Antologia Segundo Semestre LEOyE
Antologia Segundo Semestre LEOyE
Antologia Segundo Semestre LEOyE
ANTOLOGÍA
Segundo Semestre
1.1. Paráfrasis.
3.1.1. El informe.
3.1.2. La reseña.
3.1.3. El Ensayo.
Índice: utilizado para el manejo y distribución del contenido, para enlistar los temas en
un orden.
Desarrollo del tema o cuerpo del trabajo: aquí se exponen de manera organizada el
conjunto de la información obtenida sobre el tema, con un conjunto de textos,
organigramas, mapas, cuadros, imágenes y todo tipo de recurso para expresar de
manera adecuada el contenido.
Expresión oral
La expresión oral es la destreza lingüística relacionada con la producción del discurso
oral. Es una capacidad comunicativa que abarca no sólo un dominio de la pronunciación,
del léxico y la gramática de la lengua meta, sino también unos conocimientos
socioculturales y pragmáticos. Consta de una serie de micro destrezas, tales como
saber aportar información y opiniones, mostrar acuerdo o desacuerdo, resolver fallos
conversacionales o saber en qué circunstancias es pertinente hablar y en cuáles no.
Tradicionalmente, se viene hablando de cuatro destrezas lingüísticas, dos propias de la
lengua oral, que son la comprensión auditiva y la expresión oral, y otras dos propias de
la lengua escrita, que son la comprensión lectora y la expresión escrita. Las dos
destrezas de comprensión están correlacionadas entre sí, y lo mismo ocurre con las dos
de expresión; sin embargo, en uno y otro caso se trata de destrezas tan distintas como
distintas son entre sí la lengua oral y la lengua escrita. El Marco europeo de referencia
menciona, por una parte, la comprensión auditiva y la comprensión lectora como
actividades lingüísticas de recepción y, por otra, la expresión oral y la expresión escrita
como actividades lingüísticas de producción. No obstante, el Marco supera el
planteamiento tradicional, al incluir dos nuevos conceptos, a saber, las actividades
lingüísticas de interacción y las de mediación.
El documento trata las actividades de expresión oral —transmitir información o
instrucciones a un público, dar una conferencia, etc.—, enumera los diferentes tipos de
expresión oral —leer en voz alta un texto escrito, hablar apoyándose en notas, hablar
espontáneamente, etc.—, describe las estrategias principales de expresión —
planificación del discurso, reajuste del mensaje, autocorrección, etc.— y ofrece pautas
para la fijación de objetivos y evaluación de esta destreza.
Durante el primer tercio del siglo XX, la enseñanza de idiomas se centra en el estudio
de la lengua escrita, en especial de la literatura. Ciertamente, se lanzan propuestas de
aumentar la atención a la lengua oral, p. ej., desde la Asociación Fonética Internacional
(fundada en 1886), que recomienda aplicar los conocimientos de fonética y fonología a
la práctica docente, es decir, instruir a los alumnos en la pronunciación de la LE.
Sin embargo, la mayor parte de esas propuestas no llegan a cuajar, aunque sí quedan
en estado latente. Ahora bien, a partir de la 2.ª Guerra Mundial la enseñanza de lenguas
vivas experimenta un cambio drástico, desplazándose el foco de atención hacia la
lengua oral, sin desatender por ello la lengua escrita. En las últimas décadas se han
producido cambios no menos relevantes, al empezar-se a utilizar en el aula de LE una
variedad de textos orales auténticos —diálogos, conferencias, entrevistas, narraciones,
cuentos, noticias, conversaciones telefónicas, etc. grabados en casete, vídeo, CD, DVD
y demás soportes magnéticos.
Para numerosos estudiantes la expresión oral resulta la destreza más difícil en el
aprendizaje de la lengua meta. De hecho, a muchos nativos les resulta difícil transmitir
información en turnos de palabra largos, p. ej., dar un discurso en público sobre un tema
de actualidad; siendo así, es de esperar que los aprendientes extranjeros experimenten
tantas o más dificultades que los propios nativos en ese tipo de discurso.
