Método GTD
Método GTD
Método GTD
Tema
3.
El
método
GTD
Este
tema
se
divide
en
tres
grandes
apartados.
En
el
primero
introduciremos
una
serie
de
conceptos
que
nos
ayudarán
a
entender
mejor
la
filosofía
de
la
metodología
de
trabajo
propuesta
por
GTD.
Podremos
analizar
qué
estrategia
seguimos
en
nuestra
vida
y
trabajo,
si
actuamos
como
ovejas
o
como
tigres,
como
zorros
o
como
puerco
espines.
También
explicaremos
teorías
expuestas
en
los
libros
“La
pirámide
hueca”
y
“Las
168
horas”
y
su
influencia
en
el
método
GTD.
La
teoría
de
las
ventanas
rotas
nos
hará
reflexionar
sobre
la
necesidad
de
un
orden
y
un
control
en
nuestras
vidas.
Daremos
pautas
para
conseguir
el
estado
mental
denominado
como
“Mente
como
el
agua”
y
alentaremos
a
dar
“Muerte
al
calendario”.
Por
último,
determinaremos
si
nuestro
biorritmo
nos
lleva
a
ser
búhos
o
alondras.
En
el
segundo
apartado
analizaremos
detalladamente
cada
una
de
las
cinco
fases
que
componen
el
método
GTD:
recopilar,
procesar,
organizar,
revisar
y
hacer.
Explicaremos
en
qué
consiste
recopilar
y
enumeraremos
las
herramientas
necesarias
para
ello.
Veremos
un
esquema
de
toda
la
etapa
del
procesamiento
y
daremos
la
pautas
para
llevarla
a
cabo.
Estudiaremos
cómo
según
si
las
acciones
requieren
acción
o
no
organizaremos
las
tareas
en
distintas
listas
de
trabajo.
Estableceremos
los
objetivos
de
la
fase
de
revisión
o
evaluación.
Explicaremos
los
tres
modelos
existentes
sobre
la
toma
de
decisiones
de
que
hacer.
Finalmente,
en
el
tercer
apartado
hablaremos
sobre
las
cinco
fases
de
la
planificación
de
proyectos.
Explicaremos
cómo
poner
en
marcha
los
proyectos
siguiendo
el
modelo
de
planificación
natural
y
analizando
en
detalle
cada
una
de
las
cinco
fases:
definir
el
propósito
y
principios,
determinar
el
resultado,
realizar
una
lluvia
de
ideas,
organizarnos
y
establecer
las
siguientes
acciones
a
realizar.
1.
Fundamentos
A
continuación
explicaremos
algunos
conceptos
que
nos
ayudarán
a
entender
más
a
fondo
y
a
aplicar
la
metodología
GTD.
1.1
Estrategia
oveja
versus
tigre
Una
tigresa
embarazada,
atacó
un
rebaño
de
ovejas.
Por
el
esfuerzo
dio
a
luz
y
murió.
Su
pequeño
cachorro,
fue
acogido
por
el
rebaño…y
así
creció,
como
si
de
una
oveja
más
se
tratara.
Pasaron
los
años
y
el
tigrecito
adolescente
se
comportaba
como
uno
más
del
rebaño,
asumió
sus
mismas
costumbres
y
comportamientos.
Pastaba,
balaba,
y
compartía
sus
días
con
el
resto
de
sus
compañeros
quejándose
de
las
limitaciones
de
la
vida
en
la
pradera.
Pero
un
día,
desde
lo
alto
de
una
montaña,
un
tigre
adulto
divisó
el
rebaño.
No
podía
dar
crédito
a
lo
que
veía.
¿Cómo
era
posible
que
un
tigre
se
comportara
como
una
oveja?.
Dispuesto
a
solucionar
la
lamentable
situación,
bajó
corriendo
a
la
pradera
y
atacó
al
rebaño,
cazando
una
de
las
ovejas
y
agarrando
al
tigrecito
asustado.
Los
miembros
del
rebaño
huyeron
despavoridos.
El
tigre
adulto
llevó
al
tigrecito
a
un
lago,
lo
agarró
fuertemente
y
le
obligó
a
mirar
su
reflejo.
¡Eres
un
tigre!.
¡No,
déjame!,
¡soy
una
oveja!-‐
respondió
el
tigrecito.
El
tigre
adulto
entonces,
le
hizo
comer
un
trozo
de
carne.
El
pequeño
tigre
se
sorprendió
del
resultado.
¡Y
ahora,
ruge!.
Después
de
varios
intentos,
el
tigrecito
dejó
de
balar
y
consiguió
rugir.
