Unidad 2. ENSAYO CURRICULO UMECID

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UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE EDUCACION CIENCIA Y TECNOLOGIA

“UMECIT”

MAESTRÍA EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN PANAMA

MATERIA: TENDENCIAS DE LA ADMINISTRACION EDUCATIVA

TÍTULO DEL TRABAJO

TIPOS DE ADMINISTRACION EDUCATIVA

Estudiantes: Wilmer Alexis Cáceres Villa

Adriana Toledo Sánchez

Cedula de Identidad: 1094347795

1118536928

Profesor:

Dra. YONIRAY CELIA ODREMAN


INTRODUCCIÓN

Los nuevos escenarios globales inciden directamente en todas las organizaciones


sociales y las obligan a emprender rápidas transformaciones. La educación no es ajena
a este fenómeno y, por esta razón, el sistema educativo enfrenta importantes desafíos
para dar respuestas oportunas y pertinentes a las nuevas necesidades de formación de
los ciudadanos para el siglo XXI. El currículo, de alguna manera, será siempre objeto de
preocupación de aquellas personas que se dedican a la enseñanza en las instituciones
educativas.

Tradicionalmente se ha pensado en una pedagogía sin administración o de una


administración sin pedagogía. Incluso se consideran campos antagónicos. Se ha
pretendido transformar la escuela desde lo pedagógico sin tener en cuenta la gestión de
la institución. O por el otro lado; en mejorar los procesos pedagógicos a partir de fórmulas
administrativas. Pedagogía y gestión deben ir de la mano. Particularmente como parte
de los proceso alternativo y críticos la gestión humanista se convite en una opción para
la transformación de las instituciones en pro de la formación integral de los estudiantes,
la democracia, las construcciones colectivas y la responsabilidad social.

Es así que en las instituciones educativas de educación básica y media se introduce


un modelo de gestión escolar que reproduce el esquema de gerencial de empresas
privadas. En él se concibe la institución educativa como una empresa; al docente como
un operario; al directivo docente como un gerente, al currículo como una manual de
instrucciones, al estudiante como un producto y a las empresas como la demanda. Pero
también está la asimilación de lenguajes propios de gestión de las empresas privadas
como lo es la eficiencia, eficacia, calidad, recursos humanos, planeación estratégica,
entre otros.

Es necesario un sistema escolar dirigido hacia el desarrollo de procesos que


contribuyan a la construcción de conocimientos sistematizados, abarcadores,
significativos y con sentido, que respondan a las características de la sociedad del
conocimiento, agitada por la crisis y por múltiples factores que, no queda de más
mencionar, desconoce las instituciones educativas. Los inconvenientes y las dificultades
que se suscitan en las escuelas se deben, en gran medida, a la formulación de currículos
que no son pertinentes para los sujetos de aprendizaje y el medio sociocultural del cual
hacen parte. En efecto, son escasos los currículos diseñados para mejorar los niveles de
conocimiento, el manejo de la información, la potenciación de operaciones mentales y el
desarrollo de las funciones cognitivas desde la óptica cultural de los sujetos de
aprendizaje.

Por tanto, hablar de currículo es también abarcar los procesos de enseñanza-


aprendizaje, las corrientes pedagógicas, la identidad cultural de las comunidades
escolares, las políticas públicas educativas, las relaciones entre los sujetos que
intervienen en el acto pedagógico, el conjunto de saberes necesarios para los individuos
según su contexto, y el desarrollo de funciones cognitivas y operaciones mentales, todo
desde el marco que configura la sociedad del conocimiento.
ENSAYO SOBRE ADMINISTRACIÓN Y EVALUACIÓN DEL CURRÍCULO COMO
PARTE DE LA GESTIÓN DE PLANIFICACIÓN EDUCATIVA

Las nuevas dinámicas sociales y la tendencia hacia la descentralización de los


sistemas educativos, genera que los docentes directivos asuman nuevos roles, tengan
la capacidad para actuar de manera autónoma y tomar decisiones que le permitan
acceder al mundo globalizado de la educación y de la sociedad en general. Todo ello,
hace que los actores del ámbito educativo gestionen procesos adecuados y coherentes
con la movilidad social que acontece en la comunidad, quiere decir que se debe asumir
responsabilidad para obtener resultados exitosos e innovadores y generar las suficientes
capacidades para proyectar, diseñar, analizar y evaluar políticas como proyectos
pertinentes al contexto actual. En este marco de ideas, los procesos de gestión de los
sistemas de educación demandan no solo la necesidad de un docente directivo o un
gestor de la educación, sino también factores como la planeación, equidad, calidad,
manejo de recursos, participación de la comunidad y rendición de cuentas ante esta; todo
ello, para generar resultados óptimos y la prestación de mejores servicios.

