Preferencias Del Consumidor
Preferencias Del Consumidor
Preferencias Del Consumidor
Como veremos, toda la teoría de la elección del consumidor puede formularse en función de preferencias que
satisfagan los tres axiomas descritos antes, además de algunos supuestos más técnicos. No obstante, resultaría
útil describirlas gráficamente mediante curvas de indiferencia.
Consideremos la figura 3.1, cuyos dos ejes representan el consumo de los bienes 1 y 2 por parte de un individuo.
Escojamos una determinada cesta de consumo (x1, x2) y sombreemos todas las que se prefieren débilmente a
esta. Esa área se llama conjunto preferido débilmente. Las cestas de la frontera de este conjunto – es decir,
aquellas que el consumidor considera iguales que la (x1, x2) –constituyen la curva de indiferencia.
Intentemos relacionar las preferencias con las curvas de indiferencia mediante algunos ejemplos. Describiremos
algunas preferencias y veremos cómo son las curvas de indiferencia que las representan.
Existe un procedimiento general para construir curvas de indiferencia dada una descripción "verbal" de las
preferencias. Primero situamos el lápiz en una cesta de consumo cualquiera del gráfico, por ejemplo, la (x1, x2).
A continuación imaginamos que le damos al consumidor un poco más del bien 1, Δx1 desplazándolo a (x1 +
Δx1, x2). Después nos preguntamos como tendría que variar el consumo de x2 para que el consumidor fuera
indiferente al punto de consumo inicial, y llamamos a esta variación Δx2. A continuación nos preguntamos
cómo tendría que variar el bien 2, dada una variación del 1, para que el consumidor fuera indiferente entre (x1
+ Δx1, x2 + Δx2) y (x1, x2). Una vez determinado el desplazamiento correspondiente a una cesta de consumo
ya tenemos una parte de la curva de indiferencia. Ahora intentamos hacer lo mismo con otra cesta, y así
sucesivamente hasta obtener claramente la forma general de las curvas de indiferencia.
Sustitutivos perfectos
Dos bienes son sustitutivos perfectos si el consumo está dispuesto a sustituir uno por otro a una tasa constante.
El caso más sencillo es aquel en el que el consumidor está dispuesto a sustituir un bien por otro a una tasa igual
a 1.
Supongamos, por ejemplo, que los dos bienes son lápices rojos y azules y que al consumidor le gustan los
lápices, pero le da igual el color. Escoge una cesta de consumo, por ejemplo, la (10, 10). Para este consumidor
cualquier otra cesta que contenga 20 lápices es tan buena como la (10, 10). En términos matemáticos, cualquier
cesta de consumo (x1, x2) tal que x1+ x2 = 20 se encontrará en la curva de indiferencia que pasa por el punto
(10, 10). Por lo tanto, las curvas de indiferencia de este consumidor son todas rectas paralelas con una pendiente
de -1, como muestra la figura 3.3. Las cestas que contienen más lápices se prefieren a las que contienen menos,
por lo que las sucesivas curvas de indiferencia son paralelas en sentido ascendente y hacia la derecha, como
indica la figura 3.3.
¿Cómo se aplica este razonamiento al procedimiento general para trazar curvas de indiferencia? Si nos
encontramos en (10, 10) y aumentamos la cantidad del primer bien en una unidad, ¿cuánto tenemos que cambiar
el segundo para volver a la curva de indiferencia inicial? Es evidente que tenemos que reducir el segundo bien
en 1 unidad.
Por lo tanto, la curva de indiferencia que pasa por el punto (10, 10) tiene una pendiente de -1. Este mismo
procedimiento general puede utilizarse con cualquier cesta de bienes con los mismos resultados; en este caso,
todas las curvas de indiferencia tienen una pendiente constante de -1.
Figura 3.3 Los sustitutivos perfectos.
Al consumidor sólo le interesa el número total de lápices y no su color. Por lo tanto, las curvas de indiferencia
son líneas rectas una pendiente de -1.
La característica más importante de los sustitutivos perfectos reside en que las curvas de indiferencia tienen una
pendiente constante. Supongamos, por ejemplo, que representamos los lápices azules en el eje de ordenadas y
los pares de lápices rojos en el de abscisas. Las pendientes de las curvas de indiferencia correspondientes a
estos dos bienes serían iguales a -2, ya que el consumidor estaría dispuesto a renunciar a dos lápices azules para
obtener un par más de lápices rojos.
