Bienes Muebles

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domingo, 3 de noviembre de 2013

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Unidad I. Tema N° 2. DISTINCIÓN ENTRE


BIENES MUEBLES E INMUEBLES "SUMMA
DIVISSIO RERUM"
Derecho Civil II. Bienes y Derechos Reales
Prof. Francisco de Jongh Sarmiento
Unidad I
Tema N° 2
DISTINCIÓN ENTRE BIENES MUEBLES E INMUEBLES
SUMMA DIVISSIO RERUM
(Resumen y anotaciones de las clases y libros de Florencia Márquez de Krupij;
José Luis Aguilar Gorrondona; Gert Kummerov; Ovelio Piña Valles y Eloísa
Sánchez Brito)

Nociones Generales
La división de los bienes en muebles o inmuebles constituye lo que el
derecho francés denomina la Summa Divissio Rerum y, dada la influencia del
derecho napoleónico en la legislación civil venezolana, goza de gran relevancia en
el derecho patrio y, por tanto, constituye la principal clasificación en materia de
bienes.
Partiendo de lo señalado por Aguilar Gorrondona[1], desde los orígenes de la
distinción entre los bienes muebles e inmuebles se presentaban tres
características para lograr entender tal clasificación. Tales características serían:
1º) La limitación a los bienes corporales, 2º) Carecían de relevancia jurídica y, 3º)
radicaba la distinción en la naturaleza física de los mismos en cuanto a su carácter
estático o su movilidad.
De acuerdo a este planteamiento, la tercera característica se exterioriza a
través de un número de realidades, según lo indica Kummerov[2], realidades que
se resumen en las siguientes:
                     Son muebles todos los cuerpos móviles, es decir, aquéllos que pueden
moverse por sí mismos (semovientes) o los que pueden ser desplazados por una
fuerza externa.
                     Son inmuebles todas aquéllas entidades que no pueden desplazarse ni ser
desplazadas
Posteriormente, con el paso del tiempo, la distinción no solo abarcaba las
cosas corporales, sino que logró extenderse también a los derechos y acciones,
razón por la cual ya, en la actualidad, la clasificación en comento se modifica
sustancialmente y, por tanto, cambian las características tradicionales
mencionadas ut supra, por las planteadas, igualmente, por Aguilar[3], a saber: 1º)
Alcanza a las cosas, derechos y acciones, 2º) Goza de gran relevancia jurídica, 3º)
Se le brinda mayor importancia a los inmuebles y, 4º) Se debe entender la
distinción de acuerdo a lo dispuesto por las normas jurídicas positivas.

Clasificación de la Summa Divissio Rerum en el derecho venezolano


Tal y como se mencionó al principio de este tema, la legislación civil
venezolana está influenciada por el Código Napoleónico, es decir, el derecho civil
francés, el cual plantea la división de las cosas en muebles e inmuebles; se deja
ver este planteamiento en el artículo 525 del Código Civil Venezolano, dispositivo
técnico legal que forma parte del Título I del Libro Segundo, De los Bienes.
El referido artículo señala que “Las cosas que pueden ser objeto de
propiedad pública o privada son bienes muebles e inmuebles.”
Ahora bien, tal clasificación no puede quedar satisfecha con la mencionada
disposición. Cada categoría debe ser analizada por separado para lograr
comprender la extensión de la misma y el avance jurídico que se verifica en
la consagración de los derechos y las acciones junto a los bienes
corporales, que va mucho más allá del otrora y simple fundamento en lo
material y movilidad.

1.            Bienes Inmuebles
Definir el concepto de los bienes inmuebles llevaría a considerar que son
aquéllas entidades que no pueden moverse ni por sí solas, ni por una fuerza
externa, sin embargo, esta definición no satisface al amplio desarrollo que la
legislación venezolana ha dado al respecto.
En ese sentido, y tal como lo plantea Eloísa Sánchez Brito[4], resultaría más
puntual considerar como bienes inmuebles a aquéllas entidades que, por su
naturaleza, prestan su utilidad permaneciendo fijas y, también, las cosas que
brindan un servicio a su titular, sin que sea necesario que permanezcan fijas.
Con lo ya señalado, el artículo 526 del sustantivo civil indica que “Los bienes
son inmuebles por su naturaleza, por su destinación o por el objeto a que se
refieren.”, razón por la cual se hace necesario el estudio de cada una de las
categorías que indica la ley.
a)              Inmuebles por su Naturaleza: De acuerdo a la tesis de Kummerov,
los inmuebles por su naturaleza son todas aquéllas entidades corporales cuya
movilización inmediata no puede realizarse, ni por sí solas, ni por una fuerza
externa.
Tiene su consagración legal en el artículo 527 del Código Civil Venezolano,
el cual se transcribe a continuación:
Artículo 527.- Son inmuebles por su naturaleza:
Los terrenos, las minas, los edificios y, en general, toda construcción adherida de
modo permanente a la tierra que sea parte de un edificio.
Se consideran también inmuebles:
Los árboles mientras no hayan sido derribados;
Los frutos de la tierra y de los árboles, mientras no hayan sido cosechados o
separados del suelo;
Los hatos, rebaños, piaras y, cualquier otro conjunto de animales de cría, mansos
o bravíos, mientras no sean separados de sus pastos o criaderos;
Las lagunas, estanques, manantiales, aljibes y toda agua corriente;
Los acueductos, canales o acequias que conducen el agua a un edificio o terreno
y forman parte del edificio o terreno a que las aguas se destinan.
Como se puede apreciar, destaca, en primera instancia, el suelo y todo
aquello que está adherido o sujeto a él, cuestión que es lógica, en virtud de que
los mismos no pueden desplazarse ni ser desplazados. Sin embargo, merece
especial atención el párrafo que hace mención a los conjuntos de animales.
En este aspecto, si bien es cierto que los animales, por su naturaleza, son
cosas muebles por poderse desplazar por sus propios medios, el legislador aplica
la regla de “lo accesorio sigue la suerte de lo principal”. Es por tal motivo que se
consagra como inmueble a los animales que cumplen su función principal de
producir, siempre y cuando no estén separados de “sus pastos o criaderos”.

