Jugar Con Cabeza Por

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Jugar con Cabeza por 

Federico Marín Bellón


Cómo se entrena un gran maestro de
ajedrez

Federico Marín Bellónel 27 feb, 2017 


 
La casa de David Martínez, «El Divis», es grande y funcional, con los
muebles imprescindibles, sin exceso de orden ni preocupación por las
incesantes visitas. Los cables y ordenadores delatan un uso tecnológico
por encima de lo normal, pero pocos deducirían que se trata de un centro
de alto rendimiento ajedrecístico. Es también la sede del portal Chess24.
Desde allí se hacen retransmisiones diarias de los mejores torneos del
mundo, con comentarios en directo de destacados grandes maestros. Su
salón es como Islandia; es difícil no encontrarse dos o tres en cualquier
rincón.
(Una sección más breve de este reportaje ha salido publicada este lunes
en la versión en papel de ABC y en ABC.es)

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David Martínez prepara a David Antón y Juan Plazuelo (ambos de espaldas),
mientras Ignacio Gil los fotografía para ABC. Las mejores imágenes son suyas
David Antón, «El Niño» (también del Atleti), es uno de los habituales:
tres o cuatro días por semana, no menos de seis horas por jornada de
trabajo. Subcampeón de Europa con solo 18 años, acaba de completar a
los 21 un torneo de leyenda en Gibraltar. Su «actuación», medida en
puntos Elo (los que rigen la clasificación internacional), se puede
comparar con el nivel de Magnus Carlsen. Eso no significa que el
número dos español esté a unos pasos de la cima, aunque su progresión
es envidiable. El número 2 de España es el ajedrecista de moda. La
noche anterior dio una entrevista en la radio. Los periodistas empiezan a
aprenderse su nombre, pero la fama no se le sube a la cabeza. «En una
semana se habrán olvidado», augura.
Antón confiesa que no cuida demasiado su alimentación ni su cuerpo.
Vive y come en casa de sus padres, lo que compensa el desinterés. De
complexión muy delgada, si algo necesita es engordar. Le gustaría volver
a jugar al baloncesto –«era muy bueno»– o tener alguna rutina deportiva:
bicicleta estática, gimnasio…, pero considera mucho más importante
dormir sus diez horas diarias. «Soy joven y no necesito tanto el ejercicio,
que es bueno para todo. Quizá cuando cumpla 25».

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David Antón, fotografiado por Ignacio Gil

Su amor por las sábanas no implica que se acueste pronto. En «la casa
del ajedrez» los horarios son noctámbulos. Si vas a visitarlos alguna
vez, es mejor que no lo hagas demasiado temprano. Las sesiones de
entrenamientos entre los dos David suelen extenderse de seis de la tarde
a dos o tres de la madrugada, con la pausa lógica para cenar. Luego
Antón duerme hasta la una. En los días de torneo las partidas suelen
empezar a las tres de la tarde, sobre todo cuando se juega fuera de
España. Él se levanta, repasa cinco o diez minutos lo preparado la noche
anterior («a veces ni eso»), come y va directamente a sala. Sin
desayuno.
Hasta aquí parece el retrato de un vago, pero David Antón y David
Martínez le echan horas al tablero como si fuera de sus márgenes se
hubiera detenido el tiempo. El chaval confía mucho más en el trabajo
realizado previamente que en lo que se pueda preparar antes de cada
partida. Es como un buen estudiante antes de un examen. «Improvisar
es un error. Contra Topalov –excampeón del mundo al que derrotó en
Gibraltar– repetí una línea que ya había jugado antes. Él podía venir
prevenido, pero no creo que en un día sea capaz de refutar algo que he
preparado meses antes en mil horas». Jan Gustafsson, gran maestro
alemán que formó parte del equipo de Magnus Carlsen en el último
Mundial, en Nueva York, corrobora que las «maravillas de la noche» no
suelen producir milagros.

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David Antón, David Martínez y (de pie), Jan Gustafsoon

Polémica periodística
Ambos se toman con humor la reciente polémica por una entrevista en la
que insistían a Antón en que debía buscar un entrenador más experto. Él
cree que su mano derecha es tan buena como la mejor y el equipo no
deja de propiciar sesiones de trabajo con otros grandes maestros. Paco
Vallejo (número 1 de España) e Iván Salgado (número 3) tienen la
experiencia añadida de haber trabajado con campeones del mundo. Más
importante aún es que son muy amigos y se lo pasan bien juntos,
disfrutan con el trabajo y las horas de vuelo en equipo se hace livianas.
Al piso de Madrid también acude con regularidad otro de los pupilos de
Martínez, Juan Plazuelo, una joven promesa de 15 años. Esos
encuentros entre varias mentes son un hervidero de ideas, aportan
miradas distintas.
Gustafsson corrobora que Carlsen «entrena igual». Si en algo tiene
ventaja el noruego es en su poderío económico, que le permite contratar
a varios analistas que le ahorran el trabajo «sucio». El número uno tiene
importantes patrocinadores y Antón depende únicamente de un par de
becas, de la Federación y de la Comunidad de Madrid, que casualmente
ha bajado pese a sus éxitos deportivos. A ninguna marca le ha
interesado hasta ahora apoyar al joven gran maestro de un deporte con
escasa presencia en los medios españoles, pese a que el número de
aficionados y el interés es creciente. Al menos logra que el entrenador,
los desplazamientos y el alojamiento en los torneos no le cuesten dinero.
Luego los ingresos dependen de su inspiración. En Gibraltar fueron
20.000 euros por jugar como los dioses. Los humanos, mejor que se
dediquen a otra cosa.

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David Antón y David Martínez, concentrados. Foto: Ignacio Gil

A Antón no le atrae demasiado ayudar a otros. Gustafsson (Gusti habla


un castellano excelente) ya no compite como antes. Tiene 37 años, es el
163 del mundo y un excelente comentarista. Su caso es distinto.«Me
gusta mucho estudiar aperturas y con Magnus es interesante trabajar.
Paga bien y aprendes un poco cómo entrenan los grandes, que al final es
igual. La cuestión es que tiene recursos para contratar un equipo de
grandes maestros, que siempre es mejor, pero el campeón no trabaja
diferente».
Antes del Mundial, eso sí, el equipo noruego celebró un par de «campos
de entrenamiento» en los que conviven durante varios días aislados de
distracciones. En pleno Mundial ya suele ser tarde para reaccionar,
aunque deben estar pendientes por si el rival desmonta alguna línea o
cuela alguna sorpresa, algo que no ocurrió en Nueva York. Es la fase de
la partida de la que se sienten más responsables. Después, el jugador
está solo. Resulta paradójico, al menos si se compara con otros
deportes, que justo durante la partida muchos ayudantes aprovechen
para dormir. Luego es posible que tengan que trabajar toda la noche,
mientras el jefe descansa.
Tecnología 
Por supuesto, otro elemento clave en la preparación de un gran maestro
es el equipo informático. Martínez y Antón tienen a Don Stephen, como
llaman al ordenador del primero, una bestia con 44 procesadores que le
debe su nombre al jugador de baloncesto Stephen Curry. (En esta casa
la NBA es casi tan importante como el ajedrez). La máquina nunca
descansa, desmenuzando las posibilidades casi infinitas del ajedrez. Es
como buscar pepitas de oro en el océano de variantes, inabarcable para
la mente humana.

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David Martínez, en plena sesión de trabajo

En las sesiones de entrenamiento, por supuesto, la opinión de Don


Stephen está siempre presente. Martínez lo utiliza para buscar
posiciones interesantes y conocer su evaluación. Antón por lo general
solo mira el tablero. Él se centra en la madera, como en una partida
normal. Debe ir resolviendo los enigmas que le plantea su entrenador.
Uno detrás de otro, a veces casi al azar. Cuando está solo en casa, el
gran maestro sigue trabajando, sobre todo repasando las partidas que se
juegan en los principales torneos. «Hay que estar al día», dice, como
una de las claves del éxito. «A veces son muchas partidas, pero no
puedes perderte nada si quieres estar arriba. Una vez de cada cuarenta,
más o menos, descubres una idea interesante».
Los ordenadores han supuesto una revolución absoluta respecto al estilo
de vida que llevaban los grandes maestros del pasado, que viajaban con
la maleta llena de libros y a menudo no conocían las partidas de sus
rivales hasta meses o años después. La posibilidad de estar informado,
sumada a la fuerza de los ordenadores, les obliga a soportar una carga
de trabajo muy superior. No es de extrañar que hoy se juegue mejor que
nunca. Los genios del pasado lo seguirían siendo, pero tendrían que
trabajar mucho más.
Orígenes
Los dos David se conocieron por casualidad. Antón empezaba a destacar
y su padre se fijó en Martínez en un torneo en Parla («Que gané», salta
el entrenador). Le preguntó si podría dar clases a su hijo. Pese a la
inexperiencia mutua, probó con El Niño y la vida de ambos cambió para
siempre. «Descubrí que me encantaba enseñar». Martínez trabajó un
poco más para sí mismo, lo justo para sacarse el título de maestro
internacional. Con 25 años, reorientó su carrera y se dedicó a preparar a
otros. Estaba en sexto año de Derecho y Empresas y hasta las narices
de estudiar. Su vida mejoró. «Sufres mucho menos. Jugar es muy
molesto. Perder es durísimo. Los que no han jugado al ajedrez no
pueden entenderlo». Al principio quedaban en casa de Antón, una vez a

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la semana y sin máquina. La evolución del Niño obligó a perfeccionar el
método. Ahora es segundo de España y 66 del mundo (el 30 en
partidas rápidas), después de mejorar más de cuarenta puestos en su
último torneo.

Aquí David Martínez tiene la deferencia de elegir una vieja partida mía para
demostrar que de las partidas de los mantas también se puede aprender
Incluso después de una derrota dolorosa, Martínez es capaz de entender
a su jugador mejor que nadie. Con su novia (los ajedrecistas pueden ser
personas casi normales, aunque «algo intensos», admite Antón) se
entiende bien, pero en esos momentos quien mejor sabe cómo sacar la
espina del león herido es el Divis. A veces basta con
desconectar. «Cuando perdí con Nakamura estaba muy cabreado.
Puedes reaccionar mal, pero como mucho llego a estrujar la planilla».
Antes de conocer al otro David, Antón aprendió de su padre y mejoró
gracias a las clases extraescolares de su colegio, el San Viator, que
también tiene varios equipos federados en la Liga madrileña. Martínez se
lo llevó a su equipo, el Virgen de Atocha, y su progresión se aceleró.
Antes de los trece años solía quedar en torno al décimo puesto en los
campeonatos de España. Con 14 ya se proclamó subcampeón. Al
principio las clases eran en casa del muchacho, una vez a la
semana. «También me dejaba muchos libros».
Curiosamente, solo en España ha tenido que pasar controles
antidoping en los últimos tiempos, un peligro mucho menor que las
ayudas electrónicas, ya que un simple móvil puede ser un ayudante
temible para cualquier tramposo. La ayuda favorita de David es alguna
onza de chocolate durante las partidas o algo de cafeína, sobre todo si
se juegan dos rondas diarias, como ocurre en el torneo de Dubai, por
ejemplo.

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Un posado más de David Antón con Ignacio Gil

Otra de las virtudes de David Antón es la fortaleza de su sistema


nervioso. «El Niño es duro», cuenta Martínez que dice de él Carlos
Martínez, psicólogo que cuida este flanco desde hace algún tiempo. Los
mejores no impresionan a Antón. «Son como tú. Lo más difícil es
ganarles cuando juegan a igualar, pero si intentan ganarte, como
Topalov, tus posibilidades aumentan». El ajedrez moderno está tan
analizado que, pese a las horas invertidas, cada vez es más difícil
obtener ventaja. «Son tablas», grita Gustafsson desde el sofá. «Pero eso
no supone la muerte del ajedrez. Hay mucho por hacer», añade.
Una línea de trabajo de Antón y Martínez (y de la mayoría de jugadores)
es buscar novedades o sutilezas a partir de la jugada diez o doce,
jugadas secundarias que no son la primera recomendación del
ordenador, pero casi igual de buenas y menos conocidas. También es
importante preparar el tipo de posiciones que se producen justo después
de la apertura. Antes, cuando «solo» había libros, era frecuente que los
análisis terminaran con las palabras «… y las blancas tienen ventaja»,
algo que luego no siempre era fácil demostrar. «A menudo, justo
después cometías un error», cuenta Antón. El trabajo moderno es más
profundo. Hay que comprender la esencia de esas posiciones, como
mínimo mejor que el rival.

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Al comienzo de la sesión de hoy, empiezan a analizar una partida de los
años noventa, de un tal Federico Marín, jugada en un campeonato de
España en Mallorca. Incluso a ese nivel tan bajo «se pueden encontrar
posiciones interesantes», explica el Divis. Después de unos instantes de
reflexión, ambos empiezan a comentar posibilidades, como en un
murmullo constante, un intercambio de ideas que casi se pueden ver
salir de sus cabezas. No echan humo, pero como si lo hicieran. «¿Qué
pasa si aquí en lugar de dama c3 juego…?». Y siguen con su diálogo,
una especie de esgrima mental con la que se ponen a punto, finos para
la competición, mejor preparados para la siguiente partida. «Por
supuesto que noto si está en forma con solo ver cómo entrena», afirma
Martínez. Entrenar es algo muy serio. «Si lo haces bien al final sale».
El día de la semana no importa, si acaso saben si es jueves o sábado.
«Ningún ajedrecista sabe muy bien qué día es», confiesa Martínez. No
solo es por despiste natural. Su trabajo no está sujeto a un calendario
fijo. Todos los días son buenos para trabajar, para seguir aprendiendo y
mejorando, para comprender un poquito mejor los secretos de un juego
milenario, que ningún ser humano jugará nunca a la perfección.
Entrenador de chicas
David también entrena a varias chicas, que han logrado importantes
logros: Sabrina Vega ha sido subcampeona de Europa e Irene
Nicolás, plata en el Mundial sub 16. «Igual he hecho algo bien»,
comenta. «Lo que sí es casualidad es que hayan sido tantas chicas. Yo
nunca he buscado a nadie. Ahora me salen muchas ofertas. Ganaría
mucho más dando clases por Skype y en colegios, pero vivo
suficientemente bien y soy feliz así».
Algo que no termina de funcionar bien son las ayudas en España.
Recientemente se desató cierta polémica porque en Bilbao (uno de
nuestros escasos torneos de nivel internacional, junto con León) no
invitaron a ningún jugador español. «Eso solo pasa aquí», lamenta David
Martínez. «En ningún otro país», insiste.

