Albert Speer

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 29

Albert Speer

Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Para su hijo, también arquitecto, véase Albert Speer Jr..

Albert Speer

Información personal

Nombre de
Berthold Konrad Hermann Albert Speer 
nacimiento

Nacimiento 19 de marzo de 1905 
Mannheim (Alemania) 

Fallecimiento 1 de septiembre de 1981   (76 años)


Londres (Reino Unido) 

Causa de la
Accidente cerebrovascular 
muerte

Sepultura Bergfriedhof 
Nacionalidad Alemana

Partido
Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán 
político

Características físicas

Altura 1,87 m 

Ojos Marrón castaño 

Cabello Castaño 

Familia

Padre Albert Friedrich Speer 

Hijos Albert Speer 

Educación

 Universidad Técnica de Berlín


Educado en
 Universidad Técnica de Múnich
 Universidad de Karlsruhe 

Información profesional

Ocupación Político, arquitecto,
autobiógrafo, ingeniero y urbanista 

Cargos  Miembro del Reichstag de la Alemania


ocupados nazi (1937-1945)
 Ministerio de Armamento y Municiones
del Reich (1942-1945) 

Obras notables  Campo Zeppelín


 Catedral de luz
 Estadio Olímpico de Berlín 
Rama militar Schutzstaffel 

Miembro de  Sturmabteilung
 Schutzstaffel 

Distinciones  Placa Dorada del Partido 

Información criminal

Cargo(s)
crimen contra la humanidad 
criminal(es)

Firma

[editar datos en Wikidata]

Berthold Konrad Hermann Albert Speer1 (Mannheim, 19 de


marzo de 1905 — Londres, 1 de septiembre de 1981) fue
un arquitecto alemán que ejerció como Ministro de Armamento y Producción de
Guerra de la Alemania nazi durante gran parte de la Segunda Guerra Mundial.
Aliado cercano de Adolf Hitler, fue condenado en los juicios de Núremberg y
sentenciado a veinte años de prisión.
Arquitecto de formación, Speer se afilió al Partido Nazi en 1931. Sus
conocimientos de arquitectura le permitieron destacar dentro del partido y llegó a
convertirse en miembro del círculo más cercano de Hitler. El Führer le encargó el
diseño y construcción de edificios como la Cancillería del Reich y el Campo
Zeppelín para los Congresos de Núremberg. En 1937 Hitler lo nombró Inspector
general de edificios de Berlín, un cargo desde el que fue el responsable del
Departamento Central de Reasentamiento que desalojó a propietarios judíos de
sus hogares en la capital alemana. En febrero de 1942, Speer fue
designado Ministro de Armamento y Producción de Guerra del Reich. Sirviéndose
de estadísticas manipuladas, se promocionó a sí mismo como el responsable del
«milagro del armamento» que permitió que Alemania se mantuviera en la guerra.
En 1944 creó un equipo de trabajo para aumentar la producción de aviones de
combate. También fue uno de los responsables principales en la explotación
de trabajadores forzados en beneficio del esfuerzo de guerra alemán.
Después de la guerra, Speer estuvo entre los 24 «principales criminales de
guerra» arrestados y acusados de los crímenes del régimen nazi en los juicios de
Núremberg. Fue declarado culpable de crímenes de guerra y crímenes de lesa
humanidad, principalmente por el uso de trabajadores forzados, y evitó por poco la
pena de muerte. Tras cumplir toda su condena, fue puesto en libertad en 1966.
Utilizó sus escritos de prisión como base de dos libros autobiográficos, Memorias:
Hitler y el Tercer Reich vistos desde dentro y Diario de Spandau. Sus libros fueron
un éxito porque a los lectores les fascinaba tener una visión del interior del Tercer
Reich. Albert Speer falleció por un infarto cerebral durante una visita a Londres en
1981. Se conserva muy poco de sus obras de arquitectura.
A través de sus autobiografías y entrevistas, Speer construyó cuidadosamente una
imagen de sí mismo como un hombre que lamentaba profundamente no haber
descubierto los monstruosos crímenes del Tercer Reich. Continuó negando el
conocimiento explícito y la responsabilidad del Holocausto, una imagen de su
figura que predominó en la historiografía en las décadas posteriores a la guerra,
durante las cuales se creó «El mito de Speer»: era visto como
un tecnócrata apolítico responsable de revolucionar la máquina de guerra
alemana. El mito comenzó a desmoronarse en la década de 1980, cuando el
milagro armamentístico se atribuyó a la propaganda nazi. El historiador
británico Adam Tooze escribió que la idea de que Speer era un tecnócrata
apolítico era «absurda»,2 mientras que Martin Kitchen declaró que gran parte del
aumento en la producción de armas de Alemania se debió en realidad a los
sistemas creados por su predecesor Fritz Todt y, además, que Speer estuvo
íntimamente involucrado en la «Solución final».3

Índice

 1Primeros años
 2Arquitecto del partido y funcionario del gobierno
o 2.1Ingreso en el partido (1931-1934)
o 2.2Arquitecto nazi (1934-1937)
o 2.3Inspector general de edificios de Berlín (1937-1942)
 3Ministro de Armamento
o 3.1Nombramiento y poder creciente
o 3.2Consolidación de la producción de armas
o 3.3Derrota de la Alemania nazi
 4Posguerra
o 4.1Juicios de Núremberg
o 4.2Encarcelamiento
o 4.3Liberación y vida posterior
 5El mito de Speer
o 5.1El buen nazi
o 5.2Negación de responsabilidad
o 5.3El milagro armamentístico
 6Legado arquitectónico
 7Referencias
 8Bibliografía
o 8.1Bibliografía consultada
o 8.2Bibliografía adicional
 9Enlaces externos

Primeros años[editar]
Albert Speer nació en Mannheim, en el seno de una familia adinerada de clase
media–alta, segundo de los tres hijos de Luise Máthilde Wilhelmine (Hommel) y
Albert Friedrich Speer.4 En 1918 la familia arrendó su residencia en Mannheim y
se trasladó a una casa que tenían en Heidelberg.5 De acuerdo con Henry T. King,
fiscal adjunto en los juicios de Núremberg que más tarde escribió un libro sobre
Speer, «el amor y la calidez escaseaban en el hogar de juventud de Speer». 6 Sus
hermanos Ernst y Hermann lo acosaron durante la infancia. 7 Speer fue un activo
deportista que practicó esquí y montañismo.8 Siguió los pasos de su padre y su
abuelo y estudió arquitectura.9
Comenzó sus estudios de arquitectura en la Universidad de Karlsruhe en lugar de
en una institución más prestigiosa por culpa de la crisis de hiperinflación de 1923,
que limitó los ingresos de sus padres. 10 Al año siguiente, con el alivio de la crisis,
se trasladó a la «mucho más reputada» Universidad Técnica de Múnich11 y en
1925 se trasladó de nuevo, en este caso a la Universidad Técnica de Berlín,
donde estudió con Heinrich Tessenow, a quien Speer admiraba.12 Tras aprobar
sus exámenes en 1927, Speer se convirtió en asistente de Tessenow, un gran
honor a sus 22 años13 porque así pudo impartir algunas de las clases de
Tessenow mientras continuaba con sus estudios de posgrado. 14 En Múnich y
Berlín comenzó una estrecha amistad que duraría medio siglo con Rudolf Wolters,
quien también estudió con Tessenow.15
A mediados de 1922 Speer empezó a cortejar a Margarete (Margret) Weber
(1905–1987), hija de un próspero industrial que empleaba a 50 trabajadores. Esta
relación no era aprobada por la conciencia de clase de su madre, que sentía que
los Weber eran de clase inferior, a pesar de lo cual la pareja contrajo matrimonio
en Berlín el 28 de agosto de 1928; pasaron siete años hasta que Margarete Speer
fue invitada a quedarse en casa de sus suegros. 16 La pareja tuvo seis hijos, pero
Speer se distanció progresivamente de su familia a partir de 1933 y también
después de salir de prisión en 1966, a pesar de los esfuerzos de él por forjar
vínculos más estrechos.17

Arquitecto del partido y funcionario del gobierno[editar]


Ingreso en el partido (1931-1934)[editar]
En enero de 1931, Speer solicitó la afiliación al Partido Nazi y, el 1 de marzo de
1931, se convirtió en el miembro número 474 481.18 Ese mismo año, con los
estipendios reduciéndose en medio de la Gran Depresión, renunció a su puesto
como asistente de Tessenow y se mudó a Mannheim, con la esperanza de
ganarse la vida como arquitecto. Tras fracasar en este empeño, su padre le dio un
trabajo a media jornada como gerente de sus propiedades. En julio de 1932, los
Speer visitaron Berlín para dar apoyo al Partido antes de las elecciones
al Reichstag y mientras estaban allí su amigo, el oficial del partido nazi Karl
Hanke, recomendó al joven arquitecto a Joseph Goebbels para ayudar a renovar
la sede central del partido en Berlín. Cuando completó este encargo, Speer
regresó a Mannheim mientras Hitler asumía el cargo de canciller en enero de
1933.19
Speer junto a Hitler en Núremberg en 1933.