Descubrió
su
verdadera
naturaleza.
-‐CUENTO
SUFÍ-‐
En
este
cuento
sufí
vemos
reflejada
la
naturaleza
de
una
oveja
frente
a
la
de
un
tigre.
¿Qué
preferimos
ser?¿Ovejas
o
tigres?
Von
Neumann
y
Morgenstein
escribieron
en
1944
la
“Teoría
de
juegos
y
conducta
económica”,
y
analizando
los
juegos
de
azar,
planteándose
porque
algunos
individuos
participaban
y
otros
no,
detectaron
el
mecanismo
que
subyace
a
la
toma
de
decisiones.
Descubrieron
que
los
individuos
que
poseían
aversión
por
el
riesgo
tenían
menor
tendencia
a
participar,
mientras
que
los
que
preferían
el
riesgo
tenían
tendencia
a
PASIÓN
Lo
que
te
gusta
hacer
RETRIBUCIÓN
CAPACIDAD
Motor
En
lo
que
eres
económico
mejor
La
búsqueda
de
la
conjunción
de
estos
tres
factores:
pasión,
retribución
y
capacidad,
es
en
la
que
tenemos
que
centrarnos
como
clave
del
éxito,
siendo
tan
constantes
como
un
puerco
espín.
Orientar
nuestro
tiempo
a
ello
seguro
que
nos
reportará
grandes
beneficios.
1.3.
La
pirámide
hueca
La
Pirámide
Hueca
es
un
libro
en
el
que
se
reflexiona
sobre
la
vida
y
sus
facetas,
sobre
aquello
que
debemos
cuidar
y
desarrollar
para
alcanzar
la
felicidad
y
la
satisfacción
personal.
Da
pautas
para
lograr
la
conciliación
entre
vida
familiar
y
profesional.
En
este
libro
se
divide
la
vida
en
cuatro
facetas,
las
cuales
han
de
encontrarse
en
equilibrio:
• Faceta
familiar.
Incluye
no
sólo
las
relaciones
familiares
sino
también
las
de
pareja,
amistad,
etc.
• Faceta
laboral.
Relacionada
con
todos
los
aspectos
del
trabajo,
relación
con
los
compañeros
de
trabajo
y
jefes,
etc.
• Faceta
personal.
Es
la
que
recoge
nuestras
inquietudes
personales,
hobbies,
etc.
• Faceta
altruista.
Es
la
de
dedicación
a
los
demás.
La
autora
del
libro
explica
que
estas
cuatro
facetas
forman
un
todo
indisoluble
de
forma
que
si
asemejamos
cada
faceta
a
un
triangulo
equilátero,
al
agruparlas
por
sus
vértices
crean
una
pirámide
hueca,
tal
y
como
podemos
ver
en
el
siguiente
esquema:
Cuanto
más
equilibradas
se
encuentren
las
caras
del
triángulo
más
grande
y
perfecta
será
la
pirámide,
es
decir,
si
consideramos
todas
las
facetas
igual
de
importantes
y
dedicamos
esfuerzo
a
que
estén
equilibradas,
encontraremos
la
felicidad
absoluta.
En
la
metodología
GTD
no
se
distingue
el
área
personal
del
profesional,
sino
que
sus
pautas
son
aplicables
a
todas
las
facetas.
Nunca
hay
que
olvidar
que
es
importante
el
trabajo
porque
transcurres
mucho
tiempo
en
él
y
porque
en
principio
has
escogido
ese
trabajo
porque
te
realizas
en
él,
pero
no
te
puedes
olvidar
del
resto
de
las
cosas.
Si
sólo
te
apoyas
en
un
pilar,
cuándo
éste
caiga
no
tendrás
otros
pilares
en
los
que
apoyarte.
Si
le
preguntas
a
alguien
en
su
lecho
de
muerte
si
se
arrepiente
de
algo,
la
respuesta
habitual
es
“de
no
haber
pasado
más
tiempo
con
la
gente
que
quiero”.
Nadie
te
dirá
“de
no
haber
trabajado
suficiente”.
Uno
de
los
factores
más
importantes
son
las
relaciones
personales,
no
sólo
con
los
demás
sino
con
uno
mismo.
2.1.
Recopilación
Recopilar
consiste
en
capturar
absolutamente
todo
lo
que
puede
representar
algo
que
hacer,
y
que
en
algún
momento
se
procesará
y
revisará.
