Luxaciónes
Luxaciónes
Luxaciónes
Fracturas
Esguinces de ligamentos, distensiones musculares y lesiones tendinosas
Estas lesiones musculo esqueléticas son comunes y varían en gran medida en el
mecanismo, la gravedad y el tratamiento. Las extremidades, la columna y la pelvis
pueden estar afectadas.
Las lesiones musculo esqueléticas pueden ocurrir en forma aislada o como parte de un
traumatismo multisistémico (ver Abordaje del paciente traumatizado ). La mayoría de las
lesiones musculo esqueléticas son consecuencia de un traumatismo romo; pero los
traumatismos penetrantes pueden también dañar estructuras musculo esqueléticas.
El traumatismo espinal puede causar luxaciones o subluxación; también puede
ocurrir subluxación espinal no traumática . La luxación mandibular puede ocurrir en
forma espontánea.
Las luxaciones pueden ser abiertas (en comunicación con la vía ambiental a una herida en
la piel) o cerradas.
Complicaciones
Las complicaciones graves de las luxaciones son inusuales pero pueden amenazar la vida
o la viabilidad de un miembro o producir una disfunción permanente de éste. El riesgo de
complicaciones es elevado con luxaciones abiertas (que predisponen a la infección) y con
luxaciones que interrumpen los vasos sanguíneos, la perfusión tisular, y/o nervios. Las
luxaciones, particularmente si no se reducen rápidamente, tienden a tener un mayor riesgo
de lesiones vasculares y nerviosas respecto de las fracturas. Las luxaciones cerradas que
no involucran los vasos sanguíneos o los nervios, en particular aquellas que se reducen
rápidamente, tienen menos probabilidades de causar complicaciones graves.
Radiografías
A veces, RM O TC
En ocasiones, una luxación es clínicamente obvia, pero en otros casos (p. ej., una
deformidad del hombro en un adolescente), las luxaciones deben distinguirse de las
fracturas y otras lesiones.
La articulación por encima y por debajo de la articulación luxada también debe ser
examinada.
Anamnesis
El mecanismo (p. ej., dirección y magnitud de la fuerza) puede sugerir el tipo de lesión.
Sin embargo, muchos pacientes no recuerdan, o no pueden describir, el mecanismo
exacto.
Si un paciente informa una deformidad que resuelve antes de que sea examinado por un
médico, el cuadro debe asumirse como una verdadera deformidad que se redujo
espontáneamente.
Examen físico
El examen incluye
Si el espasmo muscular y el dolor limitan el examen físico (en particular para la prueba
de estrés), el examen a veces resulta más fácil de realizar después de que el paciente
recibe analgésico o anestesia general o local. O la lesión puede inmovilizarse por unos
días hasta que los espasmos musculares cedan, y luego el paciente puede ser examinado
de nuevo.
La atención a ciertas áreas durante el examen puede contribuir a detectar lesiones que
suelen pasar desapercibidas (ver Examen de algunas luxaciones comúnmente olvidadas y
lesiones musculoesqueléticas de los miembros superiores ).
TABLA
Examen de algunas luxaciones comúnmente olvidadas y lesiones musculoesqueléticas de
los miembros superiores
Si el examen físico es normal en una articulación que los pacientes identifican como
dolorosa, la causa puede ser dolor referido. Por ejemplo, los pacientes con la epífisis de la
cabeza femoral desplazada (o con menor frecuencia fractura de cadera) pueden sentir
dolor en su rodilla.
Estudios de diagnóstico por imágenes
No todas las lesiones de los miembros requieren estudios por imagen. Si se necesitan
estudios de diagnóstico por imágenes, primero suele indicarse radiografía.
Se obtienen de rutina para ciertas articulaciones (p. ej., una vista de la mortaja
para la evaluación de un tobillo, una vista oblicua para la evaluación de un pie).
Para las vistas laterales de los dedos, el dedo a evaluar debe ser separado de los demás.
Tratamiento
En ocasiones cirugía
La mayoría de las luxaciones articulares se puede reducir (regresar a la posición
anatómica normal) sin necesidad de cirugía. En ocasiones, las dislocaciones no pueden
reducirse mediante técnicas de manipulación cerrada, y se requiere cirugía abierta. Una
vez que una articulación se reduce, no suele ser necesaria una cirugía adicional. Sin
embargo, la cirugía a veces es necesaria para tratar las fracturas asociadas, los desechos
celulares en la articulación, o la inestabilidad residual.
Tratamiento inicial
Los problemas asociados graves, si están presentes, se tratan en primer lugar.
Las lesiones arteriales se reparan quirúrgicamente a menos que afecten solo a arterias
pequeñas con buena circulación colateral. Se trata el síndrome compartimental .
Los nervios seccionados se reparan quirúrgicamente; el tratamiento inicial de la
neuropraxia y la axonotmesis suele ser observación, medidas sintomáticas y, en
ocasiones, fisioterapia.
Las posibles luxaciones abiertas requieren un vendaje estéril, profilaxis contra el tétanos
y antibióticos de amplio espectro (p. ej., una combinación de cefalosporina de segunda
generación más un aminoglucósido), y cirugía para irrigarlas y desbridarlas (y de este
modo evitar infecciones) .
La mayoría de las luxaciones moderadas y graves, sobre todo las claramente inestables, se
inmovilizan de inmediato con férulas (inmovilización con un dispositivo no rígido ni
circunferencial) para disminuit el dolor y para prevenir más lesiones de partes blandas en
las lesiones inestables.
Debe tratarse el dolor tan pronto como sea posible, típicamente con opioides.
Después del tratamiento inicial, las luxaciones se reducen, inmovilizan, y tratan
sintomáticamente como se indica.
Las luxaciones pueden requerir reparación quirúrgica si , las estructuras que sostienen la
articulación están dañadas. La articulación queda inestable después de la reducción.
Colocar apósitos en los bordes rugosos con tela adhesiva, una tela u otro material
liviano para evitar que los bordes lesionen la piel.
BOLSAS SEROSAS
Las bolsas serosas o bursas La bolsa sinovial viene de la palabra
latina “bursa” que significa “contenedor”. Para mayor comprensión de
lo que son las bolsas serosas se debe entender cuáles son lascomponentes de ellas por lo que se procede a
desglosar cada uno.Una membrana serosa es aquella formada por dos capas y entre ellasuna fina película
de líquido seroso; la capa externa (parietal) tapizauna cavidad por dentro y la interna (visceral) recubre uno
o variosórganos. Son membranas serosas la pleura, el pericardio, el peritoneo.Cada serosa se compone de
una capa epitelial secretora y una capade tejido conectivo subyacente.
La capa epitelial, denominada mesotelio, consiste en un epitelioplano simple, esto es, una monocapa
avascular de célulasnucleadas aplanadas, fuertemente unidas al tejido subyacente.Producen el fluido seroso
lubricante, que tiene una consistenciacomo de moco fino.
El tejido conectivo proporciona nutrientes al epitelio a través devasos sanguíneos, así como inervación.
Además, sirve como capade anclaje de la serosa a otros órganos y estructuras corporales.La membrana
sinovial recubre la superficie interna de la cápsulaarticular fibrosa y sólo 4 células profundas.
La membrana sinovial se compone de tejido adiposo y fibroso, ellos tienen una superficie lisa no adherente
que permite el fácil desplazamiento entre los tejidos. En esta se encuentran los sino viocitos los cuales están
formados por
Macrófagos (
defensa y respuesta inmunitaria intra articular)
Fibroblastos
(producen la matriz conjuntiva y el líquido sinovial) A diferencia de la membrana serosa,
la sinovial está dotada de vasossanguíneos y linfáticos abundantes, corpúsculos sensoriales y
fibrillasde colágeno los cuales favorecen la elasticidad en el movimiento de la articulación.
El liquido sinovial es claro, incoloro, grueso y fibroso similar a la clarade huevo. Está
compuesto por proteínas, hialuronano, agua y glucosa. El líquido sinovial tiene dos funciones
principales:1. Ayudar en la nutrición del cartílago articular para actuar como un medio de transporte
de las sustancias nutritivas como la glucosa.2. Ayuda en la función mecánica de las articulaciones,
por la lubricación de las superficies de las articulaciones. Teniendo claro la composición
anatómica de las bolsas serosas osinoviales podemos decir que las bursas son estructuras serosas que
actúan como almohadillas situadas entre los tendones y los huesos favoreciendo un funcionamiento
óptimo.
La función de la bursa es la de ayudar con el movimiento y reducir la fricción entre los tendones y los
huesos. Al dañarse esta bolsa se llena excesivamente de líquido yse produce una inflamación La bolsa
sinovial, es una bolsa revestidapor una membrana sinovial que contiene el líquido sinovial. Cuando un
tendón o un ligamento tienden a frotar contra otro tejido ohueso la función de la bursa es precisamente
absorber el impacto y la fricción que se crea. La bursa está presente en las principales articulaciones del
cuerpo
articulaciones de la rodilla.
o
articulaciones del hombro.
o
articulaciones del codo.
o
articulaciones del pie.
o
articulaciones del tobillo
BURSITIS
La bursitis
es la inflamación o irritación de las bursas esta reacción inflamatoria como consecuencia de un
traumatismo, de un depósitode micro cristales o de una colonización por parte de unmicro organismo;
asimismo, las bursitis pueden aparecer en el curso clínico de enfermedades inflamatorias sistémicas como
la artritis reumatoide. El signo clínico más característico es la presencia de una tumefacción esférica, bien
delimitada, fluctuante y por lo general adherida a los planos profundos; la tumefacción es menos aparente
cuando se afectan las bolsas más profundas.
Bursitis infecciosa y séptica
Un gran número de microorganismos pueden causar infección en la bursa, incluyendo bacterias, mico
bacterias (tuberculosas y no tuberculosas) y hongos (especialmente Cándidas). Sin embargo el Staphy lo
coccus aureus es el más frecuente que causa infecciones en las bursas. Hay factores individuales que
predisponen a la infección:
diabetes, tratamiento con esteroides, uremia, alcoholismo y traumatismos
. Aproximadamente el 85% de los casos de bursitis séptica superficial ocurre en hombres. Los
pacientes inmuno comprometidos no parecen tener gran riesgo de sufrir una bursitis séptica, no obstante su
presentación puede ser más dramática y el tratamiento durar el triple de tiempo para curarse. La bursitis
séptica es menos frecuente en niños que en adultos; no obstante
Los signos clínicos que favorecen el diagnóstico de bursitis sépticasobre la no séptica son:
Fiebre
Calor en la bursa
Hipersensibilidad (generalmente presente y más severa vsvariable)
Celulitis peribursal
Causas
Aunque en mucha ocasiones se desconocen los orígenes de laenfermedad, la causa principal de
la bursitis es el uso excesivo deuna articulación. La repetición diaria del mismo movimiento orealizar un
sobreesfuerzo en las articulaciones puede provocar laaparición de la bursitis. De hecho, en algunas
profesiones como encarpinteros, músicos o jardinero es habitual que se manifieste estapatología.
