Trabajo Final - ReynosoAnayely

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Universidad Veracruzana

Facultad de Enfermería

Campus Minatitlán

Acreditada por COMACE, A.C.

Nivel 1 de CIEES

EXPERIENCIA EDUCATIVA:
ENFERMERÍA INFANTIL

TEMA:
MANEJO DEL DOLOR-FRACTURAS.QUEMADURAS
(INTERVENCIONES Y POSIBLES DIAGNOSTICOS DE ENFERMERÍA)

PROFESOR:
CANDELARIO GOMEZ NESTOR

ALUMNO:
REYNOSO PABLO ANAYELY

MINATITLÁN, VERACRUZ 10 DE JUNIO DEL 2021


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 1

JUSTIFICACIÓN ..................................................................................................... 1

OBJETIVO GENERAL ............................................................................................ 2

OBJETIVO (S) ESPECÍFICO (S) ........................................................................ 2

MANEJO DEL DOLOR EN EL PACIENTE PEDIATRICO ..................................... 2

INTRODUCCIÓN ................................................................................................. 2

DEFINICIÓN ........................................................................................................ 3

TIPOS DE DOLOR .............................................................................................. 3

SITUACIONES QUE HACEN PRECISO UN BUEN MANEJO DEL DOLOR EN


ATENCIÓN PRIMARIA ....................................................................................... 6

MANEJO DEL DOLOR ....................................................................................... 6

ADECUACIÓN DEL TRATAMIENTO Y MODIFICACIÓN SEGÚN RESPUESTA


............................................................................................................................. 6

MEDICIÓN DEL DOLOR.................................................................................. 6

ESCALAS DE VALORACIÓN DEL DOLOR EN EL PEDIATRA ...................... 7

POSIBLES DIAGNOSTICOS DE ENFERMERÍA ............................................... 8

FRACTURAS .......................................................................................................... 9

CONCEPTO ........................................................................................................ 9

EPIDEMIOLOGÍA ................................................................................................ 9

ETIOPATOGENIA ............................................................................................... 9

CLASIFICACIÓN ............................................................................................... 10

1. GENERAL ............................................................................................. 10

2. POR MECANISMO DE PRODUCCIÓN ................................................ 10


3. SEGÚN EL NÚMERO DE FRAGMENTOS ........................................... 12

4. SEGÚN EL DESPLAZAMIENTO DE LOS FRAGMENTOS .................. 13

5. SEGÚN LA ESTABILIDAD.................................................................... 14

SINTOMAS ........................................................................................................ 14

DIAGNÓSTICO ................................................................................................. 15

1. MANIFESTACIONES CLÍNICAS .......................................................... 15

2. EXPLORACIÓN FÍSICA........................................................................ 15

3. RADIOLOGÍA........................................................................................ 16

PROCESO DE CURACIÓN DEL HUESO ROTO ............................................. 16

TRATAMIENTO................................................................................................. 17

1. TRATAMIENTO INICIAL ....................................................................... 17

2. TRATAMIENTO DE LAS FRACTURAS CERRADAS ........................... 18

3. TRATAMIENTO DE FRACTURAS ABIERTAS ..................................... 19

POSIBLES DIAGNOSTICOS DE ENFERMERÍA ............................................. 19

QUEMADURAS .................................................................................................... 21

INTRODUCCIÓN ............................................................................................... 21

DEFINICIÓN ...................................................................................................... 21

FISIOPATOLOGÍA ............................................................................................ 21

ETIOLOGÍA ....................................................................................................... 22

1. QUEMADURAS TÉRMICAS ................................................................. 22

2. QUEMADURAS ELÉCTRICAS ............................................................. 22

3. QUEMADURAS QUÍMICAS.................................................................. 23

4. QUEMADURAS POR RADIACIÓN ....................................................... 23

CLASIFICACIÓN ............................................................................................... 23

1. SEGÚN LA PROFUNDIDAD................................................................. 24
2. SEGÚN LA EXTENSIÓN ...................................................................... 24

3. SEGÚN LA LOCALIZACIÓN................................................................. 25

ESTIMACIÓN DE LA GRAVEDAD ................................................................... 25

POSIBLES DIAGNÓSTICOS DE ENFERMERÍA ............................................. 25

CONCLUSIÓN ...................................................................................................... 27

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS CONSULTADAS ........................................ 28


INTRODUCCIÓN

En 2001, la Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Americana del Dolor,


establecieron un comunicado conjunto recomendando que el dolor sea reconocido
y tratado de forma intensiva en niños. Sin embargo, a pesar de los adelantos en el
conocimiento de la fisiología del dolor y sobre la seguridad y efectividad de los
medicamentos disponibles, ese conocimiento no se ha trasladado de manera
generalizada ni efectiva a la práctica clínica diaria y el manejo inadecuado del dolor
continúa siendo un problema.

El peligro de sufrir quemaduras es constante en la vida diaria. Desde las


quemaduras solares a las causadas directamente por el fuego, hay toda una gama
de posibilidades y situaciones de riesgo. En el presente trabajo se abordan los
diferentes tipos de quemaduras y su gravedad, así como sus complicaciones,
tratamiento y prevención.

No cabe duda que las quemaduras constituyen una de las lesiones traumáticas más
graves que puede sufrir un sujeto, debido a la pérdida de piel quemada, las
alteraciones fisiopatológicas que ocurren en su organismo, el dolor, la complejidad
del tratamiento, el tiempo tan prolongado de curación, las secuelas funcionales y
estéticas, etc.

JUSTIFICACIÓN

Los niños y adolescentes experimentan una gran variedad de condiciones dolorosas


agudas y crónicas asociadas con enfermedades infantiles comunes y/o accidentes.
Además, el dolor se puede provocar por un gran número de procedimientos médicos
diagnósticos y terapéuticos habituales en la práctica diaria (por ejemplo,
vacunaciones, extracción de analíticas).

1
Es realmente de importancia en enfermería realizar los correctos cuidados de
acuerdo con la patología detectada, aunque pueden presentar ciertas
características clínicas, requieren diferentes atenciones.