Los organizadores del congreso del partido Nazi en Núremberg en 1933 llamaron


a Speer para que presentara sus diseños y le pusieron en contacto con Hitler por
primera vez. Ni los organizadores ni Rudolf Hess estaban dispuestos a decidir qué
plan era aprobado, por lo que Hess envió a Speer al apartamento de Hitler en
Múnich para buscar su aprobación.20 Este trabajo le dio su primer puesto nacional
como «Comisionado para la Presentación Artística y Técnica de los Congresos y
Demostraciones del Partido».21
Poco después de llegar al poder, Hitler comenzó a hacer planes para reconstruir
la cancillería y a finales de 1933 contrató a Paul Troost para renovar todo el
edificio y a Speer, cuyo trabajo para Goebbels lo había impresionado, para
gestionar las obras.22 Como canciller, Hitler tenía una residencia en el edificio e iba
todos los días para ser informado por Speer sobre el progreso de la construcción.
Tras uno de estos encuentros, Hitler lo invitó a almorzar, para gran excitación del
arquitecto.23 Este se convirtió rápidamente en parte del círculo íntimo de Hitler, y
esperaba la llamada del canciller por la mañana para pasear o charlar, ofrecer
asesoramiento en materia arquitectónica y discutir sus ideas. La mayoría de los
días lo invitaban a cenar.2425
En sus memorias Speer afirma que el partido nazi le ofreció una «nueva misión» y
en una entrevista con William Hamsher dijo que se unió al partido para «salvar a
Alemania del comunismo». Después de la guerra, afirmó haber tenido poco interés
en la política y que se había unido casi por casualidad. Al igual que muchos de los
que ostentaron poder en el Tercer Reich, él no fue un ideólogo, sino un «un
antisemita instintivo».18 El historiador Magnus Brechtken dijo que Speer no
pronunciaba discursos antisemitas, que su antisemitismo se puede entender mejor
a través de sus acciones antisemitas26 y que, a lo largo de su vida, sus
motivaciones fueron acumular poder, gobernar y adquirir riqueza. 27
Arquitecto nazi (1934-1937)[editar]
Véase también: Arquitectura de la Alemania nazi
La Catedral de Luz sobre la tribuna del Campo Zeppelín en septiembre de 1937.
A la muerte de Troost el 21 de enero de 1934, Speer lo reemplazó como arquitecto
jefe del partido. Hitler lo nombró dirigente de la Oficina Principal de la
Construcción, puesto con el que entró nominalmente en el equipo de Rudolf
Hess.28 Uno de sus primeros encargos tras la muerte de Troost fue el Campo
Zeppelín, el campo de desfiles militares que aparece en el documental de Leni
Riefenstahl El triunfo de la voluntad y que tenía capacidad para 340 000
personas.29 Speer insistió en que se celebraran de noche el mayor número de
espectáculos posibles tanto para resaltar los efectos de iluminación como para
ocultar a los miembros del Partido Nazi, muchos de los cuales tenían sobrepeso. 30
Núremberg fue sede de muchos de los edificios oficiales del Partido Nazi, pero
algunos nunca se construyeron, como el Deutsches Stadion, que podría haber
acomodado a 400 000 espectadores.29 Modificó los planes de Werner March para
el Estadio Olímpico de los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936 añadiendo un
exterior de piedra que gustó a Hitler.31 También diseñó el pabellón alemán para
la Exposición Internacional de París de 1937.32 Mientras planeaba estas
estructuras, inventó la teoría del «valor de la ruina» –Die Ruinenwerttheorie–: el
edificio no solo está construido para ser utilizado por sus contemporáneos, sino
también para suscitar la admiración de quienes lo encontrarán en el estado de
vestigio mil años después.33
Inspector general de edificios de Berlín (1937-1942)[editar]
En 1937 Hitler nombró a Speer Inspector General de los edificios de la capital del
Reich con el rango de subsecretario de estado en el gobierno del Reich. Este
puesto suponía extraordinarios poderes sobre el gobierno de la ciudad de Berlín y
lo hizo responsable solo ante Hitler.34 También hizo al arquitecto miembro del
Reichstag, aunque este organismo tenía entonces muy poco poder efectivo.35 El
canciller le ordenó elaborar planos para reconstruir Berlín como capital del
mundo, Welthauptstadt Germania. Speer elaboró un trazado que se basaba en
una larga avenida de cinco kilómetros que corría de norte a sur y que el arquitecto
llamó Prachtstrasse, la Calle de la Magnificencia,36 o también el «Eje norte-sur».37
En el extremo norte de esta avenida dispuso la Volkshalle, un enorme edificio de
asamblea cerrado por una gigantesca cúpula de más de 200 metros de altura y
con espacio interior para 180 000 personas. En el extremo sur de la avenida
habría un arco de triunfo, también de colosales proporciones, de al menos 120
metros de altura y capaz de contener el Arco de Triunfo de París. La principal
estación de ferrocarril existente iba a ser demolida y en su lugar se levantarían
otras dos grandes estaciones.38 Contrató a Wolters para su equipo de diseño y le
dio una especial responsabilidad para diseñar la Prachtstrasse.39 El estallido de
la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939 obligó a posponer y finalmente
abandonar estos planes.40
Fachada de la nueva Cancillería del Reich en marzo de 1939.

Desde 1934 se estaba planificando la construcción de una nueva Cancillería del


Reich. El terreno se adquirió a finales de 1934 y a comienzos de marzo de 1936
se derribaron algunos edificios para ensanchar la calle Voßstraße.41 Speer estuvo
implicado virtualmente en este proyecto. Tras la Noche de los cuchillos largos se
le había encargado renovar el Palacio Borsig en la esquina
de Voßstraße con Wilhelmstraße como sede de las SA.42 Los trabajos preliminares
para la nueva cancillería estuvieron completos en mayo de 1936. En junio de ese
año el arquitecto cobró unos honorarios personales de 30 000 Reichsmark y
estimó que la cancillería estaría terminada en un plazo de tres o cuatro años. Los
planes detallados estuvieron listos en julio de 1937 y la primera estructura se
completó el 1 de enero de 1938. Poco después, el 27 de enero, Speer recibió
plenos poderes por parte de Hitler para que finalizara la nueva cancillería en la
fecha límite del 1 de enero de 1939. Con fines propagandísticos, Hitler afirmó
durante la ceremonia de finalización el 2 de agosto de 1938 que había ordenado a
Speer que terminara la cancillería ese año.43 Debido a la escasez de mano de
obra, Speer obligó a los obreros a trabajar en dos turnos de diez y doce horas. 44
Las Schutzstaffel (SS) construyeron en 1938 dos campos de concentración y
obligaron a los internos a extraer piedras para su construcción. A instancias de
Speer, se construyó una fábrica de ladrillos cerca del campo de concentración de
Oranienburg; cuando le comentaron las pobres condiciones del lugar, el arquitecto
dijo: «Los judíos se acostumbraron a hacer ladrillos cuando eran esclavos de los
egipcios».45 La cancillería estuvo terminada a comienzos de enero de 1939 y el
edificio fue aclamado por Hitler como «la gloria suprema del gran imperio político
alemán».44

Un tren del Holocausto llegando al campo de concentración de Auschwitz.

Durante el proyecto de la nueva cancillería se produjo el pogromo de la Noche de


los cristales rotos (Kristallnacht). Speer no hizo mención a este suceso en el
primer borrador de sus Memorias, y fue solo tras el aviso urgente de su editor que
añadió una reseña que afirma que vio desde su coche las ruinas de la Sinagoga
Central de Berlín.46 La Kristallnacht aceleró los esfuerzos de Speer por desahuciar
de sus hogares a los judíos de Berlín. De 1939 en adelante el Departamento que
dirigía aplicó las Leyes de Núremberg para desalojar a los inquilinos judíos en
Berlín, para así hacer sitio a inquilinos no judíos desplazados por la reurbanización
o los bombardeos.47 Finalmente, 75 000 judíos resultaron desplazados por estas
medidas.48 Speer negó que supiera que los estaban subiendo a los trenes del
Holocausto y afirmó que los desplazados eran «completamente libres y que sus
familias todavía estaban en sus apartamentos».49 También dijo: «... de camino a
mi ministerio en la autopista de la ciudad, pude ver ... multitudes de personas en
los andenes de la cercana Estación de ferrocarril Nikolassee. Sabía que estos
debían ser judíos de Berlín que estaban siendo evacuados. Estoy seguro de que
un sentimiento opresivo me golpeó al pasar. Presumiblemente sentí eventos
sombríos».49 El historiador alemán Matthias Schmidt afirmó que Speer en persona
inspeccionó campos de concentración y describió sus relatos como «una farsa
absoluta».50 Martin Kitchen escribió que este repetía a menudo de manera hueca
que no sabía nada de las «cosas terribles», porque no solo era plenamente
consciente del destino de los judíos, sino que participaba activamente en su
persecución.51
Cuando Alemania hizo estallar la Segunda Guerra Mundial en Europa, Speer puso
en marcha escuadras de reacción rápida para construir carreteras o limpiar
escombros.52 Recurrió a trabajadores forzados para estos trabajos junto a obreros
alemanes libres.53 Los trabajos de construcción se detuvieron en Berlín y
Núremberg con el estallido de la contienda. Aunque el almacenamiento de
materiales y otros trabajos continuaron, esto también se detuvo a medida que se
necesitaban más recursos para la industria armamentística. 54 Las oficinas de
Speer emprendieron trabajos de construcción para cada rama del ejército y para
las SS utilizando mano de obra forzada.53 El negocio de la construcción lo convirtió
en uno de los miembros más ricos de la élite nazi.55

