La Profesión Jurídica

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La profesión jurídica tiene siglos de existencia, pero las

transformaciones más significativas han ocurrido en la segunda


mitad del siglo XX. En este artículo se evalúan los cambios en la
composición por estrato social, por género y los diversos tipos de
actividad profesional. Estas transformaciones han incidido en las
funciones y roles del ejercicio de la abogacía. En particular, se
reflexiona sobre la carrera docente y de investigación en derecho,
los efectos de la feminización de la profesión y el ejercicio
profesional en el socialismo del siglo XXl.

REPENSAR EL PERFIL DEL ABOGADO O ABOGADA

Partimos por dejar planteada la discusión sobre el rol del abogado o abogada
latinoamericano en los procesos de cambio y transformación de la sociedad
actual, marcado por la desigualdad y deshumanización que impera en la
aplicación de la justicia, con especial significación, centramos la atención en la
formación del abogado venezolano, que se concibe en el marco de la
Constitución de la República Bolivarina de Venezuela, desde su formación
como un profesional con una profunda sensibilidad social y con un elevado
sentido de la ética, la moral, la justicia, la paz y la libertad.

Tradicionalmente el abogado es formado para contender, lo cual no es


desatendido dentro del nuevo modelo de formación, pero debe acentuarse el
desarrollo de competencias del egresado en Derecho, como líder social,
consciente de las necesidades del colectivo, ante lo cual deberá ser un crítico
de la realidad con sentido ético y moral, a fin de poder asesorar al individuo
de forma integral, y, de ser necesario, abogar para que se creen y se
implementen nuevas instituciones dentro del ordenamiento jurídico, que
permitan otorgar seguridad y verdadera justicia al conglomerado social.

Es un abogado con ética y moral que reclama la nueva República; por lo cual
nuestra Universidad se ha dado a la tarea mediante la participación de un
importante grupo de expertos, abogados, estudiantes, y representantes de la
comunidad de realizar un estudio exhaustivo, que ha permitido configurar
algunas líneas maestras que hemos insertado al nuevo diseño curricular de los
estudios de Derecho, el cual representa un verdadero salto adelante y
permitirá la formación de abogados que verdaderamente trabajarán en
armonía con la realidad social; dejando de lado los criterios netamente
capitalistas, que persisten hasta nuestros días, en la casi totalidad de las
universidades a nivel mundial.

Es necesario dar al traste con esas ideas, según las cuales el abogado
permanece enclaustrado, en una oficina o local similar, esperando que el
problema llegue hasta él; y una vez que ello ocurre, pretende resolverlo de
una forma netamente liberal, de espaldas al entorno social. El nuevo
profesional debe ser proactivo, dinámico, capaz de ubicar el dilema por sí
mismo y solventarlo con plena conciencia de las necesidades del colectivo.
Por otra parte, la educación del Abogado, y de cualquier profesional, debe ser
democrática, lo que significa que al alumno se le debe estimular a participar
activamente en el proceso formativo, y se le debe permitir cuestionar y
criticar la enseñanza que recibe, el estilo pedagógico del docente, entre otros
aspectos, todo ello, dentro de los parámetros preestablecidos. Ese mismo
carácter democrático trae como consecuencia el hecho de que la educación
superior deberá ser inclusiva, sin que se permita dentro de ella ningún tipo de
discriminación, todo venezolano debe poder acceder a ella.

La Carrera de Derecho procura formar profesionales con una clara conciencia


del sentido ético de su actividad, por lo tanto exige a las universidades una
profunda revisión y análisis de la pertinencia social de los diseños curriculares
que sustentan su formación, su concepción epistemológica, teleológica,
ontológica y práctica a fin de que pueda responder a las demandas del
fenómeno humano, histórico-social. Los cambios sociales, tecnológicos,
educativos, políticos y culturales han influido de manera preponderante en las
ciencias jurídicas determinando al Derecho como instrumento social, que
aportar soluciones a los conflictos de la sociedad desde una nueva visión del
Derecho, ligada a la vigencia de los Derechos Humanos, incorruptible
solvencia moral y a la lucha por la justicia social, enmarcados en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; es por esta razón que
la carrera de Derecho debe responder a los problemas planteados dentro del
entorno social, exigiendo nuevas competencias al abogado.

Estas competencias constituyen indudablemente el criterio lógico, el


conocimiento actualizado, la destreza jurídica y el criterio reflexivo del futuro
profesional del Derecho, para responder con la debida solvencia a las
exigencias impuestas por la competencia del medio.