OBJETIVO GENERAL

Identificar la definición, características del dolor, fracturas y quemaduras,


además de establecer los posibles diagnósticos e intervenciones de
enfermería.

OBJETIVO (S) ESPECÍFICO (S)

o Definir el dolor y especificar el manejo del dolor en el paciente pediátrico


incluyendo diagnósticos e intervenciones de enfermería.
o Conocer la definición, características y tratamiento de las fracturas,
estableciendo posibles diagnósticos e intervenciones de enfermería.
o Presentar la definición, las características, establecer la clasificación de las
quemaduras y realizar los posibles diagnósticos e intervenciones de
enfermería.

MANEJO DEL DOLOR EN EL PACIENTE PEDIATRICO

INTRODUCCIÓN

En 2001, la Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Americana del Dolor,


establecieron un comunicado conjunto recomendando que el dolor sea reconocido
y tratado de forma intensiva en niños. Sin embargo, a pesar de los adelantos en el
conocimiento de la fisiología del dolor y sobre la seguridad y efectividad de los
medicamentos disponibles, ese conocimiento no se ha trasladado de manera
generalizada ni efectiva a la práctica clínica diaria y el manejo inadecuado del dolor
continúa siendo un problema.

Hay una serie de barreras que pueden llevar al infra tratamiento del dolor en niños,
que incluyen la dificultad de evaluar el dolor en los pacientes pediátricos, la creencia

2
de que el tratamiento del dolor puede enmascarar síntomas, la falta de manejo de
algunos grupos de analgésicos y el miedo a sus efectos adversos, y la falta de
tiempo para realizar el proceso.

El dolor es más que la simple transmisión fisiológica de estímulos nociceptivos


desde el lugar de lesión hasta el SNC, es una sensación compleja que se integra y
se le da valor en centros cerebrales cognitivos. Así, se le da valor subjetivo según
la edad, genética, cultura, experiencias previas, influencias educacionales y estado
psicológico.

DEFINICIÓN

El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con un


daño tisular real o potencial, o que se describe en términos de este daño (American
Pain Society, 2008)

Tres partes de esta definición tienen importantes implicaciones para los


profesionales de enfermería. En primer lugar, el dolor es una experiencia física y
emocional, no reside totalmente en el cuerpo ni en la mente, en segundo lugar, se
produce en respuesta a un daño tisular real o potencial, por lo que puede no haber
alteraciones en las pruebas de laboratorio o radiología a pesar de que el dolor sea
real y por último, el dolor se describe en términos del daño producido.

Una definición que refleja el carácter subjetivo del dolor es: “el dolor es todo aquello
que una persona dice que es, y que es, p que esa persona dice que existe”
(McCaffrey y Pasero, 1999, p.17).

TIPOS DE DOLOR

El dolor se puede describir en términos de la localización, duración, intensidad y


etiología.

1. Localización

Las clasificaciones de las fracturas de acuerdo con su localización pueden resultar


problemática. La International Headache Society reconoce aproximadamente 80

3
tipos diferentes de cefaleas. Muchas de ellas, aunque tienen presentaciones
clínicas similares tienes distintas necesidades clínicas. No obstante, la localización
del dolor es un aspecto importante a tener en cuenta.

Para complicar aún más la clasificación por localización, algunos dolores irradian
hacia otras áreas, por ejemplo, de la parte baja de la espalda hacia las piernas.
Además, el dolor puede ser referido (parece surgir en áreas diferentes) hacia otras
partes del cuerpo, por ejemplo, el dolor cariaco puede sentirse en el hombro o en el
brazo izquierdo, con o sin dolor torácico.

El dolor visceral, que es el que surge en un órgano o en una visera hueca, a


menudo se percibe en un área remota a la del órgano que lo causa.

2. Duración

Cuando el dolor dura solo un periodo de recuperación esperado, se describe como


dolor agudo, tanto si tiene un inicio brisco como lento y con independencia de su
intensidad.

El dolor crónico, o persistente, es un dolor prolongado, normalmente recurrente o


que dura 3 meses o más (APS, 2018), e interfiere en la funcionalidad.

El dolor agudo y crónico dan lugar a respuestas fisiológicas y conductuales


diferentes. En los criterios de la NANDA International 2009 se especifica que el
diagnóstico de enfermería aceptado para el dolor crónico es leve o intenso,
constante o recurrente, sin un fin esperado o predecible y una duración mayor de 6
meses.

El dolor canceroso puede ser consecuencia de los efectos directos de la


enfermedad y de su tratamiento, o puede estar no relacionado. Con el tiempo, se
han incluido otros diagnósticos en la categoría de “dolor maligno”, como el VIH/Sida
o el dolor de una quemadura, que tienden a recibir un tratamiento más intensivo que
el “dolor no canceroso”

3. Intensidad

4
La mayoría de los profesionales utilizan una escala estándar para clasificar la
intensidad del dolor: de 0 (ausencia de dolor) a 10 (el peor dolor posible).

Si intentamos relacionar las puntuaciones de salud y funcionalidad, el dolor


puntuado de 1-3 se considera dolor leve, una puntuación de 4.6 se considera dolor
moderado y un dolor que alcanza la puntuación 7-10 se clasifica como dolor
intenso y se asocia a peores resultados.

4. Etiología

El dolor se puede clasificar según la etiología utilizando dos categorías amplias,


dolor nociceptivo y dolor neuropático.

El dolor nociceptivo aparece cuando un sistema nervioso intacto y que funciona


correctamente envía señales de que los tejidos están dañados, requiriendo atención
y los cuidados apropiados. Por ejemplo, el dolor que aparece después de un corte
o un hueso fracturado alerta a la persona para que evite más daños hasta que se
haya curado correctamente. Una vez estabilizado o curado, el dolor desaparece,
por tanto, se trata de un dolor transitorio.

El dolor neuropático se asocia a nervios que están dañados o que son


disfuncionales a causa de una enfermedad, una lesión, u otras causas
indeterminadas. Generalmente, el dolor neuropático es un dolor crónico; se describe
como urente, de “descarga eléctrica” y/o hormigueante, sordo e intenso. El dolor
neuropático suele ser difícil de tratar.