Traumatismo,
Fricción crónica (sobreuso)
depósitos de cristales (gota y pseudogota),
Infección,
Artritis reumatoide,
Espondilitis anquilopoyética,
Artritis psoriásica,
Lupus eritematoso sistémico,
Pancreatitis.
Síntomas
La bursitis se caracteriza por el dolor y/o la incapacidad para realizar ciertos ejercicios o
movimientos habituales en la vida diaria. Los síntomas variarán dependiendo de la zona del cuerpo que
esté afectada. Los más comunes son:
Dolor articular y sensibilidad al presionar la zona que rodeaa la articulación.
Rigidez y dolor al mover las articulaciones con bursitis.
Enrojecimiento de la zona afectada, hinchazón y en algunoscasos fiebre.
Diagnostico
Palpacion
Extracción de líquido de la bursa
Cultivo de líquido
Ultrasonido
Resonancia magnética
Tratamiento
En la mayoría de los casos la bursitis desaparece sin ningún tratamiento específico. No obstante, el
primer paso que debe dar el profesional se tiene que dirigir a reducir el dolor y la inflamación del
paciente; en estos casos elmédico puede prescribir antiinflamatorios, como el ibuprofeno o el
naproxeno o corticosteroides, como la prednisona. Si se trata de una bursitis aguda no infectada, el paciente
deberá evitar sobreesfuerzos y aplicar frío en la zona afectada para ayudar a reducir la hinchazón. Además,
en estos casos el especialista puede indicar la limitación de los movimientos. El tratamiento de la
bursitis crónica sin infección es similar al de labursitis aguda, pero el reposo no suele tener efecto por lo que
se aplican inyecciones de corticosteroides. Si la bursa está infectada es necesario extraer el líquido
acumulado y seguir un tratamiento con antibióticos
Desde el punto de vista
terapéutico
se trabaja con el participantedurante y después de la bursitis con la aplicación de
criomasaje,compresas húmedas calientes en estadios crónicos, ejercicios demovilización una vez
calmado el dolor, fortalecimiento de los músculosque rodean la articulación o realizar calentamientos antes
de empezarla actividad física, Ultrasonido Tens, microcorrientes y láser. Paraevitar la
aparición de la bursitis se debe aclarar al participante queevite la realizar movimientos
repetitivos.Hay más de 150 bursas en él organismo siendo más común enalgunos segmentos del cuerpo
siendo estas:
Bursitis subacromial (subdeltoidea)
La bolsa subacromial es una estructura grande que descansa debajodel acromion y del ligamento
acromio-clavicular y separando elligamento del músculo supraespinoso y el manguito de
los rotadores.No está en comunicación con la articulación del hombro a menos queel tendón del
supraespinoso esté roto. Cuando el brazo está pegado alcuerpo la bursa protuye lateralmente debajo del
acromion, pero sedesliza por debajo del hueso cuando el brazo se abduce.La bursitis primaria se origina de
artritis reumatoide, gota, tuberculosisu otras infecciones, pero rara vez es primaria, y más bien
resultasecundaria a la tendinitis del manguito de los rotadores, concalcificación o sin ella. Puede ser debida
a movimientos repetitivos deelevación del hombro.Los pacientes a menudo se quejan de dolor sordo. El
síntoma másfrecuente de la bursitis es el dolorimiento sobre el tuberculo mayor (ydebajo del músculo
deltoides) que desaparece cuando se abduce elbrazo.
Bursitis olecraniana
La bursa olecraniana esta situada entre el olécranon y la piel. En estaposición es susceptible de
traumatismo frecuentes, tanto agudos comoprologados (ejemplo los estudiantes cuando estudian).La
bursitis
olecraneana esta asociada a hemodiálisis de larga evolución y aenfermedad pulmonar
obstructiva crónica.
La inflamación tambiénpuede originarse de la gota,La infección es frecuente y puede proceder de heridas
(inclusomicroscópicas) o vía bacteriemia en infecciones sistémicas, sobre todolas crónicas. El derrame en
el olécranon puede ser aspirado aunque elpaciente tenga poco dolor y poco eritema.Cuando la bolsa este
inflamada hay una tumoración evidente yfluctuante. El dolor y la hipersensibilidad sobre la
bolsa pueden iraumentando con la flexión del codo ya que aumenta la presión. No
haylimitación del rango de movimiento.
Bursitis Iliopsoas (iliopectínea)
La bolsa del iliopsoas es la más grande del organismo. Esta situada enla parte anterior de la cadera y del
trocánter menor y debajo del tendóniliopsoas. Asciende hasta la fosa iliaca debajo del músculo iliaco.
Estapresente y bilateral en el 98% de los adultos.
Aproximadamente el 10% de los pacientes tienen un defecto en laparte anterior de la capsula
articular de la cadera, permitiendo unacomunicación con la bursa. Este porcentaje puede ser más alto
sisubyace una enfermedad de la cadera.
Esta bursitis se asocia frecuentemente con patología de la cadera(artrosis, artritis reumatoide) y/o lesiones
profesionales o deportivas(corredores).
En ocasiones es secundaria a la osteocondromatosis, sinovitisvillonodular pigmentada y bursitis
piógena.
El dolor de la bursitis iliopsoas irradia hacia abajo por la parteanteromedial del muslo hasta la rodilla y se
incrementa con laextensión, adducción y rotación interna de la cadera.Hay hipersensibilidad en la
parte anterior y por debajo del ligamentoinguinal y lateralmente a la arteria femoral.
Puede haber una masa palpable o un edema visible lateralmente a losvasos femorales. La masa
puede ser sólida al tacto o quística perogeneralmente es blanda.
En ocasiones trasmite las pulsaciones de la arteria femoral.
La extensión retroperitoneal puede causar una masa abdominal opélvica. La masa puede ser lo
suficientemente grande para provocarun síndrome de compresión en la ingle (vena o nervio femoral) o
pelvis(desplazamiento medial de las estructuras pélvicas, desplazamientosuperior de las estructuras
abdominales).
El diagnóstico se hace con la resonancia magnética.
Los quistes sinoviales (o “gangliones”) son bultos muy comunes en la mano y la
muñeca que aparecen junto a articulaciones o tendones. Los lugares más
comunes son la parte de arriba de la muñeca (véase la Figura 1), el lado de la
palma de la muñeca, la base de los dedos del lado de la palma y la parte superior
de la articulación que está más cerca de la punta de los dedos (véase la Figura 2).
El quiste sinovial suele parecerse a un globo de agua en una varita (véase la
Figura 3) y está lleno de líquido transparente o gel.
CAUSAS
La causa de estos quistes se desconoce, aunque es posible que se formen en
presencia de irritación de las articulaciones o los tendones o en casos de cambios
mecánicos. Se presentan en pacientes de todas las edades.
Figura 1: un quiste sinovial (o ganglión) del lado superior (dorso) de la muñeca.
Figura 2: un quiste sinovial en la articulación de la punta del dedo (quiste
mucoso).
Figura 3: corte transversal de la muñeca que muestra el tallo (o la raíz) del
ganglión.
Qué es?
Los quistes sinoviales o gangliones son masas (protuberancias) muy comunes,
que algunas veces crecen en la mano y en la muñeca.
Los quistes se encuentran generalmente e la parte superior de la muñeca, lado palmar de la muñeca o en la
última articulación de un dedo, (quiste mucoso), y en la base de un dedo.
Los quistes sinoviales o gangliones usualmente se originan de articulaciones vecinas o vainas tendíneas. No
hay una causa específica. Estos quistes pueden ser dolorosos especialmente cuando recién aparecen o con
el uso constante y demandante de la mano.
Los gangliones frecuentemente cambian de tamaño, también pueden desaparecer por completo. Estos
quistes no son malignos (cancerosos).
Diagnóstico
El diagnóstico de un quiste sinovial o ganglión usualmente se basa por dónde esté situado y qué aspecto
tiene.
Su cirujano de mano puede recomendarle una radiografía para descartar lesiones e las articulaciones
vecinas.
Tratamiento
El tratamiento de un quiste sinovial o ganglión podría ser simplemente la
observación de cualquier cambio. Sin embargo, si el quiste es doloroso, limita
la actividad, o su apariencia es inaceptable al paciente, se podría recomendar
otro tratamiento.
TRATAMIENTO
La recuperación del desgarro muscular dependerá de los plazos fisiológicos,
que van desde una etapa hemorrágica, pasando por una fase inflamatoria,
reparativa y de remodelación. Se comienza con reposo relativo, uso de
analgésicos y relajantes musculares.
En la etapa de kinesiterapia se utilizarán técnicas de fisioterapia para acelerar
la recuperación, además de realizar actividades progresivas que apunten a
recuperar lo antes posible las propiedades físicas y funcionales de la persona
sin comprometer la buena reparación de los tejidos dañados.
RETORNO
Los plazos de retorno a la actividad dependerán, a juicio del profesional, de la
magnitud de la lesión y que pueden ir de 10 días, en el caso de un desgarro
miofacial leve, a 8 semanas producto de un desgarro grave.
La recidiva de los desgarros musculares es probable si no se consiguen las
propiedades elásticas después de generada la cicatriz y si no se logra un buen
balance muscular.
Lesiones musculares
Calambre muscular
Los espasmos musculares a menudo se presentan cuando un músculo está
sobrecargado o lesionado. Los factores que podrían causar un espasmo
muscular incluyen: Hacer ejercicio cuando usted no ha tomado suficientes
líquidos (está deshidratado). Tener bajos niveles de minerales, como
potasio o calcio
Es el nombre común de un espasmo muscular. Estos se pueden presentar en
cualquier músculo del cuerpo, pero a menudo se producen en una pierna.
Cuando un músculo está en espasmo, se contrae sin control y no se relaja.
Causas
Los espasmos musculares a menudo se presentan cuando un músculo está
sobrecargado o lesionado. Los factores que podrían causar un espasmo
muscular incluyen:
Hacer ejercicio cuando usted no ha tomado suficientes líquidos (está
deshidratado).
Tener bajos niveles de minerales, como potasio o calcio.
Algunos espasmos ocurren debido a que el nervio que se conecta a un
músculo está irritado. Un ejemplo es una hernia discal que irrita los nervios
raquídeos y causa dolor y espasmo en los músculos de la espalda.
Los espasmos en la pantorrilla ocurren comúnmente al patear durante la
natación o al correr. También se pueden presentar en la noche mientras usted
está en la cama. Los espasmos de la parte superior de la pierna son más
comunes con actividades como correr o saltar. El espasmo en el cuello
(columna cervical) puede ser un signo de estrés.
Una contractura muscular es, tal y como su nombre indica,
una contracción continuada e involuntaria del músculo o algunas
de sus fibras que aparece al realizar un esfuerzo. Se manifiesta
como un abultamiento de la zona, que implica dolor y alteración del
normal funcionamiento del músculo.
musculares.
Puede aparecer al realizar un esfuerzo y entre los síntomas más frecuentes encontramos el
abultamiento o inflamación de la zona, dolor y alteración del funcionamiento normal del músculo.
Motivos por los que podemos tener una contractura
muscular:
Si hemos realizado una actividad continuada con una postura inadecuada.
Realización forzada de un ejercicio (por ejemplo, cuando cogemos más peso del debido).
