Dolo Eventual Reflexiones
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Dr. Ángel Zerpa Aponte
3
Reflexiones acerca de la vigencia del dolo eventual en la realidad jurídica venezolana
Ángel Zerpa Aponte
COORDINADORES GENERALES
Dr. Leonardo Pereira Meléndez
Abg. David López Espinoza
Reservados todos los derechos de los autores. Se prohíbe la reproducción total o parcial de
esta obra sin la autorización de los editores.
___________________________________________________________
Hecho con cariño en la República Bolivariana de Venezuela
4
"En todo delito debe hacerse el juez un silogismo perfecto;
la premisa mayor debe ser la ley general; la menor, la acción
conforme o no a la ley, y la consecuencia, la
libertad o la pena. Cuando el juez se vea constreñido, o
quiera hacer, aunque no sea más que dos silogismos, se abre la
puerta de la incertidumbre" (Cesare Beccaria, De
los delitos y de las penas, Edición de Editorial Temis.
Bogotá, 2000, 13-14.)
5
La
inserción como pauta de sanción penal a través de su accionar, de la
categoría del dolo eventual 1 no deja de representar uno de los aspectos más
controversiales, actualmente, del ámbito penal nacional ya que la categoría,
definitivamente, salió del escenario cuasi-filosófico de la
discusión universitaria, y se alojó en el convencimiento fiscal que, en no en pocas
oportunidades, en los últimos años, ha acudido al instituto para
sustentar pretensiones punitivas habida cuenta ciertas patologías en el
quehacer de la sociedad moderna, como lo pudieran ser, entre otras 2, las llamadas
"conductas arriesgadas de conducción", como causa de muerte y
de lesiones.
6
Es casi un lugar común afirmar como orientación doctrinaria de la teoría
del delito, que con respecto a ella, básicamente (y hasta hace 35 años aproximadamente)
se puede (¿o se podía?) hablar de dos corrientes o
líneas: (a) la teoría causalista del delito y (b) la teoría finalista del delito.
Así, para la explicación causal del delito la acción es un movimiento
voluntario físico o mecánico, que produce un resultado el cual es tomado
por el tipo penal, sin tener en cuenta la finalidad de tal conducta. Por su
parte, la teoría finalista del delito entiende la conducta como un hacer voluntario final, en
cuyo análisis deben considerarse los aspectos referidos
a la manifestación exterior de esa finalidad.
7
más
exactamente: modificación, es decir, causación o no evitación de una
modificación (de un resultado) del mundo exterior mediante una conducta
voluntaria. Correlativamente, Beling sostiene que la acción debe afirmarse
siempre que concurra una conducta humana llevada por la voluntad, con
independencia de en qué consista esa voluntad.
8
encuen
tra en el borde de un barco y, efectivamente "C" cae y muere, "A"
responde por la muerte de "C", mientras "B" sólo fue víctima de una fuerza
irresistible -empujón- .
" La tipicidad es la antijuridicidad formal. La acción típica se puede describir en el texto legal
haciendo referencia al comportamiento humano
mismo, en sus movimientos o acciones, o se puede describir haciendo
referencia a conceptos ("sufrimiento físico", "perjuicio a la salud", "seguridad" o
"reputación", por ejemplo), o puede describirse haciendo referencia a la
intención (de "causar daño" por ejemplo). Lo más frecuente es describirlo como
9
acci
ones. De manera que toda esa descripción típica, en general, recae sobre
caracteres o elementos del tipo, que se refieren al agente del delito o a su víctima, o a
exigencias de tiempo o lugar, al objeto, o a la ocasión, o al medio empleado (todos éstos
son elementos objetivos del tipo); o que se refieren a
elementos subjetivos del tipo, es decir, a una intención especial o dolo
específico (en cuyo caso están empalmados con lo injusto), o a la intención global o dolo
genérico del agente (en cuyo caso tales elementos están
enraizados a la culpabilidad)"
()
" hay un elemento subjetivo finalístico dentro del tipo o un elemento subjetivo. Y si tal elemento no
es reproducido por el proceder del sujeto activo
del delito, estaríase en presencia de un aspecto negativo de la tipicidad: la
ausencia de tipo, enunciada como principio substancial en el artículo l° del
Código Penal:
()
"nuestra legislación el sagrado principio "nullum crimen nulla poena sine
lege" ("no hay delito sin tipicidad"), piedra angular del Derecho liberal y que consiste en
que para castigar a alguien es condición "sine qua non" que su
conducta haya estado descrita como punible con anterioridad a la fecha del
castigo, y que este castigo también haya sido advertido con anterioridad a la conducta
que se pretende castigar.
"Ahora bien: la tipicidad es un carácter y una condición del delito. El
aspecto positivo de tal carácter y condición del delito, es decir, de la tipicidad, es la
presencia de la misma tipicidad para que pueda existir un delito. Esta deducción lógica
nos lleva a examinar el aspecto negativo de la tipicidad, que
puede consistir en la atipicidad y en la ausencia de tipo.
()
"es de vital importancia respetar el tipo legal: bien sea para no castigar al
que no adecua su conducta a la descripción típica, o para castigar al que sí
reproduce ésta. Y ambos deberes habrán de cumplirse pese a que al juzgador le parezca
injusta una u otra decisión. Pero lo que no debe hacerse es vulnerar
el tipo legal para castigar o no hacerlo, ya que esto convertiría en legislador al
juez porque crearía una ley y habría un evidente vicio de inconstitucionalidad, causado
por una obvia usurpación de funciones y en consecuencia sería un acto ineficaz y nulo,
por autoridad usurpada y todo de acuerdo con el artículo
138 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
"La teoría del tipo no sólo consiste en que no se debe castigar a quien no encaje
en la descripción típica del correspondiente delito, sino en que sí se debe
castigar a todo aquel cuya conducta coincida con los hechos que tal descripción
considera como criminosa"
()
Hay otra razón de suma importancia para que no deba ser vulnerado el tipo
legal: esto conduce al "Derecho Penal libre" o "Derecho de autor", que no acepta
10
ataduras al tipo legal y decide en forma alternativa cuáles autores deben ser
castigados y cuáles no deben ser castigados.
"Hay una antinomia evidente entre ese denominado "Derecho Penal libre" y su
antítesis del Derecho Penal liberal, que supeditado a la ley penal, impide
castigos que por no tener asidero típico serían arbitrarios y por esto se le ha llamado la
"magna Charta libertatum" del delincuente; pero no sólo puede ser castigado de modo
arbitrario el delincuente si se desbordan los límites del tipo
legal, sino que también pueden ser así penados los inocentes por la
caprichosa aplicación de un "tipo penal de autor", que de pronto y alternativamente
decidió castigar al autor de la misma conducta que,
desarrollada por otro autor, no coincidió esa vez con el ubicuo "tipo penal de
autor". El "Derecho Penal libre" confiere al juez un poder absoluto, pues no está sometido a
la restricción de la "verba legis" del tipo legal. Restricción que impide al juez sentenciar
de manera cambiante para, de acuerdo a su fantasía,
castigar o no idénticos supuestos fácticos y según aprecie o crea apreciar a sus
respectivos autores.
"No hay duda de que la "pena sin ley escrita" o el "Derecho Penal no escrito"
arrumbarían el Derecho Penal liberal, cuyas tan nobles como finas esencias
proscriben el criterio libre arbitrista o que pueda variar sucesivamente la sentencia en un
sentido u otro, pese a versar sobre los mismos hechos y según
se considere a los respectivos autores. Próvido ejemplo lo suministran los
Estados totalitarios y el Derecho nazi.
"En suma: el Derecho Penal "libre" o "de autor" o en el cual rija el "tipo penal de
autor" es peligrosísimo para la libertad, ya que a veces puede no castigar a
quien desarrolle la conducta típica y, de modo tan voluble cuan voluntarista, otras veces
puede castigar a quien no desarrolle la conducta típica. Por consiguiente no es posible
alterar los tipos penales para hacerlos coincidir
con el libre arbitrio del juzgador" 3
"todas las conductas objetivas descritas (actos externos), deben estar insertados en el conocimiento y voluntad que el
hecho típico requiere. Dicho factor doloso, aunque de difícil demostración, tiene necesariamente que
acreditarse, cuando menos, por una pluralidad
indiciaria que permita la convicción judicial" (Sentencia Nº 179 del 13/5/03),
"si se juzga la responsabilidad penal derivada de un negligente control o conteo de dos compresas que fueron dejadas
dentro de la paciente operada, es indefectible analizar el Reglamento del Servicio de Quirófanos en ese
aspecto y bien sea para valorar sus
mandatos como un elemento de convicción de la sentencia, o para no hacerlo, y siempre
deberá la sentencia expresar las razones que tuvo para acoger las órdenes e instrucciones
11
Ahora bien, sin adentrarnos aun al aspecto culpabilistico, y como
contrapartida, síntesis o reasunción de las corrientes doctrinarias
anteriormente reseñadas, la causalista y la finalista, nos encontramos con la teoría de la
imputación objetiva: originalmente desarrollada en el ámbito del derecho privado busca
establecer un modelo de imputación normativo desde la conducta hacia el tipo. Dicha
reconducción obedece a un estándar de "creación de un riesgo no tolerado jurídicamente".
Actualmente constituye la teoría dominante en Alemania y España. En pocas palabras
es el lazo o unión que existe entre una conducta y un resultado
"Nadie puede ser castigado como reo de delito no habiendo tenido la intención 4 de
realizar el hecho que lo constituye, excepto cuando la ley se lo atribuye como
consecuencia de su acción u omisión.
()
"La acción u omisión penada por la ley se presumirá voluntaria, a no ser que
conste lo contrario"
12
Así, dicha norma ha sido ampliamente comentada por nuestra doctrina.
Por ejemplo, entre nos ya en los años 30 del pasado siglo, Chiossone 5
advertía, habida cuenta que
"La antigua legislación romana distinguió dos clases de dolo: el dolo malo (dolus malus) y el dolo
bueno (dolus bonus) Nuestro legislador incluye en la
disposición que nos ocupa, la distinción que acabamos de exponer sobre el dolo, pues
declara como punibles los actos intencionales (dolus malus) y los
actos por imprudencia (dolus bonus)"
"el dolo consiste en la intención de realizar un hecho antijurídico. La esencia del dolo, pues, radica
en la intención. Y ésta surge del concurso del entendimiento y de la voluntad y se define, en
general, como un esfuerzo de la
6 Caracas, UCV.
7 "la imprevisión constituye la esencia de la culpa. Y es imposible decir que quien pega
bastonazos a su enemigo, aunque sin la intención de matarlo, no hay previsto que de ellos podía seguir
la muerte. Es más exacto considerar que previó ese riesgo; pero que, dominado por la pasión, quiso
correrlo. Y si bien, propiamente no deseara la muerte que causó,
prefirió exponerse al peligro de causar muerte que dejar sin embargo la ira que lo
impulsaba a ofender" (Francesco Carrara, Derecho Penal. (Colección Clásicos del Derecho. Obra
Compilada y Editada) (traducida y compilada por E. Figueroa). México, Pedagógica
Iberoamericana, 1995, 114)
13
volun
tad hacía determinado fin, y en particular, como un esfuerzo de la
voluntad hacía el delito" (115)8
"de acuerdo a la disposición de la primera parte del artículo 61 de nuestro Código, resulta excluida
toda presunción de dolo, requiriéndose en forma clara
y terminante para responder de un delito que el sujeto haya tenido la intención de realizar
el hecho que lo constituye" (172).
