Artesanía de La Antigua Grecia

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Artesanía de la Antigua Grecia

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Taller de alfarero, placa corintia de 575-550 a. C., Museo del Louvre.

La artesanía en la Antigua Grecia era una actividad económica importante, pero


en gran medida desvalorizada. Involucraba todas las actividades de
transformación manufacturera de materias primas, agrícolas o no, tanto en el
marco del oikos como en el de los talleres de tamaño importante que reunían a
varias decenas de trabajadores.
Los artesanos constituían una población minoritaria en la ciudad griega, pero cuya
presencia en las fuentes no se desmiente, se vio crecer a lo largo de toda la
Antigüedad griega.
En la Antigua Grecia había artesanos de distintos estratos sociales: si
los metecos y los esclavos fueron probablemente mayoría, también había muchos
ciudadanos libres en los talleres. Desarrollaban artesanías como: Instrumentos
musicales, esculturas, trastos de barro, etcétera.
En la Antigua Grecia había artesanos de distintos estratos sociales: si los metecos
y los esclavos fueron probablemente mayoría, también había muchos ciudadanos
libres en los talleres.
Gran parte de la artesanía de la Antigua Grecia formaba parte de la esfera
doméstica. Sin embargo, la situación fue cambiando gradualmente entre los siglos
VIII y IV a. C. con el incremento de la comercialización de la economía griega. Por
tanto, tareas tan importantes como son el tejido o la preparación de pan eran
realizadas solamente por mujeres antes del siglo VI a. C. Con el crecimiento del
comercio comenzó a utilizarse mucho la mano de obra de los esclavos en las
artesanías. Sólo los paños teñidos de la mejor calidad, y en particular el púrpura
de Tiro se hacía en los talleres.

Índice

 1Estatus de la artesanía, estatus del artesano


o 1.1Una definición delicada
o 1.2Una actividad desvalorizada
 1.2.1Designaciones diversas para una realidad variada
 1.2.2Una actividad juzgada indigna para un hombre realmente
libre
 1.2.3Una realidad más matizada
o 1.3Una actividad de esclavos y de metecos
 2Los espacios de la artesanía
o 2.1En el ámbito del oikos
o 2.2La artesanía rural
o 2.3El taller-tienda urbano (ergasterion)
 3Tipos de explotación artesanal
o 3.1Del pequeño artesano tendero al «maestro de oficio»
o 3.2Desarrollo y problemas de los «grandes talleres»
 4Véase también
 5Notas y referencias
 6Bibliografía
 7Enlaces externos

Estatus de la artesanía, estatus del artesano [editar]


