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ACCIÓN POPULAR
I. INTRODUCCION
Las acciones populares son el mecanismo de protección de los derechos e
intereses colectivos y difusos (los relacionados con ambiente sano, moralidad administrativa, espacio público, patrimonio cultural, seguridad y salubridad pública, servicios públicos, consumidores y usuarios, libre competencia económica, etc.).
Se denomina acción popular, en Derecho procesal, a la acción judicial por la cual
los poderes públicos y, en general, cualquier ciudadano, está legitimado para instar la actuación de la administración de justicia en defensa de intereses colectivos o difusos.
Tiene gran relevancia en el ámbito del Derecho procesal penal, puesto que al
afectar la mayor parte de los delitos a intereses colectivos, es común la utilización de esta figura a través de asociaciones independientes.
Las constituciones han configurado un ordenamiento cuya pretensión es la
garantía de la vida en libertad y seguridad de sus ciudadanos, y ello, hasta el punto que la vida en libertad queda instituida, por obra de la propia Constitución Política, como un valor superior del ordenamiento jurídico. De ahí que los textos constitucionales y sus leyes complementarias, deban regular con meticulosidad los derechos fundamentales, articulando técnicas jurídicas que posibiliten la eficaz salvaguarda de dichos derechos, tanto frente a los particulares, como frente a los poderes públicos. Una de estas técnicas de protección de los derechos del hombre, es la institución de la Acción de Popular. ANTECEDENTES, FUNDAMENTACIÓN Y CARACTERÍSTICAS DE LA ACCIÓN POPULAR EN BOLIVIA.
Ya en el derecho romano se diferenciaba entre las acciones privadas para
defender los intereses personales o los de un grupo familiar en particular, y las acciones públicas ejercitadas por los romanos en su condición de ciudadanos previstas para la defensa de la comunidad o del interés público. En Bolivia los principales antecedentes de la acción popular se encuentran en:
La figura de la denuncia penal que faculta a cualquier ciudadano a activar el
aparato investigativo y jurisdiccional ante la presunta comisión de delitos de acción pública (materia penal), aunque otros sostienen que no puede considerarse a cabalidad un antecedente de la acción popular pues un denunciante no tiene facultad para participar plenamente en la tramitación del proceso penal.
El otro recurso de inaplicabilidad planteado ante la Corte Suprema de Justicia para
protección de la supremacía constitucional y el depuramiento del ordenamiento jurídico (materia constitucional).
Por otra parte, el elemento “democrático” en la configuración del Estado (art. 1 de
la CPE) involucra la participación de los ciudadanos en las decisiones que les afectan y son de interés colectivo sin que dicha participación se reduzca a las formas tradicionales. La acción popular precisamente amplía dicha participación al reconocer una vía jurisdiccional a todo ciudadano que le permita obligar al Estado o incluso a los particulares a resguardar los derechos o intereses de la colectividad en su conjunto sea presente o el de las futuras generaciones.
Las características esenciales de la acción popular son las siguientes:
Tiene carácter intemporal en la medida en la que conforme el art. 136-I de la Constitución Política del Estado: “la Acción Popular podrá interponerse durante el tiempo que subsista la vulneración o la amenaza a los derechos e intereses colectivos” es decir que al igual que la acción colombiana es esencialmente preventiva puesto que cesada la vulneración o la amenaza al derecho o interés colectivo la acción popular resulta improcedente.
Concordante con lo anterior se tiene que la acción popular es
esencialmente preventiva y no reparadora, indemnizatoria o sancionatoria, puesto que no se busca con su planteamiento resarcir o castigar por un daño o menoscabo a un derecho o interés colectivo, pese a ello debe aclararse que el órgano jurisdiccional tutelar eventualmente puede:
Remitir antecedentes al Ministerio Público, a la Procuraduría General del
Estado, a la Contraloría General del Estado, a la instancia disciplinaria correspondiente o a otro órgano similar para la determinación de responsabilidades administrativas, civiles, ejecutivas o penales, pero no puede directamente determinar la responsabilidad penal o civil , e imponer una sanción como pareciera extraerse de la literalidad del art. 100 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional porque el órgano de control de constitucionalidad no valora prueba, por regla general no hace interpretación de legalidad y tampoco puede usurpar las competencias de los órganos jurisdiccionales ordinarios.
Para la protección del derecho o interés colectivo conforme al art. 100 de la
Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional puede disponer diferentes medidas pertinentes como el tratamiento adecuado del agua potable, mejoramiento o instalación de alumbrado público, auxilio frente a la contaminación ambiental, etc. que por su naturaleza y en el marco de la protección a colectividades no son equivalentes al resarcimiento del daño de un derecho o interés colectivo. Asimismo, conforme el art. 100 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional es posible que el órgano de control de constitucionalidad señale la civil la vía civil o administrativa u otra similar idónea para considerar y determinar el perjuicio económico emergente del acto o la omisión atentatoria a los derechos o intereses colectivos, pero no determinar las mismas por el corto periodo probatorio con el que cuenta la acción popular que en definitiva tiene un diseño procesal sumarísimo y sobretodo porque no puede velar por derechos subjetivos.
La acción popular no es de carácter residual sino más bien principal, puesto
que procede incluso existan otras acciones para la defensa de derechos colectivos, así el art. 136-I de la Constitución Política del Estado sostiene que: “para interponer esta acción no será necesario agotar la vía judicial o administrativa que pueda existir”.
LOS DERECHOS COLECTIVOS Y LA ACCIÓN POPULAR.
Respecto a la situación de una pluralidad de personas, una misma relación jurídica
necesaria o eventual puede diferenciarse a los siguientes supuestos jurídicos:
Derechos o intereses colectivos en sentido estricto, correspondientes a un
colectivo identificado o identificable como son por ejemplo las naciones y pueblos indígena originario campesinos (art. 30-II de la CPE) cuyos componentes están organizados y mantienen relaciones orgánicas entre sí.
LA ACCIÓN POPULAR EN EL CONSTITUCIONALISMO BOLIVIANO
El nuevo constitucionalismo boliviano debe ser entendido como un movimiento
político-jurídico que pretende asumir como una de sus principales características que la Constitución sea una norma jurídica directamente exigible, por tanto, justiciable conforme a lo señalado en el artículo 109, párrafo I, de la Constitución Política del Estado (cpe), que establece: “Todos los derechos reconocidos en la Constitución son directamente aplicables y gozan de iguales garantías para su protección”.