Existen dos subtipos de dolor neuropático, dependiendo de la parte del sistema


nervioso posiblemente dañada. El dolor neuropático periférico se produce después
del daño o sensibilización de los nervios periféricos. El dolor neuropático central es
consecuencia de la disfunción de los nervios del sistema nervioso central.

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SITUACIONES QUE HACEN PRECISO UN BUEN MANEJO DEL
DOLOR EN ATENCIÓN PRIMARIA

o Dolor agudo: En relación con patología intercurrente: enfermedad, accidente.


En relación con procedimientos médicos o enfermeros diagnósticos o
terapéuticos (venopunción, vacunación, medicación intramuscular, reducción de
una fractura, extracción de un cuerpo extraño, procedimientos
genitourinarios…).
o Dolor crónico: en relación a patología intercurrente (encefalopatía, cáncer).

MANEJO DEL DOLOR

o Medición del dolor: seleccionar un instrumento apropiado para la edad y el nivel


de desarrollo.
o Determinar cada cuanto tiempo debemos monitorizar el dolor.

ADECUACIÓN DEL TRATAMIENTO Y MODIFICACIÓN SEGÚN


RESPUESTA

MEDICIÓN DEL DOLOR

La capacidad para manifestar dolor depende de la edad, pero también del desarrollo
psicomotor del niño. En niños con desarrollo normal, en general, la verbalización de
dolor no aparece a antes de los 2 años de edad; a partir de los 5 años son capaces
de entender poco, medio o mucho, y a los 6 años entienden escalas numéricas de
dolor. Por otra parte, las respuestas conductuales pueden ser diferentes según el
dolor sea agudo o persistente. Por tanto, si bien las escalas que utilizamos son útiles
y están validadas para dolor agudo, no así para el crónico donde las respuestas
conductuales pueden ser menores o simplemente encontrarnos con que los niños
han desarrollado actitudes para intentar disminuir el dolor (posturas antiálgicas,
mecerse). Además, enfrentarnos al dolor de un paciente con retraso cognitivo es un
reto que debemos aprender a manejar. Es en estos pacientes donde la opinión de
padres y cuidadores es fundamental. Asimismo, como pediatras sabemos que los

6
niños pueden negar el dolor por miedo. Debemos por tanto valorar y “cuantificar” el
dolor teniendo en cuenta todas estas situaciones.

ESCALAS DE VALORACIÓN DEL DOLOR EN EL PEDIATRA

Métodos Conductuales

Sirven a cualquier edad si bien son los indicados para medir el dolor en niños
menores de 2-3 años o niños con alteraciones cognitivas. Se basan en la
cuantificación y puntuación de signos conductuales. Los principales indicadores
conductuales del dolor agudo son: expresión facial, movimientos del cuerpo,
imposibilidad para consolarse y llanto o gemidos.

Escalas:

a) Escala FLACC.
b) Pediatric Objetive Pain Scale (OPS). Combina elementos conductuales con
cambios fisiológicos.
c) Otras:
o Escala CHEOPS (Children´s Hospital of Eastern Ontario Pain Scale).
o Escala de Hannallah.
o Washington DC Pediatric Objetive Pain Scala

En los Servicios de Neonatología se usan escalas diferentes que exceden el objetivo


de este texto.

Métodos autoevaluativos

o Escala facial de Wong Baker: El niño escoge la cara con la que se siente más
identificado. Se emplea en niños de aproximadamente 3 a 6 años.
o Escala verbal numérica (EVN). Es el paciente quien decide “cuanto le duele”.
o Escala analógica visual (EVA). Similar a la anterior. Puede o no contener
números, como la previa, o variaciones colorimétricas.
o Existen otras escalas cuyo uso está menos extendido.

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POSIBLES DIAGNOSTICOS DE ENFERMERÍA
NANDA

Dolor agudo r/c agentes lesivos (físicos) m/p informe verbal (00132)

NOC

Control del dolor (1605)

NIC

Administración de analgésicos (2210)


o Comprobar historial de alergias y órdenes médicas sobre el medicamento,
dosis y frecuencia del analgésico prescrito
o Administrar los analgésicos a la hora adecuada para evitar picos y valles
de la analgesia, especialmente con el dolor severo.
o Administrar analgésicos y/o fármacos complementarios cuando sea
necesario para potenciar la analgesia.
o Evaluar la eficacia del analgésico a intervalos regulares después de cada
administración, pero especialmente después de dosis iniciales.

NANDA
Ansiedad (00146) /relacionado con falta de conocimientos y/o habilidades en el
manejo de estrategias de afrontamiento frente a una situación estresante.
NOC
Autocontrol de la Ansiedad 1402 Definición: Acciones personales para eliminar o
reducir tensión o inquietud. Indicador: Utiliza técnicas de relajación para reducir la
ansiedad.
NIC

o 5820 disminución de la ansiedad.


o 5880 técnica de tranquilizar.
o 6040 terapia simple de relajación. -5580 Información preparatoria: sensoria

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FRACTURAS
CONCEPTO
Se denomina fractura a la solución de continuidad de una pieza ósea. No es
necesario que el hueso se separe en dos fragmentos para poder hablar de fractura;
es suficiente con que haya una quiebra en la continuidad del tejido óseo.

La fractura puede definirse como la interrupción de la continuidad ósea o


cartilaginosa

EPIDEMIOLOGÍA

Podemos decir que hay dos picos de incidencia en la aparición de fracturas.

o El primero, entre la población joven, es más frecuente en varones como


resultado de la mayor y más violenta actividad física.
o El segundo pico, que cada vez representa una proporción mayor de casos,
ocurre en la población de edad avanzada: en este grupo ganan en
frecuencia las mujeres, por la mayor tendencia a experimentar
descalcificación de los huesos (osteoporosis).

Por último, las fracturas son relativamente menos frecuentes en niños, debido a la
mayor flexibilidad de sus huesos y mayor grosos de su periostio.

Por otro lado, tenemos que las localizaciones más frecuentes implican huesos de
las extremidades superiores como lo son: muñeca, metacarpianos y falanges,
humero proximal, además de la cadera y el tobillo.