Una definición delicada[editar]
«Artesanía» y también «artesano» son nociones delicadas de definir, en la medida
en que se refieren a los conceptos relativamente modernos, cuya definición es
irrelevante para la antigua Grecia.1 Los historiadores de la antigüedad estaban de
acuerdo en considerar como artesano a un individuo con una pericia especial y
que producía, fuera del sector agrícola, bienes materiales destinados a la
comercialización. «El artesano podía vender su propia producción, pero no hay
que confundirlo con el comerciante: él fabrica una parte o la totalidad del producto
que comercializa».2
Dentro de este marco, algunos historiadores añaden un criterio selectivo adicional
considerando que la artesanía se limitaba a la producción de bienes
materiales terminados, lo que excluiría la extracción de materias primas en
canteras o minas,3 pero tal restricción no es tomada en cuenta por otros
historiadores.4
Los antiguos griegos no solían distinguir al artista del artesano. Como resultado de
ello, algunas actividades consideradas como artísticas en la época contemporánea
eran parte integrante de la artesanía en la antigua Grecia, en la medida que se
expresaban en la fabricación de un objeto concreto: no se excluye más que las
actividades «a las cuales los antiguos acordaron el estatus de la producción
artística y el patrocinio de una Musa»5 (música, poesía, etc.).
Una actividad desvalorizada[editar]
Designaciones diversas para una realidad variada[editar]
El hecho de que el griego antiguo no disponga de un término que englobe el
conjunto de realidades a las cuales el concepto contemporáneo de «artesano»
indica tanto una falta de homogeneidad en este mundo de la artesanía como la
gran diversidad de actividades y de estatus de los que dependen de ellas. 6 Los
artesanos son designados por diversos términos: si δημιουργός / demiourgós, que
remite a la idea de creación, de fabricación de un objeto, queda más bien neutro y
general (designa tanto al alfarero como al aedo o el adivino), el carácter peyorativo
del término βάναυσος / bánausos subraya el desprecio de los griegos por estos
trabajadores manuales (por oposición al intelectual) que utilizan el fuego de su
horno (baunos) para fabricar objetos de cerámica o de metal. 7 La utilización de la
palabra τεχνίτης / technítês hace referencia a la maestría de una habilidad
particular y sobrepasa en ese aspecto ampliamente el estricto campo de la
artesanía, puesto que designa también al actor o al solista virtuoso. 8
Una actividad juzgada indigna para un hombre realmente libre[editar]
Las fuentes a nuestra disposición subrayan de forma regular la mala imagen de
los artesanos en la sociedad griega, y que la justifican, como Jenofonte: «los
llamados oficios manuales están desacreditados y, lógicamente, tiene muy mala
fama en nuestras ciudades, ya que dañan el cuerpo a los trabajadores y oficiales,
obligándoles a permanecer sentados y a pasar todo el día a la sombra, y alguno
de ellos incluso a estar siempre junto al fuego. Y al afeminarse los cuerpos se
debilitan también los espíritus».9 Se considera poco seguros a la hora de tomar las
armas para defender su ciudad: «tienen mala fama en el trato con sus amigos y
como defensores de la patria. Incluso en algunas ciudades, especialmente en las
que tienen fama de belicosas, no se permite a ningún ciudadano ejercer oficios
manuales».10
La actividad artesanal se considera incompatible con los ideales de la autarquía,
que irriga la mentalidad de la época y lleva a privilegiar la agricultura a cualquier
otra actividad productiva. De hecho, se considera que el hombre libre es el que no
depende para su supervivencia, de nadie más que él y su capacidad para explotar
la tierra que posee, su oikos. Viviendo de sus bienes, no depende de la voluntad
de otro, al contrario que el artesano que, para sobrevivir, tiene que disponer de
clientes dispuestos a comprar lo que produce.11 Aristóteles dice que «la condición
de hombre libre es la del que no vive bajo obligación al prójimo». 12 En este
esquema, el agricultor, libre «por naturaleza» es más digno del estatus de
ciudadano que el artesano.
La exactitud de esta opinión es ilustrada por los autores antiguos, en la actitud de
los artesanos mientras que son ciudadanos de una ciudad: sus intervenciones se
presentan como desordenadas y egoístas, no sólo para defender sus intereses
individuales o de clase: «es posible ver a los artesanos distraídos por muchos
asuntos en su mente y en absoluto perseverantes en la propia ocupación a causa
de su ambición: los unos se dedican a la agricultura, los otros participan del
comercio, los otros mantienen dos o tres oficios y la mayoría, en las ciudades
democráticas, corrompen la política concurriendo a las asambleas y consiguen de
los pagadores lo necesario».13 La legitimidad de retirar a los artesanos, como lo
hace Platón en su ciudad ideal de las Leyes, se justifica por la calidad del
