Unidad I: Derecho de Obligaciones - Generalidades

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UNIDAD I

DERECHO DE OBLIGACIONES - GENERALIDADES

DERECHO CIVIL III


(OBLIGACIONES I)
UNIDAD I
“Derecho de Obligaciones – Generalidades”
El tema de las obligaciones tiene su origen en el Derecho Romano arcaico.
Donde la comisión de un delito hacía surgir a favor de la víctima como una
especie de derecho de venganza quedando el victimario o algún miembro de
su familia atado u “obligatus” en posesión de la víctima en carácter de rehén
con facultad de causar al mismo un daño similar al sufrido, basada en la
conocida ley del Talión.

Es decir, que la noción de obligación más propiamente del estado de


“obligatus” habría surgido en materia delictual, a propósito de la
expiación debida por la comisión de un delito (delictum), esto es, de un acto
antijurídico con el que se irroga un daño a una persona.

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Donde, la víctima del agravio tenía derecho a ejercer su venganza sobre el
responsable, sin restricción alguna al principio y con la limitación, más tarde,
del “ojo por ojo, diente por diente” o también conocido como la Ley del Talión.
Se permitió después al autor del daño delictual liberarse de la venganza
privada proponiendo una “composición” en concepto de pena (Poena).

A tal efecto se celebraba entre victimario y víctima un acuerdo sobre el monto


de la pena que el primero debía al segundo, lo que hacía que el delincuente se
convirtiera en deudor de quien había sufrido el daño.

Más adelante, el lesionado tenía que aceptar la cuantía de la composición


establecida por la Ley, consagrándose, entonces, el sistema de la “composición
legal”, que vino a reemplazar al de la “composición convencional o voluntaria”.

La idea de obligación surgió en materia contractual mucho tiempo después. Los


pueblos de la antigüedad vivieron dentro de una economía cerrada en la que
sus transacciones se realizaban en forma de trueque, valiéndose de medios
que operaban la transmisión inmediata de la propiedad, sin generar obligación
alguna.

Los primeros obligados a consecuencia de los actos lícitos contractuales fueron


los nexis, plebeyos empobrecidos compelidos a solicitar dinero en préstamo a
los patricios, comprometiendo su persona en garantía del pago de la deuda,
garantía que se hacía efectiva por el nexum que se realizaba con los
procedimientos de la mancipatio e importaban la autopignoración del deudor,
de allí provenían el estado de prisión a que este se sometía hasta que
cumpliera la obligación.

En aquel tiempo la obligatio era la atadura de la propia persona, un


sometimiento personal al poder del acreedor.

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El obligatus no era un deudor en el sentido actual del vocablo, sino una
persona ligada con su cuerpo al acreedor, que al igual que al autor de un delito,
podía ser encadenado (obligatus), matado o vendido como esclavo.

De acuerdo con ese particular régimen jurídico la idea de obligación apenas si


se había formado, por hallarse el derecho del acreedor sobre el deudor en
situación muy semejante al derecho de propiedad de que era titular el amo
respecto del esclavo. Deudor y esclavo fueron más que sujetos, objetos de
derecho.

El obligatus estaba sometido al dominio físico del acreedor (corpus obnoxium).


Como el esclavo estaba bajo la postestad o dominio del amo (dominica
potestas).

La noción de obligación como derecho personal opuesto al derecho real, solo


habría surgido en Roma al hacerse más humana la coacción contra los nexis.

Este hecho trascendente tuvo lugar por la sanción de la Lex Poetelia Papiria
(326 A.C.) que indirectamente abolió el nexum al disponer la prohibición del
encadenamiento, la venta y el derecho de dar muerte a los nexis.

A partir de dicha ley el derecho del acreedor se separa del derecho de


propiedad, y el cumplimiento de la obligación no recae sobre la persona del
deudor, sino sobre su patrimonio, que es considerado la prenda común de los
acreedores.

Por largo tiempo el concepto de “obligatio” permaneció circunscripto a las


singulares figuras reconocidas por el antiguo ius civile y solo para estas típicas
relaciones el derecho clásico, con rigorismo extremo, admitió la calificación de
obligatio.

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Obligatio it est, cum intendimus dare, facere, praestare oportere (Hay
obligación cuando entendemos que se debe dar, hacer o prestar algo) (Gayo
4.2).

Sin embargo, así como junto a la propiedad quiritaria el Pretor creó un nuevo
tipo de propiedad, como fue la propiedad in bonis habere o pretoria y al lado de
la herencia civil (Hereditas) dio vida a la herencia pretoria (bonorum possesio),
a la par de las obligaciones jure civile fue reconociendo una serie de relaciones
en las cuales, aunque propiamente no había una verdadera obligatio, les
concedió una acción no civil, pero si honoraria.

Así, pues, aquellas relaciones en las que no había un oportere, al decir de


Gayo, esto es un debitium civil, sino tan sola una accione teneri, que significaba
“estar sujeta por una acción”, fueron por fin reconocidas como obligaciones.

Y, con el transcurso del tiempo esta Institución fue evolucionando a la par que
se desarrollaban las actividades y transacciones económicas y se trasladó al
campo del Derecho Privado.