En general, la carrera de Derecho de las universidades públicas y privadas, no


alcanzan a dar la debida respuesta a las exigencias de un alto nivel
académico, provocando la abierta disconformidad de la sociedad y por
consiguiente la escasa importancia de las asociaciones de profesionales.

Lo expuesto, nos obliga a reflexionar sobre los fundamentos que cimientan


nuestros programas de estudio para poder alcanzar con seriedad y solidez,
como un aval en el desempeño laboral de nuestros egresados.

Los avances sociales y jurídicos que se producen a nivel mundial, sin duda
alguna también influyen en la posición que debe asumir la Universidad para
dar respuesta a los problema de la sociedad, motivo por el que se refrenda la
imperiosa necesidad de reestructurar los contenidos y subproyectos ofertados
en el plan de estudios de la Carrera de Derecho, a los efectos de dotar al
futuro profesional de una adecuada formación integral acorde con el presente
y futuro del Estado con las Ciencias Jurídicas.

Ello implica, cambios tanto en la concepción de los planes de formación de los


egresados de la carrera de Derecho como las actitudes y valores de los
profesionales del Derecho. El ejercicio del Derecho no puede ser visto como
una labor comercial. El proceso debe tener por finalidad la consecución de la
justicia, como lo expresa el Texto Constitucional y en razón de ello los
abogados deben ejercer su profesión bajo esa concepción. Es precisamente
bajo este contexto que cobra una vital trascendencia el ejercicio de la
profesión del abogado/a y es la única manera de reivindicar y otorgar la
verdadera dimensión a la norma contenida en el artículo 2 de la Ley de
Abogados en concordancia con el artículo 2 del Código de Ética del Abogado,
que expresamente señalan:

• El ejercicio de la abogacía impone dedicación al estudio de las disciplinas


que impliquen la defensa del Derecho, de la libertad y la justicia, al servicio
del ser humano en la sociedad, que influye y se ve afectado por la realidad.

• El Derecho organiza la sociedad y asigna a cada persona una posición y un


papel determinado. Establece un marco de actuación para cada persona y
grupo social, proporcionando seguridad a los individuos, grupos sociales y al
modelo de estructuración social del Estado.

• El Derecho organiza y regula el funcionamiento del Estado, institucionaliza


un sistema de seguridad y de control social; cumple una función de
prevención y educación y encamina a las personas a adoptar
comportamientos considerados socialmente buenos.

• El Derecho intenta hacer realidad el tipo de persona y de sociedad que


necesita el Estado. Es expresión del sistema de valores vigentes en una
sociedad y un vehículo para la transmisión de los mismos.

La historia de Venezuela, marcada en estos últimos cinco años por la


transformación de las estructuras económicas, políticas, sociales, culturales y
educativas de las reformas jurídicas recientes que les han acompañado, a
juicio de los estudiosos y especialista demanda la revisión y actualización
histórica del Derecho y de las instituciones jurídicas y sociales, del
ordenamiento jurídico positivo y de la formación y ejercicio del profesional del
Derecho, dirigiendo la formación del egresado en esta carrera hacia nuevos
paradigmas centrados en la humanización y desarrollo personal-social y
profesional del egresado puesto al servicio de la comunidad.

La formación del Egresado en la Carrera de Derecho ha de tener como norte


la justicia, presentándose como elemento esencial del ejercicio de la
profesión, ya que no es posible manejar un Derecho sin justicia porque
dejaría incluso de ser Derecho para transformarse sencillamente en formas de
dominación formal de los fuertes contra los débiles; ya incluso el conocido
aforismo romano establecía: ubi non iustitia, ubi non potest esse ius (donde
no hay justicia no puede haber Derecho).

En correspondencia a ese proceso de revisión y actualización histórica del


Derecho y de las Instituciones Jurídicas en Venezuela, proponemos la
conformación de planes de estudio que Incluye asignaturas orientadas a
fortalecer la formación general, reflexiva, antropocéntrica, y comunicacional
del egresado, subproyectos orientados a la formación profesional especifica
con marcado dominio de conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y
valores para el desempeño de los roles de planificador de la justicia,
investigador social, asesor/orientador integral, administrador y docente
universitario.
La UNELLEZ, consciente de la importancia del Derecho en la vida de la
sociedad y de su propio papel en la realidad venezolana, al adoptar el
presente Plan de Estudio espera contribuir eficazmente a la formación de
juristas que, desde su específica función, promuevan, garanticen y respeten
los Derechos fundamentales de las personas queremos que el profesional
egresado de nuestra carrera actué con rigurosidad científica y con convicción
y firmeza en la afirmación y defensa del Derecho siempre con pleno respeto a
la persona humana y tolerancia de las diversas ideas.