FUENTE: https://abcblogs.abc.es/jugar-con-cabeza/ajedrez/como-se-
entrena-david-anton-martinez-gran-maestro-ajedrez.html?ref=https%3A
%2F%2Fwww.google.com%2F

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Jugar con Cabeza
por   Federico Marín Bellón
Cómo es una clase con un gran maestro

Federico Marín Bellónel 26 oct, 2016


  
Una de las razones por las que soy un paquete jugando al ajedrez es que
nunca me han dado clases. Todos los errores que cometo los he
aprendido yo solito. Por supuesto, me enseñaron a mover las piezas y,
de niño, practiqué con jugadores más experimentados, pero luego
avancé a oscuras, con la única ayuda de los libros. Después de asistir
a mi primera lección con un  gran maestro, he comprendido dos
cosas: nunca es tarde para mejorar en ajedrez, pero para hacerlo a partir
de determinado nivel es fundamental tener un maestro que nos guíe. Si
tienes la posibilidad y el profesor es bueno, la inversión es fantástica. 
En mi caso, pude asistir a una clase del gran maestro Amador
Rodríguez, ajedrecista de origen cubano que fue campeón de la isla en
tres ocasiones antes de nacionalizarse español. En su mejor momento,
en 2008, llegó a estar entre los 25 mejores del mundo. Su experiencia es
abrumadora. De hecho, uno de los atractivos de sus clases son las
historias y anécdotas que va contando mientras coloca sobre el tablero
posiciones de partidas magistrales.
Las clases están organizadas por Madrid Chess Academy, todos los
jueves, de 19.00 a 21.00 horas, en el colegio Decroly (Guzmán el

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Bueno, 60). Si vives en la capital de España y has pasado de sobra la
fase de aprendizaje, es una ocasión magnífica de asistir a clases de
ajedrez avanzado.
El propio Amador Rodríguez ha tenido que reciclarse con el tiempo. El
ajedrez ha cambiado muchísimo desde que él consiguió el título de
GM. «Todo lo que me enseñaron a los veinte años sobre
entrenamiento ya no sirve de nada», asegura. Las teorías son incluso
contrapuestas, en su opinión. Los mayores cambios se han producido
por la utilización de ordenadores y por la aceleración de los ritmos de
juego en los torneos. Sorprende en un juego casi inmutable a lo largo de
los siglos.
En la actualidad, «el tiempo es parte de la partida». «Es preferible
hacer una jugada mediocre en un minuto que una jugada perfecta en
veinte». Seguro que la frase hace reflexionar a muchos, sobre todo si
eres de los que suelen caer en apuros de tiempo. Una de las enseñanzas
de Amador es que necesitas tiempo para rematar la partida. «Por muy
bien que hayas jugado, siempre hay que rematarla. Y si no tienes tiempo
suficiente, la probabilidad de que lo logres es mínima». Aquí tiene incluso
una regla que puede parecer radical: «Si llegas a la jugada 30 y te
queda menos de media hora, tienes un 70% de perder la partida»,
sostiene. A partir de esto, llega otro consejo hasta cierto punto
sorprendente: «Si dos jugadas se parecen, haz cualquiera». No merece
la pena perder más tiempo en largos cálculos.
Otra consecuencia de todo esto es la importancia de llegar «con los
finales sabidos». El estudio es clave, más que nunca. Sobre el tablero,
con los ritmos actuales, es imposible resolver una posición
medianamente compleja. Antiguamente, se aplazaban las partidas y uno
podía dedicar horas a estudiar el final resultante. Rodríguez, por ejemplo,
cuenta que siempre iba a los torneos con su libro de Reuben Fine, que
contenía las claves de todos los finales esenciales. Ahora esa calma se
ha perdido y los mejor preparados tienen una ventaja decisiva.
La superioridad dinámica durante las partidas es otro aspecto clave del
juego. «Cada día me doy cuenta de que el fútbol se parece más al
ajedrez», asegura Amador Rodríguez. Dejo un último consejo del
maestro: mirar siempre con recelo las jugadas intermedias. En muchas
posiciones, es necesario ser concretos y algo menos creativos. «Si te
atacan una pieza, debes pensar en moverla», porque las intermedias son
impredecibles. La posición da un vuelco con cada jugada y es imposible
calcularlo todo. Las combinaciones aparecen como por arte de magia.
Todo esto venía acompañado por ejemplos prácticos y ejercicios para los
alumnos, que te enseñan a mirar las posiciones de otra manera. Estos
son los datos de contacto para apuntarse o asistir a una prueba:

Correo electrónico: [email protected]

Teléfono (+34) 685 506 802

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Las clases, dos horas por semana, cuestan 40 euros al mes.
Este es el temario de las diez primeras lecciones:

1. Seguir la lógica de la partida

2. Conceptos del entrenamiento moderno

3. Un sacrificio inesperado decide una partida

4. Peligros al ganar material

5. Los peligros ocultos al abrir la posición

6. El sacrificio de peón en la apertura

7. El cambio de estado en una posición

8. Sutilezas en el final

9. ¿Actuar, preparar o esperar?

10. Las aperturas que todo el mundo juega

FUENTE: https://abcblogs.abc.es/jugar-con-cabeza/ajedrez/como-es-
una-clase-con-gran-maestro-ajedrez.html

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Jugar con Cabeza
por   Federico Marín Bellón

Quién fue el primer campeón mundial de


ajedrez y por qué está de moda
La FIDE y Chess24 organizan desde este viernes un torneo rápido (chess24)
en memoria de Wilhelm Steinitz, en el que participa el español David Antón

Wilhelm Steinitz (1836-1900)Federico Marín Bellón el 15 may, 2020  

La actualidad ajedrecística es un hervidero. En la Copa de Naciones,


China y Estados Unidos jugaron la gran final, en un duelo que terminó en
un empate que supo a poco, suficiente para que el gigante asiático
lograra el oro. Pero la rueda no se detiene y ya ha empezado este
viernes una nueva competición de élite, el Memorial Steinitz, en honor de
quien fuera el primer campeón del mundo. Participan el campeón del
mundo, Magnus Carlsen, y el español David Antón, pero veamos quién
era Wilhelm Steinitz. El padre del ajedrez moderno era un visionario que
sentó las bases de los aspectos estratégicos del juego. Ganó en 1886 su

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título, un trofeo tan preciado que desde entonces no llegan a veinte sus
sucesores.  
El primer campeón del mundo nació en Praga en 1836 (cuando la ciudad
pertenecía al imperio austriaco) y aprendió a jugar a los doce años, una
edad a la que ahora los más precoces en nuestros tiempos son ya
grandes maestros o están a punto de conseguirlo. Steinitz tampoco fue el
más joven en lograr el campeonato del mundo, que no consiguió hasta
cumplir los cincuenta, ante un rival, Johannes Zukertort, que tenía 44.
No todas las estrellas eran «viejas» entonces. El estadounidense Paul
Morphy no logró ningún título oficial, pero se adelantó a su época y
demostró con 21 años que no tenía rival. 
El duelo entre Steinitz y Zukertor fue emocionante, pese a que los
jugadores no eran conscientes de la importancia que tendría para la
historia. Se estipuló que ganaría quien lograra antes diez victorias, un
formato que quedó desfasado cuando la igualdad disparó el número de
tablas, algo que llegó a su cénit en el famoso duelo
entre Karpov y Kasparov suspendido por Florencio Campomanes.

Zukertort, contra Steinitz

La primera fase se jugó en Nueva York. Zukertort perdió la primera


partida, pero luego se impuso en las cuatro siguientes. El 4-1 parecía
definitivo, pero el Mundial se reanudó en San Luis, donde el futuro
campeón remontó hasta equilibrar el marcador. La tercera y definitiva
fase se jugó en Nueva Orleans, donde continuó el paseo para Steinitz.
Perdió una partida más, pero ganó nada menos que seis y entabló
cuatro. El 29 de marzo, Zukertort abandonaba la última partida, mucho
después de que las fuerzas lo hubieran abandonado a él. Pocos
esperaban que dos años después falleciera de un ataque al corazón. 
Lo que destaca del juego de Steinitz es su comprensión de las leyes
ocultas del ajedrez, que gracias a él ahora nos parecen algo más
sencillas. Sus «descubrimientos» todavía se enseñan a los
principiantes. Al Horowitz cuenta una anécdota no demasiado benévola
sobre el campeón. Un aficionado se le acercó un día tras una partida y le
dijo que no había comprendido ninguno de sus movimientos.
«Naturalmente», respondió Steinitz, «¿alguna vez ha visto a un mono
entender un reloj?».

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Después de proclamarse campeón, Steinitz defendió su título con éxito
hasta en tres ocasiones, antes de ser derrotado por Emmanuel
Lasker en 1894, a los 58 años. Dos más tarde perdió también la
revancha y afrontó un «final de partida» especialmente duro. Con la
salud maltrecha y el entendimiento perjudicado, murió pobre en un
hospital de Nueva York, en 1900. Dicen que le gustaba retar a Dios y
que, en sus mejores días, estaba dispuesto a ofrecerle un peón de
ventaja, anécdota que ha alimentado la leyenda de los ajedrecistas locos
y que fue aprovechada incluso en la película «El jugador de ajedrez»,
dirigida por Wolfgang Petersen en 1978 y protagonizada por Bruno
Ganz. 
El Memorial Steinitz se juega durante tres días, en una liga a doble
vuelta, con la participación de estrellas como Carlsen, Grischuk y
Svidler. También de David Antón, que parte como décimo y último
clasificado, por su bajo Elo en esta modalidad de juego, en partidas de
tres minutos y dos segundos de incremento. En la competición
femenina, Kateryna Lagno es la favorita, de acuerdo a su Elo,  mientras
que Deysi Cori es la representante de habla hispana. El fondo
combinado de premios asciende a 30.000 euros. Todas las partidas se
juegan en Chess24. En la versión española del portal, Pepe Cuenca se
encarga de los comentarios, otra garantía. 

Estos son los participantes:

Memorial Steinitz: categoría abierta


 

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Memorial Steinitz: categoría femenina

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Jugar con
Cabezapor Federico Marín Bellón
Una solución revolucionaria para acabar
con los tramposos en el ajedrez online
El gran maestro Ruslan Ponomariov propone una receta silenciosa y perfecta
contra la plaga de fulleros en Internet

Ruslan Ponomariov, en el Festival VIII Centenario. Foto: Ajedrez


SalamancaFederico Marín Bellónel 07 may, 2020  

Hubo un tiempo en el que al jugar contra una máquina, si algo temía el


ajedrecista era que detrás de ella se escondiera una mano humana.
Ocurrió con El Turco y Kasparov sintió que la historia se repetía cuando
perdió contra Deep Blue. Ahora el problema es justo al revés, pero
alguien ha dado con una solución brillante. Ruslan Ponomariov, ex
campeón del mundo de la FIDE, grandísimo jugador y comentarista, ha
dado con una receta que podría asestar un golpe letal a los tramposos

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del ajedrez online. Quizá no acabe con ellos, pero al menos los
mantendrá ocupados.
En lugar de expulsarlos de las salas cuando son detectados, el gran
maestro ucraniano propone no decirles nada y dejarlos jugando entre
ellos, sin acceso a las partidas entre la gente decente. Como propina,
lograremos «mucha diversión y partidas de calidad garantizadas»,
remata el genio.

But there is much better solution: don’t let the cheaters know that they were
caught. Just make a different pool of pairings that cheaters could only play
against each other and have fun to see how they will struggle against each
other. Lots of fun and quality games guaranteed!

— Ruslan Ponomariov (@Ponomariov)   May 4, 2020


A mí me parece una magnífica idea y todas las reacciones que he leído
han sido entusiastas. En realidad, Ponomariov buscaba alternativas
después de opinar que no le parecía útil expulsar a los tramposos, dado
que siempre pueden volver con otro nombre. Las dimensiones del
problema son más graves de lo que cabría
pensar. Chess.com informaba hace unos días de que hasta la fecha
ha expulsado a más de 300 jugadores titulados (el número de
aficionados debe de ser brutal) por hacer trampas en su plataforma. En
los últimos meses, añadían, los casos detectados se han duplicado.
En el reciente torneo Sunway, el primero de la historia de partidas lentas
jugadas por internet, la organización expulsó a treinta participantes sobre
los que recaía la fundada sospecha (ese es otro punto delicado) de que
eran fulleros. El número de denuncias era mucho mayor.

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El caso del tramposo del retrete fue de los más sonados

Por supuesto, hay ajedrecistas de todos los niveles que encuentran


inconcebible ayudarse con un módulo o recurrir a alguna otra
triquiñuela. Levon Aronian, por ejemplo, asegura que jamás lo haría,
porque supondría «no solo traicionar el Juego, sino a ti mismo como
persona». «Si recurres a ese tipo de engaño no tienes derecho a llamarte
a ti mismo persona», añade taxativo.
Lo cierto es que incluso en partidas irrelevantes, sin ninguna recompensa
económica, a mucha gente no le importa recurrir al juego sucio para
ganar. Nigel Short, vicepresidente de la FIDE y antiguo candidato al
título, contaba hace poco que de forma regular le llegan mensajes de las
salas en las que juega para decirle que han detectado que alguno de sus
rivales había violado las normas. «Ocurre cada pocos días, incluso
cuando no hay nada en juego. Añade premios en metálico y el número
crecerá de forma substancial», comenta el británico.
El peligro de estas cosas es que paguen inocentes, como también ha
ocurrido. Se ha desatado cierta paranoia y alguna vez me ha pasado que
después de derrotar a alguien por internet te diga que le has hecho
trampas o amenace con denunciarte. El último fue muy divertido, porque
después de seis partidas de 3 minutos, con empate en el marcador, mi
rival aseguraba que yo jugaba con ayuda de una máquina. Huelga decir

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que era tan malo como yo, pero más tonto. El tipo argumentaba como
prueba que estaba comprobando (¡en directo!) las partidas con un
módulo y que yo hacía las jugadas buenas al toque. En fin, espero que
con semejante argumento en Chess.com lo mandaran al purgatorio de
los tramposos que propone Ponomariov.

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Jugar con Cabeza
por   Federico Marín Bellón
Candidatos 2020: ocho valientes en busca de
la corona
La FIDE no suspende (de momento) la celebración en Rusia del torneo de
ajedrez, cuyo ganador retará a Magnus Carlsen

Federico Marín Bellónel 14 mar, 2020  

El ajedrez no es inmune a los virus y la cancelación en cascada de


competiciones también es una constante en los tableros. La Federación
Internacional (FIDE) decidió dar por terminado el último Mundial de
Veteranos por países de forma precipitada, a falta de varias partidas,
para cumplir con las medidas decretadas por la República Checa, sede
del evento. El lunes, día 16, está prevista la ceremonia de inauguración
de una de las dos grandes citas programadas para 2020. En la ciudad
rusa de Ekaterimburgo debería empezar el Torneo de Candidatos, un
clásico con siete décadas de tradición que sirve para decidir quién retará
al campeón del mundo. Mientras, Silvio Danailov asegura que el torneo
será suspendido «o algo peor» con una probabilidad del 99,99%.

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El duelo por la corona contra Magnus Carlsen se espera para finales de
año. En vísperas del Candidatos, que debería terminar el 3 de abril
después de catorce rondas, la polémica sigue viva. El gran maestro
azerí Teimour Radjabov decidió apearse hace unos días de la lucha,
tras no lograr el aplazamiento deseado. La FIDE lo sustituyó rápido, no
sin despachar el asunto con un «motivos personales» que no gustó nada
al «desertor». Este alegó puro miedo al coronavirus y a la incertidumbre
que se crearía si un entrenador, un árbitro o cualquier participante
enferma durante el torneo.
El francés Maxime Vachier-Lagrave ocupará su lugar, pero aún quedan
incógnitas por despejar, a cuatro días del comienzo de las partidas (día
17). De entrada, el estadounidense Fabiano Caruana, último retador de
Carlsen, tuvo que dar algún rodeo para llegar a Rusia después de ver
cómo le cancelaban un par de vuelos. El pasado viernes contó en Twitter
que esperaba llegar a Moscú en dos horas, pero después no ha dado
señales.

Muralla china

No mucho más fácil lo han tenido los dos participantes chinos, Ding


Liren (número 2 del mundo) y Wang Hao (11). En cuanto se declaró la
epidemia, Rusia echó el cerrojo a su larguísima frontera con el país
vecino, de más de 4.000 kilómetros. Un visado especial les permitirá
atravesarla. Otra cosa es el modo. Ding Liren vive no muy lejos de
Wuham, epicentro del coronavirus, y ha sufrido medidas de aislamiento
severas. A Wang Hao la crisis le pilló en Japón, y tuvo que viajar a
Moscú sin pasar por casa, tras renunciar a un campamento con sus
entrenadores y sin material de estudio. Él también apostaba por
postergar la prueba. Susan Polgar ha declarado que el jugador le ha
confirmado personalmente que había logrado llegar a la capital rusa.
Los otros cuatro elegidos para luchar en la capital de los Urales son el
holandés Anish Giri y los rusos Ian Nepomniachtchi, Alexander
Grischuk y Kirill Aleseenko. Este último, invitado por la organización
rusa, parece casi el único sin opciones de triunfo, mientras que los
principales favoritos son Caruana y Ding Liren, aunque casi ninguna
victoria sería una sorpresa.
Durante el torneo se extremarán las medidas de precaución. Los
participantes serán examinados para comprobar que no tienen síntomas
y, según se desarrollen los acontecimientos, los espectadores podrán ser
obligados a llevar máscara. Por una vez, además, no será obligatorio dar
la mano al rival antes y después de las partidas. Con todo, los críticos
arguyen que la FIDE juega con fuego. Nigel Short, vicepresidente,
responde con humor y compara las trece víctimas mortales por la
enfermedad con los 30.000 muertos anuales por accidentes de tráfico en
Rusia. Se desconoce qué ocurriría si alguien amaga con estornudar en

22
un deporte en el que, como dijo Nimzovich, la amenaza es más fuerte
que la ejecución.
La mejor noticia es que, con todas las opciones buenas para seguirlo en
directo, el encierro será más leve para los aficionados al ajedrez.