Complementarios perfectos
Los complementarios perfectos son bienes que siempre se consumen juntos en proporciones fijas. Los bienes
se "complementan" en cierto sentido. Un buen ejemplo son los zapatos del pie derecho y los del izquierdo. Al
consumidor le gustan los zapatos, pero siempre lleva juntos el derecho y el izquierdo. No le sirve de nada tener
uno solo.
Tracemos las curvas de indiferencia de los bienes complementarios perfectos. Supongamos que elegimos la
cesta de consumo (10,10). Ahora añadimos 1 zapato diferente entre esta nueva posición y la inicial, ya que el
zapato adicional no le sirve para nada. Lo mismo ocurre si añadimos 1 zapato más del pie izquierdo: el
consumidor también es diferente entre (10, 11) y (10, 10).
Por lo tanto, como muestra la figura 3.5, las curvas de indiferencia tienen forma de L cuyo vértice se encuentra
en el punto en el que el número de zapatos del pie izquierdo es igual al de zapatos del derecho.
Muchas veces es útil referirse a la pendiente de las curvas de indiferencia en un determinado punto, tanto es así
que recibe incluso un nombre se llama relación marginal de sustitución (RMS) debido a que mide en que el
consumidor está dispuesto a sustituir un bien por e otro.
Supongamos que le quitamos un poco del bien 1, Δx1, y le damos Δx2 que es una cantidad suficiente para que
vuelva a sui curva de indiferencia, por lo que disfruta exactamente del mismo nivel de bienestar que antes de
esta situación de x1 por x2. Δx2 / Δx1 es la relación en que el consumidor está dispuesto a sustituir el bien 1 por
el bien 2.
Imaginemos ahora que Δx1 es una variación muy pequeña, es decir,, una variación marginal. En ese caso, el
cociente Δx2 / Δx1 mide la relación marginal de sustitución del bien 1 por el 2. A medida que disminuye Δx1,
Δx2 / Δx1 se aproxima a la pendiente de la curva de indiferencia, como muestra la figura 3.11
Figura 3.11 La relación marginal de sustitución (RMS)
La relación marginal de sustitución mide la pendiente de la curva de indiferencia.
Cuando escribamos el cociente Δx2 / Δx1, siempre supondremos que tanto el numerador como el denominador
son cifras pequeñas, que representan variaciones marginales con respecto a la cesta de consumo inicial. Por lo
tanto, el cociente que define la relación marginal de sustitución siempre describirá la pendiente de la curva de
indiferencia, es decir, la relación en la que el consumidor está dispuesto a sacrificar una pequeña cantidad del
bien 1 a cambio de un pequeño aumento del consumo del bien 2.
Una característica algo desconcertante de la relación marginal de sustitución es el hecho de que sea
normalmente negativa. Ya hemos visto que las preferencias monótonas implican que las curvas de indiferencia
deben tener pendiente negativa. Dado que la RMS es la medida numérica de la pendiente de una curva de
indiferencia, naturalmente será negativa.
La relación marginal de sustitución mide un interesante aspecto de la conducta del consumidor. Supongamos
que éste tiene unas preferencias "regulares", es decir, unas preferencias que son monótonas y convexas, y que
consume actualmente una cesta (x1, x2). Ahora le ofrecemos un cambio; puede intercambiar cualquier cantidad
del bien 1 por cualquier cantidad del 2 o cualquier cantidad del 2 por cualquier cantidad del 1, a una "relación
de intercambio" E.
Es decir, si renuncia a Δx1 unidades del bien1, puede obtener a cambio E Δx1 unidades del 2, o sino, por el
contrario, renuncia a Δx2 unidades del bien 2, puede obtener Δx2 / E unidades del 1. En términos geométricos,
estamos ofreciéndole la posibilidad de trasladarse a cualquier punto de una línea que tiene una pendiente de –
E y que pasa por (x1, x2), como muestra la figura 3.12. Desplazarse en sentido ascendente y hacia la izquierda
de (x1, x2) significa intercambiar el bien 1 por el 2, y desplazarse en sentido descendente y hacia la derecha
significa intercambiar el bien 1 por el 2. En ambos desplazamientos, la relación de intercambio es E. Dado que
el intercambio siempre entraña renunciar a un bien a cambio de otro, la relación de intercambio E corresponde
a una pendiente de –E.
