Guia 2 La Iglesia Medieval
Guia 2 La Iglesia Medieval
Guia 2 La Iglesia Medieval
Tema:
La iglesia medieval
Objetivos de la clase:
• Comprender la importancia y la labor del clero en el medioevo.
• Hacer una evaluación entre el antes y el después del medioevo.
• Comprender cómo funcionaba la Inquisición.
DBA:
Analiza la edad media como un período histórico que dio origen a instituciones sociales,
económicas y políticas en relación con el mismo periodo de las sociedades precolombinas
Estándar:
Comparo legados culturales (científicos, tecnológicos, artísticos, religiosos…) de diferentes
grupos y reconozco su impacto en la actualidad.
Pregunta problematizadora:
¿Por qué la religión como institución es una fuerza poderosa que determina procesos históricos?
Desempeños:
. Comprende las características de la iglesia medieval, problemas y Reformas
. Identifica factores económicos, sociales, políticos y geográficos que han generado
procesos de movilidad poblacional en las diferentes culturas y períodos históricos.
. Caracteriza las expresiones sociales y culturales propias de Europa occidental durante el
Medioevo, favoreciendo así la estructuración del pensamiento crítico.
Después de la caída del Imperio Romano de Occidente, el cristianismo se convirtió en el elemento unificador en la
sociedad feudal. La Iglesia buscó cristianizar a los bárbaros, logrando que éstos atenuaran sus costumbres feroces en las
que predominaba el uso de la fuerza bruta. La Iglesia irradiaba una sensación de seguridad y un sentido de pertenencia a
una comunidad, algo importante en medio de tanto caos político y tantas guerras.
Para el hombre medieval la fe cristiana era indispensable. Vivía en función del cielo y de su salvación eterna, es decir,
ganarse el cielo después de la muerte y estar con Dios eternamente. Al fin y al cabo, Cristo, el Salvador, había venido a
salvar al hombre y si este no lograba la salvación, la alternativa era ser condenado a arder en el infierno por toda la
eternidad. La única institución que servía de guía para la salvación era la Iglesia. Por tal razón, todos le obedecían y para
la Iglesia era fácil controlar a todo creyente. Muy pocos se atrevían a cuestionar a la Iglesia y sus creencias.
Otro factor que convirtió a la Iglesia en un gran poder fue su gran organización. A grandes rasgos, la Iglesia estaba
conformada por el clero, los laicos que servían a la Iglesia y la comunidad de fieles.
El clero seglar que se organizaba como una jerarquía y estaba conformada por el Papa, los arzobispos, los obispos y los
párrocos: todos ellos eran sacerdotes y permanecían entre la gente.
El clero regular era de dos tipos: los monjes que buscaban aislarse del mundo en un monasterio dirigido por un abad.
Había otros que observaban el reglamento de una misma orden (organización) como los frailes. Algunos eran misioneros
que predicaban el Evangelio. Otros predicaban y mendigaban para poder subsistir. No todos los miembros del clero
seglar tenían que ser sacerdotes.
Los sacerdotes o curas, eran aquellos religiosos que se habían consagrado a la Iglesia, haciendo los votos de castidad,
pobreza y obediencia. Ellos podían administrar los sacramentos, por ejemplo, la confesión: sólo ellos podían escuchar la
confesión de un pecador, imponer una penitencia (oración, ayuno, peregrinación) y dar el perdón.
Por fuera del clero, estaban los laicos que servían a la Iglesia. Por ejemplo: los Caballeros Templarios o los Hospitalarios,
grupos muy importantes en la Cruzadas, ordenes religioso militar.
Los fieles eran toda la comunidad de cristianos. Ellos también eran miembros y seguidores de la Iglesia.
La Iglesia medieval era una monarquía centralizada administrada por el clero seglar según los deseos del Papa que era el
obispo de Roma. El Papa tenía oficiales llamados arzobispos y obispos, jefes de entidades territoriales llamadas las
arquidiócesis (grupo de diócesis) y de las diócesis (grupo de parroquias) respectivamente. Ellos eran los encargados de
arreglar conflictos que se presentaran sobre el dogma (conjunto de creencias), las actividades y las prácticas. Debajo de
ellos estaban los párrocos que se ocupaban de los fieles de las parroquias y eran el contacto de la gente con la Iglesia. En
las aldeas, la iglesia (templo) era un centro religioso y social: allí se reunía toda la comunidad para celebrar las
ceremonias religiosas y para desarrollar actividades sociales en los días festivos.
