Folklore 25 (Granaderos y San Martín)
Folklore 25 (Granaderos y San Martín)
Folklore 25 (Granaderos y San Martín)
FOLKLÓRICOS
Raúl Lavalle
Editor responsable: Raúl Lavalle
Dirección de correspondencia:
Paraguay 1327 3º G [1057] Buenos Aires, Argentina
tel. 4811-6998
[email protected]
nº 25
2020
Publicación auspiciada por la Academia del Folklore de Salta
1
ÍNDICE
Presentación p. 3
Coplas al General p. 13
Minucias sanmartinianas p. 22
2
PRESENTACIÓN
1
Es LA HISTORIA CANTADA (https://lahistoriacantada.wordpress.com/2017/05/15/
los-sesenta-granaderos-san-martin-cruza-la-cordillera-en-una-camilla/). Más abajo (en
p. 8) hago otra referencia.
3
ROMANCE DE LOS SESENTA GRANADEROS,
Obra de Alfredo Bufano
I
El Gran Capitán de América
yace postrado en su lecho,
el Gran Capitán que tiene
el corazón de oro y cielo.
Su cuerpo que fuera otrora
una llamarada al viento:
para las marchas, de pluma;
para las tormentas, recio;
para el embate, jaguar;
para el amor, terciopelo;
inmóvil yace y dolido
por cruentas garras opreso.
II
Perú le aguarda aherrojado
en sus grilletes de duelo.
Claman las costas pacíficas,
clamor que repite el eco
de sur a norte en el mar,
de oeste a este entre cerros:
¡toda América es un solo
grito profundo y tremendo!
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¡Mas yace el Gran Capitán,
yace postrado en su lecho!
Su corazón se agiganta
en un luminoso sueño.
III
En Cauquenes,1 la perdida
salud hallará su cuerpo;
en Cauquenes, cuyas aguas
serán las voces del cielo.
Ciento treinta leguas hay
de ruta entre pueblo y pueblo,
ciento treinta leguas ásperas
de arduos caminos roqueños,
ciento treinta leguas curvas
de quiebras, valles y cerros.
IV
Las tropas de Tamarindos2
un día el llamado oyeron:
1
Comuna y ciudad a unos 50 km de Santiago de Chile.
2
Los Tamarindos, poblado de Mendoza.
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V
¡Sesenta hombres se eligen,
son sesenta granaderos,
mendocinos los sesenta
y los sesenta de hierro!
En una blanda litera
San Martín ha sido puesto;
cuatro rudos mocetones
lo han levantado sonriendo.
VI
Desde Mendoza a Colchagua1
–fragosos caminos pétreos–
salen gozosos y firmes
los sesenta granaderos.
De cuatro en cuatro se turnan
para llevar –¡dulce esfuerzo!–
al querido jefe inmóvil
que sueña en hondo silencio.
¡Solo la nube y el cóndor
conocen sus pensamientos!
VII
Agrias quiebras laberínticas,
blancos picachos enhiestos,
precipicios, altiplanos,
el limpio, inmutable cielo,
claras lunas, anchos soles,
verdes ríos y arroyuelos
vieron pasar el fantástico
escuadrón de granaderos.
1
Nombre de una provincia chilena.
6
Cuando emprendieron la marcha
maduraban los cerezos;
llegaron cuando las uvas
en fresca miel trueca enero.
¡Y a Cauquenes arribaron
los sesenta que salieron!
VIII
El Gran Capitán ya cura,
ya sana el señor guerrero,
ya se reintegran sus músculos
a la pujanza del fuego.
Nuestra Señora la Virgen
ha oído todos los ruegos.
IX
¡Hoy son sesenta aguiluchos
los sesenta granaderos,
mendocinos los sesenta
y los sesenta de hierro!
¡Ay, Mendoza de mi vida,
tales hijos te nacieron!
1
Comuna y ciudad de la zona central de Chile.
2
Río de Chile.
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Una primera cuestión, seguro de no mucho peso, es si “sesenta
granaderos” se debe escribir con letras capitales. Sé que hoy es un tema
difícil de resolver de un modo normativo. Creo que esta historia mítica,
que quizás tenga alguna base real, no tiene un estado canónico tan
aceptado; por ello prefiero las minúsculas. En fin, no creo sea
descaminada la otra posibilidad.
Ahora bien, dicen algunos que no está bien hacer la apoteosis del
héroe; que, si lo deificamos, falseamos las cosas y –más grave en la faz
práctica– no estimulamos el valor ordinario y oscuro, fuerza inmensa.
Puede ser, pero siempre son necesarios la poesía, el mito, las tradiciones,
pues todo ello estimula el amor a la patria. En todo el poema,
especialmente en el comienzo, encontramos un San Martín heroico; y es
un héroe americano, más allá de su formación europea. Los animales y
los paisajes de nuestra América acompañan la formación de su mito.
Mas los héroes son hombres “divinos”, que a veces sufren la infirmitas,
la debilidad corpórea: “yace postrado en el lecho.”
8
creo no es fácil de ver. El gozo –continúo afirmando en mi ignorancia–
no es un mal galeno.
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Para terminar, la última estrofa nos habla de la forma literaria
“romance viejo.” Quiere decir, serie indefinida (a pesar de que hay aquí
división en partes) de versos octosilábicos con rima asonante en los
pares. Sin duda Bufano se vale con acierto de esta venerable forma
popular española, que incluso transmitió la historia peninsular. Y me
agrada mucho el que un poeta italiano, como yo, que habla español,
como yo, haya traído desde la Edad Media una épica que honra, al modo
militar, con el clarín al Héroe Máximo; con el laurel, emblema clásico de
la victoria; con la rosa, flor que como ninguna otra representa el paso del
tiempo (tiempo que fue vencido por la memoria de las grandes obras de
San Martín; en otras palabras, el ‘no moriré entero’ de Horacio).
