Hacia Nuevos Modelos de Relaciones Interculturales
Hacia Nuevos Modelos de Relaciones Interculturales
Hacia Nuevos Modelos de Relaciones Interculturales
HACIA NUEVOS
MODELOS DE RELACIONES
INTERCULTURALES
Guillermo Bonfil Batalla
compilador
ConM)o Naclonal
para ..
Culture y las Artaa
Advertencia
ISBN 968-29-5553-X
9
/ VI. Integraci6n y nuevas relaciones de los pueblos indfge- 2 . . . .. ... . .. . ..... . . . . .. .... . . . . . . . ... .. . . 172
nas en Costa Rica, Feliciano Elizondo F. . ..... . 105 3 173
La tierra . . .. . .... . . .. .... . . . ....... .. .... . 106 4 177
j,Que significan los bosques para nuestro pueblo?. 106 5 179
Museo viviente o el ultimo vag6n ..... . .. . .. . . 107 6 181
El tiempo de un pueblo . .. . . ... . .. .. . . . ... .. . 109 7 183
.!,Que nos ofrece Ia modernidad? . . . . .. ... .... . 109 8 184
i.Que queremos para el futuro? ... . .. . ... . ... . 111 9 185
Encuentro de culturas o perdida cultural ...... . 112 / XII. La contradicci6n de sistema entre civilizaci6n india y
· VII. Las practicas culturales y Ia sabidurfa cotidiana de los occidental, Dominique Temple .. . ..... . ... . . . . 192
pueblos: alternativas ante y para el desarrollo , XJII. Modernidad versus comunidad, James Petras 204
Mariano Herrera . ..... . . . ..... . ........ . ... . 114 Introducci6n ... . . . ........... .. ........ ... . 204
Introducci6n .. . ... . .... . . . ... ..... .. . . .... . 114 Modernidad: discurso y realidad . ..... . . .. .... . 205
La idea de cultura y de grupo cultural ..... . .. . 115 Revertir el efecto que produce Ia modemidad en Ia
Las dimensiones de las diferencias culturales ... . 116 comunidad .. .. .. . .. . .... . ... . ....... . ..... . 207
El caso de los llaneros . .. . ... ... ... . .. . .... . . 119 Alternativas frente a Ia modernidad: fusion de las
Breves consideraciones finales .. . .... .. . . .. .. . 125 pra.cticas tradicionales y revolucionarias ..... 211
Bibliograffa .. . . . ......... ....... ......... . . 126 XIV. .!,Desarrollo o destrucci6n? Notas relativas a una some-
Vlll. Modernidad, afrovenezolanidad y posmodernidad, Jesus ra bibliograffa sobre indfgenas y cooperaci6n inter-
Alberto Garda ..... . ......... ... .. .... . ... . 12 7 nacional, Antonio Perez . . ... ~ .. ~ .... . ......... . 215
La modernidad es mi ombligo ............... . 127 XV. Por Ia diversidad del futuro , Guillermo Bonfil Batalla 222
Prestame tu ombligo para afirmar mi modernidad 129 Los senderos previstos de Ia modernizaci6n .... . 222
La afrovenezolanidad, entre Ia modernidad y Ia pos- La obcecada realidad de "los otros" .......... . 225
modernidad ... ... ... . .... . ... .. ........ . 131 i,De que diablos hablamos, cuando hablamos de mo-
IX. Negros en Colombia: identidad e invisibilidad, Nina 5. dernizaci6n? .......... . .............. . .. . 227
de Friedemann ...... . ......... . ........... . 134 Las rafces de otros futur os ...... . .. .. . . . . .. . . 229
La piramide .. ..... . ...... . .. . .... . .. .. . . . . . 134 Modernizaci6n, democracia y pluralismo ...... . 232
La identidad .. . ...... .. .. .. ........ . ... . . . . 135 XVI. El laberinto latinoamericano, Octavia Ianni . .... . . . 235
El mestizaje . . ...... . ...... . . . . ......... . . . . 136 Caminos de occidentalizaci6n ... .. ....... . . . . . 235
El blanqueamiento ..... . ............ .. . . . .. . 137 Discrepancia entre palabras y cosas . .. . .. . . .. . 241
La invisibilidad .. . . . .. . ........... . ........ . 138 Mezcla de fascinaci6n y espanto ............ , . 245
El desarrollo de Ia raza ... . .... . .. . ....... . . . 140 Eclecticismo y exotismo ........ . . . . . .. ..... . 250
Legitimidad e identidad ...... . . . . . ...... . . . . . 141 Perspectiva multiple ..... . .. . .... . ... .. . . ... . 253
ldentidad y tecnologfa ... ... . .... . . .. . . .. ... . 143 XVII. Recomendaci6n de Barcelona: libertad, diversidad y
Identidad y reivindicaci6n . . .. . ..... .. ....... . 145 solidaridad . . .... .. ... . .......... .. . . .. .... . 259
X. jCultura!: en el Caribe, nuestra consigna. Obsesivas va-
riaciones _sabre "Ia cimarronerfa como herencia y
utopfa", Angel G. Quintero Rivera . ........ .. . . 147
La jibarerfa del encontronazo ..... . ... .. .. . .. . 147
Nuestras contemporaneas utopfas: musicales y fes-
tivas ... . ... .. .......... . .. . ..... .. .... . 159
XI. La experiencia finlandesa, Jukka Havu .. ........ . 170
1 ....... . ... . .... . .. . ............ . .. . .... . 170
10 11
Presentacion
13
_j
-=----------------------------------~----------~----------------~~~----~~~·
Introducci6n: identidades culturales
profundas y alternativa civilizatoria
Esteban Krotz
1 Vease Eduardo Galeano, "La teorla del fin de la h!storia se pone. de moda: el des-
precio como destino", en !,.a Jomada, Mexico, 12 de agosto de 1990. ·
15
'-·~ .··.,..•.
ral pendiente. Y, apenas cafdas las ultimas dictaduras militares, sur- Asf que queda !a pregunta: zcuales movimiento,s futuros? ·i.Hacia
gen por doquier coyunturas que ponen en duda las posibilidades de d6nde? . . . . ·
funcionamiento de las democracias formales, ancladas en, dicen al- Guillermo Bonfil, en su libra mas conocido, ha descrito Ia historia
gunos -reducidas a, dicen otros-, partidos, presidentes, elecciones de Mesoamerica en terminos que podrfan 'extenderse con algunas
y debate parlamentario. Quienes tratan de aproximarse mediante modificaciones a todo el "subcontinente", incluida desde luego el
conceptos y reflexion a las circunstancias del continente, echan de area caribena.2 Segun esta perspectiva, el media milenio pasado
menos !a crftica incisiva y radical, el impulso social, Ia imaginaci6n de Latinoamerica constituye una secuencia de fracasos al arraigar
desbordante de otras epocas ... aquf, mediante imitacion y sobreposici6n, modelos socioculturales
Especialmente !a deuda externa ha sido presentada durante mu- originados en otras partes del mundo. Espana durante la colonia,
cho tiempo, por quienes gobiernan en los pafses de !a region, como Francia despues, Estados Unidos como organizaci6n polftica duran-
causa tan indiscutible como inamovible del fracaso de sus buenos te el mismo siglo XIX y como forma de vida desde entonces, han
oficios para instaurar un orden social justo, participative, digno y sido los objetivos mfticos del progreso y de Ia modernizaci6n. "Nor-
hasta feliz para todos los ciudadanos. La deuda -como paradigma domanfa" habfa llamado apenas dos generaciones antes Jose En-
de una dependencia no solo diffcil de veneer, sino incluso de enten- rique Rodo a este punta de vista que ha produddo, una tras otra,
der: de antecedentes y responsabilidades oscuros, que no es posible Latinoamericas "imaginarias", es decir, calcas grotescas que unica-
atribuir a un enemigo externo claramente identificable- hace apa- mente variaban en funcion de coyunturas hist6ricas especfficas y
recer a los pafses latinoamericanos una y otra vez como atrapados condiciones regionales particulares. 3 Mas que de simples ideales
en una telarana, donde cualquier movimiento, por mas que produz- abstractos, se trataba en todos los casas de propuestas civilizatorias
ca alivio momentaneo, solo reduce , de modo mas definitive aun, patrocinadas por sectores sociales dominantes, que hacfan lo posi-
!a libertad de movimientos futuros hacia !a meta originalmente ble para volverlas realidad de modo anticipatorio a! menos en sus
anhelada. propias vidas y las de sus hijos, asf fuera solo a traves del empleo
Pero, lCuales movimientos futuros? lHacia cual meta? de tejas francesas, Ia compra de aparatos electronicos importados
Supongamos, por un momenta, que !a asfixia de !a deuda externa o el uso preferencial de una lengua extranjera. Los medias de co-
terminara -por !a catastrofe bursatil presagiada en cierta pelfcula municacion de nuestros dlas permiten a no pocos integrantes de las
taquillera o por !a accion concertada de los pafses deudores. lPara capas medias conocer personalmente, mediante breves visitas, el
que exactamente se utilizarfan los recursos asf liberados? lComo se tipo de pafs que se quiere instalar tambien a! sur del rfo Bravo, y
determinarfan los caminos, se (re)definirfa Ia meta de Ia accion polf- amplfsimos sectores de Ia poblacion tienen acceso a sus perfiles se-
tica -mas alia de las trilladas formulas de Ia "reconstruccion nacio- ductores gracias a Ia pantalla televisiva.
nal", o de Ia ''eliminacion de rezagos ancestrales"? El problema central esta en que tener como meta un tipo de orga-
Durante los sesenta y todavfa despues, muchos esfuerzos de cien- nizaci6n social y una forma de vida que ya existen en otra parte,
tfficos sociales latinoamericanos, y de aliados suyos en otras partes y acercarse a ese fin anhelado por medio de algunas experiencias
del mundo, estuvieron dedicados a demostrar Ia falsedad de los es- limitadas como imagenes, sabores, sonidos, vestimentas o artefactos,
quemas unilineales de desarrollo propuestos por los pafses indus- contribuye a cimentar Ia idea de una homogeneidad civilizatoria,
trializados y las agencias internacionales dominadas por estos. En real y deseada a Ia vez, como objetivo ultimo del desarrollo sociocul-
terminos de acumulacion de capital y de demograffa, de costo ener- tural. Esta vision implica que el camino hacia esta cima se presenta
getico y de disponibilidad de recursos, se demostro entonces una y ante todo como Ia eliminaci6n de heterogeneidad existente.
otra vez lo que !a crisis ecologica actual solo ha vuelto a confirmar: Naturalmente, en una concepcion de desarrollo como esta, donde
que el modo de organizar Ia vida individual y colectiva reinante en ya no hay nada por inventar, donde solo se trata de adoptar, de sus-
las pequenas islas de !a abundancia no puede ser realizado en esca-
la mundial y que incluso el mero intento contribuye a acortar Ia
2 Vease Guillermo Bonfil, Mexico profunda: una ciuilizaci6n negada, Mexico,
existencia humana en el planeta, puesta en peligro por Ia actual
SEP / CIESAS,1987.
depredaci6n industrial sin lfmites de !a naturaleza. 3 Yease Jose Enrique Rod6, Ariel, Mexico, Porrua, Sa. ed., 1979, p. 35.
16 17
·,_·!,.
tituir, de imitar, Ia verdadera historia de America Latina empez6 fusion de restos sobrevivientes del genocidio y etnocidio colonial,
con Io que oficialmente se ha convenido en Hamar de manera eufe- como aquellas que durante el gobierno sandinista de Nicaragua
mfstica "encuentro de dos mundos", y tiene Ia apariencia de una atrajeron Ia atencion mundial. En el area caribefia, por ejemplo en
autentica carrera de obstaculos hacia una cuspide civilizatoria nun- Haitf y Puerto Rico (A. G. Quintero), nos encontramos con varios
ca alcanzada. Puede encontrarse Ia causa de este fracaso en el he- y variados casos de culturas resultantes co_mpletam_ente d~ I~ inva-
cho de que Ia modernidad europea haya llegado primero solo a tra- sion europea, y determinadas culturas regwnales b1en dehmitadas,
ves de sus representantes ibericos, ya entonces un tanto desfasados tales como Ia de los gauchos argentinas ode los llaneros venezola-
del curso principal de Ia civilizaci6n de "aquella peninsula pequefia nos (M. Herrera), constituyen otros mas. A veces solo mediante cier-
de Ia masa terrestre de Asia", 4 de Ia que los pafses originarios de tas comidas y ciertas fiestas, cierta musica y ciertos bailes se hace
Ia revoluci6n industrial hubieran sido mensajeros mas beneficos. presente su existencia. Pero, en mu~has otras oc~siones, el idioT?a
Pero hay que admitir que el fiasco tiene tambien rafces en Ia situa- y Ia vestimenta, las formas d~ orgamzar lo~ espac1_os y Ia econo'?~a,
ci6n latinoamericana misma. Desde esta perspectiva, el principal de ejercer el poder, de aprop1arse del med10 amb1ente o de dehmr ,
problema radica en que, a pesar de los gigantescos esfuerzos homo- en reflexion teorica o accion practica, cosmovisiones religiosas o
geneizadores en los ambitos lingiifstico y culinario, religioso y seculares, se combinan para generar y mantener identidades colec-
filos6fico, festivo y cotidiano, tecnol6gico y polftico y todos los de- tivas muy diferentes de otras de orfgenes similares y mas distintas
mas, los pobladores originarios de las tierras americanas que no aun de Ia cultura dominante impuesta.
fueron eliminados ffsicamente se han resistido a aceptar de modo La existencia de -para retomar Ia conceptualizacion bonfiliana-
adecuado el salvffico modelo civilizatorio importado. Por esto, des- una Latinoamerica "profunda", de varias Latinoamericas "profun-
pues de cinco siglos, sobreviven aun -y hasta crecen en numeros das", da cuenta de que no todo ha sido aniquilamiento, rompimiento,
absolutos- quienes llevan el nombre colonial de indios, con sus Jen- sofocamiento, desaparicion de miles de afios de historia civilizatoria
guas, costum bres y pautas de organizaci6n social. 5 Todos los paf- previa. Desde luego, tampoco se trata de sobrevivencias de museo ,
ses tan esforzados en modernizarse albergan en sus territorios va- como las que crefan haber hallado fuera de sus ciudades algunos de
rios pueblos de origen prehispanico y a veces incluso a decenas de los primeros antropologos decimononicos. Mas bien nos encontra-
ellos. Estos descendientes de "los que poblaron estas tierras antes mos ante resultados de complejos procesos de resistencia, adapta-
de que llegaran los europeos" (D. Rojas) constituyen de tal forma cion, seleccion, combinacion, recreacion, "camuflaje" y "huida" (A.
"el ultimo vag6n de Ia sociedad" (F. Elizondo), que hasta los antro- G. Quintero), casi siempre gestados a precios altfsimos y siempre en
p6logos habfan dejado de estudiarlos durante un buen tiempo. condiciones terriblerriente desventajosas, algunas veces solo posi-
Pero es mas: sus rasgos -no solo los ffsicos, sino ante todo los bles en autenticas "regiones de refugio" .6 Lo novedoso de los afios
culturales- permean hasta el dfa de hoy el modo de vida predomi- recientes consiste en que tantos pueblos creados por el proces~ co-
nante en extensas areas rurales e incluso urbanas del continente. lonial irrumpan en Ia escena polftica de los pafses latinoamericanos
y mas aun: el mismo proceso de colonizacion enriqueci6 fuerte- y del continente entero, pidiendo Ia palabra, exigiendo respeto a
mente el mosaico sociocultural. Primero mediante el secuestro or- sus formas de ser, reivindicando derechos economicos, sociales, po-
ganizado de millones de africanos, quienes recrearon en sus nuevas liticos y culturales e incluso proponiendo proyectos de alcance na-
patrias identidades culturales de mucha influencia sobre otros gru- cional, tal como lo ha documentado Guillermo Bonfil en Utopia y
pos sociales, a pesar de que hayan sido casi "invisibles" (N. S. de revoluci6n .7 A! gun as veces esto ocurre en estrecha conexion con
Friedemann) durante mucho tiempo para Ia mayorfa de los estudio- otros movimientos populares que se han propuesto el cambia de su
sos. Ademas de todo esto nacieron etnias totalmente nuevas de Ia
18
19
·,.;:.·
1· ?.H ~ ~~ .! ~qci~dap (R, Cardoso), en tar(to;fque otros pueblos siguen simple- Ill Ia historia de Ia occidentalizacion del mundo" (0. Ianni). Las mas
~- ?·
, ' " men.te ,soQreviviendo en el a ~e,<;~s cauteloso, a veces resignado re-
n{•.,
· :l::.r ~ t~hiihi~ilib ·: Apt endido a Jo Jargbllae las generaciones.
,,, variadas formas de exterminio ffsico y cultural Ilanas y directas fue-
ron complementadas por mecanismos mas sutiles como Ia "repre-
• lgual. que en otras partes dcl/rptmdo -los separatismos y exigen- I'11I sion lingiifstica" (E. E. Monsonyi) y, vinculada a ella, Ia destruccion
~ias de;a~tOI,JOmfas r~gionale.~ ~~ ~~ Espana, l?s movimientos pantur- violenta de testigos materiales de toda cultura diferente, tales como
¢os, panpetsas y panarabes recrentes, los vrrulentos enfrentamJen- Ill escrituras u objetos y espacios rituales -manera de proceder ejem-
'
·;1 , 1r,t ,. tjOs..· .e '1\fe ;Jo_s herederos de 11J~Wigua Union Sovietica, las Juchas
fribales en' Africa negra y m~~·nos conflictos belicos en Asia son so-
!II plificada de man era especial por el dramatico auto de fe de Mani. 11
Por cierto, resulta llamativo como incluso en el seno de Europa se
l~m~rir~ ' MeH1plos de ello....:.., ''e3 l~atinoamerica Ia revitalizacion de 111 encuentran historias de pueblos con tales caracterfsticas, como por
identidades etnicas se ha convertido en un importante factor polfti- ejemplo Ia de los finlandeses (J. Havu), y que se haya expresado el
co y de cambia social. lntrincadamente vinculados con Ia division temor de que algo semejante vuelva a suceder en el futuro no leja-
clasista de las sociedades capitalistas, anclados de modo profunda no a causa de una Europa polftica, administrativa, econ6mica y mi-
en el pasado cultural, mezclados con desigualdades regionales Iitarmente "unificada".
como las analizadas hace tiempo ya por Jose Carlos Mariategui, 8 Se ha senalado que los valores de Ia Hamada modernidad, a saber,
reclamos y propuestas de caracter y de origen etnicos se enfrentan "movilidad, individualismo, secularismo, poder de adquisicion, acu-
a modelos de organizacion polftica de tipo "nacion" y se tienen que mulacion , adaptacion", se contraponen claramente a los de "comu-
articular con ellos. Tal enlace es de caracter altamente conflictivo, nidad, solidaridad, religiosidad, dosificacion del consumo y utili-
porque este modelo siempre pretende, en virtud de su propia natu- dad" (J. Petras), de quienes han resistido, hasta ahora, integrarse a
raleza, reducir al maximo y, de ser posible, eliminar Ia diversidad aqueJla . Esto explica -mas alia de Ia distribuci6n demogratica de
en todas las esferas.9 Y no es , desde luego, simplemente Ia idea las poblaciones en cuestion- por que gran parte de los procesos
abstracta de Ia nacion , sino Ia materialidad del Estado que produce contemporaneos de revitalizacion y politizacion etnicas se estan
Ia hegemonfa mediante Ia estandarizacion y Ia homogeneizacion. gestando, ante todo, en las areas rurales del continente. Es Ia aldea,
Establecidos para procurar y garantizar Ia unidad mftica de Ia na- Ia microrregion rural, el espacio privilegiado, porque ahf es posible
cion, mecanismos tales como Ia escuela, el orden jurfdico, las cien- que se complete de manera diferente el ciclo de produccion y re-
cias sociales alineadas a! poder, Ia planeacion del desarrollo, las ins- produccion directa de Ia vida. Y precisamente porque Ia tierra es
tancias administrativas y las polfticas culturales se complementan mas que un mero "medio de producci6n", es decir, noes algo perte-
mutuamente para imponer un modelo unico de organizacion social neci ente a Ia esfera econ6mica sin significado cultural (B. Melia), el
y hasta de conducta y de mentalidad. En America Latina, esta situa- reclamo por !a tierra -y por el territorio (R. Cardoso)-;- se ha vuelto
cion se agudiza por el pronunciado autoritarismo que , segun algu- una de las exigencias principales de quienes estan desde adentro y
nos estudiosos, constituye una compensacion caracterfstica de siste- desde afuera promoviendo Ia recuperacion creativa de las tradicio-
mas nacionales faltos de concentracion de poder real. 10 nes "profundas" y su aporte a! debate sobre Ia renovaci6n urgente
De he cho, ha sido siempre el poder del Estado el que ha produci- de los modelos de convivencia. Por otra parte, el discurso de Fidel
do y prolongado el etnocidio y el genocidio de forma tal, que Ia his- Castro durante Ia cumbre mundial sobre medio ambiente en verano
toria de Latinoamerica ha podido ser descrita como "un capftulo de de 1992, donde afirm6 que esta en peligro de extin~ion no cualqui~r
especie, sino !a humanidad misma, ha puesto de relieve una vez rna~
Ia fntima asociaci6n entre Ia "guerra a muerte contra Ia naturaleza
(F. Elizondo) de los pafses dominantes del sistema capitalista-indus-
8 Vease Jose Carlos Mariategui, Siete ensayos de interpretacion de Ia realidad trial con su intolerancia hacia configuraciones cultur~les diferentes.
peruana, Mexico, ERA, 1979, pp. 175-205.
9 Vease Esteban Krotz, "La utopia contra Ia naci6n", en V Congreso Nacional de
Filosofia, Xalapa, Asociaci6n Filos6fica de Mexico, 1989.
IO Vease Roberto Varela, Expansion de sistemas y relaciones de poder, Mexico, II Vease Inga Clendinnen, Ambivalent Conquests: Maya and Spaniard in Yucatan,
Universidad Aut6noma Metropolitana, 1984, pp. 44 y ss. 151 7- 1570, Cambridge, Cambridge University Press, 1987, pp. 72-92.
20 21
Tecnologfa productiva y de construccion, pautas de consumo, idio- Jidad" (A. Colombres) contenida en el coraz6n de las mismas socie-
ma, mecanismos de comunicacion y de construir consenso, formas dades latinoamericanas.
de establecer los vfnculos de parentesco, de vecindad y de comuni- Esta originalidad se nos sugiere como reto y punta de partida
dad religiosa, modos de ejercer el poder, de asignar responsabilida- para volver a "pensar nuestra cultura".15 Tanto para encontrar una
des e impartir justicia, maneras de definir las relaciones entre las alternativa ante el fracaso permanente y repetido de alcanzar un
generaciones y los sexos, Ia cosmovision, los canones esteticos Ia arden social y cultural satisfactorio para todos mediante Ia imita-
creac~on ~rtfstica, el disfrute_ del ocio y Ia valoracion de tiempo~ y cion inalcanzable (a no ser que se opte en definitiva por Ia elimi-
espacws, estos y muchos mas son los campos de Ia lucha que Gui- nacion total, violenta en extremo por necesidad, de toda diferencia
llermo BonfiJI 2 describio en su teorfa del control cultural, campos de veras existente). Precisamente porque no se aboga por el aisla-
en l~s cuales cul~~ras_ largamente "espurias" pueden , quieren y miento total -de hecho imposible-, sino por seleccionar, adecuar
podnan volverse autenticas". 13 y combinar de manera creativa posibilidades culturales generadas
<. Debe sefialarse que reivindicar a Latinoamerica "profunda", en otras partes desde Ia matriz civilizatoria "profunda " asumida
abogar por los reclamos y los movimientos que los encarnan no verdaderamente como propia , se puede entender esta propuesta
significa para nada Ia propuesta de algo asf como un regreso ~ un como camino hacia Ia reorganizacion de las sociedades latinoameri-
glorioso pasado etnico en cavernas, selvas o piramides? En este canas -herederas de una "identidad tragica" (J. A. Garcfa}- sumi-
contexto, es pertinente subrayar que las visibles simpatfas de deter- das en la pobreza y Ia falta de perspectivas, y, al mismo tiempo ,
mmados antropologos por las vfctimas de Ia colonia y sus descen- como generadora de un aporte autenticamente latinoamericano a
dientes Igualmente victimados (qu e en algunos casos llegan a Ia soli- Ia evolucion humana global.
dandad social y polftica) o Ia opcion , por razones de principia, en Hacer esta propuesta en fav or de las tradiciones civilizatorias
favor de un orden sociocultural plural, es decir, de un mundo carac- "profundas" de Latinoamerica significa retar Ia capacidad imagina-
terizado por Ia diversidad , no suelen implicar la apologia de antema- tiva e inventi va, porque no se dispone de modelos para las tareas
no o global de los rasgos que componen estas tradiciones. Tambien pendientes. <.Como "descolonizar" los idiomas indfgenas (E. E. Mon-
los autore~ de este vo_lumen pretenden en primer Iugar "descubrir", sonyi)? <.Com o construir "interfases" (D. Temple) entre las areas de
par~ prop1os y extra?os, la existencia de tales tradiciones "profun- produccion y reproduccion de culturas diferentes -todavfa existen-
das , numerosas, vanadas y multifaceticas que, como es convenien- tes- y la cultura hegemonica, que permitan Ia revitalizacion efectiva
te repetir, son de raices prehispanicas, pero tambien resultado de y creativa y, desde all£, la formulacion de alternativas para niveles
medio milenio de conflicto cultural , y que en la actualidad se en- mas compreh ensivos? <.Como organizar Ia convivencia de lo dife-
cuentran difundidas mucho mas alla de los lfmites de determinados rente y lo divergente sin discriminacion? <.Y como evitar Ia perver-
pueblos indios, amen de haber sido enriquecidas por las mas ·diver- sion de la propuesta mediante determinadas estrategias de desarro-
sas amalgamas culturales generadas precisamente por la hist oria llo solo en apariencia benignas (J. A. Perez), su tergiversacion a
colonial antes y despues de Ia independencia politica formal de los causa de la colonizaci6n intelectual tan arraigada o de la indiferen-
paises latinoame~icanos. Con toda su fragmentacion , timidez y no cia del supuesto relativismo posmoderno?
pocas veces verguenza, esta presencia no puede dejar de provocar No ha sido la teorfa antropol6gica, sino la "obcecada realidad de
el asom~r~ , q ~e ha s~do el impulso originario de la indagacion
1
antropologica, es deCir, el asombro ante Ia riqueza de la "origina-
'los otros'" lo que ha llamado la atenci6n de los estudiosos latino-
americanos hacia "la universal lucha por Ia diferencia" (G. Bonfil).
Su voz puede ser un importante apoyo a esta lucha, en Ia que se
prefigura, esta es Ia esperanza, nada mas y nada menos que un
12
. Ve~se Guillermo Bonfil, "La teorfa del control cultural en el estudio de procesos mundo nuevo, hagar de lo diverso.
et~~cos.. en Papele.s_ de Ia Cas a Chat a, aiio 2 , num . 3, 1987 , pp. 23-43 .
V~ase Darcy Ribeiro, ~?nftg~raciones, Mexico, SEP, 1972, pp. 20-21.
14
. Vease Esteban Krotz, Utop1a, asombro, alteridad: consideraciones metate6-
n:as acerca de Ia investigacion antropologica", en £studios Socio/6gicos vol 5
num. 14, 1987, pp. 283-301. · • · '
IS Vease Guill ermo Bonfil, Pensar nuestra cultura, Mexico, Alianza, 1991.
22
23
/.:
Bibliografia
Aguirre Beltran, Gonzalo, Regiones de refugio: el desarrollo de Ia
comunidad y el proceso dominical en Mestizoamerica, Mexico,
INI. 2a. ed., 1973.
Bonf il, Guillermo , "El concepto de indio en America: una catego- I. El desarrollo cultural indfgena en el marco
ria de Ia situaci6n colonial", en Anales de Antropologia, vol. IX ,
1972, pp. 105-124. del proyecto civilizatorio de America Latina
_ _ _ , "La teoria del control cultural en el estudio de proce-
sos etnicos ", en Papeles de Ia Casa Chota, afio 2, num. 3, 1987 , Adolfo Colombres
pp . 23-43.
_ _ _ , Mexico profunda: una ciuilizacion negada, Mexico, SEP/
CIESAS, 198 7.
_ _ _ , Pensar nuestro cultura, Mexico, Alianza, 1991. Aunque el tem a de los 500 aiios alberga una multitud de cues-
_ _ _ , (comp.), Utopia y reuofucion: ef pensamiento politico con- tiones y discusiones, el eje principal del debate qued6 cifrado
lt ~mporan eo de los indios en America Latina, Mexico, Nueva lma- de hecho en lo indfgena, a pesar de que Ia poblaci6n de este
f e n , 1981 . origen no excede el 10 por ciento del total de America Latina.
endinnen, Inga , Ambivalent Conquests: Maya and Spaniard in
Esto se halla lejos de ser un azar, y no se agota en un afan
~ucatan , 1511-1570, Cambridge , Cambridge University Press,
de reparaci6n hist6rica, en un fastuoso m ea culpa de Ia con-
1:987.
Ieana, Eduardo, "La teoria del fin de Ia historia se pone de mo- ciencia occidental. Ya en 1973 afirmaba Arciniegas que los
~a : el desprecio como destino", e n La Jornada, Mexico, 12 de espaiioles no descubrieron America a fines del siglo XV y
agosto de 1990. principios del XVI, pues salvo algunas honrosas excepciones
~tz, Esteban, "Utopia, asombro, alteridad: co nside raciories me- (como Bernal Dfaz del Castillo, Bartolome de las Casas , Ber-
ate6ricas acerca de Ia investigaci6n antropol6gica", en £studios nardino de Sahagun, Vasco de Quiroga y Cristobal de Molina)
Sociologicos, vol. 5, num. 14 , 1987, pp. 283-301. se preocuparon mas bien por esconder, por callar, par velar,
_ _ _ , "La utopia contra Ia naci6n", en V Congreso Nacionaf de por cubrir todo lo qu e pudiera ser una expresi6n del hombre
Filosoffa, Xalapa, Asociaci6n Filos6fica de Mexico, 1989. americano. 1 Si lo que ocurri6 entonces fue el cubrimiento,
Mariategui, Jose Carlos, Siete ensayos de interpreta cion de Ia rea- se podrfa decir que el tiempo del descubrimiento recien esta
fidad peruana, Mexico, ERA, 1979.
llegando. Tampoco hubo un encuentro de dos mundos, sino
Ribeiro, Darcy, Configuraciones, Mexico, SEP, 1972.
el aplastamiento de un mundo par otro. No puede llamarse
Rod6, Jose Enrique, Ariel, Mexico, Porrua, 5a. ed., 1979.
Varela, Roberto, Expansion de sistemas y refaciones de poder, Me- encuentro a Ia imposici6n a sangre y fuego , pues dicha pala-
xico, Universidad Aut6noma Metropolitana, 1984. bra remite al dialogo, a! mutua respeto de Ia diversidad. Los
Wolf, Eric, Europa y fa gente sin historia, Mexico, FCE, 1987. indios prefieren hablar por eso de invasion, pero en un libro
reciente~ opte por Ia palabra "choque", concepto que 1ejos
1959, p. 53.
2 Vease Adolfo Colombres (coor.), 1942-1992: A los 500 anos del choque de los
dos mundos. Balance y prospectiua, Buenos Aires, Ediciones del Sol/CE:HASS, 1989.
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de enmascarar Ia violenciaf~ihtegra como un concepto ine- resultaba para el fundamental Ia separacion de lo propio y Jo
ludible. Pero ante Ia invasion 's6lo cabe Ia guerra de recon- ajeno, porque "no hay verdadera emancipaci6n mientras se
quista, mientras que el cho{:fue puede derivar hacia un ver- esta bajo el dominio del ejemplo extraiio". A su juicio era pre-
dadero encuentro, y es de ~perar que hacia alla camine Ia ciso conquistar una filosoffa para llegar a una nacionalidad,
historia, y que Ia conmemorad6n crftica (por cierto, no admi- y es aquf, en este campo de las categorfas del pensamien-
tiremos festejo alguno) sirva a este prop6sito. El media mile- to y los valores esenciales de nuestra identidad (o de Ia dina-
nio del desembarco de Col6n que esta por cumplirse incita al mica de nuestra identidad), donde los grupos indfgenas tienen
balance y Ia prospectiva, a Ia recuperaci6n de nuestra historia mucho que aportar, en Ia medida en que puedan desarrollar
mediante Ia reflexi6n tan postergada de lo que en verdad so- su discurso, imprimir un impulso evolutivo a su cultura y sus
mas, pues sin esto no podremos encontrar, tanto las socie- expresiones artfsticas. Conclufa Alberdi: "Nuestros padres nos
dades nacionales como los grupos indfgenas, soluciones de dieron una independencia material; a nosotros nos toea !a
fonda a nuestros problemas econ6micos, politicos, sociales y conquista de una forma de civilizaci6n propia." 3
culturales, tal como lo puso de manifiesto Ia Declaraci6n Indi- - La emergencia de los movimientos·-elnicos parece ..esfreme~
genista de Sevilla. cer en America Latina a los que pretenden dar por sentado
Si para tocar fonda en Ia cuesti6n de America recurrimos que esta es un apendice de Occidente, y no se plantean en
a los indios, no es solo porque estos representan, al decir de consecuencia problema alguno de identidad, ni se muestran
Haya de Ia Torre, Ia especificidad de nuestro continente. Se dispuestos a renunciar mfnimamente a! papel hegem6nico
podrfa aiiadir que en gran medida son tambien el futuro, afir- que los cultores de esa civilizaci6n desempeiian desde el ori-
maci6n que estarfa avalada por Darcy Ribeiro y Guillermo gen de nuestras republicas. 0 sea, las clases dominantes re-
Bonfil Batalla. Es que indianizarnos no ha de ser para noso- nunciaron ab initio a Ia idea de lograr una civilizaci6n propia,
tros volver a Ia barbarie, sino civilizarnos de verdad, desde y en verdad ni siquiera se plantearon esto como proyecto,
nuestro proceso hist6rico y nuestros valores, y ya no ser por lo que no se puede sostener que forma parte del ideario
civilizados a! adquirir otros ajenos. AI civilizarnos de esa ma- de !a independencia. Se limitaron a ocupar el Iugar de los es-
nera acabaremos con Ia falsa dialectica del siglo XIX (civiliza- paiioles expulsados, por lo que no se equivocan los mapuches
ci6n/barbarie) que todavfa nos signa, en Ia medida en que lo cuando a estas alturas del siglo XX Haman todavfa "espaiioles"
extraiio, lo no occidental o lo occidentalizado apenas superfi- a los argentinas que los oprimen. ;,Con que autoridad moral
cialmente es visto alin como barbara, es decir, como blanco exigiremos a Espana un mea culpa de cosas ya lejanas, ·cuan-
para el etnocidio impune, para Ia deculturaci6n compulsiva y do nuestras repl.iblicas, a mas de 170 afios de constituidas, no
el silenciamiento. · lo hicieron por crimenes mas pr6ximos y mas desajustados a!
Claro que esta no es una idea nueva en America, pues hace tiempo en que se cometieron, negandose a dar a estos pue-
ya mas de un siglo Juan Bautista (pensador a! que se conside- blos pruebas claras de reparaci6n hist6rica? ;,Pueden los opre-
ra un padre de Ia filosoffa. americana) afirmaba que "un sores de hoy alzar !a voz para criticar una opresi6n antigua?
pueblo es civilizado unicarnente cuando se basta a sf mismo, Hay que asumir que, para los fines de Ia dialectica con el in-
cuando posee Ia teorfa y Iif:£6rmula de su vida, Ia ley de su dio, los espaiioles somas nosotros, las mal llamadas socieda-
desarrollo". Seiialaba tambMIF que "una naci6n no es una des nacionales, y que noes lfcito tapar Ia barbarie republica-
naci6n, sino por Ia con ·· · · y reflexiva de los ele-
mentos que Ia ·entonces es civilizada: an-
tes habfa sido instintiva, · marchaba sin conocer- 3 Juan Bautista Alberdi, Fragmento preliminar a/ estudio del Derecho, Buenos Ai·
se, sin saber ad6nde, que". En esta busqueda res, Hachette, 1955.
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na con Ia denuncia de Ia barbarie colonial, y llegar asf con Ia tente de corso no solo espiritual, ya que con frecuencia viene
conciencia tranquila al siglo XXI, dispuestos a mantener con unida a un despojo material, se afanan primero en desverte-
algunos !eves retoques el sistema de dominacion. El destine brarlos, y luego en desosificarlos pieza por pieza, con una
de America Latina debe resolverse aquf, y matar simbolica- arrogancia similar a Ia de los frailes que protagonizaron la
mente al espana! no es negar su cultura (Ia que en buena me- conquista espiritual en el siglo XVI. Claro que el trabajo grue-
dida ya nos pertenece), sino acabar con el papel de domina- so ya esta hecho; ahara se trata de arrasar los ultimos baluar-
cion que heredamos de el en el siglo XIX. . tes del pensamiento americana, de Ia identidad americana.
Para el indio, ganar Ia guerra no es expulsar a los blancos Curiosamente, se gasta tinta en crfticas contra Ia Espana de
y recomponer su antiguo mundo, librandose a utopias que Carlos V y Felipe II y no contra una Iglesia catolica que, deso-
reavivan, sino tan solo conquistar definitivamente un espacio yendo el pedido expreso de Ia Declaraci6n de Barbados y las
de convivencia y dialogo, lograr establecer relaciones sime- organizaciones indfgenas, se lanzan con soberbia a renovar
tricas y desprejuiciadas, de modo que cada grupo social pue- su accion evangelizadora y a exaltar Ia primera conquista
da expresar lo mejor de sf y, con base en ellibre juego de las espiritual, con el animo de continuarla hasta elfin. Nos acer-
ideas, definir metas y caminos comunes. Renunciar a esto sig- camos a 1992, y esta "maquina demoledora de etnias", como
nifica un empobrecimiento intelectual, ya que es el indio, mas alguien Ia bautiz6, verdadera topadora de los sistemas simbo-
que el blanco y el mestizo de estas tierras, quien porta una licos americanos, avanza sin perturbaciones hacia su meta,
filosoffa diferente de Ia occidental y oponible a ella, por lo arremetiendo contra los pueblos que aun resistan en circuns-
que constituye el mejor espejo en el que los "civilizados" de tancias heroicas, los que son dejados solos en esta crucial
aquf pueden mirarse. Lo que decadas atras fue una lucha soli- batalla por Ia "conciencia vigilante" de los intelectuales y
taria de unos pocos autores, hoy comienza a generalizarse en cientfficos progresistas.
las universidades de America Latina, donde, bajo el rotulo de Sf, Ia libertad de cultos existe para todos, pero no para los
"pensamiento americana", se estudian principalmente las ideas indios, ya que estos son los unicos que no pueden practicar
indfgenas. Claro que todavfa no se invita a los indios a inte- su religion en paz, desde que los no convertidos escasean ca-
grar dichos grupos de trabajo, pues se mantiene porIa inercia da vez mas y se ternan en consecuencia en codiciadas presas
la tendencia a seguir viendolos como el objeto de la historia para los cazadores de almas, los que salvando al otro preten-
que hacen los otros, como proveedores de una materia prima den salvarse del vado de su propia cultura, donde en realidad
cultural que a otros les toea procesar. Se habla del indio y se ya no cabe lo sagrado. No se puede hablar aquf de Iibertad
accede a reconocer sus valores, pero se mantiene a sus socie- de cultos pues, mas que predicada, Ia verdad del misionero
dades en el marginamiento y Ia explotacion y no se acude en es impuesta, exigida a cambia de alimentos, de salud, de edu-
apoyo de su cultura, Ia que queda asf librada a las manipula- caci6n y otros servicios esenciales, y a veces tan solo de una
ciones del purismo folclorista y tambien de Ia cultura de ma- debil protecci6n frente a Ia sociedad nacional, cuando los in-
sas, Ia que busca inducirlo a que reconozca sus modelos de- dios se ven acorralados por esta. Evangelizar es asf (si no lo
gradantes y satisfaga sus necesidades de consume. Coil esta ha sido siempre) sinonimo de aculturar, de colonizar, y resul-
actitud se soslayan los efectos demoledores del intense bom- ta extraiio que despues de 500 aiios de sistematico etnocidio
bardeo que sigue realizando Ia cultura dominante sabre su tal acdon siga gozando de prestigio. Mision y pluralismo son
cosmovisi6n, a traves de los medias y Ia interaccion diaria. terminos opuestos, aunque se busque disfrazar Ia oposicion
Pero sin duda el mayor peligro para estos universos simbo- del mismo modo en que se disfraza Ia relacion colonial bajo
licos reside en Ia despiadada acometida de las religiones occi- un manto filantropico y pedagogico. Seiialaba Ticio Escobar
dentales las que, invocando Ia libertad de cultos como una pa- que los misioneros operan en las fisuras abiertas de socieda-
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des heridas, y pretenden crear culturas sinteticas, un~ espec~e
de Frankenstein sociocultural,4 engendro al que Ia Ideologia
f ~ · A Ia acci6n renovada de Ia Iglesia cat6lica se suma Ia de las
t multiples sectas que se imponen asimismo Ia tarea de "salvar"
del mestizaje se ocupar<i de redimir, de humanizar, sin dete-
nerse a comparar su grado de coherencia interna con el que
f a1 indfgena, y que, ademas de desmantelar sus sistemas sim-
bolicos, promueven conflictos faccionales entre los practi-
detentaba el sistema simbolico desintegrado, pues siempre se cantes de los distintos cultos, dividiendo a las comunidades
supone que todas las representaciones del mundo del "salva- oprimidas y neutralizando asf su capacidad de respuesta a Ia
je" son deleznables, atrasadas, inferiores, irrescatables por- opresi6n. En este sentido, Ia ac_titud militant~ de algun_os ~a
que nada tienen que ensefiar. · . ,. cerdotes y pastores compromet1dos en lo social con los mdios ·
A medida que pierde terreno en Europa, Ia Iglesia catohca se ve ampliamente superada por Ia accion de los que en for-
mira a America como una nueva tierra de promision, el sofia- ma deliberada o inconsciente contribuyen a Ia desmoviliza-
do parafso de su fe, y para eso es preciso terminar pronto con ci6n de dichos pueblos, y por lo tanto a Ia continuidadde Ia
esos parafsos tan escandalosos como Ia Tierra Sin Mal de los explotaci6n y Ia dependencia.
guaranies, a Ia que se busca en vida para no morir, para s~l Si sefialamos con tanto enfasis esta nueva conquista espiri-
var el cuerpo de Ia destruccion del tiempo, eternizando Ia JU- tual es porque tenemos Ia certeza de que ella representa Ia
ventud. Claro que hay una parte de Ia Iglesia que, inspirada mayor amenaza ~ra los pueblos indfgenas y el pensamiento
en las decisiones del Concilio Vaticano II, asumio un compro- mas original de America. No se trata de defender el pasado,
miso militante con los indfgenas y rechaza el concepto de un patrimonio de museo, sino fuerzas vivas de fundamental
evangelizacion que comentamos y Ia posicion del papa en Ia importancia en nuestro intento de definir una civilizaci6n
materia. No obstante, son voces aisladas, incapaces por ahora propia. Civilizaci6n que no sera india, pero que no puede ig-
de modificar el rumbo de esta poderosa maquinaria etnoci- norar Ia cultura y el pensamiento de estos pueblos sin empo-
da, y que terminan enredandose en su propia contradiccion, brecerse y desdibujarse.
porque convertir sin deculturar es una tarea en verdad im- Creo que los 500 afios no pueden ser nunca una oportunidad
posible, ya que Ia medula de Ia cultura indfgena reside casi para exaltar cualquier tipo de conquista, y sobre todo si se as-
siempre en el universo mftico, en Ia religion. Todo lo que es pira a compartir esa conmemoraci6n crftica con los intelec-
valioso para estos pueblos es trasladado a Ia esfera de los mi- tuales latinoamericanos preocupados por Ia identidad y el
tos, de Io sagrado, como un modo de preservarlo del desgaste destino de esta region y hasta con los dirigentes indfgenas. La
de Ia vida cotidiana, de Ia corrosion del tiempo. Arrasar dicha conciencia de America debe ser respetada. Nos negamos a
esfera de los mitos no es una pequefia mutilaci6n sin mayor ser evangelizados, deculturados, privados de nuestros sfmbo-
efecto para el resto de Ia cultura, sino una desestructuraci6n los. Si algo debe significar esto de los 500 afios es Ia definitiva
total de su universo. Todo quedara suelto, blando , dispuesto clausura de Ia conquista, lo que vale tanto para los europeos
a acomodarse de cualquier forma al modelo dominante, a re- como para los que, habiendo nacido en America, se hacen
nunciar a Ia mas minima pretension de autonomfa, de origi- c6mplices de una polftica de aplastamiento, combatiendo y ri-
nalidad, de dignidad. Bien sabfan esto los jesuitas, los que diculizando a los que se empefian en hacer florecer en esta
convirtieron a sus metodos en un verdadero arte. El compro- parte del mundo una civilizaci6n propia. Es preciso detener
miso social es un paso importante, pero este no garantiza por el proceso de disolucion de las identidades hist6ricas si se
sf solo un respeto cultural. quiere hablar de democracia, de pluralismo, de dialogo, e
iriaugi.trar una nueva era, en Ia que tendran Iugar todos los
4
Vease Ticio Escobar, Misi6n: etnocidio, Asuncion, RP Edici...r:es, 1988, p. 220. '
t.
P.Ueblos que conforman el pueblo. Los grupos etnicos podran
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un someterse a mecanismos ciegos. Ticio Escobar seiiala que buto es«:mcial de los mitos, y que su vitalidad es comparable
el autorrepliegue y el enclaustramiento son tan negativos a su precision, por ser propio de ellos no modificarse. 8 Pero
para el arte indfgena y popular como el remedo mimetico ori- esta observaci6n riiie con el estudio diacr6nico de las religio-
ginado en Ia sumisi6n cultural, y que el desarrollo de formas nes, que patentizan, sin dejar un margen de duda, Ia movili-
propias debe necesariamente implicar Ia confrontaci6n crfti- dad de los mitos. Destruir este mito sabre los mitos es abrir
ca con Ia practica cultural universal. 6 las puertas a Ia historizaci6n de los mismos, para no verlos ya
Todos parecen estar de acuerdo en que el arte llamado como verdades reveladas y eternas sino como productos his-
"culto" debe cuestionar siempre sus propios presupuestos y t6ricos de Ia conciencia de los pueblos, mas estables que el
explorar nuevas posibilidades, por lo que se suele ver en toda mundo fenomenico, pero no inmoviles. Su menor movilidad
busqueda una seiial de salud, de vitalidad. Pero tal consenso · ayuda a preservar cierta base estable a Ia cultura, para que
se pierde cuando pasamos al terreno del arte indfgena y popu- el afan de experimentacion no Ia suma en el caos, en Ia desor-
lar, donde hallaremos crfticos, intelectuales, artistas y hasta ganizacion. Pero casi siempre admite los cambios necesarios
antrop6logos convencidos de que lo mejor que pueden hacer para evitar Ia petrificacion cultural, Ia paralizacion del arden
es repetir ciegamente su tradici6n, reprimiendo Ia tendencia simbolico, que divorciarfa a las representaciones mentales de
a innovar, pues a su juicio todo cambio sera aculturativo y co- , Ia vida real. Nose puede creer en Ia vitalidad de algo inmovil,
rrompera dicha tradici6n. Veo en esto un fie! reflejo del fun- 'y los mitos americanos no tendrfan Ia fuerza que logran co-
cionalismo ingles, el culturalismo norteamericano y toda Ia . municar si fueran ajenos a Ia historia.
antropologfa connivente con el colonialismo, que se obstina Pedir a las comunidades indfgenas que "conserven" su cui-
en negar a las sociedades colonizadas potencias endogenas ' tura, repitiendo mecanicamente modelos antiguos que para
de cambio, por considerarlas encerradas en el tiempo circular · pear llevan a menudo anquilosados los efectos de Ia situacion
del mito, es decir, ajenas al tiempo lineal de Ia historia. Los colonial, es contribuir al mantenimiento de Ia misma y ahon-
estudios de Georges Balandier y otros autores demostraron • dar el rezago cultural. Se las privara ademas de ese gesto
ya que no se puede dividir al mundo en sociedades estaticas, humano por excelencia que es el ejercicio de Ia imaginacion
opuestas a todo cambio, y sociedades dinamicas, que se en- creadora, que lleva a concebir nuevas formas a partir de las
1
cargan de promover el cambio en las primeras. Aun mas, ni · precedentes. Resulta por eso absurdo responder al temor de
siquiera se considera aceptable Ia distincion entre estatica y que Ia aculturacion termine de destruir a las culturas indfge-
dinamica social. El prejuicio, con todo, esta muy arraigado. nas con el congelamiento historico de las mismas, pues diffcil-
Antonin Artaud escribfa a prop6sito de los tarahumaras: "Las mente habra progreso social con estancamiento cultural. La
verdaderas tradiciones no progresan, ya que representan el . respuesta esta en plantear Ia viabilidad de un cambia evoluti-
punto mas avanzado de toda verdad. Y el unico progreso rea- vo aut6nomo, una renovaci6n que refuerce y proyecte Ia
lizable consiste en conservar Ia forma y Ia fuerza de dichas identidad profunda de estos pueblos. Para evitar elpeligro,
tradiciones."i Esta licencia poetica puede resultar dulce a los basta deslindar el cambia aculturativo del cambia evolutivo.
ofdos occidentales, como que tambien un ensayista de Ia talla Ante Ia falta de espacio para extenderme en este tema, me
de Elfas Canetti sostiene que Ia repetici6n forzosa es un atri- limitare a seiialar aquf que el cambia evolutivo es el impulsa-
do y guiado por el grupo bacia metas fijadas de antemano por
6
V~~e Ticio Escobar, Una interpretacion de las artes visuales en el Paraguay,
~uncmn .. Centro Cultural Paraguayo Americana, 1984, t. II, p. 248.
Antomn Artaud, "Los ritos de los reyes de Ia Atlantida", en Loa tarahumara, . · 8 Vease Elfas Canetti, "La profesi6n de escritor", en La conciencia de las palabras,
Barcelona, Tusquets, 1985. · · Madrid, FCE, 1982, p. 361.
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el con base en su concepcion del mundo y su realidad socio- espacios de expresi6n y Ia Iibre interacci6n con otros mode-
cultural, y en su propio beneficia. Es decir, se trata a todas los, suele dar a corto o mediano plazo resultados sorprenden-
luces de progreso propio, que afirma Ia identidad del grupo tes, pues el grupo colonizado recupera Ia fe en su cultura y
y su ethos social. El cambia aculturativo, par el contrario, pri- busca en el marco de su propia historia las soluciones, ac-
va al grupo de Ia posibilidad de un progreso propio, ya que tivando el proceso de descolonizaci6n, de Iiberaci6n. Cabe
es el opresor quien fija las metas y guia el proceso en funcion decir que al hablar de desarrollo de Ia cultura y el arte nos
de sus propios intereses, y su resultado no es el reforzamien- referiinos al mejoramiento sostenido de las condiciones mate-
to de Ia identidad del grupo sino una perdida gradual de Ia riales y espirituales en las que se concreta Ia producci6n sim-
misma, a medida que este va siendo absorbido, "integrado" b6lica, el florecimiento de las posibilidades congeladas par un
par Ia sociedad dominante. La comunidad india se vuelve asi largo proceso de dominacion colonial, par lo que tal concepto
el mero objeto de una accion ajena y pierde el canicter de su- no debe ser vinculado con el progreso del arte, tan discutido
jeto historico. en el plano estetico.
EI desarrollo evolutivo no excluye el prestamo cultural; di- Hasta ahora las politicas de desarrollo cultural en America
rfa que mas bien lo reclama. Pero frente a el el grupo opera Latina·han enfocado de un modo preferente o exclusivo a Ia
por apropiacion selectiva de los elementos que Ie permitiran cultura de elite, llegando, en el mejor de los casos, a apoyar
desarrollar mejor sus propias potencialidades. Casi siempre a Ia cultura nacional entendida como produccion de una mi-
en estos casos Ia adopcion selectiva va seguida de un proceso norfa que cimenta su obra en valores nacionales y populares,
de adaptacion, que modifica creativamente Ia forma, el conte- pero se detiene, titubeante, ante Ia cultura indfgena y popu-
nido y Ia funcion de dichos, elementos, a los que resemantiza lar, 0 traspone sus fronteras tan solo para manipularlas y de-
y refuncionaliza hasta legitimarlos. En el proceso aculturativo, formarlas, si no para aculturarlas y masificarlas. El desarrollo
en cambio, Ia cultura dominante irrumpe como una violencia cultural de estos sectores, cuando llega a plantearse, es enten-
descentralizadora de Ia vida social. El opresor Ia impone como dido como una elevaci6n hacia las alfombras de Ia cultura
un todo indiferenciado, valiendose de compulsiones y enga- ilustrada. Desarrollo cultural sera asf que los indfgenas tengan
i'ios, mientras decide desde arriba que aspectos de Ia cultura acceso a los clasicos europeos, mientras sus valores propios
dominada seran momentaneamente tolerados (raramente res- siguen siendo pisoteados, y se les niegan posibilidades de ex-
petados) y cuales proscritos. presion y crecimiento. Resulta ironico que a esto se llame
Todo gesto connivente con Ia inhibicion del desarrollo de democratizar Ia cultura. No esta mal democratizar los valores
Ia cultura y el arte indfgenas sirve para incrementar esa dis- de otras culturas (siempre que no se les use como mecanis-
tancia social en que se ceba, Ia discriminacion etnica y de cla- mo de aculturacion), pero es preciso tener en claro que Ia ver-
se, asi como para ahondar el complejo de inferioridad del dadera democracia cultural es Ia que lleva a los grupos cultu-
oprimido y el de superioridad del sector dominante. AI perder ralmente diferenciados a afirmarse como tales en el concierto
Ia fe en las potencias evolutivas de su cultura, en Ia posibili- universal. Todo pueblo debe aprender a amar y valorar Ia
dad de estas de dar respuestas actuales a los multiples proble- propio antes de confrontarlo con otras expresiones, pues
mas que le plantea Ia existencia, el colonizado se aparta de mientras no Ia conozca a fondo cualquier cosa que venga de
ella, buscando Ia salvaci6n en el proceso aculturativo, en un · afuera le parecera mejor, mas excitante. 0 sea, repetimos,
traumatico cambia de identidad. Por el contrario, Ia dinamica que Ia autentica democracia cultural sera aquella que consoli-
que imprime a Ia cultura propia un proceso de desarrollo ci- de en los hombres Ia certeza de que sus valores colectivos
mentado en Ia transferencia de tecnologfa y de recursos eco- tambien constituyen una parte del patrimonio humano. '. .
nomicos, asf como en el reconocimiento social, Ia apertura de . Para devolver a las culturas indfgenas su poder de flared-
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miento, sus participantes, con el apoyo pero no con Ia identidad, lo que no implica, como vimos, cerrarse a las in-
direccion de los artistas e intelectuales de Ia sociedad nacio- fluencias enriquecedoras. Profundizar este camino no las lle-
nal que se sientan comprometidos con elias, debenin: vara al aislamiento de Ia sociedad nacional y la comunidad
1) Denunciar los aspectos de Ia tradicion que de hecho sir- universal, sino a ganarse un Iugar digno en elias, enriquecien-
ven a una cultura de Ia dependencia, y procurar, en Io posi- dolas con sus aportes. Solo asf, desplegando la imaginaci6n
ble, revertir su sentido; creadora, podran constituir su conciencia fragmentada, de-
2) Asignar una nueva dimension, en el contexto actual, a volver integridad, coherencia y funcionalidad a su sistema
los aspectos de Ia tradicion que el pueblo organizado, y no los simbolico. La alternativa a esto no puede ser mas que disol-
indigenistas, considere positivos; verse en Ia modernidad occidental, tanto en su faz capitalista
3) Criticar y combatir los elementos introducidos reciente- como socialista, extremo que Ia conciencia india por cierto
mente por Ia sociedad nacional que consideren contrarios a repulsa, pues su proyecto es depurar y revitalizar su tradi-
su vision del mundo y su proyecto; cion, creando formas nuevas a partir de Ia misma. Esto se
4) Incorporar por adopcion selectiva elementos nuevos que puede ver no solo en los documentos indfgenas, sino tambien
puedan contribuir al desarrollo de Ia propia cultura, para que en muchos ejemplos practicos. Francisco Toledo, uno de los
esta sirva asf mejor a Ia causa de Ia liberacion; · mas prominentes pintores del Mexico actual, es un indio zapo-
5) Asumir totalmente el control de Ia propia imagen y Ia ad- teco que reivindica esta identidad y trabaja sin apartarse de
ministracion de su cultura, para ser los unicos o los principa- su contexto social. Su pintura se alimento siempre de los mi-
les beneficiarios de Ia misma. tos y visiones de su pueblo, los que nutrieron tambien las me-
Claro que todo esto supone una organizaci6n para el desa- jores obras de otro pintor zapoteco: Rufino Tamayo, Ia figura
rrollo cultural, Ia creacion de centros culturales autogestiona- mas descollante del pais en las artes plasticas. Bajo la influen-
dos y no dependientes de los sectores dominantes, que seran 'cia de Toledo se fue generando en Oaxaca una escuela que
a la vez bancos de datos y factores de conciencia, asf como hoy produce un arte indio de gran valor, que se proyecta en
bases de operaciones en este terreno, tema que estudio en de- el nivel nacional.
talle en otra parte, 9 junto a los demas problemas teoricos y . , Como se dijo, es deber de los intelectuales y artistas de Ia
practicos que plantea el desarrollo cultural indio. sociedad nacional apoyar este proceso mediante Ia creacion
Ya en los anos cuarenta Adorno y Horkheimer advirtieron de estfmulos, Ia capacitacion, Ia transferencia, el ejercicio de
que Ia cultura de la modernidad occidental habfa servido casi una crftica de arte limpia de todo etnocentrismo y favoritis-
siempre al imperialismo tanto interno como externo, por lo mo, que reconozca sus valores y los situe en Ia cultura nacio-
que la unica salvacion para las culturas indfgenas de America nal y Ia historia del arte, sin prejuicios elitistas ni concesiones
es plantearse su propia modernidad. Modernidad que no ha populistas, tal como lo hizo, por ejemplo, Ticio Escobar con
de ser entendida como el mito racionalista de Ia Ilustraci6n las culturas indfgenas de Paraguay en una obra que se perfila
europea, ni como una religion del progreso de rafz romantica como clasica. 10
dispuesta a arrollar toda tradicion, sino como un esfuerzo crf- Debemos comprender hoy que el naufragio de las culturas
tico, como la busqueda y afirmacion creciente de su propia indfgenas sera tambien el del proyecto civilizatorio de Ameri-
ca Latina, pues en estos pueblos oprimidos radica Ia mayor
originalidad de Ia region. El dilema es claro: o nos esforzamos
9
V~ Adolfo Colombres, Manual del promotor cultural, 3 vols., Toluca, Estado
de MeXIco, Centro Cultural Mazahua, 1980-1981. En breve aparecera en Buenos Ai-
res una nueva versi6n, tambien en tres volfunenes, publicada por Ediciones Colihue
y la Editorial Humanistas. . 10 Vease Ticio Escobar, Una interpretacion. .. , op. cit.
