La Prenda Sin Transmisión de Posesión en México

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LA PRENDA SIN TRANSMISIÓN DE POSESIÓN EN MÉXICO

Francisco CISCOMANI FREANER *

A John Wilson Molina, precursor de la


prenda sin transmisión de posesión en
México.

I. PREÁMBULO

1. Importancia del tema

Una economía moderna requiere que todos los agentes económicos puedan disponer
del crédito para desarrollar actividades comerciales e industriales, sobre todo las
pequeñas y medianas empresas. La experiencia en otros países y algunos estudios
realizados en América Latina indican que una economía debe promover el uso de
garantías sobre bienes muebles para hacer accesible el crédito, aumentar el capital
disponible, reducir el costo respectivo, fomentar la inversión, y de esa manera
incrementar de forma considerable la producción, el empleo y, consecuentemente, el
producto interno bruto.

México y otros países no han aprovechado los beneficios citados con anterioridad para
el crédito, ya que las garantías sobre bienes muebles se ven limitadas por los
regímenes jurídicos o la situación que prevalece en los mercados financieros, como las
altas tasas de interés y en ocasiones la falta de disposición de la banca y los grandes
comercializadores e industriales para innovar mecanismos crediticios. Estas
limitaciones hacen que se exijan por lo general garantías inmobiliarias donde el
acreedor tiene mayor certeza en la recuperación del crédito otorgado. Poca es la
importancia de los créditos garantizados con bienes muebles, y menos aún cuando no
implican su entrega material al acreedor. Este tipo de garantía no parece
proporcionarle al acreedor la misma certeza, tanto por su movilidad, fácil lapidación,
depreciación con el transcurso del tiempo, así como su difícil identificación, reposición,
adjudicación y venta, entre otros.

Es evidente que cuando los agentes económicos de un país no disponen de crédito


garantizado con bienes muebles sin transmisión de posesión, necesariamente deberán
optar por contratar préstamos no garantizados, desprenderse de bienes muebles a
través de la prenda tradicional que son requeridos para sus actividades comerciales e
industriales, otorgar otros que son menos valiosos que los inmuebles, o bien, dar estos
últimos en garantía y limitar así su capacidad de crédito. A raíz de esta situación,
dichos agentes pagarán tasas de interés elevadas que mermarán seriamente su
capacidad para reinvertir e incrementar las actividades productivas y el empleo. Como
consecuencia, una economía afrontará costos adicionales en su producción que pueden
oscilar entre el 5% y 10% del producto interno bruto.

2. Principios esenciales
Para que la prenda sin transmisión de posesión funcione adecuadamente, deberá
contemplar varios principios esenciales, entre ellos:

a) Que un crédito pueda ser garantizado con bienes muebles sin transmisión de
posesión para el deudor, entendiendo por dichos bienes todo tipo de derechos,
sean presentes o futuros.

b) La extensión automática de la garantía sobre otros bienes adquiridos con


posterioridad, así como nuevas generaciones de bienes del deudor, que
sustituyan a los bienes originalmente prendados (de reemplazo o
transformados).

c) La necesidad de proteger al deudor y segregar por ministerio de ley los


bienes futuros que sean adquiridos por el deudor en virtud de un crédito
otorgado por un segundo acreedor, quien podrá beneficiarse de la constitución
de una prenda sin transmisión de posesión distinta de la primera.

d) La protección al consumidor en relación a la no existencia de un derecho de


persecución del acreedor sobre los bienes que se adquieran del deudor en el
curso normal de los negocios.

e) La necesidad de un sistema de publicidad (registro) amplio, ordenado por el


nombre del deudor, sencillo y con formas precodificadas.

f) La ejecución efectiva de los bienes objeto de la garantía, de reemplazo o


transformados en caso de incumplimiento del deudor.

II. SITUACIÓN EN EL SISTEMA JURÍDICO MEXICANO

1. Multiplicidad de figuras que la contemplan

En México, las garantías sobre bienes muebles se perfeccionan a través de diversas


figuras, entre las cuales se encuentran: la prenda civil establecida en los códigos civiles
de las entidades federativas; las prendas de la Ley General de Títulos y Operaciones de
Crédito (mercantil) y de la Ley de Instituciones de Crédito, donde se pueden pactar
esquemas limitados para que no exista transmisión de posesión; la hipoteca industrial;
el crédito refaccionario, y el de habilitación y avío, en los cuales pueden existir bienes
muebles contenidos en las unidades de explotación que tampoco implican la
desposesión para el deudor.

Por otro lado, existen otros mecanismos que tienen efectos equivalentes a la prenda
sin transmisión de posesión, como los contratos de consignación, de compraventa con
reserva de dominio, de arrendamiento financiero y los fideicomisos. No obstante,
ninguno de éstos proporciona certeza jurídica al acreedor, ya que en la mayoría de los
casos los gravámenes están ocultos y no gozan de publicidad alguna a través de un
registro.

2. Primer estudio en México


Derivado de la crisis de 1995, el tema de las garantías sobre bienes muebles sin
transmisión de posesión comenzó a cobrar gran importancia para el gobierno de
México. La entonces Unidad de Desregulación Económica de la Secretaría de Comercio
preparó un estudio que comenzó a circular a finales de 1998, conjuntamente con un
Anteproyecto de Ley de Garantías Mobiliarias Mercantiles, entre las secretarías de
Hacienda, de Comercio y de Relaciones Exteriores, el Banco de México, la Consejería
Jurídica del Ejecutivo Federal, el Consejo Coordinador Empresarial, organismo cúpula
del sector privado, y la Asociación de Banqueros de México. El referido estudio tuvo en
consideración documentos similares elaborados por las Naciones Unidas, el Instituto
para la Unificación del Derecho Internacional Privado, el Banco Europeo de Fomento,
entre otros organismos internacionales.