ETIOPATOGENIA

Atendiendo a la causa que origina o produce la rotura de la pieza ósea, se pueden


distinguir tres grandes variedades de fracturas:

o Fracturas habituales: Las más habituales o frecuentes. Son producidas por


una fuerza extrema de intensidad claramente superior a la que puede resistir
un hueso sano.

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o Fracturas patológicas: La causa real de la fractura es la debilidad del
hueso, que no soporta una actividad normal o traumatismo mínimo. Se
requiere de una fuerza que actúe sobre él, pero no hay proporción entre la
intensidad de la fuerza y el efecto producido.
Entre las causas más frecuentes de aparición de fractura patológica están
las osteoporosis y las fracturas que asientan sobre metástasis óseas.
o Fractura por fatiga o estrés: Asientan sobre un hueso sano, pero sometido
a esfuerzos repetidos, que generan microfracturas trabeculares que por la
ausencia de reposo relativo no se reparan, se acumulan, acaban dando lugar
a que el hueso completo se fracture. Son típicas de deportistas.

CLASIFICACIÓN

1. GENERAL

CERRADAS ABIERTAS

Estás se caracterizan por que, a


Son aquellas en que la piel no se diferencia de las cerradas, la piel
encuentra lesionada aparece perforada por el agente
causante de la fractura.

2. POR MECANISMO DE PRODUCCIÓN


Atendiendo al mecanismo de producción, podemos distinguir fracturas por
mecanismo directo o indirecto.

Atendiendo al mecanismo de producción, podemos distinguir fracturas por


mecanismo directo o indirecto.

A) Mecanismo Directo

Son las producidas en el lugar del impacto de la fuerza responsable.

B) Mecanismo Indirecto

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Se producen a distancia del lugar de traumatismo, este es el mecanismo más
habitual y se puede clasificar de la siguiente manera:

a) Fracturas por flexión:

La fuerza responsable de la fractura puede actuar de diversas maneras sobre la


pieza ósea. El mecanismo más habitual es el de flexión; es decir, la pieza ósea se
incurva (o endereza, según los casos) más allá de su límite de flexibilidad,
produciendo una discontinuidad en su tejido.

Los elementos de la concavidad ósea están sometidos a compresión, mientras que


la convexidad esta sometidos a distracción. Y como el tejido óseo es menos
resistente a la tracción que a la compresión, se perderá cohesión en el punto de
convexidad máxima para irse dirigiendo a la concavidad a medida que cede el tejido
óseo.

o Incurvación plástica: No hay separación de fragmentos, pero sí una


deformación de la pieza ósea, Solo en niños.
o En tallo verde: La línea de fractura se inicia transversalmente al eje longitudinal
del hueso, pero al llegar al centro modifica su dirección, propagándose
paralelamente a dicho eje. No llega tampoco a haber una separación de
fragmentos. También única en los niños.
o Transversal: Por flexión pura en el adulto, La línea de fractura atraviesa
completamente la pieza ósea, de manera más o menos perpendicular al eje
principal del hueso.
o Con tercer fragmento o en ala de mariposa: Ocurre por mecanismo
combinado de flexión y compresión. La línea de fractura, al llegar al medio se
desdobla en dos oblicuas, generando un tercer fragmento libre.
o Fracturas por compresión:

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La fuerza se ejerce en la misma dirección que el eje principal del
hueso, comprimiéndolo o aplastándolo. En los adultos es típico en
vertebras. En los niños, un extremo fracturado se encastra en el
otro, dando lugar a una zona con mayor densidad ósea que en la
radiografía se ve como un rodete; nombre con el que también se
conoce a este tipo de fracturas. (fracturas en rodete).

o Fracturas por tracción:

En ocasiones la fuerza ejercida por una masa muscular es tan intensa


que “arranca” a cortical del hueso en que se inserta. Es por ello más
habitual en tuberosidades. Reciben la denominación de fracturas
por arrancamiento.

o Fracturas por cizallamiento:

En ocasiones el hueso experimenta la acción de dos fuerzas paralelas y


convergentes, lo que se traduce a un efecto de “guillotina” con una gran
capacidad de daño. Da lugar característicamente a fracturas oblicuas,
en las que la línea de fractura transcurre de forma oblicua al eje largo del
hueso.

o Fracturas por torsión:

Finalmente, cuando el hueso es sometido a un fuerte par de


fuerzas que lo “retuerce” puede superar su resistencia
originando una línea de fractura en espiral a lo largo del eje
principal del hueso, denominadas fracturas espiroideas.

3. SEGÚN EL NÚMERO DE FRAGMENTOS


La primera consideración es si existen o no realmente diversos fragmentos óseos
en la pieza fracturada. En función de ello hablamos de:

A) Fracturas Incompletas

La línea de fractura no afecta a todo el espesor del hueso.

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B) Fracturas Subperiósticas

El hueso está dividido en dos fragmentos, pero permanece unido por un periostio
integro.

C) Fracturas Completas

El hueso se ha separado físicamente en, al menos, 2 fragmentos (aunque la


separación sea muy pequeña), con rotura del periostio.

Las fracturas completas, a su vez se clasifican atendiendo a tres aspectos diferentes


que pueden considerarse en ellas:

a) Número de fragmentos: Hablamos así de fracturas en dos, tres, cuatro, etc.


Fragmentos. Cuando los fragmentos son muy pequeños se denominan esquirlas
y no cuentan para la denominación de la fractura. Cuando en el foco de fractura
hay muchos fragmentos o esquirlas, se habla de una fractura conminuta.
b) Localización dentro del hueso: Define a la fractura en función de la parte ósea
afectada. Así tenemos principalmente fracturas diafisarias, metafisarias y
epifisarias y también distinguimos trazo de fractura intraarticular y extraarticular,
cuando estamos en vecindad de una articulación.
c) Dirección de la línea de fractura: En función de su orientación respecto al eje
principal de la pieza ósea hablamos de fractura longitudinal, transversal, oblicua
o espiroideas.