Así mismo, se propone contribuir a la formación de agentes de cambio social,


que ha de ser un profesional humanista, interesado en conocer y comprender
la realidad social (local y global), orientado al bien común a la justicia y a la
verdad, que desde su función en la vida jurídico-política de la sociedad
venezolana, propicien, aseguren y defiendan un modelo de organización social
más justo, que responda a las exigencias éticas del pueblo que esta plasmada
en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999).

La Universidad, se propone formar profesionales del Derecho que con su


quehacer hagan creíble la justicia a la sociedad, y con una capacidad para
lograr el ajuste del Derecho a las nuevas condiciones históricas. Juristas que,
desde la investigación, la aplicación y análisis jurídicos, puedan potenciar el
papel del abogado en la realidad y contribuyan a conseguir su eficacia en la
búsqueda de la justicia.

La UNELLEZ, tiene la certeza de que la formación cultural, ética, técnica e


investigativa que propone en el Plan de Estudio de la Carrera de Derecho, no
sólo es una necesidad histórica a la que desde su misión como Universidad,
de inspiración social, está dispuesta a responder, sino también la condición de
posibilidad para adecuar el Derecho venezolano a las nuevas condiciones
históricas, generadas desde la aprobación de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela(1999), las reformas que se han operado en la
administración de justicia en nuestro país.

El Derecho concebido desde esta perspectiva se orienta a potenciar el papel


del fenómeno jurídico en la vida de hombres y mujeres; hacer realidad la
justicia social, la seguridad jurídica y el bien común, consagrados en la
Constitución de la República; y a propiciar la transformación de las
estructuras sociales injustas y garantizar la justicia anhelada por la sociedad.

FUNDAMENTACIÓN DE LA CARRERA DE DERECHO

Un avance significativo en la universidad de los Llanos Occidentales «Ezequiel


Zamora», ha sido la definición de lineamientos curriculares para la
construcción de los currículos de la carreras de la UNELLEZ, que tomando
como base diferentes concepciones pedagógicas y curriculares dio lugar a un
modelo propio que concibe la formación integral como el desarrollo
equilibrado en las dimensiones cognitivas y no cognitivas, es decir en las
dimensiones: antropológicas, sociológicas, ontológicas y epistemológicas de la
formación de los estudiantes.
Autores como Flórez (1999) sostiene que un modelo es una herramienta
conceptual para entender algún evento. En educación, el modelo se
fundamenta en los paradigmas de la pedagogía que se insertan en el proceso
de enseñanza &–aprendizaje.

Dicho modelo puede explicar y responder de manera sistemática y coherente


a preguntas como:

1. ¿Cuál es el concepto de hombre que queremos formar?

2. ¿Cuál es el concepto de enseñanza que debemos promover?

3. ¿Cuál es el concepto de aprendizaje que debemos asumir?

4. ¿Cuál es el concepto de evaluación que se pretende promover?

5. ¿Qué tipos de estrategias se pueden considerar para alcanzar los


propósitos planificados?

Fundamentación Pedagógica

Se resumen en que el centro del proceso educativo será las metodologías de


aprendizaje participativas y auto-reflexivas donde el estudiante en su
formación adquiera conocimientos y desarrolle habilidades, destrezas,
actitudes y valores para actuar como planificador, administrador,
investigador-docente, asesor-mediador, en procesos judiciales y sociales,
dirigido al individuo, la familia, la comunidad y la sociedad en general.

La formación del abogado o abogada venezolana estará matizada por un eje


transversal denominado investigación social y servicio social comunitario, con
el fin de poner en contacto al estudiante desde los primeros semestres y a lo
largo de toda la carrera con los problemas del individuo, familia y comunidad,
y formar conciencia ciudadana, humana y solidaria mediante su participación
en la asesoría jurídica y social de carácter preventiva y de desarrollo.

Mediante la investigación acción como metodología para la construcción de los


aprendizajes la UNELLEZ, a través del presente plan de estudio promovería en
el estudiante de la carrera de Derecho los cuatro pilares esenciales en su
formación propuesto por la UNESCO (1998) para la promoción de una
educación de calidad con carácter de integralidad: Aprender a conocer:
conocimiento. Aprender a hacer: habilidades y aptitudes. Aprender a vivir
juntos: actitudes. Aprender a ser: valores.