Por su parte, no es menos importante, lo que casi una década antes, otro
importante doctrinario venezolano, el doctor José Rafael Mendoza, en
"cuando entre la intención y el resultado interviene una duda, una incertidumbre, entonces existe dolo
eventual"...
"La diferencia entre dolus eventualis y culpa con previsión es señalada por Jiménez de Asúa, de este
modo: 'En la culpa típica lo que hay es posibilidad de la representación del resultado y en el dolo
eventual, representación de la posibilidad del resultado; pero también en la llamada culpa con
previsión se representa el agente como posible el evento.
La sola diferencia está en que no lo ratifica, como en el dolus eventualis, y por el contrario,
si estuviere seguro el autor de la producción del resultado, no proseguiría su conducta. En la culpa
llamada con previsión, el sujeto espera de su habilidad, o de su fortuna, que el resultado no
sobrevenga" (Mendoza, José. Curso de Derecho Penal Venezolano: Parte
General. Tomo II, 5ta ed., Caracas, 1965, p. 207 ss.).
14
1963 9, reflexionaba sobre el punto catalogando como "grados de
culpabilidad" al
15
me
diante su propia actuación... (En sentido estricto, puede entenderse como
finalidad la voluntad regida por la representación de la meta que conduce a ésta los
hechos. En Derecho Penal ello llevaría a identificar la finalidad con la intención,
excluyendo, en cambio, el dolo directo y el eventual, ya que
en éstos no se persigue la realización del tipo . En un sentido algo más
amplio es final toda actuación determinada de algún modo por la capacidad de
conducción del curso causal, puesto que en todo caso implica la existencia
y realización del poder de influencia en el rumbo de las cosas. Según esto, la
finalidad debería caracterizarse jurídico-penalmente como intención y dolo directo,
mientras que el dolo eventual y la culpa consciente resultarían excluidas en cuanto
supuestos de incertidumbre . Existe un sentido
todavía más amplio de finalidad, que consiste en su equiparación al dolo. Incluso el
dolo eventual se concibe, entonces, como expresión de finalidad, puesto que en é1 el
autor introduce en las bases de su
decisión de actuar la producción de las consecuencias secundarias en
sí mismas no deseadas o indiferentes y, pese a ello, conduce su actuación a la meta
deseada . Por último, la finalidad puede entenderse en
su sentido más amplio, como equivalentes de actuación consciente e
incluyendo, por tanto, a la culpa consciente, pues cuando se actúa con conciencia de
las consecuencias típicas reconocidas al menos como posibles, las mismas no se causan
ya ciegamente, sino que constituyen el producto de
un suceder conducido por el hombre. Mediante la actuación consciente de las
posibles consecuencias vienen a reconocerse éstas, en todo caso, como resultados
concebibles de la causalidad conducida y puesta en marcha por el
mismo hombre). Parece correcto entender la finalidad como
comportamiento voluntario consciente...". (Subrayado propio)
16
hacer
nada para impedir que se verifique, por lo cual propiamente se opone al
dolo directo en que el resultado se prevé como cierto (dolo cierto). () Querer
'eventualmente' y 'condicionadamente' significa siempre querer, ya que el
querer existe o no existe, y no puede faltar solo por asumir en ciertos casos
formas menos intensas () Por esto el dolo eventual es dolo sic et simpliciter (simplemente así)
aunque esté en los limites de la culpa " (Maggiore, Giuseppe. Derecho Penal. Vol. I, Temis,
Bogotá, 1989, 585 ss.) (subrayado de aquella Sala)10.
"El dolo eventual no basta para abarcar todos los casos en que, por necesarias razones
de política criminal, debe admitirse que hay dolo (y en las cuales, conforme a las
concepciones de la doctrina dominante se afirma,
"...El dolo eventual "existe cuando se quiere un efecto y subsidiariamente otro (Tizio
dispara sobre Caio para herirlo sin que lo entretenga la idea de la posibilidad de matarlo)"
(Manzini, Vincenzo. Trattato di Diritto Penale Italiano. Torino, Unione
Tipográfico-Editrice Torinense, Torino, 1933, p. 625). Subrayado añadido.
"Hay dolo eventual cuando el sujeto con todo y querer el resultado que se propone
conseguir, se representa como posible la realización del otro resultado, cuyo riesgo acepta. Por
ejemplo, Pedro al querer disparar para herir a Juan, prevé como posible herir a Digo, que está
cerca a él, y sin embargo, corriendo el riesgo de su conducta,
dispara y hiere a Diego (Rainieri, Silvio. Manual de Derecho Penal. Tomo I, rad. Jorge
Guerrero, Temis, Bogotá, 1975, pp. 393-394). Subrayado añadido.
El dolo eventual se presenta "cuando la voluntad no se dirige directamente sobre el
evento (hecho), si no que el agente lo acepta como consecuencia eventual "accesoria" de la propia
conducta" (Mantovani, Ferrando. Diritto Penale: Parte Generale. Seconda
edizione, DEDAM, Padova, 1988, p. 306). Subrayado añadido.
17
desd
e la perspectiva dogmática, que hay dolo). Son muy frecuentes los casos
en los cuales el autor, sin desear ni tener por necesario el resultado, está, no obstante,
decidido a obtener el objetivo extratípico por el perseguido; para lo
cual tiene conscientemente en cuenta determinada probabilidad de concreción
del resultado típico o, en todo caso, consiente en su realización, o se conforma con ella; o
bien, por último, consiente en la no deseada o, al menos, indiferente concreción del
resultado, porque la inserción del riesgo es la conditio sine qua
non de su actuar, al que no quiere renunciar. Tales disquisiciones,
desordenadamente mencionadas, tomadas en parte del saber y en parte del querer del
autor, designan los límites más externos imaginables, que ahora
cabe precisar exactamente, de lo que se conoce por dolo eventual (dolus
eventualis) / El dolo eventual, en consecuencia, se caracteriza porque la ejecución de la
acción peligrosa es para el autor preferible a la íntegra renuncia
a la acción, a pesar de la posibilidad de la concreción del resultado " (Maurach,
Reinhart. Derecho Penal: Parte General. Trad. de la 7ma ed. alemana Jorge Bofill y
Enrique Aimone, Astrea, Buenos Aires, 1994, pp. 386 ss.) Subrayado
añadido.11
18
O a Zaffaroni, Jakobs y Roxin...
"no se trata de una voluntad condicionada de acción ( ), sino de que el autor se da
cuenta de que una consecuencia secundaria sólo se realizará eventualmente (también:
dolus eventuales) incluso si acaecen todas las
consecuencias principales de un actuar querido incondicionadamente. La
decisión acerca de lo que en tal situación es aún dolo y lo que es ya imprudencia debe
adoptarse en consideración al fin de la separación entre
dolo e imprudencia, es decir, en consideración a la distinción entre la
causación del resultado más fácilmente evitable y aquella otra evitable con más
dificultad. / Concurrirá, pues, dolo eventual, cuando en el momento de la
acción el autor juzga que la realización del tipo no es improbable como
consecuencia de esa acción () El mero 'pensar en' u 'ocurrirse', sin cualidad de juicio, puede
denominarse, si se quiere, imprudencia consciente; sin
embargo, ha de tenerse en cuenta que la consciencia en este tipo de
presencia del dolo eventual y, sin embargo, es difícil decir que se 'quiere' el resultado .
Ejemplo: El terrorista que cumpliendo órdenes se aviene a colocar una bomba en un local en
el que sabe que es muy posible que se encuentre un amigo suyo, lo hace con plena conciencia de que
éste morirá si efectivamente se halla presente en el lugar de la explosión, pero desea con todas sus
fuerzas que no sea así. Si supiera seguro que su amigo morirá, no pondría la bomba, pero ante la
posibilidad de que no sea así acepta correr el riesgo
esperando que no se realice, aun sabiendo que puede fácilmente no ser así. No cabe duda
de que concurrirá dolo eventual si la muerte tiene lugar y, no obstante, será difícil afirmar que el
terrorista 'quería' el resultado" (Mir Puig, Santiago. Derecho Penal: Parte General.
4ed., Reppertor, Barcelona, 1996, pp. 248 ss.). Subrayado añadido.
19
imprudencia ya en su contenido no se corresponde con el conocimiento de las
consecuencias propio del dolo. Ejemplos: Quien para ganar una apuesta intenta acertar
de un disparo a la bola de cristal que una persona sostiene en
la mano, actúa con dolo eventual de lesiones si se da cuenta de que la
'aventura' pueda acabar en la lesión de una persona () Quien sabe que en determinada
clase de contactos sexuales puede contagiar a su pareja una enfermedad, actúa con dolo
de lesiones si efectúa tales contactos, y si además
sabe que su pareja puede morir de la infección tiene además dolo de
homicidio. Una karateka que le propina a un niño pequeño un golpe de kárate en la
cabeza -siempre que especiales circunstancias no impidan la
consecuencia que se impone- tiene dolo de homicidio. Si el atractivo de un
juego reside en el riesgo de realización del tipo ('ruleta rusa'), por lo general los jugadores
tienen dolo " (Jakobs, Günther. Derecho Penal: Parte General.
Fundamentos y teoría de la imputación. Trad. J. Cuello y J. Serrano, 2da. Ed.,
Marcial Pons, Madrid, 1997, pp. 325 ss.). Subrayado añadido.
Hay que afirmar el dolo eventual cuando sujeto cuenta seriamente con la posibilidad de
la realización del tipo, pero a pesar de ello sigue actuando para alcanzar el fin
perseguido, y se resigna así -sea de buena o de mala gana- a
la eventual realización del delio, se conforma con ella. En cambio, actúa con
imprudencia consciente quien advierte la posibilidad de producción el resultado, pero no
se la toma en serio y en consecuencia tampoco se resigna a
ella en caso necesario, sino que negligentemente confía en la no realización del
tipo. Al respecto debe distinguirse la 'confianza' y una mera 'esperanza'. Quien confía -a
menudo por una sobrevaloración de la propia capacidad de dominar la situación- en un
desenlace airoso no toma seriamente en cuenta el resultado
delictivo y por tanto no actúa dolosamente. Sin embargo, quien toma en serio la
posibilidad de un resultado delictivo y no confía en que todo saldrá bien puede en
cualquier caso seguir teniendo la esperanza de que la suerte esté de su
lado y no pase nada. Esta esperanza no excluye el dolo cuando
simultáneamente el sujeto 'deja que las cosas sigan su curso' (Roxin, Claus. Derecho
Penal. Parte General. Tomo I. Trad. de la 2da ed. alemana y notas por Diego-Manuel
Luzón y otros, Civitas, Madrid, 1997, pp. 425 ss.).
20
En suma, como corolario de lo anterior, no hay duda entonces que casi
como consenso doctrinario, puede decirse que el dolo es conocimiento y voluntad de
realizar un delito o una conducta punible y está integrado por
los consabidos dos elementos que dicha doctrina inveterada señala:
21
Ahora bien, la sanción también puede imponerse por la realización de
una conducta culposa, el llamado tipo culposo. En la adscripción a él, la
conducta no se concibe sin voluntad, y la voluntad no se concibe sin
finalidad, la conducta que individualiza el tipo culposo tendrá una
finalidad, al igual que la que individualiza el tipo doloso.