ciudadano: es mucho mayor que su actividad profesional, que les priva de la
σχολή / scholé, del ocio indispensable para consagrarse suficientemente a sus
amigos y a los asuntos de la ciudad.14
Una realidad más matizada[editar]
Sin embargo, la fuerza de este ideal aristocrático, más o menos infundido en el
conjunto de la sociedad, no era en todas partes del mismo orden: si se imponía en
las ciudades guerreras o rurales como Esparta o Tebas (en donde la obtención de
la ciudadanía estaba condicionada por la posesión de bienes, y donde cuatro años
de ejercicio de funciones artesanales les condenaba a perderla), las ciudades más
abiertas al comercio eran mucho más liberales en el reconocimiento de la
legitimidad de la ciudadanía para aquellos de sus habitantes que practicaran la
artesanía.15
Así, en la Grecia Clásica, serían casi 10 000 (de un total de 30 000 o 40 000
ciudadanos) en Atenas,16 ciudad donde el artesanado estaba particularmente
desarrollado. Esta proporción significativa de los artesanos entre los ciudadanos
de Atenas es también subrayada, para denigrarlos, por Sócrates: «Porque ¿de
quiénes de ellos te da vergüenza? ¿De los bataneros, de los zapateros, de los
albañiles, de los herreros, de los campesinos, de los comerciantes o de los que
andan traficando por el ágora preocupados de comprar algo barato para venderlo
a más precio? Porque son todos ellos los que componen la asamblea». 17
La proporción de ciudadanos entre los artesanos no son insignificantes: según las
cuentas de la obra del Erecteión, entre los trabajadores de los que se precisa su
estatus, había 23 % de ciudadanos, frente al 58 % de metecos y al 19 % de
esclavos.18
Las posibilidades reales de enriquecimiento por la actividad artesanal pueden sin
duda contribuir a explicar esta discrepancia entre el discurso y la realidad. Lisias,
en uno de sus discursos en contra de una propuesta para retirar la ciudadanía a
los ciudadanos de Atenas que no eran propietarios de tierras, remarca que entre
los 5000 atenienses que serían de este modo excluidos de la ciudadanía habría
«una multitud de hoplitas, de caballeros»,19 funciones militares aseguradas por los
ciudadanos más ricos de Atenas: la artesanía puede asegurar la fortuna a los que
la practican y no se puede explicar el oprobio que pesa sobre la artesanía por su
situación financiera frente a otros ciudadanos, incluso si la masa de los artesanos
atenienses vivieron relativamente frugalmente de su actividad.
Por otra parte, las fuentes literarias de que disponemos que evocan la artesanía
son obras de autores que pertenecen, todos más o menos, al mismo medio: el de
una élite intelectual, política y económica relativamente conservadora y hostil a los
caracteres más radicales de la democracia antigua (Platón, Jenofonte, Aristóteles,
etc.). Incluso si el discurso peyorativo difundido por sus fuentes fue, al menos en
parte, compartida por toda la sociedad griega antigua, debemos tener en cuenta
este carácter relativamente partidista y sesgado de las fuentes de que
disponemos.20
Una actividad de esclavos y de metecos[editar]
La mayor parte de los artesanos pertenecían a la mano de obra esclava.
Estos esclavos eran empleados por sus dueños en tareas de más o menos
importancia en función de sus competencias. Así, si la mayoría de los esclavos
que explotaban las minas de Laurión por ejemplo eran empleados en tareas poco
complejas, había esclavos especializados en labores de una gran tecnicidad,
como metalurgista, ceramista o escultor, por ejemplo. Algunos podían incluso
dirigir un taller en nombre de su amo y disponer de una importante libertad en su
actividad. Estos esclavos podían vivir aparte (chôris oikountes), pudiendo constituir
un peculio que les permitiese rescatar ulteriormente su libertad, en la medida en
que su amo se contentara con tener una renta vitalicia o un porcentaje fijo de sus
beneficios (sistema de la ἀποφορά / apophorá, puesta en marcha a partir del siglo
IV a. C. en Atenas).
En una cantera, parece que la remuneración de los esclavos era equivalentes a la
de los trabajadores libres, una parte del salario se entregaba a su amo. Durante la
construcción del Erecteión, a los artesanos libres y esclavos se les pagaba la
misma cantidad, alrededor de un dracma por día.21
Los metecos constituían la otra comunidad que participaban, con un número
significativo de individuos, en las actividades artesanales: la mayoría de ellos eran
empleados en los talleres de artesanía o en actividades comerciales. Por ejemplo
en Atenas, donde los metecos estaban de hecho muy presentes, gracias a las
ventajas que les concedía la ciudad numerosos habían hecho fortuna en las
actividades artesanales, como el siracusano Céfalo, padre del orador Lisias,
establecido en El Pireo y que contaba con 120 esclavos en sus talleres de
fabricación de escudos.22 La constitución de estas fortunas condujo a la creación
de verdaderas dinastías de artesanos.