La equidad en la educación superior concierne, pues, tanto al acceso como a


las condiciones y oportunidades para un desempeño estudiantil exitoso, pues
estamos convencidos de que la equidad, como principio y como reto de la
educación superior venezolana, también debe considerar las condiciones que
posibiliten mejores procesos y logros educativos considerados en términos de
formación integral, desarrollo de competencias y del ingreso al mundo de
relaciones profesionales.
La pertinencia de enseñanza y de los aprendizajes, implica una relación
dialógica entre las expectativas, necesidades y motivaciones de los
estudiantes producto de sus exigencias sociales y cognitivas y las experiencias
de aprendizaje que promueve el profesor durante la formación. El modelo por
competencias profesionales integradas requiere centrar la formación en el
aprendizaje y no en la enseñanza.

Además la pertinencia en la formación reclama la participación de los


estudiantes en actividades de investigación, extensión y formación vinculadas
a los campos de desempeño profesional y a las comunidades de su contexto,
a lo largo de toda la carrera.

La docencia tiene como propósito la formación integral de los estudiantes y se


realiza con procesos guiados por la apropiación del conocimiento y
crecimiento de cada persona.

Todo lo anterior conduce a un currículo formativo, flexible, interdisciplinario,


integrado, abierto y de aprendizaje autónomo.

Fundamentos Filosóficos

La persona es el centro de la filosofía Unellista, por ello el proceso de


formación se enmarca dentro de un profundo humanismo, esto implica el
reconocimiento de la dignidad humana, el respecto la fraternidad, el servicio a
la comunidad, la simpatía, y la esperanza en el hombre, como el fin último del
universo.

La filosofía Unellista es una filosofía para la esencia del sujeto como ser
individual y social, ella se enmarca dentro del pensamiento Zamorano y
Bolivariano, por ello sus preocupaciones transcienden al hombre como
individualidad, y se manifiesta con una profunda sensibilidad social y hacia la
naturaleza en general. También como un cuerpo teórico que permite el
contacto de la ciencia con la fe y la justicia que hace posible la ciencia y la
técnica sin que sea necesario perder nuestra fe en Dios el ser Supremo que
guía nuestros pasos.

Los elementos axiológicos y valorativos constituyen apotegmas, es decir son


el conjunto de valores que queremos promover en el sujeto en formación, son
el orden, la justicia, el bien común y la paz, elementos que ha perseguido la
humanidad en toda su historia independientemente del espacio físico, el
tiempo o la razón política e ideológica de cualquier tipo. Toda sociedad busca
elementos de equilibrio que implica la paz y la justicia como valores propios
de la convivencia social.

Fundamentos Psicológicos

El proceso de formación se sustenta en distintas concepciones psicológicas,


que van desde los planteamientos de Jean Piaget, que trata la conducta de las
personas involucrando factores intelectuales y afectivos, y el proceso de
aprendizaje como construcción individual producto de experiencias holísticas,
como un todo organizado y que se produce de adentro hacia fuera, del
pensamiento a la acción.

En la teoría de Ausubel, que maneja el aprendizaje significativo y las


experiencias previas, acciones esenciales en el aprendizaje del sujeto, para
Ausubel el aprendizaje significativo requiere dos condiciones absolutamente
imprescindibles. En primer lugar la disposición del sujeto a aprender
significativamente y los recursos o materiales que puedan relacionarse con las
experiencias previas del sujeto.

El socio-culturalismo de Vigostky, le otorga especial atención a las relaciones


sociales y a la valoración de las construcciones aprendidas del individuo en su
contexto social como base para las elaboraciones mentales que llevarían al
sujeto al aprendizaje significativo.

Más recientemente las teorías de las inteligencias múltiples (Gardner: 1983)


expresan que en el aprendizaje existen implicaciones educativas que el
profesorado ha de asumir al plantear que todos tenemos inteligencias
múltiples y combinaciones distintas de esas inteligencias (verbal, lógica,
matemática, espacial, kinestésica, musical, interpersonal e intrapersonal) y
que debemos desarrollarlas en un contexto de aprendizaje multiexpresivo y
multisensorial.

Fundamentación sociopolítica

El proceso de formación no ha de perder de vista que nuestra nación posee un


estado de Derecho, social y democrático que intenta hacer de nuestra
sociedad más equitativa, participativa, justa y protagónica. Así la formación
estará dirigida hacía el respeto a las normas jurídicas y las instituciones
constituidas legítimamente, los principios rectores de la democracia
participativa y protagónica , la autonomía y la equidad y al respeto a la
libertad privada, los cuales se encuentran inmersos en los fenómenos de
globalización e internalización. La formación tendrá como eje transversal la
crítica como elemento clave para que los estudiantes propicien en el debate
académico y sociopolítico en la refundación del estado democrático y
soberano.