Puede
ser
algo
grande,
pequeño,
urgente,
liviano,
importante,
personal,
profesional,
mensajes
de
voz,
emails,
asuntos
incompletos,
pendientes
o
en
marcha,
cualquier
cosa
que
creamos
que
tenga
que
ser
distinta
a
como
es
actualmente.
Una
vez
recopilado
tendremos
que
apilarlo
en
los
contenedores
adecuados
(bandejas
o
cestos
de
entrada)
hasta
su
procesamiento.
Las
herramientas
de
recopilación
necesarias
para
dicho
proceso
son:
• Bandeja
(de
cualquier
material).
• Hojas
en
blanco/libretas.
• Aparatos
electrónicos
para
tomar
notas
(ordenador,
PDA,
móvil,
etc.).
• Aparatos
electrónicos
para
grabar
la
voz
(contestadores
automáticos,
grabadoras,
etc.).
• Correo
electrónico.
Se
puede
tener
una
o
varias
bandejas
de
entrada,
de
distintas
formas,
y
en
distintos
lugares.
Todos
usamos
ya
una
o
varias
de
esta
clase
de
bandejas
de
entradas.
El
éxito
no
viene
dado
por
dicha
herramienta
de
recolección
sino
por
los
siguientes
requisitos
que
ha
de
cumplir:
1. Todo
ha
de
estar
en
un
sistema
de
recopilación
y
fuera
de
nuestra
cabeza.
Las
herramientas
de
recopilación
han
de
ser
accesibles.
Tienen
que
acabar
formando
parte
de
nuestro
estilo
de
vida,
de
manera
que
en
cualquier
momento
podamos
acceder
a
ellas
para
introducir
más
cosas
que
pudieran
surgir.
2.2.
Procesamiento
Tenemos
que
recordar
que
no
se
puede
organizar
lo
que
entra
en
nuestra
bandeja
de
entrada,
sólo
se
puede
recopilar
y
procesar.
Y
para
procesar
y
vaciar
así
lo
recopilado
tendremos
que
pensar
en
las
cosas
que
han
entrado
en
nuestra
bandeja
de
entrada
de
una
en
una
y
tomar
decisiones:
¿realmente
tengo
que
hacer
algo
al
respecto
sobre
este
asunto?
El
éxito
de
esta
metodología
es
organizar
las
acciones
necesarias
en
función
de
las
decisiones
que
se
han
tomado
sobre
lo
que
hay
que
hacer.
Tenemos
que
tomar
consciencia
de
que
las
cosas
no
se
organizan,
se
organizan
las
acciones
relacionadas
con
dichas
cosas.
Hacer
las
cosas
no
requiere
demasiado
esfuerzo;
en
cambio,
decidir
que
hacer
si
lo
requiere.
-‐
ELBERT
HUBBARD
Así
que
lo
primero
que
hay
que
pensar
cuando
saquemos
algo
del
“cesto”
de
recopilación
es:
¿Requiere
acción?
• Si
la
respuesta
es
que
NO
requiere
acción
tenemos
tres
opciones:
1. No
es
necesario.
Si
el
asunto
no
requiere
acción
y
además
no
es
necesario
para
nada,
lo
puedo
desechar.
Eliminaré
el
asunto
tirándolo
a
la
papelera
o
con
la
tecla
SUPRIMIR
del
ordenador
si
se
trata
de
algo
en
formato
digital.
2. Ahora
no
es
necesario
actuar
pero
puede
serlo
algún
día.
Si
el
asunto
no
requiere
acción
en
este
momento
pero
puede
requerirla
en
un
futuro
lo
incubaré.
Estableceré
algún
mecanismo
de
seguimiento
para
este
asunto
como
puede
ser
incluirlo
en
una
lista
de
algún
día/tal
vez
o
marcarlo
como
archivo
de
seguimiento.
3. Es
información
útil
que
puedo
necesitar
en
algún
momento.
Si
el
asunto
no
requiere
acción
pero
es
información
potencialmente
útil
lo
almacenaré
como
material
de
consulta.
Estableceré
un
buen
sistema
de
archivo
para
poder
acceder
fácilmente
a
dicha
información
siempre
que
la
necesite.
2.3.
Organización
En
el
diagrama
de
flujo
de
trabajo
ilustrado
en
el
apartado
anterior
hemos
visto
no
sólo
las
partes
que
engloba
el
procesamiento
sino
también
las
que
engloba
la
parte
de
organización,
que
serían
las
siguientes:
• Respecto
a
las
tareas
que
NO
requieren
acción:
o Desechar
(Papelera).
o Algún
día/tal
vez
(Conservar/Incubar).
o Consulta
(Recuperable
cuando
haga
falta).