Jugar con Cabeza


por   Federico Marín Bellón
Candidatos 2020: ¿un disparate o una
fiesta?
Críticas y aplausos por la celebración del torneo en Rusia. La FIDE dice que es
«un gran acontecimiento para toda la comunidad deportiva». Kramnik se borra
como comentarista

Image
n de la ceremonia de inauguración del Torneo de Candidatos de Ajedrez,
tomada ayer en Rusia. Chess.com ha denunciado que la FIDE la retirara
después. Foto: Lennart Ootes Federico Marín Bellónel 17 mar, 2020  

Es oficial. Las partidas del torneo de Candidatos acaban de empezar en


Ekaterimburgo (Silvio Danailov ha perdido su apuesta), aunque es
pronto para que nadie se alegre. Con una larga tradición de siete
décadas, la competición es un lujo para los aficionados y llega justo
cuando más necesitados estamos de diversión. Las voces críticas son

23
cada vez más numerosas, sin embargo, y la foto de arriba (de Lennart
Ootes) ha causado espanto, no solo dentro del mundo del ajedrez. La
FIDE decidió retirarla para no aumentar la alarma, no sin señalar que los
ajedrecistas no estaban presentes y que en Rusia el número de casos es
todavía muy bajo.
La postura de Luis Fernández Siles (Chess.com) resume el sentir de
muchos: «Voy a retransmitir el Torneo de Candidatos porque es mi
trabajo y porque espero que ayude a tanta gente encerrada en casa.
Pero me parece el mayor disparate de la historia de la FIDE».
Recordemos que el azxerbaiyano Teimour Radjabov vio la jugada antes
que nadie y se borró de la fiesta después de haber logrado clasificarse.
Ayer, el excampeón del mundo Vladimir Kramnik anunció que no
participaría como comentarista. Sí lo hará Magnus Carlsen,
acompañado por Peter Svidler, a través del portal Chess24.
Cuando Radjabov criticó la celebración del torneo, desde la FIDe
respondió su director general, Emil Sutovsky, quien afirmó que las
medidas adoptadas minimizarían los riegos: «Se recomienda no dar la
mano al rival. No es un torneo masivo: solo son ocho ajedrecistas». Para
el público (¡hay público presencial!) también se han dispuesto algunas
soluciones, pero la imagen de arriba, hipnótica, despeja demasiadas
dudas. Dejamos otra de Maria Emelianova, también elocuente:

En el centro, Arkady Dvorkovic, presidente de la FIDE, y Anatoly Karpov,


excampeón del mundo. Foto: Maria Emelianova.
Y una más, de la página oficial del torneo:

24
Karpov firma un autógrafo a un niño
Y ahora, a disfrutar de las partidas, mientras se pueda.

25
Jugar con Cabeza
por   Federico Marín Bellón
Un gran maestro pierde una partida por
llevar reloj
Baskaran Adhiban sufrió la derrota en solo nueve jugadas tras la reclamación
de su rival, en el campeonato nacional indio por equipos

Baskaran Adhiban quizá debería cambiar su foto de perfil en Facebook. La


imagen fue tomada por Lennart Ootes en 2017Federico Marín Bellónel 15 feb, 2020  

El gran maestro Baskaran Adhiban fue castigado el pasado sábado con


la pérdida de su partida por llevar un reloj analógico en la muñeca.
Ocurrió en el campeonato nacional por equipos de la India, según
informa Chess.com. La sanción, a todas luces desmedida, se produjo
después de solo nueve jugadas, durante la tercera ronda del torneo y
tras la (im)pertinente reclamación de su rival, el maestro internacional C
R G Krishna. Este se aprovechó de una norma vigente en aquel país
desde 2018, que prohíbe a los ajedrecistas llevar cualquier tipo de reloj
en los torneos.

26
La FIDE persigue con dureza el uso de dispositivos electrónicos, sobre
todo relojes inteligentes, pero permite llevar un reloj analógico en la
muñeca en casi todas sus competiciones, aunque en Olimpiadas y
Copas del Mundo se han puesto más estrictos. Los bolígrafos son otro
elemento en tela de juicio y en campeonatos importantes como los
citados solo se pueden utilizar los oficiales, que facilita la organización.
En la India, sin embargo, decidieron simplificar la labor de los árbitros
ampliando las prohibiciones (quizá lo próximo sean las gafas), lo que le
salió caro a Adhiban, un ajedrecista destacado que ha sido campeón del
mundo sub 16 y campeón indio. Ocupa el cuarto puesto en la
clasificación de su país y está entre los cien mejores del mundo. Puede
que no sea muy famoso ni figure entre la última hornada de niños
prodigio, pero es gran maestro desde los 17.
Los torneos por equipos también los carga el diablo y a veces propician
que los jugadores se vean empujados a comportarse de un modo que les
daría vergüenza en una competición individual. Se ve hasta en las ligas
regionales en España. En el torneo celebrado en Ahmedabad, en el
estado de Gujarat, el jugador, de 27 años, representaba al equipo PSPB
(Petroleum Sports Promotion Board), mientras que su rival pertenecía al
RSPB-B (Railway Sports Promotion Board). Petroleros contra treneros,
quizá con cuentas pendientes entre ellos.

Después de solo nueve movimientos, Krishna avisó de la presencia del


reloj asesino al árbitro, que declaró la partida perdida para las negras.
Por supuesto, en el tablero se había planteado una defensa india.
Adhiban se quedó se piedra. Según declaró al canal deportivo ESPN,
acababa de regresar del torneo de Gibraltar, donde por supuesto llevó
siempre su reloj, y debido al jet lag no cayó en la cuenta del cambio de
normas.
La decisión arbitral causó una gran polémica y llevó al secretario de la
Federación India a confesar que «si hay suficientes voces que lo piden»,
quizá deberían replantearse la norma. Esta, por otro lado, ya se había
cobrado una víctima anterior, en mayo de 2018, en el abierto de Orissa.
El GM Martyn Kravtsiv perdió contra la maestra internacional
femenina V Varshini, quien también reclamó su punto, puede que
atemorizada por las manecillas.
Quizá habría que cambiar la expresión «el más tonto hace relojes» por
«el más tonto reclama relojes», sobre todo porque en los torneos de todo
el mundo se dan situaciones mucho más sospechosas y hemos visto
tramposos que escondían dispositivos hasta en los zapatos.
Chess.com recuerda como anécdota la derrota más «cómica» de un
jugador de primer nivel. El GM Ruslan Ponomariov, ex campeón del
Mundo de la FIDE, perdió el punto cuando le sonó el móvil durante una
partida (que respondiera o no ya era irrelevante). Lo más curioso es que
era el día de su cumpleaños. Pocas veces una felicitación sale tan cara.

27
Tampoco estuvo mal, es un decir, cuando Wesley So perdió por escribir
mensajes motivadores en su planilla.

Jugar con Cabeza


por   Federico Marín Bellón
¿Cuántos ajedrecistas hay en España? ¿Y
en el mundo?
Nuestro país lidera la lista de número de jugadores en activo, por delante de
Francia, Alemania, India y Rusia

Imagen del torneo de Benasque, uno de los más multitudinarios del calendario en
España. Foto: Efe / Ángel SahúnFederico Marín Bellónel 03 ene, 2020 
 
Un polémico informe publicado hace unos años por una fuente
interesada (como todas) aseguraba que en el mundo hay 500
millones de personas que practican el ajedrez, casi una religión. En
realidad, nadie sabe en cuántos hogares hay un tablero y unas piezas
que se utilicen con un mínimo de regularidad, pero sí sabemos cuántos
ajedrecistas controla la Federación Internacional (FIDE) y compiten en

28
pruebas oficiales. El número no para de crecer y ya son más de 352.000
jugadores con Elo internacional, de los cuales más de 172.000 han
disputado alguna partida oficial en 2019.
Nuestro país, quizá para sorpresa de algunos, es una de las grandes
potencias, al menos en esta clasificación meramente numérica,
y España es líder en ajedrecistas en activo, con 15.461. Según
informa la FIDE, que se hace eco de las estadísticas recogidas en Chess
ratings, los siguientes países en la lista son Francia (13.716) y Alemania
(11.989). Sorprende que estas tres naciones occidentales, relativamente
pequeñas, superen a dos gigantes como India (11.682) y Rusia (11.164).
El sexto es, sorprendentemente, Irán, aunque acaban de perder algún
efectivo importante y puede que la puerta haya quedado abierta, por su
«manía» de no permitir que sus jugadores jueguen contra representantes
de Israel.

Más de 14.000 personas participaron en unas simultáneas en la plaza del Zócalo de la


ciudad de México, en una sesión de simultáneas que entró en el libro Guinness de los
récords, en 2006. Foto: Reuters / Tomás Bravo

En todo caso, las cifras se quedan cortas. Un país como Estados Unidos,
con la segunda federación más grande del mundo, no aparece ni en los
diez primeros puestos, ya que allí manejan su propio Elo y los
ajedrecistas federados en la FIDE están lejos de ser mayoría. El
fenómeno es aún más acusado en China.

29
Para situar estas cifras en un contexto, por otro lado, podemos
compararlas con las que maneja la ATP en el tenis, con «solo» 1933
jugadores en sus listas, casi 100 de ellos españoles. Para que la
comparación sea más igualada habría que hablar de los jugadores
federados en España, aunque no aparezcan en la clasificación
internacional. La Federación tiene contabilizados a 16.789 jugadores de
tenis activos. Por supuesto, practicantes sin licencia habrá muchos más,
al igual que en el ajedrez, donde el número de federados es de 27.000
(de ellos, los 15.461 con Elo internacional). Hoy mismo ha nacido Irene,
seguramente una aficionada más.
Volviendo a los datos de la FIDE, España también está entre los países
que más crecen, con 1831 nuevas licencias en 2019, por detrás de India
(2689) y Rusia (2372). En todo el mundo se apuntan al ajedrez casi
30.000 ajedrecistas cada año. A ese ritmo, hacia 2024 superaremos el
medio millón de jugadores federados en todo el mundo. El potencial es
increíble.
Por número total de jugadores, contando también a los «inactivos»,
que no han disputado ninguna partida oficial el último año, Rusia
encabeza la clasificación, con 34.811, seguida de India (32.494),
Alemania (26.549), España (24.784) y Francia (23.414). La mala noticia
es que en el mundo, por primera vez, hay más jugadores inactivos que
activos.
En Iberoamérica, los dos grandes son Brasil, en el puesto 14 con 5340
ajedrecistas, y Argentina, 16 con 5126. Ambos crecen además a un ritmo
cercano al 10% anual.

30
Jugar con Cabeza
por   Federico Marín Bellón
Un niño de diez años se convierte en el
maestro internacional más joven de la
historia
El ajedrecista estadounidense de origen indio Abhimanyu Mishra ha logrado el
título a los 10 años, 9 meses y 3 días

Abhimanyu mishra, en una imagen del año pasado. Foto: US Chess


SchoolFederico Marín Bellónel 09 nov, 2019 
 
Abhimanyu Mishra es el maestro internacional más joven de la historia.
El jovencísimo estadounidense ha logrado el título, que certifica su
maestría en el ajedrez a los 10 años, 9 meses y 3 días. Supera así el
récord de Praggnanandhaa R, ya un «viejo» conocido en este blog,
quien con el tiempo logró el título de gran maestro con una precocidad
también máxima: es el segundo más joven de la historia. «Me gusta
cómo se mueven las piezas», asegura Mishra, «y poder aplastar a mis
rivales sin hacerles daño realmente».

31
En la página india de ChessBase cuentan la hazaña del muchacho, de la
que también se hace eco Susan Polgar. Mishra vive en Nueva Jersey y
logró su récord este viernes, superando en 17 días el increíble
récord de Pragg, que databa de hace tres años. El nuevo maestro nació
el 5 de febrero de 2009 y logró su definitiva norma de MI en un torneo
organizado por la academia de Max Dlugy. Su padre le enseñó a jugar
cuando el chico solo tenía dos años. A la edad de siete ya superaba a su
progenitor.

en la que pide donaciones para progresar más rápido


El chaval parece una roca, porque logró nueve tablas en nueve partidas
contra oponentes en teoría mucho más duros que él: tres grandes
maestros y seis maestros internacionales. En la primera ronda se
encontró con casi una leyenda: Leonid Yudasin, que al igual que el
resto de sus rivales se tuvo que conformar con el empate. Mishra se
presentaba en el torneo con un Elo de 2395 puntos, pero con su
resultado ya ha superado la barrera de los 2400.
El padre de Abhimanyu declaró a ChessBase que estaba muy orgulloso
de su hijo, que «ha trabajado muy duro en los últimos tres años», lo que
le ha permitido superar un récord que les parecía inalcanzable. Hasta
ahora, el joven prodigio ha recibido ayuda de los grandes maestros Arun
Prasad y Magesh Panchanthan, y de la maestra femenina Anuprita
Patil. Según el primero, su alumno tiene una «memoria fantástica, es

32
excelente en el cálculo y una capacidad de trabajo enorme». Mishra
también ha sido acogido por la Fundación Kasparov.
El chaval es ambicioso y, por supuesto, ahora quiere convertirse en el
gran maestro más joven de la historia. Tiene un año y diez meses para
superar a Sergey Karjakin. Que es listo lo prueba que su libro favorito
sea uno de finales, del gran Mark Dvoretsky.

Jugar con Cabeza


por   Federico Marín Bellón
Un chico de 13 años, campeón belga
absoluto
Daniel Dardha, que ni siquiera es maestro internacional, superó a tres grandes
maestros

Federico Marín Bellónel 02 sep, 2019  

Daniel Dardha se ha proclamado campeón absoluto de Bélgica, a los 13


años y diez meses. Para dar más valor a su victoria, el campeonato no
fue el típico torneo suizo en el que la suerte es a menudo fundamental.
En Charleroi se jugó una liga entre diez jugadores, tres de ellos grandes

33
maestros. El campeón ni siquiera tiene aún el título de maestro
internacional.

Dardha, nacido en Mortsel el 1 de octubre de 2005, es el campeón belga


más joven de la historia. Según cuentan en ChessBase, terminó
empatado en el primer puesto con el GM Tanguy Ringoir, con seis
puntos en nueve partidas, pero fue coronado campeón gracias a que
tenía más victorias. Con una actuación de 2483 puntos Elo, el triunfo le
supuso además la definitiva norma de maestro internacional. Se espera
que le concedan el título en septiembre. El campeonato belga se celebró
hace casi un mes, pero debido a su modesto nivel, los resultados no
habían trascendido.
Según ha destacado el MI Geert van der Stricht en la prensa local, algo
que diferencia al nuevo campeón de otros jugadores jóvenes es que en
cada partida elige una apertura diferente. La trayectoria del muchacho es
impresionante: en 2017 ganó el campeonato belga sub 12 con 8,5 puntos
en 9 partidas, en 2018 se impuso en la categoría sub 14 con 9 de 9 y
luego ganó el Mundial sub 14. Ahora mismo es el mejor jugador europeo
de su edad y número 8 del mundo. Es la gran esperanza belga.
Su aparición no ha sido casual, sin embargo. Su padre (Arben) es un
buen ajedrecista y maestro FIDE, además de su actual entrenador,
aunque el chico también ha trabajado con el gran Ivan Sokolov, que
ayuda a las jóvenes promesas del país. Para el gran maestro holandés,
de origen bosnio, Dardha será el primer ajedrecista nacido en el país que
supere la barrera de los 2600 puntos Elo. «Ya tiene buena mano y rara
vez comete errores posicionales», asegura, aunque también señala que
necesitará patrocinadores para crecer, porque el apoyo familiar no suele
bastar en estos casos.

34
Jugar con Cabeza
por   Federico Marín Bellón
Muere Pal Benko, un genio del ajedrez que
tuvo una vida de película
Sufrió durante un año y medio los rigores de un campo de concentración
soviético

Pal Benko, en 1964. Foto: N. F. Broers (Wikipedia / Anefo


Auteursrechthebbende : Nationaal Archief Materiaalsoort)Federico Marín Bellónel 26
ago, 2019  

Solo por la invención del gambito Benko, una hermosa forma de empezar
la partida que implica el sacrificio de un peón en la tercera jugada, con
negras, el viejo gran maestro merecía haber pasado a la historia. Pal
Benko fue además uno de los ajedrecistas más fuertes de los años
sesenta y alrededores, y tuvo una vida de película, de con fugas y
capturas, que le costó pasar un año y medio en un campo de
concentración.
Nació en Francia, creció en Hungría, sufrió en la URSS y acabó en
Estados Unidos. Logró victorias contra cuatro campeones del
mundo: Fischer, Tal, Petrosian y Smyslov, y se clasificó dos veces

35
para el torneo de Candidatos, antesala de la lucha por el título mundial.
Además de por sus aperturas destacó por su fino conocimiento de los
finales, materia en la que era una autoridad, como demostró a menudo
en sus escritos. Su afición a las posiciones con pocas piezas lo llevó
también a destacar como problemista y compositor. Murió ayer a los 91
años, pero su legado es inmortal. Después de Yuri Averbaj, que tiene 97
años, era el gran maestro más viejo del mundo.
Las reacciones en el mundo del ajedrez se suceden por la desaparición
de Pal Benko, que se mantuvo en activo hasta sus últimos días.
También en la vida era un experto en finales. En la página de
la Federación de Estados Unidos de Ajedrez enlazan uno de sus
artículos, publicado hace justo un año y ganador de un premio de la
asociación de periodistas de ajedrez de Estados Unidos. En el texto,
dedicado a Stefan Zweig, Benko traza paralelismos entre su propia vida y
la del Dr. B, protagonista de la «Novela de ajedrez» del autor vienés, que
mantiene la cordura en un campo de concentración gracias al ajedrez. El
ajedrecista ofrece un interesante giro a la historia de Zweig, que merece
la pena leer.
En su biografía, «Pal Benko, My Life, Games and Compositions»,
publicado en 2003, cuenta que el campo de concentración le hizo
apreciar cosas que parecen obvias. Quizá por eso en su carrera
ajedrecística fue más un «gourmet» el ajedrez que un depredador. Es
sus intentos por ganar la corona mundial, llegó dos veces a disputar el
torneo de Candidatos, en 1959 y 1961 (quedó octavo y sexto). En 1970
llegó hasta el paso previo del Interzonal, que se jugó en Palma de
Mallorca, pero cedió su plaza a un genio emergente, Bobby Fischer,
que le debe buena parte de su ascenso hasta la cumbre.
Los primeros años de Benko son los más espectaculares: nació en
Amiens (Francia) casi por casualidad, por la afición de sus padres a
viajar. Creció en Budapest, pero su vida se tornó más sombría con la
guerra, primero, y con la invasión soviética, después. Obligado a alistarse
en el Ejército, desertó, fue capturado y volvió a escapar. Cuando
regresó a casa, descubrió que su familia había desaparecido. Su madre
murió, mientras que su padre y su hermano estaban en un campo de
trabajo. Su talento para el ajedrez salvó su vida y la de su hermana
pequeña.
Durante un torneo en Berlín, buscó refugio en la embajada de Estados
Unidos, pero fue atrapado de nuevo y enviado a un campo de
concentración, donde pasó un año y medio en el que casi muere de
hambre. En 1957, por fin logró fugarse con éxito durante un campeonato
estudiantil en Islandia. De allí viajó a Estados Unidos, donde pasó el
resto de su vida. En su primer año fue cuando se clasificó para su primer
Interzonal, en Belgrado. Él y Fischer se clasificaron para el Candidatos,
en lo que fue el comienzo de una amistad tan hermosa como permitía el
genio.