4. SEGÚN EL DESPLAZAMIENTO DE LOS FRAGMENTOS


Al estudiar el posible desplazamiento de los fragmentos hay que considerar ambos
ejes: longitudinal y transversal.

Las desviaciones que atienden al eje longitudinal de la pieza ósea pueden ser de
cuatro tipos:

A) Acortamiento

Disminuye la longitud del hueso por haberse aproximado un fragmento al otro,


aprovechando un desplazamiento lateral.

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B) Alargamiento

Los dos fragmentos se han distanciado, aumentando así la longitud global de la


pieza ósea.

C) Penetración o Engranamiento

Un fragmento se enclava en el otro.

D) Rotación o Decalaje

Uno o ambos fragmentos se enclavan en el otro.

Las desviaciones que atienden al eje transversal de la pieza ósea pueden ser de
dos tipos:

A) Traslación

Uno o ambos fragmentos se encuentran desplazados lateralmente.

B) Angulación

Uno o ambos fragmentos se desplazan parcialmente hacia un lado, formando un


ángulo respecto al eje del hueso.

5. SEGÚN LA ESTABILIDAD
Por último, conviene distinguir entre fracturas estables, que son aquellas que no
van a tender a desplazarse una vez conseguida una adecuada reducción, y las
fracturas inestables, son las que sí pueden hacerlo.

SINTOMAS

1. Existencia anterior de un traumatismo.


2. Dolores óseos más o menos localizados e intensos.
3. Movilidad anormal del miembro afectado. Hinchazón y, pasado cierto tiempo,
coloración azulada a nivel de la lesión, debido al hematoma o derrame
sanguíneo.

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4. Si el traumatismo ha sido intenso y los fragmentos fracturados están desviados,
el miembro aparece deformado. Al movimiento se aprecia un chasquido o
crepitación característicos.

DIAGNÓSTICO

Tres son los pilares en que se apoya el diagnóstico de una fractura. Las
manifestaciones clínicas, es decir, lo que el paciente nos refiere y lo que podemos
observar, la exploración física y la radiología.

1. MANIFESTACIONES CLÍNICAS

Casi siempre existirá un antecedente traumático. El paciente describirá un


movimiento, impacto o caída que nos permitirá hacernos una idea de la intensidad
de la fuerza actuante y su mecanismo de actuación. Además, con mucha frecuencia
el paciente refiere que ha percibido un chasquido, “como de algo que se ha
cascado”.

El dolor importante en la zona afectada y la incapacidad de movilizarla completarán


la descripción aportada por el enfermo.

2. EXPLORACIÓN FÍSICA

Al palpar la zona afecta el paciente refiere dolor, especialmente si comprimimos.


También puede explorarse con precaución el dolor evocado al intentar movilizar o
al percutir levemente en el extremo distal.

Es frecuente que se pueda apreciar cierta deformidad de la zona. Bien por la


tumefacción de los tejidos blandos vecinos o bien por desplazamiento de
fragmentos. En este último caso podrían observarse posturas anómalas del
miembro en el que se encuentra el hueso dañado, Igualmente puede verse una
movilidad anormal, bien por la fractura en sí, o bien porque se ha roto una zona del
hueso que en condiciones normales pone un límite al movimiento de una
articulación.

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Observando la piel pueden encontrarse signos de derrame sanguíneos. Cuando
aparecen hematomas o equimosis en la zona de la supuesta fractura, ya desde el
primer momento, suelen deberse a la lesión de partes blandas. Los debidos a la
rotura de un hueso suelen ser más tardíos. La aparición de los hematomas y
derrames subcutáneos a distancia del foco es habitual, debido al desplazamiento
por gravedad de la sangre vertida; también aparecen tardíamente.

3. RADIOLOGÍA

La exploración con rayos X es muy útil en el estudio de los huesos, ya que su


calcificación supone un excelente medio de contraste.

Cabría pensar que una radiografía de la zona sospechosa será definitiva para el
diagnóstico de la fractura, sin embargo, esto no siempre es así, y deben de
adoptarse algunas precauciones para evitar errores de diagnósticos.

Siempre deben de obtenerse imágenes en dos proyecciones diferentes, idealmente


a 90°, para asegurarnos que no se nos escapan desviaciones de fragmentos o
líneas de fractura disimuladas por superposición en la imagen de otra pieza ósea.

PROCESO DE CURACIÓN DEL HUESO ROTO

Al igual que ocurre con las heridas nuestro organismo tiene un sistema biológico de
curación aquí en lugar de reparar mediante cicatrización nuestro organismo intenta
regenerar tejido socio con el que volver a soldar los extremos fracturados. A este
tejido óseo perforado lo denominamos callo de fractura y de manera similar a como
ocurre con la cicatrización, cabe distinguir un callo provisional que se forma
relativamente pronto, pero carece de la organización necesaria, y un callo
definitivo.

La reparación de una fractura comienza a partir del periostio que es una


membrana osteoformadora. Células del periostio se diferencia a osteoblastos y
comienzan a formar un rodete de tejido óseo inmaduro a modo de rodete periférico.
Para su correcta formación requiere inmovilidad de la zona. Si en los extremos de
la factura el periostio queda despegado del hueso, ese tejido óseo se reabsorbe y

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existe una necrosis ósea facturaría. Una vez que el callo periférico aporta la
necesaria inmovilidad del hueso en la zona central a partir de las células de
la medular comienza a formarse otro callo óseo conocido como el callo central que
culminará por consolidar la unión de los extremos fracturados.

De estas consideraciones se deduce que el mejor aporte que el médico puede


prestar es la correcta inmovilización de la factura, con los extremos bien
aproximados y orientados. Durante meses el tejido óseo del caño inicial va siendo
reabsorbido por los osteoclastos y sustituido por un tejido óseo acordé a las
necesidades de esa zona bien esponjoso o compacto. Al final quedará una zona
que denominamos callo definitivo que será evidente de por vida.

TRATAMIENTO

Las maniobras terapéuticas están orientadas a recuperar la funcionalidad de la zona


y en la medida de lo posible restablecer la normalidad anatómica y junto a ello
intentar que no surjan complicaciones.