38 39
por terminar de concretar este proyecto, o nos quedamos en Ja existencia de otras identidades a las que se debe respetar
Ia situaci6n anodina en que nos debatimos, occidentales de y rescatar. Jurgen Habermas reconoce que Ia posmodernidad
segunda que deberi costear con su hambre y postergaci6n valoriza Ia producci6n de las minorfas etnicas y sociales, pro-
crecientes el bienestar de los occidentales de primera. Es que, moviendo asf Ia recuperaci6n de unas tradiciones ocultas o
sin un proyecto propio, sin Ia emergencia de un proyecto civi- mutiladas por el colonialismo, Jo que es convergente con
Iizatorio que nos pertenezca de verdad, no puede haber mas nuestro prop6sito. A fin de cuentas, Ia posmodernidad bien
que dependencia, reverencia fascinada a lo que nos deniega entendida apunta a destruir los dogmas alimentados del ra-
cada dfa nuestro derecho a ser. Concretar este proyecto es cionalismo y no el proyecto de la modernidad como tal, cuyo
construir nuestra modernidad, no regresar a! pasado ni nave- sentido mas hondo no puede perder vigencia, en Ia medida
gar en.Ia pura utopfa futurista. Probamos con docilidad todos en que aspira a Ia emancipaci6n del hombre y Ia sociedad de
Jos·ismos imaginados por los pafses centrales, y ahora que es- las fuerzas que los oprimen.
tos parecen haberse hartado de sus propios vanguardismos Queremos advertir finalmente que no concebimos a Ia civi-
no nos queda mas que emprender el camino hacia un destino Iizaci6n Jatinoamericana como Ia realizaci6n actual de una
imaginado por nosotros a partir de nuestras rafces culturales esencia metaffsica adquirida en el pasado, y ni siquiera como
y nuestros procesos hist6ricos. Claro que tambien podemos una esencia a alcanzar en el futuro, sino como un proceso
optar por otros 500 aiios de dependencia cultural e ideol6gi- propio y diferente, como un espacio abierto a Ia imaginaci6n
ca, pero antes de que se cumpla el milenio nada quedara so- y las posibilidades, en continuo movimiento, plural y no ex-
bre Ia tierra de nuestra faz verdadera, y escaso habra sido a! cluyente. Y, por no ser excluyente, entre otras razones de
final nuestro aporte a Ia humanidad. mas peso, convocamos a los pueblos indios, que hasta ahora
La modernidad latinoamericana no debe sentirse amenaza- fueron los ultimos por el grave delito de haber sido los prime-
da en modo alguno por las corrientes occidentales que se pre- ros, de no ser occidentales, a que pasen a Ia vanguardia de
sentan como posmodernas, posvanguardistas y posindustria- dicho proceso, porque alllegar a los 500 aiios Ia historia debe
les, pues fuimos mas las vfctimas que los cultores de ese ser invertida, y ese Iugar les corresponde por derecho .
proyecto de modernidad, el que nunca se articulo como una
honesta transferencia cientffica y tecnol6gica dirigida a apo-
yar su propio proceso evolutivo, sino como una imposici6n
indiscriminada y en bloque, como una agresi6n imperialista
a su vision del mundo, que quiso hacer de su superioridad
cientffica y tecnol6gica, adquirida en buena medida mediante
el saqueo y Ia apropiaci6n, Ia prueba incontestable de su su-
perioridad cultural. El cansancio de Occidente, el fracaso de
Ia raz6n imperial, no puede ser nunca para nosotros una cau-
sa de desmovilizaci6n, sino, por el contrario, un aliciente para
romper con Ia dependencia. Porque lo cierto es que a! amai-
nar el oleaje de los ismos se nos hace mas facil reconstruir esa
conciencia fragmentada de la que hablamos. Por otra parte
ciertos planteamieiltos de Ia posmodernidad parecen incitar
al dialogo fecundo de civilizaciones como alternativa a1 solilo-
quio de una civilizaci6n o, al menos, Hamar la atenci6n sobre
40 41
/
co universal de Ia humanidad y, por ende, de todo su patrimo-
nio cultural. Por otra parte, el proceso autogestionario que
protagonizan en grado creciente los pueblos autoctonos de
America no solo serfa incomplete, sino inimaginable, de no
tomar en cuenta Ia revalorizacion cabal de Ia lengua origina-
II. Multilingiiismo en Latinoamerica: hacia ria de cada etnia.
Sin embargo, interesa igualmente evitar un estilo declama-
la desmarginalizaci6n de las lenguas amerindias torio y ampuloso -de puras declaraciones de principios- a
Ia hora de referirnos a este topico inmensamente delicado.
Esteban Emilio Monsonyi S. Los discursos altisonantes son necesarios al principio, cuando
se trata de infundir conciencia y motivar una nueva forma de
Es evidente la estrecha relacion que existe entre identidad actuar. Pero, a Ia postre, la retorica se vuelve fastidiosa y, en
cultural y lengua nativa; sin embargo, en el continente ame- ocasiones, llega a ser una remora que pervierte las mejores
ricana es muy reducido el espacio academico e intelectual causas. Cuando un dirigente indio interpela a un auditorio con
que se le dedica al tema del idioma propio, hasta en situa- un fogoso discurso que plantea el compromise sagrado con la
ciones tan especfficas como las que atraviesan los pueblos lengua materna, en el mejor de los casos estamos frente a un
amerindios. La atencion consagrada al futuro de las lenguas planteamiento voluntarista, a menos que exista el respaldo de
indfgenas ~n el contexto contemporaneo es aun mucho me- un plan de trabajo y de una polftica coherente.
nor. Algun progreso ha habido en los ultimos afios, pero el De otro modo las catarsis sempiternas terminan por justifi-
panorama de conjunto no ha variado sustancialmente: sobre car Ia inaccion y Ia desidia, y solo Bevan a una falsa concien-
todo en lo que se refiere a polfticas concretas de oficializa- cia etnicista que se muere en sf misma. Nos duele insistir en
cion, planificacion y revitalizacion de las lenguas oprimidas esto, pero, lCuantas veces no se ha visto a representantes in-
de America. dfgenas que habitan grandes urbes, y cuyos descendientes ig-
El presente trabajo no aspira a describir, ni siquiera de noran Ia cultura original, arengar a un auditorio no indfgena
modo parcial, Ia realidad propia de este ambito problematico. sobre los valores del pasado, Ia inmortalidad del legado an-
Ello se ha intentado multiples veces y con exito variable pera cestral y Ia inviolabilidad de la lengua materna?
suficiente, para que cualquier interesado en Ia materia ob- Ya es hora de evitar esos extremos, aunque procedan de
tenga una informacion aceptable, sujeta a profundizacion y una buena fe inobjetable en principio, para dedicarnos a Ia
verificacion. Considerada ademas Ia minima extension de Ia busqueda real de soluciones viables y a llevar a cabo iniciati-
presente ponencia, juzgo necesario trascender el marco de lo vas conducentes a los fines quenos interesa alcanzar. Por for-
meramente expositivo, para pasar ala formulacion de inquie- tuna ya sedan suficientes asideros en las realidades nacionales
tudes, necesidades sentidas, previsiones futuras y, sobre todo, que nos permiten obrar de acuerdo con nuestros principios y
alternativas de accion para lograr objetivos importantes en convicciones, ·sin faltar a nuestra etica profesional. Este pun to
un lapso previsible. es sumamente importante en vista de las lenguas oprimidas
--- --- No me in teresa ocultar el hilo conductor de mi pensamiento y minoritarias. Ya no es elegante que un profesional de Ia lin----'
con relaci6n a esta materia. Como lo exprese en otros traba- giiistica se jacte de ser partidario de su desaparicion; pero se
jos, considero que todas las lenguas nativas de America -sin ~ie,nte, a1 misrrio tiempo, que las concepciones teorico-meto-
importar el mimero de hablantes ni otras caracteristicas indi- dol6giCas de raiz positivista no dan pie para una actitud de
viduales- forman parte insustituible del patrimonio lingiifsti- franco compromiso con Ia suerte futura de este patrimonio.
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Ir:
En modo alguno abogamos por Ia idea erronea de instituir
\
La situacion es analoga en Bolivia, Ecuador, Guatemala,
un monolingiiismo indio -es decir, uso exclusivo de alguna Mexico y otros pafses con alto porcentaje de usuarios de len-
lenguo indfgena- en cualquiera de las comunidades o etnias guas vernaculas, autoctonas en algunos casos, ya que Ia pro-
hoy existentes. De vez en cuando resuenan voces aislacionis- porcion de hablantes nativos puede ser igual o mayor que Ia
tas y nost<ilgicas que proponen descartar los idiomas imperia- de los hispanohablantes monolingiies, o a! menos comparable
les a manera de solucion radical. Es imposible que prospere a el. Pero en ninguna de estas realidades puede discernirse un
tal formula aun bajo Ia hipotesis negada de que todos los in- plurilingiiismo equilibrado, ni el uso oficial e institucionaliza-
tegrantes de una comunidad determinada Ia respaldan. El do de las lenguas subordinadas, ni siquiera experiencias muy
contacto de los indfgenas con las sociedades envolventes es positivas y concretas de educacion intercultural bilingiie.
inevitable, ya que a fin de cuentas lo buscan ambos actores Recuerdese que hasta los afios cincuenta, cuando menos, Ia
fundamentales del proceso, aun cuando de tiempo en tiempo ideologfa oficial de los distintos gobiernos republicanos con-
expresen lo contrario. sistfa simplemente en erradicar las lenguas -motejadas de
En efecto, el unico pafs que podrfa optar por una solucion vulgares y despreciables "dialectos" inferiores- a como diera
monolingiie en idioma indfgena es el Paraguay, donde casi to- Iugar, en nombre de Ia civilizacion, de Ia unidad nacional, del
dos hablan guaranf -que tiene caracter oficial junto con el desarrollo y progreso de estos pueblos.
espafiol- y hay una minorfa significativa que casi desconoce En Ia actualidad se ha suavizado mucho el discurso oficial,
el castellano. 1 Pero, por multiples razones, cualquier proyec- hasta el extrema de hacerse no solo tolerante en algunos paf-
to de esta naturaleza se caerfa inmediatamente por motivos ses, sino receptivo a Ia idea de asumir el patrimonio lingiifsti-
economicos, politicos, educativos, institucionales e incluso co precolombino. Esto podrfa dar margen tanto al desarrollo
sociolingiifsticos. Todo el Estado paraguayo y sus sectores do- de polfticas oficiales mas consonas con este postulado, como
minantes funcionan gracias a! engranaje lingiifstico del espa- a Ia promoci6n de nuevas iniciativas particulares -de los in-
fiol que suministra un marco ideologico adecuado y los para- dios y sus aliados- en busca de una reafirmacion lingiifstica
metros comunicativos fundamentales para que el pafs siga autoctona. No podemos negar que existe alguna actividad
existiendo como tal y conserve una mfnima continuidad con- t::oncreta en este terreno, pero no Ia suficiente todavfa como
sigo mismo. para modificar Ia situacion de desplazamiento que se viene
En el caso del Peru, Ia oficializacion del quechua significo dando desde Ia colonia.
un paso importante en el sentido de revalorizar el patrimonio Para matizar mi exposicion tengo que referirme a un ele-
prehispanico, pero todos estan contentos de afirmar que di- mento que muchos tienden a soslayar debido a una vision
cha oficializacion nunca paso de ser un formalismo sin gran- demasiado simple y esquematica de las cosas. Si bien es cierto
des consecuencias; y hoy menos que nunca se pueden espe- que Ia valoracion dispensada a Ia lengua oficial es muy supe-
rar avances de mayor monta. Gran parte del pueblo peruano rior a Ia que se le asigna a! "dialecto" indfgena, tambien es
continua hablando quechua, aimara y otras lenguas nativas, verdad que en ocasiones el conocimiento de una o varias len-
pero Ia subordinacion de estos codigos al idioma dominante guas amerindias puede ser prestigioso y hasta util. Solo citare
que es el espafiol resulta perfectamente obvia. algunos ejemplos muy sencillos. A veces al mestizo le convie-
ne aprenderse bien un idioma indfgena para vivir en una co-
munidad relativamente cerrada, formar alii su familia y, so-
1 En este trabajo usamos los h~nninos espaiiol y castellano como denominaciones
bretodo, aduefiarse de una porcion de sus tierras. Tambit§n
sin6nimas de un mismo idioma, sin que ninguna de elias implique otorgarle algdn
tipo de privilegio sobre otros idiomas hablados en Ia peninsula iberica o fuera de hace mucha falta el dominio parcial de lenguas amerindias en
ella. zonas eminentemente interculturales, tanto para realizar tran-
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sacciones comereiales y econ6micas en general, como para n6micos y culturales que no permiten ni~gun parangon con
I~ que ocurre con las lenguas amerindias. Esto es solo parcial-
participar activamente en Ia polftica regional. Hablar puro
Castellano en determinadas partes de .Bolivia, Paraguay o mente cierto, ya que s( es posible, inclusive necesario, buscar
Guatemala no proporciona dividendos electorales ni de otra comunes denominadores entre todos los casos particulares
naturaleza. donde actue Ia opresion lingiifstica como factor primordial en
Discurriendo en terminos generales, Ia utilidad y el presti- el acontecer de un pueblo.
gio de una lengua indigena crecen un tanto con el numero de AI puntualizar esto creo proceder con conocimiento de cau-
sus hablantes, su estatus socioeconomico, Ia magnitud y ri- sa, ya que mi posicion ante los hechos antropologicos y Jingiifs-
queza del territorio que ocupan, la voluntad politica que ma- ticos ha sido siempre de vocacion claramente diferencialista.
nifiestan frente a propios y extrafios. Conservan igualmente Si defiendo las lenguas amerindias es justo por representar
cierta estima social las Jenguas habladas por etnias muy rea- cada una de elias una creacion diferencial, una manifestaci6n
cias a dejarse dominar por un entorno occidentalizado, aun- unica del espiritu humano, una adquisici6n insustituible de
que cuenten con muy pocos integrantes. De todos modos, en nuestra especie en sus multiples esfuerzos por expresarse me-
Ia gran mayorfa de los casos son las etnias .muy pequefias y diante ellenguaje. Si uno considera -como efectivamente lo
en franco proceso de aculturacion las que menos posibilidad hacen algunos estructuralistas y generativistas extremos-
tienen de conservar su idioma y su cultura, mas alia de unas que todas las lenguas obedecen a una sola estructura profun-
pocas generaciones posteriores al contacto generalizado con da y que esto es Jo pertinente y significativo en verdad, no
Ia poblacion dominante. Un buen ejemplo es el de los pueblos preocuparia demasiado si se perdiesen todos los idiomas del
arawak del Rfo Negro -bare, baniva, warekena-, quienes se mundo, menos uno que funcionarfa como medio exclusivo de
hallan a punto de perder su acervo lingufstico y cultural origi- comunicaci6n para toda Ia humanidad.
nario. Esta forma de pensar Ia juzgamos no solo falsa, inexacta y
Es bueno introducir a estas alturas de Ia exposici6n unos anticientifica, sino absolutamente dafiina y negativa para los
elementos comparativos que juzgamos de importancia tras- hombres y su patrimonio acumulado a traves de los tiempos.
cendental. El escenario en que se lleva a efecto Ia presente Estamos muy conscientes de las pequefias y grandes diferen-
reunion es precisamente Catalufia, donde prevalece un pro- cias: no soiamente de aquellas de naturaleza lingufstica, sino
blema lingufstico particularmente conocido en el nivel mun- tambien sociolingiifstica. Sabemos que los problemas respec-
dial y de importancia vital para el pueblo catalan. Debo sefia- tivos de las Jenguas oprimidas de Europa y America son bien
lar que, en mas de una ocasion, he ofdo comentar a catalanes distintos en multiples aspectos de alto grado de relevancia.
v~scos e incluso bretones y galeses, que mucho de lo que y~ Para nuestros fines inmediatos es valido destacar desde
ahrmo sobre el colonialismo lingufstico que pesa sobre las et- ahora algunas de esas diferencias, para pasar mas adelante a
nias amerindias es igualmente valido -o poco menos- para las similitudes. Los pueblos minoritarios de Europa forman
los pueblos minoritarios de Europa idiomaticamente diferen- parte del mismo complejo cultural occidental, si se exceptuan
ciados. parcialmente algunas etnias como los gitanos y los Japones o
El investigador cientffico, llevado a veces por un prurito ex- samis. No queremos involucrarnos en una disquisici6n sobre
cesivo por cubrirse las espaldas ante cualquier amenaza de Io que en realidad es Ia cultura occidental. Pero presumimos
transgresion metodologica, tenderfa a negar automaticarnente que Ia semejanza sociocultural entre irlandeses e ingleses, fri-
cualquier semejanza. Diria en seguida que se trata de realida- sones y holandeses, bretones y franceses, vascos y espafioles
des rnuy distintas que no admiten ningt1n cotejo, ya que res- de ancestro no euskera, es mucho mas evidente y facil de
ponden a un conjunto de antecedentes hist6ricos, socioeco- comprobar en la vida diaria que cualquier relaci6n de analo-
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"todos los pueblos del mundo" para remplazarlo por "indios Para rematar estas consideraciones sobre elementos distin-
y criollos". Habrfa podido intentarse una traduccion mucho tivos que separan el cuadro lingiifstico amerindio de aquel
mas literal, pero iba a sonar demasiado estirada, eventual- que tiene Iugar en las minorfas etiropeas, debe nombrarse to-
mente risible o incomprensible. Sucede que Ia cultura guajira davfa el racismo declarado o difuso, factor de mucho peso
o wayuu no maneja estas categorlas y mucho menos dispone que esta muy lejos de desaparecer de los pafses latinoameri-
de Iexemas especializados para designarlas. Insistimos en que canos. En ninguna parte el desprecio que pesa sobre el indio
no se trata de pobreza cultural ni lingiifstita. La cultura wa- es puramente cultural; siempre se le suma un componente ra-
yuu es muy compleja y elaborada. Y en cuanto al idioma, el cial, aunque el mismo sea, desde el punto de vista biologico,
wayuunaiki posee un lexico proverbialmente rico y una muy contradictorio con el concepto cientffico de raza o varie-
gramatica que todavfa no se ha logrado descifrar adecuada- dad humana. Trataremos de explicarnos.
mente. · Muchos de nuestros pafses estan tan mestizados que, gene-
Seguramente, con el correr del tiempo, el uso intercultural ticamente, serfa imposible decidir Ia cuota de componentes
a que estara sometido este idioma junto a una planificaci6n aut6ctonos que se encuentra en tal o cual sector poblacional.
lingiifstica idonea, habran de producir equivalencias mas pre- Hay criollos muy aindiados, asf como indios de ojos azules o
cisas en todos los ambitos tematicos nuevos para Ia etnia. de pelo ensortijado. Sobre todo en Bolivia, Peru, Ecuador,
Mientras tanto habra que enfrentar un proceso de transici6n Guatemala y Mexico, el factor genetico aborigen pesa muchf-
muy duro y exigente en cuanto a! trabajo colectivo de estan- simo en todos los estratos poblacionales, con Ia posible excep-
darizacion que aun nos toea realizar. Sea como fuere, Ia gran cion de las capas superiores de Ia burguesfa, "blancas" al me-
diversidad cultural y antropolingiifstica que observamos en el nos por autodefinicion . Tampoco son raros los casos lfmites
continente americana es un factor diferenciador de primer como el de los garffunas o caribes negros de Ia costa atlantica
orden en comparacion con realidades analogas del continen- centroamericana, fenotfpicamente de raza negra pero ha-
te europeo . blantes de una lengua arawak en lo esencial. Sea como sea,
. Otro pun to que por fuerza debemos enfocar consiste en que Ia ideologfa mas generalizada sigue considerando que tanto
· m los catalanes, ni los irlandeses -ni siquiera los vascos- es- los indios como los demas no-blancos son inferiores por natu-
tan sujetos a una persecucion etnogenocida parangonable a raleza.
Ia que sufren los pueblos amazonicos, los mayas de Guate- Pasemos ahara a considerar las importantes similitudes que
mala, los guaicuru del Paraguay, los mismos araucanos o ma- unen las diversfsimas realidades de opresi6n Iingiifstica. El
puches de Chile. En todo caso, cualquier pueblo europeo hecho mismo de Ia aparente minusvalfa de una lengua frente
cuenta con mecanismos de defensa seculares que se articulan a otra tiende a crear un marco social analogo en todos los ca-
plenamente con los instrumentos de dominacion manejados sos posibles. Es de publico dominio que hace poco Ies ponfan
por sus opresores; y participan tambien de unas reglas de jue- en Francia "orejas de burro" a los escolares que hablaban
go generalizadas que dificultah Ia aplicacion de medidas dras- breton; que el fascismo espafiol reprimfa ffsicamente el uso
ticas contra su supervivencia biologica y cultural. Las etnias de Ia lengua vasca y catalana; que muchos ingleses se refan
amerindias, en cambio, solo hace poco comenzaron a defen- y se burlaban al ofr hablar el gales; que en Ia Rumania actual
der d: m<:'~o formal sus derechos especificos, y su grado de han asesinado a miembros de Ia minorfa hungara por utilizar
orgamzac10n para lograr estas reivindicaciones es aun inci- su lengua. Todos estos ejemplos -y otros incontables que
piente en numerosos casos. Lamentablemente, muchos pue- cualquiera podrfa afiadir- nos llevan al mismo terreno de Ia
b}o~ indios no tienen garantizada todavfa su pervivencia bio- represion lingiifstica propia de America Latina, Ia cual se ma-
logtca para no hablar de Ia societaria. nifiesta en forma similar cuando no identica: internados lai-
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~-
coso religiosos donde se pretende erradicar Ia lengua mater- de solidaridad mutua y compartida ante todo tipo de viola-
na; prohibicion expresa o tacita de hablar en "lengua" en cion de los derechos lingufsticos. Los elemfntos comunes son
sitios publicos; inhibicion del habla propia para no hacer el ri- justo aquellos que nos permiten situar el fenomeno en una di-
dfculo; imposibilidad de emplearla en ocasiones formales, mension humana universal y accesible a toda persona media-
aunque sean muy rutinarias. namente sensible ante tales hechos.
Otro punto que destaca Ia analogfa es Ia dificultad de tener Me atrevo incluso a lanzar Ia afirmacion de que las diferen-
acceso a Ia educacion escolarizada en una lengua minoritaria. cias .tan obvias que se registran entre las Jenguas o las cultu-
Incluso cuando Ia educacion primaria Ia utiliza profusamente, ras se hacen tan visibles y llamativas por razon de los multi-
esto raras veces ocurre en Ia educacion media y superior. ples elementos y configuraciones que todas elias tienen en
Todo ello se agrava con Ia actitud de muchfsimos padres y re- comun. De otra manera no habrfa diferencia, sino hetero-
presentantes, quienes rechazan todo intento educativo en geneidad pura y simple: es decir, incomunicacion, extrafie-
lengua vernacula por creer que Ia inmersion en Ia lengua ma- za, tal vez indiferencia redproca. Y Ia indiferencia puede
yoritaria puede poner fin a Ia discriminacion social, cultural ser hasta mas dafiina a largo plazo que Ia enemistad o Ia
Y economica que los agobia. Este ultimo fenomeno tan uni- antipatfa.
versallo sufren en alto grado los hispanos radicados en Esta- De este modo, no resulta exagerado decir que cualquier si-
dos Unidos. tuacion de opresion lingufstica es un problema de toda Ia hu-
Otro lazo de union entre ~I drama lingufstico americana y manidad en un sentido general, y del conjunto terniqueo de
el de otros cpntinentes es el encuadre rural y tradicional de los pueblos lingufsticamente discriminados en particular. Ha
muchas hablas minoritarias frente al caracter urbano y mo- de agregarse a ello que, en Ia actualidad, el peligro de homo-
dernizante de los idiomas dominantes. Es rara Ia Iengua opri- geneizaci6n lingufstica parece mayor que en cualquier otra
mida que logra echar rafces en el ambiente frenetico de Ia ur- epoca anterior.
be, Y que alcanza alguna simbiosis con las manifestaciones Muchos sabemos, no obstante, que este ultimo aserto es so-
extremas de Ia modernidad; particularmente, en medio de Ia Jamente una verdad a medias. Es cierto que el predominio del
juventud que canta musica rock en ingles, se interesa por pa- ingles en el plano mundial coloca a Ia defensiva idiomas tan
satiempos, diversiones y modas trasnacionales, y lleva un es- fuertes y consolidados_ como el ruso o el frances, para no
tilo de vida de rebuscada uniformidad continentaL mencionar los demas. Tambien esta claro que, entre los lfmi-
Podrfamos agregar mas consideraciones. Pero conviene tes de cada pafs -salvando algunos casos especiales-, el
conformarnos por ahora con Ia idea de que nuestros conoci- idioma oficial ejerce una presion polftica y economica sin pre-
mie?tos sociolingufsticos actuales nos dejan entrever que el cedentes sobre las Ienguas de las minorfas. Observese tan
fenomeno del desplazamiento lingufstiCo, Ia resistencia de las solo el casci del Africa, donde un puiiado de idiomas coloniza-
len?uas dominadas, los intentos de su revitalizacion y oficiali- dores ha tornado Ia delantera sobre un millar de lenguas au-
zaci6n por parte de grupos.de vanguardia y de sus usuarios, t6ctonas, aun ateniendose a calculos conservadores. El orden
en general, responden a una problematica universal del hom- comunicativo mundial favorece inmensamente los poqufsi-
bre contemponineo, mas alia de sus obvias diferencias cuanti- mos idiomas privilegiados, en vista de las innumerables emi-
tativas y cualitativas. siones radiofonicas y televisivas que se irradian a traves de
En el fondo es muy positivo que esto suceda asf. Si en cada las mismas.
caso concreto se tratara de un problema enteramente indivi- Debemos recordar, de todas maneras, que las minorfas lin-
dual, intransferible, desligado incluso de lo mas similar en giifsticas y culturales nunca han sido tan conscientes de sus
apariencia, no habrfa mayor razon para exigir un sentimiento derechos colectivos y perspectivas de supervivencia como lo
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.· ...
son hoy en dfa, aun en medio de todas las limitaciones habi- • de Ia antropologfa, politicos y administradores de todos los ni-
das y por haber. El renacer de las etnias -por ejemplo en Ia . veles e instancias posibles, e incluso Ia propia humanidad to-
Union Sovietica- es una de las realidades mas resaltantes en , mada en sentido generico.
este terreno. El multilingliismo triunfante en Espana constitu- ' Para eludir esa dispersion de responsabilidades, quisiera re-
ye un hito insoslayable. A pesar de todos los inconvenientes . ferirme ami propia experiencia reciente que aun permanece
ya citados o aludidos, tambien las lenguas amerindias estan 'en una etapa de plena maduracion. Hace pocos aiios !ogre
en proceso de desmarginalizacion. convencer al entonces director del Instituto Indigenista Inter-
Es muy importante este or den de ideas antes de finalizar el americano, doctor Arze Quintanilla, de Ia urgencia del pro-
presente ensayo. Deda a! principia que mi intencion no era blema lingiifstico indoamericano y de Ia necesidad de que esa
desahogarme o hacer catarsis en vista de Ia impotencia frente 1.. institucion internacional tomase cartas en el asunto. A raiz de
a lo inevitable ~ Se que existen muchas tareas por realizar y ': nuestras platicas y aprovechando un ambiente intelectual
algunas de elias se estan cumpliendo. En mi concepto el exito •. que auspiciaba tal iniciativa, fue convocada oficialmente y
de Ia empresa global se fundamenta en Ia adecuada combina- .I ; por vez primer a una reunion destinada a explorar las posibili-
cion y articulacion de tres niveles esenciales: el local, el na- 1 dades de revitalizar estos idiomas que se encuentran entre los
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que siempre se puede hacer algo o por lo menos tomar la ini- Dorian, Nancy , Language Death, Philadelphia, University of Pensyl-
ciativa. En consecuencia, desechamos por reaccionario e in- vania Press, 1987.
humano el concepto de "muerte lingiifstica" (language death), Hamel, Rainer Enrique, Desplazamiento y resistencia de las lenguas
tan caro a ciertos etnolingiiistas norteamericanos. minoritarias: problemas te6rico-metodo/6gicos de Ia sociolingiifs-
tica actual, Mexico, Universidad Autonoma Metropolitana, 1990
De cualquier modo, la necesidad de revitalizacion lingiifsti-
ca es tan solo un caso limite: entra en el area mucho mas am- (en prensa).
Monsonyi S., Esteban Emilio, Del positivismo a! patrimonialismo en
. plia y comprensiva de una planificacion lingiifstica especial fa /ingiifstica antropol6gica del norte suramericano, Venezuela,
para lograr la descolonizaci6n de esta clase de lenguas. AI ha- 1990 (mimeografiado).
blar de planificaci6n lingiifstica es uti! distinguir entre planifi-
caci6n externa -aplicabilidad educativa e institucional de
una lengua, uso de los medios de comunicacion, oficializacion
regional y nacional- y planificacion interna -perfecciona-
miento del alfabeto y de la escritura, elaboracion de gramati-
cas didacticas, generaci6n de una literatura escrita, creaci6n
de metalenguajes para campos culturales no tradicionales. Si
nose procede a lo largo de ambas lfneas de trabajo, los resul-
tados seran siempre pobres e incompletos.
En este mismo coloquio de Patzcuaro se fijaron prioridades
y lineamientos recogidos en los numeros 3 y 4 de la revista
America lndfgena, se establecieron parametros de colabora-
cion interamericana e internacional, y se cre6 el Comite para
la Defensa de las Lenguas lndfgenas de America Lati!la y el
Caribe, auspiciado por la UNESCO.
Eii esa ocasi6n fui nombrado coordinador general de di-
cho organismo, cargo que sigo ejerciendo hasta la fecha. La
inexistencia de una base logfstica y la falta absoluta de finan-
ciamiento han retrasado la ejecuci6n formal de planes con-
cretes. Es de esperar que tal situaci6n sea superada a corto
plazo, en beneficia de nuestros objetivos, con el apoyo de las
instituciones y personalidades capaces de involucrarse en
algo tan dramatico y urgente como es el patrimonio Jingiifsti-
co de Ia humanidad.
Bibliografia
America lndfgena, vol. XLII, num. 3, Mexico, julio-septiembre de
1987.
56 57
enaltecer sus rafces y revertir el concepto denigrante a! darle
belleia y orgullo. ·
La batalla de las palabras refleja las relaciones de discrimi-
naci6ri' que son producto de Ia desventaja historica que he-
mos heredado, tanto por parte del indio, como por parte del
III. La identidad cultural y Ia autodeterminaci6n no-indio. La desventaja hist6rica no reside tan solo del !ado
de los pueblos indfgenas, sino en todos los pueblos, que han
Donald Rojas Maroto compartido una historia de lucha para no ser dominados.
58 59
'!.
indfgena, aborigen, etcetera. En fin, hay muchas otras for- Los criterios de pertenencia a alguna colectividad tienen
mas de hacer referenda a nuestros pueblos, pero todas las que ver con el espacio, el tiempo y la relaci6n de sus miem-
palabras-concepto refieren la realidad como si nuestros pueblos bros. No existe palabra alguna que pudiese tamar en cuenta
existiesen en una sola forma, como si fuesen homogeneos. todos estos factores, ya que en cada colectividad existe una
Esta problematica no es semantica, sino de caracter ideol6- identidad que los refleja a los tres. Se puede hablar de indfge-
gico con repercusiones para Ia dominaci6n y para nuestra nas, pero tenemos que hacer referenda a d6nde y cuando
propia Iiberaci6n en tanto refleja formas de pensamiento. existen y como se relacionan. Sucede lo mismo con todos los
Detnis de las palabras existen criterios escogidos para iden- pueblos del mundo. El relacionar entre sf a estos tres elementos
tificar a los pueblos indfgenas. Entre elias podemos citar el de da Iugar a una complejidad de factores que se asemeja a lo que
raza. Se emplea un concepto simple de caracterfsticas ffsico- existe. Pero aun describiendo todos los aspectos y relaciones
biol6gicas del ser humano para ubicarlo como indfgena . Este que existen en un momenta particular referido, no se puede in-
criteria es el que mayor peligro representa, par el canicter ventar una palabra que abarque todas las posibilidades.
discriminatorio en Ia clasificaci6n que implica consideracio- El total de los conceptos empleados en el siguiente cuadro
nes de tipo racista. para identificar a los pueblos indfgenas son de hecho ajenos
Otra norma que se emplea tiene que ver con ellugar de ori- a ellos; mas bien reflejan el esfuerzo de las sociedades domi-
gen .de los pueblos cuando hablamos de contactos entre va- nantes por clasificarlos. De hecho, los llamados pueblos in-
rios de elias. Ella se nota en el nombre de los indfgenas de dfgenas son meramente seres humanos como cualquier otro
las Americas, frente al hombre de Europa. Los indios o indf- pueblo. Sin embargo, par Ia desventaja hist6rica que enfren-
genas vienen siendo los seres · humanos que poblaron estas tan en el devenir del colonialismo europeo, han adquirido
tierras antes de que llegasen los europeos. Hay toda una dis- nombres que los designan como pueblos prim itivos , aborf-
cusi6n alrededor de tal concepto, del Iugar o especie que ocu- genes, etcetera. La lista es larga. Claro esta que, a traves de
pamos (v. gr. , aborfgenes, aut6ctonos). Finalmente, ello distin- esta misma historia dominante, los propios pueblos indfge-
gue otro criterio utilizado que es el tiempo: es decir, quien nas nos hemos visto en Ia necesidad de asumir como identifi-
tiene mayor antigi.iedad en estas tierras (v. gr., primeras na- caci6n algunas de estas palabras-concepto, intentando siem-
ciones). La noci6n de tiempo apoya un razonamiento sobre pre imbuirlas de Ia dignidad y orgullo propios de nuestros
el derecho o no de ocupar estas tierras -en vez de criticar, pueblos y nuestra forma de ser. Hemos tenido que hacer es-
por ejemplo, las relaciones d:= dominaci6n e imposici6n. to a Ia vez que luchamos contra los prejuicios detras de los
Otras pautas tieneil que ver con Ia idea de naci6n, que refle- conceptos. La desventaja aparece cuando hemos tenido que
ja los conceptos polfticos de Estado, jurisprudencia y derecho rechazar conceptos como aut6ctono por constituir alga deni-
(si existe o no Ia autodeterminaci6n de aquellas colectivida- grante para nosotros, a pesar de que en su significado etimo-
des), Ia tenencia y propiedad [sic] de Ia tierra. Generalmente, 16gico ese mismo concepto refleja nuestra forma de pensar:
Ia idea de naci6n se apoya en algun concepto de espacio en que nosotros procedemos de la tierra.
Iugar de habitat, territorio. Como lo demuestran los ejemplos del cuadro, todos los cri-
Otras reglas mas tienen que ver con los valores o ideologfas terios imaginables pueden ser clasificados de acuerdo con
compartidos par Ia colectividad (costumbres, practicas, ritos, el espacio-tiempo-movimiento. A Ia vez comprendemos que
creencias, religiones, etcetera). En este nivel se observa mas ninguna palabra por si sola puede reflejar todos los niveles/
bien el estado mental, la afiliaci6n al grupo par las ideas que aspectos ( = espacio), momento/procesos ( = tiempo ), o rela-
se poseen. Esto puede suceder independientemente de que se ciones/ sistemas ( =movimiento) que reflejan las relaciones
proceda de ese Iugar o que se tenga el mismo color de piel. humanas mismas, llamadas asf de identidad.
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LAS PALABRAS-CONCEPTO DE IDENTIFICACION DE LOS PUEBLOS INDfGENAS
ANALIZADAS EN SUS ASPECTOS DE ESPACIO-TIEMPO-MOVIMIENTO
Criterioslfactores:
Tierra: Momenta de llegar al Iugar Condiciones de pertenecer (al Iugar, al grupo)
reservas Momenta de vivirlmorir Migracion: n6madal colecci6nl agricola
Iugar de origen Historia (comun) Cultura: orfgeneslsistemas
Iugar de residencia Cronologfa de eventos colectivos Credolvaloreslreligi6n (etnocentrismo)
geografia (distribucion) Desenvolvimiento antropologico
Razas: Luchas contra otros:
etnos dominacion
color de piel determinacion
caracterfsticas fisico-biologicas federacionlconfederacion
nacimientolmestizaje Proposito comun (alianzas)
linaje (familia) lntegracionlsegregacion
Minorfalmayorfas
Numero: Factores en comun: unidad
agrupaciones (poHtica I social I economical cultural)
colectividad Condiciones de vida
. .. .,
- · ····- - --~---·-·· .-- .
Naturaleza: Subordinacionlhomenajeltutelaje
pertenecer a Ia ... Linaje (familialparienteslancestros)
acto de nacimientolinnato Nativism a
primitivo (tecnologfa) (Ciases)
Aut6ctonos ( = brotan de Ia tierra) Aborfgenes ( = desde el comienzo) Bandas ( = organizaci6n social/de grupo)
lndfgenas ( = propios del Iugar) Primeras naciones ( = desde el Tribus ( = organizacion sociallpoHtica)
Indios(= raza, etnos, etc.) principia) Nacion ( = organizacion politic a)
Nativos ( = propios del Iugar natural) Primitivos ( = anteriores) lndigenismo ( = organizaci6n etnocultural)
Breed ( = raza) lndianidad ( = agrupaci6n sociocultural)
Folc ( = pueblo tradicional del Minorfas etnicas ( = agrupaciones
territorio) l racia les y culturales)
.,~~
~··'. .
···.~~--------
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crear bloques econ6micos de competencia y resistencia como representa un reto a su propia forma de organizaci6n. El in-
en el Mercado Comun Europeo y el de Mexico, EU y Canada, tento se interpreta como una agresi6n y el Estado responde
entre otros ejemplos. Se hace patente Ia necesidad de permi- con violencia. De hecho, con el tutelaje del Estado-naci6n el
tir una mayor fluidez de capital, a! derrumbar los obstaculos derecho plantea Ia imposibilidad de que alguna naci6n ya no
nacionales. quiera vivir dentro de sus fronteras -y a Ia vez proc~~a que-
Ademas de esto hay otro nivel significativo para nuestros darse con sus tierras. Una vez asentado el Estado-nac10n (por
pueblos. El mismo Estado-naci6n, como unidad de organiza- Io general, por la conquista), las tierras dentro de sus confines
ci6n, comienza a cuestionar su raz6n de ser en distintas par- son consideradas como suyas y no estii dispuesto a renunciar
tes del mundo. Esto se observa en las presiones de ruptura en a elias a pesar de que puedan ocurtir casas como el de las re-
Ia URSS y en Europa Oriental (socialista), donde los estados- servas de los indios en EU y Canada, o los propios habitantes
naci6n comienzan a desbaratarse sin lineamientos econ6mi- de Ia orovincia de Quebec en Canada.
cos, ya que el propio socialismo se estableci6 sabre el reflejo Todos estos casas de los pueblos indfgenas que viven bajo
de Ia organizaci6n capitalista: el del Estado-naci6n. El posible estados-naci6n son producto del crecimiento del feudalismo
desmembramiento del Estado-naci6n de Ia URSS, por ejem- y del capitalismo durante los ultimos cinco siglos en las Ame-
plo, plantea de nueva cuenta e! regreso a las organizaciones ricas.
etnicas y nacionales, cuyas culturas se mantuvieron a pesar Esta Iucha entre las distintas naciones dominadas y las do-
de casi un siglo de adoctrinamiento y ensefianza socialistas. minantes (donde existe un Estado-naci6n frente a muchas na-
En otros ejemplos se atestigua el mantenimiento de las cul- ciones), representa Ia historia del colonialismo de Occidente,
turas indfgenas, etnicas y de distintas naciones, cuyos orfgenes plasmada en todo el planeta. Las distintas organizaciones po-
son diversos: los pueblos indfgenas de America del Norte, los lfticas y econ6micas han llevado a planteamientos de filosoffa
de Centroamerica y Sudamerica, y casas particulares como e ideologfa que pretenden lograr un compromiso de las nacio-
los quebequenses del Canada. Este ultimo no representa un nes respecto al Estado, de lograr que exista una obligaci6n
pueblo originario de aquellas tierras, pero hace un plantea- ideol6gica hacia el ahora llamado Estado-naci6n, con base en
miento independiente a partir de su cultura distinta respecto el nacionalismo, inclusive en los distintos movimientos nacio-
a Ia sociedad nacional canadiense. nalistas de liberaci6n contra el colonialismo y el capitalis-
Las raices hist6ricas de los distintos pueblos que buscan su mo/imperialismo. Los movimientos nacionalistas -en favor
raz6n de ser, su autodeterminaci6n y soberanfa respecto a los o en contra- tomaron Ia forma de fundar a su vez estados-
estados-naci6n que los absorbieron, constituyen ahara sitios naci6n libres, sometidos a Ia tutela de las potencias mundiales
de lucha contra las formas dominantes de organizaci6n polfti- colonialistas y capitalistas!imperialistas en este siglo especial-
ca y econ6mica. A pesar de esta lucha en comun, que sucede mente.
contra el Estado (no tanto contra Ia naci6n), no es del todo Hemos vivido una epoca muy contradictoria en Ia historia.
facillograr que Ia totalidad de estos pueblos se unan. Sucede Se han emprendido esfuerzos para crear categorfas y abstrac-
asf porque sus luchas son individualistas, hacia objetivos de ciones ·alrededor del concepto de la naci6n, cuando en rea-
independencia, de conservar su propia cultura. De allf se lidad se esta hablando del Estado-riaci6n -con enfasis en el
mantienen las divisiones, a pesar de que sus objetivos y pro- Estado como forma de organizaci61iy dominaci6n polfticas.
p6sitos pudiesen ser similares, si no casi los mismos. Ella se observa fticilmente en much(is ejemplos (como en Ia
Cuando los distintos pueblos indfgenas emprenden esfuer- India, China, etcetera), en donde . · · · · · .Juchas contra ese
zos por romper con el tutelaje del Estado-naci6n, las reaccio- Estado-naci6n. Existen y pueblos que
nes de este son por lo general agresivas, pues siente que ella tratan de evadir el control del dominante de Ia
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)
·- ~.;·. ~ . ....- '·'' .
India Oos tamiles, par ejemplo). Los ejemplos de las luchas !i- tas, inclusive en los mismos estados-naci6n. De un pueblo a
beracionistas y de las relaciones de identidad en distintos ni- otro existen enormes diferencias en sus experiencias, alian-
~el~s son d~inasiados, ya que Ia realidad rebasa his categorfas · - ·f 'zas, culturas, sentimientos y formas de ser. En nuestros ras-
e~mcas, raCiales, culturales, polfticas, econ6micas, sociales, na- gos existen diferenciaciones enormes, contrapuestas, ·e ntre
cwnales, de pueblos, etcetera. blancos, morenos y negros. No existe factor alguno que sea
Las diuisiones se trazan sabre innumerables lineamientos unico y exclusive de todos nosotros y estamos conscientes de
todas elias producto precisamente de una historia conflictiva' estas diferencias en comun: Ia resistencia a Ia dominaci6n
par el ~antral de las relaciones polfticas, econ6micas y socia~ de otros pueblos. Todos hemos sufrido Ia colonizaci6n en al-
les. A fm de cuentas, aquella categorfa de cultura representa guna de sus formas .
una fase de l?s sentimientos que conforman las agrupaciones, La mera lucha por conservar lo que somas y quienes fuimos
mas no exphca todo el movimiento de pueblos y sus conflic- en alguna ocasi6n nos lleva a identificarnos entre nosotros
tos Y enfrentamientos. Son las propias divisiones y unidades mismos, a pesar de nuestras diferencias y distinciones. Esta
d.e organizaci6n polftica y econ6mica Io que provoca las divi- faceta de identificaci6n cultural es polftica. Tambien es hist6-
swnes mayores y las luchas par liberarse de las relaciones de rica y surge a rafz de Ia historia, se traduce en una situaci6n
apropiac;ion y que estas se basen en Ia polftica, Ia etnia , Ia de desuentaja hist6rica . De ella estamos conscientes. A todos
econom1a, Ia cultura o, en fin. un rasgo ffsico de raza. Las ba- los pueblos dominados nos ha pasado. Se nos ha afectado en
. s~~ de las divisiones son multiples, incontables, hist6ricas y di- nuestro ser, en nuestra capacidad y posibilidad de identifi-
flc:Je~ a veces de discernir: Ia religion, el Jenguaje , alguna carnos con alguna agrupaci6n especffica . La mezcla de las ra-
pract1ca, culto, filos offa o distinci6n en Ia filosoffa . zas ha sido un factor de desbaratamiento de los conceptos de
identidad a tal grado que se crean nuevas conceptos y nue-
vas categorfas de las que ni siquiera existen definiciones posi-
La identidad propia: !a autodeterminaci6n bles , porque se trata de meras abstracciones mentales, idea-
como nuevo modelo de desenvolvimiento les fijos .
del ser humano La ultima decada ha vista cambios radicales en el concepto
del Estado-naci6n a tal extrema que han surgido mas dudas
La identidad se construye en funci6n de todos estos elemen- respecto de su devenir. La relaci6n con el Estado-naci6n es
tos. Nosotros, los pueblos indfgenas, buscamos afianzar Ja quizas mas significativa para los pueblos indfgenas debido a
n~estra, que ha sido asediada a lo largo de Ia historia do- que conciernen directamente al concepto de Ia autodetermi-
~m~nte . Hemos tenido que luchar dfa a dfa contra el expan- naci6n.
swms~o de otros pueblos, las relaciones de apropiaci6n, el Los nexos en el interior de los estados-naci6n han sufrido
despOJO de nuestras tierras y Ia eliminaci6n de nuestro ser. cambios radicales debido a las enormes migraciones que se
Nuestra~ lucha~ nos han unificado y han servido para crear han dado desde el Tercer Mundo hasta el Primero. Aunados
ahara s1 otro ~uvel de Ia identidad: aquella que es producto a ella· estan presentes los cambios entre los estados-naci6n
de Ia Iucha m1sma. Nos identificamos en nuestra Jucha para dominantes gracias a la competencia y el monopolismo, y Ia
n.o ser aplasta~os por ese expansionismo persistente de las so- conformaci6n de bloques econ6micos, como el esfuerzo de
ciedades dommantes de Occidente. lograr un mercado comun para 1992 en Europa. Antes de que
La identidad, entonces, no es homogenea, ni uniforme, ni se Iograra Ia unificaci6n de Europa Occidental, repentina-
del todo acordada y acepta?a por cada individuo indfgena; no mente se busca ahara unir partes de Europa Oriental a Ia Eu-
puede ser. Los pueblos md1genas gozamos de historias distin- ropa Occidental.
68 69
_...;:.·.
Frente a estos cambios se encuentran los pueblos indfgenas diciones tales que nos permitan practicar nuestra cultura y
del mundo. Las migraciones masivas bacia el Primer Mundo fortalecer nuestra identidad como pueblos indfgenas. Para
han originado el fen6meno de que se cuestione el mero con- ella tenemos que comprender primeramente que el mero
cepto de nacionalidad, en el sentido de que muchos emigran- concepto de estado-naci6n ha cambiado. Los estados-naci6n
tes conservan su identidad y cultura etnicas a pesar de residir no estan seguros de su propio concepto de desarrollo. No po-
en algun pafs desarrollado. Esto ha provocado que los esta- demos pensar simplemente en integrarnos a sus esquemas de
dos-naci6n apoyen polfticas de pluralismo y multiculturalis- desarrollo, cuando ni ellos saben a ciencia cierta que significa
mo, es decir, Ia integraci6n de los migrantes con los pueblos el tipo de sociedad que han establecido. Debemos lograr de-
nacionales. terminar nuestro propio devenir.
Los pueblos indfgenas, mejor que cualquier otro, saben que
resulta imposible pensar en terminos de integraci6n o segre-
gaci6n. La integraci6n ha resultado imposible debido a que
los pueblos nacionales dominantes !a obstaculizan al no acep-
tar a los inmigrantes plenamente. La segregaci6n resulta tam-
bien una imposibilidad, debido a que un pueblo no puede
apartarse de Ia sociedad dominante: de algun modo tiene que
relacionarse con ella aunque no lo desee.
De lo que se trata en las relaciones humanas es de relacio-
narse. Los conceptos de integraci6n y segregaci6n son ideales
extremos que carecen de una pnictica efectiva como Ia histo-
ria del racismo y Ia discriminaci6n de innumerables pafses Jo
ha enseiiado.
Lo que sf es factible es relacionarse. La problematica estriba
en como hacerlo. Negar Ia existencia de los estados-naci6n
~~minantes no es posible. El CMPI, a partir de esta compren-
swn, ha planteado Ia necesidad de relacionarse con los esta-
dos-naci6n, aunque siempre intentando lograr Ia equidad pa-
ra los pueblos indfgenas. La historia ha demostrado que no
solo han intentado ignorarnos, sino borrarnos de Ia existencia
con politicas de etnocidio y genocidio. Debemos Juchar por
que se respeten nuestras culturas, nuestros pueblos, y nues-
tras condiciones de existencia.
Frente a esta historia luchamos por lograr el reconocimien-
to .d~ nu~stra autodeterminaci6n ancestral. Somos los pueblos
ongmanos de las tierras que habitamos. Se nos ha quitado
nuestra.relacion integral con nuestras tierras y nos han hecho
depend1entes mediante Ia imposici6n.
Buscamos so~ticiones en las relaciones con las sociedades y
los estados-nacwnes en donde vivimos, pero siempre en con-
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poblacion indfgena, y otra de caracter historico;: relacionada
~ con el origen de Ia organizacion del movimiento indfgena en
f el Brasil.
IV. Un nuevo modelo de relaciones
interetnicas en el Brasil El arden jurfdico y el indigenismo oficial
Roberto Cardoso de Oliveira La actual Constitucion brasilefia, proclamada en 1988, indica
en su articulo 231 que "son: reconocidos a los indios su organi-
lntroducci6n zacion social, costumbres, lenguas, creencias y tradiciones, y
los derechos originales de sus tierras que tradicionalmente
La historia de las relaciones interetnicas en el Brasil se caracte- ocupan, compitiendo a la Union delimitarlas, protegerlas y
rizo, hasta mediados de la decada de los setenta, por registrar hacer respetar todos sus bienes". En seguida cinco incisos en:
un silencio casi total de los pueblos indfgenas con relacion a los cuales se especifica la naturaleza de los derechos de los
la defensa de sus derechos politicos y sociales. Pnicticamente, indfgenas sabre las tierras que ocupan, sus riquezas y recur-
en su nombre solo hablaban antropologos e indigenistas, mi- sos hfdricos y rriinerales, asf como el canicter inalienable de
sioneros y administradores del Servicio de Proteccion a! Indio . esas tierras y el control de esos derechos por el Congreso
(Servi~o de Protecao aos Indios, SPI), de 1910 a 1967, y de Ia Nacional. A este articulo se le agrega otro, el 232, en cuyos
Fundacion Nacional del Indio (Funda~ao Nacional do Indio, terminos se garantiza "a los indios, sus comunidades y orga-
Funai), de 1968 en adelante. El status jurfdico del indio, con- nizaciones [...] iniciar procesos judiciales para defender sus
siderado como ''menor de edad" -en consecuencia con dere- derechos e intereses interviniendo el Ministerio Publico en to-
cho a usufructuar relativamente su ciudadanfa, similar a los das las actuaciones del proceso". Este derecho a lo etnico y
individuos de 16 a 21 afios-, servia, como hasta hoy sirve, a los territorios tribales, aunque ya hubiese sido reconocido
para legitimar la actitud de profunda desprecio de las autori- practicamente desde la Constitucion de 1934, no significa que
dades oficiales por la opinion que, pese a ser tfmida, eventua- los pueblos indfgenas hayan garantizado de hecho tal recono-
les lfderes indfgenas pudiesen manifestar. Pretendo demos- cimiento, o sea, alcanzado resultados practicos que permitan
trar, en esta oportunidad, como y por que este cuadro se halla considerar que los derechos emanados de Ia carta constitucio-
en transformacion, de manera que nos permita evaluar si nal son totalmente respetados. Los artfculos 231 y 232 no solo
efectivamente un nuevo modelo de relaciones interetnicas necesitan !eyes ordinarias aprobadas por el Congreso Nacio-
comienza a implantarse en el Brasil. He de probar tambien nal, sino -y aquf reside el gran problema- ser aplicados de
que, a consecuencia de esas modificaciones, el indigenismo verdad incluso en la hipotesis de que su reglamentacion sea
entra en crisis, en particular Ia polftica indigenista del Estado, adecuada. En consecuencia, Ia perspectiva de una legislacion
aunque no solo ella, pues tambien el indigenismo ''alternati- democratica y defensora de los derechos indfgenas, aunque
vo", o sea el ejercido por instituciones civiles de ayuda al in- : ,_,,, 'confirmada, no es suficiente por sf sola para eliminar, el peli-
dio, reexamina sus estrategias con el fin de perfeccionar sus . de Ia transgresion deesos derechos, sea por)a soc:iedad
interpretaciones de Ia nueva realidad politic~. Antes, resulta ~·~.._, ....··•.·.....·, ~ea por el Estado b~asilefio.__ Lo~ . dj~~~IIle~~~ const~~
conveniente que, ~i bien de forma breve, realice por lo menos &v& .au.-.... . son Ia condi<;i6n necesaria,, pen~ _.no suficiente;_·':,~t
LU ....
72 73 .
