Analisis Art 18 Cpeum
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Analisis Art 18 Cpeum
• Lo sujeta a proceso
Ahora bien como preámbulo del tema, se destaca que antes del Siglo XVIII no
existía derecho de los penados a la reinserción social, las penas del pasado eran
siempre personales, hacían caso omiso de la entidad del ser humano y sólo
proponían su destrucción o mutilación; a través de la historia universal de los
Derechos del hombre que comete un delito, se ha logrado que en la actualidad el
Estado promulgue leyes tendientes a procurar la reinserción a las personas que
han cometido un hecho delictuoso, sin embargo el sistema penitenciario, nos
revela con toda claridad que no se cumplen con los derechos de las personas
privadas de libertad, a pesar de los Derechos Humanos y los principios de las
escuelas penales. La realidad sigue excluyendo en la prisión al sujeto que comete
un delito, porque éste desde el lugar en que se encuentra recluido, demanda que
se cumplan sus derechos, uno de ellos hoy llamado “Reinserción Social”, pero
nos enfrentamos al problema de siempre, que para la eficaz aplicación de las
leyes, no se prevé todo lo que hará falta para su puntual cumplimiento.
I. LA CONTRADICCION DE NORMAS.
En efecto, de la simple lectura de la reforma que se analiza, es evidente la
existencia de contradicción con otra norma de igual jerarquía jurídica, en
virtud que en el tema cuyo estudio nos ocupa se establece que todo
sentenciado tiene como beneficio compurgar la pena impuesta en un centro
de reclusión cercano a su domicilio, sin embargo al final del párrafo se
establece como restricción la siguiente:
Así, su primer párrafo proclama que todo individuo debe gozar de las garantías
que ella otorga, las cuales no pueden restringirse ni suspenderse sino en los
casos y con las condiciones que la misma establece, lo que evidencia la voluntad
constitucional de asegurar en los más amplios términos el goce de los derechos
fundamentales, y de que las limitaciones a ellos sean concebidas restrictivamente,
de conformidad con el carácter excepcional que la Constitución les atribuye. Por
ello, siempre que la acción clasificadora del legislador incida en los derechos
fundamentales garantizados constitucionalmente, será necesario aplicar con
especial intensidad las exigencias derivadas del principio de igualdad y no
discriminación. Por su parte, el párrafo tercero del citado precepto constitucional
muestra la voluntad de extender la garantía de igualdad a ámbitos que trascienden
el campo delimitado por el respeto a los derechos fundamentales explícitamente
otorgados por la Constitución, al prohibir al legislador que en el desarrollo general
de su labor incurra en discriminación por una serie de motivos enumerados (origen
étnico o nacional, género, edad, capacidades diferentes, condición social,
condiciones de salud, religión, opiniones, preferencias, estado civil) o en cualquier
otro que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar
los derechos y libertades de las personas. La intención constitucional es, por lo
tanto, extender las garantías implícitas en el principio de igualdad al ámbito de las
acciones legislativas que tienen un impacto significativo en la libertad y la dignidad
de las personas, así como al de aquellas que se articulan en torno al uso de una
serie de criterios clasificatorios mencionados en el referido tercer párrafo, sin que
ello implique que al legislador le esté vedado absolutamente el uso de dichas
categorías en el desarrollo de su labor normativa, sino que debe ser
especialmente cuidadoso al hacerlo. En esos casos, el Juez constitucional deberá
someter la labor del legislador a un escrutinio especialmente cuidadoso desde el
punto de vista del respeto a la garantía de igualdad.
Por último se destaca que la reforma sujeta a estudio, señala que los internos que
requieran medidas especiales de seguridad, no tendrán derecho a compurgar
sus penas en los centros penitenciarios más cercanos a su domicilio, sin embargo
es claro que la redacción en este sentido, hace imprescindible, que en nuestra
legislación local se establezca con precisión a que sentenciados se refieren al
hablar de la existencia de internos que requieren medidas especiales de
seguridad, es decir debe definirse con precisión que persona será considerada en
este grupo, además quien va a determinar tal circunstancia, si la conclusión será
valorada por el Juez de Ejecución o será alguna autoridad destinada
exclusivamente para ese efecto, si el sentenciado tendrá a su alcance algún medio
ordinario para combatir el que lo ubiquen en ese perfil, en fin, es evidente que en
la legislación local se tendrá que sustentar una serie de requisitos y condiciones
para hacer cumplir la reforma materia del presente tema, cuyo espíritu se
encamina a la verdadera “reinserción social” a la que tiene derecho todo
sentenciado.