1. TRATAMIENTO INICIAL

Dos son las principales actuaciones si tenemos que prestar asistencia de campo a
una persona con fractura.

Lo más inmediato es inmovilizar la zona afectada de esta manera se reduce el


dolor y se disminuye la posibilidad de complicaciones. El roce de los bordes
fracturados es lo que mayor dolor provoca por eso la inmovilización lo reduce. La
ligera atracción para evitar el roce es también una maniobra útil, aunque difícil de
mantener.

El segundo aspecto a tener en cuenta es prevenir el posible shock traumático,


para ello es importante controlar el dolor. Además de la
inmovilización administrar analgésicos es muy útil también es importante mantener
arropado al accidentado para evitar enfriamiento.

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2. TRATAMIENTO DE LAS FRACTURAS CERRADAS

El tratamiento de una fractura consiste en 3 etapas consecutivas recolecta los


fragmentos en su posición anatómica fijar o mantener la reducción para facilitar una
consolidación anatómica de la fractura, y rehabilitación para evitar
de déficit funcionales tras la inmovilización prolongada.

A) Reducción

Esta parte del tratamiento sólo es necesaria en el caso de que haya habido
desplazamiento de los fragmentos. La forma menos cruenta es la reducción
cerrada que puede realizarse mediante manipulación, y que ocasionalmente
requiere una tracción mecánica, aplicando una fuerza desde el extremo distal del
hueso fracturado que mantiene el fragmento en su sitio y
correctamente orientado. En otras ocasiones es necesario realizar una reducción
abierta en el quirófano. Se aborda el foco de fractura y se procede a la recolocación
de los fragmentos.

B) Inmovilización o Fijación

Aunque la finalidad es la misma suele emplearse el término inmovilización para


los procedimientos que buscan mantener el foco estabilizado con procedimientos
no quirúrgicos. Lo más habitual es la utilización de un vendaje enyesado. Se venda
la zona a inmovilizar con unas vendas de yeso húmedo bien moldeado sobre la
superficie del miembro, que a fraguarse y secarse crea un molde externó que fija
el miembro con la factura. Lo más habitual es que se mantenga durante 6 semanas

Cuando las fracturas sean suficientemente estables, se puede recurrir a férulas


externas sujetas con vendajes, u ortesis de ortopedia que son más cómodas y
funcionales. La tracción continua, antes mencionada puede servir para mantener
la fractura estabilizada más de para conseguir la reducción

Por último, se suele emplear el término fijación para describir la estabilización


quirúrgica de los fragmentos mediante diversos materiales metálicos como, por

18
ejemplo: los tornillos, las placas, los clavos y las agujas, funcionando a modo de
andamio que mantiene todo estable hasta que la fractura consolide.

3. TRATAMIENTO DE FRACTURAS ABIERTAS

Lo que hace peculiares a las fracturas abiertas es la contaminación del foco de


fractura, por estar expuesto al exterior. Lo que se traduce en un riesgo de infección
muy incrementado.

El tratamiento de la fractura en sí es similar a lo indicado para las cerradas con la


diferencia de que aquí está contraindicado el yeso. Además, la fijación interna puede
ser peligrosa, debido a que el material de osteosíntesis alojado en el hueso actuaría
como material extraño facilitando el desarrollo de infección por eso en este tipo de
fracturas es habitual recurrir a las técnicas de fijación externa.

POSIBLES DIAGNOSTICOS DE ENFERMERÍA

NANDA

Ansiedad r/c cambio en el estado de salud m/p inquietud, nerviosismo (00146)

NOC

Autocontrol de la ansiedad (cod.1402)

NIC

Disminución de la ansiedad (cod.5820)


o Utilizar un enfoque sereno que de confianza
o Explicar claramente todos los procedimientos y sensaciones que sentirán
durante el procedimiento
o Proporcionar información objetiva respecto al diagnóstico, tratamiento y
pronóstico
o Ayudar a la manifestación de los temores, sentimientos y percepciones
o Apoyo emocional

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NANDA
Deterioro de la movilidad física r/c pérdida de la integridad de les estructuras
óseas m/p inestabilidad postural (00085)
NOC

Movilidad (cod.0208)

NIC

o Colocar en posición de alineación corporal correcta


o Fomentar la realización de ejercicios activos/pasivos
o Colaborar con el fisioterapeuta en el desarrollo y ejecución del programa
de ejercicios

NANDA

Riesgo de deterioro de la integridad cutánea r/c inmovilización física (00047)

NOC

Integridad tisular: piel (cod.1101)

NIC

Prevención de las UPP (cod.3540)


o Utilizar un instrumento para valorar los riesgos (escala de Braden)
o Registrar el estado de la piel durante el ingreso y a diario
o Vigilar cualquier zona enrojecida
o Eliminar la humedad excesiva de la piel
o Aplicar barreras de protección, como cremas, compresas absorbentes…
o Cambios posturales cada 2 horas
o Inspeccionar la piel de las prominencias óseas y otros puntos de presión
o Evitar dar masajes sobres puntos de presión enrojecidos
o Mantener la ropa de la cama limpia, seca y sin arrugas
o Colchón antiescaras
o Buena hidratación y nutrición tanto de la piel como de la persona

20
QUEMADURAS
INTRODUCCIÓN

El peligro de sufrir quemaduras es constante en la vida diaria. Desde las


quemaduras solares a las causadas directamente por el fuego, hay toda una gama
de posibilidades y situaciones de riesgo. En el presente trabajo se abordan los
diferentes tipos de quemaduras y su gravedad, así como sus complicaciones,
tratamiento y prevención.

No cabe duda que las quemaduras constituyen una de las lesiones traumáticas más
graves que puede sufrir un sujeto, debido a la pérdida de piel quemada, las
alteraciones fisiopatológicas que ocurren en su organismo, el dolor, la complejidad
del tratamiento, el tiempo tan prolongado de curación, las secuelas funcionales y
estéticas, etc.

Estos pacientes suponen un enorme reto para todo un equipo multidisciplinar de


médicos, psicólogos, fisioterapeutas y enfermeras, que requieren de conocimientos
muy específicos sobre cuidados físicos y psicológicos del paciente y la familia.

