Consumidor

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Nombre: CHRISTOPHER TAYLOR MURILLO POVEDA

Curso: ISI-S-MA-7-1
Docente: Econ. Silvia Ruata
Fecha: 03/09/2020

ECONOMÍA

Teoría del Consumidor


La teoría del consumidor es la perspectiva microeconómica destinada a conocer
el comportamiento de los consumidores en su decisión de satisfacer sus preferencias y
necesidades.

El consumidor es un agente económico que demanda y disfruta bienes y servicios


económicos, satisfaciendo sus necesidades. En economía se sabe de la existencia de una
serie de factores que determinan la demanda de estos bienes y servicios.

Los individuos deben decidir su consumo de bienes y servicios. Ahora bien, esta
decisión de consumo es dado un precio y una restricción presupuestaria. La teoría del
consumidor procura saber cómo los consumidores prefieren distribuir su ingreso entre
un conjunto de bienes y servicios logrando alcanzar la satisfacción más alta posible.

De manera que, la teoría del consumidor engloba la interacción de preferencias de los


consumidores, las combinaciones preferentes de bienes que reportan igual satisfacción y
la totalidad posible de bienes que se puede agotar con un ingreso dado.

Preferencias del consumidor


En la teoría del consumidor se asume que las preferencias del individuo guardan los
elementos siguientes:

 Que los bienes que puede adquirir el consumidor, son comparables entre sí.
 Que las preferencias del consumidor son transitivas, de forma tal, que si prefiere A en
vez de B y a B en vez de C, entonces, de seguro prefiere A en lugar de B.
 Cualquier bien solo es comparable con él mismo.
 Utilidad marginal decreciente.
De acuerdo a esta la teoría, las personas como agente consumidor se establecen un
orden en los bienes a elegir para su consumo, lo cual marca su preferencia.

Este orden es el siguiente: digamos que Robin prefiere el bien coco al bien pescado.
Entonces, de seguro cuando estando en posibilidad de elegir, Robin preferirá coco a
pescado.

Supondremos que dadas dos cestas de consumo cualesquiera (x1, x2) y (y1, y2), el
consumidor puede ordenarlas según su atractivo. Es decir, puede decidir que una de
ellas es estrictamente mejor que la otra o bien que le son indiferentes. Utilizaremos el
símbolo > para indicar que una cesta se prefiere estrictamente a otra, por lo que debe
interpretarse que (x1, x2) > (y1, y2) significa que el consumidor prefiere estrictamente
(x1, x2) a (y1, y2), en el sentido en que le gusta más la cesta X que la Y. Esta relación
de preferencia pretende ser un concepto práctico.

Si el consumidor prefiere una cesta a otra, significará que elegirá la que prefiere, si tiene
posibilidad de hacerlo. Por lo tanto, la idea de la preferencia se basa en la conducta del
consumidor. Para saber si éste prefiere una cesta a otra, observamos cómo se comporta
en situaciones en las que hay que elegir entre dos cestas. Si siempre elige (x1, x2)
cuando existe (y1, y2) es natural decir que prefiere la (x1, x2) a la (y1, y2). Si al
consumidor le resulta indiferente elegir una u otra de las dos cestas de bienes,
utilizamos el símbolo  y escribimos (x1, x2)  (y1, y2). Esto significa que de acuerdo
con sus propias preferencias, cualquiera de las dos cestas satisfaría igualmente al
consumidor. Si el individuo prefiere una de las dos cestas o es indiferente entre ellas,
decimos que prefiere débilmente la (x1, x1) a la (y1, y2) y escribimos (x1, x2)  (y1,
y2).

Estas relaciones de preferencia estricta, preferencia débil e indiferencia no son


conceptos independientes, las propias relaciones están relacionadas entre sí, por ejemplo
si (x1, x2)  (y1, y2) y (y1, y2)  (x1, x2), podemos concluir que (x1, x2)  (y1, y2). Es
decir, si el consumidor piensa que la cesta (x1, x2) es al menos tan buena como (y1, y2)
y que la cesta (y1, y2) es al menos tan buena como (x1, x2), debe ser indiferente ante las
dos cestas de bienes. Del mismo modo, si (x1, x2)  (y1, y2), pero sabemos que no se
da (x1, x2)  (y1, y2), podemos concluir que (x1, x2)> (y1, y2), lo que significa
simplemente que si el consumidor piensa que la cesta (x1, x2) es al menos tan buena
como (y1, y2) y no es indiferente ante las dos, debe ser que piensa que (x1, x2) es
estrictamente mejor que la (y1, y2).

Las curvas de indiferencia

Como veremos, toda la teoría de la elección del consumidor puede formularse en


función de preferencias que satisfagan los tres axiomas descritos anteriormente, además
de algunos supuestos más técnicos. No obstante, resultaría útil describirlas gráficamente
mediante curvas de indiferencia.

