Estado Moderno
Estado Moderno
Estado Moderno
El Estado Moderno tenía un carácter centralista que favorecía al soberano en detrimento de los
poderes feudales y de la Iglesia. En Europa Central los estados minarán el poder del Emperador
del Sacro Imperio Romano Germánico. Es lo que se conoce como la crisis de los poderes
universales de la Edad Media.
Otras características básicas del Estado Moderno son las siguientes:
Centralización de la política del Estado mediante la creación de órganos políticos
comunes a todo el territorio. Un ejemplo lo podemos ver en el sistema de gobierno de
Carlos V.
Promulgación de leyes generales comunes para todo el territorio bajo dominio del
soberano. Esto difiere de la Edad Media, donde existen multitud de leyes y fueros, incluso
dentro de unos mismos estados.
Fomento de ideales colectivos para todo el estado.
Creación de infraestructuras militares, administrativas, financieras y diplomáticas. Todo
esto acabaría desarrollando un aparato burocrático dentro del Estado, origen de las actuales
administraciones públicas. La necesidad de esta burocracia también requerirá la formación
de una mayor parte de la población en universidades, desarrollándose estas.
No obstante, no se llegó a conseguir del todo. En primer lugar porque algunos territorios que
formaban parte de un Estado más amplio seguían manteniendo órganos políticos herederos de
la Edad Media. Un ejemplo son las Cortes de los Reinos de la Corona de Aragón.
Por otro lado, el concepto de nación no era similar al que tenemos ahora. El sentimiento
nacionalista como lo conocemos hoy en día nació en el siglo XIX con la llegada del
Romanticismo. En los Estados Modernos la nación era el origen geográfico, local o regional, de
un individuo. Podía ser más amplio según el sentimiento propio del individuo. Pero la nación
no era el equivalente al estado político. Es decir: el término nación era más un sentimiento
personal que una entidad política.
Jean Bodin
Otro intelectual del siglo XVI fue el francés Jean Bodin. Destacó por sus aportaciones a la
teoría del Estado. Desarrolló el concepto de soberanía, tan importante para estas monarquías
autoritarias del Estado Moderno.
Bodin argumentó que era necesario un poder fuerte para que existiera prosperidad. Este poder
fuerte tendría que velar por los intereses de toda la sociedad. El soberano tendría el poder como
consecuencia de un pacto que le da permiso para gobernar. Pero el gobierno no sería pactado,
sino que sería autoritario. En definitiva, hay un pacto para elegir al gobernante, pero no para
elegir el tipo de gobierno que ejerce el gobernante.
En resumen, para Bodin el ideal de gobierno es la monarquía absoluta. El rey debe tener todo el
poder en sus manos y todos deben obedecerle. El Rey es el mismo Estado. Una ideología que
tendrá su mayor expresión en las monarquías absolutas de los Estados Modernos del siglo
XVII.
Anteriormente hemos hablado de las características básicas del Estado Moderno. Ahora hablaré
de las características de las monarquías que gobernarán el Estado Moderno. Estos instrumentos
y características son básicas para entender el estado europeo de la Edad moderna y el control
que llegaron a ejercer los soberanos en el poder político.
La guerra fue el medio político principal de los soberanos de los Estados Modernos. Desde la
Baja Edad Media, y con influencia de la Guerra de los Cien Años, el monarca necesitó
consolidar su poder mediante el empleo de la fuerza. Esto llevó a la creación de un ejército de
forma permanente.
Además, las empresas bélicas ayudaba a crear un ideal común. Podía llegar a unificar el país en
proyectos comunes y a conquistar nuevos territorios.
La necesidad de dinero para pagar al nuevo ejército permanente llevó a tener que disponer de
ingresos económicos regulares. Como consecuencia se intensificó la hacienda pública y la
recaudación de impuestos.
Al necesitar mejores burócratas algunos soberanos crearán universidades con la que formar
mejor a gente cualificada. Una gran parte de estos burócratas vinieron de la burguesía de las
ciudades. Los burócratas intentarían aprovechar su posición para escalar puestos socialmente y
para intentar llegar al estamento de la nobleza gracias a sus méritos.
La diplomacia Juan
Durante el Renacimiento crecieron las relaciones diplomáticas entre los distintos estados. EL
origen de esta diplomacia fue la paz de Lodi de 1454 en Italia, la cual estableció un relativo
equilibrio político en Italia y permitió que los príncipes italianos enviaran agentes al resto de
cortes para cuidar las relaciones internacionales.
De esta forma, mediante la diplomacia se podía tanto recabar información del «enemigo» como
firmar pactos o acuerdos puntuales. Esta diplomacia se extendió posteriormente por el resto de
monarquías europeas. Finalmente se llegaría a tener embajadas permanentes. Venecia sería
pionera en tener embajadores permanentes a otros estados. Con ello se mejoraban las relaciones
internacionales.
La legislación y la justicia
En este derecho se fomentaba la supremacía de la autoridad del monarca frente a los otros
poderos. La legislación fue clave para consolidar el autoritarismo y para dar paso al
absolutismo. Así, en cada estado, se fueron unificando de forma lenta y progresiva las distintas
leyes en base al derecho romano y al Código Justiniano.
Crisis de los poderes universales de la Edad Media. Se produce una minoración del
poder del Papa y del Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en favor de los
soberanos de los estados. Se van afianzando las instituciones estatales, menos universales
que la idea de Cristiandad y de monarquía universal que representaban la Iglesia Romana y
el Imperio. A inicios de la Edad Moderna hubo un intento de recuperar la idea universal a
manos de Carlos V. Pero su idea fracasó. Y con ella llegó el triunfo de los estados.
El triunfo de las monarquías de los grandes estados europeos. Diversos territorios
europeos se agruparon en estados mayores. Ello permitió la llegada de grandes estados
comandados por reyes con monarquía hereditaria. Son los casos de España, Francia,
Inglaterra, Portugal, Dinamarca o Suecia. Sin embargo, también se podían encontrar casos
de monarquías electivas, como los casos de Bohemia, Hungría y Polonia. Un ejemplo de
gran monarquía fue la de Felipe II en España, que se olvidó de ideales mayores e intentó
consolidar la Monarquía hispánica.
La consolidación de estados menores. No todos los Estados Modernos fueron grandes
monarquías en grandes territorios. Existieron multitud de estados menores que mantuvieron su
independencia y su soberanía. Aunque eran, en su mayoría, monarquías autoritarias, podían
existir repúblicas como la Confederación Suiza. Un ejemplo de estos estados son los estados
alemanes o los estados italianos. Aunque a pesar de mantener su independencia, solían estar a
merced del juego político de las grandes potencias de los siglos XVI y XVII.