22
disyunti
va homicidio intencional-homicidio culposo . Siendo ello así, la
referencia a éste último tipo precisa su trascripción
"el homicidio culposo (contemplado en el artículo 411 (sic) del Código Penal) es el único caso en donde no se aplica
el artículo 37 ejusdem, para determinar el término medio, ya que, para aplicar la pena, el juez deberá
apreciar el grado de culpabilidad del agente y en el caso de resultar del hecho la muerte de varias
personas o de una muerta y otras heridas, el juez tiene la potestad de aumentar la pena hasta 8 años,
pero no de manera arbitraria,
sino motivada.
"En tal sentido, para calcular la prescripción no puede estimarse simplemente con la aplicación del
artículo 37 del Código Penal, para obtener un término medio, sino que a groso
modo deberá calcularse con base al término superior de ocho años de prisión"
Aunado al anterior, la Máxima Instancia Penal en Venezuela también, inveteradamente, ha sido del
siguiente criterio: "al delito culpososon extrañas o inaplicables las circunstancias atenuantes o agravantes
que tienen que ver con la intención y el dolo, como que el delito culposo resulta de imprudencia,
negligencia, impericia o inobservancia de disposiciones" (Sentencia 59 del 26-2-91 de la Sala de
Casación Penal de la entonces Corte Suprema de Justicia, citada por Freddy José Díaz Chacón en su 5
años de
Casación Penal. Máximas y Extractos, 1989-1993. Caracas, Livrosca, 1995, 39).
Por otra parte, entendemos que como un tipo de homicidio culposo en normativa penal colateral
nacional, lo representa el Artículo 131 de la vigente Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (Gaceta Oficial 38.236 del 26-7-05):
"En caso de muerte de un trabajador o trabajadora como consecuencia de violaciones graves o muy
graves de la normativa legal en materia de seguridad y salud en el trabajo el empleador o empleadora
o sus representantes, serán sancionados con pena de
prisión de ocho (8) a diez (10) años.
()
23
De allí que, en realidad, el marco normativo en que se debate el análisis
del dolo eventual oscila entre los trascritos Artículos 61 y 409 del Código
Penal.
"Los delitos de esta Ley son de acción pública, sin perjuicio de que los afectados o sus
causahabientes puedan ejercer directamente las acciones penales
correspondientes, sin intervención del Ministerio Público". (Resaltado propio)
La norma, evidentemente, tiene problemas, más que de técnica legislativa, de esencia, lo cual trastoca
el Principio de Tipicidad Inequívoca por su indeterminación sancionatoria. En primer lugar, y como
referencia penal material, ¿cuál es el parámetro de la violación
"grave" o "muy grave" de precepto para graduar la culpabilidad del agente? Nos atrevemos a sugerir que
en el primer caso sería el cumplimiento parcial, de parte del empleador, de la imposición positiva de
seguridad en el trabajo; y que en el segundo, el origen de la responsabilidad deriva de la ausencia total
de tal cumplimiento, con lo cual el efecto punitivo oscila entre el límite inferior de la pena para aquel o
el superior en la hipótesis de éste.
24
"Ni
nguna persona podrá ser sancionada por actos u omisiones que no fueren
previstos como delitos, faltas o infracciones en leyes preexistentes" ,
Art. 1. "Nadie podrá ser castigado por un hecho que no estuviere expresamente
previsto como punible por la ley, ni con penas que ella no
hubiere establecido previamente"
25
Penal es
que la previsión sin voluntad puede dar lugar a culpa, cuando
concurra el elemento de la negligencia, imprudencia ("culpa con
previsión"), pero nunca al dolo, ya que no existe en el ordenamiento
positivo un simple dolo de previsión, de la misma manera que no puede
darse dolo en una voluntad sin previsión, ya que la voluntad es un esfuerzo hacia un fin
y no hay fin que no implique una representación,
esto es, que no haya sido conocido y pensado como un fin a alcanzar,
siguiendo a Arteaga 13.
"existe una exigencia para que se configure el dolo, un momento intelectual o cognoscitivo,
significa que hace falta que el sujeto conozca el hecho
constitutivo de delito en sus notas o características, debiendo extenderse tal
conocimiento también a todas aquellas condiciones en que la acción debe
desarrollarse, y aun a las circunstancias o elementos accidentales incluidos
en la descripción legal que sirven para calificar o agravar el tipo, como, por
ejemplo, la circunstancia del parentesco en el parricidio"
26
En lo que atañe al llamado "elemento volitivo del dolo", es decir, el hasta
qué punto el sujeto ha querido o ha aceptado en su voluntad lo
representado, en primer lugar, se considera querido el hecho al cual
directa o indirectamente se dirigía la voluntad del sujeto, es decir, el hecho
estrictamente intencional, correspondiente a la intención del autor. Y ahí se hablará de
"dolo directo", cuando el sujeto ha dirigido su voluntad hacia
un hecho o un resultado antijurídico que ha previsto como cierto con el fin
de determinarlo; o el hecho que las consecuencias necesariamente ligadas
al hecho directamente perseguido por el sujeto, sin duda, han de
considerarse también queridas por él, o "dolo de consecuencias
necesarias"14
14El típico ejemplo del terrorista que para cometer el magnicidio, da muerte también a las
personas que acompañan al sujeto contra quien dirige su acción al lanzar una bomba
contra este.
27
"
Entonces, si el sujeto prevé la posibilidad de que el resultado se verifique y
a pesar de ello actúa, aceptando el riesgo de que se produzca tal resultado o actuando
sin la segura convicción de que no se producirá, se consigue la figura del denominado
dolo eventual" 15.
15 Ibídem.
"1) Un hombre quiere matar a otro y aprovecha para ello un concurso de tiro en el cual su víctima ha de
sostener el blanco. En vez de apuntar a este, apunta deliberadamente a su
víctima y la mata. Dolo directo.
"2) Ese mismo tirador que no tiene intención de matar a nadie, a sabiendas de que tiene mala puntería
corre el riesgo de herir o matar al que sostiene el blanco, pero su deseo de lograr el premio o de lucirse
ante los demás es tan grande que pese a tal posibilidad pasa
por encima del obstáculo, pues para él, lo más importante es el posible premio o hacer un
buen papel en el concurso. Como consecuencia de su disparo mata al sostenedor. En este caso tenemos
dolo eventual, pues el sujeto, pese a la representación de un resultado delictivo muy probable (apenas
sabia manejar el arma) ha actuado por encima de la
contramotivación que en el despertó el citado resultado probable.
28
jurispru
dencial vinculante. Leamos entonces, qué fue lo que opinó Arteaga
refiriéndose
"al momento volitivo o emocional del doloel sujeto debe conocer para que
su comportamiento pueda considerarse doloso"
()
"Pero también puede darse el caso de que las consecuencias no estén necesariamente ligadas al
hecho directamente querido, sino tan solo sólo lo
están con un nexo de posibilidad Nos encontramos aquí en la tenue zona de distinción entre
el dolo y la culpa entre el dolo eventual y la culpa
consciente Entonces
", si el sujeto prevé la posibilidad de que el resultado se verifique y a pesar de ello actúa,
aceptando el riesgo de que se produzca tal resultado o
actuando sin la segura convicción de que no se producirá, nos encontramos ante la
figura del denominado dolo eventual . En cambio, si el sujeto a pesar
de la representación del posible resultado ha actuado con la persuasión de
que éste no ha de producirse, sólo podemos hablar de culpa consciente "17
"15. Acción dolosa y culposa. La acción dolosa sólo es punible cuando, por ley no
está amenazada expresamente con pena la acción culposa.
29
(
)
()
222. Homicidio culposo. Quien cause la muerte de una persona por imprudencia,
será castigado con pena privativa de la libertad hasta cinco
años o con multa,
o en España
()
"10. Son delitos o faltas las acciones y omisiones dolosas o imprudentes penadas por la
ley.
()
30
"2
2 Dolo. La conducta es dolosa cuando el agente conoce los hechos
constitutivos de la infracción penal y quiere su realización. También será dolosa la
conducta cuando la realización de la infracción penal ha sido
prevista como probable y su no producción se deja librada al azar.
"35.- El que hubiere excedido los límites impuestos por la ley, por la autoridad o por la
necesidad, será castigado con la pena fijada para el
delito por culpa o imprudencia" .,
o México
"9º. Obra dolosamente el que, conociendo los elementos del tipo penal, o previniendo
como posible el resultado típico, quiere o acepta la realización
del hecho descrito por la ley, y
"Obra culposamente el que produce el resultado típico, que no previó siendo previsible
o previó confiando en que no se produciría, en virtud de la
violación a un deber de cuidado, que debía y podía observar según las
circunstancias y condiciones personales" ,
y en Puerto Rico
31
Los hechos sancionados en este Código requieren intención, salvo que
expresamente se indique que baste la negligencia.
"Elemento de intencionalidad. -
"1. Salvo disposición en contrario, una persona será penalmente responsable y podrá ser penada por un
crimen de la competencia de la Corte únicamente si actúa con intención y
conocimiento de los elementos materiales del crimen.
" 2. A los efectos del presente artículo, se entiende que actúa intencionalmente quien:
32
que
después, en Abril de 201, asumió también la Sala Constitucional.
Veamos:
" el imputado y su defensa sostuvieron que el resultado luctuoso había sido accidental
y la explicación es verosímil: que la escopeta por lo común
se descarga y recarga en la noche, por razones de seguridad. Esto lo
corroboró la esposa del imputado en su declaración como un indicio"
"Explicó el imputado que tomó el arma sólo para amedrentar y no se percató de que
estaba cargada. Y que fue así como sin querer se le escapó
un tiro y causó la muerte a su compadre es cierto que hubo testigos que
afirmaron haber visto al imputado disparar la escopeta; pero esto no contradice la
versión del imputado, quien nunca negó que el disparo letal
partió de su escopeta. Lo que el imputado alega es que el hecho fue
accidental, por las razones antes señaladas. Y esto, insiste la Sala, no está
desmentido por las testimoniales puesto que éstas afirman que el
imputado produjo el disparo, mas no afirman que lo produjo con
"animushomicida"
()
33
"ingerían alcoholLa esposa de esteal ver quese encontraba
muy interesado (eróticamente) en su hija menor de doce años, salió al porche y le
dijo que se fueran, trancó la puerta y, al hacerlo, el
ciudadano disparó varias veces contra la puerta y huyóLa
señorarecibió varios impactos de bala que le causaron la muerte y su hijoresultó
lesionadoporque se encontraba detrás de la puerta (junto
con su madre) al producirse los disparos.