El Derecho de las Obligaciones tiene una importancia desde el punto de vista


económico, social y jurídico, en razón a que regula y reglamenta el tráfico de
transacciones económicas, en especial las de índole patrimonial erigiéndose en
substractum, armazón, estructura o esqueleto del Derecho Privado.

Así tenemos que, una de las finalidades y uno de los aspectos más importantes
de la Ciencia del Derecho son las relaciones existentes entre los hombres,
todas las cuales se refieren a la idea de obligación. En ella tiene el Derecho su
eje céntrico y la raíz del mayor número de sus nociones fundamentales y en
ella encontramos el dominio principal de la Lógica jurídica, resultando así las
obligaciones como la fuente más abundante de las instituciones jurídicas del
Derecho Privado.

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La vida cotidiana nos permite darnos cuenta que no es exagerada esta
aseveración. Desde las actividades más sencillas, hasta las más complejas
relaciones crediticias, permiten ver las existencias de las obligaciones.

Entonces, si la vida social gira y se sostienen sobre ese tipo de relaciones


personales, en donde unos sujetos están obligados a cumplir y otros facultados
a exigir.

Desde siempre, unos seres humanos han prestado servicios a otros seres
humanos y a cambio de ellos exigen una retribución; unos seres humanos han
causado daño a otros y los damnificados han pedido reparación; de esa
manera surgen entre ellos relaciones personales, en donde uno puede exigir al
otro una prestación y el otro la debe cumplir.

A fin de dimensionar la importancia de su estudio, podemos imaginar él sinfín


de obligaciones que se reducen, a través de los contratos a través de los
hechos ilícitos y en consecuencia puede apreciarse el interés económico, social
y jurídico del estudio de esta materia.

La pregunta subyacente es ¿Cómo se van regir las relaciones


pacifistas derivadas del crédito de los seres humanos? Esto será a través del
Derecho y el Derecho en las relaciones personales, a través de la Teoría
General de las Obligaciones, cuando están de por medio bienes patrimoniales
pecuniarios, ya sean titulares de ellos personas físicas o jurídicas.

Una obligación es un compromiso, un deber, pero no todo deber aunque sea


jurídico es una obligación.

El ser humano está absolutamente limitado para proveer a sus necesidades


materiales y espirituales, para ello depende de los otros para la satisfacción de

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obtener los bienes susceptibles de llenarlas, indefectiblemente deberá
comprometerse a pagar por ellas a fin de obtenerlas.

Ese compromiso que asume para obtener lo que se desea es lo que


denominamos “obligación”.

O dicho de otra manera, es el compromiso que se asume frente a otra persona


de realizar una prestación en su favor.

En las relaciones jurídicas es preciso destacar las que invisten un carácter


económico, las que dan lugar a derechos económicos. Entre las relaciones de
carácter patrimonial hay que distinguir tres categorías de derechos:
1) DERECHOS REALES
2) DERECHOS PERSONALES O DE CREDITOS
3) DERECHOS INTELECTUALES

En el Código Civil Paraguayo las disposiciones se encuentras divididas y


distribuidas según la materia que trata en seis partes, contando con un título
preliminar y cinco libros; en donde el Libro Segundo, Título II es el que trata de
manera específica las Obligaciones, desde el artículo 417 al artículo 668.

El libro segundo a su vez se divide en tres capítulos, estos a su vez en


secciones y Parágrafos:
I) CAPÍTULO I: De las obligaciones en General;
1.) Sección I: De los efectos
1.1) Parágrafo I: De las disposiciones generales
1.2) Parágrafo II: De la garantía común para los acreedores

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1.3) Parágrafo III: De las causas de preferencia en el
pago de los créditos
1.4) Parágrafo IV: De la acción subrogatoria y revocatoria
2.) Sección II: De los daños e intereses
2.1) Parágrafo I: De la indemnización legal
2.2) Parágrafo II: De la cláusula penal
II) CAPÍTULO II: De las obligaciones con relación al objeto y a los
sujetos
1.) Sección I: De las obligaciones con relación al objeto
1.1) Parágrafo I: De las obligaciones de dar cosas ciertas
1.2) Parágrafo II: De las obligaciones de dar cosas inciertas
1.3) Parágrafo III: De las obligaciones de dar sumas de dinero
1.4) Parágrafo IV: De las obligaciones de hacer y no hacer
1.5) Parágrafo V: De las obligaciones alternativas
1.6) Parágrafo VI: De las obligaciones de pago facultativo
2.) Sección II: De la pluralidad de acreedores y deudores
2.1) Parágrafo I: De las obligaciones divisibles
2.2) Parágrafo II: De las obligaciones indivisibles
2.3) Parágrafo III: De las obligaciones solidarias
III) CAPÍTULO III: De la transmisión de las obligaciones
1.) Sección I: De la Cesión de créditos
2.) Sección II: De la Cesión de deudas, de la delegación, de la
expromisión y responsabilidad de tercero.
IV) CAPÍTULO IV: De la extinción de las obligaciones
1.) Sección I: Del pago
1.1) Parágrafo I: De las disposiciones generales
1.2) Parágrafo II: Del objeto del pago
1.3) Parágrafo III:Del lugar y del tiempo del pago
1.4) Parágrafo IV: De la prueba del pago
1.5) Parágrafo V: Del pago por cesión de bienes a los acreedores
1.6) Parágrafo VI: Del pago por consignación