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El gran maestro español Juan Manuel Bellón relata en Facebook que
jugó cuatro veces contra Benko. También cuenta una anécdota muy
divertida sobre su forma de encajar los contratiempos: Cuando le
preguntaban qué pensaba sobre que los rusos le hubieran cambiado el
nombre de gambito Benko por el de gambito Volga, el ajedrecista decía
que no le importaba, «siempre que ellos reconocieran a su río Volga
como río Benko».

Jugar con Cabeza


por   Federico Marín Bellón
Ana Matnadze, reina del ajedrez rápido en
España
La jugadora de origen georgiano suma ya trece títulos nacionales

Ana Matnadze, campeona de España de Ajedrez rápido y relámpago. Fotos:


FEDAFederico Marín Bellónel 25 ago, 2019  

Ana Matnadze ha ganado en menos de 24 horas dos nuevos


campeonatos de España de ajedrez. En las partidas rápidas y
relámpago, la jugadora de origen georgiano, ex campeona del mundo
sub 14, domina el panorama nacional con mano firme. Anoche logró en

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Linares su sexto título en la modalidad rápida. Justo antes había
completado en Úbeda otra media docena en ajedrez relámpago.
Además, tiene un campeonato de España femenino en la modalidad
clásica.
 

Sabrina Vega, segunda clasificada, venía de completar una actuación espectacular en el


Campeonato Iberoamericano. Foto. FEDA

Matnadze consiguió este viernes el primer puesto, con 6,5 puntos en


nueve rondas, según informa la agencia Efe, por delante de la
canaria Sabrina Vega, que venía de obtener un gran resultado en el
Campeonato Iberoamericano, en el que se impuso el peruano Jorge Cori,

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empatado a puntos con Carlos Daniel Albornoz y Paco Vallejo. Con
solo un punto menos, Vega fue la primera mujer clasificada, empatada en
el quinto puesto con un nutrido grupo de jugadores.
Ana Matnadze ha vencido en seis de las siete últimas ediciones del
campeonato de España de ajedrez rápido, en partidas de 15 minutos
más cinco segundos de incremento por jugada. En las relámpago, el
ritmo es de 3+2.

En su página de Facebook, Matnadze agradeció el apoyo recibido:


«Habiendo concluido el Campeonato de España de Ajedrez Rápido ayer
en Linares, con el cual he podido sumar mi decimotercer título nacional
(6 en rápidas, 6 en blitz y 1 clásico), me gustaría, una vez más,
agradecer el inmenso apoyo y cariño recibido en todo este tiempo. No
son pocas las cosas vividas, los momentos de estrés, de gloria, de
bajones, de levantarse, de llorar y de risas imparables, y muchas,
muchas cosas más… Gracias por todos y cada uno de los minutos que
habéis estado ahí por mí».
Por su parte, el gran maestro Marc Narciso se proclamó campeón de
España de ajedrez relámpago, mientras que Enrique Tejedor ganó el
título de ajedrez rápido por segundo año consecutivo. El cántabro ganó
por coeficiente de desempate a Narciso, Carles Díaz y Alexei Shirov, en
su segunda etapa como jugador español.
Los trofeos eran bastante «pintureros»:

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Jugar con Cabeza
por   Federico Marín Bellón
Muere a los 100 años Lewis Cullman,
filántropo y mecenas del ajedrez escolar
Donó millones de dólares a hospitales y museos, y contribuyó a enseñar a
jugar a medio millón de niños desfavorecidos en Nueva Cork

Lewis Cullman. Foto: www.chessintheschools.orgFederico Marín Bellónel 11 jun, 2019  

Lewis Cullman falleció el pasado día 8 en Stamford (Connecticut), a los


100 años. Decía Mae West que, aunque solo se viva una vez, bien
aprovechada una vez es más que suficiente. Un siglo de vida da para
mucho. Rico de cuna, Cullman se convirtió en mecenas cultural y
filántropo. Su causa favorita era el ajedrez, sobre todo a través de la
organización Chess in the schools, que en los últimos treinta años ha
enseñado el juego a más de medio millón de alumnos de las escuelas
públicas de Nueva York. «Creo que, si tiene la oportunidad, todo niño
tiene el poder de triunfar en la vida y de ayudar a otros», decía, «pero
también creo que no hay demasiados niños que tengan esa
oportunidad».

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Cullman felicitaba personalmente a todos los ganadores del torneo de
principiantes que lleva su nombre. En la última edición, se proyectó una
película sobre sus aportaciones al ajedrez, que se puede ver un poco más
abajo

El programa de Chess in the Schools, una iniciativa felizmente copiada


en colegios de medio mundo, no solo públicos, ayuda a los estudiantes a
desarrollar un pensamiento crítico y a mejorar sus habilidades en la toma
de decisiones, algo que les valdrá para toda la vida. Pero volvamos a la
apasionante vida de Lewis Cullman. Nació el 26 de enero de 1919 en el
seno de una familia que hizo fortuna con la industria del tabaco, pero no
se apresuren a juzgarlo. Museos, hospitales y universidades se
convirtieron para él en lugares más importantes que Wall Street. Mientras
su padre y sus dos hermanos construían imperios del tabaco, él se
enriqueció con la venta y producción de calendarios y agendas, aunque
su sueño era ser meteorólogo, según informa «The New York Times».
Llegó a graduarse en la Universidad de Nueva York, de hecho, pero la
Segunda Guerra Mundial frustró sus estudios de posgrado.
En la Armada, pronosticó tormentas para las fuerzas estadounidenses en
el Atlántico y el Mediterráneo, y después de la guerra fundó un servicio
privado de pronóstico del tiempo en Boston, que alertaba a las ciudades
y pueblos de Nueva Inglaterra sobre cuándo debían poner en marcha sus
quitanieves. Su resistencia a participar en el negocio del tabaco no tenía
nada que ver con la defensa de la salud; en aquellos años ese aspecto ni
se consideraba todavía. Simplemente, quería seguir su propio camino.

La compra afortunada de una empresa de agendas y calendarios le


supuso un beneficio de 300 millones de dólares, pero retirarse y vivir de

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las rentas tampoco estaba entre sus previsiones. La saneada situación
económica le permitió dedicarse a tiempo completo a la filantropía y el
mecenazgo, siempre al lado de su mujer, Dorothy, hasta su muerte en
2009. Hospitales y museos eran los receptores más habituales de
fondos, pero el ajedrez se convirtió en su pasión predilecta, a través del
programa Ajedrez en las escuelas (Chess in the Schools), fundada en
1986 por Faneuil Adams Jr., ejecutivo de Mobil Oil, y por el célebre
ajedrecista y entrenador Bruce Pandolfini. Las ayudas de los Cullman
suponían para el proyecto un ingreso de un millón anual desde 1991.
«El ajedrez desarrolla el pensamiento crítico», contaba Cullman. «El
concepto de utilizarlo como herramienta educativa fue lo que me atrajo».
También le apasionaba la idea de gastar en vida el dinero en causas
útiles, que desarrolló en el libro «Can’t take it with you: the art of making
and giving money» (2004), en el que animaba a los multimillonarios de la
lista Forbes a seguir su camino. No consta cuántos lo leyeron y aún
menos los que le hicieron caso.

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Jugar con Cabeza
por   Federico Marín Bellón
La pieza más valiosa del ajedrez: un millón
de euros
Una familia guardó en un cajón la figurita, del siglo XII, después de comprarla
en 1964 por cinco libras

Federico Marín Bellónel 03 jun, 2019  

Una dama vale más o menos igual que dos alfiles y un caballo, mientras
que una torre equivale a cinco peones. Como casi todas las normas,
tienen sus excepciones, aunque no tan acusadas como el valor de un
guerrero medieval que una familia guardó en un cajón durante 50 años.
Ahora está valorado en más de un millón de euros. En su día, costó
poco más de cinco euros y medio (más de cien, si se tiene en cuenta
la inflación).
La figura no es valiosa por su tamaño, aunque este es algo mayor de lo
normal: 8,8 centímetros de altura. Representa a un guerrero tallado en
colmillo de morsa y fue comprada en 1964 por cinco libras,
según informa «The Guardian». Durante casi todo este tiempo ha

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permanecido en un cajón de la casa, sin que nadie supiera, como es
lógico, que era la pieza que faltaba a uno de los juegos medievales de
Lewis. A los aficionados a Harry Potter quizá les resulte familiar su
diseño.
Las piezas de ajedrez de Lewis se encontraron en 1831 en las Islas
Hébridas Exteriores (Escocia) y han sido exhibidas en museos en
Londres y Edimburgo. Se calcula que datan del siglo XII, entre los años
1150 y 1200. Fueron halladas 93 (82 están en el Museo Británico y las
otras 11 en el de Escocia) y el resto se daban por desaparecidas. Hasta
este lunes, cuando la casa de subastas Sotheby’s ha anunciado que ha
sido autenticada una de las piezas faltantes. Será vendida en julio por un
valor estimado de entre 600.000 libras esterlinas (678.000 euros) y un
millón (1,13 millones de euros). El experto de Sotheby’s que certificó
su valor, Alexander Kader, ha confesado que se quedó con «la boca
abierta» cuando compendió lo que tenía entre manos, «uno de los
descubrimientos más emocionantes» de su carrera.
En su momento, la pieza fue etiquetada como «antiguo ajedrez guerrero
de morsa» y fue comprado en Edimburgo por un comerciante de
antigüedades que luego la legó a su familia, cuyos miembros han pedido
permanecer en el anonimato. «Cuando mi abuelo murió, mi madre
heredó la pieza de ajedrez. A ella le gustaba mucho el juego, ya que
admiraba su complejidad y su originalidad», declaró uno de los
propietarios.

La pieza hallada, un guerrero con casco y espada que podría representar


el papel de las actuales torres, tiene aún más valor del que podría
resultar obvio, ya que su color no es tan pálido como el de los otros
trebejos de la colección. Según Kader, esto podría ofrecer pistas sobre
su verdadero aspecto original.

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Jugar con Cabeza
por   Federico Marín Bellón
Empieza el Mundial de Ajedrez soñado por
Bobby Fischer
La FIDE avala el torneo organizado por Chess.com, abierto a grandes
maestros y aficionados, en el que se sortea la posición de las piezas

Federico Marín Bellónel 26 abr, 2019  

Bobby Fischer fue el principal defensor del ajedrez que ha acabado


llevado su nombre, una modalidad en la que se sortea la posición de las
piezas (excepto los peones). Para acabar con las «tablas de grandes
maestros», partidas en las que los profesionales se traen la lección
aprendida de casa, el genio estadounidense propuso este sistema,
conocido como Fischer random o ajedrez960, porque ese el número de
posiciones iniciales posibles. Este domingo, 28 de abril, arranca el
primer Campeonato Mundial de Ajedrez Fischer Random, reconocido por
la FIDE y organizado por Chess.com y Dund As. Lo más sorprendente es
que puede participar cualquier aficionado, no solo los ajedrecistas
titulados. Las primeras fases se jugarán online y la final será

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presencial. Se celebrará en otoño en Noruega, con una bolsa de premios
de 375.000 dólares (336.000 euros). Inscribirse solo cuesta cinco
dólares.
Ajedrez normal

Fischer random

Algo está cambiando en la FIDE, desde luego, y no parece muy difícil


que sea para bien. Su presidente, Arkady Dvorkovic, ha declarado que
«es un movimiento sin precedentes que la Federación Internacional de
Ajedrez reconozca una nueva variedad de ajedrez». «Es una decisión
meditada muy cuidadosamente», aseguró después de visitar Oslo para
cerrar el acuerdo. «Creemos que el Fischer random es una innovación
positiva: inyecta nuevas energías y entusiasmo a nuestro juego, pero al
mismo tiempo no rompe con nuestro ajedrez clásico y su tradición.
Probablemente por este motivo el ajedrez Fischer random se ha ganado
el aprecio de la comunidad del ajedrez, incluyendo el de jugadores de
élite y hasta del campeón mundial. La FIDE no podía pasar eso por alto:
ha llegado el momento de acoger e incorporar esta nueva modalidad de
ajedrez». Daniel Rensch, jefe de prensa de Chess.com, aseguró por su
parte que les encanta haber abierto «un camino accesible al estrellato a
ajedrecistas de todo el mundo».
En el Mundial participarán muchas de las principales estrellas del tablero,
como Magnus Carlsen, Hikaru Nakamura, Fabiano Caruana, Wesley
So, Alexander Grischuk, Ian Nepomniachtchi y Peter Svidler.
La fase clasificatoria, abierta a todos los jugadores, empieza el 28 de
abril. Los jugadores no titulados pueden inscribirse aquí, mientras que los
titulados deben hacerlo en este enlace.
Además de Chess.com, participa en la organización la compañía Dund
AS, que ya organizó el mundial oficioso de Fischer random en 2018,
entre el campeón mundial Magnus Carlsen y el estadounidense Hikaru
Nakamura. El duelo tuvo cerca de dos millones de espectadores de
televisión noruegos, cifra que ha propiciado esta continuación, mucho
más ambiciosa. Otra cifra que da una idea del potencial del ajedrez, por

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lo general desaprovechado, es que en Chess.com juegan 27 millones de
ajedrecistas de todo el mundo.

Carlsen y Nakamura jugaron ante la imagen de la tumba de Bobby Fischer el


primer Mundial oficioso de ajedrez960

Las reglas de la competición se pueden ver en este enlace.


Destacamos algunas curiosidades:
Llegar a campeón del mundo no es fácil, como cabe imaginar. Hay
una primera fase, abierta a todos, compuesta por 32 torneos suizos de
nueve rondas, con partidas de 10 minutos más 2 segundos de
incremento. Los cinco dólares de inscripción dan derecho a participar en
dos torneos. Por 20, logra una especie de tarifa plana y puede jugar
todos los que quiera.
Los 5 primeros de cada evento (160 en total) se clasifican para
la segunda fase, ya con jugadores titulados. En total serán otros 12
torneos suizos, con los mismos precios de la primera fase (desde 5
dólares por dos torneos). Los 7 mejores de cada uno (84 en total)
llegarán a la tercera fase y se mezclarán con 12 jugadores invitados, de
primer nivel.
La tercera fase será por eliminatorias o sistema del KO, con los
jugadores divididos en seis grupos. Habrá octavos de final, cuartos de

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final, semifinales y final, en miniduelos de dos partidas, de 15 minutos
más 2 segundos.
Los seis ganadores se unirán a Hikaru Nakamura y Fabiano Caruana. No
es probable que ningún aficionado llegue hasta aquí, pero nunca se
sabe. Cuando llegue el momento, detallaremos el sistema de juego.

Aparte de los premios en los clasificatorios, estos son los premios


finales:
Campeón: 125.000 $
Finalista: 75.000 $
3º 50.000 $
4º 40.000 $
Cuartofinalistas: 10.000 $

Como es natural, está previsto que alguien intente obtener alguna ayuda
ilegal, por lo que Chess.com aplicará sus habituales medidas
antifraude.