La planificación puede partir de un problema dado o simplemente de la previsión de


necesidades y soluciones de la institución. Generalmente la planeación considera que
hacer, como hacer, para que, con que, quien y cuando se debe hacer algo.

Hay quienes afirman que de esta función dependen todas las demás funciones
administrativas, puesto que el administrador dirige, organiza, evalúa y controla todo
aquello que se encuentra comprendido en la planeación con un fin determinado.

Planear es elegir alternativa. El proceso administrativo es complejo y repleto de


incertidumbres, problemas de tipo económico, dificultades a nivel humano, factores
intangibles, etc. Debido a esto las alteraciones de acción son numerosas, cada plan exige
la adopción de objetivos y la elección de formas razonables para su logro. Planear es
decidir por adelantado lo que se debe hacer.

Educar sin planificar, es como construir una casa sin plano o escribir una novela sin
borrador. El arte de educar requiere esfuerzo, análisis racional, pensamiento crítico y
creatividad. La planificación en la Educación es una clave para asegurar el éxito y la
calidad de las acciones.

Se entiende por planeación educativa la previa selección y organización de todas las


actividades curriculares de la institución, en función de objetivos y con base en los
recursos humanos, económicos y materiales, el interés y las necesidades de la
comunidad educativa, el tiempo disponible y la correlación de fallas de años anteriores.

En este sentido la planeación es un instrumento, no un objetivo, ni un fin en sí mismo.


Es un instrumento de trabajo que facilita la organización, la ejecución y el control de la
tarea administrativa por lo que consecuentemente debe estar en función de los objetivos
y recursos para una mejor realización.

Para que la planeación pueda considerarse como integral debe realizarse sobre
todos los aspectos, que en una u otra forma participan en las actividades a desarrollar.

Es por ello, por lo que en el presente trabajo se muestra una revisión documental de
la planeación educativa en el contexto, que comprende la búsqueda, revisión de
documentación y la interpretación de la información encontrada.

La Planeación Educativa se encarga de delimitar los fines, objetivos y metas de la


educación. Este tipo de planeación permite definir qué hacer, como hacerlo y qué
recursos y estrategias se emplean en la consecución de tal fin. La Planificación permite
prever los elementos necesarios e indispensables en el quehacer educativo.

Es importante señalar que la planificación educativa constituye una herramienta


necesaria en el accionar docente, dado que permite establecer los objetivos que se
desean alcanzar en cada una de las actividades propuestas en el aula de clase, el
resultado final lo constituye el desarrollo integral y una eficiente difusión del aprendizaje
por parte de nuestros discentes, lo que le permitirá enfrentarse a los retos que el mundo
actual requiere. Toda situación de enseñanza la condiciona la inmediatez y la
imprevisibilidad, por lo que la planificación permite reducir el nivel de incertidumbre y
anticipar lo que sucederá en el desarrollo de la clase, llevando a la rigurosidad y a la
coherencia en la tarea pedagógica en el marco de un programa.
La planificación estratégica en la educación consiste en un plan el cual sistematiza
los objetivos a mediano plazo de una institución educativa. En este plan se diseñan y
muestran las estrategias y caminos previstos para el cumplimiento de objetivos y
describe detalladamente los sistemas de evaluación correspondientes. La planificación
estratégica representa una herramienta de gestión muy eficaz y útil para trabajar con
perspectiva de futuro. Para la planificación estratégica es fundamental una reflexión
previa y un grado de acuerdo y consenso considerable entre los miembros de la
comunidad educativa sobre los planteamientos institucionales del centro. Acordar qué
valores rigen la escuela, cuál es su principal razón de ser y hacia dónde quiere caminar
es un paso importantísimo hacia la creación de un plan eficaz, pragmático y ejecutable.
Hay que establecer qué queremos hacer y cómo hacerlo. Es el momento de dibujar el
mapa estratégico, donde se establecen los objetivos principales del plan y las estrategias
y recursos que destinaremos para conseguirlos.