• Respecto
a
las
tareas
que
SI
requieren
acción:
o Proyectos
(Planificación).
o Planes
del
proyecto
(Evaluar
para
determinar
acciones).
o Pendiente
(A
la
espera
de
que
alguien
lo
haga).
o Agenda
(Fijar
fecha
para
hacerlo).
o Acciones
siguientes
(Hacerlo
en
cuanto
pueda).
Algún
día/Tal
vez
En
esta
lista
incluimos
aquellas
cosas
que
no
requieren
una
acción
inmediata
pero
que
queremos
conservar
para
tener
la
opción
de
hacer
algo
en
un
futuro.
Ejemplo
de
lista
de
algún
día/tal
vez
o Mejorar
el
inglés
o Aprender
a
cocinar
o Hacer
un
viaje
alrededor
del
mundo
o Ponerme
al
día
en
fotografía
digital
o Tirarme
en
paracaídas
o Ordenar
el
trastero
o Enmarcar
los
papiros
de
Egipto
o Leer
50
sombras
de
Grey
o Escuchar
nuevos
grupos
de
música
También
se
podría
recurrir
a
archivos
de
seguimiento
para
almacenar
los
datos
de
“Algún
día”.
Material
de
consulta
Aquí
se
amacena
la
información
que
tiene
un
valor
intrínseco.
En
este
caso
no
son
acciones.
Según
el
material
que
sea
se
puede
almacenar
en
papel
o
en
formato
digital,
de
manera
que
se
puede
organizar
en
cajones
archivadores,
carpetas
(tanto
físicas
como
electrónicas),
armarios,
etc.
Este
tipo
de
archivos
de
consulta
suele
tener
dos
formas:
• Almacenamiento
por
tema
y
área
específica
• Archivos
de
consulta
general.
En
el
archivo
de
consulta
general
se
pueden
tener
aquellos
asuntos
que
no
pertenezcan
a
una
categoría
definida,
de
manera
que
las
cosas
que
no
identifiquemos
rápidamente
irán
a
parar
ahí,
facilitándonos
la
tarea
de
archivar.
2.4.
Revisión/evaluación
Hay
que
ser
capaces
de
revisar
toda
nuestra
vida
y
trabajo
a
intervalos
de
tiempo
y
niveles
apropiados.
15.000
metros
o
mas:
VIDA
12.000
metros
Perspectiva
de
tres
a
cinco
años
9.000
metros
Objetivos
anuales
o
bianuales
6.000
metros
Áreas
de
responsabilidad
3.000
metros
Proyectos
actuales
Al
contrario
de
los
métodos
tradicionales
de
gestión
del
tiempo,
la
metodología
GTD
recomienda
analizar
estos
niveles
de
abajo
a
arriba,
empezando
por
debajo
de
la
pirámide.
1. Pista
de
aterrizaje:
acciones
actuales.
Se
trata
de
todas
las
acciones
que
han
de
llevarse
a
cabo,
es
decir,
llamadas
telefónicas
a
realizar,
correos
electrónicos
a
contestar,
recados
que
hay
que
hacer,
asuntos
que
queremos
tratar
con
nuestra
pareja
o
jefe
o
amigos,
etc.
Las
estadísticas
dicen
que
si
se
detuviera
el
mundo
de
manera
que
estuviéramos
totalmente
libres
para
realizar
estas
tareas,
nos
llevaría
entre
trecientas
y
quinientas
horas
terminarlas.
2. 3.000
metros:
proyectos
actuales.
La
mayoría
de
proyectos
que
tenemos
en
nuestra
bandeja
de
entrada
consisten
en
realizar
las
acciones
que
ya
tenemos
frente
a
nosotros.
Se
trata
de
los
resultados
a
corto
plazo
que
queremos
alcanzar,
tales
como
organizar
las
vacaciones
del
próximo
mes,
buscar
una
nueva
peluquería,
organizar
una
reunión
para
avanzar
en
el
proyecto
de
tesis,
etc.
3. 6.000
metros:
áreas
de
responsabilidad.
Aceptamos
los
proyectos
que
se
nos
presentan
porque
tenemos
responsabilidades,
tanto
laborales
como
personales.
Tenemos
que
pensar
en
las
distintas
áreas
de
responsabilidad
para
ver
los
resultados
que
queremos
alcanzar.
Por
ejemplo,
dentro
del
área
personal
podríamos
pensar
en
salud,
familia,
economía
y/o
entorno
familiar,
y
establecer
los
resultados
que
queremos
para
esas
áreas.
