Fundamentos de Derecho de Accion Popular
Fundamentos de Derecho de Accion Popular
Fundamentos de Derecho de Accion Popular
Las acciones populares combinan el deber de solidaridad que a todas las personas les
atañe, con la potestad del Estado para inducir, promocionar, patrocinar, premiar y, en
general, estimular el ejercicio de tales acciones en orden a la materialización y
preservación de determinados bienes jurídicos de especial connotación social. Lo cual
encuentra arraigo constitucional en el hecho de que nuestra Carta Política no prohíja un
modelo ético único, pues, según se vio, la pluralidad de pensamiento y el respeto a la
diferencia campean cual coordenadas rectoras de las instituciones del Estado y de las
relaciones entre los particulares y las autoridades públicas. Es decir, respetando el
pensamiento que cada cual pueda tener sobre la forma de hacer efectivo su deber de
solidaridad, el Congreso prevé un estímulo que resulta válido frente a la efectiva defensa
de los derechos e intereses colectivos. De suerte tal que, a tiempo que el demandante
reporta un beneficio para sí, la sociedad misma se siente retribuido con la efectiva
reivindicación de sus derechos e intereses colectivos.
Esta acción constituye una facultad especial que se concede a todas las personas para que
acudan ante los jueces con el ánimo de impugnar actuaciones u omisiones de las
autoridades o de los particulares que atenten contra el interés público o los bienes de la
comunidad, entendida esta última como una pluralidad de sujetos, más o menos amplia,
sea determinable o no. La acción popular es pública y por tanto podrá ejercerla cualquier
persona natural o jurídica, por si misma o a través de apoderado judicial sin la necesidad
de acreditar interés en ello. Además corresponde a la jurisdicción de lo contencioso
administrativo conocer de los procesos que se adelanten en ejercicio de la acción en
comento, cuando esta se dirija en contra de entidades públicas o los particulares en
ejercicio de funciones públicas, en los demás casos conocerá la jurisdicción civil ordinaria.
Es restitutoria cuando apunta a que las cosas vuelvan a su estado anterior a la vulneración
o amenaza, en la medida en que fuere posible.
La acción popular se ejerce aun cuando existen otros mecanismos de defensa judiciales?
1
Consejo de Estado, Sección Tercera, Sentencia del 1 de noviembre de 2001. Expediente 73001-23-
31-2000-8654-01
Esta es la diferencia con la acción de tutela, garantía que es viable ante la inexistencia o
ineficacia de otros medios de defensa judicial.
El derecho a la movilidad
Este derecho permite que las personas alcancen por medio de los desplazamientos
diversos fines y en consecuencia a través del movimiento agregar valor a la vida en simple
satisfacción personal o utilidad económica. Hay quienes creen que el derecho a la
movilidad está vinculado a tener un vehículo motorizado, como el automóvil y para los
menos pudientes una motocicleta, lo cual está lejos del escenario ideal que supone la
provisión y utilización de sistemas de transporte colectivo y masivo de buena calidad, en
condiciones de seguridad y más amigables con el medio ambiente, es decir avanzar hacia
lo que algunos han denominado la pacificación del tráfico.
2
Fridole Ballén Duque**. DERECHO A LA MOVILIDAD. LA EXPERIENCIA DE BOGOTÁ, D.C.Comisión Nacional
del Servicio Civil. 2007. Encontrado en:
http://www.umng.edu.co/documents/63968/72398/11.DerAlaMovilidad.pdf
Derecho a un ambiente sano frente a las emisiones sonoras y químicas de los
automotores
Si bien la perturbación por ruido tiene relación estrecha con el derecho ambiental, el
grado en que esa perturbación se produce y la omisión de la autoridad pública en
controlar las situaciones de abuso mediante los instrumentos legales que regulan el
ejercicio de los derechos y libertades para posibilitar la convivencia pacífica, son factores
que pueden propiciar la vulneración de otros derechos fundamentales que protegen a la
persona contra hechos molestos, en particular el derecho a la intimidad personal y
familiar.
En efecto, una gran cantidad de los ruidos molestos producidos en la vida social son
susceptibles de control mediante el ejercicio moderado y razonable de los derechos y
libertades y el respeto de los derechos del otro. Se abusa de la tolerancia propia de un
régimen democrático cuando so pretexto del ejercicio de la libertad se desconocen los
derechos del otro. No debe olvidarse que los derechos consagrados en la Constitución
aparejan deberes y responsabilidades que deben guiar y moderar las actuaciones
particulares (CP art. 95).