El museo Henie Onstad Kunstsenter albergará las fases finales del Mundial, a
diez kilómetros de Oslo

Más difícil aún será hacer trampas en las fases finales, que tendrán lugar
en Noruega, ya en octubre, en el museo Henie Onstad Kunstsenter,
situado en Baerum, a unos diez kilómetros de Oslo. En aras de convertir
el ajedrez en un espectáculo apetecible, por una vez los espectadores
podrán ver de cerca a los ajedrecistas, que solo se aseguran unos dos
metros de «aire».

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La organización les proporcionará una sistema de cancelación de ruido
(¿tapones?) que podrán usar si quieren. Lo que no podrán rehusar es
un sensor cardiaco, obligatorio, que se colocará a algunos jugadores,
justo debajo del codo. La televisión podrá utilizar sus datos en directo.
La retransmisión también ofrecerá a algunos ajedrecistas la posibilidad
de comentar en el «confesionario» (práctica ya habitual en unos pocos
torneos) sus impresiones de una partida en marcha. Quedan por regular
los controles antidopaje, que deberán acordar los organizadores y la
FIDE.

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Jugar con
Cabezapor Federico Marín Bellón
Ennio Morricone y el ajedrez, «el juego más
hermoso»
El compositor italiano, de 90 años, es un gran aficionado al juego y se ha
enfrentado a algunos de los mejores grandes maestros de la historia

Ennio MorriconeFederico Marín Bellónel 13 abr, 2019  

Ennio Morricone (Roma, 1928), maestro de maestros de la composición


musical para el cine, autor de medio millar de bandas sonoras, cuelga en
mayo la batuta con una gira de despedida en España y Portugal, a los 90
años, después de más de siete décadas de trabajo. Es buen momento
para recordar su profunda afición al ajedrez. El propio músico recordaba
en el libro «En busca de aquel sonido. Mi música, mi vida» (editado por
Malpaso hace un par de años), escrito a partir de las conversaciones
mantenidas durante años con el joven compositor, como mínimo más
joven que él, Alessandro de Rosa. «Para mí, el ajedrez es el juego más
hermoso precisamente porque no es solo un juego», sostiene. 

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Este sábado, ABC Cultural publica una entrevista de Israel Viana a Morricone,
muy recomendable
[Ennio Morricone: «Llevo toda la vida contestando a preguntas estúpidas
e irritantes»]
La importancia del ajedrez en la vida de Morricone queda patente desde
el principio. En 2006 compuso el «Himno de los ajedrecistas» para la
Olimpiada de Ajedrez de Turín. El «primer movimiento» del libro está
dedicado al juego, justo después del prólogo. El ganador de dos Oscar
habla de los fuertes puntos de contacto entre el sistema de notación
musical y el ajedrez. «No es casualidad que entre los matemáticos y los
musicólogos se oculten generalmente los más grandes jugadores»,
afirma, y cita a Mark Taimanov, «pianista y ajedrecista
excepcional», Jean-Philippe Rameau, Serguei Prokofiev, John Cage,
y sus amigos Aldo Clementi y Egisto Macchi. «El ajedrez es pariente
de las matemáticas y, como afirmaba Pitágoras, las matemáticas lo son
de la música», añade. «En el fondo, para mí, son actividades igual de
creativas; ambas se basan en procedimientos gráficos y lógicos que
implican también la probabilidad, lo imprevisto».
Ennio Morricone descubrió el ajedrez por casualidad. De niño, se
encontró con un manual que le llamó la atención y lo compró. Empezó a
jugar tanto que descuidó la música. Su padre le llamó la atención y le
obligó a dejar el juego, al que volvió con 27 o 28 años. Ya «no fue fácil».
Se inscribió en un torneo en Roma, donde le dieron una paliza, y tuvo
claro que debía estudiar. Lo hizo con Tatai, doce veces campeón de

53
Italia. Siguió con Zichichi y con Ianniello, que enseñaba a toda la familia
Morricone. El maestro llegó a tener cerca de 1700 puntos Elo. «Si no
hubiese sido compositor, me habría gustado ser ajedrecista, pero de alto
nivel, un aspirante al título mundial», asegura. Una vez incluso dijo que
cambiaría el Oscar (cuando solo tenía uno) por la corona, y de vez en
cuando se pregunta hasta dónde habría llegado, también como médico,
otro sueño infantil, anterior al ajedrez pero menos desarrollado.  
¿Qué le gusta a Morricone del ajedrez?
Este punto es curioso, porque le apasiona precisamente lo imprevisible.
Pone como ejemplo a Mijail Tal, uno de los más grandes de la historia,
que «ganó muchas partidas gracia a movimientos que confundían tanto
al rival que no tenían tiempo suficiente para reflexionar». De Bobby
Fischer destaca: «Fue un auténtico fuera de serie, quizá mi preferido,
inventó movimientos inesperados y sorprendentes». Llama la atención
que considere su trabajo musical más analítico que el ajedrecístico, que
ve como más intuitivo e incluso creativo. «Ellos arriesgaban jugando, en
gran medida, llevados por su instinto. Yo en cambio busco la lógica del
cálculo», explica.

Ennio Morricone, con Judit Polgar

«Para mí, el ajedrez es el juego más hermoso precisamente porque no


es solo un juego», dice Ennio Morricone, que agrega a modo de
aclaración: «Todo se cuestiona, las reglas morales, las de la vida, la
atención y las ganas de luchas sin derramamiento de sangre, pero con
voluntad de vencer y de conseguirlo justamente. Sirviéndote del talento y
no solo gracias a la suerte».
El capítulo está plagado de citas que enorgullecerían a cualquier
ajedrecista:
«En el ajedrez está la vida, está la lucha»

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«Hay quien dice que el ajedrez es una música silenciosa. Para mí, jugar es un
poco como escribir música»

Morricone también cuenta que al componer la música de «Los odiosos


ocho», que le valió su segundo Oscar, mientras leía el guión pensaba en
el estado de ánimo que se experimenta durante una partida. También
reflexiona sobre lo contradictorio que supone que en un juego
tan violento no se derrame ni una gota de sangre, al contrario de lo que
ocurre con las películas de Quentin Tarantino. «Y a pesar de ello no es
un juego frío», insiste.
Entre los rivales de Morricone sobre el tablero, el maestro destaca
a Terrence Malick («mucho mejor que yo»), Egisto Macchi y Aldo
Clementi, quien una vez jugó contra John Cage una partida «legendaria
en el mundo de la música». Fuera de su círculo, afirma que conoce a
varios profesionales y los sigue cuando puede en los torneos. Incluso
está suscrito a varias revistas: «La Italia Scacchistica» y «Torre & Cavallo
– Scacco!». Otro rival recurrente es su viejo Mephisto, un tablero
electrónico ya desfasado pero con una fuerza todavía suficiente para él.
Confiesa que en total le ha ganado solo unas diez partidas.

El libro de Morricone es apasionante. Denota un gran amor al cine y un


profundo conocimiento de su oficio

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Morricone también ha transmitido su pasión a sus hijos, lo que logró
especialmente con Andrea, que juega mejor que él. El mejor momento de
su carrera ajedrecística, recuerda, fue lograr tablas contra Spassky en
unas simultáneas. Fue un gambito de rey en el que el músico aplicó una
vieja receta de Fischer.  Una de sus mayores placeres lo encontraba
jugando partidas relámpago. Entre sus rivales más ilustres también
figuran Karpov, Kasparov, Judit Polgar y Peter Leko.
Por otro lado, habla de la «inteligencia genuinamente ajedrecística», que
no guarda relación con la del individuo en su vida cotidiana. Dicha
circunstancia le ha permitido conocer maestros sensacionales sin ningún
tema de conversación. Del mismo modo, hay caballeros pacíficos como
Spassky, «feroces» en el tablero.

Jugar con Cabeza


por   Federico Marín Bellón
Kramnik, el «verdugo» de Kasparov, deja el
ajedrez

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Federico Marín Bellónel 29 ene, 2019
  
Vladimir Kramnik, campeón mundial de ajedrez entre 2000 y 2007 –
derrocó por sorpresa a Garry Kasparov– deja el ajedrez de competición
a los 43 años. Fiel a su estilo, sobrio y eficaz, no necesitó grandes
palabras para dar la noticia. «Decidí terminar mi carrera profesional hace
dos meses y ahora, después de haber jugado mi último torneo, me
gustaría anunciarlo públicamente». Su futuro estará ligado a
los proyectos educativos y los niños, grandes beneficiados de esta
mala noticia.
[Foto: Alina l’Ami]

A su gran talento natural (fue campeón mundial juvenil a los 16 años),


Kramnik sumó siempre una capacidad de trabajo asombrosa. Una vieja
frase explica muy bien su manera de ser. Y sus éxitos: «El ajedrez es
como el ejercicio físico. Si entrenas cada día, permaneces en buena
forma. Con el cerebro ocurre igual; el ajedrez es una cuestión de
entrenamiento diario».
Como su antecesor, Vladimir Kramnik abandona el juego demasiado
pronto, esperemos que tampoco del todo. En la clasificación oficial de la
FIDE todavía es el número 7 del mundo, con 2777 puntos Elo, aunque
su mala actuación en el Tata Steel Chess de Wijk aan Zee (Holanda) le
hará perder ocho puestos y 24 puntos.

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Kramnik, en el torneo Tata Steel, donde ha sufrido mucho más de lo
acostumbrado

«Mi vida como profesional del ajedrez ha sido un gran viaje y estoy muy
agradecido al ajedrez por todo lo que me ha dado», declaró el jugador,
según informa la organización del torneo holandés, un clásico del circuito
que acaba de celebrar su edición número 81.  «A veces fue difícil,
algunas tuve más éxito del que pude imaginar nunca, pero en todo
caso ha sido una experiencia humana inestimable para mí. Siempre he
tratado de dar lo mejor de mí mismo y de estar completamente
involucrado mientras trabajaba y jugaba al ajedrez».
La declaración terminó con una buena noticia: «También he dicho en
algunas entrevistas antes que me gustaría tratar de hacer algo diferente
algún día, y desde que mi motivación como ajedrecista ha caído de forma
significativa en los últimos meses, siento que es el momento de hacerlo.
Me gustaría concentrarme en proyectos que he estado desarrollando en
los últimos meses, sobre todo en el campo de los niños y la educación.
Pronto daré más detalles».
El excampeón mundial también dijo que espera seguir jugando torneos
de partidas rápidas de vez en cuando y ofreciendo sesiones de partidas
simultáneas, como las que acaba de dar en la sede del parlamento
holandés.

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Durante años, Kramnik se convirtió en una máquina casi invencible,
como Capablanca, y luego supo adaptarse a los serios problemas de
salud que sufrió desde muy joven, castigado por una enfermedad
reumática. En mi club de ajedrez, en Alcobendas, tuvimos la suerte y el
privilegio de contar con él cuando aún «solo» era uno de los grandes
maestros jóvenes con mayor proyección. Kramnik derrotó a Miguel
Illescas en un duelo muy interesante. También demostró su capacidad
para superar las adversidades, no siempre en el terreno de juego
ajedrecístico: en un partido de fútbol con el gran maestro español y los
jugadores del club se le rompieron las gafas.
Muro de Berlín
El gran maestro ruso pasará a la historia por su victoria ante Kasparov en
el Mundial del año 2000, en Londres. Kramnik ganó dos partidas y no
perdió ninguna de las 15 disputadas, gracias sobre todo a su dominio de
la defensa Berlinesa, el famoso «muro de Berlín» que él terminó de
construir.

Kramnik, entrevistado en Wijk aan Zee, donde ha anunciado su retirada

Uno de los momentos más difíciles de su carrera fue el Mundial de Elistá,


en 2006, contra Vesselin Topalov, quien le acusó de hacer trampas en
sus frecuentes visitas al servicio, que el ruso justificó por su enfermedad.
Nunca se probó nada, como es natural, pero el campeonato, que vivía su
ansiada reunificación después de varios años de cisma, quedó
enmarañado.
En favor de Topalov se puede decir que él creía firmemente que el
Kremlin había intervenido en favor de su jugador. Solo ese pensamiento
le tuvo que afectar durante las partidas, algunas de ellas espectaculares.
Illescas, que formaba parte de su equipo, ha comentado más de una vez

59
que no se imagina haciendo nada irregular al ruso, que siempre
demostró su caballerosidad en los tableros.

Finalmente, perdió el título ante Vishy Anand, en México, un año


después. El torneo por el título cambiaba de formato y el indio logró el
primer puesto entre los ocho participantes. Al año siguiente se organizó
un duelo de revancha en Bonn (Alemania), en el que a Anand le salió
todo bien, empezando por su gran preparación de aperturas. Retuvo el
título por 6,5 a 4,5 puntos.
Después, Kranmik siguió compitiendo al mayor nivel, y entrenando con
una energía juvenil. Hay una anécdota de la Copa del Mundo de 2013
bastante reveladora sobre su carácter. Su rival en semifinales
era Maxime Vachier-Lagrave, quien después de una de las
partidas trataba de justificar sin éxito sus errores: «En determinado
momento, entré en pánico sin ningún motivo», dijo el francés. «Sí había
motivo», atajó el excampeón: «Jugabas contra mí».
Ese año Vladimir rozó el milagro de ganar el torneo de Candidatos para
retar de nuevo a Anand, pero el empate a puntos final con un joven
prodigio, Magnus Carlsen, no le sirvió por los caprichos del reglamento y
la historia escogió otro camino, bastante conocido. 

Jugar con Cabeza


por   Federico Marín Bellón

60
Kramnik-Topalov: diez años del Mundial
del escándalo

Federico Marín Bellónel 15 oct, 2016  

Hace diez años, Vladimir Kramnik vencía a Veselin Topalov en uno de


los duelos más ásperos por el título mundial, dentro de la larga historia
de batallas no siempre ejemplares que han vivido los tableros. Con su
apretado y polémico triunfo, el ruso ponía fin a 13 años de cisma en el
mundo del ajedrez, que carecía de un campeón unificado desde
que Kasparov se ladeó la corona en 1993. Se abría otro abismo bien
distinto, sin embargo, con las máquinas como protagonistas, problema
todavía no resuelto. El enfrentamiento estuvo cargado de tensión, con
acusaciones del equipo búlgaro por supuestas trampas en las frecuentes
visitas al baño de Kramnik. En una entrevista concedida a ABC semanas
después, Veselin seguía convencido de haber sido víctima de una
conspiración: «El Kremlin nunca reconocerá que mató al espía ruso, ni
Kramnik que hizo trampas». Los protagonistas siguen sin hablarse
después del llamado «toiletgate» o, en versión en español, el
«vátergate».
El enfrentamiento no defraudó, con un juego muy agresivo por parte de
ambos candidatos. Se jugó a partir del 23 de septiembre de 2006 en la
Elistá, república de Kalmikia, donde entonces gobernaba Kirsan
Ilyumzhinov, ya entonces y todavía hoy presidente de la FIDE.
Kramnik ganó las dos primeras partidas, aunque en la segunda estuvo
contra las cuerdas, tras el brillantísimo ataque del búlgaro, que en el
momento decisivo omitió la continuación ganadora. Después llegaron dos
tablas, en las que Topalov volvió a rozar la victoria tras lanzarse en
tromba a la yugular del ruso, que se defendió con una calma
impresionante y al menos en uno de los casos (esto tiene su importancia)
con muy poco tiempo en su reloj.

Antes de la quinta partida, ocurrió algo sin precedentes, entre otras cosas
porque hasta ese momento las máquinas o bien no existían o tenían un
nivel de juego mediocre. Silvio Danailov, mano derecha de Topalov,
presentó una reclamación ante el comité de apelaciones. Aseguró que
había tenido acceso a las cintas de vídeo que graban a los jugadores en

61
la sala de descanso (disponible mientras es el turno de juego del
enemigo) y dijo que Kramnik iba hasta 50 veces por partida al servicio, el
único sitio sin cámaras de la sala. Según sus análisis, además, las
jugadas de Kramnik coincidían con las sugerencias del programa
informático Fritz en más del 75% de las jugadas. Los búlgaros exigieron
que se tomara medidas si no querían que Topalov se retirara del torneo.
Las explicaciones de Kramnik no fueron del todo convincentes (en mi
opinión). Alegó motivos de salud para ir tanto al servicio y la necesidad
de ampliar sus paseos, ya que el área de descanso se le quedaba
pequeña.

Crisis en la quinta partida


Sin más pruebas, o al menos sin mostrar las cintas, el comité dio visos
de verosimilitud a las acusaciones de Topalov y eliminó los servicios
privados, decisión que a Kramnik le pareciçó tan ofensiva que no jugó la
quinta partida. Tras comprobar que su baño había sido clausurado,
esperó sentado en la sala de descanso hasta que perdió por tiempo. El
Mundial estaba en el aire. Kramnik no estaba dispuesto a jugar, para
empezar, si se contabilizaba el punto y exigió la destitución en bloque del
comité de apelaciones.