Además, el Anteproyecto de Ley de Garantías Mobiliarias Mercantiles sirvió como


soporte para uno de los principales acuerdos en las reuniones preparatorias de la
Sexta Conferencia Interamericana de Derecho Internacional Privado, conocida como
CIDIP-VI, de la Organización de Estados Americanos, que comenzaron en diciembre de
1998. Dichas reuniones tuvieron como propósito estudiar un Proyecto de Ley Modelo
Interamericana sobre Garantías Mobiliarias. Por parte de México, participó activamente
la Secretaría de Relaciones Exteriores.

3. Primera iniciativa (presidencial): Ley Federal de Garantías de Crédito

Durante los primeros meses de 1999, la Secretaría de Hacienda elaboró con algunos
especialistas un Anteproyecto de Ley Federal de Garantías de Crédito que el titular del
Ejecutivo Federal envió como iniciativa al Congreso de la Unión el 7 de abril de ese
año. La iniciativa propuso la creación de dos nuevas figuras en el derecho mexicano: el
fideicomiso de garantía y la prenda sin desplazamiento o transmisión de posesión. El
objeto era promover el acceso al crédito de las pequeñas y medianas empresas, y
propiciar el desarrollo equilibrado entre deudores y acreedores; en materia prendaria,
la iniciativa autorizaba al deudor a mantener la posesión y a usar, transformar y
vender los bienes muebles, así como a garantizar con éstos cualquier obligación,
aunque con algunas limitaciones.

A pesar de que lo anterior se consideró un gran avance, el Anteproyecto omitía


abordar algunos aspectos esenciales, o bien los trataba de una forma distinta a lo que
se preveía en el estudio de la Secretaría de Comercio y sus similares internacionales.
Entre las principales críticas que recibió el Anteproyecto respecto de la prenda sin
desplazamiento o transmisión de posesión se encuentran:

a) La necesidad de transferir la propiedad de los bienes afectos a la garantía al


acreedor, lo que técnicamente representaba una venta con pacto de retroventa
entre las partes; ello desnaturalizaba no sólo la prenda, sino cualquier otro tipo
de garantía real sobre bienes muebles.

b) La garantía no era efectiva frente a los créditos laborales y fiscales, los casos
de concurso, suspensión de pagos y quiebra.

c) Los actos relacionados con la garantía (constitución, modificación, extinción,


cesión y resoluciones judiciales sobre cancelaciones) debían ratificarse ante
fedatario público.
d) Si el producto de la venta no alcanzaba para cubrir el importe de la
obligación garantizada el deudor quedaba liberado de cubrir las diferencias que
resultaran.

e) Los deudores debían, como condición, tener y acreditar la propiedad de los


bienes objeto de la garantía; ello presuponía la existencia de bienes en el
patrimonio del deudor y limitaba la posibilidad de obtener financiamiento para
adquirir bienes a través de la misma.

f) Los derechos posesorios y algunos bienes intangibles cuya propiedad era


difícil de acreditar, no podían ser objeto de la garantía.

g) No se resolvía la situación sobre la multiplicidad de figuras legales que


preveían la posibilidad de constituir garantías sobre bienes muebles ni se
abordaban cuestiones registrales para prever problemas de prelación entre
diferentes acreedores, o el de los adquirentes de buena fe.

La iniciativa presidencial no tuvo el eco esperado debido a la opinión pública


negativa que prevalecía sobre las instituciones bancarias. La posición de los
partidos políticos dominantes donde ninguno tenía mayoría también coadyuvó a
detener el referido Anteproyecto. Además, durante los meses que precedieron,
diversas instancias de los sectores público y privado explicaron a los miembros
del Congreso de la Unión, particularmente de la Cámara de Diputados, los
problemas técnicos de la iniciativa y la necesidad de proponer modificaciones.

4. Segunda iniciativa (Legislativo): Miscelánea de Garantías de Crédito

Después de algunos meses de analizar la iniciativa presidencial, el 8 de diciembre de


1999 los diputados integrantes de los grupos parlamentarios de los partidos políticos
dominantes presentaron un nuevo proyecto de decreto que proponía la modificación de
diversas leyes relacionadas con el crédito y las garantías, una especie de Miscelánea
de Garantías de Crédito, que propuso modificar diversas disposiciones de la Ley
General de Títulos y Operaciones de Crédito, del Código de Comercio, del Código Penal
Federal y de la Ley de Instituciones de Crédito.

Los diputados encargados de dictaminar tanto la iniciativa presidencial como el


proyecto de decreto del propio Legislativo consideraron conveniente crear las dos
nuevas figuras de garantías de crédito que se planteaban en la iniciativa presidencial.
Sin embargo, los diputados determinaron que era más adecuada la propuesta de los
grupos parlamentarios, al proponer la modificación y adición de los diversos
ordenamientos legales vigentes sin necesidad de expedir una nueva ley en la materia.

El proyecto de decreto de los grupos parlamentarios de la Cámara de Diputados


retomó buena parte de las propuestas de la iniciativa presidencial, e introdujo y reforzó
otras disposiciones que mejoraron los textos legales. No obstante, se omitió abordar y
corregir algunos aspectos considerados esenciales a la luz de los estudios nacionales e
internacionales sobre el tema, incluidos los primeros borradores que circularon sobre
el Proyecto de Ley Modelo Interamericana sobre Garantías Mobiliarias.

III. ANÁLISIS DE LA MISCELÁNEA VIS A VIS LOS PRINCIPIOS ESENCIALES


La Miscelánea de Garantías de Crédito fue aprobada por el Congreso de la Unión el 28
de abril de 2000 y publicada en el Diario Oficial de la Federación el 23 de mayo de ese
año. En las disposiciones de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito (en lo
sucesivo Ley) y el Código de Comercio (en adelante, Código) se contemplan los
principios esenciales que debe tener un sistema de garantías sobre bienes muebles sin
transmisión de posesión.

1. Que un crédito pueda ser garantizado con bienes muebles sin transmisión
de posesión para el deudor, entendiendo por dichos bienes todo tipo de
derechos, presentes o futuros

El artículo 353 de la Ley establece claramente la figura de la prenda sin transmisión de


posesión, y precisa que podrán darse en garantía toda clase de derechos y bienes
muebles. Adicionalmente, la fracción I del artículo 355 da la pauta para otorgar en
garantía derechos, entre los cuales menciona los intangibles, como nombres
comerciales y marcas. El artículo 359 establece que podrán existir garantías sobre
obligaciones futuras, pero éstas no serán exigibles en tanto no lo sea la principal. Lo
anterior, sin perjuicio de otros bienes y derechos que sustituyan a los bienes
originalmente prendados, es decir, los de reemplazo o transformados.