()
"Esta Sala considera queactuó de manera intencional y no culposa si alguien dispara
repetidas veces contra unapuerta y sabe
que detrás de esa puerta hay alguien, está patentizado que sí quiere matar a
alguien. Y como disparó de inmediato, esto es, al cerrarse la
puerta, y sabía quiénes habían quedado detrás de la puerta porque las
acciones (de cerrar la víctima la puerta y el imputado disparar) se sucedieron con
inmediata continuidad, es evidente que tuvo el ánimo de
dar muerte a esas personas que él sabía detrás de la puerta que una de
ellas acababa de cerrar"
()
34
pú
blicos y al sentir el golpe, no detuvo la marcha del vehículo sino que
aceleró, arrastrando consigo el cuerpo el cualhabía quedado enganchado en el
parachoques del vehículo con una pierna las personasle gritaban al
conductor que llevaba a un ciudadano a rastras, y éste hizo caso omiso al
llamado de la gente, imprimiéndole mayor velocidad a la camioneta en cuestión, y fue
luego de avanzar 2 kilómetros que detuvo la marcha y huyó del lugar, dejando abandonado
el vehículo que conducía con el cadáver del
ciudadano que había sido arrollado... ",
" se está en presencia de un homicidio intencional, lo único por discutir -dada la gran dificultad
probatoria- sería lo del dolo. Y como no se ha
establecido de modo inconmovible que en semejante acción hubiera un dolo
de matar directo y perfecto, se debe condenar por homicidio intencional pero a
título de dolo eventual.
()
"se habla de dolo eventual cuando el agente se representa como posible o probable la
consecuencia de su ejecutoria y, sin embargo, continúa
procediendo del mismo modo: acepta su conducta, pese a los graves peligros
que implica y por eso puede afirmarse que también acepta y hasta quiere el resultado.
Se habla de culpa, en cuanto a imprudencia se refiere, respecto a
casos típicos como el de quien descuidadamente limpia un arma e hiere
accidentalmente a otro; pero cuando la temeridad es tan extrema que refleja un
desprecio por los coasociados, las muertes acarreadas deben castigarse
como homicidios intencionales a título de dolo eventual es dable que con
frecuencia los delitos de tránsito reflejan la existencia del dolo eventual.
"En casos de muertes en el tránsito, cobra gran importancia discernir la situación de
una persona cuya conducta está (en rango de gravedad) un
grado más bajo que el dolo directo y perfecto, y un grado más alto que la
simple culpa e involuntariedad absoluta. Este estado intermedio entre el dolo y la culpa,
esta mixtura de dolo y culpa, o esta culpa informada de dolo o por el dolo, en fin, este
dolo eventual, es de sumo interés en los delitos de tránsito.
35
para así, jurisprudencialmente, crearse (ironizamos) un nuevo tipo penal
¡el "homicidio eventual" ¡(sic)
"El que intencionalmente haya dado muerte a alguna persona, será penado, de doce a
dieciocho años ".
()
19En Sentencia del 6-2-01(caso: "Corpoturismo ") de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, esta asumió tener
()
"4. Las sentencias definitivamente firmes que hayan sido dictadas por... los demás
tribunales o juzgados del país que de manera evidente hayan incurrido, según el criterio
de la Sala, en un error grotesco en cuanto a la interpretación de la Constitución o que
36
ampliam
ente conocidas las críticas nacionales frente a este proceder
jurisprudencial de la Sala de Casación Penal de nuestro Máximo Tribunal,
comenzando por el Voto Salvado del Magistrado Disidente, el doctor Jorge
Rosell
"debe dejarse claramente expresado que el conductor del vehículo no tuvo en ningún caso la
intención de causar la muerte de la víctima, y ni siquiera quedó comprobado que pudo
representarse tal resultado (la muerte) y
menos aún aceptarla. Estos requisitos son los que precisan el dolo eventual
y una sentencia no podría estar basada en lo que los jueces presumamos que haya
pasado por la mente del autor, sino aquello que está plenamente
demostrado y de lo cual podamos deducir, sin duda alguna, el proceso
mental que impulsó al agente a realizar la acción.
"En vista de que los elementos en los cuales se basa la presente sentencia no se
encuentran plenamente demostrados en autos, por lo que imputar dolo
eventual al imputado sería consecuencia de presunciones, y por cuanto lo
que sí está demostrado es que obró con grave imprudencia"
Por su parte, Hernando Grisanti (En torno al dolo eventual), fue bastante
crítico:
"Cuando el agente quiere el resultado hay dolo directoEs un grave desatino desatino
sostener que el dolo eventual es un estado
intermedio puesel dolo eventual se ubica en el campo del doloel
ponente vulnera el principio cardinal de la legalidad de las penascrea
arbitrariamente una penaNo es admisible la combinación de normas penales es absurdo sumar
una pena de presidio y una pena de
prisiónesta debe convertirseNo vale aducir un etéreo concepto de justicia
para vulnerar un principio penal básico Si se apreció la existencia del dolo
eventual. La menor pena que puede imponerse es la doce años"
sencillamente hayan obviado por completo la interpretación de la norma constitucional. En estos casos
hay también un errado control constitucional".
37
Frente a la sentencia de Diciembre de 2000 trascrita, podríamos tender a
su crítica fácil sobre la base de:
"como forma de dolo, el dolo eventual lleva aparejada la penalidad correspondiente al delito
doloso, en tanto que la culpa consciente, por ser
modalidad de imprudencia, determina únicamente las penas señaladas al delito
imprudente, siempre más leves, o la impunidad cuando la
imprudencia no es punible" 20
20 Derecho Penal. Parte General. 5ª. Edición. Barcelona (España), Reppertor, 2002, 245.
38
pero de
igual forma pudiéramos hacernos de otro grupo de
consideraciones tan igual de importantes que las anteriores:
" ´las normas jurídicas, contenidas en la ley, no están simplemente unas al lado de
otras, sino que están relacionadas entre sí de diferente modo y sólo en su recíproca
limitación y en su armonía producen una regulación. El ordenamiento jurídico no consta de una suma de
normas jurídicas, sino de regulaciones´ (Larenz, Karl: Metodología de la
Ciencia del Derecho"
39
q
ue se complementa con otros de las nuevas corrientes en la
Filosofía del Derecho tales como el del "Derecho ductil"
(Zagrebelski 22), o el de la "Opacidad del derecho" (Cárcova )
Como lo señala ese autor, ( ) ´una ley muy cuidadosamente pensada, no puede contener una solución para
cada caso necesitado de regulación que sea atribuible al ámbito de regulación de la ley; con otras
palabras, que toda ley, inevitablemente tiene 'lagunas' [al menos en ese sentido]. Asimismo se ha
reconocido desde hace tiempo la competencia de los tribunales para colmar las lagunas legales ( ) La
interpretación de la ley y el desarrollo del
Derecho no deben verse como esencialmente diferentes, sino sólo como distintos grados del
mismo proceso de pensamiento. Esto quiere decir que ya la simple interpretación de la ley por un
tribunal, en tanto es la primera o se aparta de la interpretación anterior, supone un desarrollo del
Derecho, aunque muchas veces el tribunal todavía no es consciente de elloun desarrollo del
Derechodentro del marco y de los principios directivos de todo el
orden jurídico, es desarrollo del Derecho superador de la ley´
" ´ que no haya guardián del derecho alemán que no se sienta imbuido, siquiera en
visiones sublimes, por la seriedad de los objetivos, que se detenga frente al esfuerzo, y que
no oiga más allá de la rutina de su trabajo, ya sea de cerca o de lejos, las aguas que broten
de la fuente de la verdad ´.
"concebido como algo plural, carente de rigidez, para superar la concepción legalista y de sistema en que se
halla encerrado"....
Habla el autor de un «positivismo corregido», capaz de abordar e interpretar las nuevas direcciones de
la cultura jurídica.
40
"
En la aplicación de esta pena los tribunales de justicia apreciaran el
grado de culpabilidad del agente."
41
Frente al anterior hecho, la Sala de Casación Penal, entonces, se
preguntaba...
Hay que destacar que los ciudadanos...no cometieron el delito con dolo directo, pues
ello supondría que se representaron como cierto y como seguro
un resultado típicamente antijurídico y quisieron realizar directamente ese
resultado antijurídico, tal sería el caso que los mencionados ciudadanos hubiesen
producido en forma directa la explosión para asegurarse de la
muerte y lesiones de las víctimas, resultado que ya estaría previsto como
seguro por parte de los acusados.
Los hechos probados configuran un delito doloso pero no a título de dolo directo, ni
tampoco de dolo de consecuencia necesaria que pudiera acompañar al dolo directo;
sino a título de dolo eventual que
se da cuando el agente se representa el resultado, no como un dolo
directo en forma segura y cierta, sino como posible y probable.
42
" Cabe advertir que estos hechos no deben subsumirse en el ordinal 1°
del artículo 408 del Código Penal, como lo solicitó la representación del Ministerio
Público, pues el delito de homicidio calificado por medio de incendio
requiere el dolo directo al utilizar el incendio en forma directa para buscar el
resultado previsto y querido para cometer dicho ilícito y tal circunstancia no está
probada en autos.
(...)
"...pasa a establecer la pena que han de cumplir los ciudadanos... por la
comisión del delito de homicidio intencional a título de dolo eventual.
"El delito de homicidio tipificado en el artículo 407 del Código Penal tiene prevista la
pena de presidio de doce a dieciocho años, esto es, quince años de
presidio según el término medio, a tenor del encabezamiento del artículo 37 del citado
Código.
"En virtud de que los ciudadanos imputados gozan de buena conducta predelictual se
acoge la atenuante genérica contenida en el ordinal 4° del
artículo 74 del Código Penal, que permite disminuir la pena hasta el límite
mínimo, esto es, doce años de presidio.
pero este fallo fue revocado por la Sala Constitucional del mismo Tribunal,
en su Sentencia N° 811 del 11-5-05, en base a consideraciones netamente
procesales, sin abordar lo sustantivo del tema, aduciendo que actualmente
no está previsto...
43
(
...)
2.- No señaló los derechos o garantías constitucionales que se trataron de
tutelar mediante la nulidad de oficio decretada, máxime cuando la misma no
respondía a una solicitud de parte, en razón de lo cual tal pronunciamiento
comportó un vicio de ultrapetita, por no responder a ninguno de los pedimentos
contenidos en los recursos de casación ejercidos tanto por el Ministerio Público como por
la defensa.
(...)
Siendo ello así, la Sala reitera "el carácter taxativo de la enumeración de las
nulidades absolutas, que son las únicas declarables de oficio, y el carácter
restrictivo de la interpretación de las normas que la regulan. El sistema de
nulidades, por razones de estricta justicia y de seguridad jurídica, no es abierto o
"virtual", como lo pretendió la sentencia que ahora se revisa, si bien
resulta abierta el listado de los derechos o garantías constitucionales y legales
cuya violación es susceptible de nulidad de oficio, de acuerdo con expresa disposición
de Ley, por cuanto éstos, como lo reconoce el artículo 22 de la
Constitución, no están totalmente enunciados en el texto de la misma y
corresponderá, entonces, al intérprete determinar si el derecho que resulta lesionado
corresponde a aquéllos que, por inherentes a la persona humana, deben ser
considerados con rango constitucional y, por consiguiente,
tutelables, mediante la nulidad de oficio, de acuerdo con lo que establece el
artículo 191 del Código Orgánico Procesal Penal"....
(...)