El estrés emocional y psicológico, como la ansiedad y la tensión puede causar una serie de
reacciones en el cuerpo que afectan al sistema nervioso causando rigidez en el cuello y tensión
muscular.
esfuerzo.
Una vez que tenemos una contractura no es conveniente tratarla uno mismo con masajes y
ocasiones hemos hablado de qué puede hacer un fisio por ti aunque no estés lesionado) te ayudará a
descubrir qué tipo de contractura es y cuál es el mejor método para su tratamiento, además, de
ofrecerte los consejos adecuados para que puedas aliviar el dolor durante los próximos días de
recuperación.
Algunas recomendaciones:
Antiflamatorios: Ciertos fármacos logran relajar la musculatura y reducir la contracción.
sanguíneo que mejora la recuperación de tejidos, además de reducir la tensión de la zona y evitar el
dolor.
RETRACCIONES MUSCULARES
Es el acortamiento específico de un músculo o cadena muscular que pueden estar
acompañados de cambios o alteraciones posturales durante un tiempo variable y
a una velocidad determinada.
Técnicas de tratamiento
Estiramientos: son ejercicios en los cuales el músculo se ve sometido a
una tensión de elongación
Los músculos se componen de fascículos que están formado por grupos de fibras
musculares, las cuales, a su vez, contienen miles de miofibrillas. Las miofibrillas
son estructuras filamentosas que son capaces de contraerse, relajarse y estirarse.
Dentro de cada miofibrilla hay millones de bandas colocadas una al lado de otra,
conocidas como sarcómeros. Los sarcómeros están conformados por
miofilamentos gruesos y delgados. Cuando estos se contraen, los miofilamentos
gruesos y delgados se superponen, causando la contracción muscular. Las
contracciones musculares causan un aumento de superposición de los
miofilamentos.
El relajamiento de un músculo causa una disminución en la superposición de
miofilamentos, lo que permite a las fibras musculares alargarse.
en los estiramientos se genera una activación de:
El huso muscular: Es el principal receptor de estiramiento muscular. Está
compuesto por dos tipos de receptores sensoriales: Sensibles a la longitud
más a la velocidad de estiramiento y Sensibles sólo a la longitud.
El Reflejo Miotático: Provoca que el músculo estirado se contraiga y
reduzca la tensión de los husos musculares.
El órgano tendinoso de golgi: Es el receptor sensorial responsable de
detectar la tensión sobre un tendón. El órgano tendinoso de Golgi
desencadena el reflejo miotático inverso
reflejo miotático inverso o inhibición autógena : Cuando la intensidad de
estiramiento sobre el tendón excede un determinado punto crítico, se
estimulan los receptores tendinosos de Golgi, produciendo un reflejo
inmediato que inhibe la contracción muscular y de esta manera el músculo
libera la tensión al tendón
Tipos de estiramientos
estático consiste en una elongación del músculo en reposo en una
posición determinada se realiza a baja velocidad y se
mantiene durante 30 segundos.
Pasivo es un tipo de estiramiento estático, consiste en ejercer una
fuerza externa por un compañero para elongar el músculo
Dinámico: es similar a estiramientos balísticos utilizando la velocidad
del movimiento, pero no incluye movimientos de rebote sino
movimientos específicos de un patrón de movimiento
Balístico: se caracteriza por realizar una participación muscular y
movimiento donde no se mantiene la posición final realiza
una activación del reflejo de estiramiento lo cual no permite
una relajación muscular
FNP (facilitación es una técnica que combina estiramiento estático e
neuromuscular isométrico. se utilizan tres acciones musculares específicas
propioceptiva: para facilitar el estiramiento .Las acciones isométricas y
concéntricas de los músculos antagonistas para conseguir la
inhibición autogénica. La acción muscular concéntrica de los
músculos agonistas, denominada contracción del agonista
permite la inhibición recíproca de los músculos antagonistas
ESTIRAMIENTOS
estiramiento de la cadena anterior
la cadena anterior está envuelta por la fascia que va desde el pie hasta la mano
del mismo hemicuerpo
Cadena de apertura:
1. Tronco: paciente en sedente con miembros inferiores en extensión .
Pedimos que cruce la pierna contralateral de la cadena que queremos
Elongar sobre la otra. A continuación pedimos que apoye el miembro
superior del mismo hemicuerpo del miembro inferior que cruza, en el lado
externo del contrario. En esta posición que rítmicamente con la respiración
que avance cada vez más hacia exterior con la mano, realizando una
torsión de tronco hacia el lado de la cadena que está hiperprogramada.
Debemos tener en cuenta que la cabeza debe acompañar al tronco.
2. Miembro inferior: paciente en bipedestación. Solicitamos a éste que deje el
miembro inferior a tratar fijo y con el contralateral que de un paso lateral por
delante de aquel. La progresión será llevando el miembro cada vez más
hacia lateral.
3. Miembro superior: paciente con el miembro superior a tratar en rotación
interna sobre la pared (los dedos miran hacia la cara) y solicitamos una
rotación externa contra resistencia.
Cadena de extensión:
Atrofia muscular
La atrofia muscular es un término médico que se refiere a la disminución del
tamaño del músculo, perdiendo fuerza éste debido a la relación con su masa.
Afecta a las células nerviosas de los músculos esqueléticos, generando
parálisis. La parálisis puede ser parcial o completa y generalmente comienza
insidiosamente
Hipertrofia muscular
La hipertrofia muscular es el nombre científico dado al fenómeno de
crecimiento en el tamaño de las células musculares, lo cual supone un
aumento de tamaño de las fibras musculares y por lo tanto del músculo.
Este fenómeno se suele encontrar los músculos de aquellos atletas que
practican deportes anaeróbicos en los que repiten sucesivamente un mismo
ejercicio, por ejemplo: físico-culturismo, halterofilia y fitness. La hipertrofia
muscular se ha observado igualmente en animales
Hipertrofia muscular.
1)Mecanotransducción.
2)Señalización: modificación hormonal y/o rompimiento de fibras.
3)Síntesis de proteínas.
Síntesis de proteínas
El proceso de síntesis proteica comprende dos momentos: transcripción y
traducción. En pocas palabras podemos decir que un ARNm (mensajero)
copia un gen (parte activa del ADN). Este proceso se denomina transcripción.
Una vez copiado el ARNm sale del núcleo hacia el citoplasma donde se une al
ARNr (ribosómico). Luego el ARNm se une a ARNt (transportador). El ARNt
transporta un aminoácido específico y cuando el código de ambas moléculas
coincide se unen los aminoácidos. Este proceso se denomina traducción.
Es claro que a una mayor cantidad de núcleos entonces habrá una mayor
posibilidad de sintetizar proteínas. Esto es lo que sucede cuando de entrena
con sobrecarga. Este proceso se logra a través de la proliferación de células
satélite. Las células satélites son mioblastos que no se fusionaron durante el
desarrollo muscular. Estas se encuentran encerradas por la lámina basal
(Mauro 61). Estas se dividen (mitosis) formando dos células (núcleos) y luego
una de ellas ingresa al citoplasma sumando un mionúcleo más a la fibra
muscular.
Tabaquismo.
Virus.
Problemas genéticos.
Exposición a radiación.
Síntomas
Los síntomas son variables, y dependen del tipo de tumor y su localización. Por ejemplo, en
el caso de cáncer de pulmón, puede haber tos y dificultad para respirar, mientras que en el
caso de presentarse un tumor de colon, puede haber anemia ferropénica y presencia de
sangre en las heces.
Los siguientes síntomas aparecen con la mayoría de los tumores:
Fiebre
Malestar general.
Inapetencia.
Escalofríos.
Fatiga.
Sudores fríos.
Pérdida de peso.
Se encargan de detectar:
LOS PROPIOCEPTORES
o caminar.
Las articulaciones son los componentes del esqueleto que permiten la
conexión entre dos huesos (como por ejemplo el codo, la rodilla, la cadera,
etc.) y, por lo tanto, el movimiento. El cartílago es el tejido encargado de
recubrir los extremos de estos huesos y es indispensable para el buen
funcionamiento de la articulación puesto que actúa como un amortiguador.
La artrosis provoca el deterioro del cartílago articular provocando que los
huesos se vayan desgastando y aparezca el dolor. A medida que el cartílago
va desapareciendo, el hueso reacciona y crece por los lados (osteofitos)
produciendo la deformación de la articulación.
Incidencia
La artrosis es la enfermedad articular más frecuente en España, según los
datos de la Sociedad Española de Reumatología, que estima que más de 7
millones de españoles mayores de 20 años tienen artrosis de rodilla, mano o
columna. Además, esta enfermedad es más frecuente en mujeres, un 52 por
ciento, frente al 29 por ciento en los hombres.
“Desde el punto de vista radiológico, el segmento de población entre los 50 y
64 años presenta un 70 por ciento de artrosis en las manos, un 40 por ciento
en los pies, un 10 por ciento en las rodillas y un 3 por ciento en las caderas”,
señalan.
Además, según la Organización Mundial de la Salud, cerca del 28 por ciento
de la población mundial mayor de 60 años presenta artrosis y el 80 por
ciento de ésta tiene limitaciones en sus movimientos. El aumento de la
esperanza de vida y el envejecimiento de la población harán que la artrosis
se convierta en la cuarta causa de discapacidad en el año 2020.
Causas
A día de hoy no se conocen con exactitud las causas que producen la
artrosis, pero existen algunos factores de riesgo asociados a su aparición:
Edad: aumenta de forma exponencial a partir de los 50 años.
Sexo: afecta sobre todo a mujeres mayores de 50-55 años.
Genética: puede ser también una enfermedad hereditaria. En concreto,
la herencia genética en el desarrollo de la artrosis puede llegar a ser hasta de
un 65 por ciento.
Actividad laboral: la repetición de los movimientos articulares puede
llevar, a largo plazo, a la sobrecarga articular. Por eso, determinadas
actividades laborales (peluqueras, albañiles, etc.), pueden provocar la
aparición de artrosis.
Actividad física elevada: los deportistas de élite tienen mayor riesgo de
desarrollar la enfermedad.
Menopausia: la disminución de los niveles de estrógenos que se
produce con la llegada de la menopausia es uno de los factores de riesgo
para su desarrollo.
Obesidad: no parece participar en el desarrollo de artrosis, pero sí que
puede agravarla en determinadas articulaciones como las rodillas.
Traumatismos: fracturas y lesiones pueden ser un factor
desencadenante.
Síntomas
Las manifestaciones de la artrosis son muy variadas, progresivas y aparecen
dilatadas en el tiempo.
Los síntomas más frecuentes son el dolor articular, la limitación de los
movimientos, los crujidos y, en algunas ocasiones, el derrame articular.
Además, algunas personas pueden presentar rigidez y deformidad articular.
El síntoma que más preocupa a las personas con artrosis es el dolor. En un
primer estadio, éste se desencadena cuando se mueve o se realiza un
esfuerzo con la articulación. Este dolor suele cesar con el reposo.
Posteriormente, el agravamiento de la artrosis hará que el dolor aparezca
tanto con el movimiento, como con el reposo.