Es importante establecer una adecuada planificación estratégica para poder brindar


una educación eficiente y eficaz, donde el estudiante se sienta a gusto de aprender y
colocar en práctica lo aprendido. Noes un proceso fácil de alcanzar, pero paso a paso se
pueden obtener buenos resultados.

La planeación en el contexto educativo implica las dimensiones de la alocución


pedagógica en los cuales participan los actores educativos. La planeación orienta la
academia y la administración de la escuela, conllevando una serie de procesos y
estrategias que hacen que se desarrolle el acto educativo de manera eficiente y con
calidad para la prestación de dicho servicio educativo.

Es así como la planeación en el contexto educativo ayuda al proceso administrativo


de las escuelas a distribuir de manera equitativa los recursos y materiales para el
funcionamiento correcto de dichas instituciones.

Para el proceso de planificación educativa se tiene en cuenta las dimensiones


política, jurídica, administrativa y humana ya que el contexto educativo está conformado
por estas dimensiones, que pueden ser sistemas complejos pero que tiene un fin y es
hacer efectivo y eficaz el derecho a la educación. Para el ministerio de Educación
Nacional, la educación de calidad es aquella que permite la formación de ciudadanos
integrales con una alta formación en valores, con respeto hacia el bien ajeno y en procura
de principios sociales como la convivencia y la paz. Afirma que una educación de calidad
es aquella que genera grandes oportunidades de progreso para la sociedad en sí misma
y por ende para todo el país.

La planeación educativa debe centrar sus mayores esfuerzos en la formación integral


de sus educandos, que bien se refleja en la misión de cada institución, en ocasiones los
entes directivos de estas instituciones dejan de lado esta formación integral y por cumplir
con estándares nacionales e internacionales de calidad creen que la formación se debe
centrar sólo en el plano del conocimiento, olvidando el ser, que en consecuencia será lo
que permita la formación de personas ecuánimes, solidarias y felices que aporten sus
conocimientos para construir una sociedad más justa y equitativa.

La planificación educativa requiere de la calidad de la educación, sistemas de gestión


de calidad y evaluación, siendo estas desarrolladas a partir de la planeación educativa,
cabe resaltar entonces el papel fundamental que juegan los procesos de calidad desde
la parte administrativa a través de normas y/o estándares, y a través del aula donde el
docente transmite el conocimiento a sus estudiantes, lo anterior no se puede deslindar
del sistema de gestión de calidad que le permite a la institución educativa estar activa,
dinámica, incluyente y funcional a toda la comunidad mediante procesos de mejora
continua. La calidad requiere de la evaluación para mejorar dichos procesos y gestionar
las nuevas intervenciones. Por tal razón para alcanzar niveles óptimos en los estándares
de calidad se hace necesario un buen proceso de planeación educativa que incluya ¿Qué
voy a hacer? ¿Cómo lo voy a hacer? ¿Para quién lo voy a hacer? ¿Dónde lo voy a hacer?
y ¿Con que recursos?

Para la planificación institucional de los espacios educativos se debe tener en cuenta


los nuevos entornos del proceso enseñanza- aprendizaje y la dinámica social por lo que
se debe incluir en estos espacios la interacción didáctica, tener claro y definidos los roles
del docente y del estudiante, tomando en cuenta el perfil de la competencia a desarrollar
en el mismo. La planeación institucional de espacios educativos basados en
competencias tiene como fin brindar al estudiante el escenario idóneo para el desarrollo
de sus competencias y así dar solución a situaciones problemas.

La importancia de la planificación curricular radica en la necesidad de organizar de


manera coherente lo que se quiere lograr con los estudiantes en el aula. Esto implica
tomar decisiones previas a la práctica sobre qué es lo que se aprenderá, para qué se
hará y cómo se puede lograr de la mejor manera.