Los espacios de la artesanía[editar]


Tal y como subraya Alain Bresson, la producción artesanal se distinguía por «su
carácter geográficamente muy difuso, en el campo, pero también en la ciudad»: 23
el espacio artesanal, a pesar de la existencia de algunos barrios especializados
por razones de molestias o de acceso a las materias primas, estaba íntimamente
mezclado con el espacio urbano o rural, en las actividades comerciales, e incluso
en el espacio doméstico.
En el ámbito del oikos[editar]
Mujer hilando, enócoe del Pintor de Brygos, hacia 490 a. C. Museo Británico.

Siempre desde la perspectiva del ideal autárquico que estructura, si no la


integridad de la economía de las ciudades griegas, al menos la representación que
la mayoría de los griegos se hicieron, la artesanía —como ilustra la figura mítica
de Penélope tejiendo su velo en espera del regreso de Ulises— tiene en principio
un sentido originalmente doméstico. Aspiraba a transformar en objetos útiles o
negociables las materias primas agrícolas producidas en el dominio familiar. En
sentido estricto, la artesanía, en tanto que actividad de producción de
bienes destinados a la comercialización no comprende la artesanía doméstica más
que en la medida en que esta última apunta a la venta de los productos
fabricados. Es, sin embargo, a menudo difícil de distinguir lo que en este dominio
apunta al autoconsumo y la satisfacción estricta de las necesidades internas
del oikos, de lo que está destinado a la comercialización en el mercado local: 24
muy a menudo, parece que el objetivo es doble.
Una de las principales actividades artesanal del ámbito doméstico era la
producción textil: el principio —relativamente simple— del atavío griego (un
drapeado de un rectángulo de lana o de lino sujeto por un broche) no necesita una
competencia complicada. La fabricación de los vestidos, como las fases previas
del cardado, hilado y tejido de la lana o del lino apuntan a funciones femeninas en
el seno del oikos, las erga gynaïka. Son numerosas las representaciones en
la cerámica griega de mujeres hilando la lana, y se depositaban a
veces ruecas, husos y pesas en las tumbas femeninas, como se enterraba a los
guerreros en compañía de sus armas.25 Los vestidos tejidos estaban destinados a
vestir a los miembros de la casa, pero también en ser en parte vendidos, a fin de
disponer de numerario para comprar las producciones especializadas que no
podía fabricar a medida uno mismo.
Otra actividad esencial del oikos fue la transformación de la producción agrícola en
productos alimenticios que solicitaba cotidianamente la casa. Una vez más, esta
fue una tarea predominantemente femenina, pero como era más pesado que el
trabajo textil, las mujeres que la practicaban eran a menudo de origen servil: en el
teatro de Eurípides, la figura de la panadera es característica de la esclavitud
femenina. Los granos de cebada eran tostados y, al mismo tiempo, por las
necesidades del carácter poco estable de la harina de cebada, molidos y
tamizados para dar a la harina, una vez amasada, forma de papilla o de tortas, con
o sin cocción. Otras actividades de transformación de materias primas agrícolas
en el marco de la explotación, en la frontera entre la producción agrícola y
artesanal, eran también asumidas en el ámbito doméstico, a menudo por esclavos
masculinos: prensado de las aceitunas, pisado de uvas, maceración y trituración
de las pieles, fabricación de carbón vegetal.
El campesino griego buscaba, siempre que fuera posible, construir y mantener los