Para que esos preceptos sean viables y aplicados realmen- que se cumpla Ia legislacion indigenista y, simultaneamen-
te, el Estado tiene que asumir de manera efectiva Ia defensa te, que se perfeccione esta ultima La magnitud de ese fin es
de los derechos derivados de ellos. La agenda del gobierno a todas luces desproporcionada respecto de Ia capacidad de
que tiene la funcion de actuar en ese sentido es la Funai, des- los Ifderes para llevar a Ia accion a una masa de indios estima-
de que fue creada para sustituir a! SPI. Sin embargo, si este ul- da hoy entre 180 000 a 200 000 individuos, distribuidos en
timo no tuvo exito en el pasado, actualmente Ia Funai ha Io- aproximadamente 180 grupos etnicos hablantes de una gran
grado ser mas ineficiente aun. Las criticas que a ella dirigen variedad de idiomas. Debe agregarse a esto el hecho de que
antrop6Iogos e indigenistas, ademas de una parte de Ia pren- tal dispersion ocurre en un pais que, en el plano continental,
sa y del segmento mas progresista de Ia Iglesia catolica (me se distingue por un desarrollo socioeconomico marcadamente
refiero aqui a! Consejo Indigenista Misionero, Cimi), que no heterogeneo. Y es justo en sus regiones menos desarrolladas
estan comprometidos con el gobierno, van desde Ia acusacion en donde se concentra Ia mayor parte de los grupos indfgenas.
de total incompetencia hasta Ia de corrupci6n. Aunque Ia Fu- De esta manera, el 60 por ciento de ellos se encuentran en
nai se encuentra integrada actualmente en el Ministerio de Ia Ia region norte, que incluye los estados de Amazonas, Para,
Justicia, hasta fines del aiio pasado (1989) Io estuvo en el del . . Tocantins, Acre, Roraima y Rondonia; el 22 por ciento en Ia
Interior, Io cual en rigor significa una contradiccion, pues Ia region centro-oeste, formada por las entidades de Mato Gros-
funci6n de este ultimo 6rgano consiste en promover el desa- so, Mato Grosso do Sui y Goias; el 12, 4 y 2 por ciento de los
rrollo econ6mico del hinterland brasileiio, con todo Io que grupos indigenas se encuenttan asentados, respectivamente,
ello significa de reflejo negativo para Ia organizaci6n social en las regiones nordeste, sudeste y sur, formadas por los esta-
de los pueblos indios y Ia amenaza de sus territorios. Es ver- dos situados en el litoral Atlantica del pais. El movimiento in-
dad igualmente que el Estado ya no puede ignorar este aspec- digenista surgi6 a! promediar los setenta y puede afirmarse
to contradictorio de Ia agenda indigenista, en especial cuan- que, en sus 15 aiios de existencia, alcanz6 resultados muy po-
do hace poco tiempo aquel abandon6 su papel autoritario sitives; sin embargo, antes de evaluarlo -lo cual haremos en
para transformarse en un Estado de derecho. Urge, por Io Ia ultima parte de este texto- es necesario decir algo sobre
tanto, que Ia mencionada agenda se reestructure y adquiera las condiciones que hicieron posible su aparici6n.
capacidad tecnica para legitimarse a los ojos tanto de Ia socie- Si tuviesemos que dar una fecha relativa a los orfgenes del
dad civil como de los pueblos indios, con los cuales ha de dis- movimiento, dirfamos 197 4, aiio en que se inicia el ciclo de
cutir las lineas directrices de su reorganizaci6n y de Ia indis- asambleas indfgenas organizadas por el Cimi en su intento
pensable modernizaci6n de su politica indigenista. de crear una polftica indigenista alternativa y, en consecuencia,
extraiia a! dominio de Ia Funai. Este proceso lo relate hace
diez aiios en el Foro sobre Movimientos lndigenas del VIII
El movimiento indigenista Congreso lndigenista Interamericano realizado en Merida, Yu-
catan, Mexico, en noviembre de 1980.1 En aquel momento,
~ara que cualquier politica indigenista de Estado tenga posibi-
______ !Idades actuales de adquirir legitimidad frente a los pueblos comenzaban a movilizarse lfderes indfgenas como modo de- - - -------- ·- --·
indios, me parece indispensable considerar las transformadO- presionar a la Funai, y a traves de ella al Gobierno Federal,
nes ~e.~istradas e~ l?s relaciones interetnicas a partir de la
apariCIOD delmOVlmiento indfgena, cuyo objetivo consiste eri
co~scientizar plenani.ente a la poblacion autoctona del pais ·. ) Vease R. Cardoso de Oliveira, "Movimientos indigenas e indigenismo en Brasil",
de sus derechos civiles y movilizarla para reclamar a1 Estado en America Jndigena, vol XU, nfun. 3, 1981, pp. 399-405, ·
74 75
76 77
.. :-":~.(_:·~~·~:
forma Agraria; de ellos result6 Ia entrega, mediante decreta ~cl6n de Ia identidad y el moViiriiento iridfgeha".Ert aquef dO::
presidencial, de 300 000 hectareas del Estado de Mato Grosso cumento destaco el significado de esas acciones colectivas de
do Sui destinadas al asentamiento de las familias de los colo- demanda, sefialo las causas por las que surgieron en Ia ciudad
nos invasores de las tierras indfgenas. 3 Pero no solamente se de Sao Paulo y explico Ia forma en que el movimiento indige-
han registrado rebeliones de este tipo. Otras formas de pre- nista se ha beneficiado gracias a ellos. En suma, Sao Paulo se
.si6n realizadas por los propios indios y apoyadas por Ia opi- ha convertido en el centro donde Ia lucha porIa democratiza-
'ni6n publica {al menos por los sectores mas esclarecidos de ci6n del pafs ha sido mas organizada y capaz de presionar al
1la misma) se observaron. La mas inusitada ha sido Ia ocupa- gobierno autoritario. Una vez Iograda Ia democratizaci6n del
·cion de Ia propia sede de Ia Funai por los xavante, en Brasilia, pafs, el movimiento indfgena perdi6 buena parte de su fmpe-
1en los afios setenta, hecho que dio inicio a un proceso de tu; ya que Ia coyuntura polftica cambi6 de manera radical,
:sucesivas invasiones, emprendidas por diferentes lfderes indf- como ya se dijo, Juego de las elecciones de 1986 y Ia promul-
( genas, de los centros de inspecci6n regional de esa agenda gaci6n de Ia Carta Magna de 1988. Sin embargo, tal hecho no
• diseminados en el pais. En el caso espedfico de los xavante, afect6 solo al movimiento indfgena, sino a todos los de carcic-
\ puede decirse que contaron en su favor con el gran prestigio ter popular. En Ia actualidad, mas que esa empresa polftica,
de que disfrutan, frente a los demas pueblos indigenas, por el · Ia UN! intenta consolidarse como autentica representaci6n de
caracter guerrero propio de su cultura, a! punto de haberlos los pueblos aut6ctonos y legitimar cada vez mas su papel,
1 constituido en el brazo mas agresivo del movimiento indfge- manteniendo vigentes las relaciones polfticas con los Jfderes
na, respetado inclusive por Ia propia Funai. indfgenas distribuidos en las diferentes regiones del pafs, sin
Evidentemente, el cuadro polftico que engloba las relacio- debilitar, obviamente, los lazos de solidaridad con los secto-
. nes interetnicas ha evolucionado desde Ia fundaci6n de Ia res mas democraticos de Ia sociedad civil.
UN!. Esta entidad posee su sede en Ia ciudad de Sao Paulo, Este conjunto de hechos sefiala que Ia naturaleza de las re-
· justo Ia metr6poli mas desarrollada del pafs, en Ia cual, y no Jaciones interetnicas, desde una perspectiva macroestructu-
; por casualidad, ha surgido Ia mayor parte de los movimientos ral, cambi6 esencialmente y que en Ia formulaci6n de cual-
, populares correspondientes al periodo autoritario, entre los quier polftica indigenista del gobierno deberan participar los
: cuales el que reivindica Ia causa indigena es simplemente uno indios, pues ello es requisito de una posicion eticamente s6-
' mas, junto a otros como el negro, el de barrio, el femenino y lida. 5 Esto no qui ere decir que tal polftica deba ser por fuer-
/ el sindical. Todas estas empresas reivindicatorias de Ia socie- za polif6nica -aunque serfa buena que lo fuese- de manera
dad civil han encontrado en Ia ciudad de Sao Paulo espacio que expresase por igual Ia voz del indio y Ia del Estado. Ello
para constituirse y actuar politicamente, hasta alcanzar Ia de- serfa pedir demasiado a un regimen que con muchas dificulta-
mocratizaci6n del Estado brasilefio. He tenido ocasi6n de
abordar este tema en Ia ponencia que envie para el Primer
4 La version en espanol de esta ponencia sera publicada en el volumen relativo
Seminario Iberoamericano de Estudios Indigenistas, celebra-
a aqu~l sem~ari o . El te~to en portugues fue publicado en A crise do indigenismo,
do en Sevilla, en diciembre de 1987, con el tftulo de "La politi- Campmas, Ed1tora de Umcamp, 1988, pp. 17-32. Datos sobre los movimientos no in-
dfgenas y·de caracter popular que ocurrieron en Sao Paulo pueden encontrarse en
.... Singer y V.C. Brant (coords.) Sao Paulo: o povo em movimento, Petropolis, Edi·
1980.
3 Este hecho ha sido bien relatado por Bruce Albert en su interesante articulo relaci6n entre etica y polftica· indigenista Ia he analizado recientemente en
"Yanonami-Kaingang: Ia cuestion de las tierras indigenas en Brasii, en Indianidad. . "0 saber, a Etica e a ac;;ao social", en Manuscrito: Revista Internacional
Etnocidio e indigenismo en America Lat{na, Mbdco, Institute lndigenista lnterameri- · vol. XIII, num. 2, 1990, y "Praticas lnteretnicas· e Moralidade" en Pri-
cano/Centre cfEtudes Mexicaines et Centreamericaines, 1988, pp. 197-219. · · Versao, Carnpinas, Unicamp, 1900. . . , • , .>, -.~ :, . '· . '. . ·. ·
\
)
78 79
/
des acepta el pluralismo cultural en su horiionte polftico.6 las autoridades oficiales, particularmente et'i>r~~~~~~~.J~e,J~
Pero, por lo menos, serfa preciso que los indios participaran Funai, no estan a Ia altura de Ia tarea indigenista. <J,Ue el mo-
por intermedio de sus lfderes mas legftimos, coordinados por menta actual exige. Hasta que se pruebe lo.. ~ontrario, esta
Ia UNI, en los_ planes politicos que los afectan. Es verdad que apreciaci6n parece correcta. El nuevo modelo de relaciones
el actual gob1erno no ha advertido todavfa las transformacio- . interetnicas reclama una politica indigenista adecuada. ;, Cmi-
nes del presente ni comprendido el significado profunda de les serfan las directrices que Ia orientarfan? No obstante el
las mismas. Prefiere invertir en el proyecto de una politica riesgo de ser mal interpretado, es decir, "de querer hablar por
para defender el media ambiente y nombrar coordinador de el indio", quisiera terminar estas observaciones proponiendo
ella a un naturalista internacionalmente reconocido como -de modo sucinto- algunas ideas, no tanto como indigenista
una de las mayores autoridades en el tema. Este hecho resal- (categorfa que en mi opinion, de no cambiar radicalmente el
t~ por sf s_olo Ia importancia del media ambiente para el go- indigenismo brasileiio, se volvera anacronica frente a Ia cada
bierno y tlene como contrapartida Ia designacion en Ia presi- vez mayor participaci6n del indio en Ia politica indfgena),
dencia ~e Ia Funai de un burocrata sin trayectoria indigenista, sino como analista y eventual participante de un dialogo a va-
cuya pnmera medida al tamar posesi6n de su cargo fue Ia de rias voces, en el cual el gobierno, los lfderes indfgenas y los
dividir el territorio yanonami, en contra del parecer de todos sectores democraticos de Ia sociedad civil puedan encontrar-
I~s antropologos, indigenistas o lfderes indios que se han de- se un dfa.
dicado a examinar Ia situaci6n de los pobladores de Ia zona.
Por otro !ado, y para quedarnos en el ejemplo yanonami,
las espectaculares acciones que el gobierno ha emprendido Conclusion
par~ e~pulsar a los garimpeiros (buscadores de minerales) del
terntono de aquellos indios -como el bombardeo de las pis- En este punta sere breve. La primera idea es que Ia cuestion
t~s _de a terrizaje para pequeiios aviones pr6ximas a los ya- polftica del indigenismo de Estado remite a Ia cuesti6n etica,
Cimientos, con el fin de impedir que los forasteros las em- de acuerdo con Ia cuallas reglas que seran establecidas, rela-
pleen_- no parece suficiente para eliminar el peligro de Ia tivas a los nexos entre gobierno y pueblos indfgenas, se nego-
mvas16n de las tierras indfgenas. En estos momentos, no tene- ciaran entre las partes -a saber, entre Ia UN!, los lfderes indf-
mos seguridad de que, pese a Ia propaganda del gobierno sa- genas locales o regionales y Ia Funai, reorganizada como otra
bre l~s escasas iniciativas -algunas de elias equivocadas- agenda a Ia altura del nuevo modelo de relaciones interet-
relacwnadas con Ia cuestion indfgena, un nuevo modelo de nicas.
indigenismo, como doctrina o ideologfa de Estado, sea adop- Una segunda idea, que jerarquicamente depende de Ia pri-
tado por el regimen. Ello significa que el cambia que esta mera -pues aquella implica un principia fundamental que
ocurriendo se registra en el nivel de las propias relaciones in- debe ser observado en todas las practicas indigenistas con el
teretnicas y que el Estado se rezaga en el proceso de moder- fin de preservar su moralidad-, tiene que ver con Ia sustitu-
nizaci6n que deberfa · corresponderle. Podrfa afirmarse que ci6n de Ia ideologfa subyacente en Ia polftica indigenista ofi-
cial -en rigor marcada por el colonialismo interno que Ia
6
caracteriza-, por otra que configure el ejercicio pleno de una
El debate sobre Ia cuesti6n del pluralismo cultural en el Brasilia he desarrollado diplomacia interna.
en un texto prep~rado para el simposio The Prospects for Plural Society, efectuado
en 1982, en Lexmgton, Kentucky, EU, e incluido en David M·Lewis (coord.), The La tercera idea, por fuerza corolario de la anterior, serfa
Prospects for Plural Societies, 1982 Proceeding of the American Ethnological So- que Ia noci6n de pueblo indfgena que tanto intimid~ al Esta-
ciety, Washington, 1984, pp. 39-48. ·
do, celoso de no permitir excusa alguna para un supuesto
80 81
)
deseo 4e.. lridependencia politica de las etnias indlgenas, no
significa para estas -ya que no pertenece a su plataforma •· '· "
82 83
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La reduccion polftica del espacio de los guaranies sera un _·cuado que el que ofrecfan los hacend~dos; militares y misio-
factor que influira decisivamente en el proceso pai del ·Amam- neros. Pero, como se vera, el problema no estaba: solamente
bai. Esta reduccion del espacio guarani era vista por los mi- en el analisis de Ia realidad, sino tambh~n en la posible rever-
sioneros de las nuevas tribus, segun confidencias formuladas sion de un proceso tenido como inevitable. · ·; . .
al senor Leon Cadogan, por 1969, como un proceso inevitable No se trata aquf de explicar cuales fueron los principios te6-
que obligarfa a los guaranies de Ia region a concentrarse en ricos y las estrategias de investigacion que se siguieron para
el area de Yvypyte. Esta, conviene recordarlo, no fue recono- comprender el modo de ser y Ia situaci6n real de las comuni-
cida por el gobierno como derecho de una comunidad, sino dades. Unos y otros pueden haber estado apenas implfcitos en
como refugio adonde se acogerian necesariamente los ava el trabajo de cada dfa, pero no hay duda de que se trabaj6 den-
en Ia medida en que fueran presionados a salir de sus tierra~ tro de una dimension antropologica que usa recursos especffi-
tradicionales. Era a esta perspectiva a Ia que apostaban los cos para Ia obtencion y el analisis de datos. Creo que esta ob-
misioneros de las nuevas tribus. servacion es oportuna y va a! encuentro de ciertas actitudes
Los ava del Amambai -se decfa tambien- se movfan en antintelectuales que estuvieron presentes en aii.os posteriores.
el sentido de una rapida paraguayizaci6n . El indicia mas visi- EI Manual de trabajo redactado en 1975 es Ia prueba de
~Ie. d.e ella serfa su afic~on por los uniformes militares y sus Io que significa el aporte antropologico en vistas a Ia com-
fictJcJOs grados de capitan, coronel y hasta general. En las es- prension de Ia situacion de los pai, por lo menos desde el
tancias tenfan tendencia a comportarse como los peones pa- punta de vista etnologico.
raguayos. Par supuesto que esta paraguayizaci6n era captada Cuando, por el contrario, se insiste demasiado en pensar Ia
sabre todo entre los ava que vivfan o se desplazaban fuera de situacion como camb ia ya iniciado e irreversible, los aspectos
s~s comu~idades. En lo religioso , Ia paraguayizaci6n no pare- de Ia identidad y el modo de ser indfgena Began a ser conside-
Cia tener 1mportancia. Las iglesias cristianas que procuraban rados restos arqueologicos o referencias folcl6ricas, de escasa
atraerlos, salvo Ia catolica, tampoco los introducfan en Ia reli- potencialidad activa.
giosidad del pueblo paraguayo. La convivencia inicial por un periodo de varios meses con
. E;;tas formas de percepcion de Io que serfa el proceso de los Ia comunidad pai de Consuela introdujo a los Grunberg en
md1genas en el Amambai, aun llenas de prejuicios ideol6- una situacion de crisis. Tal tipo de experiencia, quizas comun
gicos, afectaban directamente el papel que los mismos ava a cualquier agente externo que trabaja con comunidades in-
ejercfan en los contactos con Ia sociedad regional. Habfa, de dfgenas, estuvo caracterizada en este caso, creo yo, par Ia
hecho, un discurso indfgena que parecfa sustentar en efecto percepcion de que se trataba no solo de un conjunto de injus-
esos puntas de vista. ticias contra los indfgenas -enajenacion de sus tierras, suje-
Si consigno aquf estas cuestiones, no es simplemente para cion a los dueii.os legales de estas tierras, explotacion de Ia
h~cer J?emoria de una situacion pasada y del modo de perci- · mano de obra indfgena, precios abusivos de los productos
birla, smo porque esos tipos de informantes sabre Ia situaci6n vendidos en los bolichos de Ia zona-, sino de Ia crisis del sis-
indfgena, que a Ia vez actuan sobre el proceso presente, fun- tema pai como tal; mejor dicho, de las investidas del sistema
damentalmente no han cambiado; a lomas, se presentan bajo neocolonial, del progreso, contra el sistema indfgena. El siste-
una nueva version. ma pal era capaz de sentir y dar a conocer estos ataques, in-
La presencia del doctor Georg Grunberg y Friedl Grunberg cluso a extrafios, con categorfas propiamente indigenas y no
podrfa hacer suponer, por el mero hecho de sus recursos me- colonizadas. Existfa una vision polftica de los guar.anies, dife-
todologicos y su trabajo de campo previo con otros pueblos .. :r:ente de Ia que podfan pensar incluso las perso~as 111ejor in-
indfgenas, que llevaria a un analisis de Ia realidad mas ade- tencionadas; los indigenistas convencionales, vamos· a decir.
84 85
; ElProyecto Pai Tavytera, surgido en el aiio 1972, posibilita- , Veremos despues que ciertas expresiones como pai-reko,
: rfa la politica pai en una situaci6n de crisis en el contexto paihaixa y el hfbrido naci6n pai marcan, desde el punta de
· nacional y regional del Paraguay de los aiios setenta. vista sociolingiifstico, categorfas espedficas en Ia historia de
Los logros, por lo tanto, si era preciso que los hubiera, no ese pueblo.
iban a rnedirse por Ia cantidad y Ia calidad de realizaciones
indigenistas en favor de esos guaranies -acciones por otra -ii
parte necesarias-, sino por el grado de participaci6n de los
mismos pay en el proceso. Esto suponfa dos casas: que las Nande reko
categorfas y estrategias de Ia polftica de ese pueblo se mostra-
i sen eficientes y que las acciones realizadas por agentes exter- No se trata aquf de repetir lo que ya esta escrito en el Manual
nos encajasen en Ia polftica pai. de trabajo y en Ia publicaci6n Los pai tavytera: etnograffa
Dicho brevemente, habfa que trabajar con categorfas pai, guarani del Paraguay contemporaneo. 1 Haber comprendido
las cuales harfan posible una efectividad que al parecer ha- que el iiande reko funcionaba como Ia categorfa mas estruc-
bfan perdido. Tomar en serio las instituciones pai de caracter turante de Ia identidad pai y Ia forma en que se reciben los
sociorreligioso, tales como asamblea, comites para chicha cambios y crisis trafdos por las nuevas situaciones.
-kangui-, celebraciones rituales del mafz y, muy en espe- Concretamente, a! querer discernir lo que puede haber su-
cial, Ia gran minga, que suponfa el rito de perforaci6n del Ia- cedido en el proceso pai de los ultimos quince aiios -1973-
bio de los adolescentes. Evaluar crfticamente los supuestos 1988- nos referiremos a una serie de categorfas de Ia vida
signos de aculturaci6n, sobre todo en lo que se referfa a siste- pai que tienen en comun el ser determinaciones y configura-
mas de gobierno y sus autoridades. ciones de su teko, de su modo de ser.
Ciertamente, lo que aquf se presenta como problematica De ese modo examinaremos el campo del tekoha,
central no se manifesto de uri solo golpe ni toda entera. Hubo tekoaruvixa, teko katu, teko marangatu.
un aprendizaje del modo de ser pai, que en realidad imnca
termin6. La misma publicaci6n del Manual de trabajo, en
1975, es apenas Ia sfntesis de una etapa.
En el proceso de trabajo con esos guaranfes, tuvo singular Tekoha (colonia)
importancia Ia recuperaci6n de su autodenominacion en el ni-
vel de comunicaci6n con Ia sociedad regional y nacional una El tekoha, nos enseiiaron los pai, es "el Iugar donde vivimos
noci6n que nunca habfa circulado en el lenguaje ordidario. segun nuestras costumbres". Es a Ia vez tierra y Iugar social.
Llamados de avd, incluso por estudiosos respetables como Hay en el producci6n de alimentos y de costumbres, ambas
Marcial Samaniego, Luigi Miraglia y basta Leon Cadogan, obras regidas por principios econ6micos y sociorreligiosos. Es
pero sabre todo en el ambito regional, eran tenidos realmen- significativo que cada tekoha es designado por lo general con
t.e co.~o indios, con Ia carga semantica de desprecio y genera- el nombre de un accidente geogratico -mas concretamente,
hza~I~n que el nombre tenfa en el uso de Ia lengua guaranf un c~rro (ita), a modo de mojones de referenda. Antes de Ia
paraguayo. El paso de Ia designaci6n avd a Ia autodenomi-
n~,~!l P,ai tavytera r~presenta mucho mas que una simple
co~t.~,<:c,Ion del !enguaJe y traduce una nueva posicion en Ia
c?~1tihicaci6n con Ia sociedad paraguaya, con el gobierno y · 1 B. Melia y Grunberg, Los pai tavytera: etnograffa guaranf del Paraguay
contempordneo, Asunci6n, 1976, pp. 186-190. · · · · ,
co;~c:~.I Estado. 2 Ibid., p. 218.
86 ·· . •
87
I
llegada de los mbairy -los no indios-, los llmites de un conciencia sabre Ia tierra como medio de pro~ucciori. Eluni:-
tekoha tal vez no se definfan por extension, sino por Ia mini-
mizacion y Ia concentracion de recursos naturales capaces y
suficientes para producir buenas costumbres; aquf el espacio
no se confunde con linderos fijos sino con posibilidad de apro-
'
~
! co elemento jurfdico que podfa ser aprovecpado era que esa
colectividad suponfa un territorio continuo. ' ,,
Por motivos jurfdicos legales se comenzo a trabajar sabre
Ia nocion de colonia indfgena, como expresion, si no plena-
vechamiento de recursos. Un tekoha no era un acto de pose- mente adecuada, por lo menos uti! en el dialogo con el Estado
sion ni de propiedad, ni siquiera un media de produccion, paraguayo.
aunque inclufa Ia tierra como elemento esencial. En Ia mente de los que trabajaban en el PPT, por los afios
La primera crisis que sufri6 el tekoha fue cuando, a Ia no- 1973-1976, esa ambigiiedad de lenguaje era conscientemente
cion de espacio sociocultural, Ia sociedad nacional Ie impuso t<ictica. Si los tekoha pai eran traducidos como colonia indf-
una nocion de tenencia de tierra. El acto de propiedad daba gena -y asf aparecfa incluso en los letreros que se lefan al
Iugar a tres tipos de relacion: en el primer caso, Ia propiedad, entrar en las tierras cuya habilitaci6n habfa sido conseguida;
generalmente un gran latifundio, quedaba todavfa abierta y par ejemplo: "Tekoha Panambi'y: Colonia lndfgena Panam-
permitfa el acceso mas o menos libre de los pai para activida- bi'y"-, no existfa duda de que era eLser indfgena el que espe-
des de caza y recoleccion de miel; en el segundo, Ia propiedad cificaba el modo y Ia forma de Ia colonia, y no viceversa. Re-
reducfa de modo inflexible el espacio del tekoha pai, colocan- ducir el tekoha a ser colonia sin mas era el pear servicio que
do incluso alambrados en los linderos; en fin, Ia propiedad se se podia hacer a los pai. Ella debfa regirse par las normas
establecfa sabre el tekoha pai y, de un modo u otro, con pre- del tekoha, que en fin de cuentas eran las normas de teko, del
siones y medias mas o menos perentorios, procuraba su desa- modo de ser pai.
lojo. La desapropiacion de su tekoha tradicional, su reduccion (.Fue esto lo que ocurrio a lo largo de Ia habilitacion de las
o los intentos de desalojo eran las situaciones mas comunes colonias indlgenas y de sus asentamientos?
por las que pasaban las comunidades pai tal como se las en- El tekoha, como su nombre indica, significa un Iugar en ei
contro en los afios 1972-1973. Es cierto que Ia mayorfa de los que el hombre guarani, es decir Ia comunidad, produce su
tekoha estaban localizados en tierras fiscales del Estado, pero modo de ser. Que Ia tierra, los medias y los modos de produc-
eran precisamente estas tierras las que se hallaban mas suje- cion sean de importancia primordial para Ia construccion y Ia
tas a una inesperada apropiaci6n por parte de particulares, sustentaci6n del modo de ser guarani es un data muy expllci-
muchas veces militares, to en el discurso de este pueblo. Las quejas y las reivindicacio-
Por un proceso que no es del caso referir ahara con de- nes sabre Ia tierra, estuviera ella amenazada o hubiera sido
talle, el Proyecto Pai Tavytera (PPT) asumio (tal vez), como ya alienada y robada, era tema central y comun en las con-
prioridad absoluta, Ia defensa de los tekoha. Las estrategias versaciones de los pai con los miembros del PPT.
y tacticas para conseguirlo constituyeron casas particulares, Pero lo importante en esa etapa no era tanto el contenido
a causa de Ia diversificaci6n de las situaciones y las relaciones del discurso y su objetivo, que era ellibre uso de Ia tierra, sino
de fuerza que entraban en juego. Aunque rio habfa una Iegis- Ia forma como se relacionaba con Ia integridad y Ia autentici-
laci6n a! respecto, se pudo hacer usa de ciertas analogfas jurf- dad del modo de ser guarani. Eramos llevados a conocer y
dicas apli<':ables a! respecto. Estas eran las colonias en las que aceptar UI1a vinculacion con Ia tierra, dominada por sfmbolos,
campesinos recibfan lotes en una determinada area continua. referencias, mfticas, amenazas cataclfsmicas e historiassagra-
Es clara que el asentamiento campesino, tal ~omp Io pensa- das, que Ie daban a Ia tierra un sentido que iba muc;ho mas
ban los desarrollistas de Ia epoca, no ten fa nadli qu'e' ver con alla de su uso y de su propiedad. Laposesi6pde Ia tierra para
el tekoha indfgena, ni en su organizacion del esP.a~ib ni en su los pai es un acto etico, que solo puede ser consider ado eco,
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I .
. I • • -:,. "' •.
nomico cuando se entiende Ia economfa de reciprocidad en En primer Iugar hay que d1ferenc1ar las ~~..,pyestas. Los
Ia que se inscribe. asentamientos indfgenas presentan diferentesJiguras: ·
Todo esto tuvo que ser aprendido y tornado en serio cuan- 1. Se constituyen con Ia misma extension y_limites que te-
do el PPT tuvo que trabajar el asunto de Ia tierra. nian tradicionalmente. En algunos casos aume rita incluso Ia
Hubo en todo el proceso de Iucha por ella una especie de extension legal. Serfa el caso de Mba'e Marangatu.
intencion didactica por parte de los lfderes pai para que Ia so- 2. Comprenden dos tekoha contiguos en un area continua
ciedad nacional entendiese -en este caso, por intermedio de si~ disminucion de su extension. ;
Ia gente del PPT- Ia posicion que adoptaban y su argumenta- i3. Se identifican con un tekoha tradicional que debe recibir,
cion, mas religiosa que utilitaria. Amenazar Ia tierra de los sin embargo, a los miembros de otros tekoha desapropiados.
pai es amenazar Ia tierra entera, herirla en un Iugar es debili- El que se habilita como colonia presenta poca densidad de-
tarla y ehfermarla en su cuerpo todo, destruirla es anunciar mogratica o su extension se amplfa para recibir a Ia comuni-
su muerte inevitable. Esa especie de educaci6n sentimental dad que se junta a ellos. Serfa el caso de Tavamboae. .
fue importante para orientar el trabajo del PPT en Ia cuestion :4. Se asienta en tierra propia de un tekoha en otros tiem-
de tierras, que contribufa al mismo tiempo a afirmar el pun- pos, en el que apenas queda alguna que otra familia. La de-
to de vista de los pai. La ocasion brindada a estos de expre- marcacion y delimitacion de tierras hace posible y efectiva Ia
sar~e _era tambi~~ un incentivo no solo para exteriorizar y re- reagrupacion de familias ya dispersas, sin importar su origen.
petJr Ideas tradJcJOnales sobre Ia tierra y el tekoha, sino para Es el caso de Cerro Akangue.
crear y elaborar un nuevo discurso en el que Ia reflexion y Es claro que, desde un punto de vista paradigmatico, Ia pri-
las tomas de posicion sobre Ia situacion actual no tenfan nada mera figura serfa Ia ideal. El tekoha no sufre modificaciones
de arcaizante ni mitol6gico, pues eran analisis propiamente y mantiene el territorio con sus referencias mfticas, histori-
historicos con los que se podfa operar en Ia confrontacion con cas y ecologicas tradicionales. La designacion de colonia para
Ia sociedad nacional y el Estado. Se trataba de hacer pasar un tekoha no pasarfa de una simple transposicion lingiifstica sin
nuevo concepto de tierra. No era por acaso que el asunto de mayores consecuencias. De hecho, como veremos, el proceso ,
Ia tierra se discutiera en contextos propiamente ceremoniales es mas complejo. En el otro extrema, teoricamente negativo,
en los cuales prevalecfa Ia voz de los tekoaruvixa en su carac- estarfa el punto cuatro, segun Ia cual las familias vfctimas de
ter de lfderes religiosos. dispersion, se juntan y se enfrentan a Ia necesidad de cons-
Dentro de Ia estrategia de los pai figuraba todavfa otro re- truir un tekoha, de rehacer su organizacion sociorreligiosa y
curso. El desequilibrio provocado con Ia agresion ai tekoha en hasta de recuperar su memoria historica.
sus variadas formas de invasion, explotacion o perturba~ion : La historia de las colonias en los ultimos aiios ha demos-
ambiental, era esencialmente obra de mbairy, de blancos, de trade, sin embargo, que el elemento basico de Ia tierra es el
paraguayos. Era, pues, incumbencia de estos solucionar el centro de una nueva conceptualizacion, una vez mas -te-
problema creado. nemos que decirlo-, como tierra colonizada a· como tierra
Hay que _Jamentar que no fuera documentada, comunidad tekohaizada. Y en este proceso de definicion·; ni siquiera es
por comumdad, la historia de sus reivindicaciones, los pasos esencial el hecho de que los lfmites ; del tekoha y
dados y las palabras que acorilpaiiaban Ia accion. Y esto, par- de Ia colonia se superpongan. En el modo bir el teko-
que con los aiios se tiene Ia impresion de que se ha coloniza- ha y Ia colonia influyen otros factores.
do el tekoha, en vez de tekohaizar Ia colonia. 1 Es cierto que ningun tekoha, aun los
En otros terminos: wuede corisiderarse cada colonia un gros, ha dejado de sufrir modificaciones .,~~~~';:~~&~~~~
tekoha? guos se localizaban en un territorio que ~ IJ .
90 II 91
dominio indfgena. Si al salir de ellos se hallaba una estancia do en enero y febrero de 1989, pero que cae t:mteramente
o un obraje, estos constitufan una isla que ejercfa mucha dentro del proceso de venta de recursos.: ·
atracci6n a veces, pero de Ia que se podfa salir cuando se que- AI parecer hay una relaci6n entre Ia colonia concebida
rfa. Actualmente, Ia situaci6n esta invertida. El territorio no como propiedad y Ia venta de madera. En cierto sentido Ia
es mas indfgena y son las comunidades las que se encuentran creaci6n ·de asentamientos habrfa acelerado el proceso. De
aisladas en ese nuevo dominio. De hecho, Ia colonia serfa una este modo, el reconocimiento de Ia tierra como derecho indi-
respuesta a esta nueva situaci6n. Las referencias delimitantes gena paso a segundo termino y se impuso el sentido de due-
del tekoha tradicional eran mojones naturales, es decir, mfti- nos de Ia tierra. Para algunas comunidades Ia prueba de su
cos, que surgfan de un ordenamiento del mundo originario y derecho sobre Ia tierra estaria constituida principal y casi uni-
sagrado. Los lfmites de Ia colonia son Ifneas que separan de camente por su derecho a vender madera, sin restricciones y
otras propiedades y se originan en una orden legal y jurfdica sin controles de ninguna clase.
. propiamente mbairy. Este es un asunto bastante grave como para dejarlo sujeto
La aceptaci6n de este fen6meno como hecho historico, irre- a Ia improvisacion y a Ia espontaneidad, como si esto fuera
versible, por Jo que hemos notado, no parece acompanarse sinonimo de libertad y autonomfa de Ia comunidad. Tarnpoco
de una comprension de Ia historia real, sino de una espe- puede pensarse que el problema se soluciona automatica-
cie de concepto de fatalidad. De ahf que Ia Iucha por Ia tierra mente cuando acaba Ia madera. La experiencia en otros Juga-
-ya que a pesar de las habilitaciones y de los tftulos no esta res senala que, despues de Ia venta de madera, sigue el arrien-
del todo asegurada y diffcilmente lo estara en un contexto na- do de tierras, como recurso para obtener dinero inmediato.
cional como el paraguayo- carezca de Ia fuerza mftica que De todos modos, esta evolucion en el proceso de creacion
tenfa antes. .·· · de colonias no ha sido general. La reaccion de algunas comu-
En el marco de Ia colonia indfgena, los pai aceptan a! Esta- nidades ha sido firme y constante. Las razones de estas actitu-
do como proveedor de tierras y como concesionario benevo- des son variadas, pero tal vez Ia mas importante es Ia forma
lente. Los desdoblamientos que puede tener esta posicion son como se ha mantenido el ejercicio de Ia autoridad.
bastante graves. En nombre de un realismo coyuntural puede
haberse vaciado Ia fuente misma del derecho indfgena.
El criteria que prevalece en el otorgamiento de tftulos de Tekoaruvixa (promotores)
colonias es el de propiedad de fundo, el cual por lo demas,
rige tambien Ia posesion de Ia tierra segun el sistema legal pa- Ha sido bastante comun el hecho de que en las colonias
raguayo. Las colonias indfgenas llegan a ser consideradas indfgenas se haya tenido que reorganizar el gobierno interno.
como posesiones dentro de otros dominios y sus recursos son Cuando se pasa del pai rekoha a Ia colonia casi siempre sere-
comerciables como los de cu?-lquier propiedad. gistro algun desconcierto y una crisis mas o menos seria en
Las consecuencias de esta nueva vision han resultado muy el modo de vera las autoridades: ;,se mantendnin las antiguas
serias en Ia venta de maderas. El ejercicio de Ia propiedad so- o se confiani el gobierno a los nuevos gestores de Ia propie-
bre estos recursos siguio las reglas dictadas por el comprador dad comunal, ahora reconocida?
externo, ante el descontento profunda y Ia perplejidad de los Viene de anos atras una distincion en el sistema de autori-
indfgenas que, o no entendfan de que se trataba el negocio dad pai, que tiene rafces antiguas, pero que se acentua y ad-
0 se sentfa perjudicada por el. quiere formas nuevas al imponerse el sistema neocolonial.
En esta lfnea podrfa considerarse asimismo el problema de Las dos figuras que representan Ia autoridad, entre los pai,
arriendo de tierras, fen6meno que todavfa no habfa apareci- son el tekoaruvixa y el mburuwixa. El primero parece reunir
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en sf mismo Ia funcion de un padre de familia extensa y la de del modo de ser religiose, tan importante para Ia identidad
un lfder religiose tradicional. No todo el que desempeiie Ia guarani. La cafda del tekoaruvixa afecta de manera muy se-
primera de elias es tekoaruvixa, sino solo aquel que, por po- ria a la comunidad, que de este modo se siente desprovista
seer algunas virtudes carismaticas, bondad reconocida y co- de algo esencial. Por su parte, Ia falta de tekoaruvixa de cate-
nocimientos religiosos, ha alcanzado un gran prestigio en Ia goria en muchas de las comunidades es un sfntoma de las difi-
comunidad. Su autoridad noes poder. Parece que el tekoaru- cultades que han enfrentado recientemente o que enfrentan
vixa continua siendo Ia principal referenda etica y religiosa todavfa.
de los pai, Ia figura en Ia que se funden sabidurfa y buen con- -• Otra figura de Ia organizaci6n social y polftica pai es la
sejo. Lo que dijimos de los tekoaruvixa en 19763 es aun vali- mburuvixa, de caracter complejo y ambiguo, que ha estado
do. La comunidad pai se siente orientada por el tekoaruvixa sujeta a las mas extremas variaciones. En principia, se rela-
hacia lo fundamental de su modo de ser, interpretada en sus ciona con el tekoaruvixa, de quien serfa un ejecutor y un re-
aetas mas comunes y en sus crisis. presentante. Pero desde epocas remotas, por lo menos tan
En Ia actualidad diversos fen6menos han afectado Ia situa- antiguas como Ia documentaci6n hist6rica que da cuenta de
ci6n de tales autoridades. Hay tekoha que han perdido a las ellos, estos mburuvixa han asumido funciones de gobierno un
suyas por muerte o por destituci6n implfcita del existente. tanto aut6nomas. Su condici6n de ayudantes polfticos (y tam-
Hay comunidades en las que el tekoaruvixa aun no disfruta bien religiosos, en los cases mas tradicionales) y de avaete,
de un plena consenso. Otras comunidades apenas estan for- personas que tienen el derecho y Ia obligaci6n, a veces, de
mandose, en un proceso de redefinici6n despues de Ia esci- enojarse, les ha llevado a un poder coercitivo que ha tenido
si6n. En general, sin embargo, hay que decir que Ia referenda consecuencias muy censurables, Ia mas ostensible de las cua-
a un tekoaruvixa permanece viva y se Ie buscara, ya sea de- les es Ia de haber asimilado el gusto por el privilegio militar
signando como tal a quien muestre cualidades para ello o pro- del Estado. Llevados a representar a! tekoaruvixa en los ne-
curando atraer a alguien de otra comunidad para ese fin . En gocios externos, han sido tambien ellos por lo general Ia
todo caso se trata de una autoridad que debe ser aceptada y puerta por don de penetran Ia dominaci6n y los intentos de in-
que no puede ser impuesta ni por Ia fuerza ni por presiones tegraci6n con el mundo colonial. Son practicamente las uni-
internas o externas. Hist6ricamente, es el tipo de autoridad cas autoridades reconocidas por los representantes del regi-
guaranf que menos ha podido ser manipulada por los intere- men paraguayo, que las inducen a reproducir sus propios
ses de Ia sociedad envolvente. Cuando algun tekoaruvixa ha metodos de gobierno. En Ia sociedad guaranf el poder coerci-
t olocado su poder de decision en provecho propio y daiiado tivo apenas tiene Iugar; cada familia reserva para sf un .amplio
asf a Ia comunidad, como por ejemplo en negocios de venta espacio de Iibertad que ninguna autoridad tiene el derecho a
de madera, se crea un vacfo a su alrededor que, sin ser una trasponer. Pero es en este espacio donde Ia sociedad extern a
destituci6n formal, representa un abandono y un desconoci- pretendi6 desde hace tiempo penetrar, sirviendose para ello
miento de su potestad. de los mburuvixa. La lista de los mburuvixa que se entregan
. ~os tekoaruvixa son personas discretas, que apenas se ma- a ese juego es considerable. Esto fue mas comun en el caso
mfiestan cuando son invitadas, y cuya influencia se transmite de comunidades que, debido a perdida de tierras o a extre-
mas mediante un modo de ser que por vfa de opiniones direc- mada dependencia de la changa, tenfan apenas simulacros de
tas o actos de gobierno. mburuvixa. ·
Para una comunidad el tekoaruvixa actua como catalizador EI juego polftico y economico de Ia sociedad envolvente
gira en torno de los mburuvixa. El negocio de las maderas es :
--·-- 3 Ibid., p. 219. la expresi6ri mas cabal de Ia ambigiiedad, rayana en Ia ~-c-o-------- -- ~ -- -----~--
:
:
94 95 ;
h'<'-'•'·-···'''"' • . ;. ; J~l
rrupcion, de esos mburuvixa. La polftica de madereros, estan- ha ido apareciendo, especialmente en ios ultimos aiios, Ia
cieros y funcionarios del gobierno ha consistido en atraerse nueva figura de promotor. <,Que representan estos en el siste-
y sujetarse uno a uno y sucesivamente a los mburuvixa, para ma pai? ·
mejor aprovecharse de Ia comunidad a Ia que supuestamente Aparentemente fueron introducidos como agentes indfg'e-
reconocen poder. Individualizados, Ia mayorfa de los mbu- nas, capaces de orientarse en la modernidad de ciertas gestio-
ruvixa quedan presos de los intereses del blanco. Por suerte, nes y programas, que deberfan sustituir y remplazar a los de-
Ia sociedad nacional apenas conoce otras realidades polfticas Jegados externos que desde 1972 actuaban en el PPT.
de las comunidades guaranies parecidas a esta de los mbu- Hoy en dfa, Ia funcion principal de los promotores parece
ruvixa y en ella concentra su polftica. estar en relacion con Ia Casa Pai de Pedro Juan Caballero,
Las comunidades pai, en los ultimos afi.os y gracias en bue- casi una institucion en el mundo de Ia colectividad aquf consi-
na parte a las condiciones suscitadas por el PPT, han conse- derada, en cuanto espacio propiamente indfgena inmerso en
guido reubicar a muchos de sus mburuvixa en el plano que Ia realidad de !a sociedad paraguaya para efectuar determi-
les corresponde, al reactualizar una institucion muy tradicio- nadas gestiones y satisfacer diversas necesidades: visitas al
nal, pero poco a poco descuidada: el aty, Ia asamblea. Por me- hospital, cuidado de enfermos, diligencias administrativas,
dio de esta no solo se controla a los mburuvixa -Jo cual en negocios con los blancos, y, en muchos casos, brindar una dis-
realidad es un aspecto del problema-, sino se infunde a esas traccion de vez en cuando.
autoridades una nueva vision 'y renovadas fuerzas. Con ello Sin autoridad polftica propiamente dicha, en su discurso
se ha podido notar una reorientacion de los mburuvixa en esos promotores se colocan a! servicio de los mburuvixa o,
dos lfneas: en lo religioso asumen con respeto y lealtad su pa- mejor aun, de Ia asamblea de los mburuvixa, de quienes se-
pel de auxiliares y ejecutores del tekoaruvixa; las muestras de rfan los gestores. De hecho, el dominio sobre determinados
respeto y de deferencia en muchos mburuvixa para con los recursos, especialmente los vehfculos, Jes da un considerable
tekoaruuixa es en muchos casas sincera y profunda, pues re- poder.
conocen en estos Ia instancia primera del ordenamiento pai; Se nota en los promotores una ideologizacion refleja y cons-
en lo polftico, han tornado conciencia de que su situacion de ciente sobre Ia naci6n pai, ya que incluso emplean !a palabra
puente entre las dos sociedades los autoriza y a Ia vez les re- castellana naci6n y no un concepto guaranf, y sabre los pro-
clama para luchar por Ia defensa de Ia tierra y realizar gestio- yectos de ayuda economica exterior. Ese hecho, opuesto a Ia
nes especfficas para satisfacer necesidades de sus respectivas vision tradicional pai, responde a un proceso de formacion
comunidades y del conjunto de elias como un todo. relacionado directamente con los agentes del PPT en sus di-
Los aty se han vuelto el espacio mas autentico de Ia polftica versas etapas. No se trata de juzgar tal ideologizacion, pues
guarani, donde los mburuvixa tienen Ia ocasion de mostrar su me faltan elementos para ello, pero su propio surgimiento y
autenticidad y valor. sus modos de realizacion precisan ser seguidos muy de cerca.
Las diversas categorfas de mando y prestigio, designadas El hecho de que se haya echado mano de los promotores
comunmente con nombres inilitares, como capitan, coronel, para lo que parece un proceso de modernizacion irreversible
mayor, etcetera, prescindiendo del grado, siguieron en lfneas plantea no pocos problemas, uno de los cuales consiste en Ia
generales Ia evoluci6n de los mburuvixa. Solo en Ia comuni- transferencia de cierta ideologizacion de Ia liberacion cam-
dad de Yvypyte, donde Ia tutela de los militares paraguayos i pesina.
es especialmente notoria, las denominaciones castrenses res- ! Una relativa tension entre promotores y mburuvixa es por
ponden tal vez a rangos especfficos. II . lo de mas normal en ~n proceso como el que viven los pai. Lo j
Junto a las dos formas de autoridad polftica mencionadas, 1 ·· que se puede decir es que, por ahora, estos dos tipos de lide- I
96
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dicional y de que, por lo tanto, podf~ ser asumida ~or aquellO$ _~_
razgo no se han mostrado positivos y basta se han enfrentado
de sus miembros que fueran ellos m1smos fronterzzos . En rea-; -{~: ,
duramente. Los peligros de Ia funci6n de promotor habrfan
lidad, los prograrnas de educaci6n y sus ma:stros, tal vez por . ;.' J
sido suficient~mente controlados por los mburuvixa y sus aty,
su historia personal y quizas por las tendencms de los agentes ·
asambleas. Sm recursos exteriores, es decir, sin las funciones
externos que los forrnaron, se situaron al margen de la comu-
que delega en ellos el mismo PPT, los promotores han acaba-
nidad pai -el propio Iugar fisico de Ia escuela, :~ cie~t~ rna- _
do en casi nada. ;.Una experiencia fracasada? Tal vez no; es
posible que Ia formaci6n recibida Ia reguaranicen cuando nera lo indica. Cuando los promotores de educaciOn qmsleron
hacer de esta periferia el centro de cambio, los pai los deja-
ellos mismos adquieran mayor madurez y Ia aprovechen in-
~on aislados a su vez. En resumen, los programas de educa-
dependientemente del apoyo Iogfstico y econ6mico de un
proyecto externo. Los casos de reguaranizaci6n de pai que ei6n y sus agentes no han sido integrados en el mundo pai
h_a,n vuelt~ de I~ civilizaci6n por decision propia y por voca-
y han resultado abandonados cuando han faltado el apoyo y
cwn perm1ten Ciertas esperanzas. Parece que los promotores los subsidios externos.
De todos modos habria que separar de este asunto Ia alfabe-
-algunos de ellos, por lo menos- senin aprovechados preci-
samente en el momento en que dejen de ser promotores en tizaci6n. Aunque se suele presentar esta ligada a Ia escuela e
~~ senti?o de agentes de cambio -papel para el que se les
· incluso como Ia principal justificaci6n de Ia misma, de hecho
mstruyo- y se vuelvan defensores conscientes, en relaci6n es una tarea tecnica que ha dado casi mejores resultados por
con Ia sociedad envolvente, de Ia identidad guarani. vias de aprendizaje informal. Este es un aspecto que debe te-
'n erse en cuenta, ya que, interpretando mal a Paulo Freire, se
. ~n el v~rano de 1989-1990, he podido observar que Ia situa-
cwn de dichos promotores se ha definido todavfa mas en el ha condicionado muchas veces el aprendizaje del alfabeto a
sentido previsto. Las dos categorfas de esos funcionarios, de 'u na instrucci6n ideologizante.
salud y _?e e~u~aci6n, manifiestan comportamientos y activi-
. dad~s bien distmtos. Los primeros estan integrados en Ia co-
mumdad,. prestando un servicio necesario: primeros auxilios Teko katu-teko pyahu
_y encaminamientos oportunos -bacia medicos de Ia ciudad
si se requi~re-; estos empleados suelen gozar de un prestigi~ Que la sociedad pai se halla en una situaci6n d~ cambio, na-
,: personal, mcluso en lo religioso y politico, que los hace bien die lo duda. Los mismos miembros de esa .etma hablan con
-ac_eptados y repr:sentativos; muchos de ellos pertenecen a fa- frecuencia, tanto en sus conversaciones cotidianas como en
mihas con una cierta tradici6n polftico-religiosa y ellos mis- sus discursos mas formales en las asambleas, del teko pyahu,
~?s son pai que han seguido el proceso tfpico de Ia educa- el modo de ser nuevo.
CIO~ de SU grupo etnico, incluidos el ritual de perforacion del
Como referenda hist6rica, podemos recordar que la reduc- ·
lab10 y la adquisici6n del tembeta. cion de los indios guarani por los jesuitas, reducci6n que pre-
Los p~~motor:s de educaci6n, en buena parte, se hallan tendia instaurar un nuevo orden politico y humano, ya se
en condiciOnes diferentes. Se sabe ahora, si bien no se tuvo en presentaba como un teko pyahu por oposici6n al teko katu
cuenta an~:s, qu,e muc~os de ellos habfan tenido un proceso tradicional y salvaje. ·
de formac10n mas mbatry, como criados en familias o contex~ La noci6n de teko pyahu se presenta de hecho como so-
tos raraguayos, que propiamente pai; algunos no llevan tem- porte de ideologfas variadas. Un aspecto ya de por sf ideol6:: ·
b~ta . Parece que Ia comunidad, al proponerlos para esas acti-
gico del teko pyahu es que se conciba como una exi·geilCli:t:_
VIdades de escuela, lo hacfan con Ia secreta convicci6n de que irreversible y necesaria. Los pai ~tarfan obligados
se trataba de una novedad un tanto ajena al modo de ser tra- ': blernente a pasarse a un teko pyahu por la fuerza de las ..._ ~""'~'<-:?~-
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cunstancias, aunque estas puedan ser consideradas desfavo- inspiracion cristiana, que procuraban for~~·· ~?Iininida~es
rables. En este sentido llegan a coincidir basicamente tanto de trabajo y socializar sus medias _de producc1on, especial-
ciertos agentes del PPT -en algunas epocas tal vez Ia mente Ia tierra. En el Paraguay de la dictadura de Stroessner ·
mayorfa de ellos- como los funcionarios del gobierno, con- eso no podfa hacerse sin que el sistema se sintiese criti~~~o
cretamente del Instituto Nacional del lndfgena (Indi) del Pa- y desaprobado. Las Iigas agrarias represen!a~an una _v1~10n
raguay y Ia opinion general: los indios, se dice, necesitan utopica de comunidad campesina entre socmhsta y cnst1ana
cambiar porque acaban los montes; porque habrfa una res- primitiva, que no l!ego a prosperar debido a Ia brutal repre-
tructuracion economica de Ia region; porque el Estado no sion practicada par el ejercito y Ia policfa dictatorial durante
puede permitir sociedades particulares en su seno; porque, en los aiios 1975-1976, pero tambien debido a Ia excesiva ideolo-
fin, los indios no deben verse privados de los beneficios de Ia gizacion de sus lfderes. , .
vida moderna. En esta perspectiva, el teko pyahu se impone Algunos de los miembros del PPT habtan estado trabaJand?
como una obligacion ineludible. muy de cerca con las Iigas agrarias y pensaron que Ia ~omum
No se trata de argumentar sabre los fundamentos de esta . dad indfgena contenfa todos )os ele:nentos para reahzar los
ideologfa, facilmente desarticulables, sino comprobar hasta ideales que elias persegufan. Este sena su teko pyahu, un nue-
que punta son fuertes y actuantes. Como se ve, esta ideologfa . vo modo de ser, que representarfa tanto la crftica de la s~c~e
n? hace sino prolongar, con poc.as modificaciones, los princi- dad paraguaya como Ia superacion del modo de ser tradi~Io
p!Os mas caros del colonialismo, modernizandolos apenas. ·, nal, demasiado dominado, se pensaba, por los mburuVLxa,
No es necesario agregar qu·e ese neocolonialismo procura caciques dominadores, y por Ia pasividad propia de costum-
ganar a .los propios indfgenas pai hacia esta forma de ver el bres atrasadas. Este teko pyahu asf concebido era promovido
teko pyahu. Tal vez Ia expresion mas irritante y burda de esta . por los promotores de educacion, jovenes dinamicos que
ideolo~izacion es Ia que surgi6 en los aiios 1987-1988, cuando mostraron gran capacidad de asimilacio? d_e tales -~ueva~
negoc1antes de madera, apoyados y amparados por el Indi, . ideas. Entre elias se empez6 a usar el termmo nacwn pat,
persuadieron a las comunidades, mediante los lfderes, a· ven- como seiial de una nueva realidad polftica y social; la escuela
der madera de ley. Los abusos y los efectos desintegradores serfa uno de los ambientes privilegiados para la difusion de
de esta comercializacion, o mas bien, depredacion, se hide- esa ideologfa, en detrimento incluso de la capacitacion Y el
ron sentir dramaticamente y en algunos lugares todavfa per- aprendizaje de contenidos y metodos. Ya vimos, al_hablar de
duran. Un caso tfpico es el de Ia comunidad de Yvypyte (co- los promotores, las interferencias que supuso en el sistema so-
munidad controlada por los militares y el Indi, a Ia cual no ciopolitico este ensayo de cambia.
tuvimos acceso directo), donde por las noticias que se tienen Habrfa, par fin, otra forma de situarse frente al teko pyahu,
Ia venta de madera continua realizandose en grandes propor- que parece ser Ia via historica q~e esta enco~trando una bue-
ciones en beneficia de unos pocos que aprovecharfan para sf na parte de las comunidades pa1. ~e. trata de m_teg_rar algunas
mismos las ganancias. ·' realidades nuevas que les toea vivir, en contmmdad con el
En Ia mayorfa de las comunidades visitadas y en las asam- teko pyahu, el modo de ser verd~dero y a~tentico, sin que
bleas, los pai se declaran ya desilusionados de las falsas ven- uno tenga que sustituir a otro y sm renunc1ar a lo esenctal.
tajas de este tipo de teko pyahu. Que serfa lo esencial, es una cuesti6n que nadie, ni l?s pro-
Otra version de teko pyahu fue inducida por algunos agen- pios pai, puede responder en terminos general~s, smo en
tes del PPT a partir de un esquema de conscientizacion cam- funcion de Ia experiencia por la que pasa esa etn~a: Una vez
pesina. Este tipo de campaiia tenfa su punta de partida y en- . · mas es preciso repetir que los campos ~~nd~ se s1tua I_a ,con-
contraba sus rafces en las experiencias de las Iigas agrarias, de frontacion son elterritorio con sus modihcacwnes, el s1stema
100
i;",..: . .•• , .
\1 I -
econ6mico _en . J1 que influyen ahara el mercado el salario pal dos expresiones opuestas. Un cambia desequilibrado se
Y el sistema politico, y que desde hace muchos ~iios existe traduce Juego en malestar, enfermedades y conflicto social
Ia tentaci6n del caciquismo en detrimento y a espaldas de Ia que son atribuidos a paje vai, magia negra, que provoca Ia
asamblea. muerte y lleva· a! suicidio -fen6meno del todo nuevo por lo
Lo que se puede decir es que los pai encuentran todavfa los menos en las proporciones en que ha ocurrido ultimamente
elementos d~ r~spuesta en el teko katu repensado con ba- en una comunidad como Ia de Picary, con muertes de j6ve-
se en dos practicas cada vez mas actualizadas: Ia asamblea nes. En un sentido positivo, el cambia ha permitido un au-
-aty- Y la vida religiosa -teko marangatu-. A1 parecer, si menta de Ia producci6n agricola y un sentimiento de mayor
s~, conservan estos dos instrumentos de pensamiento y ac- seguridad y estabilidad social y polftica desde el momenta en
c~o~, se puede encarar con confianza el teko pyahu y sus am- que las tierras estan mejor aseguradas; con esto se establecen
biguedades. precisamente las condiciones para que las fiestas conozcan
Algo se ha dicho ya del aty, como asamblea donde se ex- un notable auge. Son estas fiestas las que convalidan emocio-
presa Ia palabra justa y activa. Habra que seiialar, aunque sea nal y practicamente el cambio, cuando este se halla bien Ia-
muy brevemente, el papel de Ia vida religiosa. grado. El bienestar y el equilibria de las comunidades se refle-
ja en esos convites y celebraciones, que son constitutivas del
teko marangatu, tradici6n que incorpora los cambios y les
Teko marangatu (vida religiosa) otorga validez, pues tiene fundamentos polfticos, sociales y
econ6micos que van mas alia de Ia mera ideologfa y exige
La expn;si.on polftic~ de los pai asumfa tradicionalmente las condiciones concretas de posibilidad. , ,
ca_r~ctensticas ,del d1scurso religioso, donde Ia referenda ex- Lo que se ha podido observar -y este sefialamiento lo he
phcita a lo~ ong~n:s desempefia un papel importante. podido prolongar hasta febrero de 1990- es que las manifes-
P.ero Ia VIda rehgwsa tiene otra manifestaci6n mas explfcita taciones del teko marangatu se mantienen muy vivas, son re-
Y d1recta. Es lo que podemos llamar el ritual, con sus cantos cuperadas en aquellas comunidades que las habfan abando-
danzas Y c~leb~aci6n de fiestas. La fe ritualmente expresad~ nado y, en general, han sido incrementadas con relaci6n a
! recoge Y smtetiza las principales situaciones de Ia vida pai aii.os anteriores. Un aval incluso de cambia progresivo es la
; Los ~omentos de crisis repercuten en ella de forma casi in~ atenci6n especial que se otorga a Ia posesi6n de un mba'e ma-
: med1ata, t~nto. en el grupo domestico como en Ia comunidad. rangatu como garantfa de prestigio polftico y fuerza econ6mi-
· En .otros t~rmmos, los rituales, en sus diversas formas -sea ca. EI mba 'e marangatu es el Iugar donde se concentran los
en mvo~acwnes personales, en los convites de chicha 0 en Ja objetos rituales sfmbolo de lo divino. Lo mismo se dice de la
gran mmga de Ia iniciaci6n de los muchachos-, acompafian construcci6n de una o mas casas tradicionales -oga jekutu-,
muy de cerca Ia evoluci6n y el proceso paL Iugar que representa la continuidad de las estructuras tradi-
Para lo que aqu! intt;resa, Ia vida religiosa Ilega a constituir- cionales de organizaci6n social y polftica.
se e~ un~ mstanc1a cntica en los momentos de conflicto yen Las mejores comunidades y los pai mas prestigiosos pare-
las situaciOnes de cambio. ceo caminar en el sentido de una sfntesis de teko katu y teko
Latransformaci6n, en esas circunstancias, puede ser consi- pyahu, que incluye precisamente una revalorizaci6n, no me-
derada u~a amenaza que debe conjurarse con el rezo -canto ramente repetitiva, sino creativa, del teko marangatu. En el
~------y danza ntual o una· pos_ib.il.idad para re:Uizar mejor Ia fiesta, caso del pai, este ultimo es algo mas que una ideologfa, pues
ya que au~enta las posibihdades economicas de Ia comuni- exige condiciones verdaderas de realizaci6n que las solas pa------ --- ~
dad. De ah1 que los cambios hayan tenido en las comunidades labras no podrfan brindar. Esto no quiere decir que en deter-
102
103 Ii
II ·,i-:·
minadas circunstancias el teko marangatu no quede reducido
a un inoperante refugio religioso, una alternativa pasiva fren-
te a problemas que Ia colectividad no logra superar. Es lo que
percibf en Ia comunidad de Mba'e Marangatu, donde ante Ia
venta de madera, todavfa este afio, sus miembros se mantenfan
paralizados, pues no se emprendfa una acci6n comun contra
ese negocio. Los rezos casi diarios seguidos por una parte de
l VI. Integraci6n y nuevas relaciones
de los pueblos indfgenas en Costa Rica
la comunidad presentaban un cierto caracter de evasion.
