9-10 Cómo Predicar - Echando Fuera Demonios
9-10 Cómo Predicar - Echando Fuera Demonios
9-10 Cómo Predicar - Echando Fuera Demonios
-COMO PREDICAR
Todo obrero debe aprender a predicar en el contexto de la visión, es decir, en una célula en casa.
(GAL) Jesús también predico en las casas. En Lucas 19:1-10 se narra la historia de zaqueo, Jefe de
los publicanos, a quien Jesús escogió para pasar en casa. Esto causo murmuración entre la gente,
pero Jesús dijo: “hoy ha venido la salvación a esta casa” y Zaqueo fue salvo ese día.
También la vemos en la cual Jesús predico en casa de Levi, recaudador de impuestos. Según san
Marcos 2: 13-17, en esa casa había tres tipos de personas que no pueden faltar en ninguna célula:
1. Jesús
2. Los discípulos
3. Y los publicanos y pecadores
La semilla que tu siembres es la mejor semilla que debe existir, pero sino transmites el mensaje
como debe ser, es posible que esta semilla no llegue a tierra fértil. Por esta razón, procura velar por
lo siguiente:
1. Cuida el mensaje
2. Cuida la forma en la que trasmites el mensaje
3. Predica en santidad
4. Predica acompañado de señales maravillas y milagros
Cuida el mensaje
Procura que dicho mensaje no sea religioso; recuerda que le estas predicando a personas que no
conocen a Jesús. En Juan 4:1-19 leemos como Jesús se le acerco a la samaritana de una forma no
religiosa, y llamo su atencional pedirle de beber (hizo una introducción) no permitió que se desviara
del tema, la confronto y la guio a la conversación. Jesús primero hablo de la necesidad de ella y
luego de su pecado. Jesús siempre trato bien a las personas por que le costó su propia vida; el las
amo.
Evitar ser contencioso y no causes divisiones, sino procura ser amable, sufrido y manso
(2 Timoteo 2:23)
No seas pendenciero al momento de transmitirlo, sino preséntate como una persona aprobada por
Dios (2 Timoteo 2:14-17)
Cuida el lenguaje
Utiliza un lenguaje sencillo que todos puedan entender, tal como Jesús lo hacía. Ilustra el mensaje
con testimonios, anécdotas o ejemplos que ayuden al oyente a recibir la palabra de Dios. Jesús uso
ilustraciones tales como las aves del cielo, las flores del campo etc.
Apóyate con frases que te ayuden a dar a entender la idea que deseas transmitir.
Así mismo, ten cuidado con declaraciones o calificativos que utilices para definir la vida de las
demás personas, a fin que ninguno salga condenado, herido u ofendido.
Habla con la gracia. La biblia dice que sazones nuestras palabras con la sal para edificación del
oyente. (Colosenses 4:6)
Cuida la forma:
No leas ningún bosquejo, pues esto da la impresión que da un discurso y no una palabra viva en tu
corazón. Estudia con anterioridad el bosquejo y prepárate en oración para que Dios te use.
Tampoco es necesario que grites para hablar, pues esto da impresión que la gente no está
entendiendo lo que tú hablas, y podrían ofenderse.
La biblia dice; “vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. (Filipenses 4:5)
Predica en santidad:
1 Timoteo 4:16 dice “ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto,
te salvaras a ti mismo y a los que oyeren. “Vive lo que hablas, pues de esta manera darás testimonio
que el Espíritu santo habita en ti y la palabra que tú hablas es inspirada por El.
Ora por los enfermos creyendo que estos sanaran, ora por personas que estén oprimidas por el
diablo. Mira en cada persona una oportunidad de dar las buenas noticias de Jesús y el poder de
Dios, bendice gente y muchos serán atraídos al Señor.
El apóstol pablo dijo: “así que hermanos cuando fui a vosotros para anunciarles el testimonio de
Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros
cosa alguna sino Jesucristo, y a este crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho
temor y temblor, y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana
sabiduría, sino con demostración del Espíritu y `Poder, para que vuestra fe no esté fundada en la
sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios “(1corintios 2:1-5)
Cuando predicamos el reino de Dios, nos acompañan señales y prodigios y uno de ellos es echar
fuera demonios. Para echar fuera demonios no es necesario un curso, solo es necesario creer en la
autoridad que el Señor nos ha dado. Por sus frutos le conoceréis” el fruto da testimonio de nosotros,
el poder que no acompaña da testimonio de El.
“y les dijo: id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere
bautizado, será salvo, mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que
creen; en mi nombre echaran fuera demonios…” (Marcos 16:15-18)
Jesús nos mando a predicarle a toda criatura, y muchas personas estarán enfermas otras oprimidas, y
algunas otras, endemoniadas. Por amor a ellas, debemos aprender e echar fuera los demonios que
las atormentan.
Los demonios no salen por mencionar o de repetir el nombre de Jesús como si se tratase de una
fórmula mágica, sino porque les ordenamos “en representación” de Jesús. Esto quiere decir en su
nombre”. Estamos constituidos como delegados o embajadores de Jesucristo para hacer milagros y
prodigios en su nombre. No es “con” su nombre, es en su nombre.
En Lucas 8:26-33 narra la historia del endemoniado ganadero, quien dijo que se llamaba Legión
porque tenía muchos demonios dentro, no importa cuántos demonios son si son muchos o si es solo
uno, el trato es el mismo: el el nombre de Jesús se le echa fuera estos se sujetan. Los espíritus se
sienten atormentados con la presencia de Jesús.
Para echar fuera demonios se debe tener discernimiento para distinguir entre un espíritu y la carne.
Existen personas que se escudan en los demonios para hacer carnalidades como celos, fornicaciones
o contiendas, pecando. Pero Gálata 5:19-21 es claro en señalar que muchas practicas se originan de
la carne, no en la influencia demoniaca. Tú no puedes reprender las obras de la carne, debes
hacerlas morir.
La autoridad delegada
Primero escogió a doce y les delego esa autoridad. “después subió al monte y llamo a los que el
quiso; y vinieron a el. El estableció a doce, para que estuviesen con el, para enviarlos a predicar, y
que tuviesen autoridad para sanar enfermos y para echar fuera los demonios. (Marcos 3:13)
Luego los envió, instruyéndoles a que echaran fuera demonios; “entonces llamando a sus doce, les
dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echen fuera, y para sanar toda enfermedad
y toda dolencia” (Mateo 10:1)
Los setenta también tuvieron el mismo poder y autoridad de echar fuera demonios. “volvieron a los
setenta con gozo, diciendo: señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y les dijo; yo veía
a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones,
y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañara. Pero no os regocijéis que los espíritus se os
sujetan, sino que regocijaos de que vuestros nombres ya están inscritos en los cielos. (Lucas
10:17-20)
Les dijo que no se regocijaran por echar fuera demonios, sino que más glorioso aun es que los
nombres están inscritos en el libro de la vida. Cuando hay un nombre escrito en el libro de la vida,
los demonios se sujetan. Ellos conocen quien es Jesús y saben quién soy yo. (Ej., pablo en Hechos
19: 14-15.)
Jesús dijo claramente que teníamos poder sobre toda fuerza del enemigo y que nada nos haría daño.
No debemos temer que al echar fuera un demonio que nos va a pasar, nos vaya a lastimar o nos
contamine. Jesús dijo que nada nos dañaría.
A aquellos que han sido libres hay que enseñarles a que no jueguen con la libertad que Cristo les ha
dado, pues la biblia dice que vienen siete demonios peores que aquel que salió de la persona. Aquel
que ha sido libre debe congregarse a Dios y servirle.
(Marcos 12:43-45)