DEFINICIÓN

Clásicamente, se decía que “las quemaduras son aquellas lesiones producidas por
la acción del calor”. Actualmente, esta definición se hace más amplia y se entiende
por quemadura “las lesiones producidas por alteraciones de origen térmico, calor o
frío, sea cual sea el agente etiopatogénico y la presentación de dichas lesiones”

FISIOPATOLOGÍA

La piel es un órgano con importantes funciones biológicas como la de sintetizar la


vitamina D, proteger frente a infecciones y otros agentes externos, regular la
temperatura corporal, y prevenir la pérdida de líquidos y electrolitos corporales entre
otras. Cuando ocurre una quemadura, se producen dos fenómenos (aumento de la
permeabilidad y vasodilatación) que traen como consecuencia todo el cuadro clínico
de esta patología en las primeras horas de su evolución.

21
o El calor aumenta la permeabilidad de los capilares, el paso de las proteínas
plasmáticas al espacio intersticial produciendo un gran edema, con la
consiguiente disminución del volumen sanguíneo y pudiendo llevar al
paciente al colapso circulatorio.
o La vasodilatación provoca un aumento de la presión hidrostática capilar que
contribuye a la formación del edema. El líquido extravasado contiene en
mayor o menor proporción plasma, agua y electrólitos. A medida que la lesión
es más profunda y extensa las pérdidas son mayores, por lo que el peligro
de shock aumenta. La piel quemada pierde sus funciones fundamentales
mencionadas anteriormente y se desencadenan fenómenos inflamatorios
que pueden ocasionar alteraciones en todo el organismo y llevar a un shock
hipovolémico, cardiogénico y distributivo.

ETIOLOGÍA
Los agentes causales son muy variados y se agrupan básicamente en cuatro
categorías:

1. QUEMADURAS TÉRMICAS

Son las más frecuentes (85% de los casos) y se producen por contacto con un sólido
caliente (generalmente provoca una quemadura profunda pero poco extensa) o un
líquido caliente (más extensa pero habitualmente menos profunda). De entre estas
últimas destaca la escaldadura (o quemadura por contacto con un líquido caliente)
que es el mecanismo más frecuente de quemadura térmica (65% de los casos) y
generalmente se da en menores de 5 años. Así mismo pueden producirse
quemaduras térmicas por llama (fuego, agentes volátiles, cerillas, encendedores) y
por inhalación de humo o sustancias tóxicas producidas por la combustión. También
hay quemaduras térmicas por frío (congelación), poco frecuentes en los niños.

2. QUEMADURAS ELÉCTRICAS

Se producen por el paso de la corriente a través del organismo. Son casi siempre
lesiones profundas en las que, a diferencia de lo que ocurre con las quemaduras
térmicas, el porcentaje de superficie corporal quemada no es indicativo del daño

22
real existente y pueden asociarse a lesiones por electrocución. Aunque infrecuentes
(3%), presentan una elevada morbimortalidad. En niños pequeños pueden
producirse también quemaduras eléctricas por contacto con enchufes, cables
pelados o electrodomésticos en mal estado. Son quemaduras eléctricas de bajo
voltaje, pero suelen afectar a las manos y a la boca, y por ello provocar cicatrices y
graves secuelas. Las complicaciones más habituales que pueden producir las
quemaduras eléctricas son arritmias, tetania muscular, edema por destrucción
tisular, o fallo renal por rabdomiólisis.

3. QUEMADURAS QUÍMICAS

Existen gran cantidad de cáusticos (ácido sulfúrico, clorhídrico, etc.) y álcalis (sosa
cáustica, amoníaco, etc.) que pueden producir quemaduras. La mayoría de los
casos son por productos de limpieza. Los álcalis ocasionan quemaduras más
profundas y progresivas. En general son muy graves y con una alta morbilidad,
sobre todo funcional y estética.

4. QUEMADURAS POR RADIACIÓN

Son las producidas fundamentalmente por los rayos ultravioleta tras las
exposiciones solares o por radiaciones ionizantes. Existe un grupo de niños en el
que, ya sea por el tipo de la lesión o por datos extraídos de la historia clínica, se
puede sospechar la presencia de un maltrato físico como fondo de las quemaduras.
De estas, la más frecuente apreciada en el maltrato es la escaldadura por inmersión
en agua caliente, pero también pueden verse quemaduras pequeñas, redondas y
profundas provocadas por cigarrillos o quemaduras simétricas y profundas en
manos y pies con clara delimitación.

CLASIFICACIÓN
Para clasificar las quemaduras y poder estimar la gravedad y pronóstico de las
mismas se deben tener en cuenta la profundidad, la extensión y la localización de
las lesiones.

23
1. SEGÚN LA PROFUNDIDAD

La clasificación tradicional de quemaduras como primer, segundo y tercer grado


está siendo reemplazada por un sistema que refleja el potencial de curación y la
necesidad de intervención quirúrgica (injertos cutáneos).

Así, las designaciones actuales en cuanto a la profundidad de la quemadura son:


superficial (primer grado), espesor parcial superficial (segundo grado superficial),
espesor parcial profundo (segundo grado profundo) y espesor total (tercer grado).
El término cuarto grado todavía se usa para describir las quemaduras más graves
que se extienden más allá de la piel hacia el tejido blando subcutáneo y pueden
involucrar vasos, nervios, músculos, huesos y articulaciones subyacentes.

Hay que tener en cuenta que una evaluación de la profundidad de la quemadura


puede ser difícil inicialmente dado que no suelen ser uniformes en profundidad, y
muchas tienen una mezcla de componentes profundos y superficiales. Los niños
(sobre todo < 5 años) y los ancianos son susceptibles a quemaduras más profundas
dado que tienen una piel más fina.