A modo de consideraci6n final, se podrfa decir que las co- Feliciano Elizondo F.
munidades pai, en los ultimos quince afios, han experimentado
cambios indudables, pero estos no han afectado seriamente
el teko katu, e! cual sigue siendo Ia matriz que estructura su Dicen nuestros ancianos que al principia de Ia creaci6n, cuan-
pensamiento y su acci6n. do el mundo estaba en Ia oscuridad, todas las cosa: eran ~u
Los agentes externos, al parecer, han podido participar en manas. Que tanto los rfos, como los arboles y las piedras tie-
el proceso en Ia medida en que entendieron Ia esencia de las nen vida y que por lo tanto deben ser respetad?s. Esto es lo
formas fundamentales de Ia vida pai y su importancia. Enten- que nos enseiian. Que en esta tierra cada cosa t1ene su Iugar
der, desde Ia perspectiva pai, conceptos como tekoha, tekoa- y su raz6n de ser, que no hay nada casual, que_todo nos trae
ruvcha, aty, teko katu y teko marangatu, es una exigencia un mensaje de otros mundos. Es por eso que recorda~os el
para intervenir en el proceso de cambio de los pai, sin incul- origen tanto de Ia hormiga como de. Ia danta, e~ ~rmadillo, el
carles otras ideologfas que de hecho fracasan, si no es que venado y el jaguar. Todos estos ammales participaron en Ia
pretenden conscientemente destruir su forma de vida. creaci6n del mundo. i,C6mo no respetarlos entonces? Para el
Esta participaci6n, que debe estar basada en un interes de hombre blanco un insecto no es mas que una plaga: un vena-
los agentes externos por aprender, continua siendo necesaria do un tepezcuintle, un animal a! q~~ se le debe d1sparar; .
y provechosa para ambas sociedades, pai y paraguaya, que Esto es contrario a nuestras tradiciones. En. nuestros codi-
se encuentran en un proceso de cambia todavfa abierto y lie- gos de cacerfa, aquellos q~~· sin hab~rse escnto, heredamos
no de interrogantes. de generaci6n en generaciOn, se castlga a los malos cazad?-
res, Jos cuales, para nosotros, son aquellos que matan mas
animales de ·los que necesitan o que, por falta de destreza,
hieren a los animales y no impiden que estos huyan a las
montafias para morir ahf.
Con respecto a los animales de los bosques, el ?esa:rollo,
Ja modernidad que nos ofrecen los blancos no_ preve cas1 nada
mas que su destrucci6n. Dfa a dfa vem?s como l~s bosques
que durante miles de afios le proporcwnaron ahmentos a
nuestro pueblo, se quedan vacfos. i,Esto es lo que nos ofrecen
como desarrollo?
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I
!. 105
-
La "tierra bres. Hay quienes Began y al mirar el bosque dicen: jcuanta
tierra ociosa! No saben que el bosque para nosotros es indis-
<,Que significa para nosotros? Dicen nuestros ancianos que un pensable y que hemos a~rendido a utili~arlo sin ,destruirlo.
indio sin tierra es un indio muerto. Sin tierra nuestro pueblo Hay quienes Began y al m1rar el bosque d1cen: jcuanta made-
no podrfa sobrevivir, morirfan nuestra lengua y nuestra cultu- ra sin utilizar! No saben que para nosotros el bosque es sagra-
ra, se perderfan las leyendas que durante siglos han guiado do es un ser vivo que debe ser respetado.
a nuestro pueblo. Si se destruyeran los bosques se malograrfan los conoci-
La defensa de Ia tierra es Ia lucha mas importante a Ia que mientos de medicina natural que hemos recopilado, genera-
deben dedicarse nuestro pueblo y todos los indfgenas de Ame- cion tras generacion, durante siglos. Desaparecerfan las espe-
rica Latina. cies animales y vegetales, se secarfan las aguas y el pueblo
No tiene sentido hablar de identidad cultural si antes no se de los indfgenas no podrfa subsistir de Ia forma en que lo ha
piensa en Ia defensa de Ia tierra. Sin tierra se dispersarfa Ia hecho hasta ahora. Serfa un pueblo mutilado. Ya no tendrfan
semilla de los indfgenas, se perderfa nuestra memoria; al mi- sentido las historias sobre las abuelas del rfo o el duefio de los
rarnos en las grandes ciudades o en los campos despoblados animales, tampoco tendrfan sentido las historias sobre el tigre
no podrfamos reconocernos. Esto es lo que sucede ya con de agua o los espfritus de . los bosques .
pueblos indfgenas de Costa Rica como los terrabas borucas . Sin embargo, dfa tras dfa debemos enfrentar a los cazado-
cabecares, chorotegas y huetares. Esta es Ia dura r~alidad d~ r~s que penetran a las reservas sin permiso o los vendedores
muchos otros pueblos hermanos del continente. de madera que talan nuestros arboles de forma ilegal.
Lamentablemente, si bien somos los duefios de aquella La venta de madera en Costa Rica ha sido tan irracional y
tierra, siempre hemos vivido como extranjeros. Muchos son s~lvaje que en 20 afios se ha talado el 80 por ciento de los bos-
los problemas que enfrentamos para obtener documentos de ques del pafs. ,
identidad o certificados de propiedad. Las invasiones han lle- i Si el desarrollo o Ia modernidad que se nos ofrecen tienen
ga?o a tal extremo que es posible encontrar a indfgenas tra- algo que ver con esta forma despiadada de enfrentar Ia natu-
baJando como jornaleros en las reservas indfgenas. Es decir, raleza no solo nos estarfan pidiendo que nos modernicemos.
en las tierr as que legalmente el gobierno ha declarado como Nos estarfan pidiendo que dejemos de ser lo que hemos sido
patrimonio inalienable del pueblo bribri. siempre.
Si tuvieramos que establecer una comparacion entre el mun- Dicen los ancianos que todas las enfermedades vienen del este.
do de los blancos y el de los indfgenas, dirfamos que los bos- Dicen que las enfermedades habitan debajo de Ia tierra y
ques son nuestras farmacias, nuestros almacenes de materia- que allci donde nace el sol hay una puerta por donde elias se
les de construccion y nuestros supermercados. escapan.
Del bosque obtenemos las medicinas que necesitamos para Es diffcil saber si nuestro pueblo incorporo en su mitologfa
curarnos. esta idea (!.ntes o despues de Ia conquista. Lo cierto es que del
De allf obtenemos los arboles, palmas y bejucos para hacer este vinieron los invasores y ellos trajeron las enfermedades
nuestras viviendas. Podemos encontrar carne fresca y legum-
y la destrucci6n. ·· · · · ·. · . · . •
·. Despues de 500 afios, nuestra lucha por sobrevivir como
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iI
,,{J~ .\.
pueblo es tan dramatica como cuando cayeron las grandes mo; por desgracia, cuando no hay control pr9d~c~ tal .nivel de
pestes del sarampi6n o Ia viruela y diezmaron a los indfgenas. contaminacion y tales conflictos sociales que destruye en poco
Para llevar a cabo esta lucha, desde afuera nos ofrecen varias tiempo justo aquello que los viajantes des·e aban admirar. _
estrategias. Lo interesante que tiene el turismo es que permite desarro-
Algunos antrop6logos quieren mantenernos como un mu- llar Ia creatividad popular y mantiene una gran cantidad de
seo viviente. Suenan con que nada cambie para que todo que- artistas entregados a diversos oficios. ·
de como entonces fue. Pero el sueno de congelar un pueblo Sin duda, es mejor que un pueblo mantenga parte de sus
es un absurdo. Asf como llega Ia noche y Iuego el dfa, Ia lluvia tradiciones fomentando el arte, en vez de que se integre co-
y el verano, el tiempo de sembrar y el de recoger, asf los mo fuente de jornaleros y obreros no calificados.
pueblos cambian. Ya no es posible mantener nuestro antiguo No hago mas que puntualizar los problemas de Ia integra-
modo de vida. La alegrfa del trabajo comunitario Jentamente cion y tratar de valorar el como hacerlo y sugerir el tipo de
es sustituida por el trabajo asalariado. Esto es un proceso diff- contacto que podemos o queremos establecer para no ser
cil de detener. destruidos. AI pensar en integraci6n, por ejemplo, debemos
Nuestro escudo protector durante cientos de anos fue Ia sel- hablar de trabajo asalariado. Esto para nosotros significa una
va. Pero Io que antes era selva virgen hoy son fincas ganade- perdida. No toma en cuenta toda Ia experiencia en trabajos
ras y algunos lugares son desiertos donde no existe ni un solo comunales que eran tradicionales en nuestras comunidades.
arbol. El pasado es un hermosa recuerdo, pero no es posible Integrarse significa en buena medida desaparici6n de Ia soli-
volver Ia vista atras. . ,. . daridad y generalizaci6n del individualismo, y casi nada hay
Existen otros que no pretenden mantenernos como museo mas censurado en nuestra cultura que el individualismo.
viviente, pero lo que nos ofrecen es convertirnos en el ultimo
vag6n de Ia sociedad costarricense.
Son los que vienen a buscar a nuestras muchachas para lle- El tiempo de un pueblo
varlas como empleadas domesticas o a nuestros muchachos Dicen los ancianos que, al principia, cuando el tiempo estaba
como mano de obra barata no calificada. Son los que nos ven en Ia oscuridad y Ia luz aun no habfa nacido, este Iugar era
como los productores y los consumidores del manana sin re- solo roca. El dios Sibo trajo una nina gigantesca de otro mun-
conocernos ningun valor como pueblo o como cultura. do y con ella cubri6 Ia roca para formar Ia tierra. Aquella nina
Integraci6n en ese sentido significa perdida de valores cul- adquiri6 nueva vida. Por eso a Ia tierra Ia llamamos Ia Nina
turales y de Ia lengua; en sfntesis, dispersion de un pueblo , se- Tierra. Creemos que debe cuidarse como se cuida a un nino,
res anonimos desarraigados. para que todo no vuelva a ser solo roca. Iriria es el nombre
Otra de las opciones que nos ofrecen son las del turismo ex- de Ia Nina Tierra.
tranjero. Esto, visto con buenos ojos, puede ser interesante, Si las historias se perdieran, nuestros hijos y nuestros nie-
pero tambien representa un peligro extrema. Un turismo de- tos ya ciegos y sin memoria atacarfan aquello que deben de-
senfrenado es tan dafiino, contaminador y peligroso como el fender.
quebranto de Ia tierra.
El turisrno, a! propagarse, obliga a toda Ia vida social de una
comunidad a girar en funci6n de los recien llegados, de los iOue nos ofrece fa modernidad?
que vienen a comprar. Con el paseante vienen los hoteles,
los negocios exclusives, etcetera. Nos pro.mete electricidad, cocinas, Iavadoras, televisores. Nos
Supuestamente el turismo es un sfmbolo positive en sf mis- ofrece acueductos y centros de salud, escuelas y carreteni.s.
108 109
Pero ... ;,puede acaso garantizarnos que nuestros rfos perma- lQue queremos para el futuro?
nezcan cristalinos y llenos de peces de colores? lPuede ofre-
cernos el aire fresco de las montaiias o el canto de los pa- El futuro de los pueblos se construye cada dfa.
jaros? . . Lo hacemos entre todos, aunque casi nunca tenemos con-
En general, los hombres blancos han crefdo que la tierra es ciencia de Ia importancia que tienen todos nuestros actos.
un enemigo a! que deben doblegar. lEs eso Io que nos ofrecen Nada es casual, cada hecho por pequeiio que sea tiene algo
para que aprendan nuestros hijos? de futuro impregnado en su simplicidad. Un arbol cafdo es
EI tiempo de un pueblo es como un reloj de arena que dura algo mas que un trozo de madera derribado. Si lo miramos
mil aiios. El tiempo del pueblo de los bribris esta Ilegando a con atenci6n podemos leer en el mejor que como Io hacemos
su final a menos que algo cambie, a menos que podamos in- en los Iibras. Un solo arbol puede hacernos sentir todo el peso
vertir ese reloj y empezar una nueva era. de Ia deforestaci6n . Es un sfmbolo, una frase escrita en mu-
lCuanto mas sobreviviremos? Es diffcil decirlo. Nuestro chos idiomas que es preciso interpretar.
pueblo ha sabido cambiar con rapidez para adaptarse a las Si Io escuchamos con atenci6n ese arbol puede hablarnos
nuevas circunstancias. Nuestra historia es una historia de casi como Io hacen nuestros amigos; ya no nos habla el mur-
cambio, adaptaci6n, audacia. mullo del viento entre sus ramas, ahora nos habla su silencio.
Nunca fuimos conquistados, es por eso que guardamos Hay en cada uno de sus rasgos una palabra oculta, una fra-
nuestras tradiciones y nuestra sabidurfa. se o un grito de alerta. Habla su corteza y los bejucos que ca-
Ahora que ya Ia montana no es un escudo protector, Ia yeron . Cada huella del hacha o de Ia motosierra tienen algo
adaptaci6n a! cambia siempre es un riesgo. Nuestra existen- que decirnos. Ese arbol puede representar miles de arboles y
cia esta en Ia cuerda floja, nuestro camino es un oficio de las huellas de Ia motosierra, miles de motosierras.
equilibristas. · Sus hojas no solo estan tocando el suelo frente a mf, sino
zSe perdera nuestro idioma? que estan tocando el suelo de muchos mundos diferentes, de
zSe perdera nuestra historia? ayer y de manana. Su tronco derribado abre una puerta hacia
Ese es nuestro reto. Los granos de nuestro reloj de arena otros universos. Habla de una forma de ver el mundo, de Ia
: caen inexorablemente a! final de este milenio. Tal vez el relaci6n que aquellos hombres que lo cortaron tienen con
hombr~ blanco, Ia sociedad occidental entienda pronto que Ia tierra. ~'
•su reloJ de arena tambien esta llegando a su final. Iriria Ia De igual forma podemos leer el trozo de plastico tirado a
Niiia Tierra, esta enferma. A menos que algo cambie, este ~!a Ia orilla del rio, Ia lata de cerveza o Ia botella semienterrada.
neta volvera a ser Ia roca que era al principia del tiempo. Todos hablan de una forma de caminar sobre Ia tierra, de en-
Tal vez Ia sociedad occidental descubra algun dfa que Ia tender Ia tierra, de expresarnos. Cada objeto de esos tambien
resp~esta que busca con desesperaci6n Ia tienen pueblos que tiene una pequena partecita del futuro de un pueblo marcada
prec1samente, con desesperaci6n, se defienden y tratan de so- en su figur a.
brevivir. Dicen los ancianos que, cuando el hombre blanco EI canto de un ave puede hablarnos de nuestro futuro, aun-
____ -el occidental- Io haya destruido todo, de nuestras cuevas que muchos no Io entiendan inmediatamente. Pero puede ha- · i
saldra la nueva cultura. blarnos mas claro el ave que ya no canta.-su silencio abre·una- -- - - - -- - .---
La conquista termin6 hace mucho tiempo, pero el espfritu especie de hueco en el cielo de Ia ciudad. Tambit!n nos habla ·
de los conquistadores esta presente. Ese espfritu es el que esta la tortuga que no volvi6 a Ia playa, el pez que no regres6 a
destruyendo a Iriria, Ia Niiia Tierra. los rfos o Ia lluvia que se resiste a descender.·
Nuestros ancianos nos dicen que todo lo que aquf se haga
110 111
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se refleja de otra forma en otros mundos. Y que lo hecho en Es muy diffcil para nuestros j6venes, en el tiempo de hoy,
otros mundos se refleja en el nuestro. Si hablaramos de Ia seguir estudios para convertirse en un r:nedico tradicional
ecologfa del planeta, nada parece ser mas cierto. (awci). , . . .
Los que creyeron o siguen creyendo que el desarrollo es Asf, sin alumnos que los sucedan, el conoc1m1ento de los
tina guerra a muerte contra Ia naturaleza estan. poniendo en ·· awci se destruira para siempre, como si eso no tuviera Ia me-
peligro muchos mundos. La hormiga, el gusano, el ave y el nor importancia. i,Tendran que perecer nuestras escuelas de
arbol tienen su propio mundo, que debe ser respetado. awci para dar Iugar a las otras?
Creemos que cada arbol tiene su espfritu personal, por eso Algunos ecologistas vienen a prohibirnos que cortemos un
no debe desperdiciarse ningun material que se use para hacer arbol o matemos un animal. i,C6mo puede ser eso?
las casas. En nuestra cultura se castiga a los que desperdician Durante miles de aiios nuestro pueblo vivi6 en estas rnonta-
frutas, materiales del bosque o carne silvestre. Siempre se iias sin destruirlas. Sin embargo, ellos no vienen a aprender,
debe compartir, de lo contrario en Ia vida o en Ia muerte · vienen a imponer. Miran los bosques como si en ellos no hu-
se nos cobrara Ia mezquindad. ·. bier a seres humanos, como si nosotros no existieramos, como
Quisieramos mantener nuestras tradiciones, seguir creyen- si nuestra vida no fuera tambien importante.
do que desperdiciar los materiales del bosque es castigado. Primero fuimos las vfctimas de aquellos que entraron a
QuisH~ramos evitar Ia contaminaci6n y Ia destrucci6n. . nuestras tierras, talaron los bosques y exterminaron los ani-
Quisieramos mantener nuestra propia tierra. : males. Ahara, a veces somos vi'ctimas de aquellos que desean
Quisieramos seguir leyendo no solo en los Iibros , sino tam- proteger los pocos bosques sobrevivientes.
bien en el gran libro de Ia naturaleza. Allf aprendimos secre- Nosotros hemos sido ecologistas siempre.
tos que el hombre blanco desconoce, de allf nacieron nues- La negaci6n de nuestro modo de vida y nuestra cultura
tros c6digos ambientales que, aunque nadie los ha escrito, atenta contra la busqueda de una soluci6n.
. parecen ser mas justos y mas sa bios que aquellos que, a pesar Por eso es que para nosotros el "encuentro de culturas" casi
de lo voluminosos, no son capaces de detener Ia destrucci6n de siempre implica un deterioro cultural y en muchos casas una
Ia naturaleza.
violaci6n.
No pretendemos volver atras. Consideramos preciso que
Encuentro de culturas o perdida cultural los pueblos indfgenas encuentren el camino para vivir una
• nueva era. Ese es nuestro objeto de hoy, nuestro reto.
~e nos.habla. siempre de Ia necesidad de integrarnos, de aceptar i,C6mo cambiar para seguir siendo un pueblo indfgena y no
sm resistencia el progreso que viene de fuera. Pero para noso- una masa deforme de individuos sin tierra y sin origen?
tros ese encuentro de culturas es casi siempre una perdida.
Muchos son los que vienen con el criteria de enseiiarnos
pero casi nunca de aprender. Vienen a construirnos escuela~
porque "es importante que los niiios estudien". Pero en elias
durante muchfsimos aiios se impidi6 a nuestros niiios hablar
su lengua materna. No es en elias donde han aprendido su
historia y su cultura. Ahf mas bien nuestros niiios son moldea-
dos para dejar de ser indfgenas. Por otro lado, nuestras for-
mas tradicionales de transmisi6n de conocimientos han sido
totalmente invalidadas.
112 113
:· Uno de los objetivos que mejor se ajusta a una conceptua-
lizacion del encuentro en terminos mutuamente provechosos
es considerar que las diferencias de otras culturas con las oc-
cidentales pueden servir como espacio emancipador de Ia hu-
manidad y en particular de quienes sobreviven en los marge-
VII. Las practicas culturales y la sabiduria nes de Ia opulencia de los dominantes. ,
cotidiana de los pueblos: alternativas - En ese sentido, las alternativas pueden plantearse en termi-
~os de nuevos modelos de desarrollo, no solo con respecto a
ante y para el desarrollo Ia idea tradicional de progreso que lo define como crecimien-
to economico y evolucion humana, sino tambien en terminos
Mariano Herrera de Ia escasa posibilidad de homogeneizar las formas como se
organizan y conviven los hun:anos en las s~ciedades e~ las
Introducci6n que viven. Quizas sea necesano aclarar no solo Ia plurahda?
de modelos que podr,<in surgir, sino que las formas de orgam-
zacion pueden ser antimodelos, puesto que serf_an inimitab}es
El documento preparatorio para esta reunion se propone y solo representarfan casos singular_es. ~s decrr, no pod~1an
como finalidad "estudiar Ia situacion actual de las culturas ser tornados como moldes ni como trpos 1deales de orgamza-
afectadas por el encuentro de dos mundos y presentar algu- cion, sino como particulares modos culturales, casi siempre
nas hipotesis a favor de una mejor valoracion de sus posibles con diferencias considerables en tan distintas organizaciones
contribuciones a los problemas de Ia humanidad contempor.:i- sociales como grupos de humanos conviviendo puedan exis-
nea". Es evidente que practicamente todas las culturas del tir. Desde luego, es necesario dejar establecido que uno de los
mundo han sido afectadas por el encuentro entre esos qu~ pa- aspectos mas notables y e:X:itosos de Ia dominacion cultur~l
recen ser dos mundos pero que en realidad eran y en parte del actual modelo de sociedad es su poder para homogener-
siguen siendo muchos mas.
:Zar lo cual constituye un reto para el planteamiento acerca
Sin embargo, el mundo que fue sometido sufrio a todas lu- de ias diferencias culturales en el mundo actual. Sin embargo,
c~s en ~na dimension mas radical una etapa de invasion y de creo que existen grupos -minoritarios o no-, cuyo sistema
vwlencra brutal que sin duda constituye una agresion injustifi- de valores y cuyas orientaciones de interes colectivo no han
cable pero cierta. "Nunca es triste Ia verdad, lo que no tiene
podido ser eliminados del todo. Es el caso ~e innumerable_s
es remedio" dice el cantautor catalan Joan Manuel Serrat.
grupos culturales comunmente llamados margmales ? fr~nten
Creo que las denuncias que califican a Ia aventura europea de zos o a los que se hace referenda con otras denommacwnes.
genocidio y de invasion son harto elocuentes aunque insu-
ficientemente tomadas en cuenta para entender lo que de
v~ras c_onstituy? Ia conquista y Ia colonia como agresion y
vrolencra mundral. Es necesario que Ia historia y los historia- La idea de cultura y de grupo cultural
dores expliquen lo que sucedio y sus causas, no en terminos
de 1?~, benefi~ios ?e Ia conquista sino de Ia opresion y Ja En primer Iugar, entendere por cultura todo lo que los grupos
~umrswn que rmphcaron, aspectos conocidos por quienes se humanos han imaginado, escogido, creado, aprendido, cons-
mteresan de cerca en estos problemas, pero menos familiares truido para adaptar~e y vivir en un rriedio na~uraldetermina
para Ia gran mayoria de Ia poblacion universal. do y eri condiciones historicas y sociales precisas ..
114 115
l'
.. ·.
-;f~J
En otro trabajo, 1 propuse el termino de opcion cultural
para explicar las diversas modalidades que han adoptado los
dades industrializadas occidentales podrfa defini;se'p~~~lu
gar que ocupa lo economico; Ia segunda, por los modos de va-
grupos sociales en lo que se refiere a sus modelos de convi- Iorizacion de lo polftico, y Ia tercera, por Ia organizacion
vencia social. Son las elecciones culturales las que orientan social y el tipo de institucionalizacion adoptada para produ-
las ideas, los valores, los intereses y Ia organizacion social de cir, almacenar y aprender los saberes.
I~s grupos hu~anos. Son escogimientos arbitrarios y condi- Mas que responder a tales interrogantes, es necesario esta-
cw~ados_ por ~Iversos facto res como el media natural y Ia his- blecer Ia relacion de esos tres aspectos con el tema tratado
tona social. D1chas preferencias dependen en gran parte de en el presente volumen. Igualmente, hare una breve referen-
Io_ que perr~ite el media natural, pero, al mismo tiempo, un da a las caracterfsticas de Ia formacion historica del grupo
m1smo medw puede inspirar distintas maneras de adaptacion, cultural constituido por los llaneros.
las cuales, a! tener caracterfsticas sociales, se convierten en Parto del postulado general de que Ia nocion de economfa,
alternativas culturales.2 de polftica y de institucionalizacion del saber en ambitos acade-
En el mismo trabajo citado, argumentaba que "las distin- micos o disciplinas cientfficas, todo ella enmarcado en Ia idea
tas opciones culturales que han elegido los grupos humanos de una gran racionalidad universal, son los elementos centra-
viviendo bajo formas de organizacion particulares, orientan les alrededor de los que se genero y se generalizo Ia idea y
tal~s formas de organizacion y tambien -ya Io he dicho- el modelo de desarrollo en Ia cultura de la modernidad.
Ias Ideas, los valores, las prioridades, los intereses, en suma, las La dimension de lo economico, lo polftico y el saber son
concepciones globales acerca del mundo que los rodea".3 tres ejes de trascendental consideracion para entender Ia mo-
Entre los interrogantes que surgfan de tal planteamiento me dernidad. Quienes en eso se interesan o se han interesado
parece importante reformular los siguientes: con base en las desde la filosoffa, el psicoanalisis, Ia antropologfa o Ia econo-
conc~pciones de los grupos culturales, ique Iugar y que con- mfa, han mostrado solidamente que !a modernidad tiene en
cepciOn corresponde a lo economico?, i,que criterios rigen Ia esas dimensiones atravesadas por Ia nocion de racionalidad
e~onomfa? En lo referente a! factor politico, i,Como es conce- sus columnas de mayor sustento.4
bJdo el poder?, ique significacion tiene Ia autoridad? Y en Io La edad moderna entendio al mercado y a! libre comercio
que resp~cta a Ia organizaci6n institucional, en particular so- como el media por el cual las relaciones sociales podfan ser
b:e el campo ed~cativo: cabe preguntarse: i,COmo se produce, liberadas de las trabas impuestas por Ia rigidez de Ia organi-
como se transm1te y como se aprende Ia sabidurfa tecnica o zacion aristocratica y del poder absolutista. Constituyo una
general del grupo? dimension entendida como Ia mas apta para racionalizar y
hasta equilibrar igualitariamente las relaciones sociales. Re-
presento asf, a! mismo tiempo, una categorfa para organizar
Las dimensiones de las diferencias culturales Ia economfa y Ia polftica.
La idea de racionalizar las instituciones sociales Ilego hasta
La primera de las caracterfsticas comunes que marcarfan las
Ia dimension del saber, la cual fue estatuida en academias ce-
diferencias con respecto al modelo de desarrollo de las socie-
rradas y luego en lo que hoy se conoce como ciencia. Mas
1 adelante, se establecio no solo su forma de conservacion (en
Vease Mariano Herrera, "Reflexiones acerca de un grupo cultural y de una cui-
lura popular: los llaneros de Venezuela", en Boletin Americanista, num. 35, Universi-
dad de Barcelona, septiembre de 1986.
2
Vease C. Castoriadis, L' institution imaginaire de Ia societe, 1975. 4 Es el caso de Ia obra de Foucault, Balandier, Sahlins, Bataille y Baudrillard, en-
3
Mariano Herrera, "Reflexiones acerca ... "', art. cit. , p. 67. tre los mas destacados.
116 117
la ciencia), sino tambien la de su transmisi6n y adquisicion ·-~bidurfa si aceptamos la diferencia que establece Nicho-
en la escu ela. . laS Maxwell eutre esta ultima y el conocimiento. 6 En efecto,
No es el objetivo de este trabajo relatar detalles historicos Maxwell argumenta que Ia ciencia perdi6 su sentido desde
del proceso de racionalizaci6n de Ia sociedad que caracteriza que se alej6 de las necesidades ~ las demandas direc~as. de
a la edad moderna de Ia civilizacion occidental, sino ubicar bienestar de la poblacion y se ded1c6 a valorar el conoclmlen-
este marco de referenda general con el fin de visualizar las to por el conocimiento, ~ejan~o asf. de ~er sabidurfa, en
diferencias que, con respecto a dicho marco, establecen otras terminos de saber con pertmencm social ev1dente. Es el cas?
culturas que conviven al mismo tiempo yen el mismo espacio de los claustros academicos y del usa irracional del c~noci
que las sociedades modernas y que tienen con ella relaciones miento cientifico guiado por objetivos belicos y sin considera-
de diversa indole. ciones ecologicas vitales, en un mundo lleno de problemas
Los modelos de desarrollo recientemente adaptados como dramaticos tales como Ia desnutricion y Ia incapacidad tecno-
nuevas o como innovadores que asignan a Ia economfa, a Ia logica del sistema para producir suficiente alimento para toda
polftica, a Ia den cia y a Ia educacion papeles fundamentales Ia poblacion, mientras se llega a Ia luna '! a o~ros planetas Y
en su _func!onamiento no han hecho mas que adoptar Jo que se dispone de un arsenal capaz de destrmr vanas veces nues-
Ia racwnahdad moderna ha aceptado como necesario para Ia tro planeta. .
nocion de progreso social que de todas esas concepciones se Una vez aclarados los postulados en que me ba.so para pro-
desprende. · poner nuevas dimensiones de lo economico, lo polit.ico ~ _el
Darle a Ia economfa mayor o menor libertad con respecto saber como base de una alternativa cultural para Ia d1reccwn
al Estado no constituye un cambia trascendental en las for- impuesta a Ia humanidad par Ia racionalidad moderna, paso
mas de concebir el desarrollo. Mas o menos Estado, mas o me- a referirme, en un resumen, al grupo cultural de los llaneros.
nos regulacion economica no son sino gamas extremas en el
mismo abanico en el cual el poder polftico y el poder econo-
mico son concebidos como Ia clave de Ia organizacion ~ocial. El caso de los llaneros
Esa manera de concebir la sociedad responde a opciones cul-
turales de Ia sociedad occidental que no pueden ser entendi- Los llaneros de Venezuela habitan una region cuya geograffa
das como formas mas inteligentes de organizacion social para y clima exigen cierto tipo de relaci6n con el media. Los llano_s
Ia humanidad, sino solo como eso: elecciones culturales de de ese pafs ocupan mas de las dos tercer as· partes de su tern-
una de las civilizaciones o de uno de los grupos culturales to rio. Ayargiienza y Ramo describen asf esta zona:
que, por razones historicas ligadas al valor que sus mismas al-
ternativas elegidas le asignaron a Ia dominaci6n como practi- el llano es una inmensa llanura aluvial, formada por el arras-
ca polftica general, se volvio el grupo dominante de :este pla- tre y Ia deposici6n de los mat:_riales ~ransport~dos por los rios
neta.5 que nacen en las areas montanosas c1rcunvecmas. [... }A pesar
de que el relieve a primera vista parece totalmente pl~no,
Las formas de concepcion y sabre todo las finalidades de Ia existen pequefias diferencias de nivel que originan ~n~ ~Icro
produccion del saber se alejaron de lo que podrfa llamarse topografia caracteristica. Los llaneros h<:cen las d1stmcwnes
de banacos y medanos para las zonas mas elevadas que per-
5 Pienso que Michel Foucault es quien mejor establece como Ia civilizaci6n occi-
_E Vease'N. Maxwell, From Knowlege to Wisdom, a Revolution in the.Aims and Me-
denta! ?pta por asignarle a Ia dimension del poder una importancia excesiva desde
los IBICIOS de Ia cultura heh!nica. Vease bibliograffa anexa. thods of Science, Oxford, Oxford University Press, 1984..
118
7
Ayarzagiiena y Ramo, Fauna llanera, Caracas, Cuadernos Lagoven, 1983, pp. 10 Mantuano es el termino usado por los habitantes de Caracas o de otras regio-
11-12. . .
8 Ibid., p. 12. nes para designar a los terratenientes y oligarcas que dominaban Ia sociedad colonial
9 y poscolonial. Hace referenda al heche de llevar puesta una manta para protegerse
Vease Miquel Izard, Orejanos, cimarrones y arrochelados, Barcelona, Ediciones del frfo. · · · '
del Sendai, 1988. 11 Vease Jean Baudrillard, Le mlrolr de Ia production, Par!s, Casterman, 1973.
120 121
ra de explotar su carne difiri6 en mucho de las costumbres y rJ1odo de explotar bienes de manera comercialmente utilita-
tecnicas provenientes de Europa. Los llaneros no criaban ni ria y productivamente excedentaria. Parece ser ·mas impor-
pastoreaban sistematicamente al ganado, sino que Io dejab~n tante su valor como medio de emancipaci6n simb6lica, pues
alimentarse en libertad en las sabanas, para luego capturarlo en Ia ejecuci6n de faenas duras se exigen destrezas y se ofre-
mediante tecnicas aut6ctonas de cacerfa, es decir mediante cen espectaculos esteticamente valorados por la cultura llane-
las astucias del cazador que debe conocer tanto Ia naturaleza ra. Esto otorga a Ia dimension de lo economico un valor infe-
ambiental como las costumbres de los animales que seran Iue- rior al que !a racionalidad progresista de la modernidad le
go su presa. asigna.
El sistema de autoabastecimiento por medic de Ia cacerfa · Las actividades festivas y los bailes dan Iugar a una partici-
difiere en muchos aspectos de crfa con pastoreo rutinario, pacion colectiva; en ellos n~ faltan la m~sica y Ie~ras fruto ~e
empezando porque el objetivo de este ultimo es obtener be- improvisaciones y aportac10nes colect1vas. La 1mportanc1a
neficios econ6micos gracias a Ia comercializaci6n de Ia carne. de estos festejos no solo como espacios sociales de recreacion,
En el case de los llaneros Ia caza tiene como objetivo satisfa- sino tambien de creacion artfstica y de expresion de tradicio-
cer las necesidades inmediatas del grupo cuyos miembros no nes culturales, les confiere un papel de primer orden en Ia
estan forzosamente interesados en producir excedentes para afirmacion de Ia identidad colectiva y una gran trascendencia
obtener beneficios comerciales. Y esto tiene que ver con el social e historica.
Iugar que ocupa Ia economfa en los valores culturales, sobre Las nociones de espacio y de tiempo tambien constituyen
lo cual nos detendremos mas adelante. rasgos culturales particulares de los llaneros, quienes organi-
Otro aspecto importante que caracteriza Ia cultura llanera zan Ia vida en torno a referencias espaciales y temporales
:es su noci6n de trabajo. La actividad de cacerfa, si bien es Ia adaptadas a sus actividades y a las exigencias del medio . Las
mas importante para el sustento cotidiano y para Ia reproduc- enormes distancias y los medics no tan veloces de transporte
ci6n biologica de los miembros del grupo, es el espacio donde -cuando se los emplea en vez de caminar-, como el caballo
se realizan otras dimensiones de Ia vida como Io son el juego, y Ia bicicleta, orientan las nociones de dimension tempo-
Ia produccion de conocimientos, Ia enseiianza y el aprendiza- ral/espacial de manera incomprensible para el habitante ur-
je tanto de tecnicas como de valores y creencias del grupo. bane.
En particular Ia conjuncion trabajo-juego es patente aun hoy Las caracterfsticas de la comunicacion lingufstica entre lla-
en_dfa. El llanero se excede en Ia ejecucion de acciones que neros son quizas otro importante aspecto de su cultura y
ex1gen destrezas y habilidades, asf como espectaculo y diver- manifestacion expresa de su forma de concebir el mundo,
sion. Igualmente, el deporte o juego favorite reproduce algu- muy distinta de Ia de otros hablantes del castellano. 12
nos mementos de las faenas con el ganado en el famoso juego Es por supuesto imposible resumir en tan corto espacio lo
de coleo de toros.
que caracteriza a los llaneros en tanto que grupo cultural. Mu-
Este aspecto confirma Ia tesis de Clastres, Baudrillard, Izard chos otros de los rasgos que forman parte importante de sus
y Sahlins, entre otros, quienes afirman que puede existir una opciones podran encontrarse en varies de los textos citados
razon no instrumental para concebir· a! trabajo, que ello ten-
d_r!a un valor tanto simb6Iico como productive, y que !a no- I en Ia bibliograffa anexa. En seguida intentare expresar aspec-
tos vinculados con Ia dimension economica, polftica y del sa-
ciOn ?e g_a sto humane no forzosamente esta ligada a Ia de ga- I
nanCia m de excedencia. El significado del trabajo para los l!
~~~~-IIaneros esta relacionado con un sentido cultural y menos con ---- - - ------- - ~ ------- --~- - -- I
12Vease Rago y Ruiz, "Semantique analytique de I'espagnol des plaines du Vene· 1
una razon instrumental o utilitarista. No se concibe como el
I
zuela", 3 t., tesis doctoral inedita, Universidad de Paris IV, 1979. 1
122 t
I 123
i
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b~r que consti~uyen alternativas para conceptualizar y orga- es una caracterfstica del aprendizaje naturalque podria ser
mzar las relacwnes culturales. de mucha utilidad en los sistemas educativos es"c olarizados,
La raz~n que justifica o explica las formas de organizaci6n donde Ia separaci6n entre aprendizaje de las disciplinas y el
del.trabaJO, e.llugar de lo festivo y lo Judico y las relaciones objeto de estudio de cada una de elias esta mediatizado por
soc~~Ies pr~~IOs de los llaneros esta mas ligada a lo que cada _ las formas de funcionamiento de Ia escuela. Esto produce mu-
ac~10n s1gmf1ca culturalmente, que a sus consecuencias utili- chas veces eso que se llama comunmente fracaso escolar y
tarms. Es el caso de Ia exagerada demostraci6n de destrezas que, mas que frustraci6n del nino que aprende en Ia escuela,
tant~ en. I_as faenas en las sabanas con el ganado y en Ia im- significa incapacidad de esta ultima para Jograr que aquel
provJsacwn de coplas y estribillos, como en el deporte de los aprenda en su seno lo que tan facilmente logra fuera de el.
toros coleados.
~a noci6n ~e autoridad tiene que ver mas con el reconoci-
mJ~nto :olect1vo ?e los llaneros a quien demuestra mayor ex- · Breves consideraciones finales
pe~Jen~ta Y capac1dad de coordinaci6n, asf como seguridad y
~oh.d~ndad en los momentos de acciones peligrosas para los Resumo en los siguientes terminos las alternativas que ofre-
mdtvtduos y los grupos de trabajo en las sabanas o en los co- cen grupos como el de los llaneros, quienes todavfa hoy viven
rrales. Nose trata, pues, de reconocer Ia legitimidad impuesta y conciben a! mundo como intente describirlo mas arriba:
por ~na estructura jerarquiz~da conforme a Ia racionalidad a) Una forma de concebir lo econ6mico como un factor su-
pro~m de :as relaciones de producci6n capitalistas. Es una bordinado a otras dimensiones de lo social y no a Ia inversa.
mentocracta auto~~stionada, si alguna definicion pudiera . El trabajo entendido como medio para el autoabastecimiento
adecuarse a Ia nocwn de autoridad de los llaneros. · y espacio simb61ico para Ia emancipaci6n de los individuos y
Por otro !ado, las a:tividades son ocasiones en las que se Ia afirmaci6n de identidad del llanero. Tecnicas despojadas
producen Y se transm1ten conocimientos tecnicos, hist6rico- de toda noci6n meramente utilitarista y productivista, con-
cul!urales y creencias y tradiciones. Cada acci6n esta acom- vertidas en manifestaciones expresivas de las habilidades y
panada ~e un verso que Ia resume, Ia describe o Ia ubica en los conocimientos de quien las ejecuta, para deleite de quien
s~s rel~c1ones o asociaciones con otros hechos de importan- las aprende o las observa.
CJa soc1al para Ia cultura llanera. b) Un concepto de lo polftico en el que Ia autoridad colecti-
El sa?er constante?"Iente es susceptible de ser aprendido o va se basa en procesos de legitimaci6n directamente contro-
prod.ucJdo ~or !os SUJeto.s y su apropiaci6n colectiva no pasa lados por Ia propia colectividad y vinculado con Ia noci6n de
por ms!anc1as J.nterme.~Jas ~ntre el objeto por conocer y el poder culturalmente elaborada.
aprend1z. La vmculacwn d1recta del conocimiento tecnico c) Una manera de producir y transmitir los saberes que fa-
con Ia practica y las asociaciones entre lo que de los ejercicios vorece Ia apropiaci6n directa de los mismos, tanto en el domi-
se deduce Y Io que en otras situaciones es equivalente o ami- nio de lo tecnico como en el de los valores y de Ia noci6n que
logo producen una situaci6n de aprendizaje a Ia vez natural el grupo tiene de su propia historia o tradici6n.
Y basado en Ia experiencia. Esta es quizas una de las mas Es evidente que ninguna de estas caracterfsticas es exclusi-
grandes diferencias entre Ia ensenanza institucionalizada en va de los llaneros. Desde el inicio de este documento insist}
Ia escuela al estilo occidental y Ia de otros grupos culturales en que iba a hacer referenda a lo que podfa tomarse como
como el Ilanero. ' '·· ' diferencia general en algunas opciones culturales de los llane-
. ~a p~sibilidad de concebir Ia relaci6n teorfa-pnictica, '~:8. ros. Creo que Ia adaptaci6n o Ia revalorizaci6n de estos con-
cwn-objeto, en contextos social y culturalmente motivarites ceptos como alternativas ante y para el modelo de desarrollo
124 125
;
I
I
,.: ..- J
dominante en el mundo, representa un reto cultural y social
en un memento en el que las alternativas al economicismo
parecen haber sido derrotadas. ;, ...,; .
Im~~~~desc~nocidas:
pnmllwes, Pans, Gallimard, 1962.
, , Cultu;a_ y raz6n practica. Contra e/ utilitarismo en Ia leo- I Anibal Quijano, "Modernidad, identidad y utopia", en Ia
na antropologtca, Barcelona, Gedisa, 1988. modernidad en Ia encrucijada postmoderna, Claco, 1988, p. JJ{c~~< '\
' \-:.!=:-r..-.::··.
126 127 ··~'~ '"
' -~~( ~
, .. ,~~'""''''' . '"
Pero Ia reconstruccion de esa imagen universal no acepta- europeos, mientras que los otros aun estaban en el salva:jismo
rfa Ia diversidad que otras culturas como Ia yoruba o Ia azteca y Ia barbarie. .· · :·, · .
tenfan del mundo.
Renacimiento, Ilustraci6n y evolucionismo sintetizarfan el
E_n este momen~o, Europa descubre para sf misma que no surgimiento de Ia modernidad, que tendrfa como centro de
esta sola Y que ex1sten otras civilizaciones con un alto grado irradiacion el ombligo europeo.
?e desarrollo •. Ilamese modernidad, que tarde o temprano
Iban a expand1r~e y a proponer sus antiguos c6digos sociocul-
turales que pud1eran haber americanizado o africanizado al
Pn!stame tu ombligo para afirmar
continente europeo . ·- mi rizodernidad
. El pens~miento del Viejo Continente de ese entonces da un
giro, adm1te que Ia tierra es redonda, reconoce Ia existencia Las otras culturas amerindias y africanas serfan observadas
de otros mundos terrenales con abundante riqueza material con una vision prejuiciada que naci6 como resultado del
Y. cultural que hasta cierto pun to podrfan amenazar sus in ten- · asombroso descubrimiento.
Clones expansionistas. La inmigraci6n forzada de africanos subsaharianos a las
Europa opta por un concepto de universalidad unilateral . Americas y el Caribe fue una consecuencia directa del desa-
Es decir, Ia universalidad parte de Europa y para Europa. Sur~ rrollo del capitalismo mercantil, asf como tambien lo fue Ia
~en l_~s prejuicios. raciales y culturales. Aparece Ia conceptua- despoblacion de los espacios civilizatorios de los aztecas, na-
h~acwn del cent~Ism? europeo . Como dijera Voltaire, para re- huas, mayas, aymaras y caribes, entre otros.
af!rmar Ia conCienCia de Ia europeidad: "Se reconoce, en Las multiples culturas desarraigadas y transportadas violen-
general, que el entendimiento humano no esta tan formado tamente de Africa hacia America y las culturas amerindias
en el Nuevo Mundo como en el Viejo."2 originales fueron sometidas a un asfixiante tratamiento de
Par su parte, Kant sostenfa que "Entre los pueblos de nues- . desvalorizaci6n.
tra parte del mundo son en mi opinion los italianos y los fran- El proceso colonial europeo fue creando, en cada etapa de
ceses los que masse distinguen de los demas por el sentimien- consolidacion de Ia estructura de Ia dependencia, los meca-
to de I~ bello; los alemanes, los ingleses y los espaiioles los • nismos del colonialismo interno en las antiguas provincias, es
que mas sobr~salen en el de lo sublime", J y con respecto a decir, elaboro los elementos de juicio que debfa adoptar Ia
los pueblos afncanos y ameril'l.dios, Kant Jes achacaba Ia teal- emergente mentalidad criolla para que esta se diferenciara de
dad Y una sensibilidad por debajo de Io significante. ·· las culturas sometidas a! trauma del sistema esclavista, neoes-
D~~de el Re~acimient?, aurora del capitalismo,4 a Ia Ilus- clavista y Ia situaci6n de marginalidad socioeconomica.
tracwn, entranamos a! siglo XIX para coronar a! evolucionis- La mentalidad criolla que nacfa mir6 su proceso moderno-
mo, tratamiento te6rico 9ue justificaba el centrismo europeo dependiente con el ombligo ajeno. Es lo que nos deja como
ale?ando que ..Ia humamdad pasaba por varias eta pas que testimonio el honorable Congreso de Ia Gran Colombia, cuan-
senan el salvaJismo, luego Ia barbarie y finalmente Ia civiliza- do se planteo, una vez culminado el proceso de Ia indepen-
cion, etapa esta ultima que solo habfan alcanzado los pueblos dencia, el de manumisi6n, el cual se trat6 de cuestionar por
todos los medias debido a que, cuando los esclavos pasen a
2 Ia fase de manumisos -se decfa-, "seran peores en sus habi-
Voltaire, citado en Michel Duchet, Antropologia e historia en el Siglo de las
Luces, p. 263. tos que los esclavos". 5
: Agnes Heller, El hombre del Rel]acimiento, Barcelona, 1980, p. 9.
Emmanuel Kant, Lo belloy lo sublime. La paz perpetua, Madrid, 1982, p. 68. 5 Materiales para el estudio de Ia cuesti6n agraria en Venezuela, t. I, p. 35.
128
129
; Prfncipe de Asturias, Arturo Uslar Pietri, se expresaba en los
En Ia Constitucion venezolana de 1830, que sanciono el
Congreso, los derechos politicos y sociales solo fueron otorga- siguientes terminos:
dos a los blancos criollos y propietarios, a pesar de que esta El indio era aun mucho mas incapaz de valorizar que el _es~a
misma Constitucion proclamaba Ia igualdad natural de los iiol. Nunca tuvo ni capacidad ni resignaci6n para el tra~~JO sis-
hombres, pero serian considerados como tales aquellos que tematico. AI hablar del indio las palabras per~za y VIC!~ sur-
con los movimientos independentistas no pudieron lograr gen constantemente de Ia pluma de los cromstas colon~ales.
una independencia mental, intelectual, conceptual; al contra- La aparici6n del negro en _A~erica fue una consecuenc1a de
rio, entraron en una fase de enajenacion mental donde Ia re- Ia misma incapacidad del md10. .
ferenda segufa siendo Europa y comenzarfan a encandilarse El negro, por su parte, tampoco conshtuye un aporte que
por el surgimiento del imperio posmoderno: Estados Unidos. pueda beneficiar a Ia raza. La mezcla result":~te no ha supera-
Estas premisas, hasta cierto punto, van a configurar un do los componentes originales. Lo que pud1eramo~ llamar Ia
atractivo rosario de ideas para algunas de nuestras lumbreras raza venezolana actual es, en_r~sg?s generales: tan mcap~z de
,j una concepcion moderna y d1~am1ca del trab?JO y de ~a nque:
intelectuales que obstinadamente buscarfan definir teorica- za como Io fueron sus ascend1entes. Esto qmere dec1r que s1
mente Ia idea de America. no modificamos grandemente Ia composici6n etnica de nues-
Nos encontramos con que, a partir de los afios veinte del tra poblaci6n sera casi imposible variar el curso de nuestra
siglo XIX, el marxista peruano Jose Carlos Mariategui ex pre- historia y hacer de este pais un estado moderno.
8
saba que:
He aquf una modernidad expresada_ por los c~iollo~ ameri_c~
EI aporte negro, venido como esclavo, casi como una mercan- nos que sufrieron y sufren Ia angustla de una 1dent1d<l:d tragi-
cfa, parece aun mas insignificante y mas negativo. EI negro ca y que, por ser tal, desesperadamente ausenta y mega l~s
trajo su sensualidad, su superstici6n, su primitivismo. EI noes- otras culturas no europeas, para proyectarse en un espac10
taba en condici6n de contribuir a Ia cultura, sino de obstaculi- mental ajeno a su propia realidad. . , .
zarla mas bien bajo el influjo aspero y vital de su barbarie. 6 Es el prestamo del ombligo_ eu~opeo para m1rars_e a s~ mis-
mo 0 para decirlo en otros termmos, son los narc1sos ~m es-
Esa vision tomaba cuerpo en Peru, en las tierras de Tupac pejos: Es el inicio de una carrera i_ni~ter:~mpida hac1a una
_ Amaru, mientras que, en Republica Dominicana, modernidad a causa del efecto de Imitacwn.
j
Pedro Henriquez Urefia, por su parte, cuando examina en su La afrovenezolanidad, entre Ia modernidad
penetrante ensayo las posibles formulas del americanismo, re-
tiene, en su rigor, estrictamente a Ia naturaleza, al indio y al y La posmodernidad
criollo (blanco). A su !ado pasa silenciosamente el aporte afri-
cano al criollismo radical latinoamericano. 7 A pesar de los rigores del sistema esclavista, las culturas de
origen africano encarceladas en las d_iferentes ~nidades ~co
En Venezuela, para 1937, el recien galardonado por Ia orden nomicas fueron cimarroneando espacws, conqmstando ahen-
s Arturo Uslar Pietri. "Venezuela necesita inmigraci6n",_f!? -~~!etin de !CI £cimara ---- -~--' _
~--~-- 6 Jose Carlos Mariategui, citado en Rene Depestre, Adios a Ia negritud, p. 94. de Comercio de Caracas, Caracas, julio de 1937, p. 6943.
7 Pedro H. Urena, citado en Rene Depestre, op. cit.
131
130
to basta iniciar un largo proceso de restructuracion y estruc- y locales . Procuro bomogeneizarlo todo y en 'tod~s lo~ rinco-
turacion. nes desde Congo Brazzaville, pasando por Tokio, basta el
Rebeliones, cumbes, cimarronerfas, participacion en pro- apa'rtado Birongo. Aplastamie~to que quiso imp?ner un sol?
yectos definidos como otras propuestas libertarias, partici- modelo cultural, una sola sonnsa, una sola com1da, gestuah-
pacion en las trampas de las guerras independentistas de los zacion en serie ... to do, absolutamente todo. .
blancos criollos, etcetera, inventario inacabado que sumo un No obstante, por agotamiento, el discurso ba entrado en en-
cumulo de experiencias que influirfa, quieranlo o no los mo- sis y los modelos de Ia modernidad dependie~te v_iv:n ~~a
dernos de Ia decada de los treinta, en Ia elaboracion del plura- ridfcula tragedia. El espejo de Narciso que servia de H~ItaciOn
lismo cultural de un espacio administrative llamado Tierra de eterna ba sido roto por los movimientos culturales cimarro-
Gracia o Venezuela. nes que no cesan de reclamar su pluralismo, el cual ~s el re-
Siempre en desventaja socioeconomica con los criollos de sultado de una exigencia y un derecbo no regalado, smo con-
nuevo y viejo tipo, los africanos y sus descendientes restruc- quistado al igual que el acervo m~terial, con los golpes Y las
turaron infatigablemente el sustrato original. No se mantuvo pequefias victorias en una lucba sm cuartel. Abor~ Ia_ moder-
preso en Ia nostalgia del regreso a Africa o en Ia pureza nidad agonica se llamara posmodernidad, despues .m~enta
etnica, ni tampoco en el estatismo cultural, pero sf pudiera- ran Ia plusmodernidad para atrapar to~os ~s,tos movm:uen~os
mos decir que se fue elaborando otro discurso cultural que imperceptibles a Ia Iuz de Ia conceptuahzaciOn de las ciencias
desemboco en una especificidad afrovenezolana que, des- sociales eurocentricas. Es dentro de este marco donde ~I ~o
pues de recorrer caminos tortuosos, fue cimentando su auten- vimiento cultural afrovenezolano, con base en orgamz~ciO
ticidad en relacion con las culturas dominantes (europeas) e nes comunitarias, esta rompiendo los moldes de superviven-
indfgenas. cias africanizadas y folclorismos inutiles que rompen el cerco
La diversidad cultural afrovenezolana surge de una rela- de Io musefstico y unidimensional. .
cion directa y dinamica que oscilo entre Ia opresion y ra irre- Es Ia insurrecci6n de los tres saberes contra los d1scursos
verehcia. teoricos, unitarios, formales y cientfficos. Tal como dijera Mi-
Las culturas del Valle de Chuao, Barlovento, Bobures, Costa . cbel Foucault, es Ia recuperacion de los discursos desplaza-
-de Ar"agl.la y Carabobo lograron-enraizarse basta constituir un dos, Ia reivindicacion de Ia propia subjetividad. Es acabar con
sentido comunitario de pertenencia que super6 basta cierto esa horrible indignidad de que los otros hablen por nosotros.
punto el discurso del desprecio generado, aun en Ia actuali-
dad, por el endorracismo y el autodesprecio del pasado afri-
cano.
Hoy, desde el seno de estas comunidades y sobre todo en
las ultimas decadas, se ba ido entretejiendo Ia autoafirma-
cion cultural, Ia diferencialidad, de que no somos europeos, ni
tampoco africanos, pero que reconocemos en Africa Ia base
sustancial del punto de partida de nuestra especificidad cultu-
ral actual y Ia redimension de Ia diferencialidad cultural aun
dentro de Ia misma afrovenezolanidad.
La modernidad europea y norteamericana, con sus meto-
dos mas rudimentarios, basta Ia teleinformatica mas avanza-
da, intento acabar con las diversidades culturales regionales
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)
134 135
Ia libertad por su propia mana se les seiialo como cimarrones to" con Ia joven Salvadora Espinosa, "de calidad" mulata. El
o palenqueros. A aquel que finalmente compro su libertc.d 0 padre percibfa el daiio social de esa ~nion en su p:rsona y en
que fue manumitido se le conocio como horro o Iiberto. Y, el porvenir social de sus otras dos hiJas, pues tem1a que elias
aun despues de Ia abolicion en el siglo XIX, a los descendien- no encontraran esposo de su misma categorfa, a causa del pa-
tes de los africanos se les llamo libres recalcando su historia rentesco que acababan de establecer con aquella joven. En el
d_e, escla~itud ~entro del proceso de identidad y de discrimina- documento el padre solicita a las autoridades, una accion pu-
cwn socwrrac~al en nacientes republicas como Colombia. En nitiva contra el sacerdote que habfa celebrado Ia boda, al
este proceso, siguieron arrastrandose elementos fundamenta- tiempo que al hijo "delincuente" lo deshereda de sus bienes;
les de identidad de Ia colonia, que, en el caso de Ia Nueva Gra- fueros y honores, y lo rechaza como miembro de Ia familia, en
nada, se apoy6 en Ia pertenencia a una etniaJ y Ia ausencia un intento por recuperar su sitio en la sociedad de castas.4
de una reflexion en torno a los derechos que tanto indios
como negros pudieran tener en el nuevo panorama jurfdico.
Antes bien, para el efecto, se considero deseable Ia posibili- El blanqueamiento
d~d del blanqueamiento, particularmente de Ia poblacion in-
dia, como una de las rutas hacia Ia civilizaci6n. Y, dentro de Aunque Ia sociedad de castas se derrumbo mediada por el nu-
esta posibilidad, el Ilamado cruce de las razas fue mal necesa- mero abrumador de uniones entre personas de una y otra et-
rio para alcanzar metas de homogeneidad. nias, estas categorfas y las de los indios, negros y blancos,
permanecieron. Y tambien el blanqueamiento como una es-
El mestizaje trategia de participacion en Ia naciente republica. Desde las
experiencias de Ia gente negra, es preciso mencionar como
su comportamiento en este proceso se ha ajustado a lo que
EI mestizaje a su vez fue cimiento de Ia construccion de una Carrera Damas 5 ha llama do "Ia guerra de las razas". Dentro
sociedad_ de castas, entendidas estas como categorfas de gen- de esta, los grupos negros han apelado a estrategias de huida
te que, sm ser blanca, aspiraba a serlo, aunque se encontrara y enfrenta miento. Una huida de lo negro haci~ lo ?}anco con
en algun Iugar de Ia piramide entre Ia base donde estaban los los consiguientes conflictos de Ia despersonahzacwn : un en-
negros y los indios y el vertice de los blancos, que cuidaban frentami ento del negro con su propia identidad y con Ia pro-
su estatus con celo agudo. Tanto asf, que pasar de una casta puesta par una sociedad dominada por blancos, asf como el
a otra requerfa entrar en el proceso de blanqueamiento cu- enmascaramiento de cualquier tradicion y del ser negro, fue-
Y?s resultados podrfan comenzar a apreciarse y a valid~rse ron mas viables que Ia empresa de revalorizar y rec~noce_r
solo en el curso de una sucesion de generaciones. cualquier pasado africano para lograr un presente con Identi-
En 1787, par ejemplo, don Juan Ignacio de Salazar declaro dad etnica propia.
que, en tanto descendiente de. "gente honrada Jimpia de toda Pero la ideologfa del blanqueamiento_ genetico y cultural
raza de Gu_inea", entablaba querella contra su propio hijo lleva implfcito el proceso de mestizaje. Este, a su vez, como
Juan Antomo por haber contrafdo este matrimonio "de secre- meta de accion sociopolftica, es discriminatorio a Ia luz de Ia
3
. Vease Jorge Orlando Melo, Etnia, region y naci6n: el fluctuante discurso de Ia 4 Vease Archivo Nacional de Colombia, Bogota, misc. t. 45, ff. 634-670.
Ident1dad (Notas para debate). ldentidad. Memorias del V Congreso Nacional de An- '
'.
tropologfa, Villa de Leyva, JCFES, 1990. s Vease German Carrera Damas, Huida y enfrentamiento. Africa en America
Latina (ed. Manuel Moreno Fraginals), Mexico, Siglo XXI/UNESCO, 1977.