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1.7) Parágrafo VII: De la imputación del pago
1.8) Parágrafo VIII: Del pago con subrogación
1.9) Parágrafo IX: De la dación en pago
2.) Sección II: De la Novación
3.) Sección III: De la remisión de la deuda
4.) Sección IV: De la compensación
5.) Sección V: De la confusión
6.) Sección VI: De la imposibilidad de pago
V) CAPÍTULO V: De la prescripción liberatoria
1.) Sección I: De las disposiciones generales
2.) Sección II: De la suspensión de la prescripción
3.) Sección III: De la interrupción de la prescripción
4.) Sección IV: De los plazos para la prescripción

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Como hemos mencionado anteriormente, el epicentro de las relaciones
jurídicas son las obligaciones.

Efectivamente, de cualquier relación humana nace una relación que obliga a


ambas partes a una obligación de dar, de hacer o un no hacer.

Ahora bien, esa relación a que hacemos referencia puede tener como
consecuencia una obligación patrimonial o una obligación personal, como son
las obligaciones de vínculo o de sujetos.

El Código Civil Paraguayo, al tratar los Derechos Patrimoniales, hace un


extenso análisis de los mismos y regla, por sobre todas las cosas,
la conducta de los individuos con relación al patrimonio. Es así, que uno de
los principios básicos que regla la materia es que "El patrimonio del deudor
es la prenda común de los acreedores".

Así tenemos que el Artículo 430 del Código Civil Paraguayo textualmente reza:
“El deudor responde del cumplimiento de sus obligaciones con todos sus
bienes presentes y futuros.

Las limitaciones de la responsabilidad son admitidas solamente en los


casos establecidos por la Ley”.

El Artículo 431 establece cuanto sigue: “La existencia de una obligación no


priva al deudor de la facultad de disponer y administrar sus bienes, salvo
el caso que se haya dictado medidas restrictivas, de acuerdo con las
normas procesales”.

Artículo 432: “Si la obligación tuviere por objeto cosas que se hallen en
poder del deudor, el titular podrá requerir judicialmente su entrega, y
ejecutarse el desapoderamiento por la fuerza”.

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Artículo 433: “El acreedor podrá exigir la venta judicial de los bienes del
deudor, pero solo en la medida necesaria para satisfacer su crédito.
Quedan exceptuados los derechos que por su naturaleza o por
disposición de la Ley no sean transmisibles”.

En resumidas cuentas podemos afirmar que: Un crédito vale lo que vale el


patrimonio del deudor.

Dicho de otro modo. En efecto un crédito no es sino un título sin valor cuando
el patrimonio del deudor es insolvente.

Todas las sumas de facultades conferidas al acreedor son inocuas si el


patrimonio no se hallase en condiciones de hacer frente al crédito en cuestión.

De ahí la preocupación de la Ley enderezada a tutelar ese patrimonio que


viene a constituir la prenda común de los acreedores.

Como principio el nuevo código establece: El deudor responde del


cumplimiento de sus obligaciones con todos sus bienes presentes y futuros.

A efectos de precautelar el derecho del acreedor, la Ley le otorga acciones


especiales encaminadas a proteger el patrimonio de su deudor.

Lo mismo que ocurre en otros sistemas jurídicos, en nuestro derecho, el


principio está expresamente consagrado, si bien con términos diferentes,
aunque equivalentes.

Está claro, pues, que el patrimonio del deudor constituye la garantía común de
los acreedores. La masa de bienes que compone el patrimonio responde de las

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deudas de su titular. Sus acreedores gozan de la facultad de ejecutar esos
bienes y hacerse cobro de ellos.

Los autores acostumbran a decir que el principio se funda en el hecho de que


el acreedor al celebrar el acto con el deudor ha tenido en cuenta su solvencia
económica, es decir, la solidez de su patrimonio.

En rigor, la relación obligatoria compromete el patrimonio del deudor no porque


el acreedor haya tenido en cuenta ese patrimonio al contratar, sino porque es la
esencia de la obligación el someter el patrimonio del deudor a satisfacción del
crédito.

Con el tiempo el derecho de las obligaciones sufrió grandes transformaciones.


En el derecho antiguo o primitivo, el deudor respondía prácticamente con su
vida y sus bienes el incumplimiento de sus obligaciones.

Esta forma inquisitiva de hacer cumplir una obligación se vio transformada con
el tiempo, conforme lo analizaremos en capítulos posteriores.

En la actualidad, el derecho patrimonial se halla constituido por los derechos


de créditos, los derechos reales y los derechos patrimoniales, todas ellas tienen
un contenido patrimonial.