Ahora podemos preguntarnos cuál tendría que ser la relación de intercambio para que el consumidor deseara
permanecer en (x1, x2). Para responder a esta pregunta basta observar que siempre que la recta de intercambio
corta la curva de indiferencia, hay algunos puntos de esa recta que se (x1, x2), es decir, que se encuentran por
encima de la curva de indiferencia. Así pues, si no se produce ningún desplazamiento con respecto a (x1, x2),
la recta de intercambio debe ser tangente a la curva de indeferencia. Es decir, la pendiente de la recta de
intercambio, -E, debe ser la pendiente de la curva de indiferencia en (x1, x2). Con cualquier otra relación de
intercambio, la recta de intercambio cortaría a la curva de indiferencia, lo que permitiría al consumidor
desplazarse a un punto mejor para él.
Así pues desplazarse de la curva de indiferencia, la relación marginal de sustitución, mide la relación en la que
al consumidor le es igual intercambiar o no los dos bienes. Con cualquier otra relación de intercambio que no
sea la relación marginal de sustitución, deseará intercambiar un bien por el otro. Pero si la relación de
intercambiar es idéntica a la relación marginal de sustitución, deseará permanecer en el mismo punto.
3. La relación marginal de sustitución
4. Otras interpretaciones de la RMS
Hemos dicho que la RMS mide la relación a la que el consumidor empezaría a estar dispuesto a sustituir un
bien por el otro. También podríamos afirmar que se encuentra en el punto en que empieza a estar dispuesto a
"pagar" una cierta cantidad del bien 1 para conseguir algo más del 2. Ésa es la razón por la que algunas veces
oímos decir que la pendiente de la curva de indiferencia mide la disposición marginal a pagar.
Si el bien 1 representa el consumo de "todos los demás bienes" y se mide en la cantidad de pesetas que podemos
gastar en ellos, la interpretación de la disposición marginal a pagar es muy natural. La relación marginal de
sustitución del bien 1 por el 2 es la cantidad de pesetas que estamos dispuestos a detraer del gasto en los demás
bienes para consumir algo mas del 2. Por lo tanto, mide la disposición marginal a renunciar a esas pesetas para
consumir una cantidad mayor del bien 2 .Pero renunciar a esas pesetas es exactamente lo mismo que pagarlas
para consumir una cantidad algo mayor del bien 2.
Figura 3.12.
El intercambio a una Determinada relación
Cuando se utiliza la interpretación de la RMS basada en la disposición marginal a pagar debe tenerse especial
cuidado en subrayar tanto en término "marginal" como el termino "disposición". La RMS mide la cantidad del
bien 1 que estamos dispuestos a pagar por una cantidad marginal de consumo adicional del 2. Lo
que tengamos que pagar realmente por una cantidad dada del consumo adicional puede ser diferente de lo
estemos dispuestos a pagar. Lo que tengamos que pagar dependería del preciosito de nuestras preferencias.
Del mismo modo, lo que estemos dispuestos a pagar por una gran variación del consumo puede ser diferente
de lo que estemos dispuestos a pagar por una variación marginal. La cantidad que terminemos comprando
realmente dependería de nuestras preferencias por los bienes y de los precios que tengamos que pagar por ellos.
Lo que estemos dispuestos a pagar por una pequeña cantidad adicional de un bien dependerá exclusivamente
de nuestras preferencias.
1.7 Relación marginal de sustitución y las preferencias
A veces resulta útil describir la forma de las curvas de indiferencia de función de la relación marginal de
sustitución. Por ejemplo, la curva de indiferencias de los "sustitutivos perfectos"se caracterizan por el hecho de
que la relación marginal de sustitución es infinita en todos los puntos. Las preferencias por los
"complementarios perfectos" se caracterizan por el hecho de que la RMS no puede ser mas que 0 o infinita.
Ya hemos señalado que el supuesto de que las preferencias son monótonas implica que las curvas de indiferencia
debe tener pendiente negativa , por lo que la RMS siempre implica reducir el consumo de un bien para conseguir
una mayor cantidad de otro
El caso de las curvas de indiferencias convexas corresponde a otro tipo más de RMS. Cuando las curvas de
indiferencias son convexas, la relación marginal de sustitución – la pendiente de la curva de indiferencia de la
curva de indiferencia- diminuye cuando aumentamos x1 Por lo tanto las curvas de indiferencias muestran
una relación marginal de sustitución decreciente, lo que significa que la relación en que una persona esta
dispuesta a intercambiar x1 por x2 disminuye cuando aumenta la cantidad de x1. La convexidad de las curvas
de indiferencias parece muy natural cuando se expresa de esta forma: afirma que cuando mayor sea la cantidad
que tengamos de un bien mas dispuestos estaremos a renunciar a una parte de el a cambio de otro (sin embargo,
recuerdese el ejemplo de helado y las aceitunas: este supuesto podría no ser valido en el caso de algunos pares
de bienes).