Definición de curvas de indiferencia

 Las curvas de indiferencia muestran las diferentes combinaciones de bienes que


producen al individuo igual nivel de utilidad.
 Curvas de indiferencia: Conjunto de todas las canastas de bienes que le entregan
igual satisfacción a un individuo.
 Curva de indiferencia: Función geométrica que representa combinaciones de
cantidades de dos bienes que le brindan igual satisfacción a un consumidor.
 Curva de indiferencia: Es una curva que refleja (únicamente) aquellas
combinaciones de bienes X e Y, que le dan el mismo grado de satisfacción o
utilidad al consumidor
Consideremos la Figura 1, cuyos dos ejes representan el consumo de los bienes 1 y 2,
por parte de un individuo. Escojamos una determinada cesta de consumo (x1, x2) y
sombreemos todas las que se prefieran débilmente a ésta. Esa área se llama conjunto
preferido débilmente. Las cestas de la frontera de esta conjunto – es decir, aquellas que
el consumidor considera iguales que la (x1, x2) – constituyen la curva de indiferencia.

Podemos trazar una curva de indiferencia partiendo de cualquier cesta de consumo que
queramos. Esta curva está conformada por todas las cestas antes las cuales el
consumidor es indiferente. Consideremos que ahora Pedro pone en consideración su
alimentación y las prendas de vestir que normalmente usa para asistir a la universidad,
donde x1 son las prendas de vestir, e x2 corresponde a los alimentos, podemos por lo
tanto realizar la siguiente interpretación gráfica:

Los puntos A, B y C sobre la curva representan las diferentes combinaciones de


alimento y vestido que ofrecen al individuo la misma utilidad de 120. En este sentido,
elegir la combinación A o la B o la C es indiferente al individuo puesto que todos los
puntos se encuentran sobre la misma curva de indiferencia y eso significa que le
reportan igual utilidad (120). Uno de los problemas que plantea la utilización de las
curvas de indiferencia para describir las preferencias estriba en que sólo nos muestran
las cestas que el consumidor considera indiferentes, pero no cuáles son mejores y cuáles
peores. Algunas veces resulta útil trazar pequeñas flechas en las curvas de indiferencia
que indiquen la dirección de las cestas preferidas. No lo haremos en todos los casos,
pero sí en algunos de los ejemplos que puedan suscitar confusiones. Si no partimos de
otros supuestos sobre las preferencias, las curvas de indiferencia pueden adoptar formas
realmente peculiares. Pero incluso en este nivel general podemos formular un
importante principio sobre ellas: las curvas de indiferencia que representan distintos
niveles de preferencias no pueden cortarse. Es decir, no pueden darse la situación
descrita en la Figura 3.

Para demostrarlo, escojamos tres cestas de bienes X, Y y Z tales que la X se encuentre


en una curva de indiferencia, la Y en otra y Z en la intersección de ambas. Hemos
partido del supuesto de que las curvas de indiferencia representan niveles de
preferencias distintos, por lo que una de las cestas, por ejemplo X, se prefiere
estrictamente a la otra, Y. Según la definición de las curvas de indiferencia, sabemos
que X1  Z y que Z  Y. A partir del axioma de transitividad, podemos concluir que X
 Y. Pero esta conclusión contradice el supuesto de que X> Y, con lo que queda
demostrado el resultado de que las curvas de indiferencia que representan niveles de
preferencias distintos no pueden cortarse. ¿Qué otras propiedades tienen las curvas de
indiferencia? En abstracto, la respuesta es: no muchas. Las curvas de indiferencia
constituyen un instrumento para describir las preferencias. Pueden representar casi todas
las preferencias que puedan imaginarse. Un truco consiste en aprender qué forma tienen
las curvas de indiferencia correspondientes a cada tipo de preferencias.
Ejemplos de preferencias

Intentemos relacionar las preferencias con las curvas de indiferencia mediante algunos
ejemplos. Describiremos algunas preferencias y veremos cómo son las curvas de
indiferencia que representan.

Existe un procedimiento general para construir curvas de indiferencia dada una


descripción “verbal” de las preferencias. Primero situamos el lápiz en una cesta de
consumo cualquiera del gráfico, por ejemplo, la (x1, x2). A continuación imaginamos
que le damos al consumidor un poco más del bien 1, x1 desplazándolo a (x1+x1, x2).
Después nos preguntamos cómo tendría que variar el consumo del bien x2 para que el
consumidor fuera indiferente entre (x1+x1, x2 +x2) y (x1, x2). Una vez determinado
el desplazamiento correspondiente a una cesta de consumo ya tenemos una parte de la
curva de indiferencia. Ahora intentamos hacer lo mismo con otra cesta, y así
sucesivamente hasta obtener claramente la forma general de las curvas de indiferencia.

Construyamos el ejemplo numérico de la Figura 2:

 Vamos a considerar x1 como vestidos y x2 como alimentos. Partimos de la


combinación 2 unidades de vestidos (x1) y cinco unidades de alimentos (x2), es
decir que (x1, x2) corresponde a (2,5).
 Queremos incrementar las unidades de vestidos (x1) en 2 unidades más, es decir
que x1 = 2 pasando por lo tanto de 2 a 4 unidades de x1, es decir que la nueva
cesta corresponde a (4,5).
 Para que la nueva cesta sea indiferente con la cesta inicial debemos compensar
en la variable x2 lo que adicionamos en x1, es decir que debemos restar en este
caso una cifra x2 que haga (2,5)  (4,5 - x2), esta cifra corresponde a 2
unidades menos de alimentos, es decir que la cesta que es indiferente a (2,5) es
(4,3).

