Berardino, A. Di, Patrología 3-213-221

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404 La poesía cristiana

evoca algunos episodios de la vida de Cristo, empezando


con la esterilidad d e Ana, la madre d e M a n a , sus oracio-
nes, la vida retirada de María e n el templo, su matrimonio
con José, la anunciación junto a una fuente, el nacimiento
de Jesús no e n una gruta, sino en el campo, la visita de los CAPÍTULO VI
Reyes Magos (llamados graeci v 61) en Belén y sus dones,
la matanza de los inocentes, la fuga a Egipto, hasta el mila-
gro de Cana (estrofa 12), el resto presentaría otros episo- SAN AG USTIN
dios d e la vida de Cristo, equilibrando el prevalente ínte-
res m a ñ a n o , que, incompleto, lo anima
Las fuentes utilizadas son los evangelios canónicos de Por A G O S T I N O TRAPE
Mateo y Juan (milagro de Cana) y el apócrifo Protoevangelio
de Santiago, sorprende la ausencia de Lucas, tan rico de
noticias sobre María y la infancia de Jesús El Psalmus es un
documento importante de la devoción a M a n a , destacando San Agustín es, sin duda, el más grande de los Padres y
su virginidad, la maternidad divina y su intercesión ante uno d e los genios más eminentes de la humanidad Su in-
Jesús en las bodas de Cana fluencia sobre la posteridad ha sido continua y profunda
Los estudios sobre él se han multiplicado y se multiplican
Ediciones R RoCA-PuiG, Himne a la Vierge Marte Psalmus
sin medida, de suerte q u e resulta imposible ofrecer una
responsorius Papir llati del segle IV (Barcelona 2 1965) (con trad
cat ) (el texto también en Mananum 39[ 1967J258 260 y en lista completa de ellos N o s limitaremos, p o r tanto, a los
RSLR4[ 1968] 155 157, mejor lectura) más importantes y remitimos al lector a los repertorios bi-
bliográficos q u e señalamos a continuación
Estudios M PERETTO, Psalmus responsorius Un inno alia
Vergine Marta di un papiro del IV secólo Mananum 39(1967)255- Repertorios bibliográficos E NEBREDA, Bibliographia Augusti-
265, M NALDINI RSLR 4(1968)154-161 (rec de la ed de R niana (Roma 1928), Bulletin de theologie ancienne et medievale
Roca-Puig) (Mont-Cesar Louvain 1929ss), R GONZÁLEZ, Bibliografía agusti-
niana del Centenario Religión y cultura 15(1931)461-509,
E KREBS, Neuere Augustinusliteratur ThR( 1932)137ss, F VAN
STEENBERGHEN, La philosopbie de St A d'apres les travaux du Cen-
tenaire Revue Neoscol Phil (1932-1933), G KRUGER, A Decade
of Research in Early Christian Literature (1921-1910)
HThR 26(1933)173-321, M F SCIACCA, Augustmus Bibhogra-
phische Einfuhrungen in das Studium der Philosophíe (Bern 1948),
Bulletin Augustinten AnThA (1949-1953) y luego en REAug
desde 1955, E LAMIRANDE, Un siecle et demí d'etudes sur l'ecclesio-
logie de St A Essai bibliographique REAug 8(1962)1 125,
C ANDRESEN, Bibliographia augustiniana (Darms
tadt 1962, 2 1973), T VAN BAVEL, Repertotre bibliographique de
St A (1950-1960) (Steenbrugge 1963), A RIGOBELLO, Studí
agostiniam in Italia nell'ultimo ventennio Cultura e
scuola 32(1969)73-84, R LORENZ, Augustmus Literatur seit dem
Jubilaum von 1954 ThR 25(1959)1-75, ID , Zwolf Jahre Augusti-
nusforschung ThR 38(1973), 40(1975), IINSTITUT DES ÉTUDES
AUGUSTINIENNES, Fichier augustinien (1972), E SAMEK LODO
VIC1, Agostino, en Questioni di storiografia filosófica I (Bres-
cia 1975) p 445-501
Vida 407
406 San Agustín
Enciclopedias: C. BOYER EC, I 519-567; A. CASAMASSA: Enci- Es su obra hoy más leída y más estudiada. Se estudia en
clopedia italiana I 913-923; E. PORTALIÉ: DTC, I 2268-2472; particular el origen, la fecha de composición, la división, la
M. F. SciACtA: Enciclopedia filosófica 1 8-111; A. TRAPE: Bi- unidad y el valor histórico. Acerca de este último se ha
bliotheca sanctorum I 428-596; A. SCHINDLER: Theologische mantenido, por casi un siglo, una animada discusión, q u e
Realenzyklopádie IV 646-698. puede considerarse ya cerrada, en favor de la atendibilidad
Misceláneas: Miscellanea agostiniana [= MSCA] I (S. A. sermo- histórica de la obra y, en consecuencia, de la evolución
nes pos l Maurinos reperti) II (Studi agostiniani) (Roma 1930); Mis- interior de Agustín, como aparece en las Confessiones. Se
cellanea augustiniana (Nijmegen 1930); Aurelius Augustinus. Die ha tomado el buen acuerdo de distinguir entre hechos y
Festschrift der Gorres-Gesellschaft zum 1500. Todestage des hl. A.
juicios; los primeros, narrados fielmente por Agustín; los
(Kóln 1930) [= AurAug]; Melanges augustiniennes (Paris 1931)
Augustinus Magister l-III [AugMag] (Paris 1954); Recherches au- segundos, no atribuibles al Agustín objeto de la narración,
gustiniennes (Paris 1958ss); Estudios sobre la «Ciudad de Dios» I-II sino al Agustín q u e narra, q u e era ya monje y obispo. N i
(El Escorial 1954). resiste a la crítica la oposición, a m e n u d o sostenida, entre
las Confesiones y los Diálogos, pues ambos, no obstante la
Dividiremos la exposición en cuatro partes: la vida, la diversidad de tono y argumento, se completan mutua-
persona, las obras y la doctrina. mente y nos ofrecen el mismo iter hacia la conversión.