Fundamentos antropológicos y sociológicos

No podemos construir un plan de estudio sin una idea previa del hombre y por
tanto su verdadero fundamento radica en una sólida concepción
antropológica. La universidad de los Llanos Occidentales «Ezequiel Zamora»
debe asumir el compromiso de identificarse con un conjunto de principios
básicos, tales como:

• El hombre es un ser somatizado: un todo holístico, una unidad biológica,


psíquica y espiritual.

• El ser del hombre es el resultado de la herencia, del medio y del desarrollo


personal.
• El hombre es un ser intra-temporal, con pasado, presente y futuro, esta en
permanente evolución, en constante devenir haciendo siempre realidad en sí
mismo.

• El hombre es un ser abierto por su inteligencia, capaz de mejorar y ser


dueño de su propio destino.

• El hombre es un ser abierto al mundo que puede mejorar su capacidad de


realización partiendo de sus experiencias.

• Es un ser cultural, por que percibe y asimila la cultura acumulada por las
generaciones pasadas y es capaz de generar nueva cultura.

De estos principios de deriva una conclusión fundamental, el hombre no es


bueno, ni malo por naturaleza, sino que su esencia radica en ser perfectible,
puede y debe ascender en su desarrollo, con el ejercicio de su libertad, en un
medio social estimulante, que le respete y favorezca su proceso evolutivo.

Fundamentos Jurídicos y Sociales

El nuevo modelo de Estado:

• Estado democrático y social de Derecho y de justicia.

• Logro de la felicidad y desarrollo integral de los individuos.

• Consecución de la justicia.

• La justicia como hecho social, político y democrático.

• Vinculo de afinidad entre la justicia y la sociedad.

Distintas perspectivas de la justicia:

• Justicia como modelo de estado.

• Justicia como valor supremo del estado.

• Justicia como fin del estado.

• Justicia como elemento organizacional.

• Justicia como finalidad de todo proceso judicial.

Estas perspectivas nos llevarían a repensar la formación del nuevo abogado o


abogada que reclama la republica y por ende el concepto de formación que
ésta plasma, en los planes de estudio de las carreras de Derecho del país

 
OBJETIVOS DEL PLAN DE ESTUDIO

Objetivo General

1. Formar profesionales del Derecho de alto nivel, con sólidas bases


científicas, tecnológicas y humanísticas, que tengan un conocimiento profundo
de la ciencia y técnicas jurídicas, que les convierta en expertos del Derecho,
capaces de utilizarlo como autorregulador y transformador de la realidad
social, participando en la elaboración y aplicación de las leyes, e investigación
para el desarrollo del conocimiento jurídico.

2. Contribuir a la formación de nuevas generaciones de profesionales del


Derecho, competentes para planificar, administrar, investigar y orientar la
justicia hacia los lineamientos del Estado Social y Democrático de Derecho,
establecido en la Constitución y en el sistema integral de protección de los
Derechos Humanos, y las nuevas formas procesales que garantizan esos
Derechos.

Objetivos Específicos

1. Promover el conocimiento de las normas jurídicas de Derecho Público, de


Derecho Privado y Social y de las disciplinas auxiliares e instrumentales, al
conocimiento de la dimensión histórica, social y humanista del Derecho, de las
instituciones, funcionarios y relaciones que le sirven de objeto, y de su
función de proporcionar seguridad y justicia.

2. Lograr excelencia profesional, con capacidad creativa y liderazgo, mediante


el conocimiento preciso del Derecho y su aplicación, a partir de principios de
ética, justicia, integridad moral y honestidad para el desempeño eficiente de
sus funciones.

3. Cultivar en el futuro abogado, sensibilidad social, honestidad, probidad y


espíritu de justicia en beneficio de todos.

4. Enfatizar y promover su capacidad de investigación, para un eficaz servicio


social a su comunidad.

5. Capacitar al universitario para el desempeño de una pluralidad de funciones


públicas o privadas, con plena eficacia y alto valor ético.

6. Capacitar al futuro abogado, para el análisis crítico y reflexivo de la


realidad social e interpretación de las leyes.

7. Producir habilidades investigativas en el estudiante, orientadas a la


elaboración crítica del sistema jurídico y su aplicación a la realidad social,
situándolo como actor y facilitador de los procesos de cambio social y
desarrollo, utilizando el Derecho como instrumento de regulación social,
resolución de conflictos y construcción de una nueva sociedad justa y
fraterna.
8. Propiciar, a partir del análisis del fenómeno jurídico y de su papel en la
realidad humana y social, la formación de una conciencia crítica y
transformadora, fomentando en el futuro jurista un espíritu de perenne
búsqueda y actualización de respuestas científicas, técnicamente calificadas
ante los retos que plantea la realidad histórica.