La Iglesia medieval era dueña de grandes extensiones de tierra, por lo que era rica y poderosa. Era dueña de los Estados
Pontificios y poseía bienes en todos los países cristianos de Europa. Las herencias del clero iban a dar a manos de la
Iglesia. Además, obtenía fondos recogiendo los diezmos, es decir, la décima parte de los ingresos de toda familia
cristiana.
En cuanto a dogma (verdades incuestionables) y creencias, lo importante era que los fieles lograran la salvación. Esta
creencia determinó todo el funcionamiento de la Iglesia y forjó la mentalidad del hombre medieval. La Iglesia hizo una
lista de sacramentos indispensables para la salvación (por ejemplo, bautismo, comunión, matrimonio) que sólo podían
ser administrados por sus sacerdotes
Para reforzar aún más su poder, la Iglesia tenía sus propias leyes en lo religioso y en lo político. Redactó su propio código
de conducta que reafirmaba la autoridad del Papa sobre cualquier poder político. Todo cristiano tenía que obedecer las
leyes de la Iglesia; por ejemplo, nadie se podía divorciar sin el permiso del Papa, y menos si era rey. La Iglesia tenía sus
propias cortes o tribunales donde eran juzgados para juzgar a quien desobedeciera. Dos de los castigos más fuertes eran
la excomunión y la interdicción. Ser excomulgado era quedar condenado y sin posibilidad de salvación. Además, nadie
tenía por qué obedecer al excomulgado. En la interdicción, al clero se le prohibía administrar cualquier sacramento en
los territorios que quedaban bajo este castigo; todos sus habitantes quedaban por fuera de la cristiandad.
Los que no aceptaban el dogma de la Iglesia eran llamados herejes y eran torturados o asesinados. La cacería de brujas
impedía que alguien se desviara del verdadero cristianismo.
EN EL SIGLO XII, LA IGLESIA CREÓ UN TRIBUNAL LLAMADO LA SANTA INQUISICIÓN que fue un instrumento de terror
para juzgar los casos de mayor gravedad. Al que no acatara sus órdenes, se le aplicaba la pena de muerte. ha sido
recordada hasta nuestros días por los despiadados métodos de tortura utilizados para arrancar las
confesiones.
La idea del monasterio tuvo auge especialmente en el siglo X. Surgió la orden (comunidad) de Cluny, un lugar en Francia.
Su base era la regla de San Benito, de rechazar toda forma de riqueza y corrupción y dedicarse a la oración y el trabajo.
Aparte de los monasterios, en el siglo XIII aparecieron las órdenes mendicantes y predicadores. Estos frailes viajaban por
todas partes. Como los monjes, los frailes también hacían los votos de castidad, pobreza y obediencia.
A diferencia de los monjes, los frailes no necesariamente vivían en monasterios sino entre las gentes del común. No
tenían propiedad alguna y vivían de la limosna. Los frailes salían al mundo para aliviar a los que sufrían y a predicar el
evangelio.
Hubo dos frailes famosos: Santo Domingo de Guzmán, un español que enfatizaba la importancia del estudio. Quiso
predicar el catolicismo a todos aquellos que se podrían tildar de herejes, como los cátaros. Muchos filósofos y
profesores universitarios medievales fueron dominicos.
Francisco de Asís: trataba a todas las criaturas de Dios incluyendo los animales como hermanos espirituales. A él se le
atribuye haber hecho el primer pesebre, costumbre que aún subsiste en el mundo occidental.
Las monjas también fueron parte fundamental de este renacimiento. Fundaron conventos (monasterios para mujeres)
en el siglo XII donde vivían en condiciones de gran austeridad.
Uno de los aspectos más relevantes y críticos de le Iglesia medieval fue su relación con los reyes y los emperadores. La
pregunta eterna era: ¿Quién tiene mayor autoridad o quién debe obedecer a quién? Al principio no hubo problemas,
pero poco a poco se fueron desarrollando pugnas entre estos dos poderes que se llamaron querellas.