"La prohibición de la reformatio in peius es una garantía fundamental que
forma parte del derecho al debido proceso y tiene por finalidad evitar que el imputado
sea sorprendido ex officio con una sanción que no ha tenido
oportunidad de rechazar. Por lo que su naturaleza es, además de limitar al
poder punitivo del Estado, la de garantizar la efectividad del derecho fundamental de
defensa y de favorecer al condenado con la revisión de la sentencia respecto a las
pretensiones solicitadas, garantizando así la
operatividad del sistema acusatorio.
La consagración legal de la prohibición de reformatio in peius nace en
razón de la necesidad de preservar el principio acusatorio para alcanzar la
mayor independencia y equilibrio del juez, sin que éste pueda anular o
sustituir las funciones atribuidas a las partes en el proceso. Dicha prohibición se sostiene
sobre tres puntales: la máxima "tantum apellatum, quanto devolutum", el principio de
impetración y el principio acusatorio. Los dos
primeros son formulaciones diferentes de una misma situación: la
disponibilidad de los derechos o el principio dispositivo; mientras que, el principio
acusatorio comporta el requisito de contradicción en el proceso penal,
referido a su vez a garantizar la posición acusadora, la defensora y la relación
entre ambas.
44
"A juicio
de esta Sala, la Sala de Casación Penal de este Máximo Tribunal, en
la sentencia cuya revisión se solicitó incurrió en un evidente error de interpretación de
la norma que consagra la prohibición de reforma en perjuicio,
lo cual atenta contra la tutela judicial efectiva en lo que respecta al derecho a
obtener una resolución de fondo razonable, congruente y fundada en derecho, con
estricto apego a una adecuada interpretación de las normas legales de conformidad con
los preceptos constitucionales y en el sentido más favorable
para el ejercicio del derecho fundamental.
"En efecto, la Sala de Casación Penal de este Máximo Tribunal, a pesar de
"desestimar por manifiestamente infundados", los recursos de casación
interpuestos por el Ministerio Público y por la defensa de los acusados... de
oficio anuló el fallo de la Sala Accidental Segunda para el Régimen Procesal Transitorio
de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal de la
Circunscripción Judicial del...sólo en lo referido al cuerpo del delito y la
culpabilidad de los precitados acusados, en razón de lo cual los condenó a cumplir la
pena de doce años de presidio por la comisión del delito de
homicidio intencional a título de dolo eventual.
Como se aprecia, a la Sala de Casación Penal no le era dable declarar la
nulidad de oficio de la decisión impugnada, menos aún condenar a los acusados, ya que
ello comportó la actuación de dicha Sala fuera de su
competencia, toda vez que "desestimados" los recursos de casación
interpuestos por el Ministerio Público y la defensa de los acusados -hoy solicitantes-,
dicha "desestimación" originó la confirmación de la decisión
impugnada, la cual en consecuencia adquirió el carácter de sentencia
definitivamente firme"...
(...)
"...al no encontrarse presente -en el proceso penal que se les siguió- alguna de
las causales taxativas de nulidades absolutas previstas en el artículo 191 del Código
Orgánico Procesal Penal, la nulidad decretada y, en consecuencia la
condenatoria impuesta -doce años de presidio por la comisión del delito de
homicidio intencional a título de dolo eventual- contrarió la prohibición legal de la
reformatio in peius, según lo que dispone el artículo 442 del Código Orgánico Procesal
Penal, toda vez que, a los prenombrados ciudadanos se les
había sobreseído la causa, en virtud de la prescripción de la acción penal para
perseguir el delito de producción de incendio en forma culposa.
Por último, encuentra esta Sala, que en la sentencia objeto de revisión, a la
par se obvió la interpretación y aplicación de la norma contenida en el artículo
24 Constitucional, omisión que indudablemente produjo un efecto de relevancia
constitucional, al ser anulado de oficio un fallo, cuya nulidad
produjo una condena penal por un delito por el cual no se les había formulado
cargos a los acusados.
(...)
45
En el
nuevo sistema penal -de corte predominantemente acusatorio-, también
le está permitido al juez el cambio de la calificación jurídica, siempre y cuando advierta
al acusado de esa posibilidad, a fin de garantizar el derecho a la
defensa"...,
"...causa a la Sala estupor, que en la causa penal que dio origen a la presente solicitud,
de indudable relevancia social debido al grave daño ocasionado por la comisión de un
hecho punible que ocasionó la muerte a cuarenta y dos
personas y lesiones a catorce, la justicia penal -incluidos todos sus actores-
no haya podido emitir un veredicto que establezca responsabilidades contra los sujetos
que -en su oportunidad- fueron considerados como partícipes del
mismo. Casos como éste son los que desdicen del sistema de justicia y
atentan contra el Estado social de Derecho y de Justicia proclamado en el artículo 2 de
la Constitución, motivo por el cual la Inspectoría General de Tribunales debe averiguar
que ocurrió en el juzgamiento de los supuestos reos
del delito de homicidio, sea culposo o doloso"...
46
Un año después, la jurisprudencia extranjera, nos dió un buen ejemplo
de tratamiento del tema. En efecto, en Sentencia del 26-11-08 de la Sala
2a. Casacional del Tribunal Supremo Español bajo la ponencia del Dr.
Juan Ramón Berdugo Gómez de la Torre, se discurrió sobre el tema, sobre
la base del siguiente hecho...
"...Tras haber tomado algo de alcohol se dirigió caminando hasta una localidad,
distante a unos cuatro kilómetros y al llegar a la zona del paseo
marítimo se percató de que Aurelio de 69 años de edad, pero de complexión corpulenta y
en aparente buena forma física, ya que solía practicar la
natación, que, como tenía por costumbre había bajado momentos antes de su
domicilio a fumar un cigarrillo a escondidas de su mujer, acababa de acceder y cerrar su
vehículo, marca Peugeot 206, que tenía allí estacionado para coger
el tabaco; en tal situación se acercó hasta él y tras solicitarle un cigarrillo y
entablar una breve conversación, en un momento dado y cuando Aurelio estaba
desprevenido y próximo al muro del paseo marítimo, con ánimo de apoderarse de lo que
llevase en su poder, o de su vehículo y de lo que éste de
valor pudiera contener en su interior comenzó a golpearle repetidas veces en la
cara lanzándole puñetazos, cayendo al suelo Aurelio , llegando a rozar su cabeza contra
el muro, para luego en el suelo seguir golpeándole varias veces
de nuevo en la cara, siendo consciente el acusado de que por la edad de la
víctima y repetidos golpes que le daba en la cabeza podía causarle lesiones graves e
innecesarias ante lo desproporcionado y brutal de la paliza, pero sin
que quisiera ocasionarle la muerte, ni tal eventualidad la percibiera como
posible.
Ya en el suelo Aurelio, con sangre por la cara y encontrándose en estado de
semi-inconsciencia, el acusado le arrebató las llaves de su vehículo y huyó del
lugar a bordo del mismo, registrándolo posteriormente por si hubiera en su interior
alguna cosa de valor. Al día siguiente el acusado, cuando circulaba con el vehículo
sustraído para deshacerse de él y después de que hiciera
desaparecer toda huella o vestigio de su presencia, sufrió un accidente
dejándolo abandonado y causando daños al vehículo que resultó siniestro total,
ascendiendo su valor venal a la cantidad de 9,019 euros.
A consecuencia de las lesiones sufridas el Sr. Aurelio fue traslado en
ambulancia hasta el Hospital, en donde tras serie diagnosticadas diversas contusiones y
fractura mandibular izquierda, sin que aparentase, a tenor de
las pruebas radiológicas que se le realizaron, tener ninguna tipo de afectación
cerebral, fue remitido al Hospital, a fin de que por el servicio de cirugía maxilofacial se
evaluase la necesidad o no de ser intervenido quirúrgicamente,
permaneciendo ingresado en dicho Hospital hasta el día 8 de Octubre, en que
al remitir el gran edema e hinchazón que presentaba se comprobó que la lesión
mandibular, por no haber tenido desplazamiento, no precisaba ser intervenida
47
quir
úrgicamente por lo que fue dado de alta, si bien con la advertencia de
regresara al Hospital si sentía algún tipo de molestia o complicación.
A las pocas horas de recibir el alta Hospitalaria Aurelio comenzó a sentirse
indispuesto y sufrió de fuertes dolores de cabeza, y el día 9 de Octubre ingresó
en la UCI del Hospital, apreciándose un hematoma subdural y una hemorragia
subaraenoidea traumática, lesiones que fueron producto de los golpes que el acusado
propinó a Aurelio en la cabeza, falleciendo posteriormente el día 15
de Octubre tras ser intervenido quirúrgicamente.
El Sr. Aurelio , era una persona con antecedentes de diversas patologías vasculares y
cardiopatías, (que eran desconocidos para el acusado), razón por
la que tomaba medicación anticoagulante, la cual durante su estancia
hospitalaria y por precisarla por su salud se le siguió facilitando, aunque se le sustituyó
por otra con menor riesgo de sangrado (heparina). La cardiopatía que
padecía Aurelio y la medicación anticoagulante que tomaba facilitó la aparición
de los hematomas y su posterior fallecimiento.
"José Luís en el momento de los hechos era consumidor ocasional de
sustancias estupefacientes"...
48
modos
tal resultado (representado en la mente del autor). En la culpa
consciente, no se acepta como probable el hipotético daño, debido a la pericia que el
agente cree desplegar, o bien confiando en que los medios son inidóneos
para producir aquél, aún previendo conscientemente el mismo. En el dolo
eventual, el agente actúa de todos modos, aceptando la causación del daño, siendo
consciente del peligro que ha creado, al que somete a la víctima, y cuyo control le es
indiferente.
"Otras teorías explican el dolo eventual desde una perspectiva más objetiva, en
la medida que lo relevante será que la acción en si misma sea capaz de realizar un
resultado prohibido por la Ley, en cuyo caso el consentimiento del
agente quedaría relegado a un segundo plano, mientras en la culpa consciente
el grado de determinación del resultado en función de la conducta desplegada no alcanza
dicha intensidad, confiando en todo caso el agente que aquél no se
va a producir"...
"...el elemento subjetivo del delito de homicidio no solo es el "animus necandi" o intención
especifica de causar la muerte de una persona, sino el "dolo
homicida", el cual tiene dos modalidades: el dolo directo o de primer grado
constituido por el deseo y la voluntad del agente de matar, a cuyo concreto objetivo se
proyecta la acción agresiva, y el dolo eventual que surge cuando el sujeto activo se
representa como probable la eventualidad de que la acción
produzca la muerte del sujeto pasivo, aunque este resultado no sea el
deseado, a pesar de lo cual persiste en dicha acción que obra como causa del resultado
producido"...
"...el dolo, según la definición más clásica, significa conocer y querer los
elementos objetivos del tipo penal. En realidad, la voluntad de conseguir el resultado no
es mas que una manifestación de la modalidad mas frecuente del
dolo en el que el autor persigue la realización de un resultado, pero no impide
que puedan ser tenidas por igualmente dolosas aquellas conductas en las que el autor
quiere realizar la acción típica que lleva a la producción del resultado o
que realiza la acción típica, representándose la posibilidad de la producción
del resultado. Lo relevante para afirmar la existencia del dolo penal es, en esta
construcción clásica del dolo, la constancia de una voluntad dirigida a la realización de
la acción típica, empleando medios capaces para su realización.