Desde un punto de vista formal, el artículo 365 de dicho ordenamiento indica que el
contrato correspondiente deberá constar por escrito, y cuando la operación supere un
umbral de doscientos cincuenta mil unidades de inversión (a mayo de 2003, UDI =
3.27 pesos o 32 centavos de dólar estadounidense), aproximadamente ochenta mil
dólares estadounidenses, las partes deberán ratificar sus firmas ante un fedatario
público.

2. La extensión automática de la garantía sobre otros bienes adquiridos con


posterioridad, así como nuevas generaciones de bienes del deudor, como
parte de su actividad económica, que sustituyan a los bienes originalmente
prendados (de reemplazo o transformados)

Las diversas fracciones del artículo 355 de la Ley enumeran como susceptibles de ser
otorgados en prenda no sólo los bienes y derechos que conforman el patrimonio del
deudor, sino también los que adquiera con fecha posterior, los frutos y productos
pendientes, y los bienes transformados o de reemplazo, incluido el dinero recibido por
su venta o la indemnización que corresponda en caso de que éstos se dañen o
destruyan.

En el mismo sentido, la fracción I del artículo 356 autoriza al deudor para transformar
los bienes objeto de la garantía, combinarlos con otros y fabricar nuevos, siempre que
éstos no disminuyan su valor y pasen a formar parte de la garantía en favor del
acreedor. Por otra parte, la fracción III de dicho artículo le otorga al deudor prendario
el derecho de enajenar los bienes en el curso normal de sus actividades, siempre y
cuando el comprador sea de buena fe.

Adicionalmente, en el artículo 349 de la Ley se autoriza que el acreedor y el deudor


pacten pagos parciales para disminuir proporcionalmente la garantía, de forma tal que
los bienes sean liberados de gravamen y regresen al patrimonio del deudor para ser
utilizados como garantía en nuevos créditos.
Se deben pactar ciertas condiciones en el contrato, de conformidad con el artículo 357,
por las que el deudor deberá mantener informado al acreedor sobre la situación de los
bienes (ubicación, contraprestaciones mínimas, personas a quienes se venderán o
transferirán, destino del dinero o contraprestaciones que se reciban y otra
información).

3. La necesidad de proteger al deudor y segregar por ministerio de ley los


bienes futuros que sean adquiridos por el deudor en virtud de un crédito
otorgado por un segundo acreedor, quien podrá beneficiarse de la
constitución de una prenda sin transmisión de posesión distinta de la primera

El artículo 358 de la Ley contempla un tratamiento de excepción, por medio del cual un
deudor que ha constituido una garantía prendaria sin transmisión de posesión sobre
todos sus bienes existentes y futuros, puede contratar con un segundo acreedor otro
crédito y otorgar a éste una prelación y una garantía específica sobre los bienes
adquiridos con esos recursos. Esto es esencial, ya que de otra manera un deudor
podría quedar subordinado a un sólo acreedor y a las condiciones que éste le
impusiese.

Cabe mencionar que este tratamiento de excepción procederá exclusivamente sobre


bienes muebles que sean identificables de manera indubitable, para permitir distinguir
éstos de otros que el deudor hubiese dado en garantía a los demás acreedores.

4. La protección al consumidor en relación a la no existencia de un derecho de


persecución del acreedor sobre los bienes que se adquieran del deudor en el
curso normal de los negocios

La fracción III del artículo 356 de la Ley le otorga al deudor prendario el derecho de
enajenar los bienes muebles objeto de la garantía a adquirentes de buena fe en el
curso normal de sus operaciones; el consumidor está protegido dado que cesan los
derechos de persecución del acreedor sobre esa garantía y quedan en prenda los
bienes o derechos que el deudor reciba o tenga derecho a recibir como pago.

De acuerdo con el artículo 373 de la Ley, el adquirente de mala fe es aquel que compra
los bienes en condiciones que se apartan de las normales o prevalecientes en el
mercado o de los usos comerciales. Adicionalmente, se establecen algunas limitaciones
en el artículo 374 de la Ley respecto de la posible venta de los bienes en función de la
relación del deudor con personas determinadas (parentesco, socios, administradores,
empleados y otros acreedores). No obstante, en ambos casos se puede solicitar y
obtener la autorización del acreedor para permitir esas operaciones; hecha la solicitud,
el acreedor cuenta con un plazo para responder, y si no lo hace se entiende que no
tiene inconveniente.

Si se contravienen estas obligaciones, las ventas se reputarán como nulas y el


acreedor tendría derechos de persecución. De la misma manera, se podría terminar
anticipadamente el plazo del crédito, si eso se pactó en el contrato.

5. La necesidad de un sistema de publicidad (registro) amplio, ordenado por


el nombre del deudor y sencillo

La prenda sin transmisión de posesión se tiene por constituida en el momento en que


las partes firman el contrato, surtiendo sus efectos entre éstas, de acuerdo con el
artículo 356 de la Ley. Asimismo, se precisa en los artículos 358 y 376 que dichas
prendas deberán inscribirse en el Registro Público de Comercio para surtir efectos
contra terceros y establecer las prelaciones entre los acreedores.

Así, todos los actos relativos a la constitución, modificación, extinción, cesión y las
resoluciones judiciales sobre cancelaciones de la prenda sin transmisión de posesión
deben inscribirse en el registro mencionado y, en los casos que proceda y lo señale
expresamente la legislación, en un registro especial; tal es el caso de aeronaves y
embarcaciones.

Para eliminar cualquier discrecionalidad en torno de la inscripción de garantías


prendarias sin transmisión de posesión, el artículo 377 de la Ley prohíbe a los
registradores suspender o denegar la inscripción de garantías cuya identificación se
realice en forma genérica y correspondan a la actividad preponderante del deudor,
siempre que se trate de todos sus bienes, por la referencia que se hace al artículo 354.