Cuando en el occidente los emperadores romanos perdieron su influencia y su poder, el obispo de Roma fue
adquiriendo el poder y se volvió en el verdadero dueño de Roma. En el siglo VI, el emperador bizantino Justiniano trató
de reunificar el Imperio Romano, pero fracasó. A su muerte (565), Italia fue invadida por los Lombardos y quedó dividida
en varios reinos que quedaron abandonados a su suerte y entraron en un período de guerras crueles. Poco a poco, la
autoridad de los emperadores de Bizancio se iba perdiendo en Europa Occidental. Un Papa llamado Gelasio I (siglo VI)
previó que a la larga estallaría un grave conflicto entre dos fuerzas en Europa: la política y la religiosa. Lanzó su teoría de
las dos espadas como forma de evitar este conflicto: el emperador o rey se sometía a la autoridad Papal cuando el
conflicto fuera de índole religioso. Cuando el conflicto fuera de índole político, el Papa se sometía al poder del
emperador o rey. Así se podría gobernar en completa armonía. Aun así, reinaba la confusión. El Papa Gregorio I el
Grande (siglo VI) preparó a Roma para su defensa contra las invasiones bárbaras y lo hizo como un jefe de estado,
inclusive dialogando con los lombardos. Envió funcionarios por toda Europa, consolidándose así el poder temporal (no
religioso) del Papado. En la práctica él era el jefe en Italia.
En 936, el rey Otón I fue coronado rey de Alemania. Se alió con la Iglesia, forjó una gran alianza con el clero en Alemania
y así dominó la Iglesia. Con el apoyo de ésta derrotó a los príncipes germanos. Por ayudar al Papa en 962, este lo coronó
Emperador. El imperio germano-italiano creado se llamó Imperio Sacro Romano Germánico y fue la unidad política más
fuerte en Europa hasta el año 1100. Ni a los príncipes alemanes ni a la nobleza italiana les gustó esta alianza pues les
quitaba poder. Muchas luchas se desarrollarían por este motivo.
La Iglesia desarrolló más fuerza bajo Gregorio VII (siglo XI). Este Papa era un hombre práctico sin ambiciones personales
que buscaba sólo la supremacía de la Iglesia sobre Europa, pues se dio cuenta de las brutalidades que cometían los reyes
por su ignorancia. Las circunstancias le favorecían: los reyes se habían debilitado. Podía contar con el espíritu rebelde de
los nobles y la rivalidad entre los poderes seglares y espirituales. Era jefe de los Estados Pontificios y muchos duques
italianos lo apoyaban. Se creía el jefe supremo en Europa y los reyes y emperadores eran sus vasallos. Para él, la Iglesia
era omnisciente (todo lo sabe), omnipotente (todopoderosa) e infalible (no comete errores). Él era el juez supremo y la
única fuente de ley, imponiendo a su antojo justicia, misericordia y paz. Europa sería un verdadero Imperio Cristiano.
Mientras tanto, los reyes buscaban colocar en altos cargos al clero, los únicos letrados, pues los necesitaba como
consejeros y magistrados. Como los puestos en la Iglesia no eran hereditarios, los reyes no temían tener rivales en ese
sentido. Como los obispos recién nombrados por el rey le pagaban una alta suma de dinero, los reyes querían lucrarse
de las riquezas de la Iglesia para mejorar sus tierras; por eso era importante poder nombrarlos.
Hubo muchas querellas entre los Papas y los emperadores y reyes pues cada uno quería tener autoridad y supremacía
sobre el otro. Una de las más famosas querellas fue la del Papa Gregorio VII contra el emperador del Sacro Imperio
Romano, Enrique IV (año 1075).
Tan grave fue la pugna de poder entre papas y emperadores, que, en Italia en el siglo XII, las ciudades se dividieron entre
las que apoyaban al Papa conocidas como güelfas y los partidarios de la causa imperial conocidas como gibelinas. Había
ciudades que cambiaban de bando según su conveniencia.