Ministro de Armamento[editar]
Nombramiento y poder creciente[editar]

Speer (izq.) junto a Hitler y el escultor Arno Breker en el París ocupado el 23 de junio de 1940.
El 8 de febrero de 1942 el Ministro de Armamento Fritz Todt moría en un accidente
de avión poco después de despegar del cuartel oriental de Hitler en Rastenburg.
Speer, que llegó a Rastenburg la noche anterior, había aceptado el ofrecimiento
de Todt para volar con él a Berlín, pero lo canceló pocas horas antes del
despegue porque había estado hasta tarde en una reunión nocturna con Hitler. 56
El Führer designó a Speer sustituto de Todt, una elección nada sorprendente
según el historiador británico Martin Kitchen porque el arquitecto era un hombre
fiel a Hitler que además tenía experiencia en la construcción de campos de
prisioneros y otras estructuras militares.57 Además, lo designó jefe de
la Organización Todt, una enorme empresa constructora estatal.58 Como era
habitual, el canciller no dio a Speer ningún mandato claro, sino que dejó que se
abriera hueco entre la élite del nazismo en la lucha por el poder y el control, un
empeño en el que se mostraría ambicioso, implacable y despiadado. 59 El nuevo
ministro se propuso no solo obtener el control de la producción de armamento
para el ejército, sino para todas las fuerzas armadas. 59 No mostró a sus rivales
políticos que sus llamadas a la racionalización y la reorganización escondían su
deseo de apartarlos y tomar el control.60
Speer era festejado en esa época, como también lo fue en la posguerra, por el
«milagro del armamento» que consistió en un espectacular aumento en la
producción de guerra alemana. Este milagro se detuvo en el verano de 1943 por,
entre otras causas, los persistentes bombardeos aliados sobre Alemania.61 A
aquel aumento productivo probablemente contribuyeron más otros factores que el
propio Speer. La fabricación de armas en Alemania ya había comenzado a
aumentar antes, bajo dirección de su predecesor Todt. El armamento naval no
estuvo bajo control de Speer hasta octubre de 1943 y el de la fuerza aérea hasta
junio del año siguiente, a pesar de lo cual todos mostraron un aumento
comparable al que controlaba el ministro de armamento. 62 Otro factor que
contribuyó al auge de las municiones fue la política de asignar más carbón a la
industria del acero.63 La producción de cada tipo de arma alcanzó su punto
máximo en junio y julio de 1944, pero a partir de agosto de 1944 el crudo rumano
dejó de estar disponible y por tanto el combustible empezó a escasear. La
producción de petróleo decayó tanto que imposibilitó cualquier acción ofensiva y el
armamento quedó almacenado.64

Speer inspeccionando las obras del Muro atlántico en mayo de 1943.

Como Ministro de Armamento, era el responsable de suministrar armas al


ejército.65 Tras acordarlo con Hitler, decidió priorizar la construcción de carros de
combate y se le dieron plenos poderes para asegurar su éxito. 66 Hitler estuvo muy
involucrado en el diseño de los tanques, pero cambiaba continuamente de opinión
sobre sus especificaciones, lo cual retrasó el programa sin que Speer pudiera
remediar la situación. En consecuencia, a pesar de que la producción de tanques
tenía la máxima prioridad, se gastó relativamente poco del presupuesto de
armamento en ella y eso llevó a una derrota importante del ejército alemán en
la batalla de Projorovka, un importante punto de inflexión en el frente
oriental contra el Ejército Rojo soviético.67
Como jefe de la Organización Todt, estuvo directamente involucrado en la
construcción y modificación de campos de concentración. Acordó
ampliar Auschwitz y algunos otros campos, asignando 13,7 millones
de Reichsmark para esos trabajos. Esto permitió construir 300 barracones
adicionales en Auschwitz, aumentando su capacidad total hasta 132 000 internos.
En las obras se incluyó material para construir cámaras de gas, crematorios y
morgues. Las SS llamaron a esto el «Programa Especial del Profesor Speer». 68
Speer se dio cuenta de que, con seis millones de trabajadores alistados en las
fuerzas armadas, había una escasez importante de mano de obra en la economía
de guerra e insuficientes trabajadores para sus fábricas. La respuesta de Hitler fue
designar a Fritz Sauckel como un «dictador de mano de obra» para conseguir
nuevos trabajadores,69 empeño en el que colaboró con el ministro. 70 Hitler dio a
Sauckel total libertad para conseguir trabajadores, algo que deleitó a Speer, quien
había solicitado un millón de trabajadores «voluntarios» para satisfacer las
necesidades de la industria armamentista. Sauckel ordenó que se detuviera por la
fuerza a los habitantes de pueblos enteros de Francia, Holanda y Bélgica y se los
enviara a las fábricas.71 En otras ocasiones usó métodos todavía más brutales, 72
como en zonas de la Unión Soviética donde habían actuado grupos
de partisanos y en las que hombres y mujeres fueron detenidos en masa y
enviados a trabajar por la fuerza en Alemania. 73 Hacia abril de 1943, Sauckel
había conseguido para Speer 1 568 801 trabajadores «voluntarios», que en
realidad eran trabajadores forzados, prisioneros de guerra e internos de campos
de concentración que el ministro usó en sus fábricas de armas. Fue principalmente
por el maltrato a esta gente por lo que a Speer lo condenaron en los juicios de
Núremberg.74
Consolidación de la producción de armas[editar]
El nombramiento como Ministro de Armamento le dio a Speer únicamente el
control sobre la producción de armas para el ejército, pero él codiciaba controlar la
producción de suministros también para la Luftwaffe (fuerza aérea) y
la Kriegsmarine (armada). Comenzó a extender su poder e influencia con una
ambición inesperada75 sirviéndose de su estrecha relación con Hitler, lo cual le
proporcionó protección política para ser capaz de burlar y superar a sus rivales en
el régimen. El gabinete de Hitler no vio con buenos ojos sus tácticas, a pesar de lo
cual fue capaz de acumular nuevas responsabilidades y más poder. 75 En julio de
1943 ya había obtenido el control de la producción de armamentos para
la Luftwaffe y la Kriegsmarine.76 En agosto de 1943, tomó el control de la mayor
parte del Ministerio de Economía, para convertirse, en palabras del almirante Karl
Dönitz, en «el dictador económico de Europa». Su título formal cambió a «Ministro
del Reich para Armamento y Producción de Guerra». Se había convertido en una
de las personas más poderosas de la Alemania nazi. 75
Speer y el elegido como director de construcción se submarinos, Otto Merker,
creían que la industria naval estaba siendo frenada por métodos anticuados, y que
los revolucionarios nuevos enfoques que impusieran ellos mejorarían
drásticamente la producción.77 Esta creencia resultó incorrecta, y el intento de
ambos de construir la nueva generación de submarinos de la Kriegsmarine,
los Tipo XXI y Tipo XXIII, a base de secciones prefabricadas en diferentes
instalaciones en lugar de en astilleros individuales contribuyó al fracaso de este
programa estratégicamente importante. Los diseños se mandaban demasiado
rápido a producción, por lo que los nuevos submarinos estaban plagados de fallos
por culpa de las nuevas técnicas de construcción. Aunque se construyeron
decenas de submarinos, muy pocos entraron en servicio. 78

Speer (con la banda de la Organización Todt) y el general de la Wehrmacht Eduard Dietl en


el aeropuerto de Rovaniemi en Finlandia en diciembre de 1943.