Uno de los puntos buenos del dolor artrósico es que no siempre es
constante, por lo que los pacientes pueden estar durante largos periodos de
tiempo sin padecer dolor, lo cual no significa que la artrosis no siga su
evolución.
Prevención
La principal medida que tienen que tener en cuenta los grupos de riesgo para
prevenir el desarrollo de la enfermedad es llevar una dieta sana y
equilibrada, como la dieta mediterránea, realizar ejercicio físico de forma
moderada, actividades que sean acordes a la edad y el estado físico actual
de la persona y evitar la obesidad.
También conviene limitar el esfuerzo físico intenso, como cargar objetos
pesados o las actividades laborales que implican sobreesfuerzo.
Por otro lado, los expertos recomiendan que las personas sean cuidadosas
al practicar deportes de contacto, como el fútbol o el rugby, ya que no están
recomendados para los pacientes con artrosis. El motivo es que estos
deportes son uno de los factores que pueden desencadenar la enfermedad.
De hecho, muchos futbolistas padecen artrosis de rodilla debido a las
lesiones que han sufrido en el menisco.
En caso de tener la enfermedad deben evitar los movimientos que producen
dolor, sin llegar a inmovilizar la zona.
Tipos
En la actualidad la artrosis se manifiesta principalmente en cuatro áreas:
Artrosis de rodilla
La artrosis de rodilla es el tipo más frecuente de artrosis. De hecho, en
España la sufren un 10 por ciento de los españoles. Se puede distinguir entre
dos tipos de artrosis de rodilla:
Artrosis de rodilla primaria: está muy relacionada con el envejecimiento
y con la genética, y va ligada al desgaste de las diferentes partes que forman
la rodilla (los huesos la membrana sinovial y el cartílago).
Artrosis de rodilla secundaria: se suele producir por una lesión previa,
como pueden ser una fractura o una lesión de ligamentos. Suele afectar a
deportistas y a personas obesas, ya que el sobreesfuerzo que exigen a sus
rodillas es elevado.
En este caso la enfermedad afecta a las partes interna y/o frontal de la
rodilla provocando dolor cuando se realiza un esfuerzo. Como consecuencia
de este dolor y por la evolución degenerativa de la enfermedad el paciente
puede tener cojera si la enfermedad avanza a un estadio avanzado. En este
tipo de artrosis el movimiento de la articulación suele causar chasquidos.
Artrosis de manos
La artrosis de manos es el segundo tipo de artrosis más común. En España
la sufren un 6 por ciento de los ciudadanos. Suele estar
estrechamente ligado al sexo femenino y a la herencia genética del paciente.
La artrosis de manos se origina en una articulación y, posteriormente, puede
extenderse al resto de la mano.
Es muy visible, ya que suele deformar los dedos y llega a afectar al día a día
de los pacientes en tareas cotidianas como la escritura. Durante el proceso el
dolor acompaña la evolución de la enfermedad siendo más fuerte al principio
y mitigándose a medida que aparecen los nódulos. Las molestias suelen
disminuir cuando la deformación se completa. La funcionalidad de la mano
puede verse afectada y la articulación puede quedar un poco flexionada o
desviada.
Artrosis de cadera
La artrosis de cadera es aquella que afecta a la parte superior de la pierna.
Este tipo de artrosis es bastante frecuente, aunque no tanto como la artrosis
de rodilla o de mano. En general, es propia de personas mayores, pero
puede aparecer antes de los 50 años, siendo excepcional en jóvenes.
El síntoma fundamental es el dolor, que se localiza en la zona de la ingle y
en la zona interna del muslo. Sin embargo, en ocasiones el dolor se puede
reflejar en la rodilla.
Al principio de la enfermedad, el dolor sólo aparece al caminar y al subir o
bajar escaleras. También se siente dolor tras un período de reposo, hasta
que la articulación entra en calor, y luego vuelve a aparecer tras una larga
caminata o ejercicio prolongado, porque se sobrecarga la articulación. De
forma progresiva, se van haciendo difíciles acciones tan elementales como
cruzar o flexionar las piernas, o caminar. En estadios avanzados el dolor
puede aparecer durante la noche, por la posición de reposo y, con el paso
del tiempo, es normal que aparezca cojera al caminar.
Artrosis de columna
La columna vertebral está formada por muchas articulaciones. Esto provoca
que se pueda desarrollar artrosis en esta zona, frecuentemente en el área
lumbar y cervical.
Este tipo de artrosis puede ser asintomática por lo que en muchas ocasiones
no está diagnosticada y se localiza de forma fortuita al realizar una
radiografía por otro motivo.
El dolor puede aparecer al realizar actividades mecánicas, como
movimientos y sobrecargas en la zona afecta. Además, los cambios de
tiempo y de presión suelen agravar el dolor.
Diagnóstico
Según explican desde la Sociedad Española de Reumatología (SER), el
diagnóstico de la patología se realiza mediante una entrevista clínica.
Existen algunas pruebas que ayudan al especialista a completar el
estudio. Mediante una radiografía el médico puede distinguir los osteofitos, el
pinzamiento del cartílago, las geodas subcondrales y la disminución
asimétrica del espacio articular, síntomas claros de la artrosis.
Otras pruebas que se pueden utilizar en casos excepcionales son la TC y la
resonancia magnética cuando el médico tenga dudas sobre el origen del
proceso o esté estudiando de forma complementaria otros problemas, como
una extrusión discal en una espondiloartrosis o la rotura meniscal en una
gonartrosis.
Por último, la ecografía de alta resolución se ha incorporado como una
herramienta diagnóstica muy eficaz porque revela las partes blandas que
rodean la articulación, así como si hay inflamación o lesión en alguna de ellas
y distinguir si el perfil del hueso se está alterando.
Tratamientos
El principal objetivo del tratamiento en la artrosis es mejorar el dolor
y la incapacidad funcional sin provocar efectos secundarios.
Para conseguirlo, desde la SER insisten en que el primer paso que deben
dar los especialistas es enseñar a los pacientes a evitar todo lo que
contribuye a lesionar las articulaciones como el sobrepeso, los movimientos
repetitivos, actitudes inadecuadas en el trabajo, el calzado, los útiles de
cocina, el mobiliario, etc.
En segundo lugar, se aconseja que cada paciente tenga una tabla de
ejercicios personalizada y adaptada que deberá realizar bajo la supervisión
del fisioterapeuta para mejorar el curso de la enfermedad.
Por último, desde la SER señalan que el reumatólogo decidirá el tratamiento
farmacológico adecuado para cada caso:
Antiinflamatorios y/o analgésicos
En la fase más aguda, el dolor aumenta mucho a causa de la inflamación de
la zona afectada. Llegados a este punto, puede ser necesaria necesaria la
prescripción médica de antiinflamatorios y/o analgésicos para reducir la
hinchazón de la zona y así calmar el dolor.
Medicamentos condroprotectores
Son los únicos medicamentos específicos para tratar la artrosis a largo plazo
porque actúan directamente sobre la articulación afectada. No sólo alivian el
dolor y mejoran la movilidad, sino que se está demostrando que tienen
capacidad para atacar la enfermedad de raíz, ralentizando el deterioro de la
articulación. Entre ellos encontramos fármacos como el condroitín sulfato, el
sulfato de glucosamina y el ácido hialurónico.
En 2015, The Cochrane Library publicó una revisión sobre condroitín sulfato
que confirma la eficacia y seguridad de este fármaco en el tratamiento de la
artrosis. Las conclusiones evidencian que los pacientes tratados con
condroitín sulfato presentaron una mejora del dolor y de la capacidad
funcional estadísticamente significativa y clínicamente relevante frente a
placebo, demostrando además ventajas de seguridad.
Cirugía
Si el paciente se encuentra en un estadio final de la enfermedad los
especialistas recomiendan como opción terapéutica la cirugía protésica.
Otros datos
Pronóstico
Aunque esta enfermedad no es muy grave, sí disminuye significativamente la
calidad de vida de los pacientes. De hecho, su pronóstico difiere bastante
dependiendo de la articulación que esté afectada y la evolución de la
patología.
Además, factores como el diagnóstico temprano y las medidas de
prevención articular pueden contribuir a ralentizar el desarrollo de la artrosis.
En términos generales, la SER explica que la evolución de la patología es
lenta y progresiva.
¿Cómo afecta a la vida del paciente?
El dolor y la falta de movilidad son los principales factores que inciden y
disminuyen la calidad de vida de los pacientes.
Dado que la enfermedad afecta sobre todo a los pacientes que superan los
60 años de edad, la limitación funcional puede hacer que aumente el
sedentarismo en estos grupos de población. Ello puede fomentar la obesidad
, y con ello el riesgo de que aumenten los niveles de colesterol, presencia
de diabetes, hipertensión, u otros factores de riesgo de enfermedades
cardiovasculares.
Osteoartritis
Antes de los 55 años, la enfermedad ocurre por igual en hombres y mujeres. Después de los
55, es más común en las mujeres.
Otros factores también pueden llevar a OA:
La OA tiende a ser hereditaria.
Tener sobrepeso aumenta el riesgo OA en las articulaciones de la cadera, la rodilla, el tobillo y
el pie. Esto es debido a que el peso extra causa más desgaste y ruptura.
Las fracturas u otras lesiones articulares pueden llevar a la OA posteriormente en la vida. Esto
incluye lesiones al cartílago y los ligamentos en las articulaciones.
Los trabajos que implican arrodillarse o estar en cuclillas durante más de una hora al día o que
implican levantar objetos, subir escaleras o caminar aumentan el riesgo de OA.
CAUSAS:
Para algunas personas, la discopatía degenerativa es parte del proceso natural de
envejecimiento. A medida que envejecemos, los discos intervertebrales pierden su
flexibilidad, elasticidad y capacidad de amortiguación de impactos. Para otras
personas, la discopatía degenerativa puede surgir de una lesión en la espalda.
SÍNTOMAS
Los síntomas comunes que indican que una discopatía degenerativa puede ser la
responsable del dolor en el cuello de una persona incluyen, entre otras, dolor en el
cuello, dolor que se propaga hacia la parte posterior de los omóplatos o hacia los
brazos, entumecimiento y hormigueo y, a veces, incluso, dificultades con la
destreza de las manos.
La discopatía degenerativa también puede causar dolor en la espalda o en las
piernas, además de problemas funcionales como hormigueo o entumecimiento en
las piernas o los glúteos, o dificultad para caminar.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de la discopatía degenerativa comienza con un examen físico del
cuerpo, con especial atención en el cuello, la espalda y las extremidades.
Tu médico te examinará la espalda para ver la flexibilidad, el rango de movimiento
y la presencia de ciertos signos que indiquen que las raíces nerviosas están
afectadas por cambios degenerativos en la columna. A menudo, esto incluye
revisar la fuerza de los músculos y los reflejos para verificar que todavía funcionan
normalmente.