Las Confessiones se dividen en dos partes: la primera
(I-IX) narra lo q u e fue Agustín hasta su conversión y la
I. Vida m u e r t e de la madre; la segunda (X-XIII), añadida más
tarde (Conf. 10,3,4), cuenta cómo es en la época en que
Es importante conocer con exactitud los datos de la escribe (Conf. 10,4,6). La unidad de la obra estriba en la
vida de Agustín, sobre todo los relativos a su vuelta a la fe noción de alabanza a Dios «por los bienes y p o r los males»
católica, pues a ellos se recurre a m e n u d o , con razón o sin (Retract. 2,6), común a toda la obra (confessio = alabanza), y
ella, para interpretar su pensamiento. Estos datos, para en el carácter autobiográfico, propio también de la se-
aquellos tiempos, son bien conocidos, pues Agustín mismo gunda parte.
se ha «confesado» a m e n u d o y porque de él nos ha dejado
Fueron empezadas después del 4 de abril del 397
una biografía de gran valor su discípulo y amigo Posidio.
(muerte de San Ambrosio) y terminadas hacia el año 4 0 0 .

1. Fuentes Ediciones: PL 32,659-868 (Paris 1841); P. KNOLL: CSEL33-1


(1896) (= BT, Leipzig 1898); M. SKUTELLA: BT (Leipzig 1934);
a) Las obras agustinianas más importantes para su M. SKUTELLA, H. JURGENS, W. SCHAUB: BT (Stuttgart 1969)
biografía son: (editio correctior); BA 13-14; BAC2(11); NBA 1; etc. Cf.
1. Los Diálogos de Casiciaco, q u e p o d e m o s considerar L. VERHEljEN, Contribution a une édition critique améliorée des
sus primeras Confesiones, compuestos entre noviembre del «Confessions» de saint A.: AugL 20(1970)-29(1979); ID.: Aug 17
386 y marzo del 387, nos ofrecen en los prólogos (De (1977)541-544.
beata vita 1-5; Contra acad. 2,3-6; De ordine 1,2,5) las pri- Traducciones: Incontables; v.gr.: Alemanas: C.J. PERL (Pader-
meras noticias importantes acerca de su vida y nos permi- born 2 1964); H. SCHIEL (Freiburg i. Br. 6 1959); W. THIMME
ten conocer su disposición interior antes del bautismo, y (Stuttgart 1967).—Españolas: E. DE CEBALLOS (Barcelona 2 1957);
ello aun en el caso de que, como algunos sostienen, la L. RIBER (Madrid 1957); V. SÁNCHEZ Ruiz (Madrid ''1958);
forma dialogada de los tres primeros no fuese histórica, A. C. VEGA: BAC 2 (11).—Francesas: P. DE LABRIOLLE (Pa-
sino sólo literaria. ris 8 1961); G. COMBÉS (Paris 1957); E. TRÉHOREL: BA 13-
14._Inglesas: W. MONTGOMERY (Cambridge 1908); V. J.
Ed. y bibl. infra, p.422. BOURKE: FC 2 1 ; F. J. SHEED (New York 1944).—Italianas:
A. AMATO (Roma 1958); M. CAPODICASA (Roma 5 1965);
2. Las Confesiones son obra autobiográfica, p e r o tam- G. CAPELLO (Torino 3 1969); A. BUSSONI (Parma 1973); C. VITALI
bién obra de filosofía, de teología, d e mística y de poesía. (Milano 1974); C. CARENA: NBA 1; O. TESCARI (Torino 4 1958).
408 San Agustín Vida 409
Estudios Acerca de la obra en general G WuNDERLE, Einfu- «Confesstons» de S A AugS 7(1976)99 118, A PINCHERLE, The
hrung tn A Konfesstonen (Augsburg 1930), J M LE BLOND, Les «Confesstons» of S A AugS 7(1976)119 133, H J SIEBEN, Der
converswns de st A (París 1950), A SOLIGNAC, Introductton aux Psaber und die Bekehrung der voces und affectus Zu A , «Conf » IX
«Confesstons» BA 13, R GuARDINI, Dte Bekehrung des hl Aur 4 6 und X 11 Theologie und Philosophíe 52(1977)481 497,
A (Munchen ^1959), M PEIXEGRINO, Per un commento alie C STARNES, S A and the Vision of the Truth Dionysius 1(1977)
«Conf» REAug 5(1959)439 446, P COURCELLE, Recherches sur 85 126
les «Confesstons» de S A (París 2 1968), A MANDOUZE, S A
L'aienture de la ratson et de la grace (París 1968), M PELLEGRINO, 3 Las Retractattones, obra fundamental para el estudio
Le «Confesstoni» di S A Studio introdutttvo (Roma 2 1972), de los escritos de San Agustín e importante, asimismo,
A TRAPE, lntroduztone alie «Confesstoni» NBA 1 (Roma 3 1975)
(bibl ) para conocer su disposición interior y los motivos q u e ins-
piraron su composición, son un minucioso examen de con-
Vanos M W U N D T , Augustins «Konfesstonen»
ZNW 22(1923)161-206, P DE LABRIOLLE, Pourquot S A a t-ü ciencia del anciano escritor sobre su actividad literaria y la
r'edtge les «Confesstones» BAGB (1926) 30-47, M ZEPF, Augustins última de sus Confesstones (cf tnfra, p 420)
«Confesiones» (Tubingen 1926), E WlLLINGER, Der Aufbau der 4 Los sermones 355 y 356, pronunciados el 18 de
«Konfesstonen» A Z N W 28(1929)81-106, APINCHERLE, diciembre del 425 y poco después de la fiesta de Epifanía
SantAgosttno (Barí 1930), J STIGLMAYR, Das Werk der A «Kon- del año siguiente, suplen, en parte, el silencio de las Con-
fesstonen» mtt etn Opfergelubde bestegelt ZAM 5(1930)234-245, fesstones acerca del período desde la vuelta a África hasta su
L LANDSBERG, La conversión de S A VS Suppl (1936)31-56,
elección episcopal y nos informan acerca de la fundación
J FREYER, Erlebte und systemattsche Gestaltung in A «Konfessio
nen» (Berlín 1927), M WAGNER, Plan in the «Confesstons» of de los monasterios de Hipona, ofreciendo un cuadro de la
St A Philological Quarterly 23(1944)1 23, F CAYRE, Les sens et vida q u e en ellos se conducía
l'unite des «Confesstons» AnThA 13(1953)13 32, H KUSCH, Stu-
dten uber Augusttnus, en Eestschrift F Dornsetff (Leipzig 1955) b) Fuentes no agustinianas