El derecho de crédito u obligacional, hoy, se halla garantizada únicamente con


algunos bienes del deudor. Se han excluidos de la tutela crediticia de los
acreedores varios bienes del deudor; así el acreedor no puede actuar contra
los bienes indispensables de la vida del deudor y la de familia de éste, sus
elementos de trabajo, las prendas de vestir, sus herramientas de trabajo, y
eventualmente contra su propio hogar si ha declarado bien familiar.

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1. DERECHOS REALES
a) Tiene por OBJETO un bien corporal mueble o inmueble
b) Tiene carácter ABSOLUTO, se ejerce frente a todos con efectos ERGA
OMNES.
c) Están enumerados de manera TAXATIVA por la Ley
d) Son PERPETUOS, Subsisten a pesar del paso del tiempo.
e) Se obtiene el goce o disfrute de la cosa de modo DIRECTO

2. DERECHOS PERSONALES O DE CRÉDITO


a) Tiene por OBJETO un bien incorporal, denominada prestación que
puede ser un dar, hacer o no hacer.
b) Tiene carácter RELATIVO, Confiere acción al acreedor solo contra el
deudor.
c) Pueden ser creados por los particulares sin límites.
d) LIMITADOS POR EL TIEMPO, Se extinguen por su ejecución y en caso
de no ejercerla luego de transcurrido cierto tiempo, los mismos se
extinguen.
e) El titular solo puede obtener la satisfacción de su crédito mediante la
intervención del deudor.

3. DERECHOS FAMILIARES
a) El contenido es de carácter moral.
b) EL OBJETO son estrictamente personales.
c) Su incumplimiento trae aparejada sanciones de otro orden, no
económicos.

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4. DERECHOS PERSONALES O DE CRÉDITO
a) El contenido es de carácter patrimonial o económico.
b) OBJETO: Cumplimiento de una prestación que puede ser cumplida por
el deudor o por un tercero.
c) Ante su incumplimiento otorga la posibilidad al acreedor de exigir su
cumplimiento forzoso directo o a mediante indemnización.

Es el nexo o vínculo jurídico en virtud del cual una persona llamada sujeto
activo o acreedor tiene la facultad y el derecho de exigir a otra persona
denominada sujeto pasivo o deudor que se encuentra constreñido, obligado o
compelido a realizar una prestación susceptible de valoración pecuniaria o
económica que puede consistir en un dar, hacer o no hacer y ante el
incumplimiento responde con todos sus bienes presentes y futuros.

Se da el nombre de obligación a la relación jurídica entre dos o más personas


en virtud de la cual una de ellas, el deudor, debitor, se obliga a entregar a la
otra, creditor, una prestación apreciable en dinero.1

La Obligación según Justiniano: “Obligatio est juris vinculum quod


necessitate adstringimur alicujus salvendae rei secundum nostrae
civitatis iura”.

“Obligación es el Vínculo jurídico que nos vemos compelido en la necesidad de


pagar una cosa según las leyes de nuestra ciudad”.

Vínculo jurídico por el cual una persona llamada deudor debe a otra llamada
acreedor una prestación apreciable en dinero y éste se encuentra facultado a
exigirla.

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La tendencia actual es que la obligación es el derecho que tiene el acreedor de
hacer cumplir judicialmente la prestación al deudor, esto es, “La obligación es
un vínculo jurídico mediante el cual el acreedor está facultada a exigir
judicialmente el cumplimiento de una prestación al deudor.

Toda relación jurídica presupone siempre una causa o una fuente que la ha
engendrado, que le da origen, sirviéndola de antecedente.

Sobre el punto en cuestión, el artículo 417 del Código Civil Paraguayo


textualmente dice: "Las obligaciones derivan de algunas de las fuentes
establecidas por la ley".

Sin embargo, las grandes fuentes de las obligaciones se han originado con la
clasificación que han sostenido grandes jurisconsultos. Así tenemos a:

a) JUSTINIANO: Que, en sus Institutas sostenía que las obligaciones se


generaban de un Contrato, de un Cuasi-contrato, de un Delito y de un
Cuasidelito.
b) POTHIER: Sostenía que, a más de la clasificación de Justiniano habría que
agregarla como quinto elemento a la ley.
c) BONNECASE: Sostenía que solamente la ley podría ser la fuente de las
obligaciones, descartando cualquier otra clasificación.

Según el Prof. Ramón Silva Alonso considera que dos son las principales
fuentes de obligaciones: Los Contratos y Los daños imputables.

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Según el Prof. Ramón Silva Alonso considera que dos son las principales
fuentes de obligaciones: Los Contratos y Los daños imputables. 2

A los que debemos agregar a la ley como una de las grandes fuentes de las
obligaciones en razón a lo establecido en el Código Civil Paraguayo.

1. SUBJETIVAS

Es aquella que sostiene que: el crédito es un poder, facultad o potestad que


ostenta el acreedor p sobre la persona y la conducta del deudor para exigir
su cumplimiento, una relación de persona a persona en la que aparece la
idea de la sumisión, enfatizan la importancia de los sujetos de la obligación.
Es sobre el deudor que incide el deber de observar determinado
comportamiento jurídico, sometiendo su voluntad a lo que se haya obligado.
Convirtiéndose en una voluntad subordinada, en tanto la del acreedor en
una voluntad subordinante.