b)              Inmuebles por su Destinación: Son entidades que, aún siendo


muebles por su naturaleza, su titular “destina” a favor de un fundo, es decir, un
inmueble por su naturaleza.
Es, como lo expresa Ovelio Piña[6], “una ficción legal”, puesto que,
nuevamente se aplica el principio que reza que lo accesorio sigue la suerte de lo
principal. En ese orden de ideas, todos aquellos muebles que son destinados al
suelo, es decir, para beneficio del suelo, serán reputados también como
inmuebles, porque el titular así los ha destinado.
Esta categoría tiene su consagración legal en los artículos 528 y 529 del
Código Civil Venezolano, los cuales se transcriben para su conocimiento:
Artículo 528.- Son inmuebles por su destinación: las cosas que el propietario del
suelo ha puesto en él para su uso, cultivo y beneficio, tales como:
Los animales destinados a su labranza;
Los instrumentos rurales;
Las simientes;
Los forrajes y abonos;
Las prensas, calderas, alambiques, cubas y toneles;
Los viveros de animales.
Artículo 529.- Son también bienes inmuebles por su destinación, todos los objetos
muebles que el propietario ha destinado a un terreno o edificio para que
permanezcan en él constantemente, o que no se puedan separar sin romperse o
deteriorarse o sin romper o deteriorar la parte del terreno o edificio a que estén
sujetos.
Como se puede observar, concluyendo la información suministrada, los
inmuebles por su destinación son todos aquellos muebles por su naturaleza que el
propietario destina a un inmueble que también le pertenece.
Para ser considerados como tal se requiere:
                     Que exista un bien mueble y un bien inmueble por su naturaleza.
                     Que pertenezca a la misma persona, natural o colectiva.
                     Que el bien mueble esté destinado al servicio del inmueble, de acuerdo al
uso normal de las cosas.
                     Que la destinación tenga carácter permanente, aunque no quiere decir que
sea perpetuo.
Los bienes inmuebles por su destinación empiezan a ser reputados como tal
desde el momento en que, real y efectivamente, el propietario destina el bien
mueble al servicio del inmueble y dejará de serlo por tres causas, 1º) que el
propietario voluntariamente lo retire, 2º) que perezca el bien mueble y, 3º) cuando
cambie el destino de la cosa principal.
Esta modalidad de inmuebles tiene interés práctico en los siguientes
aspectos:
                     En relación con la los contratos de compra – venta, el artículo 1.495 del
Código Civil Venezolano compila al vendedor a hacer entrega de la cosa objeto
del negocio jurídico con todos aquellos accesorios y bienes destinados para su
uso.
                     Con relación al contrato de permuta, por ser un medio de transmisión de
la propiedad, el artículo 1.563, ejusdem, señala que la misma regla aplicada a los
contratos de compra – venta en el dispositivo técnico legal 1.495, señalado ut
supra, tendrá validez para la permuta.
                     En materia de legados, el artículo 393 del sustantivo civil dispone que si
se lega una cosa, se deberá entregar con todos los inmuebles por su destinación
que formen parte de ella, en caso de haberlos.
                     En materia de Hipoteca, dispone el artículo 1.880 que la hipoteca se
extiende también a todos los accesorios del inmueble hipotecado.

c)              Inmuebles por el Objeto a que se refieren: He aquí la extensión de


la distinción a los derechos y acciones. Esta modalidad es precisamente la que
consagra a las cosas incorporales también como bienes inmuebles, siempre que
tengan por objeto cosas inmuebles.
Tiene su consagración positiva en el artículo 530, el cual reza lo siguiente:
Son inmuebles por el objeto a que se refieren:
Los derechos del propietario y los del enfiteuta sobre los predios sujetos a
enfiteusis;
Los derechos de usufructo y de uso sobre las cosas inmuebles y también el de
habitación;
Las servidumbres prediales y la hipoteca;
Las acciones que tiendan a reivindicar inmuebles o a reclamar derechos que se
refieran a los mismos.
Se entiende entonces que, si bien es cierto que es imposible catalogar a los
derechos y acciones como bienes muebles o inmuebles, el legislador ha querido
plasmarlos en esta categoría, atendiendo, como lo señala Aguilar[7], a la
naturaleza del objeto sobre el cual surte sus efectos.

2.            Bienes Muebles: Una definición común tradicional o sencilla de los bienes


muebles pudiera tomarse del trabajo de Ovelio Piña, a saber, “Que se puede
mover”, “Susceptible de ser trasladado de un sitio a otro” o “Que puede cambiar de
lugar”. Sin embargo, suelen aplicarse las mismas reglas de los bienes inmuebles,
pues no solo debe atenderse al aspecto físico o a la posibilidad de movilización,
sino que también se consagran los derechos y acciones dentro de esta categoría,
como se verá oportunamente.
El legislador venezolano presenta dos clases de bienes muebles en el
artículo 531 del Código Civil, al estatuir que “Los bienes son muebles por su
naturaleza, por el objeto a que se refieren o por determinarlo así la Ley.”

a)              Muebles por su Naturaleza: Le ley define claramente esta categoría,


de manera que el artículo 532 señala que “Son muebles por su naturaleza los
bienes que pueden cambiar de lugar, bien por sí mismos o movidos por una fuerza
exterior.”

b)              Muebles por el Objeto a que se refieren o por Determinarlo así la