p 124-200, J J O'MEARA, The Young Augusttne (London 1954), La Vida de San Agustín, obra de Posidio, escrita entre
F CAYRE, Le livre XIII des «Confesstons» REAug 2(1956)143- el 4 3 1 y el 4 3 9 (íbid , 28,10-11) a base de los recuerdos
161, N G KNAUER, Psalmenzttate tn A «Konfesstonen» (Got-
personales (quae tn eodem vtdt et audtvt • praef 1) y de las
tingen 1955), ID , «Peregrtnatto animae» Zur Frage der Etnhett der
augustintschen «Konfesstonen» Hermes 85(1957)216-248, fuentes escritas existentes en la biblioteca de Hipona, es
R O'CONNELL, The Plottntan Valí of the Soul tn St A obra de excepcional valor histórico y guía insustituible
Traditio 19(1963)129-164, I D , The Rtddle of A's «Confesstons» para conocer la vida y la actividad de San Agustín desde su
A Plottntan Key I n t e r n a t i o n a l P h i l o s o ph íc al ordenación sacerdotal hasta su m u e r t e
Quarterly 4(1964)327-372, I D , S A's «Confesstons», the Odyssey
of a Soul (Cambridge Mass 1969), E DONT, Aufbau und Ediciones PL 32,33-66, H T WEISKOTTEN (Pnnceton 1919)
Glaubwurdigkett der «Konfesstonen» und dte Casstacumgesprache des (con trad ing ), A C VEGA (El Escorial 1934), M PELLEGRINO
A WS 3(1969)181-197, ID , Zur Frage der Etnheit von A s «Con- (Alba 1955) (con trad í t ) , A A R BASTIAENSEN (Milano 1975)
fesstones» Hermes 99(1971)350-361, G PFLIGERSDORFER, Das (con trad ít de C Carena)
Bauprtnztp von A s «Confesstones», en Festschrtft K Vrestka (Hei-
delberg 1970) p 124-147, O MEO, Memoria e Itnguaggto nel li-
bro X delle «Confesstont» Laurentianum 17(1976)388 407, Traducciones Alemanas A v HARNACK (Berlín 1930),
D A CRESS, Hierius and St A 's Account of the lost «De pulchro et K RoMEIS (Berlín 1930) —Españolas V CAPANAGA
apto» («Conf» IV 13-15) AugS 7(1976)153-163, W DESCH, A s BAC 1(10)359-429 (con texto), B HOSPITAL (El Esco-
«Konfesstonen» Versuch etnes íommentars zu Motivbestand und Ge rial 1959) —Francesa L MOREAU (París 1940) —Inglesas
dankenbewegung Diss (Graz 1976), L C FERRARI, Chrtstus vía F R H O A R E (London N e w York 1965), M M MuLLER,
tn A 's «Confesstons» AugS 7(1976)47-58, G LUONGO, Autobio- R J DEFERRARI FC 15(1952)67-24 —Italiana M SIMONETTI
grafía ed esegesi bíblica nelle «Confesswni» di A La parola del (Roma 1977)
passato 31(1976)286-306, I OPELT, Sallust tn A s «Confesstones»,
en Latinttat und alte Ktrche Festschrtft R Hanslik (Wien 1977)
p 196-204, J O R O Z RETA, Prtere et recherche de Dteu dans les
410 San Agustín
Vida 411
2 Narración
Ambrosio, que disipaba las dificultades maniqueas y le
a) Desde el nacimiento a la conversión (354-386) ofrecía la clave para interpretar el Antiguo Testamento,
continuó con la reflexión personal sobre la necesidad de la
San Agustín nació el 13 de noviembre del 354, hijo, fe para alcanzar la sabiduría, y llegó a la convicción de que
quizá primogénito, de un consejero municipal y modesto la autoridad en la que se apoya la fe es la Escritura, avalada
propietario de Tagaste, en Numidia. Africano, al parecer, y leída por la Iglesia Había opuesto Cristo a la Iglesia, y
de raza y de nacimiento, fue ciertamente romano por len- ahora descubría que la senda para ir a Cristo era precisa-
gua, cultura y corazón Estudió en Tagaste, en Madaura y, mente la Iglesia
gracias a la ayuda de su conciudadano Romaniano, en Car- Mucho se ha discutido y mucho se discute acerca del
tago Enseñó gramática en Tagaste (374), y retórica en momento de la conversión de San Agustín y del influjo
Cartago (375-383), Roma (384) y Milán (otoño del 384- que en ella ejerció la lectura de los platónicos. Para hacer
verano del 386), donde ejerció como profesor oficial justicia a los textos agustinianos es preciso distinguir entre
Conocía a fondo la lengua y la cultura latinas, no le fue el motivo de la fe y el contenido de la misma, el primero
familiar el griego e ignoró la lengua púnica lo había conquistado antes de la lectura de los platónicos,
Recibió educación cristiana de su piadosísima madre el segundo lo percibió claramente, en parte, sólo después
Mónica y permaneció siempre, en su espíritu, cristiano, A pesar de que muchas cuestiones no le eran aún claras, se
aun cuando abandonó a los diecinueve años la fe católica adhería, como siempre había hecho, a la autoridad de
Su larga y atormentada evolución interior (373-386) Cristo, y ahora de nuevo a la autoridad de la Iglesia «En
comenzó con la lectura del Hortenstus, de Cicerón, que le mi corazón estaba firmemente enraizada la fe en la Iglesia
inspiró un ardiente amor por la sabiduría, mas destiló, asi- católica fe en muchos puntos amorfa todavía y vagorosa,
mismo, en sus pensamientos tendencias racionalistas y na- fuera de toda norma doctrinal. Mas, con todo eso, no la
turalistas Poco después, leída sin provecho la Escritura, abandonaba mi espíritu, antes de día en día íbala absor-
encontró, prestó oídos y siguió a los maniqueos Las razo- biendo e impregnándose de ella» (Con/ 7,5,7, trad Ri-
nes principales fueron tres el racionalismo de que alar- ber)
deaban, que excluía la fe, la abierta profesión de un cris- Los platónicos le ayudaron a resolver dos problemas
tianismo espiritual y puro que no admitía el Antiguo Tes- filosóficos fundamentales el problema del materialismo y