De allí la importancia de la determinación de los contenidos conceptuales,


procedimentales y de actitudes que se abordarán, en qué cantidad y con qué
profundidad. De igual manera es importante conocer y saber la finalidad de lo que
estamos haciendo, ya que para los estudiantes resulta fundamental reconocer algún tipo
de motivación o estímulo frente al nuevo aprendizaje.

Finalmente, debe considerarse cuál es la forma más adecuada para trabajar con los
estudiantes, pensando en actividades que podrían convertir el conocimiento en algo
cercano e interesante para un grupo, dentro de un determinado contexto.

La realización de la planeación curricular debe tener en cuenta los grupos con que
se trabajará, su entorno, dando relevancia a las posibilidades del centro educativo y a
los recursos digitales que posibiliten la integración de todos en el diseño de las
actividades, a los valores y ejes transversales y a los diversos actores relacionados, que
pueden ayudar a la profundidad en la calidad del aprendizaje, basados en la innovación
y en una visión global de la realidad educativa.

No se debe olvidar dentro de la planeación educativa las estrategias didácticas de


planeación para el desarrollo del currículo dentro del aula de clase, de manera que el
estudiante no solo aprenda el concepto de un determinado conocimiento sino cuándo y
por qué debe utilizarlo en la resolución de situaciones problémicas. Las diversas
competencias: La conceptual, procedimental, actitudinal deben estar inmersas en las
bases teóricas impartidas a los estudiantes para que este pueda aplicarlo desde su
propia praxis, sin olvidar que el actuar del docente debe obedecer a procesos de
planeación antes, durante y después del desarrollo de las clases. No se puede olvidar
que la acción del docente se ve afectada por factores administrativos, políticos, sociales
y /o culturales que en ocasiones obligan a improvisar al docente en el aula de clases, por
tal motivo el proceso de planificación educativa tiene que abarcar todos los niveles de la
organización, para llevar a cabo el proceso enseñanza – aprendizaje de una manera
eficiente y eficaz que permita lograr una educación de calidad apuntando a un sistema
de calidad educativa.

Es indispensable resaltar la importancia de la planeación como función necesaria


dentro del proceso de gestión educativa, dentro de dicha planificación es importante la
acción docente dentro del proceso de enseñanza -aprendizaje y evaluación, que lleva de
forma inexorable a mantener estándares de calidad dentro del quehacer educativo, esta
requiere la generación de ideas y funciones cognitivas que orienten una mejor práctica
docente, en relación a la planeación de estrategias de enseñanza que lleven a mejorar
las operaciones mentales superiores de cada uno de los estudiantes.

Se resalta a Quesada (2005), quién afirma que los conceptos se adquieren


cuando se reestructura el pensamiento para aplicarlo a condiciones
específicas contextuales. Lo que lleva a la conformación de ideas que
entran en concordancia con las funciones de la vida escolar, dando lugar,
como lo refieren los autores a representaciones mentales.

El proceso de planeación docente permite que se sea más fácil generar toda una
estructuración y/o esquematización del contenido a desarrollar y la metodología en todo
el proceso de enseñanza-aprendizaje del que se ha tratado.

La educación actual demanda de una gran responsabilidad, la literatura afirma que


el mundo presente, siglo XXI, requiere de un modelo educativo propio, donde los
estudiantes no sean un ente pasivo, dado que el aprendizaje de estos es totalmente
opuesto, deben aprender de forma interactiva donde el docente dejó de tener el
protagonismo, hoy día alumnos y profesores deben trabajar conjuntamente en busca del
conocimiento que está, ahí al alcance de todos, es necesario desaprender viejos dogmas
para volver aprender nuevos métodos pedagógicos, el objetivo principal es entonces que
el estudiante desarrolle habilidades propias que le permitan adquirir nuevos
conocimientos y nuevas formas de enfrentar los problemas actuales, el docente de hoy
debe ser capaz de hacer que el alumno se enfrente con su realidad a través de ABP
(aprendizaje basado en problemas) que le permitirán el desarrollo de competencias
integrales. El proceso de formación del ser humano es tan complejo, que implica un
desarrollo individual, tendiente a adquirir diariamente nuevas habilidades y capacidades,
constituye una decisión propia definir hacia donde perfilar todas esas habilidades y
capacidades.

