Clase Duelo

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LA MUERTE

La muerte siempre ha sido y será un tema del que


pocos quieren hablar, sin embargo desde tiempo
inmemorial el hombre ha rendido culto a sus muertos y
esto se ha reflejado en los diferentes rituales y formas
de entierro. La condición humana de seres finitos
determina y obliga a caminar en un solo sentido; cada
segundo que transcurra será irreparable un segundo
después. El tiempo aparece como una línea que une la
vida con la muerte.
La muerte, es el acontecimiento universal por
excelencia que, en cierta forma, le confiere intensidad y
valor a la vida; lo cual según Kubler, permite configurar
una vida más consciente, para ser más responsable con
propia existencia y para madurar más intensamente
Si bien es cierto que la muerte es una realidad
especialmente difícil de entender; hoy en día lo es más,
porque en la era del mundo globalizado se fomenta la ilusión
de que vamos a vivir muchos años y se alimenta la negación
de la realidad de la muerte.
Nuestros antepasados, vivían en un mundo donde la
muerte de las personas y de los animales se vivenciaba
como algo natural.
Se moría en casa, rodeado de los seres queridos y de sus
cosas su cama su cuarto su aroma
DEFINICIÓN DE DUELO

El duelo del lat n dolor dolor es la respuesta a una


pérdida o separación.
El duelo es una respuesta normal y natural ante el
dolor que nos produce la ausencia de la persona
querida o amada.

Se sufre porque se ama.


El duelo es, por tanto, algo personal y único, y cada
persona lo elabora y lo experimenta personalmente.
Pero todo duelo produce reacciones humanas comunes,
como son:
Repercusiones físicas: náuseas, palpitaciones, opresión
en el tórax y garganta, cervicalgia, cefalea, pérdida de
apetito, disfagia, insomnio, fatiga, disnea, dolor de
espalda, visión borrosa, etc.
Repercusiones psíquicas:
llanto, tristeza, ansiedad, angustia, falta de
concentración, pesadillas, inapetencia, pasividad,
pensamiento absorto, etc.
DESARROLLO

El duelo es una experiencia ambivalente:


Se presenta como posibilidad y riesgo.

Posibilidad de maduración, que hace que el ser humano toque el


mayor fondo y emerja renaciendo a la vida, adaptándose a la pérdida
y volviendo a vivir de manera sana en un mundo nuevo en el que
ese ser querido nunca más estará. Si aprovecha este sufrimiento y
dolor y lo sabe elaborar sale fortalecido psíquica y espiritualmente.

El riesgo es de cronificación al hacer un duelo incompleto o mal


elaborado que requerirá de tratamiento psicológico o psiquiátrico.
EL DUELO COMO PROCESO

Todo duelo es un proceso natural en el que el doliente


atraviesa una serie de fases, aunque la persona en
duelo no necesariamente debe pasar por todas ellas ni
seguir una determinada secuencia.
Cada persona siente el duelo según su idiosincrasia,
personalidad y recursos personales.

Es evidente que la gama del pesar, su intensidad y su


duración, varían según la personalidad de cada uno y
según el valor que represente la persona perdida.
¿Qué se puede hacer ante una persona que sufre un
duelo? ACOMPAÑARLE.
Y acompañar no es simplemente estar junto a él. Es
estar totalmente con él, implica todo el estar, una
presencia emocional.
El ser doliente diferencia perfectamente quién está en
él y con él y quién simplemente cumple un papel o roll.
Acompañar supone saber escuchar empática y
transempáticamente.
No somos conscientes de la importancia que tiene el
acompañante; en un proceso de duelo es la figura
central, porque el doliente encuentra en el
acompañante la fuerza afectiva de la que carece.
Fases del duelo
LINDEMANN (1944) 1.- Shock/incredulidad, 2.-
Aflicción aguda, 3.- Reanudación de la vida diaria, 4.-
Disminución de la imagen de estar muerto.
ENGEL (1964) 1.- Negación, 2.- Aceptación creciente, 3.-
Restitución.
KÜBLER- ROSS (1969) 1.- Negación, 2.- Depresión, 3.-
Cólera, 4.- Reajuste, 4.- Aceptación.
HOROWITZ (1976) 1.- Protesta, negación, 2.- Intrusión, 3.-
Obtención, 4.- Conclusión.
SCHULZ (1978) 1.- Inicial, 2.- Intermedia, 3.-
Recuperación.
DAVIDSON (1979) 1.- Shock e insensibilidad, 2.- Búsqueda y
ansiedad, 3. Desorientación, 4, Reorganización.
FASE 1ª

SHOCK, INSENSIBILIDAD, ESTUPEFACCIÓN,


Nada parece real al doliente, está como en trance, no puede
concentrarse ni tiene energía, está aturdido, paralizado,
como anestesiado. Esta situación responde a un mecanismo
de protección ante la amenaza de un dolor psíquico y
confusión intolerables. Es un escape natural y temporal, que
amortigua el impacto inmediato y ayuda a ir asimilando la
terrible realidad.
Aunque haya una aceptación intelectual de la pérdida el
proceso emocional es lento y puede durar días o meses.
NEGACIÓN, INCREDULIDAD.
El doliente habla del fallecido en tiempo presente, no
renuncia a la esperan a de que a a ol er no ha
ocurrido nada no es a m
PÁNICO.
El doliente sólo puede pensar en la pérdida y está paralizado por el miedo,
miedo a perder los nervios y el control, a no poder concentrarse, a volverse
loco, a lo desconocido, al futuro.