I
136
I •
~~~ --~~..·r-~·-.,.--~....,~-~-,._,\":' ---:'?-:""'""--~·---·~· ··
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existencia de diversidades sociorraciales que reclamen dere- "dentidad que ocurren en Colombia, en el plano regiona~. Es
chos de identidad. Indios y negros absorbidos en una pobla- ~I caso de Ia region antioquefia del occidente colombia?o
ci6n mestiza cuyas metas sean el blanqueamiento desapare- que, en su definicion de lo antioq_uefw, p~se al a~or~e de I'!l-
cerian de panoramas especfficos de identidad y tambien de dios y negros, suprimio Ia presen~Ia del.ulti?IO, senalo Ia ~xis
los escenarios de identidad nacional. Como si esto fuera poco, tencia del indfgena como salva}e y as1gno el protagomsmo9
empezando el siglo XIX, al acercarse Ia constituci6n de las repu- cultural y economico de Ia region exclusivamente al blan~o,
blicas libres, el termino generico de ciudadano con significados cuando en verdad Antioquia debe su fiso~omfa a Ia contr.lbu-
implicitos de emancipaci6n ayud6 a sumergir polfticamente a cion emprendedora de los negros que abnan monte, segm.dos
las identidades etnicas indias y negras en Ia invisibilidad. por los comerciantes blancos que montaban las fondas o tlen-
No obstante, en Ia mitad de Ia centuria mencionada, cuan- das de comida y abastoS. 10 , •
138
' ' · Bogota, Academia Colombiana de Historia (Biblioteca Eduardo Santos). 1955.
139 I
• - : I ~ ~. I
El desarrollo de Ia raza · 'zos", empieza a recitar Ia voz popular que .habla de laidenti-
dad en los procesos del poder politico de distintas tendencias.
La· apa:icion de una ]~y de inmigraci6n en el Congreso de Ja Este giro de eventos, sin embargo, no desvanece Ia discri-
Repu~hca de _Colomb~a en 1922 concreto entonces el triunfo minaci6n sociorracial que sufren negros e indios, los cuales
~e la IdeologJa del ~!anqueamiento como condicion para el siguen existiendo en el mundo real de pafses como Colombia
des;;rrollo .de la :aza . La ley 114 anunciaba que, para propen- y manifestandose en sus reclamos de reivindicaci6n.
der al mejoramiento .de sus condiciones etnicas, tanto ffsicas
~o~~ morales, el. ~oder Ejecutivo fomentara la inmigraci6n de
I~dividuos Y fam1has que por sus condiciones personales y ra- Legitimidad e identidad
CI~les no puedan o no debao ser motivo de precauciones". y
mas ad~Jante, Ia ley reiteraba que "queda prohibida Ia entra- Desde luego que Ia situaci6n de los indios contemporaneos es
d~ a! pais d~ elemento~ que por sus condiciones etnicas, orga- · distinta de Ia de los negros. Los primeros han podido legiti-
mcas o soc.Jales sean mconvenientes para Ia nacionalidad y mar su identidad apoyando sus reclamos en !eyes como Ia 89
para el meJOr desarrollo de Ia raza". · de 1890 que, si bien los sefiala como salvajes, les permite ac-
En el marco de Ia ideologfa sociorracial de blanqueamiento tuar dentro de los marcos jurfdicos de Ia naci6n. La implanta-
Y_de progre~o ~e~ pafs, Ia intenci6n de Ia ley era aumenta; el . cion y el perfeccionamiento de Ia antropologfa en Colombia
numero de mdivJduos blancos para atenuar el mestizaje im- · y otros pafses de America, sabre Ia base primordial de investi-
pregnad_o de elementos no blancos. A mediados de este siglo . gaci6n relativa a grupos indios contemporaneos y arqueol6gi-
l~s refleJOS de esa ley habfan permeado Ia cotidianidad de re~ cos, ha constituido un apoyo academico serio en ambitos de
g1?nes apartadas en donde las proposiciones del blanquea- Ia educaci6n y de Ia divulgaci6n que favorece Ia afirmaci6n
mJento se tornaron voz popular en el decir· ·hay que m · de su identidad. Un testimonio de tallegitimidad es Ia presen-
Ia raza! ·1 e)orar
cia de numerosos recintos de museograffa que en ciudades
En la segund~ mitad de este siglo, sin embargo, las necesi- grandes y pequefias se multiplican para exaltar mayormente
dades de m.an_eJo del poder polftico encaran nuevas realida- las glorias de oro y cer.:imica del pasado tecnol6gico del indio.
des: el ~recJn:Je':to poblacional del pafs, los movimientos de Pero lo mismo no ha sucedido con los grupos negros que,
campes1~os, ~~d1genas y .campesinos negros, Ia tempestad pese a haber reclamado formalmente, durante mas de 20 afios,
de Ia emrgrac1~n ~ural hacra las urbes medianas y grandes re- en nivel nacional e internacional, el fin del trato discriminatorio
t~rna~ al mestrzaJe como plataforma para aproximarse a Ia hacia su historia africana y su diaspora americana, su cultura y
d1vers1dad cultural de las comunidades. Lo mestizo se proclama su aporte socioecon6mico en Ia construcci6n del pafs, en los
ento~c~s como la mezcla de indio, blanco y negro en terminos .•campos de Ia educaci6n y de Ia divulgaci6n academica y pu-
fenotJpJcos Y .culturales y pretende atenuar Ia inferioridad que . blica no han logrado apoyos institucionales comparables con
se Ie.s h.a endllgado a los no blancos. De esta suerte, Jo negro ·los del grupo indfgena. Se les niega el derecho por conceptua-
Y lo mdw que?an _co?lo fen6menos del pasado e invisibilizados lizar su cultura en Ia ideologfa de lo mestizo y en Ia categorfa
como cat~~onas etmcas de poblaciones con reclamos y cultu- ·de lo folclorico. El hecho de haber participado activamente
ras espec1ficas. "Aql!f.~adie es blanco, todos somos mesti-
13
en los procesos de blanqueamiento genetico y cultural y de
,.,,.,,""'·'· ·~ .. que algunos grupos tengan acceso a Ia vida urbana, conforme
• ~-~ .\;r~:ii:. ,~<-
13 Vease Peter Wade, "Rep}isentation and o . Bl k - ... a una estrategia de sobrevivencia y de participaci6n en el pafs,
presentada en el II World Co'ft'·' ·'c. P wer. ac s I_n _Colombia , ponencia . se interpreta como un ingreso incuestionado a ambitos de clase
1990. . ·~<;'i1l;~~~~-;of Archaeology, Barquisimeto, septiembre de
social y desvinculados de cualquier condici6n etnica.
-.~:-.%~(.'_'
i!';S· . ·.~·
140 .. •· ..
141
~emej~nte invisibilidad tambien ha sido manejada por Ia iz-
qmerd~ msurgente: Ia de escritorio y aquella de Ia guerrilla.
-~;}~kante siglo y rriedio han ocupado generaciones de mineros
negros en ellitoral del Pacifico, el despojo que acaba de orde-
El fenomeno, que ha sido analizado por Jaime Arocha en fo- narse mediante el reciente c6digo de minas con el decreta
ros nacionales e internacionales, 14 pareceria relacionarse 2655 de 1988 es otra prueba. La situaci6n de muchos habitan-
con Ia ideologia del ~lanqueamiento de que, por un Iado, para tes en esa area era Ia de colonos en terrenos baldios que, por
prog~e~ar es necesano superar Ia identidad etnica y, por otro, desconocer el ambito juridico, no reclamaban su derecho a
adqumr Ia de Ia clase social. Desde luego que estas ideaciones las tierras de su asentamiento secular modelado por la heren-
s?n similares a aquellas de Ia derecha que, desde finales del cia consuetudinaria de troncos de parentesco. 16 No puede de-
s1glo pasa~o. predica que para progresar es preciso blan- ciise que las instancias gubernamentales no conocieron este
quea~se. deJando de ser indio o negro mediante el paso por el · hecho. En 1972 y los afios siguientes, el respective Ministe-
mestiZaJe.
rio de Minas y Ia opinion publica nacionales fueron informados
Frente a las posiciones de estos dos bandos de ilustrados de los detalles de Ia investigaci6n antropol6gica que descu-
que justifican el aniquilamiento cultural etnico en pro del pro- bri6 la existencia de tales troncos como una cre~ci6n adapta-
gr~so,_de Ia modernizaci6n ode Ia revoluci6n, las reacciones tiva de selva aurffera en el seno de una region cultural de
de md10s y negros en su calidad de etnias ha sido Ia desvincu- diaspora africana en Colombia. No obstante, ella fue ignoro.-
laci6n, por un !ado, de los proyectos revolucionarios y por do tanto como las deliberaciones y conclusiones de Ia Orga-
otro de los programas de integraci6n gubernamental. Estos nitaci6n Internacional del Trabajo {OIT), expedidas en el de-
en los ultimos afios, se han insertado como molinos de homo~ cenio de 1950 y ratificadas en 1980, a las cuales Colombia se
geneizaci6n de Ia identidad cultural y para sus efectos actuan ha adherido. En elias, se establece el reconocimiento territo-
en regiones enfocadas por igual como el habitat de clases ru- rial de los espacios ocupados secularmente por comunidades
rales o urb_anas populares. Asf, en Ia administraci6n de pro- negras. No obstante, el Instituto de Reforma Agra_ria de Co-
gramas se Ignoran especificidades como las formas de trans- lombia rechaz6 las peticiones elevadas en el decen10 de 1980
porte en zonas ~an vastas como ellitoral del Pacifico, poblado en torno al reconocimiento factual y Ia entrega de tales terri-
P?~ un_~0 por c~ento de gente negra cuya principal via de mo- tories. En tanto, Ia industria privada interesada en los recur-
VIhzaciOn son nosy esteros. El testimonio de este tratamiento sos madereros del area especffica del Atrato, en el Choc6,
de invisibilidad aparece en el Plan Nacional de Rehabilitaci6n ejerci6 presiones para acallar el reclamo de las comunidades
· esbozado durante Ia administraci6n del presidente Belisario negras. El curso de los hechos sefiala actualmente situaciones
Betancur y expedido con mayores agravantes por Ia presi- de conflicto con intereses multinacionaJes en el uso de recur-
dencia de Virgilio Barco con fecha de 1988, donde ni siquiera sos, que ya empiezan a delinearse.
aparece mencionada Ia palabra canoa.Is
En el campo de Ia legislaci6n, respecto de los territories que
Identidad y tecnologfa
Ve~se J:Um: ~ocha,
I
14
"Democracia ilusoria. El Plan Nacional de Rehabilitaci6n
ent~~ mrnonas e~mcas", en Ami/isis Politico, num. 7, Bogpta, lnstituto de Estudios Una reflexi6n sabre los desafios que la modernidad y Ia tec-
Politicos Y Relac10nes lnternacionales/ Universidad Nacional de Colombia mayo- nologfa actual en el escenario internacional plantean a cultu-
agosto de 1989; "Hacia una naci6n para los excluidos", en Magazin Dominic~/ num.
~29, de£/ Espectado:, Bo?o~, 30 de junio de 1989, pp. 14-21; "Desarrollo, pe;o con
--- 1~9fupos2n4-e2g5ros.
. pp. .
Cien dJas , en Cinep, num. I , voL 3, Bogota, julio·septiembre de
I 16 Vease Nina S. de Friedemann, Troncos among black mines in Colombia. Miners
I
~ -- --··
15 and mining in the Americas, W. Culver y T. Greaves (eds.), Manchester University
Vease Jaime Arocha, "Democracia ilusoria ...", art. cit.
Press, 1985.
142
143
I
j
ras tradicionales c?mo las de algunos grupos etnicos indios y Descontando el significado de este hechq en. ~ . !!s~enario
negros en Colombia no ha tenido suficiente cabida en los am- colombiano de Ia identidad y afirmaci6n de los valor~ <;Tea-
bites donde se dibuja el futuro del mundo. Mucho se habla de dares de futuro para las culturas indias y ne~as, quedan 1~t~
Ia proteccion del medio ambiente y del panico frente a Io que rrogantes en torno a la calidad de las relac10nes de domm10
se ha dado en !lamar el fin de las especies. 17 Sus sfntomas entre los mundos que han sido protagonistas delllamado en-
aparecen en diversos lugares de Colombia, considerada en el cuentro de hace 500 afios. La exportac~on de germol?lasma
no solo de pafses sudamericanos sino afncanos es .un ~Jemplo
mundo como.una pote!'lcia biotic~ de ecosistemas fnigiles en-
tr~ ~uyas regwnes estan el Choco y Ia Amazonia, que son el
de Ia polarizacion entre el Norte y e~ Sur ?el hem1sfeno e~ el
nuevo orden internacional del trabaJo: m1entras en los pa1ses
habitat d~ grupo~. etnicos cuya historia cuenta con procesos
de expenment~ciOn y de conservacion autoctonos muy !eve- del noreste se estimula la produccion de ideas, los del sur pa-
mente reconoc1dos en marcos de identidad cultural y mucho recen plegarse al ensamblaje y Ia exportacion de bienes orde-
menos en programas de desarrollo. nados por los primeroS. 20
La i;rupci~n d~ planes de_ crecimiento con capitales y tec-
nologia multmacwnales en areas como Ia del Litoral Pacffico
para intensificar Ia minerfa de metales, Ia crfa industrial de Jdentidad y reivindicaci6n
camarones y Ia siembra de palma africana conlleva Ia tala del
bosque tropical y de los mariglares. Y de contera Ia expulsion . Es cierto que, a partir del decenio de 1980, alentados por Ia
de Ia gente -negra en su rnayorfa- que allf ha vivido. Mien- celebracion del Primer Congreso de Ia Cultura Negra de las
· Americas , que tuvo Iugar en Cali, e.r: 1977, respaldado por
tras 9ue las tierr~s que erande .troncos de parientes pasan de
Ia UNESCO, surgieron grupos de reflexwn en torno a las. conse-
baldws a Ia prop1edad de consorcios o asociaciones privadas,
cuencias del encuentro de rnundos a partir de 1492. D1versas
P.~r efecto de Ia nueva legislaci6n, se desprecia Ia contribu-
· organizaciones de gente negra iniciaron trabajos en torno al
c~on q~; estos ~rupos.han hecho en el manejo del media am-
reclarno de sus derechos culturales y sociales. No obstant~,
biente. AI pnmer vistazo, el efecto de Ia modernidad en
los sistemas de comunicacion y educacion como Ia universi-
terminos de tecnologfa industrial resultarfa en emigraci6n de
. dad Ia escuela, las iglesias, los rnuseos, Ia television o Ia pren-
poblaciones humanas. Pero el alcance entre otros es el del
sa han sido inmunes a los reclarnos de individuos Y grupos en
aniquilamiento de especies y del conocimiento aut6ctono sa-
· torno a la aceptaci6n de la cultura negra, de sus contribuc~o-
bre Ia existencia de variedades de plantas tropicales. Desde
' nes y creatividad en Ia forrnacio~ de la identidad d;. amp has
luego .que alg~?as recie~te~ente ha? ~ntrado a ser objeto de regiones colombianas. En el rec1ente ~lama.~o pohtlco para
expenm~ntac wn agronom1ca y genet1ca para nutrir grandes
"una constituyente de todos los colombm.n~s , formulad? por
centros s1tuados en Ia Orinoquia y en el valle del Cauca, que
Ia presidencia de la Republica, Ia subcom1s1~n. ~.6 sabre rgual-
exportan termoplasma del hemisferio sur bacia el norte.I9
dad y caracter multietnico, parte d~ la. C_omlSJ?n de Derecho~
Humanos , propone consagrar el pnnCiplo de 1gua~d~? en o;~
17 Vease German Andrade, "Hacia el fin de las especies", en La Prensa Bogota gen, raza, color, sexo, religion , .idioma, lengu~, opm10n pohtt-
I y 2 de octubre de 1990, pp. 6 y 8. ' ' ca y posicion economica o soc1al. Pero s;gmdame~~e, .al ex-
18
.~ ease J_~me Arocha, "I?emocracia ilusoria .. .", art. cit.; Guillermo Gonzalez Uri-
b:, El Pacifico en renta, sm consultar a sus habitantes", en Magazfn Dominica/,
tenderse sobre el reconocimiento del caracter multletmco de
num. 378, de £1 Espectador Bogota 1990
I t •
19 Vease Jaime Arocha, Autoimagen, rebusque y nueva esclauitud Primer Foro
.·.
·.....
Un_iuersitario "Comunicaci6n e identidad cultural del pueblo colombiano" Barran-
qmlla, UNESCO, 1990. ' 20 Idem .
144
Ia nacion, reivindica el "respeto a las autoridades de la cultu-
ra indfgena, asf como a la propiedad de las comunidades indf-
genas sobre las tierras de resguardo".
Anotar la especificidad indfgena en este contexto de mul-
tietnia equivale a encubrir nuevamente el concepto de mesti-
zaje para todos aquellos grupos que no sean indios, lo cual fa- X. jCultura!: en el Caribe, ri~est~a consign~.
cilitarfa jurfdicamente Ia permanencia de la invisibilidad de la Obsesivas variaciones sobre la ctmarronena
cultura negra y un trato asimetrico de las propuestas constitu-
cionales de igualdad para las etnias distintas de Ia indfgena. como herencia y utopfa"
En Ia pnictica de Ia vida cotidiana, el reconocimiento y el
encuentro individual y colectivo del presente y del legado Angel G. Quintero Rivera
africano entre muchos colombianos constituyen urgencias no
solo para los grupos negros. No obstante, el requerimiento de ... todo caribeito sabe de modo mas 0
mas premura es el apoyo institucional que siga construyen- _r menos intuitivo que, en ultimo anaLisis,
dose entre las mismas comunidades colombianas y aquel ex- La unica posesi6n segura que La resaca
terno que provenga de Ia nacion y de Ia comunidad interna- de La historia Le ha dejado es su para-
cional. d6jica cultura.1
·lVease Antonio Benitez Rojo, La isla que se repite, Ha~o~er, Editorial d~l- Norte,
1989, p. 172, como parte de su amilisis de uno de los mas 1mportantes. claslcos d~
Ia literatura social del Caribe, el Contrapunteo cubano del tabaco y el azucar, de Fer
nando Ortiz.
146 147
derosas, la jerarquizacion de valores y practicas de conviven-
I··· En trabajos previos, hermanos en ten>Ati ;~>:;h~}nt~rtado,
demostrar que el Puerto Rico rural en esos primeros siglos del
encuentro fue poblandose de escapados, de. .cimarrones en el
I
cia y comunicaci6n fue constituyendose en el campo funda-
n:enta,l de Ia acci6n social autogenerada (o Ia voluntad) y ·· amplio sentido original del termino: fugitivos negros de las
abarco, naturalmente, Ia propia significacion de Ia relacion · islas vecinas -inglesas y francesas- de plantaci6n; evadidos
entre lo humano y su mundo. 1. indfgenas de Ia destruccion de sus comunidades y su modo de
Las diversas dominaciones coloniales imprimieron al Ca- l vida; y transfugas espanoles por razones vinculadas a Ia tur-
ribe un canicter de mosaico en sus practicas culturales que !1. bulenta historia peninsular del periodo, con sus conflictos
salta a Ia vista en una primera mirada superficial: algunos , etnicos internos contra descendientes de judios y moros, Ia
aparecemos como catolicos, otros como protestantes o practi- represiva Inquisicion y los angustiosos procedimientos de pu-
cantes del vudu o Ia santeria; algunos juegan el futbol otros reza de sangre. 2 No hay que olvidar que Puerto Rico era el
al cricket y otros mas al beisbol y al baloncesto. Pero c~n solo primer puerto donde hacfa escala u~a. de las dos flot~s. en _Ia
aran~r un poco nuestros multiples carapachos (por los demas,
transportacion entre Espana y Amenca3 y Iugar pnviiegia-
mu_Y 1mportantes), aflora una base cultural comun, contradic- do, por tanto, para Ia fuga de aquellos que en Espana t:mian .
tona, que se constituye en Ia tension dialectica entre ansias a1 creciente poder del Estado (en sus intentos homogeneizado-
libertarias y realidades impuestas. Pocos de nuestros antepa- res de Ia unificacion) y buscaban en America una mayor laxi-
sados fueron de este mundo o lo eligieron. Pero aqui estamos; tud de Ia presencia estatal. Sabre los espanoles de alguna des-
en el tan humano reajuste de las significaciones. cendencia judfa o mora el historiador espanol Dominguez
Los mejores analistas de las sociedades caribenas las han Ortiz senala que " ... podfan enrolarse como marinas o solda-
caracterizado como formaciones de plantacion argumentan- dos en una armada y una vez llegados a America desertar y
do que nuestro esqueleto cultural comun, en lo~ fundamenta- perderse ... "4 ·
les primeros siglos de existencia, fue Ia esclavitud negra. Ello Las referencias a los desertores son, de hecho, numerosas
es, a mi juicio, correcto, pero solo parcialmente, es verdad, si en las cronicas sobre el Puerto Rico de esos siglos:
concebimos Ia plantacion en terminos de las contradicciones
dialecticas que suponia: plantacion y contraplantacion; escla- ... agregaronse [a Ia poblaci6n] un numero de polizont:s, gru-
vitud y cimarronaje. Debido a nuestro Iugar en Ia expansion metes y marineros que desertaban de cada embarcac16n que
europea, la tirantez entre plantaci6n y contraplantacion estu- allf tocaba: esta gente por sf muy desidiosa, y sin sujeci6n al-
vo siempre presente en toda Ia zona y a toda Ia marco; aun-
que algunas sociedades incluyeron ambos tipos de contrafor-
maciones en sf mismas (como el Santo Domingo del siglo 2 Por ejemplo David y Goliath, num . 48, CLACSO, noviembre de 1985, pp . 35-51.
XVIII o Cuba en el XIX), otras fueron, como Barbados, funda- 3 Vease Geoffrey Walter, Politico espanola y comercw colonwl. 1700-1 789, Barce-
mentalmente islas-plantaci6n, y otras, como el Caribe hispano ·
lona, Ariel, 1979.
4 Vease Dominguez Ortiz, Los judeoconversos en Espaiia y America, Madrid, Ist-
hasta el siglo XVIII, ante todo sociedades de contraplantaci6n. mo, 1978, p. 129. Seiiala tambien qu~ "_'La efic?cia de estas dis?,osicione~ [contr? Ia
En este trabajo me concentrare en el analisis cultural de estas emigraci6n morisca y marrana a Amenca] deb16 de ser escasa. Co_ndus16n eqUlva:
lente comparte el historiador argentino Rodolfo Puigr6ss, La Espana que conq_wsto
ultimas, en particular Ia que he podido estudiar con mayor el nuevo mundo, Buenos Aires, Cultural, 1965, p. 102. Sobre formas_de e:vadlT las
detenimiento, Puerto Rico, e intentare auscultar Ia presencia prohibiciones, vease Juan Friede, "'Algunas observadones sobre Ia em1grac16n espa-
moderna y para el futuro de elementos conformados desde nola a America" en Revista de Indios. num. 49, vol. XI. En el detallado volumen La
; ·' · inquisici6n espafwla, Joaquin Perez Villanueva (ed.), Madrid, Siglo XXI, 1980, hay
l~s inicio,s d,~!)~~~ado encuentro de dos mundos, que fue mas
~epetidas referencias al escape a America, pp. 462 Y 932. ·
bien, en nu~stro caso, encontronazo y de mas de dos.
149
148
..
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·:::.•.
guna por parte del Gobierno, se extendi6 por aquellos campos del retraimiento, de lo que podrfamos Hamar, en terminos
y bosques ... 5 contemporaneos, el derecho de vivir en paz .
... muchos marineros y soldados se ocultan aJ abrigo de los na- Mucho se ha polemizado en el Caribe acerca de la impor-
turales: de suerte, que en Ia flota del aiio 72 [... ] se quedaron en tancia relativa de los trasfondos culturales de las diversas et-
esta Isla mas de 1 000 espaiioles; y no fueron muchos menos nias que fueron configurando el grupo humano residente en
l~s que se ocultaron en Ia del 76 [... ] Lo mismo sucede propor- Ia region, cuando, a mi juicio, mas importante aun que esos
c.wna!mente en los navfos sueltos de Espaiia e Islas Cana- trasfondos, que Io son sin duda, fue el hecho mismo de la
nas ...
amalgama y Ia manera como esta se produjo, es decir, Ia for-
El mundo ~el_ es~ape, ~se cimarronaje caribeiio de amplia macion social que fue cuajando en esa historia comun de Ia
amalgama e.tmca mcluyo, por tanto, diversos angulos, suma- cimarronerfa que conformo patrones radicalmente nuevos y
m~nte relacwnados ~ntre sf: Ia oposicion (economica) al tra- distintos. Dicha polemica, desvirtuada desde mi punto de vis-
baJO .torz.a_do o esclaviza_do, el retraimiento (politico) ante una ta, se basa en Ia concepcion tradicional del encuentro, en Ia
do~macwn estatal crec1entemente represiva y el aislamiento vision de que nuestras sociedades se conformaron con las
(socwcultural) de una cultura homogeneizante, antes toleran- aportaciones de tres bloques culturales: europeo, africano y
te Y aun ~~terogenea, ~~ro parte ahara de una opresiva cru- amerindio. No toma en consideracion esa perspectiva, que las
zada punf1~~dora o um~cadora impulsada desde el Estado. 1 condiciones en que tuvo Iugar el encuentro nos impiden refe-
E~tas opostcwnes rehman Ia confrontacion y escapaban al rifnos a dichas culturas como bloques de definidos patrones
hmterl~nd de Ia jurisdiccion del Estado colonial representado y caracterfsticas. No podemos soslayar que en el Caribe las
P?r Ia CIUdad. Esta a.malgama e~nica cimarrona (de negros, in- culturas encontradas, justa por razones indiscutiblemente
diOs, moras, sefard1tas y espanoles cristianos sospechosos), vinculadas a Ia colonizacion (o supuesto encuentro), experi-
ese mundo pardo, c~I?o lo llamaban los cronistas, fue ·confi- mentaban procesos abarcadores de desintegracion o transfor-
gurando una for,macwn social rural alrededor del eje de su macion. En los primeros tres siglos de moldeado de las socie-
naturaleza de transfugas: una sociedad basada en Ja libertad dades del Caribe hispano, en Ia ruralfa, frente a Ia plaza fuerte
citadina que representaba al colonialismo, fueron gradual-
5
mente encontrcindose y conviviendo personas cuyas culturas
"Memoria del mariscal de campo D. Alexandre O'Reylly (1765)" d 'd se hallaban amenazadas, y era precisamente frente a ese peli-
E Fernand M · d ( d) C • . • repro uc1 a en
· ez . en ez e . . romcas de Puerto Rico, vol. I, San Juan ELA 1957
p. 241. En el m~el .local, Juan Masini et at., Historia ilustrada de Yauco.' Yau~o lm: gro como se efectuaba la huida que posibilitaba el encuentro.
n
pa~ebnta Yaucol Pnntmg: 1925, p. 24, seiiala que "pobladores ex6ticos llegaban e i~ter
anse en a montana"
Muchos elementos culturales de los diversos trasfondos, natu-
ralmente, perduraron; pero Ia formacion cultural caribeiia no i
J Fray liiigo Abbad y L~sierra, Historia geogrcifica, civil y natural de Ia isla de San
6
~C}n Bauttsta de Puerto R~co (1782), San Juan, ed. U.P.R., 1959, p. 133. Vease tam- puede entenderse como mera yuxtaposicion de esos elemen- I
bJen Generoso Morales Munoz, Fundaci6n del pueblo de Gurabo San Juan Imp t tos, como sancocho o agiaco de esos remanentes. Como con- l
venezuela, 1944, p. 12.
7
•
G Vease Marcelin Defourneaux, Daily Life in Spain in the Golden Age Lond
n~;:ge Allenb and U~win, 1970. Los trabajos de Americo Castro incluye~ tam~~~
• rena
figuracion coherente, aunque paradojica o contradictoria,
tuvo su matriz inicial en Ia naturaleza de contraplantacion de
iI
e~o~ o servac10nes sobre este proceso: Espana en su historia · · la sociedad en la cual emergfa. Urge, pues, indagar en ese I
ro~ >: judtos, Barcelona, (1a. ed. 1948), Critica, 1983; La realidad hist6r~;~~:~s, "!.o- mundo de Ia contraplantacion, de Ia cimarronerfa. Para ello
I
:~~~~· !~~;~· ;!;{i:o:~u~g~~)7\ De Ia efad conflictiva, crisis de fa cultura~~;~:
. . od • ~ . · 7
• aurus, 9 6, entre otros. Tambien uti! aunqu
serfa necesario investigar mucho mas que como se ha hecho
--~:i~o~an:~"~i apologetJco ge Ia cultura espaiiola dominante, es el clasic~ de Lud~ hastaahora; pero sobre todo para examinar su presencia cul-
na (1a. ed.' 1 ~~~~~af~:~~79~~ del pueblo espafiol en los siglos XVI y XVII, Barcelo- ~\.U"al moderna, y para el futuro podemos adelantar algunos
sefialamien tos.
150
151
Las culturas de contraplantacion en el Caribe (como to- no sentfan pues Ia necesidad de organizarse y su naturaleza
da contracultura) varfan de acuerdo con Ia naturaleza de Ia antiurbana desalentarfa Ia formacion de palenques. Este otro
presencia de su opuesto. En paises con periodos de fuertes tipo de contraplantacion se caracterizo por viviendas aisladas
economias de plantacion esclavista, Ia contraplantacion es de nucleos familiares en una produccion familiar basicamente
~ - una amenaza, por Ia atraccion que ejerce sabre los esclavi- para subsistencia. Esta estructura agraria era en extrema dis-
zados. En ese sentido los cimarrones son fieramente persegui- tinta a la predominante en Espana (organizada alrededor de
do~ y sus comuni_dades atacadas. Forman aldeas (palenques 0 pequefios pueblos o aldeas), que la politica oficial colonial del
qmlombos) con fines de detensa mutua y de organizacion de Estado intent6 reproducir, sin exito, en las Americas. 10 Los
~na forma de vida, alternativa y amenazada.s Ademas, fue escapados rurales del Caribe hispano, incluyendo los de ori-
Importante el hecho de que en Ia plantacion esclavista con- gen espafiol, compartfan un retraimiento (buscado) del Esta-
trariamente a Ia esclavitud antigua, Ia reproduccion 'de Ia do. Se vivia fundamentalmente una economfa natural, lo
fuerza de trabajo no se generaba en Ia produccion sino en el opuesto a! comercialismo de plantaciones. Se desarrollo, sin
c?,merci~: en Ia trata de esclavos. (La intensidad de 'Ia explota- embargo, en un mundo y region de creciente comercio inter-
:wn hac1a q~e Ia vida de los esclavos fuera muy corta y que :·nacional. La presencia de este se buscara, sin embargo, fuera
estos se sust1tuyeran par otros nuevas suministrados par Ia de los canales del Estado: en el contrabando, cuya importan-
trata.) · ·
: cia recalcan repetidamente las descripciones e informes de Ia
En esta forma, Ia presencia de Africa se mantenia cultural- ' epoca.
mente mas cercana y Ia contraplantacion en esas situaciones ,,! A pesar de su primitiva rebeldfa, a! no aceptar vivir bajo Ia
retenia, con mucha fuerza, rasgos de Ia sociedad aldeana afri- .dominacion del Estado, el mundo cimarron de nuestros pri-
cana, aunque acrisolados par una situacion de amenaza dis- meros campesinos era extremadamente vulnerable y contra-
tinta.9
. dictorio. Su desaffo era de huida, no de ataque. Se buscaba
E~ ,soci~?ade~ de_ debil plantacion esclavista, pero fuerte .:vi vir al margen del Estado, no par una oposici6n al colonialis-
bastiOn mihtar Citadmo, como en Puerto Rico, Ia cimarroneria ; rna, sino par su situacion subordinada ante el, lo cual se mani-
era una oposicion en retraimiento, no activa. Los militares de festaba en lo individual de Ia huida y en Ia economfa parcelaria;
Ia plaza fuerte no verian ese mundo rural como una amenaza "... asi espafioles como mestizos, negros horros, indios y mulatos
sino como un mundo de indolentes primitivos. Los escapado~ muy apartados unos de otros en tierras asperas y montuosas". 11
152
153
. . .
• ... -·---------~ ............ L~···:~ ........ . ,. ._ .....,......, "~'.!;:-,o·,~)l.';"':,..,;:c '•:-:.:tt~·t; :t~r.'!'"-."!:·:; ~:;._-:<: ; ':-.~~~~-~-~-"~:£-~~-':Y.:t· ~;.?··· ·:' ~-~~
. Los cronistas recalcan todos e) amor del jibaro (en Puerto nialismo espafiol en Puerto Rico en esos siglos, por otro, posi•
Rico, e) escapado campesino) a Ia Jibertad: "... esta libertad re- ·-: bilitaron una primera concertaci6n sodal tacita en el pafs,
belde con que viven, casi sin reconocer dios ni rey, es ]a que fundamental para entender nuestra parad6jica cultura. El
retiene a muchos en esta isla sobreHevando con esto Ja mise- colonialismo citadino necesitaba diseminar subditos de Ia
ria con que viven en eHa".l2 Corona por Ia isla para su defensa frente a los ataques de las
Pero era Ia Jibertad del retraimiento; un retraimiento en potencias extranjeras. Y frente a Ia posibilidad de un colonia-
~an medi_da acomplejado: no habfa nada peor para un cris- Iismo de ruralfa controlada (de plantacion) que esos vecinos
tiano med10 moro en Andalucfa en 1492 que su mediomore- extranjeros representaban, el campesinado cimarron o, como
r~a; los espafioles eran los conquistadores y los indios los ven- decimos en Puerto Rico, j[baro, va a asumir (valientemente)
cidos; lo negro se identifica con Ia plantacion esclavista lo esa defensa de los Reyes Cat6licos, como evidencian las multi-
mas opuesto a Ia cimarronerfa. Asf, el Estado, el mundo 'del ples instancias de rechazo a los ataques holandeses, ingleses
cual se hufa, no necesariamente por malvado, sino por vence- y de franceses bucaneros.
dor, va a tomar claros tintes de superioridad etnica Ia identifi- Ese implfcito acuerdo social requerfa, sin embargo, particu-
cacion mas evidente. La caribeiia amalgama etnica' cimarrona lares patrones culturales que Ie hicieran posible. Julio Caro
fue configurando, pues, una formacion social rural marcada Baroja describe el contraste entre "Ia gran libertad de las gen-
por un sentido de minusvalfa. tes humildes para hablar y criticar [en Ia Espafia del siglo
XVI] por un !ado, y por otro, Ia gran intransigencia contra ex-
tranjeros y en materia de fe". 14 Ambos tipos de intransigen-
Lo mas admirable es Ia buena acogida que encuentran estos
pr6fugos de su patria Pos desertores] en los isleiios [seiiala un cia estaban intrfnsecamente relacionados, ya que los previos
documento del siglo XVIII]. Ellos los ocultan en los montes conflictos etnicos internos habfan generado una identifica-
hasta que se ausenta Ia flota; los recogen en sus casas, los ali~ ci6n de Ia religion con Ia nacionalidad. El deseo de los escapa-
mentan con franqueza, y con una facilidad increfble les ofre- dos en Puerto Rico de preservar su libertad dio Iugar, en este
cen sus hijas por esposas, aun cuando no tengan mas bien que contexto, a intentos contradictorios de una espafiolizaci6n no
Ia p~bre ropa que llevan a cuestas, ni otro caracter que los re- estatal como escudo. Marcados con una posible minusvalfa et-
comiende, que el de marinero o poliz6n; pues las circunstan- nica, para evadir los conflictos que estos tipos de intransigen-
cias de espafwl y blanco son mayorazgo rico y ejecutoria cias podfan generar y para posibilitar Ia antes aludida tacita
asentada para encontrar casamiento a los ocho dfas. Estos concertaci6n social, era sumamente importante no aparecer
nuevos colonos faltos de medios para subsistir honestamente como hereje o extranjero. Uno de los mas significativos inten-
se echan a contrabandistas, corsarios y vagos, de que hay mu-
chos en esta parte.IJ tos de espafiolizaci6n no estatal se bas6, pues, en Ia religiosi-
dad popular: de un cristianismo que era importante eviden-
ciar; tefiido, no obstante, del espontaneismo libertario de esa
La asp~racion de Ia libertad en el escape y este sentido de mi- nueva sociedad que se configuraba en Ia amalgama etnica de
nusvaha, por un lado, y el caracter citadino-militar del colo- Ia ruralfa del escape.
Una de las principales y mas hermosas manifestaciones de
este fen6meno se encuentra en Ia mas acabada expresi6n
Docurn~nto de 157.8 en ibid., pp. 3S.39. Otras referericias ~ este sentimiento en
12
Abbad Y Las1erra, op. ctt.;. Fernando Miyares, Noticias particulares de Ia isla y plaza
· de~ Juf!ll de Puerto R1co (1775), San Juan, U.P.R., 1957, y Andre Pierre Lednl
_ Vif{ a Ia ISla de P_uerto Rico (1797), San Juan, lmprenta Militar de J. Gonziilez, 1863: 14 Julio Caro Baroja, lnquisici6n, brujeria y criptojudaismo, Barcelona, Ariel, 1970,
. Abbad Y Las1erra, op. at., p. 133. Las cursivas son rnias. p. 17.
154
155
.J
plastica de ese mundo: Ia tradici6n de los santos tallados en s:fmbolo unificador fundamental. Prolifer~· .en~r~ l,?s .sant?s
madera. Las casas eran boflios (es decir, de origen indigena). tallados, en media de los cuales se coloca stempre, ademas;
Una manera de identificarlas como cristianas (y, por tanto, en Iugar protag6nico, al rey negro. 16 Los ,Tr~ Reyes Magos
como no extranjeras o espanolas) era con Ia presencia de Ia representaban precisamente Ia_ ~malga~~ etmca: s~ encontra-
imagen cristiana del santo. Pero Ia imagen no sera nunca fija ban hermanados en Ia adoracwn del mno, es decu, en la es-
o estatica. La libertad y espontaneidad de Ia vida en cimar:-o- peranza del futuro.) . . , .
naje se manifestara en Ia forma de vestir al santo, que se En todas estas celebracwnes, el ahmento y la mus1ca de-
caracterizara por pintar Ia imagen tallada de acuerdo con sempenaran un papel fundamental. Se comer~ _I;ch6n _asao,
particulares ocasiones. Is costumbre que ha adquirido caracter de tradicion nac10n~l.
La religiosidad popular no institucional de los jibaros ma- Podria uno muy probablemente tener alguna asce~denc1a
nifestara su no extranjeridad, mientras simultaneamente (y mora o judfa (que, es importante recordarlo, no com1an cer-
camuflajeado) su vivir espontaneo fuera del dominio estatal do),17 pero uno desea que /o dejen quie!o _las autor~dades, se
permitira y conformara los encuentros sociales. Se vivfa en- desea no ser perseguido. Ahara sees cnstlano yes Importan-
tonces a diario en aislamiento y los encuentros tomarfan Iu- te demostrarlo. Puede que no se coma cerdo a menudo (no
gar pri':cipalmente alrededor de Ia actividad festiva, que se se traslada a Puerto Rico Ia tradici6n espanola del jam6n Y el
conformarfa en torno a Ia importancia de evidenciar Ia no ex- chorizo, por ejemplo). pero en Ia solemnidad, en Ia fiesta, no
tranjeridad; es decir, vinculada a alguna celebraci6n cristiana solo se consumira sino que se ofrecera a todos.
(o cristianizada). La mas relevante de nuestras fiestas negras Cronistas de todo el Caribe hispano describen vfvidamente
(de Lofza, una region poblada sabre todo por negros escapa- Ia importancia que otorgaba este m~ndo .campesino a ~ichas
des de las islas vecinas) sera el honor del mas espaiiol de los festividades sociales y, debido al aislamiento del patron de
osantos: Santiago Matamoros. El mas libertariamente pagano asentamiento, Ia necesidad de caminar o cabalgar leguas
de nuestros festejos -Ia celebraci6n del solsticio de verano- para participar en elias:
se efectuara en honor del santo con que habia nombrado Es- La diversion mas apreciable para estos is! enos son los bailes
pana a Ia isla: San Juan. Las principales solemnidades de las [... ] y acuden centenares de todas partes aunque no sean lla-
distintas areas rurales conmemoraran a! santo protector de Ia mados [.. .] estos bailes suelen durar toda una semana. Cuando
parroquia de cada centro pueblerino -las fiestas patronales- una cuadrilla se retira, otra viene, y asf van alternando noche
Y en Ia de fecha fija (el solsticio de invierno), mas importante y dfa, hacienda viajes de dos y tres leguas, sin .o:ro objeto que
que Ia navidad misma sera Ia festividad de Ia epifanfa. (No el de ir al fandango cuya musica, canto y estrep1to de patadas8
. . 1
debe olvidarse que uno de los Tres Reyes Magos era un africa- deja atolondrada por mucho t1empo a cab eza mas
,
ro b us t a.I
no negro y los otros dos en Ia tradici6n puertorriquena apare-
Las palabras con las cuales se nombrara Ia musica principal
cen como de lugares poco precisos, referidos, generalmente,
como Oriente. En un mundo caracterizado por Ia amalgama
etnica era significative establecer que un negro podia ser cris- I6 Ramon Lopez, suplemento de Claridad, 6 de enero de 1990.
tiano y rey; y monarcas y cristianos tambien personas de ori- I7 Tan importante fue en Espana esa forma "gastronomica" de identificacion , q~e
gen difuso: los magos provenientes de tierras lejanas seran un a los judioslesllamaron marranos y, en las Islas Baleares, chuetas, palabra que qme·
re decir tocino, para hurgar en Ia llaga. . •
I8 Abbad y Lasierra, op. cit., pp. 188-190; respecto a Sant~ Dommg?, vease, ?or
ejemplo William Walton "Present State of the Spamsh Colomes Includmg a Particu·
IS Vease el sugerente escrito de Marta Traba, La rebeli6n de los santos, San Juan,
Iar Rep~rt of Hispaniola {1810)" y otros documentos cit~dos en.Emil!o Ro?riguez ~e
Puerto, 1972. morizi, Musica y baile en Santo Domingo, Santo Dommgo, Lib. Hispamola, 197L
157
rronena es el camuflaje que, si bien mantiene los valores de cuya espontaneidad constituye un desaffo para la creciente
I~, espontaneidad y Ia libertad, permite evitar Ia confronta- estrechez -verificacion en espinelas, pies forzados, etcete-
,CIO~. Por ell? es tan importante en los rituales de agregacion ra-"- por don de debe transitar. ,.
so~1a~ el fenomeno de las mascaras Gunto a los santos nuestra f1
f f
~~s Importante expresion plastica popular) y Ia m~nifesta ,,j
Nuestras contempordneas utopias: ~
cwn car.navales~~/ 3 jtan fabulosa en el Caribe! El disimulo
caractenza tamb1en a Ia musica de Ia jibarerfa. Tanto el agui-
19
20
Pfandl, op. cit., p. 256.
musicales y festivas
La sociedad caribeiia y su cultura han experimentado profun-
das transformaciones desde entonces. No obstante, la parad6-
l
Ibid., p. 161.
~;Salvador Brau, Histo~ia de Puerto Rico, Nueva York, D. Appleton, 1904, p. 158.
d Agrad~co a! compa?ero etnomusic61ogo Luis Manuel Alvarez haberme Jlarna- 24 James McCoy, ''The Bomba and Aguinaldo of Puerto Rico as they have Evolve
1
.0 a atenc1?n sobre el ntual de esta tradici6n. Vease descripci6n en Abbad y La- from Indigenous African an European Cultures", tesis de doctorado, Florida Stale
Sferra, op. ctt., pp. 188-190. ' < . University, 1968. ·
ea:~d~e~e~~~=-li~9 ~. Baktin, vease, por ejemplo, Rabaelais and His World, ', t ·>.,. ~s .Luis Manuel Alvarez, "African Heritage of Puerto Rican Folk-music: Poetic
" ':; Structure", University of Indiana, 1979. .
158
159
jica cultura del cimarronaje nos provey6 un primer piso 26 des- como en el siglo XVII, una identificaci6n con Ia metr6poli co-
de donde seguimos resignificando las multiples transformacio- lonizadora, sino su opuesto. En el Puerto Rico de hoy, lo con-
nes. Ante el contemporaneo poderfo del capitalismo trasna- siderado extranjero es principalmente lo norteamericano. Los
cional, que penetra de manera progresiva Ia cotidianidad mas festivales, en su gran mayorfa estan expresamente dirigidos
fntima, y el cual resulta cada vez mas diffcil de enfrentar en a reafirmar lo aut6ctono; pero el caracter negativo de Ia afir-
Ia Iucha polftica y sindical, buscamos velar con las practicas macion (Ia no extranjeridad) se mantiene al reivindicar de Io
culturales nuestras ancestrales utopias Iibertarias. Ello es evi- vernaculo aquellos elementos que se consideran mas arnena-
dente en dos de los mas importantes movimientos culturales zados por (o en constante Iucha con) Ia prepotente presencia
actuales del pafs: los festivales y Ia expresi6n musical. extranjera. Los principales elementos nativos de los festivales
En las ultimas dos decadas se ha ido consolidando en Puer- son Ia artesanfa, Ia gastronomfa y Ia rnusica, no por azar los
to Rico un fecundo y extraiio impulso social que he denomi- mismos que nos identificaron como no extranjeros (como
nado provisoriamente movimiento para el disfrute de Ia vida, cristianos) en los inicios mismos de nuestra formacion como
dirigido a influir en Ia forma y caracter que toma o asume el pueblo en Ia paradojica cultura de Ia jibarerfa.
goce de Ia comunidad, el intercambio colectivo, Ia relaci6n La gastronomfa popular se halla amenazada por Ia vertigi-
social misma. En momentos en que las celebraciones comu- nosa proliferacion de los fast foods, Ia musica aut6ctona por
nales tradicionales (las patronales) han ido perdiendo sen- Ia balada y el rock, y las artesanfas por Ia producci6n capitalis-
tido ante Ia secularizaci6n de Ia sociedad, o cuando Ia gente ta masiva de elementos decorativos domesticos . Los festiva-
siente que ha perdido en elias todo control ante intereses co- les no buscan que esos fen6menos contemporaneos desapa-
merciales o instituciones estatales, grupos comunales han co- rezcan, sino preservar y hacer florecer las artes populares
menzado a organizar nuevas actividades simbolicas para el junto a esas inevitables tendencias internacionales. La gastro-
disfrute social, denominadas festivales. Cada comunidad quie- nomfa popular, Ia mtisica y las artesanfas no solo son los tres
re tener el suyo. elementos mas difundidos en los nuevos festejos; ademas,
Anteriormente examinamos como Ia actividad conmemo- cada uno de estos conmemora, en Iugar de algtin santo, una
rativa en Puerto Rico se inicia alentada por Ia necesidad de de tales artes (de particular significado para Ia comunidad
manifestar una no extranjeridad, que en ese momenta signifi- organizadora), de Io cual resulta su nombre: festival de Ia ha-
caba evidenciar una identificaci6n con Ia metropoli colonial maca (artesanfa), del guiro (mtisica), de Ia cocolfa (gastrono-
en los terminos que asumfa su propia identidad: !a religiosi- mfa), por ejemploY Es fabulosamente ilustrativa, al respec-
dad. Tambien analizamos como esa religiosidad popular, en to, Ia presentaci6n del programa impreso (que se reparte a
!a que el cimarronaje expresaba su no extranjeridad, se mani- todos los asistentes) de Ia primera edici6n del Festival de Ia
festaba, sabre todo , en Ia artesanfa Oos santos tallados) y en Pana celebrado en una comunidad semirrural del este de
las practicas gastronomicas y musicales de Ia actividad festiva. Puerto Rico:
EI nuevo fenomeno de las celebraciones, que ha ido hege-
moneizando estas en los ultimos aiios en Puerto Rico, tiene Esta Fiesta del Pueblo ha sido preparada con mucha devoci6n
tambh§n, claramente, el caracter de manifestar una no ex- para que, juntos, disfrutemos de nuestro arte expresado en
tranjeridad , que en las actuales circunstancias no significa ya, musica, bailes, artesanfas y platos tfpicos.
160
\
I ;
Mientras disfrutamos estamos conodendo y fomentando tip~ de fruto comestible a menudo incluyen concursos gastro-
nuestro legado cultural que nos identifica como pueblo puer- n6micos en los que se premian las mas imaginativas creacio-
torriqueiio. nes de nuevos platos a base del conmemorado fruto tradicio-
Hemos tornado Ia pana como sfmbolo porque este fruto esta nal. Tradici6n y modernidad se entrelazan en las camufladas
intimamente ligado a nuestra vivencia cultural y existencia aspiraciones por un nuevo !uturo. ~ .
material. La pana ha sido alimento en nuestra tierra desde el AI entrevistar a los orgamzadores de festlvales comunales,
tiempo de Ia esclavitud hasta nuestros dfas.
todos describen estos como actos culturales. Expresan estar
... pan seguro participando en una lucha cultural y, en aquellos festejos en
...pan comun Ios:1que he estado presente, me ha sorp:endido, de hec~o, que
.. .fuente de esperanza. el termino jcultura! se hubiera convertldo en una constgna Oa
La pana nos hermana, lanzan, por ejemplo, los musicos desde Ia tarima y contest~n
nos hace comunidad. 28 a coro los participantes con puiios en alto). 30 Los entrevls-
tados recalcan Ia intenci6n de su celebraci6n de defender Y
Los festivales comunales conmemoran formas artfsticas po- prom over val ores de impor~anci~ _simb6lica -~special para _su.
pulares relacionadas con el goce sensual. Ante crecientes ten- comunidad conceptos que 1dent1hcan tamb1en como naclO-
dencias internacionales que privatizan el placer y alientan el nales. Conc,iben sus festivales tanto como un espacio de inter-
hedonismo individualista propio de Ia cultura burguesa del cambia comunal, como una contribuci6n de su colectividad
capitalismo trasnacional contemporaneo, estos festivales son a! pafs en general; y se sienten orgullosos de ver person_a~ de
una forma de reavivar el caracter social del goce sensorial. otras comunidades participando y gozando de sus act1v1da-
En lo visual, lo auditivo y lo gustative, lo personal y lo social des. Tales actos propugnan el desarrollo de una nueva comu-
se entrelazan en formas culturales de las cuales parte -y con nalidad, redefiniendo, con nuevas actividades, pnicticas tra-
las que dialecticamente conforma- Ia expresi6n artfstica po- dicionales. Ante formidables barreras estructurales, en las
', pular, elevada a nivel simb6lico de identidad comunal en su cuales se entiende, es diffcil influir, Ia nueva comunalidad se
... · conmemoraci6n festiva. intent~ veladamente desde Ia resignificaci6n simb61ica .
·.· EI movimiento de festivales de estas ultimas dos decadas no Los valores Iibertarios de Ia cultura cimarrona estan del
''"intenta, por lo general, congelar viejas formas populares de todo presentes tambien en nuestra contemporanea musica de
expresi6n. AI contrario; se parte de elias, pero se estimula, en salsa. A veces se presentan explicitamente en las letras, lo
Ia mayorfa, Ia imaginaci6n y Ia creatividad. que denota una transformaci6n hacia un desaffo mas abierto;
El desarrollo de nuevas formas de expresi6n que parten de pero mas importante, ami juicio, es Ia forma todavfa camufla-
rafces tradicionales es, de hecho, como mas adelante exami- da en que se expresan a traves de Ia estru,ct~ra musical. Vea-
naremos, Ia caracterfstica central de Ia mas renombrada y mos tres de las mas importantes caractenstlcas de esta crea-
productiva de nuestras manifestacionese musicales bailables ci6n artfstica.
actuales -Ia salsa-, en Ia cual Ia innovaci6n desempeiia un
papel fundamental. 29 Los festivales que conmemoran algun
Center, 1985, argumenta, muy convincentemente, que el equilibria .e~tre tradici6n
28 Programa del Primer Festival de Ia Pana del barrio Mariana de Humacao, Puer- e innovaci6n, expresadas con fuerte enfasis am bas, es de las caractensticas centrales
to Rico, celebrado del 31 de agosto a! 1 de septiembre de 1985. El festival ha seguido de Ia musica del Caribe en general. · .
celebnindose ininterrumpidamente cada aiio, basta cumplir en este aiio (1990) su 30 Recogido tambien en eJ sugerente articulo de L~dia Milagros Gonziilez, "Cul~u
sexta edici6n. . ray grupos populares en Ia historia viva. de Puerto Ric~ hoy", en Centro de Estudtos
29 Kenneth M. Bilby, The Caribbean as a Musical Region, Washington, The Wilson Puertorriqueiios Bulletin, num. 8, vol. II, Nueva York, pnmavera de 1990, pp. 98-113.
162 163
. . -
; .~.;.}-,<'."""t;.•..-,..-.'1.;;".-"'.';7;2'!-r.."~;,,.~~'.'!S<'.l' l, :f-,:' !i~':Y":··~~··. ~-~:·7:: . "-"';•~·:;:·~c.:- ...··;;'. ··--·r_
·· ;
_ --- ~a hbre combmac10~ ?e formas no es arbitraria, sino signifi- 32 7:ong play identificado con el mismo titulo, San Juai1,-lfliciN'c6-139, arr. de I. h'i-- --
cahva, lo _q ue se mamftesta en su interrelaci6n con !a Ietra. !ante.
33 Nombre indfgena de Puerto Rico.
Ello es evtdente en un ejemplo con el cual quisiera concluir
167
166
implica especiales connotaciones polfticas (pues oficialmente
racterfstico de u~o de los tambores de bomba se presenta, sin
se debe acompafiar Ia bandera puertorriquefia con Ia nor-
embargo, en los mstrumentos melodicos. Primero aparece en
los mas grav~ -el bajo y las notas a Ia izquierda del piano- teamericana).
La libre y significativa combinacion de formas en Ia salsa
y luego es re1terado por los mas brillantes -los metales-
evocando, de hecho, movimientos de timbre caracterfstico~ no es solo, pues, una manera de enriquecer la expresi6n mu- T-- --
___ deL tamhor repicador de Ia bomba y Ia historia social de nues- sical espontanea; es tambien un recurso para expresar -o en
el cual se expresan- valores, visiones y esperanzas. Median- '',
tra musica, donde las tradiciones expresivas de Ia plantacion
te Ia libre combinacion de formas, canciones como "Somas el
se camuflaron tras los metales en Ia musica de salon. La in-
son" proponen, entiendo, una particular definicion de Ia identi-
troduccion instrumental cierra con una cita melodica de los
dad: aquella que se centra en Ia cultura popular, en su amal-
v!~ntos-metal de un aguinaldo Olamado cagi.ieiio); Ia introduc-
gama etnica, en su amplitud latinoamericana contin_en~al, con
cion de cuatro de este tipo de aguinaldo, que es en tono ma-
su otra cara de Ia historia, sus problemas, contradicc.wnes y
yor, varia al interpretarla las trompetas en tono menor. En
transformaciones; Ia identidad como cultura viva, desafiante,
esta forma, La Selecta manitiesta en forma innovadora Ia her-
enraizada en tradiciones de profundos significados historicos,
mandad (du:ante tantos aiios obviada por los musicologos)
entre el agumaldo y Ia bomba, entre Ia musica de Ia planta- pero revestida de presente y de futuro.
cion -y Ia melodizacion de sus ritmos- y Ia del campesinado
del escape, que hemos seiialado antes.
"Somos el son" sigue en terminos rftmicos Ia forma basica de : .\
tumbao a traves del bajo y Ia orquestacion en su base percusi-
va es en lo fundamental guarachera. Se inicia melodicamente
en los metales con una cita a! aguinaldo, el acompaiiamiento
.i
'
170 171
2 de el punta de vista cultural y lingiiistiCo,2 separadas ya
unas de otras, iban diversificandose _cada vez mas .. , , .
Finlandia es una republica situada a! norte de Europa, entre La sedentarizaci6n gradual de los fmeses de la region balti-
Suecia y Rusia. Su superficie es mayor que Ia de Italia o Ia de ca y los ulteriores acontecimientos politicos, a saber, la ocu-
Polonia, pero debido a los rigores del clima y Ia escasa pro- paci6n de sus tierras por l~s suecos, los daneses, los rusos Y
ductividad del suelo, el m1mero de habitantes de aquel pafs los caballeros teutones, tuv1eron como resultado el desmem-
no supe.ra los 5 000 000 de personas. bramiento de Ia antigua unidad protofine~a. Asf fue como_ ~e
El territorio de Ia Republica de Finlandia esta poblado por · 'constituyeron los distintos pueblos ugrofmeses de Ia regiOn
fineses 1 (93 por ciento de Ia poblaci6n), suecos de Finlandia bciltica: los fineses, los estonios, los carelios, los vepsos y otros
(6.5 por ciento) y lapones (unas 3 000 personas en el norte del pueblos, hoy desaparecidos o en vfas d~, desaparici6?.
pafs). EI fines y el lap6n son lenguas de Ia familia lingiifstica Los pueblos ugrofineses, con excepc10n de los hunga~os
ugrofinesa; el sueco, por su parte, pertenece al grupo germa- (desde el afio 900), los fineses (a partir de 1917) y los estomos
nico de las Jenguas indoeuropeas. La diferencia entre los sue- (de 1919 a 1940), nunca han sido capaces de crear estados s?-
cos de Finlandia y los fineses no es racial, sino lingiifstica. beranos organizados. Caracterizados por una . demog:~ha
La familia lingiifstica ugrofinesa esta compuesta por unas muy debil, han sido siempre vfctimas de las agreswnes O:Il.tta-
quince Ienguas habladas, aproximadamente, por 20 000 000 ·. res llevadas a cabo por otro pueblo tecnica y demograhca-
de personas. Las mas conocidas y evolucionadas de elias, y mente superiores. Sin embargo, pese a las muy desf_avorables
tambien las que tienen una Iarga tradici6n literaria y cultural, condiciones en las que se han encontrado, han sab1do defen-
son el hU.ngaro, el fines y el estonia. Los demas pueblos ugro- der con sorprendente tenacidad su identidad cult~ral, ame~~
fineses Oos mortvanos, los carelinos y los bogules, etcetera) zada mas que nunca en nuestro siglo por campanas de rusih-
Ilevan a menudo una vida culturalmente muy precaria en Ia caci6n bien organizadas por los gobiernos sovieticos.