Ley: El razonamiento al respecto es idéntico al señalado en el artículo 530, el cual
estatuye los inmuebles por el objeto a que se refieren. Ciertamente, los derechos y
acciones que tienen por objeto bienes muebles con reputados también como
bienes muebles.
En ese sentido, el artículo 533 del Código Civil es el que brinda la
consagración legal de esta categoría en los siguientes términos.
Artículo 533.- Son muebles por el objeto a que se refieren o por determinarlo así la
Ley, los derechos, las obligaciones y las acciones que tienen por objeto cosas
muebles; y las acciones o cuotas de participación en las sociedades civiles y de
comercio, aunque estas sociedades sean propietarias de bienes inmuebles. En
este último caso, dichas acciones o cuotas de participación se reputarán muebles
hasta que termine la liquidación de la sociedad.
Se reputan igualmente muebles las rentas vitalicias o perpetuas a cargo del
Estado o de los particulares, salvo, en cuanto a las rentas del Estado, las
disposiciones legales sobre Deuda Pública.
En el artículo siguiente se deja una disposición que para algunos
doctrinarios, como es el caso de Florencia Márquez de Krupij[9], no es necesaria.
La misma señala que “Los materiales provenientes de la demolición de un edificio
y los reunidos para construir uno nuevo, son muebles mientras no se hubieren
empleado en la construcción.” Ciertamente es innecesaria, porque se deduce que
al construir un edificio, éste se adhiere a la tierra y pasa a ser un inmueble por su
naturaleza
El mismo legislador ha consagrado también algunas normas interpretativas,
de manera que en el ejercicio práctico no se presenten confusiones sobre la
materia mobiliaria. Dichas normas se encuentran contenidas en los artículos 535 y
536, teniendo como colofón el artículo 537.
Estos artículos rezan lo siguiente:
Artículo 535.- La palabra mueblaje, comprende los muebles destinados al uso y
adorno de las habitaciones, como tapices, camas, sillas, espejos, relojes, mesas,
porcelanas y demás objetos semejantes.
Comprende también los cuadros y las estatuas que forman parte de los muebles
de una habitación, pero no las colecciones de cuadros, estatuas, porcelanas, ni
las que ocupan galerías o cuartos particulares.
Artículo 536.- La expresión casa amueblada, comprende sólo el mueblaje; la
expresión casa con todo lo que en ella se encuentra, comprende todos los objetos
muebles, exceptuándose el dinero o los valores que lo representen, los créditos u
otros derechos, cuyos documentos se encuentren en la misma.
Artículo 537.- Las disposiciones contenidas en los dos artículos anteriores no
tendrán aplicación cuando las expresiones a que se refieren resulten con un
sentido diferente en la intención de quien las empleare.
Estas normas se consagran con el fin de interpretar la intención de quienes
hacen uso de ellas en instrumentos jurídicos y evitar los inconvenientes que se
presentaban comúnmente en la práctica al confundir las expresiones, quedando
inaplicables cuando tengan una sentido diferente, según lo dispone el citado
artículo 537.

Importancia práctica de la distinción


Tomando como base la obra de Eloísa Sánchez Brito, la clasificación de los
bienes en muebles e inmuebles presenta para el régimen jurídico venezolano la
siguiente importancia práctica:
1.            En materia de publicidad formal y registral, todo acto entre vivos que
tengan por objeto bienes inmuebles deben ser registrados, solo los muebles como
vehículos, naves y aeronaves están sometidos a la misma formalidad. (Art. 1.920
C.C.V.)
2.            La prescripción adquisitiva también varía de acuerdo a esta clasificación,
por lo que los inmuebles se prescriben al transcurrir 20 años, en el caso de
posesión legítima o al transcurrir 10 años, en el caso de posesión de buena fe (Art.
1.979 C.C.V.). Los bienes muebles se prescriben a los 2 años, conforme al artículo
1.986 del Código Civil.
3.            Respecto del régimen de garantías, la hipoteca procede solo sobre bienes
inmuebles, en tanto que la prenda se configura sobre los bienes muebles.
Sin embargo, a pesar que, en principio, la hipoteca procede sobre bienes
inmuebles, la Ley de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento de
Posesión dispone en su artículo 21 que pudiera recaer también sobre muebles, en
los siguientes términos:
Sólo podrán ser objeto de hipoteca:
1° Los establecimientos mercantiles o fondos de comercio.
2° Las motocicletas, automóviles y camionetas de pasajeros, autocares,
autobuses, vehículos de carga, vehículos especiales y otros aparatos aptos para
circular. Podrán también hipotecarse las locomotoras y vagones de ferrocarril.
3° Las aeronaves.
4° La maquinaria industrial.
5° El derecho de autor sobre las obras de ingenio y la propiedad industrial.
No son susceptibles de hipoteca el derecho de hipoteca mobiliaria ni los bienes
especificados en el artículo 51 de esta Ley.
 Parágrafo Único: Las garantías sobre naves, serán objeto de una Ley especial.
Del mismo modo, la prenda se constituye sobre bienes muebles,
trasladándose la posesión plena de los mismos a quien se constituya como
acreedor prendario, no obstante, el artículo 51, ejusdem, dispone lo siguiente:
Podrá constituirse prenda sin desplazamiento de posesión sobre los siguientes
bienes:
1º.- Los frutos pendientes y las cosechas esperadas.
2º.- Los frutos o productos ya cosechados o separados del suelo.
3º.- Los animales de cualquier especie, así como sus crías y productos derivados.
4º.- Los productos forestales cortados o por cortar.
5º.- Las máquinas, herramientas, aperos, útiles y demás instrumentos de las
explotaciones agrícolas, pecuarias y forestales.
6º.- Las máquinas y demás bienes muebles que, no reuniendo los requisitos
exigidos por el artículo 42 de esta Ley y no formando parte de una explotación
agrícola, pecuaria o forestal, sean susceptibles, sin embargo, de suficiente
identificación por razón de sus propias características, tales como marca, modelo,
número de fábrica u otras semejantes.
7º.- Las mercaderías, productos elaborados y materias primas almacenadas.
4.            Con relación a las medidas preventivas o ejecutivas, los embargos
preventivos sólo pueden recaer sobre bienes muebles, no así con los embargos
ejecutivos, los cuales recaen sobre bienes muebles e inmuebles. La medida de
secuestro, igualmente, puede recaer sobre muebles e inmuebles, en tanto que la
prohibición de enajenar y gravar sólo se constituye sobre inmuebles.
5.            Tiene interés también en materia de competencia judicial territorial. El
Código de Procedimiento Civil señala en su artículo 40 que las demandas relativas
a bienes muebles se interpondrán en el domicilio del demandante, en tanto que el
artículo 42 indica que los libelos sobre bienes inmuebles se presentarán 1º) En el
lugar donde se encuentre el bien, 2º) En el domicilio del demandado o, 3º) Donde
se haya celebrado el contrato, de encontrarse allí el demandado, todo a elección
del demandante.
6.            En materia de posesión el artículo 794 del Código Civil otorga a la posesión
de buena fe sobre bienes muebles el mismo valor que el título sobre los
inmuebles.
Entre otras que se verán en el transcurso del desarrollo de la materia.