Como complemento en torno al tema registral en materia de comercio, el 29 de abril


de 2000 se publicaron en el Diario Oficial de la Federación reformas y adiciones a
diversas disposiciones del Código Civil para el Distrito Federal en Materia Común y para
toda la República en Materia Federal, del Código Federal de Procedimientos Civiles, del
Código de Comercio y de la Ley Federal de Protección al Consumidor, que fueron
aprobadas por el Congreso de la Unión el 28 de abril del mismo año. En el Código de
Comercio se introdujeron modificaciones legales en materia registral para implementar
un sistema automatizado y estandarizado, con folios y firmas electrónicas, formas
precodificadas y el uso de sistemas informáticos.

Los artículos 20 y subsecuentes del Código precisan que el Registro operará con un
programa informático y con una base de datos central interconectada con las bases de
datos de sus oficinas ubicadas en las entidades federativas. Al ser México un régimen
federal, la operación del Registro Público está descentralizada; tanto la Secretaría de
Economía como las autoridades responsables del Registro Público de la Propiedad en
las entidades federativas y en el Distrito Federal lo administran, para lo cual se han
celebrado 29 convenios de coordinación de un total de 32 que se requieren, y se ha
capturado casi el 80% de la información disponible, la cual está en proceso de revisión.
Las entidades federativas han comenzado a utilizar el sistema del Registro Público de
Comercio para efectos de sus similares estatales en materia de propiedad. Se estima
que en el 2004 se tendrá toda la información integrada en la base de datos central.

La inscripción se puede hacer de manera física (directa) o electrónica, para lo cual se


cuenta con formas precodificadas, donde se acompaña el instrumento y el pago de los
derechos. Al inscribirse un acto, se genera una boleta de ingreso y del número de
control progresivo e invariable para cada acto. En la práctica, el registro se ordena por
el nombre del deudor, al cual se le otorga un número de folio. La inscripción
electrónica puede hacerse a través de fedatarios públicos, previa autorización de la
Secretaría de Economía.

Actualmente, la Secretaría de Economía está elaborando un Proyecto de Reglamento


del Registro Público de Comercio, donde se contempla, entre otros, un programa
informático que ya existe y que se denomina Sistema de Gestión Registral (Siger)
como parte del procedimiento registral, y un capítulo especial para la inscripción de
garantías mobiliarias derivadas de la prenda sin transmisión de posesión y del
fideicomiso de garantía. Bajo ese sistema será posible obtener información sobre la
situación mercantil de un deudor con su número de folio, no sólo respecto de esas
garantías, sino también de las prendas mercantiles y de las derivadas de la Ley de
Instituciones de Crédito, así como información sobre otros créditos donde puedan
existir bienes muebles dados en garantía, tales como la hipoteca industrial, el crédito
refaccionario y el de habilitación y avío.

6. La ejecución efectiva de los bienes objeto de la garantía, de reemplazo o


transformados en caso de incumplimiento del deudor

En México, los procedimientos judiciales se caracterizan por su lentitud y la


multiplicidad de acciones incidentales que sólo retrasan la resolución de conflictos. Es
por ello que los artículos 1414 bis al 1414 bis 20 del Código de Comercio precisan un
mecanismo de ejecución ad hoc que en principio resulta más ágil y efectivo para la
prenda sin transmisión de posesión y el fideicomiso de garantía. Este mecanismo
comprende dos vías posibles: una extrajudicial y otra judicial.

A. Procedimiento extrajudicial de ejecución de garantías

Este procedimiento es opcional y no es necesario agotarlo para iniciar la instancia


judicial según lo dispuesto por los artículos 1414 bis a 1414 bis 6 del Código de
Comercio. Esta vía es la idónea cuando no existe controversia alguna entre las partes
sobre la exigibilidad del crédito, su monto y la entrega de los bienes objeto de la
garantía. Para iniciarlo se realiza un avalúo de los bienes a través de un perito que
puede ser designado por las partes en el contrato o en un momento posterior.

Debido a que el objetivo es que el deudor ponga a disposición del acreedor los bienes
objeto de la garantía, éste debe realizar un requerimiento formal por medio de un
fedatario público, que a su vez da fe de su entrega material y expide un acta
pormenorizada que detalla el inventario. El acreedor queda como depositario judicial
hasta que se rea-lice la venta de los mismos.

En caso de que el deudor se opusiera a entregar los bienes, al pago del crédito o no se
pudieran poner de acuerdo en quién va a realizar el avalúo, o cuando éste no fuere
posible, se da por terminada esta vía y se procede por la judicial.

B. Procedimiento judicial de ejecución de garantías

Para iniciar esta vía, el acreedor debe presentar un escrito de demanda y acompañar el
contrato con un informe o estado de cuenta sobre el saldo que el deudor debe cubrir;
si el acreedor es un banco, el estado de cuenta debe ser certificado.

Los términos del procedimiento se reducen considerablemente; el juez admite la


demanda en dos días máximo, y emite un auto para que el deudor sea requerido y
pague el adeudo o, en su caso, haga entrega material de los bienes objeto de la
garantía al acreedor, el cual se convierte en depositario judicial con el deber de
informar al juez la ubicación de los bienes en tanto se realiza su venta.

Si el deudor no realiza el pago ni entrega los bienes, el juez lo emplaza a juicio en el


mismo auto y le concede cinco días para que conteste la demanda y oponga las
excepciones que correspondan. Estas últimas son limitadas, según lo establecido en la
Ley, además de que el juez es conminado a desecharlas de plano cuando son
notoriamente improcedentes o cuando no se acompañan las pruebas documentales
respectivas.

