Resumen Del Video
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Canadá es una de las grandes potencias energéticas y sus reservas de petróleo son las terceras a
nivel mundial, después de las de Arabia Saudita y Venezuela.
Pero gran parte de esa riqueza aún no se ha extraído y en 2010 Canadá seguía produciendo sólo
poco más del 4% del crudo a nivel global, según estadísticas compiladas por BP.
Para aumentar su presencia en el lucrativo mercado mundial, el gobierno canadiense debe lograr
aceptación internacional del controvertido crudo que espera extraer en los yacimientos de
Athabasca, en la región de Alberta, en el oeste del país.
El gran problema es que este crudo se encuentra en arenas bituminosas, también conocidas como
tar sands o arenas de alquitrán (aunque técnicamente el bitumen es diferente del alquitrán) y
extraerlo requiere un operativo que según sus críticos es altamente contaminante y dañino del
medio ambiente.
A pesar de las posibles consecuencias climáticas, Canadá asegura que el mundo no tiene otra
opción.
"Pueden elegir apagar las luces y congelarse en la oscuridad. La alternativa es hacer lo que todo el
mundo está haciendo, usar la energía disponible", dijo esta semana Joe Oliver, ministro de
recursos naturales de Canadá.
Problemas de exportación
Las opciones no son tan claras para muchos de los delegados a la actual cumbre de cambio
climático que comenzó este lunes en Durban, Sudáfrica.
Tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea existe una creciente oposición a la
importación de crudo de arenas bituminosas.
En Washington, el presidente Barack Obama postergó hasta después de las próximas elecciones la
polémica decisión en torno a un gran oleoducto, denominado Keystone XL, desde la región de
Alberta y a través de territorio estadounidense hasta Texas.
En agosto, más de mil manifestantes opuestos al oleoducto Keystone XL fueron arrestados frente a
la Casa Blanca.
La postergación continuará hasta después de los comicios, salvando a Obama de una polémica
decisión en tiempos preelectorales.
Por otra parte, la Comisión Europea está considerando nuevas normas para clasificar el petróleo
canadiense como más perjudicial para el medio ambiente que otros tipos de crudo.
A cielo abierto
Canadá cuenta con más de 175 mil millones de barriles de crudo extraíble, de acuerdo a los datos
de 2010 de BP. Venezuela cuenta con 211 mil millones según la misma fuente y en primer lugar se
ubica Arabia Saudita (ver gráfico más abajo).
Pero no todo el petróleo es obtenido de la misma forma. El crudo saudita es relativamente liviano
y se extrae con relativa facilidad, a un costo que suele ser inferior a los US$10. El crudo
canadiense, en cambio, es pesado y viscoso y extraerlo puede costar más de US$60 por barril.
Para extraer el crudo, las rocas deben ser fragmentadas utilizando sustancias químicas.
El producto obtenido es betún o bitumen, rico en crudo, que debe ser separado de las arenas de
alquitrán, o como el gobierno canadiense prefiere llamarlas, arenas de petróleo.
A diferencia del crudo que extrae en pozos petroleros, el bitumen requiere una operación de
minería a cielo abierto, en la que grandes extensiones son lavadas con una mezcla de agua y
sustancias químicas para separar el betún de una mezcla de arena y arcilla.
Grandes cantidades de agua se requieren para extraer y procesar el bitumen en comparación con
el petróleo convencional.
Extraer el betún y procesarlo es una operación altamente intensiva desde el punto de vista
energético. Grupos ambientalistas también señalan que las arenas de alquitrán se encuentran
debajo de más de 140.800 kilómetros cuadrados de bosques y humedales y que no solamente
grandes áreas pueden ser desforestadas, sino contaminadas con aguas residuales tóxicas.