Te piden, a menudo, que completes un diagrama que pregunta dónde ocurren los
síntomas de dolor, el entumecimiento, el hormigueo y la debilidad. Es posible que
te pidan una radiografía o una resonancia magnética
Aunque casi todo el mundo haya sentido dolor por tensión muscular, la
incomodidad asociada al síndrome de dolor miofascial persiste o empeora. Las
opciones de tratamiento son la fisioterapia y las inyecciones en el punto
desencadenante del dolor. Los analgésicos y las técnicas de relajación también
pueden ayudar.
Síntomas
Causas
Factores de riesgo
Un estímulo, como la rigidez muscular, que activa los puntos desencadenantes del
dolor en los músculos, provoca el síndrome de dolor miofascial. Los factores que
pueden aumentar el riesgo de tener puntos desencadenantes del dolor en los
músculos comprenden los siguientes:
Complicaciones
Las complicaciones asociadas con el síndrome de dolor miofascial son las
siguientes:
Diagnóstico
Durante la exploración física, el médico puede aplicar presión suave con los dedos
en la zona dolorida, para buscar los puntos de tensión. Ciertas formas de presión
en el punto doloroso pueden provocar determinadas respuestas. Por ejemplo, es
posible que sientas una contracción muscular.
Tratamiento
Terapia
Los síntomas pueden cambiar con el paso del tiempo y variar según la persona.
Primero suele haber dolor, hinchazón, enrojecimiento, cambios notables de la
temperatura e hipersensibilidad (especialmente al frío y al tacto).
Con el transcurso del tiempo, la extremidad afectada puede ponerse fría y pálida.
Esta puede manifestar cambios en la piel y en las uñas, así como espasmos y
endurecimiento musculares. Una vez que suceden estos cambios, la afección a
menudo es irreversible.
En ocasiones, el síndrome de dolor regional complejo puede extenderse desde el
origen a cualquier otra parte del cuerpo, por ejemplo, al miembro opuesto.
En algunas personas, los signos y síntomas del síndrome de dolor regional
complejo desaparecen por sí solos. En otras, los signos y síntomas persisten
durante meses a años. El tratamiento puede ser más eficaz si se inicia al principio
de la enfermedad.
Cuándo consultar al médico
Si experimentas un dolor intenso y constante en un miembro que hace que tocarlo
o moverlo parezca intolerable, consulta con el médico para que determine la
causa. Es importante tratar el síndrome de dolor regional complejo en forma
precoz.
Solicite una Consulta en Mayo Clinic
Causas
La causa del síndrome de dolor regional complejo no es del todo evidente. Se cree
que se debe a una lesión o anomalía en el sistema nervioso central y en el
periférico. El síndrome de dolor regional complejo suele producirse como
consecuencia de un traumatismo o de una lesión.
Existen dos tipos de síndrome de dolor regional complejo, con signos y síntomas
parecidos, pero con diferentes causas:
Tipo 1. También conocido como «síndrome de distrofia simpática refleja», este tipo
se manifiesta después de una enfermedad o de una lesión que no dañó
directamente los nervios del miembro afectado. Cerca del 90 por ciento de las
personas con síndrome de dolor regional complejo padece el tipo 1.
Prevención
Los siguientes pasos pueden ayudarte a reducir el riesgo de padecer el síndrome
de dolor regional complejo:
Tomar vitamina C después de una fractura de muñeca. Los estudios han
demostrado que las personas que tomaron una dosis mínima diaria de
500 miligramos (mg) de vitamina C después de una fractura de muñeca tuvieron un
menor riesgo de síndrome de dolor regional complejo en comparación con las que
no tomaron vitamina C.
Diagnóstico
El diagnóstico del síndrome de dolor regional complejo se basa en una exploración
física y en tu historia clínica. No hay una sola prueba que pueda diagnosticar
definitivamente el síndrome de dolor regional complejo, pero estos procedimientos
pueden aportar indicios importantes:
Gammagrafía ósea. Este procedimiento podría ayudar a detectar alteraciones
óseas. Una sustancia radioactiva que se inyecta en una vena permite ver los huesos
con una cámara especial.
Pruebas del sistema nervioso simpático. Estas pruebas buscan detectar
alteraciones en el sistema nervioso simpático. Por ejemplo, la termografía
mide la temperatura de la piel y el flujo sanguíneo en las extremidades
afectadas y no afectadas.
Otras pruebas pueden medir la cantidad de transpiración en ambas
extremidades. Los resultados desiguales pueden indicar la presencia del
síndrome de dolor regional complejo.
Radiografías. La pérdida de minerales en los huesos puede verse en una
radiografía en estadios más avanzadas de la enfermedad.
Gammagrafía ósea
Radiografía
Resonancia magnética
Tratamiento
Hay evidencia de que un tratamiento temprano, dentro de los primeros meses en
que aparecen los síntomas, podría ayudar a aliviar los síntomas del síndrome de
dolor regional complejo. A menudo, es necesario combinar diferentes tratamientos
adaptados a tu caso específico. Estas son algunas opciones de tratamiento:
Medicamentos
Los médicos utilizan distintos medicamentos para tratar los síntomas del síndrome
de dolor regional complejo.
Analgésicos. Los analgésicos de venta libre, como aspirina, ibuprofeno
(Advil, Motrin IB u otros) y naproxeno sódico (Aleve), podrían aliviar el dolor y
la inflamación.
El médico puede recetarte analgésicos más fuertes si los medicamentos de
venta libre no son de ayuda. Los medicamentos opioides podrían ser una
opción. Si se toman en dosis adecuadas, pueden ayudar a controlar el dolor.
Medicamentos antidepresivos y anticonvulsivos. A veces, los antidepresivos —
como amitriptilina— y los anticonvulsivos —como gabapentina (Neurontin)— se
utilizan para tratar el dolor que se origina en un nervio lesionado (dolor neuropático).
Terapias
Terapia de calor. Aplicar calor puede aliviar la hinchazón y la molestia en la piel
que se siente fría.
Terapia con espejo. En este tipo de terapia se usa un espejo para ayudar a
engañar el cerebro. Sentado delante de un espejo o de una caja espejo, mueves la
extremidad sana de modo que el cerebro la perciba como la extremidad con el
síndrome de dolor regional complejo. En las investigaciones se demuestra que este
tipo de terapia podría ayudar a mejorar la función y reducir el dolor en las personas
con síndrome de dolor regional complejo.
La artritis reumatoidea (AR) es una enfermedad que lleva a la inflamación de las articulaciones
y tejidos circundantes. Es una enfermedad prolongada. También puede afectar otros órganos.
Causas
La causa de la AR no se conoce. Se trata de una enfermedad autoinmunitaria. Esto significa
que el sistema inmunitario del cuerpo ataca por error al tejido sano.
La AR se puede presentar a cualquier edad, pero es más común en la mediana edad. Las
mujeres tienen AR con mayor frecuencia que los hombres.
La infección, los genes y los cambios hormonales pueden estar vinculados a la enfermedad.
El tabaquismo también puede estar asociado con la AR.
Es mucho menos común que la osteoartritis (OA). La OA es una afección que sucede en
muchas personas debido al desgaste en las articulaciones a medida que se envejece.
Distrofia muscular
Artritis reumatoidea
La artritis reumatoidea (AR) es una enfermedad que lleva a la inflamación de las articulaciones
y tejidos circundantes. Es una enfermedad prolongada. También puede afectar otros órganos.
Causas
La causa de la AR no se conoce. Se trata de una enfermedad autoinmunitaria. Esto significa
que el sistema inmunitario del cuerpo ataca por error al tejido sano.
La AR se puede presentar a cualquier edad, pero es más común en la mediana edad. Las
mujeres tienen AR con mayor frecuencia que los hombres.
La infección, los genes y los cambios hormonales pueden estar vinculados a la enfermedad.
El tabaquismo también puede estar asociado con la AR.
Es mucho menos común que la osteoartritis (OA). La OA es una afección que sucede en
muchas personas debido al desgaste en las articulaciones a medida que se envejece.
Distrofia muscular
ESPONDILOARTROSIS LUMBAR
ESPONDILOARTROSIS CUELLO
Osteoartrosis: síntomas y
tratamientos
Es una de las enfermedades articulares más usuales y afecta,
principalmente, a las mujeres. Si bien no tiene cura, poder
detectarla a tiempo es clave para iniciar una terapia que
permita aliviar los dolores
Es un trastorno caracterizado por deficiencia articular progresiva en la que todas
las estructuras de la articulación han experimentado un cambio patológico. La
condición obligatoria patológica de la osteoartrosis es la pérdida del cartílago
articular hialino que se acompaña de un aumento del espesor y esclerosis de la
placa ósea subcondral, proliferación de osteofitos en el borde articular,
estiramiento de la cápsula articular y debilidad de los músculos que unen la
articulación. Hay múltiples vías que llevan a la osteoartrosis, pero el paso inicial
suele ser una lesión articular en el contexto de una falla de los mecanismos
protectores.
EPIDEMIOLOGÍA
La osteoartrosis es el tipo de artritis más frecuente. Su prevalencia guarda una
relación notable con la edad y es mucho más frecuente en mujeres que en
varones. La vulnerabilidad articular y la carga articular son los dos principales
factores de riesgo que contribuyen a la osteoartrosis. Dichos factores están
condicionados a aspectos como edad, género femenino, raza, factores genéticos y
nutricionales, traumatismo articular, lesiones previas, alineación anormal,
deficiencias propioceptivas y obesidad.
PATOGENIA
Los cambios iniciales de la osteoartrosis pueden comenzar en el cartílago. Los dos
principales componentes del cartílago son colágeno de tipo 2, que proporciona
fuerza tensora, y agrecano, un proteoglucano. El cartílago en la osteoartrosis se
caracteriza por un agotamiento gradual de agrecano, desdoblamiento de la matriz
de colágeno y pérdida del colágeno de tipo 2, lo que lleva a una mayor
vulnerabilidad.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La osteoartrosis puede afectar casi a cualquier articulación, pero por lo general se
presenta en articulaciones que sostienen peso y que se utilizan con frecuencia
como la rodilla, la cadera, la columna vertebral y las manos. Las articulaciones de
las manos que se afectan más a menudo son las interfalángicas distales,
interfalángicas proximales o las carpometacarpianas del primer dedo (base del
pulgar); la afectación de la articulación metacarpofalángica es poco común.
Síntomas
Dolor relacionado con el uso que afecta a una o algunas articulaciones (el
dolor en reposo y nocturno son menos frecuentes).
Puede ocurrir rigidez después del reposo o por la mañana pero suele ser
breve (30 min).
Pérdida del movimiento articular o limitación funcional.
Inestabilidad articular.
Deformidad articular.
Crepitación articular.
Exploración física
Monoartritis crónica u oligoartritis y poliartritis asimétrica.
Edemas firmes u “óseos” de los bordes de las articulaciones, por ejemplo,
nódulos de Heberden (interfalángicas distales de la mano) o nódulos de
Bouchard (interfalángicas proximales de la mano).
Puede presentarse sinovitis leve con un derrame sin inflamación pero es
poco común.
Crepitación: crepitaciones audibles o crepitaciones de la articulación con el
movimiento pasivo o activo.
Deformidad, por ejemplo, la osteoartrosis de la rodilla puede afectar a los
compartimientos medial, lateral o patelofemoral y ocasionar deformidades
en varo o en valgo.
