Danza Butoh.

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Sofia Tenjo Rodríguez

Puesta en Escena Danzas del siglo XIX y XX.


13 de abril de 2020
Sara Regina Fonseca García
Artes Escénicas.
Pontificia Universidad Javeriana.

DESVANECIMIENTO Y TRADICIÓN

Surgida a partir del Japón de la posguerra, la danza Butoh se originó en un momento


en donde la fuerza y la violencia atacaban y destruían la esencia, raíces y sentido de este país,
lo que llevó a que se pasara por una transformación y actualización de sus tradiciones a la
respuesta de nuevos momentos históricos y reconocimiento del surgimiento de ideas estéticas.
Nos limitaremos a analizar la danza Butoh desde su tradicionalidad hasta aspectos de su
desarrollo en la actualidad por medio de distintos autores como lo son los pioneros o como
lo son bailarines de occidente que se dedican a realizar esta danza. Teniendo en cuenta lo
anterior ¿Cómo hablar del Butoh, de qué manera atraviesa el desvanecimiento de lo
tradicional en la danza Butoh?

Miraremos la tradicionalidad desde este punto de sistemas que toman como ataque los
“efectos de la occidentalización” tratando de recobrar la relación del cuerpo con la naturaleza
y como en su desarrollo esta idea se desvanece y va tomando otro sentido respecto a la
subjetividad de los participantes de esta danza, todos los butohcas coinciden en que no existe
una fórmula estipulada de antemano para bailar Butoh (Cohen , sin fecha:7) y es aquí donde
trataré de comunicar las perspectivas de estos artistas y su relación con el Butoh para
reafirmar el cambio efectivo que considero se ha desarrollado.

Por otro lado, tomaré la perspectiva del significado del cuerpo en el Butoh y como esta se
mantiene o transforma desde los distintos lugares de estudio, esto aportará un poco de sentido
al análisis y la pregunta que estoy realizando con relación a la problemática de la
tradicionalidad del Butoh pues el significado del cuerpo en este arte es de suma importancia
debido a que es la transformación y es donde se fomenta la principal pregunta del yo; los
butohcas trabajan en la recuperación de la memoria personal en donde “[…] -El cuerpo- es
observado como un micro universo conectado al universo y por ello regenerado a partir de
su fuerza vital primaria que se reactiva una y otra vez a partir de la creación de un -lenguaje-
de la percepción profunda del -significado- de la vida […]” ( Del Pino, 2004).

En síntesis, la danza Butoh persigue ciertos estados en donde el cuerpo es su principal


componente y descubriremos de qué manera estos han transmutado, cambiado o siguiendo
estables en este análisis de conservación; considero que es una etapa inicial de la
investigación desde mi perspectiva como persona que no ha bailado Butoh pues me permitirá
establecer cierta cantidad de reflexiones que me llevaran a analizar la pregunta principal
desde distintos ámbitos precisamente para encontrarle un sentido a partir de mis experiencias
como artista.

El Origen.

La danza Butoh se propone a la reivindicación de lo japonés en un estado de fragmentación


en el cual se cuestionaba la pérdida de identidad en donde por un lado se acercó a la búsqueda
animal (lo grotesco) con su fundador Tatsumi Hijikata y por el otro una búsqueda más
espiritual con su cofundador Kazuo Ohno llegando a un sentido en particular que une estas
dos ideologías, el renacer, el encontrar el origen en que se concibió la expresión de un cuerpo
en crisis que metafóricamente clama por renacer para reiniciar de cero su existencia.

En todo este desarrollo su finalidad era encapsular todos estos procedimientos en el entorno
japonés, pues esta búsqueda de retornar a las raíces se desarrolló en cuestiones tales como el
pasado de estos pioneros, el primero con la cercanía del campo, de la labor del campesino y
el segundo con el sufrimiento de la guerra, con la cercanía a una muerte continua que
mostraba una pérdida total de una nación. Como nombra Mendoza,

“El deseo de preservar su cultura ha propiciado que los butohcas se introduzcan en


el mundo del mito, de las leyendas y de las creencias populares, por lo que tienden a idealizar
a la naturaleza, a concebir una conducta humana “natural” y “universal”, y a ejercer la
ritualidad acompañada de la danza y el teatro.” (2017:182).