En diciembre de 1943, Speer visitó a los trabajadores de la Organización


Todt en Laponia, pero estando allí se dañó gravemente la rodilla y estuvo
incapacitado durante varios meses.79 Se puso bajo los dudosos cuidados del
doctor Karl Gebhardt en una clínica médica llamada Hohenlychen, donde los
pacientes «misteriosamente no lograban sobrevivir». 80 A mediados de enero de
1944, sufrió una embolia pulmonar y cayó gravemente enfermo. Deseoso por
retener su poder, no designó a un delegado y continuó dirigiendo el trabajo del
Ministerio de Armamento desde su cama. Su enfermedad coincidió con la «Gran
Semana» Aliada, una oleada de bombardeos aéreos sobre las fábricas alemanas
que fueron un golpe devastador para la producción de aeronaves. 81 Sus rivales
políticos aprovecharon la oportunidad para socavar su autoridad y dañar su
reputación ante Hitler, cuyo apoyo incondicional perdió junto con gran parte de su
poder.79
En respuesta a los bombardeos de los aliados, Adolf Hitler autorizó la creación de
un comité de cazas de combate con el objetivo era garantizar la preservación y el
aumento de la producción de aviones de combate. El grupo de trabajo se creó por
una orden de Speer del 1 de marzo de 1944 con apoyo de Erhard Milch,
del Ministerio del Aire del Reich.82 El resultado fue que la producción de aviones
de combate se duplicó en Alemania entre 1943 y 1944, 83 aunque este crecimiento
se debió en gran parte a la construcción de aeronaves ya obsoletas que
demostraron ser presa fácil para los cazas de los aliados. 84 El 1 de agosto de
1944, el ministro fusionó este organismo con el recién creado comité de
armamento (Rüstungsstab).85
El comité de cazas de combate fue fundamental en el aumento de la explotación
de trabajadores forzados en la economía de guerra. 86 Las SS proporcionaron
64 000 prisioneros para veinte proyectos distintos de varios campos de
concentración, incluyendo Mittelbau-Dora. Los prisioneros trabajaban para
empresas como Junkers, Messerschmitt, Henschel y BMW, entre otras.87 Para
aumentar la producción, Speer introdujo un sistema de castigos para sus
trabajadores, por el cual a los que fingían enfermedad, se relajaban, saboteaban la
producción o intentaban escapar, se les negaba la comida o se los enviaba a
campos de concentración. En 1944 esto ya era habitual y más de medio millón de
trabajadores fueron arrestados.88 En esa época 140 000 personas trabajaban por
la fuerza en las fábricas subterráneas, que eran verdaderas trampas mortales por
la disciplina brutal y las habituales ejecuciones. Por ejemplo, se acumularon tantos
cadáveres en la fábrica subterránea de Dora que se saturó el crematorio. El propio
personal de Speer describió las condiciones allí como un «infierno». 89

Speer con el mariscal de la Luftwaffe Erhard Milch y el diseñador de aeronaves Willy Messerschmitt en


mayo de 1944.

El mayor avance tecnológico bajo su mando se produjo en el programa de


cohetes, que había arrancado en 1932 pero no había suministrado ninguna arma
reseñable. Speer lo apoyó con entusiasmo y en marzo de 1942 hizo un pedido de
cohetes A4, el predecesor del primer misil balístico del mundo, el cohete V2. La
investigación para su desarrollo, así como el de la bomba voladora V1, se hizo en
las instalaciones de Peenemünde. El primer objetivo del V2 fue París el 8 de
septiembre de 1944. El programa, aunque ya avanzado, demostró ser un
impedimento para la economía de guerra porque requirió de una importante
inversión de capital sin efectividad militar. 90 Los cohetes fueron construidos en una
fábrica subterránea en Mittelwerk, donde la mano de obra para construir los
cohetes A4 provino del campo de concentración Mittelbau-Dora. De los 60 000
internos en este campo, 20 000 murieron debido a las pésimas condiciones. 89
En el verano de 1944, Speer ya había perdido el control de la Organización Todt y
de la producción de armamento.91 Se opuso al atentado del 20 de julio de
1944 contra Hitler, no participó en el complot y desempeñó un papel menor en los
esfuerzos del régimen para recuperar el control sobre Berlín después de que
el Führer sobreviviera.92 Destapado este complot, los rivales del ministro atacaron
a algunos de sus aliados más cercanos y su sistema de gestión cayó en desgracia
ante los radicales del partido, con lo que perdió aún más autoridad. 91
Derrota de la Alemania nazi[editar]
Las pérdidas territoriales y la incesante campaña de bombardeos estratégicos de
los aliados causaron el colapso de la economía alemana a fines de 1944. Los
ataques aéreos a la red de transporte fueron particularmente efectivos, ya que
cortaron los principales centros de producción de los suministros esenciales de
carbón.93 En enero de 1945, Speer le dijo a Goebbels que la producción de
armamento podría mantenerse durante al menos un año. 94 Sin embargo, concluyó
que la guerra estaba perdida después de que las fuerzas soviéticas capturaran la
importante región industrial de Silesia a finales de ese mes.95 A pesar de todo, el
ministro creía que Alemania debía continuar en la guerra el mayor tiempo posible
con el objetivo de obtener mejores condiciones de los Aliados que la rendición
incondicional en la que insistían.96 Durante enero y febrero, afirmó que su
ministerio entregaría «armas decisivas» y aumentaría la producción de
armamento, lo cual «provocaría un cambio dramático en el campo de batalla». 97
Speer obtuvo el control sobre los ferrocarriles en febrero y le pidió a Himmler que
suministrara prisioneros de los campos de concentración para trabajar en su
reparación.98

Albert Speer (izq.), Karl Dönitz y Alfred Jodl (derecha) tras ser arrestados por el ejército británico
en Flensburgo en mayo de 1945.

A mediados de marzo, Speer había aceptado que la economía de Alemania


colapsaría en las próximas ocho semanas. Si bien trató de frustrar las órdenes
para destruir las instalaciones industriales en áreas en riesgo de captura, para que
pudieran usarse después de la guerra, aún apoyaba continuar la guerra. Le
entregó a Hitler un memorando el 15 de marzo, que detallaba la grave situación
económica de Alemania y buscaba su aprobación para cesar las demoliciones de
infraestructuras. Tres días después, también le propuso a Hitler que los recursos
militares restantes de Alemania se concentraran a lo largo de los
ríos Rin y Vístula en un intento por prolongar la lucha. Todo esto ignoraba la
realidad militar, que era que las fuerzas armadas alemanas no podían igualar la
potencia de fuego de los Aliados y se enfrentaban a una derrota total. 99100 Hitler no
solo rechazó su propuesta de cesar las demoliciones, sino que emitió la «Orden
Nerón» el 19 de marzo, que pedía la destrucción de todas las infraestructuras a
medida que el ejército se retiraba. El ministro se horrorizó por esta orden y
convenció a varios líderes militares y políticos para que la ignoraran. 101 Durante
una reunión con Speer entre el 28 y 29 de marzo, Hitler rescindió el decreto y le
dio autoridad sobre las demoliciones.102 Este las detuvo, aunque el ejército
continuó volando puentes.103
En abril, quedaba poco de la industria armamentística alemana, y Speer tenía
pocos deberes oficiales.104 Visitó el Führerbunker el 22 de abril por última vez, se
reunió con Hitler y recorrió la cancillería dañada antes de abandonar Berlín para
regresar a Hamburgo.105 El 29 de abril, el día antes de suicidarse, Hitler dictó
un testamento político final que dejaba a Speer fuera del nuevo gobierno; su
sustituto sería su subordinado, Karl Saur.106 A este le decepcionó que el Führer no
lo eligiera como su sucesor.107 Después de la muerte de Hitler, ofreció sus
servicios al llamado Gobierno de Flensburgo, encabezado por el sucesor de
Hitler, Karl Dönitz. Asumió un papel en ese régimen de corta duración como
Ministro de Industria y Producción.108 A partir del 10 de mayo, Speer proporcionó
información a los Aliados sobre los efectos de la guerra aérea y sobre otros
muchos temas. El 23 de mayo, dos semanas después de la rendición de las
fuerzas alemanas, las tropas británicas arrestaron a los miembros del Gobierno de
Flensburgo y pusieron final formal a la Alemania nazi. 109

Posguerra[editar]
Juicios de Núremberg[editar]
Artículo principal: Juicios de Núremberg

Speer en los juicios de Núremberg.

