7° Lectura de Ciencias Sociales Segundo Periodo

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GIMNASIO LOS SAUCES

RAZONAR, VALORAR Y ACTUAR


GUIA N.1
PRIMER PERÍODO
GRADO OCTAVO

DOCENTE: HERNÁN DARIO JIMENEZ LIZARAZO


La Iglesia en la Edad Media

Fuente: http://aprende.colombiaaprende.edu.co/sites/default/files/naspublic/SOCIALES_7_S7_DOC-.pdf

Después de la caída del Imperio Romano de Occidente, el cristianismo se convirtió en el elemento unificador en la
sociedad feudal. La Iglesia buscó cristianizar a los bárbaros, logrando que éstos atenuaran sus costumbres feroces en las
que predominaba el uso de la fuerza bruta. La Iglesia irradiaba una sensación de seguridad y un sentido de pertenencia a
una comunidad, algo importante en medio de tanto caos político y tantas guerras. En la Edad Media, la religión cristiana
primaba sobre todo lo demás. Para el hombre medieval la fe cristiana era indispensable. Vivía en función del cielo y de
su salvación eterna, es decir, ganarse el cielo después de la muerte y estar con Dios eternamente. Al fin y al cabo, Cristo,
el Salvador, había venido a salvar al hombre y si este no lograba la salvación, la alternativa era ser condenado a arder en
el infierno por toda la eternidad. La única institución que servía de guía para la salvación era la Iglesia. Por tal razón,
todos le obedecían y para la Iglesia era fácil controlar a todo creyente. Muy pocos se atrevían a cuestionar a la Iglesia y
sus creencias. Otro factor que convirtió a la Iglesia en un gran poder fue su gran organización. A grandes rasgos, la Iglesia
estaba conformada por el clero, los laicos que servían a la Iglesia y la comunidad de fieles. Veamos cómo estaba
organizada esta institución: Se llamaba clero a todos los religiosos que existían. Había dos tipos de clero: El clero seglar
que se organizaba como una jerarquía y estaba conformada por el papa, los arzobispos, los obispos y los párrocos: todos
ellos eran sacerdotes y permanecían entre la gente. El clero regular era de dos tipos: los monjes que buscaban aislarse
del mundo en un monasterio dirigido por un abad. Había otros que observaban el reglamento de una misma orden
(organización) como los frailes. Algunos eran misioneros que predicaban el evangelio. Otros predicaban y mendigaban
para poder subsistir. No todos los miembros del clero seglar tenían que ser sacerdotes. Los sacerdotes o curas, eran
aquellos religiosos que se habían consagrado a la Iglesia, haciendo los votos de castidad, pobreza y obediencia. Ellos
podían administrar los sacramentos, por ejemplo, la confesión: sólo ellos podían escuchar la confesión de un pecador,
imponer una penitencia (oración, ayuno, peregrinación) y dar el perdón. Por fuera del clero, estaban los laicos que
servían a la Iglesia. Por ejemplo: los Caballeros Templarios o los Hospitalarios, grupos fue muy importantes en la
Cruzadas, ordenes religioso militar. Los fieles eran toda la comunidad de cristianos. Ellos también eran miembros y
seguidores de la Iglesia. La Iglesia medieval era una monarquía centralizada administrada por el clero seglar según los
deseos del papa que era el obispo de Roma. El papa tenía oficiales llamados arzobispos y obispos, jefes de entidades
territoriales llamadas las arquidiócesis (grupo de diócesis) y de las diócesis (grupo de parroquias) respectivamente. Ellos
eran los encargados de arreglar conflictos que se presentaran sobre el dogma (conjunto de creencias), las actividades y
las prácticas. Debajo de ellos estaban los párrocos que se ocupaban de los fieles de las parroquias y eran el contacto de
la gente con la Iglesia. En las aldeas, la iglesia (templo) era un centro religioso y social: allí se reunía toda la comunidad
para celebrar las ceremonias religiosas y para desarrollar actividades sociales en los días festivos. La Iglesia medieval era
dueña de grandes extensiones de tierra, por lo que era rica y poderosa. Era dueña de los Estados Pontificios y poseía
bienes en todos los paises cristianos de Europa. Las herencias del clero iban a dar a manos de la Iglesia. Además, obtenía
fondos recogiendo los diezmos, es decir, la decima parte de los ingresos de toda familia cristiana. En cuanto a dogma