edificios del dominio;26 prefiere igualmente encargarse de la fabricación de sus
útiles, al menos los de madera: Hesíodo, en Los Trabajos y los Días, indica cómo
montar un arado (v. 427-436). En la época clásica, había en Atenas artesanos
especialistas en la fabricación de arados, «en muchas regiones griegas la tradición
hesiódica prosigue»:27 el recurso al artesano especializado no era sistemático más
que para las herramientas de metal.
La artesanía rural[editar]
La fabricación de objetos de metal es la primera explicación para el desarrollo de
los oficios especializados, externo al oikos, en los campos griegos. Algunos de
estos artesanos eran itinerantes, como el fabricante de guadañas llegado para
vender hoces en lugar de armas, evocado por Aristófanes en La paz (1198-1206),
otros eran sedentarios. Proporcionaban a los campesinos los objetos que no
podían encargarse de fabricar ellos mismos: se encuentra en la Odisea (XVIII,
328) y en Hesíodo28 referencias a la fragua de la ciudad, donde se fabricaban y
sobre todo se forjaban las herramientas metálicas.29
También se encontraban en el campo talleres de cerámica, destinados a la vez a
explotar los filones de materia prima,30 como a mostrar a partir de los
arrendamientos de Milasa que la implantación geográfica de algunas actividades
artesanales estaban unidas a la localización de filones de materias
primas: arcilla para la producción de ladrillos y de cerámica, cañaverales para
la cestería) y/o responder a la demanda local. El campesino griego tenía
regularmente necesidad de tejas, de vajilla o de ánforas. También necesitaba que
un especialista le garantizase una calidad elevada de fabricación para los pithoi en
los cuales almacenaba su producción, en la medida en que estas
grandes tinajas semienterradas no debían ser porosas y eran difícilmente
reemplazables, lo que explica su elevado precio (de 30 a 50 dracmas).31 A un nivel
más elevado, algunos talleres podían estar «acoplados» a una explotación
agrícola. Así, en Tasos, los talleres de fabricación de ánforas estaban dispersados
por toda la isla e instalados en la proximidad de los grandes fundos vitícolas, a fin
de proporcionarles los recipientes para la exportación de este crudo renombrado
en todo el mundo griego de la época. Los propietarios de estos talleres
(ceramarcas), identificados gracias a sellos visibles en el asa de sus ánforas, eran
por lo tanto, muy a menudo, los que poseían estos grandes dominios vitícolas
consagrados a la exportación.32
Otra figura de la artesanía rural, el molinero, podía estar agregado a una hacienda
particular, pero un molino podía estar también dedicado a un uso colectivo y
alquilado a petición de un propietario utilizando mano de obra a menudo servil
debido al carácter pesado del trabajo. A partir del siglo IV a. C., el carpintero-
molinero de la población, aparece en las fuentes fabricando muebles (camas,
mesas), o puertas.33 Podía estar encargado de la construcción del arado, puesto
que, como subraya Platón, «no es probable que el agricultor haga él mismo su
arado, si quiere que sea bueno, ni su espada, u otras herramientas agrícolas». 34
La artesanía rural estaba pues fuertemente ligada a la actividad agrícola. Este
nexo pudo perdurar cuando, instalado en la ciudad, el artesano alimentó su taller
con la producción del dominio que poseía en la chôra, pero lo más frecuente es
que fuera a través de intermediarios para procurarse materias primas, y sus lazos
con el mundo agrícola fueran débiles.
El taller-tienda urbano (ergasterion)[editar]