Perfil ocupacional

El egresado de la carrera de Derecho cumplirá con las siguientes funciones:


planificador, administrador, asesor, y docente.

• Planificador: el abogado o abogada venezolana ha de ser competente para


prever estrategias, aplicar la justicia social, lo cual debe realizar las siguientes
tareas: diagnosticar, jerarquizar las necesidades, formular objetivos, diseñar
estrategias, buscar recursos, evaluar y programar actividades.

• Administrador de justicia: el abogado o abogada venezolana encargado de


la administración de justicia, cuya misión consiste en la interpretación y
aplicación de las normas jurídicas y sociales; poder que debe ejercer con
independencia e imparcialidad, ajeno a subordinación y respetando el Derecho
a la defensa y al debido proceso, en la búsqueda de la verdad como elemento
esencial de la justicia, para ello debe realizar las siguientes tareas: resolver
conflictos de cualquier naturaleza que puedan suscitarse, fiscalizar el
cumplimiento del ordenamiento jurídico venezolano, tomar decisiones,
defender la legalidad de los Derechos ciudadanos e intereses públicos,
procurar el ejercicio democrático de la voluntad popular, la promoción de la
prosperidad y el bienestar del pueblo, mantener el proceso y las decisiones
dentro del marco de los valores y principios constitucionales.

• Asesor: el abogado o abogada venezolana brindará ayuda y asesoría


permanente al individuo, con el fin de que pueda acceder a una justicia social,
para ello debe cumplir las siguientes tareas: promover asesoramiento
permanente al individuo y al grupo social, diagnosticar necesidades de
asesoramiento jurídico al individuo y al grupo social, informar y comunicar de
manera permanente los deberes y Derechos constitucionales, prevenir,
desarrollar e intervenir socialmente.

• Investigador: el abogado o abogada venezolana debe ser un profesional con


habilidades para la indagación de hechos y fenómenos jurídicos que le
permitan responder a sus propias conjeturas de trabajo y valorar mediante la
investigación la producción de los saberes de la sociedad, en efecto debe
asumir las siguientes tareas: indagar sobre las causas de hechos y fenómenos
sociales, diagnosticar y formular problemas de investigación, promover
procesos de producción de conocimientos mediante la investigación acción
participativa, aplicar métodos de investigación, presentar propuesta de
solución a problemas en su campo de acción profesional, utilizar la
investigación bibliográfica y documental como soporte para determinar vacíos
y debilidades en teorías elaboradas, aplicar el análisis de contenido en el
estudio de casos.

Perfil de personalidad del abogado y/o abogada de la República


Las principales cualidades que se predican en un abogado o abogada
venezolana con formación humanística:

• Neutralidad: La cualidad más importante de un mediador eficaz es su


capacidad de mantener un papel imparcial y neutral en medio de una
controversia.

• Capacidad: Para abstenerse de proyectar su propio juicio. El rol del


mediador es ayudar a que las partes lleguen a un acuerdo cuyos términos
sean aceptables para ellas, aun cuando el mediador esté en desacuerdo con la
sabiduría o con la justicia de la solución.

• Flexibilidad: Debe estimular la fluidez en las comunicaciones.

• Inteligencia: Las partes buscan un mediador que les facilite el camino de la


resolución, con una mentalidad ágil y eficaz. Debe ser capaz de ver las
cuestiones en múltiples niveles, de tratar hechos complejos y de analizar los
problemas.

• Paciencia: Es importante que el mediador pueda esperar los tiempos


necesarios según lo requieran las partes.

• Empatía: El mediador debe de ser capaz de valorar las percepciones, miedos


e historia que cada parte revele en la discusión. La confianza se instala a
partir de esta corriente personal.

• Sensibilidad y respeto: El mediador debe ser respetuoso con las partes y


sensible a sus fuertes sentimientos valorativos, incluyendo sexo, raza y
diferencias culturales.

• Oyente activo: Las partes deben sentir que el mediador ha oído las
respectivas presentaciones y dichos.

• Imaginativo y hábil en recursos: Es importante que el mediador tenga


capacidad de aportar y generar ideas nuevas.

• Enérgico y persuasivo: A través de la conducción del proceso, el mediador


debe intervenir eficazmente para lograr flexibilidad en las partes, aunque
debe dirigir la dinámica y controlar la audiencia sin ser autoritario.

• Capacidad para tomar distancia en los ataques: Si alguna de las partes hace
un comentario despectivo o agresivo hacia el sistema de mediación o hacia el
mediador, es conveniente no actuar a la defensiva, de lo contrario se
establecería una nueva disputa.