Se ve al sujeto pasivo como objeto.

Existe una vinculación rígida entre prestación y la persona del deudor.

2. OBJETIVAS

Es aquella que sostiene que el centro de la gravedad de la obligación ya no


es la persona, sino su patrimonio. En ese sentido considera y caracteriza a
la relación obligacional no desde el punto de vista del sometimiento

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personal del deudor sino desde la perspectiva del sometimiento del
patrimonio del deudor a la acción del acreedor.

Es un solo título a la obtención o consecución de la prestación, es de decir,


es el derecho o facultad de actuar sobre el patrimonio del deudor en casos
de incumplimiento; y al margen en caso de existir daños imputables.

Queda sin efecto el paradigma subjetivista que "La persona debe la


persona" donde se modifica por el de "el patrimonio debe al patrimonio".

En este caso el crédito es un título a la obtención o consecución de la


prestación y el correspondiente poder para acceder al patrimonio del deudor
en caso de incumplimiento.

La obtención de determinada conducta o comportamiento por parte del


deudor es secundaria. Aquí lo principal es obtener un resultado de relación
entre patrimonio en primer lugar y en segundo una relación entre sujetos.

Esta teoría tiene su origen en el Derecho


Alemán, de ahí su nombre Schuld y Haftung;
según esta teoría la obligación se halla
compuesta de dos elementos: la deuda y la
responsabilidad.

La deuda es el deber de realizar una prestación.

La responsabilidad son los efectos que entran


en juego a raíz del incumplimiento de la
obligación y que afecta los bienes del deudor.

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Esta teoría actualmente ha ido decayendo, y para los que la usan, ha quedado
fusionada deuda y responsabilidad, aunque existan excepciones como la
deuda de juego que es una obligación natural no exigible; es decir su
cumplimiento depende de la voluntad del deudor.

Esta Teoría sostiene que la obligación presenta un doble aspecto:

a) Deber/Debitum (Schuld): Un deber de cumplir con la obligación realizando


una determinada prestación que pude consistir en un dar, hacer o no hacer y,
b) Responsabilidad/Obligación (Haftung): Que no es otra cosa que una
responsabilidad emergente del deber sobre los efectos que acarrean al deudor
el incumplimiento y la posibilidad de acción sobre sus bienes.

Hoy en día Débito y Responsabilidad se encuentran fusionados en una sola


unidad orgánica no aislada.

Esta Teoría considera que la obligación es un deber autónomo, la norma que


sanciona la obligación no constriñe al deudor a determinada conducta sino que
prevé la consecuencia jurídica de dicha conducta.

La ley no tiene interés en que el deudor cumpla. Sino que ante el


incumplimiento el acreedor pueda actuar sobre el patrimonio del deudor.

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ELEMENTOS DE LA RELACIÓN OBLIGATORIA

1. LOS SUJETOS

Son sujetos de una relación obligatoria las partes que intervienen en la misma,
pudiendo ser personas físicas o jurídicas.

También puede ser representado por un representante legal (forzosa) o


convencional (por voluntad de las partes) que actúen substitución de las partes
pero las consecuencias jurídicas se imputan a las partes.

Cuando hablamos de elementos de la relación obligatoria nos referimos a


aquellos sujetos intervinientes, al objeto de la obligación, ya sea la fuente o la
causa que motivaron la relación obligatoria.

Los artículos 28 y 96 del Código Civil determinan que las personas físicas y
jurídicas son las que tienen capacidad para adquirir derechos y contraer
obligaciones.
Toda obligación supone necesariamente la presencia de por lo menos dos
sujetos y, por lo tanto:

Los Sujetos de una Relación Obligatoria son:

1. SUJETO ACTIVO o ACREEDOR:

Es la persona física o jurídica que tiene la facultad, potestad o prerrogativa de


exigir el cumplimiento de una determinada conducta, denominada prestación,
pudiendo consistir en un dar, hacer o no hacer.

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2. SUJETO PASIVO o DEUDOR:

Es la persona física o jurídica que se encuentra compelida, constreñida u


obligada al cumplimiento de la obligación, a la cual se comprometió y responde
por la misma con todos sus bienes presentes y futuros.

¿Quiénes pueden ser sujeto de una relación obligatoria?

En principio, la regla establece que los sujetos de la obligación deben ser


necesariamente personas de Derecho.

Por lo tanto todas aquellas personas tanto físicas como jurídicas que tengan
capacidad de adquirir derechos y contraer obligaciones pueden ser sujeto de
una relación obligatoria.

Ahora bien, para que la misma sea válida, los sujetos deben ser plenamente
capaces. Es decir, tener la aptitud de adquirir derechos y contraer obligaciones
de manera general.

Plenamente capaces implica tener:

I. Capacidad de Hecho:

Es la aptitud que tiene la PERSONA de actuar por sí misma en la vida civil, es


decir, de ejercer y cumplir, en forma PERSONAL y DIRECTA, sus respectivos
DERECHOS y OBLIGACIONES.