Con esta complejidad de híbrido desatada por Hijikata y Ohno se llegó a la propiciación de
una búsqueda de la no-objetivación de un espacio y tiempo, de un cuerpo, a la secuencialidad
en un estado circular en donde el pasado, el presente y futuro pasan a ser uno, en el que no
se busca representar sino estar presente, en el cual la búsqueda sea para renacer en un cuerpo
nuevo que revitalice su poder individual, un cuerpo que permita llegar a una selección natural
en el ámbito social, cultural y político donde se es libre y se renace libre una y otra vez.

De manera clara lo resaltado anteriormente no es tarea fácil pues como dice Ohno citado en
Del Pino (2004) “Hay que eliminar todo, despojarse de todos los movimientos habituales;
sin ellos, uno no sabe cómo va a moverse, por eso tiene que aguantar y penetrar en el mundo
incomprensible. Si uno entiende algo, entonces no sirve” (p.) y es aquí donde entra la
importancia del cuerpo vacío, tenemos que vaciarnos para descubrir aquella oscuridad,
aquella conexión con lo ancestral que nos permitirá dar con la búsqueda de nuestro ser. La
danza Butoh no debe representar nada sino más bien presentar un cuerpo despojado.

Ahora, cómo viene el tema del desvanecimiento tradicional a enterrarse aquí, es a causa de
que esa objetivación planteada de que fuera legitimo japones no duró mucho por razones
como sus influencias para el desarrollo de esta danza, pues Hijikata se encontró en una época
de vanguardias en donde la representación del expresionismo alemán le fue de influencia en
su pensamiento y fue reforzado por autores que de alguna forma también se encontraban en
el cuestionamiento del cuerpo como Artaud, por un lado Sondra Fraleigh y Tamah Nakamura
en sus estudios sobre Tatsumi Hijikata reiteran esta influencia así como la exponente del
Butoh en Argentina Rhea Volij “Considero a la danza Butoh hija de oriente y occidente. El
Butoh nace de la 'interpenetración' de estas culturas…” (Volij citada en Cohen, sin fecha: 3)

De la misma manera, Kazuo Ohno se ve influenciado por un estudiante de Mary Wigman


quien hizo parte del expresionismo alemán “Cuando vemos los videos de Kazuo Ohno
bailando y los comparamos con los de Mary Wigman, podemos ver similitudes en el uso de
las expresiones del rostro y las grandes manos (…) “(Cohen, sin fecha: 16). Se puede llegar
a la conclusión de que la danza Butoh no fue una experiencia única y solitaria en su momento
pues estaba sucediendo al mismo tiempo cantidad de expresiones artísticas que compartían
el sentido y la crítica por este despojo de lo occidental como el teatro underground japonés.

Por otro lado, este “desvanecimiento” se desarrolla gracias a la situación del hombre en este
tiempo después de guerras y de estados de represión, se estancó esta crisis por una nueva
búsqueda específica del yo, esto no solo atravesaba Japón sino también atravesaba muchas
culturas y países que se encontraban en la misma búsqueda a lo que creo yo, sirvió de ayuda
para las búsquedas que se realizaban en los distintos entornos, pues la transversalidad del
Butoh con el mundo es la pregunta por el cuerpo, de hecho los exponentes del Butoh que
tenían interés por culturas extranjeras lo llevaron a estas para experimentar y trabajar en el
desarrollo de cuerpos con distintos contextos.

El cuerpo y ser uno mismo.


Cito a Volij,

“Creo que la concepción del cuerpo como el misterio más grande del universo, el
lugar del encuentro con nuestras potencias en estado puro y a la vez atravesado por la
presencia de la muerte, nos colocan frente a una visión revolucionaria en tanto revulsiva
de los valores occidentales que dicotomizan y objetifican al cuerpo” (2008)

Comenzaré diciendo que para mi es difícil definir el significado de cuerpo de la danza


Butoh porque relativamente no se considera como herramienta para la transformación, pero
tampoco busca ser algo simbólico, el cuerpo más bien busca ser, busca desde una pérdida
constante en donde es más que solo carne, en el que cada órgano tiene voz, el cuerpo es
confuso y la danza aquí es lo que permite conocer e instaurar una y otra vez las voces que
lo apoderan.

El único sentido general que le puedo dar al cuerpo dentro de la danza Butoh es el del lugar
donde tiene que ocurrir lo que tiene ocurrir, lo demás se ata a subjetividades y es lo que he
logrado percibir a través de toda la información a partir de las lecturas que he recibido de
esta danza. En el Butoh generalmente se busca la experiencia en el momento, el bailarín
crea un línea cuerpo-mente que le permite ahondar en el inconsciente y es aquí donde se
convierte en movimiento.