En el siglo XIII el Papa Inocencio III lanzó la siguiente tesis: “el Papa está entre Dios y el hombre, por debajo de Dios, pero
por encima del hombre y por consiguiente puede juzgar a los hombres y nadie lo puede juzgar a él.” En otras palabras, la
autoridad venía directamente de Dios. Esta teoría sería adaptada después por los reyes europeos y conocida como
derecho divino que dio lugar al absolutismo (la voluntad del rey es la voluntad de Dios). Inocencio III se peleó con el rey
inglés John porque John se atrevió a nombrar directamente al arzobispo de Canterbury sin permiso del Papa. Este lo
excomulgó y colocó a Inglaterra en interdicción. A John le tocó retractarse: esta partida la ganó el Papa.
Cuando el rey francés Felipe II Augusto (siglo XIII) trató de anular su matrimonio, el Papa Inocencio III le aplicó el mismo
castigo que el rey acató a medias. Irónicamente fue con este rey con quien el Papa después lanzó una violenta CRUZADA
contra los albigenses (1208), un grupo de personas que vivían en el sur de Francia y querían purificar la Iglesia y regresar
a la simplicidad del cristianismo original. La cruzada perpetró verdaderas masacres hasta acabar con los albigenses:
mataban a quien sospechaban de ser albigense con el lema de que “Mi Dios sabrá si era un buen cristiano o no.”
Otro emperador del Sacro Imperio Romano, Federico II, (siglo XIII) también sostuvo peleas con varios Papas pues quería
quedarse con la zona norte de Italia donde estaban las ciudades-repúblicas más ricas. A la larga no ganó nada en Italia y
en cambio sí perdió poder entre sus súbditos alemanes por ausentarse tanto tiempo de allí. Los señores feudales en
Alemania fueron empoderándose más y más, hecho que tendría repercusiones determinantes en la historia de ese país,
pues no permitió la consolidación de un poder central en esa época.
Esta pelea de reyes y Papas duró muchos siglos, pero finalmente los Papas perdieron la guerra porque los reyes ingleses
y franceses se fortalecieron, retaron a los Papas y los despojaron de su supuesta supremacía. El rey francés Felipe IV en
el año de 1305 logró llevar el Papado a Aviñón en ciudad en Francia y así pudo controlar al Papa al menos durante 70
años. Este hecho se conoce como el cisma porque la sede Papal ya no estaba en Roma sino en Aviñón (Nota: en el año
1054, ya había habido un cisma de la Iglesia cuando, por diferencias en su interpretación de la Trinidad, ésta se dividió
en dos: la Iglesia Cristiana con sede en Roma y la Iglesia Cristiana Ortodoxa con sede en Bizancio). Durante algún tiempo,
el Papado sufrió tal desprestigio que hubo 3 Papas a la vez: uno en Roma, uno en Aviñón y un tercero que nombraron
para que los otros dos renunciaran, lo cual no sucedió.
A pesar de todos los problemas internos y externos de la Iglesia medieval, muchos fueron sus aportes:
Fueron los monjes quienes, al transcribir textos antiguos, preservaron la cultura grecolatina. Al margen del texto, los
monjes colocaban iluminaciones (letras mayúsculas decoradas, y miniaturas, o sea, dibujos pequeños, en oro y plata con
colores vivos) para ilustrar aún más al lector.
Durante gran parte de la Edad Media reinó la ignorancia aun en las clases privilegiadas. Muchos reyes ni siquiera sabían
leer ni escribir y el pueblo también era completamente iletrado. Saber leer y escribir era privilegio de un círculo reducido
de personas. Por un lado, la Iglesia necesitaba sacerdotes letrados que supieran leer, cantar y predicar. Por otro lado,
como los reyes necesitaban hombres letrados para escribir las leyes, llevar las cuentas de las ganancias y para
administrar los asuntos del reino y llevar la correspondencia diplomática, surgieron las escuelas que durante muchos
siglos estuvieron en manos del clero. Las escuelas eran sólo para los que querían entrar al clero. Se enseñaba el
catecismo y el canto religioso. Los estudiantes eran obligados a aprender todo de memoria: alumno se contentaba con
repetir lo que el maestro decía. En los monasterios la meta más importante era enseñar teología a los monjes. La
enseñanza se impartía en latín, la lengua de la Iglesia y de la literatura. Pero el pueblo no comprendía el latín. Por eso la
escuela estuvo separada del pueblo.