Mucho se habla en estos días del término currículo, de hecho, en la educación y el


mundo académico, la palabra currículo o curriculum representa un punto clave para la
formación disciplinaria e institucional. No obstante, poco se sabe en las instituciones
educativas, la importancia de este recurso disciplinar y no es precisamente por un caso
de ignorancia, sino por el contrario a la cantidad de definiciones que subyacen de este
término. En este sentido, el punto que nos convoca es aproximarnos al sentido de dicha
consigna, a su importancia, más que su definición como concepto.

Por lo tanto, para comprender un poco el sentido de currículo, es necesario traer a


colación algunas definiciones, planteamientos y propuestas hechas por investigadores
del currículo en el mundo académico y educativo como George Posner, Lawrence
Stenhouse, Gimeno Sacristán y Shirley Grundy. Todo con el fin de compararlas y ajustar
las aserciones que tienen conjuntamente sobre currículo en sus investigaciones.

Para iniciar, hay una gran preocupación que redunda en estos investigadores, y es
cómo el currículo ha pasado de ser una concepción a un concepto en el mundo
académico, dado a que estos autores confluyen en que el currículo no se define, se
interpreta. Todo radica en la apropiación que se haga de este recurso en las prácticas,
pues el currículo en gran medida representa un conglomerado de ideas y saberes.
George Posner, en su texto “Análisis del currículo” hace énfasis en cada una de las
modalidades de currículo que existen, exactamente las denomina como: Alcance y
secuencia, Programa de estudios, Esquema de contenido y Estándares (1998, p.5).

Sin embargo, el currículo independientemente de cómo se le denomine va dirigido a


un solo objetivo que es el aprendizaje y el crecimiento educativo. Por lo tanto, es
sumamente innecesario conocer su definición, ya que cuando se crea un currículo en un
claustro educativo o institución se debe pensar en las necesidades de todos los
participantes, es decir directivos, docentes, estudiantes y padres o acudientes. Porque
el curriculum no es un concepto, sino una construcción cultural. “Es decir, no se trata de
un concepto abstracto que tenga alguna existencia aparte de y antecedente a la
experiencia humana.” (Grundy, 1992, p.1), sino que el currículo debe ser una tarea
conjunta entre academia y comunidad educativa, teniendo en cuenta que, en las
prácticas educativas, se tiende a relegar el currículo a un elemento de oficina que se
archiva olvidando la importancia de éste para la formación social y cultural. Toda
comunidad, centro o institución educativa, debe contar con un plan, un plan que permita
recoger todas las necesidades académicas, intelectuales y por supuesto reflexivas que
den pie a un ambiente educativo más apropiado. Posner sugiere que para llegar a una
adecuada formación del currículo es necesario hacerse a un eclecticismo reflexivo, y
hace la salvedad utilizando el apelativo de reflexivo, pues un eclecticismo a secas podría
conducirnos al riesgo de caer en la dispersión, es decir querer saberlo todo, pero al final
no saber nada. Por esta razón Posner afirma que:

Lo que necesitan comprender quienes toman las decisiones de un currículo es la


amplia variedad de alternativas curriculares. Para evitar caer en la trampa del «bote de
basura» del eclecticismo, ellos deberán entender los dilemas que implica cada decisión
curricular, así como estar dispuestos a exhibir las suposiciones tacitas detrás de cada
alternativa. (1998, p. 5)

En este sentido, es posible afirmar que la propuesta de Posner es válida. No


obstante, más que reflexionar sobre las disciplinas que conforman un currículo, es
necesario tomar un criterio propio acerca de lo que se ha creado, es decir, se puede-
como dice Posner-utilizar un eclecticismo reflexivo, pero siempre pensando en aras de
la autenticidad y la autonomía intelectual. No cabe duda que un currículo bien planteado,
es clave para el crecimiento de los procesos educativos, no importa porque clase de
currículo se opte siempre y cuando este atienda las necesidades de la comunidad
educativa, pero sobre todo las de estudiantes y docentes, pues el docente como
formador y el estudiante como sujeto a formar, necesitan estar en total concordancia en
relación con los temas y demás objetivos propuestos en los planes educativos.