En la enseñanza tradicional existen discrepancias sensibles entre la expresión oral de
los nativos y el tratamiento de la destreza en el aula de LE; las diferencias atañen a la
forma, al contenido, al motivo, a la finalidad, a los participan-tes y al modo de
comunicación. Los enunciados de los nativos no siempre se componen de frases
completas y gramaticales, sino que contienen lapsos y elipsis, hecho que contrasta con
la estructuración tan perfeccionista de la lengua presentada tradicionalmente en los
manuales de LE. Habitualmente, los hablantes nativos expresan sus pro-pias ideas,
deseos, etc., centrándose más en el contenido que en la forma del mensaje; son
plenamente conscientes del significado que desean transmi-tir; tienen un motivo y un
in-teré-s real en el discurso, p. ej., pedir un favor. En contraste con esas circunstancias,
en el aula tradicional de LE el tema y el contenido de la comunicación con frecuencia
dependen más del profesor y de los materiales didácticos que de los propios alumnos;
éstos hablan porque deben practicar, por-que el profesor los insta a ello, porque desean
obtener una bue-na cali-ficación, etc. No obstante, la situación cambia
considerablemente cuando empiezan a aplicarse modelos didácticos como el Enfoque
comunicativo o el Enfoque por tareas, en los que se procura llevar al aula la realidad
externa; de ese modo, la expresión oral de los alumnos empieza a reflejar las
características de la de los nativos.
Cassany, Luna y Sanz (1994) proponen estos cuatro criterios para la clasificación de
las actividades de expresión oral:
1.Según la técnica: diálogos dirigidos (para practicar determinadas formas y funciones
lingüísticas), juegos teatrales, juegos lingüísticos (p. ej., adivinanzas), trabajos en
equipo, etc.
2.Según el tipo de respuesta: ejercicios de repetición mecánica, lluvia de ideas,
actuación a partir de instrucciones (p. ej., recetas de cocina), debate para solucionar un
problema, actividades de vacío de información, etc.
3.Según los recursos materiales: textos escritos (p. ej., completar una historia), sonido
(p. ej., cantar una canción), imagen (p. ej.,. ordenar las viñetas de una historieta), objetos
(p. ej., adivinar objetos a partir del tacto, del olor…), etc.
4.Comunicaciones específicas: exposición de un tema preparado de antemano,
improvisación (p. ej., descripción de un objeto tomado al azar), conversación telefónica,
lectura en voz alta, debates sobre temas de actualidad, etc.
En función del nivel de los alumnos y de los objetivos específicos del curso, la
evaluación de la expresión oral puede centrarse en algunas de las siguientes micro
destrezas:
1.organizar y estructurar el discurso de modo coherente (p. ej., por orden cronológico);
2.adecuarse a la situación en la que se desarrolla el discurso (tono, registro, tema, etc.);
3.transmitir un mensaje con fluidez (sin excesivos titubeos, pausas, falsos comienzos,
etc.), corrección (fonética, gramati-cal, léxica, etc.), precisión (conceptual, léxica, etc.) y
un grado apropiado (según el nivel de los alumnos) de compleji-dad;
4.dejar claro cuáles son las ideas principales y cuáles las comple-menta-rias;
5.dejar claro qué es opinión, qué es conjetura y qué es informa-ción verificada o
verificable;
6.aclarar, matizar, ampliar, resumir, etc., según la retroa-li-mentación que van
recibiendo de los oyentes;
7.hacer uso de las implicaturas;
8.manejar el sentido figurado, el doble sentido, los juegos de palabras, la ironía, el
humor en general, las falacias;
9.transmitir el estado de ánimo y la actitud;
10.conseguir el objetivo del discurso, p. ej., transmitir las emociones experimentadas en
una aventura.
El debate
Un debate (Del lat. debattuĕre 'discutir, disputar sobre algo') es una técnica,
tradicionalmente de comunicación oral, que consiste en la discusión de opiniones
antagónicas sobre un tema o problema. Por extensión, también se denomina así a
cualquier interacción comunicativa en la que esté presente dicha técnica; en una reunión
de amigos, en un confrontamiento político, o en un grupo de discusión en el cual hay
integrantes, un moderador, un secretario y un público que participa. No se aportan
soluciones, sólo se exponen argumentos. Adicionalmente y con el desarrollo de las
nuevas tecnologías, se admite que el debate pueda realizarse, mediante la
comunicación escrita, por medio de los llamados foros de Internet, donde también
encontramos la figura del moderador, los integrantes, que serán aquellos que redacten
hilos de discusión, el público, que lo formarán los lectores, y el secretario que lo
representa la propia herramienta informática.