Esa voluntad se concreta en la acreditación de la existencia de una decisión
dirigida al conocimiento de la potencialidad de los medios para la producción del
resultado y en la decisión de utilizarlos. Si además, resulta acreditada la
intención de conseguir el resultado, nos encontraremos ante la modalidad
dolosa intencional en la que el autor persigue el resultado previsto en el tipo, en los
delitos de resultado.
Pero ello no excluye un concepto normativo del dolo basado en el conocimiento
de que la conducta que se realiza pone en concreto peligro el bien jurídico protegido, de
manera que en esta segunda modalidad el dolo radica en el
conocimiento del peligro concreto que la conducta desarrollada supone para el
bien jurídico, en este caso, la vida, pues, en efecto, "para poder imputar un tipo de
homicidio a título doloso basta con que una persona tenga información de que va a
realizar lo suficiente para poder explicar un resultado de muerte y,
49
por
ende, que prevea el resultado como una consecuencia de ese riesgo. Es
decir, que abarque intelectualmente el riesgo que permite identificar normativamente el
posterior resultado.
En el conocimiento del riesgo se encuentra implícito el conocimiento del
resultado y desde luego la decisión del autor está vinculada a dicho resultado"...
"...bajo la expresión "ánimo de matar" se comprenden generalmente en la
jurisprudencia tanto el dolo directo como el eventual. Así como en el primero la
acción viene guiada por la intención de causar la muerte, en el segundo caso tal intención
no puede ser afirmada, si bien el autor conoce los elementos del
tipo objetivo, de manera que sabe el peligro concreto que crea con su conducta
para el bien jurídico protegido, a pesar de lo cual continúa su ejecución, bien porque
acepta el resultado probable o bien porque su producción le resulta
indiferente. En cualquiera de los casos, el conocimiento de ese riesgo no impide
la acción.
"En otras palabras, se estima que obra con dolo quien, conociendo que genera
un peligro concreto jurídicamente desaprobado, no obstante actúa y continua
realizando la conducta que somete a la víctima a riesgos que el agente no tiene la
seguridad de poder controlar y aunque no persiga directamente la causación del
resultado, del que no obstante ha de comprender que hay un elevado
índice de probabilidad de que se produzca. Entran aquí en la valoración de la
conducta individual parámetros de razonabilidad de tipo general que no puede haber
omitido considerar el agente, sin que sean admisibles por irrazonables,
vanas e infundadas esperanzas de que el resultado no se produzca, sin peso
frente al más lógico resultado de actualización de los riesgos por el agente generados.
"...el dolo supone que el agente se representa un resultado dañoso, de posible
y no necesaria originación y no directamente querido, a pesar de lo cual se acepta,
también conscientemente, porque no se renuncia a la ejecución de los
actos pensados. Lo que significa que, en todo caso, es exigible en el autor la
consciencia o conocimiento del riesgo elevado de producción del resultado que su acción
contiene.
En definitiva, el conocimiento del peligro propio de una acción que supera el
límite de riesgo permitido es suficiente para acreditar el carácter doloso del
comportamiento, al permitir admitir el dolo cuando el autor somete a la víctima a
situaciones peligrosas que no tiene seguridad de controlar, aunque no
persigue el resultado típico.
"...en el supuesto enjuiciado...debe admitirse que concurrió el dolo eventual dado que el
acusado, aunque no buscara la muerte de la víctima si se presentó
la posibilidad de causarla y acepto su resultado.
En efecto en el factum de la sentencia se recoge como el acusado comenzó a golpear a la
víctima "repetidas veces" en la cara, lanzándole puñetazos,
cayendo al suelo Aurelio , llegando a rozar su cabeza contra el muro, "para
luego en el suelo seguir golpeándole varias veces de nuevo en la cara", llegando a
calificar la paliza de "desproporcionada y brutal", y como "ya en el suelo Aurelio , con
sangre por la cara y encontrándose en estado de semi-
50
inconsci
encia, el acusado le arrebató las llaves de su vehículo y huyó del lugar
a bordo del mismo", "dejándolo solo, malherido y sin asistencia en el suelo, en estado
semi-inconsciente sangrando y gimiendo o dando ronquidos en clara
evidencia de la dureza del castigo y de la entidad de la agresión de que fue
objeto Aurelio ".
Esta reiteración de los golpes en una zona vital cual es la cara y cabeza, así como esa
conducta posterior del acusado dejando abandonado a la víctima en
estado semi-inconsciente, fácilmente perceptible, revela la concurrencia del
dolo eventual.
Es evidente que cualquier persona normal se representa que una pluralidad de
golpes intensos en la cabeza pueden matar a una persona, máxime cuando
ésta es de edad avanzada, ha sufrido un golpe en la cabeza contra un muro y emite
gemidos en estado semi-inconsciente, una vez que se encuentra tendido
en el suelo; y pese a que, ante esta situación de una persona tendida en el
suelo, semi-inconsciente, gimiendo y sangrando cualquier persona podría representarse
la posibilidad de que el agredido se encuentra en situación de
riesgo vital, el propio acusado golpea nuevamente al agredido en el suelo y
posteriormente abandona precipitadamente el lugar, sin buscar directa o indirectamente
auxilio por parte de terceras personas, aceptando de esta
manera el resultado no querido en principio pero previsto en una posibilidad.
En definitiva, la conducta del acusado superó el limite de riesgo permitido al
someter a la víctima a una situación peligrosa que no fue controlada por el acusado, que
aunque no persiguiera el resultado típico, si asumió la
posibilidad de la muerte de la víctima, respondiendo, al menos, por dolo
eventual.
Que el acusado no conociera, ni pudiera tampoco intuirlas, el estado anterior y
patologías de base que tenia la víctima no tiene la relevancia que pretende la
sentencia de instancia, en cuando dicha patología no interfirió en la relación causal entre
la acción del acusado, creando una situación de peligro concreto
jurídicamente desaprobado, y el resultado producido, cuya eventualidad fue
asumida por aquél. Es posible...que el autor no haya deseado la muerte de la víctima,
pero desde antiguo la doctrina y la jurisprudencia, distinguen con claridad entre deseo y
dolo, considerando que este no se debe excluir por el
deseo de no producir el resultado.
Conviene, por ultimo, hacer aquí una aclaración íntimamente ligada al tema de la
imputación objetiva antes examinado. La previsión del resultado de muerte,
elemento esencial para determinar la concurrencia del dolo de matar, no
abarca la previsión del mecanismo causal concreto por el que se produjo el óbito.
Basta conocer la peligrosidad de la agresión, cualquiera que sea luego la
incidencia en el cuerpo humano que ocasiona directamente la muerte, para que haya que
entender que tal animo homicida existió. Cualquier persona ha de
saber y sabe que golpes repetidos en la zona de la cabeza pueden producir la
muerte y sino se da solo uno, sino varios es porque se quiere matar (dolo primer grado) o
al menos, aceptar ese resultado para el caso de que pudiera producirse (dolo eventual).
51
Por
tanto, no hubo homicidio culposo, en concurso con lesiones agravadas, sino
un homicidio doloso"...
hecho frente al cual dicha Sala Penal fue del criterio que...
52
"...el punto central del cual se pretende sea resuelto por esta instancia, estriba
si en el presente caso existe violación al Principio de Legalidad previsto en nuestra
Constitución Nacional en su artículo 49, numeral 6, toda vez que el
acusado de autos se le condenó a cumplir la pena de doce (12) años de
presidio por la comisión del delito de homicidio intencional a titulo de dolo eventual, sin
que el referido tipo penal estuviese descrito como delito en nuestro ordenamiento
jurídico. Tal argumentación resulta ser cierta a todas
luces, pues claramente nuestra Carta Magna recoge, como debido proceso, el
Principio de Legalidad conforme al cual, ninguna persona podrá ser sancionada por
actos u omisiones que no fueren previstos como delitos, faltas
o infracciones en leyes preexistentes.
"De acuerdo a los términos expresados en la referida norma constitucional, los
ciudadanos tienen el derecho a hacer todo lo que la ley no les prohíba. En
otras palabras, solo la ley es capaz de crear delitos, y solo podrá considerarse
delito, aquel hecho que la ley declare delito expresamente. Distinto el caso de los actos
llevados a cabo por los entes públicos, los cuales deben sujetarse a
lo que la Constitución y las leyes les permitan.
(...)
"Bajo este contexto normativo, podemos afirmar que el máximo principio que
consagra la legitimidad y legalidad dentro del Derecho Penal es el principio:
"nulla crime, nulla poena sine lege", recogido en la mayoría de los
ordenamientos jurídicos penales de índole romanista y germánico, el cual apunta a una
garantía de libertad y seguridad para los ciudadanos, sin dejar
de lado el poder punitivo del Estado el cual es ejercido a través de sus
legisladores y jueces.
"Tenemos entonces, que el Principio de Legalidad exige que el delito se
encuentre expresamente contemplado en una ley formal, de manera clara y
precisa, con el fin de garantizar la seguridad de los ciudadanos, quienes deben conocer,
sin lugar a dudas, cual es la conducta prohibida e ilegítima, y
cuáles serían las consecuencias jurídicas que se generarían a aquellos que
trasgredan lo que la norma penal contempla. Esto significa que debe haber una ley
preexistente y vigente, tal como lo ha señalado la doctrina internacional en el
entendido de que las conductas punibles deben ser
descritas inequívocamente y las sanciones a imponer deben estar también
previamente predeterminadas.
"Visto así las cosas, resulta imperioso afirmar que, el Principio de legalidad en
materia penal, consagrado en su doble vertiente de legalidad de los delitos y
de las penas, constituye la máxima garantía frente a la aplicación de la ley penal; toda
vez que, por una parte, constituye un límite ante cualquier
arbitrariedad o imposición caprichosa por parte del Juez contra el presunto
autor de unos hechos y, por la otra, las conductas descritas formalmente y recogidas en
un texto legal, permiten a la ciudadanía conocer tanto la
conducta delictual como las sanciones que acarrea, lo cual se traduce en
garantía para los mismos ciudadanos.
53
"Cabe resaltar que el Principio de Legalidad cobra también importancia desde
un punto de vista más amplio, llegando a la propia funcionalidad del Estado en su
ejercicio del ius puniendi, pues garantiza la propia división de poderes:
legislativo, ejecutivo y judicial. En este sentido, entra en juego el principio de
reserva legal, lo cual indica que solo el legislador, no los jueces, pueden asumir la tarea
de redactar y recoger en un instrumento legal las normas de carácter penal, la cual es
labor consagrada, única y exclusivamente, a la
Asamblea Nacional, mientras que el juzgador penal es el que subsume el caso
concreto en la descripción del tipo penal, el que determina la pena correspondiente a
cada supuesto, el que la individualiza, pero siempre dentro
de los márgenes de tipicidad y penalidad.
"Bajo estos señalamientos queda claro que, en base al Principio de Legalidad,
en Derecho Penal no es posible admitir la analogía, vale decir que, si el hecho
no está contemplado en la ley, no podrá aplicarse a él, una norma que
castigue un hecho similar. En este sentido, el autor Rodrigo Antonio Rivera Morales, en
su obra "Aspectos Constitucionales del Proceso": Tribunal
Supremo de Justicia: Libro Homenaje A José Andrés Fuenmayor. Tomos II,
señala: "Si no hay norma legal aplicable al caso concreto, hay un vacío legal (non liquet), sin que
el juez pueda llenarlo analógicamente la situación fáctica debe estar descrita en ley
preexistente. Es contrario a la Constitución y a la
normativa internacional sobre derechos humanos los tipos penales inciertos,
abiertos y en blanco, éstos deben ser exactos y rígidos ".