• Objetivo: El mediador será más efectivo si permanece desligado del aspecto


emocional de la disputa.

• Honesto: No debe prometer a las partes algo que no pueda cumplir.


• Digno de confianza para guardar confidencias: Debe guardar
confidencialidad y las partes tienen que estar convencidas de que ello será
así.

• Tener sentido del humor: Es necesario para aflojar tensiones y crear un


clima favorable.

• Perseverante: Cuando las partes llegan lentamente al acuerdo, el mediador


debe soportar la espera y la ansiedad que esto provoca.

Perfil prospectivo del egresado de la carrera de Derecho

Profesional de la República Bolivariana de Venezuela comprometido con el


nuevo modelo de Estado democrático y social de Derecho y de justicia, que
actúa proactivamente para el logro de la felicidad y desarrollo integral de los
individuos, mediante la consecución de la justicia como hecho social, político y
democrático, desde la perspectiva de la Justicia como modelo de Estado, valor
supremo, fin del Estado, elemento organizacional y Justicia como finalidad de
todo proceso judicial.

Merece especial atención en la formación del egresado de la carrera de


Derecho su alto contenido humanístico y de sensibilidad social que ha de
demostrar como orientador- mediador, quien debe proyectar una personalidad
que, sin ser autoritaria, inspire respeto, autoridad para dirigir la audiencia,
confianza, no solo en cuanto a su imparcialidad, sino a la solvencia profesional
en el manejo del método, seguridad y una forma de liderazgo que permita a
las partes dejarse conducir por la vía más adecuada de la comunicación con
miras hacia la mejor solución.

En nuestra práctica tenemos que afrontar materias y asuntos muy diversas,


importante cualidad será la versatilidad, pues se impone adaptar el estilo de
mediar a cada circunstancia.

Varias de las cualidades del mediador-orientador son, en muchos casos,


atributos innatos de una persona (hemos escuchado decir que negociación es
una técnica, la mediación un arte). Cada mediador posee su propio estilo; no
obstante, el adiestramiento y la práctica pueden modificar y perfeccionar la
conducta e imagen del mediador.

Al afirmar que el mediador es un facilitador, un vehículo que recupera la


comunicación o ayuda a las partes a comunicarse y establecer o restablecer el
diálogo con miras a concertar, cabe destacar que el mediador no es juez,
orientador, consejero, abogado, árbitro o cosa parecida; el mediador no
decide, dirige, recomienda o aconseja; el mediador se limita a conducir el
diálogo -facilitar y orientar el proceso- y, utilizando su percepción, las
prácticas y entrenamiento adquirido, estimula a las partes a encontrar una
solución creativa, mutuamente compartida.

Campo de acción del egresado


El egresado de la carrera de Derecho se formará como un abogado integral
con competencias para el desempeño en los siguientes campos de acción:

• Abogado social: cooperativismo, asociaciones organizadas, comunidades,


fundaciones sin fines de lucro, organización social de la producción,
prefecturas, alcaldías, gobernaciones, instituciones educativas.

• Administración y gestión pública: registros, notarias, contraloría


procuraduría, ministerios, sistemas de protección al niño y al adolescente,
policía estatal y municipal, guardia nacional, consejos legislativos, empresas
públicas y privadas, aduanas, institutos recaudadores de impuesto.

• Magistratura: sistema judicial venezolano; tribunal supremo de justicia.

Bibliografía

Código de Ética Profesional Del Abogado Venezolano (2000). Gaceta Oficial.


Caracas-Venezuela.  

La formación académica y el futuro de la profesión de abogado Manuel Espinoza


Melet* RVLJ, N.º 11, 2018, pp. 81-99

El futuro de la profesión de abogado Hablar del futuro de la profesión de abogado es