El
área
laboral
dependerá
del
tipo
de
trabajo
que
tengamos,
podría
ser
servicio
al
cliente,
gestión
de
proyectos,
investigación
de
mercados,
etc.
4. 9.000
metros:
objetivos
anuales
o
bianuales.
Los
resultados
que
queremos
obtener
en
un
periodo
más
amplio
de
tiempo
añaden
una
perspectiva
distinta
a
la
hora
de
4.
Conclusiones
Aunque
el
método
GTD
en
esencia
es
simple
ya
que
sigue
el
modelo
de
pensamiento
natural
y
realmente
muchas
de
las
pautas
que
da
son
obvias,
también
incluye
numerosos
conceptos
y
hábitos
a
incorporar,
lo
que
dificulta
la
ejecución
completa
del
método,
ya
que
aunque
los
hábitos
se
pueden
modificar,
requiere
voluntad
y
cierto
tiempo
el
hacerlo.
Sin
embargo,
hay
partes
del
método
que
se
pueden
aplicar
independientemente
y
con
las
cuáles
ya
veremos
aumentada
nuestra
productividad.
Puede
que
el
haber
aprendido
a
usar
la
agenda
sólo
para
cuestiones
inamovibles
o
el
haber
hecho
una
lista
de
llamadas
telefónicas
a
realizar,
de
tareas
delegadas
o
de
cosas
que
algún
día
querría
hacer
ya
haya
mejorado
considerablemente
la
eficacia
no
sólo
de
nuestro
trabajo
sino
también
de
nuestra
vida.
El
método
GTD
ha
cambiado
el
enfoque
de
la
forma
de
aprovechar
el
tiempo
razonando
que
todas
las
acciones
que
realicemos
han
de
tener
un
fin
y
que
nosotros
hemos
de
ser
conscientes
de
ese
fin
ya
que
es
el
que
nosotros
mismos
hemos
determinado
para
esas
acciones.
Nosotros
tenemos
el
control
de
lo
que
hacemos
en
nuestro
tiempo,
son
nuestras
decisiones.
Y
para
valorar
si
hacemos
lo
más
adecuado
en
cada
momento
tenemos
que
saber
también
lo
que
no
estamos
haciendo.
Para
ello
habrá
que
dedicar
cierto
tiempo
a
pensar
y
a
plasmar
por
escrito
dichos
pensamientos.
Hay
que
listar
nuestras
tareas
y
organizarlas
en
un
sistema
que
nos
las
recuerde
cuando
corresponda
y
que
podamos
consultar
en
todo
momento
para
no
tener
que
recurrir
a
la
mente
constantemente
y
dejarla
así
libre
para
poder
concentrarse
en
lo
que
estemos
realizando
en
ese
instante.
Un
aspecto
innovador
de
este
método
es
que,
aunque
indique
algo
que
todos
ya
hemos
oído
alguna
vez
cómo
que
las
cosas
se
consiguen
pasito
a
pasito
y
pensando
un
poco,
GTD
da
la
clave
para
hacerlo:
determinar
la
siguiente
acción.
Algo
que
aunque
pueda
parecer
obvio,
resulta
revelador.
No
importa
lo
grande
que
sea
el
proyecto,
tarea
o
trabajo
a
realizar,
no
importa
que
en
ese
momento
no
sepamos
ni
por
dónde
empezar,
no
importa
que
no
sepamos
cómo
va
a
acabar.
Lo
que
tendremos
que
hacer
es
anotarlo
en
nuestra
lista,
pensar
en
su
propósito
y
en
cómo
queremos
que
acabe
(visualizar
el
éxito)
y
anotar
la
siguiente
acción
que
requiere.
Esa
primera
acción
puede
ser
tan
sencilla
como
una
llamada
telefónica
(de
S.O.S.)
o
una
búsqueda
en
Google
(de
un
experto
en
el
tema)
o
en
Infojobs
(para
buscar
otro
trabajo).
El
sistema
de
flujo
de
trabajo
propuesto
en
GTD
ha
de
estar
en
continua
revisión
por
nuestra
parte,
de
forma
que
también
lo
podremos
adaptar
según
nuestras
necesidades,
algo
muy
útil
en
la
sociedad
del
cambio
en
la
que
vivimos.
Por
todos
estos
aspectos
mencionados
y
muchos
más,
GTD
se
ha
convertido
en
referente
universal
en
la
organización
y
gestión
eficaz
del
tiempo,
aumentando
nuestra
productividad
y
liberándonos
del
estrés.
Como
muestra
de
ello,
veremos
en
el
siguiente
tema
los
casos
de
éxito.