Union Sovietica, siernpre arnenazados por una rusificaci6n
definitiva. Mas de un pueblo ugrofines se encuentra sumido
por completo en Ia gran masa rusa y otros se hallan en vfas 3
de desaparici6n. ., ,.
Los antepasados de los actuales ugrofineses habitaban, mu- Es muy diffcil saber cuando comenzaron los fineses a instalar-
cho antes de nuestra era, un vasto territorio en Ia parte sep- se en los territorios de Ia actual Finlandia. Los hallazgos ar-
tentrional de Europa, de los Urales a! mar Baltica. Eran queol6gicos son relativamente escasos y diffcil_es de int~rpre
pueblos n6maqas de pescadores y cazadores, cuyo territorio tar. La tesis tradicional postulaba que fue haCia el com1enzo
resulto fragrnentado durante una epoca ciertarnente muy pro- de nuestra era cuando ese grupo abandon6 las regiones del
longada (de diffcil dataci6n debido a Ia falta de documentos sur del Golfo de Finlandia para establecerse en las tierras que
escritos) porIa gradual infiltraci6n de pueblos rusos. Esta evo- hasta entonces solo le habfan servido de terrenos de caza y
luci6n dio origen a las distintas naciones ugrofinesas que, des- de pesca. Segun ciertas teorfas nuevas, el comienzo de las m1-
1 Para comprender con mayor facilidad el texto, ofrezco a! lector una clarifica- 2 Los hungaros se separaron muy pronto de los demas ugrofin~es y se dirigieron,
ci6n terminol6gica: fines es un termino relativo a Ia comunirlad de lengua materna primero hacia el sur y luego" hacia el oeste, donde, alrededor delano 900 d. C., lunda-
finesa; fin/andes se refiere a! estado de Finlandia; suec6fono o sueco de Finlandia ron en las llanuras de Panonia un Estado poderoso. El caso de los lapones es mas
se denomina a !a minoria de lengua sueca: complicado; no se ha conseguido todavia explicar su origen.
172 173
graciones, fine~as hacia Finlandia se remontaria a una epoca ,. zas de Ia epoca de Ia conquista. Algunos suecos se instala-
4
mucho. mas leJana, alreded~r de 6 000 afios. Lo cierto es que . ron en el pafs, sobre todo en las costas meridionales, y parece
en el s1glo XII, cuando los fmeses entran definitivamente en que nunca existio poblacion suecofona en el interior de ese
Ia escena internacional, las partes meridionales del pais esta- territorio. Las dos colectividades lingiiisticas vivian geograti-
ban habitadas por tribus finesas, excepto las costas del Golfo camente separadas una de la otra, pero en ciertas zonas los
de Finlandia, ruta maritima de los vikingos suecos, temibles fineses adoptaron la lengua de los conquistadores; en otras,
guerreros. los suecos fueron asimilados por Ia poblacion mayoritaria.
Los primitives fineses llevaban una vida muy parecida a Ia En los pequefios puertos de Ia costa meridional surgio una
de sus antepasados; se trataba de una sociedad tribal de caza- cultura bilingiie ciertamente bastante generalizada.
dores y pescadores que, sin embargo, habfan ya comenzado A comienzos del siglo XVI , la dinastfa de los Wasa consiguio
a cultivar pequefias porciones de tierra para que su vida fuera fortalecer el poder real y disminuir la influencia de los gran-
algo mas facil y menos precaria. Los habitantes de las costas des senores, asf como la de los daneses y Ia de las ciudades
se entregaban a menudo a Ia piraterfa, pillaban bajeles de co- hanseaticas. Gustavo I introdujo la Reforma en el pais y con-
~erciantes frisones, sajones y suecos, o saqueaban poblados fisco las enormes riquezas de la Iglesia catolica, de modo que
Situados en Ia: costa oriental de Suecia. Aunque el cristianismo la importancia economica y polftica de la Iglesia lutera,na, en
llego antes del. siglo XII a l?s puertos meridionales del pafs adelante, se vio bruscamente muy reducida, mientras las ar-
con los comerc1antes extran)eros, Ia gran mayorfa de los fine- eas reales comenzaron a rebosar oro y plata. Esta nueva si-
ses profesaba su vieja religion animista. tuacion permitio a los reyes de Suecia aplicar una polftica
Suecia er~, en a~uella ep?ca, un Estado mucho mas organi- expansiva en Ia region del mar Baltico, con el objetivo de
z~do que Fmland1a, q~e solo era una sociedad formada por convertir su pafs en el Estado mas poderoso del norte de Eu-
tnbus, a menudo hostiles unas a otras. El Reino de Suecia ropa. La segunda mitad del siglo XVI estuvo marcada por
cuyo rey era elegido por los hombres libres del pafs, habfa su~ constantes guerras, muy prolongadas a menudo, contra los
perado, desd~ hacfa mu.chos anos ya, el fraccionamiento tfpi- moscovitas de Juan el Cruel y sus sucesores , contra los dane-
co de las soc1edades tnbales. Hacia 1150, para eliminar los ses y contra los polacos. _
trastornos producidos por las expediciones de los piratas fine- Un episodic de este periodo de expansion sueco tuvo gran
ses Y contrarrestar Ia expansion hacia el oeste de los rusos de importancia para Finlandia. Tras Ia muerte de Juan III en
Novgorod, los suecos, con el pretexto de cristianizar a sus ve- 1592, Ia corona recayo en su hijo Segismundo, elegido poco
cinos, emprendieron Ia conquista de Finlandia. Doscientos antes rey de Polonia. Catolico, el nuevo reyno quiso ratificar
afios despues, en 1323, se trazo Ia primera frontera entre el el estatuto oficial del luteranismo en el Reino de Suecia, que
Reina de Suecia y Novgorod. Finlandia se habfa convertido el esperaba recuperar para Ia causa de Ia Iglesia de Roma.
por varios siglos, en una provincia sueca, Carelia oriental ~ Esta actitud suscito Ia animosidad de Ia nobleza sueca que se
una provincia del ducado de Novgorod. ' nego a admitir Ia legitirnidad del rey. El jefe de Ia oposicion
El origen de Ia poblacion suecofona en Finlandia data, qui- era Carlos, tfo de Segismundo. El conflicto desemboco en una
guerra civil y la causa del rey polaco fue apoyada, sobre todo,
por la nobleza finlandesa, que vefa en Segismun?o un pode-
Los c~relios _son un pueblo ugrofines estrechamente emparentado con los fine-
3
174
175
desa. ~lies .de campesmos fmeses en Careiia fueron reducidos a Ia servidumbre bajo
de provincia mantener relaciones comerciales directas con el
Ia dommac16n rusa.
6
extranjero; todo debfa pasar por Estocolmo. Esta tendencia se
En I 743, Suecia cedi6 a Rusia una nueva provincia del sudeste de Finlandia
' . acentuo de manera considerable en el siglo XVII, tanto mas
I
176 177
· .;_ ~, . •. . ba. Pese a todo, vinculado a esta·agitaci6~
cu~nto que Ia nobleza finlandesa habfa apoyado Ia polftica de .gUistico no ~~teresa rodu' o un fen6meno importante: el naci-
Segismundo contra el triunfante rey Carlos X,7 de aquf Ia in?ependentista,;.:t~riog}afia finlandesa.s Por primera vez,s
perdida de Ia posicion relativamente aut6noina de Finlandia. miento de una 1 tudio profundo de documentos, pudo pro-
A medida que los ejercitos suecos triunfaban en todas partes, con base e~ u~ne:ses eran el pueblo aut6ctono del ~ais. Eso
Ia corte adquirfa una importancia cada vez mayor y Ia centra- barse. que, os escasos fineses educados y, en un chma pre-
lizaci6n del poder tendfa a eliminar cualquier particularismo entusiasmo a los . l' t. algunos de ellos comenzaron a
, f y prenacwna IS a, , d
local. La sueca se habfa convertido en Ia unica lengua admi- rroman IC0 I asado y por las tradiciones de su pais y e
I '
nistrativa y comenzaba a remplazar al latfn como c6digo de interesarse por e P -
r'
ensefianza. Todo ello contribufa a la nipida difusi6n y genera- su pueblo. . 1 volucion social y lingiiistica del peri,odo ~
lizaci6n del sueco entre las clases cultivadas, Ia aristocracia, Para resumir fa earse que cuando esa epoca concluyo, la '
el clero y Ia burguesfa, en todas las provincias del reino. Si
' sueco, p~ede a 1rm h blada por mas del 80 por ciento
un fines querfa ascender en Ia jerarqufa social y economica, Iengua fmesa. ; pese a ser a . ., d · f ·
h bia sido relegada a una posiciOn ~ 1?. ~n,o-
debfa adoptar sin reservas Ia lengua y Ia cultura suecas. ! de Ia po~lacwn , a I . , on el sueco . La dicotomia hnes-
La evoluci6n descrita mas arriba afect6 seriamente el por- it- ridad evidente en re ac:ong~a de cultura" habia nacido .
venir de Ia lengua finesa al impedir que esta se desarrollara lengua plebeya, sueco- en
!
en condiciones normales. Aunque los primeros textos fineses '
hubieran aparecido en 1548, tras Ia introducci6n de Ia Refer-
rna, esa literatura naciente solo tuvo una muy modesta conti- 5 \
nuacion en Ia segunda mitad del siglo XVI y durante el XVII y epoca de Ia dominacion rusa (1808-191 7) en Finla,ndifa, t~~
el XVIII. El fines escrito en sus primeras centurias de existen-
cia no salfa del campo de los textos religiosos y administrati-
vos, pues las clases cultivadas de Finlandia se habfan sue-
quizado casi por completo o utilizaban el fines solo con los
La
peno o epa
zar concedlO una.amp I
. d [a epoca de [a autonomw, ue
dicionalmente denomma a o econo' mico social y cultural. El
. d d z y de progres • ,
lia autonomia al pais que deb1a ser regi-
suecas El imperio era represen-
. l
if
criados, soldados y terrazgueros. do segun sus antiguads eye~brado .por el zar, pero la funcion
En el siglo XVIII, epoca de decadencia polftico-militar de t ad0 Por un goberna h'b'
or no
d
. .,
los rusos. La leg1slac10n rusa n0
Suecia, Ia situaci6n se agrav6 aun mas. Las clases superiores . publica les estaba pro 1. 1 a a
comenzaban a despreciar todo lo que era fines y considera- se aplicaba en Finland1a. . rotundas reformas en
1
ban a menudo el heche de no haberse asimilado Ia cultura Todo este pe~~?~i:t~~t~~~c~~~ ~:fs~~tcual fue dotado de las
dominante como una falta de lealtad o un signo de oscurantis- la estructura a . la autonomfa gubernamental
. mo. Sin embargo, a finales de siglo, los finlandeses comenza- instituciones neces~n~!d~).rta gran mayoria de los finlande-
ron a cansarse de Ia impotencia del reino ante las agresiones (estados_g~nerales,. ~ hos con el nuevo estado de cosas: el
militares rusas. Surgi6 Ia idea de una Finlandia independiente ses se smtieron satts ecf' i mismo y la secular amenaza de
o semiindependiente bajo Ia protecci6n de Rusia. Este separa- pais se gobernaba por ,m a .s .
tismo era, no obstante, finlandes, no fines. Sus principales ins- la agresi6n rusa parecia ehmmada.
tigadores eran todos suec6fonos a quienes el problema lin-
. . ntos datan de comienzos del siglo. Puede citarse Ia
s En realidad los pnmeros mte vas lucubraci6n pseudocientifica donde
1
obra de Juslenius (1700), Aboa Fzx:tuls ed. n~ra ia cuna de todas ias razas humanas . . .
7
Es bastante curiosa observar que un len6meno similar parece haberse produci- . t ta demostrar que m an Ia .
do simultaneamente en varios paises europeos: Catalunya, Irlanda, Bohemia. ' el9a~;~r~~ ~abriel Porthan, padre de Ia historiografia finlandesa.
178
El reinado de Alejandro II (1855-1881), sobre todo, fue un 6
intervale de gran progreso social y politico; el fines obtuvo Ia
posicion de Iengua oficial, el rublo fue remplazado por el mar- A comienzos de Ia epoca autonoma, las ideas nacionalistas y
co -unidad monetaria nacional-, se organizo Ia enseiianza patrioticas, inspiradas en el romanti.cismo ai;~an de. finales
primaria general, se renovo Ia autonomfa municipal, se esta- del siglo XVII, penetraron en los med10s academ1cos e mtelec-
bleci6 el servicio militar obligatorio en las unidades naciona- tuales de Finlandia. El pueblo y sus tradiciones, despreciados
Ies, etcetera. Esta evolucion muy positiva se interrumpi6 a fi- ~ durante largo tiempo por las inteligencias de Ia epoca del cla-
nales del siglo XIX. Las ideas paneslavistas ganaban terreno ! sicismo, parecieron llenos de encanto misterioso para los ojos
en los medics intelectuales y politicos del imperio, y sus parti- I
I de un romantico, como guardianes fieles de un patrimonio
darios exigfan Ia rusificaci6n gradual, pero completa, de to- 1 cultural milenario. En Finlandia, esta nueva actitud se tradujo
das las naciones minoritarias para salvaguardar Ia unidad del en Ia aparicion de una corriente literaria que exaltaba las vir-
Estado. En Finlandia, Ia funci6n publica fue abierta a los ru- tudes de los humildes y postulaba Ia existencia de un solo
ses, Ia lengua de estos ultimos se hizo obligatoria en las escue- pueblo que hablaba dos lenguas, y tambien en un acrecenta-
las, se disolvi6 el ejercito nacional y las autoridades rusas em- do interes por Ia tradicion oral del pueblo fines. La compila-
prendieron procedimientos legislativos tendientes a una total cion y Ia publicaci6n del Kaleva/a, Ia epopeya nacional, por·
fusion de las instituciones finlandesas y rusas. Los finlandeses Elias Lonnrot, revelo al publico Ia enorme riqueza del arte
protestaron con vigor contra tales violaciones del estatuto epico y de Ia lfrica popular. La Jengua y Ia cultura finesas se
constitucional de su pafs, el gobernador fue asesinado y, en convirtieron de pronto en objetos de estudios cientfficos y de
1905, Ia creciente agitacion desemboco en una huelga gene- admiracion .estetica. Este cambio de orientacion se produjo,
ral que, paralelamente a los trastornos sociales en el interior esencialmente, en el seno de Ia poblacion suecofona, sobre
de Rusia, decidio a! zar a revocar los decretos anticonstitucio- todo entre los estudiantes, que comenzaban a advertir Ia ano-
nales. ·
malfa de Ia situacion lingufstica del pafs. Varios de ellos se pu-
Los estados generales fueron remplazados , en 1907, por un sieron a estudiar con entusiasmo todas las manifestaciones de
parlamento democratico, elegido por sufragio universaJ.Io esta civilizacion finesa desconocida durante tanto tiempo.
Esta reforma altero Ia situaci6n Iingufstica del pafs. Los sueco- Los dirigentes politicos del pafs, mas conservadores y mas
fonos habfan dominado los estados generales y controlado arraigados en Ia tradici6n sueca, podfan tolerar las nuevas
dos ~e los tres estados, a saber, Ia nobleza y Ia burguesfa. En tendencias idealistas en tanto permanecieran en el plano pu-
el pnmer parlamento electo, el partido sueco obtuvo el 12 ramente cultural, pero cuando, hacia finales de siglo, los ra-
por ciento de los votos, citra que correspondfa, grosso modo, dicales11 comenzaron a exigir que se concediera a! fines Ia
al peso demografico de Ia poblacion suecofona. categorfa de Jengua oficial, reaccionaron vivamente: prohi-
Tras una breve calma, Ia campaiia de rusificacion se bieron publicaciones fin6manas y expulsaron de Ia capital a
remprendi6 en 1908, y solo concluy6 con Ia abdicacion del los mas exaltados adeptos del nacionalismo fines. Para tales
zar en 191 7, a consecuencia de Ia revolucion de marzo. Preo- funcionarios, el conflicto nacionalista tenfa claras connotacio-
cupado por el golpe de Estado de los bolcheviques, en oc- nes sociales, Ia finomanfa se identificaba con Ia promocion de
t~bre de 1917, el Senado de Finlandia promulgo, el 6 de di- las clases desheredadas y amenazaba Ia posicion de las clases
ciembre del mismo aiio, Ia declaracion de independencia.
°1
FmIan d'Ia f ue e.I pnmer
· · del mundo que concedi6 a las mujeres el derecho
~a1s II Los radicales fueron pronto bautizados finomanos, expresi6n peyorativa que,
a! voto en las eleccwn es legislativas. sin embargo, fue adoptada con orgullo por los partidarios de Ia causa finesa.
180 181
privilegiadas. Fue necesaria una orden expresa del zar Ale- , ~ . Hacia i860, las grandes ciudades de mayoria sueca, s~bre
jandro I, que sentfa simpatfa por Ia causa de Ia poblaci6n · todo Helsinki, comenzaron a finizarse. En 1880, ya la m1ta~
mayoritaria, para que se proclamara Ia igualdad en Ia admi- de los habitantes de Helsinki eran fineses. Ese fen6~eno creo
nistraci6n del fines y del sueco (1882). Tras ia reforma parla- una nueva clase social: los fineses urbanos. Es prec1so subra-
mentaria de 1907, el finesse convirti6 indiscutiblemente en yar, de todos modos, que las clase~ finesas, al _menos, eran
Ia primera lengua del pafs. La epoca de Ia autonomfa, sobre perfectamente bilingiies, lo ~u~ no s1empre e~a _c1erto con res-
~odo a partir de 1860, signific6 tambien un enorme progreso pecto a los su_ec~s. La supeno~1dad de est?s ultlmos y el com-
mterno para Ia lengua finesa, que en 1809 era solo, todavfa, plejo de infenondad de los pnmer?s susc1t~ron amarg?s con-
una lengua rural y discriminada, utilizada en forma escrita flictos durante los ultimos decemos del stglo XIX e mcluso
nada mas en textos religiosos, didacticos y administrativos. mas tarde.
Definitivamente codificada hacia 1850, se convirti6 en una En resumen a finales del periodo de Ia autonomfa, el fines
lengua apta para ser empleada en cualquier contexto, en se habfa conv~rtido en Ia principal lengua del pafs y Ia civili-
cualquier campo de Ia creatividad y el saber humanos. · zaci6n finesa habfa experimentado un flore.c imiento sin pre-
Los ultimos decenios de Ia epoca aut6noma fueron por Io cedentes. Sin embargo, subsistfa todavfa, de las epocas pasa- .
general un periodo de extraordinaria creatividad. Florecfan .das, el desequilibrio cultural, social y econ6mico entre las dos
todas las artes y Ia literatura (A. Kivi -primer novelista comunidades linguisticas del pais. Los extremistas de ambos
finlande~-.' E. Leino), impre~?adas_ del espfritu. nacionalista y
bandos seguian manteniendo, los unos para con los otros, ac-
, posromant1co, aunque tamb1en ab1ertas a las mfluencias ex- titudes rencorosas, pero Ia gran mayorfa ' de los finlandeses,
tranjeras. Un gigantesco trabajo de obras clasicas de Ia litera- tanto suecos como fineses, veia en la nueva situaci6n el resul-
. tura europea fue llevado a cabo por varios intelectuales fin- tad? 16gico de una evoluci6n de varies sigl?s.
landeses. Este lapso constituye Ia epoca cldsica de Ia cultura j
l
finlandesa, un punta de referenda indispensable para todos •
los que desean conocer los fundamentos de nuestra tradici6n 7 l 1
artfstica. I l
Hacia finales del siglo pasado, muchos suec6fonos abando- La independencia de Finlandia comenz6 con una guerra civil
entre blancos y rojos, apoyados estes ultimos por las tropa:
!'
naron su l_eng~,a materna y adoptaron el fines como Iengua :;
de comumcacwn y lengua de expresi6n literaria.12 Ese cam- rusas que habfan permanecido en el pais. La guerra concluyo '
bia r_esulta?a menos doloroso por el hecho de que los suecos co~ una total derrota de las tropas rajas y el nuevo Estado
de Fmland1a se sentfan esencialmente finlandeses y no como ejerci6 primero su soberanfa para tamar fuertes represa_li_as
~le~entos ajenos a! pafs, en oposici6n a lo que pretendfan los contra los combatientes socialistas. Vino luego Ia reconciha-
fmo~anos_ ext_re~istas. Sin e~~argo, se produjo entre Ia po- ci6n nacional que, sin embargo, no consigui6 eliminar todas
blacwn mmontana una reacc10n contra Ia finizaci6n de los las tensiones sociales existentes en el pafs (derecha-izquierda;
suecos; ese nuevo suequismo subrayaba que Ia poblaci6n sue- fineses-suec6fonos ).
. , ca era tan aut?ctona_ en Finlandia como Ia finesa, y que su cul- Tal avenimiento se hizo posible gracias a la agresi6n militar
tura era un vmculo ~mportante con el pasado del pafs, cuyos brutalmente lanzada contra su vecino por Ia Rusia estalinista.
valores era necesano preservar. Las guerras de 1939-1940 y 1941-1944 consumaron la unidad
nacional tras tantos siglos de discriminaci6n, tensiones y ren-
12 Este cambia vo.luntario y consciente de identidad cultural lingiiistica debe de cores. Luego de la segunda guerra mundial, los conflictos na-
ser bastante excepcwnal en !a historia del hombre. cionalistas y lingiifsticos no abandonaron el terrene de las ex-
182 183
per!:ncias per~on~les o de Ia demagogia primitiva de algunos 9
politicos y penod1stas populistas.
La epoca de Ia independencia ha sido un periodo de enor- Tras haber recorrido este esbozo de Ia historia polftica Y cul-
n:es cambios social~~· Pais a~rfcola en 1939 (mas del 60 por
cten~o de Ia poblacwn trabaJaba en el sector primario), Fin-
landta se ha convertido hoy en un Estado posindustrializado
c?,n un poderoso. sector terciario (70 por ciento de Ia pobla-
ltural de Finlandia, el lector puede preguntarse como Ia histo-
ria de este pafs difiere de Ia de varias naciones europeas. lPor
que presentar el caso de Finlandia bajo Ia rubrica de encuen-
tro de dos mundos?
cion). Eso ha temdo como corolario obligado el exodo- rural .. . "~~;--·, ~,_, Cierto es que Ia historia de Finlandia parece, a primera vis-
(hoy, solo t;I 5 por ciento de Ia poblacion vive de Ia agricultu~ ·
ra) y, con .este, Ia ruptura ?e Ia antigua organizacion social y
·r'" ·
t~. ·similar a Ia suerte de los checos, de los bulgaroso de los
noruegos, por ejemplo. Esta del todo justificado ver simple-
el desarratgo de muchos fmlandeses urbanizados. . mente, en Ia evoluci6n cultural de Finlandia, una larga lucha
! silenciosa, paciente y perseverante, por Ia eliminaci6n de las
injusticias culturales y sociales que ocasionar?n Ia invasion Y
8 Ia 6cupaci6n del pafs por una potencia extranJera. Puede con-
siderarse a los fineses como un pueblo tenazmente aferra?o
~I proclamarse Ia independencia se inici6, naturalmente, Ia a sus propias tradiciones, las cuales le han dado la fuerza m-
epoca de ple~itud .d,e Ia .lengua y cultura finesas. La preguerra terior necesaria para defender su identidad pese a las muy
era una contmuac10n dtrecta del florecimiento cultural del si- dufas condiciones en las que se ha encontrado en su marcha
'I
glo XIX y el media rural finlandes ofrecfa un mundo fascinan- hacia Ia plenitud , resultado inevitable de un pasado de discri- i
te para una gran parte de los escritores y pintores finlandeses. minaci6n de mas de siete siglos. Esta forma de interpretar los l
hechos es la que se ensena en las escuelas y es una visi6~ que iI
El primer gran sueno de Ia Finlandia independiente, sabre
I
todo el de los nacionalistas extremistas, fue Ia unificaci6n de aspira a fortalecer Ia identidad cultural y el orgullo nacwnal.
todos los pueblos ugrofineses del norte de Europa bajo Ia egi- Ahara bien, Ia historia de Finlandia presenta importantes
da de Ia Gran Finlandia. Una minorfa de intelectuales comen- diferencias en relacion con todos los pequenos pafses euro-
z6 a fatigarse con las corrientes nacionalistas del pensamien- peos. En primer Iugar, debe observarse q~e no hay afinidad I
habla
el fines y las lenguas vec1~as: el sueco y el
incomprensi6n
fines y un
es total entre, por eJemplo, un sueco
fines que no conozca el s~eco. El
I~
ci6n Y de grandes cam bios sociales, es una fas'e de desencanto
Y de cansancio ideo16gico y nacionalista. Los fundamentos de
Ia cultura finlandesa de Ia preguerra se habfan derrumbado
m'
a
u ndo
trable
veces
a
fines
Ia
hizo
continuo
mayorfa
nacer
de
siendo,
los
opiniones
pues, completamente Impene-
dominadores
fantasiosas
extranje~os, lo q~e
sabre los fmeses, VIS-
I
de ahf tambien Ia incompatibilidad de las antiguas orientacio~ tas como hechiceros ignorantes. Ademas, y este es un feno-
nes formales con las exigencias que Ia nueva realidad plantea- meno mucho mas grave, los fineses son un pueblo cuyo pasa-
ba a! arte. ~1 modernismo rompi6 todos los viejos canones do se encuentra documentado solo en otras lenguas y cuyos
del arte nacwnal y Ia continuidad de los movimientos artfsti- grandes hombres no podrfan dejar que aparecier~ Ia fini.cidad
cos fue asegurada mas por cierta unidad tematica que por de su cultura en una sociedad donde era despreCiada. Fmlan-
una cohesion formal. ciia fue ocupada antes de que los fineses logr~~n form~r un
Estado organizado. Ninguna de las esc~sas cromcas medie~a
les, escritas en latfn o en sueco, descnbe lo que era la soc1e-
185
184
dad finesa antes o despues de Ia ocupacion, ni menciona, sal- minadas durante largo tiempo (hablo, · desde luego, de las
vo raras excepciones, los nombres de esos fineses que, sin naciones que mas tarde han conseguido, como Finlandia,
embargo, durante dos siglos resistieron al invasor. La literatu- constituir estados soberanos). Los checos tuvieron un glorioso
ra finesa de Ia epoca sueca se limitaba casi exclusivamente a pasado en Ia Edad Media y comienzos de Ia Edad Moderna;
tem~s religiosos y era escrita par eclesiasticos que, desde el los bulgaros, cruelmente subyugados por los turcos durante
c?~me~~o, ~doptaron una actitud negativa ante Ia antigua ci- siglos, recuerdan sin embargo el poderoso imperio bulgaro
VIhzaciOn fmesa, cuyo paganismo debfa ser desarraigado sin medieval y Ia floreciente Iiteratura en bulgaro antiguo; inclu-
tregua. Durante Ia epoca de Ia hegemonfa sueca, Finlandia so los albaneses tienen su Skanderbeg, heroe nacional cuyas
habfa perdido ya Ia posicion relativamente independiente de proezas siguen viviendo en las baladas populares; los catala-
siglos anteriores, y en los campos de batalla de Alemania Po- nes ven par todas partes los vestigios del esplendor de Ia co-
Ioni~ Y Rusia, los finlandeses Iuchaban para magnifica; las rona de Aragon y leen a clasicos del nivel de Ausias March
glonas suecas. Elias forman parte de Ia historia de Suecia. l y de Joanot Martorell. Los fineses no tienen nada parecido,
Casi todos eran suecofonos y no pueden servir como referen-
da para los fineses modernos, tanto mas cuanto que todos los
I no tienen pasado, no tienen Iiteratura antigua, no tienen per-
soriajes historicos con los cuales identificarse.
documentos de Ia epoca se hallan escritos en sueco. Todo ello La moderna literatura finesa nacio a comienzos del siglo pa-
prosiguio si~ de~asiados cambios hasta finales del siglo pasa- f sado con Ia publicacion del Kaleva/a (1835). Era una antolo-
do y no ha s1do smo hasta Ia presente centuria cuando los fin- gia de antiguas poesias epicas cuyos personajes principales
Iandeses han debido asumir por sf mismos Ia responsabilidad eran heroes miticos de Ia epoca pagana. El mundo kalevalia-
de su propio destino. . no seguia subsistiendo en las regiones orientales del pais, ,.
· . En ~ue~tros dfas, esta sensaci6n de pertenecer a un pueblo pero constituia un evidente anacronismo en las zonas mas de-
sm h1stona ha teni~o co!llo consecuencia, parad6jicamente, sarrolladas de Finlandia. Este mundo, en su forma literaria,
no un acrecentado mteres por ese pasado desconocido sino tenia sin embargo un extrafio hechizo, un misticismo y una
un desden muy generalizado frente a Ia evolucion hist6rica belleza tan difusos e imprecisos como todo el pasado de sus
)' cultural que nos ha formado. Tal menosprecio se traduce a creadores. La influencia del Kaleva/a sobre Ia literatura fine-
menudo en una indiferencia total frente a las manifestacio- sa, en especial sabre su poesia, fue muy grande durante todo
nes, aun las muy importantes, de nuestra cultura. Podemos ci- el siglo pasado, en realidad hasta Ia proclamaci6n de Ia inde-
tar, como ejemplo, el destino de viejas ciudades finlandesas, pendencia.
cuyas ~a~~s de m~d~ra constitufan un magnifico ejemplo de La primera novela finesa importante, Los siete hermanos,
Ia sensibihdad artistica de nuestros antepasados. Casi todas de Alcksis Kivi, se publico en 1870. Es una magistral descrip-
fueron destruidas sin escnipulo alguno por hombres que bus- ci6n del mundo rural hacia 1860 y Ia precursora de un mo-
caban, a cualquier precio, el beneficia economico. Para ellos vimiento predominante en nuestra Iiteratura hasta 1939, a i
Ia vieja arquitectura no tenfa valor alguno porque no er~ saber: Ia nove/a campesina. El exito de esta se explica clara- If
rentable. mente porIa idealizacion del mundo rural que, para los fine-
~so se debe, ~n.verdad , a! hecho de que nuestra propia his- ses, representaba Ia verdadera esencia de su alma, las rafces
t~na aparece facllmente a nuestro modo de ver como algo milenarias en el suelo puro de Ia patria. Era, ademas, el me-
aJeno, lleno de nombres y figuras que hablan otra Iengua, que dia original de Ia mayoria de los fineses, incluso de los que
---- pertenecen a otra esfera cultural y carecen de vinculo directo pertenecfan a las clases superiores. Pero, lamentablemente, ---~-- -~- ---·-- ----
c?? nuestra :ealidad. Por ello, Ia historia del pueblo finlandes el mundo rural, tal como era, ya no existe, y a los jovenes de
d1f1ere notonamente de Ia de otras naciones europeas discri- .hoy les resulta diffcil comprender Ia mentalidad de los perso-
186
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f
i
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. ,, ~.l
- so tecnico iniciado tras Ia segunda guerra mundial. Se trata te no. A mi entender estamos atravesando tin' pet1odQ. de
- del porvenir de los pequeiios pueblos, del mantenimiento de transici6n hacia algo de lo que sabemos muy poco, estamos
• su identidad nacional, de Ia promocion de su cultura. en el umbra! de otra epoca en Ia que Ia creatividad humana
Es bastante curiosa observar que Ia cultura occidental era, tamara nuevos caminos por complete imprevisibles: ;,Ct.iaJ
· en Ia Edad Media, privilegio de un escaso numero de perso- sera entonces el papel de las culturas nacionales, el de las cul-
• nas, pero que era tanto mas internacional. Las personas culti- turas minoritarias sobre todo? La base, el solido fundamento
vadas hablaban Ia misma lengua, viajaban mucho, estudiaban de estas ha sido, hasta nuestros dfas, Ia cultura popular que
~ a menudo en varias universidades; en suma, formaban parte permitia Ia existencia de una continuidad cultural a traves de
- de una comunidad de intelectuales que no conocfa fronteras. toda Ia sociedad. Hoy, Ia cultura de masas, las ruidosas estupi-
La cultura popular, por su parte, podia desarrollarse en su deces de los folletines americanos se basan en un solo con-
-. particularismo local con toda tranquilidad, herida solo por las cepto: Ia rentabilidad . En este terrene, Ia competitividad de
plagas que afectaban a todo el mundo, tanto a los rices como lI los pequefios pueblos y las pequefias culturas es debil, y lo re-
- a los pobres, es decir las guerras, las epidemias, etcetera. Tras i' sulta mucho mas si Ia identidad nacional no ha tenido tiempo
Ia Reforma, Ia cultura intelectual se regionalize ligeramente;
- las literaturas en lenguas vernaculas manifestaron un fermi- I
I
j -
de fortalecerse, como en el caso de Finlandia.
He intentado presentar de modo breve Ia historia cultural
' dable florecimiento y una barrera, a menudo diffcil de cruzar, de un pueblo que lleva, hoy, las huellas indelebles de un pasa-
· separaba el mundo catolico del protestante. La cultura popu- do no deseado. He mencionado sabre todo las negativas con-
. Jar no se vio muy afectada por ese cambio pues prosegufa secuencias de Ia evolucion cuyo resultado actual somas. La
tranquila su desarrollo, un poco mas influida que antes por Ia raz6n por Ia que he procedido asf es sencilla: serfa demasiado
· cultura intelectual que se habfa heche algo mas accesible a facil enumerar los aspectos positives de Ia vida cultural en
todo el mundo. En Ia epoca del romanticismo, las tendencias Finlandia, citar el numero de bibliotecas publicas, de salas de
regionales y nacionales se acentuaron mas, ya que Ia cultura co'ncierto, de estudiantes universitarios, de Iibras publicados
popular se convirti6 en fuente de inspiraci6n para los artistas. por afio, etcetera. La pregunta que aquf me hago es Ia si-
- Ello significo tambien una aproximaci6n de Ia cultura intelec- guiente: ;,Ia cultura finlandesa que, por razones independien-
; tual y las tradiciones populares. En nuestro siglo, Ia situaci6n tes de Ia voluntad de los hombres, se ha desarrollado tardfa-
ri. se ha trastornado por complete. Las tradiciones populares lo- mente, sera Jo bastante solida para servir de base cultural en
cales han desaparecido en gran parte y Ia cultura de masas, un mundo que se internacionaliza a un ritmo galopante y que
' ' con frecuencia de origen anglosajon, se ha -convertido en Eu- se interesa muy poco por los valores culturales que nos son
ropa en Ia verdadera cultura popular de nuestros dfas. En caros? Este es tambien el encuentro de dos mundos : una Eu-
todas partes donde se ve Dallas y Dinastia, en todas partes ropa cultivada, elitista, contra otra Europa rural, tradicional,
donde se escucha musica popular anglosajona. En este senti- conservadora.
do, las grandes masas se han hecho incluso mas internaciona- Para concluir, debo confesar, sin rencor, que Ia invasion
Jes que las elites intelectuales de los distintos pafses. Las cultu- sueca fue Ia mayor tragedia de Ia historia de nuestro pueblo.
ras nacionales se han convertido en privilegio de un numero Nos salvo de otra tragedia mas cruel todavfa: Ia de perdernos
relativamente restringido de personas unidas por el bagaje definitivamente en Ia terrorifica inmensidad del mundo ruse.
cultural paneuropeo. ;,Y podra esta tradicion europea seguir He aquf el destine de muchos pueblos pequeiios: hallarse
sirviendo, en el porvenir, como base comun para todos los in- entre dos tragedias, sin posibilidad de elecci6n.
telectuales europeos? ;,Seguira el publico extasiandose ante
las inmortales obras de Racine y de Shakespeare? Ciertamen-
190 191
. ;;:···
j1JztiiJ.~~;Il:':z1'2If.;:· :"(.£['~"}1~~;]:;;:.";;c~ ~2I~l'f{,Jj',jJ.f'-; "':';' ;~!:,f'(:"' ; ~f'?}'; -; -: ,-;: :; ;:;r.:z :-~~;'-' :;~!f:~~J~:&-cco;:~;-.,·• -·
y daba testimonio de la solidaridad de lah-BIP~~~-d ~nter~.
·. Libia es el primer Estado del mundo que h,a reconoc1do ofi-
cialmente la indianidad como civilizaci6n Qas autoridades
arabes dicen naci6n) en pie de igualdad con la propia y, por
Jo tanto, el derecho de las naciones indias a constituirse en es-
tados. En consecuencia, ha ofrecido un Iugar para acoger ofi-
XII. La contradicci6n de sistema ciosamente a los representantes de las comunidades indias,
entre civilizaci6n india y occidental tal como lo han hecho los pafses occidentales respecto del
pueblo palestine, gracias a lo cual pueblos indfgenas, desde
Dominique Temple el sur de Chile basta el norte de Canada, se reunen libremente
para discutir entre sf Io que los une y los opone al mundo occi-
dental. Durante el primer encuentro de Trfpoli, los indios de-
Nadie niega 'hoy el significative acontecimiento representado cidieron fundar su unidad en una lfnea polftica aut6noma, dis-
por el hecho de que las comunidades indias recuperen un te- tinta de Ia de Ia integraci6n, por Ia vfa de Ia lucha de clases,
rritorio y s~ 9rganicen en consejos etnicos, federaciones de a Ia problematica occidental. Tal eje polftico independiente
ellos, aun en: eLplano mundial, y que tengan acceso a las ins- ha encontrado Ia definicion de una territorialidad donde pue-
tancias inter'nacionales e incluso, si bien es cierto que en forma . :dan desplegarse los principios de Ia economfa india y los valo-
todavfa muy poco formal, a las Naciones Unidas. La propia Es- :;res que fundamentan su autoridad polftica, su base estrategica.
pana, hace poco tiempo, acept6 participar como invitada en el La cuesti6n de Ia tierra se ha convertido, pues, en un asunto
Consejo Mundial de los Pueblos Indfgenas que celebraba su ul- ; 'de territorio y Ia frontera entre indios y occidentales no es
tima asamblea en Noruega. ' ~ Ia del racismo y Ia explotaci6n, que debe desaparecer, sino Ia
Son en efecto los pafses del norte de Europa los que han · de una interfase de sistema que es preciso afirmar frente a un
manifestado mayor sensibilidad ante Ia cuesti6n india. Fran- - regimen occidental cuyos principios de privatizaci6n, de acu-
cia, Alemania, lnglaterra y las demas naciones ricas dan prue- mulaci6n y de beneficia son absolutamente rechazados.
ba de una 'gran timidez . La prensa occidental ha hablado muy poco de tales aconte-
El otro ~i~:}~~ apoyo a Ia indianidad proviene del mundo ·' cimientos, de ahf Ia obligaci6n que siento de dar testimonio
arabe. Recieiitemente, Ben Bella pronunci6 estas magnfficas :: al respecto, puesto que estuve presente en ellos como obser-
frases: "la Indi~inidad es el Lazaro de Ia humanidad. Mientras ' vador. En el nivel de Ia investigaci6n y de Ia reflexi6n revolu-
Ia humanidaa no se haya postrado de rodillas para solicitar . cionaria india, constituyen un umbra! importante. La indiani-
perd6n pof·~r· '· dio de los indios de America, no recupe- dad me parece adosada a una teorfa polftica que concuerda
u·~~u•uau, no podni vivir en el futuro". · con las esperanzas de toda Ia humanidad o, al menos, de Ia
-~;;._;;v:;;:::.F--·--;-·era Conferencia Internacional porIa Libe- parte de ella que todavfa no ha sido aculturada por Occidente.
Indios de Tripoli, Muhammar a! Gadhafi Concuerda tambien con Ia teorfa de quienes, en escala mun-
dial, reconocen que los valores humanos universales y, espe-
cialmente, los de solidaridad y paz, deben prevalecer sobre
los indios hace inclinar Ia cabeza a Ia los mecanismos del egofsmo y de Ia propiedad, de la compe-
negros y los indios viven bajo el yugo de los tencia y de Ia guerra.
· ertad y de Ia paz. Pido a Ia conciencia inter- Hoy, Espana es el primero de los grandes pafses de Europa
ante esas naciones que sufren las peo- que reconoce, por fin, las naciones indias.
y que las apoye, . ~·:.: r:
193
El discurso de Oaxaca de su majestad el monarca de Espana .[ ·to que nuestro sistema destruye el del otro y el sistema indio
es el ultimo acontecimiento hist6rico que modifica de modo . no tiene tal inconveniente, adoptar el segundo de ellos.
radical Ia situaci6n de las sociedades indias de America con Eso es lo que elige el rey cuando propon.e:
respecto a Ia civilizaci6n occidental. En este alegato por un
reconocimiento reciproco, el soberano no intent6 esquivar Ia Porque diffcilmente podremos entendernos, dificilmente po-
realidad creada por "ambiciosos encomenderos y venales dremos hacernos comunmente inteligibles si no somos capa-
funcionarios que, por Ia fuerza, impusieron su sinraz6n"; rei- ces unos y otros [... ] de ser tan generosos para dar como para
recibir los unos de los otros, porque todos nos necesitamos so-
vindic6 incluso Ia tradici6n del unico "hilo de sentido comun"
que ha permitido, desde Las Casas, que algun dfa Ia indiani- lidariamente.
dad sea reconocida como humanidad de plena derecho. El
Toda Ia colonizaci6n y todo el sistema instaurado tras Ia con-
rey reconoda por primera vez que los pueblos indios deben
quista en America, hasta nuest;os dfas, descan~a sabre Ia
gozar de las prerrogativas de las naciones soberanas: "Quisie-
privatizaci6n, el libre intercamb10, Ia com~et~nc1~ y Ia acu-
ra aseguraros que Ia Espana de hoy, mi pueblo, contempla a
mulaci6n. Ahara bien, todos los pueblos mdws tlenen una
los vuestros ... "
econ6mfa basada en el don y Ia redistribuci6n, una economfa
Pero Io mas radical es que el modo de reconocimiento ele-
de reciprocidad. Por un !ado, pues, el poder del tener y, si es
gido no es ya el que prevaleci6 durante cinco siglos: Ia asimi-
posible, el dominio de los m~dios de producci6n e, incluso, d~
laci6n pura y simple o Ia excomuni6n. Esta vez, el reconoci-
Ia fuerza creadora del prop10 hombre; por el otro, Ia auton-
miento respeta a Ia comunidad india como otra y otra
dad expresada a traves de Ia gloria del ser y basada en Ia do-
distinta.
naci6n.
El imtagonismo entre ambos sistemas se convirti6 en un ra-
Porque, a pesar de que vuestros pueblos hunden las rafces
de su rica identidad en Ia noche de Ia historia, habeis sido ca- dical malentendido hist6rico. Los indios recibieron a los
paces de preservarlas, haciendolas florecer en un atractivo ra- occidentales haciendoles el honor de considerarlos otros
millete de tradiciones, costumbres y formas de vida. hombres, otros donadores e, incluso, donadores superiores,
dioses. Dieron y lo dieron todo, bien porque esperaran, como
Eso obliga, por lo tanto, a instaurar relaciones nuevas con Moctezuma, establecer su superioridad polftica, o bien par-
Ia indianidad, no ya las de Ia explotaci6n y el intercambio in- que desearan, sometiendose al prestigioso ex_tra?jero, ben;f~
teresado, sino las de un dialogo que reconozca los valores y ciarse de su generosidad. En ambos casas los mdws de Amen-
los principios de los demas. ca se equivocaban. No tenfan ante ellos reyes ni dioses. No
· El discurso de Oaxaca es profundamente revolucionario tenfan ante ellos otros donadores sino a gente que obedecfa
P?rque, sin referirse expresamente a! hecho de que los princi- ya el sistema que iba a triunfar en America y Europa, el de
plos de vida de los indios en comunidad son antagonistas de Ia propiedad, el intercambio y el dinero.
lo~ que les fueron impuestos par Ia colonizaci6n y, luego, por Es sorprendente que, todavfa hoy, los comentad~res de Ia ;J
Ia mdependencia, el rey propane adoptar como bases de nue- historia, economistas o etn6logos que observan y qmeren res- '· !
v~ ~ela,ciones er:tre ambas civilizaciones los propios princi- petar las diferencias de Ia civilizaci6n, citen e incluso subra- il
p!Os md1genas. D1sponemos, en efecto, de dos soluciones para yen las contradicciones culturales,_ religio_sas, tecnicas, ~tc~t,e- !1
ra, pero sin mencionar nunca Ia d1ferenCia y Ia contrad!CCIOn 'l
resolver el problema de Ia oposici6n de las dos culturas: esta-
------niecer una frontera de sistema e inventar procedimientos de del sistema econ6mico: como maximo aceptan tratarla como - - -----~t - - --·.
transcripci6n de los valores de un sistema a! otro, o bien, pues-- una diferencia de nivel en la unica economfa que quieren
194 195
. ;. .- ·. .
--------'--------__;_-~·=·----~~
-~
f
f
concebir: Ia suya. Ahf radica el problema mas grave: el que 1··. por una competencia sin descanso con el unico fin de domi-
cuestiona Ia propia existencia del sistema occidental. Quienes nar a1 otro. Desde entonces, toda competencia, toda privati-
viven en este lo han basado todo en Ia economfa de intercam-
?io y aqubello que pueda cuestionar esta economfa les resulta
msoporta le. Les parece inadmisible, intolerable, que otras
I zaci6n de los recursos y las energfas naturales debe cuestio-
narse ante el Derecho Internacional. La ~ierra apare;e como
un inalienable patrimonio de Ia humamdad. No solo de?e
sociedades puedan adoptar un regimen productivo distinto. f compartirse, debe tambien ser respetada para las generacio-
Pero mas grave les parece todavfa que tales economfas pre- nes futuras . Estos nuevos principios son precisamente los que
tendan desarrollarse y no permanecer en el marco impuesto las comunidades indias oponen, desde hace cinco siglos, a
por los vencedores o, mejor, por los beneficiarios del Malen- quienes explotan, agotan y de~truyen con el unico objeto de
tendido Hist6rico. Con mayor raz6n, instaurar nuevas relacio- obtener beneficios y poder. · .
nes entre· Espana y los pueblos indios, reconocidos como so- De ello resulta que el entorno psico16gico, al menos en el m-
beranos, con los propios principios de Ia economfa india: dar vel de los principios te6ricos que sostienen los organismo~ de
y recibir, se convierte entonces, ciertamente, en una provoca- pensamiento mundiales, que era desfavora~le a las comumda-
ci6n inaguantable. des indias, se vuelve de pronto, en el espac10 de pocos meses,
El rey busco esa paradoja. Levantamos aquf acta de ello y en extrc.ordinariamente favorable. Las comunidades indias ya
nos parece una formidable apuesta para el futuro. Pensamos no parecen conservatories para estructuras arcaicas sino la~o
en efecto que los principios fundamentales de Ia organizaci6n ratorios donde se han experimentado ya estructuras revolucio-
econ6mica, social y polftica de las comunidades indias, dar y narias, estructuras fundadoras de la humanidad del manana.
recibir, o tambien Ia solidaridad mutua o, mejor todavfa, Ia re- Estableciendo la conexi6n entre esta nueva conciencia en
ciprocidad, hasta hoy encerrados en un mundo hostil donde el nivel mundial, conciencia de paz y de solidaridad mutua y i
prevalecfan los principios opuestos, tomar y acumular, deben
ser adoptados de un modo mas general por toda Ia sociedad
universal, conciencia eminentemente etica, y las comunida-
des humanas concretas que son la base de toda sociedad, el
I
l
humana, si no quiere conocer, a! termino de Ia evoluci6n del discurso de Oaxaca establece una importante relaci6n entre i
sistema occidental, un fatal desenlace. lo universal y lo singular, entre una estrategia de liberaci6n
La conciencia de este final de Ia historia capitalista ha con- mundial de Ia humanidad y de cada familia de las que sopor- 1
ducido, recientemente, a Mihail Gorbatchov a pronunciar,
ante Ia Organizaci6n de las Naciones Unidas, un discurso fun-
tan con mayor dureza el peso de Ia explotaci6n, del raci~~o
hasta el genocidio, el etnocidio, el economicidio y el ecoc1d10
t------ -· .
damental y profetico en el que reconoce que Ia competencia provocados por Ia explotaci6n capitalista. ..
entre las naciones llevarfa a enfrentamientos armados cuyo La situaci6n de las comunidades resulta pues mod1hcada de t
resultado serfa Ia muerte del genero humano. AI condenar el
actual motor de Ia economfa mundial, proponiendo rempla-
modo considerable , pero este analisis podrfa hacer creer que
Ia situaci6n ha cambiado cuando las comunidades habnan I
zarlo por Ia solidaridad mutua, el propio Mihail Gorbatchov permanecido pasivas , soslayando este cambio y no p~rtici
apela a Ia relaci6n humana primordial, Ia que reconoce a su pando en el, en actitud silenciosa, encerrada en una resisten-
vez el soberano de Espana y que esta en vigor en todas las cia mfstica.
comunidades indias: dar y recibir. El primer responsable de Debe tenerse en cuenta entonces el punto de vista indio.
Ia Union Sovietica ha confirmado su opci6n por Ia paz preci- lC6mo consideran los propios indfgenas su relaci6n con los
sando, tambien, que no es ya posible que una economfa se occidentales? Y ante todo debe reconocerse inmediatamente
base en Ia acumulaci6n, ya sea esta colectivizada o privatiza- que el discurso de Oaxaca es fruto de Ia lucha de liberaci6n
da, pues el planeta no soportarfa el agotamiento producido . de aquellos. El rey reconoce lo que han conquistado.
196 197
. El mayor suceso, el acontecimiento polftico indio frente al ;·{.~ Pero', tambien en 1974, tiene Iugar en el Paraguay Ia prime-
mundo occidental de estos ultimos aiios, es Ia conquista o, ;a tentativa de un gobierno y un parlamento indios y en el
mejor dicho, Ia reconquista de un espacio de Iibertad indfge- Peru se publica Ia extraordinaria Ley de las Comunidades Na-
_"na, espacio reconocido por los occidentales como un Iugar tivas: . i ·• • .. ;· · · • ' · ·.
'"donde puede elaborarse una palabra india apta para desem- Como un venera entre las innumerables fuentes del Ama-
peiiar un papel en Ia construccion del porvenir de Ia humani- zonas, el nacimiento del Consejo Indfgena del Paraguay y el
dad. Este acontecimiento politico que restaura las sociedades de los Consejos Etnicos de Ia Amazonia Peruana atestiguan Ia
' ·indias en pie de igualdad con las demas sociedades del mundo extraordinaria resurreccion de Ia indianidad como civiliza-
para un dialogo respetuoso con el otro es Ia creacion de una cion.
frontera polftica y economica, una frontera de sistema, entre Resumire Ia historia de estas dos fuentes de Ia realidad ac-
lasociedad nacional y las comunidades indias, al menos algu- tual de los indios de Ia Amazonia enfrentados con nuestra ci-
nas de ellas y, en especial, las de Ia Amazonia. vilizacion. Dire solo como los nativos de estos dos pafses han ~
En Ia imposibilidad de hacer respetar los principios del don,
de Ia soiidaridad, de Ia reciprocidad en escala mundial o in-
utilizado o reinterpretado las aberturas occidentales para po-
ner el pie en nuestro mundo. ·
l
cluso nacional, los indios seven en Ia obligacion de trazar esa
frontera para que su humanidad no sea borrada del planeta.
En el Paraguay, algunos etnologos disidentes del Congreso
de Americanistas que organizaron el simposio de Barbados, I
Esta territorialidad recobrada es lo que el rey reconocio en en especial J. Griindberg, deciden dar Ia palabra a los indios ij
Oaxaca. Gracias a tal frontera las comunidades pueden hoy responsables, elegidos por sus comunidades, y no a informa-
preservar su modo de vida, su cultura, su lengua, su arte, su
religion , al menos en los niveles mas esenciales que rigen las
dores nombrados por los cientfficos. Proponen poner a su ser-
vicio los medias tecnicos de que disponen. Es Ia etnologfa al i!
actividades de Ia vida cotidiana. reves. l
En 197 4 tuvieron Iugar varios acontecimientos de alcance Sin embargo, todavfa solo se imagina Ia integracion de las
simbolico, no lejos de Cuiaba, en el Brasil, a uno y otro !ado comunidades indias en el mundo moderno . Se intenta preser-
de Ia lfnea de demarcacion de las aguas donde nacen dos var su cultura y, a veces, su unidad etnica. Este objetivo auto-
grandes rfos, el Paraguay por un !ado y el Jujuena por el otro.
Aquel aiio, un periodico nacional paraguayo anuncio Ia rendi-
cion de Ia ultima familia de los axe: Ia fotograffa muestra a
una familia de cinco personas en una pista rojiza embarcan-
dose en un carnian hacia un siniestro campamento donde .se
riza a revisar Ia nocion de Estado para darle un caracter mul-
tinacional; se habla de un mosaico de culturas.
Para que los indios consigan un mfnimo de prerrogativas,
se invocan los Derechos del Hombre y se propane equiparar
sus reivindicaciones mas inmediatas con las de las formacio-
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uniran al centenar de prisioneros de su grupo etnico, ya ence- nessociales occidentalizadas mas explotadas; lo cual propicia
rrados, que moriran de enfermedad. Allf termino el genocidio una solidaridad entre campesinos y comunidades indfgenas
de aquel pueblo. que tiende hacia Ia unidad del frente de clase. La integracion
AI mismo tiempo, en el Brasil, un padre jesuita descubre el se realiza por Ia lucha social. La referenda es marxista.
pueblo de los ena wene newe, que todavfa no ha entrado en Pero los indios, en cuanto tienen Ia palabra, advierten que
comunicacion con el mundo de los blancos, ni siquiera de sus comunidades respetan valores muy distintos de los de los
modo indirecto. La Iglesia obtiene Ia salvaguarda del territo- occidentales, que se obtienen por relaciones economicas y so-
rio y conffa al religiose Ia custodia de este pueblo frente a Ia dales igualmente diferentes de las occidentales: el don y la
presion de los madereros. El sacerdote es asesinado por estos ·.· reciprocidad, enfrentados a Ia privatizacion, Ia acumulacion,
ultimos. ". · el beneficio, etcetera... La discusion pmie en seguida de relie-
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ve que esas estructuras necesitan un territorio en el que Ia mente, en el nivel de este medio ~~~~·;ri~fifiij~·~~fu
tierra sea inalienable, en el que tampoco sea posible Ia colec- !ante podnin poner el pie en nuestro ·
tivizaci6n, pero en el que se respete el derecho comunitario. exponerse, pero con una irreprimible "'""'"~'-'"~
Del mismo modo, a prop6sito de los recursos y los productos derse.
de Ia tierra, los indios no quicren apoyar una explotaci6n sin Las comunidades indias seran · a participar en Ia
fin ni lfmites, dirigida a Ia acumulaci6n y el beneficia. Desean revoluci6n marxista del general Velasco (1968-1974). La pro-
que Ia tierra, su tierra, sea respetada. Estas reivindicaciones posicion marxista es clara: llamados hermanitos, los indios
son contradictorias con los objetivos de su integraci6n. Los in- tienen que integrarse en el frente de la lucha de clases. Velas-
dios definen su estrategia de lucha, su estrategia de libera- co pretende que en el Peru solo hay campesinos, pero con el
ci6n: no es identica a Ia de Ia lucha de clases. fin de que esas comunidades se adhieran, propone que entren 1!
El presidente del primer Consejo Indio del Paraguay, don en pie de igualdad en Ia sociedad. El gobierno adopta ~nton
Alberto Santa Cruz, resumfa Ia cuesti6n hablando de antago- ces un precepto extraordinario, la Ley de las Comumdades
nismo entre los principios fundadores de Ia sociedad occiden- Nativas, que debe encargarse de administrar un asunto extra-
tal y los de Ia civilizaci6n india. Restablecfa Ia organizaci6n ordinaria, el Sistema Nacional de Movilizaci6n Social.
de esta ultima sobre su principia de base, Ia reciprocidad, y La ley reconoce:
lo enfrentaba al de Ia competencia. Ponfa en guardia contra
!a alienacion de Ia ideologfa india (el lfmite del prestigio por La existencia legal y Ia personalidad jurfdica de las comunida-
lo imaginario de cada comunidad): "EI cacicazgo -decfa- ha des nativas (art. 6). .
terminado, debe ser superado por una forma de reciprocidad Las comunidades nativas tienen origen en los grupos tnbales
generalizada en toda !a Humanidad." Y se cre6 el Consejo In- de !a selva y ceja de selva y estan constituidas por ~onjuntos
teretnico del Paraguay. La libertad se convirti6 en el tema de familias vinculadas por los siguientes elementos pnnc1pales:
idioma o dialecto, caracteres culturales y sociales, tenencia Y
principal de esta reflexi6n, el consejo era su Iugar, Ia recon-
usufructo comun y permanente de un mismo territorio con
quista de una tierra, el medio . Pero este no se obtuvo nunca.
asentamiento nucleado o disperso.
La administracion, Ia etnologfa y Ia mision religiosa se pusie-
ron de acuerdo para negarlo y, luego, imponer a! consejo in- Ellegislador pretende, sin embargo, que estas unidades india_s
dio una tutela, Ia API. se integren en Ia sociedad nacional. ~sf, las invita a _orgam-
Advierto, sin embargo, que nuestros dos mundos no solo zarse en empresas de propiedad socml, en cooperat1vas de
aparecen separados por imaginarios distintos, diversas adap- productores asociados. El SINAMOS y la administracion con_ce-
taciones a Ia ·naturaleza, grados de evoluci6n de !a tecnica o den tierras agrfcolas a comunidades reducidas, a pequenos
del conocimiento diferentes tambien, sino, mas fundamental-
mente, porque cada uno de ellos da testimonio de una organi- poblados o aldeas. . . . .,
La colectivizaci6n de las comumdades mdms fue un call_eJon
zacion economica, social, polftica, contradictoria con !a del sin salida mas grave todavfa que la de los campesinos. Estos
otro. pueden imaginar poner en comun sus interes:s .. sus capitale~,
Ahora bien, para fundar una verdadera comunicacion es sus utiles para conseguir una mayor productlvidad y benefi-
necesaria una frontera, no solo una barrera polftica sino ciarse de una renta justa, pues su objetiv<? es producir para el
economica, una interfase de sistema que permita a cada uno
el respeto del otro. intercambio. ,c;!rt< .