En el mismo auto en el cual el juez tiene por contestada o no la demanda, se admiten


o desechan las pruebas, según corresponda, y se otorga al acreedor un plazo de tres
días para que las estudie. Transcurrido este plazo, se señala fecha y hora para la
audiencia de desahogo correspondiente, donde se harán los alegatos y se dictará la
sentencia. Esto debe realizarse dentro de los diez días siguientes. El proceso es
expedito, ya que no existe un periodo probatorio distinto al de los alegatos y la
audiencia para dictar sentencia. Obviamente, si el deudor se allana a la demanda, el
juez procede de manera inmediata a dictar sentencia definitiva.

Dictada la sentencia se procede al avalúo y posteriormente a la venta de los bienes


objeto de la garantía; esta última puede realizarse por el juez que presidió el juicio o
por un fedatario público. Para la venta existen varias reglas aplicables, mencionaremos
algunas de ellas:

a) Se notifica al deudor la realización de la venta, y se publica en un periódico


un aviso con la descripción de los bienes, su valor, y el día y la hora en que se
realizará la venta.

b) Si no se venden en la primera ocasión, cada semana se reduce su valor en


10%. Cuando se llegue a un valor equivalente o menor al monto del adeudo, el
acreedor puede optar por adjudicarse los bienes.

c) Si el monto de los bienes es menor o igual a la cantidad que se adeuda, el


deudor queda liberado totalmente del crédito respectivo; ésta es una
protección irrenunciable para el deudor.

d) En caso de que el monto de la venta sea mayor al adeudo, el acreedor


cuenta con cinco días para regresar el remanente al deudor, después de haber
descontado los intereses y los gastos aplicables; esto también protege al
deudor, ya que si realizó pagos o los bienes son divisibles podrá recuperar parte
de lo pagado.

El juez puede multar al deudor y ordenar medios de apremio, como el auxilio de la


fuerza pública, en caso de que no haga entrega de los bienes. Por otro lado, el deudor
también está protegido, ya que el juez puede multar al acreedor si, hecha la venta de
los bienes, éste no le entrega el remanente, o bien se demora en hacerlo;
adicionalmente, se le obliga a pagar intereses sobre el tiempo que dure el
incumplimiento.

7. Resultados de la Miscelánea de Garantías de Crédito

En resumen, el nuevo esquema que pone en operación la Miscelánea de Garantías de


Crédito, en torno de las garantías sobre bienes muebles sin transmisión de posesión,
brindó mayor certidumbre y seguridad jurídica a las personas, e hizo posible que los
deudores pudieran otorgar como garantía no sólo los bienes muebles y derechos que
obraran en su patrimonio, sino también los que resultaran de los procesos de
producción y venta de los mismos, además de establecer un esquema registral y
procedimientos de ejecución ágiles y efectivos en los casos de incumplimiento.
Como se comentó anteriormente, la citada Miscelánea corrigió algunos aspectos
negativos de la iniciativa presidencial, entre ellos: no existe la necesidad de transferir
la propiedad de los bienes muebles; las garantías no son efectivas únicamente frente a
los créditos laborales, pero sí en los demás casos; sólo en los contratos por encima de
cierto umbral, las firmas deben ratificarse ante fedatario público, y aunque no se
detecta con claridad que los derechos posesorios puedan ser objeto de las garantías,
es claro que los intangibles sí. Sin embargo, se omitió abordar otros aspectos, o bien
no alcanzó a darles el tratamiento esperado. Las tres críticas principales son:

a) Si el producto de la venta no alcanza para cubrir el importe de las


obligaciones garantizadas, el deudor queda liberado de cubrir las diferencias
que resulten, siendo ese derecho irrenunciable, es decir, no acepta pacto en
contrario.

b) No se resolvió la situación sobre la multiplicidad de figuras legales que


prevén la posibilidad de constituir garantías sobre bienes muebles, pero sí las
cuestiones registrales para prever problemas de prelación entre diferentes
acreedores, si los hubiere, o el de los adquirentes de buena fe.

c) Los bienes muebles pueden identificarse de manera genérica, pero sólo en


los casos donde el deudor otorga una garantía universal sobre todos sus bienes
y derechos afectos a una actividad específica.

Estos aspectos, aunados a la gran astringencia crediticia que ha venido


experimentando la economía mexicana desde hace varios años, particularmente por
parte de las instituciones bancarias, han restado mérito a los resultados de
la Miscelánea de Garantías de Crédito de 2000.

IV. PROYECTO DE NUEVA MISCELÁNEA DE GARANTÍAS DE CRÉDITO (2002)

La prenda sin transmisión de posesión y el fideicomiso de garantía están en proceso de


modificación en virtud de una iniciativa de reformas y adiciones -que envío el titular
del Ejecutivo Federal al Congreso de la Unión en mayo de 2002- sobre diversas
disposiciones de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, del Código de
Comercio, de la Ley de Instituciones de Crédito, de la Ley del Mercado de Valores, de
la Ley General de Instituciones y Sociedades Mutualistas de Seguros, de la Ley Federal
de Instituciones de Fianzas y de la Ley General de Organizaciones y Actividades
Auxiliares del Crédito. La iniciativa se aprobó por el Congreso de la Unión el 15 de
diciembre de 2002 y fue turnada al titular del Ejecutivo Federal para su
correspondiente aprobación y publicación en el Diario Oficial de la Federación, lo cual
no ha sucedido. Dentro de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito se
modifican los artículos 346, 348, 350, 353, 361, 373, 374 y 375, que versan sobre la
prenda sin transmisión de posesión, además de derogar el 379.

A pesar de que el Proyecto de nueva Miscelánea de Garantías de Crédito propone


corregir algunos aspectos de su similar de 2000, los redactores no parecen haber
revisado con el detenimiento necesario el contenido de la Ley Modelo Interamericana
sobre Garantías Mobiliarias, documento aprobado en febrero de 2002 por la
Organización de Estados Americanos, y actualmente proyectado para implementación
en los países de América Latina. El documento citado fue el producto de cuatro años de
intensos trabajos de instituciones públicas y privadas de varios países, así como de
una participación activa de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México con sus
asesores y expertos. La Delegación Mexicana fue designada en el Pleno de la
Organización de Estados Americanos como co-relator del texto de la Ley Modelo, y
presidió las sesiones plenarias de la Sexta Conferencia Interamericana de Derecho
Internacional Privado (CIDIP-VI), en las cuales se aprobó su texto final.