La importancia de un currículo en un sistema educativo es que exista un proceso, y


que los objetivos propuestos logren los resultados esperados en el aprendizaje. Por lo
regular cuando se crea un currículo oficial, sin consenso, y sólo con el objetivo de cumplir
una labor institucional, los resultados propuestos por los objetivos poco se cumplen, pues
el docente dado al desconocimiento de lo que sea planeado en la institución se inclina
por otras alternativas.

De ahí surgen los cinco currículos concurrentes que menciona Posner: el oficial que
es el que determina la institución o claustro educativo que se basa en esquemas y
cuadros. El operativo que es el que imparte el maestro con sus propios saberes, y que
con su práctica y experiencia vierte saberes nuevos al estudiante en el aula. El oculto
que se puede determinar como el contestatario que impugna ideologías y saberes que
no están considerados por el currículo oficial. El nulo que se dedica reflexionar sobre las
materias que no se enseñan dentro de una institución y el adicional que surge de un
complemento hecho por el docente cuando por algún motivo el currículo oficial omite o
no ve necesario incluir algunas disciplinas dentro de sus objetivos. (1998, p. 14). En
muchas ocasiones el docente se inclina por utilizar los currículos que están fuera de lo
oficial, por supuesto es de aclarar que esto no es negativo, de hecho, puede ser bastante
positivo si se tienen en cuenta que muchas veces los estudiantes pueden aprender más
de las lecciones espontaneas de los docentes más que las que están en el programa
oficial. Sin embargo, cuando está situación se presenta muy seguido quiere decir que los
currículos de las instituciones rara vez se realizan de forma consensuada como es lo
indicado.

Ante esta situación, Shirley Grundy opina que más que observar el currículo como
un producto, es necesario observar a quienes lo construyen (Grundy, 1992, p.5), opinión
que es totalmente acertada, dado a que los objetivos de una práctica curricular deben
funcionar en pro a la condición humana. Por lo tanto, todo depende de los ideales que
viertan los diseñadores curriculares en su proceso de construcción, para que los
resultados en los estudiantes sean vigentes. Por este motivo Grundy afirma que “pensar
en el curriculum es pensar en cómo actúa e interactúa un grupo de personas en ciertas
situaciones. No es describir y analizar un elemento que existe aparte de la interacción
humana.” (p.6)

De esta manera se entiende que la única forma para conocer un currículo desde su
sentido, es conociéndolo en todo su proceso. Esta sería una de las opciones más
convenientes que podría utilizar la comunidad educativa de una institución, para opinar
de lo que se lleva a cabo.

En otras palabras, desde el rol del profesor resulta bastante enriquecedor seguir el
proceso en la elaboración de un currículo para tener una plena seguridad de lo que
enseña y lo que puede enseñar. Es desde este aspecto donde surge la necesidad de
una actitud crítica, la crítica es clave para el desarrollo de cualquier proceso, incluso el
curricular. Lawrence Stenhouse afirma que una crítica solo se hace si se ha valorado
adecuadamente el objeto a criticar, es decir que nada que sea ajeno o desconocido para
nosotros puede ser criticado. Por ello es necesario reflexionar sobre todo lo que nos
rodea, más si es de carácter académico y disciplinar. El docente puede participar del
proceso en un currículo y dar opinión de este, ya que “las aulas no pueden mejorar sino
mediante la acción de los profesores: estos han de ser los críticos de la labor relativa al
C. y no sean dóciles agentes.” (Stenhouse, 1970, p.117). En términos generales sería
una construcción conjunta que pueda ser valorada y llegado el caso criticado, pues no
siempre en el diseño curricular se toman buenas decisiones y el docente que tiene gran
autoridad no sólo por pertenecer a la comunidad educativa sino por tener los saberes,
son los que más deberían estar al tanto de estos procesos que se toman en las
instituciones.

