de poder y saber es una de las
principales contribuciones de Foucault. El intelectual universal juega el juego del poder
porque no alcanza a ver esta relación.

Nos ofrece una genealogía de las tendencias organizadoras de nuestra cultura. Claramente,
Foucault no está diciendo que todas las prácticas de la cultura son disciplinarias o
confesionales, o que cada producción de saber funciona de inmediato como un efecto del
poder.

De hecho, dada esta tendencia, y dada la posición de Foucault de que la verdad no es


externa al poder, ensaya la conclusión de que "la pregunta de la filosofía [...] es la cuestión
de lo que somos por nosotros mismos.

No tenemos el recurso a leyes objetivas, ni a la pura subjetividad, ni a la totalización de la


teoría. Tan sólo tenemos las prácticas culturales que nos han hecho lo que somos. Para
saber qué es eso que somos tenemos que enfrentarnos con la historia del presente.

La analítica respeta los problemas y conceptos establecidos que están implicados con algo
importante; de modo que realiza una forma que revela más sobre la sociedad y sus prácticas
que sobre la realidad última.

La «verdad» está ligada circularmente a los sistemas de poder que la producen y la


mantienen, y a los efectos de poder que induce y que la acompañan. «Régimen» de la
verdad (…).

El problema político esencial para el intelectual no es criticar los contenidos ideológicos


que estarían ligados a la ciencia, o de hacer de tal suerte que su práctica científica esté
acompañada de una ideología justa. Es saber si es posible constituir una nueva política de
la verdad. El problema no es «cambiar la conciencia» de las gentes o lo que tienen en la
cabeza, sino el régimen político, económico, institucional de la producción de la verdad.
No se trata de liberar la verdad de todo sistema de poder, sino de separar el poder de la
verdad de las formas de hegemonía (sociales, económicas, culturales) en el interior de las
cuales funciona por el momento. La cuestión política, en suma, no es el error, la ilusión, la
conciencia alienada o la ideología; es la verdad misma.
https://es.slideshare.net/tcobos/verdad-y-poder
http://www.nocierreslosojos.com/foucault-poder-vigilar-castigar/

“La genealogía del individuo moderno: la analítica


interpretativa del poder, la verdad y el cuerpo”
 Foucault desarrolla su aporte más original de la relación entre teoría y práctica.

 Foucault sostiene que las ciencias humanas no proporcionan su propia


inteligibilidad. Ni la autoconciencia implicada de los científicos sociales
involucrados, ni la teoría que se proponen pueden explicar por qué, en ciertas
épocas, se establecen y sobreviven cierto tipo de ciencias humanas, y por qué tienen
los objetos, los sujetos, los conceptos y las estrategias que tienen.

 TEORIA DE LA PRÁCTICA: La tarea del arqueólogo es describir en términos


teóricos las reglas que gobiernan las prácticas discursivas. Al poner entre paréntesis
verdad y seriedad, el arqueólogo afirma operar sobre un nivel que está libre de la
influencia tanto de la teoría como de la práctica que estudia.

 En las obras posteriores de Foucault la práctica, en todos sus niveles, es considerada


más fundamental que la teoría

 Antes bien, Foucault encuentra ahora que las ciencias humanas son inteligibles
como parte de un conjunto más extenso de prácticas organizadas y organizadoras en
cuyo despliegue las ciencias humanas desempeñan un papel crucial

 El investigador ya no sigue siendo el espectador distanciado de mudos monumentos


del discurso. Foucault realiza y tematiza el hecho de que él mismo -como cualquier
otro investigador— se encuentra involucrado, y es en gran medida producto de las
prácticas sociales que estudia.

 Foucault introduce la genealogía como método de diagnosis y comprensión de la


significación de las prácticas sociales desde dentro de ellas mismas. Como un
instrumento para alcanzar un relativo grado de distanciamiento de las prácticas y de
las teorías de las ciencias sociales, la arqueología, aunque desempeña todavía un
papel importante, está subordinada a la genealogía.

 Foucault elabora su método de genealogía, especialmente la manera en que lo usa


para diagnosticar el desarrollo de lo que llama bio-poder, un conjunto de prácticas
históricas que produce los objetos humanos sistematizados por el estructuralismo y
los sujetos humanos explicados por la hermenéutica.

LA ANALÍTICA INTERPRETATIVA

Genealogía
Foucault ha usado variantes de un estricto análisis del discurso (arqueología) y prestó una
atención más general a las condiciones, límites y formaciones discursivas
institucionalizadas (genealogía).
La parte crítica del análisis se vincula con los sistemas de desarrollo del discurso; trata de
localizar, de circunscribir esos principios de ordenamiento, de exclusión, de escasez del
discurso.