Milagrosamente, el duelo se reanudó. Ambos servicios fueron reabiertos,


aunque cada delegación tenía derecho a examinarlos con lupa. A
cambio, Topalov podía quedarse con su victoria. Kamnik aceptó, pero se
reservó el derecho de apelar el punto.

Con los nervios a flor de piel, llegaron dos nuevas tablas, más sosas que
las anteriores. En la octava partida, Topalov venció con negras e igualó
el marcador. Dos días después, repitió triunfo y se puso por primera vez
por delante. Muchos grandes maestros atribuyeron el giro de los
acontecimientos a la maniobra poco elegante de lanzar sospechas sin
fundamento.

Sin embargo, el ruso se rehízo y ganó la décima partida. Dos tablas más
sellaron el empate, que se resolvió con cuatro partidas a ritmo más
rápido. Tras empatar la primera, Kramnik volvía a golpear primero al
ganar la segunda, pero el búlgaro, de nuevo al borde del abismo, ganó
con brillantez la tercera. La cuarta es una lección del gran Vladimir, que
se convirtió en nuevo campeón unificado.

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Veselin Topalov, con Judit Polgar, en la exhibición de partidas a la ciega que
realizaron en Bilbao poco después del Mundial. Fotos: Efe

Epílogo dramático
Podría pensarse que al resolverse en partidas rápidas, con menos
tiempo para ir al servicio y, sobre todo, para ejecutar oscuras maniobras,
el resultado sería aceptado por todos, pero en la cabeza de Topalov la
sensación de que lo han engañado siguió muy presente. Dos meses
después, en Bilbao, coincidí con él después de una exhibición de
partidas a la ciega contra Judit Polgar.
Una serie de circunstancias afortunadas me permitieron entrevistarlo una
noche, con grabadora de por medio y sin ninguna premura de tiempo.
Veselin Topalov parecía sincero cuando empezó a verter acusaciones
contra los rusos y el Kremlin. Estaba convencido de que le hicieron
trampas e incluso de que las mejoraron de algún modo en las cuatro
partidas decisivas. Lo único que le salvó, asegura, es que quienes
manejaban el programa de ayuda no eran expertos. De hecho, exculpa al
equipo del ruso, incluido el español Miguel Illescas. «La suerte es que
no estaba implicado ningún profesional y los que le decían las jugadas
eran aficionados o del KGB. Si le das a Illescas ese trabajo me
machacan», añadió.
Cuando le dije que muchos creían que denunció las trampas porque iba
perdiendo, replicó: «Había claros indicios de trampa. Tú ves la cinta y da
miedo. No es sólo cuántas veces iba al servicio, sino cómo iba. Muchas

63
veces salía, se presentaba ante el tablero y jugaba al toque (sin pararse
a reflexionar)».

También desveló que en la inspección del baño descubrieron «un cable


de red escondido en el techo de escayola». «Nos lo callamos por muchas
razones», dijo. «Era una situación muy tensa. Si lo anunciábamos
el match se cancelaba, y yo quería jugar y ganar el dinero prometido.
Además, había amenazas». ¿Por parte de quién? «En principio
anónimas, pero cerraron el aeropuerto. Es fácil hablar desde aquí,
pero cuando uno está en Rusia te planteas cómo salir. ¿Caminando?
Y olvídate, por supuesto, del dinero. Así que nos callamos y siguió
el match».
Sobre las partidas de desempate, Topalov insistía en que ahí los rusos
encontraron «un sistema que no fallaba». «En la cuarta partida, incluso
cuando ya me tenía ganado, Kramnik hizo una jugada que sólo se le
ocurre a una máquina. Luego, tenía derecho a un día de descanso, pero
ni enfermo lo pidió. Si te van a pasar las jugadas, mejor jugar cuanto
antes. Pero lo hicieron mejor que la chapuza de los cables». Si esto es
verdad, ¿qué va a pasar en unos años, cuando las máquinas sean aún
más fuertes? «Si esto sigue así, con la tecnología de los rusos, Kramnik
va a ser invencible en un match», aseguró Topalov. ¿No hay forma de
impedirlo? «Antes del desempate, cuando el miembro de mi equipo le
pasó el control con un escáner, el tío estaba temblando visiblemente.
Creo que tenía alguna cosa en el cuerpo y le preocupaba que se
descubriera. Yo sé que es mi opinión personal, que sólo son indicios. La
prueba definitiva para mí es el cable».
Una consideración final: si Topalov creía de verdad que le estaban
haciendo trampas, es una circunstancia suficientemente grave como para
desequilibrarlo mentalmente, fueran o no reales. Ya se sabe que en
ajedrez la ameneza es más fuerte que la ejecución. Alguien retorcido
incluso podría inducir un pensamiento así en su enemigo.
Debo decir también que después de esta entrevista, la FIDE amenazó al
búlgaro con una sanción de tres años por lanzar acusaciones sin
pruebas. Entonces, Topalov y sobre todo Danailov no se comportaron
con demasiada corrección. Siempre con el segundo como portavoz,
primero negaron las declaraciones, hasta que me ofrecí a enviar la
grabación. Entonces fueron poniendo excusas más o menos
inconsistentes, con el viejo método de atacar al mensajero. Al final,
Topalov tuvo que declarar en el proceso abierto por la FIDE y terminó por
admitir sus palabras. Pidió perdón, se llevó una reprimenda y se libró del
castigo.
Kramnik y Topalov, dos de los mejores jugadores de la historia, siguen
sin darse la mano antes y después de sus partidas, como exige el
reglamento. Tampoco acuden juntos a las ruedas de prensa, aunque en
algunos torneos es una obligación que impone la organización. Es

64
improbable que acaben sus días como amigos, aunque Karpov y
Kasparov lo lograron (o casi), después de muchos años.
Nada me gustaría más que cerrar algún día esta historia con una
entrevista con ambos a la vez, alrededor de unas cervezas y de un plato
de jamón, a ser posible en Bilbao. Probablemente Topalov recuerda
incluso el lugar exacto de nuestro primer encuentro.

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Jugar con Cabeza
por   Federico Marín Bellón
Ajedrez, el mayor espectáculo del mundo

Federico
Marín Bellónel 29 nov, 2018  
Antes de que me lapiden los aficionados a otros deportes, o «al deporte»,
lean esto con tranquilidad, por favor, y juzguen después. Incluso un
Mundial aburrido es apasionante, pero el ajedrez como espectáculo va
mucho más allá. Es cierto que requiere cierta «educación« para
disfrutarlo; eso es otro debate. El caso es que si uno lo comprende
hasta cierto punto, tampoco mucho, no hay nada mejor. Aquí las
razones…
Foto: World Chess

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Definición de espectáculo, según la Real Academia Española
 

¿Es preferible la música a la literatura o esta a la pintura? ¿Es mejor el


cine o el teatro, el fútbol o el baloncesto? El debate es estéril, por
supuesto, pero déjenme defender el ajedrez durante un ratito warholiano
de gloria.

En un partido de fútbol, el espectador puede ver cosas tan increíbles


como las que se han atrevido a hacer Iniesta o cualquier Ronaldo en los
últimos años. Con un balón también ocurre, de forma ocasional, pero en
una partida de ajedrez el público puede soñar con cada jugada antes de
que suceda ante sus ojos. Cualquiera puede anticiparla, o intentarlo, solo
o con ayuda del ordenador, y esperar con emoción si el maestro ejecuta
después ese movimiento anhelado. Mejor aún. En ese instante, durante
la espera, ocurra lo que ocurra en la partida real, ese espectador se
vuelve un poquito mejor, más sabio. No solo le da igual si Messi acaba
marcando gol o si Carlsen encuentra la jugada definitiva, sino que por el
mero hecho de observarlo con atención el propio testigo se convierte en
mejor jugador, en una asombrosa dimensión que en ningún otro deporte
cabe imaginar.
 

Reacción de Maurice Ashley cuando Carlsen y Caruana hicieron tablas


en la partida 12: 
When   @MauriceAshley  is told the game is a
draw#TodayInChess  #CarlsenCaruanahttps://t.co/mnb6u0TBUL  pic.twitter.co
m/qk2JdUZP8w
— US Chess (@USChess)   26 de noviembre de 2018
 

En este sentido, la literatura es comparable. Leer mejora a un escritor y


es, de hecho, una faceta imprescindible de su formación. Es verdad que
ver mucho tenis o cualquier otro juego es también bueno para quien lo

67
practica, pero el aprendizaje del espectador ajedrecista requiere una
participación y un esfuerzo muy superiores.

Cuando se trata de ver un espectáculo, no de vivir, todo lo que ocurre en


la cabeza es mejor que lo que sucede delante de los ojos. Es la base de
la magia y, por extensión, del cine. La elipsis cinematográfica es esencial
en su lenguaje porque en una película la superposición de planos activa
el cerebro, que completa la escena por sí mismo. Cuando eso sucede,
cuando la mente humana comprende algo sin necesidad de mostrárselo
de la forma más obvia, el efecto siempre es mayor. Sin darse cuenta, el
niño y el adulto asisten, desde la butaca, a una experiencia mejor. Es un
pequeño milagro de la inteligencia humana.

Imagen del público durante el Mundial de Ajedrez. Sería interesante saber qué
pasaba en ese momento sobre el escenario. Foto: World Chess
 

En el ajedrez, cada jugada y cada posición sugieren otras ramificaciones


de la historia que, si bien nunca llegan a desarrollarse –quizá en
dimensiones paralelas, a lo «Interstellar»–, proporcionan indudable
placer. Es una explosión de posibilidades constante, casi infinita,
inabarcable incluso para la inteligencia artificial (hasta ahora).

El ajedrez también tiene algo de teatro, mudo, salvo por las palabras de
los comentaristas. Sobre el escenario se desarrolla un drama con tintes
de misterio, en un continuo intento de asesinato mutuo e implacable. Si
se añade la voz opcional del  narrador, los hay agudos, profundos,
cómicos, sarcásticos o simplemente geniales. Estos días hemos podido
disfrutar de gente tan sabia y variopinta como las
hermanas Polgar, Peter Svidler, Alexander Grischuk, Garry

68
Kasparov, Pepe Cuenca y un largo etcétera de personas que aúnan
inteligencia, conocimiento y facilidad para transmitirlo, en todos los casos
con sentido del humor, complemento indispensable de la verdadera
sabiduría.
 

Fake news en Chess24.es, con Pepe Cuenca y El Divis


Fake news: TREMENDO final
en  #CarlsenCaruana  #Elmatch  pic.twitter.com/YRNaU1VBtQ
— chess24.es (@chess24es)   24 de noviembre de 2018
 

Una partida de ajedrez tiene también la tensión del duelo mental de un


partido de tenis. O del boxeo. Al mismo tiempo, su mero disfrute
abstracto, de pensamiento puro y evasión mental absoluta, se puede
comparar con el placer que proporcionan la música y la pintura.

A diferencia de otros espectáculos, no todos, el ajedrez tiene además la


ventaja de que internet lo mejora, con su transmisión global e inmediata,
y su almacenamiento brutal de partidas. Podemos asistir a los
campeonatos del mundo de hace un siglo como si ocurrieran hoy, y
reproducirlos a la velocidad deseada, con o sin la guía de algún maestro
experto. Es fácil disfrutar del maravilloso duelo
entre Capablanca y Alekhine como si fueran nuestros contemporáneos.
Por si fuera poco, vemos las partidas en color, en HD y 3D… En eso el
ajedrez se parece a la literatura, la pintura y la música. El cine, por joven,
y los otros deportes, por falta de material antiguo, van muy por detrás.
Conocemos mejor el juego de Paul Morphy que el de Di Stéfano.
 

La primera partida de desempate, primera que no acabó en tablas, en el


gif animado de Chess.com
Así fue la primera partida de desempate en donde   @MagnusCarlsen  se llevó
la victoria.  #ChessTV  pic.twitter.com/yv3OEknSUc
— Chess.com en Español (@chesscom_es)   28 de noviembre de 2018
 

La inteligencia artificial, como maravilloso añadido, nos sugiere líneas de


pensamiento y una profundidad de análisis que ningún humano podría
igualar, en directo o después de las partidas. Bien utilizada, es otro
complemento apasionante, para aprender y para mejorar la experiencia
en vivo.

El ajedrez es un espectáculo, por último, que se adapta a cualquier


duración. Puede superar a cualquier largometraje y ser más breve que

69
una canción. Es, ya saben, un mar donde puede beber una pulga y
bañarse un elefante. Y al contrario que otros deportes, es casi imposible
mirarlo sin querer jugarlo después. El sillón ball no va con el deporte más
sedentario… después del ciclismo, la Fórmula uno y alguno más, por
supuesto.
 

Y por último, la última partida del duelo, que le dio el título a Magnus
Carlsen, en el gif animado de ChessBase
¡Magnus Carlsen defiende el título! Ganó las tres partidas a ritmo rápido del
duelo de desempate (25 min. + 10 seg. por jugador) y nuevamente es Campeón
del Mundo de Ajedrez! He aquí también la tercera partida del duelo de
desempate. 1-0  pic.twitter.com/Xm23LPxfKR
— ChessBase en español (@chessbase_es)   28 de noviembre de 2018
 

Jugar con Cabeza


por   Federico Marín Bellón
El deporte más duro

Federico Marín Bellónel 03 oct, 2015  

70
El ajedrez se ha vuelto a quedar fuera del programa olímpico. Tokio 2020
tampoco lo incluirá en su programa. De nada han servido su éxito masivo
en todo el mundo, el escaso gasto que supone y los brindis al sol de la
FIDE. Incluir los análisis contra el dopaje en sus principales
competiciones ha sido estéril, mientras siguen si atajarse los problemas
derivados de otro tipo de trampas, más preocupantes. Para algunos, el
ajedrez ni siquiera es un deporte (en realidad, es mucho más que eso),
pero lo que desconocen los no iniciados es la dureza brutal de este
juego, sobre todo en la hora de la derrota. El gran maestro Levon
Aronian lo resume bien en una frase: «Los ajedrecistas son
masoquistas, excepto los jugadores de élite, que son sádicos».
Peter Svidler y Sergey Karjakin juegan estos días una final dramática
en Bakú (Azerbaiyán). La Copa del Mundo de Ajedrez vive de sobresalto
en sobresalto, algunos de ellos arbitrales (de los que hablaremos en otra
entrada). Pero lo que prima es la emoción, los nervios y los consiguientes
errores, decisivos en varias partidas clave. Este sábado, Svidler ha
dejado escapar una victoria cantada. Después de dominar por 2-0 a su
rival, ahora deberá sufrir, con negras, por la posibilidad de que su
compatriota iguale el marcador y lleguen las agónicas partidas rápidas de
desempate. En rondas anteriores ya hemos visto que puede ocurrir de
todo.

Svidler ya parecía preocupado antes incluso de tirar de forma estrepitosa su


partida ante Karjakin, en la Copa del Mundo

Lo dramático del ajedrez es que (casi) nunca se puede culpar a los otros
de la derrota, ni siquiera al árbitro. Uno es responsable de sus
decisiones, como en la vida, y debe asumir sus consecuencias. Tampoco
a es posible quedarse quieto, atenazado por el miedo o la

71
responsabilidad. Todas estas cualidades son impagables desde el punto
de vista educativo, pero perder por un único error después de jugar como
como los ángeles durante horas es un castigo demasiado cruel. Solo
en el boxeo y en ciclismo puede ocurrir algo así, casualmente los
deportes con más fama de duros. En la mayoría, si uno acumula
suficiente ventaja puede dormirse después, dejarse llevar, al menos
hasta cierto punto.
En el ajedrez, incluso en partidas entre aficionados hay que tener la
entereza y la deportividad de Pavel Eljanov (el mejor en esta Copa del
Mundo, aunque se ha quedado fuera de la final) para no reaccionar como
un energúmeno. Ya lo dijo una vez Nimzovich: «¿Por qué tengo que
perder contra este idiota?». Quien no lo haya pensado alguna vez…
Los organizadores de Tokio 2020, por cierto, han preferido el
béisbol/sóftbol, el kárate, el surf, el skateboard y la escalada. Bien por
estos deportes.

La imagen de arriba es de Aleksander Kozminski  para la agencia


Efe. Corresponde a la obra titulada «Male chess», de la
exposición «Body Worlds and The Cycle of Life», en Wroclaw, Polonia

Jugar con Cabeza


por   Federico Marín Bellón
La máquina que prefiere la poesía a las
matemáticas

72
Federico Marín Bellónel 07 dic, 2018  

Lo más sorprendente es que juega bonito. AlphaZero, la máquina


de DeepMind que ha revolucionado el ajedrez, el go y el shogi, es un
paso más en la evolución. La revista «Science» le dedica la portada en
su último número y desvela algunos detalles nuevos. Para los
ajedrecistas, es más importante aún la posibilidad de estudiar sus
partidas. Más de 200 han sido «liberadas» por fin. Esto ocurre justo
cuando muchos sospechaban que la cercanía a la perfección nos
asomaba a un ajedrez maquinal y aburrido, con doce tablas en un
mundial exquisito pero inerte, hasta que les obligaron a correr. De pronto,
el ajedrez es un arte impredecible, donde el materialismo pierde. De
nuevo, el mayor espectáculo del mundo.
Foto: Deep Mind Technologies Limited
AlphaZero es la primera máquina de ajedrez que no ha aprendido del
hombre y que, por tanto, carece de prejuicios inculcados. Quién sabe si
desarrollará los suyos propios. Es un robot (casi) sin dios, que aprende
de sí mismo y de la observación, de su propia e insustituible experiencia.
Nadie le ha dicho que la Tierra es plana y, sin ideas preconcebidas,
descubre más pronto que nosotros que es redonda.