No obstante, en cuanto a la pregunta por la tradición considero que el cuerpo se define


según corresponda, es decir creo que va más allá de las distintas observaciones que se han
dictaminado de lo que es o puede ser en esta danza, pues considero que va más de la mano
de darle un sentido al “cuerpo” que de estar buscando las razones del porqué es, es
encontrar el sentido para habitar en la naturalidad y en la fuerza vital en la que consigue
una armonía con sí mismo y con el entorno.

A lo que nos invita la danza Butoh es a comprender el cuerpo como un lugar el cual es
atravesado por cantidad de fuerzas en el que el bailarín de Butoh explora una relación con
su mundo en donde se da la ruptura de los patrones de su cotidianidad; el cuerpo danza -
entre- multiplicidades que caracteriza la existencia a cada momento y nos lleva a la deriva
entre los cuerpo, entre las dicotomías de la aptitud física y mental que integra los elementos
del ser lo que nos lleva a conservar un estado en donde lo invisible de lo visible también es
movimiento.

El cuerpo es danzar, el danzar es sumergirse en ese trayecto sin definición del ritmo y del
movimiento, esta vivencia recorre por el camino de lo desconocido, llevando al bailarín y
quien presencia su danza a crear en constancia nuevos sentires y sentidos del mundo, el
cuerpo muere para renacer.

La Expansión de la danza Butoh, acercamientos a Latinoamérica.

A partir de la década de los ochentas la danza Butoh atraviesa fronteras y comienza a


instaurarse como una danza nueva en países de Europa y América, generando nuevas
invenciones de la danza en sí misma y avistamientos a nuevos sentidos de la danza Butoh,
hablaré un poco del desarrollo en Latinoamérica a partir de tres exponentes argentinos y dos
mexicanos mencionando las exploraciones con la danza Butoh y los aspectos locales que
atraviesan estas.

Por el lado de argentina contamos con dos exponentes del Butoh que lo han trabajado de
distintas variables, Gustavo Collini que se acerca más a la ideología del trabajo de Ohno y
Rhea Volij que trabaja enfocada hacia esta ideología del cuerpo que propone Hijikata, ambos
artistas dentro de sus aprendizajes y experiencias trabajan con relación a lo local que
acontecía hacia la entrada del siglo XXI en donde ambos artistas buscan explorar desde la
estética del Butoh una inclusión a los aspectos de la cultura local, encontrando trabajos con
ciertas mitologías tradicionales como en los trabajos de Volij.
Sumando, se encontró que las personas interesadas por la danza Butoh en el ámbito de
Argentina se situaban en un cuestionamiento por el sentido y significado de belleza más allá
del estipulado en la sociedad como recalca Aschieri en unos de sus trabajos de investigación
en la danza Butoh,

“los performers realizan de esta danza en cuanto a considerarla como una danza
“para todos”. En la cita puede apreciarse, además, que la performer alude a ciertos gustos
y particularidades que prevalecen entre los butoh-kas locales, atribuyéndole importancia a
una “búsqueda” en “el cotidiano” que no esté atravesada por las rutinas disciplinares (…)”
(2013:51)

Siguiendo con las investigaciones de Aschieri ella nombra el Butoh Mix de Argentina
haciendo referencia a los distintos acercamientos que se han definido como Butoh en
argentina, en donde unas enfatizan por el carácter experiencial de la danza, otras por la
capacidad de la mezcla de la cantidad de técnicas que se han experimentado en una formación
o incluso desde una postura de definición más personal; para ella lo único que puede llegar a
diferenciar el Butoh es el acercamiento como tal en la técnica, aunque posea una misma
organización, la intención de las técnicas a de la danza misma es responder a un búsqueda
sea la que sea y desde donde se esté trabajando,

“Baste como referencia la diversidad de propuestas que pueden encontrarse a partir


de una búsqueda en YouTube. Al respecto una de las alumnas que concurría por primera vez
a una clase dice: “- Bueno, de la danza Butoh se muy poco, sólo lo que ví en Internet, que es
todo muy variado ¿no? y francamente, algunas cosas que ví allí espero que no sean Butoh y
otras, espero que sí” (2013:55)

En otro plano, encontrándonos con México este se ve atravesado por la danza Butoh hallando
una semejanza con Japón, como nombra Mendoza “Sin duda, el Butoh se ha adoptado de
manera desprejuiciada en nuestro país, y es frecuente escuchar discursos construidos por sus
practicantes que refuerzan las semejanzas entre México y Japón” (sin fecha,p183) pues
distingue los parajes que surgieron y sufrieron como país (La invasión y Colonia), asimismo
puedo encontrar más sentido de la apropiación de la danza Butoh con la cultura Mexicana
desde los arraigos indígenas ya que después de todo está la ritualidad, la búsqueda y el
encuentro con lo ancestral, un exponente importante del Butoh en México es Diego Piñón
quien trabajó esta relación con lo ancestral y realizó investigaciones con comunidades
indígenas.