"Visto el análisis anterior, tenemos que en el presente caso el ciudadano... fue
condenado por la comisión del delito de homicidio intencional a título de dolo
eventual, el cual, como se señaló al inicio, no aparece contemplado en nuestro
ordenamiento jurídico penal, aplicándole el juzgador, por analogía, la pena
correspondiente al delito de homicidio intencional simple. Todo lo cual
evidencia una violación al Principio de Legalidad, acogido ampliamente en nuestro
ordenamiento jurídico, de tal manera que no podía inventarse el
juzgador un tipo penal y encuadrar en él la conducta desplegada por el
mencionado ciudadano. Debe el hecho o conducta a sancionar estar descrito previamente
en la ley penal; tal como se ha venido insistiendo.
"En este aspecto cabe llamar la atención de aquellos aplicadores de justicia,
así como estudiosos y expertos en la materia penal, para que tengan en
cuenta que, si en su opinión, existen situaciones no precisadas en la ley y, que por tanto,
puedan generar cierta incertidumbre e imprecisiones en la
aplicación de la misma, no realizar interpretaciones que puedan generar
perjuicio en el imputado, tal como ocurre en el presente caso.
"Ahora bien, puntualizado el hecho de que en la presente causa, el
ciudadano...fue condenado por un delito no tipificado en la ley, teniendo razón
pues la defensa en el planteamiento de su denuncia, esta Sala de Casación Penal, de
conformidad con la facultad otorgada en el artículo 467 del Código
Orgánico Procesal Penal, pasa a dictar una decisión propia"...
(...)
54
"Analiza
dos los hechos acreditados por el Juzgado Segundo de Juicio del
Circuito Judicial Penal del...y las circunstancias de lugar, tiempo y modo descritas, y
observando que son el resultado del actuar imprudente del
procesado, la Sala considera que los mismos encuadran en los extremos del
artículo 411 del derogado Código Penal vigente para el momento en el cual ocurrieron
los hechos (hoy, 409), relativo al homicidio culposo, en consecuencia, se aparta de la
calificación jurídica de homicidio intencional a
título de dolo eventual, previsto en el artículo 407 del Código Penal (hoy, 405),
dada a los hechos por la representación del Ministerio Público, atribuyéndole por tanto a
los mismos la calificación jurídica antes dicha, al observar que el
actuar del ciudadano...obedeció a un obrar con imprudencia, sin la cautela
necesaria al conducir su vehículo (transporte colectivo), es decir, a exceso de velocidad y
sin el funcionamiento de las luces del autobús, pero nunca tuvo la
intención de ocasionar la muerte de algún ciudadano, en este caso de la
ciudadana"...
"...la pena correspondiente al delito de homicidio culposo es de seis (6) meses
a cinco (5) años de prisión, regulado en el artículo 411 del Código Penal
vigente para el momento en el cual ocurrieron los hechos, hoy 409 del Código Penal
(cuya redacción quedó expresada en los mismos términos que el citado artículo 411).
"Ahora bien, tomando en cuenta el modo y las circunstancias en las cuales
fue cometido el hecho, vale decir, el exceso de velocidad con el cual conducía el
ciudadano...la unidad de transporte, la falta de funcionamiento de las luces,
circunstancia que era conocida suficientemente por el conductor, siendo que el
hecho ocurrió alrededor de las 7:00 pm, así como también consta, la advertencia de que
fue objeto el acusado, tanto por algunas personas
(pasajeros) de la unidad, como por el funcionario policial Moisés Acosta
Meléndez, en cuanto a la velocidad con la cual se desplazaba y que no llevaba las luces
del vehículo encendidas, a lo cual mostró una actitud poco cautelosa
y de total indiferencia ante tal llamado de atención. Todo ello hace considerar
que, a juicio de esta Sala, lo procedente y ajustado a derecho es imponer al
ciudadano...la pena de cinco (5) años de prisión, de conformidad con los artículos 411
del Código Penal derogado, hoy 409, y 467 del Código Orgánico
Procesal Penal, atendiendo a las circunstancias de modo, tiempo y lugar antes
expresadas, y que fueron probadas fehacientemente durante el juicio oral y
público. Así se declara ."
55
fallo en su Sentencia N° 490 del 12-4-11, asumiendo que deben
distinguirse las denominaciones:
"...dolo de primer grado para hacer referencia al comúnmente denominado dolo directo,
directo de primer grado o intención stricto sensu, dolo de segundo
grado para designar el dolo indirecto, directo de segundo grado o de consecuencias
necesarias, y dolo de tercer grado para significar el dolo
eventual, dolo condicionado o de consecuencias eventuales (que alguno,
inclusive, también denominan dolo indirecto, término que otros emplean para
señalar el dolo de consecuencias necesarias).
"Con el dolo de primer grado (directo) el sujeto persigue directamente lesionar o poner en
peligro el interés jurídico penalmente tutelado y lo logra, p. ej. el
sujeto quiere violar y viola, quiere robar y roba o quiere matar y mata. En el
dolo de segundo grado (indirecto) el agente no busca con su actuar realizar directamente
la conducta típica pero sabe que indefectiblemente la desplegará,
es decir, sabe que, aunque no busca inmediatamente el resultado típico lo
alcanzará infaliblemente con su acción u omisión, p. ej., el agente quiere provocarle la
muerte a otro y lo mata (dolo de primer grado), pero sabe que al estallar el explosivo que
utilizó también matará necesariamente a un amigo
suyo que sabía que estaba en el lugar y, sin embargo, hace detonar la bomba
(dolo de segundo grado); en cambio, si bien en el dolo de tercer grado (dolo eventual) el
agente tampoco busca realizar directamente la conducta típica,
sabe que posiblemente -y no seguramente- la desplegará, en otras palabras, si
bien en el dolo de segundo grado el sujeto se representa el delito como consecuencia
inevitable de su acción u omisión, en el dolo de tercer grado el
mismo advierte que la ejecución del delito sólo es posible, en otras palabras,
que sólo se representa o se entiende que se representó la materialización del resultado
(que incluso podía angustiarle o no ser lo que aspiraba que ocurriera)
como algo posible y no como algo seguro. Así, actúa con dolo eventual el sujeto
que, a pesar de saber que posiblemente lesionará el interés penalmente tutelado p. ej. la
vida, sin embargo, despliega su obrar aceptando, asintiendo, consintiendo, asumiendo,
abarcando, tolerando, afirmando o conformándose
con tal circunstancia que, en definitiva, se incluye dentro su organización o
planificación y, por tanto, dentro del dolo.
56
desea y el
resultado perseguido (desea provocar el daño y lo hace, desea poner
en peligro el interés protegido y lo hace), mientras que en los otros dos (dolo de segundo y
dolo de tercer grado) no existe tal perfección, pero no por ello dejar
de ser considerada dolosa la conducta en esos supuestos, pues igualmente
existe un nexo entre lo que el mismo conoce que segura o posiblemente (respectivamente)
ocasionará y su comportamiento y, sin embargo, encamina su actuación hacia su objetivo a
pesar de ello, en evidente ultraje hacia el interés jurídico penalmente tutelado.
Así pues, el elemento diferenciador entre la primera forma de dolo (dolo de primer
grado o dolo directo) y las otras dos (dolo de segundo y dolo de tercer grado, es decir, dolo
indirecto y dolo eventual) estriba en la perfecta
correspondencia o no entre la aspiración del sujeto y su conducta. Mientras que
el elemento diferenciador entre el dolo de tercer grado o dolo eventual y las otras dos
formas de ese elemento subjetivo descansa en que en aquel el agente
no está seguro de que a través de su conducta vulnerará el bien jurídico-
penalmente tutelado, sino que solo es posible que ocurra tal desenlace que no busca ni se
propone alcanzar directamente (a diferencia del dolo directo o de primer grado) y, no
obstante, continúa desplegándola asumiendo tal posibilidad
y, por tanto, menospreciando el objeto de tutela del orden jurídico-penal y
abarcando en su dolo ese resultado.
Desde cierta perspectiva, la diferencia entre el dolo eventual y las otras dos
manifestaciones del dolo reposa en el grado de percepción de riesgo por
parte del agente sobre su acción, pues, a diferencia de las otras
manifestaciones, en el dolo de tercer grado o dolo eventual el agente sólo conoce o debe
conocer que su acción será posiblemente -y no seguramente- una acción
típica (y, por tanto, tampoco coincide perfectamente lo que desea ocasionar con
lo que efectivamente ocurre a diferencia del dolo de primer grado): P. ej. En el marco de
una relación amorosa, una persona que sabe es portadora del virus
del VIH (sida) tiene relaciones sexuales sin protección con otra, a la cual le ha
dicho que goza de perfecto estado de salud, confiándole a su "buena suerte", en diversos
contactos similares, no trasmitirle el referido virus a la otra, la cual, sin embargo, resulta
contagiada en uno de esos encuentros. En ese caso, el
portador del virus, aunque incluso le llegue a incomodar la idea de contaminar
a la otra persona, advierte que es posible que ocurra tal evento y, a pesar de ello, sin que
lo contenga o disuada tal hecho, tiene repetidos contactos con
aquella, evidenciándose de esa manera tanto el elemento cognitivo,
representado por el conocimiento de la posibilidad de ocasionar la afectación al bien
jurídico a través de su conducta, como el volitivo, expresado por la
ejecución, a pesar de ello, de la misma, la cual se traduce en la aceptación o
asunción de esa posibilidad, es decir, de ese riesgo no permitido.
57
manifesta
ciones del dolo no existe tal congruencia, pues en ellas no persigue
directamente el resultado causado, sino que sólo se representa, en el dolo se segundo
grado o indirecto, que el resultado seguramente ocurrirá (incluso aun
cuando el mismo le desagrade), mientras que en el de tercer grado o dolo
eventual sólo prevé que posiblemente acaecerá (aun cuando anhele que no ocurra) y, no
obstante, sigue desplegando su comportamiento aceptándolo o incluyéndolo dentro de
configuración personal junto con las consecuencias del
mismo. Tal aceptación, desde cierto enfoque, es equiparable al elemento volitivo
del dolo o, en otras palabras, al "querer", razón por la que, evidentemente, las tres son
formas del dolo, tal como lo ha reconocido la doctrina desde hace más de un siglo.
En tal sentido, puede afirmarse que en los tres supuestos (dolo de primer,
segundo y tercer grado), si bien hay conocimiento de las circunstancias objetivas del tipo,
es decir, si bien hay representación del resultado lesivo, no
es menos cierto que el grado de certeza de realización del mismo -conocimiento-
es distinto (va de mayor a menor a partir del dolo de primer grado, al menos, el del dolo
eventual es claramente distinto a los otros dos) y, por tanto, desde cierto punto de vista,
también será especialmente distinto en grado del "querer"
tal circunstancia (decreciente a partir del dolo de primer grado). No obstante,
debe resaltarse que, en definitiva, el conocimiento o "consciencia" es denominador
común en ellas al igual que el querer o "voluntad" para los
partidarios de otra corriente doctrinal, razón por la que, se insiste, las tres son
especies de dolo y no de otro elemento subjetivo.