Condición de un debate
La condición de un 'debate' se da en el distinto punto de vista que guardan dos o más
posiciones antagónicas en torno a un tema o problema.
Elegir un tema de interés mayoritario que sea controvertido y preparar los contenidos
teóricos.
Moderar el esquema de trabajo determinado sobre la propuesta que en algunos casos
suele ser un cuestionario con preguntas elaboradas de tal manera que susciten la
controversia.
Conformar partes (parte y contraparte) o grupos que defiendan o ataquen con
argumentos en pro y en contra respectivamente.
El debate formal
Un debate formal, implica preparación por lo que las palabras no siempre se emplean
en un lenguaje simple, siendo recomendable conocer y usar técnicas literarias, figuras
retóricas o recursos estilísticos como los acertijos o las moralejas.
Moderador
Es aquel que determinará el tiempo de exposición para los contertulios, de 3 a 5
minutos, durante el cual cada participante habrá de presentar los puntos más relevantes
del tema, imponer el orden y conceder los turnos de intervención correspondientes. El
secretario es el que va anotando lo que se va opinando en el debate, a qué hora y su
coherencia.
Participantes informados
Es necesario que cada uno de los participantes del debate conozca e investigue
profundamente el tema por tratar en un debate. Dentro de las distintas modalidades de
debates que existen, muchas veces se tienen semanas, días o sólo horas para la
preparación de un tema. Esto determina que los equipos deban hacer buen uso del
tiempo y realizar una investigación exhaustiva del tema y sus implicaciones, viendo las
posibles argumentaciones adversas y tratando de encontrar argumentos favorables a la
posición que se representará.
Normas para su realización
Durante el debate el moderador debe:
Poner en consideración el objetivo del tema.
Anunciar el tema y ubicarlo dentro del proceso.
Describir la actividad.
Formular la primera pregunta y dar la palabra en orden a los participantes.
Desempeñar durante la discusión el papel de moderador.
Terminar el debate, el secretario tratará de llegar al consenso sobre las conclusiones.
Recomendaciones para participar en un debate popular
Para desarrollar y llevar a buen término los ejercicios de Debate, resulta muy importante
que tanto el emisor como el receptor, consideren los siguientes puntos:
No se trata de imponer el punto de vista personal, sino de convencer usando la
exposición, la argumentación y la contra argumentación.
Escuchar al otro antes de responder.
Ponerse en el lugar del otro.
Ser breve y concreto al hablar.
Ser tolerante respecto a las diferencias.
No subestimar al otro.
No hablar en exceso para así dejar intervenir a los demás, evitando la tendencia al
monólogo y la monotonía.
No burlarse de la intervención de nadie.
Evitar los gritos para acallar al interlocutor.
Hablar con seguridad y libertad, sin temor a la crítica.
Acompañar las críticas con propuestas.
Oír atentamente al interlocutor para responder de forma adecuada.
Articular correctamente los sonidos, empleando un tono de voz adecuado a la situación
concreta de entonación y al contenido del mensaje (interrogación, exclamación, sonidos
indicativos de fin de enunciación, pausas, etc).
Adecuar el vocabulario que se posee a la situación comunicativa del momento y
ampliarlo para conseguir precisión léxico-semántica.
Evitar las palabras y giros idiomáticos desgastados y los propios del registro lingüístico
informal, pues en la sala de clases o en la situación comunicativa de un debate se
impone el registro lingüístico formal.
Conviene arribar a conclusiones al final del debate.
Argumentos
Los argumentos a favor se llaman pruebas y los que están en contra se llaman
objeciones.
Por los primeros, se intenta demostrar la validez de las afirmaciones o argumentos de
la parte.
Por los segundos, se intentará mostrar los errores de la contraparte.
Argumentos lógico racionales
Sintomáticos o por signo: Las razones se presentan en forma de indicios, signos o
síntomas que conducen a una breve conclusión. Por ejemplo: No sería extraño que Juan
tuviese un infarto. Come, bebe, fuma en exceso, además trabaja demasiado.
