La Angustia y La Muerte

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La angustia y la muerte

07/10/2007 | | 12 Comentarios
Por Lic. Pablo Andrés Ferreira

La angustia y la muerte

Trabajo presentado para la aprobación del curso de Especialización en Logoterapia, segundo año.

Autor: Pablo Andrés Ferreira

Docentes: Ps. Alejandro De Barbieri Sabatino, Lic. Marcela Arocena Ponce de León

CELAE

[email protected]

(005982) 481 3237 / (005989) 4303697)

MONTEVIDEO. URUGUAY

RESUMEN

El presente trabajo pretende abordar dos temáticas que resultan ser centrales tanto en la Psicoterapia
Existencial como en la Logoterapia y que además se encuentran íntimamente relacionadas. La angustia y la
muerte.

El abordaje de estos temas se genera mediante el uso de las dos perspectivas mencionadas.

En primera instancia se realiza una breve exposición de los conceptos y las particularidades de la visión de la
perspectiva de la logoterapia para luego conexionarlas haciendo especial énfasis en la importancia del abordaje
de las temáticas mencionadas en la practica clínica.

LA ANGUSTIA

Si nos remitimos a la etimología de la palabra existencia encontramos algunas claves para comprender la
angustia desde la perspectiva de la Psicología Existencial.

Notemos que Ex-sistere, significa “salir de”; es propio de una persona en situación de llegar a ser. Como
sostiene Ruitenbeek (1972), consiguiente a la explicación etimológica de la palabra, podemos suponer el
aspecto dinámico del hombre. El mismo autor sostiene que “Si una persona posee un fuerte sentido de su
identidad, de la permanencia de las cosas y de una individualidad integral, puede sentirse segura. Por el
contrario, tan pronto experimente el no-ser, se sentirá acosada por la angustia”. Tema ampliamente tratado por
la Logoterapia y el Análisis Existencial, tema que trataré de profundizar a continuación.

Podemos considerar entonces que la presencia de la angustia y el no ser al que hace referencia Ruitenbeek, se
puede asociar al estatismo que no permite de alguna forma existir, que como pudimos ver, etimológicamente
significa “salir-de”.

También se podría pensar en una persona que no solo se encuentra estática, sino que también puede sentir que
su espacio es limitado y que su libertad se encuentra coartada de alguna manera por los barrotes de la angustia
de no poder “salir de”.

Como dice Laing, podríamos describir la angustia como ese mundo en el que las categorías y las estructuras de
la realidad han perdido su validez.
Hace ya muchos años el gran filósofo existencialista Heidegger, nos hablaba de muerte y angustia como
conceptos afines y acentuaba la muerte como parte constitutiva de la vida más que como un mero fin.

Por otro lado Herman Feifel haciendo alusión a este concepto de Heidegger ha subrayado la idea de que, sólo
con la integración de este concepto en el yo, será posible una auténtica y genuina existencia.

LA RELACIÓN MUERTE-ANGUSTIA

Los conceptos de la muerte y la angustia están íntimamente ligados en la psicología existencialista. Irvin Yalom
los relaciona y se expresa así: “Examinaré dos proposiciones básicas, ambas con implicaciones importantes en
la práctica de la psicoterapia:

• La vida y la muerte son interdependientes; existen en forma simultánea y no consecutiva: la muerte late
continuamente bajo la membrana de la vida y ejerce una enorme influencia sobre la experiencia y la conducta.

• La muerte es una fuente primordial de angustia y, como tal, es un manantial primario de material para la
psicopatología.” En resumen lo que se maneja desde la psicología existencial es que el concepto de la muerte
juega un papel importantísimo en la psicoterapia porque cumple una función fundamental en la experiencia vital.

Vida y muerte no son opuestos en este sentido, son interdependientes: aunque la muerte física nos destruye, la
idea de la misma nos salva. Su reconocimiento funciona como un empuje vital.

Ahora siguiendo con R. D. Laing, este autor habla de tres formas de angustia: Engullimiento, implosión,
petrificación, que se relacionan como veremos íntimamente a la muerte, incluyendo el sentido simbólico de la
muerte como son las distintas crisis que se generan a lo largo del desarrollo humano.

Engullimiento: El individuo teme la relación como tal, con cualquier ser, persona o cosa, y, desde luego, consigo
mismo, porque su inseguridad sobre la estabilidad de su autonomía le hace sentir la angustia de una posible
pérdida de su autonomía e identidad en cualquier tipo de relación.

Laing nos dice que el engullimiento es una sensación de riesgo que se genera ante el miedo de ser conocido (y,
por tanto, captado y comprendido), de ser amado, o incluso simplemente de ser visto.

Implosión: Winnicott lo denomina “choque con la realidad”. Laing lo denomina implosión porque considera que la
denominación “choque con la realidad no expresa bien el terror absoluto de la experiencia del mundo en cuanto
susceptible de explotar en cualquier momento.

El individuo se siente como vacío, se da cuenta de que es vaciedad. Pero este vacío es él mismo. Petrificación y
despersonalización: Forma particular de terror, por la cual uno se queda petrificado es decir convertido en
piedra.

Es la angustia de que eso acontezca, es decir, la angustia ante la posibilidad de convertirse en una piedra, en
un robot, en un autómata, sin autonomía personal para actuar.

LA ANGUSTIA Y LA MUERTE EN PSICOTERAPIA

La angustia desempeña un papel tan importante y claro en la psicoterapia que es innecesario destacar y
subrayar.