Existe un caso de una estudiante de Piñón, Eugenia Vargas, que trabaja esta conexión con lo
ancestral desde su experiencia cotidiana y la relación con la danza Butoh, esta clase de
estudios a llevado a la unión de investigaciones con la segunda generación de exponentes en
Japón como lo fue su trabajo con Tadashi Endo “Endo utilizó como detonador una pregunta
relativa al “origen”. La respuesta a esta indagación llevó a Vargas a una palabra síntesis:
fisura (wabi sabi), elemento significativo que, según indica, comparten México y Japón.”
(Palapa Quijas citado en Mendoza, 2014:184)

No obstante, podría quedarme aquí nombrando más exponentes para recalcar por la pregunta
acerca del desvanecimiento de lo tradicional; todos estos exponentes que nombre
anteriormente trabajan desde su localidad influenciados por la internacionalidad, ya sea
exactamente por la danza Butoh o por otras corrientes artísticas, buscan responder las
preguntas en relación con las problemáticas más cercanas a partir de la apropiación de una
corriente que en ocasiones se encuentra alejada de su localidad, lo que considero algo curioso
pues es interesante ver como las situaciones o problemáticas de una sociedad o civilización
son de influencia para el desarrollo de otras, como el decir de “ no queremos repetir el
sufrimiento de otros” o “ tomemos de ejemplo de a ese país para avanzar también”.

En si la danza Butoh se ha convertido en una danza muy subjetiva que da tendencia a dos
miradas, la primera, una homogeneización que actúa sobre una contradicción sobre la
variedad de respuesta y una oferta de material internacional es decir una asimilación y
reapropiación de las culturas extranjeras que compiten con el desarrollo de las culturas
locales, segundo, el sistema de la traducción en donde existe las oposiciones de vista de
oriente y occidente, es decir esta vista de un oriente exotizado y que comprende la unión con
lo ancestral y un occidente que se ha dedicado a separar el cuerpo del alma y por esta razón
se ha alejado del enlace ancestral, estas miradas me han llevado a relacionarlo con temas
como lo son como lo son la transculturalización o por otro lado la pluralidad de culturas.
Para concluir, caí en cuenta de lo paradójico que puede llegar a ser esta clase de análisis (un
análisis en relación con una cultura que desemboca en el desarrollo de una danza) ya que
independiente de la zona que se analice o en este caso la danza Butoh, en un inicio se presiona
a una búsqueda de las diferencias que terminan intensificando las relaciones interculturales
entre los distintos centros de expansión de esta. Entonces, pese a que el desarrollo de la danza
contemporánea estaría determinado por el internacionalismo pone a quienes la desarrollan en
una perspectiva de autenticar lo local dentro de lo global, en lo que termina que estas danzas
de “oriente” por un lado que conservan rasgos distintivos, a su vez, deban ser legitimadas por
centros de desarrollo categóricos de “occidente”.

Por otro lado, fue interesante analizar el tema de la danza Butoh ya que después de todo lo
que aprendí de esta, me encontré con una danza que no es fácil ni de transmitir y tampoco de
apropiar, pero es una que invita a que no olvidemos también la razón de dónde venimos, en
estas épocas de globalización y consumo nos cuesta mucho encontrarnos y descubrir la
verdad en nosotros y creo que la danza Butoh además de tener este importante origen en
Japón ha llegado hasta aquí como una guía para abrir caminos a aquellas preguntas que nos
hacemos en un plano espiritual y de origen, la danza Butoh es una de las muchas posibilidades
que nos mantiene en la búsqueda con nuestro interior.

También deseo continuar con esta investigación de la danza Butoh y poder hablar de su
relación con las tradiciones de Colombia o de qué manera ha influenciado el Butoh a
bailarines o búsquedas aquí en Colombia, ya que no pude encontrar mucha información
respecto en su desarrollo en la escena colombiana.
Referencias Bibliográficas.

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