Nexos causales: Las razones se presentan como la causa que provoca la conclusión:
uno es causa de otro. Por ejemplo: Correr 5 kilómetros diarios produce un bienestar
general del sistema cardiovascular. Corra por su vida.
Analógicos: Razonamiento basado en la existencia de atributos semejantes en seres o
cosas diferentes. Por ejemplo: Debe haber una preocupación permanente por el medio
ambiente, igual que por un auto. Éste se debe mantener limpio, repararlo cuando se
requiera y usar de un modo racional sus beneficios.
Por generalización: A partir de varios casos similares, se puede generalizar una tesis
común a todos ellos, comprobándola mediante solución.
Falacias
Un buen argumento debe aportar apoyo suficiente para aceptar la conclusión, y las
premisas deben estar relacionadas con la conclusión. Una argumentación insuficiente
es considerada una falacia.
Ejemplos: “Mi primera novia me traicionó, por lo que todas las mujeres son traidoras” (la
cantidad de casos no es suficiente para concluir, por lo que se denomina conclusión
apresurada); “Estoy en desacuerdo con las prácticas educacionales de la profesora"
(las razones que plantea no tienen relación con la conclusión: razón irrelevante);
“Sostengo que los extraterrestres existen. El otro día entrevistaron a Pepito Pérez en la
tele, y contó cómo fue secuestrado por ellos” (la razón que plantea para concluir no
puede ser aceptada universalmente: premisa problemática).
Funciones y virtudes del debate
Al debatir se ejercitan una serie de habilidades útiles para cualquier aspecto de nuestras
vidas, además de que es una herramienta para conocer mejor a las personas y un modo
de entretenimiento
Como ejercicio para el intelecto ya que sirve para desarrollar múltiples habilidades.
Para reforzar y mejorar la personalidad, en aspectos como la autoestima, seguridad,
confianza, expresión verbal y corporal.
Eleva el criterio para tomar una decisión ya que enseña a exponer las ventajas y
desventajas de un punto de vista.
Como medio para alcanzar la pluralización en cuanto a ideas se refiere.
Como medio informativo/expositivo ya que como espectador de un debate se puede
llegar a clarificar mucho acerca del tema tratado.
Así mismo se ejercitan habilidades específicas como:
Escucha crítica.
Razonamiento y pensamiento crítico.
Estructuración de ideas.
Respuesta rápida y adecuada.
Expresión oral efectiva.
La disertación
1.La disertación es una de las formas más habituales de realizar exámenes en filosofía
y suele asimilarse a lo que más coloquialmente llamamos desarrollo de un tema. El tema
sobre el que se realiza este ejercicio puede ser alguno de los más conocidos que se ha
planteado la filosofía a lo largo de los tiempos, como la libertad, por ejemplo, o puede
limitarse a la explicación de tal o cual teoría de cualquier filósofo, como sería la
disertación sobre la teoría del conocimiento en Platón, por ejemplo. Cada una de estas
opciones tiene sus propias variantes, por supuesto; pero nosotros vamos a comenzar
por lo que sería la estructura básica de la disertación, que hemos de considerar común
a los dos casos citados. (Claro que lo común, como veremos a continuación, suele
resultar demasiado general y, con frecuencia, demasiado evidente).
3.Ya que se supone que conocemos el tema sobre el que hemos de disertar es de
esperar que tengamos claras las ideas fundamentales que podemos utilizar. Se trata de
seleccionarlas adecuadamente, ordenarlas, buscar otras ideas adicionales que puedan
mejorar la comprensión de lo que queremos decir y elaborar con todo ello un discurso
coherente en el que se supone que defendemos determinado punto de vista. En esto
consistirá la parte central del ejercicio, el desarrollo propiamente dicho, sobre el que
espero poder ofreceros, más adelante, algunas observaciones significativas. La
conclusión tiene que presentarse como una consecuencia directa del desarrollo que
hemos planteado, por lo que conviene, antes de ordenar los contenidos del desarrollo,
tener muy claro a qué conclusión queremos llegar. Por paradójico que parezca, pues,
la conclusión, que es lo último que leerá el corrector, es lo primero que tenemos que
tener claro al iniciar el ejercicio.
El orden de la reflexión sería el siguiente: