Kerbrat-Orecchioni Subjetivemas

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SUBJETIVEMAS

FICHA DE ESTUDIO

Kerbrat-Orecchioni, C. (1986). La enunciación.


De la subjetividad en el lenguaje, Buenos Aires, EDICIAL
(Hachette). pp. 91- 156 (Adaptación de Oscar Amaya
para la cátedra di Stefano de
Semiología).

El sujeto de la enunciación, cuando debe verbalizar un referente determinado, sea real o


imaginario, selecciona ciertas unidades del repertorio de la lengua, debiendo optar por
las siguientes dos opciones:
a) un discurso objetivo, donde intenta borrar toda huella del enunciador individual;
b) un discurso subjetivo, en el que enunciador asume explícitamente su opinión, como
en el ejemplo “me parece horrible”, o bien se reconoce implícitamente como fuente
evaluativa de la información: “esto es horrible”.
Los rasgos semánticos de los elementos léxicos que pueden considerarse subjetivos son:
-afectivos
-evaluativos.

Estos últimos se dividen en dos tipos:


a) axiológicos, como el rasgo bueno/malo que afecta al objeto denotado;
b) modalizador, que atribuye un rasgo del tipo verdadero/falso, también en cierta forma
axiológico, puesto que “verdadero” implica “bueno”.
Pueden considerarse los elementos léxicos en sus clases tradicionales, para observar
cómo se realizan lingüísticamente estos rasgos.

1. Sustantivos
La mayor parte de los sustantivos afectivos y evaluativos son derivados de verbos o de
adjetivos, por lo que los consideraremos en el análisis de este grupo, como amor/amar o
belleza/bello. Existen, sin embargo, un cierto número de sustantivos no derivados que se
pueden clasificar dentro de los axiológicos como peyorativos
(desvalorizadores)/elogiosos(valorizadores).
a) el rasgo puede estar representado en un significante mediante un sufijo:
-acho: comunacho

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-ete: vejete
-ucho: pueblucho
-azo: vinazo

b) El rasgo axiológico está en el significado de la unidad léxica. No son fijos, sino que
dependen de varios factores: fuerza ilocutiva, tono, contexto, entre otros. Por ejemplo:
“La casa de José es una tapera”. “Tapera” tiene casi siempre el rasgo peyorativo, algo
que no impide que alguien muestre su casa y diga: “¿te gustó la tapera?”, donde el rasgo
puede ser elogioso mediante el uso de la ironía. Otros ejemplos de rasgo peyorativo:
“Tu auto es una cafetera”, “Mi jefe es un perro”, “Pedro es un pescado”. Ejemplos de
rasgo elogioso: “Eso es un hombre”, “Juan es un león”, “Tenés flor de bulín”.

2. Adjetivos
Se pueden dividir según los siguientes rasgos:
a) afectivos: además de una propiedad del objeto, enuncian una reacción emocional del
hablante respecto de él, como por ejemplo: “Fue una escena terrible” o “Es un pobre
hombre”.
b) evaluativos axiológicos: además de la referencia a la clase de objetos al que se
atribuye la propiedad, al sujeto de la enunciación y sus sistemas de evaluación (ético y/o
estético), aplican al objeto un juicio de valor, como por ejemplo: “Se dirigió a mí un
hombre ambicioso”
c) Evaluativos no axiológicos: implican una evaluación cualitativa o cuantitativa del
objeto, sin enunciar un juicio de valor ni un compromiso afectivo del locutor. Su uso es
relativo a la idea que tiene el hablante de la norma de evaluación para la categoría de
objetos, como por ejemplo: “Esta casa es grande” o “este camino es largo”.
Adjetivos objetivos: “Juan es soltero/casado”, “Este perro es macho/hembra”, “Este
auto es verde” (adjetivos de color)
Adjetivos subjetivos afectivos: “Dijo algo desgarrador”, “Francisco es alegre”, “Lo que
hizo fue patético”.
Adjetivos subjetivos axiológicos: “Me gustan las películas buenas/malas”, “Es una
persona linda/fea”, “Lo que hizo es incorrecto”
Adjetivos subjetivos no axiológicos: el uso de grande/pequeño, cercano/lejano,
caliente/frío, abundante/escaso, etc.

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3. Verbos
Algunos verbos están marcados subjetivamente de forma muy clara, por ejemplo,
“gustar”, “desear” o “pretender”. La evaluación puede referirse al proceso denotado, al
alocutario o al no-alocutario: “dejate de rebuznar”, “Pedro chilló de lo lindo”.
-verbos de decir
Cuando el emisor no prejuzga de la verdad/falsedad de los contenidos enunciados, se
encuentran verbos de decir: afirmar, declarar, comunicar: “Juan afirmó que Pedro tenía
razón”.
Cuando el emisor toma posición se encuentran verbos del tipo pretender, confesar,
reconocer, especular, etc.: “Juan confesó que Pedro tenía razón”
-verbos de juzgar
Cuando el emisor emplea la estructura “Juan critica a Pedro por lo que hizo”, está
admitiendo como verdadera la proposición “Pedro es responsable de haberlo hecho”.
Cuando el emisor emplea la estructura “Juan acusa a Pedro por haberlo hecho”, no se
pronuncia sobre la verdad de esta imputación.
-verbos de opinión
Enuncian una actitud intelectual del enunciador frente a lo que enuncia: “Me imagino
que a Pedro no le va a gustar”, “Supongo que ya lo debe saber”

4. Adverbios
Los más importantes de los adverbios son los modalizadores. Se pueden clasificar de la
siguiente manera:
a) Modalizadores de la enunciación o del enunciado:
1. de la enunciación: remiten a una actitud del hablante con respecto a su enunciado:
“Francamente, no sé si vendré mañana”
2. del enunciado: remiten a un juicio sobre el sujeto del enunciado: “Posiblemente, Juan
no lo sepa”.
b) Modalizadores que implican un juicio:
1. de verdad (quizás, probablemente, sin duda, con seguridad): “Quizás pueda curarse
pronto”, “Sin duda esto terminará rápido”.
2. sobre la realidad (realmente, verdaderamente, efectivamente, de hecho): “En efecto,
Juan no vino ayer”, “De hecho, estuve totalmente equivocado”

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Por último, pueden mencionarse expresiones restrictivas y apreciativas como apenas,
sólo y casi, que restringen o valoran lo dicho: “Apenas me alcanzó para hacer la torta”,
“Resultó casi perfecto”.

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