1. Aspectos positivos del Proyecto

El Proyecto de nueva Miscelánea de Garantías de Crédito propone la modificación de un


aspecto fundamental contenido en su similar de 2000, la derogación del artículo 379
de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, el cual previene que si el
producto de la venta no alcanza para cubrir el importe de las obligaciones garantizadas
por el deudor, éste queda liberado de cubrir las diferencias que resulten, sin admitir
pacto en contrario. Adicionalmente, en las modificaciones a los artículos 1414 bis 7 y
1414 bis 17 del Código de Comercio, se autoriza a las partes a pactar en el contrato
respectivo un procedimiento convencional para la resolución de conflictos, y se
salvaguardan los derechos del acreedor cuando el valor de los bienes sea menor al
monto del adeudo condenado. Se refuerza así el espíritu de libertad y el poder de
convenir entre las partes, para que éstas determinen lo correspondiente.

2. Aspectos negativos del Proyecto

Debe admitirse que el Proyecto no resuelve un viejo problema, la multiplicidad de


figuras legales que en el derecho mexicano prevén la posibilidad de constituir garantías
sobre bienes muebles. Como consecuencia de lo anterior, el Proyecto no alcanza a
definir de manera clara y contundente quién tiene el mejor derecho para ejercer esa
garantía y disponer de los bienes, y no permite, salvo en la propia prenda sin
transmisión de posesión y el fideicomiso de garantía, que cada uno de los acreedores
potenciales registre su derecho en una forma lo suficientemente notoria como para que
sea conocida por todos, incluyendo los adquirentes de buena fe. Por lo tanto, no se
logra que todos los contratos que involucren operaciones garantizadas con bienes
muebles (en sus múltiples variantes) estén sujetos a un mismo tratamiento jurídico.

Además, el Proyecto no toca el artículo 354 de la Ley General de Títulos y Operaciones


de Crédito, por lo que sólo en los casos donde el deudor haya otorgado la totalidad de
sus bienes y derechos en garantía, éste podrá hacer una descripción genérica de los
mismos. La disposición debe ser modificada para permitir de manera clara e inequívoca
que en cualquier caso los bienes puedan identificarse de forma genérica, aun cuando
no se trate de una garantía universal sobre todos los bienes del deudor, o bien, siendo
que la reforma busca fortalecer la voluntad de las partes, se podría dejar como una
posibilidad que quedara sujeta al acuerdo de las mismas.

3. Otros aspectos susceptibles de modificarse

Adicionalmente, existen otros aspectos que podrían ser modificados para reforzar el
esquema de constitución de garantías prendarias sin transmisión de posesión. Algunos
de ellos no han sido tomados en consideración en el Proyecto de nueva Miscelánea de
Garantías de Crédito ni lo fueron en su similar de 2000, en lo que respecta de la Ley de
Títulos y Operaciones de Crédito:
a) Artículos 348 y 359. Necesidad de precisar el carácter presente y futuro de la
obligación garantizada cuando ésta es una línea de crédito. Si bien en el texto
de los artículos citados la garantía prendaria es susceptible de cambiar
constantemente, faltaría precisar en el artículo 348 la posibilidad de garantizar
operaciones futuras revolventes, o con ciertos plazos o condiciones, para llevar
a cabo su disposición -como las líneas de crédito- a fin de evitar cualquier
situación contraria a esos propósitos; como se comentó, el artículo 359 permite
garantizar obligaciones futuras pero sujeta su ejecución a ciertas condiciones.

b) Artículo 357. Las limitaciones que deben pactarse en la celebración del


contrato de prenda sin transmisión de posesión. A pesar de que este artículo no
se toca en el proyecto de reforma, es menester comentar que una disposición
con esas características no debería aparecer en un régimen de garantías
prendarias sin transmisión de posesión. El texto podría contravenir el espíritu
de ese tipo de garantías, donde la regla debe ser la posibilidad de la extensión
automática de la garantía al producto de la venta de los bienes y derechos
originalmente gravados, y a las nuevas generaciones de éstos, en el curso
normal de la actividad preponderante del deudor. De otra manera, el índice de
confianza de los consumidores podría verse afectado, además de que ello limita
seriamente la capacidad de actuación de los deudores. En seguimiento a lo
anterior, sería conveniente proponer la derogación del artículo 357 y, si ello no
fuera posible, dejarlo entonces al arbitrio de las partes para que éstas decidan
si lo incluyen o no en los contratos.

c) Artículo 358. La protección del deudor ante un acreedor con el cual ha


constituido una garantía sobre todos sus derechos y bienes muebles presentes
y futuros, cuando no pueda o no desee obtener de éste nuevos préstamos a
precio de mercado. Existe un problema con esta disposición, ya que se requiere
que la garantía se constituya exclusivamente sobre bienes que puedan ser
descritos "con toda precisión"; ello no permite que el deudor utilice el crédito de
un segundo acreedor para obtener bienes similares a los bienes que garantizan
la obligación con el primer acreedor. Adicionalmente, este requisito de
especificidad sobre garantías adicionales también obstaculiza el financiamiento
de ciertos bienes como podrían ser los inventarios, ya que éstos en la mayoría
de los casos no pueden describirse específicamente.

d) Artículos 366 y 376. Efectos de la inscripción de la constitución de la prenda


sin transmisión de posesión, así como de su modificación, extinción, cesión y
las resoluciones judiciales sobre cancelaciones. Si bien estos artículos no se
modifican con el Anteproyecto, sería conveniente establecer que dichos actos
deberán ser inscritos en la sección de garantías sobre bienes muebles del
Registro Público de Comercio a que se refiere el artículo 366 o, en los casos que
proceda, en el registro especial que corresponda, para surtir efectos contra
terceros. Además, sería conveniente especificar que la inscripción en la sección
mencionada se hará a través del uso de formas precodificadas que podrán ser
enviadas por medios electrónicos.