Speer fue llevado a varios centros de internamiento para funcionarios nazis e


interrogado. En septiembre de 1945, le dijeron que lo juzgarían por crímenes de
guerra, y varios días después, lo trasladaron a Núremberg y lo encarcelaron allí.110
Fue acusado de cuatro cargos: participar en un plan común o conspiración para
perpetrar un crimen contra la paz, planear, iniciar y librar guerras de agresión y
otros crímenes contra la paz, crímenes de guerra, y por último, crímenes de lesa
humanidad.111
Robert H. Jackson, juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos y fiscal jefe
estadounidense en Núremberg, alegó: «Speer se unió a la planificación y
ejecución del programa para emplear prisioneros de guerra y trabajadores
extranjeros en la industria de guerra alemana, que creció en producción mientras
los trabajadores se morían de hambre».112 El abogado del antiguo ministro, Hans
Flächsner, presentó a su defendido como un artista empujado a la vida política,
que siempre había permanecido fuera de toda ideología. 113
Speer fue declarado culpable de crímenes de guerra y crímenes de lesa
humanidad, aunque fue absuelto de los otros dos cargos. Había afirmado que no
sabía nada de los planes de exterminio nazis y eso probablemente lo salvó de
morir en la horca. Se supo que su afirmación era falsa tras el hallazgo de una
carta privada escrita en 1971 y revelada públicamente en 2007. 114 El 1 de octubre
de 1946 fue sentenciado a veinte años de prisión. 115 Aunque tres de los ocho
jueces (dos soviéticos y el estadounidense Francis Biddle) inicialmente abogaron
por condenarlo a muerte, el resto de jueces no lo hizo, y el acuerdo de sentencia
se alcanzó tras dos días de debates.116
Encarcelamiento[editar]
Véase también: Prisión de Spandau
El 18 de julio de 1947, Speer fue transferido a la prisión de Spandau en Berlín
para cumplir su condena.117 Allí fue conocido como el Prisionero Número Cinco. 118
Sus progenitores murieron mientras estaba encarcelado: su padre, que murió en
1947, despreciaba a los nazis y guardó silencio al encontrarse con Hitler, mientras
que su madre, que murió en 1952, fue una nazi que había disfrutado mucho de
cenar con el Führer.7 Rudolf Wolters y su secretaria durante años Annemarie
Kempf, que no tenían permitida la comunicación directa con el antiguo ministro,
hicieron lo que pudieron para ayudar a su familia y llevar a cabo las solicitudes que
Speer le envió a su esposa, la única comunicación escrita que se le permitió
oficialmente. A partir de 1948, Speer contó con los servicios de Toni Proost, un
simpatizante neerlandés que pasó de contrabando su correo y sus escritos. 119

Speer cumplió casi toda su condena en la prisión de Spandau.


En 1949 Wolters le abrió una cuenta bancaria a Speer y comenzó a recaudar
fondos entre los arquitectos e industriales que se habían beneficiado de las
actividades del ministro durante la guerra. Inicialmente, los fondos se usaron solo
para mantener a la familia de Speer, pero con el tiempo el dinero se usó para otros
fines, como pagarle unas vacaciones a Toni Proost y sobornar a quienes pudieran
asegurar su liberación. Una vez que el recluso supo de la existencia del fondo,
Speer envió instrucciones detalladas sobre qué hacer con el dinero. 119 Wolters
recaudó un total de 158 000 marcos alemanes para Speer durante los últimos
diecisiete años de su sentencia.120
A los prisioneros se les prohibió escribir memorias. Sin embargo, Speer se las
arregló para enviar 20 000 páginas de escritos a Wolters.121 Había completado sus
memorias en noviembre de 1953, las cuales se convertirían en la base del
libro Dentro del Tercer Reich.122 En Diarios de Spandau pretendía presentarse
como un héroe trágico que había hecho un pacto con el diablo por el cual soportó
una dura sentencia de prisión.123
Gran parte de sus energías las dedicó a mantenerse en forma, tanto física como
mentalmente, durante su largo encierro.124 Spandau tenía un gran patio cerrado
donde a los reclusos se les asignaron terrenos para jardinería y Speer creó un
elaborado jardín con césped, flores, arbustos y árboles frutales. 125 Para hacer sus
paseos diarios por el jardín más atractivos, se embarcó en un viaje imaginario
alrededor del mundo. Midiendo cuidadosamente la distancia de su recorrido, las
trasladó a la geografía del mundo real y llegó a caminar más de 30 000 km hasta
que fue liberado, momento en el que estaba, imaginariamente, cerca
de Guadalajara, México.126 También leyó, estudió revistas de arquitectura y repasó
los idiomas inglés y francés. En sus escritos afirmó haber leído cinco mil libros
mientras estuvo en prisión, una exageración porque tuvo poco más de un día para
acabar cada uno de ellos.127
Los defensores de Albert Speer no dejaron de pedir su liberación. Entre los que
prometieron apoyo para que se conmutara su sentencia estuvieron el presidente
de la república francesa Charles de Gaulle, el diplomático estadounidense George
Wildman Ball128 y Willy Brandt, canciller de Alemania Occidental,129 que puso fin a
los procedimientos de desnazificación en su contra que podrían haber acabado en
la confiscación de sus bienes.130 Sus esfuerzos para que le concedieran una
liberación anticipada quedaron en nada. La Unión Soviética, que había exigido una
sentencia de muerte en el juicio, nunca lo consintió. 131 Así, cumplió la totalidad de
su condena y fue puesto en libertad en la medianoche del 1 de octubre de 1966. 132
Liberación y vida posterior[editar]
La puesta en libertad de Albert Speer fue un acontecimiento mundial en los
medios de comunicación. Los periodistas abarrotaron tanto las calles de los
alrededores de Spandau como el vestíbulo del hotel berlinés en el que Speer pasó
la noche.133 Habló poco y reservó la mayoría de sus palabras para una gran
entrevista publicada en el periódico Der Spiegel en noviembre de 1966.134 Aunque
afirmó que esperaba reanudar una carrera arquitectónica, su único proyecto, una
colaboración para una cervecería, no tuvo éxito. 17 En cambio, revisó sus escritos
de Spandau en dos libros autobiográficos. Más tarde publicó un tercero sobre
Himmler y las SS. Sus libros incluyen Memorias (en alemán Erinnerungen,
literalmente Recuerdos)135 y Diario de Spandau, para cuya redacción recibió el
asesoramiento de Joachim Fest y Wolf Jobst Siedler, de la editorial Ullstein.136 Por
otra parte, se encontró incapaz de retomar la relación con sus hijos, incluso con su
hijo Albert Speer Jr., que también era arquitecto. Según su hija Hilde, «Uno por
uno mis hermanas y hermanos renunciaron. No había comunicación». 137 Ayudó
económicamente a su hermano Hermann después de la guerra, pero su otro
hermano Ernst había muerto en la batalla de Stalingrado, a pesar de las repetidas
peticiones de sus padres para que lo repatriara. 7
Después de ser puesto en libertad, Speer donó su diario personal al Archivo
Federal de Alemania. Había sido editado por Wolters y no contenía ninguna
mención a los judíos.138 El escritor inglés David Irving descubrió discrepancias
entre el diario engañosamente editado y documentos independientes. Speer le
había pedido a Wolters que destruyera el material que había omitido de su
donación, pero Wolters se negó y conservó una copia original. 139 La amistad entre
ambos se deterioró y un año antes de la muerte de Speer, Wolters le dio al
historiador alemán Matthias Schmidt acceso al diario sin alterar. Schmidt escribiría
el libro Albert Speer: El fin de un mito, el primero que fue muy crítico con el antiguo
ministro nazi.140
Las memorias de Speer fueron un éxito fenomenal. Los lectores quedaron
fascinados por una visión interna del Tercer Reich y así un importante criminal de
guerra se convirtió en una figura popular casi de la noche a la mañana. Es
importante destacar que proporcionó una coartada a los ya ancianos alemanes
que habían sido nazis, porque si el mismísimo Albert Speer, tan cercano a Hitler y
poderoso, no conocía el alcance total de los crímenes del régimen nazi y solo
estaba «siguiendo órdenes», ellos también podrían decirse a sí mismos y a los
demás que hicieron lo mismo.141 Speer proporcionó un lavado de cara a toda una
generación de antiguos nazis. Tan grande era para todos ellos la necesidad de
creer este «mito de Speer», que Fest y Siedler pudieron fortalecerlo, incluso frente
a la creciente evidencia histórica de lo contrario. 142

Tumba de Speer en Heidelberg


Speer estuvo a disposición de historiadores y de cualquier otro interesado. 143 En
octubre de 1973 el arquitecto alemán hizo su primer viaje al Reino Unido para ser
entrevistado en el programa Midweek de la BBC.144 Ese mismo año apareció
entrevistado en la serie documental El mundo en guerra. Regresó a Londres en
1981 para participar en el programa Newsnight de la BBC, pero estando allí sufrió
un derrame cerebral y murió el 1 de septiembre de 1981.145 Aunque no se había
divorciado de su mujer, había entablado una relación con una alemana que vivía
en Londres y se encontraba con ella en el momento de su muerte. 146 Su hija
Margret Nissen escribió en sus memorias publicadas en 2005 que después de
abandonar la cárcel, su padre había empleado todo su tiempo en construir «El
mito de Speer».147

El mito de Speer[editar]
El buen nazi[editar]
Después de su liberación de Spandau, Speer se construyó la imagen del «buen
nazi».148 Era un hombre bien educado, de clase media y burgués, en claro
contraste con los psicópatas y asesinos que, en el imaginario popular, tipificaban a
los «malos nazis».149 En sus memorias y entrevistas había distorsionado tanto la
verdad y ocultado tantas cosas que sus mentiras se conocieron como «mitos». 150
Speer llevó su creación de mitos a los medios de comunicación y sus «disculpas
astutas» se reprodujeron innumerables veces en la Alemania de la posguerra. 150
Isabell Trommer escribe en su biografía de Speer que Joachim Fest y Wolf Jobst
Siedler fueron coautores de las memorias de Speer y cocreadores de sus mitos 151
a cambio de una parte de sus derechos de autor y otros incentivos financieros. 152
Speer, Siedler y Fest habían construido una obra maestra, la imagen del «buen
nazi», que permaneció inalterable durante décadas, a pesar de las evidencias
históricas que indicaban que era falsa.153

Speer durante una visita a una fábrica de municiones en mayo de 1944.