Restricción del movimiento, por ejemplo, limitación de ...
Descripción general
La artrosis es la forma más común de artritis y afecta a millones de personas en
todo el mundo. Se produce cuando el cartílago protector que amortigua los
extremos de los huesos se desgasta con el tiempo.
Aunque la artrosis puede dañar cualquier articulación, el trastorno afecta más
comúnmente a las articulaciones de las manos, las rodillas, las caderas y la
columna vertebral.
Los síntomas de la artrosis generalmente se pueden controlar, aunque el daño a
las articulaciones no se puede revertir. Mantenerse activo, mantener un peso
saludable y algunos tratamientos pueden retrasar el avance de la enfermedad y
ayudar a mejorar el dolor y la función de las articulaciones.
Productos y servicios
Libro: Mayo Clinic on Arthritis (Mayo Clinic sobre la artritis)
Mostrar más productos de Mayo Clinic
Síntomas
Causas
La artrosis se produce cuando el cartílago que amortigua los extremos de los
huesos de las articulaciones se deteriora gradualmente. El cartílago es un tejido
firme y resbaladizo que permite un movimiento articular prácticamente sin fricción.
Eventualmente, si el cartílago se desgasta por completo, el hueso se rozará con el
hueso.
A menudo se habla de la artrosis como una enfermedad de "desgaste". Pero
además de la descomposición del cartílago, la osteoartritis afecta a toda la
articulación. Provoca cambios en el hueso y el deterioro de los tejidos conectivos
que mantienen unida la articulación y que unen el músculo al hueso. También
provoca la inflamación del revestimiento de la articulación.
Factores de riesgo
Los factores que pueden aumentar su riesgo de artrosis incluyen los siguientes:
Edad avanzada. El riesgo de tener artrosis aumenta con la edad.
Sexo. Las mujeres son más propensas a padecer artrosis, aunque no está claro
por qué.
Complicaciones
La artrosis es una enfermedad degenerativa que empeora con el tiempo y que a
menudo produce dolor crónico. El dolor y la rigidez en las articulaciones pueden
llegar a ser lo suficientemente intensos como para dificultar las tareas diarias
Diagnóstico
Durante el examen físico, el médico revisará la articulación afectada para detectar
sensibilidad, inflamación, enrojecimiento y flexibilidad.
Pruebas por imágenes
Para obtener imágenes de la articulación afectada, el médico podría recomendarte
lo siguiente:
Radiografías. El cartílago no aparece en las radiografías, pero la pérdida de
cartílago se revela por el estrechamiento del espacio entre los huesos de la
articulación. Una radiografía también puede mostrar espolones óseos alrededor de
una articulación.
Análisis de laboratorio
El análisis de sangre o del líquido articular puede ayudar a confirmar el
diagnóstico.
Análisis de sangre. Aunque no hay análisis de sangre para la artrosis, ciertos
exámenes pueden ayudar a descartar otras causas de dolor articular, como la artritis
reumatoide.
Análisis del líquido sinovial. El médico podría usar una aguja para extraer líquido
de una articulación afectada. Luego, se examina el líquido para detectar inflamación
y determinar si el dolor es causado por gota o una infección en lugar de por artrosis.
Radiografía
Resonancia magnética
Tratamiento
La artrosis no se puede revertir, pero los tratamientos pueden reducir el dolor y
ayudarte a moverte mejor.
Medicamentos
Algunos de los medicamentos que pueden ayudar a aliviar los síntomas de la
artrosis, principalmente el dolor, son los siguientes:
Paracetamol. Se ha demostrado que el paracetamol (Tylenol, otros) ayuda a
algunas personas con artrosis que tienen dolor leve a moderado. Si tomas una
cantidad de paracetamol superior a la recomendada, el hígado puede verse
afectado.
Terapia
Fisioterapia. Un fisioterapeuta puede mostrarte ejercicios para fortalecer los
músculos alrededor de tu articulación, aumentar tu flexibilidad y reducir el dolor. La
actividad física de baja intensidad periódica que haces por tu cuenta, como nadar o
caminar, puede ser igual de efectiva.
Obtén toda la información que puedas sobre tu afección y sobre cómo controlarla,
especialmente sobre la forma en que los cambios en el estilo de vida pueden
afectar los síntomas. Hacer ejercicio y perder peso si tienes sobrepeso son formas
importantes de disminuir el dolor y la rigidez articular de la artrosis.
Haz ejercicio. El ejercicio de bajo impacto puede aumentar la resistencia y
fortalecer los músculos alrededor de la articulación para que sea más
estable. Trata de caminar, andar en bicicleta o hacer ejercicios aeróbicos
acuáticos. Si sientes un nuevo dolor articular, detente.
Si sientes un nuevo dolor que dura horas después de hacer ejercicio, es
probable que te hayas esforzado en exceso, no significa que hayas causado
daño o que debas dejar de hacer ejercicio. Inténtalo de nuevo uno o dos días
más tarde con un nivel de intensidad más bajo.
Baja de peso. Tener sobrepeso aumenta la tensión en las articulaciones que
soportan el peso, como las rodillas y las caderas. Incluso una pérdida de peso
menor puede aliviar un poco la presión y reducir el dolor. Habla con un dietista sobre
las maneras saludables de perder peso.
Ácidos grasos omega 3. Los omega 3, que se encuentran en los pescados grasos
y en los suplementos de aceite de pescado, podrían ayudar a aliviar el dolor y
mejorar la función.
La osteoporosis es una enfermedad esquelética en la que se produce una disminución
de la densidad de masa ósea. Así, los huesos se vuelven más porosos, aumenta el
número y el tamaño de las cavidades o celdillas que existen en su interior, son más
frágiles, resisten peor los golpes y se rompen con mayor facilidad
Qué es
La osteoporosis es una enfermedad sistémica esquelética que se caracteriza
por una disminución de la masa ósea y un deterioro de la microarquitectura
de los huesos, lo que supone un aumento de la fragilidad de los huesos y del
riesgo de sufrir fracturas.
Esta patología es asintomática y puede pasar desapercibida durante muchos
años hasta que finalmente se manifiesta con una fractura.
Frecuencia
Según los datos de la Sociedad Española de Reumatología (SER), se
estima que la osteoporosis afecta a unos 75 millones de personas en
Europa, Estados Unidos y Japón.
Esta patología es más frecuente en mujeres, aunque también pueden sufrirla
los hombres, especialmente si tienen una edad avanzada.
En el caso de España, se estima que 2 millones de mujeres tienen
osteoporosis. De hecho, la prevalencia en la población postmenopáusica es
del 25 por ciento, es decir, 1 de cada 4 mujeres tiene esta enfermedad que
ocasiona unas 25.000 fracturas al año.
“La repercusión socio-sanitaria de la osteoporosis es enorme y se mide en
términos de incidencia de las fracturas. Aproximadamente 1 de cada 3
mujeres y 1 de cada 5 hombres mayores de 50 años sufrirán al menos una
fractura osteoporótica en su vida restante”, señalan desde la SER.
Causas
El origen de la osteoporosis debe buscarse en los factores que influyen en el
desarrollo y la calidad del hueso. El riesgo de padecer osteoporosis
vendrá determinado por el nivel máximo de masa ósea que se obtenga en la
edad adulta y el descenso producido por la vejez. Además
del envejecimiento, en su aparición intervienen factores genéticos y
hereditarios. Las hijas de madres que tienen osteoporosis, por ejemplo,
adquieren un volumen de masa ósea inferior que el de hijas de madres con
huesos normales, y lo mismo sucede con gemelos univitelinos.
La desnutrición, la mala alimentación, el escaso ejercicio físico y la
administración de algunos fármacos también pueden favorecer la aparición
de la osteoporosis. Sin embargo, la menopausia es uno de los factores que
más influye en su desarrollo en las mujeres, ya que la desaparición de la
función ovárica provoca un aumento de la resorción ósea.
Síntomas
Durante años se ha conocido a la osteoporosis como la epidemia
silenciosa debido a que esta patología no produce síntomas, aunque el
dolor aparece cuando surge la fractura.
Los especialistas señalan que algunas fracturas vertebrales pueden pasar
desapercibidas puesto que no se producen síntomas. En estos casos se
pierde la oportunidad de frenar la pérdida de masa ósea y reducir el riesgo
de nuevas fracturas.
Las fracturas más comunes en la osteoporosis son las del fémur proximal,
humero, vértebras y antebrazo distal (muñeca).
Fractura vertebral
En estos casos el paciente presenta un dolor agudo muy intenso que
aparece cuando hace esfuerzos leves, como la carga moderada de peso, o
un ligero traumatismo.
El paciente tendrá una contractura que le impedirá realizar maniobras de
flexión y/rotación de la columna. La crisis suele durar de dos a tres
semanas y la intensidad del dolor irá disminuyendo de forma progresiva en
los tres meses siguientes; la remisión puede ser total o parcial.
“Ocasionalmente, una fractura vertebral puede aparecer sin que el paciente
perciba ningún síntoma, o bien puede causar una molestia que no se a lo
suficientemente intensa para demandar asistencia”, advierten desde la SER.
“Algunos autores consideran que esta circunstancia se produce hasta en dos
tercios de los casos. Se asume que la ausencia de dolor, o su baja
intensidad es consecuencia de la instauración lenta del proceso”.
Otros síntomas de esta fractura es un dolor sordo, profundo y localizado en
las fosas ilíacas y en los flancos, como consecuencia del roce de la arcada
costal con la pelvis. Esta posibilidad ayuda a descartar las exploraciones
para buscar la existencia de alguna patología intestinal o renal.
Fractura de cadera
En este apartado están incluidas todas las fracturas que van desde la cabeza
del fémur hasta aproximadamente 5 cm del troncanter menor.
Los especialistas consideran que las fracturas de cadera son indicativas de
osteoporosis cuando se producen tras un traumatismo de baja energía,
como una caía cuando la persona está de pie. Las fracturas de alta energía,
como las que se producen tras un accidente de tráfico, no se consideran un
síntoma de la osteoporosis.
Dentro de las fracturas de cadera existen dos tipos que presentan unas
manifestaciones clínicas diferentes.
En el caso de las intracapsulares (fracturas de cuello femoral, cervicales,
trascervicales o mediales) que no están desplazadas, el paciente presenta
un dolor moderado en la región inguinal. Además, presentan movimientos de
cadera algo limitados.
Si la fractura intracapsular está desplazada el paciente tendrá un dolor
intenso e impotencia funcional muy acentuada.
El otro tipo posible de fractura de cadera son las extracapsulares (fracturas
pertrocantéreas, troncantéreas y del macizo troncantéreo). En éstas el
paciente puede sufrir un dolor muy intenso en el área de la cadera, así como
impotencia funcional absoluta en el miembro inferior.
Fractura de antebrazo distal
Abarca las fracturas de la extremidad distal del radio. Este tipo de fracturas
asociadas a la osteoporosis se asocia a una densidad mineral ósea baja y la
presencia de un traumatismo de baja intensidad, como una caída sobre la
mano.