El doliente está emocionalmente desorganizado, se siente solo, triste, vacío,


confuso, desamparado y desesperado. La idea del suicidio no es infrecuente.

Las emociones que se experimentan al ser expresadas ayudan a que afloren


las frustraciones. Hablar del fallecido y llorar alivia y hace que se compartan
sentimientos con otros El identificar estas emociones esto triste esto
furioso esto dolido desahoga sir en de cauce para que las penas flu an

Madoz describe en esta fase los comportamientos siguientes: Los que


bloquean la percepción como desmayos, desfallecimientos, estados
crepusculares (estar traspuestos), o bloqueos pseudocatatónicos (inmóvil,
rígido y sin respuesta).

Los que alteran la motricidad: parálisis de partes de cuerpo, inhibición de


movimientos, automatismos, motóricos regresivos (balanceo) o repetitivos sin
sentido.
FASE 2ª

EL SENTIDO DE CULPA.
Relacionado con la pérdida aparece como fenómeno de autocastigo y
auto recriminación: cosas que no hizo, no dijo o actuaciones que
hicieron daño a esa persona amada. La culpabilidad siempre responde
a la no aceptación y a los sentimientos ambivalentes que la persona
amada produce.

DEPRESIÓN Y ABANDONO. Prima el sentimiento de desolación, nadie


ha sufrido un duelo como el suyo. La depresión aparece en esta etapa
como un fenómeno normal y sano. Es una necesidad psicológica, un
camino lento para llegar a aceptar la pérdida y forma parte del
proceso de decir adiós al ser querido.
FASE 3ª

RESISTENCIA A VOLVER A LA VIDA HABITUAL.


El doliente se siente sin fuerzas, débil e incapaz de
afrontar nuevas decisiones y situaciones.
El doliente debería abrirse a nuevas relaciones e iniciar
algo diferente, pero no le apetece y le cuesta, lo cual es
muy normal.
FASE 4ª

AFIRMACIÓN DE LA REALIDAD Y RECUPERACIÓN.


Gradualmente se va abriendo paso la esperanza, se alternan
temporadas buenas con los baches, que casi siempre coinciden con
fechas claves, aniversarios y fiestas significativas. Se recupera el
sentido de sí mismo, que pasa por aceptar la pérdida:
mi hijo ha muerto mi marido ha muerto Se afronta la dura
realidad.
Reconocer el dolor e intentar vivirlo es una expresión de salud
mental. En el dolor no hay atajos, no se puede huir de él, hay que
atravesarlo. Pero tampoco fijarse en él ni recrearse
victimistamente en él.
AYUDA AL DOLIENTE

1. Proporcionar ayuda emocional. Se trata de no hablar


sino que la ayuda sea de presencia emocional, contacto
y tacto.
2. Aliviar el sufrimiento en la primera fase del duelo,
estar alerta a las reacciones, facilitarle lo que necesite:
respiración, sedantes, llanto, etc.
3. Facilitar el duelo ayudando a expresar sentimientos y
aceptar de manera progresiva la realidad.
Todos los estudiosos del duelo están de acuerdo en
afirmar que éste se resuelve mejor si se cuenta con
soporte emocional y social adecuados, ya que el
doliente aprende que lo tiene que afrontar es el
presente y futuro solo: que cuenta con familiares y
amigos que le ayudan a temer menos el mundo real,
aunque la experiencia durísima de un duelo la vive
cada cual en su propia soledad. Pero esta soledad
acompañada mitiga el dolor.
BIBLIOGRAFIA

ACOMPAÑAMIENTO EN EL DUELO Y MEDICINA PALIATIVA


1º Edición. San Sebastián, 2007
Editores: Wilson Astudillo A. Magdalena Pérez T., Ángel Ispizua G. y
Ana Orbegozo A.
© Sociedad Vasca de Cuidados Paliativos
LA MUERTE, EL DUELO Y EL EQUIPO DE SALUD
Revista de Salud Pública, 2 (2): 14-23, dic. 2008

Guide to inform relatives on sudden death in the emergency room


Elizabeth Micaela Falconí Chalco1,a
1 Médico Internista del Hospital Augusto Hernández Mendoza de Ica. Es Salud. a
Magíster en Medicina Humana

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