(verdades incuestionables) y creencias, lo importante era que los fieles lograran la salvación. Esta creencia determinó
todo el funcionamiento de la Iglesia y forjó la mentalidad del hombre medieval. La Iglesia hizo una lista de sacramentos
indispensables para la salvación (por ejemplo, bautismo, comunión, matrimonio) que sólo podían ser administrados por
sus sacerdotes. Guía del docente Bimestre: I Semana: 7 Número de clase: 21 80 Guía del docente L ibe rtad y Ord en
Para reforzar aún más su poder, la Iglesia tenía sus propias leyes en lo religioso y en lo político. Redactó su propio código
de conducta que reafirmaba la autoridad del papa sobre cualquier poder político. Todo cristiano tenía que obedecer las
leyes de la Iglesia; por ejemplo, nadie se podía divorciar sin el permiso del Papa, y menos si era rey. La Iglesia tenía sus
propias cortes o tribunales donde eran juzgados para juzgar a quien desobedeciera. Dos de los castigos más fuertes eran
la excomunión y la interdicción. Ser excomulgado era quedar condenado y sin posibilidad de salvación. Además, nadie
tenía por qué obedecer al excomulgado. En la interdicción, al clero se le prohibía administrar cualquier sacramento en
los territorios que quedaban bajo este castigo; todos sus habitantes quedaban por fuera de la cristiandad. Los que no
aceptaban el dogma de la Iglesia eran llamados herejes y eran torturados o asesinados. La cacería de brujas impedía que
alguien se desviara del verdadero cristianismo. En el siglo XII, la Iglesia creó un tribunal llamado la Santa Inquisición que
fue un instrumento de terror para juzgar los casos de mayor gravedad. Al que no acatara sus órdenes, se le aplicaba la
pena de muerte. La Iglesia no era perfecta: tenía problemas muy serios. Algunos sacerdotes eran iletrados y
escasamente podían leer las oraciones. Algunos papas y demás sacerdotes tenían una moral muy cuestionable,
traicionando así los votos de pobreza, obediencia y castidad. Algunos obispos estaban más preocupados por su status
como señores feudales y no como pastores de la iglesia. Muchos se hacían obispos por influencias y sin tener la
formación religiosa adecuada, señal de corrupción. La venta de indulgencias (el pecador pagaba a la Iglesia para no
cumplir la penitencia) era otra práctica corrupta. Había cuatro aspectos que preocupaban a la Iglesia: muchos sacerdotes
eran casados y tenían familia (nicolaísmo); los obispos vendían puestos eclesiásticos (simonía); los obispos escogían a
parientes de reyes para cargos religiosos (nepotismo); y finalmente, por la práctica de la investidura, muchos reyes
nombraban a los obispos en sus territorios: los reformadores de la Iglesia pensaban que sólo la Iglesia tenía esta
potestad. En el siglo X, dada la grave crisis, hubo un nuevo espíritu en la Iglesia que trajo consigo un renacimiento
espiritual y una reestructuración. Esto sucedió de dos formas: la apertura de nuevos monasterios y la creación de las
órdenes mendicantes y predicadoras. Los monasterios fueron los líderes de este renacimiento. Buscaban regresar a las
enseñanzas básicas de la religión cristiana, basadas en la devoción a Dios. Los monjes permanecían en los monasterios
buscando la forma de salvarse a sí mismos. Ya desde el siglo VI, San Benito, un sacerdote italiano que se quejaba de las
malas costumbres de la Iglesia, había optado por abrir y vivir aislado en un monasterio con un reglamento estricto
(Santa Orden) ideado por él, en el cual se rechazaba toda forma de riqueza y corrupción. Su lema era: ora et labora (orar
y trabajar). El trabajo era intelectual y manual (trabajo en la huerta). El monasterio tenía que llegar a ser autosuficiente.
El monasterio representaba la independencia económica y la actividad litúrgica (conjunto de ritos y ceremonias) en
forma simultánea. Sus seguidores se llamaron los benedictinos. La idea del monasterio tuvo auge especialmente en el
siglo X. Surgió la orden (comunidad) de Cluny, un lugar en Francia. Su base era la regla de San Benito reformada. Sus
monjes se sentían vasallos del papa, defendían la moral, rezaban y meditaban cada tres horas, tenían buenas relaciones
con los obispos y con la nobleza, en su liturgia predominaba la celebración de la misa con coros. No creían que sus
monjes debían hacer trabajo físico y se dedicaron a copiar manuscritos. La Abadía (monasterio) de Cluny fue un foco
cultural. Los monasterios de esta orden se empeñaron en construir iglesias románicas (que recordaban a los arcos de las
construcciones romanas). Los monjes llevaban una vida bastante cómoda. Uno de sus monjes fue el Papa Gregorio VII
(siglo XI) cuyo verdadero nombre era Hildebrando, quien llevó a cabo varias reformas. Fue él quien prohibió que los
sacerdotes se casaran y que se practicara la simonía. En cuanto a la investidura de los obispos, se enfrentó y humilló al
Emperador del Sacro Imperio Romano Enrique IV, pero a la final perdió esta batalla. Otra orden que apareció por esa
época fue la orden Císter que trataba de seguir al pie de la letra la regla benedictina. Tenían sus monasterios en los que
promovían el ascetismo (completa austeridad y renuncia a los placeres del mundo para llegar a la perfección moral y
espiritual y el rigor con los ritos. Se refugiaban en la soledad y la meditación y hacían trabajo manual. Su gran impulsor
fue el francés Bernardo de Claraval (siglo XII), quien no se alimentaba bien y se mortificaba el cuerpo. Aparte de los
monasterios, en el siglo XIII aparecieron las órdenes mendicantes y predicadores. Estos frailes viajaban por todas partes.
Como los monjes, los frailes también hacían los votos de castidad, pobreza y obediencia. Bimestre: I Semana: 7 Número
de clase: 21 Guía del docente Guía del docente 81 L ibe rtad y Ord en A diferencia de los monjes, los frailes no
necesariamente vivían en monasterios sino entre las gentes del común. No tenían propiedad alguna y vivían de la
limosna. Los frailes salían al mundo para aliviar a los que sufrían y a predicar el evangelio. Hubo dos frailes famosos que
fundaron comunidades que persisten hasta nuestros días. El fundador de los predicadores fue Santo Domingo de
Guzmán (1170-1221), un español que enfatizaba la importancia del estudio. Quiso predicar el catolicismo a todos
aquellos que se podrían tildar de herejes, como los cátaros. Muchos filósofos y profesores universitarios medievales
fueron dominicos. Santo Domingo se veía a sí mismo como un misionero. Era muy devoto a la Virgen y rezaba el rosario
para predicar el catolicismo. Se decía que él era capaz de realizar prodigios. Francisco de Asís (1181-1226), un italiano
que fundó la orden mendicante de los franciscanos (1209). San Francisco trataba a todas las criaturas de Dios incluyendo
los animales como hermanos espirituales. Rechazó la opulencia (riqueza exagerada) de la Iglesia. Vivió en la humildad y
la simplicidad. A él se le atribuye haber hecho el primer pesebre, costumbre que aún subsiste en el mundo occidental. Se
dice que recibió de una bola de fuego los estigmas (llagas) de la crucifixión en las manos, pies y costado. Las monjas
también fueron parte fundamental de este renacimiento. Fundaron conventos (monasterios para mujeres) en el siglo XII
donde vivían en condiciones de gran austeridad. Uno de los aspectos más relevantes y críticos de le Iglesia medieval fue
su relación con los reyes y los emperadores. La pregunta eterna era: ¿Quién tiene mayor autoridad o quién debe
obedecer a quién? Al principio no hubo problemas, pero poco a poco se fueron desarrollando pugnas entre estos dos
poderes que se llamaron querellas. ¿Cómo ocurrió todo esto? Cuando en el occidente los emperadores romanos
perdieron su influencia y su poder, el obispo de Roma fue adquiriendo el poder y se volvió en el verdadero dueño de
Roma. En el siglo VI, el emperador bizantino Justiniano trató de reunificar el imperio Romano pero fracasó. A su muerte
(565), Italia fue invadida por los Lombardos y quedó dividida en varios reinos que quedaron abandonados a su suerte y
entraron en un período de guerras crueles. Poco a poco, la autoridad de los emperadores de Bizancio se iba perdiendo
en Europa Occidental. Un Papa llamado Gelasio I (siglo VI) previó que a la larga estallaría un grave conflicto entre dos
fuerzas en Europa: la política y la religiosa. Lanzó su teoría de las dos espadas como forma de evitar este conflicto: el
emperador o rey se sometía a la autoridad papal cuando el conflicto fuera de índole religioso. Cuando el conflicto fuera
de índole político, el papa se sometía al poder del emperador o rey. Así se podría gobernar en completa armonía. Aún
así reinaba la confusión. El papa Gregorio I el Grande (siglo VI) preparó a Roma para su defensa contra las invasiones
bárbaras y lo hizo como un jefe de estado, inclusive dialogando con los lombardos. Envió funcionarios por toda Europa,
consolidándose así el poder temporal (no religioso) del papado. En la práctica él era el jefe en Italia. En 936, el rey Otón I
fue coronado rey de Alemania. Se alió con la Iglesia, forjó una gran alianza con el clero en Alemania y así dominó la
Iglesia. Con el apoyo de ésta derrotó a los príncipes germanos. Por ayudar al papa en 962, éste lo coronó Emperador. El
imperio germano-italiano creado se llamó Imperio Sacro Romano Germánico y fue la unidad política más fuerte en
Europa hasta el año 1100. Ni a los príncipes alemanes ni a la nobleza italiana les gustó esta alianza pues les quitaba
poder. Muchas luchas se desarrollarían por este motivo. La Iglesia desarrolló más fuerza bajo Gregorio VII (siglo XI). Este
papa era un hombre práctico sin ambiciones personales que buscaba sólo la supremacía de la Iglesia sobre Europa, pues
se dio cuenta de las brutalidades que cometían los reyes por su ignorancia. La circunstancias le favorecían: los reyes se
habían debilitado. Podía contar con el espíritu rebelde de los nobles y la rivalidad entre los poderes seglares y
espirituales. Era jefe de los Estados Pontificios y muchos duques italianos lo apoyaban. Se creía el jefe supremo en
Europa y los reyes y emperadores eran sus vasallos. Para él, la Iglesia era omnisciente (todo lo sabe), omnipotente
(todopoderosa) e infalible (no comete errores). El era el juez supremo y la única fuente de ley, imponiendo a su antojo
justicia, misericordia y paz. Europa sería un verdadero Imperio Cristiano. Mientras tanto, los reyes buscaban colocar en
altos cargos al clero, los únicos letrados, pues los necesitaba como consejeros y magistrados. Como los puestos en la
Iglesia no eran hereditarios, los reyes no temían tener rivales en ese sentido. Como los obispos recién nombrados por el
rey le pagaban una alta suma de dinero, los reyes querían lucrarse de las riquezas de la Iglesia para mejorar sus tierras;
por eso era importante poder nombrarlos. Guía del docente Bimestre: I Semana: 7 Número de clase: 21 82 Guía del
docente L ibe rtad y Ord en Hubo muchas querellas entre los papas y los emperadores y reyes pues cada uno quería
tener autoridad y supremacía sobre el otro. Una de las más famosas querellas fue la del papa Gregorio VII contra el
emperador del Sacro Imperio Romano, Enrique IV (año 1075). Gregorio VII quiso independizar la Iglesia del emperador y
por esto prohibió la práctica de la investidura por parte del emperador (1076). Este se enfureció, alegando que él daba el
feudo al obispo y por ende debía y podía nombrarlo. El conflicto estaba planteado. Algunos príncipes alemanes
apoyaron al papa por interés propio y con tal de quitarle poder a Enrique IV. Entonces el papa excomulgó al emperador
y cogió camino hacia Alemania para nombrar a uno nuevo. Con tantos problemas en casa, Enrique IV se rindió, confesó
que había pecado y optó por pedirle perdón al papa. La escena fue humillante: Enrique IV se puso de rodillas frente al
papa durante tres días en medio de la nieve y el frío en la ciudad de Canossa en Italia. El papa se vio obligado a
perdonarle, aunque sabía que todo esto era tan solo una patraña. En efecto, Enrique IV regresó a Alemania, sometió a
los príncipes rebeldes y eventualmente volvió a Italia y mandó al exilio a Gregorio VII. El problema de las investiduras se
arregló en el año 1122 con el Concordato de Worms por medio del cual la Iglesia elegía e investía espiritualmente a los
obispos, pero el emperador tenía el derecho de investirlo con feudos, algo totalmente material y donde estaba
representada la riqueza. Tan grave fue la pugna de poder entre papas y emperadores, que en Italia en el siglo XII, las
ciudades se dividieron entre las que apoyaban al papa conocidas como güelfas y los partidarios de la causa imperial
conocidas como gibelinas. Había ciudades que cambiaban de bando según su conveniencia. En el siglo XIII el papa
Inocencio III lanzó la siguiente tesis: “el papa está entre Dios y el hombre, por debajo de Dios, pero por encima del
hombre y por consiguiente puede juzgar a los hombres y nadie lo puede juzgar a él.” En otras palabras, la autoridad
venía directamente de Dios. Esta teoría sería adaptada después por los reyes europeos y conocida como derecho divino
que dio lugar al absolutismo (la voluntad del rey es la voluntad de Dios). Inocencio III se peleó con el rey inglés John
porque John se atrevió a nombrar directamente al Arzobispo de Canterbury sin permiso del papa. Este lo excomulgó y
colocó a Inglaterra en interdicción. A John le tocó retractarse: esta partida la ganó el Papa. Cuando el rey francés Felipe II
Augusto (siglo XIII) trató de anular su matrimonio, el papa Inocencio III le aplicó el mismo castigo que el rey acató a
medias. Irónicamente fue con este rey con quien el papa después lanzó una violenta cruzada contra los albigenses
(1208), un grupo de personas que vivían en el sur de Francia y querían purificar la Iglesia y regresar a la simplicidad del
Cristianismo original. La cruzada perpetró verdaderas masacres hasta acabar con los albigenses: mataban a quien
sospechaban de ser albigense con el lema de que “Mi Dios sabrá si era un buen cristiano o no.” Otro emperador del
Sacro Imperio Romano, Federico II, (siglo XIII) también sostuvo peleas con varios papas pues quería quedarse con la zona
norte de Italia donde estaban las ciudades-repúblicas más ricas. A la larga no ganó nada en Italia y en cambio sí perdió
poder entre sus súbditos alemanes por ausentarse tanto tiempo de allí. Los señores feudales en Alemania fueron
empoderándose más y más, hecho que tendría repercusiones determinantes en la historia de ese país, pues no permitió
la consolidación de un poder central en esa época. Esta pelea de reyes y papas duró muchos siglos, pero finalmente los
papas perdieron la guerra porque los reyes ingleses y franceses se fortalecieron, retaron a los papas y los despojaron de
su supuesta supremacía. El rey francés Felipe IV en el año de 1305 logró llevar el papado a Aviñón en ciudad en Francia y
así pudo controlar al Papa al menos durante 70 años. Este hecho se conoce como el cisma porque la sede papal ya no
estaba en Roma sino en Aviñón (Nota: en el año 1054, ya había habido un cisma de la Iglesia cuando, por diferencias en
su interpretación de la Trinidad, ésta se dividió en dos: la Iglesia Cristiana con sede en Roma y la Iglesia Cristiana
Ortodoxa con sede en Bizancio). Durante algún tiempo, el papado sufrió tal desprestigio que hubo 3 papas a la vez: uno
en Roma, uno en Aviñón y un tercero que nombraron para que los otros dos renunciaran, lo cual no sucedió. A pesar de
todos los problemas internos y externos de la Iglesia medieval, muchos fueron sus aportes. Fueron los monjes quienes,
al transcribir textos antiguos, preservaron la cultura grecolatina. Al margen del texto, los monjes colocaban
iluminaciones (letras mayúsculas decoradas, y miniaturas, o sea, dibujos pequeños, en oro y plata con colores vivos)
para ilustrar aún más al lector. Durante gran parte de la Edad Media reinó la ignorancia aun en las clases privilegiadas.
Muchos reyes ni siquiera sabían leer ni escribir y el pueblo también era completamente iletrado. Saber Bimestre: I
Semana: 7 Número de clase: 21 Guía del docente Guía del docente 83 L ibe rtad y Ord en leer y escribir era privilegio de
un círculo reducido de personas. Por un lado, la Iglesia necesitaba sacerdotes letrados que supieran leer, cantar y
predicar. Por otra lado, como los reyes necesitaban hombres letrados para escribir las leyes, llevar las cuentas de las
ganancias y para administrar los asuntos del reino y llevar la correspondencia diplomática, surgieron las escuelas que