La sospecha de osteoporosis debe aparecer si tras la caída el paciente
siente dolor en la región de la muñeca unido a la impotencia funcional.
Prevención
La prevención de la osteoporosis es fundamental para evitar el avance de la
patología. Estas son algunas recomendaciones para conservar y aumentar la
densidad ósea:
Mantener un consumo adecuado de calcio.
Practicar ejercicios físicos en los que el paciente no tenga que soportar
peso corporal. Algunos estudios recientes han demostrado que los ejercicios
en los que es necesario que los músculos muevan los huesos mantienen e
incluso pueden aumentar la densidad ósea. Uno de los más recomendables
en este sentido es el body pump.
Seguir un tratamiento farmacológico, si lo prescribe el médico.
Tipos
Existen distintos tipos de osteoporosis:
Osteoporosis posmenopáusica: la causa principal es la falta de
estrógenos. En general, los síntomas aparecen en mujeres de 51 a 75 años
de edad, aunque pueden empezar antes o después de esas edades.
Osteoporosis senil: resultado de una deficiencia de calcio relacionada
con la edad y de un desequilibrio entre la velocidad de degradación y de
regeneración ósea. Afecta, por lo general, a mayores de 70 años y es dos
veces más frecuente en las mujeres que en los varones.
Osteoporosis secundaria: Puede ser consecuencia de ciertas
enfermedades, como la insuficiencia renal crónica y ciertos trastornos
hormonales, o de la administración de ciertos fármacos, como
corticoesteroides, barbitúricos, anticonvulsivantes y cantidades excesivas de
hormona tiroidea.
Diagnóstico
Dado que en la actualidad hay muchas lagunas de conocimiento sobre la
enfermedad, la Sociedad Española de Reumatología señala que es difícil
establecer unos criterios diagnósticos claros y contundentes que abarquen,
además, el riesgo de fractura.
En la actualidad, la densitometría ósea es la mejor técnica que existe para
medir la masa ósea, aunque los especialistas señalan que hay excepciones,
ya que la prueba indica la densidad mineral ósea del paciente, y éste es otro
de los factores de riesgo de la osteoporosis.
“En base a los conocimientos actuales, el abordaje diagnóstico debe
realizarse de manera individual valorando la edad y otros factores de riesgo”,
señalan desde la SER, quienes indican que factores de riesgo como el
consumo de tabaco y alcohol, el bajo peso, los antecedentes familiares de
fracturas osteoporóticas, entre otras, permiten identificar a las personas con
riesgo de desarrollar la patología. Por lo que, la base fundamental del
diagnóstico se basa en la sospecha clínica.
Tratamientos
La selección del tratamiento dependerá de las características del paciente.
Los expertos recuerdan que para que sea eficaz debe seguirse de forma
constante durante varios años.
Los fármacos que se emplean en la actualidad para combatir la osteoporosis
consiguen detener la resorción ósea y evitar la pérdida del mineral. Son los
llamados inhibidores de la resorción entre los que se encuentran, los
estrógenos, las calcitoninas, los bisfosfonatos (etidronato, alendronato y
risedronato), los moduladores selectivos de los receptores estrogénicos
(raloxifeno) e incluso las estatinas, unos fármacos que inicialmente se
empleaban para combatir el colesterol.
Aunque el tratamiento farmacológico es muy importante existen otras
medidas encaminadas a corregir deficiencias nutricionales y mejorar el estilo
de vida que pueden evitar caídas y minimizar la intensidad del impacto de la
enfermedad.
Deficiencias nutricionales
Según la SER, lo más importante es que el paciente tome las cantidades
necesarias de calcio y vitamina D.
Respecto al calcio, al ser un nutriente, la mejor forma de ingerirlo es con la
comida. La mayor parte del calcio se obtiene con la leche y los derivados
lácteos.
El contenido de vitamina D de los alimentos es muy bajo, a excepción de
algunos pescados grasos, por lo que la mejor forma de adquirir esta vitamina
es a través de tomar el sol de forma prudente.
Los pacientes de edad avanzada no suelen exponerse al sol por lo que en
muchas ocasiones deberán tomar suplementos de vitamina D para
asegurarse de que cumplen los requerimientos diarios.
Otros elementos nutricionales
Además de vigilar la ingesta de calcio y vitamina D, el paciente debe
asegurarse de que ingiera la proporción adecuada de los nutrientes básicos,
vitaminas y oligoelementos, como el magnesio. “Deben evitar los
suplementos de vitamina A, ya que se ha demostrado que aumentan el
riesgo de fractura”, añaden.
Respecto a las dietas hiperproteicas y las ricas en sodio y fósforo, en la
actualidad existe controversia sobre si deben evitarse o no ya que éstas
aumentan la excreción urinaria de calcio por una reabsorción tubular.
Modificación de estilos de vida
Los expertos recomiendan evitar la inmovilidad y seguir pautas fisioterápicas
que limiten la deformidad y el dolor, así como abstenerse de fumar e ingerir
grandes cantidades de alcohol.
Ejercicio físico
Realizar deporte aumenta la masa ósea durante el crecimiento de los niños y
adolescentes y, además, puede ayudar a reducir la pérdida en las personas
de edad avanzada.
También tiene otros beneficios: aumenta la flexibilidad, la coordinación y la
fuerza muscular, lo que ayuda a reducir el riesgo de caídas.
Los especialistas indican que el ejercicio debe adaptarse a las circunstancias
del paciente y recomiendan realizar un paseo diario para preservar los
patrones motores del enfermo.
Riesgo de caída
Existen algunos factores modificables que propician las caídas de los
ancianos y que se pueden modificar para reducir el riesgo, como el consumo
de sedantes. Estas sustancias aumentan la posibilidad de que sucedan las
caídas y aparezcan las fracturas.
Otros fármacos como los antihipertensivos, los barbitúricos y los
hipoglucemiantes también se han asociado al aumento de riesgo de caídas.
Otros datos
¿Quién puede padecer la osteoporosis?
Tal y como señalan desde la SER, la más frecuente es la que afecta a las
mujeres mayores, ya que esta patología está asociada al envejecimiento y a
la menopausia. De hecho, las fracturas osteoporóticas no suelen aparecer
antes de los 65 años.
En mujeres más jóvenes la osteoporosis suele estar asociada a otras
enfermedades o a sus tratamientos, como por ejemplo: hipertiroidismo,
administración de corticoides, enfermedades hepáticas, mala absorción,
antiepilépticos, etcétera.
¿Cómo afecta a la calidad de vida?
La osteoporosis no afecta excesivamente a la calidad de vida del paciente,
ya que muchas de las fracturas, sobre todo las vertebrales, son
asintomáticas. Sin embargo, cuando la fractura es clínica produce dolor e
incapacidad durante los tres meses siguientes y puede llegar a dejar dolores
residuales en el paciente, sobre todo para estar de pie o hacer actividades
que requieran flexiones de columna.
Factores de riesgo
Además de la masa ósea existen otros factores de riesgo independientes
predictores de fractura:
Tener antecedentes familiares de fractura de cadera.
Haber tenido fracturas después de los 50 años.
Poseer un índice de masa corporal menor a 20.
Presencia de deformidad vertebral morfométrica.
Consumir tóxicos, como el alcohol o el tabaco.
Estos factores unidos a la edad ayudan a determinar qué personas tienen
más riesgo de desarrollar osteoporosis.
Desde la SER insisten en que esta patología puede afectar a cualquier
persona, incluidos niños y adolescentes, varones de cualquier edad y
mujeres premenopáusicas. “No obstante, en estos casos, son poco
frecuentes y suele asociarse a alguna enfermedad importante.
A
roblemas ortopédicos en
el recién nacido
Introducción
Las lesiones ortopédicas en el recién nacido difieren de las lesiones a otras edades infantiles. La patología
neonatal presenta unas características propias, que es necesario conocer, para el manejo correcto del
paciente. Si la anamnesis y la exploración física son fundamentales en el proceso diagnóstico de cualquier
patología ortopédica, lo son más aún en el neonato, en el que raramente nos apoyaremos en pruebas de
imagen.
Aunque existen múltiples patologías sindrómicas, en este capítulo mencionaremos solo las patologías
ortopédicas más comúnmente observadas y aquellas especialmente características. Dentro de ellas,
incluiremos: el metatarso aducto, el pie zambo, la displasia del desarrollo de la cadera, la luxación congénita
de rodilla, la tortícolis muscular congénita, el síndrome del niño moldeado, las lesiones del plexo braquial y las
fracturas de clavícula neonatales(1-3).
Puede ser bilateral hasta en un 50% de los casos. Es más común en la población femenina y el lado que más
se afecta es el izquierdo. Se deben buscar posibles patologías asociadas, en especial la displasia de cadera,
que se puede encontrar hasta en un 10% de los pacientes con metatarso aducto.
La historia natural en la mayoría de los casos es la corrección espontánea, hasta en el 85% de los casos a los
3 meses de edad, aunque esto dependerá del grado y la flexibilidad inicial. Sin embargo, el metatarso
varo consiste en la misma deformidad pero rígida, con presencia de un pliegue medial a la altura de la
articulación tarso-metatarsiana, que indica cierto grado de subluxación medial. Sería una forma más grave de
aducto en la que no hay corrección espontánea y la deformidad es fija(6) (Fig. 2).
En la exploración, encontraremos el antepié desviado a medial. En el pie normal, la línea media de la planta
discurre, desde la mitad del talón hasta el tercer dedo. En caso de metatarso varo, la línea media pasa lateral
al tercer dedo. El borde lateral del pie será convexo y el medial cóncavo. El pie adquiere una forma de
habichuela y la base del quinto metatarsiano se hace ligeramente prominente.
El pronóstico, así como el tratamiento, depende del grado de flexibilidad que presente el paciente. El grupo A
es más propenso a mejorar durante los 3 primeros meses de vida y solo se debe recomendar a los padres
realizar estiramientos abduciendo el antepié, así como, estimulando la eversión del pie por parte del recién
nacido.
Los pacientes de la categoría B requieren evaluación por un traumatólogo pediátrico, pero lo habitual será la
corrección mediante yesos seriados (cada 1 a 2 semanas y hasta 3-4 yesos) o el uso de órtesis en abducción
del antepié, para mantener la corrección.
Los pies más rígidos necesitarán yesos seriados en las primeras semanas de vida, aprovechando la laxitud
ligamentaria de los neonatos. Raramente, será necesario el tratamiento quirúrgico, que habitualmente se
retrasa hasta los 2 años de vida.
Pie zambo
También conocido como pie equinovaro congénito, es una malformación congénita que se presenta entre el
1% y el 2% de los recién nacidos vivos. Puede ser bilateral hasta en un 50% de los casos y algo más
frecuente en el sexo masculino(7).
El pie zambo consiste en una deformidad que incluye: equino, varo, cavo,
aducto (Fig. 3). Su etiopatogenia no está clara y se barajan múltiples teorías,
entre las que se encuentran: el freno en el desarrollo fetal, los factores
hereditarios, factores mecánicos intraúteros e incluso un origen
neurogénico(8).
Figura 3. Recién nacido que presenta un pie equino varo congénito bilateral. Véase las
deformidades en equino, varo y supinación de los pies.