Este aspecto también lo menciona Gimeno Sacristán (1988) en su “Aproximación al


concepto de currículo”, pues dado a la cantidad de definiciones que surgen del currículo,
se muestra una gran preocupación más por el contenido que por el resultado. Esto hace
que se obvie el verdadero sentido de un currículo, Sacristán es enfático al decir que cada
definición que surge del currículo sólo pretende mostrar una verdad perpetua, y por lo
tanto se contradicen o se pone en contraposición con otras definiciones. Aun sabiendo
que el verdadero sentido está en el proceder de estos objetivos institucionales, no hay
una definición valida mientras el sistema educativo no funcione en su totalidad. En este
sentido Sacristán es reiterativo al afirmar que:

“El curriculum es una praxis antes que un objeto estático emanado de un modelo
coherente de pensar la educación o los aprendizajes necesarios de los niños y de los
jóvenes, que tampoco se agota en la parte explícita del proyecto de socialización cultural
en las escuelas. (1988, p. 16)”

El ideal con el que se crea o debería crearse un currículo es el de reflexionar las


carencias de los estudiantes. Lo primero revisar si el diseño curricular es acorde a las
necesidades educativas de los docentes y los educandos y lo segundo si los jóvenes
logran incrementar su aprendizaje y los docentes consiguen afianzar sus prácticas
educativas. De esta manera se podría llegar a materializar lo que ambiciona un currículo
cuando se establece en un plan de estudios. También sería la oportunidad de que el
docente y el estudiante tomen un nuevo aire y escapen de la monotonía de sus prácticas
a las que han sido sometidos por años, y de igual manera sería una oportunidad de dar
un vuelco a los modelos educativos que siempre han prevalecido en el mundo
académico.

Es así como todos los autores mencionados en el presente ensayo concuerdan en


muchos aspectos, como: la idea de que el currículo sea tomado como un ente que no
cuenta con ninguna prioridad en el deber educativo, también la necesidad de
participación de la comunidad educativa en los diseños curriculares. La forma de ver el
currículo como un concepto más del diccionario y no como una acción de la cual
dependen muchas cosas, como la formación y el aprendizaje.

Es necesario llegar a una alfabetización sobre estos procesos, muchas de las


razones del por qué el maestro no toma partido en esta clase de procesos se debe a la
desinformación a la que ha estado sujeto por años, entre más conocimiento se obtenga
sobre estas concepciones como currículo, estándares y planes de estudio más
oportunidad tiene el nivel educativo de surgir.
Ante este aspecto los autores mencionados anteriormente deben ser más enfáticos,
pues sabemos que todos partimos de un contexto donde se manejan de forma diferente
las acciones. Por lo tanto, una manera de llegar a reducir un poco la preocupación de la
educación, es aterrizando todas estas investigaciones en la práctica. Sin embargo, si es
pertinente reiterarlo más, para que el currículo pase de ser un instrumento a todo un
accionar del aprendizaje y la educación.
CONCLUSIONES

- Es coherente con el direccionamiento estratégico de la escuela porque la misión,


visión, los principios, los valores y las políticas generan un marco de acción y
designan un destino colectivo de todos los que intervienen en el proceso. Es
fundamental, en este sentido, que el currículo sea diseñado conforme a este
direccionamiento en virtud de alcanzar la armonía y la coherencia de todo el sistema.

- Responde a las necesidades de los sujetos partícipes pues la educación debe girar,
como se mencionó, en torno a la creación de nuevos y mejores estados en los sujetos
en el marco social, cultural y político. Se trata de una posición que resignifica la
humanidad del hombre, fundamental en el mundo de hoy.

- El currículo es un conjunto de procesos de formación porque implica la


transversalidad de los saberes en situaciones concretas, además que busca un
aprendizaje de tipo integrador que permita cambios relevantes y significativos en el
sujeto que aprende. Con ello se aísla la idea del trabajo por áreas y asignaturas, la
clase magistral (en torno al maestro) y el direccionamiento vertical de la enseñanza.
BIBLIOGRAFÍA

González, B. (2010). El currículo como proyecto educativo en sus tres niveles de


concreción. Recuperado de http://www. curricular.
info/visiones/documentos/gonzalez. pdf.

Freire, L., Páez, M. C., Espinoza, M. N., Rios, M. N., & Paredes, R. I. (2018). El diseño
curricular, una herramienta para el logro educativo. Revista de la SEECI, (45), 75-
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Moya Otero, J. (2008). Las competencias básicas en el diseño y el desarrollo del


currículo.

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