Pueden ser absolutas y relativas, muy ligadas a la edad y salud mental de las
personas.

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1) Son incapaces absolutos de hecho de conformidad al artículo 37 del
Código Civil Paraguayo:
a) Las personas por nacer.
b) Los menores de 14 años.
c) Los enfermos mentales y,
d) Los sordomudos que no saben darse a entender por escrito u otros medios.
2) Son incapaces relativos de hecho:
a) Menores adultos entre 14 y 8 años.
b) Inhabilitados judicialmente.

II. Capacidad de Derecho

Es el grado de aptitud que tiene la PERSONA para ser titular de DERECHOS y


OBLIGACIONES. Son siempre relativas puesto que es un principio del Derecho
natural que tienen todas las personas por simple hecho de ser personas y
haber nacido vivo.

Se la declara en función a ciertas circunstancias especiales con el objeto de


salvaguardar el orden público y tutelar el interés particular de las personas.

Las personas jurídicas al igual que las físicas, cuentan con capacidades y son
susceptibles de adquirir derechos y contraer obligaciones, y lo hacen a través
de sus representantes autorizados por el órgano competente de acuerdo a sus
estatutos.

El principio, en cuanto a los sujetos establece que mínimamente deben ser dos:
Un sujeto activo y otro pasivo.

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Sin embargo, nada obsta a que sean más de dos. Inclusive, a diario se puede
notar que ante un acreedor hay varios deudores o que haya varios acreedores
frente a varios deudores.
Es decir pueden darse las siguientes variantes
1 DEUDOR vs 1 ACREEDOR
VARIOS DEUDORES vs 1 ACREEDOR
1 DEUDOR vs VARIOS ACREEDORES
VARIOS DEUDORES vs VARIOS ACREEDORES

Los sujetos de la relación obligatoria deben ser determinados o mínimamente


determinables.

En principio, los sujetos de la relación obligatoria deben estar determinados al


tiempo o momento de constituirse la obligación, no obstante la ley y la doctrina
admiten excepcionalmente indeterminaciones provisorias o transitorias, es
decir, que sean susceptibles de ulterior determinación.

Por ejemplo: Las promesas de recompensa, los documentos emitidos a la


orden y las obligaciones: ambulatorias o propter-rem, las ofertas al público, etc.

Por lo general, las obligaciones vinculan como mínimo a dos sujetos: el


acreedor y el deudor, quienes mientras no se altere la relación jurídica
permanecen vinculados entre sí.

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Sin embargo, la relación jurídica, la deuda pueden estar ligados a un Derecho
Real sobre una cosa, donde se da la transmisión de la obligación vinculada a
ella al nuevo deudor, el nuevo titular del derecho real sobre la cosa.

Las obligaciones propter rem, son aquellas que incumben al propietario o


poseedor de una cosa en cuanto tal, de manera que desaparecida esta
desaparecen aquellas.

La principal característica de este tipo de obligaciones es la transmisión al


sucesor particular de la cosa que se enajena sin que para ello sea necesario un
convenio especial.

En este caso las obligaciones siguen a la cosa y gravan a los adquirentes


sucesivos de ella al tiempo que se extinguen para le enajenante.

Pero los adquirentes sucesivos como el enajenante responden con todo su


patrimonio en tanto revistan la calidad de deudores.

De ahí, que la denominación de ambulatorias le viene del hecho que el sujeto


pasivo no se encuentra expresamente determinado, sino que resulta
individualizado en virtud de la propiedad o posesión de la cosa y por el hecho
que se trasladan de manera espontánea al adquirente de la cosa.

2. EL OBJETO

En doctrina se discute el concepto de objeto de la relación obligatoria, pues


algunos lo identifican con el contenido (la prestación) y otros lo distinguen del
bien material o inmaterial.

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Sin embargo, el Código Civil Paraguayo no hace distinción alguno entre objeto
y contenido.

Podemos afirmar que el concepto de objeto de la relación obligatoria; es el la


prestación entendida como acto o conjunto de actos que el deudor se ve
compelido u obligado a efectuar a favor del acreedor.

En otras palabras, es aquello que las partes persiguen al momento de la


celebración de la obligación.

El Código Civil Paraguayo en su artículo 418 establece textualmente cuanto


sigue: “La prestación que constituye el objeto de la obligación debe ser
susceptible de valoración económica o corresponder a un interés personal, aun
cuando no sea patrimonial del acreedor”.

La prestación de una obligación es aquello que debe el deudor. Para utilizar el


método escolástico, debería decirse que es la respuesta a esta cuestión: Quid
debetur?

Ahora bien, esta prestación que constituye el objeto de la obligación puede


consistir en un:
a) DAR:
b) HACER:
c) NO HACER:

En función al razonamiento inverso podemos concluir que el objeto de un acto


jurídico debe ser:

1) LICITO:

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La prestación debe recaer esencialmente sobre algo que revista el carácter de
lícito, sino también aquellos actos que no atenten contra derechos de tercero y
riñan contra la moral y las buenas costumbres.
El objeto de la obligación no debe estar prohibido por la ley.

2) POSIBLE:

El objeto debe ser posible de realizar tanto física como jurídicamente. Por lo
que convenir actos sobre algo de cumplimiento imposible, sería un acto nulo.

Esto se encuentra basado en el Principio Romano: “Imposibilita Nemo Tenetur”,


nadie está obligado a lo imposible.

Otro detalle que no se puede soslayar es que la imposibilidad debe ser objetiva
e insuperable.

Además la imposibilidad tendría que ser anterior o contemporánea a la


constitución de la obligación. La imposibilidad sobreviniente extingue la
obligación siempre y cuando ella se produzca sin culpa del deudor.

2.1) Físicamente: Para que sea considerada imposible el objeto debe ser
físicamente irrealizable. Por ejemplo: tocar el cielo con las manos, poner una
sucursal en la luna etc.
2.2) Jurídicamente: Esta imposibilidad guarda directa relación con expresas
prohibiciones de la ley o que esta determine algunas formas de realizar la
obligación. Por ejemplo: constituir hipoteca sobre un bien mueble es imposible
jurídicamente o constituir prenda sobre un bien inmueble.

3) SUSCEPTIBLE DE VALORACIÓN ECONOMICA:

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El objeto de una relación obligatoria debe tener algún tipo de valoración
pecuniaria o económica o ser del interés personal de las partes.

4) DETERMINADO/DETERMINABLE:

Si bien este requisito no surge de la lectura del texto legal, existe una opinión
generalizada en la doctrina que es aceptado como uno de los caracteres que
debe reunir el objeto de un acto jurídico.

Estos a su vez pueden ser:


a) DETERMINADO: El objeto debe ser determinado tanto en cantidad
como en calidad. De manera tal a poder tener certeza al momento de
exigir su cumplimiento. Por ejemplo se determina cantidad al referirse a
números del objeto 100 camisas y calidad cuando se establece la
especie: 100 camisas de puro algodón.
b) DETERMINABLE: El objeto es determinable cuando al momento de la
realización o celebración del acto jurídico no es posible cuantificarlo,
pero si es posible posteriormente al momento del cumplimiento o
ejecución del mismo sin la necesidad de un nuevo acuerdo de partes.

Las disposiciones del Código Civil Paraguayo que regula sobre el objeto de una
relación obligatoria son:

El artículo 299 del Código Civil Paraguayo con meridiana claridad establece
cuanto sigue: “No podrá ser objeto de los actos jurídicos:

a) aquello que no esté dentro del comercio;


b) lo comprendido en una prohibición de la ley; y

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c) los hechos imposibles, ilícitos, contrarios a la moral y a las buenas
costumbres, o que perjudiquen los derechos de terceros.
La inobservancia de estas reglas causa la nulidad del acto y de igual modo, las
cláusulas accesorias que, bajo la apariencia de condiciones, contravenga lo
dispuesto por este artículo.

Por otro lado el Artículo 418 dice lo siguiente: “La prestación que constituye el
objeto de la obligación debe ser susceptible de valoración económica y
corresponder a un interés personal, aun cuando no sea patrimonial del acreedor”.

3. LA CAUSA

A pesar de haberse escrito in extenso sobre el tema, a la fecha el tema de la


causa sigue suscitando en la doctrina fuertes controversias que llevan a un
interesante y a la vez interminable debate dialéctico.

El origen de dicha controversia surge de la propia acepción de la terminología


del vocablo causa.

En el Derecho Romano la causa era la formalidad (verba), la entrega de la cosa


en cumplimiento del factum necesarios para el nacimiento del contrato
formalista, real o innominado.

Los romanos denominaban causa a la fuente de la obligación: Contrato,


cuasicontrato, delito y cuasidelito.

En sumatoria, el fin perseguido era conocer porque existe la obligación, porque


estaba obligado el deudor. Estaba obligado por haber celebrado un contrato o
por haber cometido un delito.

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Sin embargo, la doctrina francesa hace un giro radical en la pregunta: ya no se
trataba de averiguar porque estaba obligado el deudor, sino porque ha querido
obligarse, o sea, la razón por la cual la persona ha asumido un compromiso.

De esta manera surge la utilización del vocablo causa como:

1) FUENTE:

Hace mención a la acepción utilizada por los romanos y plasmada en el artículo


417 del Código Civil Paraguayo, que afirma que las obligaciones derivan de
una de las fuentes establecidas en la ley. Donde la causa constituye un
antecedente o causa eficiente.

2) FIN:

Esta acepción hace mención al fin que persigue el agente o sujeto en una
relación obligatoria, que puede ser un contrato o no.

Aquí la causa aparece como e porque de la realización de la relación


obligatoria.

Es la razón, motivo o circunstancia por la cual una persona asume una


obligación. Lo que se destaca es la voluntad orientada por causas de esencia
sicológica, en donde se considera que no existe acción consciente sin un fin.

Se considera a la causa ya no como causa eficiente sino una causa final.