e) Artículo 373. Calificación de la mala fe. El artículo 356, fracción III, califica la
buena fe respecto de adquirentes que compran bienes de un deudor en el curso
normal de la actividad preponderante de éste (bienes de consumo). Para evitar
confusiones e interpretaciones diversas sobre el concepto de mala fe, se
debería precisar que el adquirente, además de saber de la existencia del
gravamen, compre los referidos bienes fuera del curso normal de la actividad
preponderante del deudor. Ello eliminará la posibilidad de que un acreedor
invoque que un adquirente tenía conocimiento o "debió conocer" de la
existencia de la garantía; la seguridad provista compensaría cualquier situación
que pudiere perpetrarse en casos o situaciones aisladas.

f) Artículo 377. La necesidad de no requerir una descripción detallada de la


garantía (genérica). Si bien esta disposición no es parte de la reforma y en
principio parece eliminar cierta discrecionalidad del registrador para que no
requiera una descripción detallada de garantías sobre bienes muebles en la
prenda sin transmisión de posesión, la misma reenvía nuevamente al contenido
del artículo 354: esto provoca que el registrador esté obligado a cumplir
únicamente si se trata de una garantía sobre todos los bienes del deudor. Por
otro lado, el registrador conserva algo de discrecionalidad, ya que tendrá que
calificar si los bienes forman o no parte de la actividad preponderante del
deudor. Esto resulta difícil si se toman en consideración las condiciones actuales
de los registradores, por lo que tal requisito debería suprimirse.

V. CONCLUSIONES

Primera. El régimen jurídico mexicano vigente en materia de garantías


prendarias sin transmisión de posesión, así como las modificaciones propuestas
en el Proyecto de nueva Miscelánea de Garantías de Crédito, buscan facilitar los
procesos de otorgamiento y recuperación del crédito a fin de que el mismo fluya
hacia las actividades comerciales e industriales, y de esta manera contribuya al
desarrollo económico y social del país. No obstante, la legislación vigente y las
propuestas de modificación del año 2002 pueden ser mejoradas si se atienden
las recomendaciones expuestas en el apartado IV del presente análisis, en lo
particular el contenido de la Ley Modelo Interamericana sobre Garantías
Mobiliarias.

Segunda. Un aspecto importante para que la prenda sin transmisión de


posesión -y en general las garantías otorgadas sobre bienes muebles bajo
cualquier figura- opere con eficacia es el registral. México ha avanzado
considerablemente en este tema, a pesar de la complejidad de su régimen
federal y la interconexión informática entre los distintos registros tanto de
comercio como de propiedad. En el 2004 se podrá brindar un servicio a través
del cual podremos conocer la situación mercantil de un deudor proporcionando
su número de folio.

Tercera. Igualmente, la prevención y resolución de conflictos es una


condición sine qua non para la eficacia de la garantía prendaria sin transmisión
de posesión para el deudor. La legislación mexicana vigente establece un
procedimiento extrajudicial optativo que tiene por objeto prevenir conflictos
entre las partes a través de la entrega del deudor al acreedor de los bienes
objeto de la garantía prendaria sin transmisión de posesión, así como otro
especial y judicial que permite obtener una resolución más rápida en caso de
que ello no sea posible, y que a su vez limita las excepciones e incidentes para
que el procedimiento no se alargue indefinidamente. Por otro lado, las
propuestas de modificación de 2002 en materia procesal implicarían
mecanismos adicionales de resolución de controversias como el arbitraje.
Quedaría pendiente ver en un futuro si sería necesario establecer tribunales
especializados, o bien precisar que los conflictos entre particulares derivados de
la aplicación de leyes federales sean conocidos por tribunales de esa naturaleza,
es decir, federalizar materias como la mercantil y la financiera para efectos de
la impartición de justicia. En México, los jueces locales en las entidades
federativas y los federales concurren en el conocimiento de esos asuntos a
pesar de que las leyes son federales. Un antecedente de lo que se podría hacer
lo representa la Ley de Concursos Mercantiles, publicada en el Diario Oficial de
la Federación el 12 de abril de 2000, por la que se federalizó la materia
concursal. Esta cuestión rebasa el presente análisis y podría ser objeto de un
extenso estudio.

Cuarta. En la búsqueda de nuevas alternativas para el financiamiento de los


agentes económicos en los mercados, particularmente las pequeñas y medianas
empresas, se debe reconocer el potencial y el valor de las garantías sobre
bienes muebles sin transmisión de posesión, así como la importancia del diseño
de legislación efectiva que tenga en consideración los aspectos comentados en
este análisis. No se debe perder de vista que los empresarios de cualquier país,
nacionales y extranjeros, se encuentran en un mundo globalizado, donde sus
competidores en otras latitudes poseen, en materia de crédito, condiciones que
pueden resultar más favorables.

* Secretario de acuerdos del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública.

https://bdg.com.mx/prenda-sin-la-transmision-de-la-posesion/

https://krestoncsm.com/ejecucion-del-contrato-de-prenda-sin-transmision-de-posesion/

EJECUCIÓN DEL CONTRATO DE PRENDA SIN


TRANSMISIÓN DE POSESIÓN
On julio 24, 2015
Ejecución del Contrato de Prenda sin Transmisión de Posesión
Ocasionalmente nuestros clientes requieren utilizar figuras legales a las que no están habituados, siendo
estas, en ocasiones, la solución de un problema ya sea como proveedor o como acreedor de otros. 
Asimismo, cuando se está del lado del deudor de un crédito, puede ocurrir que no se conozcan las
modalidades y las obligaciones que se derivan de la firma de un contrato con características reguladas
por formas determinadas, como en este caso, el Lic. Barajas nos ayuda a comprender.
La legislación mexicana contempla la figura de la prenda como el contrato de garantía en virtud del cual
el deudor puede garantizar el cumplimiento de una obligación mediante bienes muebles.

Asimismo, en lo que respecta a la prenda mercantil, el Código de Comercio contempla dos modalidades
para que se lleve a cabo, siendo estas la prenda con transmisión de posesión y la prenda sin transmisión
de posesión.