Ningún maestro le contó a AlphaZero que la torre vale más que el alfil.
Por eso no duda en preferir el segundo si su intuición, nacida de la
experiencia, le dice que en determinadas circunstancias eso es lo más
práctico. El jugador humano también lo comprende a veces, pero tiene
que luchar más contra sí mismo y, por inercia, solo se atreve a romper
las reglas a veces, cuando la recompensa es evidente o inmediata.
AlphaZero no tiene reglas que romper y por tanto esos arrebatos contra
las enseñanzas le salen de manera más natural.

73
Demis Hassabis, lo más parecido a un dios que conoce la máquina, lo
explica con elocuencia: «AlphaZero puede evaluar las posiciones en su
contexto. Sabe evaluar cuánto vale su caballo en esa situación concreta.
Las máquinas de ajedrez tradicionales, como Stockfish, consisten
básicamente en una enorme base de datos de reglas. AlphaZero no tiene
ninguna regla. Aprende de la experiencia».
Es la vieja victoria, también entre los ordenadores, de la práctica sobre la
teoría.

Hasta ahora, en efecto, los ordenadores recibían millares de consejos de


algunos hombres más o menos sabios. A eso le sumaban su inagotable y
velocísima capacidad de cálculo. Cuando esta se hizo brutal, más
importante que la intuición, entendieron que eso les bastaba para
derrotarnos, quizá también derrocanos. Y se conformaron con ser
mejores que nosotros, sin buscar la perfección ahora anhelada.

AlphaZero es una vuelta a la intuición, al arte y la poesía por encima de


las matemáticas. Consciente de que el número de posiciones posibles es
inabarcable, considera absurdo contar de forma obsesiva las estrellas a
la vista y prefiere escribir poemas sobre ellas. De algún modo, tener un
telescopio más limitado mejora su comprensión del universo. Es una
paradoja maravillosa.

74
Dicho de otro modo, sin tanta metáfora cursi, el tablero es finito. Es
evidente. Son pocas piezas en un mundo limitado, de solo 8×8. Pero en
la práctica, como demostraron los granos de trigo, no hay cabeza
humana en la que quepan sus posibilidades. Ni siquiera los ordenadores
más potentes conocen con seguridad el final de la partida en cuanto se
juntan sobre el tablero más de ocho piezas. No digamos cuando aún
están activas las 32 del principio.
AlphaZero asume esa incapacidad y se aplica en su verdadera fuerza,
que no es el cálculo, sino su infatigable obsesión por aventurarse en
todos los caminos posibles y aprender de la experiencia. Recorre el
comienzo de cada ruta una y otra vez, como una rata en un laberinto, y
unos pocos metros le bastan para extraer conclusiones sobre cuáles son
los más prometedores. De algún modo, juega al póker. De hecho, usa un
método conocido como Montecarlo para tomar decisiones.
Garry Kasparov asegura en «Science» que AlphaZero tiene un estilo de
juego «dinámico y abierto», parecido al suyo. «Da prioridad a la actividad
de las piezas frente al material y prefiere posiciones que a mí me
parecen arriesgadas y agresivas. Los programas suelen reflejar las
preferencias y prejuicios de los programadores, pero como AlphaZero se
programa a sí misma, diría que su estilo refleja la verdad. Su superior
entendimiento permite superar a los mejores programas tradicionales del
mundo a pesar de calcular muchas menos posiciones por segundo. Es la

75
encarnación del cliché, “trabaja de forma más inteligente, no más
dura”».

Nuevos detalles sobre el monstruo


Por lo demás, en el artículo de los desarrolladores hemos conocido
interesantes detalles sobre AlphaZero. Resumiré los que me parecen
más interesantes o desconocidos:

–AlphaZero sí perdió algunas partidas contra Stockfish. En uno de sus


duelos, en mil partidas ganó 155 y perdió 6. Matthew Sadler incluye
alguna de etas derrotas en su selección.
–Para verificar su fuerza, obligaron a la máquina a jugar partidas con
las aperturas humanas más habituales. AlphaZero derrotó a Stockfish
en cada apertura, lo que probaba su versatilidad en todo tipo de
posiciones.
–AlphaZero descubrió las aperturas «humanas» por sí mismo. En unas
pocas horas, llegó a las mismas conclusiones que a los grandes
maestros les había llevado siglos.

–Los progamadores también organizaron duelos añadidos con las


aperturas que se utilizan en el campeonato del mundo de programas
TCEC. Asimismo, recurrieron a una versión más reciente de Stockfish, al
que permitieron usar su libro de aperturas. No le sirvió de nada.

76
Stockfish podría retirar la torre de e3, amenazada por el caballo de
d5, pero deja que lo capturen

Poco después, el blanco «descuida» también su peón de e3, que


Stockfish captura

–AlphaZero «solo» analiza 60.000 posiciones por segundo, frente a los


60 millones de Stockfish. Su especialidad es centrarse en las más
«prometedoras», como hace un maesro humano.

77
–Los programadores también enfrentaron a AlphaZero contra su rival en
partidas en las que el primero tenía la décima parte de tiempo, lo que
acentuaba la diferencia de cálculo. Incluso en esas condiciones salió
airoso un buen porcentaje de las veces.

–El aprendizaje de la máquina se basa en el viejo sistema de ensayo y


error. Al principio juega completamente al azar, pero luego el sistema
empieza a entender por qué gana, empata o pierde y ajusta los
parámetros de su red neuronal para elegir cada vez mejores
movimientos. Dependiendo de la complejidad del juego, necesita más o
menos horas para alcanzar su nivel máximo. El ajedrez le llevó nueve
horas, el shogi doce y el go 13 días. Este último es el más complejo de
todos debido al tamaño de su tablero, de 19×19.

Demis Hassabis, en el último vídeo presentado por DeepMind, empresa


copmprada por Google
 

Entre los firmantes del trabajo de explicación de cómo funciona


AlphaZero figuran David Silver, Thomas Hubert, Julian Schrittwieser,
Ioannis Antonoglou, Matthew Lai, Arthur Guez, Marc Lanctot, Laurent
Sifre, Dharshan Kumaran, Thore Graepel, Timothy Lillicrap, Karen
Simonyan y Demis Hassabis.
Los lectores pueden ver también el último vídeo (en inglés) en el que se
cuenta de forma muy amena todo esto.

Participan el GM Matthew Sadler y la MI femenina Natasha Regan, que


han analizado miles de partidas de la máquina y que publicarán sus
conclusiones en el libro «Game Changer», que New in Chess tiene
previsto publicar en enero de 2019. «Ha sido como descubrir los
cuadernos secretos de algunos grandes jugadores del pasado», asegura
Sadler.
Se pueden descargar más de 200 partidas y material adicional en
este enlace.

78
Jugar con Cabeza
por   Federico Marín Bellón
Carlsen-Caruana: guerra mundial de
nervios

Chess - 2018 World Chess Championship - Magnus Carlsen v Fabiano


Caruana - London, Britain - November 26, 2018 USA's Fabiano Caruana (right)
plays a move during round 12 of the World Chess Championship Final against

79
Norway's Magnus Carlsen (left) REUTERS/Paul ChildsFederico Marín Bellónel 28 nov,
2018  
Garry Kasparov, puede que el mejor ajedrecista de la historia, ha
dictado sentencia moral y psicológica en el Mundial que hoy echa el telón
en Londres: «A la luz de las sorprendentes tablas concedidas
por Magnus Carlsen, en una posición superior y con más tiempo, he
reconsiderado mi evaluación de quién es el favorito en las rápidas. Los
desempates requieren tremendos nervios y el campeón parece estar
perdiendo los suyos». Otro que ha cambiado de «bando» es el también
excampeón mundial Vladimir Kramnik, quien cree que Fabiano
Caruana «al menos ha demostrado carácter de campeón». Dos
psicólogos especializados en ajedrez comentan con ABC sus
impresiones sobre lo que llevamos de duelo y las partidas de desempate.
Foto: Paul Childs (Reuters)
[Esta entrada es una versión de la página publicada este miércoles en
ABC de papel]

Página publicada hoy en el diario ABC sobre el Mundial

Antes del duelo, pocos apostaban por Fabiano Caruana, sobre todo si


llegaba a necesitar la «prórroga». Sergey Karjakin ya sufrió en sus
carnes, hace dos años en Nueva York, lo implacable que es el noruego
cuando las piezas están obligadas a correr. No pierde un desempate

80
desde hace años, pero su discutible estado de forma y algunos síntomas
que muestra han equilibrado los pronósticos.
María Rodrigo Yanguas, que además de psicóloga es maestra FIDE, ha
podido ver alguna de las partidas en la capital británica, lo que refuerza
sus impresiones: «Al principio pensaba que Carlsen iba a ganar fácil,
incluso después de dejar escapar la primera partida, pero he visto a
Caruana muy preparado en las aperturas y desde el punto de vista
psicológico». «Mi sensación es que la pose de uno y otro es totalmente
diferente», añade. «Nada más entrar, Fabiano se sienta concentrado en
las piezas, mientras que Carlsen aparece echado a un lado, recostado en
la silla, como desmotivado. El lenguaje corporal dice mucho».
Carlos Martínez, otro profesional de la psicología que trabaja con
ajedrecistas, también cree que las tablas de la última partida son muy
significativas. «Hubo poca previsión en el equipo. Tiene muchas
posibilidades en el desempate, pero en esa posición [en la duodécima
partida] tenía que seguir. Desde un punto de vista psicológico fue un
error».

La clave, según Martínez, es que Carlsen parece guiarse por


la búsqueda de la seguridad. «Tiene una confianza bestial en las
partidas rápidas, inquebrantable, y prefiere no correr el menor riesgo.
Puede ser una reacción a lo mal que lo pasó con Karjakin –el ruso se
adelantó en el marcador en el Mundial de Nueva York–, justo por exceso
de confianza. Él mismo reconoció que el control emocional es una de sus
debilidades, que no mide bien el riesgo, y aquí ha hecho justo lo
contrario, asegurar».
María Rodrigo apunta otro factor que puede influir en los nervios del
campeón. «Si Magnus pierde, también perderá el número uno, algo que
siempre ha valorado mucho, porque es una persona egocéntrica. Y el

81
año que viene tendría que ir al torneo de Candidatos para volver a ser
campeón. No sé si ha jugado muy precavido por lo que puede suponer
pasar otra vez por todo el ciclo».

Especializada en psicología clínica cognitiva-conductual, Rodrigo cuenta


que está releyendo el libro de Andre Agassi (muy recomendable, por
cierto) y que encuentra parecidos entre ambos deportistas: «Agassi tenía
tanto que no podía aspirar a más y no encontraba metas. Quizá eso es lo
que le pasa a Carlsen. Con 28 años –los cumple pasado mañana–, cinco
de ellos siendo el rey absoluto, necesita otras aspiraciones». Martínez
apunta que, en este sentido, una derrota incluso podría ser «un revulsivo
para él, ya que tendría que cambiar cosas en su juego» y de rebote para
el ajedrez. No teme que perder lo lleve a abandonar los tableros, como
parece que ha insinuado una de las hermanas del campeón.

(Efe)
A Fabiano, por su parte, lo ve como «un jugador muy completo».
«Psicológicamente es muy estable, como se ve en las ruedas de prensa.
Físicamente parece más débil, pero su preparación mental es superior».

82
Así serán hoy las partidas
Carlsen, número uno en ajedrez rápido (Caruana es el 10, según la lista
de la FIDE), empezará con blancas la primera de las cuatro partidas
rápidas: 25 minutos por jugador más 10 segundos de incremento por
jugada.
En caso de nuevo empate, se jugarían dos partidas
relámpago (Magnus es también número uno, y Fabiano, el 18), de cinco
minutos. Como en los penaltis, ganar estos miniduelos (hasta cinco hay
previstos) da el título. Si persiste la igualdad, resuelve el Armagedón: las
blancas tendrán un minuto más, pero las tablas favorecen al negro. En
este final dramático, hay un nuevo sorteo y el ganador elige color.
Se podría dar el caso, muy improbable, de que el campeón del mundo no
llegue a ganar una sola partida.

Jugar con Cabeza


por   Federico Marín Bellón
Pedro Ginés, campeón del mundo sub 14:
«Creo que tengo un estilo propio»

83
Pedro Ginés, ajedrecista de 14 añosFederico Marín Bellónel 30 oct, 2018  

A veces, la suerte también influye un poco en el ajedrez, pero hay que


salir a buscarla. Pedro Ginés se jugaba este martes el título de campeón
del mundo sub 14, con negras, contra un alemán que no quería ceder su
puesto en el podio. Pedro hizo entonces lo impensable: «Sabía que si
ganaba el chaval que tenía al lado (el georgiano Nikolozi Kacharava),
yo tenía que ganar también, así que debía ser más agresivo. Y
sacrifiqué la dama». Luego pasaron mil cosas más a lo largo de más de
80 jugadas, en otra partida maratoniana, y la fortuna acompañó al más
valiente, que se proclamó campeón del mundo. Ahí es nada. Desde
que Paco Vallejo ganó el Mundial sub 18 en el año 2000, en Oropesa
del Mar, el ajedrez español no lograba un éxito así.
«Realmente estaba nervioso», confesó Ginés en conversación
telefónica desde Halkidiki (Grecia), minutos después de conseguir el
título. «Intento controlar los nervios, pero a veces no se puede hacer
mucho. Todos están nerviosos en esa situación». Lo más meritorio de
todo es que Pedro venía de perder la partida anterior, aún más larga y
agotadora, y supo recuperarse. Algo ayudaron, aunque se quitan mérito,
el entrenador Ernesto Fernández y el psicológo Carlos Martínez.
«Estaba bastante triste, pero como tenía un punto de ventaja, sabía que
seguía ahí arriba», cuenta el protagonista.
¿Esperaba lograr el oro cuando llegó a Grecia? «La verdad es que no.
Sabía que lo podía hacer bien, pero no esperaba que me fuese tan
bien». Su racha inicial, de 7,5 puntos en las ocho primeras partidas, le
puso el título a tiro, cuando nadie contaba con él. «Me salieron las cosas.
Tampoco sé si fue suerte, pero estaba jugando fluido y aunque los rivales
son buenos, uno de los dos tiene que ganar la partida». Lo cuenta como
si las partidas se decidieran lanzando una moneda al aire, pero el
psicólogo de la selección, Carlos Martínez, explica que lo que más le

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sorprende del nuevo campeón es que es «un jugador muy optimista y
muy ambicioso».

La tensión que acumulan jugadores tan jóvenes en un Mundial es


especialmente dura. Foto: Niki Riga

El ajedrecista, por su parte, desvela cómo afronta los puntos más


importantes de un torneo: «En las partidas decisivas tienes que pensar
que estás jugando una partida normal. Juegas con fuego, pero no
puedes pensar en eso, sino jugar como cualquier otra». «Es verdad que
en un momento así no puedes apartar del todo de la cabeza que puedes
ser campeón del mundo, pero intentas pensar más en la posición, no en
otras cosas», añade Ginés, que ha ganado en Grecia 57 puntos Elo. Su
actuación corresponde a un jugador de 2488 puntos, prácticamente un
nivel de gran maestro.

El zaragozano espera ahora conseguir el título de GM en «dos o tres


años» y vivir del ajedrez, esperanza que alberga desde muy joven: «Si
puede ser, sí. Al principio es un juego, pero ya destacaba y creo que
cuando gané el primer campeonato de España me lo planteé por primera
vez». Lo más llamativo es que eso ocurrió cuando tenía ¡10 años!
Sobre su propio juego, admite con mayor facilidad sus defectos que sus
puntos fuertes: «Sobre todo se me da muy mal la apertura. En general
los demás tienen más conocimientos. Creo que estudian más, porque al
final la apertura es entrenamiento». Sin ídolos ni modelos a los que
imitar, otra muestra sutil de ambición, cree que tiene «un estilo propio».
Ernesto Fernández, entrenador de la selección, añade otro factor que ha
ayudado al campeón hasta el final: «Es un luchador. Es como Nadal. Si
llega al quinto set es favorito. Estábamos en tensión, pero cuando se ha

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alargado la partida estaba un poco en su salsa. De hecho, muchas de las
partidas las ha ganado de esa manera».
La clasificación final de los Mundiales se puede consultar en este
enlace. María Eizagerri, muy amiga de Pedro Ginés, terminó octava en
el Mundial femenino sub 14, mientras que Marta García tuvo que
arriesgar contra la campeona, en busca del podio, lo que la llevó a una
derrota y a acabar novena en categoría sub 18.
La delegación española quedó tercera en el cómputo global de los
campeonatos sub 14, sub 16 y sub 18, solo por detrás de Rusia y China,
y empatada con Armenia.