tamento y la solución radical del problema del mal que el problema del mal, el primero logró superarlo al descu-
los maniqueos ofrecían brir en su mundo interior, obedeciendo al consejo de los
No fue un maniqueo convencido, sino solamente un platónicos (Conf 7,10,16), la luz inteligible de la verdad, el
maniqueo, confiado en que le sería mostrada la sabiduría segundo al intuir que el mal no era más que defecto o
prometida (De b. vtta 4), fue, en cambio, un anticatólico privación del bien Le quedaba aún el problema teológico
convencido. Aceptó del maniqueísmo los presupuestos de la mediación y de la gracia Para resolverlo recurrió a
metodológicos y metafísicos el racionalismo, el materia- San Pablo, y de su lectura aprendió que Cristo es no sólo
lismo y el dualismo. Cuando poco a poco se convenció, Maestro, sino Redentor Superado de este modo el último
gracias al estudio de las artes liberales, y en especial de la error, el naturalismo, el itinerario de su vuelta a la fe cató-
filosofía, de la inconsistencia de la religión de Mam —y la lica tocaba a su fin
prueba decisiva se la supeditó el obispo maniqueo Mas llegado aquí surgía o volvía a surgir otro pro-
Fausto—, no pensó en volver a la Iglesia católica ni abrazó blema la elección del modo de vivir el ideal cristiano de la
una corriente de filósofos, «porque ignoraban el nombre sabiduría, es decir, si debía renunciar o no en su favor a
de Cristo» (Con/. 5,14,25), sino que cedió a la tentación toda esperanza terrena, y, por tanto, también a la carrera y
escéptica «los académicos gobernaron por mucho tiempo al matrimonio La primera renuncia, a pesar del brillante
el timón de mi nave» (De b. vita 4). El camino de vuelta lo porvenir que se anunciaba (no había de tardar la presiden-
emprendió en Milán. Comenzó con la predicación de San cia de un tribunal o de una provincia), no le costaba mu-
cho, mucho, en cambio, le costaba la segunda; a los dieci-
412 San Agustín Vida 413
siete años, para poner freno al ímpetu de la pubertad y no DRÍGUEZ, La conversión de S. A. a través de los diálogos de Casiciaco:
desdecir en la buena sociedad (Solil. 1,11,19), se había CD 176(1963)303-318; M. TESTARD, Observations sur la conver-
unido a una mujer, que le había dado un hijo (muerto en- sión dA. et dAlypius au jardín de Milán, en Festschrift K. Büchner
tre el 389 y el 391) y a la que había sido siempre fiel (Wiesbaden 1970) II p.266-273; A. TRAPE, La Chiesa Milanese e
(Con/. 4,2,2). T r a s largas vacilaciones (Con/. 6 , 1 1 , - la conversione di s. A.: Archivio Ambrosiano 27(1974)5-24.
18-16.26) y dramáticos enfrentamientos interiores, no sin
una poderosa ayuda de la gracia (Con/ 8,6,13-12,30), de-
b) D e la conversión a su elección episcopal (386-396)
cidió seguir el consejo del Apóstol y obedecer a sus más
profundas aspiraciones: «Me habías convertido a ti tan
Diez años escasos, pero riquísimos en el orden espiri-
plenamente, que ya no buscaba esposa ni perseguía espe-
tual y teológico. Tomada la decisión de renunciar a la en-
ranza alguna del siglo» (Con/. 8,12,30). Era el año 386, a
señanza y al matrimonio, se retiró, a fines de octubre, a
principios del mes de agosto.
Casiciaco (probablemente, la actual Cassago, en Brianza)
Estudios: W. THIMME, A.S geistige Entivicklung (Berlin 1908); para prepararse al bautismo; volvió a Milán en los prime-
P. ALFARIC, L'évolution intelectuelle de s. A (París 1918); M. PE- ros días de marzo, se inscribió entre los catecúmenos, si-
TERS, A.s erste Bekehrung, en Harnack-Ehrung (Leipzig 1921) guió la catequesis de San Ambrosio y fue por él bautizado,
p.195-211; J. NÓRREGAARD, A.s Bekehrung (Tübingen 1923); con Alipio y su hijo Adeodato, en la noche del 24 al 25 de
P. MONCEAUX, S. A. et saint Antoine; MSCA II p.6l-89;
U. MANNUCCI, La conversione di s. A. e la critica recente: ibid., abril, vigilia de Pascua: «y huyó de nosotros toda ansiedad
p.23-47; C. BOYER, Christianisme et néoplatonisme dans la forma- de la vida pasada» (Con/. 9,6,14). Recibido el bautismo, la
tion de s. A. (París 1920, Roma 2 1953); ID., Essais sur la doctrine pequeña comunidad resolvió volver a África para poner
de s. A. (París 1932) p.1-40; W. J. S. SlMPSON, S. A.'s Conversión por obra allí «el santo propósito» de vivir juntos al servi-
(London 1930); J. GEFFCKEN, A. Tolle-Lege Erlebnis: Archiv für cio de Dios. Antes de finalizar agosto dejó Milán y llegó a
Religionswissenschaft 31(1934)1-13; P. MUÑOZ VEGA, Psicología Ostia, donde su madre Mónica enfermó repentinamente
de la conversión de S. A.: Greg 22( 1941 )-23( 1942); P. CoiJRCELLE, y murió. Agustín decidió entonces volver a Roma, donde
Les premieres «Confessions» de s. A.: RELA 21-22(1943- permaneció hasta después de la muerte del usurpador
1944)155-174; ID., Litiges sur la lecture des «libri platonicorutn»
par s. A.: AugL 4(1954)225-239; ID., Recherches sur les «Confes- Máximo (julio o agosto del 388), interesándose por la vida
sions» de s. A. (París 2 1968); F. BOLGIANI, La conversione di s. A. e monástica y ocupado en la composición de sus escritos;
/'VIH libro delle «Confessioni» (Torino 1956); F. CAYRÉ: luego marchó a África y se retiró a Tagaste, donde puso
AThA 10(1949)116-132; 12(1951)144-151.244-252.261-271; por obra con sus amigos su programa de vida ascética