El desarrollo de las ciudades y el comercio ensanchó el horizonte mental de los europeos y surgieron las universidades,
que en su origen eran sólo corporaciones (agrupaciones de personas que tenían un mismo interés). Se amplió la gama
de conocimiento pues surgió otra forma de educación: los tutores que enseñaban lo que querían a nivel universitario.
Sólo estudiaban los varones, las mujeres no. En las universidades estudiaban no sólo religiosos sino también laicos. Las
universidades más importantes fueron la de Bolonia especializada en derecho romano. Los egresados de esta
universidad eran escogidos para ser consejeros de los reyes. En la Universidad de París se estudiaba teología, la materia
reina. La religión cristiana era considerada como una verdad absoluta. Los estudiantes se encerraban en largas
discusiones y se les daba más importancia a las polémicas que a la investigación. La universidad de Salerno se especializó
en el estudio de la medicina.
Surgieron universidades por toda Europa: en Inglaterra las de Oxford y Cambridge, en España la de Salamanca, la de
Praga en Bohemia y la de Cracovia en Polonia. Las universidades tenían facultades. En la facultad inferior se estudiaban
las siete artes liberales (gramática, retórica, lógica, aritmética, geometría, astronomía y música). y en la facultad superior
teología, medicina y derecho.
Los profesores eran sacerdotes. La fe predominaba, sobre todo. Se creía ciegamente en historias de santos, mártires y
milagros. Pero la Iglesia ocultaba verdades, porque se creía que iban en contra de la Biblia. Florecieron “ciencias” como
la alquimia y la astrología. El alquimista buscaba el elixir o la piedra filosofal para transformar todo metal al oro y
prolongar la vida eternamente. El astrólogo trataba de relacionar el comportamiento y hasta el futuro de una persona,
basándose en la posición de los astros en el momento de su nacimiento. Estudiaba cómo los planetas influían en la vida
del hombre.
Otra forma de aprendizaje fue el escolasticismo, una escuela de filosofía que buscaba armonizar la fe con la razón por
medio de la lógica. Su conocimiento se basaba en el estudio de la Biblia. Uno de los más famosos filósofos escolásticos
fue Santo Tomás de Aquino.
Pero la educación no fue lo único de lo que se ocupó la Iglesia. Con los ingresos recibidos por diezmos y herencias, la
Iglesia también prestó un gran servicio social. Al proyectarse como protectora de los enfermos, surgieron los hospitales.
Para socorrer a los huérfanos, abrieron orfanatos. También fundaron hospicios para ayudar a los indigentes (pobres).
Actualmente no es la Iglesia sino el Estado el responsable de cumplir con este servicio.
La Iglesia también promovió la construcción de grandes catedrales y un nuevo estilo llamado gótico (llamada así porque
se hicieron muchas al norte de los Alpes donde vivían los godos-germanos) Tenían muchas torres y vitrales que
enseñaban la Biblia a los feligreses. Llamaban a la gente a la oración con el repique de las campanas que se oían desde
muy lejos. Todo en el mundo acercaba al hombre a Dios.
Actividad 1:
Realizo un mapa conceptual que evidencie que realicé una buena lectura del tema.
Actividad 2:
Según lo leído completo el siguiente cuadro diciendo una característica de cada uno
CARACTERÍSTICA
REY
PAPA
MONJE
FRAILE
HEREJE
MONJA
ACTIVIDAD 3:
Hago un cuadro comparativo entre lo que fue el comportamiento de la iglesia en la edad medieval y cómo es en la
actualidad.
ACTIVIDAD 4.
Con ayuda de mis familiares respondo las siguientes preguntas y las justifico
- ¿En Colombia hay diversidad de cultos o se impone la religión católica como en la edad Medieval?
- ¿Aún en esta época has escuchado hablar de guerras por imponer una Religión?
- En la edad media los feligreses debían pagar un diezmo a la iglesia ¿Aún se utiliza esta práctica?
ACTIVIDAD 5