Para las comunidades indfgenas, la, ~!l.t9ndad de cada uno
El mismo afio, en el Peru, los indios podran explotar una
se mide con el prestigio que conquis~~;~~~, la generosidad de
avanzada de Ia tesis progresista y reinterpretarla, precisa-
· " .~,~~::~~-~~';·.
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sus dones. Produce para dar. Toda medida de colectivizacion de Ia ceramica que da testimonio de sus valores y cuya
le hace perder su prestigio personal y tambien las referencias historia retrata tambien Ia historia de Ia comunidad.
de su autoridad. Las comunidades se retrajeron y Ia gran La fotograffa que originalmente ilustraba este articulo era
aventura social del proyecto revolucionario del general Ve- · Ia de una de las primeras obras recreadas con Ia emocion de
lasco fracaso. una r'~cuperada territorialidad econ6mica. Simboliza al inca.
Sin embargo, los indios utilizaron las Iigas agrarias para La pluma en Ia corona del jefe representa el colibrf, es decir,
unirse, formaron sindicatos o congresos con el fin de agrupar- Ia palabra de Ia tradicion recuperada. Fue enviada a Francia
se. Esta primera unidad servira de base para una reinterpreta- para 'probar a! mundo occidental que en el Ucayali · existfan
cion de Ia ley. Los indfgenas tras Ia cafda de Ia revolucion todavfa artistas capaces de crear magnfficas obras de arte. Sa-
y Ia desaparicion de las Iigas agrarias, conservan su unidad y bre uno de tales testimonies se estudiaron contratos que per-
fundan consejos etnicos o interetnicos. En adelante, Ia socie- miten' respetar el procedimiento de reciprocidad especffico
dad india recobra el derecho a organizar Ia produccion y Ia de esta comunidad, que permiten Ia transcripcion del valor de
economfa india sabre los principios indios de reciprocidad: un sistema al otro (Ia traducci6n del valor de prestigio en va-
Minka, lpaamu, Ayn. El dar y recibir vuelve a ser Ia ley inter- lor monetario y viceversa). La categorfa del arte ha permiti-
na. La hospitalidad recupera sus derechos, Ia invitacion e in- do tal mediaci6n. Este convenio se conoce con el nombre de
cluso Ia fiesta. Los islotes indios en el norte del Peru consi- contrato con dos precios de las ceramicas Shipibo.
guen incluso confluir para formar un territorio continuo. La Ho'y, los indios shipibo del Ucaya!i han dirigido, a su vez,
frase de Evaristo Nugkuag, el fundador del Consejo Aguaru- un mensaje al rey de Espana. Le han propuesto organizar una
na-Huam~isa, convertido en presidente de Ia Federacion de exposici6n de ceramicas para que, en esta expresion plastica,
~~nsejos Etnicos ~el Peru (Aidesep), y luego de Ia Confedera- los europeos puedan reconocer su cultura, su arte, su vida, su
c.JOn. ~e ~onsejos ~tnicos de Ia Cuenca Amazonica (Coica), es existencia. Le han propuesto un dialogo concreto que continue
stgmficativa de Ia epoca: "En el interior de su territorio el de- el ofrecimiento real de Espana con un don igualmente real.
sarrollo indio sigue sus propias !eyes, pero es en su fr~ntera Estamos en el Iugar donde se exploran las posibilidades de
' ·~;! , ?onde se encuentran los problemas." un nuevo arden internacional, no fundado ya en Ia competen-
" Esta cuestion de interfase va a convertirse en el problema cia y Ia privatizaci6n, Ia acumulaci6n y Ia explotaci6n, donde
crucial de estos ultimos diez anos. Los shipibo y conibo del el valor nose reduce a Ia fuerza de trabajo, sino que esta car-
Ucayali seran los mejor situados para resolver Ia dificultad: gada con Ia dimension etica presente en todo trabajo humano
zcomo pasar de un sistema de valor fundado en el don a un cuando este es don, reconocimiento del otro, reciprocidad,
sistema de valor fundado en el intercambio? · solidaridad mutua; un orden econ6mico donde Ia solidaridad
Entre los indios shipibo del Ucayali los debates pusieron de prevalece sabre el egoismo.
relieve que solo las relaciones de reciprocidad etnicas permi- Las comunidades indias son Ia vanguardia de esta explora-
tian Ia recreaci6n de valores etnicos con una dimension etica. ci6n ~ Son los exploradores avanzados de Ia busqueda de otro
La belleza de las obras creadas por las mujeres shipibo atesti- desarrollo, el de Ia solidaridad y Ia responsabilidad. Proponen
guan Ia etica creada por Ia reciprocidad india. La adopcion de a Occidente un desafio. '·
los esq~emas del mercado occidental desembocaba, por el La sociedad indfgena que, por otra parte; sufre todas las re-
contrano, en una inmediata degradacion de Ia dimension eti- presiones de tiempos pasados resulta, pues, pese a todo, vigo-
ca Y de su tradici6n estetica, que conducia a una nipida muer- rizada por las invisibles corrientes de una fuerza de vida in-
te d~ Ia inspiracion por el rechazo de los principios de reci- destructible, Ia que es, en primer Iugar, el reconocimiento del
procJdad que eran su fuente. Los shipibo disponen de un gran otro y Ia victoria sobre el interes, del don.
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'~.; ,
Existe una contradicci6n fundamental entre el discurso de !a La modernidad no comporta un conjunto de valores o intere-
modernidad y el afan de establecer una autentica identidad , ses en sf misma. La esencia de Ia modernidad se conforma
cultural en los pueblos indfgenas. Incluso irfamos mas alia: Ia por media de Ia matriz del poder, el dueiio de Ia propiedad
modernidad, tal como Ia conocemos y vivimos hoy en dfa, ,.. y las estructuras del sistema de clases donde esta enraizada.
constituye el enemigo principal de todo empeiio centrado en "i Esta configuracion de fuerzas conforma el alcance y estable-
mantener una comunidad cultural coherente, ya sea en elba- ce los lfmites de Ia modernidad. Esta ultima es lo que !a elite
rrio obrero de Ia Barceloneta, en !a Boca de Buenos Aires o en conjunto ha decidido perseguir, cultivar, dominar, reubi-
en las montaiias de Guatemala. Nos hallamos ante un prototi- car. La modernidad es lo que !a riqueza y el poder de las cla-
po especial, reflejo de una clase social concreta, el emisario l' ses dominantes puede comprar y vender; se define por media
y promotor agresivo de Ia modernidad y de los valores que de pautas sociales: el estilo de vida moderno depende basica-
ella comprende. En este sentido, ese concepto significa movi- mente del acceso a los mecanismos de poder. Y hoy en dfa
lidad, individualismo, secularismo, poder de adquisici6n, acu- tener poder significa tener acceso al mercado mundial. Desde
mulaci6n, adaptaci6n. En contraposici6n, para los pueblos las lejanas aldeas situadas en los campos de petr6leo de Gua-
que tratan de asegurar o de preservar una autentica identidad temala hasta las reservas de caza de los indios en los bosques
cultural, tienen mas importancia los valores de comunidad, mc.dereros del Amazonas, pasando por los barrios obreros li-
solidaridad, religiosidad, dosificacion del consumo y utilidad. mftrofes con las gigantescas construcciones inmobiliarias de
La lucha entre modernidad (en el momenta presente identi- ' Occidente, los componentes de Ia modernidad imponen Ia
f_icada con el capitalismo incontrolado , aunque no reducida a destrucci6n y el desplazamiento de las comunidades, Ia ato-
el) y las fuerzas en pugna para hacer viables identidades cul- mizaci6n en vez de Ia solidaridad. La dinamica de Ia moderni-
turales enraizadas en lazos personales estrechos y tradiciones dad no se puede identificar con los atributos estaticos de quie-
sociales compartidas, se produce a escala mundial, de manera nes Ia practican, sino con las imposiciones energicamente
continua y con importantes repercusiones en el desarrollo de violentas de su esencia. La modernidad, por raz6n de su natu-
las relaciones humanas en todos los niveles. La ascendencia raleza expansionista, esta fntimamente ligada a Ia desarticula-
y Ia expansion actuales de Ia modernidad como ideologfa y cion de Ia solidaridad social y de la identidad cultural en todo
sus recientes propuestas agresivas entre los partidarios del el mundo.
mercado libre en el este y en el Tercer Mundo plantean un · :·. .Es precisamente porque sus agentes se han encontrado con
reto especial en esta coyuntura de nuevas tomas de posicion · 'un efecto en tantos lugares que el renacimiento de Ia moder-
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nidad como concepto analitico ha resurgido despojado de me?tru: el poder de los grupos dominantes, no sorprende que
1
cualquier contenido de clase, alejado de toda referenda a re- los 1deologos de Ia modermdad hayan centrado su empeno en
Iaciones imperialistas y de configuraciones estatales. Hace dotar su autonomia y progresismo de un amilisis intelectual
· unos anos, a principios de los sesenta, todo lo que estaba rela- Jo.c~~l explica los esfue~zos int:Ie~tuales llevados a cabo par~
. cionado con Ia teorfa de Ia modernizaci6n era sometido a una mistificar los puntos socioeconomicos especfficos que definen
· crftica global: su tendencia etnocentrica, su falta de realismo su papel hist6rico.
t·
; hist6rico-estructural, su primacia sobre las desigualdades en
; cuanto a! poder global, regional y de clase, Ilevaron al aban-
.dono general del concepto de modernizaci6n. Con el cambia Revertir el efecto que produce
": polftico de los ochenta y el resurgimiento de las doctrinas neo-
liberales, Ia modernidad ha emergido de nuevo como concep- Ia' modernidad en Ia comunidad
to ideol6gico, con Ia premisa de un nuevo conjunto de ideas
preconcebidas sabre Ia disoluci6n de clases e ideologfas y el La modernidad, tal como Ia hemos conocido y experimentado,
advenimiento de una nueva era de tecnologfa de punta, inter- ha transformado las estructuras sociales, etnicas y generaciona-
dependencia, consume masivo y cooperaci6n social. les, asf como las relaciones hombre-mujer. EI posindustrialismo
· Hoy en dfa Ia modernidad tiene poco en comun con su dis- e:. un eufemismo creado para designar Ia marginaci6n de los
. curso tecnocratico. En realidad se basa en Ia ascendencia de hiJOS de Ia clase obrera exindustrial; describe el crecimiento
· los especuladores que manipulan Ia propiedad inmobiliaria de una masa de empleados de servicios con baja remuneraci6n
mediante redes electr6nicas, en Ia utilizaci6n de los bancos el desarraigo de las comunidades etnicas y Ia destrucci6n de s~
' de datos computarizados de las fuerzas de seguridad para habi.tat natural. La mod~rnidad es Ia ascendencia del capitalis-
· mantener Ia vigilancia sabre los adversaries polfticos, los ban- mo mcontrolado. Los d1scursos centrados en el posestatismo
queros comunicandose por fax fusiones mutuas. Contraria- el mercado fibre, Ia sociedad civil, coinciden en contrapone;
mente al discurso de Ia modernidad, Ia tecnologfa se entiende una fuerza de trabajo no organizada y un capital global omni-
· ·. mejor examinando el sistema socioecon6mico a! que sirve. P?tente. En este proceso, Ia modernidad destruye el tejido so-
· ' Hoy en dfa Ia tecnologfa acelera Ia economfa en el papel, no cial, ?I .aumentar y crear de nuevo fabricas donde se explota
. Ia productiva, fortalece el movimiento de capitales, establece al maximo a! obrero, trabajo a destajo que se realiza en el he-
. ·]as nuevas regiones de explotaci6n. gary centrales de trabajo de montaje, para lo cual se contra-
. En el d.iscurso de Ia modernidad, Ia tecnologfa y sus impera- tan basicarnente a mujeres que carecen de organizaci6n y a
tives defmen las prioridades sociales y econ6rnicas, disfrazan- las cuales se pagan sueldos irrisorios. En Occidente Ia moder-
do convenientemente las clases y estados que dirigen estas nidad implica Ia multiplicaci6n de enormes edifici~s destina-
tecnologfas. · d.os a oficinas y el constante aumento del numero de personas
La modernidad, gracias a Ia alta tecnologfa, supone un ni- sm hagar; en el Tercer Mundo, islas de exclusives centres co-
vel de impersonalidad mas elevado, una mayor distancia en- merciales en un mar de barracas improvisadas. La moderni-
tre dirigentes y dirigidos. En comunicaci6n, Ia modernidad d~d.representa Ia cirugfa estetica para unos pocos y el resur-
aumenta Ia homogeneidad del mensaje proveniente del Esta- gimiento de Ia malaria, Ia tuberculosis y las enfermedades
do, refuerza su direcci6n unica, de arriba abajo, de los centres ancestrales para Ia mayorfa.
imperialistas al Tercer Mundo, de los grupos etnicos domi- La autentica modernidad de hoy conforma un mundo cada
nantes a la base. Teniendo en cuenta el papel central que de- vez mas polarizado donde las nuevas tecnologfas, por una
sempena Ia nueva tecnologfa electr6nica a Ia hora de incre- parte, concentran en mayor medida el poder y bienestar y,
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)
par Ia otra, desvalorizan el trabajo, alteran culturas y desa- que poseen gran movilidad compar~en las rnisi"?as aspiracio-
rraigan a millones de personas. Ademas, Ia modernidad, con nes en todos los pafses, hablan el m1smo lengua]e, se enc~en
sus inclinaciones expansionistas, se data de su propia justifi- tran en las conferencias organizadas par unos y otros, comp1ten
caci6n moral. Cuando los Estados Unidos invadieron Panama, por los mismos productos tangibles: se apropian ~e to~o, ~e
el secretario de Estado Baker dijo a los sovieticos: "Cuando manipulan entre sf. Son totalmente contr~no~ al I~u~htans
ustedes invaden van contra Ia democracia, cuando lo hace- mo, a los val ores comunitarios, a Ia sohdandad etmca/ de
mos nosotros, es a favor de Ia democracia." De lo cual se de- clase/ hombre-mujer, son agentes de todas y cada una de las
duce: Ia intervenci6n imperialista es Ia extension de Ia moder- imposiciones del mercado. Bajo su egida, q~edan aboli?~s los
nidad al Tercer Mundo y mas alia de este. La desintegraci6n programas sociales, disgregadas las ~omumdade~ tradJ_cJOna-
de los sistemas colectivistas y el auge de una serie de agentes les. Riqueza privada, cadenas exclus1vas y re~acJO~es_ mstru-
prooccidentales en el este ha abierto nuevas regiones para el mentales llevan aparejadas Ia pobreza de Ia vida publica Y !a
pillaje ... en nombre de Ia modernidad y Ia democracia. Por las disolucion de los vfnculos sociales.
calles de Varsovia, Berlin oriental y Budapest se pasean millo- La modernidad en forma de capitalismo incontrolado en
nes de desempleados, que vienen a juntarse con los millares principia engaiia a! pobre co~ Ia tentacio.~ del_ consume sin
de indios que habfan trabajado en el estafio en Bolivia, expul- tasa y de inmediatas e intermmables gratJhcacJOnes por me-
sados de Ia industria en Buenos Aires y un gran contingente dia de imagenes graticas electr6nicas. La realidad es comple-
de indfgenas desplazados por el posindustrialismo imperialista tamente diferente. A medida que Ia modernidad va haciendo-
en America Central y en los pafses andinos. se con el poder destruye los suefios del pobre con un~ s~rie
Hoy en dfa ser moderno significa tener acceso a los circui- de continuados ataques a su vida cotidiana. En el traba]O , Im-
tos industriales del comercio, las finanzas, las inmobiliarias y potencia ante Ia autoridad gestora; en el mercado, _mengua en
Ia industria turfstica. Ser marginal hoy significa ser nacional, el consumo; en las calles, inseguridad. La modermdad es una
regional, local. Las elites internacionales son las que hacen Ia comprensible fantasfa de los yuppie_s: P?der sin responsabi~i
historia; los marginales son los objetos de esta: objetos de ex- dad, enriquecimiento sin mala conciencia, ~uto~omplacencw
plotacion, objetos tfpicos o sexuales del turismo, un emplaza- frente a los escombros sociales de Ia margmahdad.
miento para Ia apropiaci6n y Ia inversion. . De Nueva York a Santiago, de Londres a Madrid, de Rfo a
El prototipo de !a modernidad, el profesional internacional Moscu Ia nueva clase formada por los profesionales en ascen-
en ascenso que posee gran movilidad, lo privatiza todo : an- . so que,poseen gran movilidad, los tec~6cratas e in~electuales,
tiguos cementerios , tierras de pastos, haciendas y bosques esta conformando un mundo de dehberadas desigualdades,
comunales; instrumentaliza a todo el mundo: los pequeiios de marginaci6n ep gran escala y a largo pl_a~o : apuntala?do
propietarios agrfcolas se convierten en jornaleros de explota- y abandonando Africa como si fuera un l!~~ado . En ~atmo
ciones agrarias para !a exportacion, las comunidades indias america !a extorsion economica y Ia evasiOn de capital ha
pasan a ser tropa auxiliar de ejercitos genocidas, los movi- conden~do a Ia gran mayorfa a una economfa practicamente
mientos sociales autonomos se convierten en apendices de . de trueque: mas de la mitad de Ia poblacion esta desempleada
los organismos estatales; y el Estado mistifica todo tipo de re- o en condiciones muy precarias.
laciones de poder y de autoincremento en nombre de una En plena decada de profundas catastrofes, los. ide6log~s del
deidad imparcial y omnisciente denominada el mercado. neoliberalismo han convertido el desastre en v1rtud: lo mfor-
· El comunista internacionalista ha sido sustituido por el yu- mal -termino que abarca a todos los que carecen de ei"?pleo,
p/Jy internacionalista, que traspasa las antiguas fronteras ideo- . a los que no tienen sueldo o vivienda digna- se formahza en
!6gicas, Estey Oeste, Norte y Sur. Los profesionales en ascenso terminos de una doctrina capaz de disipar el espectro de Ia
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.. ..............
· ----·~~"""- -~,......, .. --~-- , •.''· .... ,., ~ --- ...-, ....•
revolucion. Sin embargo el fantasma subsiste ... aunque, por · ''' ·ndfgena asf como Ia apropiacion de sus medios de produc-
el momento, solo como tal. 1 ·on ha 'puesto en marcha dos procesos significativos en el
Cl , . , d
En resumen, las nuevas tecnologfas y las nuevas clases nuevo emplazamiento urbano: Ia crea~I?n e una nu~va .ma-
transnacionales -del Norte y del Sur- han recortado el espa- triz cultural que reline Ia cultu~<l: tr~dicJOnal. Y_ la sohdandad
cio tradicional de los trabajadores mas pobres, de las de clase contemporanea, Ia rehgwstdad tr~dtCI?nal y moder-
minorfas etnicas y de las mujeres, apropiandose de su tierra, na, Ia autoafirmacion polftica y el rechazo de~ mtr';lso. El po-
desarticulando el empleo, sometiendolos a una saturacion tencial y los proyectos politicos de esta nueva 1de~:1dad cultu-
cultural y, a su vez, han aumentado el mimero de marginados siguen siendo problematicos, tal como se mamhesta en las
ra1 .. s· b
al desplazarlos y concentrarlos a menudo en tierra extraiia, organizaciones que ha!l. surgido en plena CTISl~. Ill em argo,
lejos de sus comunidades ancestrales. entre los jovenes y m1htantes lo que _ha s~rg1do clarament;
Millares de centroamericanos, indios y mestizos se hallan ha sido la decision de restablecer una 1dent1dad cultural ~~to
hoy hacinados, no solo en las capitales, sino en los subur- n~ma que una la tradicion con el contexto actual de m.ovihza-
bios de California y Texas. Hacia el aiio 2000, en Ia mayor cion social. Ello se ha hecho mas patente en este penodo. ~e
entidad de la Union, los ang!oamericanos estanin en mi- desintegracion socioeconomica prolongada: Ia _conservacwn
norfa. de las relaciones esenciales y de los valores y s1mbolos cultu-
En Latinoamerica, las inversiones financieras en gran esca- rales se funde con los movimientos actuales de transforma-
la han minado las economfas domesticas, Ia de los pequeiios cion social.
productores y las municipales, y arrojado a los indfgenas, a
los jornaleros negros y mestizos hacia las grandes ciudades.
A su vez, el saqueo economico llevado a cabo por los bancos Alternativas frente a Ia modernidad:
ha disminuido las inversiones socia:Ies en las ciudades al mis- f~si6n de las pr6.cticas tradicionales
mo tiempo que Ia polftica economica neoliberal ha desgasta-
: do a los sectores productivos. La ayuda militar estadunidense y ~evolucionarias
y europea ha contribuido a aumentar Ia capacidad represiva
· de los estados y de los municipios y poblaciones mas desarrai- Onicamente quienes creen con firmeza en la modernidad
; gados. La inversion moderna, Ia deuda financiera moderna, opinaran que ser conservador y revol~cio?ario a la v~z cons-
el capitalismo moderno incontrolado han creado enclaves eu- tituye una paradoja. Contra.las exp~~Ienc1as destru~t1vas del
) rolatinos urbanos de gran opulencia inmersos en un mar de desarraigo personal y la desmtegracwn de la com~mdad cau-
indigenas y negros desarraigados. El tema de la identidad cul- sadas por el mercado incontrolado, hay que eleg1r entre u?
tural ya no es solo un problema de poblaciones indfgenas en mundo hobbesiano de todo contra todo, en donde las fa~I
regiones geograficamente especfficas -los espacios tradicio- lias, vecinos, generaciones, en depredacion mutua Y ~io~enc1a
nales- y tampoco de minorfas etnicas. Los pueblos indfgenas general, se vuelvan con:ra s.f ,mismos (con 1~~ co.n_sigmentes
se aglomeran hoy en el centro de las ciudades, en sus perife- patologfas de autoabommacwn, autoculpablltzacJOn Y auto-
rias, entran y salen de las grandes ciudades. Se encuentran, destruccion que ya apunto hace tiempo ~a!i_on), o centrar la.s
por decirlo asf, cara a cara con sus opresores, ya que no les energfas en conservar y fortalecer la t.radiClO!l_P~rsonal, fa~l
separan de ellos mas que un par de barrios, unas cuantas divi- lia, vecinos y solidaridad de clase a fm de dmg1r Ia agreswn
siones acorazadas y unos sistemas de seguridad privados en hacia fuera hacia arriba, desplazando/transformando ~1
extremo complejos. mundo de 1~ modernidad dominante. La familia y Ja violenc1a
No obstante, este violento desplazamiento de Ia poblacion · personal aumentan en relaci6n directa con el crecimiento de
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-
Ia mod~rnidad y en relaci6n inversa con el nivel de solidari- vo y de una sociedad multietnica pluralista apostando por Ia
dad social contra los adversarios externos. seguridad privada y Ia estabilidad polftica. La gran contradic-
Enfrentados a las alternativas de Ia violencia hobbesiana y ci6n de Ia modernidad esta en que cuanto mayores son los es-
a las amenazas colectivas, los hijos de Ia modernidad neolibe- tuerzos de las clases modernas para conseguir Ia seguridad
r~l, las nuevas cl~ses dominantes, centran sus esfuerzos en privada mucho mayor es Ia inseguridad en Ia sociedad. Las
az~ta:se de las ternbles consecuencias de su polftica socioeco- inversiones en seguridad interna son el apartado de mas rapi-
n~mi_ca. _Aume_ntan los presupuestos destinados a Ia policfa, el do crecimiento en todos los pafses con polfticas de moderni-
eJercito mtervien~, cada vez mas en los disturbios callejeros, dad y economfa neoliberal, y Ia seguridad es el objetivo mas
se paga a lo~ socwlo~os para que estudien Ia propensi6n de ilusorio por conseguir.
las clases b~Jas_ a Ia vJolencia, las fundaciones internacionales ;_,A d6nde nos lleva todo esto? EI resultado de Ia ascendeD-
con fondos mvierten en las Organizaciones No Gubernamen- cia real del mercado de Ia modernidad se traduce en Ia multi-
tales (ONG) -~ara o:ganizar microempresas y otras formas de plicacion del desplazamiento de las minorfas, en numero de
contracepc10n social. Regfmenes civiles, desde los socialistas personas y morada. La contradicci6n principal se plantea en-
Y Ia _d_emocracia cristiana a los conservadores, aliados a distin- tre el mundo de Ia modernidad, con su rriercado incontrolado
tas elites tr~snaciona_les, !levan a cabo estrategias economicas y sus defensores, y los nuevas emplazamientos de reorganiza-
de m?dern~dad ~e?hberales y polfticas represivas . Los gran- cion cultural, econ6mica y social destinados a las minorfas
des p!lares Ideoi~?Icos ~e Ia mo,d ernidad, el pluralismo polfti- .que confluyen en elias al haberse convertido ya en una mayo-
co Y Ia cooperacwn_ social (concertacion) se desmoronan por .ria no articulada. Ya no viven aislados en reductos montaiio-
el efecto ~e las desigualdades y Ia represion. ~os, en Ia selva o en poblaciones alejadas: se hallan concen-
La letama de los puntas de Ia modernidad -respecto a los trados en las grandes ciudades. La identidad cultural forjada
?e
d~rechos _las minor~as etnicas; igualdad de Ia mujer, ecolo- bajo las mas duras condiciones de desplazamiento, represion
gia Y mOVImientos SOCia)es- esta uacfa de contenido· se incJu- estatal y miseria econ6mica ha surgido con base en una sfnte-
ye a las minorfas etnicas en comisiones que redactan infor- sis de tradici6n y religiosidad rebelde, de ira colectiva y eco-
m~s que se archivan, mientras el capital en ascenso continua nomfa de subsistencia tambien colectiva. El conflicto basico
Ia Implacable apropiacion de su tierra; los bancos internacio- se plantea entre Ia dominacion mecanica de las fuerzas del
nales encargan a ecologistas progresistas el estudio del efecto mercado privado y Ia sociedad organica de solidaridad social
de los proyectos_de desarrollo antes de proceder a degradar de los desplazados. El flujo migratorio masivo no es aleatorio
el_ entorno; prohferan geometricamente cursos de adiestra- ,ni desorganizado: se sujetan de nuevo los vfnculos rotos y se
mi_e nto pr?f~sional para las mujeres, mientras los sueldos mas · reconstruyen las comunidades regionales. El gran reto que se
baJOS c~ntmua_n a?sorbiendo a Ia mayorfa de las trabajadoras, plantea a los desplazados de cara a Ia creaci6n de una nueva
campesmas e mdigenas. Las maquinas electorales del Estado identidad cultural no procede de !a carencia y de !a existencia
Y de los partidos invaden los barrios, desplazando a los !Ide- de capas superiores sino de su propio interior y de las capas
res locales de los movimientos sociales en nombre de Ia de- inferiores. En el seno de estos asentamientos urbanos masi-
fensa ~emocratica contra los abusos populares. La retorica vos surgen las divisiones entre los desplazados que adoptan
emancipatoria del discurso" de Ia modernidad se ha converti- el punta de vista del progreso individual, Ia codicia y Ia vio-
do en fr~ses vacfas, en una retahfla de declaraciones rituales . lencia, y los que estan dispuestos a crear una nueva economfa
desprovista de esencia polftica. y un movimiento de solidaridad. La fuerza de los primeros
En realidad, los partidarios de Ia modernidad en el Tercer -los desplazados individualistas- se basa en el apoyo que les
Mundo han renunciado a Ia busqueda de un cambia equitati- brindan los partidarios de Ia modernidad: el traficante de dro-
I
212 213
/
gas f_u.nc~ona con los mismos principios que el especulador in-
~obi~Iano. La f~erza de !os que luchan para crear una nueva
. .· .·.';;:...
'i ,
Identidad colect1va prov1ene de la tradici6n de las luchas del
pasado, .la memoria de las costumbres consuetudinarias d
compartir y Ia experiencia actual de vida en comun. e
XIV. lDesarrollo o destrucci6n?
Notas relativas a una somera bibliograffa sobre
indfgenas y cooperaci6n internacional
Antonio Perez
I
II No tabe duda que la cooperaci6n para el desarrollo constituye
hoy dfa una de las parcelas menos cuestionadas de Ia actividad
tanto publica como privada. Acunada en los buenos sentimien-
tos que el voluntariado propicia, tiel espejo de una antigua pnic-
tica de redistribuci6n -comun a todas las grandes religiones-,
hija predilecta de las ideologfas humanitarias e igualitarias que
-en Ia cultura occidental- aparecieron con Ia Edad de las Lu-
ces, etcetera, Ia ayuda cooperante se ha convertido en el recep-
tacula ideal de unos buenos sentimientos que, dejando aparte
su indudable relacion con las malas conciencias, triunfan beatffi-
camente en los pafses sobrealimentados. "
Y, sin embargo, nada mas peligroso que sacralizar materias
inabordadas por la critica. Acudiendo a nuestros naturales
instintos, no podemos evitar que la suspicacia sea uno de los
mas pronunciados. Tan recomendable predisposici6n intelec-
tual nos alerta en el dfa de hoy; ademas, enviandonos a la me-
todologia propia de la ciencia social, nos encamina al analisis .
En este caso, a! analisis de la cooperaci6n.
;,Y si algun demonio -incluso familiar- se escondiera de-
tras del aparente desinteres y bondad de la cooperaci6n para
el desarrollo? Surgen, en primer Iugar, las dudas sobre la ge-
nerosidad intrinseca del propio desarrollo; cuando en Europa
ya se ha acufiado la teoria del crecimiento cero, no parece
descabellado suponer que esta aceptado basta en los mas re- - - - -
coletos cenaculos del neocapitalismo que el desarrollo es
cuando menos discutible. Otra cuesti6n es el aumento de la
214
215
produccion y su correlato mfnimo del aumento de Ia producti- primir a los pafses empobrecidos; depauperizados, pero inata-
vidad. Pero, por hoy, dejaremos de cuestionar a1 desarrollo cables desde Ia ideologfa humanista-cosmopolita que presidia
mismo y nos ocuparemos, a renglon seguido, del otro aspecto Ia filosoffa polftica de Ia ONU.
de Ia cooperacion, es decir, de Ia cooperacion misma. Un deslizamiento de esa magnitud, creador de un nuevo or-
Para entrar en materia, debemos comenzar contestando- den economico internacional, no podfa intentarse sin prepa-
nos a una pregunta muy esquematica: (,hay alguna clase de raci6n o sin cierto disimulo. Es muy brusco el cambia de Ia
igualdad (mas alia de Ia jurfdico-formal) entre todos los esta- multilateralidad a Ia bilateralidad y con objeto de paliarlo se
dos, sean ellos ricos o pobres? ha inventado Ia terminologfa del dialogo Norte-Sur (como si
Educados en un sano temor al liberalismo, enseiiados res- fuera posible Ia paz entre las gallinas y el zorro que antes
pecto de que no se pueden deja r en igualdad de condiciones mencionabamos) y, sobre todo, por lo que hoy nos ocupa, se
a_ las gallinas y al zorro porque, generalmente, eso quiere de- han.subvencionado las empresas, gubernamentales o no, des-
Clr que el zorro ya ha entrada en el gallinero, tenemos serias tinadas a Ia cooperacion internacional.
dudas sobre Ia posibilidad de un dialogo de igual a igual entre Desde esta perspectiva, Ia cooperacion vendrfa a significar
los dadores y los recipiendiarios de !a cooperacion. (,Como Ia bondadosa y muy engrasada correa de transmision que
van a dialogar igualitariamente el maestro haitiano y los pro- produzca un clima de buenos sentimientos alrededor de los
fesores franceses, el tecnico aleman y el funcionario de Togo? pafses ricos, mejore su imagen , utilice el potencial de, sus mi-
Pero, en fin, tambien vamos a suponer que, como ocurre con norfas voluntarias e, insensiblemente, lleve a los pa1ses po-
Ia supuesta bondad del desarrollo, tal igualdad es posible. bres a Ia nueva situaci6n de bilateralidad en el marco del en-
Esa supuesta paridad internacional nos lleg6 en otros tiem- frentamiento con los pafses sobrealimentados de los grandes
. pos acompaiiada de Ia expresion mas refinada de Ia democra- bloques.
cia: aquella que proclama el sufragio universal entre las nacio- Pero esta nuestra particular version puede tambien edulco-
nes: un Estado, un voto. Asf se creo Ia Sociedad de Naciones rarse y reducirse, con otra formulacion al intento sociol6gico ·
Y asf Ia heredo !a ONU -clara esta que con Ia correccion debi- de dar salida a las energfas generadas por el igualitarismo y
d? al Consejo de ?eguridad. Un clima de multilateralidad presi- Ia caridad cristiana. Efectivamente, hay minorfas que en estas
dia aquellas reumones en las que los mas altos ideales del igua- empresas cooperantes encuentran acomodo, pero wreocu-
litarismo planetaria encontraban confortable morada. pan a! Poder?
Ahora bien, despues de Ia conferencia de Bandung (1955), Por otra parte, en nuestro deliria abandonista, vamos a se-
en Ia que se sen tar on las bases para Ia neu tralidad de los paf- guir suponiendo -y ya son muchas tantas suposiciones-:- que
ses po?res, el_ sufragio universal-internacional -valga Ia toda !a cooperacion va destinada a no crear dependenc1a con
paradoJa-, aplicado en las votaciones de Ia ONU , no ha deja- respecto a! dador; creamos, hermanos fieles, que Ia mala con-
do de molestar a los grandes bloques. Cuando estos inconve- ciencia de los pafses capitalistas encuentra una salida Qa mis-
nientes producen un grado de incomodidad intolerable para ma que les enseiia Ia religion cristiana, propia de estos pafses
las normas de confort de los grandes, estos deciden abando- menos Japan) en el dispendio caritativo. Segun esta optimista
nar Ia multilateralidad y deslizarse hacia las relaciones bilate- vision, aquella sensibilidad religiosa que tantas guerras ha
rales. Par~ ser exactos, este vaiven de lo uno a lo multiple se propiciado en el preterito europeo mas reciente, por. fin re-
ha produCJdo desde que el actual concierto de naciones exis- gresa victoriosa a sus orfgenes y cumple el papel soc1al que
te, pero, en nuestros dfas actuales, Ia balanza parece inclinar- le estaba aguardando desde el comienzo de las eras y los siglos.
se descaradamente dellado de las relaciones bilaterales que, Pero si nuestra credulidad no llega a tanto, bien podemos
como puede ellector suponer, significa un metodo mas de ex- admitir que un capitalismo tan propenso a gastos espectacula-
216 217
·\\
;.:;/ das i~perialesy hace menos tiempo nuestras..queridas~p~o-_
res sin ningun interes crematistico directo -lease Exposicio- vincias-de-ultramar.
nes Universales, Dispendios Militares, Subvenciones al Arte,
Gastos-de-Representaci6n-del-Sistema, en una sola palabra-
puede, en un momenta hist6rico neocolonialista, cooperar Pero abandonando toda reflexi6n mas o menos atemporal y
con todos aquellos a los que ha esquilmado secularmente. desc~ndiendo al prosaico campo de Ia cooperaci6n entendida
Desde esta cinica perspectiva, Ia cooperaci6n vendrfa a ser como fenomeno historico reciente, olvidandonos una vez
como los carinas que el ganadero se permite con las bestias mas de las reticencias generales antes semiolvidadas, debe-
que van al matadero; a fin de cuentas, tambien hay hila musi- mas no obstante, precisar que los proyectos de desarrollo en
cal en las granjas de conejos y a las Jechugas les pintan soles los ~ue se ha basado el grueso de Ia cooperaci6~ ~ara el desa-
en las explotaciones modernas. rrollo, han tenido estrepitosos fracasos -adm1hdos por los
Cuando el Poder se disfraza de espect.:iculo no puede ser propios organismos responsa?Jes- que, a pesar de ella, no
atacado desde Ia estrechez de Ia amortizaci6n de Ia inversion, son Jo suficientemente conoc1dos.
sabre todo si, encima, se quiere establecer un vinculo directo Por ejemplo: !a defensa a ultranza de Ia naturaleza supuso
entre gasto y producto. Asf pues, vamos a creernos que Ia una de las primeras manifestaciones mundiales de Ia coopera-
cooperaci6n no crea dependencia, que es caritativa, inspira- cion. Pues bien, en esta tesitura hubo un olvido constante de
da en Ia doctrina social de cualquier Iglesia, que es indiscuti- los pueblos indfgenas que habitaban. esa naturaleza h~sta el
ble y disenable de comun acuerdo y que el desarrollo es lo extremo que, quienes habfan mantemdo estable el med10 am-
que se persigue y, ademas, es muy buena. Pues bien, despues biente -sus indfgenas, par definicion- se vieron acusados de
de esta indigestion de bondad, dona Suspicacia todavfa nos si- practicas agrfcolas devastadoras e ineficaces, de irrespeto
gue susurrando detras de Ia oreja. para Ia caza, de desprecio por _Ia limpi_eza, etcete_ra. Aunque
Y nos advierte del curiosa fen6meno llamado Ia escasez de ]a situaci6n ha mejorado, una simple OJeada a Ia hteratura de
bibliograffa sabre los fracasos de Ia cooperaci6n. Cuando esta hace 20 anos nos ilustra sabre como, segun Ia tecnica de algu-
cultura grafomana publica los menores pecados de los dioses, nos importantes organismos conservacionistas, el indfgena
a pesar de los rfos de tinta que Ia alaban, resulta que nadie era un obstaculo para el buen manejo del territorio . En oca-
publica nada esceptico sobre Ia cooperacion, no digamos co- siones, se Jleg6 al genocidio por motivos de su~e~vivencia
nocer de ningun virulento libelo contra nuestra diosa. lSer~ faunfstica; citare solo tres casas: cuando una seqma mespera-
porque es fenomeno inedito en Ia historia y aun no ha dado da agosta el bambu que comen los osos pandas, el gobrerno
tiempo a que se Ia critique? Pues no, porque antes se llamaban chino no duda en deportar a miles de tibetanos para que sus
becas del Consejo de Ia Hispanidad -de mocita, Instituto de animales embajadores pasten de los cultivos indfgenas. Que
Cultura Hispanica- o colectas para los chinitos. No nos enga- toda deportaci6n signifique muerte ffsica y muerte cultural,
fiemos, Ia Iglesia viene practicando esta tan cacareada coope- parece contar menos que el control de Ia pob~aci6n pand~ y
raci6n desde tiempo inmemorial hasta el punta que quiere que Ia diplomacia mundial practicada por Pekm. Y s1 algme?
adjudicarse el tftulo de Organizaci6n No Gubernamental (ONG) pone en duda que se haya Jlegado a estos extremos de seven-
mas antigua en el escalaf6n (puesto harto discutible desde el dad con los humanos, que lea Ia prensa: "Tres cadenas perpe-
momenta en que tanto ha gobernado el mundo y tan escasa- tuas par matar pandas en China." 1 Claro e~t~ .que, ~unque
mente ha decrecido su divino gobierno). Y el Estado, tiel imi- · solo fuera par motivos esteticos, nuestra sens1b1hdad cmdada-
tador de Ia primigenia Iglesia, tambien en esto ha seguido sus
pasos y antes se llamaban Leyes de Indias y antes aun calza- 1 £/Pais, 10 de mayo de 1988.
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~~..;.~·' , .
na encuentra 16gica esta condena a los campesinos locales, :f; trop6Ioga alemana; cuando, en 1985, esta ac~dem1ca presen-
puesto que el panda, segiln la misma gacetilla, fue descubierto ·''-
·:~,
t6 su informe e hizo notar que sobre las muJeres aguarunas
en 1869 -z.por quiE§nes?-. Desde luego que su descubrimien- recaia todo el peso del trabajo que los varones, ocupados en
to por los tibetanos debe ser algo anterior a esa fecha -y, las relaciones con los tecnicos blancos, no realizaban, la reac-
ademas, "esta considerado como el mas bello de los marr.ffe- ci6n del consejo tribal fue fulminante: prohibieron dar a cono-
ros conocidos". 2 z.Que opina de todo esto el World Wildlife cer los resultados concretos de su investigacion.
Fund, responsable general de Ia conservaci6n faunfstica y gi- y si alguien quiere ejemplos de otras partes del universe,
gantesca ONG? puede consultar a Colfer, 5 y a Collier y Soen_toro, 6 para los
Otro ejemplo: poco despues de Ia segunda guerra mundial, casos de Ia transmigraci6n y sus efectos en Kalimantan -Bor-
los ik de Ia Uganda septentrional fueron desalojados de su neo- oriental y en Java, respectivamente.
region de origen por Ia creacion de un parque nacional. Anti- Finalmente, hay estudios monograticos sobre los t:a.casos
guamente un pueblo de cazadores, ahora han debido recon- de proyectos de desarrollo integral e~ los que h~n partlc1pado
vertirse en agricultores sedentarios. Y el cambio les ha sentado las agendas mas prestigiosas. Por eJemplo: el mtento norue-
tan mal que han pasado a ser, para algun antropologo, "salva- go-hindu de mejorar !a pesca en el estado de Kerala 7 o el
jes, pritnitivos, inhumanos, egofstas, insensibles, materialistas pormenorizado sobre !a pesca del cachalote en Lembata o de
y anormales". 3 como Ia FAO, los misioneros catolicos y MISEREOR (famosa
El tercer caso: los 18 000 chenchu (Andra Pradesh, India) oNG de los obispos catolicos de Ia Alemania Federal) se pu-
que en los afios cuarenta consiguieron SO 000 hectareas de dieron equivocar tan meridianamente. 8
las Nallamalai Hills como reserva indfgena, fueron desposef- Y, por si fuera poco, debemos finalizar_ con alg~na referen-
dos de esos tftulos porIa creacion, en 1979, de un parque na- da a trabajos que cuestionan Ia ayuda mternacwnal global-
9
0 cional para tigres. En parecida situacion se encuentran los ku- mente, como por ejemplo, el de McNeil. . ,
rumbas de Karnataka y los maria gonds de Ia region de Kutru En resumidas cuentas: considerando Ia cooperacwn como
(Madya Pradesh, India). 4 un fenomeno intrfnsecamente deseable -es decir, en el mas
Si bien por falta de Ia sensibilidad publica necesaria Ia natu- optimista de los supuestos humanamente imaginables-, aun
raleza ha llegado a ser utilizada contra sus habitantes, no es es preciso analizarla exhaustivamente pue~, ~n nurnerosas
menos cierto que el menosprecio hacia las mujeres tambien ocasiones, defectos no solo de puesta en pract1ca de los pro-
ha sido ellado oscuro de muchos proyectos de desarrollo. En yectos, sino de concepcion y de filosoffa, pueden redundar en
este sentido, es significativo que los aguarunas -de Ia familia deletereos efectos para el Tercer y Cuarto mundos.
lingiifstica jfbaro- del Peru amazonico septentrional, ante su
situacion diaria como objetivos de numerosos proyectos de
s Vease Carol J. Pierce Colfer, "Change and lnd_igenous Agroforestry in East K;~:
desarrolio, encargaran un estudio sobre sf mismos a una an- man tan", en Borneo Research Bulletm, vol. 15, num. 2, sept1embre de 1983, PP·
87 ; cf. p. 83 . r d. · 1
6 Vease W. Colliery Soentoro, Rural Development and the Decline of ,ra lfrona
2 Idem. Village Welfare Institutions in Java, Honolulu, Wester EconomiCs Assoc1at10n Confe-
3 Vease Colin Turnbull, The Mountaion People, Nueva York, 1972, pp. 9, 28, 107, rence, 1978. · p ·[ t
126 y 172. Hay traducci6n francesa, Un peuple de fauves, Parfs, Stock, 1973. Para 7 Vease Arne Martin Klausen, Kerala Fisherman and the Indo-Norwegwn ro
una crftica de Turnbull, vease Jean-Loup Amselle, "Le sauvage mechant", en Jean- Project, Oslo, Universitetsforlaget, 1968. .
a
Loup Amselle (ed.), Le sauvage Ia mode, Paris, Le Sycamore, 1979, pp. 245-258; s Vease Robert H. Barnes, Whaling off Lembata: The Effects of a Development
cf. p. 248. Project on an Indonesian Community , Copenhague, Iwgla, 1984.
4 Vease Survival international, The Smile on the Face of the Tiger, News, mlm. 15, 9 Vease Desmond McNeil, The Contradictions of Foreingn Aid, Londres, Croom
Londres, 1987. · Helm, 1981.
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f '"'~ .-
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-
esto division internacional del trabajo y de Ia produccion, y tencial. Y -lo que es peor- no nos damos cuenta. Un proble-
hablan de ventajas competitivas que debemos aprovechar. ma de colonizacion intelectual: no falta el espejo, Io que pasa
(Las maquiladoras inevitablemente me hacen recordar los es que no queremos mirarnos.
presidios y las reducciones que impusieron los invasores es- Fuerzas trasnacionales, decisiones gubernamentales, argu-
paiioles en America para civilizar y evangelizar a los indios mentos tecnocraticos, experiencias particulares, ideologfas
-y, de paso, explotarlos con mejores estandares de producti- hegemonicas: todo avanza por el mismo sendero de moderni-
vidad.) zacion, todo anuncia el mismo siglo XXI, el mismo tercer mi-
Muchos gobiernos de los atribulados pafses del todavfa Ter- Jenio. Pero no todo: casi todo.
cer Mundo (todavfa, porque bien puede llegar a ser el Cuarto
Mundo: el no-mundo) han decidido jugar Ia carta de Ia moder-
nizacion . Esta vez, piensan -supongo-: ahora sf, no nos deja La obcecada realidad de "los otros"
e! tren de Ia historia. Y estamos en un sf quiero, no puedo,
SI puedo, Irente a procesos de reconversion industrial, apertu- El fenomeno contemporaneo podemos trazarlo a partir de Ia
r~ , de las ec~nomfas nacionales antes protegidas, desregula- independencia de antiguas colonias, despues de Ia segunda
cwn de precws (que antes, sin disfraz, se llamaba liberacion: guerra mundial, aunque evidentemente sus raices y su histo-
libre juego de Ia oferta y Ia demanda) y privatizacion de las ria son tan antiguas como las de Ia dominacion de un pueblo
empresas que se nacionalizaron o se crearon por iniciativa por otro de civilizacion distinta. En nuestra percepcion ac-
del Estado , gracias a movilizaciones populares, a veces san- tual, sin embargo, esa vieja historia adquiere sentido contem-
grientas, que entonces se dedan tambien nacionalistas revo- poraneo con Argelia, Dien Vien Fu/ Viet Nam, las revolucio-
lucionarias y, tambien entonces -hace apenas pocas' deca- nes china y cubana, Ia lucha todavfa del pueblo palestino, el
das-:-, en beneficia de Ia patria y de los mejores intereses del movimiento negro y el chicano en Estados Unidos y otros se-
pueblo. mejantes y por todas partes desde fines de los cuarenta. Es
Los estados poderosos, por su parte, deciden formar blo- una percepcion indisolublemente ligada a! pensamiento de
ques. El mundo se multipolariza. Europa, sorprendida, avan- Fanon, Memmi, Sartre, Reynaga, Mao, Jomeini, Cleaver y
~a.(o se desbarranca) hacia Ia Europa-fortaleza , ahora bajo Ia tantos otros, pasados, presentes e inminentes, sin jerarqufas
eg1da de Ia Alemania unificada; Oriente construye Ia Cuenca ni matices y a pesar de sus contradicciones, inconsistencias y
del Pacifico, que solo espera Ia perestroyka china para arrasar eventuales renuncias . Hablo, por supuesto, de Ia terca de-
con los demas; Canada y Estados Unidos estrenaron tratado manda de los pueblos reales por el derecho a ser ellos mis-
de libre comercio y quieren ir mas lejos, tal vez con Mexico mos; hablo de Ia universal lucha por Ia diferencia.
como el pariente pobre arrui nado pero diffcilmente evitable. Estos ultimos doce meses, ya mencionados, tambien tienen
El resto podrfa ser prescindible, salvo si amenaza con arreba- que ver con esto. No se inici6 nada nuevo, no se ha creado
tar y no conformarse con J.is migajas que se Je tiran al pie de nada: todo estaba ya. Pero tal vez no suficientemente en Ia
Ia mesa: sus materias primas son cada vez menos estratt~gicas conciencia metropolitana. Desde este punto de vista, lo im-
(salvo el petroleo del Golfo Persico, motivo hoy de Ia mas portante no es tanto el resurgimiento de identidades etnicas
significativa confrontacion Norte-Sur); su mano de obrano ca- y nacionales en el territorio de Ia peninsula europea, identida-
lificada representa cada vez menos en el valor total ,de los des que, segun Ia razon occidental-esta tradici6n intelectual
productos y, como mercado real, mas alia de su preseiidade- privilegia el deber ser por encima del simple pero contunden-
mogratica total, cuenta muy poco. Nos vamos volviehdo, te ser...:...., deberian haber desaparecido o estar en vias ultimas
cada dfa mas, pura presencia estrategica, pura amen~a-po- de dejar de ser. Y reaparecen. Y los alemanes son alemanes;
·~y~;~~~-\
224 ':5,'-, ~: 225
llttlani0~;2~l1:uanos, y, en las fronteras sudoccidentales de Ia
·· Sovietica, resulta que Ia gente del Islam se
t
} ;.De que diablos hablamos,
·-aQ•:.lVJLII\.J'''
cuando hablamos de modernizaci6n?
____ " "'·-.~,.,_.· gente del Islam. (Europa quiso expulsar a! Is-
lam de · · debera incluirlo de nuevo.) Los europeos
~no tieneQ'.Salida: tienen que admitir Ia diferencia, tienen que Todos los pueblos son etnocentricos. Los nombres que sedan
admitir a)lo~otros como parte de sf mismos, lo que es tanto a sf mismos, en su propia lengua y no en Ia que les impusie-
como dedt;:como parte de Ia historia legftima. Por cierto, los ron,' con harta frecuencia significan: los hombres, los hom-
otros siempre han estado aquf; pero solo como amenaza, bres verdaderos, Ia gente. Es una manera de descalificar a los
como refrendo inverso de Ia verdadera civilizacion, como pro- otros, de negarles condici6n humana, de convertirlos legfti-
mesa nunca plenamente cumplida de Ia posibilidad de incorpo- mamente en objeto de sujecion, por inferiores, por inhuma-
rarlos, que es Ia prueba unica, evidente, de Ia superioridad nos, por ser mero objeto.
historica de Occidente. Promesa incomoda por persistente; Y Ia tierra propia se concibe igual: es el centro del mundo,
pero, por desgracia, siempre capaz de movilizar, de organizar alrededor del cual se organiza el resto del universo conocido.
·cruzadas.-c--'-· -· Son pueblo y tierra elegidos, unicos, predestinados a regir a
, Y estamos en esas. Entre las fuerzas de Ia globalizacion que todos los demas. Fue una ideologfa necesaria, supongo, en
se quiere invencible y necesariamente uniformadora -el pueblos recolectores y cazadores que requerfan delimitar con
triunfo reaccionario de Ia razon occidental- y las todavfa pe- claridad sus espacios, el territorio exclusivo para Ia depreda-
queiias voces de los otros pueblos, que tienen como su sinra- cion. Pero Ia situacion cambia, y no cambio Ia ideologfa. Re-
zon ultima su persistencia, su presencia negadora para Occi- cuerdese, solamente, Ia tesis del espacio vital y sus acompa-
dente, pero deslumbrante y esperanzadoramente viva para iiant'es convicciones racistas. Pero no se vale referirlo todo a
todos los demas. Que somos, a fin de cuentas, Ia mayorfa. los errores del pasado: tan solo porque esa ideologfa perdura
. Pueblos que tienen otra noci6n de Ia modernizaci6n, otra y m:adura hoy, con otras formas, supuestamente mas comple-
. idea -otras ideas- de Jo que debe ser el siglo XXI como prin- jas y, digamoslo asf, objetivas. Siempre la razon inmanente,
:~ cipio del tercer milenio (segun Ia cuenta judeocristiana occi- Ia razon del dominador, de quienes tienen el poder basado
dental). en Ia fuerza. En este contexto real, no imaginario, el etnocen-
Frente a la idea de que Ia historia universal y unica es Ia trismo, como cualquier ideologfa, puede tener dos signos, dos
historia de Occidente, estos pueblos innumerables afirman significados: busca consolidar el presente y su proyecto, o
. que su historia es.tan valida como cualquier otra; que Ia histo- proclama un futuro en esencia distinto. Las ideas, finalmente ,
ria del Occidente expansionista y poderoso los influye, pero solo expresan visiones concretas de Ia realidad, producto de
no los determina inexorablemente; que se debe convivir con Ia experiencia, ella misma variada y contradictoria.
Occidente y·-con los de mas, pero que coexistir es eso: existir Y, sabre estos cimientos de las diversas existencias sociales,
juntos, · · e:xistir a condici6n de renunciar a ser, a exis- se percibe hoy el futuro, Ia globalizacion, Ia modernizacion,
tir. multiples, contradictorias, en mucho opues- el siglo XXI, el milenio tercero. l,Cual es Ia vision legitima, la
tas y excluyentes, por solo ser y haber sido, que debemos adoptar y apoyar? i,ES una? l,Son muchas? l,Co-
ion universal de la historia ideologizada de . _ mo compaginarlas en este caso?
.. · . ~lento que hemos adoptado una vision J!I1fvo~a de Ia m9- __ --=-- _________ _
· ·. · <:l.ernizacion. Una vision que corresponde exclusivamente .al
·. .IJ.lQmento actual de las potencias de Occidente, el cual siem~
pre ha postulado una historia unica, un unico cainino: el suyo.
226 227
·: ll''
. r sulta que basta ahora y desde hace cinco siglos, al menos, pafses -menos min: de los intereses dominantes en ese pufiado
estamos en ese camino -por mero accidente y sin buscarlo, de pafses- y arraigado, aquf sf necesariamente, en una parti-
pero estamos. Y el cruce de caminos, quiere Occidente, debe cular vision del mundo, en un unico sistema de valores, en un
ser convergencia bacia el futuro. Serfamos como afluentes contexto significante exclusivo y no universal; en una civili-
que ensanchan el gran rfo de Ia historia -occidental. Los vie- zacion, pues, en Ia civilizacion occidental.
jfsimos nuevos rostros culturales de los pueblos cuestionan Y por ahf, me parece, se deja ver Ia cola del gato encerrado.
inexcusablemente el asunto; plantean preguntas que, si vale Si no partimos de Ia idea de una historia general predetermi-
Ia experiencia, resulta mejor no tratar de eludir. Hay, por lo nada e ineluctable, si admitimos Ia pluralidad de culturas y ci-
menos, varias y muy diferentes ideas de lo que es Ia moderni- vilizaciones diferentes, si estamos convencidos de Ia capaci-
zacion deseable. dad humana para hacer Ia historia y no solo para sufrirla o
La historia de Ia relacion de Occidente con el resto del repetirla como parlamento memorizado, entonces debemos
mundo, por lo menos desde Ia alta Edad Media y muy proba- admitir que el futuro modernizado que se nos propane y ba-
blemente desde los tiempos clasicos de griegos y romanos, cia el cual se pretende arrastrarnos es, esencialmente, un pro-
puede entenderse como un empeiio permanente de imponer yecto cultural, el producto ideologico actual de una matriz
a todos el futuro que se considera propio, occidental. Asf se cultural especffica: Ia de Ia civilizacion occidental.
justifico Ia expansion colonial .a fines del siglo XV: una empre- :!, La modernizacion, entonces, no serfa un futuro dado ni un
sa de rescate del resto de Ia humanidad que caminaba bacia 1imple ajuste tecnico o tecnologico que las circunstancias mun-
un futuro equivocado -y, por cierto, empleaba mal las rique- . diales nos imponen a todos en forma imperativa y -ojo- con
zas que Ia peninsula europea sf sabfa usar para construir el una sola direcci6n y hacia un proposito compartido, comun.
futuro verdadero. Asf se razon6 a partir del Siglo de las Luces, Serfa, en cambio, un proyecto entre otros posibles para reor-
que tantas sombras proyecta: ahora ya no era Ia fe irrazona- "denar las relaciones entre los pueblos en los umbrales del ter-
ble en Ia religion, sino Ia tambien irrazonable fe en Ia ciencia ;ter milenio: uno, entre otros proyectos posibles. Enfrentar asf
que proclamaba justamente el destino unico y lo adobab~ Ia modernizacion, Ia relativiza, permite colgarle cuestiona-
co~o necesario, inevitable y de cumplimiento general obliga- mientos y confrontarla con otras opciones. La desacraliza y
t~riO para todos los pueblos. Asf uno de sus epfgonos: el mar- nos abre Ia posibilidad de construirla de acuerdo con nuestras
xis~o ata?o a Ia evoluci6n unilineal y al concepto de una his- variadas necesidades, nuestros deseos acumulados y nuestros
tona prev1a~ent~ escrita (eternamente , como en la Biblia). sueiios ineditos. Se convierte, por asf decirlo, en un futuro
Y an~~ Ia ev1denc1a de que aquella utopfa ahara no cuajo, asf construible, no en una bendicion/ maldicion impuesta por Ia
tamb1en las trompetas triunfalistas del neoliberalismo nos q'ue a giieuo tenemos que transitar. El futuro se vuelve algo
proclaman hoy que sf, que finalmente gano el futuro unico, n,uestro,
,.. lo que no es poco.
el que apostaba del !ado buena. Modernizaci6n es su lema:
modernizacion universal e incontestable.
Tratemos de ver Ia cuestion desde otro angulo. (.No sera Las rafces de otros futuros
que aquf hay gato encerrado? Pudiera ser, por ejemplo, que
Ia modernizacion que se nos propone como inevitable encu- Hay algo mas que parece olvidarse con frecuencia: el hecho
briera, simplemente, el proyecto de una nueva dominacion de que todas las culturas cambian permanentemente -el
hegemonica de Occidente. Pudiera ser, para decirlo con otras cambio es su forma de ser. Silo vemos asf, todas las culturas
pala?ras, que solo_ sea un proyecto necesario desde Ia pers- actuales son modernas, porque cada una de elias ha sabido
pechva y en las c1rcunstancias particulares de un grupo de ~justarse a las circunstancias de hoy, como a cada presente
228 229
a lo largo de su historia. Unas han actualizado su manera de nes locales de radio estan generalizandose. Son, digamoslo
imponerse a otras; estas han actualizado siempre sus respues- asf, como el caballo y el rifle entre los indios de las praderas,
tas, desde las formas de rebeli6n hasta los modos de apegarse hace uno o dos siglos apenas. Y esto en lo material. <,Que de-
a su tradicionalismo y recrear su propio universe significati- cir ·de las religiones populares, de ese cristianismo que nos
ve. Sabemos poco, si algo sabemos, de estas dimimicas cultu- empefiamos en !lamar sincretico, entre tantos pueblos supues-
rales contradictorias; pero nuestra ignorancia nonos califica tamente evangelizados de America, y que hoy el papa quiere
para negarlas. · volver a evangelizar?