Para que la prenda sin transmisión de posesión funcione adecuadamente, deberá contemplar varios
principios esenciales, entre ellos:

a. Que un crédito pueda ser garantizado con bienes muebles sin transmisión de posesión para el
deudor, entendiendo por dichos bienes todo tipo de derechos, sean presentes o futuros.
b. La extensión automática de la garantía sobre otros bienes adquiridos con posterioridad, así como
nuevas generaciones de bienes del deudor, que sustituyan a los bienes originalmente prendados
(de reemplazo o transformados).
c. La necesidad de proteger al deudor y segregar por ministerio de ley los bienes futuros que sean
adquiridos por el deudor en virtud de un crédito otorgado por un segundo acreedor, quien podrá
beneficiarse de la constitución de una prenda sin transmisión de posesión distinta de la primera.
d. La ejecución efectiva de los bienes objeto de la garantía, de reemplazo o transformados en caso
de incumplimiento del deudor.

Ahora bien, para poder ejecutar ambas prendas, se puede realizar de dos maneras: mediante un
procedimiento extrajudicial de ejecución de garantías o mediante el procedimiento judicial para la
ejecución de las mismas. A continuación se explicará brevemente como funciona cada uno de ellos.

Procedimiento extrajudicial de ejecución de garantías otorgadas mediante prenda sin transmisión de


posesión

Este procedimiento es opcional y no es necesario agotarlo para iniciar la instancia judicial según lo que
disponen los artículos 1414 bis (mil cuatrocientos catorce bis) a 1414 bis 6 (mil cuatrocientos catorce bis
seis) del Código de Comercio. Esta vía es la idónea cuando no existe controversia alguna entre las partes
sobre la exigibilidad del crédito, su monto y la entrega de los bienes objeto de la garantía. Para iniciarlo
se realiza un avalúo de los bienes a través de un perito que puede ser designado por las partes en el
contrato o en un momento posterior.

En el caso de la prenda sin transmisión de posesión, y debido a que el objetivo es que el deudor ponga a
disposición del acreedor los bienes objeto de la garantía, éste debe realizar un requerimiento formal por
medio de un fedatario público, que a su vez da fe de su entrega material y expide un acta
pormenorizando que detalla el inventario. El acreedor queda como depositario judicial hasta que se
realice la venta de los mismos.
En caso de que el deudor se opusiera a entregar los bienes, al pago del crédito o no se pudieran poner de
acuerdo en quién va a realizar el avalúo, o cuando éste no fuere posible, se da por terminada esta vía y se
procede por la vía judicial.

Procedimiento judicial en ejecución de garantías otorgadas mediante prenda sin transmisión de posesión.

Para iniciar esta vía, que se encuentra regulada del artículo 1414 bis 7 (mil cuatrocientos catorce bis
siete) al 1414 bis 20 (mil cuatrocientos catorce bis veinte) del Código de Comercio, el acreedor debe
presentar un escrito de demanda y acompañar el contrato con un informe o estado de cuenta sobre el
saldo que el deudor debe cubrir; si el acreedor es un banco, el estado de cuenta debe ser certificado.

Los términos del procedimiento se reducen considerablemente; el juez admite la demanda en dos días
máximo, y emite un auto para que el deudor sea requerido y pague el adeudo o, en su caso, haga entrega
material de los bienes objeto de la garantía al acreedor, el cual se convierte en depositario judicial con el
deber de informar al juez la ubicación de los bienes en tanto se realiza su venta.

Si el deudor no realiza el pago ni entrega los bienes, el juez lo emplaza a juicio en el mismo auto y le
concede cinco días para que conteste la demanda y oponga las excepciones que correspondan. El juez
tiene la facultad de desecharlas de plano cuando sean notoriamente improcedentes o cuando no se
acompañan las pruebas documentales respectivas.

En el mismo auto en el cual el juez tiene por contestada o no la demanda, se admiten o desechan las
pruebas, según corresponda, y se otorga al acreedor un plazo de tres días para que las estudie.
Transcurrido este plazo, se señala fecha y hora para la audiencia de desahogo correspondiente, donde se
harán los alegatos y se dictará la sentencia. Esto debe realizarse dentro de los diez días siguientes. El
proceso es expedito, ya que no existe un periodo probatorio distinto al de los alegatos y la audiencia para
dictar sentencia. Obviamente, si el deudor se allana a la demanda, el juez procede de manera inmediata a
dictar sentencia definitiva.

Dictada la sentencia se procede al avalúo y posteriormente a la venta de los bienes objeto de la garantía;
esta última puede realizarse por el juez que presidió el juicio o por un fedatario público. Para la venta
existen varias reglas aplicables, de las cuales se pueden mencionar como algunas de ellas las siguientes:

a. Se notifica al deudor la realización de la venta, y se publica en un periódico un aviso con la


descripción de los bienes, su valor y el día y la hora en que se realizará la venta.
b. Si no se venden en la primera ocasión, cada semana se reduce su valor en 10% (diez por ciento).
Cuando se llegue a un valor equivalente o menor al monto del adeudo, el acreedor puede optar
por adjudicarse los bienes.
c. Si el monto de los bienes es menor o igual a la cantidad que se adeuda, el deudor queda liberado
totalmente del crédito respectivo; esta protección es irrenunciable para el deudor.
d. En caso de que el monto de la venta sea mayor al adeudo, el acreedor cuenta con cinco días para
regresar el remanente al deudor, después de haber descontado los intereses y los gastos
aplicables; esto también protege al deudor, que si realizó pagos o los bienes son divisibles podrá
recuperar parte de lo pagado.

El juez puede multar al deudor y ordenar medios de apremio, como el auxilio de la fuerza pública,  en
caso de que no haga entrega de los bienes. Por otro lado, el deudor también está protegido, ya que el juez
puede multar al acreedor si, hecha la venta de los bienes, éste no le entrega el remanente, o bien se
demora en hacerlo; adicionalmente, se le obliga a pagar intereses sobre el tiempo que dure el
incumplimiento.

Esperamos que la información proporcionada sea de utilidad, y quedamos a sus órdenes para cualquier
duda al respecto.

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