[1] AGUILAR GORRONDONA, José Luis. Cosas, bienes y derechos reales. Derecho Civil II.
Caracas, 2003, p. 43.
[2] KUMMEROV, Gert. Bienes y Derechos Reales. 5ª ed. Caracas, 2002, p. 65.
[3] AGUILAR GORRONDONA, Obra citada, p. 43.
[4] SÁNCHEZ BRITO, Eloísa. Derecho Civil Bienes. Valencia, Venezuela, 2012, p. 97.
[5] KUMMEROV, Gert. Obra citada, p. 79.
[6] PIÑA VALLES, Ovelio. Bienes y Derechos Reales, Esquemas Prácticos. Caracas, 2011, p.
40.
[7] AGUILAR GORRONDONA, José Luis. Obra citada, p. 65.
[8] PIÑA VALLES, Ovelio. Obra citada, p. 41.
[9] MÁRQUEZ DE KRUPIJ, Florencia. Anotaciones de Derecho Civil II. Clase del día 24-01-
2005.
[10] SÁNCHEZ BRITO, Eloísa. Obra citada, p. 103.
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lunes, 6 de mayo de 2013

Unidad II. Tema N° 8. LA PROTECCIÓN


POSESORIA
Derecho Civil II. Bienes y Derechos Reales
Prof. Francisco de Jongh Sarmiento

Unidad II
Tema N° 8

LA PROTECCIÓN POSESORIA(Resumen y anotaciones de los libros de


Florencia Márquez de Krupij y Cruz Omayda Carrillo; José Luis Aguilar
Gorrondona; Ovelio Piña Valles; Abdón Sánchez Noguera; Eloísa Sánchez Brito;
Germán Rojas González)
Habiendo conocido el concepto de la posesión, su ubicación en el mundo
jurídico, sus diversas clases y grados, así como las formas en las que se adquiere
y/o pierde la misma, para finalizar esta unidad académica de la materia, se
abordará la forma en la cual la legislación venezolana consagra los medios para
proteger la posesión.

Es necesario recordar que, si bien la posesión es un estado fáctico, es decir,


de hecho, que nace con una relación material entre una persona y la cosa, no es
menos cierto que ese hecho ha de convertirse en un hecho jurídico en razón de
los efectos que produce, entre ellos la tutela posesoria, pues de no consagrarse
los medios idóneos para proteger el ejercicio de la posesión, cualquier persona, a
su antojo, pudiera vulnerar la situación o relación existente, quedando indefenso el
poseedor y alterando, de alguna manera, la paz y la seguridad social.

Fundamento de la Protección Posesoria

La doctrina, como lo plantean Márquez y Carrillo[1], ha contemplado la


protección posesoria sin ninguna discusión, ningún autor o legislación ha negado
la existencia y posibilidad de acciones o medios que tienden a brindar la seguridad
jurídica a todas aquellas personas que están en una relación material con una
cosa. Sin embargo, las discusiones si radican en cuanto al fundamento de la tutela
posesoria, esto es, las razones por la cual se consagra tal situación, es por ello
que se encuentran diversas posiciones doctrinarias al respecto, entre las que se
pueden destacar las siguientes:

 Para Savigny el fundamento radica en la relación entre el hecho mismo de


la posesión y la persona que la ejercita, puesto que atentar contra la posesión es,
directamente, un delito contra el poseedor. Todo esto lleva a pensar que debe
tutelarse la posesión para proteger al sujeto.

 Para Ihering, por ser la posesión la exteriorización material del derecho de


propiedad, es necesario proteger la posesión para poder complementar la
propiedad.

 Thibaut parte del principio “Nadie puede vencer jurídicamente a otro, si no


tiene motivos suficientes en que apoyar su prerrogativa, por tanto, si alguien no
demuestra, hay que respetar el poder de hecho del poseedor”. Este principio
sustenta el artículo 775 del Código Civil Venezolano, el cual señala que “En
igualdad de condiciones es mejor la condición del que posee.”
 Messineo sustenta su tesis en la sociedad; señala que la protección
posesoria es de carácter social, puesto que es interés general mantener al
poseedor en ejercicio de la posesión.

 Por otro lado, Röder, aunque en nada diferencia con la posición de Thibaut,
plantea que mientras no se demuestre lo contrario, se presume que las relaciones
exteriores del hombre con la cosa son justas y, por ende, merecen ser tuteladas.

 Wolff indica que la razón de la protección posesoria viene dada por la paz
ciudadana. Sería ilógico pensar que el poseedor no pueda defender su poderío
sobre la cosa por un medio jurídico, esto llevaría a un estado de anarquía en el
que haya uso de la violencia, lesionando la convivencia ciudadana.

 Bruns, citado por Márquez y Carrillo[2], utiliza los siguientes términos para
fundamentar su tesis sobre la voluntad del poseedor; “De los dos factores de la
posesión el poder físico y la voluntad, el primero como simple estado de hecho no
encierra el menor fundamento de una protección jurídica, pero es otra cosa
cuando se trata del segundo. La voluntad que se realiza en la posesión aun
cuando en sí no constituya derecho alguno quizás hasta en contradicción palmaria
con el derecho, debe, sin embargo, ser protegida en razón de su naturaleza
general. La voluntad es por sí en su esencia absolutamente libre y precisamente
el reconocimiento y la realización de esa libertad es lo que constituye todo el
sistema jurídico. La coacción y la violencia ejercida contra la voluntad son
injusticias contra las cuales la voluntad debe ser protegida. La posesión no es sino
un hecho y ese hecho es protegido contra la violencia porque él mismo es
manifestación positiva de la voluntad. En palabras mucho más sencillas y
entendibles, la posesión es la manifestación de la voluntad de la persona sobre
una cosa y, al momento de perturbación, se viola esa voluntad, por tanto debe ser
protegida esa manifestación voluntaria, en consecuencia, se protege la posesión.

 Putcha, por último, plasma su tesis de la protección posesoria,


sustentándose en la personalidad humana. Dice, que siendo la posesión la
exteriorización de la personalidad en el mundo externo, debe ser respetada,
reconocida y protegida por el derecho.