Speer había construido cuidadosamente una imagen de sí mismo como


un tecnócrata apolítico que lamentaba profundamente no haber podido descubrir
los monstruosos crímenes del Tercer Reich. 154 Después de la muerte de Speer,
Matthias Schmidt publicó un libro que demostró que había ordenado el desalojo de
judíos de sus hogares en Berlín.155 Ya en 1999, los historiadores habían
demostrado con claridad que había mentido extensamente. 156 A pesar de ello, la
reputación de Speer no cambió sustancialmente hasta que el director de cine
Heinrich Breloer rodó en 2004 una producción televisiva biográfica que sería el
comienzo de un proceso de desmitificación y revaluación crítica. 141 El historiador
británico Adam Tooze afirma en su libro The Wages of Destruction que Speer se
había movido entre las filas del régimen de forma diestra y despiadada, y que la
idea de que era un tecnócrata que cumplía órdenes a ciegas era «absurda». 2
Trommer dijo que no era un tecnócrata apolítico, sino uno de los líderes más
poderosos y con menos escrúpulos del régimen nazi. 152 Martin Kitchen dijo que
había engañado al Tribunal de Núremberg y a la Alemania de la posguerra,156
mientras que Magnus Brechtken opinó que si su profunda participación en el
Holocausto se hubiera conocido en el momento de su juicio, habría sido
condenado a muerte.26
La imagen del buen nazi se sustentó sobre numerosos mitos de Speer. 150 Además
del mito de que era un tecnócrata apolítico, afirmó que no tenía pleno
conocimiento del Holocausto o de la persecución de los judíos. Otro mito postula
que Speer revolucionó la máquina de guerra alemana después de su
nombramiento como Ministro de Armamentos gracias a un aumento espectacular
en el envío de armas que se publicitó como el motivo de que Alemania se
mantuviera en la guerra.157 Otro mito era que ideó un plan falso para asesinar a
Hitler con gas venenoso, una falsedad que se le ocurrió al recordar el pánico que
sentía cuando los gases del automóvil entraban por el sistema de ventilación de
aire, a lo cual añadió los detalles.158 Brechtken escribió que su mentira más
descarada fue inventada durante una entrevista con un periodista francés en 1952.
El periodista describió una escena inventada en la que Speer rechazaba las
órdenes de Hitler y el Führer se iba con lágrimas en los ojos. A Speer le gustó
tanto que la añadió a sus memorias, con lo que el periodista había colaborado
involuntariamente en uno de sus mitos.26
Speer también buscó retratarse a sí mismo como un oponente al liderazgo de
Hitler. A pesar de su oposición al complot del 20 de julio, afirmó falsamente en sus
memorias que simpatizaba con los conspiradores. Sostuvo que Hitler fue amable
con él por el resto de su vida después de enterarse de que lo habían incluido en
una lista de posibles ministros, otro elemento clave de sus mitos. 159 También
afirmó falazmante que se había dado cuenta muy pronto de que la guerra estaba
perdida, y que por ello trabajó para preservar los recursos necesarios para la
supervivencia de la población civil.96 En realidad, había tratado de prolongar la
guerra hasta que fuera imposible resistir más, contribuyendo así a la gran cantidad
de muertes y la enorme destrucción que Alemania sufrió en los últimos meses del
conflicto.96160
Negación de responsabilidad[editar]
Nuevos prisioneros del campo de concentración de Mauthausen esperando su desinfección.

Speer mantuvo en los juicios de Núremberg y en sus memorias que no tenía


conocimiento directo del Holocausto. Solo admitió sentirse incómodo con los
judíos en la versión publicada de los Diarios de Spandau.51 En términos más
generales, Speer aceptó la responsabilidad de las acciones del régimen nazi. El
historiador Martin Kitchen afirma que Speer era «plenamente consciente de lo que
les había sucedido a los judíos» y que estuvo «íntimamente involucrado en la
'Solución Final'».3 Magnus Brechtken dijo que Speer solo admitió una
responsabilidad general del Holocausto para ocultar su responsabilidad directa y
real.150 Speer fue fotografiado con trabajadores esclavos en el campo de
concentración de Mauthausen en 1942 y Blaine Taylor sostiene que si la foto
hubiera estado disponible en los juicios de Núremberg habría sido ahorcado. 161 En
2005, el periódico The Daily Telegraph publicó que habían aparecido documentos
que indicaban que Speer había aprobado la asignación de materiales para la
ampliación del campo de concentración de Auschwitz después de una inspección
de las instalaciones realizada por sus asistentes en un día en que casi mil judíos
fueron masacrados.162 Heinrich Breoler, al hablar sobre la construcción de
Auschwitz, dijo que Speer no era solo un engranaje en el trabajo, sino que era el
«terror mismo».162

Imagen externa
 Fotografía de Speer en Mauthausen

Atención: este archivo está alojado en un sitio externo, fuera del control de la Fundación
Wikimedia.

Speer también negó estar presente en los discursos de Posen (Poznan) a los


líderes nazis en una conferencia el 6 de octubre de 1943, en la que Heinrich
Himmler dijo: «Se tuvo que tomar la grave decisión de hacer que esta gente
desapareciera de la tierra»;163 y más tarde, «Los judíos deben ser
exterminados».164 Himmler menciona a Speer y se dirige a él en varias ocasiones
durante este discurso.164 En 2007, el diario The Guardian informó que se había
encontrado una carta de Speer con fecha del 23 de diciembre de 1971 en una
colección de su correspondencia con Hélène Jeanty, viuda de un combatiente de
la resistencia belga, en la que el antiguo ministro admite que «No hay duda:
estuve presente cuando Himmler anunció el 6 de octubre de 1943 que todos los
judíos serían asesinados».114
El milagro armamentístico[editar]

La ciudad alemana de Colonia en ruinas al final de la guerra.

A Speer se le reconoció como el responsable del «milagro armamentístico».


Durante el invierno de 1941-1942, a la luz de la desastrosa derrota de Alemania
en la Batalla de Moscú, los líderes alemanes, incluidos Fromm, Thomas y Todt,
llegaron a la conclusión de que la guerra no se podía ganar. 165 La posición racional
a adoptar era buscar una solución política que pusiera fin a la guerra sin derrota,
pero la respuesta de Speer fue usar su habilidad propagandística para demostrar
un nuevo dinamismo en la economía de guerra. 165 Publicó unas estadísticas
espectaculares en las que se alegaba que se había multiplicado por seis la
producción de artillería y consiguió que esa propaganda se difundiera por todo el
país. Así logró acallar la discusión sobre que la guerra debía acabar. 165
El «milagro» armamentístico era un mito sostenido sobre la manipulación
estadística que Speer efectuó para respaldar sus afirmaciones. 166 La producción
de armamento en efecto aumentó; sin embargo, se debió a las consecuencias
lógicas de la reorganización realizada antes de que Speer asumiera el cargo, a la
implacable movilización de trabajadores forzados y a una reducción deliberada en
la calidad de la producción en favor de la cantidad. En julio de 1943, la
propaganda sobre producción de armamento de Speer se volvió irrelevante
porque ya no pudieron ocultarse al pueblo alemán una serie de derrotas
dramáticas en el campo de batalla que pusieron a Alemania ante la perspectiva de
perder la guerra.167 Brechtken escribe que Speer sabía que Alemania iba a perder
la guerra y deliberadamente extendió su duración, causando la muerte en los
campos de exterminio y de batalla de millones de personas que de otro modo
habrían vivido.150 Kitchen dijo: «No puede haber ninguna duda de que Speer
realmente ayudó a prolongar la guerra más de lo que muchos creían posible,
como resultado de lo cual murieron millones de personas y Alemania quedó
reducida a un montón de escombros».168

Legado arquitectónico[editar]
Tribuna del Campo Zeppelín de Núremberg, diseñada por Speer (Vista en 2012).