R. GUARDINI, Die Bekehrung des hl. A (Leipzig 1935, Mün- (cf. POSIDIO, Vita 3,1-2.
chen •11959); J. M. LE BLOND, Les conversions de s. A. (París 1950); El 391 viajó a Hipona para «buscar un lugar d o n d e
O. KARRER, Die Bekehrung des hl. A. (Góttingen 1956);
J. J. O'MEARA, «Arripui, aperui, legi»: AugMag I 59-61; ID., abrir un monasterio y vivir con mis hermanos», y allí lo
A. andNeoplatonism: RAug 1(1958)91-111; ID., The YoungAugus- sorprendió la ordenación sacerdotal, que aceptó reluctante
tine (London 1954); C. BOYER, Le retour a la foi de s. A.: Doctor (Serm. 355,2; Ep. 2 1 ; POSIDIO, Vita 4,2). O r d e n a d o sacer-
communis 8(1955)1-6; G. MATHON, Quand faut-il placer le re- dote, obtuvo del obispo autorización para fundar, según su
tour d'A. a la foi catholique: REAug 1(1955)107-127; P. SÉ- plan, un monasterio, «donde empezó a vivir según la manera
JOURNÉ, La conversión de s. A, d'apres le «De lib. arb.» 1.1. y regla establecida en tiempos de los santos apóstoles»
RevSR 25(1951)243-264.333-363; M. NÉDONCELLE, L'abandon (POSIDIO, Vita 5,1), intensificando el ejercicio ascético, pro-
de Man i par A. ou la logique de l'optimisme: RAug 2(1962)17-32; fundizando en el estudio de la teología e iniciando el minis-
P. J. DE MENASCE, Augustin Manichéen, en Festschrift R. Curtius
(Bern 1966) p.79-93; E. CAGIANO DE AZEVEDO, La chiesa di terio de la predicación. Fue consagrado obispo el 395 o, se-
s. Remigio e il luogo della conversione di S. Agostino: gún otra opinión, el 396, sirviendo primero como coadjutor
Aevum 37(1963)142-144; E. KEVANE, Philosophy, Education and de H i p o n a y luego —al menos desde agosto del 3 9 7 — como
the Controversy on S.A.'s Conversión, en Studies in Philosophy and titular de la sede. Dejó entonces el monasterio de laicos,
the History of Philosophy (Washington 1963) II p.6l-103; L. RO- donde había vivido al frente de la comunidad, y, para po-
der más libremente ofrecer hospitalidad a todos, se instaló
La persona 415
414 San Agustín
sobre los d e b e r e s de los sacerdotes durante la invasión d e
en la «casa del obispo», q u e transformó en monasterio de los bárbaros. Fue sepultado, probablemente, en la Basílica
clérigos (Serm. 355,2).
pacis, la catedral; luego, sus restos, en fecha incierta, fue-
ron llevados a Cerdeña, y de aquí, hacia el 7 2 5 , pasaron a
Estudios: Sobre la fecha de la consagración episcopal, cf.
A. CASAMASSA: Enciclopedia italiana 2,915 y Scritti patristici [La- la basílica d e San Pietro in Ciel d'Oro, d e Pavía, donde hoy
teranum 22] (Roma 1956) II p.285-286; O. PERLER, Les voyages de reposan.
s.A. (Paris 1969) p.164-178.
Biografías: W. THIMME, A. Ein Lebens- und Charakterbild auf
Grundseiner Briefe (Góttingen 1910); L. BERTRAND (Paris 1913);
c) D e s d e su elección episcopal hasta la m u e r t e P. GUILLOUX, L'áme de s. A. (Paris 1921); N. CoNCETTl, S. Au-
(396-430). gustini vita (Tolentino 1929); E. KREBS, S. A., Der Mensch und
Kinhenlehrer (Kóln 1930); P. GORLA (Torino 1936); G. PAPINI
La actividad episcopal d e Agustín fue en verdad prodi- (Firenza 1929); A. PlNCHERLE (Bari 1930); G. BARDY (Pa-
giosa tanto en el gobierno ordinario d e su diócesis como ris'1940); U. MORICCA (Torino 1930); M. F. SciACCA (Bres-
en su labor'extraordinaria al servicio de la iglesia d e África cia 1949) (sólo vol. 1); H. I. MARROU, S. A. et l'augustinisme (Pa-
y de la Iglesia universal. ris 1955); P. SIMÓN (Paderborn 1954); G. BONNER, S.A. of
Sus actividades ordinarias comprendían el ministerio Hippo, Life and Controversies (Philadelphia 1963); P. BROWN, A.
d e la palabra (predicó sin interrupción dos veces a la se- of Hippo. a Biography (London 1967); A. MANDOUZE, S.A.
mana, sábado y domingo; a m e n u d o , varios días seguidos, L'aventure de la raison et de la grace (Paris 1968); O. PERLER, Les
y aun dos veces al día); la audientia episcopi, en la q u e voyages de s. A. (Paris 1969); J. OROZ RETA (Madrid 1967);
A. TRAPE, S. A.: i'uomo, ilpastare, il místico (Fossano 1976); V. PA-
atendía y juzgaba las causas, y le ocupaba, a veces, toda la
RONETTO (Milano 1977).
jornada; el cuidado de los pobres y huérfanos; la forma-
ción del clero, con el q u e se mostró, a la vez, paternal y
severo; la organización d e monasterios masculinos y feme- II. La persona
ninos, la visita a los enfermos, la intervención en favor de
los fieles ante la autoridad civil (apud saeculi potestates); Agustín es una personalidad compleja y profunda: es
ocupación no de su gusto, q u e n o esquivaba cuando lo filósofo, teólogo, místico, poeta, orador, polemista, escri-
creía o p o r t u n o ; la administración de los bienes eclesiásti- tor y pastor, dotes todas q u e se completan entre sí y hacen
cos, d e la q u e hubiera prescindido si hubiera encontrado de él una persona «a la q u e casi nadie o muy pocas de
un seglar q u e de ella se encargara. cuantas han florecido desde el principio del género hu-
Aún más intensa fue su labor extraordinaria: los n u m e - mano hasta hoy se le p u e d e n comparar» (PÍO X I :
rosos y largos viajes para presenciar los frecuentes conci- AAS 22[1930]223). Altaner escribe: «Unía en sí este gran
lios africanos o para atender las peticiones d e sus colegas; obispo la potencia creadora d e Tertuliano, la vasta inteli-
el dictado de las cartas en respuesta a cuantos a él recu- gencia d e Orígenes, con el profundo amor de Cipriano a la
rrían d e las regiones y clases más diversas; la ilustración y Iglesia; la aguda dialéctica de Aristóteles, con el idealismo
defensa de la fe. Esta última exigencia lo llevó a intervenir alado d e Platón; el sentido práctico d e los latinos, con la
sin pausa contra maniqueos, donatistas, pelagianos, arria- inteligencia especulativa de los griegos. P o r esto es, sin
nos y paganos. Fue el alma de la conferencia del 4 1 1 entre duda, el más grande filósofo d e la época patrística, y hasta
obispos católicos y donatistas y el artífice principal d e la
se puede afirmar q u e el más importante e influyente teó-
solución del cisma donatista y d e la controversia pelagiana.
logo d e toda la Iglesia. Su obra encontró, ya en sus mismos
Al morir, el 28 d e agosto del 4 3 0 , durante el tercer mes del
días, entusiastas admiradores» (Patrología M a d r i d 5 1 9 6 2
asedio d e H i p o n a p o r los vándalos, dejó sin acabar tres
p.399-400).
importantes obras; entre ellas, la segunda respuesta a J u -
liano, el arquitecto del pelagianismo. Su último escrito fue En el ámbito del cristianismo, Agustín dio vida a la
una carta (ep.228), dictada quizá en su lecho d e m u e r t e , primera gran síntesis d e filosofía, q u e sigue siendo un
m o m e n t o esencial de la historia d e Occidente. Partiendo
416 San Agustín
La persona 417
de la evidencia del conocimiento de sí, se adentra por los
temas del ser, de la verdad y del amor, e ilumina la com- (Retract, pról 3)—, en las otras se inspira, cada vez más, en la
prensión de los problemas de la búsqueda de Dios y de la Biblia y en los autores eclesiásticos, contribuyendo de este
naturaleza del hombre, de la eternidad y del tiempo, de la m o d o notablemente a la configuración del latín cristiano
libertad y del mal, de la Providencia y de la historia, de N o cultivó un solo estilo, sino tantos, se podría decir, cuan-
la felicidad, de la justicia y de la paz tos exigían los argumentos de sus obras las Confesiones, el De
Con humildad y audacia ilustro los misterios cristianos, civitate Dei, los Sermones y las Epistolae —estas según la di-
determinando el más sorprendente progreso dogmático versidad del a r g u m e n t o — ostentan un estilo claramente
que la historia de la teología haya conocido, no sólo en la diverso en la estructura de la frase y en el vocabulario,
doctrina de la gracia, sino, asimismo, en la teología de la acomodado a la fisonomía de cada una de las obras
Trinidad, de la redención, de la Iglesia, de los sacramentos
y en la escatología, se p u e d e afirmar que no hay asunto Estudios (lengua, estilo etc ) F Di CAPUA, Le clausole m
teológico q u e San Agustín no haya iluminado Explicó s A con tre stllabe atone fra i due accentt Bolletino di filología
abundantemente la doctrina moral, centrada en el amor, la classica 19(1912)12-16, M C COLBERT, The syntax of the «De ct-
doctrina social y política, defendió los caminos del asce- vttate Det» of S A [PSt 4] (Washington 1923), G REYNOLDS,
tismo cristiano y exploró las cimas mas altas de la mística The clausulae tn the «De ctvttate Det» of S A [PSt 7] (Washing
ton 1924), M R ARTS, The syntax of the «Confesstons» of s A
C o m o orador supo combinar la profundidad y la preci-
[PSt 14] (Washington 1927), F Di CAPUA, // rttmo prosaico tn
sión dogmática del doctor, la elevación lírica del poeta, la s A ¡VISCA II 607-764, B H J WEERENBECK, Sur la langue de
vibrante conmoción del místico y la sencillez evangélica s A en Miscellanea augustintana (Rotterdam 1930) p 463-483,
del pastor q u e se hace todo para todos Conoce los diver- M CoMEAU, La rhetortque de s A d'apres les «Tractatus tn loan
sos estilos de la oratoria, q u e él mismo expondrá al fin de nem» (Pans 1930), M J HOLMAN, Sature-lmagery tn the works of
su vida en el De doctrina christiana, y los utiliza pasando s A [PSt 44] (Washington 1935), M I BOGAN, The vocabulary
con naturalidad del estilo sencillo al m o d e r a d o , y de este, and style of the «Soliloquies» and «Dialogues» of S A [PSt 42]
muy a m e n u d o , al estilo sublime (Washington 1935), A B PALUSZAK, Jhe subjunctive tn the letters
of s A [PSt 46] (Washington 1935), M S MULDOWNEY, Word-
Fue un polemista formidable Profundamente conven- order tn the works of S A [PSt 52] (Washington 1937),
cido de la verdad y de la originalidad de la doctrina cató- M B SCHIEMAN, The rare and late verbs tn S A's «De civttate
lica, la defendió contra todos —paganos, judíos, cismáticos Dei» [PSt 53] (Washington 1938), J FlNAERT, L'évolution lit-
y herejes— con las armas de la dialéctica y con los recursos t'eraire de s A (Pans 1939), I D , S A rheteur (Pans 1939),
de la fe y de la razón Mas tuvo, asimismo, respeto del M B CARROLL, The clausulae tn the «Confesstons» of S A
adversario, estudiando sus escritos, citando los textos q u e [PSt 62] (Washington 1940), B L MEULENBROEK, Metriek en
confutaba, reconociendo sus méritos y disimulando y per- rhythmtek tn A ' Casstciacum-dtalogen (Nijmegen s f ) J BREN
NAN, A stuy of the clausulae in the sermons of S A [PSt 77] (Was-
donando sus ofensas D e su atormentada experiencia del hington 1947), L VERHEIJEN, Eloquentia pedusequa Observattons
error aprendió a ser bueno con los q u e yerran sur le style des «Confessions» de s A (Nijmegen 1949), M PELLE
Fue un maestro consumado de retórica D e ella se sir- GRINO, Atteggiamenti stthsttci nelle «Confessiont» di s A
vió y enseñó a los demás a servirse de ella (cf De doct. Humanitas 9(1954)1040-1049, U MARIANI, S A oratore e scrit-
chr 4), mas subordinándola siempre al contenido «Se ha tore, en Augusttmana (Napoli 1955) p 121-140, F Di CAPUA,
de anteponer el contenido a las palabras, como el alma al S A poeta íbid , p 111-120, V BLANCO GARCÍA, La lengua la-
tina en las obras de S A (Zaragoza 1959), J OROZ RETA, La retó-
cuerpo» (De cat rud 9,13) Cuando era necesario para ha-
rica en los «Sermones» de S A (Madrid 1963), C H MoHRMANN,
cerse entender, no tenía escrúpulos en introducir neolo- Die altíhristhche Sondersprache in den «Sermones» des hl A (Nij-
gismos o saltarse las reglas de la gramática «Prefiero ser megen 2 1965), EAD, Eludes sur le latín des chrettens I-IV
criticado p o r los grammatici a no hacerme entender p o r el (Roma 1958-1977), L F PlZZOLATO, Le fondazioni dello stile delle
pueblo» (Inps. 158,19,Inps. 36, serm 3,6, 37,14) Si el es- «Confessiont» di s A (Milano 1972), ID , Le «Confessiont» di s A
tilo en sus primeros escritos es aún de s&bor clásico Da biografía a confessio (Milano 1968), W HENSELLEK, Lexikolo-
—«henchido de la familiaridad con las letras profanas» gische Beobachtungen tn A s Fruhschrift «Contra académicos»
418 San Agustín La persona 419

AAWW 114(1977)146-175; ID., Beobachtungen zur Sprache von 1956); M. PELLEGR1NO, S. A., pastore d'anime: RAug 1(1958)
A.'s «De utilitate credendi»: ibid., 115(1978)16-41. 317-338; ID., Verus sacerdos (Fossano 1965); F. VAN DER MEER,
S. A. pastor de almas (trad. es., Barcelona 1965); A. TRAPE, //
sacerdote, uomo di Dio e servo della Chiesa (Milano 1968).
Interés especial reviste el estudio del alma de Agustín.
Sus extraordinarias dotes intelectuales se conjugaban con Este es, en suma, el hombre que ha sido el maestro
cualidades morales no inferiores: carácter noble, generoso más seguido de Occidente y que bien merece el apelativo
y fuerte, búsqueda insaciable de la sabiduría, necesidad de Padre común. «Lo que fue Orígenes para la ciencia teo-
profunda de la amistad, amor vibrante a Cristo, a la Iglesia lógica de los siglos III y IV, ha sido Agustín, aunque de un
y a los fieles, aplicación y resistencia sorprendentes para el m o d o más puro y eficaz, para toda la vida de la Iglesia
trabajo, ascetismo moderado y a la vez austero, humildad universal a través de los siglos hasta nuestros días. Su in-
sincera, que no teme reconocer sus errores (cf. Confessio- fluencia se ha dejado sentir no sólo en la filosofía, teología,
nes, Retractationes); dedicación asidua al estudio de la Bi- moral y mística, sino también en la vida social, en la polí-
blia, a la oración, a las escaladas interiores y a la contem- tica eclesiástica, en el derecho civil; en una palabra, fue el
plación. gran artífice de la cultura occidental del Medioevo»
C o m o pastor, se sentía y se definía «siervo de Cristo y (B. ALTANER, Patrología [Madrid 5 1962] p.400).
siervo de los siervos de Cristo» (ep.217) hasta sus extre-
C o m o estudioso y polemista, quiso ser intérprete fiel
mas consecuencias; totalmente disponible ante las necesi-
de la doctrina católica, que es siempre la clave más segura
dades de sus fieles, no deseaba salvarse sin ellos («no
para interpretar su pensamiento. «Y cuando los protestantes
quiero salvarme sin vosotros»: Serm. 17,2); pedía a Dios
intentaron interpretar parcialmente su m o d o de pensar
que le concediese estar siempre dispuesto a morir por
como si estuviera en contraste con el de la Iglesia, resultó
ellos aut effectu aut affectu (MSCA I 404); amaba a los que
evidente, por el contrario, como afirma K. Holl (A. innere
erraban, aun cuando le ofendían o no correspondían («Di-
Entwicklung [1922] p.51), que 'la Iglesia católica lo com-
gan contra nosotros lo que quieran; nosotros los amamos
prendió siempre mejor q u e sus adversarios'. La autoridad
aunque no q u i e r a n » ; / » ps.iG, 3,10). Fue un pastor en el
doctrinal de la Iglesia, en sus decisiones, no ha seguido a nin-
pleno sentido de la palabra.
gún otro teólogo tanto como a San Agustín, sobre todo en
Fue un maestro que se consideraba discípulo, y de-
cuanto se refiere a la doctrina de la gracia» (B. ALTANER,
seaba que todos fuesen con él discípulos de la verdad, q u e
Patrología p.400).