Panaderos en la artesa, una tañedora de flauta da la cadencia, figurillas de terracota de Tebas, 525-


475 a. C., museo del Louvre.

Cuando estaba instalado en la ciudad, el artesano trabajaba en un ergasterion,


término bastante vago que significa «lugar de trabajo», un taller que servía
también de tienda: la localización del taller en zona urbana se justificaba por la
comercialización directa de la producción. De hecho, la tienda específicamente
dedicada a la venta era rara fuera del ágora. Esta tienda-taller estaba formada en
general por una o dos estancias poco iluminadas (una de las cuales daba a la
calle), debido a que la actividad del artesano se daba con frecuencia dentro del
seno familiar. Podía también estar alquilada en un lugar público, ágora o pórtico.35
Este carácter público, abierto al exterior, de la actividad artesanal aparece en las
representaciones de escenas de la Época Arcaica o en el siglo VI a. C.; como la
de un artesano fabricando bajo la mirada de su cliente el objeto que le ha
solicitado.36
Los ergasteria, en la medida en que su actividad eran poco contaminante, se
esparcían a veces por toda la ciudad, como en Delos, pero podían también estar
agrupadas en barrios «artesanales», eventualmente especializados (calle de los
broncistas, barrio del Cerámico en Atenas). Podían concentrarse también fuera de
los muros, como los alfareros, talleres de piedra y artesanos especializados en la
transformación de productos agrícolas en Quersoneso táurico, y en el seno de la
ciudad, pero en zonas periféricas, como el barrio de los alfareros de Atenas (el
Cerámico) o de Corinto, o más cerca del centro como el «barrio industrial» de
Atenas, al suroeste del Ágora en dirección a El Pireo, o más raramente en el
centro como en Heraclea de Lucania.37
Estas elecciones variadas de implantación estaban ligadas a la voluntad de
conciliar, apoyándose en las especificaciones de la geografía local, acceso a las
materias primas y proximidad a la clientela, siendo este segundo objetivo
prioritario sobre el primero. Los artesanos deseaban, y era el objeto de su
instalación en zona urbana, acercarse lo más posible a la demanda, instalándose
cerca de los lugares de mercado, sin descuidar, en la medida de lo posible, la
necesidad de un acceso fácil a las materias primas, sobre el lugar (talladores de
piedra, alfareros de Corinto) o en las proximidades, mediante un puerto (como el
del el Pireo en Atenas o de la chora productora de materias primas agrícolas
(como por ejemplo en el Quersoneso táurico).
Su instalación eventual en la periferia de la ciudad no parece que deba ser
interpretada como una voluntad de segregación social. 38 Este rechazo fuera de la
ciudad no se justificaba por las eventuales molestias (olor, ruido, humos) unidos a
estas actividades (como por ejemplo las tintorerías), contaminaciones que se
buscaba disminuir mediante la habilitación de estructuras específicas, como por
ejemplo los estanques de agua corriente para los mercados de carne y pescados
de Corinto y de Priene.39