Poco queda, más allá de fotos y planos, de las obras arquitectónicas más
personales de Albert Speer. En Berlín no queda casi ningún edificio diseñado por
el arquitecto en la era nazi, salvo el Schwerbelastungskörper, un cuerpo de carga
pesada construido hacia 1941 que tiene forma de enorme cilindro de hormigón de
14 metros de altura que se utilizó para medir la subsidencia del suelo como parte
de los estudios de viabilidad para un gigantesco arco de triunfo y otras grandes
estructuras propuestas como parte de Welthauptstadt Germania, el proyecto de
renovación de posguerra de Berlín propuesto por Hitler. El cilindro ahora es un hito
protegido y está abierto al público.169 La tribuna del Campo Zeppelín en
Núremberg, aunque parcialmente demolida, se puede visitar. 170
La Cancillería del Reich, en cuya construcción participó Speer, resultó muy
dañada durante los bombardeos aéreos de la Batalla de Berlín. Sobrevivieron sus
muros exteriores, pero fueron desmantelados por los soviéticos. Rumores sin
fundamento sostenían que sus restos se usaron para otras construcciones como
la Universidad Humboldt de Berlín, la estación de metro de Mohrenstraße o
monumentos de guerra soviéticos en Berlín.171

Referencias[editar]
1. ↑ van der Vat, 1997, p. 11.
2. ↑ Saltar a:a b Tooze, 2006, p. 553.
3. ↑ Saltar a:a b Kitchen, 2015, pp. 100, 322.
4. ↑ Schubert, 2006, p. 5.
5. ↑ Kitchen, 2015, p. 15.
6. ↑ King, 1997, p. 27.
7. ↑ Saltar a:a b c Taylor, 2010, p. 124.
8. ↑ van der Vat, 1997, p. 23.
9. ↑ Fest, 1999, pp. 11–13.
10. ↑ Kitchen, 2015, pp. 17–18.
11. ↑ Sereny, 2006, p. 63.
12. ↑ Kitchen, 2015, pp. 18–19.
13. ↑ van der Vat, 1997, pp. 34–36.
14. ↑ Sereny, 1995, pp. 71–73.
15. ↑ van der Vat, 1997, pp. 33–34.
16. ↑ Sereny, 2006, pp. 47–49.
17. ↑ Saltar a:a b Kitchen, 2015, pp. 327–328.
18. ↑ Saltar a:a b Kitchen, 2015, p. 24.
19. ↑ Kitchen, 2015, pp. 25–26.
20. ↑ Sereny, 1995, pp. 100–101.
21. ↑ van der Vat, 1997, p. 49.
22. ↑ Kitchen, 2015, p. 41.
23. ↑ Sereny, 1995, pp. 101–03.
24. ↑ Sereny, 1995, p. 106.
25. ↑ Kitchen, 2015, pp. 41–42.
26. ↑ Saltar a:a b c Reinecke, 2017.
27. ↑ Brechtken, 2017, p. 45.
28. ↑ van der Vat, 1997, p. 60.
29. ↑ Saltar a:a b van der Vat, 1997, p. 59.
30. ↑ Sereny, 2006, p. 131.
31. ↑ van der Vat, 1997, p. 65.
32. ↑ Kitchen, 2015, p. 60.
33. ↑ Iglesias Sanz, 2019, p. 122.
34. ↑ Fest, 1999, p. 64.
35. ↑ Sereny, 2006, p. 144.
36. ↑ Sereny, 2006, p. 140.
37. ↑ Sereny, 2006, p. 141.
38. ↑ Kitchen, 2015, pp. 65–70.
39. ↑ Sereny, 2006, p. 27.
40. ↑ Fest, 1999, p. 71.
41. ↑ Kitchen, 2015, pp. 46-47.
42. ↑ Kitchen, 2015, p. 45.
43. ↑ Kitchen, 2015, pp. 46–49.
44. ↑ Saltar a:a b Kitchen, 2015, pp. 53–56.
45. ↑ Kitchen, 2015, p. 72.
46. ↑ Sereny, 2006, p. 164.
47. ↑ Fest, 1999, p. 116.
48. ↑ Fest, 1999, p. 120.
49. ↑ Saltar a:a b Schmidt, 1984, p. 189.
50. ↑ Schmidt, 1984, p. 190.
51. ↑ Saltar a:a b Kitchen, 2015, p. 322.
52. ↑ Fest, 1999, p. 115.
53. ↑ Saltar a:a b Kitchen, 2015, p. 78.
54. ↑ Kitchen, 2015, pp. 39–40.
55. ↑ Kitchen, 2015, pp. 75–76.
56. ↑ Kitchen, 2015, pp. 117–118.
57. ↑ Kitchen, 2015, pp. 120–121.
58. ↑ Kitchen, 2015, p. 6.
59. ↑ Saltar a:a b Kitchen, 2015, p. 122.
60. ↑ Kitchen, 2015, pp. 148–149.
61. ↑ Tooze, 2006, pp. 597–598.
62. ↑ Kitchen, 2015, pp. 368–370.
63. ↑ Tooze, 2006, pp. 575–576.
64. ↑ Kitchen, 2015, pp. 232–233.
65. ↑ Kitchen, 2015, p. 127.
66. ↑ Kitchen, 2015, pp. 145–147.
67. ↑ Kitchen, 2015, pp. 147–148.
68. ↑ Kitchen, 2015, p. 156.
69. ↑ Kitchen, 2015, p. 150.
70. ↑ Kitchen, 2015, pp. 151–152.
71. ↑ Kitchen, 2015, p. 159.
72. ↑ Fest, 1999, pp. 146–150.
73. ↑ Kitchen, 2015, pp. 165–166.
74. ↑ Kitchen, 2015, p. 160.
75. ↑ Saltar a:a b c Kitchen, 2015, pp. 7–8.
76. ↑ Kitchen, 2015, pp. 167–169.
77. ↑ Tooze, 2006, p. 614.
78. ↑ Tooze, 2006, pp. 616–618.
79. ↑ Saltar a:a b Kitchen, 2015, pp. 8–9.
80. ↑ Kitchen, 2015, p. 188.
81. ↑ Kitchen, 2015, pp. 188–189.
82. ↑ Boog et al, 2006, p. 347.
83. ↑ Overy, 2002, p. 343.
84. ↑ Tooze, 2006, pp. 582–584.
85. ↑ Uziel, 2012, p. 82.
86. ↑ Buggeln, 2014, p. 45.
87. ↑ Buggeln, 2014, pp. 46–48.
88. ↑ Kitchen, 2015, p. 215.
89. ↑ Saltar a:a b Kitchen, 2015, p. 221.
90. ↑ Kitchen, 2015, p. 216.
91. ↑ Saltar a:a b Kitchen, 2015, p. 8.
92. ↑ Kitchen, 2015, pp. 204–205.
93. ↑ Tooze, 2006, pp. 648–651.
94. ↑ Tooze, 2006, p. 652.
95. ↑ Kitchen, 2015, p. 259.
96. ↑ Saltar a:a b c Kershaw, 2012, p. 289.
97. ↑ Kitchen, 2015, p. 254.
98. ↑ Kitchen, 2015, pp. 261–262.
99. ↑ Tooze, 2006, pp. 652–653.
100. ↑ Kitchen, 2015, pp. 262–263.
101. ↑ Kitchen, 2015, pp. 265–267.
102. ↑ Kitchen, 2015, pp. 269–270.
103. ↑ Kershaw, 2012, p. 291.
104. ↑ Kitchen, 2015, p. 275.
105. ↑ Fest, 1999, pp. 263–270.
106. ↑ van der Vat, 1997, p. 234.
107. ↑ Kitchen, 2015, p. 277.
108. ↑ Fest, 1999, pp. 273–281.
109. ↑ Kitchen, 2015, p. 288.
110. ↑ Sereny, 1995, p. 561.
111. ↑ Fest, 1999, p. 285.
112. ↑ Conot, 1983, p. 471.
113. ↑ Fest, 1999, pp. 287–288.
114. ↑ Saltar a:a b Connolly, 2007.
115. ↑ van der Vat, 1997, pp. 281–282.
116. ↑ Sereny, 2006, p. 29.
117. ↑ van der Vat, 1997, p. 288.
118. ↑ Kitchen, 2015, pp. 314–315.
119. ↑ Saltar a:a b van der Vat, 1997, pp. 292–297.
120. ↑ van der Vat, 1997, p. 298.
121. ↑ Fest, 1999, p. 316.
122. ↑ Kitchen, 2015, p. 325.
123. ↑ Kitchen, 2015, pp. 321–322.
124. ↑ Kitchen, 2015, p. 323.
125. ↑ Kitchen, 2015, p. 316.
126. ↑ Kitchen, 2015, pp. 316, 325.
127. ↑ Kitchen, 2015, pp. 316–317.
128. ↑ Fest, 1999, p. 319.
129. ↑ van der Vat, 1997, p. 319.
130. ↑ van der Vat, 1997, pp. 299–300.
131. ↑ Kitchen, 2015, pp. 320–321.
132. ↑ van der Vat, 1997, pp. 324–325.
133. ↑ Fest, 1999, pp. 320–21.
134. ↑ van der Vat, 1997, pp. 333–334.
135. ↑ Sereny, 2006, p. 5.
136. ↑ van der Vat, 1997, pp. 329–30.
137. ↑ Sereny, 2006, pp. 664–665.
138. ↑ van der Vat, 1997, pp. 339–343.
139. ↑ Sereny, 1995, pp. 226–227.
140. ↑ van der Vat, 1997, pp. 359–361.
141. ↑ Saltar a:a b Kitchen, 2015, p. 335.
142. ↑ Kitchen, 2015, p. 366.
143. ↑ van der Vat, 1997, p. 354.
144. ↑ Asher, 2003.
145. ↑ Fest, 1999, p. 337.
146. ↑ van der Vat, 1997, pp. 362–363.
147. ↑ Kitchen, 2015, p. 343.
148. ↑ Kitchen, 2015, pp. 327–360.
149. ↑ Kitchen, 2015, p. 362.
150. ↑ Saltar a:a b c d e Seelow, 2018.
151. ↑ Trommer, 2016, p. 80.
152. ↑ Saltar a:a b Schwendemann, 2016.
153. ↑ Trommer, 2016, p. 330.
154. ↑ Kitchen, 2015, pp. 345–346.
155. ↑ Schmidt, 1984, p. 186.
156. ↑ Saltar a:a b Kitchen, 2015, pp. 360–362.
157. ↑ Tooze, 2006, p. 552.
158. ↑ Kitchen, 2015, pp. 296–297.
159. ↑ Kitchen, 2015, p. 205.
160. ↑ Tooze, 2006, p. 653.
161. ↑ Taylor, 2010, pp. 204-205.
162. ↑ Saltar a:a b Connolly, 2005.
163. ↑ van der Vat, 1997, pp. 167–168.
164. ↑ Saltar a:a b Kitchen, 2015, p. 345.
165. ↑ Saltar a:a b c Tooze, 2006, p. 554.
166. ↑ Tooze, 2006, p. 555.
167. ↑ Tooze, 2006, pp. 552–557.
168. ↑ Kitchen, 2015, p. 364.
169. ↑ van der Vat, 1997, p. 75.
170. ↑ Sitio oficial del Museen der Stadt Nürnberg.
171. ↑ Kitchen, 2015, p. 56.