Organización de la Protección Posesoria

Adoptando el criterio doctrinario general, la posesión puede tutelarse de dos


maneras, bien a través de la defensa privada, acción directa o autotutela
posesoria, o bien a través de la defensa judicial o interdictal. Instituciones, ambas,
que se analizarán por separado, así como sus características, requisitos y
procedimientos.

a)    La Acción Directa o Autotutela Posesoria

La autotutela, en sentido amplio, consiste en la defensa de la persona, de los


derechos o de los bienes por parte del propio interesado, sin que medie, por
ningún lado, órgano jurisdiccional alguno.

Aplicando el concepto propuesto al ámbito de la posesión, pudiera


entenderse como el rechazo inmediato del poseedor, con sus propias fuerzas,
contra agresiones ilegítimas o ilícitas que los terceros ejerzan contra la posesión
que está ejercitando.

Características de la Aututotela Posesoria

 Extraprocesalidad: Se lleva a cabo prescindiendo de un proceso judicial,


es decir, con la ausencia de un juez imparcial, distinto a las partes.

 Excepcionalidad: Sólo se puede alegar en los casos previstos en la ley o


permitidos por la ley, por lo que son, entonces, de interpretación restrictiva.

 Subsidiariedad: Opera al momento de la agresión ilegítima sólo en


aquellos casos en que no intervenga el Estado a través de sus órganos
competentes.

 Imposición de la decisión por la parte agredida: Aquél que resulta


agredido ilegítimamente es quien tendrá la facultad de imponer la decisión a través
de la reacción.

 Preventividad y Represividad: Por la primera ha de entenderse que el


ofendido busca evitar la molestia posesoria, oponiéndose a la conducta del
agresor, en tanto que en la represividad el poseedor persigue la recuperación del
bien objeto del despojo.

Requisitos o Presupuestos que condicionan la Autotutela Posesoria

 Agresión ilícita y actual de la posesión.

 Que vaya dirigida contra la posesión.

 Que la agresión de la posesión se dirija en contra de la voluntad del


poseedor.
 Que haya necesidad de la defensa.

 Proporcionalidad del medio empleado para repeler la agresión.

 Relación de causalidad entre agresión y acto defensivo.

Es de advertir que para que se configure la autotutela posesoria deben estar


presentes todos estos requisitos, es decir, deben concurrir todos estos elementos
estructurales.

La Legítima Defensa en Venezuela

Partiendo del artículo 1188 del Código Civil Venezolano, el cual reza que “No
es responsable el que causa un daño a otro en su legítima defensa o en defensa
de un tercero.”, se advierte que no hay una regulación sistemática de la autotutela
posesoria en la legislación venezolana, puesto que este artículo precitado se
refiere, directamente, a las personas y no a los bienes.

El único aspecto en el que la legislación venezolana pareciera consagrar la


legítima defensa sobre los bienes se encuentra en el artículo 423 del Código
Penal, cuando señala en su encabezado y primer aparte que “No será punible el
individuo que hubiere… De defender sus propios bienes contra autores del
escalamiento, de la fractura o incendio de su casa, de otros edificios habitados o
de su dependencia, siempre que el delito tenga lugar de noche o en sitio aislado,
de tal suerte que los habitantes de la casa, edificios o dependencias, puedan
creerse, con fundado temor, amenazados en su seguridad personal…”

Esta norma, de carácter penal, se configura como un eximente de


responsabilidad penal, sin embargo, dispone los requisitos para ese eximente, y
es precisamente uno de ellos, el sentirse amenazados en su seguridad personal,
lo que puede pensarse que la legítima defensa no viene a ser para la defensa de
sus bienes propiamente, sino que protege la integridad física de las personas que
habitan en esos lugares que están siendo violentados, según este precepto.

b)   La Defensa Judicial o Acción Interdictal

Plasma en su obra Aguilar Gorrondona[3] que uno de los efectos principales


de la posesión es la protección interdictal, la cual tiene por finalidad, como señala
Rojas González[4], conservar o recuperar la posesión de bienes raíces, o de
derechos reales constituidos en ellos.
Abdón Sánchez Noguera[5] define a los Interdictos como los medios
procesales a través de los cuales se garantiza la defensa de la posesión legítima
que se ejerce sobre las cosas, mediante un procedimiento breve, frente al
despojo, la perturbación o la amenaza de obra nueva o vetusta.

En palabras de Ovelio Piña Valles[6], el interdicto “es una figura jurídica


mediante la cual se protege la posesión a través de un juicio breve, especial y
contencioso, para garantizar la paz social.”

Se puede interpretar de ambas definiciones propuestas que los interdictos


son medios jurisdiccionales especiales consagrados por la ley, los cuales tienen
por finalidad proteger la relación material existente entre una persona y una cosa,
para garantizar la paz y la seguridad social.

Naturaleza Jurídica de los Interdictos

Para el Dr. José Román Duque Sánchez, citado por Sánchez Noguera[7], las
acciones interdictales son acciones posesorias mas no petitorias, puesto que con
ellas no se está discutiendo la propiedad sino la posesión. Por otro lado, la
querella que se interpone constituye una medida preventiva o cautelar que tiene
por objeto  garantizar la paz social.

Esta posición que considera a los interdictos como una medida cautelar es
reforzada por Piña Valles[8], puesto que para él, los interdictos se constituyen en
una “providencia intermitente” la cual va a decidir temporalmente una situación de
hecho, la cual espera por una decisión definitiva que se perfeccione por un
procedimiento ordinario.

Sin embargo, la doctrina no ha querido fijar una posición clara al respecto,


pues no logra enmarcar las acciones posesorias ni dentro de la categoría de las
acciones reales ni dentro de las acciones personales, por lo que le brindan un
carácter de especialidad, indicando que por tener características propias y típicas
que las diferencian de las demás acciones, son acciones jurisdiccionales
especiales.

Características comunes de los Interdictos

 Son instrumentos consagrados por el legislador con el objeto de proteger la


posesión de agresiones o amenazas de daño.

 El objeto o pretensión de estas acciones versa sobre el hecho, mas no


sobre el derecho a poseer.
 Son acciones que se ventilan por los canales de los juicios especiales
contenciosos.

 Brindan una tutela judicial temporal o interina, puesto que lo decidido en un


juicio interdictal puede ser modificado, parcial o totalmente, en un juicio petitorio
ordinario.

 Son acciones de naturaleza civil, aún cuando se ejerza sobre bienes que
conforman una sociedad mercantil o cuando la agresión o amenaza esté tipificada
como un hecho punible.

