Hageo PDF
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535 - Las amenazas de un conflicto legal hicieron que la gente dejara el trabajo en el templo. Sólo se
habían echado los cimientos.
520 - Después de quince años de inactividad en el templo, el profeta Hageo predicó un mensaje de
reprensión.
RESUMEN DE HA(.FA
Durante quince años, los exiliados que habían vuelto habían vivido en la tierra sin trabajar en el templo.
Las amenazas de sus enemigos y las proclamas legales contra la edificación parecieron legitimar su inactividad
(cp. Esd. 4:1-5). Pero Dios contemplaba estas razones como meras excusas. El problema de ellos era que
tenían las prioridades mal ordenadas. Las prioridades de Dios ya no eran las prioridades de su pueblo.
En la primera división de la profecía de Hageo, el Señor llama la atención de los israelitas a lo que había
estado sucediendo (1:1- Cuando el pueblo se reunió para adorar un día de agosto del 520 a.C., el profeta Hageo
se puso de pie y predicó su mensaje de reprensión.
La primera prioridad de Dios era la reedificación del templo, y originalmente esa era la prioridad de los
exiliados que habían regresado. Sin embargo, esa prioridad había sido reemplazada por vivir «la buena vida»,
como se observa por su énfasis en la ostentación («casas artesonadas», 1:4) y su celo y energía, los cuales
dedicaron a sus casas («cada uno de vosotros corre a su propia casa», 1:9). Sus casas eran hermosas, mientras
que la casa de Dios estaba en ruinas. Y aunque no había nada de malo ni de ilegal en las casas hermosas, Dios
no podía permitirles tener contentamiento mientras vivían en desobediencia (1:9). El descontento y la
insatisfacción en la vida se ven en las cinco metáforas de 1:6. Este descontento había sido experimentado por
años y era inducido por Dios (cp. 1:9, 11; 2:17). llageo expresa claramente que el remedio para esa situación es
la obediencia a las prioridades de Dios conocidas (1:8).
La segunda sección de este libro es la doble respuesta del pueblo al mensaje de Ilageo (1:12-15). En
primer lugar se arrepintieron. No presentaron ninguna excusa ni debatieron el asunto. Se dieron cuenta de que
su enfoque había estado equivocado y mostraron «temor de Dios» (1:12). En segundo lugar, emprendieron de
nuevo el trabajo en el templo, lo que demostró la naturaleza genuina de su arrepentimiento. Aproximadamente
tres semanas después del mensaje de reprensión de Ilageo, la construcción del templo estaba en marcha otra
vez luego de quince años de inactividad.
La tercera y última parte del libro presenta la respuesta del Señor a la respuesta del pueblo (2:1-23). Dios
declara inmediatamente que estaría con ellos. Habían experimentado su disciplina durante quince años, pero
eso había terminado ya y su arrepentimiento les trajo el favor inmediato (1:13; 2:4). Además, Dios promete
limpieza y maravillosas bendiciones futuras (2:11-19). También les asegura que, aunque su templo no tendría el
esplendor del templo de Salomón, sin embargo moraría con ellos. Y les anunció una vez más que Israel tenía
ciertamente un gran futuro (2:20-23). E:s instructivo observar que las amenazas de los enemigos y los
requerimientos legales contra la edificación del templo aún existían. Pero cuando el pueblo de Dios decidió
obedecerlo y confiar en El, el Señor pudo obrar en beneficio de ellos (cp. Esd. 5 y 6). Dos importantes
verdades se infieren de esta historia: (1) cuando no compartimos las prioridades de Dios experimentaremos
descontento, y (2) cuando obedecemos a Dios, El puede obrar en nuestro beneficio.