Sustitutivos perfectos

Dos bienes son sustitutivos perfectos si el consumidor está dispuesto a sustituir uno por
otro a una tasa constante. El caso más sencillo es aquel en que el consumidor está
dispuesto a sustituir un bien por otro a una tasa igual a 1. Supongamos, por ejemplo, que
los dos bienes son lápices rojos y azules y el consumidor le gustan los lápices, pero le
da igual el color. Escoge una cesta de consumo, por ejemplo, la (10, 10). Para este
consumidor cualquier otra cesta que contenga 20 lápices es tan buena como la (10, 10).
En términos matemáticos cualquier cesta de consumo tal que x1 + y1 = 20 se encontrara
en la curva de indiferencia que pasa por el punto (10, 10). Por lo tanto, las curvas de
indiferencia de este consumidor son todas rectas paralelas con una pendiente de – 1,
como lo muestra la Figura 4. Las cestas que contienen más lápices se prefieren a las que
contengan menos, por lo que las sucesivas curvas de indiferencia son paralelas en
sentido ascendente y hacia el derecho, como indica la Figura 4. ¿Cómo se explica este
razonamiento al procedimiento general para trazar las curvas de indiferencia? Si nos
encontramos en (10, 10) y aumentamos la cantidad del primer bien en una unidad,
¿cuánto tenemos que cambiar el segundo para volver a la curva de indiferencia inicial?
Es evidente que tenemos que reducir el segundo bien en 1 unidad. Por lo tanto, la curva
de indiferencia que pasa por el punto (10, 10) tiene una pendiente de – 1. Este mismo
procedimiento general puede utilizarse con cualquier cesta de bienes con los mismos
resultados; en este caso, todas las curvas de indiferencia tienen una pendiente constante
de – 1.

La característica más importante de los sustitutivos perfectos reside en que las curvas de
indiferencia tienen una pendiente constante. Supongamos, por ejemplo, que
examináramos las preferencias de un consumidor por los lápices rojos y pares de lápices
azules. Las pendientes de las curvas de indiferencia correspondientes a estos dos bienes
serían – ½, ya que el consumidor estaría dispuesto a renunciar a dos lápices rojos para
obtener un par más de lápices azules.

La decisión del consumidor

La teoría revela que el consumidor cuando se encuentra frente a un conglomerado de


bienes, gastará su ingreso maximizando su utilidad. Es decir, va a seleccionar
procurando reportarse el mayor grado de satisfacción que pueda alcanzar.

Restricción presupuestaria
Cambios en los precios

Incremento de px

Cambios en los precios

Incremento de py
Cambios en los precios
• El impacto de variaciones de precios en el conjunto presupuestario es ahora más sutil:
el incremento de un precio puede hacer al consumidor “relativamente más rico” si es
“relativamente rico” en ese bien (es decir, si en su dotación ese bien es abundante)

• Conviene observar que la dotación inicial ( x , y ) siempre está en el conjunto


presupuestario (el consumidor puede no comerciar y consumir su propia dotación),
independientemente de los precios.

Demanda del consumidor


El sistema de ecuaciones que identifica una solución interior al problema del
consumidor es ahora:

Las funciones de demanda son las mismas que se obtendrían sustituyendo la renta
monetaria I por el valor de la dotación inicial a los precios de mercado en las funciones
de demanda ordinarias del problema del consumidor estándar:
Demanda del consumidor: ejemplo

Efecto sustitución y efecto renta


• Estudiemos el efecto de un incremento de px asumiendo la función de utilidad u(x, y)
y la dotación (x, y)
Efecto sustitución y efecto renta
El efecto sustitución es negativo

El efecto renta es positivo

En este caso, el efecto renta es positivo (porque el consumidor es un vendedor neto del
bien) y es mayor que el efecto sustitución, lo que resulta en un efecto total positivo: el
incremento de px produce un aumento del consumo de ambos bienes

Efecto sustitución y efecto renta


Supongamos que se produce un aumento de px:

- El efecto sustitución es negativo -- idéntico al del caso de renta exógena.

-El signo del efecto renta, sin embargo, depende de si el consumidor es un comprador o
un vendedor neto del bien x. En el primer caso, el aumento de px empobrece al
consumidor, mientras que en el segundo caso le enriquece.

Por tanto, el signo del efecto total sobre la demanda de bien x no está determinado
incluso si el bien es normal, pues depende de la dotación inicial del consumidor y de sus
preferencias.

Formalmente,
BIBLIOGRAFÍA
http://www.unipamplona.edu.co/unipamplona/portalIG/home_109/recursos/octubre2014/ad
ministraciondeempresas/semestre2/11092015/microeconomia.pdf

https://economipedia.com/definiciones/teoria-del-consumidor.html

http://www.eco.uc3m.es/docencia/microeconomia/Transparencias/M5.pdf

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