Clasificación de los Interdictos

La defensa de la posesión, específicamente del derecho privado, como bien


se ha dicho hasta el momento, está sustentada en los llamados interdictos o
acciones posesorias, como son el interdicto de amparo, de despojo, el de obra
nueva y el de obra vieja, los cuales, como señala Sánchez Brito[9], requieren
elementos estructurales específicos para su procedencia y cada uno de ellos
tienen sus propios efectos.

Sin embargo, la doctrina general no es conforme con señalar o admitir los


cuatro tipos de interdicto señalados en el párrafo ut supra, sino que ha realizado
una división de los mismos, atendiendo a la naturaleza y el fin perseguido por
ellos, división que ha sido acogida por el Código de Procedimiento Civil
venezolano (Título V del Libro Segundo) en los artículos 699 al 719, ambos
inclusive. En ese sentido, se tienen dos clases de interdictos, la primera de ellas
conocida como Interdictos Posesorios, está compuesta por el Interdicto de
Amparo y el Interdicto de Despojo y, una segunda categoría, la integran
los Interdictos Prohibitivos, conformada por el Interdicto de Obra Nueva y el
Interdicto de Obra Vieja.

1. Interdictos Posesorios: Recurso extraordinario dirigido a recuperar la


posesión de una cosa provisionalmente, sin que con ello se discuta la legitimidad o
la legalidad de la posesión.

a)    Interdicto de Amparo: Se desprende del artículo 782 del Código Civil Venezolano
al establecerse que “Quien encontrándose por más de un año en la posesión
legítima de un inmueble, de un derecho real, o de una universalidad de muebles,
es perturbado en ella, puede, dentro del año, a contar desde la perturbación, pedir
que se le mantenga en dicha posesión.” (Subrayado propio).
Este recurso surge cuando existe una perturbación a la relación material que
da origen a la posesión, es decir, toda molestia de hecho o de derecho que lesiona
el poderío de un hombre sobre la cosa, pero que no llega a privarlo de ella.

Posibilita esta acción la protección a la posesión contra los actos de


perturbación que puedan afectarla, constituyendo requisitos para su
procedencia los siguientes, conforme a la norma citada:

 Que la posesión sea legítima. Del artículo se desprende que debe existir
posesión legítima para el ejercicio de esta acción, sin embargo, el primer aparte
del mismo artículo señala que “El poseedor precario puede intentar esa acción en
nombre y en interés del que posee, a quien es facultativo intervenir en el juicio.”
Esto es, el detentador puede también ejercer esta acción, pero siempre en nombre
del verdadero poseedor, a quien se le faculta intervenir en el juicio, si lo considera
conveniente.

 Ultra-anualidad. Se requiere el ejercicio de la posesión legítima por más de


un año, empero, no sólo significa un ejercicio ultra-anual de la persona que posee
pues, teniendo un interés legítimo y cuando las condiciones estén dadas, puede
unir el tiempo que lleva poseyendo personalmente al tiempo de posesión que
ejerció su causante.

Esta posibilidad de continuidad de posesión está prevista en el único aparte del


artículo 781 del sustantivo civil, este dispone que “El sucesor a título particular
puede unir a su propia posesión la de su causante, para invocar sus efectos y
gozar de ellos.” Por lo que sólo cuando la posesión ha pasado de manos del de
cujus a sus herederos es que existe la posibilidad de aplicar una ultra-anualidad
especial para poder accionar en caso de perturbación.

 Que se trate de posesión de un inmueble, de un derecho real o de una


universalidad de muebles.

 Que la posesión sea perturbada. Como lo señalan Márquez y Carrillo[10], la


perturbación a la posesión debe ser real y efectiva (Subrayado propio). Esta
posición está tomada de la legislación alemana, la cual establece que no bastan
sólo las amenazas para fundamentar el recurso, por lo que se exige,
indispensablemente, la consumación de la lesión o agresión para su procedencia.

 Que la acción se intente dentro del año siguiente a la perturbación. El


artículo que dispone este recurso obliga su aplicación dentro del año, contándose
desde el momento en que se consuma la perturbación, bien sea constituido por un
hecho o por varios hechos que se relacionen, pudiéndose aplicar, en este último
caso, desde el día siguiente del primero de los actos. Ahora bien, si son varios los
actos de perturbación y no se relacionan entre sí, sino que se configuran con
diferente naturaleza, cada uno de ellos da origen a la aplicación de interdictos de
amparo por separado.

Este lapso legal para el intento de la acción ha de entenderse como un lapso de


caducidad, mas no de prescripción, puesto que el artículo 709 del Código de
Procedimiento Civil dispone que “Después de pasado el año fijado para intentar
los interdictos, no podrá pedirse la restitución o el amparo sino por el
procedimiento ordinario; pero si se hubiese hecho uso de la fuerza contra el
poseedor, dicho lapso no comenzará a contarse mientras no haya cesado la
violencia.” Es decir, una vez vencido el lapso establecido por el artículo 782 del
Código Civil Venezolano, no se podrá intentar dicha acción, sino accionar por la
vía de las acciones reales ordinarias. Sin embargo, se flexibiliza el cómputo legal
cuando hay uso de la violencia, puesto que no basta que se cuente desde el día
siguiente de la agresión, sino que se empiece a contar, realmente, desde el
momento en que cesa la violencia ejercida sobre el poseedor.

 Que la ejerza el poseedor legítimo. Es consecuencia del primer requisito; si


es necesaria la existencia de la posesión legítima, es lógico pensar que el titular
de la misma es el legitimado activo de esta acción.

 Que se intente contra el ejecutante de los actos de perturbación. Al existir


un legitimado activo debe existir una legitimación pasiva, recayendo ésta,
necesariamente, sobre el actor de la perturbación que dio origen al recurso.

Se admite, tanto en doctrina general como en la doctrina jurisprudencial, que la


legitimación pasiva puede recaer tanto en personas naturales como jurídicas,
siempre que hayan sido los causantes de la agresión injusta, real y efectiva contra
la posesión.

