CANDIDIASIS
CANDIDIASIS
CANDIDIASIS
CASO ClÍNICO:
Mujer de 33 años de edad, embarazada de 4 meses, que acude a consulta ginecológica por
presentar desde tres días antes prurito vulvar y vaginal intenso, con descarga vaginal
blanquecina profusa, asociada a disuria terminal, sin tenesmo vesical ni polaquiuria.
A causa del hallazgo microbiológico y de acuerdo con los resultados del estudio de sensibilidad,
se inició terapia antifúngica con fluconazol oral, 150 mg una dosis semanal durante 3 semanas.
La paciente evolucionó favorablemente con el tratamiento.
De acuerdo con las características de las colonias crecidas en el medio CHROMagar Candida,
podemos sospechar que se trata de Candida nivariensis o Candida bracarensis, las dos especies
crípticas de Candida glabrata, que se diferencian de ella por presentar colonias de color blanco
en el medio CROMagar Candida, diferentes a las de color lila típicas de esta especie.
CANDIDIASIS:
La candidiasis es una infección fúngica causada por cualquiera de las especies Candida, de las
cuales la Candida albicans es la más común. Es una infección primaria o secundaria, con
manifestaciones clínicas extremadamente variables de evolución aguda, subaguda, crónica o
episódica, en las cuales el hongo puede causar lesiones cutáneas, muco-cutáneas, profundas o
diseminadas.
VÍAS DE INFECCIÓN
La mayor parte de las infecciones son de origen endógeno a partir de los reservorios muco
cutáneos o cutáneos (introducidos a partir de catéteres u otros dispositivos de uso médico,
que interrumpen la barrera cutánea), aunque también pueden ser exógenas, por ejemplo en
los hospitales, donde las levaduras pueden ser transmitidas a lactantes a partir de mamaderas
mal esterilizadas, o a pacientes trasplantados o inmunosuprimidos a partir de materiales
quirúrgicos, equipos de diálisis o endoscopios mal decontaminados o por transmisión
horizontal a partir de la existencia de infecciones por levaduras en manos o uñas del personal
que trabaja en unidades de cuidados intensivos (UCI), sin la debida protección.
PATOGENIA
El delicado balance o equilibrio que existe entre el microorganismo y el hospedero podría
romperse y dar lugar al parasitismo o desarrollo de una infección oportunista. El desarrollo de
la enfermedad por Candida depende de la interacción de ciertos factores:
Factores Predisponentes
Los factores desencadenantes de la enfermedad son generalmente modificaciones en los
mecanismos de defensa del huésped, los cuales, secundariamente, inducen transformaciones
en el comportamiento del hongo.
Factores de patogenicidad
El potencial patogénico de las levaduras varía considerablemente. Éstas no son un
componente pasivo del proceso infeccioso, sino que poseen una serie de factores de
virulencia. No existe un único factor que pueda ser considerado por sí solo como responsable
de la patogenicidad, sino que se ha propuesto una combinación de diferentes factores que
contribuyen a una o más etapas de la infección. Los principales factores de virulencia, que han
sido estudiados en profundidad para C. albicans (aunque algunos de ellos han encontrados en
otras especies) son:
MANIFESTACIONES CLINICAS
Vulvovaginitis
Es más frecuente en la mujer con diabetes, en la mujer embarazada o en pacientes tratadas
con ATB o anticonceptivos orales. La infección se caracteriza por la presencia de secreción
espesa y grumosa, de aspecto lechoso, blanca o blanco-amarillenta (con aspecto de leche
cortada) y placas pseudomembranosas de color blanco grisáceo, que se encuentran en la
mucosa vaginal. Toda la zona genital está muy inflamada y por lo general, el prurito es muy
intenso. Se pueden presentar como episodio aislado o como episodios recurrentes. Entre el 5 y
el 10% de mujeres sufren episodios recurrentes de vulvovaginitis. Se define como Candidiasis
vulvovaginal (CVV) recurrente, cuando se producen 3 o más episodios de CVV en un año. Las
pacientes responden adecuadamente al tratamiento antifúngico pero éste falla en prevenir
futuras recidivas. La mayoría de las mujeres con CVVR no presentan factores predisponentes
conocidos.
DIAGNOSTICO DE LA CANDIDIASIS:
Sospecha clínica. Es fundamental
Microbiología:
El frotis citológico (mediante raspado o hisopo) suele ser útil. Se extiende el material obtenido
en un porta, se pueden tratar con una solución de KOH (hidróxido de potasio) al 20% y
posterior observación microscópica. Otras veces, la observación se realiza después de teñir el
material de frotis con PAS, GRAM, Hematoxilina-Eosina o Papanicolau. De esta manera se
identifica la C. albicans por observación de las células fúngicas (blastoporos con o sin hifas o
pseudohifas).