La parte genealógica del análisis se vincula, por el contrario, con las series de la formación
efectiva del discurso: trata de captarlo en su poder de afirmación, y por ello entiendo no un
poder que se opondría al de negar, sino el poder de constituir dominios de objetos, a
propósito de los cuales se podrá afirmar o negar unas proposiciones verdaderas o falsas.

El genealogista es un diagnosticador que se concentra sobre las relaciones entre el poder, el


saber y el cuerpo en la sociedad moderna.

La elaboración de la genealogía de Foucault fue el primer paso importante hacia un análisis


autoconsciente más satisfactorio y complejo del poder.

Emplearemos el ensayo sobre Nietzsche para ayudarnos a presentar los principales trazos
de la genealogía que aparecen en las obras más importantes de Foucault de los años 1970 e
introducir algunos de sus temas centrales. -poder, conocimiento, cuerpo-

¿qué es la genealogía? La genealogía se opone al método histórico tradicional: su propósito


es "percibir la singularidad de los sucesos fuera de toda finalidad monótona"

La genealogía busca discontinuidades donde otros encuentran desarrollos continuos.


Encuentra recurrencias y divertimentos allí donde otros hallaron progreso y seriedad.
Registra el pasado de la humanidad para desenmascarar el himno solemne del progreso. La
genealogía evita la búsqueda de lo profundo.

Del mismo modo, a través de todo el siglo xix, se consideraba la sexualidad como la clave
más profunda de un vasto rango de prácticas. Vista desde la perspectiva genealógica, esta
obsesión con lo profundo y con lo oculto se vuelve directamente accesible a un observador,
una vez que toma distancia de la creencia cultural en el sentido profundo.

El punto metodológico (a ser deletreado a través de los detallados análisis de


Foucault) es lo que, cuando observamos desde una distancia correcta y con una correcta
visión, resulta en una profunda visibilidad para todas las cosas.

Más de uno interpreta lo que más de uno halla; no un significado fijo al texto, o al mundo,
sino otras tantas interpretaciones.

La genealogía registra la historia de estas interpretaciones. Los universales de nuestros


humanistas se revelan como resultado de la emergencia contingente de interpretaciones
impuestas.

Foucault se interesa en el modo en que la objetividad científica como las intenciones


subjetivas surgen juntas en un espacio establecido, no por prácticas individuales, sino
sociales.
La tarea del genealogista es destruir la primacía de los orígenes, de las verdades intocables.
Busca destruir las doctrinas del desarrollo y del progreso. Una vez destruidas las
significaciones ideales y las verdades originales, se ocupa del juego de las voluntades.

Y, por supuesto, lo que toma lugar en el campo no es tan sólo permutación de actos de
habla serios carentes de sentido. Hay maniobras sociales de grandes consecuencias por lo
que implican. El genealogista no busca descubrir entidades sustanciales (sujetos, virtudes,
fuerzas) o revelar sus relaciones con otras entidades de ese tipo. Antes bien, estudia la
emergencia de una batalla que define y despeja un espacio.

En este campo, el genealogista observa que la batalla de dominación no es simplemente una


batalla de gobernantes y gobernados, de dominadores y dominados: "La relación de
dominación tiene tanto de 'relación' como el lugar en la que se ejerce tiene de lugar.

Cuerpo
“Cuerpo vivido” que se distingue del cuerpo físico, una de las contribuciones más
importantes del pensamiento moderno francés.

El cuerpo vivido, comprendido como un sistema de correspondencias entre varios modos


de acción y varios campos sensoria les, quiere decir tener en cuenta el carácter común de la
percepción humana.

Llama a esto "intercorporeidad", y afirma que se corresponde con las estructuras del cuerpo
vivido. Merleau-Ponty también proyectaba, pero nunca completó, una
ampliación de estas estructuras invariables de modo de cubrir constantes conceptuales y
condiciones limitantes de la variabilidad cultural.

FEMENOLOGÍA DE LA PERCEPCIÓN
Con su formación fenomenológica, Foucault podía comprender muy bien que el
énfasis de Nietzsche sobre el cuerpo se encuentra justificado, pero también
que Nietzsche le concede al cuerpo demasiada libertad de movimientos.

Foucault, que se está preguntando de qué manera puede dividirse, reconstituirse y


manipularse el cuerpo por parte de la sociedad.