Objeto del Interdicto de Amparo

Al promoverse el interdicto posesorio de amparo no se busca una


consecuencia o un fin distinto al de la obtención de una decisión judicial en la que
se disponga el cese de los actos perturbadores a la posesión y, por tanto, la
preservación de la paz posesoria.
b)   Interdicto de Despojo: Artículo 783 del Código Civil Venezolano: “Quien haya
sido despojado de la posesión, cualquiera que ella sea, de una cosa mueble o
inmueble, puede, dentro del año del despojo, pedir contra el autor de él, aunque
fuere el propietario, que se le restituya en la posesión.”

Se puede valer de este recurso cualquier poseedor que haya sido


desposeído arbitrariamente.

Los hechos que motivan este recurso son los que privan, total o
parcialmente, la posesión contra la voluntad del propio poseedor, es decir, que
salga de la esfera de disposición del poseedor. La ley no describe cuáles son los
hechos que provoquen el despojo de la posesión, por lo que corresponde al Juez,
según su sana crítica, calificar los actos para la admisión de esta acción.

Dicho despojo debe ser de tal grado que pueda ser considerado como
arbitrario o ilícito, sin que sea requisito indispensable el uso de la violencia, el cual
sí estaba presente en el Código Civil de 1922.

Requisitos para la procedencia del Interdicto de Despojo

 Posesión actual, cualquiera que ella sea. En este sentido se entiende que la
legitimación activa corresponde al poseedor de la cosa (bienes muebles e
inmuebles; corporales o incorporales), cualquiera que sea la condición con la que
ejerza el señorío (legítima, precaria, de buena o mala fe, etc.), en tanto que la
legitimación pasiva recae sobre el autor directo del despojo, sea una persona
natural o jurídica.

 Despojo consumado contra la voluntad del poseedor. Lógicamente, de


existir el consentimiento o la voluntad del poseedor, no se calificaría de arbitraria o
ilícita el despojo de la posesión.

 El bien que se pretende recuperar debe ser el mismo sobre el cual recayó
el despojo.

 Término útil. Aplicándose las mismas reglas dispuestas para el Interdicto de


Amparo.

Objeto del Interdicto de Despojo

El querellante o recurrente que intente este interdicto lo hace con la intención


de que el Juez que conozca y admita tal acción, dicte la inmediata restitución de la
posesión que ha perdido sin la venia del poseedor.
Semejanzas y Diferencias entre el Interdicto de Amparo y el Interdicto de
Despojo

Como semejanzas entre ambas instituciones se pueden considerar que:

 En ambos interdictos la acción que los motiva se realiza en contra de la


voluntad del poseedor.

 El lapso legal o término útil para su interposición, haya o no violencia, es el


mismo para ambas instituciones, es decir, 1 año y considerado como un lapso de
caducidad.

Las principales diferencias que existen entre las figuras que componen los
Interdictos Posesorios se reducen en las siguientes:

 El hecho que da lugar al Interdicto de Amparo es una perturbación, en tanto


que para el Interdicto de Despojo sería el despojo del bien poseído.

 En el Interdicto de Amparo no se protegen bienes muebles singularmente


considerados; en el Interdicto de Despojo se tutelan bienes muebles.

 En el Interdicto de Amparo se requiere una posesión legítima y ultra-anual,


en tanto que en el Interdicto de Despojo se requiere sólo la posesión actual.

 En el Interdicto de Amparo se busca el cese de la perturbación a la


posesión, mientras que en el Interdicto de Despojo se tiene por finalidad la
restitución del bien despojado.

 Para el Interdicto de Amparo no es necesaria una garantía o medida


preventiva sobre el bien, en tanto que para el Interdicto de Despojo el artículo 699
del Código de Procedimiento Civil prevé la constitución de una garantía pecuniaria
o la medida preventiva del secuestro para resguardar el bien despojado.

2. Interdictos Prohibitivos: Román Duque Corredor, citado por Ovelio Piña


Valles[11], indica que estos interdictos no protegen la posesión como sí lo hacen
los interdictos posesorios, sino que tienen por finalidad tutelar los bienes poseídos
por una persona, pretendiendo el impedimento de daños a éstos por causa de
otros bienes.

Estos interdictos tienen la característica, entonces, de crear una protección


cautelar que implica una prohibición o medidas tendentes a evitar un daño temido.
(Subrayado propio).
a)    Interdicto de Obra Nueva: Artículo 785 del Código Civil Venezolano: “Quien
tenga razón para temer que una obra nueva emprendida por otro, sea en su
propio suelo, sea en suelo ajeno, cause perjuicio a un inmueble, a un derecho real
o a otro objeto poseído por él, puede denunciar al Juez la obra nueva, con tal que
no esté terminada y de que no haya transcurrido un año desde su principio.”

Este interdicto se aplica cuando la violación de la posesión es motivada por


la realización de una obra nueva que amenace con causar un perjuicio a un
inmueble, un derecho real u otro objeto.

Antes de su profundización, es necesario conocer el concepto de “Obra


Nueva”, es decir, qué se entiende como tal. En ese sentido, apoyados en Borjas,
citado por Márquez y Carrillo[12], Obra Nueva son todos aquellos trabajos de
construcción, reforma, demolición o excavación que produzcan un cambio o
modificación en el estado de los lugares, con perjuicio de aquellas personas que
intentan el interdicto.

Legitimación Activa

En cuanto al querellante, debe ser un poseedor legítimo o un poseedor en


nombre propio, por lo que un sector doctrinario opina que el poseedor precario no
tiene la condición de legitimado activo, sino que debe notificar la situación al
propietario para el ejercicio de la acción.

Bienes Protegidos

El artículo precitado señala que los bienes protegidos por la vía de este
interdicto son “… inmueble, a un derecho real o a otro objeto poseído…”, lo que
hace pensar o interpretar que pueden ser inmuebles, muebles y contenido de
derechos, sin embargo, hay posiciones doctrinarias, muy aceptables, que señalan
que los bienes muebles no deberían ser considerados como bienes tutelados,
puesto que su naturaleza permite la fácil movilización en caso de un posible daño.

Término Útil

El lapso legal es de 1 año, contado a partir del inicio de la obra y mientras no


se haya concluido, puesto que una vez concluida la obra, el daño temido ya se
habría consumado.
Un sector doctrinario plantea que no hay que atenerse al lapso del año
solamente, sino que hay que estar pendientes del desarrollo de la obra, por lo que
consideran que el inicio del año debe considerarse desde el momento en que
aparezca la verdadera causa de temor racional.