es Cristo. En las controversias no aspiraba a otra victoria
que a la victoria propia de la ciudad de Dios, la victoria de Celestino I defendió su memoria y lo incluyó «entre
la verdad (De civ. Dei 2,29,2). «En cuanto a mí, no me los maestros óptimos», declarando que siempre había sido
pesará indagar cuando d u d o ni me avergonzaré de apren- amado y honrado de todos (DS 237); en las cuestiones
der cuando yerro. En consecuencia... avance conmigo acerca de la gracia, Hormisdas (DS 366), Bonifacio II
quien conmigo está en lo cierto, indague conmigo si con- (DS 399) y Juan II recurrieron a San Agustín, «cuya doc-
migo duda, pase a mi campo si reconoce su error y ende- trina, en conformidad con las decisiones de mis predeceso-
rece mis pasos si advierte el mío» (De Trin. 1,2,4-3,5). res —así declara el último de los citados—, sigue y con-
Considera, por tanto, un gran favor ser corregido, aunque serva la Iglesia romana» (PL 66,21). Los papas de la época
no se le oculta que debe, asimismo, guardarse del error moderna —León X I I I (Acta I 270), Pío XI (AAS 22,233)
quien pretenda corregirlo (De d. pers. 21,55; 24,68). Y, y Pablo VI (AAS 62,420)— ensalzaron su doctrina y santi-
ante todo, no quiere ser identificado con la Iglesia, de la dad. Los concilios —el de Orange, sobre el pecado original
que se profesa hijo humilde y devoto: «¿Soy, acaso, yo la y la gracia; el de Trento, sobre la justificación; el Vatica-
[Iglesia] católica?... M e basta permanecer en ella» (In no I, sobre las relaciones entre la razón y la fe, y el Vatica-
ps-56, 3,19). no II, sobre el misterio de la Iglesia, la revelación y el mis-
terio del h o m b r e — han recurrido abundantemente — s o -
Estudios: O. Fusí PECCI, // pastare d'anime in s. A. (Torino bre todo el p r i m e r o — a su doctrina, mostrando así que no
420 San Agustín Obras 421
era de Agustín, sino de la Iglesia, la cual, en consecuencia, proyectaba las primeras ya en el 412 (Ep. 143,2), p e r o las
la reconocía como propia. Inútil advertir que en casos se- e m p r e n d i ó sólo en el 426-427 (Retract. II 51; De doct.
mejantes no está ya en juego el Obispo de Hipona, sino la chr. IV 24,53), sometiendo a un minucioso examen de
Iglesia misma. conciencia toda su producción literaria. Divide su obra, se-
Por lo demás, sigue siendo un pensador y un escritor al gún el género literario, en libros, cartas y tratados. Pudo
que las repetidas atestaciones del magisterio y la estima examinar sólo los libros, y halló que eran 232, reunidos en
ininterrumpida de los teólogos posteriores —y no en úl- 9 3 obras, que recorre por orden cronológico para que el
timo lugar Santo T o m á s — han conferido una especial lector pudiera apreciar «cómo había progresado escri-
autoridad, la cual, si bien no autoriza a anteponerlo a la auto- biendo» (pról. 1). Le faltó tiempo para reseñar las cartas y
ridad de la Iglesia (DS 2330; AAS 22,232), no consiente tratados, que constituyen una buena parte, aunque no la
tampoco poner en duda su ortodoxia o negar el servicio principal, de su producción. Además del obvio interés bi-
incomparable que rindió a la Iglesia misma y a la civiliza- bliográfico y autobiográfico, lasRetractationes son sumamen-
ción cristiana. te importantes desde el punto de vista doctrinal por ofrecer
Q u e su pensamiento haya sido interpretado de forma la clave de lectura de su obra y dar a conocer las últimas
tan diversa a lo largo de los siglos, no es signo de oscuri- posiciones de Agustín.
dad: San Agustín no es un autor oscuro, aunque tampoco
es fácil. Y no es un autor fácil por varias razones: por la Ediciones: PL 32,583-656, P. KNOLL: CSEL 36-2(1902).
profundidad de su pensamiento, por la multiplicidad de
Traducciones: Alemana: C. J. PERL (Paderborn 1976).—Fran-
sus escritos, por la extrema variedad de las cuestiones que cesa: G. BARDY: BA 12,274-447 (con texto).—Inglesa: M. I. BO-
afronta y del m o d o como las afronta, por la diversidad del GAN: FC 60(1968) p.1-^22.—Italiana: P. MoNTANARI (Fi-
lenguaje y también, a veces, por la incertidumbre típica de renze 1949).
los grandes iniciadores, por la evolución de su pensa-
miento y la falta de sistema y también, en fin, por los lími- Estudios: A. HARNACK, Die «Retraktationen» A.'s:
SPAW(1905) 1096-1 n i ; J. DE GHELLINCK, Les «Rétractations»
tes de que adolece, como todo pensamiento humano. Sólo
de St. A.: NRTh 57(1930)481-500 (= Patristique et moyen age III
quien logre superar con paciencia todos estos obstáculos [Gembloux 1948] p.341-365); M. J. LAGRANGE, Les «Rétracta-
hallará al verdadero Agustín; el Agustín de los escritos, «en tions» exégétiques de s. A.: MSCA II 373-396; M. F. ElXER, The
los que los fieles lo encuentran siempre vivo» (POSIDIO, «Retractationes» of. S. A., CH 18(1949)171-184; J. BURNABY,
Vita 31,8); el Agustín de la historia, mucho más rico y ar- The «Retractationes» of S. A.: Self-Criticism or Apología?: Aug
monioso de como lo hacen aparecer interpretaciones pre- Mag I 85-92; L. J. VAN DER LOF, A. a-t-il changé d'intention pen-
cipitadas o los agustinismos a la moda. dant la composition des Rétractations?: AugL 16(1966)5-10.
Tras presentar sus escritos, trazaremos una breve sínte-
sis de su pensamiento con citas abundantes, para que el Posidio añadió a su Vita Augustini una lista o lndiculus
lector pueda rehacer por su cuenta nuestra labor de re- d e las o b r a s ( e d . : PL 4 6 , 5 - 2 2 ; A.WILMART:
construcción. MSCA II 161-208), con 1.030 números entre libros, cartas
y tratados, «sin incluir —aclara— aquellas que no se pue-
den contar, porque no les asignó un n ú m e r o » , probable
referencia al catálogo de las obras existentes en la biblio-
III. Obras teca de H i p o n a (Retract. II 41), del que d e p e n d e n el lndi-
culus y las Retractationes. A pesar de las omisiones y de
1. FUENTES algún que otro descuido, es un documento de valor.

Las fuentes para conocer la producción literaria del En la presentación de las obras agustinianas seguiremos
Obispo de Hipona son dos, y ambas incompletas: las Re- la distribución por géneros literarios establecida por San
tractationes, de Agustín, y el lndiculus, de Posidio. Agustín Agustín —libros, cartas y tratados—; pero, para comodi-

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