Tipos de explotación artesanal[editar]


Del pequeño artesano tendero al «maestro de oficio»[editar]

Estela del zapatero Jantipo, h. 430-420 a. C., Museo Británico.


El tamaño de los talleres era muy variable. La mayoría eran atendidos por un
artesano —solo o ayudado por los miembros de su familia— fabricante de
productos simples y baratos (lo que cobraban por esos productos sencillos y
baratos era el reflejo de las necesidades que tenían para vivir, que eran muy
escasas, en consecuencia no cobraban por el valor del producto) 40 con destino a
una clientela exclusivamente local. Mal conocidos, estos artesanos que raramente
disponían de obreros, formaban «la verdadera trama artesanal de las ciudades», 38
la masa de los banausoi despreciados por los entornos aristocráticos. No
disponían de stock y trabajaban sobre todo bajo demanda: esta gran dependencia
con respecto al cliente no hacía sino acentuar su pobre imagen en una sociedad
de ideal autárquico.
La empresa artesanal, cuya producción no estaba únicamente destinada a una
clientela local, estaba dirigida por una especie de «maestro de oficio» con
competencias reconocidas y con medios financieros relativamente importantes.
Podía agrupar a una treintena de obreros (a menudo de origen servil) con tareas
diferenciadas. Los productos resultantes de estos talleres eran a menudo
refinados o lujosos (vestidos, tinturas de púrpura, grabado de estelas, cerámica
pintada, etc.) y podían alcanzar precios muy elevados en función de la reputación
del maestro, cuya integración en la sociedad era innegable, como lo muestra por
ejemplo la estela funeraria del zapatero Jantipo.
Desarrollo y problemas de los «grandes talleres»[editar]
Se encuentra también, sobre todo en las grandes ciudades, un tercer tipo de
empresa artesanal de tamaño netamente más importante, cuyo propietario no era
necesariamente un «artesano», pero que podía invertir en la producción artesanal
y su comercialización apoyándose en el recurso a la mano de obra esclava. Se
conoce en Atenas desde el siglo V a. C., pero se desarrollan a escala del mundo
griego en la época helenística: talleres de curtidores de Cleón o de fabricación de
lámparas de Hipérbolo, ambos políticos en primer plano en Atenas a finales del
siglo V a. C., fábrica de escudos del meteco originario de Sicilia, Céfalo, padre del
orador Lisias, con sus 120 esclavos,41 fábrica de cuchillos y de camas del padre
de Demóstenes, las cuales no eran «pequeños negocios», 42 ya que con 50
obreros en total, reportaban 4200 dracmas al año.
El importante número de efectivos de estos talleres no debe llevar a figurarnos que
trabajaban todos juntos en un mismo lugar, en una especie de «manufactura».
Salvo excepción, «incluso para las actividades en serie, no se puede hablar
propiamente de vastos talleres, el trabajo de producción no se efectuaba con
estructuras de tipo fabril»:43 lo que se conoce de la artesanía de esta época, «ya
sea por los restos que han dejado los talleres en el suelo, ya sea por las
representaciones en las pinturas de vasos cerámicos, prueba que los trabajadores
se podían contar con los dedos de una mano».44 Se puede pues concluir que la
centena de esclavos armeros de Céfalo estaban sin duda distribuidos en varios
talleres diferentes, cuya producción era específica y vendida separadamente. 45
Estos grandes talleres no deben ser considerados empresas agresivas que tenían
a su frente una especie de "capitanes de industria" dispuestos a inundar el
mercado con su producción mediante la destrucción de la competencia de los
productores más pequeños. Al contrario, se consideraba la artesanía como una
actividad ἀκίνδυνος (akinduno, sin riesgo), y es por ello que algunos ricos
atenienses trataban de invertir en ella para diversificar sus activos, 46 y,
posiblemente, disfrutar de un entorno propicio para el desarrollo de determinadas
actividades (se pueden interpretar así las fábricas de escudos de Céfalo y
de Pasión de Atenas). Los propietarios de estos talleres con frecuencia se
contentaban con obtener el pago de una renta fija, ya fuera gracias a sus esclavos
que eran responsables de la gestión de esta propiedad (sistema de la apophora),
o bien fuera mediante el alquiler pagado por un meteco, como el
liberto Formión que entregaba cada año 60 minas a los dos hijos de Pasión de
Atenas, lo que les permitía dedicarse a la política y asumir costosas liturgias.47
Si la artesanía era una actividad poco arriesgada, era «porque el mundo griego
sigue a la demanda y no la precede nunca». 38 Cualquiera que sea el tamaño de
estas empresas artesanales, no producen más que bajo demanda del cliente: no
hay economía de la oferta, no se produce nunca o casi nunca sin un pedido
preciso. Sin duda, es lo que explica que los grandes talleres de este tipo no
estuvieran más moderadamente desarrollados, sin jamás hacer desaparecer los
pequeños talleres o incluso ganar cuota de mercado: desarrollando demasiado
estas actividades sin prestar atención a la debilidad de la demanda, estos
«propietarios chrématistai»,48 necesariamente habrían sufrido debido al hecho del
carácter reducido de la demanda potencial, 49 fuera de una coyuntura particular
(fabricación de armas en un contexto de guerra...).