Jugar con Cabeza


por   Federico Marín Bellón
Karpov habla de Korchnoi, Fischer, Carlsen
y Caruana

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GRAF7163. GETAFE (MADRID), 28/10/2018.- El Gran Maestro ruso Anatoly
Kárpov, que fue campeón mundial durante 16 años, juega 20 simultáneas hoy frente a
alumnos de la Escuela de Ajedrez de Getafe. EFE/Víctor LerenaFederico Marín Bellónel 29
oct, 2018  

Después de quedar en un doloroso cuarto puesto en el torneo de


maestros por el VIII Centenario de la Universidad de Salamanca, Anatoli
Karpov siguió su gira española en Getafe, donde este domingo participó
en un coloquio ante cerca de 200 aficionados y ofreció una sesión de
partidas simultáneas. El excampeón mundial, que a los 67 años tiene
más de 2600 puntos Elo, habló del próximo duelo por la corona, que
disputarán en unos días Fabiano Caruana y Magnus Carlsen, y
concedió a este último «una pequeña ventaja». «Va a ser un
enfrentamiento apasionante entre dos jugadores de estilos diferentes que
actualmente son los mejores del mundo. Carlsen, como Capablanca, ha
conseguido ser campeón en un país sin mucha tradición en el ajedrez»,
afirmó Karpov en la sala abarrotada del Espacio Mercado de Getafe, en
declaraciones recogidas por la agencia Efe.

Foto: Víctor Lerena / Efe

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Anatoly Kárpov jugó contra 20 alumnos de la Escuela de Ajedrez de Getafe. Foto:
Víctor Lerena / Efe

Kárpov recordó que Caruana recibió desde niño «formación de la famosa


escuela soviética de ajedrez y tiene una gran profundidad en la
apertura». A cambio, «Carlsen es muy competitivo, tranquilo y capaz de
improvisar para solucionar sus problemas incluso en la fase de la
apertura. Creo que, en general, Carlsen tiene una pequeña ventaja».

Durante el coloquio, con Karpov habló en inglés, pero entiende


perfectamente el español y corregía constantemente a su intérprete, el
GM Alfonso Romero, que le acompañaba junto a la alcaldesa de
Getafe, Sara Hernández.
Karpov señaló a Carlsen como el GM actual que más se parece a él en el
estilo de juego y «en profundidad estratégica». El ruso también habló de
su célebre encuentro por el título contra Víctor Korchnoi en Baguío
(Filipinas), del que se acaban de cumplir 40 años. «Incluso gente que no
sabía jugar al ajedrez lo recuerda todavía», dijo. «No es cierto que nos
diéramos patadas por debajo de la mesa, es solo una leyenda»,
precisó sobre el encarnizado duelo.
Fischer y su «donación» al boxeo
Karpov también habló sobre Bobby Fischer, por supuesto, y lamentó
que el estadounidense no quisiera defender contra él su título, en
Filipinas, en 1978. «De haberlo jugado, habría sido uno de los mayores
acontecimientos del siglo XX, no solo del ajedrez, sino de todo el
deporte. El dinero previsto, en cambio, fue a parar a un combate de
boxeo». «Fischer, que había empezado muy joven a destacar, no estaba
preparado psicológicamente para enfrentarse a un rival mucho más joven

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que él. Fue una gran pérdida para el ajedrez y para el deporte en
general», afirmó Karpov.
El campeón ruso también habló de la irrupción de los ordenadores en el
ajedrez, que a su juicio no constituye una amenaza grave para el deporte
del tablero. «Aunque las computadoras ganen al ser humano, el ajedrez
siempre será útil para el cerebro. El ajedrez sobrevivirá siempre, igual
que la bicicleta no acabó con los corredores», dijo.

Después del coloquio, Karpov, rodeado por multitud de aficionados, jugó


20 partidas simultáneas contra alumnos de la Escuela de Ajedrez de
Getafe, incluido Jaime Rey, de siete años, que el mes próximo disputará
en Santiago de Compostela el Mundial para menores de 8 años.

Imagen del Festival de Ajedrez VIII Centenario, en Salamanca. Foto: Gajate y Diego G

Cuarto en Salamanca
El búlgaro Veselin Topalov, también ex campeón del mundo, logró la
victoria final en el torneo de maestros organizado para celebrar el VIII
Centenario de la Universidad de Salamanca. Julio Granda, que mantuvo
sus opciones hasta su partida con el búlgaro, acabó en tercera posición,
mientras que la joven promesa Miguel Santos logró acabar segundo,
ante una nónima de rivales impresionante.
El resto de participantes eran mujeres: la española Ana
Matnadze terminó quinta, seguida de Ekaterina Atalik, Almira
Skripchenko y Mónica Calzetta.
El Festival de Ajedrez VIII Centenario incluyó un torneo infantil de
ajedrez, en las instalaciones del colegio Sagrada Familia, donde
participaron niños de hasta 16 años, divididos en 4 categorías de edad.
Cabe destacar que en los grupos sub 14 y sub 16 las tres primeras
clasificadas fueron chicas, dos de ellas hermanas.

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Imagen del Paraninfo de Salamanca, escenario de las partidas magistrales. Fotos: 
Gajate y Diego G

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Jugar con Cabeza
por   Federico Marín Bellón
Javokhir Sindarov, gran maestro con 12
años y 10 meses

Federico Marín Bellónel 24 oct, 2018  

Sergey Karjakin se mantiene como el ajedrecista más joven que logró el


título de gran maestro, pero su récord tiembla, porque la «fábrica
mundial» ha pisado el acelerador. El pasado mes de junio, el
indio Rameshbabu Praggnanandhaa se convertía en el segundo más
joven de la historia. Este mes ha perdido el puesto de manos (y cerebro)
del uzbeko Javokhir Sindarov, nacido el 8 de diciembre de 2005. El
chaval ha necesitado 12 años, 10 meses y 8 días para alcanzar el título,
solo cinco días menos que Pragg. Dentro de poco quizá tengamos que
recurrir al cronómetro y la foto finish en el paritorio. 

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Sindarov ganó al serbio Zlatko Ilincic en Budapest

La carrera de Sindarov es meteórica, como es obvio. Logró el título de


maestro internacional en octubre del año pasado y ya tiene las tres
normas de GM necesarias: la primera en el Memorial Alekhine, celebrado
en Rusia en junio, la segunda en el Mundial juvenil disputado en
septiembre en Turquía y la tercera este mismo mes, en el torneo First
Saturday en Budapest. En este último quedó primero en una competición
con diez jugadores en la que los tres grandes maestros participantes no
estuvieron demasiado finos.

Como tantos jóvenes prodigios, Sindarov es un temible jugador de


ataque, con una capacidad de cálculo brutal, que a menudo le salva en
posiciones perdidas. Algunos medios, como ChessBase, se hicieron eco
de su inmenso talento cuando tenía menos de diez años.  Su entrenador
es el GM Marat Dzhumaev, también de Uzbekistán.

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Sindarov, en Poti (Georgia) el pasado mes de julio

Así queda ahora la lista oficial de grandes maestros más precoces:


1 Sergey Karjakin (Rusia): 12 años y 7 meses

2 Javokhir Sindarov (Uzbekistán): 12 años, 10 meses y 8 días

3. Rameshbabu Praggnanandha (India): 12 años, 10 meses y 13 días

4. Nodirbek Abdusattorov (Uzbekistán): 13 años, un mes y 11 días

5. Parimarjan Negi (India): 13 años, 4 meses y 22 días

6. Magnus Carlsen (Noruega): 13 años, 4 meses y 27 días

7. Wei Yi (China): 13 años, 8 meses y 23 días

8. Bu Xiangzhi (China): 13, 10, 13

9. Samuel Sevian (Estados Unidos): 13, 10, 27

10. Richard Rapport (Hungría): 13, 11, 6

Se cae del top 10 Teimour Radjabov, que había cumplido los 14 cuando
se hizo GM. En la relación también destaca el auge de
Uzbekistán. Nodirbek Abdusattorov, a quien seguimos en este
blog desde que tenía nueve años, ya tiene 2558 puntos con solo 14
años.

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Jugar con
Cabezapor Federico Marín Bellón
Ocho siglos de ajedrez, en la Biblioteca
Nacional

Federico Marín Bellónel 09 oct, 2018  

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La Biblioteca Nacional inaugura este miércoles una exposición dedicada
a la historia del ajedrez. El título, «AjedreZ. Arte de silencio. Ocho siglos
de cultura», delata que el comisario de la muestra es Eduardo Scala.
(Hemos hablado de él acá y acullá). Los visitantes podrán conocer
ejemplos valiosísimos de nuestro patrimonio cultural relacionados con el
noble juego y disfrutar de las actividades paralelas. 

«Repetición de amores y arte de axedrez», obra de  Luis Ramírez de Lucena


(circa 1495)

La exposición abarca ocho siglos de cultura y está compuesta por 32


títulos, tantos como piezas hay sobre el tablero al principio de la partida.
Su estructura se divide en cuatro secciones: hitos de la historia, libros,
espiritualidad y grandes autores de nuestra lengua.
Entre las obras que podrá conocer el visitante, destaca el
primer Reglamento del Ajedrez Antiguo, de estilo árabe, codificado
hacia 1140 en forma de poema por el rabino Abraham Ibn Ezra,
matemático, filósofo y astrónomo. También hay títulos de Luis Ramírez
de Lucena, autor del segundo libro de ajedrez impreso en el mundo
(Salamanca, 1497), «Repetición de amores y arte de axedrez», y el
celebérrimo «Libro de la invención liberal y arte del juego de ajedrez»,
publicado en 1561 en Alcalá y escrito por Ruy López de Segura, ilustre
gramático y primer campeón oficioso del mundo. Gracias a él se
popularizó la apertura española (o Ruy López), que todavía hoy es una
de las más utilizadas por aficionados y grandes maestros de todo el
mundo.
Al mismo tiempo, relacionadas con esta exposición, se ha organizado un
taller escolar, «El ajedrez de Alicia», y un taller familiar, «Ajedrez de la
BNE/Papeljedrez». Asimismo, hay un tercero de iniciación para adultos.

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Diccionario del juego del ajedrez. José Torner, 1825


 

«El ajedrez de Alicia» está destinado a alumnos de primaria, que


después de visitar la exposición y aprender la parte creativa de los
juegos de lógica, conocerán la importancia del ajedrez en la historia, en
la literatura y en el cine. Además, se utilizará la historia de «Alicia en el
País de las Maravillas» para explicar cómo Lewis Carroll concibió este
cuento como un tablero de ajedrez gigante. Finalmente, se analizarán los
movimientos que aparecen en esta obra y se organizará un ajedrez en el
que todos los participantes se convertirán en las piezas.

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La imagen de arriba corresponde, como esta, al «Tractatus de ludo scacorum»,
del siglo XV

El ajedrez de la BNE/Papeljedrez está pensado para chavales de entre


6 y 12 años acompañados por sus familias. En esta ocasión también se
hará una visita a la exposición. La finalidad es crear un taller en familia,
donde se construya el tablero y cada una de las piezas.
Taller para adultos sobre iniciación al ajedrez, dirigido a mayores de 18
años que quieran aprender aspectos elementales para jugar las primeras
partidas.
Información práctica
Lugar: Sala de las Musas del Museo de la BNE.
Fechas: del 10 de octubre de 2018 al 27 de enero de 2019.
Horario: de lunes a sábado, de 10.00 a 20.00 (hasta las 14.00 los
domingos y festivos).
Inauguración: 10 de octubre a las 19.00.
Entrada libre y gratuita (último pase, media hora antes del cierre).

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Jugar con Cabeza
por   Federico Marín Bellón
Se cumplen 40 años de la agónica victoria
de Karpov sobre Korchnoi

Federico Marín Bellónel 25 jul, 2018  

Fue un Mundial extraño, en un país, Filipinas, gobernado por el polémico


presidente Ferdinand Marcos. Entre los los protagonistas faltaba Bobby
Fischer, a quien le habían quitado el título tres años antes por negarse a
defenderlo según las reglas de la FIDE. En Baguio se enfrentaban el
héroe de la URSS Anatoly Karpov, empeñado en demostrar que no le
habían regalado la corona, y el disidente Viktor Korchnoi, enemigo
número uno del imperio soviético. El duelo duró tres meses agotadores –
del 18 de julio al 18 de octubre de 1978– y contó con ingredientes de
película: parapsicólogos, hipnotizadores, yogures con supuestos
mensajes en clave y toda suerte de elementos ajenos al ajedrez.

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Sello conmemorativo del Mundial de Filipinas

Si el Mundial de 1972 entre Fischer y Spassky ya había rebasado la


controversia de todos los campeonatos anteriores, después del vacío de
1975 la nueva final de 1978 no se quedó a la zaga. Korchnoi ya había
perdido contra Karpov un duelo anterior, la final del torneo de Candidatos
de 1975, que en la práctica se convertiría en un Mundial ante la fuga de
Fischer. Esta vez, se trataba de un auténtico duelo por el título, aunque
los defensores del estadounidense seguían pensando que estaba
devaluado, ante la ausencia del campeón invicto.
Korchnoi era el enemigo odiado por la Unión Soviética, un desertor en
toda regla. Según la versión del protagonista, su negativa a amañar
partidas y redactar informes para el KGB durante sus viajes a los torneos
le había convertido en alguien sospechoso y poco querido. Cuando el
«proletario de los Urales» lo derrotó en 1975, el régimen hacía tiempo
que había tomado partido. Karpov se ganó el derecho, nunca
consumado, de enfrentarse a Fischer, mientras que Korchnoi cayó
definitivamente en desgracia, sufrió castigos y la prohibición de viajar a
torneos. En cuanto pudo huyó del país, dejando atrás a su familia. Él
denunció que seguía secuestrados en la URSS (su hijo fue encarcelado,
de hecho), un chantaje emocional que le impedía rendir al mejor nivel. El
régimen lo acusó de abandonarlos, de ser un mal padre y marido que no
dudaba en utilizarlos para hacerse la víctima.

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100
Cuatro de los libros que se escribieron sobre el Mundial de 1978, de
escritos por Torán, Keene, Hartston y Larsen
 

El Mundial de Baguio —organizado por Florencio Campomanes,


también filipino y posterior presidente de la FIDE— exacerbó el
enfrentamiento entre las dos K. Se jugó sin banderas, ante la negativa de
los soviéticos a que Korchnoi utilizara la Suiza. Fue un festival de
escándalos, en el que los parapsicólogos tenían tanta importancia como
los analistas. Karpov contaba con la ayuda del enigmático Zukhar. Con o
sin su ayuda, pronto logró una ventaja que se antojaba decisiva.
El genio de Zatloust (acaba de ganar el Torneo de Leyendas de Platja
d’Aro, su victoria número 184) se puso 4-1 primero y 5-2 después. Las

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tablas no contaban y quizá por eso se firmaron hasta 21 empates. Era
necesario ganar seis veces al rival para lograr el título. Al borde del
abismo, Viktor el Terrible no se rindió, aunque la medida que tomó
parecía desesperada. Reclutó a Didi y Dada, dos personajes de una
secta acusados de intento de asesinato. Puede que anularan los influjos
de Zukhar o que el efecto placebo fuera suficiente, pero el caso es que
Korchnoi ganó tres partidas y empató a cinco. El siguiente en apuntarse
un punto sería el campeón del mundo.
Cualquier cosa podía pasar, pero Karpov se rehízo, ganó la partida
definitiva y dejó a Korchnoi sin la ocasión de cambiar el curso de la
historia. Tres años después volvieron a verse las caras en Merano
(Italia), pero el tiempo corría a favor del campeón, mucho más joven, que
se dio un paseo y mantuvo una vez más la corona.

Se ha escrito mucho menos, como es natural, de la final de Candidatos


que ganó Korchnoi a Boris Spassky en 1977, en Belgrado. Aquel duelo
entre futuros disidentes también fue apasionante, sin embargo. En
aquella ocasión se jugaba al mejor de 20 partidas y Viktor acabó las
primeras diez con cinco victorias y cinco tablas. Pero sus duelos siempre
han sido un carrusel de emociones y el bueno de Boris ganó entonces
cuatro seguidas, de la 11 a la 14.

Korchnoi se las arregló entonces para no desmoronarse. Firmó dos


tablas y luego ganó la 17 y la 18, cerrando definitivamente otro
enfrentamiento increíble.

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