Los Duelos en La Vejez.

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Ricardo de Jesús Sarabia Víctor 26 de marzo de 2020

Los duelos en la vejez.

El fallecimiento de una persona suele ocasionar, en quienes mantenían un vínculo


estrecho y significativo con él, cambios importantes en el concepto que tienen de
sí mismos y del mundo que les rodea que pueden manifestarse de diferentes
formas. Para adaptarse a dichos cambios, se necesita un proceso de transición
hacia una nueva identidad, proceso que habitualmente se denomina duelo. En el
duelo pueden experimentarse un conjunto de reacciones emocionales, físicas,
cognitivas y espirituales que cada persona vive de un modo peculiar, con un ritmo
y una intensidad propios.
Fases del duelo.
 Fase de embotamiento: se manifiesta por la sensación de shock y de
fuerte angustia. Aparecen conductas defensivas maníacas, con
preponderancia de la negación. Los mecanismos de disociación y los de
proyección prevalecen, echándole la culpa a los médicos, familia, etc. Este
momento es donde más se manifiesta la agitación, llanto, protestas,
desasosiego y negación de la pérdida. Resulta frecuente sentirse aturdido e
incapaz de aceptar la realidad.

 Fase de anhelo y búsqueda de la figura perdida: se comienza a aceptar


la realidad de la pérdida, lo que produce anhelo, congoja o accesos de
llanto. Se pueden percibir señales y pensamientos obsesivos asociados con
la presencia de la figura concreta. Los sueños con imágenes de la persona
viva se confrontan con la realidad y el dolor al despertar.

 Fase de (alternancia entre) desorganización y desesperanza y


organización: para que el duelo tenga un resultado positivo es necesario
que el duelante acepte la pérdida, así como que aminore la búsqueda.

 Fase de mayor o menor grado de reorganización: Esta última fase


promovería una nueva forma de relación con el objeto perdido y
fundamentalmente un cambio a nivel identitario que posibilite una
organización del sí mismo capaz de restablecer proyectos, con mayores
grados de serenidad y menos inhibiciones.
Ricardo de Jesús Sarabia Víctor 26 de marzo de 2020

Freud planteó tres tiempos en el proceso de duelo:


1- Negación.
2- Descatectización del mundo exterior a efectos de tener a disposición la
suficiente libido para poder llevar a cabo un trabajo tan arduo.
3- Aceptación de la pérdida y recatectización de nuevos objetos.

Con respecto a los cambios psicológicos Bernice Neugarten plantea que:


1- Hay un incremento de la interioridad, es decir que los sujetos comienzan a
hacer un balance permanente de sus vidas y de lo que les resta vivir.
2- Cambio en la percepción del tiempo, lo que implicaría que la persona que
transita la mediana edad empieza a pensar en lo que quisieran hacer y si el tiempo
que les queda se lo permitiría.
3- Personalización de la muerte, que produciría en los sujetos la sensación que
pueden ser los próximos en morir, pues empiezan a fallecer personas cercanas a
ellos.

Cuando se experimenta una pérdida plantear una “recuperación” supone regresar


al estado previo y, esto, es imposible, dicha pérdida transforma para siempre a la
persona que la sufre. Elaborar el duelo supondrá vivir siempre con la cicatriz de la
herida, pero desarrollando nuevos recursos y continuando con la vida. Por lo tanto,
el duelo es un proceso de transición que supone un cambio en nuestro mundo
interno y que facilita encontrar una nueva identidad.
En el caso de las personas de la tercera edad, Aslan considera que los dos
primeros tiempos de duelo planteado por Freud son llevados a cabo sin
problemas, sin embargo, el segundo momento (descatectización del mundo
exterior) se puede extender por largo tiempo, pues los viejos tendrían muy pocas
posibilidades de recatectizar nuevos objetos. Asimismo, plantea la necesidad de
“objetualizar” los duelos en las personas de la tercera edad, esto implicaría hacer
consientes los procesos de duelo que los adultos mayores no tienen conciencia de
las pérdidas que van sufriendo durante el proceso de envejecimiento.
Ricardo de Jesús Sarabia Víctor 26 de marzo de 2020

Conclusión

Sabemos que todos los cambios serán llevados a cabo de distintas maneras en
hombres y mujeres, según la estructura previa de cada persona, y de acuerdo
como hayan sobrellevado sus duelos anteriores desde la adolescencia hasta su
adultez.
Podemos decir que la experiencia de la pérdida al tener una edad avanzada
puede influir considerablemente en el modo en que esas personas se enfrentan al
dolor por la pérdida de un ser querido, pues me ha tocado convivir con adultos
mayores que la mayoría de las veces prefieren guardarse los sentimientos que les
causa esa pérdida e intentan hablar lo menos posible sobre ese asuntos y en la
mayoría de las veces prefieren “encerrarse” en su mundo para que no los
molesten.
Nosotros como estudiantes debemos plantearnos el acompañar a los adultos
mayores a poder llevar a cabo sus procesos de duelo debido a las continuas
pérdidas que sufren, así como también ayudarlos a encontrar nuevas
motivaciones en su vida. A medida que el tiempo pasa y con las experiencias que
vamos viviendo, cada persona, va construyendo una identidad personal diferente,
interpreta su vida a través de este conjunto de elementos adquiridos y reacciona
ante las situaciones de acuerdo con su percepción personal del mundo.
Para terminar mis 2 preguntas o dudas serían las siguientes:
 ¿El duelo es diferente en los adultos mayores? Pues a lo que he visto, muchas
personas lo creen.
 La verdad a mi me interesa mucho el conocer y entender como los adultos
mayores afrontan sus procesos de duelo ya que, al tener más conocimiento al
respecto, uno puede ayudar de la manera mas adecuada y responsable.

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