durante muchos siglos estuvieron en manos del clero. Las escuelas eran sólo para los que querían entrar al clero. Se
enseñaba el catecismo y el canto religioso. Los estudiantes eran obligados a aprender todo de memoria: alumno se
contentaba con repetir lo que el maestro decía. En los monasterios la meta más importante era enseñar teología a los
monjes. La enseñanza se impartía en latín, la lengua de la Iglesia y de la literatura. Pero el pueblo no comprendía el latín.
Por eso la escuela estuvo separada del pueblo. El desarrollo de las ciudades y el comercio ensanchó el horizonte mental
de los europeos y surgieron las universidades, que en su origen eran sólo corporaciones (agrupaciones de personas que
tenían un mismo interés). Se amplió la gama de conocimiento pues surgió otra forma de educación: los tutores que
enseñaban lo que querían a nivel universitario. Sólo estudiaban los varones, las mujeres no. En las universidades
estudiaban no sólo religiosos sino también laicos. Las universidades más importantes fueron la de Bolonia especializada
en derecho romano. Los egresados de esta universidad eran escogidos para ser consejeros de los reyes. En la
Universidad de París se estudiaba teología, la materia reina. La religión cristiana era considerada como una verdad
absoluta. Los estudiantes se encerraban en largas discusiones y se le daba mas importancia a las polémicas que a la
investigación. La universidad de Salerno se especializó en el estudio de la medicina. Surgieron universidades por toda
Europa: en Inglaterra las de Oxford y Cambridge, en España la de Salamanca, la de Praga en Bohemia y la de Cracovia en
Polonia. Las universidades tenían facultades. En la facultad inferior se estudiaban las siete artes liberales (gramática,
retórica, lógica, aritmética, geometría, astronomía y música) .y en la facultad superior teología , medicina y derecho. Los
profesores eran sacerdotes. La fe predominaba sobre todo. Se creía ciegamente en historias de santos, mártires y
milagros. Pero la Iglesia ocultaba verdades, porque se creía que iban en contra de la Biblia. Florecieron “ciencias” como
la alquimia y la astrología. El alquimista buscaba el elixir o la piedra filosofal para transformar todo metal al oro y
prolongar la vida eternamente. El astrólogo trataba de relacionar el comportamiento y hasta el futuro de una persona,
basándose en la posición de los astros en el momento de su nacimiento. Estudiaba cómo los planetas influían en la vida
del hombre. Otra forma de aprendizaje fue el escolasticismo, una escuela de filosofía que buscaba armonizar la fe con la
razón por medio de la lógica. Su conocimiento se basaba en el estudio de la Biblia. Uno de los más famosos filósofos
escolásticos fue Santo Tomás de Aquino. Pero la educación no fue lo único de lo que se ocupó la Iglesia. Con los ingresos
recibidos por diezmos y herencias, la Iglesia también prestó un gran servicio social. Al proyectarse como protectora de
los enfermos, surgieron los hospitales. Para socorrer a los huérfanos, abrieron orfanatos. También fundaron hospicios
para ayudar a los indigentes (pobres). Actualmente no es la Iglesia sino el Estado el responsable de cumplir con este
servicio. La Iglesia también promovió la construcción de grandes catedrales y un nuevo estilo llamado gótico (llamada así
porque se hicieron muchas al norte de los Alpes donde vivían los godos-germanos) Tenían muchas torres y vitrales que
enseñaban la Biblia a los feligreses. Llamaban a la gente a la oración con el repique de las campanas que se oían desde
muy lejos. Todo en el mundo acercaba al hombre a Dios.

Actividades por desarrollar:

1. Desarrollar la plantilla de control de lectura

● Tipo de lectura: (artículo, párrafo o fragmento)


● Título:
● Autor:
● Fecha en la cual fue publicado
● Idea principal
● Ideas secundarias (2)
● Opinión personal: ¿De qué forma la lectura aporta a la asignatura?
● ¿Qué aprendí?
● Conclusión.
● ¿Qué factores determinaron el dominio de la iglesia cristiana durante la edad media?

2. Responder en una página la siguiente pregunta ¿cómo se relaciona el texto con el tópico generativo?

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