Objeto del Interdicto de Obra Nueva

La finalidad de esta acción se encuentra en el único aparte del artículo 785


del Código Civil Venezolano, “El Juez, previo conocimiento sumario del hecho, y
sin audiencia de la otra parte, puede prohibir la continuación de la nueva obra o
permitirla, ordenando las precauciones oportunas…”

Es decir, evitar la continuación de la obra o, en el caso conveniente,


disminuir los riesgos existentes sobre el bien poseído.

Requisitos de procedencia del Interdicto de Obra Nueva

Los siguientes requisitos deben concurrir para la procedencia del recurso.

 El emprendimiento de una obra nueva.

 La obra nueva debe ser capaz de producir el temor racional a sufrir un daño
en el objeto poseído.

 El daño debe ser futuro y factible.

 La querella debe proponerse dentro del año, contado desde el inicio de la


obra.

 Los trabajos que causen el temor racional a sufrir un daño no deben haber
concluido.

 Relación de causalidad entre la obra nueva y el daño que se teme.

b)   Interdicto de Obra Vieja: Artículo 786 del Código Civil Venezolano: “Quien tuviere
motivo racional para temer que un edificio, un árbol o cualquiera otro objeto
amenace con daño próximo un predio u otro objeto poseído por él, tendrá derecho
de denunciarlo al Juez y de obtener, según las circunstancias, que se tomen las
medidas conducentes a evitar el peligro, o que se intime al interesado la
obligación de dar caución por los daños posibles.”

Legitimación Activa
Es legitimado activo de este recurso cualquier persona que ejerza el poder
de hecho sobre el bien amenazado de daño próximo.

Bienes Protegidos

Se evidencia en el artículo 786 citado que hay una amplitud en cuanto a los
bienes tutelados, situación que se desprende de la frase “…u otro objeto poseído
por él…”

Objeto del Interdicto de Obra Vieja

         Por ser una acción de naturaleza preventiva, la finalidad no puede ser otra
que lograr una decisión judicial que ordene las medidas necesarias para evitar el
peligro o exigir una caución al requerido para cubrir los posibles daños.

Requisitos de procedencia del Interdicto de Obra Vieja

        Tomando como fundamento la letra legislativa y las diversas opiniones


doctrinarias, los elementos estructurales para el ejercicio del Interdicto de Obra
Nueva son:

 Temor racional a sufrir un daño.

 El daño debe ser futuro y próximo.

 El daño temido debe provenir de un objeto existente.

 Relación de causa y efecto entre el objeto y el daño temido.

Semejanzas y Diferencias entre el Interdicto de Obra Nueva y el Interdicto de


Obra Vieja

De acuerdo con las nociones expuestas, las semejanzas que existen entre
las acciones que conforman los Interdictos Prohibitivos son:

 Existencia de un temor racional a sufrir un daño.

 La relación de causalidad entre la obra y el daño.

 Pueden ser ejercidas por cualquier poseedor.

 En ambos se protegen bienes muebles e inmuebles.


 Ambos tienen por finalidad impedir que se produzca un daño en el objeto
poseído.

En sentido opuesto, estas instituciones se diferencian en los siguientes


aspectos:

 Los Interdictos de Obra Nueva se accionan tras el emprendimiento de una


obra nueva, en tanto que los Interdictos de Obra Vieja son aplicados sobre
construcciones u obras preexistentes.

 El daño que se teme por una Obra Nueva es futuro y factible; el daño que
se teme por una Obra Vieja es futuro y próximo.

 Existe para la aplicación del Interdicto de Obra Nueva un término útil de 1


año, situación que no existe para el Interdicto de Obra Vieja.

Diferencias entre los Interdictos Posesorios y los Interdictos Prohibitivos

 Para la aplicación o interposición de las Interdictos Posesorios, el hecho


que sirve de fundamento para los mismos debe haberse consumado, en tanto que
para los Interdictos Prohibitivos se recurre por el temor racional a experimentar un
daño que se produzca al consumarse un eventual hecho.

 Con los Interdictos Posesorios se busca la restitución de la situación


posesoria alterada, pero con los Interdictos Prohibitivos se persigue impedir un
daño a la posesión, de allí su naturaleza preventiva.

 Los Interdictos Posesorios son conocidos por el Juez de Primera Instancia


en lo Civil de la jurisdicción donde esté situada la cosa objeto de la posesión, por
su parte, los Interdictos Prohibitivos pueden ser conocidos por los Jueces de
Municipio cuando en la jurisdicción en que se encuentre la cosa no haya acceso
inmediato a los Tribunales de Primera Instancia en lo Civil. (Arts. 698 y 712 del
Código de Procedimiento Civil)

Artículo 698 C.P.C. “Es Juez competente para conocer de los interdictos el que
ejerza la jurisdicción ordinaria en Primera Instancia en el lugar donde esté situada
la cosa objeto de ellos; respecto de la posesión hereditaria lo es el de la
jurisdicción del lugar donde se haya abierto la sucesión.”

Artículo 712 C.P.C. “Es competente para conocer de los interdictos prohibitivos el


Juez de Distrito o Departamento del lugar donde esté situada la cosa cuya
protección posesoria se solicita, a menos que hubiese en la localidad un Tribunal
de Primera Instancia en lo Civil, en cuyo caso corresponderá a éste el
conocimiento del asunto.”

Es necesario advertir, de acuerdo con este último dispositivo técnico legal


citado, que los Juzgados de Distrito o Departamento ya no existen dentro del
sistema judicial del país. En efecto, a partir del año 1998, con la reforma de la Ley
Orgánica del Poder Judicial se consagra una nueva estructura del sistema judicial
venezolano, en la que desaparecen los juzgados de Parroquia y de Distrito como
categorías tribunalicias (Arts. 81 al 85 suprimidos), quedando, como lo señala
Sánchez Noguera[13], en la base del referido sistema los Juzgados de Municipio,
continuando con los de Primera Instancia y, finalmente, los Superiores.

Esta razón esbozada hace entender que la competencia para conocer de los
Interdictos Prohibitivos, de acuerdo al artículo 712 del código procedimental civil,
corresponde, ahora, a los Juzgados de Municipio.

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