En síntesis dependiendo de la situación causa puede significar a veces la


fuente de la obligación y otras veces significa el fin que persiguen las partes.

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Fue introducido al Derecho Contemporáneo por el Código Civil Francés de
1804.

El Código Napoleónico contiene cuatro artículos referentes al tema; el 1.108,


1131, 1.132 y 1.133.

El 1.108: elementos necesarios para la validez del contrato:


1) Capacidad de partes
2) Consentimiento
3) Objeto cierto
4) Causa lícita

Los demás artículos son complementos del mencionado artículo y aluden a la


presunción de existencia de la causa aun cuando no exista mención de ella; de
la validez de la obligación aunque la causa no sea verdadera, con tal que
exista; ineficacia de la obligación, que tenga una causa lícita.

1. CAUSALISMO

Domat fue el primer autor del antiguo derecho francés que presentó de manera
sistemática de la teoría de la causa, motivo por el cual de manera errónea fue
considerado como creador de esta noción. Pothier reitera en su Tratado de las
Obligaciones las enseñanzas de Domat.

Esta es la doctrina clásica de la causa de los siglos XVII y XVIII,


contemporáneas a la sanción del Código Napoleónico.

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Domat y Pothier exigían como elemento para la validez de un contrato "una
causa licita en la obligación".

Sus ideas fundamentales eran las distinguían en:

a) CONTRATOS SINALAGMATICOS
La causa de la obligación de uno de los contratantes está en la obligación o
compromiso del otro.

b) CONTRATOS REALES UNILATERALES


La causa de la obligación es la prestación efectuada.

c) CONTRATOS A TITULO GRATUITO


La causa reside en la intención liberal.

2. ANTICAUSALISMO

Verosímilmente fueron las inconsistentes explicaciones de la doctrina clásica


las que provocaron la declaración de guerra de ciertos autores a la noción
misma de la causa.

Esta teoría fue desarrollada desde 1.826 por el belga Ernst, más tarde por
Laurent reforzado por Planiol, fue el doctrinario quien exaltó las nuevas ideas al
afirmar que la teoría clásica era falsa e inútil.

a) CONTRATOS SINALAGMATICOS: FALSO e INUTIL

FALSA: Porque una de las obligaciones no puede ser causa de la otra, debido
a que la causa es anterior al efecto y no se dan simultáneamente como
propone Domat.
INUTIL: Cuando falta la causa esta es nula por defecto de objeto.

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b) CONTRATOS REALES UNILATERALES

FALSA: Lo que se denomina causa es en rigor una condición general para la


formación del contrato.
INUTIL: La prestación es indispensable para formal el contrato, si ella no se da
el contrato no se constituye.

c) CONTRATOS A TITULO GRATUITO

FALSA: Porque haciendo de la causa una intención liberal lo confunde con el


consentimiento.
INUTIL: Será declarado nulo cuando no por ausencia de consentimiento
cuando falta la intención liberal.
La doctrina anticausalista ha tenido el mérito de indicar las deficiencias de la
Teoría clásica de Domat, a saber, su carácter excesivamente objetivo.

3. NEOCAUSALISMO

Surge en Francia en reacción a los excesos del anticausalismo replanteando


con nuevos criterios la doctrina causalista de Domat y Pothier.

Declara que la causa de las obligaciones de los contratantes a título oneroso es


el equivalente deseado, tal como existe o debe existir en el momento en que se
forma el contrato.

La noción de causa se vuelve de naturaleza psicológica e indispensable para la


validez de la obligación contractual.

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Mira a la causa como “el fin perseguido por las partes en un determinado acto
jurídico”.

La teoría de Capitant marca la resurrección de la concepción que existía en l


derecho Canónico, donde la voluntad de los contratantes lo que constituye la
clave gracias a la cual puede explicarse el mecanismo de la obligación.

En líneas generales podemos afirmar que nuestro Código Civil alude a la causa
en el artículo 417 cuando dispone, que: “Las obligaciones derivan de alguna
de las fuentes establecidas por la ley”.

Como se podrá apreciar en éste artículo se halla incorporado una noción


causalista de las obligaciones.

Ahora bien, cuando hablamos de la causa en el nuevo código se puede decir


que prácticamente no ha variado nada en relación a su antecesor, nos
referimos al código de Vélez Sarfield.

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- SILVA ALONSO, Ramón. 2.008. “Derecho de las Obligaciones”. Editora
Intercontinental. 10a. Edición. Asunción. Paraguay.
- MORENO RODRIGUEZ, José. 2.001. “Teoría de la Causa en el Derecho
Nacional y comparado”. Editora Intercontinental. Asunción. Paraguay.
- DE GASPERI, Luis. 1947. “Tratado de las Obligaciones”. Tipográfica Editora
Argentina. Buenos Aires. Vol. 3.
- MORENO RUFFINELLY, José Antonio. 1.998. “Derecho Civil I”. Editora
Intercontinental. Asunción. Paraguay.
- BORDA, Guillermo. 1987. “Tratado de Derecho Civil Argentino” Título
Preliminar. Libro I.
- Código Civil Paraguayo y Leyes complementarias.

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