Según Sentencia No. T-226 de 1995, toda persona tiene derecho a vivir en condiciones de
paz y tranquilidad y con esto se tiene que: “El derecho a la vida comporta la dimensión
integral del hombre como ser digno; en consecuencia la vida digna exige un mínimo de
bienes internos, y dicho en otros términos, toda persona tiene derecho a vivir en
condiciones de paz y tranquilidad. La paz como derecho supone la relación social, se
manifiesta como la convivencia ordenada entre los ciudadanos. La tranquilidad individual
es un derecho personalísimo derivado de la vida digna, es una tendencia inherente al ser
personal y un bien jurídicamente protegible que comprende el derecho al sosiego, que se
funda en un deber constitucional, con lo cual se mira el interés general. De ahí que
jurídicamente sea diferente el derecho constitucional a la paz, que es un derecho social,
con el derecho a la tranquilidad de una persona que es una prerrogativa subjetiva; luego,
cuando éste se perturba existen otras vías judiciales distintas a la acción de tutela, salvo el
caso que se ocasione un perjuicio irremediable. Es evidente que el ser humano tiene
derecho a la tranquilidad y como tal este derecho constituye un bien jurídico protegible
por el Estado y la sociedad; es así como la tranquilidad es uno de los deberes previstos en
el artículo 95, numeral 6 Superior”.
Según sentencia del Concejo de Estado3, Dentro de las competencias de los municipios, se
encuentra la de proteger el uso y goce del espacio público en su jurisdicción, comoquiera
que de conformidad con lo dispuesto en los artículos 82 y 315-1 de la Constitución Política
y 5° de la Ley 9 de 1989, los alcaldes son la primera autoridad de policía en su respectivo
municipio y por lo tanto tienen el deber legal de hacer cumplir las normas constitucionales
y legales. Así lo ha preciado la jurisprudencia de esta Sala.
El mencionado artículo 5° de la Ley 9 de 1989 establece que las vías y las zonas destinadas
a la circulación vehicular y peatonal forman parte del espacio público y el artículo 5° del
Decreto 1504 de 1998 agrega que uno de tales componentes son los sistemas de
circulación vehicular y peatonal.
La Moralidad Pública
3
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Tercera. C. P. (E): MARIA CLAUDIA ROJAS
LASSO. Radicación número: 68001-23-15-000-2003-01516-01(AP). Fecha: 6 de mayo del 2010.
En este sentido, aunque las acciones populares en virtud de su naturaleza son un
mecanismo judicial de protección de derechos, desde una perspectiva más amplia son
una forma de instrumentalizar la democracia participativa, pues permiten a la ciudadanía
invocar de manera directa la protección de los derechos e intereses colectivos. De
manera especial, las acciones populares dirigidas a procurar la protección de la moralidad
administrativa adquieren relevancia en la medida en que se presentan como un
mecanismo a través del cual la población puede involucrarse en la protección de los
asuntos públicos.
4
CONSEJO DE ESTADO. Sección tercera. Sentencia del 6 de septiembre de 2001. C.P. CARRILLO
BALLESTEROS, Jesús María. Radicación: 13001-23-31-000-2000-0005-01(AP-163).
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CONSEJO DE ESTADO. Sección tercera. Sentencia del 2 de junio de 2005. Radicación: AP-720 de 2005.
gobernados, de promover la prosperidad general y de garantizar la efectividad de sus
principios, deberes y derechos.
Son los derechos que tienen los consumidores que adquieren bienes o servicios,
cualquiera que sea su naturaleza, así como los usuarios que disfrutan servicios públicos
prestados por entidades públicas o privadas, a que el bien o servicio sea de calidad,
cantidad e idoneidad óptimas para su uso y goce.
El Artículo 334 consagra la “... intervención del Estado, por mandato de la ley, en la
producción, distribución, utilización y consumo de los bienes, y en los servicios públicos y
privados, para racionalizar la economía con el fin de conseguir el mejoramiento de la
calidad de vida de sus habitantes…”
6
CONSEJO DE ESTADO, SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO, SECCIÓN PRIMERA. C. P.: Doctor
RAFAEL E. OSTAU DE LAFONT PIANETA. Radicación núm.: 25000 2315 000 2004 02006 01. Bogotá, D. C.,
cuatro (4) de febrero de dos mil diez (2010).