Generalmente se asocia a otras patologías, como: la espina bífida, la displasia congénita de cadera, la
distrofia miotónica o la artrogriposis.
• Tipo B (severa, forma rígida): deformidad con importante rigidez y marcada fibrosis.
El tratamiento debe iniciarse de manera precoz. Actualmente, el método de tratamiento más utilizado, es
el método Ponseti, que busca la corrección progresiva de las diferentes deformidades mediante la colocación
de yesos seriados que se cambian semanalmente. Habitualmente, son necesarios entre 5 y 7 yesos, aunque
esto dependerá del grado de rigidez y de deformidad inicial. El equinismo es la última deformidad que se
corrige, pero exclusivamente quirúrgica, mediante una tenotomía percutánea del tendón de Aquiles.
Una vez completada la corrección, es necesario el mantenimiento de la misma, con unas botas que deberán
utilizarse, inicialmente, de manera continua durante unos meses y, posteriormente, de forma nocturna hasta
los 3 años(9).
Las causas pueden ser varias, como, por ejemplo: la posición defectuosa del feto, la compresión del mismo
por útero pequeño o la musculatura abdominal potente.
En los pies flexibles, se inicia el tratamiento con manipulaciones y, en la mayoría de los casos, la musculatura
va adquiriendo tono y el pie se va equilibrando espontáneamente (Fig. 4). Esta deformidad se resuelve,
prácticamente, siempre sin problemas, siendo necesario en contadas ocasiones, la utilización de yesos
seriados(2,6).
Figura 4. Deformidad en un recién nacido con pie talo valgo intenso, donde el dorso del pie puede
contactar fácilmente, con la parte anterior de la pierna.
La etiología es desconocida, aunque se ha detectado una influencia hereditaria en algunos pacientes, en los
que hay una asociación familiar marcada (mutación del gen HOXD10). Además, se asocia en muchas
ocasiones, a otras patologías como: artrogriposis, espina bífida y neurofibromatosis.
El tratamiento en la gran mayoría de los casos es quirúrgico, existiendo multitud de técnicas para la reducción
y posterior estabilización del astrágalo en su posición correcta(10,11).
Hay que tener en cuenta que, de no llegar a recibir el tratamiento adecuado, estos pacientes están
predispuestos a presentar deformidades dolorosas, que se traducen en cuadros de discapacidad y limitación
funcional importante.
• Primer hijo.
• Sexo femenino.
• Parto de nalgas.
• Oligohidramnios.
También, existe una serie de patologías asociadas, como: el metatarso aducto, la tortícolis muscular
congénita o el pie zambo, que nos deben hacer pensar en ella.
Al examen físico del recién nacido, se puede observar la presencia de un clic, una disminución de la
flexoabducción de la extremidad afectada y una asimetría de pliegues, así como, la apariencia de tener una
pierna más corta que la contralateral (Tabla II).
También, se pueden hacer uso de las maniobras de inestabilidad para detectar una cadera luxable o
subluxable en el neonato:
1. Maniobra de Ortolani: se coloca al recién nacido con ambas caderas en flexión y abducción de 90°,
forzando la abducción a la vez que se realiza una presión suave de los dedos sobre el trocánter, reduciéndose
la luxación.
2. Maniobra de Barlow: implica el movimiento contrario, de manera que se realiza la fuerza hacia posterior,
mientras la cadera se encuentra en aducción.
En caso de duda, se debe solicitar una ecografía, preferiblemente, a partir de la tercera semana, para evitar
falsos positivos.
Desde un punto de vista pediátrico, el manejo del bebé dependerá de lo encontrado en la exploración y su
significado patológico (Tabla III).
Figura 5. Arnés de Pavlick en un lactante con displasia de cadera. Véase que el arnés está
colocado sobre la piel, para sujetar de forma más eficiente la reducción de la cadera. Los
cuidadores no deben retirar el arnés de ninguna forma.
Los niños que no mejoran o los que se diagnostican después de los 6 meses, con frecuencia, necesitan
realizar una reducción bajo anestesia general, porque se precisa la realización de una artrografía que
certifique la reducción correcta.
Se ha visto asociada, además, a displasia congénita de cadera (45%), diversas deformidades en los pies
(31%), luxación congénita de codo (10%) y artrogriposis múltiple.
El diagnóstico se hace durante el examen físico, al encontrarse una hiperextensión marcada de la rodilla del
neonato, pudiendo confirmarse con la radiografía simple, que sirve para determinar el grado de severidad. Se
clasifica tres tipos (Fig. 6):
Figura 6. Esquema de los tres grados en los que se clasifica la luxación congénita de rodilla. La
diferencia fundamental está en la relación de las epífisis femoral y tibial. En el tipo B están en
contacto parcial, y en el tipo C hay pérdida total del contacto.
• Grado I: rodilla en 15° a 20° de hiperextensión; puede ser manipulada hasta los 45° a 90° de flexión.
• Grado II: desplazamiento moderado con una hiperextensión de 25° a 45°, en el que todavía se observa
contacto entre las superficies articulares de la tibia y el fémur. Se puede flexionar hasta la posición neutra.
• Grado III: desplazamiento total del tercio proximal de la tibia, pasando por delante de los cóndilos femorales,
sin llegar a encontrarse contacto alguno entre ambas carillas articulares.
El tratamiento debe iniciarse lo más pronto posible, preferiblemente al nacimiento (14). El tipo de tratamiento
variará en función del grado de afectación. En aquellos casos leves o moderados, habitualmente, el
tratamiento se basa en manipulaciones, tratando de colocar la rodilla en flexión e inmovilizándola con yesos
seriados a intervalos de 2 semanas; es posible conseguir buenos resultados, tras 6 a 8 meses de tratamiento.
En los casos severos de entrada o en los descritos previamente, en los que no se lograse la reducción, puede
ser necesaria la utilización de distintos procedimientos quirúrgicos, dependiendo de lo que considere el
cirujano, pasando por cirugías mínimamente invasivas, como: la resección cuadricipital percutánea o una
cuadriceplastia en V-Y.
La tortícolis muscular congénita presenta una incidencia en recién nacidos del 0,3% a 1,9%, considerándose
la tercera patología ortopédica más comúnmente diagnosticada en la infancia. La etiopatogenia sigue sin estar
clara, aunque parece que puede estar en relación con la compresión venosa del cuello y un posible síndrome
compartimental de los músculos cervicales.
El diagnóstico es clínico. La cabeza se encuentra inclinada lateralmente y la oreja llega a contactar con el
hombro. En el recién nacido, esta actitud suele ser flexible. A lo largo de los días, puede ponerse de
manifiesto un engrosamiento situado en el vientre muscular del ECM, denominado “oliva”. Esta se presenta
solo en el 20-30% de los casos. La “oliva” va desapareciendo en pocas semanas, siendo sustituida por
fibrosis, y la inclinación de la cabeza es cada vez más evidente. La plagiocefalia es frecuente que acompañe a
la desviación del cuello(2).
El tratamiento inicial debe ser siempre conservador, aconsejando a los padres cambios posicionales en la
cuna y colocación en decúbito lateral, sobre el lado contrario al que está girado el mentón. Además, se puede
estimular al niño con ruidos, luces…, para que gire la cabeza al lado contrario (15). A estos consejos, se debe
de añadir la fisioterapia, con ejercicios de estiramiento pasivo, inicialmente por parte de los padres y, si no hay
mejoría, por parte de un fisioterapeuta.
Los casos resistentes al tratamiento o aquellos diagnosticados después del primer año de vida deben ser
referidos al especialista, porque puede ser necesaria la elongación quirúrgica del ECM.
Los factores que sitúan a un recién nacido en posición de riesgo para padecer este síndrome son: sexo
masculino, gran peso al nacer, ser hijo de madre primípara, oligoamnios, toxemia del embarazo, parto asistido
o presentación de nalgas(16).
Su incidencia actual oscila entre 0,38 a 5,1 casos por cada 1.000 nacidos vivos.
En el neonato con lesión del plexo braquial, se deben sospechar otras lesiones concomitantes: fractura de
clavícula, escápula y costillas, desprendimiento epifisario de húmero proximal, lesiones en columna cervical,
parálisis facial y diafragmática, así como tortícolis.
Dependiendo del nivel donde se produzca la lesión, podremos tener uno de los siguientes tipos de parálisis(18):
1. Parálisis de Erb-Duchene: se afecta el tronco superior del plexo braquial (conformado por las uniones de
las raíces ventrales de C5 y C6). Es la parálisis más común (46%). Al examen físico, el hombro está en
aducción y rotación interna, el codo presenta extensión, y el antebrazo está en pronación, pudiendo existir,
asimismo, flexión de la muñeca y de los dedos de la mano.
2. Parálisis de Klumpke: hay una afectación de las raíces ventrales de C8 y T1, dando como resultado, una
lesión del tronco inferior, afectando fundamentalmente la movilidad de la mano. Se observa en un 36% de
todas las parálisis de plexo braquial en los neonatos, y presentan peor pronóstico que las superiores.
Además, en un tercio de los casos, coexiste una lesión de la cadena simpática cervical, conocida como
síndrome de Claude-Bernard-Horner, que en caso de presentarse, empeora el pronóstico para la
recuperación del paciente.
3. Parálisis total: se afectan todas las raíces nerviosas del plexo, dando como resultado una extremidad
flácida e insensible.
El tratamiento inicial es conservador, y debe esperarse 2-3 semanas para iniciar el tratamiento fisioterápico,
para evitar el dolor secundario a la irritación nerviosa y para permitir la cicatrización de las lesiones.
Después del primer mes, se inicia el tratamiento rehabilitador que, en aquellos casos en los que no se plantee
tratamiento quirúrgico, debe continuar de forma ininterrumpida hasta los 5-6 años de edad. Se deben realizar
movimientos articulares pasivos y suaves, trabajando sobre la estimulación sensorial y de percepción,
avanzando paulatinamente con el crecimiento del niño(19).
El tratamiento quirúrgico se reserva para aquellos casos con mal pronóstico (ausencia de recuperación de la
función del bíceps, antes del 3º mes; ausencia de función del bíceps; deficiente recuperación de extensores
del codo, muñeca y dedos; parálisis frénica; síndrome de Horner; Sind de Brown-Séquard; o ausencia de
recuperación de la mano al 2º-3º mes en parálisis completas). En principio debe realizarse de forma precoz,
entre el 2º-4º mes.
Bibliografía
Los asteriscos reflejan el interés del artículo a juicio del autor.
2.*** Huguet R, Morales L. Ortopedia Pediátrica. En: Cruz M. Tratado de Pediatría 10° ed. Madrid: Ergon,
2012. p. 2151-61.
3.** Sankar W, Weiss J, Skaggs DL. Orthopaedic conditions in the newborn. J Am Acad Orthop Surg. 2009;
17: 112-22.
4. Hosalkar HS, Spiegel DA, Davidson RS. The foot and toes. En: Kliegman RM, Behrman RE, Jenson HB,
Stanton BF, eds. Nelson Textbook of Pediatrics. 19th ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier; 2011: chap 666.