Por último, es de destacar que nuestro país, como ya ha quedado establecido con
antelación, ha ratificado diversos convenios internacionales, que contienen toda
una serie de regulaciones y normas que deben ser atendidas por los Estados
miembros e incorporadas en sus respectivas legislaciones, para brindar una
amplia y eficaz protección a las personas detenidas por cualquier motivo en todo
tipo de circunstancias de tiempo y lugar, reglas han sido incorporadas en las
legislaciones penales o a las reglamentaciones penitenciarias, no obstante lo
anterior, es una pena que no se apliquen; además se dice que el fin y la
justificación de las penas y medidas privativas de libertad son, en definitiva,
proteger a la sociedad contra el crimen, pero cabe la pregunta de que si esto en
verdad se logra cuando una persona que alejada de todo; por esa razón se dice
que se aprovecha el período de privación de libertad para lograr, en lo posible, que
el delincuente una vez liberado no solamente quiera respetar la ley, puesto que
además tiene una vida que seguir, y de igual forma debe encontrar la forma de
solventar sus necesidades, pero en la realidad, el mismo Estado es incongruente,
dice que la finalidad de que se cumpla con una pena, es que el sentenciado se
integre renovado, pero de igual forma se le cierran muchas puertas, la principal es
que es señalado como una persona que cuenta con antecedentes penales, y
resulta que en nuestro país por regla general y sin excepción en el gobierno en
sus niveles Federal, Estatal y Municipal, para acceder a un trabajo “honesto” es
comprobar que no cuenta con antecedentes penales, lo que le impide
acceder a ese trabajo, es decir, lo estamos castigando dos veces y para toda
su vida; además no solo castigamos al sentenciado, porque también resultan
perjudicada su familia, quien tiene que pagar o sufrir las consecuencias a no
contar con el derecho a una mejor calidad de vida; lo expuesto nos lleva a la
reflexión siguiente: “De que sirve si uno de los factores que facilito la reinserción
del sentenciado fue haber compurgado su condena cerca de su domicilio”; es
decir, no basta decir que se hará todo lo posible porque durante la estancia en los
centros penitenciarios se logre la integración a la sociedad, porque también es
tema fundamental prever que hará el sentenciado cuando este fuera, porque esos
factores desde mi punto de vista en gran medida influirán en que incurran en
nuevas conductas delictivas, y la finalidad de las leyes y sus constantes reformas
es para que disminuya la delincuencia, que es el principal espíritu de la ley, lo que
no se cumplirá de seguir ignorando las múltiples necesidades para que se hagan
efectivos los derechos que hasta el momento en la mayoría de los casos sólo
están escritos, pero no tienen aplicación real.
El Estado, tiene entre sus fines la seguridad pública de la sociedad, que es asunto
fundamental del propio Estado, pues debe contarse con un mínimo de paz y
armonía sin el cual no podría subsistir. El Estado se ve precisado a implementar
políticas sociales a través de las decisiones normativas, es decir de la creación de
leyes que deberían estar basados en aspectos desde el punto de vista de una
Criminología, un Sistema Penitenciario, Derecho Penal, Sociología Criminal, etc.,
y que se aplicará a través de los órganos que para ello tiene el propio Estado y
que se traduzcan en instituciones que rijan la vida de la sociedad en todos y cada
uno de sus múltiples aspectos, y desde luego, con en el que tiene que ver con la
seguridad pública. En efecto, la política criminal, como parte de la política social,
que tiene indisoluble relación con el tema de la seguridad pública, se circunscribe
al ámbito normativo, a la expresión formal de la ley, sin embargo es preciso
considerar a las acciones que se propician de ese aspecto formal y que son las
manifestaciones del poder del Estado para enfrentar tanto reactivamente, como
preventivamente, el fenómeno de la delincuencia.