Analisis de Sentencia - Derecho Administrativo

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EXPEDIENTE N° 03891-2011-PA/TC

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En este caso el señor Cesar José Hinostroza Pariachi interpone demanda de


amparo contra el Consejo Nacional de la Magistratura a fin de que se declare la
nulidad del Acuerdo N° 0176-2011, y en consecuencia, se ordene reabrir el
Concurso Publico de méritos para Fiscales Supremos, todo esto respetando
estrictamente el orden de méritos ya establecido en el referido concurso.

Manifiesta que en la votación correspondiente el órgano emplazado decidió no


nombrarlo Fiscal Supremo pese a que tuvo notas muy altas en las distintas
categorías del concurso, además destacando en los rubros de moral y ética, por lo
que se estaría violando sus derechos al debido proceso y en particular a la debida
motivación de las resoluciones administrativas, ya que en la mencionada Acta de
Sesión Extraordinaria se aprecia que es arbitraria porque se ignoran los referentes
objetivos, sustentándose en que no satisface en su totalidad y de modo razonable
las exigencias para acceder al referido cargo, en especial, cuando se hace
referencia a la trayectoria personal éticamente irreprochable, pues de un lado se le
otorgan las máximas calificaciones éticas y técnicas en el cuadro de méritos. Sin
embargo, al sustentar la decisión se establece que no cuenta con una trayectoria
éticamente irreprochable, y esto lo sustentan en cuestionamientos realizados por
un medio de prensa respecto a su intervención como abogado en un caso, lo que
desde el punto de vista del derecho vigente no permiten descalificarlo ni ética ni
profesionalmente, ya que el hecho de patrocinar a un cliente no constituye razones
valederas para cuestionar su ética.

En tal sentido, en el proceso de amparo de autos el análisis de si el cuestionado


acuerdo violó el derecho a la debida motivación de las resoluciones debe
realizarse a partir de los propios fundamentos expuestos en el acto impugnado, de
manera que los medios probatorios del proceso en cuestión deberán ser
evaluados para contrastar las razones expuestas. Y es que en este tipo de
procesos al Tribunal Constitucional le compete realizar el análisis externo del
acuerdo cuestionado, a efectos de constatar si éste es el resultado de un juicio
racional y objetivo donde los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura
han puesto en evidencia su independencia e imparcialidad en la adopción de la
decisión, sin caer en arbitrariedad en la interpretación y aplicación del derecho, ni
en subjetividades o inconsistencias en la valoración de los hechos.

Para este caso el tribunal se pronuncia sobre el derecho al debido proceso, el cual
previsto en el artículo 139.3° de la constitución política del Perú, indica que este
derecho es aplicable no solo a nivel judicial sino también en sede administrativa e
incluso entre particulares, supone el cumplimiento de todas las garantías,
requisitos y normal de orden público que deben observarse en las instancias
procesales de todos los procedimientos, incluidos los administrativos y conflictos
entre privados, a fin de que las personas estén en condiciones de defender
adecuadamente sus derechos ante cualquier acto que pueda afectarlos. Así, el
debido proceso administrativo supone, el respeto por parte de la administración
pública o privada de todos los principios y derechos normalmente invocables en el
ámbito de la jurisdicción común especializada , a los cuales se refiere el artículo
139° de la Constitución.

En este sentido, y como lo ha precisado el Tribunal, el derecho al debido proceso


comprende un haz de derechos que forman un estándar mínimo; entre estos
derechos constitucionales, en especial para este caso, pues se adquiere el
derecho a la motivación de las resoluciones, que constituye una garantía
fundamental en los supuestos en que con la decisión emitida se afecta de manera
negativa la esfera o situación jurídica de las personas. Así, toda decisión que
carezca de una motivación adecuada, suficiente y congruente, constituirá una
decisión arbitraria y, en consecuencia, será inconstitucional.

En el mismo sentido a nivel de doctrina se considera que la motivación supone la


exteriorización obligatoria de las razones que sirven de sustento a una resolución
de la administración, siendo un mecanismo que permite apreciar su grado de
legitimidad y limitar la arbitrariedad de su actuación. La motivación va a permitir a
la administración poner en evidencia que su actuación no es arbitraria, sino que
está sustentada en la aplicación racional y razonable del derecho y su sistema de
fuentes.

El tribunal reitera que un acto administrativo resulta arbitrario cuando solo expresa
la apreciación individual de quien ejerce la competencia administrativa, o cuando
no expresa las razones que lo han concluido a adoptar tal decisión; de modo que,
motivar una decisión no solo significa expresar únicamente al amparo de qué
norma legal se expide el acto administrativo, sino, fundamentalmente exponer las
razones de hecho y el sustento jurídico que justifican la decisión tomada. En esa
medida, la falta de fundamento racional suficiente de una actuación administrativa
es, por si sola, contraria a las garantías del debido procedimiento administrativo.

En el caso concreto y atendiendo a las consideraciones expuestas, para el tribunal


quedo claro que aunque la entidad demandada haya cumplido con motivar y
sustentar las razones por las cuales decidió no nombrar al actor en el cargo al que
postulo, no se advierte que esta haya sido ejercida de una normal eficiente o
idónea, conforme lo impone la constitución, sino de manera arbitraria. Por lo que,
a juicio del Tribunal Constitucional resulta fuera de toda duda que violó el derecho
a una decisión debidamente motivada por cuanto la motivación es solo aparente.
Y es que si bien es cierto la mayoría de miembros del Consejo Nacional de la
Magistratura da cuenta de las razones mínimas que sustentan la decisión, sin
embargo solo intentan dar un cumplimiento formal al mandato, amparándose en
frases sin ningún sentido fáctico.

En consecuencia se estimó que con la negativa insuficientemente motivada del


Consejo Nacional de la Magistratura de nombrar al actor en el cargo al que
postulo, se ha acreditado la violación de sus derechos al debido proceso y a la
motivación de las resoluciones previstos por los incisos 3) y 5) del artículo 139° de
la Constitución Política del Perú, razones, todas por las que la demanda debe ser
estimada.
Por lo mismo se estima que corresponde al Consejo Nacional de la Magistratura
emitir un nuevo acuerdo debidamente motivado lo que supone, evidentemente,
que sus miembros previamente vuelvan a votar su decisión, esto atendiendo que
la finalidad de los procesos constitucionales es proteger los derechos
constitucionales reponiendo las cosas al estado anterior a la violación de estos.

En conclusión, el derecho al debido proceso y a la motivación de las resoluciones


judiciales, es un derecho constitucional supone el cumplimiento de todas las
garantías, requisitos y normal funcionamiento de orden público que deben
observarse en las instancias procesales de todos los procedimientos, incluidos los
administrativos y conflictos entre privados, a fin de que las personas estén en
condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier acto que
pueda afectarlos, en caso se viole este derecho, pues vendría a ser un acto
inconstitucional y se estaría dañando este derecho fundamental.

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