Histología:
Sólo se debe realizar una biopsia en aquellas lesiones en las que exista un diagnóstico
diferencial difícil, en los casos de candidiasis hiperplásica. cuando existen dudas manifiestas en
el diagnóstico y cuando el proceso no responda al tratamiento correcto . Pueden pasar
desapercibidas en una tinción rutinaria de Hematoxilina-Eosina. Por ello, se recomienda la
tinción con PAS. plata metenamina. GRAM o Gomori para identificar los elementos fiingicos..
No permite, sin embargo, diferenciar la especie. La demostración de la invasión de tejidos por
elementos fúngicos constituye criterio diagnóstico: es importante considerarlo porque la
Cándida es un comensal habitual de la cavidad oral, tanto en humanos como en investigación
animal.
Inmunología:
EPIDEMIOLOGÍA
No se conoce la real incidencia de la candidiasis vaginal. Una de las razones es la
automedicación y/o el sobrediagnóstico del problema. Por ejemplo, algunas pacientes pueden
tener un flujo fisiológico autolimitado a mitad del ciclo menstrual, que podría confundirse con
una recurrencia de la infección por cándida y si la paciente se automedica con cualquier
alternativa disponible en el mercado, o no se hace un adecuado diagnóstico y se le da
tratamiento antimicótico, la molestia de los síntomas pasará espontáneamente, pero la
paciente y el médico que no hizo un diagnóstico certero de la molestia quedarán con la
impresión que el tratamiento administrado tuvo el efecto terapéutico deseado. Se considera
que solo 20% a 30% de las mujeres que se automedican por cándida, en realidad sí la tienen.
La paciente suele tener un flujo autolimitado y ella concluirá erróneamente que tiene una
recurrencia mensual del problema original. Las molestias incluso podrían ser similares: flujo,
prurito, eritema, etc. Se estima que más del 40% de las mujeres normales, que no cursan con
molestia alguna de enfermedad activa, tienen en sus vaginas al cándida como comensal. La
sola identificación del cándida en el cultivo de secreción endovaginal, no siempre hace el
diagnóstico de la causa de la molestia ni de la infección. Por otro lado, se ha estimado que
aproximadamente 75% de todas las mujeres, en algún momento de su vida, va a desarrollar
infección vaginal por hongos y de éstas, 40% a 50% desarrolla recurrencias. Cerca de 5% de las
mujeres experimenta infecciones recurrentes, incluso más de 4 episodios por año. Las
recurrencias suelen no ser de fácil erradicación, ya que pueden estar relacionadas a
condiciones más serias, como la infección por VIH o diabetes. Aunque la candidiasis
vulvovaginal no es normalmente dañina a la mujer sana, los síntomas pueden ser muy
incómodos. Las infecciones por hongos pueden ocurrir la semana previa a la menstruación,
debido a las fluctuaciones de los niveles estrogénicos. Las mujeres sanas asintomáticas
acarrean levaduras en sus vaginas como parte de la flora normal. Un cambio en el medio
ambiente vaginal, el pH o el balance hormonal en el huésped, puede ocasionar
sobrecrecimiento de las levaduras, resultando en ardor, comezón y malestar.
Factores de riesgo
Los factores usualmente identificados como asociados a la infección de la vagina por hongos
son el uso de antibióticos de amplio espectro, embarazo, uso de anticonceptivos orales o
incluso en algunos trabajos se menciona al uso de dispositivos intrauterinos, como factor
asociado. Asimismo, la diabetes y las infecciones por VIH deben de ser consideradas dentro de
este grupo. La razón de esta asociación está bien determinada en el caso de la diabetes, ya que
es bien conocido que la glucosa en las secreciones vaginales se encuentra incrementada y esta
condición predispone el crecimiento y la adhesión del cándida, sobreviniendo la infección.
TRATAMIENTO:
El tratamiento de la candidiasis solamente está indicado en mujeres que presentan quejas de
vaginitis, como erupción cutánea o ardor vaginal, flujo vaginal blanquecino o dolor en la región
vaginal en el momento de orinar o durante las relaciones sexuales. Las mujeres asintomáticas
no necesitan tomar medicinas para candidiasis. Lo mismo vale para las parejas asintomáticas.
Para efectos de tratamiento, la candidiasis vaginal se divide en dos grupos:
Candidiasis no complicada.
Candidiasis complicada.
c) Candidiasis no albicans
Cuando el tipo de cándida responsable de la vulvovaginitis no es la Candida albicans, el
tratamiento debe ser establecido según la cándida aislada. La búsqueda del tipo de candidiasis
generalmente se hace en casos de infección recurrente o de difícil eliminación.
Candida glabrata: Ácido bórico, cápsula vaginal de 600 mg 1 vez al día durante 14 días.
Candida krusei: Cotrimazol, Miconazol o Terconazol intravaginal durante 7 a 14 días.
d) Candidiasis en el embarazo
En mujeres embarazadas, el tratamiento debe realizarse por vía intravaginal. El Cotrimazol y el
Miconazol durante 7 días son los fármacos más utilizados.