En cualquier caso, la tarea de la genealogía ha sido demostrar que "el cuerpo está también
directamente inmerso en un campo político; las relaciones de poder operan sobre él como
una presa inmediata; lo cercan, lo marcan, lo doman, lo someten a suplicio, lo fuerzan a
unos trabajos, lo obligan a unas ceremonias, exigen de él unos signos"

El cuerpo sólo se convierte en fuerza útil cuando es a la vez cuerpo productivo y cuerpo
sometido"

Foucault ha sido su habilidad para aislar y conceptualizar el modo en que el cuerpo se ha


tornado un componente esencial para el funcionamiento de las relaciones de poder en la
sociedad moderna.
El cuerpo como un instrumento sumamente importante como un componente integral de
dispersión y localización y del poder moderno. Dice: "puede existir un
'saber' del cuerpo que no es exactamente la ciencia de su funcionamiento,
y un dominio de sus fuerzas que es más que la capacidad de vencerlas: este
saber y este dominio constituyen lo que podría llamarse la tecnología política del cuerpo"

Foucault está tratando de escribir efectivamente la historia de la aparición, la articulación y


la expansión de estas tecnologías políticas del cuerpo

Poder

Todos los dominios se hallan ahora potencialmente abiertos a la investigación científica. Se


sigue de allí que cada cosa se encuentra potencialmente enredada en las redes del poder
que, como hemos visto, están crecientemente interconectadas con el avance del
conocimiento.

Hay que admitir [...] que poder y saber se implican directamente el uno al otro; que no
existe relación de poder sin constitución correlativa de un campo de saber ni de saber que
no suponga y no constituya al mismo tiempo unas relaciones de poder

Foucault debería proporcionarnos una nueva interpretación radical tanto del poder como del
saber: una interpretación que no vea en el poder una posesión que un grupo mantiene y del
que otro carece; que no vea al saber cómo objetivo o subjetivo, sino como un componente
central de las transformaciones históricas de varios regímenes de poder y verdad. Esto, por
supuesto, es exactamente lo que la genealogía intenta proporcionar.

Historia del presente

Foucault está haciendo una importante distinción en su declaración délfica. No está


tratando de captar el sentido ni la significación de cada época del pasado. No
está tratando de obtener una imagen total de una edad pasada, de una persona o una
institución. No está tratando de hallar las leyes subyacentes de la historia. Sin embargo, no
está leyendo los intereses presentes, las instituciones y políticas hacia atrás en la historia, en
otras épocas, y sí, en cambio, reclamando el descubrimiento de que esas instituciones
tuvieron en los primeros tiempos algo parecido a su importancia actual.

"Presentismo" en el análisis histórico: En la falacia presentista, el historiador toma un


modelo o un concepto, una institución, un sentimiento o un símbolo de su tiempo y trata
-por definición, de modo casi
inconsciente— de hallar lo que sería un significado paralelo en el pasado.

El tema central de la genealogía de Foucault es mostrar ahora el desarrollo de las técnicas


de poder orientadas a los individuos. "El individuo es sin duda el átomo ficticio de una
representación 'ideológica' de la sociedad; pero es también una realidad fabricada por esa
tecnología específica de poder que se llama la 'disciplina'"
Foucault intenta detectar dos tendencias (y seguimos exactamente su relato en los capítulos
siguientes): primero, la genealogía de las tendencias de objetivación en nuestra cultura; y
segundo, la genealogía de las prácticas de subjetivación que han recibido una creciente
importancia y prominencia en los años recientes.

En suma, Foucault está buscando construir un modo de análisis de estas prácticas


culturales en nuestra cultura que hayan sido instrumentales en la formación del individuo
moderno a la vez como sujeto y como objeto.

Foucault concentra su análisis exactamente sobre esas prácticas culturales en las que se
entrecruzan el poder y el saber, y en las cuales nuestra comprensión actual del individuo, de
la sociedad y de las ciencias humanas se están modelando a sí mismas.

Este dispositif es, por supuesto, una grilla de análisis construida por el historiador. Pero
también las prácticas mismas, que, actuando como un aparato, una herramienta, constituyen
sujetos y los organizan

Debemos leer nuestra historia en términos de las prácticas actuales.

La comprensión interpretativa sólo puede obtenerse a través de alguien que comparta la


implicación del actor, pero que se distancie de él. Esta persona debe asumir la pesada tarea
histórica de diagnosticar y avanzar la historia y la organización de las prácticas culturales
vigentes.

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