2. SEGÚN LA EXTENSIÓN

Salvo en las quemaduras superficiales (de primer grado), se debe calcular la


extensión de la superficie corporal quemada (SCQ). Los métodos más conocidos
para el cálculo son:

o Regla “de los 9” de Wallace: se usa frecuentemente para valorar grandes


superficies de un modo rápido en > 14 años y adultos. En ella las distintas
regiones anatómicas representan un 9% o un múltiplo del 9 de la superficie
corporal total (SCT). No debe utilizarse en quemaduras superficiales.
o Tabla de SCT modificada según Lund-Browder: es el método más preciso
para estimar la SCT tanto para adultos como para niños. Se usa
preferentemente en niños porque tienen cabezas proporcionalmente más
grandes y extremidades inferiores más pequeñas, por lo que el porcentaje de

24
SCT se calcula con mayor precisión. Tampoco se debe utilizar en
quemaduras superficiales.
o Método palmar: en quemaduras poco extensas, o sobre todo cuando esta
es irregular o parcheada, se puede calcular sabiendo que la palma del
paciente (desde el borde de la muñeca a la punta de los dedos) equivale a
un 1% de la SCT. Si solo se cuenta la palma sin los dedos, equivale al 0,5%
de la SCT. Se puede utilizar a cualquier edad.

3. SEGÚN LA LOCALIZACIÓN

Según la localización de la quemadura, existen áreas del cuerpo denominadas


zonas especiales o de mayor gravedad que son a cara, cuello, manos, pies,
genitales, zona perineal y zonas de flexión, que tienen gran movilidad y que, aunque
no son de compromiso vital, se consideran de suma gravedad por mayor riesgo de
secuelas funcionales y estéticas.

ESTIMACIÓN DE LA GRAVEDAD

La American Burn Association ha clasificado las quemaduras en menores,


moderadas y mayores basándose principalmente en la profundidad, el tamaño y la
localización de la quemadura. Tanto el tratamiento como el pronóstico se
correlacionan con esta clasificación y proporciona una guía general para la
disposición y el cuidado que requieren estos pacientes.

POSIBLES DIAGNÓSTICOS DE ENFERMERÍA

NANDA
Riesgo de infección (00004). Aumento del riesgo de ser invadido por
microorganismos patógenos.
NOC
Estado inmune (0702): Resistencia natural y adquirida adecuadamente centrada
contra antígenos internos y externos.
NIC

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Control de infecciones (6540): Minimizar el contagio y transmisión del
agente infeccioso.
Actividades:
o Lavar las manos antes y después de cada actividad de cuidados del
paciente.
o Utilizar jabón antimicrobiano para el lavado de manos.
o Precauciones universales.
o Asegurar una técnica de cuidados de heridas adecuada.
o Enseñar al paciente y al a familia a evitar infecciones.

NANDA

Dolor agudo (00132). Experiencia sensitiva y emocional desagradable


ocasionada por una lesión tisular real o potencial o descrita en tales términos
(International Association for the Study of Pain); inicio súbito o lento de cualquier
intensidad de leve a grave con un final anticipado o previsible y una duración
menor
NOC

Nivel del dolor (2102). Intensidad del dolor referido o manifestado

NIC

Administración de analgésicos (2210). Utilización de agentes


farmacológicos para disminuir o eliminar el dolor.
Actividades:
o Determinar la ubicación, características y gravedad del dolor antes de
medicar al paciente
o Comprobar las órdenes médicas en cuanto al medicamento, dosis y
frecuencia del analgésico prescrito.
o Comprobar el historial de alergias a medicamentos.
o Documentar la respuesta al analgésico (disminución de escala EVA) y
cualquier efecto adverso.

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NANDA

Deterioro de la integridad cutánea (00046). Alteración de la epidermis,


dermis o ambas.
Deterioro de la integridad cutánea relacionado con quemaduras en mano,
manifestado por solución de continuidad de la piel del paciente objetivable por
observación directa.

NOC

Curación de la herida por primera intención (1102). Magnitud de regeneración de


células y tejidos posterior a un cierre intencionado.
NIC

Cuidados de las heridas: quemaduras (3661). Prevención de


complicaciones de las heridas debidas a quemaduras y estimulación de su
curación.
Actividades:
o Retirar el vendaje/apósito exterior cortándolo y mojándolo con solución
salina o agua.
o Evaluar la herida, examinando su profundidad, extensión, localización,
dolor, agente causal, exudación, granulación o tejido necrótico,
epitelización y signos de infección.
o Preparar un campo estéril y mantener una asepsia máxima durante todo el
proceso.
o Aplicar agentes tópicos a la herida, según corresponda.
o Colocar un apósito oclusivo sin comprimir.
o Recomendar métodos para proteger la parte afectada.

CONCLUSIÓN
En conclusión, un adecuado cuidado de enfermería da como resultado la
satisfacción al paciente, así como una buena calidad de vida del mismo. Considero

27
que estos temas son muy importantes sobre todo en el paciente pediatra porque
son situaciones que muchas veces no pueden hacer expresión de la sintomatología.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS CONSULTADAS

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N/A Sitio web: https://www.youtube.com/watch?v=pp5RbDhVR8Y
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2003;22(9):62-8.
o Guerra Martín MD, Cascales PL, Fernández Rodríguez V. Intervenciones
enfermeras en el abordaje de las quemaduras. Rev Cubana Enferm.
2019;35(2).
o Jiménez Serrano, García Fernández FP. Manejo de las quemaduras de
primer y segundo grado en atención primaria. Gerokomos. 2018;29(1):45-51.
o Ledo García MJ, Crespo Llagostera T, Martí Romero MP, Sacristán Vela JL,
Padilla Monclús MP, Barniol Llimós N. Enferm Dermatol. 2010;4(9):42-53.
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Salud (pp. 542-545). México: READER´S DIGEST.
o Ruiz, J., Hazañas, S., Conde, M. & Enríquez, E. (N/A). Fracturas: conceptos
generales y tratamiento. Noviembre 14, 2020, de Manual de Urgencias y
Emergencias Sitio web:
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analgesia y sedación. En: SEUP-AEP. Protocolos diagnóstico-terapéuticos
de Urgencias Pediátricas (Protocolos AEP). Madrid: Ergon; 2010. [Fecha de
acceso 25 nov 2016]. Disponible en:
https://www.aeped.es/sites/default/files/docu mentos/trat_dolor_agudo.pdf

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