Bibliografía[editar]
Bibliografía consultada[editar]
 Asher, Edgar (21 de noviembre de 2003). «The day I met Hitler's Architect». Chicago
Jewish Star: 7, 9.
 Boog, Horst; Krebs, Gerhard; Vogel, Detlef (2006). Germany and the Second World War:
Volume VII: The Strategic Air War in Europe and the War in the West and East Asia,
1943–1944/5. Londres: Clarendon Press. ISBN 978-0198228899.
 Brechtken, Magnus (2017), Albert Speer: Eine deutsche Karriere, Alemania: Siedler
Verlag, ISBN 978-3827500403.
 Buggeln, Marc (2014). Slave Labor in Nazi Concentration Camps. Oxford University
Press. ISBN 9780198707974.
 Conot, Robert (1983), Justice at Nuremberg, Nueva York: Harper & Row, ISBN 978-0-88184-
032-2.
 Iglesias Sanz, Carlos Miguel (2019). «Una lectura de los vínculos interesados entre
arquitectura y poder desde la Semiótica: El caso de Albert Speer». rita_revista indexada
de textos académicos (11). ISSN 2340-9711. Consultado el 3 de junio de 2020.
 Fest, Joachim (1999), Speer: The Final Verdict, translated by Ewald Osers and Alexandra
Dring, Harcourt, ISBN 978-0-15-100556-7.
 Kershaw, Ian (2012). The End: Hitler's Germany, 1944-45. London: Penguin
Books. ISBN 978-0-141-01421-0.
 King, Henry T. (1997), The Two Worlds of Albert Speer: Reflections of a Nuremberg
Prosecutor, University Press of America, ISBN 978-0-7618-0872-5.
 Kitchen, Martin (2015). Speer: Hitler's Architect. Yale University Press. ISBN 978-0-300-19044-
1.
 Overy, Richard (2002) [1995]. War and Economy in the Third Reich. Oxford: Clarendon
Press. ISBN 978-0-19-820599-9.
 Reinecke, Stefan (22 de junio de 2017), Historiker über Albert Speer: "Er tat alles für den
Endsieg", Germany, consultado el 22 de junio de 2017.
 Schmidt, Matthias (1984), Albert Speer: The End of a Myth, St. Martins Press, ISBN 978-0-
312-01709-5.
 Schubert, Philipp (2006). Albert Speer: Architekt – Günstling Hitlers – Rüstungsminister –
Hauptkriegsverbrecher(Tesis). Múnich: GRIN Verlag. ISBN 978-3-638-59047-1.
 Sereny, Gitta (1995), Albert Speer: His Battle with Truth, Knopf, ISBN 978-0-394-52915-8.
 Taylor, Blaine (2010), Hitler's Engineers: Fritz Todt and Albert Speer—Master Builders of
the Third Reich, Havertown, PA y Newbury, Inglaterra: Casemate Publishers, ISBN 978-1-
932033-68-7.
 Tooze, Adam (2006), The Wages of Destruction, Londres: Allen Lane, ISBN 978-0-7139-9566-
4.
 Trommer, Isabell (2016). Rechtfertigung und Entlastung: Albert Speer in der
Bundesrepublik. Campus Verlag GmbH. ISBN 978-3593505299.
 Uziel, Daniel (2012). Arming the Luftwaffe: The German Aviation Industry in World War II.
McFarland. ISBN 978-0-7864-6521-7.
 van der Vat, Dan (1997), The Good Nazi: The Life and Lies of Albert Speer, George
Weidenfeld & Nicolson, ISBN 978-0-297-81721-5.

Bibliografía adicional[editar]
 Angolia, John (1978). For Fuhrer and Fatherland: Political and Civil Awards of the Third
Reich (en inglés). R. James Bender Publishing. ISBN 978-0-912138-16-9.
 Arizmendi Barnes, Luis Jesús (1978). Albert Speer, arquitecto de Hitler: una arquitectura
destruida. EUNSA. OCLC 637078174.
 Box, Zira (2008). La fundación de un régiman. La construcción simbólica del franquismo.
Madrid: Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de
Madrid. ISBN 978-84-692-0998-1. Archivado desde el originalel 15 de octubre de 2012.
Consultado el 18 de mayo de 2012.
 Connolly, Kate (11 de mayo de 2005). «Wartime reports debunk Speer as the Good
Nazi». The Daily Telegraph(en inglés).
 Connolly, Kate (13 de marzo de 2007). «Letter proves Speer knew of Holocaust
plan». The Guardian (Guardian News and Media).
 Durth, Werner; Gutschow, Niels (1988). Träume in Trümmern (en alemán). Vieweg Friedr.
+ Sohn Ver. ISBN 978-3-528-08706-7.
 Edgar, David (2000). Albert Speer: Based on the Book Albert Speer: His Battle with Truth
by Gitta Sereny (a play)(en inglés). Nick Hern Books. ISBN 978-1-85459-485-3.
 Fest, Joachim (2008). Conversaciones con Albert Speer: preguntas sin respuesta.
Destino. ISBN 9788423340255.
 Fishman, Jack (1986). Long Knives and Short Memories: The Spandau Prison Story (en
inglés). Breakwater Books. ISBN 0-920911-00-5.
 Krier, Léon (1985). Albert Speer: architecture, 1932-1942 (en inglés). Archives
d'architecture moderne.
 Leigh, David (24 de octubre de 1973). «Delay, then Albert Speer is allowed in». The
Times. Consultado el 20 de mayo de 2012.
 Schwendemann, Heinrich (30 de noviembre de 2016). «Rechtfertigung und Entlastung.
Albert Speer in der Bundesrepublik Deutschland». Rezensiert für H-Soz-Kult
von (Alemania).
 Seelow, A. (2018). Demystifying Hitler's Favorite Architect. Review of: Magnus Brechtken,
Albert Speer. Eine deutsche Karriere Architectural Histories, 6(1): 1-11.
Alemania. doi:10.5334/ah.334.
 Sereny, Gitta (2006). Albert Speer. El arquitecto de Hitler: Su lucha con la verdad.
Ediciones B. ISBN 9788466626651.
 Shirer, William (1967). Auge y caída del Tercer Reich: una historia de la Alemania nazi.
Luis de Caralt. ISBN 9788466626651.
 Speer, Albert (2011). Memorias. El Acantilado. ISBN 84-95359-43-X.
 Speer, Albert (1977). Diario de Spandau. Mundo Actual de Ediciones. ISBN 9788485224555.
 Speer, Albert (1981). Infiltration: How Heinrich Himmler Schemed to Build an SS Industrial
Empire (en inglés). Macmillan. ISBN 978-0-02-612800-1.

También podría gustarte