Apuntes Sobre La Carta Fianza Bancaria
Apuntes Sobre La Carta Fianza Bancaria
Apuntes Sobre La Carta Fianza Bancaria
MAFDC 2019 - 1
1. Introducción:
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Tal es el caso de la fianza, que encuentra sus antecedentes en el Derecho Romano, dentro de las
estipulaciones y promesas accesorias, tales como las que constituía el sponsor y el fideipromissor,
teniendo como características esenciales que estos se comprometían personalmente, eran deudores
accesorios y mandatarios del deudor principal. Según Petit, E. traducido por Fernández, J. (1971).
Tratado Elemental de Derecho Romano. México: Editora Nacional. pp.358.
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Artículo 1868.- Por la fianza, el fiador se obliga frente al acreedor a cumplir determinada prestación, en
garantía de una obligación ajena, si ésta no es cumplida por el deudor.
No obstante, aun cuando ambas comparten como objetivo en común el poder
respaldar una obligación ajena, lo cierto es que cada una de ellas tiene marcadas
diferencias que hacen que una y otra sean claramente distinguibles.
Cabe precisar, que tal como señala Ortiz, “cuando las fianzas en metálico ya no
fueron aceptadas por los contratistas, la costumbre mercantil hizo que fueran
progresivamente sustituidas por una fianza pagadera a simple requerimiento de los
beneficiarios. Se mencionaba que estos accedían a sustituir la fianza en metálico,
pero querían a cambio una fianza cuya ejecución fuera sencilla y rápida y, de
hecho, las fianzas a simple requerimiento se consideraban como un sustituto del
dinero en efectivo”3.
En ese sentido, dado que los origines de la fianza civil y la fianza bancaria
responden a necesidades distintas, ello también conduce que entre estás existan
diversas características y funciones económicas que las sustentan.
3
Ortiz, A. (2003). El contrato autónomo de garantía a primera demanda. Guayaquil: Revista Jurídica de
la Universidad de Santiago de Guayaquil. pp. 219.
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Artículo 1875.- La fianza no puede existir sin una obligación válida, salvo que se haya constituido para
asegurar una obligación anulable por defecto de capacidad personal.
Por el contrario, en la fianza civil se necesita de la verificación del
incumplimiento en la obligación principal, para que se gatille la ejecución de
la fianza.
Al respecto, el numeral 6 del artículo 221° de la Ley N° 26702, Ley General del
Sistema Financiero y del Sistema de Seguros y Orgánica de la Superintendencia
de Banca y Seguros (en adelante, LGSF), señala que “Las empresas podrán
realizar las siguientes operaciones y servicios de acuerdo a lo dispuesto por el
capítulo I del título IV de esta sección segunda: (…) 6. Otorgar avales, fianzas y
otras garantías, inclusive en favor de otras empresas del sistema financiero” (la
negrita y el subrayado es nuestro). Por tanto, como se puede apreciar, los bancos
se encuentran facultados para que emitan “fianzas” y “otras garantías”,
entendiendo a la primera como la fianza civil propiamente dicha, mientras que la
carta fianza bancaria se encontraría dentro de las “otras garantías”, debido a sus
características inherentes.
5
Sánchez, F. (1996). Las garantías a primer requerimiento: garantías a primera demanda. Madrid:
Civitas. pp. 33-36.
6
Vidal, F. (2005). El Acto Jurídico. Lima: Gaceta Jurídica. pp.45. Se señala (refiriéndose a los actos
nominados y actos innominados) que “La distinción radica según los actos reciban o no un nomen iuris,
puedan estar o no previstos en la ley, y que, como consecuencia de estar previstos, les sea aplicable un
régimen legal determinado. Con este mismo criterio se distinguen también en actos típicos y en actos
atípicos.
Adicionalmente, de forma que consideramos desacertada, la Superintendencia de
Banca y Seguros se ha pronunciado para “regular” a la carta fianza bancaria
mediante la Circular N° B-2101-2001, indicando que:
5.1. Las cartas fianza que expidan las empresas se rigen por las disposiciones
que sobre fianzas establece el Código Civil en su Título X de la Sección
Segunda del Libro VII “Fuentes de las Obligaciones”, con las
particularidades establecidas por la Ley General y la presente Circular.
5.2 Las cartas fianza que contengan cláusulas que obliguen a su realización,
ejecución o pago automático, inmediato o a simple requerimiento, u otras
cláusulas equivalentes, deberán ser honradas por la empresa garante sin
más trámite, a simple requerimiento del acreedor o beneficiario de la
garantía, efectuado por escrito. En estos casos, las cartas fianza no deben
contener condiciones o requisitos previos para que proceda el pago y se
entiende que la empresa garante ha hecho renuncia al beneficio de
excusión y a la facultad de oponer las excepciones de su afianzado
señalados, respectivamente, en los artículos 1880º y 1885º del Código Civil.
En ese sentido, no vemos compatible que en el párrafo 5.1 se indique que la carta
fianza bancaria se rija por lo dispuesto en el Código Civil con “las particularidades
establecidas por la Ley General” y dicha circular, tomando en consideración que la
fianza regulada en el Código Civil se encuentra bajo la forma de un contrato de
naturaleza accesoria, subordinada y que en consecuencia, necesita la verificación
previa para poder ser ejecutada.
Por tal razón, dada la relevancia que tiene las carta fianza bancaria en la ejecución
de proyectos tanto públicos como privados, y en general en la economía
contemporánea, es fundamental que esta cuente con una regulación propia que
responda a sus características y que cumpla con las finalidades económicas que le
son inherentes, con el objeto de uniformizar su uso y evitar problemas para su
aplicación.
4. Conclusiones:
4. Es necesario que la carta fianza bancaria cuente con una regulación propia
que responda con sus características y que cumpla con las funciones
económicas que le son inherentes, con el objeto de uniformizar su uso y
evitar problemas para su aplicación.
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Artículo 103.- “Pueden expedirse leyes especiales porque así lo exige la naturaleza de las cosas, pero
no por razón de las diferencias de las personas. La ley, desde su entrada en vigencia, se aplica a las
consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes y no tiene fuerza ni efectos
retroactivos; salvo, en ambos supuestos, en materia penal cuando favorece al reo. La ley se deroga sólo
por otra ley. También queda sin efecto por sentencia que declara su inconstitucionalidad.
La Constitución no ampara el abuso del derecho. (La negrita y subrayado es nuestra).
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Artículo II.- La ley no ampara el ejercicio ni la omisión abusivos de un derecho. Al demandar
indemnización u otra pretensión, el interesado puede solicitar las medidas cautelares apropiadas para
evitar o suprimir provisionalmente el abuso. (La negrita y subrayado es nuestra).