Un argumento casi siempre implfcito en la defensa de Ia La expansion de los mass-media es un hecho, es un fenome-
modernizacion por un solo camino y hacia una misma meta no innegable y en crecimiento continuo, en casi todo el mun-
descansa precisamente en la constatacion de los cambios que do actual. Sectores cada vez mas grandes y diversificados de
han ocurrido y estan sucediendo en las culturas tradicionales, Ia poblacion mundial quedan expuestos y mayoritariamente
atrasadas, no modernas. Si los campesinos mayas ven televi- se vuelven adictos a la radio y las variantes tecno16gicas de
sion y tienen radios de transistores, si las chicas del pueblo se Ia television casera. Los mensajes, por su parte, se producen
desviven por los blue-jeans y se prenden oyendo a! grupo de cada vez mas en nivel trasnacional 0 solo en los pafses mas
rock de moda, si se generaliza Ia aspiracion de tener electro- poderosos, y circulan por todo el mundo sin que las fronteras
domesticos y se habla usando los modismos que emplean los nacionales signifiquen obstaculo alguno para ello. Con esto
medias, en tonces Ia modernizacion propuesta es un fenome- cambian los habitos cotidianos y las pautas de consume cultu-
no universal, que responde a lo mas fntimo y autentico de Ia ral. Todo esto se aduce como otra prueba evidente de que
naturaleza humana en el ocaso del siglo XX. Para sostener marchamos hacia Ia modernizacion de contenido unico. Fal-
este argumento debemos olvidar algunas casas que lo podrfan tan algunos detalles, sin embargo. Uno particularmente im-
eriturbiar. Debemos pasar por alto, por ejemplo, la historia port~nte: i,C6mo elaboran esos mensajes uniformes los dife-
cultural de los pueblos colonizados, la manera recurrente en rentes sectores de Ia poblacion, los que viven condiciones
qu·e han sabido mimetizarse, clandestinizar su vida profunda, sociales distintas, los que participan de otras culturas? (,La te-
o hacer suyos rasgos de la cultura impuesta para colocarlos lenovela Dallas es lefda de Ia misma manera por todos? i,O
al servicio de su propio proyecto historico. Debemos ignorar, bien, adquiere un contenido diferente segun el contexte signi-
por supuesto, los resortes y los efectos de la dominacion cul- ficante, Ia cultura, de sus diversos y multitudinarios teleaudi-
tu_ral (y aquf incluyo la explotacion economica), de Ia ideolo- torios? Si fuera este el caso, Ia uniformidad y Ia unidirecciona-
gla hegem6nica, de la desigualdad, en fin. Solo tenemos que lidad de los mensajes masivos, lejos de estar provocando Ia
hacer abstraccion de Ia realidad y de su historia, y comprobar homogeneidad cultural, estarfan fortaleciendo Ia diversidad,
Ia verdad de nuestra propuesta modernizadora con los datos en la medida en que el proceso permitirfa a cada cultura in-
pertinentes -y solo esos- del presente inmediato. corporar nuevas elementos ajenos en su propia matriz cultu-
Y sin embargo ... ral, en su sistema significante un_ico y particular.
La realidad es terca. Un grupo de jovenes mixes, en Ia re- El problema no es simple ni admite analisis reduccionistas.
mota Ayutla, Oaxaca, emplean computadoras modernas para Pero esta ultima hipotesis tiene, al menos, la ventaja de que
inventar la escritura de su lengua y registrar su tradicion oral. descansa en el supuesto (o conviccion, o esperanza) de que no
Los seris, los purepechas y muchos otros pueblos usan las gra- somos perritos de Pavlov: tenemos todavfa margen para sali-
badoras japonesas de casete para conservar la musica de sus var segun nuestro autentico antojo.
fiestas (no olvidemos que asf circularon los mensajes del aya-
tola Jomeini antes de Ia cafda del sha). El video y las estacio-
230 231
Modernizaci6n, democracia y pluralismo cipa de las diversas culturas que expresan a la civilizacion
occidental. Entendidos asi, como hasta ahora, el proceso de
De las desordenadas reflexiones anteriores extraigo algunas modernizaci6n niega y excluye a! resto de las culturas, al res-
conclusiones -que son, como todas las conclusiones, absolu- to mayoritario de la experiencia humana y de Ia humanidad
tamente provisionales: misma.
a) El movimiento de globalizac. i6n y Ia emergencia de Ia de- e) La propia nocion de democracia esta contaminada de
_fep~~-~~ las particularidades y especificidades culturales solo esta vision unilateral y exclusiva. Los derechos humanos y Ia
:~9~.,S:.Q)nprensibles como partes indisociables de un mismo y legitimidad de las decisiones se elaboran unicamente a partir
;yt!'j1~q~ro_c,eso. Pueden ser corrientes antag6nica;, pero pue- de Ia voluntad individual. La condicion social, es decir, cultu-
d e~,1t~rp~Ien llegar a ser complementarias: no esta en su natu- ral, del ser humano, se pretende relegar a un segundo plano
ralezC\ ,rmsma ser una o Ia otra cosa, sino en Ia naturaleza de insignificante: tu vales un voto. i,Y si nosotros, 300, queremos
Ia relac;i6n que exista entre ambas tendencias. algo diferente a ustedes, que son 1 000 000? La logica demo-
b) La transformaci6n de las culturas , que ocurre siempre y cratica occidental responde: se jodieron. La mayorfa se endio-
en todo Iugar, obedece a una combinaci6n variable de facto- sa y no deja Iugar para Ia minorfa. Es una democracia de indi-
res e impulses internos y externos, es decir, a las condiciones viduos, no de conjuntos sociales sin los cuales los individuos
Y tendencias que existen dentro de cada sociedad y a las limi- no pueden existir.
taciones y posibilidades que significa su relaci6n con otras so- f) Debemos avanzar hacia un concepto de democracia cul-
ciedades de cultura diferente. La transformaci6n cultural es tural globalizada, en el que no se universalicen solo los efec-
resultado de ese juego permanente de tensiones variables. tos de Ia globalizaci6n, sino fundamentalmente las decisiones
c) Cada sociedad tiene el derecho de manejar sus propias que conducen y dan sentido a esa globalizacion. Si se recono-
fuerza~ internas de transformaci6n cultural, segun las decisio- ce como legftima Ia diversidad de civilizaciones y Ia plurali-
nes propias que considere legftimas. Para que esto sea posi- dad de culturas, no caben Ia prioridad absoluta de Ia mayorfa
ble, sus relaciones con otras sociedades y otras culturas de- neoliberal ni las decisiones del centralismo democratico: el
ben ser simetricas, nunca de subordinaci6n. orden debe asegurar Ia existencia y los derechos de todos.
d) El proceso llamado de globalizaci6n contemporanea in- g) La ideologfa dominante, Ia que define los caminos de Ia
tensifica los factores externos, ex6genos, en Ia transforma- modernizaci6n, es hoy por hoy una ideologfa que ignora, ex-
ci6n cultural de las sociedades que involucra. La relacion mas cluye y nie ga a los Demas, a los Otros. Por eso esta condena-
intensa entre sociedades portadoras de culturas diferentes no da a un dramatico fracaso hist6rico. Estamos obligados a bus-
es, en sf misma, ni peligrosa ni negativa. AI contrario: por pri- car alternativas. Y a defenderlas, porque en esa barca vamos
mera vez en Ia historia conocida, todas las culturas del mun- todos.
do tienen hoy, en potencia, Ia posibilidad de estar en contacto Termino aquf. Pienso, o quiero, un futuro plural. Porque
directo, de enriquecerse y fecundarse recfprocamente. Pero veo en el !a continuidad de una maravillosa diversidad de la
esa relacion esta hoy mediatizada: no son los pueblos, todos experiencia hist6rica de la humanidad. Porque presiento lo
los pueblos, los que deciden y establecen las maneras de co- que esa riqueza de Ia pluralidad significara para las genera-
nocerse y reconocerse en forma recfproca. La globalizaci6n ciones del futuro. Porque creo en el valor de los muchos ros-
no es hoy un proceso de convergencia, sino de imposicion. tros. Porque los dinosaurios desaparecieron por ser una espe-
Una nueva imposici6n que descansa en Ia riqueza y en Ia tec- cie demasiado especializada. Porque no me gustan los paisajes
nologfa, justificada, una vez mas, en la raz6n y Ia vision etno- pianos y uniforrnes, salvo cuando los puedo contrastar con
centrica de una pequeri.a parte de Ia humanidad, la que parti-
232
otros, diferentes. Porque si la vida es cambia, es diversidad.
233 l I
.I
·-·-·-·-------.. -·--··---·· · ·-· -·· · · · · · ······ ---····~---. ·-··· ~·----········--· ·······-· ·-· .....Jo.i.
Pero puedo admitir -sin entusiasmo- Ia posibilidad de un fu-
turo uniforme. Si .cumple solo un requisito: que no sea im-
puesto por Ia voluntad de solo algunos; que sea resultado de
l.a decision de todos nosotros. Entonces sf, seremos los perri-
tos de Pavlov. lFelices?
XVI. El laberinto latinoamericano.
•'
Octavia Ianni
Caminos de occidentalizaci6n
La historia de America Latina puede ser vista como un capitu-
lo de Ia historia de Ia occidentalizacion del mundo . Se inicia
con el descubrimiento del Nuevo Mundo , y continua en los si-
glos posteriores, incluso en los tiempos actuales. Engloba a
Europa, como matriz principal, peri6dicamente renovada a lo
largo de todo ese tiempo . Y engloba tambien a los Estados
Unidos, desde el siglo XIX, cada vez mas influyente, cada vez
mas presen te. Poco a poco, este pafs pasa a formar parte de
!a matriz originaria de occidentalizaci6n , pero desarrollando
principalmente algunas de sus facetas; o aspectos exacerba-
dos de Ia influencia europea. Son multiples -a veces conver-
l !.
gentes, otras contradictorias- las influencias que europeos y
norteamericanos ejercen en las condiciones materiales y espi-
rituales de vida y de trabajo de los latinoamericanos. Pero
tienden a operar en el sentido de !a occidentalidad. absor-
biendo, redefiniendo o incluso anulando realidades y heren-
cias indo , afro y tambien iberoamericanas.
En este amplio e intrincado proceso de occidentalizaci6n se
incluyen cada una y todas las sociedades de America Latina,
i comprendidos islas y continente. En el se comprometen ele-
I mentos notables y bien conocidos, que pueden ser sintetizados
I en algunas nociones: catolicismo, protestai)tiSrrto, liberalismo,
pro~reso, evoluci6n, secularizaci6n, racio~M~~ci6n, moder'ni-
I zaci6n, representaci6n, legitimidad, ciudadhltra:;· democracia y ' ~ t.! 'i l, ·::i~ :·,~A ··i .:;; ;.;, ~ ;J
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economfa, la politica y Ia cultura, aunque de forma desigual en otros mas, se analizan las condiciones, posibilidades, inte-
y contradictoria, se observan las mas variadas manifestaciones. reses, obstaculos, perjuicios, etcetera, de Ia occidentalizacion.
Es como si paises latinoa.rnericanos estuviesen emergiendo, de Con Ia formacion y el desarrollo de los estados nacionales,
modo Iento o abrupto, de situadones de atraso, arcafsmo, ana- a partir de principios del siglo XIX, se multiplican los escritos
cronismo. Desde el primer momenta, hasta el presente, finales sabre los mas diversos problemas sociales, polfticos, economi-
del siglo· XX, son muchos los indicios y las realizaciones de ese cos, culturales, historicos. En muchos persiste el empeno de
vasto y complejo proceso de occidentalizacion: descubrimiento, entender las condiciones, estancamientos, inconveniencias,
conquista, poblamiento, esclavitud, catequesis, evangelizacion, etcetera, de Ia occidentalidad en marcha en America Latina.
colonizacion, emporios, fechorfas, enclaves, capitanfas, virrei- Algunas obras son transparentes en sus preocupaciones: Fa-
natos, guerras y revoluciones de independencia, indigenismos, cundo (Ciuilizaci6n y barbarie) de Domingo F. Sarmiento,
nacionalisrilo, emancipacion de los esclavos, proteccion de Ariel de Jose Enrique Rodo, Siete ensayos de interpretacion
los indios, liberalismo, evolucion, progreso, subdesarrollo, desa- de Ia realidad peruana de Jose Carlos Mariategui, Insularismo
rrollo, industrializacion, estancamiento, retroceso, populismo, de Antonio S. Pedreira, El pensamiento latinoamericano de
militarismo, neoliberalismo, socialdemocracia, socialismo. Esta Leopolda Zea, Raza c6smica de Jose Vasconcelos, Las co-
clara que existen indicios y realizaciones particularmente im- rrientes literarias de America Latina de Pedro Henriquez Ure-
. portantes en el ambito del pensamiento: catolicismo, liberalis- na, Raizes do Brasil de Sergio Buarque de Holanda, El labe-
mo, positivismo, evolucionismo, marxismo, fenomenologfa, rinto de Ia soledad de Octavia Paz, La patria criolla de Severo
estructuralismo, neopositivismo, filosoffa lingufstica, marxis- Martfnez Pelaez, Calibdn (Notas sabre la cultura de nuestra
m a occidental, teorfa crftica de la sociedad y de Ia cultura. Sin America) de Roberto Fernandez Retamar, 0 Pafs de Quatro
olvidar las escuelas y corrientes artfsticas: romanticismo, na- Andares de Jose Luis Gonzalez, El siglo de las luces de Alejo
turalismo, realismo, simbolismo, surrealismo, realismo crfti- Carpentier, Yo el Supremo de Augusto Rog Bastos, Canto
co, posmodernidad. En todos los niveles, en diferentes epa- general de Pablo Neruda.
cas, estan siempre en causa uno o varios aspectos de ese Una parte de Ia produccion de las ciencias sociales latino-
dilatado y diffcil proceso de occidentalizacion. americanas, que comprende tambien autores europeos y nor-
Es posible releer buena parte de Ia produccion intelectual teamericanos, se refiere a los dilemas de Ia occidentalidad,
latinoamericana desde esa perspectiva. Muchos son los que cuando no esta fascinada por ellos. Lidian con ideas como las
buscan indicios de occidentalidad, lamentan su precariedad, siguientes: capitalismo, subdesarrollo, desarrollo, industriali-
preconizan sus objetivos, asf como hay quienes cuestionan zacion, periferia, Tercer Mundo, liberalismo, neoliberalismo,
medias, modos. De manera explfcita o implfcita, se basan en socialdemocracia, socialismo, revolucion, contrarrevolucion,
temas y conceptos en los cuales el modelo, arquetipo o para- modernizacion, racionalizacion, tiranfa, democracia, ciuda-
digma europeo -tambien en version norteamericana- esta danfa y otras. Es Jo que se puede verificar en Jibros como La
comprendido . democracia en Mexico de Pablo Gonzalez Casanova, A revo-
. Losindicios de esta actitud ya estan presentes en los relatos li.I~ao Burguesa no Brasil de Florestan Fernandes, CEase, Esta-
de los primeros viajantes y cronistas del descubrimiento y de do y naci6n en el Peru de Julio Cotler, El desarrollo del cap~t?
Ia epcica colonial. La misma ilusion del Parafso, asf como Ia lismo en America Latina de Agustin Cuevas, Idea y cuestwn
ambicion de El Dorado, se incluyen en el universe utopico de nacional latinoamericanas de Ricaurte Soler, La tradici6n
Occi9ente. Tambien en los debates sobre Ia naturaleza virgen, c'entralizadora en America Latina de Claudio Veliz, Ese sol
Ia h4]nimidad del indio, el fundamento teologico y jurfdico de mundo moral (Para una historia de La eticidad cubana) de
de Ia:·,~sclavitud , el caracter civilizatorio de Ia colonizacion, y Cintio Vitier, Estado y polftica en Colombia de Francisco Leal
;r
236 237
· es Ia novela de Gabriel Garda Marquez, El general en su
Buitrago, Perfiles de Ia revolucion sandinista de Carlos M. Vi- laberinto. Una especie de requiem por America Latina.
las, Interpretacion del desarrollo social centroamericano de 'I
Edelberto Torres Rivas, El Caribe contemporaneo de Gerard Era el fin. El general Simon Jose Antonio de Ia Santfsima Tri-
Pierre-Charles, De Colon a Castro (La historia del Caribe) de nidad Bolfvar y Palacios se iba para siempre. Habfa arrebata-
; . Eric Williams. do a! dominio espana! un imperio cinco veces mas vasto que
,'. t,.: .: Por otra parte, preocupaciones semejantes se encuentran ·• las Europas, habfa dirigido veinte anos de guerras pa~a mante-
" : ~·;~en los escritos de cientfficos sociales europeos y norteameri-
1 ., nerlo libre y unido, y lo habfa gobernado .c~n pulso hrme ha~
·.; :~ canos: America Latina (Estructuras sociales e instituciones : ta !a semana anterior, pero a Ia hora de 1rs~ no se llevaba Sl-
'1 quiera el consuelo de que se lo cr~yeran. [.. .] "No son los
:;:;~~ politicas) de Jacques Lambert, Palabras y sangre (Polftica y
1 i: espanoles, sino nuestra propia desum6n Ia que nos ha llevado
,,,,.• sociedad en America Latina) de Alain Touraine, Diez claves 1 de nuevo a Ia esclavitud", dijo . Hablando de Ia grandeza, los
1! · para America Latina de Frank Tannenbaum, La sociedad
: recursos y los _tale?tos de Ameri~~· repiti6 v~r~as ve~es: "So-
! •!:j !![i,'problema (Reaccion y revoluci6n en America Latina) de Kal- mas un pequeno genera humano:, [... ]La Amenca es mgobe:-
man H. Silvert, El espejo de Prospera de Richard M. Morse y nable, el que sirve una revoluCion ara en el mar, este pa1s
muchos otros. caera sin remedio en manos de Ia multitud desenfrenada para
Dentro de esa perspectiva, en seguida se hacen evidentes despues pasar a tiranuelos casi imperceptibles de todos los co-
las continuidades y las discrepancias entre las producciones lares y razas. 1
de cientfficos sociales latinoamericanos y las de los europeos
y norteamericanos. Sin embargo, a despecho de las diferen- Es como si las sociedades Iatinoamericanas, cada una a su
cias, subsiste Ia impresi6n de que todos, cada uno a su mane- manera estuviesen empenadas en volverse contemporaneas
ra, estan empenados en comprender las condiciones, las posi- de su ti~mpo. Si bien los europeos y norteame~ican~s consta-
bilidades y los callejones de Ia occidentalizaci6n de America tan y Iamentan anacronismos, retro~esos y ~~s:or~10ne~, lo.s
Latina. propios Iatinoamericanos hacen lo m1smo, en !dent1cos t~rml
Mas no faltan las apreciaciones escepticas y pesimistas SO· nos con variaciones locales. Tomando como referenCla lo
bre lo que ha ocurrido a lo largo de Ia historia, desde que se que' ocurre en Europa y los Esta?os Unidos, muchos afirman
inici6 Ia invenci6n del Nuevo Mundo. Valoran Ia historia de y reafirman Ia no contemporanetdad en esta o aquella esfera
las luchas sociales, los proyectos innovadores e incluso las de Ia sociedad; o en el todo.
conquistas reales. Algunos desarrollos sociales, polfticos, eco- Lo que parecfa el Iugar d~l Parafso, El Dora~~· Terra Sem
n6micos y culturales demuestran posibilidades efectivas de Males, poco a poco se revelo un Iugar problemattco, sorpren-
m'odernizaci6n, legitimidad, democracia, ciudadanfa. Mien- dente caleidosc6pico, ins6lito. Ellugar en donde los patrones
tras, en todos los pafses en que se realizaron esas experien- y val;res de Ia cultura europea, en versiones ~~iginales o no~
cias, en algunos mas de una vez, hubo y continua habiendo teamericanas, aparecen distorsionados, debthtados. Las dt-
retrocesos. El golpe de Estado, Ia contrarrevoluci6n, Ia dicta- mensiones y los ritmos de Ia sociedad aparecen deformados
dura civil o military las crisis economicosociales han anulado o incluso invertidos, contrariamente al orden natural de las
proyectos y conquistas sociales, polfticas, culturales y otras. casas, ideas, realizaciones, responsabilidades, ambiciones. El
__:_ __ De ahf las apreciaciones pesimistas que se reflejan en produc-
ciones cientfficas, filos6ficas y artfsticas. Son manifestaciones
relativas a las limitaciones, o incluso imposibilidades, de Ia oc- 1 Gabriel Garda Marquez, £1 general en su laberinto, Buenos Aires, Sudamerica-
.cidentalizaci6n, en este o aquel sentido. Un ejemplo reciente na, 1989, pp. 44, 85 y 229.
239
238
•
~~'·· tueron pensadas para nuestros pafses. En una ocasi6n laslla-
catolicisino y el protestantismo ~~.I¥e~ci~a,~£,9n-"~~~!UAA~- ~Mh~ ?~--
. _,·':1- ,h , ... ~ ~
..........
dfgenas y africanos. Elliberalismo hace su cammo cori"clei""fci"'''
.. , •.• ,•- . . .. ,.,.. -,_. --:.r.·-''
_~- · " ~ .,...~~ ~,a......-· •...
· ·~:,~'$Ji/!.trte:·"
c-ilmisas 'ae7iiefta; debcr agrega r qu-e -t1na :y ·;v-~~Y~ es11 s
camisas han sido destrozadas por los sacudimientos popula-
dosis de corrupci6n que lo debilita o anula. Las fuerzas arma-
res. Los des6rdenes y las explosiones han sido la venganza de
das se realizan como tropas de ocupaci6n. La democracia, <'::; ,,_.c .. . Jas realidades latinoamericanas, o como decfa Gald6s: de las
simplemente, florece y renace. La filosoffa, Ia ciencia y el arte costumbres, tercas y pesadas como montes y explosivas como
aparecen como reflejo, muchas veces par6dico, de lo que se volcanes. El remedio brutal contra los estallidos han sido las
opiensa y se hace en las capitales del mundo. dictaduras. Remedio funesto pues fatalmente provoca nuevas
Ese es el ditna en el cual el europeo se asusta con lo que explosiones. 3
ve, con lo que consigue entender. Apoyado en modelos que ar-
ticulan su modo de pensar, observar, clasificar y explicar, en La realidad no parece adaptarse a las ideas , nociones, concep-
seguida rechaza Ia realidad con que se enfrenta, ya que no es tos. Nose adapta a las coordenadas cartesianas, a los criterios
conforme a Ia idea que de ella se ha hecho . Y denuncia Ia oc- del positivismo, del pragmatismo, del utilitarismo. lncluso los
cidentalidad precaria , distorsionada o incluso imposible . ideales del liberalismo econ6mico se evidencian exteriores,
dislocados . Y los de Ia de mocracia todavfa mas . En e! vasto
No es diffcil determinar el crigen de ese quid pro quo: en vista e intrincado espejismo en que se manifiesta. Ame ri ca Latina,
de que los pafses de America son Estados soberanos, y de que conceptos e ideales parecen extraviados.
los Estados soberanos europeos han sabido ser naciones,
aquellos se consideran a sf mismos tambi en como naciones,
sin mas averiguaci6n. No advierten que Ia naci6n es una for- Discrepancia entre palabras y casas
ma muy precisa de unidad hist6rica, que no siempre ha habi-
do , que no durara siempre, sino que solo ha existido quiza en
Europa, en forma adecuada desde el siglo XVI hasta el XI X, ya La occide ntalizaci6n de America Latina no es un proceso uni-
en crisis despues. Y que es archidudoso que en America haya co , unilineal, homogeneo, tranquilo. AI contrario, es multiple
habido ni llegue a haber nunca naciones, si tomamos esta pa- y contradictorio, caracterizado por avances y retrocesos, reo-
labra en serio y le atribuimos alguna significaci6n hist6rica rientaciones y estancamientos. Parece un caleidoscopio de
precisa. 2 sorprendentes espejismos.
Las trayectorias del pensamiento latinoamericano mues-
Tambien el latinoamericano se asusta con lo que ve, con lo tran de manera perfecta las conquistas y los fallos de cada
que no consigue entender. una y to das las sociedades.
En sus diferentes grupos y clases sociales, tales sociedades
Los caudillos inventaron pafses que no eran viables ni en lo muestran el empeiio de innovar, de crear. A Ia par del esfuer-
polftico ni en lo econ6mico y que, ademas, carecfan de ver- zo por conocer y especificar to que se produce en diferentes
dadera fisonomfa nacional. Contra las previsiones del sentido partes del mundo, principalmente en los pafses europeos yen
comun, han subsistido gracias a! azar hist6rico y a Ia complici- Estados Unidos, unos y otros se obstinan en formular nuevas
dad entre Ia oligarqufas locales, las dictaduras y el imperialismo. ideas, teorfas, doctrinas.
[... ]Durante mas de un siglo America Latina ha vivido entre el Por usar una formula breve, se puede decir que Ia cultura
desorden yia tiranfa, Ia violencia anarquica y el despotismo. [... ]
Las constituciones de America Latina son excelentes pero no
;;?\t~~~L:_ 3 Octavio Paz , Tiempo nub/ado, Buenos Aires, Sudamericana, 1986, pp. 169, 170
241
240
latinoamericana esta marcada par tres tendencias mas o me-
I
tante instrumentalizado. Los :mas divers as ingredientes pue> ..
'
nos nftidas: colonialismo, nacionalismo y cosmopolitanismo. den constituirse en discurso sabre realidades y actividades.
Las sugerencias que Mariategui utilizo para Ia Jiteratura, pue-
den ser indicativas tambien en otros sectores de Ia produccion Si consideramos el sentido de las ideas en Brasil, constatare-
cultural, en las artes, las ciencias sociales y Ia filosoffa. E intro- mos que son algo asf como instrumentos de acci6n, principal-
ducen un dialogo con los centros culturales dominantes. mente de acci6n social y polftica. La filosoffa, en buena parte,
en Brasil, estuvo al servicio de esa acci6n [... ) El positivismo, el
Una teorfa moderna -literaria, no sociol6gica- sabre el pro- spencerismo y el evolucionismo correspondieron y sirvieron
ceso normal de Ia literatura de un pueblo distingue en el tres a esta situaci6n. 6
periodos: un periodo colonial, un periodo cosmopolita, un pe-
riodo nacional. Durante el primer periodo un pueblo, literal- Es en ese ambito donde han florecido algunas creaciones del
mente, no es sino una colonia, una dependencia de otro. Du- pensamiento Jatinoamericano . Son innovaciones que mere-
rante el segundo periodo asimila simultaneamente elementos cen registro. Manifiestan el deseo de innovar , pensando de
de diversas literaturas extranjeras. En el tercero, alcanzan modo original problemas que parecen aun no codificados .
una expresi6n bien modulada su propia personalidad y su pro- Ese es el caso de corrientes de pensamiento tales como las
pia sentimiento. 4
que siguen : cepalismo, teorfa de Ia dependencia, teologfa de
Ia liberacion, pedagogfa del oprimido, sociologfa de Ia revolu-
En distintos niveles, esas tendencias se distinguen tanto como
ci6n , realismo magico y otras.
se mezclan.
En verdad, en el deseo de buscar Ia contemporaneidad, de
Ese es el ambiente, mas o menos general, en que se mani-
ser contemporaneo de su tiempo, el pensamiento Jatinoame-
fiestan caracterfsticas muy tfpicas del pensamiento latinoame-
ricano muestra, tambien, una continua o peri6dica discrepan-
ricano, en Ia filosoffa, las ciencias y las artes: eclecticismo
cia con Ia realidad. La fuerza o Ia fascinaci6n de las ideas, no-
y exotismo. En el continuo y reiterado esfuerzo por crear,
ciones, conceptos, teorfas y doctrinas buscadas en Europa y
afirmar identidades, resaltar originalidades, subsisten esas
.los Estados Unidos hace que ese pensamiento se vea, periodi-
dos caracterfsticas. En buena medida, mucho de Ia cultura la-
ca o continuamente, discrepante con Jo que son las relacio-
tinoamericana implica esas connotaciones: eclecticismo y
nes , los procesos y las estructuras que constituyen Ia realidad.
exotismo.
Por. eso es que en el perdura Ia impresion de que Ia realidad
es y no es ; se refiere y no se refiere a Ia realidad latinoamerica-
El cubismo empieza a ser entendido en America cuando ya ha
na. Es como si existiese un hiato entre Ia realidad y Ia refle-
cumplido su trayectoria en Europa; el surrealismo es imitado
en America, cuando, en !a fuente primera, se halla en proceso xi6n , el pensamiento y lo pensado. Por ello subsiste Ia impre-
de desintegraci6n.5 si6n de que America Latina, como un todo y en sus sociedades
nacionales, parece una realidad en busca de concepto.
Mas ese extraflo estilo de pensar, crear, producir, se halla bas-
Los hispanoamericanos estamos claramente en el caso de este
existir inautentico: vivimos desde un ser pretendido, tenemos
4
Jose Carlos Mariategui, "El proceso de !a literatura", en Siete ensayos de inter-
pretacion de Ia realidad peruana, Lima, Amauta, 1965, p. 207.
5 Alejo Carpentier, "Problematica de Ia actual novela latinoamericana", en Ensa- 6 Joao Cruz Costa, Contribur;ao ii hist6ria das ideias do Brasil (o desenvoivimento
da filosofia do Brasil e a evolur;ao hist6rica naciona/), Rio de Janeiro, Livraria Jose
yos, La Habana, Letras Cubanas, 1984, p. 20.
Olympio, 1956, p. 439.
242
243
Ia pretens:on de ser algo distinto de Jo que somos y Jo que tadas delante de las discrepancias entre las palabras y las co-
podrfamos quiza ser, o sea, vivimos alienados respecto a la sas, el ser y Ia representaci6n, el signo y el significado.
propia realidad que se ofrece como instancia defectiva, con
carencias multiples, sin integracion y por ende sin vigor espi- Te ensenare el diffcil arte de Ia ciencia escriptural que no es,
ritual. De allf que en nuestras comunidades prevalezcan Ia como crees. el arte de Ia floraci6n de los rasgos sino de Ia des-
mistificacion y Ia ficci6n. Muchas instituciones -seguramente floraci6n de los signos [... ) Escribir no significa convertir Jo real
todas las que tienen fuerte resonancia social- poseen signo en palabra sino hacer que Ia palabra sea real. Lo irreal esta
distinto del que declaran y Ia mayorfa de las ideas cobran co- solo en el mal uso de Ia palabra, en el mal uso de Ia escritura.9
munmente un sentido extrano y aun opuesto al significado
original que oficialmente se les conoce.7 Poco a poco, ese mundo inocente de conceptos se recubre de
palabras, nombres, conceptos, significados. La realidad inno-
La discrepancia entre el pensamiento y Ia realidad recuerda minada se articula y dinamiza en un laberinto de posibilida-
el comienzo de Ia historia. AI principio, los conquistadores, des y paralisis.
no conocfan el nombre de las cosas. Pensaban que todavfa no
tenfan nombres. Poco a poco, fueron nombrandolas. Y apren-
diendo con los aborfgenes los que estos ya les habfan dado. Mezcla de fascinaci6n y espanto
Sintieron que algunos de los nombres eran expresivos, preci-
sos, nftidos. Reconocieron las expresiones, articulaciones y La realidad latinoamericana puede tambien ser vista como
significaciones presentes en Ia cultura de los taino, aztecas, una dimension, secundaria o importante, positiva o indesea-
mayas, aymaras, quechuas, guaranfs, tupfs, araucanos y da, de Ia realidad europea y norteamericana. En Ia medida en
otras. Poco a poco, tambien se introdujeron los nombres afri- que America es occidental, occidentalizada o en proceso de
canos, trafdos o inventados por los esclavos. Y entre ellos se occi_dentalizaci6n, puede mostrar dimensiones de Io que es
formularon los europeos, de diferentes nacionalidades. Fue OcCidente. En ella algunos aspectos de Ia realidad econ6mica
asf como las cosas en America Latina ganaron su nombre. polftica y cultural de este pueden revelarse de modo particu~
Cual si fuese una parodia de Ia Torre de Babel. "EI mundo era Iarmente acentuado, o aun extremo. El modo de ser de Euro-
tan reciente que muchas cosas carecfan de nombre, y para pa y de Estados Unidos, en sus virtudes y realizaciones, fallas
mencionarlas habfa que senalarlas con el dedo." 8 y deformaciones, ideales y practicas, ideologfas y utopias,
La discrepancia entre los nombres y las cosas esta en el ori- puede manifestarse mas nftidamente allf.
gen y en el desenvolvimiento de Ia historia del pensamiento Eso puede ser observado en varios niveles. En Ia vida
latinoamericano. Lo que existfa a! principia parece alegorfa polftica y econ6mica, las desigualdades, las practicas de vio-
de toda historia. En los tiempos coloniales y en los tiempos de lencia y las formas de corrupci6n pueden mostrarse de forma
los estados nacionales, en el pasado como a fines del siglo particularmente acentuada en las sociedades Iatinoamerica-
XX, las sociedades latinoamericanas estan un tanto desorien- nas. Algo que ocurre de manera diferente, quiza mas modera-
da, acaso mas encubierta, en Europa y en Estados Unidos, en
los pafses latinoamericanos se manifiesta a Ia luz del dfa.
Nose puede decir que algunos sectores politicos, econ6mi-
7 Augusto Salazar Bondy, t:Existe una filosofia de nuestro America?, Mexico, .Si~Jo
XXI, !968,p.IJ7. .J:\' ·\,,
8 Gabriel Garcia Marquez, Cien aiios de soledad, Buenos Aires, Sudam~· '
1969, p. 9. . 9 Augusto Roa Bastos, Yo, e/ Supremo, Mexico, Siglo XXI, 1978, pp. 66-67.
244 245
porte a America Latina, ·.y·readaptaci6n por los intelectuales
cosy militares dominantes en Estados Unidos envidien el esti- locales, traducci6n de las ideas a terminos polfticos, cambios
lo y Ia escala de corrupci6n que se aprecia en algunos pafses en las instituciones polfticas y, luego, un intento politico de
latinoamericanos. Mas es posible afirmar que trabajan con los importaci6n en Ia practica de determinados cursos de acci6n
grupos dominantes latinoamericanos tomando Ia corrupci6n econ6mica y social. 11
como un dato, hecho irreversible, natural, naturalizado. Se
resignan a las exigencias de Ia realidad. Poco a poco, se mues- En naciones Iatinoamericanas, como si fuese un Iugar imagi-
tran beneficiaries y c6mplices. Trabajan con el estilo latino- nario, europeos y norteamericanos pueden localizar algunas
americano de hacer negocios, tomar decisiones, pensar, decir, de sus caracterfsticas poco aceptables , indeseadas, despre-
disociar lo que se dice de lo que se hace, todo eso con habili- ciables, pero indispensables . Ciertas dimensiones de Ia socie-
dad, diplomacia, sensibilidad. Adoptan, por cortesfa e interes, dad, cultura, economfa y polftica europeas y norteamericanas
los mismos procedimientos. Son beneficiaries y c6mplices de parecen desarrollarse solo en los tr6picos; como si no tuvi~
un orden de cosas que preserva y recrea periodicamente Ia ran ningun vinculo con los procesos y las estructuras de d~mi
tiranfa. Una tiranfa simultaneamente social, polftica, econ6mi- nacion y apropiacion que entrelazan Europa, Estados Umdos
ca y cultural que pesa sobre amplios sectores de Ia sociedad, y America Latina. Pero pueden ser tomadas como algo que
principalmente trabajadores del campo y Ia ciudad, entre los recuerda Ia parte sumergida del iceberg , Ia esfera indeseada
que se incluyen indios, mestizos, negros, mulatos y blancos del mismo ser.
de diversas procedencias. Probablemente, tambien es ahf donde nace una de las moti-
Los negocios son los negocios. A veces tambien pueden ser vaciones de los viajeros y cronistas de todos los tiempos.
divertidos, ademas de lucrativos . Y revelan lazos poco cono- Quiero decir, tambien cientfficos sociales oriundos de varios
cidos de las relaciones que garantizan los vaivenes de Ia occi- pafses , con distintas orientaciones teoricas . Son latinoameri-
dentalizacion. canistas , dedicados a America Latina como un todo o a algu-
"EI monumento al general Francisco Morazan, erigido en Ia no de sus pafses . Por otra parte, existen cie ntfficos sociales de
Plaza Mayor de Tegucigalpa, es en realidad una estatua del Ia propia America Latina , tambien de distintas ori ent.a ciones
mariscal Ney comprada en Londres en un deposito de escul- teoricas, que parecen latinoamericanistas nativos , res1dentes.
turas usadas." 10 Existe en ellos, a! mismo tiempo, compr ension y condena,
Es en ese mismo clima donde los pafses dominantes inter- fascinacion y rechazo. Unos son explfcitos en sus ambigu eda-
vienen para controlar o sanear las situaciones muy problema- des; otros, no tanto.
ticas en pafses latinoamericanos. Hay dificultades sociales, Hay relatos , cronica, memorias, monograffas, ensayos, des-
econ6micas , polfticas y culturales , con las que se enfrentan cripciones, diagnosticos, y pronostic~s sobre .problemas. m~
las sociedades latinoamericanas, que provocan actividades de yores y menores de las sociedades latmoamencanas q~e r~di
control o saneamien to por parte de agendas gubernamentales can ese estado de espfritu . Unos son abiertamente sohdanos,
y privadas europeas o norteamericanas. Y asf se dinamizan los comprensivos. Otros son, al mismo tiempo, crfticos, coopera-
mecanismos destinados a modernizar practicas e ideas. tives, constructivos. Y existen aquellos que, simplemente, no
concuerdan con Ia realidad, como si ella no fuese conforme
Una de las formas asumidas por el cambio social en America
Latina es Ia siguiente: cambio de concepcion en Europa, trans-
,....
II Kalman Silvert, La sociedad problema (reacci6n y revoluci6n en America
IO GabrielGarcia Marquez, "La soledad de America Latina ", en Prisma, mim. 125, Latina), Noemi Rosemblat (trad.), Buenos Aires, Paid6s, 1962, p. 29.
La Habana, 1983, p. 41.
247
246
a Ia ideal, al concepto. Imbuidos de arquetipos calvinistas, jas, flexibles. Las coordenadas cartesianas y las directrices po-
modernizantes, racionales, pragmaticos, etcetera, se dedican sitivistas, pragmaticas o utilitarias dan la impresi6n de ser
a exorcizar los desvfos, regresiones y deformaciones de Ia poco visibles, inexistentes y, tambien, impropias. Eso natural-
realidad. Todos dejan transparentar cierta mezcla de fascina- mente sorprende y aflige a la mente racional, disciplinada, as-
ci6n y horror. Pero puede predominar el horror; o Ia fasci- cetica, calvinista. Pero, en el instante siguiente, despues de
naci6n. pasada la sorpresa y la aflicci6n, comienza a interesar, puede
ser oportuno a prove char. En el mismo proceso se instal a Ia
Durante dos siglos se le ha presentado al sur agresivamente curiosidad y el interes. El extrano caleidoscopio de espejis-
un espejo norteamericano. con consecuencias inquietantes. mos -euro, ibero, indo y afroamericano- pronto se revela
Quizas haya llegado el momento de dar vuelta a Ia superficie conveniente, y hasta incluso fascinante.
reflejante. En un momento en que Norteamerica puede estar A finales del siglo XX continua en marcha un proceso de
experimentando una crisis de autoconfianza. parece oportuno occidentalizaci6n que se inici6 con el descubrimiento del Nue-
anteponerle Ia experiencia hist6rica de lberoamerica, ya no vo Mundo; cuando los conquistadores preguntaban a los abo-
como estudio de caso de desarrollo frustrado, sino como Ia vi- rfgenes por el Parafso, por El Dorado. Cuando Shakespeare
vencia de una opci6n cultural.[ ... ] Nuestra argumentaci6n sos- imagin6 La tempestad, ahf se enfrentaron: Pr6spero, Ia propia
tiene [... ]no que el mundo iberico es obsoleto sino que si bien Europa envuelta en las hazanas de europeizaci6n de tierras
comparte antecedentes griegos. romanos, cristianos y medie-
y pueblos del otro mundo; Ariel, el intelectual, articulando los
vales con el resto de Occidente. en el siglo XVI tom6 caminos
que impiden un desenlace nietzscheano, weberiano o kafkia-
acontecimientos, lo visible y lo invisible, lo dicho y Ia desdi-
no. El resto de Occidente ataca a lberoamerica pero rompe vi- cha; y Calibcin, el salvaje, el bcirbaro, el otro, el desconocido.
drios, no puertas. lberoamerica tiene su propia cultura, que en el no civilizado, que es catequizado, a! comenzar las metamor-
realidad es mas profundamente occidental que Ia de los pafses fosis del canfbal. Una alegorfa sobre Ia invenci6n del Nuevo
n6rdicos. [... ]En lberoamerica el proceso mental goza de bue- Mundo, en Ia cual Europa ya proyecta alguno de sus restos,
na salud, intentando, si no siempre logrando, responder -en de sus modos de ser. Pero en ese mismo momento Caliban co-
vista del estilo improvisado y las iluminaciones inconexas que mienza a volverse un desaffo. Reconoce que Pr6spero y Ariel
nos ofrece Ia situaci6n moderna- al persistente reto de pro- le ensenaron su lenguaje; y lo agradece, diciendo que asf per-
veer una patologfa sistematica y visiones alternativas [... ]Po- manece "sabiendo como maldecir". En otro momenta; Pr6s-
drfamos hablar de un continuo gusto iberoamericano por las pero ya se muestra preocupado: "precisamos, espfritu, estar
"formas ludicas de Ia filosoffa" que Huizinga consideraba fun-
preparados para que Cali ban no nos sorprenda".
damentales para Ia realizaci6n intelectual occidental. 12
Hay facetas de Ia occidentalizaci6n que preocupan o inclu-
so afligen a algunos sectores sociales de Europa y Estados
Bajo ciertos aspectos, para europeos y norteamericanos, Unidos. Una parte de esas preocupaciones y aflicciones se re-
America Latina aparece como el espacio en que lo prohibido laciona con el uso indebido, invertido, sorprendente, de ideas
se vuelve permitido. AhL las normas, reglas o directrices que y practicas, ciencias y artes, ideologfas y utopias.
predominan en Europa y los Estados Unidos parecen mas flo- ' En varios aspectos, America Latina puede ser vista como
una faz del modo de ser de Occidente, sin Ia cual este parece-
rfa mutilado.
12 Richard Morse, £1 espejo de Prospera (un estudio de Ia diatectica del Nuevo
Mundo}, Stella Mastrangelo (trad.). Mexico, Siglo XXI, 1982, pp. 7-8, 169, 202-203.
248 249
tismo. El elemento ex6tico, extranjero, extravagante, defor- Joaquin Mortiz, 1974, pp. 79-80.
250 251
ba apareciendo dislocada, insatisfactoria, incapaz de expresar ,. tcz~.~... : abarcan relaciones, procesos y estructuras/6:;hictr\ii'Cfiros~. gru~
Ia idea. pos sociales, clases sociales e instituciones que reflejen Ia
idea, el concepto, Ia interpretacion. Aparte de que, en ciertos
Trayendo de pafses distantes nuestras formas de convivencia, casos, esos segmentos pueden ser los eslabones sin los que las
nuestras instituciones, nuestras ideas, y jactandose de mante- articulaciones de Ia sociedad, de este o aquel pafs latinoame-
ner todo eso en un ambiente muchas veces desfavorable, so- ricano, nose situan ni se integran en el concierto de las nacio-
mos aun hoy unos desterrados en nuestra propia tierra. Pode- nes civilizadas, o en Ia civilizaci6n occidental y cristiana. Las
mos construir obras excelentes, enriquecer nuestra humanidad ideas prestadas sirven tanto para corhprender los problemas
con aspectos nuevos e imprevistos, elevar a Ia perfecci6n el que los sectores dominantes se ven obligados a resolver,
tipo de civilizaci6n que representamos: lo cierto es que todo como para legitimar el peso de Ia dominaci6n sobre los traba-
fruto de nuestro trabajo o de nuestra pereza parece participar jadores, Ia masa, o, simplemente, los nativos.
de un sistema de evoluci6n propio de otro clima y de otro
Las ideas ex6ticas, prestadas, son intrincadas y muchas ve-
paisaje. 14
ces de gran eficacia.
"Adoptadas las ideas y razones europeas, podr.ia n &ervir y
Un exotismo ech~ctico, caleidosc6pico, par6dico.
. muchas veces sirvieron de justificaci6n, nominalmente objeti-
:'va , para el mom en to de arbitrariedad ... " 16
Pues no contentas de haber aprendido de Francia las sutilezas
y gestos de galanterfa a Ia Luis XV, las mujeres paulistas im-
Parece ser qu e las ideas y las razones se recrean fuera de
portan de las regiones mas inh6spitas lo que les aumente el Iugar.
gozo , piececitos nipones, ru ~ fs de Ia India , desparpajos nor-
teamericanos; y muchas otras sabidurlas y tesoros internacio- Cuando el pensamiento brasileiro importa una ideolo gfa uni-
nales. 15 · versal, es prueba de que determinada clase o capa social de
nuestro pais encontr6 (o pens6 encontrar) en esa ideologfa Ia
Mas ese exotismo no es siempre inocuo, inocente o equfvo- expresi6n de sus propios intereses brasileiros de clase Y'
co. Por el contrario, a veces puede ser importante para escla-
recer aspectos y creaciones del pensamiento latinoamerica-
no. La desuni6n entre Ia idea y Ia realidad, el pensamiento y Perspectiva multiple
lo pensado .. no siempre es tan general como sugiere el con-
cepto . En ciertos casos, existen segmentos de Ia realidad so- Las sociedades latinoamericanas crearon y continuan crean-
ciallatinoamericana que se articulan en el concepto prestado, , do respuestas originales a Ia occidentalizaci6n. AI !ado de las
en Ia idea producida en otro Iugar. El concepto, Ia idea o Ia , paralisis y de las distorsiones, se manifiestan noved ades, crea-
interpretacion puede estar fuera de Iugar, en el sentido de ciones. En los mas diversos campos de Ia actividad se encuen-
que no corresponde plenamente a Ia realidad adoptiva. Son tran contribuciones de interes, o incluso fundamentales. Son
evidentes y chocantes las diferencias, las discrepancias, pero, tambien expresiones de Ia occidentalizaci6n. . '.'\
a! mismo tiempo, pueden existir segmentos de Ia realidad que Si tomamos en cuenta las diversas caracteristicas Y contri-
. .. .: / ·
14 Sergio Buarque de Holanda, Raizes do Brasil, Rio de Janeiro, Livraria Jose 16 Roberto Schwarz, Ao Vencedor as Batatas, Sao Paulo, Uvraria
Olyrnpio, 1956, p. 15. 1977, p. 17; cit a del cap. I, "As ideias fora do Iugar". .
15 Mario de Andrade, Macunafma, Sao Paulo, Livraria Martins, 1944, p. 98; cita 17 Carlos Nelson Coutinho, A Democracia como valor umvenai,Sao
'(.
extrafda del cap. IX, "Carta pras lcamiabas". · ra Ciencias Humanas, 1980, p. 68; citadel cap. Ill, "Cultura e
252
.. _.t;·~
.lit~:., J
buciones de la cultura latinoamericana, en sus especificidades ras. [... ] Quedemonostranquilos, pues: no hay nada en Ia his-
nacionales y segun las condiciones de vida y trabajo de unos toria que sea estrictamente original ni completamente aut6c-
Y otros, pronto topamos con un horizonte bastante variado tono.18
provocativo. Vale la pena relacionar aquf algunos temas e~
los que se evidencian investigaciones, debates y contribucio- El en sf, Ia identidad, el ser que se basta a sf mismo, son solo
nes: realismo magico, barroco latinoamericano, teologfa de Ia formas episodicas o imaginarias: en caso contrario, son for-
liberacion, pedagogfa del oprimido, sociologfa del subdesa- mas de soledad.
rrollo, teorfa de la dependencia, sociologfa de la revolucion Ese es el horizonte en que se situan algunos autores latino-
eclecticismo, exotismo. Son distintas creaciones y peculiari~ americanos, cuyas producciones se insieren en la cultura y el
dades del modo de ser y del pensamiento latinoamericano, pensamiento europeo y norteamericano; 0 mas propiamente,
que comprenden producciones artfsticas, el ambito de las universal. En diversos ambiehtes artfsticos, cientfficos y, ave-
ciencias sociales y el campo de Ia filosoffa. ces, tambien filos6ficos, de los pafses dominantes, existen te-
Vis~as. asf, en conjunto, mesuradas, las con tribuciones y las mas, lenguajes, elaboraciones, innovaciones y originalidades
pecuhandades revelan los ingredientes de un amplio e intrin- Jatinoamericanas que recrean y enriquecen los horizontes de
cado caleidoscopio, en el que los espejismos mezclan diferen- Ia cultura, del pensamiento. En Europa y en Estados Unidos,
tes formas de vida y trabajo, diversos patrimonies culturales existen dilemas y posibilidades, en varios niveles de Ia cultu-
distintas combinaciones entre pasado y presente. Estan ah/ ra, de las formas de pensamiento, que suscitan contribuc:_iones
las influencias europeas, ibericas y norteamericanas c~mbi~ latinoamericanas, asf como de otras partes del mundo. Ese es
nada~ con las indf~enas y africanas. Por eso Ia impresi6n de el caso, por ejemplo, del realismo magico y del barroco en
labennto. Un labennto en el que sobresalen producciones cul- tan to estilos.
turales y formas de pensamiento originales, desconocidas, al- Existen escritores, artistas, cientfficos sociales y, en ciertos
gunas de las cuales parecen enriquecer otras producciones casas, tambien fil6sofos, que pueden ser situados en esa pers-
culturales y formas de pensamiento. pectiva. Combinan contribuciones europeas e, inclusive, norte-
· Sucede que el eclecticismo y el exotismo enredan en cierta americanas, con las originalidades de pafses y regiones Jati-
multiplicidad de contactos con diferentes naciones, culturas, noamericanos. Aprovecha las sugestiones de origen indio, afro,
formas de pensamiento, visiones del mundo. El intercambio ibero y euroamericanos. Se impregnan de los mas diversos y
de ideas y practicas, temas y lenguajes, escuelas e invenciones contradictorios elementos y producen nuevas temas, lenguajes,
en el am_bito de l~s artes, ciencias y filosoffa, permite multiplica; dicciones, explicaciones, fabulaciones. La materia de creaci6n
perspec~I~as, abnr horizontes. El proceso de producci6n y re- ofrecida por Ia realidad latinoamericana, en Ia que sobresalen
pro?u~ci_on de Ia autoconciencia de unos y otros, comprendien- el eclecticismo, el exotismo y Ia no contemporaneidad, desaffa
do m_~IVIdu~s, grupos s~ciales, clases, movimientos, partidos y y enriquece Ia reflexi6n y Ia imaginacion.
tamb1en soc1edades nacwnales, se desarrolla y se perfecciona
en el contrapunto de los diversos, diferentes heterogeneos Nuestra apreciaci6n del barroco americana estara destinada a
contradictorios. ' precisar: primero, hay una tension en el barroco; segundo, un
plutonismo, fuego originario que rompe Iqs.Jr_agmentos y los
Asf como el conocimiento de uno mismo se obtiene a traves
de ~~s otros (a traves de sus afectos ode sus odios, de su acep-
tacwn ode su rechazo), asf tambien las esencias nacionales se 18 Ernesto Sabato, La cultura en Ia encrucijada nacional, o.u~".!"'~-f'"
van advirtiendo en un complejo periplo por tierras extranje- cana, 1976, pp. 14 y 20.
; -'~:
254 255
••. ·." !- . .
I
unifica; tercero, que noes un estilo degenerescente, sino ple-
nario, que en Espaiia y eiJ America espanola representa ad- que pueden tener los habitantes de una u otra naci6n occid_en-
quisiciones de lenguaje. tal vez unicas en el mundo, muebles tal [... ] podemos manejar todos los temas europeos, maneJar-
para Ia vivienda, formas de vida y de curiosidad, misticismo los sin supersticiones, con una irreverencia que puede tener,
que se ciiie a nuevos m6dulos para Ia plegaria, maneras del y ya tiene, consecuencias afortunadas. 20·
saboreo o del tratamiento de los manjares, que exhalan un vi-
. vir completo, refinado y misterioso, teocnitico y ensimisma- Es que nosotros somos parte de Ia cultura occidentaL Pero a
do, errante en Ia forma y arraigadfsimo en sus esencias [... ]Po- pesar de nuestro aislamiento, a pesar de que estamos. hablan-
demas decir que entre nosotros el barroco fue un arte de Ia do en el cono sur de America, tenemos una venta)a sobre
contraconquista [... ] El primer americano que va surgiendo otras naciones de esta misma cultura [... ]La ventaja que noso-
dominador de sus caudales es nuestro seiior barroco. 19 tros llevamos, quizas, a otros pafses, es que no debemos leal-
tad particular a ninguno de esos pafses separadamente. Quiero
Son varios los escritores, artistas y cientfficos sociales que decir que podemos sentimos herederos de toda Ia c~ltura
se insertan en los horizontes de Ja cultura y el pensamiento occidental y de lo que podamos captar de Ia cultura onental
mundial. Son considerados innovadores u originales, por los naturalmente 2 '
temas, lenguajes, dicciones, ex plicaciones, fabulaciones: Jorge
Luis Borges, Juan Rulfo, Jose Lezama Lima, Alejo Carpentier, Ese es el contexto en el que emergen las consecuencias afor-
Jose Donoso , Gabriel Garcia !\1arquez, Pablo Neruda, Cesar tunadas , las invenciones sorprendentes, de las que el propio
Vallejo, Guayasamfn, Rivera. Orozco, Siqueiros, Castagnino, Borges es una alta expresi6n.
Portinari, Villa-Lobos, Mariategui, Paz. Tambien podrfan
mencionarse el Inca Garcilaso . Sor Juana Ines de Ia Cruz , An-
Es posible decir que Jorge Lu!s B~r~es re~res~nta el primer
tonio Vieira, Aleijadinho y otros mas. En los diversos sectores caso de incontestable influenCia ongmal, eJerCida de manera
de la cultura y el pensamiento, existen producciones latino- amplia y reconocida sobre los pafses-fuentes a traves de un
americanas que se universalizan. Responde a! contrapunto de modo nuevo de concebir Ia escritura. 22
perspectivas, multiplican horizontes.
Es en esos terminos como la cultura y el pensamiento lati- La interlocuci6n multiple abre otras posibilidades de desvfos
noamericanos asimilan. parodian, recrean o amplfan ideas. de Ia norma e invenci6n. La irreverencia y Ia carnavalizaci6n
conceptos, interpretaciones, teorfas, provenientes de las pueden emerger por dentro y por fuera de los canones 0 pa-
matrices de Occidente. Es asf como se vuelven expresiones a radigmas a veces demasi ado codrflcados.
la vez autenticas y parodicas de Ia occidentalidad.
De ac uerdo con Borges, en pafses de America Latina existen
posibilidades de independencia y pluralidad del pensamiento America Latina instituye su Iugar en el mapa de Ia civilizaci6n
occidental gracias a! movimiento de desvfo de Ia norma, acti-
que otros paises pueden desconocer. La interlocuci6n multiple
puede abrir nuevas horizontes a Ia cultura, al pensamiento.
Considerando que:
260
para favorecer Ia conciencia colectiva y ellibre intercambio mas de relacion respetuosas y reciprocas que favorecen el
de las ideas. desarrollo y bienestar de todos los pueblos del mundo, en
12. Que se reconozcan, estudien y valoren los aportes de condiciones de igualdad, sin dominacion <:>s de ningun signa.
modelos de relaci6n ser humano-medio ambiente de los ac-
tuales pueblos y culturas dominadas, puesto que poseen for- Barcelona, noviembre de 1990
mas de vida mas adecuadas para Ia sobrevivencia que mu-
chas practicas de Ia modernidad.
13. Que los sistemas educativos refuercen las identidades
culturales. Que las lenguas nativas y las lenguas criollas sean
consideradas efectivamente en las polfticas educativas y que
no se manipule la ensenanza con propositos de alienacion
cultural. Que las lenguas de todas las culturas sean utilizadas
par sus administraciones respectivas .
14. Que se favorezca la creacion de nuevas paradigmas
econ6micos que sustituyan el sistema de explotacion y de de-
sigualdad par otro que val ore Ia reciprocidad y !a solidaridad.
15. Que sean reestructuradas las instituciones internaciona-
les para que articulen este nuevo arden cultural respetuoso
de los pueblos y las culturas, y funcionen con criterios confe-
derales en todos los niveles.
16. Que los centros de investigacion, las universidades y los
establecimientos de educacion basica de n legitimidad a loses-
tudios sobre los grupos negros descendientes .de africanos en
Ameri ca.
•Jf
17. Que se reconozca a los pueblos indfgenas y negros des-
cendientes de Ia diaspora africana en America el derecho a
su patrimonio simbolico, intelectual, artistico, cientifico y tec-
nologico. y que ellos mismos puedan determinar las modali-
dades de su utilizacion y desarrollo, y sus relaciones de inter-
cambia.
18. Llamar Ia atencion de Ia comunidad internacional sabre
la contradiccion que supone conmemorar el Quinto Centena-
rio del Encuentro entre Dos Mundos mientras se establecen
barreras migratorias en Europa-ydemas parses del Norte que
dificultan la libre circulaci6n'" y el contacto de culturas y
pueblos. · );.~~::i: ·. ·
19. En suma, nos pronunciarrios por un modelo de relacio-
nes culturales de Iibertad, diversidad y solidaridad como for-
..-.~:~;~{~¥!~'/} ,.
262 263
I
J