10
SOBRE LOS SESENTA GRANADEROS
11
Empiezo por el tema de los autores, con una comparación con la
Marcha de San Lorenzo. En efecto esta célebre composición, que llegó a
ser conocida allende los mares, tiene letra del mendocino Carlos Javier
Benielli y del oriental Cayetano Silva. En Los sesenta granaderos ya
dijimos que la música es de un paraguayo; respecto de la letra, Hilario
Cuadros era mendocino pero de padre de origen chileno. Creo que esto
cuadra muy bien con la mente de San Martín, un pater patriae
Americanae. También creo que esto adquiere especial significación hoy,
puesto que Buenos Aires es una gran urbe cosmopolita sudamericana,
con creciente número de inmigrantes.
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COPLAS AL GENERAL
A la orden, General
de mi patria tan querida:
vine a rendirle homenaje
desde mi pobre casita.
Admiro su monumento
en esta grandiosa plaza:
toda ella está de acuerdo
con su valor y su fama.
Vivo cerca de Plaza San Martín, en Buenos Aires. Días pasados fui a
caminar por ella y me senté ante el gran monumento a nuestro Libertador.
Escribí las coplillas de arriba. Sentí que algo me faltaba, pues esta publicación
está dedicada al folklore. Me pareció bien entonces, como dice la última copla,
besar el suelo, una tradición folklórica casi universal, que desde la Biblia los
pueblos han cultivado. [R.L.]
13
UN NIÑO Y SAN MARTÍN
14
ROMANCE DE LA MUERTE
DEL GENERAL SAN MARTÍN
15
Allá Gregorio Las Heras,
Soler y O’Higgins aquí.
Todos llevan en el pecho
la estrella de Guayaquil.
¡Oh, Capitán de los Andes,
quién te pudiera seguir!
Cierro los ojos y rezo:
“¡Padre nuestro, San Martín!”
DOMINGO ZERPA1
1
En la Red encuentro que este autor (1909-1999) fue el primer poeta jujeño en
trascender las fronteras de su provincia. Su romance es buen ejemplo de esa como
“religión patriótica” que se enseñaba en las escuelas, cuando yo era niño Respeta muy
bien la índole literaria del romance viejo; entre otras cosas, porque es a la vez lírico y
épico. Justamente es propio de la épica el “catálogo” o enumeración de héroes.
16
EL LIBRO DE ACCAME,
UN RECUERDO SANMARTINIANO
17
SAN MARTÍN
1
A pesar de ser Enrique Larreta tan amante de España, supo reconocer a nuestro
Libertador. ¿Por qué? Quizá porque veía en nuestra patria una “nueva España”, sui
generis. En fin, mi muy humilde interpretación. Ávila rindió homenaje a este gran
señor de las letras, autor de La calle de la vida y de la muerte, como prueba la foto de
la inscripción. [R.L.]
18
CIVISMO GAUCHO
El 25 de Mayo
Día sublime y honroso
De aquellos hombres gloriosos
Que lucharon sin desmayo,
Los que a pata de caballo
Salieron con dignidad
Con santa argentinidad
Para enfrentarlo al cretino
Dándole al pueblo argentino
Honor; Patria y libertad.
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Y si esos héroes se han muerto,
Aún nos quedan, ¡canejo!,
Esos camperos reflejos
Que nos legara el pampero.
Y yo que en mi derrotero
Soy de la patria un girón
En sana recordación
Brindo al gaucho un monumento,
Porque fue el primer cimiento
Que sostuvo a mi nación.
Y al despedirme, señores,
En forma franca y cordial
Dejo un saludo triunfal
Con camperos resplandores
Pa San Martín mil amores.
Fue de mi patria un edén;
Recordándolo también
A Rosas, Mansilla y Paso.
Y pido un fuerte aplauso
Pa Güemes Beruti y French.
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DOS IMÁGENES DE LA CASA DE YAPEYÚ
De las dos fotos que aquí abajo se ven, la primera es del interior
del Templete donde nació el Gral. San Martín. La otra es la vista exterior
del mismo tal cual se conserva hoy; es un Monumento Histórico
Nacional. Esa casa fue construida por los jesuitas, ya que era una
reducción gobernada por el Teniente Gobernador, que fue el padre de
San Martín, en el año 1778. Allí permaneció San Martín y su familia por
solo tres años, para luego dirigirse a España. Este lugar es fielmente
custodiado por el glorioso Regimiento de Granaderos a Caballo.
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MINUCIAS SANMARTINIANAS
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De mi biblioteca sanmartiniana
El título no debe inducir a pensar que por biblioteca entiendo un
mueble entero. Estoy hablando de una veintena de libros. Algunos son
raros, de esos que gustan a los bibliófilos, aunque tengan muy poco valor
monetario. Seleccioné tres. El primero:
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Para quienes gustan de las efemérides, este librillo será
interesante. Como botón de muestra, cito una: “El 21 de septiembre
(1821) se enarboló la bandera peruana en los castillos del Callao,
perdiendo el rey de España su última almena al sur del continente
americano.” Para terminar, un muy interesante ensayo:
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de Argentina, pero simplemente las guardo ensobradas por país. Varias
son como la de la imagen de abajo, que tomé de la Red, para evitar mi
mala condición de fotógrafo.
Así como hay sellos ingleses con la Reina y sellos españoles con
el Rey, durante mucho tiempo nuestro sello postal distintivo fue el Gral.
San Martín. No hay reyes por estas tierras pero ha recibido varios
tratamientos: uno de ellos, El Héroe Máximo.
R.L.
Presente, mi General,
le dice un compatriota,
a quien dio usted en herencia
una patria no sin gloria.
Saúl González
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