58
caracterís
ticas de la vía, el estado del tiempo, la hora, la señalización vial, la
maniobras para evitar los riesgos típicamente lesivos, las maniobras en general, las
posibles marcas de los cauchos (llantas) en el pavimento, la
disposición y estado del o de los vehículos y de los demás objetos y sujetos
involucrados, los daños causados, el comportamiento del agente antes y
durante el hecho, etc.
Así pues, tales datos ayudan a determinar si la conducta que se juzga formó o no
parte del plan de sujeto activo, si obró o no con indiferencia o
menosprecio hacia el interés jurídico, en fin, si su actuación se puede imputar o
atribuir al dolo o no.
En razón de ello, puede decirse que las denominaciones dolo de tercer grado o
dolo de consecuencias eventuales (o posibles) designan con mayor precisión el objeto que
comúnmente significarse mediante la denominación "dolo
eventual": si el dolo es eventual, antes de lo eventual no habrá nada, ni
siquiera dolo, el cual sólo será eventual, de allí que tal denominación lleve a pensar en
una petitio principii (petición de principio). En efecto, la denominación dolo eventual
refleja una falacia pues incluye (explícitamente) la proposición a
ser probada -el dolo- entre las premisas: dolo eventual. Así, en ella, a lo que
sólo es eventual se antepone el dolo que, al ser tal, no puede ser eventual pues está allí, es
decir, no puede no estar por ser eventual, sino que al ser dolo
siempre está, por lo que, en todo caso, lo eventual no es el dolo, sino el
resultado representado por el sujeto del dolo (dolo eventual como asunción de la eventual
posibilidad de vulneración del interés jurídico tutelado ante la
considerable probabilidad de ello). Probablemente se acuñó el término dolo
eventual para simplificar el término correcto: dolo de consecuencia eventual. Sin embargo,
no puede dejar de reconocerse que esa denominación defectuosa y
contraria a la lógica jurídica (dolo eventual) ha impedido en muchos casos una
mejor comprensión de esta categoría jurídica fundamental, al igual que ha derivado en
una afectación de las garantías constitucionales, tal como ocurrió a
través de la sentencia objeto de la presente revisión constitucional.
59
En este orden de ideas, es importante precisar que el dolo eventual es
una denominación creada y tradicionalmente aceptada para designar un concepto
elaborado por los estudiosos del Derecho con el propósito de reconocer
como dolosas aquellas conductas en las que el autor conoce y acepta (quiere)
desplegarlas pero no tiene la certeza de que a través de las mismas efectivamente
producirá el resultado desvalorado por el tipo penal y, sin embargo, sigue actuando a
pesar de ello. Por ello comúnmente se afirma que el
dolo eventual es el dolo de menor entidad que pudiera determinar algún trato
privilegiado respecto de las otras formas de dolo, sobre la base de alguna
circunstancia atenuante (pero se ratifica, no por ello deja de ser dolo).
(...)
(...)
60
de las
diversas formas de error o de todas las causas de exclusión de la
antijuridicidad.
(...)
En efecto, siendo que el dolo eventual es sencillamente dolo y siendo que con
aquel concepto lo que se busca es explicar una de las varias formas de
expresión del obrar doloso, el cual constituye la principal dirección volitiva
objeto de la legislación penal, tal como se desprende del artículo 61 del Código Penal en
relación con la mayoría de tipos penales que son lo que incluyen el
dolo dentro de su dimensión subjetiva, negar tal figura es tanto como negar el
dolo de consecuencias necesarias (dolo de segundo grado) e, incluso, el dolo directo
(dolo de primer grado) pues, al fin y al cabo, las tres son
manifestaciones de la conducta dolosa.
(...)
61
no
aplicar (a menos que la estime inconstitucional y la desaplique en ejercicio
del control difuso de la constitucionalidad) una norma jurídica que sí está
prevista en el ordenamiento jurídico.
(...)
(...)
"Se ordena remitir copia certificada del presente fallo a la Presidenta de la Sala de
Casación Penal de este Tribunal Supremo de Justicia, así como a todos los Presidentes de
los Circuitos Judiciales Penales de la República Bolivariana de Venezuela, para que
distribuyan y hagan del conocimiento de los tribunales de
su respectiva jurisdicción, el criterio que -con carácter vinculante- ha dejado
asentado esta Sala Constitucional"....
24 Sobre la base del trabajo del italiano Stefano Canestrari (editado en la publicación Anales de
Derecho, 21, 2003), denominado "Dolo eventuale e colpa cosciente. Ai confini tra
dolo e colpa nella struttura delle tipologie delittuose", (Milan, 1999), ubicable en Internet.
62
r
esultado no se producirá encierra en sí misma la negación de esa
posibilidad, y por tanto excluye el dolo. De ello se extrae la
conclusión de que todas las formas de imprudencia imaginables se
reducen a una sola, la imprudencia inconsciente.
63
tráfico
vial, etc-), señalar a la mera representación de la
posibilidad/probabilidad de que, en el desempeño de esas actividades, se
produzca un menoscabo (o una puesta en peligro típica) de alguno de esos
bienes jurídicos, como única causa legitimante de la mayor penalidad que
conlleva en todo caso la actuación dolosa.
26 Ibíd., 333.
64
afectado
", con lo cual traslada la aplicación de la categoría a una
variable, francamente,variable27.
«el riesgo de que puede resultar perjudicado él mismo o un tercero cuyo daño el autor sufrirá
como propio. En la medida en que la imprudencia no resulta de un desinterés
específico, sino de una desatención general no
dirigida, difusa en las consecuencias, resulta cargada con el peligro de una
pena natural, y este riesgo del autodaño propicia la disposición a cumplir la norma;
disminuyendo, por tanto, la necesidad de reaccionar penalmente frente a una infracción
no dolosa».
Así, Jakobs, utiliza la teoría del «riesgo natural» como argumento para
fundamentar la mayor gravedad del comportamiento doloso frente al
culposo.
65
De allí que, entonces, en un aparente enfoque novedoso del tema, y
queriendo adscribirse a una suerte de "teoría cognitiva del dolo eventual", la expresión
«probabilidad del resultado» se sustituye por la de «peligro» o
«riesgo»: el verdadero objeto del conocimiento en el dolo es el
comportamiento típico, entendido como conducta arriesgada o peligrosa cuya ejecución,
teniendo como base las circunstancias de la concreta situación reconocibles ex ante por el
autor, implica un aumento o creación del riesgo de lesión de un bien jurídico en la forma
prevista en el tipo correspondiente 28. Del objeto del dolo quedaría excluido, por tanto, el
resultado lesivo: no será necesario que el sujeto se represente la probabilidad de que
dicho resultado se produzca, sino sólo que sea
consciente de que su comportamiento entraña la creación de un riesgo no
permitido. Así, la distinción entre dolo e imprudencia debe realizarse, en definitiva,
atendiendo al momento de la acción, y no al momento del resultado. Y ello, porque "sólo
es posible conocer el pasado o el presente,
nunca el futuro. Este se puede calcular, prever o predecir."29
29 Letner, Gustavo Adolfo, "Dolo eventual y culpa con representación (Problemas y consecuencias
que traen aparejadas su distinción y su posterior aplicación en casos vinculados con el tránsito
automotor)" www.cejamericas.org/doc/documentos/ar-dolo-
eventual.
66
permite
la expresión-, que hay una decisión de ataque en contra del bien
jurídico
"el dolo directo y el dolo eventual se diferencian, no en que en aquél el autor tenga certeza y en éste
inseguridad, sino en que en el dolo directo se persigue
esa meta y en el eventual no se la persigue, aunque el autor sepa que la
realización del tipo puede producirse como consecuencia de su acción" 30
30 Teoría del delito y disvalor de acción (Una investigación sobre las consecuencias
prácticas de un concepto personal del ilícito circunscrito al disvalor de acción). Buenos
Aires, Hammurabi, 2005, 147.
67
"
Lo que pretende el derecho en el injusto y con ello al desvalorizar el
comportamiento doloso es proteger bienes jurídicos y, por tanto, se trata de evitar todo
proceso que lleve a su afección".
"en el dolo eventual solo hay un alto riesgo, la probabilidad del hecho típico,
luego si desaparece ese riesgo o probabilidad no hay dolo eventual, ésa es su estructura
fundamental. Por tanto, el dolo eventual queda político- criminalmente dentro de los
procesos que se quiere evitar que son propios de
la culpa"31
"Existe dolo eventual, por tanto, cuando el autor juzga, en el instante de la acción, que
la realización del tipo como consecuencia de la acción no sería
improbable"33
31 Manual de Derecho Penal español. Parte General. Barcelona (España), Ariel, 1984
33 Ibíd., 8/23.
68
representación concreta de una probabilidad de muerte de un tercero
caminante de la vía. Cuando uno se pregunta qué riesgo puede haber de
ello, las respuestas oscilarían entre un 90 a un 99% de que ello ocurra. He
ahí el detalle Basta que haya en la conciencia colectiva siquiera un
margen tan ínfimamente bajo de "improbabilidad" como la unidad porcentual ("la
probabilidad es el quantum de la posibilidad"), si su
contrario porcentual es el sustento de una sanción penal no de poca
monta como lo es la pena por homicidio intencional (o hasta calificado),
para que se activen las alarmas de otros importantes principios, no solos
legales, sino francamente constitucionales, como el in dubio pro reo,
reconocido entre nos en el Aparte del Artículo 24 de la Constitución
69
enfrenta
al 1000, al 10000, o al 100000. De allí que el entendimiento de la
existencia de la superabilidad de la causa aflictiva del bien jurídico no es
nada despreciable, por escasa que sea esa posibilidad de superar la causa
ofensiva, porque, ciertamente, es un elemento presente en la condición de
imposición de responsabilidad a título de dolo.
70
Bibliografía
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Bustos Ramírez, Juan, Manual de Derecho Penal español. Parte General. Barcelona (España),
Ariel, 1984.
Chiossone, Tulio,
Díaz Chacón, Freddy José, 5 años de Casación Penal. Máximas y Extractos, 1989-1993.
Caracas, Livrosca, 1995, 459.
Grisanti, Hernando,
En torno al dolo eventual. Valencia (Venezuela), Vadell, 2001.
Lecciones de Derecho Penal. Valencia (Venezuela), Vadell, 2000.
71
Instituto de Ciencias Penales y Criminologicas de la Universidad Central
de Venezuela, Código Penal de Venezuela (Vol. I, Artículos 1 al 67) (Segunda Edición),
Caracas, UCV, 1982, 713.
Mir Puig, Santiago, Derecho Penal. Parte General. 5ª. Edición. Barcelona (España),
Reppertor, 2002, 245.
Sancinetti, Marcelo A., Teoría del delito y disvalor de acción (Una investigación sobre las
consecuencias prácticas de un concepto personal del
ilícito circunscrito al disvalor de acción) . Buenos Aires, Hammurabi, 2005,
821.
72
COLECCIÓN DE CUADERNOS JURÍDICOS DIGITALES
"DR. "ANGEL ZERPA APONTE"
73