Véase también[editar]
 Economía en la Antigua Grecia
 Agricultura en la Antigua Grecia

Notas y referencias[editar]
1. ↑ Francine Blondé, Arthur Muller, «Artisanat, artisans, ateliers en Grecice ancienne:
définitions, esquisse de bilan», en Francine Blondé y Arthur Muller (dir), L'artisanat en
Grèce ancienne: les artisans, les ateliers. Actes du colloque de Lille (11-12 de
diciembre de 1997), publicados en Topoi 8/2, 1998, p. 832-834
2. ↑ Christophe Feyel, Les artisans dans les sanctuaires grecs, aux époques classique et
hellénistique, Ecole française d'Athènes, 2006, p. 9
3. ↑ «La cantera no nos interesa pues es propiedad del taller que fabrica la estatua; si en
cambio vende o exporta los bloques, incluso comenzados, no entra en nuestro
campo» Francine Blondé y Arthur Muller (dir), op.cit., p. 835
4. ↑ Christophe Feyel y Philippe Casier sobre todo
5. ↑ Francine Blondé et Arthur Muller (dir), op.cit., p. 835
6. ↑ Raymond Descat, Le monde grec aux temps classiques, tome I: le s. V, PUF, 1995, p.
32.
7. ↑ «Posteriormente, la palabra se asoció con el trabajo manual y con el de los
esclavos». Philippe Casier, «Le statut social des artisans dans la péninsule balkanique
et les îles de la mer Egée de 478 à 88 av. J.-C.», en Michel Debidour (dir), Économies
et sociétés dans la Grèce égéenne, 478-88 av. J.-C., éditions du temps, 2007, p. 17
8. ↑ Francine Blondé et Arthur Muller (dir), op.cit., p. 832
9. ↑ Jenofonte, Económico iv.2. Se encuentra la misma idea en Platón, La
República vi.495d-e
10. ↑ Jenofonte, Económico iv.3
11. ↑ Olivier Picard, Économies et sociétés en Grèce ancienne (478-88 av. J-C.), Sedes,
2008, p. 58
12. ↑ Aristóteles, Retóricai.9
13. ↑ Diodoro Sículo, Biblioteca histórica i.74.7
14. ↑ Jenofonte, op. cit. iv.2-3
15. ↑ Édouard Will, Le monde grec et l'orient, tome I: le Ve siècle, PUF, 1994, p. 633
16. ↑ Léopold Migeotte, L'économie des cités grecques, Ellipses, 2007, p. 80
17. ↑ Jenofonte Recuerdos de Sócrates iii.7.6
18. ↑ Christophe Feyel, op. cit., p. 320
19. ↑ Lisias, XXXIV = Contra una proposición tendente a destruir en Atenas el gobierno
transmitido por los ancestros4
20. ↑ Philippe Casier, op.cit., p. 15-16
21. ↑ Édouard Will, op. cit., p. 651
22. ↑ Lisias, Contra Eratóstenes 19
23. ↑ Alain Bresson, L'économie de la Grèce des cités, tome I: les structures et la
production, Armand Colin, 2007, p. 193
24. ↑ Francine Blondé et Arthur Muller, op.cit., p. 836
25. ↑ Marie-Françoise Baslez (dir), op. cit., p. 253
26. ↑ Léopold Migeotte, op.cit., p. 82
27. ↑ Marie-Claire Amouretti, «De l'ethnologie à l'économie: le coût de l'outillage
agricole», en Pierre Brulé, Jacques Oulhen, Francis Prost, Economie et société en
Grèce antique (478-88 av. J.-C.), Presses universitaires de Rennes, 2007, p. 146
28. ↑ «Pasa sin sentarte junto a la fragua» (Los Trabajos y los Días, v. 493)
29. ↑ Marie-Claire Amouretti, L'artisanat, indispensable au fonctionnement de
l'agriculture, en L'artisanat en Grèce ancienne: les productions, les diffusions, Presses
de l'Université Lille 3, 2000, p. 152
30. ↑ Christophe Chandezon, «Paysage et économie en Asie Mineure (IIe-Ier siècle av. J.-
C.)», Histoire et sociétés rurales n°9, 1998, p. 52
31. ↑ Marie-Claire Amouretti, «De l'ethnologie à l'économie: le coût de l'outillage
agricole», en Pierre Brulé, Jacques Oulhen, Francis Prost, Economie et société en
Grèce antique (478-88 av. J.-C.), Presses universitaires de Rennes, 2007, p. 147
32. ↑ Marie-Françoise Baslez, op.cit., p. 255
33. ↑ Jenofonte, Ciropedia viiii.2.5
34. ↑ Platón, La República 370 b-d
35. ↑ Léopold Migeotte, op. cit., p. 82
36. ↑ Marie-Françoise Baslez (dir), op.cit., p. 256
37. ↑ Raymond Descat, op.cit., p. 324
38. ↑ Saltar a:a b c Raymond Descat, Ibid
39. ↑ Alain Bresson, op.cit., p. 52
40. ↑ Raymond Descat, op.cit., p. 325.
41. ↑ Lisias Contra Eratóstenes 19
42. ↑ Demóstenes Contra Áfobo i.9
43. ↑ Alain Bresson, op.cit., p. 193
44. ↑ Édouard Will, op. cit., p. 652
45. ↑ «La dimensión del taller (el número de gente que trabajaba en él) no tiene ningún
significado en cuanto al modo de producción, en una «célula artesanal» asociando,
según los oficios, un número variable, pero siempre restringido de trabajadores. El
aumento de la producción, en su caso no se obtiene por la de la productividad, sino
por la multiplicación de las células que producen, muchas de las cuales podrían
pertenecer al mismo patrón, lo que le convierte por tanto en un «industrial»: sin duda
era lo que representaba la empresa de Lisias y de su hermano».Édouard Will, op. cit.,
p. 657
46. ↑ Raymond Descat, op.cit., p. 329
47. ↑ Marie-Françoise Baslez (dir), op. cit., p. 433
48. ↑ Raymond Descat, op.cit., p. 326
49. ↑ Fenómeno evocado por Jenofonte, Los ingresos públicos iv.6-7: «En los trabajos de
las minas de plata todos dicen que faltan trabajadores. Y, efectivamente, no ocurre
como cuando hay muchos caldereros, que no se valoran las labores de forja y tienen
que abandonar el oficio»; sobre estas cuestiones, cf. Philippe Gauthier, Un
commentaire historique des Poroi de Xénophon, Droz, 1976, pp. 120-131

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