En la Psicología Existencial y en la Logoterapia más allá de la clasificación de la angustia como psicótica o


neurótica, se considera que dichos estados son reacciones ante la angustia. Como dice Yalom son “esfuerzos
aunque defectuosos, por hacerle cara”.

De aquí que se piense en la relación muerte-angustia. Recuerdo ahora algo que me impactó mucho en el curso
de Análisis Existencial y que hasta el día de hoy lo recuerdo como una muy buena enseñanza. El profesor
escribió en el pizarrón “Necesitamos morir para vivir.”

Mi opinión, bastante relacionada con la visión existencialista, apunta a que necesitamos no solo de los buenos
momentos; el crecimiento implica un cambio, implica también crisis.

Si tenemos en cuenta para citar un ejemplo las crisis de la adolescencia encontraremos que el adolescente de
forma simbólica necesita morir y dejar su cuerpo infantil, como también acceder a encontrar en sus padres
defectos que probablemente en la etapa de la infancia no los observaba (síndrome de la caída del pedestal)
Pero estas crisis que son parte de la adolescencia resultan ser imprescindibles para ir accediendo no solo a una
visión que muestre a sus padres de forma mas humana con sus defectos y virtudes sino también como una
forma de ir accediendo a una mayor autonomía.

De forma simbólica muere el niño y nace una nueva etapa de la vida a la cual llaman adolescencia. De aquí que
las crisis son periodos que llevan al cambio. No se trata como muchos creen, asociando crisis a una visión
puramente pesimista, sino que también nos marca el camino del crecimiento y del qué hacer con la angustia:

Considero que en este punto deberíamos preguntarnos ¿Estancarse y dejar que nos lleve al no-ser? O por el
contrario ¿encararla y aprender de ella? Claro que se sufre, claro que es dolorosa pero apunta al cambio a la
lucha por el ser.

Creo que a esto hace referencia V. Frankl cuando dice que el sufrimiento puede tener un sentido si te cambia a
ti para bien. Idea que también se encuentra presente en la filosofía de Nietzsche, en frases como “lo que no me
mata me hace más fuerte”.

Irvin Yalom nos habla de modificaciones de personalidad generadas luego de experiencias de sufrimiento,
cercanas a las vivencias de la muerte:

• Reestructuración de las prioridades de la vida: trivialización de lo trivial.

• Sentido de liberación.

• Profundo aprecio por los hechos elementales de la existencia

• Comunicación más profunda con las personas amadas, mucho más profunda que antes de la crisis.

• Menos temores interpersonales

El logoterapeuta Argentino Gerónimo Acevedo también al igual que Irvin Yalom ha trabajado con personas con
cáncer y resulta ser más que interesante su visión de la enfermedad tan temida.

“El cancer no es sino un síntoma y enfrentar el síntoma mediante el solo tratamiento es como tratar la
esquizofrenia de manera esquizofrénica. Un virus puede ser la causa biológica, pero si lo que ha permitido el
desarrollo del cancer, es decir, la etiología básica, no ha sido solo el virus en si sino la condición de un medio
favorable para la producción de la enfermedad, o dicho en otras palabras, un medio desfavorable para el
desarrollo de la vida; es importante revalorizar la vida encontrarle su consistencia. A partir de esto es que la
búsqueda del sentido en la vida, y especialmente en la situación de enfermar, tiene efectos terapéuticos.” (G.
Acevedo, 2001, Pág. 95)

Sin dudas que Gerónimo Acevedo brinda una visión logoterapeutica que resalta el sentido que puede brindar la
enfermedad y le confiere un sentido que va mas allá del sufrimiento sino que también se asocia a las
posibilidades de crecimiento que pueden ir acompañadas del sufrimiento y las preguntas e interrogantes que se
podrían generar a partir del mismo.

Los efectos terapéuticos a los que hace referencia G. Acevedo se asocian a investigaciones realizadas que
demostraron que la logoterapia resulta ser de mucha ayuda en casos de pacientes con cancer, prolongando la
vida considerablemente.

CONCLUSIÓN

A modo de conclusión me gustaría sintetizar el aporte de la Logoterapia y el Análisis Existencial en el abordaje


de las dos temáticas seleccionadas.

Para sintetizar recuerdo una frase que muchas veces le escuche decir a mi profesor Alejandro De Barbieri,
tomada de Viktor Frankl: “terapia es hacer al otro libre pero también responsable”.

Pienso que la muerte como concepto de limitación y de la búsqueda de la individuación, nos marca nuestra
libertad y el hacer nuestro el concepto nos acerca a la libertad.

El miedo a la muerte, el miedo a la finitud de nuestro ser, no hace más que entorpecer nuestro crecimiento,
nuestra visión de futuro, nuestro proceso de individuación.
Lo más triste es que como bien señala Yalom en su libro “Psicoterapia Existencial” el miedo a la muerte y la
temática de la muerte resulta ser un tema tabú en el ámbito de la psicoterapia. “A pesar de poderosas razones,
en psicoterapia rara vez se habla de la muerte. Se la desdeña y se la pasa por alto en casi todos los campos de
la salud mental” (I. Yalom, 1984, Pág. 77).

Espero que este trabajo contribuya a reflexionar acerca de que la Logoterapia y el ejemplo de vida de su propio
autor, nos alienta a transmitir que el asumir la angustia y la muerte como parte de nuestra vida es parte del
crecimiento personal.

Si negamos la muerte como parte del proceso terapéutico estaremos negando gran parte del proceso de cura

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