adentrarnos en un tema sumamente difícil y delicado, por cuanto la evolución de
nuestra profesión se ha visto severamente influenciada por las más innovadoras
tendencias de la ciencia jurídica y la tecnología, así como la proliferación de estudiantes
de Derecho y el excesivo aumento de abogados en el campo laboral. El abogado del
futuro debe estar absolutamente preparado para las innovaciones tecnológicas, el
mundo avanza en este sentido a pasos agigantados, la tecnología invade todas las
esferas de nuestras vidas y, por supuesto, el campo profesional no escapa de ese
fenómeno. Hoy día se dispone de grandes posibilidades de comunicación: el Internet, las
videoconferencias, el chat a través de Messenger, Skype, Webex, Wathsaap, etc., así
como también plataformas de Internet que ofrecen la búsqueda de doctrina jurídica y
jurisprudencia tanto de tribunales de instancia como del Máximo Tribunal de Justicia;
también ofrecen apoyo en opiniones legales, escritos judiciales, cartas y demás
documentos, y para hacerlo debemos consultar no solo las tradicionales fuentes del
Derecho. Gracias a la evolución de la tecnología podemos mejorar la búsqueda,
recuperación, organización y análisis de la información. Los servicios legales se ven
favorecidos utilizando herramientas de investigación como bases de datos –por ejemplo:
Data Legal o las extranjeras LexisNexis, Westlaw o Vlex–. También consultar informes y
contratos aprovechando sistemas que organizan la documentación electrónica; realizar
seguimientos de procesos judiciales; etc. Inclusive, gestionar mejor el área
administrativa del negocio empleando sistemas para registro de tiempos y facturación.

También, entre otros componentes, los despachos de abogados utilizan «los banners
(marketing corporativo), el management jurídico, las bases de datos; y el know-how que
hace que podamos hablar de un Derecho global en estos tiempos de globalización,
donde el jurista debe procurar hacer una nueva visión del Derecho a partir de principios
fundamentales»20. Tal y como lo destaca Bocaranda, el abogado del futuro deberá
desplegar su actividad profesional dentro de un criterio ampliamente totalizador. En
este sentido, «no podrá satisfacerse con ser simplemente abogado, debido al relieve
que cobrarán las colindancias de las disciplinas. Ello le llevará a operar en equipos
interdisciplinarios, sin cuya presencia le resultará imposible obtener una visión
multilateral de problemas que exigirán soluciones de índole sintética, solamente dable
en función de un criterio de amplitud totalizadora»21. El abogado del futuro enfrenta
grandes retos, se desenvuelve en medio de una sociedad con clara tendencia capitalista,
donde imperan los hábitos de consumo y utilitaristas, trayendo como consecuencia una
clara y definitoria devaluación de la profesión de abogado. En este sentido, Cerda
Medina considera: «El abogado novel vivió siempre con la esperanza de defender
grandes pleitos de naturaleza patrimonial, aguardó pacientemente efectuar una
partición de bienes que valiera la pena, ansió redactar la escritura social más importante
o el contrato más estupendo. La sociedad capitalista podía ofrecerle esa oportunidad. Es
posible que no todos los abogados actuarán por la consecución del provecho
económico, pero pienso que la gran mayoría, aun suponiendo que el dinero no hace la
felicidad, lucharán por conseguirlo.

La profesión de abogado, en el futuro, tiene que retornar claramente su verdadera


justificación: la defensa y la asistencia jurídica; esa debe ser su proyección.
Lamentablemente, vemos como el profesional del Derecho se ha visto en la necesidad
de ejercer o trabajar en cargos impropios de la profesión, y es por ello, que vemos día a
día a abogados ejerciendo cargos de gerencia de algún local comercial, incluso en el área
de ventas, también como asesor inmobiliario, perito evaluador, administrador, etc. Esto
se debe, en buena forma, a la disminución de los grandes litigios, el no reconocimiento
por parte del cliente o patrocinado de los honorarios profesionales calculados por el
abogado, la necesidad de lograr la medicación en muchas controversias; sumado al
hecho de la existencia de clínicas jurídicas en muchas universidades que ofrecen
asesoría y redacción de documentos de forma gratuita a los usuarios y, para concluir, el
Estado garantiza la defensa gratuita en muchas áreas jurídicas, muy especialmente en lo
penal, donde el demandante o demandado acuden a los fines de obtener una asistencia
que no le genere gasto alguno. El abogado del futuro debe tener una sólida formación
en la oratoria. Hoy más que nunca se hace necesario que el profesional del Derecho
pueda dominar todos los aspectos inherentes a tal condición: el buen tono de voz, la
precisión de los gestos, la mirada, la impecable exposición de los hechos en
concordancia con el derecho, transformándose en un verdadero discurso retórico eficaz,
con lógica argumentación, ese lenguaje que debe convencer al juzgador en la clara e
inequívoca administración de justicia. Aunado a ello, el abogado debe estar consciente
de que la oralidad está presente en gran parte de los procedimientos judiciales, y ello se
debe, en estricto acatamiento al mandato constitucional previsto en el artículo 257 de la
Carta Magna, que establece: «El proceso constituye un instrumento fundamental para la
realización de la justicia. Las leyes procesales establecerán la simplificación, uniformidad
y eficacia de los trámites y adoptarán un procedimiento breve, oral y público. No se
sacrificará la justicia por la omisión de formalidades no esenciales.

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